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Tips para cuidar tu corazón
15 hábitos para cuidar tu corazón El corazón es definitivamente el músculo más importante de nuestro cuerpo, pero al mismo tiempo también es el que más necesita ser cuidado, especialmente después de cierta edad. Lo mismo obviamente se aplica a todo el sistema cardiovascular, que ayuda a hacer llegar el flujo sanguíneo a nuestras células permitiéndoles funcionar, y que en su actividad diaria se ve afectado por nuestra dieta y los comportamientos y hábitos que asumimos día a día. Cuidar esta compleja maquinaria que literalmente nos mantiene vivos puede parecer una tarea ardua, pero la realidad es que para hacerlo con éxito solo necesitas tener en cuenta simples hábitos y, sobre todo, mantener la buena voluntad de respetarlo.
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Adopta una dieta equilibrada No se trata de abandonar para siempre la harina, las frituras o los azúcares, ni de iniciar una dieta vegetariana, sino simplemente de combinar bien los alimentos que ingerimos.
Debes evitar el abuso de grasas saturadas y alimentos de producción industrial, ya que la cantidad consumida de estos productos es directamente proporcional al riesgo de padecer problemas cardíacos. También es muy importante prestar atención al consumo de sal, carnes rojas y productos de pastelería. Además, agregar más frutas y verduras a tu dieta te permitirá no solo tener un corazón más saludable, sino también mejorar las funciones de todos los demás órganos. Las legumbres, frutos secos y harinas integrales también deben estar presentes en tus platos.
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Mantente en movimiento El deporte está lleno de beneficios, como la pérdida de peso, la prevención de la arteriosclerosis y la reducción de los niveles de colesterol y azúcar en sangre. Para los adultos, se recomienda que realicen al menos 150 minutos de actividad física moderada por semana (o 75 minutos de ejercicio intenso) para mantener un corazón sano. Los deportes ideales son los aeróbicos: caminar rápido, andar en bicicleta, nadar o correr.
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Come meriendas saludables Ya sea que estés en casa o en la oficina, intenta cambiar los hábitos que te llevan a elegir refrigerios poco saludables entre comidas. A media mañana, en lugar de elegir un café con leche con croissant, toma un yogur con cereales o una fruta. Cuando llegues a casa del trabajo, en lugar de acostarte en el sofá con un paquete de papas fritas, elige semillas de girasol o almendras.
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Bebe sano
El alcohol y especialmente las bebidas azucaradas no son particularmente amigos del corazón, por lo que deben tomarse con moderación y evitarse. En cambio, es importante beber mucha agua todos los días, un consejo que a las personas mayores a menudo les resulta difícil seguir.
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Mantén un peso ideal Los problemas de obesidad y sobrepeso también están relacionados con varios problemas cardíacos. El índice de masa corporal es un hecho que puede ayudarte a calcular exactamente cuántas libras o kilogramos necesitas perder (aunque no es el único método útil). Perder el 10% de tu peso corporal es suficiente para regular y mejorar la presión arterial. Saber cuál es nuestra talla o peso ideal no tiene por qué ser motivo de obsesión y adelgazamiento a toda costa. Reducir las cantidades poco a poco es mucho más saludable que iniciar una dieta “milagrosa” que promete perder 10 kilos en una semana.
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Mantén el colesterol y triglicéridos controlados La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo dice claramente: más del 60% de las enfermedades coronarias en los países industrializados se debe a una tasa de colesterol por encima del valor óptimo de 150 mg/dl. Los altos niveles de colesterol pueden obstruir tus arterias y aumentar el riesgo de enfermedad coronaria y ataque al corazón. Cambios en el estilo de vida y los medicamentos (si son necesarios) pueden bajar el colesterol. Los triglicéridos son otro tipo de grasa en la sangre. Los altos niveles de triglicéridos en la sangre también pueden aumentar el riesgo de enfermedad coronaria, especialmente en mujeres.
