Película de culto: Dead Man

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Miércoles, 16 enero 2008

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CyUltUrCll Canarias

Cine Película de culto

Dead Man (Jim Jarmusch, 1995) ^B.R. Fotograma de "Las trece rosas", dirigida por Emiiio Martinoz-Lázgro./ m i n npnini

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William Blake abandona su trabajo de contable enCleveland para ir en busca de mejores perspectivas laborales a Machine, una inhóspita ciudad industrial en el oeste del Estados Unidos de finales del XIX. Aquí se convertirá en un fiíera de la ley, cuya recompensa se cotiza en quinientos dólares. Con este sencillo argumento, el francotirador Jim Jarmusch se "carga" el westem, el género que muchos críticos consideran como el único género puro. "Dead Man" nada tiene que ver con el westem crepuscular "Sin perdón (1992), de Clint Eastwood; ni con los últimos intentos baldíos de reflotar el género como "Open Rage" (2003), "Tombstpne" (1993) o "Bailando con lobos" (1990). Con un inicio suísyugante (con homenaje al cine mudo incluido), "Dead Man" es xm westem alucinógeno y desmitificador que cuenta con un reparto estelar encabezado por el estrambótico Johnny Depp. Le secundan Gabriel Byme, John Hurt, Billy Bob Thomton, Steve Buscemi, Alfred Molina, el cantante Iggy Pop y Robert Mitchum, en la que sería su última aparición en la pantalla grande. Todos trufados de ambigüedad moral. Aquí no hay "buenos" ni "malos". El largometraje del excéntrico Jarmusch no resulta ser la epopeya del vencedor sobre el vencido sino un westem atípico que muestra, nada más comenzar, ima felación en primer plano, que refleja a un cowboy miccionando eri un árbol, y en que las muertes son cutres y anticlímax (en las antípodas de la sanguinolenta "Grupo salvaje", 1969, de Sam Peckinpah). Por si esto fuera poco, también hay cazarrecompensas caníbales y travestidos. Escarbando en la historia sabemos que los sacrificadores aztecas comían came del sacrificado que representaba a un dios. Para ellos la comida ritual era una forma de espiritualización. Para la cultura azteca, como para Jarmusch, comer la came de un guerrero vencido es un intento de asimilar su coraje. Johnny Depp encama a un personaje variopinto y anacrónico provisto de una indumentaria que recuerda a Buster Keaton, lo que le otorga una vis. cómica totalmente involuntaria. Su inesperada conversión en un proscrito y su crucial encuentro con un indio (llamado irónicamente Nadie), que posee un vasto conocimiento de la obra del poeta romántico William Blake (1757-1827), le conducirá a un viaje purificador: "Te conozco William Blake, he leído poemas y en esta vida haces poesía con la pistola", le espeta el sabio indio a un blanco ignorante (en una clara subversión de los estereotipos del westem clásico). Jarmusch, para ilustrar este tránsito místico (en el que no falta el paso por la muerte, el sexo, el sueño o la huida), se vale de todo tipo de licencias para reafirmar su espiritualidad. No es de extrañar que la película delire a lo largo de sus 135 minutos. Sin embargo, la cinta alude, de forma lúcida, a la gran mentira del estilo de vida estadounidense, y critica, de forma "sui generis", la supuesta superiorídad de la raza blanca sobre el resto de las culturas, y de paso, el materíalismo de las sociedades industriales y capitalistas. Pero, sobre todo, se impone la idea de que el.cine es la muerte que anda. Desde el propio título (traducible por "Hombre muerto") se masca la fatalidad, que prosigue en la escena inicial en la que el protagonista es advertido de muerte por un misteríoso hombre quemado con quien habla en el tren. Fatalidad que se percibe fotograma a fotograma, y que deviene en un glorioso anti "happy end". Con este largometraje Jarmusch abandona, por primera vez, los ambientes urbanos, pero no abandona su predilección por los silencios, que propicia una historia en la que parece que nunca pasa nada pero, en reaUdad, pasa de todo. "Dead Man" tiene alma, tiene espíritu, tiene hálito. Y á ello contribuye la música de Neil Young, que le confiere un tono cuasi místico, el blanco y negro "penetrable", obra de Robby MuUer y el homenaje a la poesía de William Blake (al igual que hizo el cineasta estadounidense con la literatura en "Ghost Dog", 1999).

