Viernes, 28 de agosto de 2015
Benjamín Reyes
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Uno tiene la sensación de caminar por un desierto, bajo un sol de justicia, en el que es difícil tener referencias visuales más allá de la sucesión de pequeños conos volcánicos que se divisan en lontananza (entre ellos Montaña Roja) hasta llegar a la zona de malpaís, tras la cual campan a sus anchas numerosas cabras, de las que se obtiene el popular queso majorero (palabra que procede de “maxorata”, antigua tribu de la isla). Una de mis principales motivaciones a la hora de emprender este viaje era conocer el Islote de Lobos, en cuyos apenas 25 kilómetros cuadrados nació Josefina Pla en el faro de Martiño. No es la única construcción del islote. 45 chozas de pescadores se diseminan por él, algunas de las cuales tienen más de 100 años, asimismo todavía se mantiene en pie La Chuchanga, una antigua zona en la que se agrupaban animales, actualmente abandonada. Caminar por los senderos del islote fue una experiencia telúrica, en contraste con la sensación de ingravidez que produce estar en la cima de Montaña La Arena, que marca el punto más alto del islote con 127 metros de altitud. Merece la pena hacer la costosa subida y aguantar el bochorno de agosto para otear toda la superficie del islote, Lanzarote y la costa de Corralejo. Después se podrá relajar uno en la paradisiaca y cristalina playa de La Calera, donde se concentra el común de los turistas que vienen en el barco tras sufragar 12 euros. Es significativo como el modus vivendi de la segunda isla más extensa del archipiélago canario ha pasado de los molinos de viento, los hornos de cal, las salinas y el ganado caprino al turismo de masas en apenas tres décadas. A pesar de que su población ha aumentado el 43% en los últimos 15 años, sigue teniendo una baja densidad, ya que sus 106.456 habitantes (según el censo de 2012) se distribuyen en 1.660 kilómetros cuadrados, de los cuales el 22% son italianos. Personajes históricos Miguel de Unamuno (1864-1936) está vinculado a la historia de esta isla declarada Reserva de la Biosfera (2009),
ya que estuvo desterrado aquí cuatro meses en la época de la dictadura de Primo de Rivera (concretamente en 1924). Su estancia en la isla le marcó de tal manera que publicó De Fuerteventura a París. Dejó escrito: “Fuerteventura es una ultra Castilla”, a lo que añadiría que “es pre-África”, por la aridez de su geografía y la habitual presencia de ciudadanos de raza negra. Aunque la población majorera hace gala de la estadía del artífice de San Manuel Bueno Mártir en Fuerteventura, en realidad debería de hacerlo de Josefina Pla (1903-1999), insigne escritora, poeta y creadora plástica, que nacida en el islote de Lobos, llegó a ser considerada una figura crucial en la cultura de Paraguay en el siglo XX, a donde emigró. Ya se sabe que nadie es profeta en su tierra. Aparte de un busto y placa en su cuna natal, ninguna calle de Puerto del Rosario la recuerda. Sin embargo, el callejero de la capital majorera sí recuerda al pintor Juan Ismael (1907-1981), quien además da nombre a un moderno centro artístico. Sin embargo, la población no parece conocerlo. Otro de los alicientes de la isla que conquistó el normando Jean de Bethencourt en 1405 es visitar El Cotillo, un recoleto y coqueto pueblo pesquero situado en el noroeste de la isla, en el que aparte de bañarse en la magnífica playa de La Piedra, de tres kilómetros, se puede degustar pescado fresco en sus numerosos restaurantes a un precio “salado”. No es posible conocer Fuerteventura en un solo viaje, una isla que ofrece diversas opciones para los viajeros que quieran algo más que tostarse al sol en la playa, como practicar windsurfing, senderismo (cuenta con 255 kilómetros de senderos), ciclismo o recorrer la isla en diversos vehículos de automoción. Así como visitar las Cuevas de Ajuy, montaña Tindaya (que ya no se permite subir), la zona de Cofete (alejada de cualquier atisbo de civilización), las antiguas capitales de Betancuria y Antigua, Barranco de los Encantados… No es de extrañar que la reciente superproducción de Hollywood, Exodus, rodara aquí sus localizaciones. Otra cosa es que sea una buena película.
Diario de Avisos (Santa Cruz de Tenerife) 28/08/2015. Página 55
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unque lo primero que concita la atención es su aridez, Fuerteventura es la isla de las playas, de las mejores playas de Canarias, que te hacen sentir que todavía existen espacios de libertad. Las playas de la isla majorera son playas kilométricas, generalmente de dorada arena, en las que el bañista más cercano es solo una miniatura a lo lejos. La experiencia de practicar senderismo-playa en Fuerteventura es única. Recorrer descalzo los más de 10 kilómetros de las espectaculares playas de Jandía, que engloban Costa Calma, Esmeralda, Sotavento y Esquinzo, produce una sensación de total y absoluta comunión con la naturaleza. De día, bañándose en el mar, que llega a la costa en sucesivas ráfagas, y de noche oteando el manto de estrellas. La zona turística de Costa Calma, que hace honor a su nombre, se empezó a desarrollar en 1984 (construyéndose el primer hotel en 1977) y es un ejemplo alejado del concepto de turismo de masas que se ha desarrollado en Corralejo. La zona de baño más llamativa en Costa Calma es playa Esmeralda por sus pequeños y caprichosos riachuelos que se forman en su entorno. Sin lugar a dudas, uno de los principales reclamos de Fuerteventura son las dunas de Corralejo. Bien merecida tienen su fama. Sus preciosistas dunas se desarrollan longitudinalmente durante seis kilómetros, en los que es posible bañarse en un mar de peligrosas corrientes (que costó la vida a un bañista el pasado 11 de agosto), así como tres kilómetros transversalmente. Caminar sobre las dunas de Corralejo (topónimo que significa “corral pequeño”) fue una experiencia mesiánica. Como buen viajero, ajeno a los designios del turismo de masas, me adentré en el microdesierto, movido por la curiosidad de qué habría más allá de las dunas. Al otro lado de los barjanes próximos a la carretera, donde la mayoría de los turistas se sacan instantáneas a escasos metros del asfalto, está la verdadera esencia de las dunas de Corralejo, que incluye toparse con huesos de pardelas o cabras.
SUPLEMENTO DE OCIO, CULTURA Y ESPECTÁCULOS
Fuerteventura ha sido la cuna de dos de los intelectuales canarios más destacados del siglo XX (Josefina Pla y Juan Ismael),sin embargo, la población majorera desconoce,en gran medida,su trascendencia
Biblioteca de la Universidad de La Laguna.
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