Parir niños, ideas, sentimientos en la vida contemporánea

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MÓD DULO INT TRODUCT TORIO Classe N°3. “PARIR NIÑOS, IDEAS, SENTIMIE ENTOS, EN LA VIDA V CON NTEMPOR RÁNEA” 16 de e noviembrre de 2011

Por María Em milia López z Veo a mi padre asomado a la ventana a. Senta ado en el su uelo del cuarto, miro su espalda a ancha. Cam mino apena as. Qué hermoso ess un padre, ndo, asomad do a una ve entana, cuan su esspalda se re ecorta para el hijo. Le de eja impreso o su mejor recuerdo. r Padre que encara el mundo o, a la infancia a, primera puerta que nos da e que no to odo es pecho. primer atisbo de o Morábito Fabio

Leí por p primerra vez este e poema hace h unos días, d tomé é al azar e el libro de tapa blanca con un na vaca de elineada quizás q porr un niño o un artissta cubista a. Lo compré en mi último via aje a Méxicco, y el vé értigo de la a vida lo invisibilizó a un costado de mi cama dura ante much has nochess y días. Cu uando lo ab brí, al azar, leí este poema; entonces supe que el azar no existe,, porque en ese mismo m mom mento esta aba comenzzando a esscribir esta a clase. Con este bello o y espera anzado po oema del escritor e mexicano Fabio Morá ábito, comenzamos esta últim ma clase del Módu ulo introdu uctorio, e en el que e nos dediicamos a pensar p cue estiones culturales c de la cria anza y sus efectos en e la subjetividad de d los niños, de los padres, p de e todos aqu uellos que rodeamoss a la infan ncia. Hem mos hurgad do en el pasado, p en n las forma as históriccas del serr niño, ma adre, padrre. En el Fo oro estamo os comparrtiendo info ormación sobre s las m modalidade es de crian nza en distintas d r regiones d México de o, donde pasado y presente e se

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entrrelazan pa ara dar ca auce a la as práctica as con lass que noss encontra amos cotid dianamentte desde nuestra función profe esional. Hoy vamos a adentrarno a os en algun nos aspectos más ligados a la iinteriorida ad de las madres m y padres, a la vivenciia íntima de la matternidad y la patern nidad sobrre todo en e nuestra a contemp poraneidad d, y veremos tamb bién cómo o los efecctos de dichas vivenccias atañen n a nuestra a tarea. Com mo punto de d partida,, vamos a tomar un na preguntta que se plantea Daniel Stern -un inve estigador que q se ha dedicado d al a trabajo terapéutico con pad dres, bebé és y niños durante más m de 30 años, sum mamente in nteresado en la cue estión mate erna y en los primeros vínculo os familiarres- en su libro “El nacimientto de una madre”. Su pregunta fu undamenta al es ¿CUÁNDO UNA MUJER SE E CONVIERT TE EN MAD DRE? Segu uramente cada uno de usted des estará ensayand do una respuesta. Stern S tamb bién tenía a una hipo otética resspuesta cu uando com menzó a interesarse e por este fenómeno o. Dice al respecto: “Deduje que q la resp puesta seríía ‘cuando o di a luz, por supue esto’”. Sin embargo, e cuando co omenzó a indagar en e la vida a de un grran númerro de muje eres a las que atend día durantte el perío odo pre y post parto o, la respu uesta tan certera comenzó c a desdibu ujarse. Lo os primero os datos comenzaro on a desm moronar la a idea de que q el nacimiento rea al de un bebé convie erte a la mujer m en una u madre. Por el co ontrario, pareciera p que la exp periencia d del nacimiiento real forma pa arte aún de d la fase de prepa aración, y puede da ar lugar a una madre física pero no psiccológica. Dete engámonoss aquí: “De “ algun na manera a, una madre m tien ne que nacer n psico ológicamen nte al igua al que su bebé b nace de forma física. f Lo q que una madre m da a luz en su mente no es un nue evo ser hum mano, sino o una nuevva identida ad: el senttido de serr madre. ¿Cómo ¿ surg rge esa ide entidad en n cada mujjer, y cóm mo se vive este procceso? Esa actitud a ma aternal no nace en el e momentto en el qu ue el bebé é llora porr primera vez. El nacimiento de d una ma adre no se produce en e un mom mento dramático co oncreto, sino s que surge s grad dualmente e a travéss del trab bajo acumu ulativo de los mesess que preceden y sig guen al naccimiento físico f del bebé”. b Vaya amos al centro c infa antil, a la a estancia a, a los d distintos e espacios donde trabajamos co on las mad dres de lo os bebés. Cuando nosotros n no os referim mos a Programa d de Fortalecim miento a la EEducación Te emprana y e el Desarrollo Infantil


