#50 Santa Fe Abriendo espacios a la fotografía latinoamericana
Año 9 | Octubre 2020 | www.bexfotografia.com
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Santa Fe Jorge Piccini Dirección, Diseño, Edición,Contenidos. www.jorgepiccini.com Fotografía de Tapa: Mauricio Centurión www.bexfotografia.com
4 CAROLINA TARRÉ Flâneuse 10 RAÚL COTTONE Polaroids 16 OSCAR DECHIARA Versus 24 ARIEL SUBIRÁ Superficies 31 LORENA CANAVES Cuerpo de sombra 36 BÁRBARA NEGRONI En el Ara 46 ANA PAULA OCAMPO Huellas 52 BEATRÍZ LUEGUIZA Fotografía al desnudo 56 MIGUEL GRATTIER Calles, lluvias, perfumes 64 SEBASTIÁN PACHOUD Nadar de noche 72 GABRIELA MUZZIO Sobre la memoria de los otros 85 ANDREA OSTERA Capturas de pantalla (2015-2016) 94 HÉCTOR RIO Los martes con Carlitos 106 GONZALO VEGA Codo a codo 114 MAURICIO CENTURIÓN Luna de fuego 126 JUAN ANTONIO PALACIOS Luz Milagros 132 LUCAS CASTRO, SEBASTIÁN ALARCÓN Y LUDMILA MAGNO Internados 142 GUILLERMO VOGT Prematuros 150 EMILIANO SANTA CRUZ Calle oscura 154 ROBERTO GUIDOTTI Despojadas 160 LAURA AGUZIN Fragmentadas
04 Superficies es un recorrido visual del espacio íntimo/urbano en relación de lo cotidiano. Una despedida inconsciente de lo intangible que está en el aire de la ciudad.
13 Trabajo Autorreferencial y Documentalismo Introspectivo.
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56 Carlitos nació con síndrome de Down, es el hermano de Pichi, mi madrina. Sus papás, Juan y Celia murieron hace ya varios años, desde entonces Carlitos quedó al cuidado de ella.
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Alguna vez imaginé una historia que viene al caso: a un tipo se le muere la mujer y no puede vivir sin ella.
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94 Una salida con la brigada Chaná Timbúes, vecinos de la costa que, con lo que pueden, van a las islas a apagar los fuegos que, casi todos los días, se van devorando de a poco el humedal.
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Bex es una publicación editada por Jorge Piccini en Bariloche, Patagonia Argentina. El contenido de los artículos y ensayos e imágenes publicadas es responsabilidad de sus autores así como de los anunciantes y Bex no asume como propia. Queda prohibida la reproducción total o parcial de su contenido. Los derechos de los textos e imágenes publicadas quedan reservados a sus autores. Envío de trabajos: bexbariloche@gmail.com Abriendo espacios a la fotografía latinoamericana.
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CAROLINA TARRÉ Flâneuse
Flâneuse (definición imaginaria) [flanne-euhze] Nombre, del francés. Forma femenina de flâneur: el que vaga; el que va sin rumbo, observando, por las ciudades. Cuando tengo un rato libre busco convertirme en Flâneuse. Doy vueltas por la ciudad con la cámara del teléfono preparada. Como decía Sergio Larraín, “... De a poco vas encontrando cosas y te van viniendo imágenes, como apariciones las tomas...”. Tratando de pasar desapercibida, saco el teléfono y disparo. Un color, una forma, un hallazgo, la basura ajena, algo escrito, algo roto, lo que nunca más será lo que solía ser, y por alguna razón para mi es bello. Carolina Eve Tarré
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RAÚL COTTONE Instantáneas
Cuando una persona mira una fotografía, su relación con la misma se encuentra habitualmente subordinada a un modo de percepción que la saturación de imágenes del mediático mundo contemporáneo ha impuesto: la sustitución de la realidad por su representación, hasta el punto de modificar no sólo la interpretación de lo real, sino lo real en sí mismo. Se hace difícil superar la impresión que el tema o sujeto fotografiado genera en primera instancia: el espectador reacciona emotivamente al impacto que la superficie de la imagen, casi siempre intencionalmente, produce. Impacto que, por otra parte, debe ser cada vez de mayor intensidad para lograr el objetivo de capturar la atención. Para liberarse de esta prisión bidimensional y multicolor es indispensable la aproximación crítica a la comprensión de sus contenidos, trascendiendo las apariencias que, cuanto más atractivas, más ocultan; esto es, adentrarse en los territorios de los interrogantes donde se superan los elementales qué, cuándo y dónde que provocan las inocentes vistas de unas vacaciones familiares, para incursionar en las apasionantes e inesperadas revelaciones que los quién, porqué y para qué, deparan. Estas preguntas, formuladas convenientemente a una imagen, conducirán, inicialmente, a una persona tratando de comunicarse: el fotógrafo rodeado de sus circunstancias, inmerso en contextos diversos, tanto individuales como del medio que utiliza como lenguaje, a su entorno histórico, social y psicológico, a la inserción de su obra en el devenir de la fotografía y, eventualmente, de la historia del Arte, creando el sustrato adecuado e indispensable para la interpretación de su mensaje, accediendo de este modo a un nivel de apreciación intelectual que complementa y justifica la emoción estética. Es en este espíritu en el cual nos aproximaremos al comentario de la colección que Raúl Cottone presenta a consideración. Autor santafesino, con más de dos décadas de producción, con exposiciones habitualmente monumentales y exhibidas vastamente como “Máscaras de Venecia”, “Tíbet y Nepal” o sus “Gigantografías”, hoy cambia radicalmente su visión y nos ofrece estas mínimas “Instantáneas” con un recurso generalmente asociado a aficionados: el Polaroid. En este caso aplicado a un conjunto de tomas que podrían asimilarse al género definido como “paisaje urbano”, donde predominan los encuadres cerrados de situaciones visuales complejas e intrincadas, conectadas con señales convencionales e imágenes de imágenes. No se puede obviar la elección que el fotógrafo hace de este medio casi precario, que tuvo algún auge, en manos de artistas como Walker Evans, Lucas Samaras y David Hockney hacia final de los 70’ e inicio de los 80’. Íntimas por naturaleza, estas fotografías de revelado instantáneo permiten una práctica casi secreta, sin la participación necesaria de terceros, que genera una cierta sensación de liberación y abandono y que popularizó su uso entre los aficionados a la pornografía; además, por el acceso inmediato a la imagen, es utilizada por profesionales para previsualizar y corregir la aproximación a sus tomas definitivas. 10
