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MIS PADRES
Cada noche mis padres me dicen que no baje al salón, ya que dicen que puede ser peligroso. Una noche me asomé por la barandilla de las escaleras, no había nadie, pero al irme a la habitación escuché un grito procedente del sótano, era un grito desgarrador que rompió el silencio de la noche. Bajé a ver que pasaba, pero oí un crujido, como si alguien subiera las escaleras del sótano, corí lo más rápido que pude a mi habitación, me metí en las sábanas de la cama cuando de repente tocan la puerta. Se oía una voz de una mujer, era una voz con un tono angelical y la reconocí enseguida, era la de mi madre. No tenía el valor de abrir la puerta, solo me quedé escuchando esa voz a través de la puerta.
Al día siguiente todo era normal, como si nada hubiera pasado en toda la noche. Yo intenté sacar un tema de conversación, pero justo en ese momento apareció en la tele el anuncio de una persona desaparecida. Era de unos 22 años con pelo corto negro y una poblada barba, decían que tenia unos vaqueros y una camiseta de color blanco y morado. Nos quedamos mudos en ese momento, ya que se trataba del vecino del frente. También anunciaron que iban a hacer una búsqueda por el campo cercano que había en nuestro pueblo. Mis padres dijeron que me quedase en casa que iban a ir a ayudar en la búsqueda del vecino, en ese momento pensé en explorar que había en el sótano.
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Mis padres cerraron la puerta con llave y me quedé solo en mi casa, tenía todo el tiempo para investigar el sótano y lo que sea que hay allí, no tenía valentía a entrar en ese cuarto oscuro, pero al fin me decidí entrar.
La bajada se me hizo eterna, pero al bajar había una luz roja y una pared muy antigua, con varios utensilios con filo y unas cuantas cuerdas con varios pinchos, era como una habitación de la tortura. En una esquina de aquel cuarto había varias prendas ensangrentadas y una de ellas era una camiseta de color blanco y morado. Pensé que era pura coincidencia, hasta que vi otra puerta un poco más pequeña y cuando entré, vi una montaña de cuerpos de personas y entre todas esas estaba el cuerpo de nuestro vecino. En ese momento decidí salir de allí lo más rápido posible hasta que la puerta empezó a abrirse.
Lo que vi me dejó impactado, era algo de otro mundo, era un monstruo de color blanco pálido y en vez de brazos tenía dos ganchos en cada brazo, tenía una boca muy grande y con unos dientes muy afilados y unos ojos de color rojo y grandes como la luna. No solo había uno, sino que había dos. Los dos entraron como si estuvieran en su casa, intenté salir de allí lo mas rápido posible pero la madera del suelo crujió y en ese momento empecé a correr lo más rápido posible. Corrí hacia el bosque cercano, detrás mio se escuchaban cosas que no eran de este