PROYECTO DE INTERACCIÓN SOCIO-COMUNITARIA UNA ESTRATEGIA DE LA UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UBV-SEDE MONAGAS

Informe Crítico Concurso Oposición PROYECTO DE INTERACCIÓN SOCIO-COMUNITARIA UNA ESTRATEGIA DE LA UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA PARA LA ACTIVACIÓN DEL PODER POPULAR (Una reflexión a partir de mi experiencia como Docente y Coordinadora del PFGGSDL, Sede Monagas)

Autora: Prof. Belkys Celeste García Calderón Cédula de Identidad Nº V-6.965.029 Profesión: Lic. En Trabajo Social. (UCV) E-mail: bcgarcia@ubv.edu.ve Área Académica: Diversidad Cultural, Derechos Sociales y Poder Popular PFG. Gestión Social del Desarrollo Local

Trabajo presentado para optar al escalafón de Profesor Instructor en la Universidad Bolivariana de Venezuela. Concurso de Oposición 2009

Maturín, Julio de 2009

ÍNDICE

Introducción………………………………………………………..…………………...

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Un Proyecto Socio-Político y Socio-educativo: sus inicios………………………..

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La UBV municipalizada se reagrupa en torno a una Sede: Un dilema……….....

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El Programa de Formación de Grado de Gestión Social del Desarrollo Local: Una Mirada hacia lo Local…………………………………………………………….

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La Coordinación del PFG-Gestión Social del Desarrollo Local: Un Reto………..

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Los egresados como Técnicos Superiores Universitarios: “Una Nueva Institucionalidad”…….... ……...............................................................................

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La UBV y la Interacción Social Transformadora: Rompiendo el viejo modelo de la Extensión Universitaria................................................................................

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La UBV y la Explosión del Poder Popular: Proyecto de Interacción Sociocomunitaria……………………………………………………………………………..

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El Proyecto de Interacción Socio-comunitaria: Contando un poco mi experiencia..…………………………………………………………………………….

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Una Nueva Perspectiva para un Trabajador Social en la Docencia: Algunas conclusiones……………………………………………………………………………

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Referencias Bibliográficas…………………………………………………………….

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PROYECTO DE INTERACCIÓN SOCIO-COMUNITARIA UNA ESTRATEGIA DE LA UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA PARA LA ACTIVACIÓN DEL PODER POPULAR: Una reflexión a partir de mi experiencia como Docente y Coordinadora del PFG-GSDL, Sede Monagas.

Introducción Siendo la educación un instrumento por excelencia en la búsqueda de igualdad, bienestar y justicia social; un factor esencial para la transformación de la sociedad, desde la revolución bolivariana nos planteamos una educación que alcance a todos los ciudadanos, fundamentada en

“el trabajo colectivo, la dignidad humana y la

responsabilidad histórica, ética y política”. Para cumplir de esa manera con el compromiso de motorizar la creación y formación de los valores y conocimientos que cimienten la conciencia de los nuevos hombres y mujeres, de los sujetos revolucionarios y transformadores que impulsen la construcción del Socialismo de Siglo XXI. En este contexto, la Universidad Bolivariana de Venezuela surge con una visión y misión muy distinta a la que poseen las universidades tradicionales, aquellas que centran sus esfuerzos en desarrollar a sus miembros con las destrezas cognitivas y operacionales adecuadas para cumplir los requisitos laborales dentro de una supuesta organización económica básica: El Capitalismo, el cual utiliza, entre otros aparatos a la familia, escuela y universidad, para fundamentar y reproducir su modelo explotadorjerárquico laboral. De allí que las sociedades construidas a partir de la lógica impuesta por las relaciones capitalistas se distingan por promover el individualismo, la competencia desmedida por la acumulación de capital, la corrupción, la discriminación, la exclusión, entre otras calamidades que asuelan a diversas comunidades en nuestra sociedad latinoamericana y caribeña, además de gran parte del mundo.

Ante tal situación, hoy más que nunca la revolución debe ser en esencia educación, tal como lo expresa el principal postulado con el cual identificamos a la UBV; recordemos que nuestra Casa de los Saberes es una alternativa que emerge del seno de nuestros pueblos, y de la fuerza de un movimiento popular que llamamos la Revolución Bolivariana; o bien, “Proyecto Bolivariano de Transformación Social”. Y que 3

busca, como ya había indicado antes, a los hombres y mujeres constructores de sociedades más justas, con nuevas formas de relaciones, fundamentadas en una ética de la corresponsabilidad y con un alto grado de conciencia política con la patria.

Por ello, en este informe, me permito presentar algunas reflexiones en las cuales ha sido determinante la interacción con mis compañeros de trabajo, estudiantes y personas de las diferentes comunidades con las que he compartido experiencias, entendiendo que el conocimiento implica una construcción colectiva. Apostando siempre al diálogo, la constante reflexión y la acción; pensando en la transformación no sólo del espacio universitario, sino de los ámbitos en los que me desenvuelvo.

Concretamente, desde el momento que se planteó la necesidad de elaborar el Informe Crítico, traté de organizar las ideas en tres momentos, el primero, cuando me inicié como docente del Curso Básico de Educación Superior para el Desarrollo Endógeno en la Misión Sucre (UBV) (2004), el segundo, en el ejercicio de mi actividad docente vinculada con la Unidad Básica Integradora Proyecto (UBI) (2005), con la posibilidad de trabajar en la construcción de una nueva Hegemonía del Poder Popular; y el tercero, desde que asumí la Coordinación del Programa de Formación de Grado de Gestión Social del Desarrollo Local (PFG-GSDL) de la Sede Monagas (2006).