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Realiza controles regulares Después de cierta edad, un salto en la balanza y una medida aproximada de la circunferencia de nuestra cintura ya no son suficientes para presentar preocupaciones sobre la salud del corazón. Es una buena práctica controlar regularmente la presión arterial, el colesterol y los niveles de glucosa. Después de los 40 años es mejor comenzar a monitorear parámetros como la presión arterial y los valores sanguíneos, contactando al médico para cualquier control periódico.
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No fumes
De todos los vicios relacionados con las enfermedades del sistema cardiovascular, el tabaquismo es al mismo tiempo uno de los más dañinos y, al mismo tiempo, fáciles de controlar. Renunciar a los cigarrillos es el mayor favor que puedes hacerle a tu corazón, y todo depende de tu fuerza de voluntad.
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Evita el alcohol En cuanto al consumo de alcohol, hay que recalcar que una copa de vino tinto al día no está mal, de hecho, es excelente para la salud. Sin embargo, otras bebidas alcohólicas, especialmente si se consumen en exceso, causan problemas cardíacos graves. La aparición de enfermedades cardiovasculares está íntimamente ligada al consumo excesivo de alcohol.
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Obtén ayuda de la tecnología Podómetros, monitores ópticos de frecuencia cardíaca, ecg de muñeca: en los últimos años, la tecnología ha dado grandes pasos para aquellos que desean trabajar en su salud de forma independiente, e incluso si los datos recopilados por estas aplicaciones no deben tomarse al pie de la letra, pueden ayudar a comprender si tus esfuerzos tienen éxito o no.
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Mantente hidratado
Las temperaturas excesivas pueden exacerbar condiciones preexistentes: la vasodilatación causada por la exposición a altas temperaturas puede, por ejemplo, causar descensos peligrosos de la presión arterial en sujetos predispuestos o cardiopáticos. Por esta y muchas otras razones, en los meses más calurosos del año es fundamental buscar sombra y frescor.
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Duerme lo suficiente ¿Cuánto sería “suficiente”? Depende de cada uno de nosotros, pero se estima que un adulto joven necesita entre 6 y 8 horas de sueño por noche. Adoptar los hábitos de sueño adecuados es bueno para tu corazón, ya que reduce el riesgo de sufrir latidos cardíacos rápidos o ataques cardíacos. Si dormimos solo unas horas, nuestro cuerpo es incapaz de producir la cantidad necesaria de serotonina, que se encarga de hacernos sentir bien y ayuda a tener un corazón sano. Si el cuerpo no recibe la dosis correcta de esta hormona, puede desencadenar un mayor deseo de comer y beber.
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Cuida tu higiene personal Tener una higiene personal adecuada es fundamental para mantener nuestro organismo en un estado de bienestar constante, prevenir algunas de las enfermedades infecciosas más comunes y proteger las condiciones de vida de quienes nos rodean. Cuidar tu higiene bucal es esencial. Las bacterias que causan la formación de placa bacteriana en las encías pueden “fugarse” de la boca hacia el flujo sanguíneo y aumentar el riesgo de un infarto..
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Mantente alejado del estrés Los pasatiempos, la meditación y otros métodos para distraerse de las preocupaciones cotidianas o encontrar el equilibrio después de un día tienen beneficios para todo el organismo. Evidentemente existe una relación muy estrecha entre el estrés y la ansiedad con los problemas cardíacos. Algunas personas tienen más probabilidades de sufrir estrés o sentirse abrumadas por pensamientos negativos. Si eres una de estas personas, necesitas urgentemente algunas técnicas de relajación. Puedes probar el yoga, la meditación o incluso la terapia.
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¡Recupera los pequeños placeres de la vida!
El ejercicio es esencial para un corazón sano y puedes hacerlo en muchas situaciones agradables. ¿Cuáles? Aparca el coche un poco más lejos de lo habitual y disfruta del paseo, quizás escuchando buena música; jugar con tus hijos o tu perro en el parque, en lugar de simplemente verlos; de vez en cuando, baila: tu corazón te lo agradecerá; y finalmente, ríe: una buena risa puede reducir las hormonas del estrés en el cuerpo y aumentar el flujo sanguíneo en beneficio de tu corazón.
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