Las fotografías convencionales reveladas con posterioridad son siempre un recuerdo, una huella de lo que ha sido, referidas a coordenadas de espacio y tiempo distintas del momento en que son observadas por primera vez; las Polaroids son inmediatamente confrontadas con la realidad que duplican, cuestionándola. Si la técnica tiene influencia sobre la expresión artística, es probable que aquí sea suscitada precisamente por aquella, como el crítico francés Michel Nuridsany propone en “Instantanées”, una de las primeras publicaciones, aparecida hacia 1980, dedicada exclusivamente a esta práctica. En este caso, Cottone utiliza una cámara prácticamente sin posibilidad de intervención, lo que permite eliminar interferencias técnico-tecnológicas entre el operador y su sujeto, ofreciendo la posibilidad del registro de la mirada directa, esencia del acto fotográfico, sólo condicionada por la habilidad y la emoción, generando un diálogo íntimo, en voz baja, a flor de alma. No hallamos aquí referencias a universales, al Amor, el Hombre, la Muerte, sino a sí mismo, como en primera persona, como confesiones sobre sus incertidumbres y temores, sus sentimientos, su soledad; en Autor santafesino, con más de dos décadas de suma, sobre su identidad. producción, con exposiciones habitualmente La calle ha sido el escenario predilecto en donde la monumentales y exhibidas vastamente como fotografía encuentra la llave para evadirse de las ligaduras conque la herencia temática de la pintura la amarran, dan- “Máscaras de Venecia”, “Tíbet y Nepal” o sus do lugar a la aparición de un género totalmente novedoso, “Gigantografías”, hoy cambia radicalmente denominado por los norteamericanos, hacia mediados del su visión y nos ofrece estas mínimas siglo XX, como “street photography”, pero que reconoce antecedentes, en los albores de su invención, en los inventarios “Instantáneas” con un recurso generalmente arquitectónicos del París del Segundo Imperio asociado a aficionados: el Polaroid. de Marville y Baldus y que luego atraviesan longitudinalmente la historia del medio en la obra de artistas como Atget, Stieglitz, Evans, Cartier Bresson, Frank ,Ortiz Monasterio y Horacio Cóppola cuya sola mención se constituye en sinónimo de Fotografía. Y es muchas veces en las ciudades, construidas y destruidas a imagen y semejanza de los hombres que las habitan donde el fotógrafo encuentra los equivalentes de su estructura personal, fragmentos de un espejo quebrado que conservan sus reflejos y que intenta ordenar como un rompecabezas mágico que le proporcione alguna seguridad o alguna certeza. Percibimos, en el trabajo que nos ocupa, esa búsqueda del equilibrio interior, mediante el intento del ordenamiento formal de un entorno caótico que no es ajeno a la conformación del pensamiento del hombre moderno ante el conflicto cada vez más intenso entre la necesidad de lo espiritual y la exigencia de lo material. Estas imágenes tienen validez en su conjunto, en su integridad; cada una de ellas necesita y justifica a las demás para delinear el perfil psicológico del autor, como un Rorschach autogenerado. No deben esperarse aquí valor documental o información confiable sobre el referente, sólo deben interpretarse estas fotografías como testimonio del encuentro del autor con él mismo, como una página de su historia personal que pronto perderá nitidez y color al igual que el inestable soporte en que están realizadas. Pero, al fin y al cabo, la evolución del conocimiento del hombre no es algo distinto. Son estos fugaces destellos los que proporcionan los puntos de partida ineludibles para cualquier exploración trascendente. Alberto Ariel Monge
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recottone@arnet.com.ar 15
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OSCAR DECHIARA
Versus
FIESTA DE “EL SEÑOR DE LOS MILAGROS” MAILÍN – SANTIAGO DEL ESTERO – ARGENTINA
Ubicada a 140 km al SE de la capital de la provincia, sobre la RP 159, y cuenta con una población aproximada de 1.100 habitantes. Durante el mes de mayo se celebra la tradicional fiesta, donde arriban aproximadamente 300.000 personas provenientes de distintos lugares de Argentina y el exterior, que van a convivir durante una semana. Todo se improvisa; armado de carpas comerciales, campings, alquileres de todo tipo (veredas, patios de casas, ranchos para dormir, baños públicos, etc.); todo se comercia, santerías alusivas, ropas, cabritos y cerdos vivos a elección, restaurantes bajo carpas, peñas folklóricas, juegos de lotería, kermeses, calesitas y una señora que en su cartel manuscrito decía “compro cabello”. La fiesta de “El Señor de los Milagros”, es una de las celebraciones católicas más convocantes del norte argentino, y su santuario fue declarado Monumento Histórico Nacional. ----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Cuenta la historia, corría el año 1882 cuando Juan Serrano, capataz de la estancia de los Herrera (dueños de esas tierras), transitaba por la localidad cuando una luz brillaba a los pies de un viejo algarrobo y le llamó la atención. Conmovido, se acercó al algarrobal y el asombro fue aun mayor cuando encontró una cruz de madera con la imagen del “Santo Forastero” como también lo llaman. Fuente UNSE 17
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@oscardechiara 23
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ARIEL SUBIRÁ Superficies
La cama descubre la piel, que la luz desgarra. Distante de los espacios que traducen en postales su cruda elocuencia. Recorre, así, cotidianas geografías, encontrando nuevos significados. Imágenes que detienen el pulso de la ciudad, dialogan en silencio con el rostro enigmático de las imágenes. Federico Tinivella SUPERFICIES es un recorrido visual del espacio íntimo/urbano en relación de lo cotidiano. Una despedida inconsciente de lo intangible que está en el aire de la ciudad.
