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Tenerife Capital
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^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ f U l Canarias
Cine Película de culto
CEDIDA
"El club de la lucha" David Fincher, 1999 ^ B . R.
Fotograma d e "Vicky Cristina B a r c e l o n a " , dirigida por woody Alien./IMAGEN CEDIDA
"El club de la lucha" estaba predestinada a convertirse en película de culto desde el mismo día que se estrenó. Provista de diálogos cargados de aforismos incisivos ("Somos espectadores de excepción en el teatro de la destrucción total"), de imágenes impresionantes como el imaginario accidente aéreo de Narrador o la pelea que éste se autoinflige delante de su jefe, un peculiar tratamiento de la violencia y secxmdada de una trepidante banda sonora (obra de The Dust Brothers) tiene todos los ingredientes para alcanzar tal estatus por derecho propio. Espectacular es la secuencia inicial de los títulos de crédito, rodada con cámara virtual, que comienza en el interior del cerebro de Narrador y acaba en la punta de un revólver con el que se encañona su propia boca. Calvin Klein, Giorgio Armani; Ikea... el consumismo protagoniza nuestra existencia y el nihilismo nos corroe. "El club de la lucha" es un feroz alegato anticonsumista -que surgió paradójicamente de las entrañas de Hollywood- que hace tambalear los mismísimos cimientos de la sociedad de consumo, que tan bien conoce David Fincher (procede de la publicidad). Narrador (encamado por un eficaz Edward Norton) se encuentra atrapado en su adocenado estilo de vida que no le satisface, lo que lo lleva a crear im "álter ego" anarquista (Tyler Durden, un espléndido Brad Pitt) para rechazar de facto su anquilosado sistema de valores y librarse de lo material. Lo que desembocará en la creación de El club de la lucha, donde se celebran peleas clandestinas sin afán de lucro. La primera regla de El club de la lucha es que no se habla de El club de la lucha. La segunda es que si es tu primera noche en él tienes que pelear. Este grupo de inconformistas del sistema es cada vez más numeroso y sale a la calle. A un nivel filosófico Tyler representa el nihilismo de Nietzche y la anarquía de Bakunin. La película explora la idea de que el nihilismo es atractivo cuando eres joven, pero que madurar significa reconocer los limites prácticos. La cinta ataca un estilo de vida, arremete contra la sociedad capitalista. El filme describe una generación de hombres cuyo sentido de la vida carece de una verdadera meta. "Hemos sido educados por la televisión para creer que un día seremos millonarios, estrellas de cine o del rock. Y eso no es así", dice Tyler en un momento de la cinta. Relato que plantea que la única opción al mundo consumísta al que está abocada toda una generación es la violencia. En la película, a través del proyecto Manheym, cometen actos de violencia y subversión (destrozan coches de lujo, fabrican explosivos con detritus del capitalismo, miccionan en la sopa que sirven a distinguidos comensales, insertan planos de falo en cintas infantiles -lo que lleva a Fincher a hacer lo propio al final de su película-...) cuyo objetivo último es la destrucción de los principales centrosfinancieros.Las escenas de violencia tienen un trasfondo distinto al de títulos como "Arma letal" o "El fin de los días", donde sólo es puro entretenimiento. "El club de la lucha" no versa sobre violencia gratuita, sino sobre la sensación de sentirse vivo. Es una afirmación desesperada sobre la sociedad. Aunque no lo parezca es la historia de alguien que busca su camino hacia la madurez. Un tipo que se siente inconexo de cara al sistema, que a través de su otro yo explora sus impulsos nihilistas. David Fincher, cineasta de breve pero intensa filmografía ("Alien3", 1993; "Seven", 1995; "The Game", 1997; "La habitación del pánico", 2002; "Zodiac", 2007), volvió a sorprender gracias a su innovador tratamiento de la estética visual. En esta ocasión, Fincher adapta fidedignamente la novela de Chuck Palahniuk, introduciendo ligeros cambios. Adaptación que tuvo como consecuencia el asesinato del padre del escritor en extrañas circunstancias y la creación de verdaderos clubes de lucha en Nueva York y California.