El Día (Santa Cruz de Tenerife) 16/01/2008. Página 96

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Inocencia intenumpida "S^Benjamín Reyes

tínez-Lázaro (no olvidemos que es el director de "El otro lado de la cama", 2002) no ha querido cargar las Si el cine argentino aborda la dictadura de Videla (1976- tintas hacia un relato tremendista, que la cinta pedía a 1983), con fihnes soberbios como "Garage Olimpo" gritos. No se puede contar una época de registros a (1998) o "Buenos Aires, 1977" (2006), no iba a ser medianoche, delaciones, torturas, represión, hambruna menos el cine español. El principal valor de "Las trece y fusilamientos desde ima óptica amable. Una época rosas", junto con "Salvador" (2006), es rescatar para en la que águilas y esvásticas ondeaban en la Gran Via el gran público (a esa gente que no se ha leído un libro madrileña. Una época en la que al grito fascista de. sobre la historia de España en su vida) acontecimien- "¡Arriba España!" (proferido incluso por monjas) se tos determinados que acaecieron durante el fi-anquismo le oponía el republicano de "¡Vencer o morir"! (1939-1975) y que han caído en el olvido. La película En su descargo hay que señalar que cuenta con una de Emiüo Martínez-Lá2aro narra las vicisitudes de trece buena recreación de la época: peinados, ropajes y loca-' jóvenes (siete menores de edad) que fueron apresadas, lizaciones. Y que retrata, fidedignamente, el adoctritorturadas y fusiladas simplemente por repartir octa- namiento fascista (saludo con el brazo extendido y cánvillas que reivindicaban más comida para el pueblo ticos favorables al Régimen), y la inoculación del miedo español en el verano de 1939 ("Menos Franco y más entre la población (invención del peligro de los "rojos", pan"). "Las trece rosas" es im cine necesario porque, supuestamente imbuidos por el comunismo). Así como por un lado, recupera la memoria de la historia reciente la inclusión de algunas secuencias inquietantes como de España y viene a cubrir un vacío en el cine patrio, La Cibeles sepultada por sacos, niños jugando a fusique cuenta con poco títulos, como "Soldados de Sala- lamientos o las patadas de una milicia a un anciano por mina" (2005), "Silencio roto" (2001) o "Libertarias" no saberse la letra del "Cara al sol". Nominada a 14 (1996), que reflejen esa época de represión y muerte, Goyas resulta sintomático que ni Marta Etura ni Goya que parece que ya todos hemos olvidado. Y por otro, Toledo estén nominadas en las diferentes categorías de viene a borrar años de No-Do yfilmesdeleznables como actrices. La primera pasa por ser una de las mejores "Raza" (1941) y "Franco, ese hombre" (1962), afines actrices de su generación ("Frío sol de invierno", 2004; al Régimen. "Azuloscurocasinegro", 2006) y está espléndida en su En conjunto, resulta una película estimable, pero transformación de joven libertaría a mujer encarcelada. ofrece ima visión edulcorada de lo que realmente ocu- La segunda encama a una hirsuta directora de una hacirrió (salvo la epatante escena en la que un torturado nada prisión para mujeres que, en el fondo, alberga buesé rebana el pescuezo con una bombilla rota). Incluso, nos sentimientos. Completan el reparto femenino Pilar incluye algunos momento de humor cuando están pre- López de Ayala, Verónica Sánchez, Nadia de Santiago, sas en la cárcel de mujeres (con baile y cánticos inclui- Gabriella Pession y Luisa Martín. En el lado mascudos). El largometraje está más volcado hacia los sen- lino sólo cabe reseñar, al siempre eficaz, José Manuel timientos de las protagonistas que a analizar un periodo Cervino. clave de la historia reciente de España. Y es que Mar-

ÜS "Las trece rosas ", nominada a catorce premios Goya, refleja un hecho verídico acontecido en la madrugada del 5 de agosto de 1939 en los aledaños del cementerio de La Almudena de Madrid.

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Biblioteca de la Universidad de La Laguna.

El olvido del franquismo Da la sensación de que la Guerra Civil Española y la dictadura han sido extirpadas de la historia de España. Pero no hay que olvidar que entre 1939 y 1950 perecieron medio millón de personas (fiísiladas, ejecutadas a garrote vil, de enfermedades como la tuberculosis derivada de la hambruna, de mortandad infantil...). Un dato escalofriante: de los 507.275 recién nacidos en 1941, murieron 76.598 niños (el 15, 1%). Y entre los que sobrevivían, muchos de ellos fueron arrebatados a sus familias y dados en adopción a familias favorables al régimen. En 1939 se exiliaron 600.000 españoles, de los cuales 275.000 acabaron en campos de concentración ñanceses y 7.000 en el de Mauthausen. No olvidemos que todavía los años de democracia (32) no han superado a los del fianquismo (36). Las trece rosas fueron de las primeras de sus víctimas: Carmen Barrero, Martina Barroso, Blanca Brisac, Pilar Bueno, JuUa Conesa, Adelina García, Virtudes González, Elena Gil, Ana López, Joaquina López, Dionisa Manzanero, Luisa Rodríguez, Victoria Muñoz. Que sus nombres no se borren de la historia.


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