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@arielsubira 30
LORENA CANAVES
Cuerpo de sombra
Cuerpo de sombra nace como una explosión, o mejor dicho, como una erupción. El cuerpo, mi cuerpo estallando frente a mí en forma vertiginosa. Que deseaba ser visto y conocido por el ojo de esta cámara, la mía, mi ojo, mi mirada. Un inevitable proceso de autoconocimiento y revelación. Salir de la invisibilidad, enfrentar la luz con toda la materialidad, con su sombra. Un proyecto absolutamente íntimo que se amplía en mi percepción actual y trasciende aquella pul31
sión primera personalísima que tuve al hacerlo, es ahora también acción política, que desafía al aislamiento, al trauma, a tantas muertes. Es un reencuentro conmigo, con mi cuerpo y mi placer pero también con otras mujeres, interpelando a través de la imagen al silencio y a la violencia contra aquellos cuerpos que no importan. Es entrar en una zona de incomodidad y superar canones estéticos patriarcales. El cuerpo muestra no sólo dese0 sino ira, amor, frustración y también miedo
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@lisbethcanaves 35
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BÁRBARA NEGRONI En el Ara
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Trabajo Autorreferencial y Documentalismo Introspectivo. Comienzo a fotografiar para dar voz a lo que resulta imprescindible, ante un grito escurridizo de ahogo y vulnerabilidad. Mis fotos serán la respuesta inherente a las pulsiones, la urgencia por dialogar con lo que miro, cada disparo supone un alivio de aire contenido, un golpe brutal y desconsolado a mi intimidad, en una historia narrada en primera persona. Utilizo el autorretrato como herramienta de búsqueda permanente en la reconstrucción y reafirmación del ser, a través de la experiencia corporal como fuente de revelación e indagación, por momentos onírica y evocadora, otras densa, rabiosa e inquietante. Me fusiono con mi entorno en el intento ineludible por apropiarme de los elementos y espacios que componen esa imagen en la que nos reconocemos pero al mismo tiempo nos rechazamos. La imagen como mapa de nuestro interior. Se dará paso a la autorreflexión pero no habrá lugar para la exhibición. Trabajo con larga y múltiple exposición, porque me permite evidenciar el desdoblamiento y expansión de la luz, el devenir de la fuerza interior. Se genera un diálogo que fluye, como la palabra, como las imágenes, curva tras curva, como el río que sabe que tiene que desembocar justo al lado del mar. El contraste del blanco y el negro me ayuda a intensificar el poder de las emociones, jugar con
otras valoraciones desde un plano emocional y psicológico, sin distracciones. Porque enmarcar la realidad de una manera más o menos efectiva resulta ser posible, si se tiene “garra”, pero darle vueltas a la inspiración, para crear estampas surgidas desde uno mismo, suele ser un proceso más arriesgado y doloroso. Implica absorber la fuerza de la propia desintegración, compromiso, honestidad, dedicación y valentía. Pero por sobre todas ellas un constante acto de AMOR y LIBERACIÓN. Pueblan el relato los referentes que me han enseñado a soñar la fotografía, entre ellos, Francesca Woodman, Man Ray, Duane Michals y Alberto García Alix. En la parte final de mi trabajo hay pinceladas y matices de otras artes. En pintura, Antoni Tápies y Miquel Barceló, en cuanto a un tratamiento más matérico y físico de los fondos en los que produzco mis fotografías (texturas, papeles, cartones). A Francis Bacon lo encuentro en el movimiento, deformación y mutilaciones del cuerpo y del rostro. En literatura, André Breton, habilitando al automatismo psicológico, dejando libremente expresar el pensamiento y el despliegue de la imaginación sin barreras, traducido en la entrega y poder de las imágenes. Autorreferencialidad en la fotografía contemporánea, (Tesis Érika Goyarrola Olano Tesis Doctoral UPF / 2015).