El Día (Santa Cruz de Tenerife) 24/09/2008. Página 96
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Ecuación química '^Benjamín Reyes
a dudas, atesora uno de los nombres fimdamentales en la historia del cine de los últimos cuarenta años. La película número 36 del cineasta neoyorquino Woody "Vicky Cristina Barcelona" (hasta el nombre es insíAlien incluye pocos de los lugares comunes de su dila- pido), para más inri, ofi-ece una postal turística de la tada filmografia. Para empezar, no aparece la ubicua Ciudad Condal a través de los ojos de dos turístas pijas ciudad de Nueva York, Alien no hace acto de presen- estadounidenses encamadas por Rebeca Hall y Scarcia con su sempiterna hipocondría y su obsesión por let Johansson (en su tercera colaboración con Alien la muerte, no hay música jazz, las referencias cultas tras la excelente "Match Point", 2005; y la interesante brillan por su ausencia, y la cinefilia queda reducida "Scoop", 2006). Las dos amigas presentan actitudes a im fotograma de "El beso de la muerte", protagoni- muy dispares ante la vida y el amor. Mientras^ípprizada por el fenecido Richard Widmark; sólo vuelven mera es una mujer sensata y comprometida, lg;.segunda a hacer acto de presencia las complicadas relaciones no tiene nada claro que hacer con su existencia y es de pareja entre el sexo femenino y el sexo masculino. una aventurera en las relaciones y en el sexo. Se supone que Barcelona es im personaje más de la En "Vicky Cristina Barcelona", tal y como viene haciendo desde "Annie Hall", Alien explora el éxito película y no es otra cosa que la visión de cualquier y elfi"acasode las relaciones humanas a través de la visitante adocenado que contrata el típico paquete turíssicología y las neuras de sus personajes. Juan Anto- tico y cuyas fotos son clónicas a las de miles de pernio y Vicky, Cristina y Juan Antonio, Juan Antonio y sonas: Ramblas, Sagrada Familia, Park Güell, Casa María Elena, María Elena y Cristina. Éstos son los Milá, Casa Battló o Els Quatre Gats. Por si esto no nombres de los personajes que crean una maraña envol- fuera poco, la cinta sólo muestra una Barcelona elevente de relaciones sentimentales y sexuales. Si alguna gante y sofisticada. Vamos, la ciudad opulenta que debe lectura se puede extraer de este batiburrillo de cone- conocer Woody Alien, si exceptuamos unas fugaces xiones es que no hay ningún tipo de certeza en las rela- meretrices que aparecen en'el filme. Para completar las postales desde España el director de "Manhattan" ciones afectivas. El Alien de "Vicky Cristina Barcelona" es un Alien mete con calzador localizaciones en Oviedo y Aviles, menor. No hay noticias de los brillantes diálogos y de y emplea el flamenco tema "Entre dos aguas", de Paco las fijases ingeniosas y lúcidas a los que tiene acos- de Lucía, como columna vertebral de la banda sonora tumbrados a sus seguidores acérrimos; ni siquiera se junto a la canción "Barcelona", interpretada por Giuatisban ciertos ramalazos de la genialidad que, sin lugar lia y Los Tellarini. Para rematar el desaguisado inserta una voz en o/Tperpetua y descriptiva que se dedica a relatar lo que es obvio a la vista. Los actores protagonistas tampoco ofi'ecen su mejor registro en "Vicky Cristina Barcelona". Javier Bardem encama a un poco creíble pintor (émulo del estilo de Tapies), que parece interpretar con desgana. Penélope Cruz, que aparece casi a la hora de metraje, se mete en la piel de una histríónica con tendencias La nueva propuesta del cineasta agresivas, un rol que la actriz madrileña lleva.a un extremo exagerado que le hace perder credibiUdad -qué extraño resulta escucharlos doblados por actores de neoyorquino Woody Alien, doblaje-. Por su parte, Scarlet Johansson sigue en su "Vicky Cristina Barcelona", se línea de interpretar a chicas sensuales, poseedora de ima fotogenia que paraüza, lo demás carece de imporsitúa en la línea de sus trabajos tancia. Por último, Rebecca Hall y Patricia Clarkson son las que salen mejor paradas en su comedido regismás endebles, entre los que se tro actoral. La nueva propuesta del guionista y director estaencuentran "Todo lo demás " y dounidense se sitúa en la línea de sus trabajos más endebles, entre los que se encuentran "Todo lo que siem"Todo lo que siempre quiso pre quiso saber sobre sexo y nunca se atrevió a preguntar" (1972) y "Todo lo demás" (2003). Así como saber sobre sexo..." los dramas "Septiembre" (1987) y "Otra mujer" (1988). -éstos dos últimos de ínflalas "bergmanianas"-. A esta circunstancia no hay qué darle mayor trascendencia porque probablemente nos volverá a deleitar con su próximo proyecto, a lo que hay que añadir que desde hace cuatro décadas rueda una media de casi una película al año y todas no van a ser buenas.
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Biblioteca de la Universidad de La Laguna.