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nuesstros destinatarios, hablamos h de una “m madre”, un n “padre” y un niño o. Sin emb bargo, si tomamos en e cuenta este plan nteo que nos n hace Stern, ¿ess una madre cómo tal t la que llega al ce entro? ¿es una madrre en form mación? ¿ess una muje er en proceso de con nvertirse en e madre? ¿Es una “m madre”? Vien ne a mi memoria m la a entrevistta inicial que tuve hace un tiempo co on la mam má de Alejo, un bebé é de 3 me eses, prime er hijo de su mamá y segundo o hijo de su s papá (su hermano o es adole escente). Solange S ess una muje er de 32 años, a que me advierrte ni bien n comenza amos la entrevista qu ue ella no es como yo y la veo ahorita, apurada a y despeinad da; lo dice e entre rissas pero ta ambién co on un poco o de angusstia. Señalla que ella a siempre fue una persona p mu uy desenvu uelta en su s vida pro ofesional y personal, que ahora está de esbordada y no entiende cómo un ser tan pequ ueñito pue ede haberrle desaba aratado la vida de esta manera. Dice que “nuncca se imag ginó que era para ta anto”. El p papá se ve e más sereno, todo el tiempo o hace comparacion nes con ell nacimien nto de su hijo mayor, parece e querer liigar la exp periencia anterior a co on la actual, como si s los dos niños fueran pareciidos (y su us madres también).. Eso la p pone a Sollange bastante nerviiosa, tiend de a discutir y a me enosprecia ar lo que ssu esposo dice. d Mien ntras escuccho, piensso que las comparacciones que hace el p papá funcionan para a la mamá como una a negación de lo sing gular y ato ormentadorr de su esttado, tal vez v como un mandatto de tran nquilidad, que ella no n puede a aceptar po orque su esstado psico ológico es aún de mu ucha vulne erabilidad. Pien nso entonces que lo que necessita de míí no es que e la tranquilice diciendo que todo eso es e normal y ya va a pasar, p porque corro el riesgo d de que lo tome t como la misma simplificcación que e aparece en el discu urso de su u marido, y eso no la a contiene e. Pregunto o entoncess cómo es su día, có ómo organizan los ritmos de Alejo, A si ess que ya han h constrruido algún n ritmo, y pongo de manifiestto mi cono ocimiento acerca de e lo comple ejo que ess durante los primerros tiempo os de la vida v de un n bebé accomodarse a esa nu ueva identtidad, la reorganiza ación psíqu uica que im mplica parra la madre e la respon nsabilidad de un beb bé en su vid da. En ese e momen nto comienza a gesttarse un diálogo, d la mamá me e acepta como c interrlocutora cuando parece que q he sido s capa az de co omprenderr su dese equilibrio y estoy dispuesta a tolerarlo. No todas lass madres necesitan n lo mism mo. Segurramente ttodos los que trabajamos en n relación con la maternidad m podríamo os contar una serie muy a de situa aciones diferentes, de modoss diversos de reacccionar ante e las larga demandas de un u bebé o de la socie edad sobre e lo materno. Programa d de Fortalecim miento a la EEducación Te emprana y e el Desarrollo Infantil


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Pero o si tomam mos en cue enta las invvestigaciones de Ste ern, pareciera ser qu ue lo que asemeja a todas lass mujeres es esa vullnerabilida ad a nivel emocionall que ocurrre durante e el períod do de tiempo en que una muje er se convie erte en ma adre, fenó ómeno psiccológico qu ue está mu uy lejos de e una pato ología, pue esto que ha ace a la re eorganización misma a de la iden ntidad, com mo fenóme eno human no. La mayoría de d las madres que e recibimos en los centros infantile es se encu uentran en este prroceso de “converttirse en madres”. m Vale ento onces preg guntarnos: •

¿cuánto o le pedimo os a esa mujer que está e formando su nue eva identid dad?