Así, desde mis inicios en la UBV como profesora Misión Sucre y posteriormente como profesora a Dedicación Exclusiva, he visto con orgullo el que estemos llamados a ser una Universidad de vanguardia en el proceso revolucionario, y a pesar de que en distintos momentos nos hemos encontrado con grandes obstáculos, afortunadamente, con la claridad de nuestra misión plasmada en el Documento Rector, con la estrecha vinculación que sostenemos con las comunidades y con la convicción de que es posible cambiar, rehacer, crear; con el diálogo de saberes, hemos afianzado el paso para no caer y luchar por sentar las bases de una educación superior liberadora con un alto compromiso ético-político-social.

Mi propósito, en síntesis, consiste en exponer sin extremo rigor sistemático, pero desde una mirada crítica y reflexiva algunas ideas en torno al compromiso de la Universidad Bolivariana de Venezuela a través del Proyecto (UBI) o Proyecto de Interacción socio-comunitaria, como estrategia en la promoción y activación del Poder 4

Popular. Para ello he considerado como áreas críticas las siguientes: (1) el desconocimiento del nuevo paradigma de educación superior que está surgiendo en el proceso bolivariano; (2) la falta de claridad en torno al proceso de municipalización de la Educación Superior;

(3) la diversidad de posiciones ideológicas-epistemológicas

entre los docentes en la direccionalidad de los proyectos; (4) la necesidad de hacer una ruptura en la manera de ejecutar el Proyecto como una dimensión de la extensión en el quehacer de los docentes de la UBV; (5) la necesidad de la complejización de los procesos sociales, y (6) el compromiso de la UBV en la promoción del Poder Popular en su interacción socio-comunitaria.

En consecuencia, el informe estará orientado por las siguientes interrogantes: ¿En la actualidad, se encuentra alineada la UBV a los principios sustentados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en cuanto a la formación de un nuevo ciudadano con un alto sentido de país?, ¿Desde qué perspectiva los Programas de Formación de Grado, y en particular desde Gestión Social del Desarrollo Local, se han promovido estrategias que permitan avanzar en la construcción de un nuevo ciudadano, definido dentro de un ethos revolucionario?, ¿Qué rol le corresponde jugar a los profesores y estudiantes de la UBV en la Construcción del Poder Popular?, ¿Cómo construir una nueva hegemonía del poder popular a través de los proyectos de interacción socio-comunitaria que promuevan niveles de organización participación y movilización comunitaria?, ¿Desde Proyecto se sientan las bases al rescate, respeto y comprensión de la diversidad cultural que existe en nuestras comunidades?, y por último, ¿Existe la claridad para entender la complejidad de la acción que se debe desarrollar para la construcción del Poder Popular?

Es importante aclarar, en caso de que este texto no diera cuenta de todas las interrogantes o expectativas planteadas, mi praxis continúa, y la problematización de mi acción se mantendrá en una búsqueda constante de respuestas, de alternativas que contribuyan a lograr la misión de la universidad y las exigencias de mi país.

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Sólo se convierte en sociólogo quien desea algo socialmente, es decir, quien tiene un deseo colectivo Florestan Fernandes Aspirar a la verdadera vida con y para el otro en instituciones justas Paul Ricoeur

Un Proyecto Socio-Político y Socio-educativo: sus inicios Para el año 2003, se da el lanzamiento de las misiones sociales, entre las cuales se encuentra el Plan Extraordinario Mariscal Antonio José de Sucre, denominado también Misión Sucre, a fin impulsar un programa de “inclusión de todos los ciudadanos que siendo bachilleres no pudieron cursar estudios en nuestra universidades” (Lanz, C: 2003. p.1). La Misión Sucre desde su concepción como proyecto de educación superior considera la municipalización no como una extensión territorial de la universidad, sino como una estrategia de aprendizaje considerando la diversidad étnica y la interculturalidad, la necesidad de crear y recrear los saberes y por consiguiente la articulación de estos conocimientos, mediante la implementación de metodologías de aprendizaje radicalmente distintas a las tradicionales, como parte de un proceso de formación integral.

La Misión Sucre se convierte en la directriz de la política social de Educación Superior, que da paso al surgimiento de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), el 18 de julio del 2003, por Decreto Presidencial publicado en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela Nº 2.517, iniciando sus actividades en la Sede Caracas, Zulia y Bolívar; y progresivamente extendiéndose a otras zonas del territorio nacional hasta alcanzar en la actualidad 9 sedes que abarcan 365 municipios del país.

Vale decir, un proyecto ético-político de carácter socio-educativo, iniciativa del Estado, en respuesta a múltiples problemas que afronta el país, así como ante la necesidad de reencontrar la academia con las necesidades comunitarias y sus exigencias en el marco de la construcción de una nueva sociedad, donde la universidad de otrora símbolo del desarrollo científico-tecnológico, terminó volviéndose elitista, excluyente y reproductora de conocimientos; por ende, un aparato legitimador de los 6

mecanismos de dominación impuestos por el capitalismo. Solamente en Venezuela, por dar un ejemplo, se acumuló una deuda social de enormes proporciones, con más de 500 mil bachilleres que vieron frustrados sus aspiraciones de ingresar al sistema de Educación Superior.

En este caso, me permitiré hacer referencia a lo que fue mi experiencia de formación universitaria, cursé estudios en la Escuela de Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela (UCV), de la que egresé en el año 1994. Aclaro, esta importante Casa de Estudios Superiores en Venezuela, y en particular esa facultad y escuela, por un tiempo, se caracterizaron por ser el epicentro de la organización y lucha política, el debate, la resistencia y la oposición contra las condiciones del Estado Capitalista y neoliberal, así como el centro de formación profesional con una visión distinta.