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ANA PAULA OCAMPO Huellas
Hay una voz que aguardar, entre dos mundos, hay un silencio de huellas en lo profundo. Hay tanta intimidad acumulada que se lleva en el cuerpo y se carga en las entrañas. La vida se hace amor y se hace calma. A veces la vida y la muerte se juntan en un período tan efímero de tiempo que duele en lo más profundo y también deja marcas. Respeto. Duelo. Piel. Nido. Fragilidad. Silencios. Confianza. Tiempo. Fortaleza. Espacio. Aprendizaje. Huellas… El amor y sus cicatrices. “Sé por tus marcas cuánto has amado, más de lo que prometiste” (G. Cerati)
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A IMAGEN
BEATRÍZ LEGUIZA
Fotografía al desnudo ESPERA
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MIGUEL GRATTIER
Calles, lluvias, perfumes
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“Alguna vez imaginé una historia que viene al caso: a un tipo se le muere la mujer y no puede vivir sin ella. A lo largo de desesperadas noches de conjuros y de llamados al demonio inventa o conquista un rito que quizá sea su locura: enciende fósforos y en las llamas aparece ella. Sólo en la llama fugaz de un fósforo, no en las de las velas o fogatas. El rostro de ella se dibuja, tiembla, se apaga fósforo tras fósforo. (A veces ella hace aparecer su mano, la levanta de la nada hasta la llama y se tapa la boca para echarle un beso aprovechando un golpe de viento que le quita el aliento). Tratan de hablarse moviendo las bocas como si los separara un grueso vidrio. Sólo que en cada llama de fósforo ella es distinta, el diálogo es otro. En cada llama ella es como la reencarnación de una misma persona en otra: el peinado, los gestos indican que de llama en llama pasa de siglo a siglo, de un mundo a otro. Así, la iluminación de estas fotos me asustan y me alejan. ¿Quién dijo que una foto eterniza el presente? Todo lo contrario, todo lo contrario….” (“A unas fotos de Miguel Grattier” - Enrique Butti, 1989) Enrique Butti
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@miguelgrattie 63
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SEBASTIÁN PACHOUD Nadar de noche
“La serie nació sin querer. Del deambular, el dejarse ir por las calles, la ciudad y la noche. Ya tenía la costumbre de andar solo, así que era un volver a ver, y de otro modo, esos lugares por donde pasé mil veces y de rescatar las imágenes dentro de las estridentes paletas de claroscuros. Las fotos fueron sacadas a lo largo de varios y relajados años (y amenaza con seguir). Con el conseguir una cámara compacta, tan chica como un celular, perdí cierta calidad (en términos de nitidez), pero me permitió pasar
desapercibido para lograrlas y quizás gané ese ruido que tanto inquieta. La serie fue muestra en el 2017, y la muestra se llamó “Nadar de noche” (a préstamo de Juan Forn). Y fue y sigue siendo nadar en este pozo que es Santa Fe ciudad, sin plan de evacuación, recorriendo los barrios, la periferia más desconocida, el otro lado del centro (pintando -de oscuro- la aldea) tomando distancia casi de director teatral y encontrar las criaturas y sus historias, para recortarlas en un cuadro a mi antojo inconsciente.”
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“Volver de la escuela por un camino largo y sinuoso pocas veces visitado, retornar del baile por la avenida, la primera expedición en bicicleta. A deambular se aprende muy temprano. De a poco la repetición hace ceder a la aventura, se abre paso el fisgoneo, la atención puntual. Más tarde, se reconoce qué es lo que atraviesa a todos esos instantes en que la mirada se pierde y se fija en un pequeño cuadro y su historia imaginada. Sebastián Pachoud domina el arte de la deambulación y por eso su secreto se esconde cada vez que se ofrece en cada una de sus escenas de entrometido que se divierte y llena de color la noche en la que habitan sus pocos, solitarios y definidos personajes. La fotografía y la deambulación son contemporáneas o, más bien, se
volvieron indistinguibles una vez que confluyeron. Mecánica, química digital y la lógica urbana se subsumen al artificio común: la óptica, su atención nebulosa y su detenimiento filoso. Pero aquellas instantáneas que rasgaban los tiempos épicos de la humanidad –para permitir un destello de sus miserias– hoy se invierten. Nadar de noche oficia esa inversión –cada trazo de luz recorta o contrasta una figura, el arquetipo– para designar el verdadero sitio de las ruinas o la catástrofe y, ahí, cumplir con el tierno mandato punk de hallar las flores pop, en una estridente paleta de neones, brillos azules, verdes y violetas. Pachoud, pudoroso, deja que vivan, fisgoneando de lejos o escondido.” Juan Pascual.
