Trueque de Letras IV Concurso de Obras Literarias CCS 2016
Colecciรณn CCS de Cartรณn
Proyecto y edición: Biblioteca CFT CCS Cecilia Garcia Aceituno Valeska Núñez San Martín Cristian Rivera Severino
Atribución—No Comercial—Compartir Igual
PRÓLOGO La Escuela de Comercio de Santiago lleva veintidós años formando a distintas generaciones de profesionales concentrándose en la empresa y en los servicios y desde sus inicios Biblioteca CCS siempre ha sido un lugar esencial en el apoyo académico para la comunidad educativa. Desde el año 2013, Biblioteca CFT CCS, ha incorporado entre sus objetivos la generación de espacios que permitan desarrollar la creación literaria y el fomento a la lectura entre sus usuarios/as. El presente año se convoca por cuarta vez a participar en el Concurso de Obras Literarias CCS, siendo en esta oportunidad la primera vez que se reúnen en un libro cartonero CCS. Este libro reúne 29 Obras de 17 escritores/as que son estudiantes de Administración Comercial, Administración en Recursos Humanos, Logística Operativa, Comercio Exterior, Auditoria mención Investigación Delitos Económicos, Finanzas, Ingeniería en Administración de Recursos Humanos, Marketing y Gestión Comercial y Prevención de Riesgos. La temática de las obras son variadas y nos invitan a repensar sobre: asertividad, nostalgia, pobreza y riqueza, dolor, soledad, silencios, amor y desamor, escritura y lecturas, distancias, tiempos y despedidas. Al no rendirse (y seguir adelante). También nos invitarán a transportarnos a lugares como Coyhaique y San Francisco de Mostazal y por último nos invitarán a conocer seres estrafalarios, a vidas como las de Manuel, Raúl, Violeta, Aarón, Tomm, Matt, Alfonso y Matilde. Biblioteca no tiene el objetivo de realizar algún tipo de selección literaria ni mucho menos excluir alguna obra sino todo lo contrario, es un homenaje a todas/os los/las concursantes.
Agradecer a todos los Estudiantes y los alentamos a que sigan escribiendo y leyendo, a las Autoridades por apoyar
esta actividad, a Docentes, Funcionarios y sobre todo al equipo de Biblioteca CFT CCS. Muchas Gracias. Cristian Rivera Severino Bibliotecรณlogo de la Escuela de Comercio
La Dama Invisible (Primer Lugar) 1 Era el alba en la ciudad campestre cuando Violeta abrió de par en par las cortinas de su cuarto, para ella era un hábito gozar del astro mayor y sus resplandores. Como cada día las tareas domésticas la ayudaban a estar en contacto con su naturaleza amada.
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Violeta era una joven de 22 años, quien tenía como oficio recolectora de flores, oficio ofrecido por Amapola, quien aparte de ser su jefa, era amiga de la madre de esta joven. Con respecto a su padre, Violeta sufría muchas veces de su ausencia, éste al ser minero pasaba días fuera de casa, y la pobre Violeta en realidad sentía la ausencia de una figura paterna. Como cada día Violeta fue al trabajo, sin audífonos ni nada, sólo una cesta y la pañoleta clásica sobre la frente, su respiración palpando el rocío en la ventisca y un gran sendero como preludio al firmamento. Era normal para Violeta trabajar en un ambiente difícil, tanto el calor como la irregularidad del terreno la dejaban exhausta, pero ella era feliz embriagada de tanta naturaleza. Su madre siempre la instaba a buscar un trabajo de menos esfuerzo físico, la veía cansada cada tarde cuando ella volvía del campo. —Ya ves hija, otra vez extenuada— le decía, pero Violeta hacía oídos sordos, para ella su convivencia con la naturaleza lo era todo, gustaba mucho de su trabajo y era difícil que alguien la hiciera cambiar.
Esa mañana fue distinta a las otras, sus colegas estaban expectantes por una noticia que Amapola les había comentado, dos de las floristas que trabajaban en el cultivo serían premiadas con una invitación a la obra teatral “Los Invasores de Egon Wolf” que por esos días se presentaba en la capital regional. Precisamente esa noche sería una de las funciones. La incertidumbre se apoderó de las trabajadoras conforme avanzaba la tarde, de entre ellas había una que era la más impaciente; Helena, quien alzaba su caballera rubia al constante soplo de la ventisca, siendo a todas luces la más hermosa de las trabajadoras. Helena era caprichosa y competitiva, sus buenos resultados en la faena de recolección le significaron un respeto entre todas sus pares, motivos como este eran los que la hacían sentirse ganadora. Después de una larga jornada Amapola llamó a sus trabajadoras para comunicar su decisión.
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Se fueron yendo una a una a medida que iban escuchando sus nombres hasta que sólo quedaron tres: Helena, Violeta e Isidora. Esta última dejó caer su pañoleta cuando supo que era una de las afortunadas. Su alegría era desbordante por lo mucho que gustaba de las artes escénicas que desgraciadamente no frecuentaban en la región como ella quisiera. Violeta fue la otra afortunada. La alegría de Isidora podía sentirse a kilómetros, era muy expresiva y estridente, dicha algarabía era justo lo que Helena quiso evitar, quien en vez de felicitar a las ganadoras tomó distancia y se alejó, no fue un buen día para la más bella del Cachapoal. 2 Esa noche tanto Violeta como Isidora desempolvaron sus mejores trajes, que junto a los labiales escogidos, buscaban brillar entre los parajes que las conducirían al teatro regional.
Ya instaladas en las graderías se sentían divas, mientras se instalaban en sus ubicaciones recibieron varias miradas de la gente, el efecto maquillaje y vestuario logró el propósito de las floristas, brillar más que nunca. Tanto fue la atención en ambas jóvenes que desde el escenario uno de los actores observaba de forma disimulada la belleza de Violeta, quien con un vestido de tonos púrpuras resplandecía en la oscuridad del salón. Durante la función ambas campesinas sintieron emociones antagónicas, mientras Isidora empalizó con el arrojo de China (líder de los Invasores) Violeta se sintió identificada con Bobby (un personaje manipulable, esto porque Carla su madre sólo quería influir sobre sus decisiones. Estas percepciones antagónicas produjeron un quiebre entre ambas al final de la obra, dado que la discusión artística pasó al plano político. Estaban en eso cuando de la nada se les acercó un hombre (era el actor principal de la obra que fueron a presenciar. —Hola mi nombre es Rich, lamento aparecer de improviso 6
Violeta quedó estupefacta e Isidora sintió encanto pues el joven de belleza adónica estaba frente a ellas. —Hola ¿qué te trae por aquí? dijo Isidora con coquetería —He venido por ti (apuntando a Violeta) Sé que es entrometido de mi parte cortar esta conversación antes de mi llegada, pero cuando ustedes dos llegaron no pude evitar dirigir mis ojos hacia la galería, tu hermosura destaca de entre la multitud, necesitaba conocerte. —Ay, favor que me hace joven, yo solo quería estar bien presentada para esta ocasión. La situación era idílica entre Rich y Violeta, razón que llevó a Isidora a optar por lo sano. —Que te vaya bien Violeta, yo me voy —Pero amiga, volvamos juntas, tal como llegamos —Tranqui amiga sigue con tu romance (dijo con voz irónica)
Frustrada Isidora se retiró, la envidia de no haber sido elegida por Rich la carcomía eternamente en celos, por otro lado Rich seguía en su empeño por conquistar a la bella Violeta. —cuéntame linda, ¿vives cerca? A qué te dedicas? —Vivo en Rancagua, trabajo recolectando flores para su venta a la orilla de la carretera, mi vida es agobiante por el terreno que debo transitar antes durante y después de mi trabajo ¿hace cuánto actúas? Rich respondió: —Desde mi infancia, y ahora gracias a algunos contactos, pitutos etc, puedo vivir tranquilamente con un sueldo que me permite vivir sólo, darme gustos, lujos etc. —Qué rico que tu esfuerzo te haya dado tanto, si me disculpas debo partir Pero Rich se adelantó: —No te molestes linda yo te llevo, tengo un Aston Martín allá afuera que te puede dejar en tu hogar en tiempo record, —Violeta hizo una mueca 8
—Bueno vamos, después de todo siempre una viaja en un auto como este
no
Rich y Violeta se fueron juntos, esa decisión marcaría para siempre la vida de la campesina. 3 Carla estaba preocupada ya era de noche y no habían rastros de Violeta, solía pasearse por el living de la casa esperando escuchar el ruido de pisadas en la maleza o bien el toc toc de la puerta. Lejano a sus pensamientos lo que escuchó fue el rugir de un motor de un auto nunca antes visto en el campo, su sorpresa fue mayor cuando vio descender de su auto a Violeta mientras Rich vestido elegantemente le estrechaba su mano para guiarla a la puerta de entrada. En ese instante Carla vio una posibilidad que estaba esperando para hacer de su hija (una simple campesina) una mujer con aspiraciones y altura de miras. Ya en casa Violeta recibió estas palabras: —Mmm, muy bien hija, ¿ves que se puede aspirar a más? ¿Quién era ese distinguido joven que te vino a dejar?
