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de Canarias
'íZi^Cultural
Mién!ole5.16 abril 2008
Cine Película de culto
Primavera, verano, otoño. Kim ki-duk, 2003 '^Benjamín Reyes
Escena de "Blade Runner'V EL DIA
"Primavera, verano, otoño, invierno... y primavera" del prolífico director surcoreano Kim Ki-duk, presentada en el Festival de Locamo 2003, es un precioso cuento taoísta que transporta al espectador a un mundo de iconografía oriental en el que las puertas aisladas en el vacío, el agua en todas sus formas, los árboles y los animales eimiarcan la historia, de im aprendizaje que se desarrolla en las cuatro estaciones de la vida y cuyo mensaje es que el deseo de posesión lleva en sí mismo la destrucción de lo que más quieres. Esta muestra preciosista de la filosofía budista refleja que nadie esc^a a los cambios estacionales. Tampoco los dos monjes que comparten im monasterio aislado entre las montañas. Bajo esta premisa Kim Ki-duk teje una verdadera parábola de la vida. Bajo la atenta mirada del monje de más edad, el más joven va creciendo paulatinamente. Primavera: al abrirse las puertas de madera del pequeño, monasterio, asentado en la pequeña balsa que flota sobre la superficie tranquila de una charca, lo único que puede verse son árboles y montañas. Un niño monje se ríe de ima rana que intenta librarse de ima piedra en su espalda que él le ha puesto, pero deja de reírse cuando el monje mayor le hace lo mismo como castigo. Verano: las puertas del pequeño monasterio vuelven a abrirse. Han pasado el tiempo y el pequeño monje ya tiene 17 años y experimenta sus primeros sentimientos amorosos con la llegada de una muchacha convaleciente. Otoño: tras ima larga ausencia del monasterio, el joven monje regresa convertido en im fugitivo de treinta años al templo, donde el monje anciano le azota cuando intenta suicidarse. Invierno: una vez más las puertas del monasterio se abren sobre la charca congelada. El monje, ya en edad madura (papel interpretado por el director Kim Ki-duk), regresa al lugar sagrado para prepararse para la penúltima estación en su ciclo de viaje espiritual. Una mujer embarazada llega hasta allí. Primavera: el monje ya anciano conversa con la naturaleza; cerca, un niño monje juega... Es el ciclo de la vida. Nacer, crecer y desaparecer. Unas vidas alumbran y otras se extinguen. "Primavera, verano, otoño, invierno... y primavera" galardonada con la Lady Harimaguada de Oro en el V Festival de Cine de Las Palmas de Gran Canaria, es ima de esas joyas que rara vez se pueden ver en las salas comerciales españolas (de hecho su estreno fue la punta de lanza, junto con "Memories of Murder", de Bong Joon-ho, de un puñado de cintas provenientes de Corea del Sur). Sencilla, sensible, sin edulcoramientos, lírica. Es una lección magistral de cine de Kim Ki-duk, provista de una sencillez y un lirismo que apabulla. Con preciosistas imágenes y pocas palabras lo dice todo. El director surcoreano, como si se tratara de un pintor impresionista, dibuja fotogramas, mostrando un mismo lugar en diferentes etapas estacionales, así como el transcurso de la vida de un monje y su pupilo. Considerado el enfant terrible del cine surcoreano reciente, nunca recibió ningún tipo de educación académica ni formación sobre la realización cinematográfica, ni siquiera llegó a ejercer como ayudante de dirección. Quería ser predicador y durante im tiempo se ganó la vida como pintor bohemio en París. Ki-duk, después de tres filmes de modesto presupuesto realizados entre 1996 y 1998, inauguró su fulgurante trayectoria en el circuito de festivales de cine gracias al impacto de "La isla" (1999, en Venecia, provocando desmayos entre el público más aprensible); después vendrán títulos como "Un mal tipo" (2002), "The Coast Guard" (2002) y este "Primavera, verano, otoño, inviemo... y primavera" (2003), todos ellos participantes a competición en los festivales más prestigiosos. "La samaritana", premiada en Berlín 2004; "Hierro 3", galardonada con la Espiga de Oro en la Seminci 2004; "El arco" y "Time" son sus últimas películas.