Sin embargo, de manera acelerada ese carácter contestatario de la UCV, se fue desdibujando, se distanció de tal manera que ya no respondía a las necesidades de la Nación, ya no ingresaba el pueblo con sus diversos matices (el negro, el indígena, el mestizo, el pobre, el del barrio); ya no encontraron oportunidades de educación universitaria, sus espacios poco a poco fueron secuestradas por grupos minoritarios de poder, se vendió el acceso a la universidad como una opción de los más “elegiles” , aquellos que podían disponer de recursos económicos para adquirir un cupo. No sólo se cerró el acceso del pueblo a las universidades, sino, en la medida que la educación se hacía un privilegio de quienes podían pagarla, la esfera social también se fue privatizando, ya la salud, el empleo, la seguridad social, entre otras, marcaban una gran brecha, expresada en la exclusión de la mayoría de la población.

En medio de esta situación, la UBV viene a constituirse en un espacio de inclusión social, entendida no sólo como la participación de los llamados “excluidos” de la educación superior, sino como la posibilidad de incorporar a las comunidades, al formar parte activa del proceso de investigación y difusión de los saberes, considerando el principio de universalización del conocimiento. Se presenta la UBV, como proyecto político-educativo alternativo universitario, concebida para la sociedad en pro del

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desarrollo integral del País, para la transformación del Estado venezolano y la creación de una cultura democrática.

No obstante, considero que hasta el momento -hablamos de casi seis años- ese papel de la universidad promotora de cambios no ha logrado concretar prácticas pedagógicas cuya firmeza política y compromiso ético, no teman a lo desconocido del mundo, a su complejidad, a los antagonismos propios de las dinámicas sociales y culturales, al diálogo, a la confrontación. Donde se apueste la construcción de conocimientos; en lugar de la imposición de saberes en forma vertical.

Digo esto, porque he llegado a pensar que existe una especie de inmovilidad en los docentes, que contradice lo que Freire P. (1993, p. 126) llegó a llamar “curiosidad epistemológica”, aquella que según este maestro brasileño no debía estar separada de la imaginación creadora, menos aún de la búsqueda de nuevas formas de relaciones y comprensión del ser humano en su totalidad, por más compleja y contradictoria que ella parezca. Al respecto, confieso estar convencida de que la educación en la Universidad Bolivariana, en el proceso de transformación que planteamos, alcanzará su plenitud en tanto sea entendida como un acto de conocimiento, político, ético, en fin, un acto heroico.

Ante esto, de igual modo asumo, que el tratamiento y superación de los problemas, requieren en gran medida ser concebidos, pensados, explicados y solucionados de otra manera, “no pueden explicarse desde los sistemas de pensamiento existentes, al menos no en su totalidad. Requerimos, eso sí, crearlos, desarrollarlos” (Figuera, E. 2009), en permanente diálogo con las comunidades, los estudiantes y los profesores, en nuestros contextos particulares que nos definen como nación.

Sí la UBV, es un proyecto ético-político y socio-educativo, para ese encuentro de saberes, para formar eso profesionales críticos, emprendedores, conscientes de la cotidianidad, de sus propios modos de vida, con nuevos paradigmas, y con capacidad de entender, explicar y convivir con sus semejantes, exigiendo derechos pero además, respetando el derecho de los otros, entonces, es urgente que tanto profesores como

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estudiantes asumamos este audaz reto, sin dejar pasar el tiempo, hay que vencer los temores que nos paralizan.

La UBV municipalizada se reagrupa en torno a una Sede: Un dilema A raíz de la donación de los terrenos en unas instalaciones del Cuartel Militar, para el año 2006, se construye la sede para la UBV en el estado Monagas; lo que significó para los estudiantes de distintos PFG del Municipio Maturín se trasladaran de las Aldeas a la nueva infraestructura, representando ello, un elemento contradictorio por cuanto se retoma la idea de la universidad como un espacio físico, se vuelve a la visión del aula tradicional, ya todos los estudiantes del municipio Maturín querían y quieren estudiar en ese espacio físico que llamamos la UBV-Sede Monagas, donde reina el confort, la tecnología, entre otras cosas.

También la Sede, representó un choque con el proceso de municipalización de la educación superior pensada como una vía para lograr el desarrollo endógeno, la desconcentración de las ciudades, el fomento de una relación universidad-comunidad que creara las condiciones para el desarrollo humano sostenible, proceso en el cual se venían dando avances. Ante esta situación, era imperante que nuestros estudiantes se mantuvieran en sus comunidades, en ese nexo ineludible con el cual nace la UBV, desde donde la sensibilidad social y el compromiso con las comunidades debían mantenerse.

Significó a su vez, que se planteara la necesidad de propiciar y consolidar proyectos y experiencias socio-pedagógicas que conjugaran contenidos, investigación formativa e inserción social, consustanciados con un proyecto de desarrollo nacional, sustentados en un modelo productivo socialista, una nueva geopolítica y una democracia participativa y revolucionaria que privilegia el desarrollo local.

La Sede de la UBV-Monagas, no resultó suficiente, sus espacios no lograron alcanzar las demandas de cupos, lo cual para cohortes sucesivas de Misión Sucre, amerito retomar la Aldea universitaria, en los espacios educativos, en las comunidades y/o parroquias, debiendo adecuarnos a las condiciones que estas tienen, incentivando la cooperación para el acondicionamiento de los espacios para la población adulta.

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Por otra parte, se ha invertido grandes esfuerzos para hacer entender que la universidad debe exigir calidad, y que la educación en las Aldeas no es distintas en términos de la calidad, a la de las sedes, y donde más bien, se plantea que estas deberían constituir espacios para el funcionamiento de lo administrativo, los laboratorios especializados, centros de investigación y estudios avanzados en áreas de interés para el desarrollo de la región. Es necesario, recuperar la idea de la aldea como el epicentro de formación en lo local, estableciendo alianzas con las instituciones de educación y de otro tipo (salud, tecnología e informática), para avanzar en la transformación.