—Ay mami, era un actor, él se ofreció a traerme finalizada la función —Pero te das cuenta hija, te trató como princesa, es tu oportunidad para aspirar a más, quizás puedas cambiar de aire, salir del campo —¿Sabes madre? Yo soy feliz aquí, me gusta la naturaleza, la tierra, el sol, no cambiaría este empleo por nada, no se gana bien, no se vive bien, pero soy feliz. A lo que agregó Carla— Yo sé por qué te digo las cosas hija. La conversación quedó inconclusa pues se abrió la puerta de entrada, era Oscar, padre de Violeta: —Cómo están mis amadas ¿todo bien? —Si mi amor dijo Carla —Si padre acotó Violeta, quien se marchó a su cuarto. —mmm, qué pasó Carla? Violeta No se ve tan feliz de verme llegar parece — déjala amor no es para tanto, ¿es que sabes? Hoy conoció a un chico apuesto cuando regresó de la obra teatral, la oportunidad que estábamos buscando para que Violeta tenga un mejor futuro que nosotros podrá realizarse al fin 10
La dicha de Carla era inconmensurable, todas sus esperanzas estaban puestas en Rich, Carla quería a toda costa que Violeta buscara un mejor futuro junto al joven distinguido que la vino a dejar, y si para ello era necesario manipular a su esposo Oscar, lo haría... 4 Amanecía en el campo, y Violeta cansada una vez más partió al trabajo. Esta vez no como siempre con algo de confusión, se preguntaba cuáles eran las reales intenciones de Rich, y si tenía razón su madre respecto a la oportunidad que se presentaba. Lo que era ella no tenía intenciones de salir del campo, y el haber conocido al actor solo significaba una casualidad. Cuando llegó a Violeta llegó a los cultivos sentía un clima hostil, Helena e Isidora cuchicheaban apartadas de las demás campesinas. Ambas irritadas por la fortuna de Violeta comentaban lo sucedido en el día de ayer.
—Supieras Helena, la Violeta ayer arrasó, se maquilló parecía árbol de pascua de tanto maquillaje, y más encima el mijito rico del actor la pesca a ella. Mostrando sus atributos Isidora dijo: —Mira este pechito, cómo no le iba a gustar, en cambio prefiere a la otra, utah que estoy picada —Déjala oh, ya se le va a pasar el veranito de San Juan a esta otra, no es más que una morocha enclenque y suertuda. Soy conocida como la más bella del Cachapoal, si es tan lindo ese joven como dices, no tardará en venir a por mí si es que me lo topo. Dichas palabras venenosas de parte de sus compañeras, no fueron oídas por Violeta, quien se preocupó netamente de sus quehaceres, de hecho le agradeció a Amapola por la oportunidad de ir al teatro, la obra le gustó más de lo que esperaba. —Jefa muchas gracias, la obra me encantó, me entretuve demasiado, fue una bonita experiencia. A lo que respondió Amapola: 12
—Me alegro que te haya gustado la obra niña, quería darles un incentivo para que se esforzasen en el trabajo, ojalá te animes a seguir superándote. Ese día fue agotador, la recolección de flores estuvo más activa que los días anteriores, tanto así que el pañuelo que usaba Violeta sobre su frente era poco para evadir el calor implacable. La pobre joven no daba más al final del día, su rostro maltrecho y pelo desaliñado era una caricatura de la Violeta presente en el teatro, sin embargo para su asombro cuando ella se retiraba, él estaba ahí. Era Rich quien averiguó la ubicación exacta del trabajo de Violeta, y como tenía claro el cansancio que significaba para ella caminar de regreso a su casa, abrió la puerta de su Aston Martín para llevarla a casa. 5 —¿Te has vuelto loco? ¿Cómo supiste donde trabajaba? —ja, tranquila nena, sólo me bastó hacer unas averiguaciones y llegué a ti. —Vamos sube, sé que estás cansada tu rostro me lo dice. —Ay Rich para que te preocupaste, yo puedo sola
—Sí, pero quiero cuidarte, no quiero que tropieces linda —Ay bueno ya, pero no te hubieses molestado Ese fue el principio de una nueva vida para Violeta, el lujo y la comodidad ausentes hasta el momento, ahora estaban a la vuelta de la esquina, Rich se preocupó de salvaguardar la integridad de Violeta y de agasajarla. Le compraba chocolates, la llevaba a pasear, la invitaba a comer a lugares impensados para la situación económica de Violeta. Todo era a puertas afueras, pero desde el interior Carla y Oscar (a veces) observaban el comportamiento de este joven actor, con su hija Violeta. —¿Lo ves Oscar? Es solo cuestión de tiempo, prácticamente ella está en su redes. A lo que Oscar respondió
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—mmm sí. Pero creo que falta algo, no los he visto juntar sus labios en cada despedida, creo que tendremos que empezar a invadir las emociones de Violeta y conseguir todo vía manipulación ¿estás dispuesta? En ese entonces Violeta entra a casa, pero cuando iba rumbo a su habitación es interceptada por sus padres: —¿Hija? Necesitamos hablar contigo, dijo Carla —Te hemos visto llegar más de una vez con ese joven, además ahora sales más de lo acostumbrado ¿están juntos? —No madre, él está saliendo conmigo, yo no con él, cada día el me espera a la salida con su Aston Martín, y bueno como no todos los días se pasea por Rancagua y otros destinos en un auto como ese, me dejo querer, pero sus concepciones de vida son otras, no estoy acostumbrada al lujo, me gusta la vida simple. Prefiero mil veces el restaurant Juan y medio a El Eladio o el Happening. Oscar Alzó la voz: —Hija, queremos que lo invites a cenar —Pero papi¡¡
—He dicho, él debe venir a cenar con nosotros. 6 Se sucedieron los días con la misma tónica, cuan hombre embelesado Rich esperaba a Violeta en su flamante Aston Martín., ella era la envidia de todas sus compañeras y en cuanto a sus padres el orgullo. Oscar y Carla tenían todas sus fichas puestas en Rich como el salvador de Violeta y su porvenir. En cada salida a Violeta se le vio más acostumbrada a este cambio de hábito, salía sonriente y bien vestida a ver a Rich, ya no parecía una simple campesina maquillada sino más bien una mujer pareja de millonario. Llegó el día...La cena. —Bienvenido joven, siéntase como en su casa —Gracias señora Carla, me alaba Es como hay que tratar a un invitado como usted, estos últimos meses nuestra hija se ha visto más feliz y ha cambiado sus hábitos sedentarios por las constantes salidas que ha compartido con su persona. 16
Durante la cena los cuatro disfrutaron de unas deliciosas humitas y un jugo natural de piña, a Violeta y Rich se les vio felices y poco a poco fueron tomando una actitud más romántica. Al ver esto Carla y Oscar preguntaron a dúo —Disculpe joven, ¿qué quiere usted con nuestra hija? A lo que Rich respondió: —Yo quiero que sea mi esposa Ante esta declaración los padres rompieron en lágrimas, al fin sus deseos se iban a hacer reales, y de inmediato y precipitadamente le dijeron a Rich: —Joven, en vista de la comodidad y alegría con que hemos visto a nuestra hija últimamente, quiero decirle que tiene nuestro beneplácito para hacerla su esposa En sus adentros Carla y Oscar decían que si no es ahora no será nunca, por eso le concedieron a Rich la mano de su hija.
Mientras ellos se miraban de forma cómplice, Violeta yacía de forma pasiva, alegre y confundida por esta gran noticia. La boda se llevaría a cabo en un mes. 7 En la siembra de flores todo cambió, el lujoso Aston Martín dejó de frecuentar el lugar, y lo que es peor. Violeta dejó de asistir, su nueva vida la alejó de su ex trabajo, Helena e Isidora eran un cúmulo de celos y envidias, pero Amapola se sentía preocupada, con la noticia de su partida sus compañeras dejaron de trabajar como antes invadidas de envidia y de celos, muy pronto la noticia del casamiento se extendió por la ciudad y todos se preguntaban cómo sería aquel día.
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Era un 19 de Julio el día más esperado por Carla y Oscar, su hija al fin podría aspirar a un mejor futuro. Ese atardecer Violeta se veía espléndida, su lujoso vestido color crema, y su diadema adornándole el rostro. No había mujer más hermosa que Violeta en ese día. Ni la belleza de Helena su ex compañera era comparable a la bella mujer que Rancagua tuvo caminando por sus calles. En cuanto a Rich, como era acostumbrado brillaba tanto como su futura esposa, llevaba un frac de color azul marino, zapatos café recién lustrados, y una camisa Armani envidiable para todo varón elegante de la región. Luego de la entrada triunfal de la novia, Amapola quien había sido invitada, sintió orgullo de ver a lo ancho del salón matrimonial, las flores que pertenecían al sembradío que ella tenía a cargo. La postura de argollas fue maravillosa, el anillo de diamantes que ador-naba el anular de los novios irradiaba reflejos inigualables cuando las luces del salón rebotaban sobre él.