@sebastian_pachoud 71
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GABRIELA MUZZIO
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Sobre La memoria de los otros
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ero qué es esto? La pregunta asoma ni bien me detengo frente a estas obras de formato reducido. Observación en modo detective, quiero resolver este enigma. Hay mucho para considerar en estas doce impresiones de 13 x 18 cm. Resulta evidente que son fotos de archivo. Un repertorio de poses típicas, casi todos retratos en eventos familiares: una niña en traje de primera comunión; una novia con tocado de tul; un bebé, en brazos de una mujer, tal vez en el día de su bautismo; dos niños posando en un arroyo, quizás la imagen más recurrente del paisaje cordobés. Nada sabemos de los personajes que aparecen en la imagen. Sí podemos afirmar que aquellos niños hoy serán adultos, y que aquellos adultos, hoy ya no estarán. En este trabajo, Gabi Muzzio le hace lugar a la historia ajena, recuperado amorosamente la memoria de los otros. Rescata con delicadeza imágenes sentenciadas al olvido y la destrucción. Pero no es en el uso de negativos encontrados donde reside la potencia de esta obra. Lo que la hace tan especial no está en esas imágenes cargadas de historia sino en el proceso por el cual Gabriela las hace aparecer y las vuelve tangibles y fantasmales al mismo tiempo. Porque lo que uno ve es apenas visible. Porque la imagen es casi imperceptible, ligera, delicada. Estamos acostumbrados al esfuerzo que implica ver en la oscuridad (¿notaron que los colores se esfuman en la penumbra?). En cambio, quedamos desconcertados cuando no logramos ver en detalle estando a plena luz. Ocurre que esta es una obra demandante. Hay que acercarse, y hay que mirar con atención, aguzar la vista para ver algo en esa imagen de gama tonal tan restringida, monocromática, pero no en escala de grises, sino en un encuentro impreciso entre el rosa y el beige. Una imagen en tránsito (¿está llegando o ya se va?); una imagen espectral, recién aparecida o a punto de desvanecerse. ¿Cómo lo logra? Para empezar, Gabriela deja de lado la ampliación y elige el contacto. Negativos y papel sensible estarán tan cerca como sea posible. Uno sobre el otro, sin separación, con la luz encendida. Un objeto traslúcido y un papel sensible tocándose. Como al principio, como la hacía Talbot en sus dibujos fotogenéticos, como lo hacía Ana Atkins en sus cianotipos. Una imagen nacida de un acople íntimo. Y luego, desobedece el debido proceso. No revela. ¡No revela! Hace visible la imagen latente a fuerza de paciencia y experimentación. En el proceso fotográfico analógico tradicional, el papel sensible se altera cuando es tocado por la luz. Esta produce una transformación física en papel, pero la imagen solo será apreciable luego de un proceso químico que amplifica el proceso físico. Gabi elije un camino alternativo, consigue una imagen sin líquido revelador. Luego la hará estable con un fijador. Vivirá 200 años. Lejos de la ampliación, y sin necesidad de amplificación, las fotografías de esta serie dicen cosas extraordinarias en voz baja, evitan el alboroto, susurran. Agregan poesía al mundo. Andrea Ostera, marzo de 2019
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Porque lo que uno ve es apenas visible. Porque la imagen es casi imperceptible, ligera, delicada.
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ANDREA OSTERA
Capturas de Pantalla (2015-2016)
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os tiempos relativos de la luz y su fijación están en el centro material y conceptual de Capturas de pantalla, la serie que presenta Andrea Ostera en Mal de Archivo. Fueron problemas clave en las búsquedas que dieron origen a la fotografía y ahora, revisitados en este nuevo episodio del sostenido trabajo de Ostera sobre la fotografía, conducen la indagación sobre el medio, sus posibilidades y sus límites. Las obras exploran los nuevos modos que surgen en la era digital y, en la medida en que desandan los caminos predeterminados, ponen en cuestión la lógica productiva de la imagen. Si la fotografía digital marcó el comienzo de una transformación en las maneras de hacer, mirar y volver a mirar las fotos, la incorporación de las cámaras a los celulares profundizaron esos cambios. Las fotos pueden tomarse, editarse y enviarse a otros teléfonos y computadoras usando un único dispositivo. Su gran versatilidad, no obstante, excluye la impresión (que, por cierto, interesa bastante poco a la gran mayoría de los usuarios). En su nueva serie, también Andrea Ostera emplea el celular como único dispositivo, aunque en su accionar incluirá la materialización de una impresión. Ostera saca las fotos que originan Capturas de pantalla más o menos como lo hacemos todos: sin mucha premeditación y en la medida en que la escena se presenta (…). Pilas de objetos, rincones de su casa, parte de su laboratorio, plantas o alguna persona son los motivos que atraen su atención y que fotografía. Avanza luego por sobre los usos ortodoxos del celular/ cámara, que emplea como emisor de la luz necesaria para imprimir la imagen de la pantalla sobre papel fotosensible. Así, la luz, origen de la imagen, vuelve a ser, como en la época pre-digital, origen de la copia. La impresión fotográfica es la fijación de la luz de dos pasados distintos, el de la toma y el de la copia. En su empleo más habitual, el dispositivo que usa Andrea destierra ese segundo tiempo fijo –la copia– en favor de otros múltiples, los de la luz siempre actual (y por ello riesgosa, coyuntural) emitida por el teléfono y que nos permite ver la imagen. Ostera propone una confrontación implícita entre esa imagen intangible e inmediata de la pantalla y la impresa. Para ello desarticula el sistema técnico al que pertenece el smartphone (información
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numérica-procesador-impresora) y desanda camino hacia la era analógica: un papel fotográfico colocado debajo de la pantalla reacciona cuando ella enciende el celular. Un fotograma. Como los de William Fox Talbot, los de Man Ray y los que, con otros medios, ella hizo en otras ocasiones. Maś allá de toda reflexión especulativa, el tiempo aparece bajo la forma expresa de su medida: sobre la foto que Ostera seleccionó como fondo de pantalla aparecen la fecha y la hora exactas en que el teléfono se encendió para dejar su rastro en el papel (además del nombre de la empresa de telefonía, los íconos de la potencia de la señal, de la cantidad de batería restante y otras informaciones semejantes). En algunos de los fotogramas vemos que los números del reloj cambiaron en el transcurso de la exposición. Como en toda copia, ese tiempo debe regularse: en este caso se hizo asegurando que no entraran mensajes, llamados, notificaciones ni nada que prolongara el encendido de la pantalla. Modo avión: on. Así, el fotograma no reproduce lo que Ostera fotografió con su celular sino el dispositivo mismo que contiene la fuente lumínica necesaria para generar una impronta perdurable. Mientras algunas aplicaciones como BlinkMe y SnapChat están programadas para eliminar la foto sacada y/o enviada a otros usuarios a los pocos segundos, Ostera apela a su persistencia física (o a parte de ella: la información de color se pierde junto con cierta nitidez por el procedimiento de reacción química, por el grosor del vidrio, etc.). En una época de sobreproducción de imágenes el gesto significativo no es sacar fotos sino seleccionarlas y darles materialidad y durabilidad. De este modo, resulta representativo que, a diferencia de algunas cámaras de película que imprimían la hora de la toma sobre las copias (como la que Andrea usó en su obra 36 vistas de la casa de noche, 1998), el tiempo que importa, ahora, sea el de la impresión. Cada captura de pantalla resulta de un tiempo particular, cada sesenta segundos una imagen distinta es posible. Verónica Tell. Texto para la muestra Capturas de Pantalla, Mal de Archivo, Rosario, agosto 2016.