Este dilema de estar en la Aldea o en la Sede, se debate diariamente en los espacios de formación, desmantelando el concepto de universidad tradicional, del modelo educativo excluyente y lejano con las comunidades, que reproducen las prácticas o esquemas simbólicos de la academia que se instalo en la mentalidad de muchos estudiantes y profesores. Por ello, es recurrente oír a profesores y estudiantes, diciendo que en la sede se está mejor. Sería pertinente entonces, preguntarse, qué pasa con el desarrollo local, será una pretensión para no ir a las comunidades, o no ver la posibilidad de establecer los vínculos necesarios entre las instituciones para acondicionar los espacios, en los cuales seguramente estudian nuestros hijos o los de nuestros vecinos.

Entonces, habría que reafirmar, que en el proceso de municipalización, se busca reordenar la educación hacia las regiones, lo local, para promover la dignificación del igual, es caminar hacia el sendero del equilibrio con justicia, promover el desarrollo endógeno y sustentable, y esté, sólo se alcanzara en la medida que ese sentido de identidad se mantenga en un modelo de universidad sin muros.

El Programa de Formación de Grado de Gestión Social del Desarrollo Local: Una Mirada hacia lo Local Este Programa de Grado tuvo como consideraciones fundantes para su nacimiento las profundas desigualdades sociales que por décadas caracterizaban a la sociedad venezolana y cuya expresión más elocuente lo constituían las condiciones de exclusión y pobreza de la gran mayoría de la población. Esta pobreza que también se 10

interrelaciona con situaciones de orden económico, cultural y ambiental, se venía conjugado con un sistema sociopolítico marcado por relaciones de poder que tradicionalmente

privilegiaban a cúpulas y élites en detrimento de las grandes

mayorías. Estos hechos alcanzaron su punto de quiebre en la década de los ochenta del siglo pasado, al calor de las políticas neoliberales impulsadas por las clases y grupos dominantes, en base a un esquema de inserción total en el proceso de globalización en curso, que se expresaba en “una grave crisis económica, los cotidianos escándalos de corrupción, los asesinatos de estudiantes y la represión despiadada del gobierno contra la protesta popular” (Memorias de Venezuela: “El Caracazo”. 2009. p.

48).

El 27 de febrero de 1989, en Venezuela, cuando ante la inercia de una clase política capaz de dar respuestas a la realidad, el descontento popular frente al paquete neoliberal del Fondo Monetario Internacional, no se hizo esperar y entonces se produjo el Caracazo, o “sacudón”, que se caracterizó por el rechazo del pueblo a un conjunto de medidas que lo llevó a lanzarse a las calles en protesta, siendo reprimido brutalmente por el gobierno de entonces, lo que generó un saldo de desaparecidos y víctimas de los cuales no se tienen cifras precisas. A partir de esa fecha se desencadenó una serie de eventos que culminaron en 1997 en la propuesta de un modelo político y económico para el país, distinto al neoliberalismo: la Agenda Alternativa Bolivariana; surgida a la luz de discusiones y encuentros populares, que conllevó la convocatoria para el diseño de un modelo político de democracia participativa, y que posteriormente, se transformó en el proyecto de gobierno y buena parte de la Constitución Bolivariana con la que ahora contamos los venezolanos.

Con la asunción al poder del Comandante, Teniente Coronel Hugo Rafael Chávez Frías, y la aprobación de la Constitución de la República Bolivariana

de

Venezuela en el año 1999, se dio inicio a la refundación del Estado, basado en un modelo democrático de nuevo cuño: la Democracia Participativa y Protagónica, reconociendo además la condición de país multiétnico y pluricultural y consolidando los valores de

soberanía,

libertad,

independencia,

paz,

solidaridad, bien común,

integridad territorial, convivencia e imperio de la ley, en un Estado de derecho y de

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justicia social, federal y descentralizado, sustentado en el ideal bolivariano y en la integración de los pueblos de la América Latina y el Caribe.

La Democracia Participativa implica el rediseño del Estado y la adecuación de las instituciones a la nueva legalidad. Figuras como la Contraloría Social, Presupuesto Participativo, los Consejos Locales de Planificación Pública, las Asambleas de Ciudadanos (a), entre otras, consagradas en la nueva Constitución, estimulan y permiten la participación corresponsable de los ciudadanos, coadyuvando estrategias para la reducción de la pobreza, la exclusión social y sostenimiento del sistema democrático. Es por ello que consolidar la democracia participativa como dimensión, social, cultural, económica y política, pasa por la construcción de nueva ciudadanía, (léase una nueva subjetividad)

en virtud de la cual el sujeto asume la

corresponsabilidad, conjuntamente con el Estado para el desarrollo de la Nación.

Con este propósito, la nueva Constitución de la República Bolivariana, otorga derechos y deberes políticos relacionados con la participación de los ciudadanos y ciudadanas, en la formación, ejecución y control de la gestión pública o contraloría social, como medios necesarios para lograr el protagonismo tanto individual como colectivo que garantice el pleno desarrollo: Todos los ciudadanos y ciudadanas tienen el derecho de participar libremente en los asuntos públicos, directamente o por medio de sus representantes elegidos o elegidas.

La participación del pueblo en la formación, ejecución y control de la gestión pública es el medio necesario para lograr el protagonismo que garantice su completo desarrollo, tanto individual como colectivo. Es obligación del Estado y deber de la sociedad facilitar la generación de las condiciones más favorables para su práctica. (Constitución de la República Bolivariana de Venezuela: Art. 62, 1999.)