El Día (Santa Cruz de Tenerife) 16/04/2008. Página 96
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"Blade Runner" augura un SUCIO ;2S.Cultural La dimensión ética y política de la película "Blade Rimner" es mayor que su faceta científica, pues profetiza un futuro "sucio" y las disputas económicas entre grandes empresas mimdiales por el genoma, la clonación o las células madre, afirma el profesor de Filosofía Toniás Martín. Así lo indica Tomás Martín en una entrevista con la Agencia Efe, en la que señala que "Blade Runner", dirigida por Ridley Scott y estrenada en 1982, muestra cómo una gran empresa, la Tyrrell Corporation, obtiene beneficios económicos a partir de sus "productos", los replicantes. Martín, que disertó ayer en el Museo de la Ciencia y el Cosmos de Tenerife sobre la "Biotecnología y bioética en Blade Runner", recuerda que cuando los replicantes fimcionan mal o empiezan a hacer "cosas raras, indeseables o imprevistas son retirados", como eufemísticamente se llama en el filme a su eliminación. "Blade Runner es bastante más que espectáculo y diversión y el gran problema que plantea es el de preguntarse qué es un ser humano, la diferencia entre lo natural y lo artificial, que no aparece tan clara cuando se trata de replicantes o clones", afirma. , En la tradición judeo-cristiana es "muy clara" la con-
cg Tomás Martín, profesor de Filosofía en ellnstituto de Enseñanza Secundaria Rafael Arozarena de La Orotava, asegura que la dimensión ética y política de dicha película es mayor que su faceta científica, pues profetiza un futuro sucio y disputas por el genoma o la clonación.
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Biblioteca de la Universidad de La Laguna.
cepción del alma, la creación humana y la intervención divina, pero fuera de estos conceptos cabría la posibilidad de hablar de la memoria y el cerebro como materia que puede ser duplicada o diseñada, explica. Tomás Martín, que es profesor de Filosofía en el Instituto de Enseñanza Secundaria "Rafael Arozarena" de La Orotava (Tenerife), precisa que, como docente, esta película ofrece unas posibiUdades pedagógicas "impresionantes". A su juicio, la trama de "Blade Rimner" es "tremendamente sugerente" porque ni resuelve ni da por terminado ningún asunto, y adelanta los posibles peligros de la tecnología en general. También en el relato en el que está basado el filme, "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?", su autor, Philip K. Dick, expresa su preocupación "por la empatia, la capacidad de los seres humanos de ponerse en el lugar de otro, entenderlo y sentir sufrimiento o alegria". El escritor intentaba responder a esta cuestión al crear a los replicantes y Tomás Martín recuerda que en un momento de la película se hace un test para diferenciar a éstos de los humanos basado en su supuesta falta de empatia. Sin embargo, prosigue, el problema surge cuando los replicantes desarrollan poco a poco emociones y sentimientos, "se van haciendo más humanos" que las verdaderas personas. El final de la peUcula ha sido interpretado "de muchas formas" y una de ellas es la de que el replicante Rutger Hauer salva a su perseguidor, interpretado por Harrison Ford, porque "ama la vida, incluso la que no es suya". "Blade Ruimer" hace referencia "voluntaria o involuntariamente" a la ciencia que comenzaba a surgir en la década de los 80 del siglo XX, la biotecnología y la genética, y sugiere la repercusión negativa que podría tener su aplicación tecnológica con la construcción artificial de seres humanos o la clonación, añade. Para Tomás Martín uno de los aciertos de la película es unir el fiíturo, con coches que vuelan y la biotecnología representada por los replicantes con elementos del pasado, como el vestuario. También plantea cuestiones que en 1982 comenzaban a debatirse, como la contaminación en las ciudades y la lluvia acida. De hecho "Blade Runner" dio pie a un auténtico subgénero, el "ciber-punk", basado en una estética fiíturista muy alejada de la limpieza estética de "La guerra de las galaxias", y llena de suciedad, tristeza, aglomeraciones y atascos. Tomás Martín estuvo acompañado en su conferencia por Juan Antonio Ribas, monitor del proyecto "Educar la mirada", y ambos prevén proyectar unas 25 secuencias de otras películas, entre ellas "Gattaca", "La isla del doctor Moreau", "La Mosca" y "Frankestein", que define como "el padre de Blade Runner".