8
Mlémiles,18 febrero 2009
"^^^Cultura!
Canarias
Cine Película de culto
CEDIDA
"9 Songs" (Michael Winterbottom, 2004) ^ B . R. "9 Songs", la duodécima película de Michael Winterbottom, plasma, durante 69 minutos (no es casualidad), el día a día de dos amantes. Lisa y Matt se conocen en un concierto de Black Rebel Motorcycle en Brixton. A partir de ahí, la película sigue el curso de su relación durante un año, jalonada por nueve canciones de los grupos a cuyos conciertos asisten: Primal Scream, Super Furry Animáis, Franz Ferdinand, The Dando Warhols, Elbow, The von Bundies, Michael Nyman y los mencionados Black Rebel Motorcycle. Entre canción y canción vemos lo que casi nunca vemos en el cine convencional: sexo explícito. Los protagonistas de la cinta, Margo Stilley y Kieran O'Brien, consintieron en mantener relaciones sexuales reales en el fílme. Stílley, procedente de las pasarelas, debutó en el mundo del cine con esta cinta. O' Brien, conocido actor en Inglaterra, ya había trabajado anteriormente con Winterbottom en "24 Hours Party People". Hubo im corto periodo de ensayo antes del rodaje para que los intérpretes tuvieran la oportunidad de conocerse y también de decidir si querían continuar. Algunas de esas escenas de ensayos se incorporaron al montaje definitivo del largometraje. "9 Songs", que formó parte de sección oficial del Festival de San Sebastián 2004 (alzándose con el premio a la mejor fotografía), presenta una estructura aparentemente arbitraria. La historia está contada en "flashbacks", lo que permite que no exista una narración lineal. Mientras Matt viaja por la Antartica - las escenas gélidas representan la antitesis de las tórridas imágenes sexuales- recuerda su relación con Lisa, y lo que recuerda, básicamente, son sus intensos encuentros sexuales. Cunnilungus, felaciones, coitos, sadomasoquismo "light" se suceden en la pantalla con total libertad. Todas las imágenes son reales y todas las escenas están rodadas con elegancia y refinamiento. Nadie se puede sentir ofendido (excepto los falsos puritanos de tumo). De alto contenido erótico es la escena en la que ella le acaricia, con delicadeza, el priapo con los pies o las escenas en la que se tapan los ojos y atan a la cama mientras su compañero/a da rienda suelta a su libido. Winterbottom se inspiró inicialmente en "Platform", la novela sexualmente explícita de Michel Houellebercq. "Es un gran libro, repleto de sexo y volví a preguntarme cómo los libros pueden hacer esto y el cine, que está mucho más preparado para ello, no", afirmó, por entonces, el director británico. Winterbottom se reunió con Houellebecq para que éste colaborara en el proyecto, pero el novelistafi-ancéstenía sus propios planes para la versión cinematográfica de su libro. Rodada con cámara digital, sin guión -los diálogos se fueron desarrollando a lo largo de la filmación mediante la improvisación entre los actores y el director- y con muchas dosis de espontaneidad, lo que confiere al filme ima sensación de estar inconclusa, transluciendo que Winterbottom es "el impresionista del cine". Al margen del tema sexual el cineasta británico ahonda en su pasión por la música después de rodar "24 Hours Party People" (2002). En los conciertos tres cámaras manuales de video digital rodaban entre la multitud sin iluminación adicional lo que imprime a la película una sensación real de estar viendo la actuación de los grupos como si se viera a través de los ojos de los personajes. Michael Wintenbottom, a quien el certamen donostiarra le dedicó su retrospectiva contemporánea en 2003, es im caso singular en el cine europeo actual por los numerosos trabajos dirigidos en apenas quince años y por la variedad de géneros que aborda. Desde que triunfara en televisión con "Family" (1994), Winterbottom ha transitado con libertad y talento por diversos géneros cinematográficos: la crónica de una guerra en directo ("Welcome to Sarajevo, 1997), el retrato social ("Wonderland", 1999), el westem ("El perdón", 2000) o el falso documental, como "In this Worid" (2002), con el que obtuvo el Oso de Oro en el Festival de Berlín.