En respuesta a todas estas consideraciones, el PFG-GSDL en la UBV emerge como programa para formar ciudadanos profesionales con una concepción distinta del trabajo comunitario, y ante la necesidad de crear las condiciones sociales para la transformación, su malla curricular se estructura en base a los ejes de formación de la UBV, a saber: epistemológico y metodológico, socio-cultural y ético-político, profesional y estético y lúdico que conjugan un conjunto de unidades curriculares con miras a la 12

formación integral (Documento Rector: 2003, p. 79), tomando en cuenta los principios de la Constitución de la República Bolivariana, el Nuevo Mapa Estratégico, el Proyecto Nacional “Simón Bolívar” (2007-2013).

Es importante señalar que a nivel de otras universidades existen programas de formación o carrera, que resultan a fin con el PFG Gestión Social, como el Trabajo Social, sin embargo, existen diferencias sustanciales que les distancian, en primer lugar la concepción formativa, segundo, el contendido de sus unidades curriculares, y en tercero, el campo concreto de actuación. Los trabajadores sociales se circunscriben a la ejecución de los programas sociales, orientado fundamentalmente a los grupos sociales considerados vulnerables. En esto se destaca la fuerte inclinación del profesional de Trabajo Social al área médico sanitaria, nicho donde históricamente ha residido el rol de este profesional de las Ciencias Sociales.

Los trabajadores sociales en su formación, tienen una tendencia a ver los fenómenos sociales aislados, fragmentados y estáticos, negando las contradicciones que se suscitan en el seno de la sociedad, definido por una racionalidad técnicoinstrumental para el abordaje de los procesos sociales, es por ello que la práctica laboral se inscribe el estudio de caso, grupo y comunidad, de manera parcelada, encontrando la explicación de los problemas sólo en la naturaleza humana individual y no es su interacción con el colectivo, influido por las condiciones sociales, políticas, económicas y culturales. En la actualidad, se debate sobre el rol que les corresponden jugar, sin embargo, los cambios no han sido significativos, los marcos referenciales no están atravesados por la diversidad y la complejidad, esas conexiones aún requieren ser establecidos, se trata de estar en la capacidad de superar las fronteras disciplinares, encarando los mil rostros de la realidad con solidez, actitud crítica y responsabilidad (Vélez, O. 2003).

En contraposición a la visión tradicional del trabajo social, el Programa de Formación de Grado Gestión Social del Desarrollo Local, se plantea como finalidad: “la formación de ciudadanos-profesionales bajo la mención de Licenciados en el campo de la Gestión Social y el Desarrollo Local y Técnicos Superiores Universitarios en Planificación de Programas Socio Comunitarios, dirigido a fomentar la vocación para el trabajo 13

comunitario, para la investigación participativa y con competencias para articular, diseñar y desarrollar políticas, planes y proyectos que deriven en la construcción, mejora y transformación de los espacios comunitarios en interacción con lo local, regional, nacional, continental y global, que fortalezcan y den cabida a la participación soberana en pro del desarrollo endógeno sustentable” (Documento Conceptual del PFGGSDL: 2005, p. 17) Es este sentido, todos nuestros egresados trabajan en pro del desarrollo endógeno, la activación y promoción del poder popular, en el ejercicio de la democracia participativa y protagónica, que hace necesario tener presente los principios consagrados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y los Planes de desarrollo económico social de la nación, a fin de mantener su pertinencia social.

En la Universidad Bolivariana, un trabajador social, a pesar de contar con elementos para el abordaje comunitario, su accionar no debe estar marcado por un empirismo. En este sentido, considero, que es preciso asumir la posibilidad de establecer y comprender lo social y las relaciones que se presentan en ese dinamismo, con una apertura para develar, problematizar e interpelar las contradicciones, despertar su capacidad para interrogarse y reinventar conocimientos desde

la esfera de lo

cultural y lo cotidiano.

Es importante destacar, que en el Programa de Gestión Social, confluye no sólo trabajadores sociales o sociólogos, sino un grupo variado de profesionales que con sus distintas

posiciones

teórico-metodológico

permiten

la

formación

de

nuestros

estudiantes. Ante esto, se hace imperioso desarrollar acciones de permanente formación para el fortalecimiento de la consciencia y curiosidad de los profesores, en la complejidad, la inter y transdisciplinaridad principios que nutran su acción pedagógica para una formación integral, con una capacidad de entender e intervenir en el mundo científica, ético, social, político, cultural y técnicamente. Y como se destacaba en párrafos precedentes, una actuación de los profesores de forma creativa e innovadora.

Muchas son las estrategias abordadas, entre las que se destacan, el diálogo de saberes, los talleres, las charlas, conversatorios, unas entre nosotros mismos (los profesores), con nuestras fortalezas profesionales y otras con el apoyo de personas vinculadas en áreas de interés para el programa. Se diseñan orientaciones a partir de 14

los programas de las unidades curriculares y/o guías didácticas, que permitan el trabajo integrador del proyecto socio-comunitario. He visto con preocupación que a pesar de los esfuerzos, los avances son lentos, debido a veces a prácticas pedagógicas tímidas e ingenuas y en otras, hasta prepotentes, ante los estudiantes y las comunidades, e incluso ante nosotros mismos como iguales o compañeros de trabajo, imponiéndose modelos conductistas que definieron la educación tradicional y cuyas prácticas mucho daño le hacen a nuestro modelo educativo.

Creo que son necesarios nuevos valores, del bien común, del hecho político, social y cultural, como la humildad ante la labor que emprendemos, la tolerancia, la disposición y el reconocimiento de estar en un proceso de formación permanente, para aceptar que en la práctica social de la que formamos parte, poco a poco nos va haciendo (Freire, 1993, p. 87); es imperante transformarnos en la solidaria, la cooperación, la esperanza y la tolerancia.

