2 El perseguidor
Domingo, 20 de abril de 2014
MARÍA BELÉN MORALES /Creadora plástica Hablar con María Belén Morales (Santa Cruz de Tenerife, 1928) es hablar con una parte importante de la historia del arte en Canarias. 60 años de trayectoria la avalan. Siempre a la vanguardia. Impulsada por su desbordante imaginación ha alcanzado un lenguaje propio. A sus 85 años se vislumbra el brillo en sus ojos. “Mi mente siempre está trabajando”, comenta. Ahora está inmersa en la creación de una serie de dibujos al pastel en los que homenajea a los oficios relacionados con la escultura. BENJAMÍN REYES -¿Cómo recuerda su infancia en el barrio de Salamanca? “Como un cuento de hadas. Es una etapa donde prima la fantasía sobre el recuerdo. En esa época se producían detenciones, escuchaba comentarios sobre que habían detenido al abogado de mi padre, pero todavía era pequeña y vivía en mi mundo particular. Las calles eran de tierra. Cuando llegó el gas natural fue una especie de fiesta”. -¿A qué obedecen los cambios de domicilio de su familia? “Vivimos dos años en Tacoronte porque mi hermana Carmen padecía tuberculosis y recomendaron a mi familia trasladarnos allí. Falleció en 1942 y mi madre prefirió no volver a la casa donde nos habíamos criado. Por eso fuimos a la calle de El Pilar. Luego vivimos en Suárez Guerra porque mi padre había heredado la Fábrica de Tabacos El Águila Tinerfeña”. -Aprendió vaciado y otras técnicas de su tío Enrique Cejas Zaldívar. “Trabajar en el estudio de mi tío me ayudo a superar la tristeza por la pérdida de mi hermana. Limpiaba los moldes, amasaba el barro... Fue mi primer profesor. Aprendí de él el amor por la escultura”. -¿Cuál era el ambiente en la Escuela Superior de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife? (1948). “Éramos los mismos alumnos de la Escuela de Artes y Oficios. Mariano de Cossío, Pedro de Guezala, Miguel Márquez fueron grandes profesores. Existía un ambiente de compañerismo e intercambio de ideas. No era tan teórico como en la actualidad. Aprendí a encajar el dibujo, a matizar las luces... Ahora estoy trabajando con pastel y me estoy acordando de lo que decía Guezala”. -¿Qué queda de aquella María Belén Morales que expuso por primera vez en 1949 en el Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife? “Todavía queda mucho. Sobre todo buenos recuerdos. Aunque también hay alguno malo. Recuerdo una discusión entre dos artistas por un espacio expositivo. Pedro de Guezala se acercó a mí y me dijo: “Lo importante es estar, el sitio es lo de menos”. Me dio una lección”. -¿Por qué esculpe María Belén Morales? “Por necesidad. Necesito ocupar un espacio. El arte tiene que estar presente en determinados sitios. Mi mente siempre está trabajando. Sería una maravilla materializar todo lo que sueño”. -¿Qué es el arte? “El arte es un sentimiento tan profundo que no se puede explicar. Existe un nivel intelectual relacionado con el conocimiento y otro emocional. El arte abstracto crea un impacto. Si te impacta ya estás entendiendo algo. La misión del arte es sintetizar la realidad”. Desde la década de los 50, María Belén Morales empezó a romper con los cánones clásicos. En 1954 fija su residencia en Tacoronte y se inicia en la forja en el taller de José Almenar. -En Pescadoras (1950) ya se vislumbraba un preludio de formas posteriores: triángulos y vértices agudos. “Inconscientemente empleé el triángulo simplemente por composición. Qué iba a poner, ¿un barco en el horizonte? La fuga de la línea y las diagonales forman parte de mi obra”. -¿Por qué no siguió el camino del indigenismo? “Tanto Lola Massieu como yo queríamos expresarnos con más libertad. Presentía que había otro lenguaje. Me quería desprender de la figuración. El arte abstracto me permite mayor libertad intelectual”. -Lorenzo Santana dice que sus modelos conscientes han sido Julio González, Barbara Hepworth y Ángel Ferrant. “Barbara Hepworth y Plácido Fleitas comenzaron a desarrollar la técnica del vaciado de la materia. Eso me fascinó. En Mujer con gánigo no aparece el gánigo sino su hueco. Es el espectador el que debe completar la obra. En arte no hay que explicarlo todo”. -¿Qué importancia tiene Tacoronte en su imaginario? Se trata, además, de la tierra en la que dio sus primeros pasos el
“MI OBRA EXPRESA ANSIAS DE EXPANSIÓN EN EL ESPACIO” creador Óscar Domínguez. “La mitología de Óscar Domínguez se creó en Tacoronte: La cueva de guanches funde sus raíces en el barranco de Guayonje. Aunque no lo conocí personalmente, sí mantuve relación con su familia. A los once años me impresionó El retrato de la pianista Roma. Creé unas manos inspiradas en este lienzo que las tengo sobre un piano-paisaje. Mi caso es más simple. Ya desde pequeña veraneaba en Tacoronte, lugar al que está unida mi creatividad. A veces, incluyo en mis obras el acantilado y el mar, sintetizado en una sola línea”. -¿Qué valor le concede al grupo Nuestro Arte una vez transcurrido el tiempo? “Creo que es el movimiento artístico más importante de la historia de Canarias. Fue un modo de aglutinar a los creadores que necesitábamos otra manera de expresión, de romper con la idea del arte imitativo. Algunos iniciamos esa
Diario de Avisos (Santa Cruz de Tenerife) 20/04/2014. Página 54
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ruptura en las ferias de Navidad del Círculo de Bellas Artes que se organizaron durante tres años consecutivos en la capital tinerfeña. Allí y en el Museo Municipal surgió la idea de crear el grupo Nuestro Arte. La sociedad canaria no estaba acostumbrada a la abstracción”. En 1963 figura como cofundadora del grupo Nuestro Arte, el primer colectivo canario que aboga por la vanguardia. -Concita la atención el empleo que hace del objeto azaroso. Por ejemplo, en Lámpara de arañas (1962) incluye tres piedras recogidas en el mar,o en Ícaro (1962) usa fragmentos de chatarra y utensilios agrícolas abandonados. “El objeto encontrado es muy sugerente. Hay una gran riqueza en ellos. Así como en los discos de embrague. Son plásticamente estéticos. Cualquier cosa puede ser arte”. -Tanto en su casa de Santa Cruz como en Tacoronte alberga
Biblioteca de la Universidad de La Laguna.