Relato corto de:
Inés Moratinos Moreno
U
n golpe, otro, otro, un puñetazo en la boca, una patada desprevenida… se acabó, ya está tendido en el suelo, ya no volverá a molestarme hasta dentro de mucho. Apenas puede moverse, casi puedo sentir su dolor. No le ayudo, simplemente me quedo mirándolo mientras enciendo un cigarrillo. Se gira, se apoya en un brazo y me mira de abajo a arriba, termina mirándome a los ojos, no creo que pueda ver mi expresión, si no fuéramos las dos únicas personas que están ahí creo que ni me reconocería, tiene la cara tan hinchada… poco a poco intenta incorporarse, apoyo el cigarrillo en el suelo y me dirijo hacia él, en ese momento escucho que alguien se acerca, ¿la policía? Sería demasiada coincidencia, de todas formas no me arriesgo y me voy. No tengo donde ir, así que voy a casa de Álvaro. No puedo llamar al timbre porque despertaría a su madre. Escalo hacia su ventana, como un campesino que va a visitar a la princesa y no puede ser visto. Tiene la ventana cerrada, empiezo a golpearla; no ocurre nada, Álvaro ni siquiera se inmuta. No me queda otro remedio que bajar y buscar otro lugar conde ir. Subo al coche y miro la pequeña maleta que hay en los asientos de atrás. No puedo volver a casa, ahora no, no después de lo que me ha costado dejarlo todo atrás. Estuve dando vueltas por la ciudad hasta que paré en un parque del centro, esperaba encontrar a alguien, algún amigo… y es que normalmente está lleno, sin embargo no hay nadie. Me tumbo en la hierba y enciendo un cigarrillo. ¿Qué hago aquí? Por alguna razón sabía que tenía que venir. -¡Eh, tú! Despierta Abro un poco los ojos, veo a una chica, o eso he deducido por la voz… Me froto los ojos, ¡me he quedado dormido! -No deberías dormir aquí, y menos mientras fumas- Señala el agujero que hay en mi camisaMira tu camisa, tendrás que tirarla. -Ah, sí, bueno, tampoco me gustaba mucho Sonríe, tiene una bonita sonrisa. -¿Qué hora es?- Le pregunto -Las 4:45 -Un poco tarde ¿no? ¿Qué haces aquí? -Ángela me dijo que viniera por ella, ¿habíais quedado aquí a esta hora no? Ángela. Ese nombre suena en mi cabeza una y otra vez. Lo conozco, sé que ha sido alguien muy importante, ahora no recuerdo quién es pero lo sé. -¿Por qué has venido en su lugar?- Le pregunto -No podía venir, pero quería que viniera yo y que te diera esto- Me da un pequeño cuadernoMe dijo que no lo abrieras hasta que llegara el momento. -¿El momento?