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Serie Capturas de pantalla, 2015/2016 Plata en gelatina 25x25cm. c/u.
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HÉCTOR RIO
Los martes con Carlitos Carlitos nació con síndrome de Down, es el hermano de Pichi, mi madrina. Sus papás, Juan y Celia murieron hace ya varios años, desde entonces Carlitos quedó al cuidado de ella. Carlitos vive una vida tranquila, todos los días duerme hasta pasada las 9 de la mañana, puede pasarse horas tocando la guitarra y puede caminar los pasillos de su casa durante horas, como también puede quedarse casi estático dejando pasar el tiempo. Este ensayo es una historia de amor, una deconstrucción de mi propia historia, que me acerca a los lazos familiares de mi niñez. Cada encuentro, cada visita a esa casa me proporciona nuevas pistas sobre la vida de Carlitos con las cuales intento codificar los signos que él va arrojando a la superficie como piezas del rompecabezas de su existencia. Los martes de chico me quedaba a dormir con mi hermano en la casa de la tía Celia y el tío Juan, los martes vuelvo a Casilda a fotografiar a Carlitos, los martes, desde siempre en esa casa hay puchero.
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GONZALO VEGA
Codo a codo
Ocho mujeres desempleadas crean la Cooperativa 20 de Octubre, donde fabrican baldosas y demás materiales. Lo llevan a cabo en un galpón abandonado del ferrocarril, donde funcionaban los talleres del Ferrocarril Central Argentino. En la ciudad de Villa María, Córdoba. Ellas son sostén de sus familias, una de estas emprendedoras va a su puesto de trabajo estando embarazada. Su trabajo es muy físico, generalmente seria un trabajo de hombres. A pesar de esto todas las mañanas mezclan agua, cemento y arena para poder fabricar las baldosas y tirantes. Cada una de ellas tiene su ocupación, pero todas saben hacer el trabajo de las demás. Sus días a días se hace llevadero entre mate y bromas. Son muy unidas y saben organizarse para llevar todo esto a cabo para llegar a un resultado óptimo. La cooperativa recibe semanalmente la materia prima y dinero, para luego la comuna retirar las baldosas que serán destinadas a parques y paseos.
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MAURICIO CENTURIÓN Luna de fuego
Una salida con la brigada Chaná Timbúes, vecinos de la costa que, con lo que pueden, van a las islas a apagar los fuegos que, casi todos los días, se van devorando de a poco el humedal.
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ientras se aprontan las tres embarcaciones que vienen saliendo de lunes a sábado a recorrer las islas y apagar los fuegos, los vecinos comentan: «Hoy según el mapa de la NASA no hay fuego», «Nos viene bien un descanso después de los fuegos de ayer».Las piraguas van alineadas en un remo parejo mientras Choclo, el perro bombero, corre en el agua de la bajante más grande de los últimos tiempos.Luego de media hora de remo se comienza a ver un humo que crece mientras nos acercamos, «Si llegábamos media hora antes, quizás lo agarrábamos prendiendo». Dos de los vecinos tienen una mochila que carga 20 litros de agua que sirve para rociar el fuego y extinguirlo por zonas, mientras otros con una bruja hecha de cámara de moto azotan al fuego. El trabajo en equipo hace que en una hora todos los focos que quemaban todo ese sector del ceibal se apaguen. La luna llena empieza a mostrarse. En el lado opuesto a la luna y cruzando el rio se empezaba a ver una llamarada, que en cuestión de segundos fue un foco y en minutos un gran incendio. «Así pasa siempre, terminas de apagar
uno, levantas la vista y hay otro más grande»,
«¿Qué hacemos?», «Está poniéndose grande», «No perdemos nada y podemos ganar monte, si eso prende en la parte tupida son hectáreas de verde que se pierde y quién sabe que cantidad de animales». Camino a buscar las embarcaciones aparece una yarará que realizaba movimientos torpes escapando del fuego. «Es la primera vez que
vemos una víbora viva, siempre ya las encontramos quemadas».Del mismo lugar de donde
viene el fuego un puestero cruza el río a caballo con su hijo, los vecinos lo detienen para preguntarle si fue él quien prendió el fuego o si sabía algo, responde: «Son siempre los mis-
mos, destruyen todo… Yo me peleé con ellos porque le dije que dejen de talar indiscriminadamente el espinillo y hoy vengo a ver mis animales y me carnearon una vaca, así son».