La salida triunfal de los novios fue el preludio a la nueva vida para esta campesina y su esposo hubo un acuerdo para cambiar de ciudad que Rich conversó previamente con Oscar y Carla, y como ellos querían una nueva vida para su hija, le dieron a Rich el beneplácito para partir de la ciudad histórica. Todo estaba listo y conversado, Violeta solo se dejaba llevar decisiones de su ahora esposo, cuenta que en ellos la felicidad no más grande.
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la pobre por las se daba podía ser
Tras la fiesta se dedicaron a ordenar las maletas y preparar las cosas que llevarían para su nueva vida. El destino elegido era la Dehesa, comuna de la capital en la que residían los padres de Rich, en esa comuna de la capital Rich contaba con todas las comodidades ausentes en la sexta región: autos, criadas, espacio, un jardín amplio, calefacción para el invierno entre otras cosas. Sin embargo era extraño, Violeta gozaba de hacer cosas domésticas, el gusto por la limpieza y el orden, y no permitía que cambiasen la disposición de su pieza por ejemplo, una nueva realidad tendría que esperar Violeta en la capital, su decisión significaba salir del estancamiento de un trabajo asegurado y a la vez conocer un mundo totalmente distinto al que ella estaba acostumbrada.
Los más felices eran sus padres claro, y el enamorado Rich también, la realización de este amor que conoció a través de su profesión lo tenía ilusionado para el comienzo de esta nueva vida. En la capital todos sus conocidos tenían conocimiento acerca de su regreso triunfal junto a su esposa. Precisamente esta era una de las deudas que tenía consigo Rich, ya que si bien vivía de lo que más amaba hacer, la compañía de una mujer le hacía falta para compartir sus anhelos, triunfos y otros aspectos de un joven rico que no necesitaba hacer muchos esfuerzos para conseguir todo lo que se proponía. 8
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Lejos de la felicidad de sus padres los primeros días en la Dehesa eran difíciles para Violeta, en su soledad se sentía inútil, como un objeto, un tesoro que Rich protegía de todo y de todos, les prohibió a los criados entablarle una a mistad con Violeta, sólo le podían hablar lo justo y necesario, y como él pasaba la mayor parte del tiempo ensayando sus obras teatrales, no había mucha interacción entre los esposos durante el día. Sólo durante las últimas horas de la noche cuando cundía el sueño la pareja interactuaba, pero con el cansancio físico de Rich las caricias y la entrega de Violeta no era bien recibidas cuando se trataba del placer, Rich se sentía muy dolorido. —Compréndeme amor estoy cansado, hoy el ensayo fue aterrador —¿Por qué no me mimas? Me haces falta, allá en la Sexta región eras más cariñoso, parece que el amor te duró sólo hasta el casorio —Te equivocas mi vida, sólo que estoy preparando una obra teatral bastante compleja, pagan bien y quiero dar todo de mí para mantenerte feliz —Creo que buscaré un trabajo— aseveró Violeta, me siento inútil y dosificada sin nada que hacer
—¡De ningún modo! Yo me encargaré de ello, tú solo sé feliz con toda la casa a tu servicio y yo me encargaré de amarte como lo mereces. Además tenemos una luna de miel, cuando estemos en México tu felicidad no podrá ser más grande Esas palabras de consuelo por parte de Rich fueron un pequeño bálsamo para Violeta, sinceramente sentía un poco de arrepentimiento de haberse casado con Rich, esta buena vida no era como ella lo esperaba. Cada día la eterna espera en una casa tan grande aumentaba la sensación de vacío en ella. La ausencia de figura paterna que tenía desde que Oscar entró a trabajar a la mina era aún más grande desde que se casó. En los últimos días Rich llegó más temprano, sus ensayos pudieron ser acortados respecto a los días anteriores, quería cumplir las promesas de compañía que le había hecho a su esposa.
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Durante esos días aprovechó de llevarla al cine, a comer comidas exóticas y otros lujos, la llevaba a museos, teatros, exposiciones y jardines, le regalaba flores cada mañana pero aun así no dejaba que hiciera temas relacionados con el trabajo mientras él estaba fuera de casa, los criados le hablaban lo justo y necesario y ella sólo se divertía recordando su antigua vida mientras paseaba por el jardín. Era una alegría inmensa para ella, pero el hecho de estar mucho en contacto con el jardín le ensuciaba la ropa, cosa que Rich despreciaba, no era bien visto que la esposa de un caballero de alta alcurnia tuviese ropas harapientas y sucias. Le conversó de ello previo al viaje a México y dispuso de los mejores sastres de Chile para que le confeccionaran trajes propios a la realidad que estaba viviendo Violeta ahora. Se veía hermosa claro, pero dentro de sí ya no era la misma, ahora se sentía un juguete inútil del enamoramiento de un ricachón...
9 Llegó el día del viaje y como toda primera vez surcando los aires los nervios se apoderaron en este caso de Violeta, quien en su condición campesina solo se remitió al campo antes de ese día. Sus viajes eran cortos: Rengo, Requínoa, Pichilemu o Talca. Sus aspiraciones y proyecciones no pasaban de eso. Pero como lo decía siempre se sentía feliz con ese tipo de existencia. Al llegar a México su primera impresión fue verse absorbida por la ciudad: tanta gente, tantas calles la tenía con algo de temor espacial frente a lo que observaban sus ojos. El Hotel elegido fue el Hyatt Regency México city que contaba con todas las comodidades que en su vida Violeta jamás imaginó. Los desayunos buffet y las piscinas cubiertas eran su fascinación, también tenía acceso al solárium y al sauna, una exquisitez de la que Violeta disfrutaba gran parte del día, esto porque Rich se la pasaba tardes enteras escribiendo, practicando libretos y comunicándose con sus amigos actores, que no quería perder el training previo a su matrimonio. Todo se desmoronaba. 26
Sin embargo la realización matrimonial de la pareja empezó a cambiar favorablemente cuando tomaron el tour a Chichén Itzá. Los vestigios de la antigua ciudad eran una maravilla, y como estaba inmersa en la vegetación, Violeta se sintió una vez más en su elemento; La Naturaleza. —Gracias amor mío, esto es un sueño, gracias Las palabras de amor de Violeta inusuales hasta el minuto se dejaron escuchar en los oídos del enamorado Rich, quien sintió por primera vez que había logrado enamorar a su amada. Pero había un asunto que estaba pendiente en este logro que decía haber conseguido. La libertad de la que gozaba Violeta en la sexta región se vio privada, los ropajes al viento que solía usar la campesina fueron prohibidos, quemados y botados por Rich, quien a esa altura ya parecía un titiritero de Violeta, quien sólo podía usar largos vestidos de seda, pantalones apretados y con diseño, y camisas con vuelo que tanto le gustaban a Rich.
Los siguientes días fueron para ir a Tenochtitlan, un nuevo éxtasis para la amante de la naturaleza que más que detenerse en las ruinas, gusta-ba de correrías entre los pastos y la vegetación de la selva que arropaba a la ciudad entre sus brazos. Respecto a Rich, este era más estudioso, con libreta de apuntes en mano solía anotar cada detalle alusivo al auge y el caído del imperio Azteca. Los demás días las visitas fueron a los mercados mexicanos, a la piscina en que era posible bañarse con delfines y por último y a petición de Rich, un tour por el estadio Azteca de la capital mexicana. Como fanático del fútbol Rich no quiso perder la posibilidad de conocer tal monumento arquitectónico ligado al deporte que tanto amaba. Los días pasaban y la luna de miel llegaba a su fin. La pareja tuvo la oportunidad de disfrutar tanto de la historia arquitectónica como de los placeres propios del país norteamericano. Pero conforme al término de la maravillosa aventura mexicana, Violeta empezó a cuestionarse qué era lo que realmente quería para su vida. 28
—¿Deseo un amor manipulado o una vida pobre pero libre? Cuando llegó el día del regreso, Violeta tomó sus maletas y salió, tomó su pasaje de regreso sin que Rich (quien dormía) se percatase de los acontecimientos. 10 Luego de su partida avisó a sus padres quienes fueron a esperarla al Aeropuerto de Santiago que es donde llegaría en doce horas de largo vuelo. Doce horas en las que su rostro mostró orgullo, alegría y conformismo, no se arrepentía de nada de lo hecho vivido y logrado desde que conoció a Rich. Pasadas las 12 horas Carla y Oscar vieron a Violeta llegar con sus maletas llenas, pero sola, extrañados por la ausencia de Rich. Intentaron hablar con ella pero esta no dijo nada al respecto. Iban saliendo del aeropuerto cuando en un monitor el titular de Chilevisión noticias decía: “Macabro hallazgo en el hotel Hyatt Regency city. Sujeto de apariencia refinada es encontrado muerto en la pieza de su habitación.