¿compre endemos su procceso de elaboración psico ológica o la consideramos una a madre accabada que e debe sab ber cómo rresponder ante cada ne ecesidad de e informacción y conttacto de nu uestra parrte?

¿hacemo os algún lu ugar en nu uestra plan neación de el acompa añamiento para alojar las l preocupaciones, incertidum mbres, tem mores, desconfianza as de una “ma adre en fo ormación”??

¿conside eramos qu ue nos com mpete ocu uparnos de e la madrre que se está formand do?

Segu uimos leye endo a Da aniel Stern n: “Pude deducir d de e sus resp puestas qu ue la mayyoría de lass madres se s convirtie eron en madres cada a vez con m más seguriidad, desp pués de allgunos messes. Su nu ueva identtidad podíía empeza ar en cualq quier mom mento dura ante el em mbarazo, surgir de una forma más eviidente desspués del nacimiento del bebé é y volverr a surgir con más fuerza f desspués de varios v mese es de cuid dar del niñ ño. En ese momento o es cuand do la mujer se da cu uenta de que q ella misma es un na madre. Cada paso o en este proceso p de e concienccia es válid do, aunque e en cada paso p se añ ñade algo nuevo n en esta e identid dad materrnal. De esta e manerra el proce eso de darr a luz a la a actitud mental m de la matern nidad se produce p a través de una serie de fases. La nueva a identidad d requiere e que prim mero usted d misma se e prepare mentalme ente para el cambio o, que desspués lleve e a cabo un u trabajo básicamen nte emocio onal a la hora h de da ar a luz a estos e nuevvos aspectos y, finallmente, qu ue usted trabaje t du uro a la ho ora de inte egrar esoss cambios al a resto de e su vida. Todo esto ocurre miientras cuiida de un bebé que destruye sus rutina as diarias,, le despie erta duran nte la nocche y requ uiere toda a su atenciión.” Programa d de Fortalecim miento a la EEducación Te emprana y e el Desarrollo Infantil