La Coordinación del PFG-Gestión Social del Desarrollo Local: Un Reto En el 2006, asumo la coordinación el PFG-GSDL; responsabilidad que implicaba un programa integrado en un 100% por profesores de Misión Sucre, con presencia en los trece municipios del estado Monagas, y no sólo eso, sino en otros cuatro estados del eje nororiental (Anzoátegui, Sucre, Nueva Esparta y Delta Amacuro), situación que representó conformar un colectivo con un alto compromiso político, un espíritu solidario y desprendido para el trabajo en la construcción de la universidad, donde se garantizara el derecho y gratuidad de la educación, sin distinción de la condición económica, género, raza o religión.

El ser un programa municipalizado y con la magnitud de trabajo en las aldeas y estados, requirió definir medios y estrategias para atenderlos, se realizaban jornadas de trabajo y acompañamiento, se conformó un CD contentivo de la información del Programa de Gestión Social del Desarrollo Local, así como se diseñó una página Web. Sin embargo, considerando las realidades y necesidades, es prudente destacar, que con no sólo con la voluntad y compromiso se logra y trabajo efectivo, lo que hace necesario pensar en estrategias hacia un modelo que se ajuste más a las contextos 15

locales, a retomar las propuestas contenidas en los Fundamentos Conceptuales de la Misión Sucre y el Documento Rector de la UBV, en considerar las modalidad de estudios que apunte hacia una formación semipresencial o de otro orden, parafraseando a Casañas M. (2005, p. 17), para llegar a todas partes es necesario utilizar los recursos, las tecnologías, cambiando los métodos y las formas de llevar la formación.

Estoy convencida, que en este modelo educativo las prácticas pedagógicas deben alejarse de la imposición, de la verticalidad y del direccionamiento centralizado, con las cuales se corre el riesgo de no estimular la creatividad de los docentes, estudiantes y comunidades.

Los

egresados

como

Técnicos

Superiores

Universitario:

Una

“Nueva

Institucionalidad”.

Desde la UBV, y en particular desde el PFG-GSDL, se desarrolla una sensibilidad social para el trabajo comunitario, y conscientes de algunas debilidades en su formación, nuestros estudiantes y técnicos son altamente buscados, aunque a veces no con las expectativas de estabilidad laboral que se espera dentro del ámbito institucional, los solicitan como colaboradores o como pasantes para realizar actividades puntuales.

Aún a pesar, de reconocerles su capacidad para el trabajo, articulación y desempeño con las organizaciones sociales, para elaboración de planes de acción, el levantamiento cartográfico, entre otras, muchas veces no reciben el apoyo o estimulo, los solicitan para ejecutar estudios sociales y cartográficos, logrando cumplir “metas” establecidas por la organización, que propicia el acercamiento de la institución con la comunidad. Sin embargo la relación institucional no transciende; no logra transformar esa institucionalidad, esas prácticas cotidianas en las instituciones, al igual que las educativas no son formas neutrales de hacer, sino que responden a la dinámica de las relaciones de poder que por muchos años ha estado instauradas, y que obedecen a formas de dominación imperceptibles que no logramos apreciarlo de manera tangible.

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Con todo y la sensibilidad social que caracteriza a los egresados de la UBV hay trabas burocráticas, los presupuestos no son suficientes, algunas instituciones no están descentralizadas, los gobiernos locales y regionales, hacen practica de contratar fundamentalmente a sus más allegados, sin considerar la calidad del ciudadanoprofesional de la UBV. Estoy convencida, que acciones como estas atentan contra la posibilidad de estabilidad laboral de los egresados quienes no ven atendidas sus necesidades de un empleo que represente la obtención de un ingreso para cubrir las distintas necesidades personales, y más grave aún la posibilidad de aportar en los cambios institucionales que permitan la: “creación de una institucionalidad cuyo valor supremo sea la práctica de la justicia y la equidad, que frente a la dialéctica del derecho y la justicia, sean capaces de decidir por la justicia sin minar la bases del derecho” (Proyecto Nacional Simón Bolívar, 2007, p. 17) En la UBV, se deben desarrollar acciones más contundentes para establecer vínculos con el Estado, donde nuestros egresados visualicen las diversas opciones que este brinda para el empleo, tales como las empresas de producción social, las cooperativas, centros de investigación social, instituciones privadas y el desarrollo de un sistema de innovación que logre: “la consolidación de una estructura socio-institucional y legal, de capital social, de redes de agentes interesados, de conocimiento de las necesidades de la sociedad, de las experiencias alcanzadas y de los recursos necesarios” (Proyecto Nacional Simón Bolívar, 2007, p. 68) Desde cualquiera de estas formas asociativas que permitan el ejercicio profesional estaremos aportando en la construcción de esa nueva institucionalidad que tanto nos demanda el país y que exige mucho más de los profesionales egresados de la Universidad de la Revolución.

La UBV y la Interacción Social Transformadora: Rompiendo el viejo modelo de la Extensión Universitaria.

Tradicionalmente en las universidades, el quehacer de la actividad docente se estructura desde tres dimensiones fundamentales: docencia, investigación y extensión, Art. 82 de la Ley de Universidades, la práctica que se ha hecho de la extensión en una 17

de sus acepciones es “extender algo a”, en este caso los conocimientos, las técnicas y las acciones de la universidad. Esa relación extensionista de la universidad se hace con un espíritu de ver las comunidades con un sentido de minusvalía, y en donde se realizan las actividades de la universidad, muchas veces con una actitud indiferente ante las necesidades reales de las localidades, en una representación aislada y fragmentada del quehacer docente.