Cerca de él una jeringa a medio llenar con toxinas venenosas, y en el piso del inmueble un contrato pre— matrimonial. En el que se leía: “Al morir todo quedará en mi esposa”
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Trágico y Hermoso (David Andrés Quinteros Fuentes)
Némesis (Segundo Lugar) Matt, nació en una clásica familia, cuando él llegó, ya tenía un hermano y una hermana mayores. Su padre trabajaba como todos los padres, se iba temprano en la mañana y llegaba bien tarde por la noche. Su madre era una florista que atendía en el patio de su casa, la que junto a su marido la convirtieron en la “Florería Violeta”.
El pequeño Matt, creció como todo niño normal, jugando en el parque con los demás niños mientras les contaba a todos sobre sus fantásticos hermanos. En su cumpleaños número 13, una vez que sopló las velas de su pastel, comenzó a sentirse algo extraño. Pálido, tomó asiento y cayó desmayado, sus pecas eran lo único que aún tenía color. Por otra parte, Tom tuvo una infancia envidiable, al ser hijo de una pareja bien posicionada, nunca le faltó nada. Sus años de niño, se ocuparon estrictamente en educarlo, hasta que un día, cuando iba camino a una de sus clases particulares, vio a un grupo de niños que jugaban en el parque y decidió que quería eso también en su vida. Por lo que a los 11, escapó de su casa con el poco dinero que había logrado juntar. Para su cumpleaños número 13, vivía junto a sus abuelos maternos. Por lo que cuando volvió, muy tarde en la noche, vio sobre la mesa, un pastel enorme. “Feliz cumpleaños 32
Tomy”, decía chocolate.
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letras
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Triste, Tom usó un encendedor que encontró en la cocina y prendió las velas. —Feliz cumpleaños a mí— dijo burlándose, apagó las velas y cayó desmayado, sus rubios cabellos tapaban sus ojos. Continuando con Matt, cuando despertó estaba en su pieza, se puso de pie y muy animado llegó a la florería, para ver a su madre. —Hola mamá— dijo muy animado. —Hola hijo, ¿Cómo te sientes?— le preguntó sonriente como siempre. —Mejor, me iré a la escuela— dijo devolviéndole la sonrisa mientras acariciaba un clavel. Cuando salió de la tienda, el clavel se inclinó hacia un lado y se marchitó en unos minutos. Una vez en el colegio, se acercó a Jerry y le dio su saludo secreto, cuando terminaron, la mano de Jerry ardía con un potente sarpullido.
—¿Qué te ocurre?— le preguntó preocupado Matt al verlo rascarse con ganas la mano. —Nada, ¿Tienes algo en las manos?— le preguntó rascándose aún más fuerte. Sin querer responderle sin asegurarse, Matt observó sus manos. Partículas de las manos de Jerry se desvanecían entre sus dedos. —¿Qué ocurre?— se preguntó en voz baja. En clases no tuvo ningún problema con sus útiles. Pero al momento de ir al baño y lavarse las manos, las cosas se complicaron. Increíblemente pudo enjuagárselas, pero para sostenerla y beberla hubo mucha complicación. El agua se desvanecía en sus manos, tuvo que inclinarse directamente para beberla. En cuanto a Tom, cuando despertó, era porque su abuelo lo estaba pateando suavemente con su pantufla. —Hijo, te quedaste dormido en el suelo de la cocina— le dijo triste. —Abuelo, lo siento— dijo poniéndose de pie. 34
—debes irte al colegio— dijo preocupado mientras cojeaba hacia el sofá. En el colegio, se vio con su novia. —Mandy, ¿Cómo estás?— —Vengo con un dolor de cabeza— dijo sosteniéndole la mano y dándole un beso. —Pobrecita, vete a la enfermería y ven a clases luego— dijo soltándola y retirándose. El agua que vertía en sus manos, era absorbida por sus poros. —¿Qué diablos ocurre?— se preguntó asustado caminando hacia la sala de clases. —Amor, no tuve que ir con la enfermera, toqué la puerta y el dolor se fue— dijo apareciendo a su lado. Cuando volvió a la casa de sus abuelos, su abuelo estaba muy animado y despejaba las canaletas sobre una escalera. —Abuelo, ¿Qué haces ahí?— —Hijo mío, ha sucedido un milagro— dijo bajando y mostrándole su pie aliviado— ¡El dolor se ha ido!— Matt ya estaba en su casa y sobre la mesa estaba el clavel al que había acariciado en la mañana, marchito.
Asustado, Matt buscó a su mamá para preguntarle por el clavel y cuando le sostuvo la mano, ésta la apartó con mucho dolor. —¿¡Por qué me quemas!?— le preguntó sorprendida. Un silencio se apoderó de Matt, sostuvo sus manos con mucho miedo y corrió a su habitación. Al anochecer, Tom sintió un grito de su abuela y corrió a verla, la pobre anciana se había cortado parte de su mano al rebanar la ensalada. Asustado, Tom la tomó con ambas manos y con ambos pulgares apretó la herida, tratando de cerrarla. Milagrosamente, gracias a la nueva habilidad de Tom, la herida cerró y cicatrizó enseguida. —¿Qué es esto?— le preguntó asustada la abuela.
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Tom se agarró las manos y muy asustado se fue sin decir palabra alguna. Al paso del tiempo, ambos aprendieron a utilizar sus poderes, Matt compró un par de guantes de cuero que lograban suprimir de alguna manera sus poderes y jamás se los quitaba, le daban algo de miedo. En cuanto a Tom, usó sus poderes cada vez que podía, aprendió a curar a distancia, y se enderezó en la escuela. Al paso del año, nada cambió, no sabían si estos poderes eran una bendición o una maldición, pero lograban vivir con ellos. Terminó el año y en su graduación, Matt se enteró de que irían a la misma escuela con Jerry, por lo que no tuvo de qué preocuparse. Se fueron juntos de vacaciones a la playa, y aún en traje de baño no se quitaba los guantes, una vez, se los quitó para ir a nadar, y el agua se evaporaba a su alrededor, era algo impresionante. Le lanzaron una pelota y la devolvió con un golpe, pero esta se pinchó y se desinfló entre sus dedos, no estaba aún acostumbrado a no
usar sus poderes. Avergonzado disculpas y volvió a la playa.
pidió
—¿Qué fue eso?— le preguntó Jerry riéndose de él. —Nada, sólo olvídalo— Mandy pasó una tarde en la casa de Tom, luego de la fiesta de fin de año, las cosas con Tom mejoraron, por lo que Tom le pidió que fuera. Era el cumpleaños de su abuela, y todos estaban muy animados, pero Tom tenía la mirada perdida, estaba en otro lugar. —¿Qué te ocurre hijo?— le preguntó la abuela mientras comía una rebanada de pastel. —Así es, no has comido nada, eso es extraño para ser tú— se reía Mandy. —Quiero decirles, creo que puedo curar— dijo muy serio Tom. —¿Puedes curar?— preguntó sorprendido el abuelo. —¿Recuerdas tu milagrosa recuperación abuelo?— le preguntó convencido. —¿Fuiste tú?— —Tu dolor de cabeza, Mandy— 38
—Eso…— —Tu cortada abuela— —Eso fue muy extraño— —Si quieren se los muestro— dijo tomando un cuchillo y mostrándoselo a todos. —¿Qué planeas?— le preguntó asustada Mandy. —¿Algún voluntario?— preguntó amenazante. —Estás loco, pero me interesa saber qué planeas— dijo Mandy dándole su mano. Tom tomó la mano de Mandy y sonrió al ver que ésta cerraba los ojos, le hizo un pequeño corte en el dedo índice y mientras sangraba se lo mostró a sus abuelos, lo tomó entre sus dos dedos y la herida se cerró, sin dejar marca. —Impresionante— dijo Mandy. —¿Desde cuándo puedes hacer eso?— le preguntó el abuelo. —Desde que cumplí 13— dijo muy serio Tom. Una vez en su casa, Matt se le acercó a su madre. —Mamá, tengo algo que decirte—
—¿Qué ocurre hijo?— le preguntó soltando la maseta que tenía. —Creo que tengo un problema— dijo mostrándole su mano. —¿Estás enfermo?— —No lo sé— dijo acercando su mano a la maseta que su madre había soltado, tocó el pétalo del Aciano que contenía la maseta. El Aciano de un momento a otro comenzó a marchitarse, sin detener su descomposición se inclinó hacia un lado y pereció. —¿Qué es esto?— le preguntó sorprendida su madre. —Hace cerca de un año, para mi cumpleaños, una vez que desperté estos “Poderes” comenzaron a surgir— —Debemos llevarte al hospital— —No quiero mamá, sabes que podrían utilizarme cómo experimento— ¿Y quieres quedarte así?— —Hasta cuando pueda controlarlo— —¿Y cómo vas con eso?— —Nada bien— concluyó. Al inicio del año escolar, a Matt le costó mucho acomodarse a sus nuevos compañeros, pero había uno, un tal Tom que no le hacía gracia en lo más mínimo, un ególatra engreído, muy apuesto y con una 40
novia en otra escuela, que con sus cabellos rubios lograba agradar a cada profesor y a cada compañero. En cambio él, era un nerd muy introvertido, que con sus pecas lograba distraer de sí mismo la mirada de todos. —Muy bien amigo, ¿Qué harás hoy después de clases?— le preguntó Jerry de la nada. —Iré a ayudar a mi mamá con la florería— —¿Y cuándo jugaremos un partido con todos?— le preguntó Jerry. —Pronto— dijo parándose y retirándose a su casa. Cuando abrió la puerta, Tom apareció frente a él. —El villano pecoso— dijo Tom sorprendido en voz baja. Matt lo observó guardando silencio, lo hizo a un lado con un golpe con el codo. —¿Qué le ocurre?— le preguntó Tom a Jerry. —No sabes cómo es él— —Me gustaría hablar con él— —No es tan fácil— se reía Jerry. Al día siguiente, Jerry estaba convencido de que Matt y Tom podían ser amigos, conociendo a Matt, sólo debía ser por obligación, así que cuando estaban en horario de descanso, mientras Matt reposaba
el gran almuerzo que le había dejado su madre, Tom apareció en la puerta. Jerry le hizo un par de gestos para que se acercara. —¿Qué haces?— le preguntó un poco molesto Matt. —Es un buen hombre, sólo dale la oportunidad— —Eres un idiota— dijo poniéndose de pie una vez que Tom se acercó. —Al fin nos conocemos— dijo Tom observando a Matt. —¡Vamos Matt, dale la mano— dijo sonriente Jerry. —Dame un segundo— le pidió Matt, dándose vuelta para sacarse el guante. Con mucha malicia, se sacó el guante y le tendió la mano a Tom con la finalidad de lastimarlo un poco. Tom, muy confiado la recibió con gusto. —Al fin nos conocemos— dijo Matt sonriendo con malicia, esperando ver a Tom retorcerse del dolor, pero para su sorpresa, el rostro de Tom no cambiaba. 42
—¿Ocurre algo?— preocupado.