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Stern insiste con la metá áfora de “dar a luz” a un procceso menta al, a los nu uevos aspe ectos de la a vida en maternidad m d, mientra as todo cambia en e el adentro y en el affuera cotid dianos. Es decir que e la matern nidad impllica tambié én el hech ho de parirr ideas, pe ensamiento os, sentimiientos… VALO ORACIÓN Y RESPONSABILIDAD D Cuan ndo recibim mos a los niños y a sus padre es en la ed ducación in nicial, esta amos haciéndonos cargo c dura ante variass horas de e la respo onsabilidad d que com mpete direcctamente a los pa adres como portado ores de la a crianza de sus hijos. h Noso otros inicia amos con ellos un ca amino de crianza co ompartida,, y tambié én de responsabilida ad sobre sus pequ ueños hijo os. Los padres p pu ueden sen ntirse obse ervados, va alorados o no de acu uerdo al tiipo de inte ervencione es que noso otros impllementemo os. En ese e diálog go que Stern estab blece con las madre es en su libro, dicce lo siguiiente: “Algo muy te emido porr la mayorría de nue evas madrres es el darse d cuen nta de que e de pronto o adquiere en la últim ma responsa abilidad so obre la vid da de algu uien. Esta es una situación inusual i y de mucho o peso pa ara cualqu uiera, espe ecialmente e para una madre prrimeriza. Es E probable e que uste ed se consiidere una persona muy m respon nsable, pe ero esta re esponsabiliidad es de e una magn nitud tota almente differente. Aparte A de tener que e mantene er literalm mente vivo a su bebé é, usted es e responsa able de ayyudarle a crecer y desarrollar d rse. El tip po de conffianza y se eguridad que q se neccesita parra esto surrge lentam mente una a vez que usted emp pieza a verr con sus propios p ojo os que su bebé b está creciendo.. Con este e logro apa arece un se entido de la l validació ón profund do e íntimo de que usted u es ca apaz de prroporciona ar a su hijo lo que necesita, n d que en realidad usted de u es un na madre.” Si to omamos en n cuenta qu ue parte de d su respo onsabilidad d la madre e la depositta en el eq quipo del centro inffantil, com mo co-partíícipes de la l tarea de e sostenerr vivo al be ebé, de ha acerlo creccer, qué im mportante se vuelve el diálogo, el encuentro, el tie empo diarrio que perrmite una interacción i n y valoracción mutua a. Much has veces observamo os en algun nas madres y padres actitudes de celos hacia h las educadora e as de sus hijos: si los l primerros pasos ocurrieron n en el ce entro infan ntil, si el niño n está muy m a gustto en brazzos de la educadora e cuando vienen a re etirarlo y no n hace amague a de e ir hacia la madre en ese m momento, si se alegra mucho al llegarr al centro o (en rep petidas oportunidade es escucha amos comentarios como éste: -ay, te quiere más a ti que a mí-, y a aunque sue ene a Programa d de Fortalecim miento a la EEducación Te emprana y e el Desarrollo Infantil


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brom ma hay alg go de verd dadero en ese sentim miento de posible pé érdida afectiva en pos p de otro os). Si la a madre está en procceso de construcción n de su pro opia valora ación como o tal, si de ebe probar para sí misma que e es capazz de criarr a su beb bé con éxitto, y dura ante much has horas por día se ve privada de e la tarea a misma, qué impo ortante se vuelve nu uestra devo olución acerca de su us propias habilidade es, la valoración de sus posib bilidades, la fehacie ente confirmación d de que su hijo estuvo bien y disfrutó de e la jornad da. Volvem mos a los puentes p de e comunica ación como un eje del d sosteniimiento, y en este caso c no sólo del niño o sino tam mbién de la a madre en n su capaccidad de co onvertirse en tal.

“ familia”. Óleo sobre tela, del arttista plástico “La o mexicano Rufino R Tamayyo (1899-199 91)

IDEN NTIFICÁND DOSE CON EL BEBÉ Veam mos qué otra o cuesttiones esttán en jue ego para que cada a mujer pueda convvertirse en n madre, y en madre e exitosa, es decir capaz c de hacer crece er un hijo sano. Segu uimos dialogando co on Stern:

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“Otra parrte importtante de la a relación primaria es e la habilidad para identifica arse con el e bebé. Id dentificarsse es entra ar mentalm mente en la piel o mente de su bebé mediante m la a empatía, y así ser capaz de alterar sus s propio os sentimie entos para a adaptarrse a aque ellos que usted ima agina que está tenie endo su bebé. Al fin nal usted se siente como si supiese s có ómo es ser bebé (al menos, relativame ente) y a través de e esta comp prensión, llegar a co onocer mejjor a su be ebé. Cuando acepte a este intercam mbio empá ático, esta ablecerá u un vínculo emociona al especiall con su bebé. Algun nas madre es se cuestionan su propia ca apacidad para p identtificarse co on su beb bé. Se pregguntan si serán cap paces de establecerr una rela ación única con su bebé. En casos exttremos, ex xiste realm mente un problema a que neccesita ser estudiado o; sin em mbargo la mayoría de d las ma adres simp plemente tiene pre eocupacion nes pasaje eras sobre e estos temas. t De espués de todo, estte tipo de e inmersión n en otra persona no n les ha pasado a ellas de forma f simiilar con an nterioridad d. Forma parte p de un terreno desconocido en el que q se encuentran la as madres. Para iden ntificarse bien b y de forma con nsecuente con su be ebé usted debe en namorarse de este e pequeñ ño ser. Enamorars E e es el instrumen nto de intterés y cuiidado que posibilita a el acto e empático. Los enam morados en ntran fácilm mente uno o en la me ente del o otro, cada uno es ca apaz de com mpartir su u mundo in nterior de experiencias con el otro. Así se forman n lazos en una u relació ón. Implicarsse en la re esponsabiilidad íntima de am mar es cruccial para el desarrrollo óptim mo de un bebé. b Tam mbién aña ade otra d dimensión a su actiitud materrna y así contribuye c e en gran manera a perfilar su nueva a identida ad. Por su upuesto, este e proce eso no ocu urrirá en un espaccio vacío.” ” He decidido resaltar este e párra afo porque e creo qu ue encierrra dos pu untos esen nciales de la posibilid dad de cria ar a un beb bé: el acto o de amarllo y la crea ación de un u espacio mental co ompartido con otross, en época as anteriores las abu uelas tan presentes y en la actualidad d ¿quiéness llenan esse espacio o necesario de penssamiento y reparo qu ue aloja a la madre mientras m se forma co omo tal? Penssar las insstitucioness materna ales desde e el punto o de vista a que esta amos planteando, ess ofrecernos como ese e eslabón n social qu ue hace de e sostén pa ara la Programa d de Fortalecim miento a la EEducación Te emprana y e el Desarrollo Infantil


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funcción materna. Es ofre ecernos co omo “matriz de apoyyo” para m madres y pa adres que están con nstruyendo o sus nidoss y la capa acidad de cuidado iintegral de e sus hijoss. “Este tema t de la a matriz de d apoyo no se pue ede evitarr debido a las enorrmes demandas que e tanto el bebé co omo la so ociedad de epositan en e la mad dre, pero no n se le da d en cam mbio la pre eparación y los med dios necessarios para a conseguirlo. La de esaparición n relativa de la fam milia funciional ampliada para a ayudar a la madre e no ha sido sustitu uida de fo orma adeccuada por otra unid dad social” ”, dice Stern. Y esto nos interp pela profun ndamente en cuanto o a la funcción social de la educcación iniccial. Pero o el niño necesita además “ser “ amad do”. ¿Podemos resp ponder a esta demanda de crianza? c ¿“A Amamos” a los niño os que está án a nuesttro cargo? ¿Qué signiifica la re esponsabiliidad íntim ma de ama ar para un na educad dora, para a una direcctora de estancia e infantil, pa ara un eq quipo técnico? ¿Qué nos aportta la ternura como función de d sostenim miento a esta e posib ble experie encia amorosa? Dado o que en las estanccias infantiles el niiño está a nuestro cargo durrante varia as horas, con sus educadore e es ejercien ndo funció ón matern nante, fun nción amorosa, estass pregunta as se vuelvven trascen ndentes.

Les proponem mos la siguiente tare ea de escritura para a el cuaderrno de via aje: -¿Cómo se traduce la “rresponsabiilidad íntim ma de amar” en el trabajo de los educcadores co on los niñoss pequeñoss? -¿Cómo es identificarno os con un n bebé? ¿en ¿ qué mejora m nu uestra práctica cuan ndo nos ide entificamo os con los niños? n ¿pue edes dar ejjemplos? -¿Te has cuesstionado en e tu cap pacidad de e identificcarte con un bebé?? ¿Te resulta comple ejo?

LA CRIANZA C C COLECTIVA A La experienci e a que less proponemos a loss padres y a los n niños desd de la educcación iniccial, remite a la cria anza colecctiva. Los cuidados c q que ofrece emos, aunq que singula arizados para cada niño, n ocurren en un marco gru upal. Los niños n hace en vida gru upal temprrana, desd de los 43 días, d a dife erencia de e los bebéss que convviven con sus s madress, padres o sus abue elas en suss casas. Es decir, el bebé que asiste al centro c infa antil apren nde a conviivir tempranamente, pero tam mbién Programa d de Fortalecim miento a la EEducación Te emprana y e el Desarrollo Infantil


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