La luz de la luna y la luz del fuego eran la única guía para saber dónde pisar, la primera disminuía su tamaño mientras subía, la segunda aumentaba mientras la línea de fuego llegaba a la zona más tupida de la isla. 400 metros curvos de un fuego que danzaba con un viento incontrolable que cambiaba de dirección cada cinco minutos. «Tenemos para unas horas largas», dijo Esteban mientras juntaba agua en el rio con un balde de 20 litros.Otra vez el mismo equipo: dos con mochilas, tres con brujas y dos más yendo y viniendo con baldes de agua hacia el río que está a 100 metros. La tarea es titánica, el fuego que vieron comenzar ahora es una víbora ígnea de 700 metros. Acuerdan en pocos segundos que la mejor estrategia es debilitarlo desde el medio e impedir que la línea de fuego siga ingresando al monte. Trabajan sin parar la primera hora y cada tanto se gritan para saber que están todos y que están bien y siguen. «Es el fuego más grande que vimos en Rincón»
dice Esteban mientras descansa apoyando sus manos en sus muslos y respirando profundo. Pablo, que es la primera vez que viene a la brigada, expresa «No siento más los brazos, creo que no puedo seguir». Son aproximadamente 300 metros apagados pero los cuerpos demuestran cansancio y debaten como seguir.
«Tenemos que seguir, sino perdemos el monte».
Un cambio de dirección e intensidad del viento hace que todo lo apagado se vuelva a prender y mucho más fuerte. La brigada Chaná Timbúes, que hasta entonces no se iba sin que esté todo apagado, decide que hoy puede hasta acá y vuelve caminando a las embarcaciones suponiendo que si fueran más, o si tuvieran las herramientas necesarias, o si el Estado no hiciera oídos sordos, ese fuego estaría apagado y ese monte no se hubiera perdido.
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«Así pasa siempre, terminás de apagar uno, levantás la vista y hay otro más grande»
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@mauricio.centurion_ 125
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JUAN ANTONIO PALACIOS
Luz Milagros
Espero tu llegada, no veo la hora de abrazarte, te estoy esperando... son algunas de las frases que pueden leerse en las paredes y hasta en los techos de una sala de espera de una sala de partos. En este lugar se conjugan historias y se comparten sueños, esperanzas, anécdotas llenas de ansiedad, emoción, miedo. Escribir un mensaje en la pared y así dejar un registro de agradecimiento, felicidad y a veces de dolor y pesar.
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FotografĂas tomadas durante el 2017 en el Hospital Centenario de la ciudad de Rosario.
@juan_ecofotografias
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LUCAS CASTRO, SEBASTIÁN ALARCÓN Y LUDMILA MAGNO Internados
n hospital es un lugar que reúne muchos lugares. Lugares de espera, de paso. Lugares a los que no queremos ir. Lugares que cambiamos, lugares que nos cambian. Allí buscamos salud, vida. Un hospital es un lugar habitado, pacientes, médicos, personal. El lugar es uno y muchos. El nacer el morir, la enfermedad, la vida. Todo se conjuga allí, en esa estructura muda y habitada. Poblada y abandonada. Todo al mismo tiempo. Una enfermera arrastra un carrito en un patio interno; atrás la estructura gris, antigua. Entre todas las ventanas una niña mira y espera. Una estatua de la Virgen María custodia, en un pequeño altar, una habitación con la puerta entreabierta: adentro alguien trabaja. Existe una necesidad de llenar un tiempo repleto de espera, llenarlo con palabras, palabras que se plasman en paredes. Nombres y fechas. Testimonios. Como si hubiese la necesidad de dejar una huella. Promesas de amor. Y fechas, el tiempo. Los pisos son los testigos del paso, de la espera. Deben estar limpios. Las camas anónimas que sólo tienen un número como nombre. El dolor nos iguala. Todos somos uno frente al dolor. Todos necesitamos atención, cuidado. La gente. El paciente. Espera. Los otros también esperan. La gente. Los médicos atienden esa espera. Ven el dolor en la espera, y lo atienden, lo curan. La gente. (texto anónimo escrito para este trabajo)
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Ensayo fotográfico realizado durante aproximadamente dos años en el Hospital J. B. Iturraspe de la ciudad de Santa Fe, hecho en conjunto por los fotógrafos Lucas Castro, Sebastián Alarcón y Ludmila Magno.