preguntó
Jerry
algo
Ambos lo miraron con un rostro de no comprender qué sucedía, se devolvieron las miradas y de a poco se soltaron, cuando las manos se alejaron la una de la otra, una onda expansiva salió expulsada con mucha fuerza, expandiéndose a lo largo de la sala de clases. —¿Qué fue sorprendido.
eso?—
preguntó
Jerry
Matt lo observó por unos segundos y se colocó otra vez su guante, se sentó en su silla y sin decir absolutamente nada se quedó mirando al cielo a través de su ventana. Tom observó su mano y sin decir palabra alguna, se retiró. —¿Todo está bien?— le preguntó Jerry muy preocupado al ver la cara de Matt. —Sí, todo está bien— dijo observando su mano cubierta por el guante. Los poderes, tanto de Matt como de Tom, desaparecieron en ese momento.
Matt se sintió algo aliviado de todo eso, fue corriendo a su casa y tocó un clavel, al ver que éste no se marchitaba, corrió con su mamá. —¡Al fin desapareció!— gritó emocionado Matt tocando el rostro de su madre. —¿Qué fue lo que hiciste?— —Eso no importa— —Pobre de mi niño, ahora por fin serás como todos los demás— le dijo besándolo y caminando hacia la otra habitación para ver a sus plantas. —¿Ocurre algo?— le preguntó acercándose. —Hijo, ¿Quieres ser normal como los demás?— —¿Por qué me preguntas eso?— preguntó sin entender. —Hijo, creo que no entendiste tu poder— Matt se quedó con la boca abierta mientras esperaba que su madre continuara. —No es tan malo como crees— —¿A qué te refieres?— —Hijo, mira esto— dijo mientras le mostraba un Aciano que había sacado de entre las otras plantas. —¿Un Aciano?—
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—No es sólo un Aciano— le dijo sonriendo— es el mismo que tocaste esa vez— el Aciano había vuelto a brotar con mucha más fuerza. Por parte de Tom todo se había acabado, lo que lo mantenía de humor y en buen estado, era su poder, le ayudaba a mantener la concentración y su ayuda en el hospital era muy respetada. —¡No puedo curar!— gritó enojado Tom. —Tranquilo mi amor— le pidió Mandy. —No lo entiendes— —¿Qué tiene de malo ser normal?— —¿Y si ya no puedo ayudar a nadie?— preocupado Tom —No será el fin del mundo— Desde ese momento, las cosas entre Tom y Matt se volvieron más complicadas, ninguno se miraba al rostro y parecía que se iban a golpear en cualquier momento. —¿Qué ocurrió entre ustedes?— preguntó un día Jerry. —Nada— dijo Matt muy molesto. Para sus cumpleaños número 14, sus poderes aparecieron otra vez, sólo que desde ese día, pudieron utilizarlos a voluntad.
Noah J. Stone (Juan Ignacio Silva Manríquez)
¿Qué pasaría? (Tercer Lugar)
¿Y si se llega a caer con violencia En sus manos, Dedos de seda? 46
¿Si se llega a caer cual estrella ... nocturna Desde el cielo Por la mañana? Si, Con violencia Se deja caer ¿Qué han de hacer Las manos necias?
Clawn Cristopher (Nicolas Espinoza Lisera)
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Al Menos Lo Intento (Mención Honrosa)
En la Estación, cansada y con calor me encuentro contigo y mi memoria... ¿Qué hace una niña decente, escribiendo conspiraciones amorosas a esta hora? ¡Prohibido escribir al cielo! "Solo con el cuaderno invertido" ¡Qué informal! ¡Faltaron las clases de maniobras básicas! (por eso tanta idea loca dando vuelta) Visualizando un romance con música de fondo..."Inspirador"... Pero no suficiente! ...Falta algo: / ....Mejor dicho alguien :( Pero lo imagino igual, ¡Es más! me doy el lujo de decir: TE RECUERDO.
Mektoub (Natalia Javiera Oyarzún Bilbao)
Amapolas y besos (Mención Honrosa) Esa La noche turbia se abalanzó Sobre las rocas, Allá Sobre los pómulos Rosados y petulantes, está la muerte A La espera de tus suspiros color esfuerzo. Mañana verás cómo se rompe la constelación 50
De tus gritos al parir. No me llenes de besos amargos, Ni de cansancios putrefactos. Como un camino, tu cabello Zigzaguea hasta romper en Rocas sureñas. Será el cansancio que me nubla la vista Y no me deja Ver tus lágrimas de espirales. Que cada noche sea un bálsamo sobre Tu cuerpo de tul, sobre tu boca de nácar, Sobre tus pechos, frágiles como Tus primeros pasos, Suaves como la mirada Del consuelo. Gallardos como millones De caballeros cabalgando Sobre la blanca luna. Se han de abalanzar sobre tus llagas Para mutilar las mentiras Que se robaron de tu Bondad e ingenuidad. La sinfonía de tus manos Cruzaron el Atlántico, será más volátil que tus Ojos de color anís. Mañana, la verdad Se ha de esconder Entre los cabellos de las náyades, Y
Cuando la noche adormecida, Salte sobre tus muslos Desgarrados, Todos los astros volarán sobre tu cabeza de Serpientes y víboras entrelazadas, Que no tendré valor de abrazar tu sombra y besar Los pensamientos mustios, Que se agotaron de esperar Una noche más. Quédate a mi lado Que sufro de soledad, que las rosas Lloran la pérdida de sus pétalos. No tengo espacios en mi casa, Pero te invito al jardín, Caminemos bajo la lluvia, Rejuvenece bajo una marea de farsas. Te llamaré por una noche más No te rindas a mis plegarias Que de Amapolas y besos Ha clamado un profeta Invadido de engaños, Para torturarte, para enlazarte a la proa de Una barcaza de papel, Y Sufro cuando te veo Perdida, hundida en El infinito sabor miel. 52
¬¬¬— ____________________________________ ______________________________ Hablamos de todo y Lloramos a la vera de un zanjón, Para cuando la luna Vierta su carnada Sobre tus pupilas pérdidas, Canto famélico, las viejas mariposas No querrán volar. Solo los grillos, y las bandurrias Habitarán la soledad De tu marchita tierra. No quiero seguir Con el juego De una falacia escondida Bajo tu abundante pubis, Como un bosque enmarañado, Querrá dormir un loco Soñador. Y tú marchita, envejecida, como el Norte y el sur, Te habrás ido en una nave de luces azules, rojas Y amarillas. Ya querré despertar Al otro lado del muro de Tu blanca habitación, Y solo encontrarme Con tu boca.