El Día (Santa Cruz de Tenerife) 18/02/2009. Página 96
-
FOTOGRAMA DE "EL CURIOSO CASO DE BENJAMÍN B U H O N " , dirigida por David Flncher./IMAGEN CEDIDA
Vidas cruzadas '^Benjamín Reyes "El curioso caso de Benjamín Button", aspirante a trece Osear, responde a las hipotéticas cuestiones: ¿Y si la vida transcurriera al contrario de lo que conocemos?, ¿cómo afectaría este hecho a las personas con las que mantenemos un vínculo? Justo el día en que concluye la Primera Guerra Mundial, el 18 de noviembre de 1918, mientras la gente celebra el inicio de un periodo de paz, nace en Nueva Orleans un bebé con la apariencia y las limitaciones físicas de un anciano de 86 años. La madre del niño muere después del parto y el padre (dueño de un importante negocio de botones) lo abandona en las puertas de un asilo (¿dónde mejor?) al creerlo im monstruo -no llega a convertirse en un espectáculo de barraca como El hombre elefante porque la gente lo tiene por un anciano-. A lo largo de su azarosa vida, que vive cronológicamente a la inversa del resto de los mortales, va conociendo a una serie de personajes singulares como un pigmeo, im marinero que le da trabajo, su propio padre (que se arrepiente e inicia una relación con él, legándole su próspera empresa), la mujer que intento cruzar a nado el canal de la Mancha, pero, sobre todo, a Daisy, a la que conoce cuando ella tiene
03 "El curioso caso de Benjamín Button ", que aspira a trece Osear, plantea que envejeciendo al revés se llega a conocimientos únicos para afrontar deforma diferente las cosas comunes y el ser humano aprende a liberarse de las futilidades de la vida
Og
Biblioteca de la Universidad de La Laguna.
sólo 5 años y él es un septuagenario, iniciando una historia de amor platónica. Adaptación de im relato de Scott Fitzgerald, el séptimo filme de David Fincher constituye una interesante reflexión sobre la vida y la muerte. El largometraje también aborda otras cuestiones como el hecho de cómo somos juzgados por nuestra apariencia o de la responsabilidad de quien trae a un niño al mundo. "El curioso caso de Benjamín Button" también destruye lá idea de un amor eterno. La cinta explora la idea de que para el amor hay im tiempo y un lugar. Según la película, envejeciendo al revés se llega a conocimientos únicos para afi-ontar de forma diferente las cosas comunes y el ser humano aprende a liberarse de las fiítilidades de la vida. La primera parte, cuando Brad Pitt es anciano, es lo más significativo, pero cuando el largometraje llega a su hemisferio y Benjamín Button alcanza la edad madura e inicia ima relación con Daisy, por momentos, parece una sucesión de "spots" publicitarios. Cuando están sentados al borde del mar y contemplan el alba parece un animcio de Nescafé, o cuando surcan los mares con un velero parece im "spot" de una marca de colonias para hombres. Afortunadamente, en el tramo final, la película remonta el vuelo. Lo más interesante del filme es que afi^onta con naturalidad la muerte, trata este ineluctable hecho como una parte intrínseca a la vida (salvo en lo referente a las muertes producidas durante la Segunda Guerra Mundial). En la faceta interpretativa, Brad Pitt, que se reencuentra con Fincher diez años después de "El club de la lucha" (1999), demuestra que es un actor limitado. Su presencia casi constante, aunque acapare la atención del público femenino y gay, llega a ser cansina. Concita la atención una irreconocible Cate Blanchet en el papel de una moribimda octogenaria, en un rol que guarda similitudes por el interpretado por Gary Óldman en "Hannibal" (2001). Completan el solvente reparto Tilda Swinton, Julia Ormond, Taraji P. Henson y Elias Koteas. Con "El curioso caso de Benjamín Button", David Fincher da un giro de 180 grados a su estética habitual y su tempo cinematográfico, y se adentra en un estilo visual más convencional, incluso incluye una escena que parece extraída de "Amélie" (2002), de Jean-Pierre Jeimet, para explicar el accidente de tráfico de Daisy en París. A pesar de ser ima cinta estimable, los mejores trabajos de Fincher siguen siendo "Zodiac" (2007), "El club de la lucha" (1999) y "Seven" (1995). Según el filme de Fincher, a algunos les caen siete rayos a lo largo de su vida, otros nadan, algimos venden botones, otros se convierten en bailarines de renombre... La conclusión es que, al final, todos acabamos en pañales.