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El miedo

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Tren subterráneo

Tren subterráneo

El miedo

Tiene miedo. Apenas puede respirar, nota cómo su cuerpo va quedando vencido por el virus, le parece inverosímil estar en esa situación, pero no padece, está agotada. Le han comunicado que la deben intubar, le preguntan si quiere llamar a alguien, pero ella niega con la cabeza, no quiere preocupar más a su familia; la trasladan a una habitación futurista.

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Al rato aparece la anestesista con un traje de astronauta que no desentona con las máquinas que hay por doquier y los cables aéreos. La mujer lee con calma el historial; se sienta a su lado y le coge la mano, la paciente agradece con la mirada. La médica le pregunta si es profesora en instituto Cervantes, le dice su nombre y sus apellidos y si se acuerda de ella; la paciente afirma con la cabeza, y sonríe bajo la mascarilla.

Lo último que recuerda antes de que la droga recorra su ser es la mirada constantemente curiosa de su antigua alumna, se siente orgullosa, y el miedo desaparece.

Pablo Lorente Muñoz Zaragoza

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