Tras las huellas de Vicente Núñez
Biblioteca IES IPAGRO Paseo literario
Viajar es mucho más que una emoción. Es descubrir, aprender, conocer y al regresar nunca se vuelve como se partió, pues los recuerdos y la sabiduría hablan de un buen viaje. Esta guía te enseñará el camino, pero debes estar atento, atenta y buscar pistas y datos para conocer a uno de los autores más importantes de la lírica del siglo XX, Vicente Núñez. Este cuaderno recogerá tus fotos, tus creaciones y tus recuerdos. El cuaderno consta de varias partes:
“Aho ra las ciudade s son como ce men terios, y de eso sólo se salva París. Si hub ieran pues to una líne a de he licópte ro s París-Po ley, yo m e subiría, m e tomaría una co pa e n P arís y, d espués m e volve ría a E l T uta”
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Mapa de Aguilar de Frontera Poemas relacionados con las paradas Descripciones Guía de preguntas de los poemas Breve cronología del autor Zona de creación de dibujos y fotografía
¿Comenzamos? ¡Buen viaje!
1. MAPA Debes marcar las siete paradas numeradas por orden.
PARADAS
RUTA LITERARIA Poemas y otros textos
Calle Vicente Núñez
<<XI Ningún reproche, otoño>>
Casa de Vicente Núñez
<<Inmortalidad>>
Saleta Biblioteca Biografía del autor
Descripción de la saleta
Calle Vicente Núñez
Biografía “La vida no es camino. Es senda”
Sofismas
“No ir a donde se va, sino huir de donde se viene”
Calle Ipagro
Calle Moralejo Cuesta de Jesús
<<Amargura>> <<Cántico>> <<Ocaso en Poley>> <<La sortija>> <<Plaza Octogonal>> <<Canto a Poley>> <<Himno I>> <<Consejo>>
Calle los Moros
<<La albaca>>
Plaza de San José La taberna del Tuta
Camino hacia la Plaza de San José
Biblioteca Municipal
2. BIOGRAFÍA VICENTE NÚÑEZ 1926 1937-1947 1941
1947 1952 1953 1954
1955
1982 2002 2002
Nace en Aguilar de la Frontera (Córdoba) Bachillerato en el Colegio Nuestra Señora de Araceli(Lucena, Córdoba) de los Hermanos Maristas. Se matricula en el Colegio San Estanislao de los Padres Jesuitas (El Palo, Málaga). Lee a Shakespeare, Pérez de Ayala, Azorín,... Matrícula en la Facultad de Derecho de Granada. Comienza su creación poética en la Revista Forma, dirigida por Manuel Aróstegui y Víctor Andrés Catena. Lee a Rilke. Se aloja en el Hotel Victoria (habitación de Rilke) Conoce a Antonio Gala y a Carlos Barral en la Milicias Universitarias en Ronda (Málaga) Publica su primer poema "... de la luz y del mar" en Abril en la Revista Caracola; empero, en "Elegía a un amigo muerto" se erige como poeta. Se acoge al Grupo Cántico (Ricardo Molina, Juan Bernier y Pablo García Baena) en el Tercer Congreso Internacional de Poesía de Santiago de Compostela; tentado por este azar, se abriría más tarde hacia su propio destino. Abandona los estudios en Sevilla. En Málaga, Sebastian Kerr le invita a París y Ginebra. Su "Ocaso en Poley, 1982" le llevó al "Exilio" de estas dos ciudades.Durante su vida cultural madrileña comía en la casa de Concha Lagos. Premio Nacional de la Crítica por “Ocaso en Poley” Premio de Poesía Luis de Góngora, máximo galardón literario andaluz Fallece el 22 de junio de 2002 en Aguilar de la Frontera
PRIMERA PARADA: CASA VICENTE NÚÑEZ La casa de Vicente Núñez está emplaza en la calle con el mismo nombre. Entre sus estancias encontramos la “ salita” o “saleta”, nombre con el que Vicente denominaba la estancia donde solía escribir, leer, trabajar sobre su textos. La rica biblioteca ubicada en la habitación nos informa acerca de los gustos y las posibles influencias literarias y filosóficas del autor. Nos detendremos a leer la descripción de la salita y reflexionaremos que podría significar para el poeta. Descripción de la salita, el habitáculo de Vicente Núñez. “ Una habitación pequeña, la saleta, con un divanito, la mesa camilla, cuatro sillas isabelinas, una vitrina con los objetos diversos. Cuadros, litografías, algún reloj de bolsillo, una estantería de libros, una radio, una botella de cristal tallado para le vino. Todo escrupulosamente limpio, ordenado, todo dispuesto para ser acariciado, son las manos o con los ojos, una y otra vez…Ése es el recinto en el que se pasa muchas horas del día y al que deja entrar a sus íntimos.”