Abrazรกndome en un blanco suspiro, que solo tiene fin En tu amarillo despertar De amapolas y besos.
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Molino de viento (Recaredo Antonio Gonzalez Gonzalez)
Antagonía de un Fantasma de Amor (Mención Honrosa) 14 de Mayo, 1950 EE.UU „‟Es difícil contar la vida, no hay cómo empezar, pero una huella en el alma, es un buen punto de partida‟‟.
Mi hermano me ha pedido que siga guardando y que ponga en acción esas enseñanzas, que por varios años no ha inculcado en nuestra familia, desde que nos dejó nuestro padre hace 4 años aproximadamente. Los enfrentamientos entre las pandillas callejeras entre los de color y personas de raza blanca, se intensifican cada vez más, uno tiene que llevar cualquier tipo de arma con tal de salvaguardar su vida, o te cuidas o te pelan, si no eres igual que ellos te toman de enemigo, y hasta te pueden matar, así le sucedió al tío de mi amigo Alan cuando jugaba baloncesto cerca de la escuela. Ahora sólo somos cuatro, mamá, mi hermana, mi hermano y yo.
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Ya habían pasado casi 3 años y algunos meses de aquel fatídico día en que asesinaron a mi padre sin compasión alguna, la cicatriz de aquel día no se ha podido cicatrizar entre nosotros, mi madre hace lo posible por poder curarlo pero es inútil, mi hermana llora en silencio, cubriéndolo con una sonrisa fingida, y mi hermano, latente el odio y venganza hacia esas personas, y yo, queriendo escapar de este mundo, pero la cicatriz no me deja, uno fuerzas con mi hermano para no olvidar lo que pasó, y cómo es que cambiaría nuestra historia. Mi madre no quiere que guarde las enseñanzas y lecciones que nos da mi hermano, porque piensa que está loco y lleno de odio y recelo, y hasta a veces la he visto llorar por él, pero a él no le importa.
Desde que mi padre falleció en aquel accidente, cuando intentó frustrar un asalto a mano armada en una tienda de ropa de una marca judía, por parte de asaltantes de pandillas afro—americana en plena avenida blue street, llamados The panters. No tuvieron piedad con él, no lo dejaron defenderse, lo masacraron sin piedad, mostraron su desdén por ser diferente a ellos. Llegó a herir a dos de ellos con su arma, pero los otros 3, le dispararon, hasta acabarlo por completo.
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Cuando hablamos de ese tema con mi madre me dice que lo olvide que ya pasó y qué sólo guardemos las enseñanzas que dejó, y aun así no puedo hacerlo, una nube negra se posa en mí, tratando de sacar lo más profundo que tengo, odio. Mi hermano Patrick empezó a inmiscuirse en pandillas de nuestra zona, hasta que formó la suya, salía todas las noches a enfrentarse contra ellos, y en diferentes oportunidades asaltaban la tienda del judío, arrasando con todo. Involucrarme a sus enfrentamientos con mi hermano, contra esas personas sin corazón que se llevaron a mi padre sin razón fue algo sublime pero a la vez peligroso, teniendo en cuenta que aún era menor de edad y mi hermano con 25 años. Pero sé que mi madre no lo soportaría, piensa que aún tengo 12 años, piensa que sigo con la misma mentalidad, pero ya no, tengo 17 y he crecido mentalmente como físicamente, más de lo que cree. Es por eso sigo el sendero que mi hermano me deja.
En la escuela, me he llegado a cruzar con varias personas de color, me miran con tanto desprecio sin conocerme, y hasta antes de que mi hermano me enseñara técnicas de defensa contra ellos y cómo depreciarlos también, me hubieran hasta asesinado si ellos querían. Pero no fue así. Camino siempre a la hora de volver de la escuela hasta la casa, fumo un cigarro ante la mirada de los transeúntes, me inunda un mar de sentimientos, al no poder ver de nuevo a mí amado padre. Él siempre quería que estuviésemos juntos todos, era todo lo opuesto a mi hermano, siempre quería unificar a todas las personas de la zona, pero siempre sin alcanzar su objetivo. Siempre era quebrado por la pandilla de negros „‟La panteras‟‟, que querían su cabeza, por el simple hecho que no querían ser parte de esa sociedad que quería crear mi padre, querían estar sólo ellos, mandar sólo ellos, y nadie más que ellos. Siempre se le veía con una cara de desaliento, al ver que sus actos no tenían frutos en la sociedad.
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Años atrás en la escuela, llegué a conocer a una chica, llamada Clara, era nueva en la escuela, no conocía a casi nadie, venía de Dember, algunos se quedaban atónitos al verla y la querían devorar con la mira-da, peor aún y cuando más rabia me daba era cuando la pandilla se le insinuaban mucho, hasta a veces acosándola, pero como era algo tímida no podía defenderse y sólo los ignoraba. Era tan hermosa, tan simple como el aire que respiro, siempre amanecía pensando en ella, siempre que la veía pasar con esa falda azul y las zapatillas desgatadas, y cuan-do clavaba su pupila azul sobre la mía, llegaba a inundar hasta el fondo de mi alma, fueron varias las veces que lo hacía, no sabía si jugaba conmigo o es que en verdad le interesaba, o quizá miraba accidentalmente y llegaba a mí, pasaban los días y mi interés por ella crecía más y más.
No sabía cómo llegar a ella, las únicas cosas que me inculcaban en mi casa era no dejarme humillar por las pandillas de afroamericanos y algunos latinos que siempre esperaban a fuera de la escuela o vecindades para ofrecer unos cigarrillos a doble precio a los menores de edad, de igual forma mi hermano les tenía resentimiento, y recelo por lo sucedido anteriormente... Pero de todas formas mi hermano me pedía que me alejara de ellos, ya que de igual forma fueron partícipes indirectos del asesinato de mi padre. Sin embargo, mi hermana Alice, siempre me daba consejos de cómo poder acercarme a una chica, tan segura de sí misma a la hora de aconsejarme, pero no tenía idea de que alguien me interesaba, siempre me daba consejos sobre eso aunque no se lo pidiera, tiene 20 años, es muy coqueta con los que conoce, no le faltan el respeto, ya que se hace respetar y es hermana de Patrick.
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En casa ya nada era lo mismo, pocas veces nos sentábamos en familia a conversar sobre nosotros, sobre nuestro día. Un desayuno por la mañana, mi madre nos llamaba, hacía notar su enojo con la mirada, al parecer había tenido una mala noche. Alice empezó contando sobre su trabajo, y lo bueno que estaba su nuevo jefe, pero nadie le hacía caso, es como si hablara con los panes, con el té caliente o con la pared, Patrick no aguantó el disgusto de tener que oír sus frivolidades de trabajo, agarró el pan, y se lo metió por la boca con algo de agresividad, mi madre se paró e intentó separarlos, fallando estrepitosamente, por la rotunda fuerza que tenía Patrick, viendo eso, entré a la escena a ayudar a mi hermana que se asfixiaba, era como si un demonio le hubiera entrado a Patrick, tuve que aplicarle una llave que él mismo me enseñó, dejándolo así en el piso, sin poder moverse. Ya todo era un caos, mi hermana lloraba, preguntándose por qué era así, mi mamá consolándola y llorando de frustración al no poder reconocer a su primogénito, y yo, queriendo que esto acabe de una vez y largarme de aquí. Hasta que Patrick se zafa de la llave y me tira una bofetada, y dice: „‟ ¿Es que no entienden lo que pasa ahora en la familia?, papá se ha muerto por culpa de esos desgraciados de
color, que nos quitaron nuestra vida, nuestra tranquilidad, nuestros sueños, ¿no piensan hacer nada?, la policía se rasca los huevos queriendo encontrar a los asesinos, pero todos sabemos que fue esa pandilla de mierda, ¿no ven que se quieren meter con nosotros porque los están investigando?, salgo cada noche a buscarlos y para desaparecerlos y poder vivir tranquilos y ustedes fanfarronean en nuestra situación actual? ¡Especialmente tú Alice!‟‟. Por lo cual responde Alice: „‟¡Estás loco Patrick!‟‟. No supe qué decir, ni qué responder, era notorio el odio que tenía en su corazón, y me eché a llorar con él, le prometí que contaba conmigo para encontrar a esos mal nacidos. Semanas después regresé a la escuela. Gran número de chicos de color se habían instaurado en mi escuela, no sabría decir si son amigos o fa-miliares de las pandillas, ya que en nuestra zona, era chica, y con poca población, pero aun así quería de nuevo, cruzar miradas con Clara, aun-que fuera por accidente, quería verla de nuevo.