@lucas_castro84 141
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GUILLERMO VOGT Prematuros Tener un hijo prematuro es atravesar en algunos casos dĂas y en otros, meses enteros de incertidumbre‌
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“El recién nacido tiene derecho a recibir atención acorde a sus necesidades, considerando sus semanas de gestación, su peso al nacer y sus caracterícas individuales, pensando en su futuro.” La prematurez es una de las razones por las cuales un recién nacido puede ser admitido a la Unidad de Cuidado Intensivo Neonatal (UCIN). A pesar de ser un hecho frecuente en la UCIN, resulta de alto impacto para las familias que atraviesan esta situación. Las razones por las que un niño/a nace prematuro son muchas; entre ellas, la gestación múltiple tiene gran incidencia. Otras de las causas pueden ser las infecciones y la falta de crecimiento intrauterino. También puede decidirse un nacimiento prematuro cuando la salud materna o la del bebé están en peligro. En muchos otros casos, se desconoce la razón por la cual el trabajo de parto se inicia antes de tiempo. Un parto se considera “a término” cuando se produce entre las 37 y las 41 semanas de gestación; por otra parte, se denomina “pretérmino” al parto que se desencadena entre las 23 y 36 semanas de embarazo. Se consideran “prematuros de alto riesgo” a aquéllos que nacen con menos de 32 semanas de gestación o menos de 1.500 gramos de peso. Los prematuros que nacen con corta edad de gestación suelen permanecer internados en neonatología por períodos de tiempos extensos: un trimestre, medio año, algunos aún más tiempo. Fuente: www.unicef.org/argentina “El nacimiento de un hijo es un momento que siempre genera incertidumbre. Tener un hijo prematuro es atravesar en algunos casos días y en otros, meses enteros de incertidumbre… Incertidumbre acompañada de miedo, angustia, horarios de informes, avances-retrocesos, intervenciones, médicos especialistas… la UCIN es un mundo desconocido, es tener otros hábitos de higiene, es cuidados extremos, es aprender un idioma nuevo, y su paso por ella nunca es indiferente. Se necesita mucho amor, fuerzas, dialogo y apoyo para que la ansiada vida de nuestro hijo, que comenzó de manera diferente a lo habitual…., gane día a día y paso a paso esperanza, confianza y la primer batalla de la vida este ganada” Mamá de Santi
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@guillevogt.sf 149
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EMILIANO SANTA CRUZ Calle oscura
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alle oscura es un proyecto que en si no es ningún proyecto. Si puede que parezca una contradicción, pero no fue pensado, y paso a explicar. Hace muchos años, trabajo en eventos sociales como fotógrafo de bodas o dando clases de fotografía y revelado digital. Esto hace que no tenga horarios fijos, o si los tengo, duran un par de meses. Eso me deja muchos “tiempos muertos” que me permiten hacer lo que quiera, pero por lo general, son tiempos que duran no más de dos horas. Por puro aburrimiento, empecé a usar esos tiempos para callejear fotográficamente. Mi actividad dentro de la foto callejera empezó mucho antes de estos “tiempos muertos” cuando básicamente no trabajaba ni estudiaba ni nada de nada, ahí salía cuando me nacía, pero al empezar a tener más responsabilidades y la necesidad de generar ingresos con mi actividad fotográfica, apareció esta modalidad. Durante por lo menos 7 años, todo tiempo muerto que tenía entre clase y clase que dictaba, o cuando me cansaba de editar un casamiento, salía con la cámara a sacar fotos por mi zona, y debido al poco tiempo que disponía (no más de dos horas) nunca me movía mucho de donde vivo, la zona centro de la ciudad de Santa Fe. Y ahora vuelvo a lo que decía al principio, el proyecto que nunca fue un proyecto, se convirtió con el tiempo, en un proyecto, parece un trabalenguas pero es así. Simplemente empecé a acumular fotos, e hice lo que siempre me dijo mi maestro Roberto Guidotti, empezar a crear series que tuvieran un punto en común, o que contaran algo. De ahí nace calle oscura, y bueno ahora puedo explicarles de que se trata esto. Calle oscura es mi visión de las calles, de los ambientes urbanos, del smog, de las prisas, de los embotellamientos, etc., etc. Me considero una persona un poco pesimista, un poco depresiva y también nostálgica, cosas que con la fotografía he podido sublimar de alguna forma, en las fotos de mis series. En esta en particular, todo eso, traté de mostrarlo en el ambiente, en las tonalidades y obviamente, siempre penando en blanco y negro. Las herramientas digitales me ayudaron a darle una terminación a mi visión de estas calles negras, que no necesariamente son negativas pero son como las veo.
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FAMILIA
ROBERTO GUIDOTTI Despojadas
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NOVIA
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FLORAR
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ESPEJO
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FRÁGIL
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LAURA AGUZIN Fragmentadas
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odas las creaciones culturales de una u otra manera emergen de la interioridad, de un inconsciente individual y colectivo que lucha por materializarse y salir a la luz. Se trata quizás de todo aquello que nos angustia o nos produce miedo, o de lo que no podemos controlar, o de lo que nos puede desencantar, o la de todo lo que nos evoca lo mágico y misterioso, o simplemente de lo desconocido. Cada ensayo fotográfico comienza como un monólogo silencioso de dudas y creencias y termina como un diálogo sin conclusiones, abierto a las preguntas de la humanidad desde tiempo inmemorial. Así, el paso del tiempo y sus testigos; el espejo, sus mitos y misterios; el descubrimiento del deseo y su goce; las luchas colectivas y la defensa de las ideas; los ancestros y sus huellas; el amor y sus cicatrices; las presencias invisibilizadas, la cotidianeidad, las pausas, el movimiento, la imperfección, en fin… la vida misma. Este ensayo propone diálogo intergeneracional, de una madre con su hija adolescente y de qué manera el feminismo las ha atravesado. Se construyó a partir del año 2018 y algunas de sus
series fueron expuestas en muestras colectivas. Pertenezco a la generación de mujeres que lucharon para salir del silencio; y ellas, nacieron para ser libres. El feminismo me atravesó, me cuestionó, me interpeló y me ayudó a iniciar un largo camino de aprendizaje. Ese camino no fue solitario, me encontré con otrxs que me acompañan aun hoy y que son compañerxs y maestrxs de vida. Entres ellxs están mis hijas. Cuando llegaron a la adolescencia, comenzamos juntas a resignificar estos roles, a desocultar nuestras construcciones y deconstrucciones generacionalmente diferentes. Lo hicimos a través del diálogo, con las palabras, con las búsquedas compartidas, con el codo a codo en la apropiación del espacio público. Y allí nació esta propuesta de diálogo, eligiendo un lenguaje diferente, el lenguaje fotográfico. Quizás fue la forma que encontramos de ahuyentar los fantasmas y los miedos, y empoderarnos de nuestros sueños. Dialogamos, nos reimos y enojamos, nos atravesamos en cuerpo y mirada. Después, no fuimos las mismas. (Laura Aguzin)
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@lauraaraceliaguzin 165