En la fachada aparece el primer azulejo. Vamos a leerlo, ¿qué te sugiere? ¿Quién es el conserje de su vida? ¿Cómo se siente el poeta? XI “Quiero volver a mi humilde alimento: quiero volver al pozo de mi casa. Donde la soledad me libre del futuro”
Ningún reproche, otoño; fiel y viejo conserje de mi vida. Sólo es que el viento en esta nubosa y lenta tarde de noviembre, no me traerá sus ojos, sobre cuyas pestañas copiosamente habrá llovido. Sé benigno con ellos, lluvia, hermana; tú que vives llorando Vicente Núñez, Rojo y sepia
SEGUNDA PARADA: CALLE VICENTE NÚÑEZ
TERCERA PARADA: CALLE IPAGRO
El cordobés Vicente Núñez (1926-2002) publicó casi un millar de aforismos en el suplemento dominical del diario Córdoba entre octubre de 1987 y diciembre de 1992. Piezas breves, completas e intensas. Renunciando a los nombres más usuales que designan este tipo de escritura -los clásicos aforismo, máxima, sentencia, fragmento-, Núñez denominó a los suyos “sofismas”, que el diccionario de la Academia define como “Razón o argumento aparente con que se quiere defender o persuadir lo que es falso”.
Antes de entrar en la Plaza de San José nos encontramos con dos azulejos. Nos detenemos y leemos estos poemas en ingles y castellano
Hay una colección extensa en la que se nos ofrece los temas son muy variados. No falta lo literario: “La muerte imita a la literatura” o “Sólo la poesía desobedece al lenguaje”. Pero cuidado, cada género impone un ritmo de lectura. No se lee igual un ensayo filosófico que una novela, y el fragmento, el aforismo, impone un ritmo más pausado, más pautado, y esa morosidad es exigencia de la iluminación que trastrueca lo que creíamos. Al abrirnos los ojos, la verdad de estos sofismas ciega. Ahí va una pequeña selección: El hombre que se apoya en el aire adquiere la consistencia de las estrellas. La vida no es camino. Es senda No ir a donde se va, sino huir de donde se viene Si no cierro los ojos, ¿cómo voy a ver?
Cántico El que pasa ignorado por los arcos del mundo. El que extiende en el suelo su clámide oro. El que aspira en el bosque el rumor de la lluvia Y olvida su cuidado debajo de los sauces. El que besa tus brazos y tiembla y se transforma a pesar del embate de todo y de sí mismo. El que a tu sombra gime como trémula gema. El que pasa, el que extiende, el que aspira y olvida. El que besa, el que tiembla y se transforma. El que gime.
Song He goes unnoticed under the arches of the world. He who spreads his Golden chlamys on the ground. He who breathes in the whispering rain in the Woods And forgets all his cares under the willows. He who kisses your arms and trembles and changes In spite of the harsh attack of everything and of himself. He who moans in your shade as a tremulous gem. He who passes by, the one who spreads, breathes in ad forgets He who kisses, trembles and changes. The one who moans.
Amargura En la lividez de un rostro, tras la levedad de un palio. Con el corazón partido por una espada de raso. Bajo el sol que abre delirios en tu plaza, el Viernes Santo. Como Reina de las Lágrimas Que llora entre cera y ramos Como una Rosa Afligida Desde la cuesta hasta el llano ¡Frontera de mi Amargura camino del Soteraño!
CUARTA PARADA: PLAZA DE SAN JOSÉ La mesa, ahora vacía, en la taberna del Tuta, sirvió de escritorio y de refugio para el poeta Vicente Núñez. Aquí escribió muchas de sus obras más importantes, desde Ocaso en Poley, hasta Himno a los árboles. El poeta aguilarense venía cada día, por la mañana y por la noche; no fallaba nunca. Escribía, bebía vino de la tierra y recibía a sus visitas. Acudir a la taberna para él era un ritual cargado de sentido, y sólo se rompía en las grandes
Ocaso en Poley Si la tarde no altera la divina hermosura de tus oscuros ojos fijos en el declive de la luz que sucumbe. Si no empaña mi alma la secreta delicia de tus rocas hundidas. Si nadie nos advierte. Si en nosotros se apaga toda estéril memoria que amengüe o que diluya este amor que nos salva más allá de los astros, no hablemos ya, bien mío. Y arrástrame hacia el hondo corazón de tus brazos latiendo bajo el cielo.