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Mi amigo Alan, conocía a casi todos de la escuela, ya sea negros o blancos, era muy conocido, ya que era hijo de la profesora de inglés y a la vez el novio de la chica más puta y deseada por la escuela, se hace el que no sabe, para que no caiga su reputación hasta el infierno, sin saber, que ya está ahí. Tuve que recurrir a él para sacar información sobre Clara, al principio no me quiso decir, pero luego le dije que si no lo hacía le llegaría a contar a su mamá <que a la vez, era mi profesora de inglés>, sobre su querida novia, que ya todo el mundo la conocía, incluso los profesores. Por lo cual no tuvo otra opción que darme los datos. Llegué a enviarle un carta a la correspondencia de su casa, intenté ser lo más simple, apoyándome de no pasarme de tonto y acosador estaba Ali—ce; „‟Cada hora de desperdicio en fumar una caja cigarrillos, me gustaría acabármelos contigo en lugar baldío y así poder desnudarnos con tanta pasión, hasta que llegue la nicotina del cigarro a nuestro corazón <sólo uno de los dos>‟‟, empecé de esa forma y unas 10 líneas más, creo que exageré en algunas partes por lo instigador que pudieron ser las oraciones que le escribía, lo hacía pensando en ella, totalmente arrancado de mi presente. También le pregunté si podía verla la
próxima semana a la entrada de la escuela o en otro lugar. Llegaron a pasar varias horas, días, semanas, hasta que me llegó la respuesta tan esperada. Ya mi mente no se enfocaba en las cosas que me decía Patrick, no le tomaba atención cuando me hablaba sobre su próxima manifestación contra los afroamericanos o extranjeros que llegaban en masa a mí país. Mi mente había caído en un vacío sin final, dónde sólo podía volar pensando en ella, ni yo mismo podía entender lo que sentía, sin aún conocerla, pero su belleza incontenible, hizo que revolotearan mis neuronas. No sé cómo llegó a obtener la dirección de correspondencia de mí casa, <creo que fue con Alan>, pero me alegraba mucho, ya que era la pri-mera chica que hacía eso, abrí la carta tan cuidadosamente, como si abriera los regalos de navidad hace 6 años, eso no era propio de mí ahora, antes sí, por la edad creo, miraba la forma de su caligrafía, olía la hoja de papel pensando si había quedado algún rastro de ella. Pero lo que no llegaba a entender es que cómo sabía de mí si nunca nos habíamos hablado. 66
Fueron casi 30 minutos que me quedé pegado en la hoja de papel, quedé tan cautivado, tan humano, tan tocado por dentro, y algunas dedicatorias y rimas que quedaron plasmadas en lo más hondo de mí. Había aceptado la cita. Quedé en vernos cerca de la pileta de agua del centro. Agregué que llevaría una bufanda marrón, para que me reconociera fácilmente, pero lo que en verdad yo quería comprobar con eso, es que ella no fuera con-venida conmigo y mucho menos que se aproveche, ya que en la escuela, yo era el que tenía un poco más de dinero que todos los estudiantes, por el seguro de vida que mi padre tenía, más los ingresos de mis hermanos y madre, nos iba bien económicamente.
Es por eso que le dije que llevaría una bufanda marrón, le iba a pagar a un vagabundo para que se pusiera la bufanda y con algo de ropa decente y así comprobar mi hipótesis algo descabellada. Llegó la hora, mis manos temblaban, mis ojos miraban por todos lados desde una esquina, a que ella apareciera y se encontrara con el vagabundo personificado en mí. Hasta que llegó, y al verlo, cambio su mirada y su rostro se transformó en un rostro de lastima, compasión y empatía. No podía creer que le hablara y mucho menos que no le despegara la mirada, no entendía por qué, pero definitivamente, no estaba allí por el dinero.
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Así que decidí acercarme a ella, hice un ademán de saludo, y ella me miró, y mostró una sonrisa irónica, creo que se había dado cuenta de mi plan. Pero eso ya no me importaba, sólo quería estar con ella. Me senté a su lado y empecé a conversar con ella. No sabía qué hacer, era la primera vez que salía en una cita formal con una chica, antes lo había hecho pero no era nada serio. Me perdía en sus ojos marrones claros, veía mi rostro en sus ojos, y ella estaba de lo más normal, muy seguro, al parecer ya había tenido este tipo de citas, y no me sorprendería, con esa belleza que emanaba por todos lados, cualquiera le hubiera invitado a salir. Empezó contándome sobre ella y sus planes a futuro, reíamos mutuamente sobre cosas tan insignificantes, pensábamos que todos eran tontos, y nosotros no, era algo muy intelectual de ella, quedé perplejo por su forma de pensar tan madura, compasiva, y solidaria con todos, es como si la personalidad de mi padre se personificara en ella. Al escucharla por varios minutos, quise llorar, me hizo recordar tanto a mi padre, se llegó a notar en mi rostro semblante de algunas lágrimas caí-das y los ojos que parecían un lago. Me dijo:
—¿Te pasa algo Billy?, creo que quieres llorar o se te metió algo en el ojo jajaja. —No tengo nada, me vinieron algunos recuerdos, pero no tiene importancia, sigue contándome. Y siguió, me relataba sobre sus ex amores, con tanta madurez reflejaba las virtudes y defectos que tenía cada uno de ellos, me recordaba cuan-do Alice contaba sobre sus ex amores de la adolescencia. Siguió con el asunto, me miró y sonrió, como si estuviera celoso sobre algunos de ellos, le dije que parara con eso, que era mucho sufrimiento, con lo cual hice entender que me interesaba ella. No me quise quedar atrás, así fue que tuve que inventar mis amoríos efímeros, no tardó en resplandecer su disgusto cuando le conté de „‟Carrie‟‟, la chica casi perfecta de mi imaginación y que indirectamente le echaba en cara a Clara, ella no se aguantó y me dijo que parara, no quería escuchar más para no sufrir, entonces me salió abruptamente una frase: ¿Estás celosa?‟
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Ella no quiso responder, pero su mirada y su sonrisa irónica me decía que sí, entonces hubo un tiempo muerto entre los dos, fijados mutuamente y un deseo pendiente, me acerqué a ella lentamente, no quise perder tiempo hablando sobre efemérides de ella que poco valor tenía en mí porque lo que yo sentía en ese entonces era un deseo de poder rosar sus labios color carmesí, y así fue que nos miramos fijamente, y nos perdimos en el sublime beso, sin poder pensar, sin poder hablar, era un mundo sólo para los dos. Hasta que se alejó y se puso a reír un poco, un tanto avergonzada lo que había pasado, y yo con ganas de seguir siendo parte de ella. Y seguimos conversando sobre varias cosas, nada en particular por varias horas, no calculé, estaba en otra dimensión.
Nos enamoramos mutuamente no era necesario formalidades como la típica pregunta „‟quieres estar conmigo‟‟, lo nuestro fue único y espontaneo, sólo bastó un beso, sólo eso, nada más que eso. Éramos muy felices a pesar de sus cambios de domicilio muy continuos, pero siempre nos las ingeniábamos para poder vernos. Siempre salíamos a comer unos helados saliendo de la escuela, siempre pagaba yo, creo que ahí si se aprovechaba de mí, le gustaba compartir el helado, me pintaba la cara con el helado de crema, y luego me limpiaba con su lengua, hasta llegar nuevamente a juntar nuestros labios. Era otro mundo en el que vivía con ella. Estuvimos así por casi 2 años y más. En la escuela, en el recreo siempre nos juntábamos a vernos, a hablar, a juguetear uno con el otro, ya sea yo jugando con su cabello ondulado, o ella que me despeinaba. Todas esas semanas no pensaba sobre lo que me decía Patrick, no estaba enfocado en eso, ni la presencia de algunas pandillas que merodeaban por la ciudad y calles, sino en ella, ya casi el odio había desparecido.