Dimensiones del quehacer Docente Docencia

Investigación

Extensión

Y se profundiza esa visión errada del trabajo comunitario, a partir de la promulgación de la Ley de Servicio Comunitario del Estudiante de Educación Superior (2005), donde se reproduce la práctica de actividades de carácter asistencialista que tradicionalmente venían haciendo las universidades, se establecen 120 horas, lapso que poco efecto puede tener. El Servicio Comunitario es entendido como: “la actividad que deben desarrollar en las comunidades los estudiantes de educación superior que cursen estudios de formación profesional, aplicando los conocimientos científicos, técnicos, culturales, deportivos y humanísticos adquiridos durante su formación académica, en beneficio de la comunidad, para cooperar con su participación al cumplimiento de los fines del bienestar social…” (Ley de Servicio Comunitario del Estudiante de Educación Superior, 2005, Art. 4) Allí se puede apreciar cómo en su intento por recuperar el compromiso con las comunidades se propicia la cooperación para mejorar las condiciones de vida de los habitantes de las comunidades. Sin embargo, en su aplicación concreta podemos ver, que dicha Ley se constituye en un espacio para la ejecución de acciones con un marcado peso asistencialista, con poca participación de la comunidad, donde se elaboran proyectos de limpieza de escuelas, canchas, operativos de salud, etc. Acción esta, que la evidenciamos constantemente en nuestras comunidades, donde tenemos la oportunidad de compartir con otras universidades.

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La UBV, ocupa un lugar privilegiado como un proyecto universitario, para dejar saldos positivos en la comunidades, rompiendo con el concepto que aún prevalece en las universidades tradicionales, de actividades de “extensión universitaria”, para adentrarse en la experiencia del día a día, en la interacción con los actores sociales del pueblo, el reconocimiento de las comunidades y por ende con el proceso de fortalecimiento de las bases sociales.

Como he venido diciendo, a través del Proyecto de interacción social, y mediante la aplicación del diagnóstico participativo, el diálogo de saberes, la planificación de actividades, con y en las comunidades, en pro de un proyecto se ejerce el respeto y la tolerancia en las relaciones sociales y culturales; es ese espacio para la interacción social transformadora donde convergen la investigación, la docencia y la extensión.

Dimensiones del quehacer Docente

Formación

Investigación

Interacción Social Transformadora Proyecto Socio-comunitaria

Y cada día, me inclino a creer, que desde la UBV es necesario trascender las barreras de la implementación de paliativos asistencialista, que se manifiesta en el operativo de salud, cedulación o mercal, o la fiesta de los niños; con una claridad del propósito político-social de ello, en la necesidad de reconocer en la comunidad el espacio para la reivindicación del concepto de participación social; para encender el Quinto Motor de la “Explosión del Poder Popular”, tal lo como lo señalara el presidente de la República Bolivariana de Venezuela cuando hizo el lanzamiento de los cinco motores constituyentes, siendo importante asumir la democracia participativa y protagónica.

Y es a partir la Unidad Básica Integradora, denominada Proyecto, donde la articulación entre la formación, investigación e interacción socio-comunitaria concreta la participación de las comunidades en todas y cada una de las fases. Es Proyecto, la columna vertebral de la formación de los nuevos ciudadanos profesionales, que la UBV, 19

entendiendo las dinámicas que se generan durante el proceso, que en algunos momentos representan avances y otras un alto para redefinir acciones en pro de transitar hacia nueva relaciones hegemónicas del poder Ciertamente, hemos encontrado muchos problemas en la ejecución de los Proyectos de Interacción Social, en virtud de la confusión que inicialmente representó; es necesario deslindarnos del inmediatismo, el asistencialismo u otra práctica mal interpretada como solución de los problemas. Por consiguiente, es necesario establecer la conexión entre la formación y la investigación con la acción social transformadora. Y reavivar la conexión en la democratización del conocimiento y en la construcción del poder popular.

En la ejecución de los Proyectos de Interacción Social, se han presentado confusiones, siendo necesario deslindarnos de esa creencia del inmediatismo, del asistencialismo u otra práctica mal interpretada como “solucionador de los problemas”.

Proyecto, entonces, se constituye en el eje central de formación de los estudiantes y es la articulación entre la formación, investigación e interacción socio-comunitaria, es decir, la estrategia donde se concreta la participación de las comunidades en todas y cada una de las fases.

Esas relaciones en la UBV, hasta ahora ha dado pocos cambios cualitativos en lo local, que implica más la voluntad de algunos pocos profesores, estudiantes, como de las comunidades, donde el problema de la participación política no se visualiza como una prioridad, y es por ello, que ante medidas asistencialistas que se implementan desde otras universidades, los sectores populares, se dejan llevar por espejismos, al creer que con paliativos, en esencia, son resueltos los problemas que les aquejan.

Así, en la labor diaria desde la UBV, al incorporar a nuestros estudiantes desde el inicio de su formación profesional, es necesario en una relación dialógica con sus comunidades, que propicie la promoción de la investigación social vinculada a la satisfacción de las necesidades, integración y recreación de los saberes, con responsabilidad y compromiso en lo social; donde el Estado, la Universidad y la comunidad se encuentren.

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La UBV y la Explosión del Poder Popular: Proyecto de Interacción Sociocomunitaria.

La Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela como basamento jurídico, expresa un conjunto de valores supremos que apuntan a la construcción de un nuevo hombre, con una conciencia histórica, una identidad nacional y comprometido con su patria, un sujeto consciente, en pleno ejercicio la corresponsabilidad, de la función política, que no sólo logra penetrar las subjetividades, sino que actúa en todas esferas del quehacer social y colectivo, como fuerza y motor de las transformaciones.