Dawn in Poley
If the evening doesn´t trasmute the godly beauty of your dark eyes while the vanishing daylight slowly fades away. If my soul doesn´t spoil the secret pleasure of your sunken rocks. If no one notices us. If all useless memories extinguish in us which decrease or dissolve this love of ours that will sabe us beyond the stars, don´t le tus talk any more, my love. And take me to the deep heart of your arms beating under the sky.
Tu sortija me da mucho frío amor mío, amor mío, amor mío. Tu sortija no me da calor; mío amor, mío amor, mío amor.
QUINTA PARADA: CALLE MORALEJO HIMNO I Si yo supiera como vosotros, oh árboles, estar atento por entero a mi ser. Si caudalosamente os estrechara en un abrazo tan derramado y hondo como el valle que oteáis majestuosos en las mañanas del abrigado otoño. Si yo pudiera compartir mi vida en animada y tenue vecindad. Saludar con júbilo desde lo extremo de vuestras crestas a nuestra hermana la hierba y despeñarme y cobijarme en el compacto tejo del verdor. Si os dignarais otorgarme el don de la insomne evidencia y el de cumplirme en los tumultos de la adversidad. Porque vosotros habéis concurrido a todas las iniquidades de mis huidas. Porque surgís incólumes en todos los recodos de mis deserciones. Porque me acuñáis solícitos desde las edades y os alojáis y encendéis en mi carne. Porque os nutrís de mis infortunios y respiráis extáticos en la proximidad de las estrellas infinitas.
SEXTA PARADA: CUESTA DE JESÚS La obra poética de Vicente Núñez vivió paralela a su labor por reivindicar y defender la poesía de Luis Cernuda, especialmente en los años 50, cuando los versos del escritor sevillano no eran ni apreciados ni conocidos en España. «Vicente Núñez ha sido el único que ha conocido mi poesía», llegó a decir Cernuda, que le ofreció instalarse con él en México como investigador. En ese empeño coincidió con los poetas del grupo «Cántico», con los que mantuvo una estrecha amistad, especialmente con Pablo García Baena. Vicente Núñez, sin embargo, prefirió la calma y la sencillez de Aguilar de la Frontera. Pasó más de veinte años sin escribir, pero en los años 80, la literatura, «esa ramera» que le impedía vivir, y con la que mantenía una relación de amor-odio, le volvió a aprisionar. Así, a «Elegía a un amigo muerto» (1954) y «Los días terrestres» (1957) siguieron después «Poemas ancestrales», «Teselas para un mosaico» y «Ocaso en Poley», su obra más recordada y que le valió el premio Nacional de Poesía en 1983.
Consejo ADVIRTIÉNDOME Pablo –su voz tras de la afable Tiniebla telefónica –que no fuera insensate Y de mí te arrojara definitivamente. Acaté yo sumiso esa intención benévola Como si desde el fondo fatal de las edades Decretado estuviese. Mas sentí, en el vacío Victorioso y culpable que entonces sobrevino, Que un cuchillo me hendía del pavor de la muerte. Y fui total, y supe, oh gratísimo Pablo, Lo que en verdad era amarte y no haberte perdido. Vicente Núñez, Ocaso en Poley
SÉPTIMA PARADA: CALLE LOS MOROS El poeta Vicente Núñez falleció el 22 de junio de 2002, en su casa de la localidad cordobesa de Aguilar de la Frontera, donde había nacido hace 76 años. Núñez, que había sido galardonado años antes con el premio Nacional de Poesía y con la Medalla de Plata de Andalucía, se encontraba convaleciente de una hemiplejía que le mantuvo en el hospital Reina Sofía de Córdoba durante varias semanas. Había acudido a su casa para recuperarse, pero una fatal enfermedad le causó la muerte. La capilla ardiente fue instalada ayer en el Ayuntamiento de Aguilar de la Frontera, el pueblo en el que nació y residió la mayor parte de su vida, y que le otorgó el título de Hijo Predilecto.
La Albahaca La albahaca fina, la albahaca basta. La verde, la oscura, la ruda, la blanca… La que tiene tanta dura espina y mata. ¿La albahaca fina? La albahaca basta.