Crítica de Código fuente: déjà vu

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viernes 3/6/2011

NOTICIAS Madame Hydra

de cómics

Hiperbreves S.A.

Víbora donde las haya

Flight

Esta semana le vamos a dedicar estas líneas a una mujer de armas tomar, un personaje que ha estado en las quinielas como parte del reparto de la película del Capitán América, aunque al final parece ser que no va a formar parte de ella. Hablamos de Madame Hydra. Conviene aclarar que durante una gran parte de su carrera delictiva utilizó el nombre de Víbora. Eso sí, tras deshacerse sutilmente del anterior dueño de dicho apodo. Madame Hydra es una creación de Jim Steranko (CapitánAmerica, Nº 110, 1966), alma mater de Shield y, por supuesto, del incansable, Nick Furia. Steranko la incluyó en la serie como miembro fundador de la organización terrorista Hydra, al servicio del Barón Von Strucker y del nazi Cráneo Rojo. La historia de Madame Hydra es la típica de esta época. Se encontraban en plena guerra fría, por lo que la gran mayoría de villanos o eran soviéticos, asiáticos o provenían del otro lado del telón de acero. Este es precisamente su caso, una huérfana de un país de la Europa del este que crece rodeada de violencia y delincuencia… Vamos, lo ideal para el desarrollo de una persona. De aquí daría el salto a Madripur y junto a Lobezno (en su etapa de agente) y Seraph tuvo su primer gran enfrentamiento: su rival, Dientes de Sable. Esto llamó la atención de los grandes villanos, siendo finalmente Cráneo Rojo quien logró hacerse con sus servicios e integrarla en su recién creada organización, Hydra. Durante las cuatro décadas que lleva entre nosotros se ha enfrentado a prácticamente todos los superhéroes de la casa de las ideas. Desde sus inicios frente al Capi, continuó con Spiderman, en su etapa junto al Samurai de Plata, con la Patrulla X, cuando intentó acabar con la prometida de Logan, Mariko. En resumen, un currículum de lo más granado. Aunque sus actos más sonados fueron cuando casi logra derribar el helitransporte de Shield sobre el Capitolio y, sobre todo, cuando consiguió “envenenar” al presidente de los Estados Unidos convirtiéndole en Serpiente. Y no podemos olvidarnos de su breve matrimonio –bajo coacción sentimental– con Lobezno. ¡Viva Le Femme Fatale! Jarra inhopet@yahoo.es

Ojo con los flaps, los slats y los spoilers. Comprueba el tren de aterrizaje. Atento al altímetro y sobre todo al velocímetro. Los mandos son casi lo de menos en esto. Trátalos con suavidad. Olvídate del resto del mundo y concéntrate, pero bien, en las luces de la pista. El aterrizaje será de emergencia. Ya están preparados los bomberos y los equipos de rescate. Suerte y, sobre todo, no le quites ojo a la pantalla del simulador. RSQ hiperbreve.blogspot.com

Noticias del séptimo arte

Orlando Bloom

Abigail Breslin

Gérard Depardieu

Era una noticia esperada, pero que no acababa de confirmarse. El actor nacido en el condado británico de Kent volverá a interpretar al príncipe elfo Legolas en la película “El Hobbit” de Peter Jackson.

La joven neoyorquina, protagonista del filme “Pequeña Miss Sunshine”, admite haber cobrado 30.000 euros diarios por su participación en el rodaje de “New Year’s Eve”.

El intérprete francés retomará el papel de Obélix con motivo de la grabación de “Asterix: Dios salve Bretaña”, un proyecto cinematográfico en 3D que ya dirige Laurent Tirard.

“Código fuente”

“Dèjá vu” El segundo filme dirigido por Duncan Jones, tras “Moon” (2009), no es una aventura de mecánica cuántica ni de cálculos parabólicos sino una entretenida película de ciencia-ficción que ahonda en la paradoja espacio-temporal, sin las ínfulas de “Donnie Darko” (2001) o “Primer” (2004). Protagonizada por Jake Gyllenhall (que también encabezaba el reparto de la susodicha “Donnie Darko”), “Código fuente” es una especie de “Atrapado en el tiempo” (1994) post 11-S, en el que un soldado revive, una y otra vez, los últimos ocho minutos de un atentado terrorista en un tren, con el objetivo de evitar un segundo atentado en el centro de Chicago. Esto es posible gracias a que un revolucionario programa en la lucha contra el terrorismo, llamado precisamente Código fuente, aprovecha el remanente “post mortem” que subyace en el cerebro, una vez que el cuerpo fenece. La fórmula ciencia-ficción con raíces en la realidad (sociedad angustiada por el miedo), más thriller de

acción funciona hasta el último segmento de la cinta gracias al eficaz montaje de Paul Hirsch, su atractivo visual, una sugerente banda sonora con ecos del Bernard Herrmann de “Psicosis” (1960) y un convincente trío protagonista (que completan Vera Farmiga y Michelle Monaghan); pero, la historia que propone el guionista Ben Ripley no se sostiene durante los 93 minutos que dura el largometraje. Aparte de que repite “ad nauseam” el mismo patrón narrativo, con pequeñas variaciones, al final se decanta por un énfasis emocional de pacotilla. “Código fuente” es uno de esos títulos en los que está prohibidísimo contar el final. Y precisamente, su principal handicap es que, una vez vista, ya no merece la pena volver a verla. El final, además, esconde una facilona reflexión sobre la fugacidad de la vida y la esperanza de un mundo mejor, que invita a vivir cada instante con más humor y más amor. Pues eso.

El Día (Santa Cruz de Tenerife) 03/06/2011. Página 56

Benjamín Reyes

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Biblioteca de la Universidad de La Laguna.


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