Es importante destacar que en el caso particular de la República Bolivariana, el poder popular durante estos últimos años ha adquirido una connotación muy diversa transcendiendo la simplista mirada de instrumentos de control de los partidos políticos que a su vez se convertían en los mecanismos de control definido por los sectores poderosos del imperio. La trayectoria ha sido muy diversa, e incluso durante la década de los ochenta, los movimientos sociales eran considerados a partir de la proyección de las experiencias de los sectores medios de la sociedad, dejando de lado, las luchas reivindicativa de los sectores populares.

En esa relación UBV-comunidad, ha cobrado mayor fuerza el reconocimiento de las luchas sociales, se entiende lo dinámico de los procesos, con horizontes amplios o estrechos, en ese devenir socio-histórico se articula lo político con lo social, a partir lo cotidiano para incidir en el mismo y trascender a niveles más complejos. Desde esta posición: “el Poder Popular es el proceso a través del cual los lugares de vida (de trabajo, de estudio, de recreación) de las clases subalternas se transmutan en célula constituyente de un poder social alternativo y liberador que les permite ganar posiciones y modificar la disposición del poder y las relaciones de fuerza y, claro está avanzar en la consolidación de un campo contrahegemónico” (M. Mazzeo, 2007, p.18)

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El espacio de la comunidad, como espacio social, histórico y cultural,

es

importante para los ciudadanos en el ejercicio de la prácticas liberadoras, democráticas y participativas, que integren el interés individual y el

interés colectivo, que se

consideran complementarios y no separados, en un marco de valores y principios como la paz, la libertad y la solidaridad.

A mi modo de ver, se hace necesario revitalizar la participación y el protagonismo, y esforzarnos por construir valores culturales, éticos y políticos, que nos representen como nación, es también importante, romper con la cultura política de dominación y control desde los partido políticos y crear nuevos procesos de organización y participación social. A nuestras comunidades hay que reavivarlas con documentos

que

relaten

su

trayectoria

y

que

apropien

de

conocimientos,

reconociéndolos desde lo colectivo como un valor superior.

Se trata entonces, de entender la conveniencia de proyectos de organización y movilización social y popular, donde se resitúen los significados de la participación popular, el poder popular, el empoderamiento, hasta penetrar en nuestras venas, sensibilidades y en fin nuestra conciencia. Proyectos Locales, que respondan a nuevas condiciones políticas, económicas y sociales, donde la integración Latinoamericana y Caribeña sea el norte, o mejor dicho, el sur, como los señala nuestro Presidente Chávez.

El Proyecto de Interacción Socio-comunitaria: Contando un poco mi experiencia.

Desde el Programa de Gestión Social del Desarrollo Local, he estado vinculada al desarrollo de la Unidad Básica Integradora Proyecto transitando por los distintos trayectos, los cuales han sido organizados en los diversos momentos metodológicos, que se inician con el acercamiento a las comunidades para despertar el interés y desarrollar la sensibilidad en los profesores y estudiantes para el trabajo comunitario, los cuales progresivamente van estrechando los lazos con sus comunidades, además de ir propiciando los procesos formativos, iniciando el diagnóstico participativo, la construcción del Plan de Desarrollo Local y la articulación con la red de instituciones vinculadas con la problemática que presentan dichos sectores. Los estudiantes 22

conjuntamente con las comunidades se articulan con las distintas expresiones de la organización comunitaria, Comité de Salud, Mesa de Energía, de Agua, para lograr la integración, a veces no resulta fácil, algunas personas esperan respuestas más inmediatas a sus necesidades.

En el transcurrir de Proyecto como Unidad Básica Integradora, en los cuatro trayectos, supone ser constantes, dando inicio con el diálogo, las reuniones, encuentros y levantamiento del censo comunitario, aplicando metodologías cualitativas, como la investigación acción participativa. Sin embargo a veces es difícil desprenderse de ese afán de aplicar los métodos cuantitativos, dando como resultado un marcado peso descriptivo a los informes de proyecto que se realizan.

Es importante enfatizar, que aún cuando las comunidades están participando en las actividades, considero que vamos a paso lentos, en vía de empoderarnos del Poder Popular. Muchas de nuestras comunidades están definidas, como lo destaca A. Antillano (2005) “más por lo que carece que por lo que es, por su negación más que por su afirmación”, y en este sentido, la construcción del Poder Popular se condiciona, mas por las pocas respuestas de los órganos regionales y municipales, que a veces se muestran hasta indiferente ante nuestras comunidades, que por los niveles de conciencia que se tiene.

Esa es una preocupación, tanto del cuerpo profesoral, los estudiantes, como de las comunidades, que no permite que fluya el Poder Popular, siendo imperioso oponerse a las fuerzas de resistencia que durante mucho tiempo nos ha tenido anclados, y no por un mandato constitucional, sino porqué desde las entrañas de la patria así se requiere, es imperioso, transferir todo el poder al pueblo, a través de sus distintas expresiones, Consejos Comunales o Comunas, entre otras.

Una Nueva Perspectiva para un Trabajador Social en la Docencia: Algunas conclusiones.

Desde los espacios de la UBV, la lucha se centra en continuar desmontando las tradicionales concepciones del trabajo social, es decir, continuar ese despertar de mi capacidad investigativa e incentivar la posibilidad de cuestionar mi actuación, entender 23

que todos los escenarios deben servir para interpelar y privilegiar la construcciĂłn colectiva.

Entonces, para mĂ­, desde la UBV es necesario revisar y entender permanentemente el papel que me corresponde jugar como trabajador social, y en particular vinculada con el PFG-GSDL, es entenderme como investigadora por el hecho de ser profesora. Asumiendo los retos diarios, con convicciones de participante y militante de las gestas emancipadoras, constructores de sueĂąos, donde hombre y mujeres seamos capaces de unir voluntades para conquistar los espacios de lucha soberana, del poder popular enrumbada hacia el Socialismo del Siglo XXI.

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