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Una tarde en clase, salí a comprar unos cigarros al latino, que me llevaba muy bien con él, volví a entrar a la escuela, y vi a Clara subir por las escaleras al baño de mujeres, caminaba apresuradamente, entonces quise aprovechar el momento y fastidiarla un poco y robarle unos besos, de pronto veo que unos 4 chicos la siguen por detrás, ¡eran ellos!, los mismos, los que andaban con la pandilla. No titubeé al seguir los pasos de Clara para poder defenderla, quizá la estaban acosando a mi Clara, ella entró al baño de mujeres y cerró la puerta rápidamente, sin que se pudiera percatar que yo estaba cerca de ella, entonces aparecieron ellos, queriendo entrar al baño, me puse firme y les pregunté qué querían con ella plagas de mierda, se rieron por los adjetivos que les decía, y se hablaron entre ellos, y se preguntaban si era el chico que siempre hablaba mal de ellos y con el que se había peleado con su amigo de grupo, me identificaron, se rieron entre ellos, una risa maquiavélica, una profesora entonces apareció preguntando qué pasaba aquí, ellos dijeron que ya se iban, sólo estaban conversando conmigo, asentí que sólo estábamos conversando, de persona a animales, se notaba la ira que tenían, de querer matarme si es posible ahí mismo,
pero todas esas cosas que hacía, lo hacía por la causa de mi padre y Clara. Entonces la profesora me llevó a la dirección de la escuela, y me suspendieron por una semana por hablar cosas malas sobre mis compañeros, me puse a reír cuando me dieron esa reprimenda. El día siguiente fui a la casa de Clara a verla, a ver cómo estaba, lancé una pequeña piedra a su ventana, ella ya sabía que era yo, entonces, salió de su casa, y fue corriendo a abrazarme, llorando, fue tan intenso para mí, que sólo quería abrazarla también y reconfortarla con todo mi ser. Le pregunté por qué la seguían, y me dijo que querían abusar de ella, hace semanas que querían intentarlo pero no pudieron ya que andaba conmigo, me entró mucha impotencia y más odio hacia ellos, y me dijo que por qué había hablado así, esa manera tan despectiva hacia ellos. Entonces tuve que contarle mis razones, una de ellas fue por ella, porque sentía que la tenía que proteger, y otra por mi padre. Ya que ella personificaba la personalidad de mi padre. Me preguntó que le contara sobre mí, lo más profundo de mí porque tenía muchas dudas mientras caminábamos. 74
No tenía mucho que contar sobre mí, ¿Qué le iba a contar?, ¿qué me gusta fumar muchos cigarros?, o que me expulsaron de la escuela por unos días por pelearme con una persona de color por el hecho que me miraba mal, días antes de lo sucedido. Fui directo, impulsivo, estaba con una estaca en el corazón que no se me quitaba porque recordé a mi padre. Le comenté sobre lo que pensaba sobre lo que pasaba, sobre los de color, sobre los males que tenían, sobre lo inseguro que estábamos, estando con ellos. No importaba con quien estaba, el recelo y resentimiento que tengo hacía esas personas no cambiaba, ni por el hecho que estaba con ella, me hizo recordar tanto a mi padre, que sacó el resentí—miento que guardaba en mí, sentía un desdén incalculable, ella se dio cuenta, su mirada lo decía todo, su rostro había cambiado, no era la misma, me miraba como si fuera un exterminador de almas, pero lo tenía que decir, no lo aguantaba más dentro de mí. Unos momentos después, paró la conversación y me dijo: —Está bien, ya no hablemos más, es muy tarde y ya me voy. —¿Nos volveremos a ver esta semana en la escuela Clara?
—No lo creo, estaré muy ocupada y creo que me mudaré de nuevo. —¿Te pasa algo? ¿Es por lo que dije cierto? —No, estoy bien, adiós Billy. —P— Pero Clara, yo quiero verte. No sabes lo que pasé para que llegáramos a esto, soy otra persona contigo, te lo juro, no me dejes por favor, hace unas horas, estabas bien, feliz, abrazados, con tu sonrisa sin igual, y ahora me arrojas tu desdén tan desmesuradamente sin alguna razón. —Existen razones, no quiero seguir con esta conversación, creí que eras diferente a tu hermano, adiós. —P— Pero, ¡¡Claaara!!
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Agarró su bolso y paró un taxi que justo pasaba por la avenida y se fue. No sé lo que llegó a pasar, al parecer le habían contado algo sobre Patrick, sobre lo que hacía o qué pensaba, no compartía los mismos pensamientos que yo, y hasta ya sentía un poco de cólera hacía ella, todo lo que hacía por ella, sentía que mi corazón quería reventar, quería desaparecer, quería salir corriendo a matar a esas pandillas que me quitaron a mi padre, que por ellos tenía este odio incalculable. Empezaron a caer gotas de lluvia, y cada vez eran más fuertes, no podía con esto, empecé a llorar desmesuradamente, como un niño que llora por su mamá al no verla cerca de él, estaba empapado de agua. No quería hablar con nadie, caminé hasta llegar a casa para poder encerrarme. Al llegar a mi habitación, abrí la ventana y me puse a mirar el cielo, como si mi padre me estuviera viendo, no entendía que una chica que conocía mi lado más humano actuará de esa forma, pero no quería disculparme, ya que había pasado antes por eso.
Varios días después volví a la escuela, no quería volverme a cruzar con ella, ya no le quería ver, las lecciones de mi hermano se habían interpuesto por el amor que sentía por ella, estaba entre el amor y el odio. Sonó la campana de salida, todos salieron alocados, después de terminar la clase de historia, pero había algo raro, un grupo de personas volteadas estaban en una esquina, eran 4, no se le veían sus rostros, hasta que uno volteó, llegué a captar que uno de ellos era de la pandilla de los de color, quería enfrentarlos, sacar la navaja que llevaba en mi cinturón y clavársela a uno de ellos, pero me temblaba la mano, así que opte por darme una vuelta, para poder evitarlos, camino sin precaución fumando un cigarro por la acera, hasta que veo a 2 personas que estaban en mi atrás siguiéndome, ¡sin duda eran ellos!, sabía que me alcanzarían, y así fue, los dos que me seguían por detrás me agarraron los brazos y en ese entonces aparecieron 2 más por adelante. Se acercó y me dijo:
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—¿Tú eres Billy que todos hablan, que nos paras echando mierda cierto desgraciado, y además que insultaste a mis amigos y le pegaste a uno de ellos, es verdad eso niño blanco? —Sí, fui yo. No les tengo miedo. Lo dije sin remordimiento alguno, como si no sintiera nada, como si no tuviera temor, como si hubiera perdido mis sentimientos, o quizá se los llevó Clara.
Me zafé de un brazo que me tenía agarrado, agarré mi cigarro, inhale, y se lo esparcí lentamente todo el humo en su rostro de mierda, sabía que después de esa acción me iban a pegar o hasta matar entre todos ellos, pero ya no me importaba. Me lanzaron al suelo entre los cuatro, y me empezaron a pegar sin compasión, increíblemente no sentía nada, sólo pensaba en lo infeliz que era, al ya no poder ver de nuevo a Clara. De pronto, algo inesperado pasó, arremetió con los cuatro integrantes de esa pandilla, con una piedra en mano rompió una nariz y mandíbula de otro, siguió con la riña, me reconforté lentamente, adolorido por fin, después de varios golpes, y pude ver quien era, sí, era mi hermano, Patrick. No tuvo piedad con ellos, era otra persona, no describiría lo salvaje que fue, pero sí la manera que me defendió, maldiciendo e insultando a gritos, mientras trataba de romper una cabeza, y lo logró, dos de ellos llegaron a escapar, pero los dos que quedaron, tuvieron múltiples lesiones en todo su cuerpo, y mi hermano, con varias tajadas en su cuerpo por culpa de las navajas que llevaban ellos. Se acercó a mí y me preguntó si podía caminar, y le dije que ni podía hablar de lo adolorido que estaba. 80
Amanecí en una cama de hospital, con varios vendajes en mi cuerpo, y vi a Alice mi madre en frente mío alegrándose airosamente porque desperté. Pregunté a Alice sobre Patrick, sobre dónde estaba, si estaba bien o no. Lo cual respondió que sí estaba bien, pero se lo habían llevado a la cárcel de la zona. Por haber asesinado a dos hombres. Esos hombres eran los que pelearon ayer. Pasaron las semanas y Alice me cuenta que lo han recluido en una penitenciaría fuera de la ciudad.
Y así pasaron varios meses, y 5 años, ya tenía 22 años, siempre sigiloso de esas personas que siempre rondaban por mi zona para poder atacar-me quizá, varias hipótesis me entraban a mi cabeza cuando los veía, por el hecho de ese fatídico día. Por fin regresaba mi hermano de la penitenciaria, después de casi 5 años, todos fuimos a verlo, muy ansiosos a su salida del penal, entonces cuando nos vio, no pudo contener sus lágrimas de júbilo que tenía, echó a correr hacia nosotros y nos abrazó con tanta fuerza, con tanta ternura, repartía besos por doquier entre nosotros, llorando airosamente, era simplemente otra persona, tenía el cabello largo, antes le gustaba estar rapado, ahora no, Alice y mi madre tampoco aguantaron, y se pusieron a llorar con todas sus fuerzas junto a él, yo era el único que se mantuvo sin llorar, pero me llenó una alegría sin igual al poder volver ver a mi hermano. Llegando a casa, se sentó con nosotros, y se arrodilló, pidiendo disculpas a mi madre y Alice por su comportamiento de antes, por las cosas que hizo, por las vidas que llegó a quitar y sobre todo, por haber perdido a su familia. No entendía por qué lo hacía, si su máximo deseo era erradicar estas personas de la zona, hasta incluso formó una 82
organización para llevarlo a cabo hace años atrás. En estos años, yo había tomado el liderazgo de la organización contra esas pandillas de color, yo era Patrick, pero el de antes. Había una reunión en la organización, no podía faltar, era muy importan—te, puesto que se decidiría quién sería el líder, si sería elegido yo nueva— mente u otro. Invité a Patrick para que fuera pero él ya no quería formar parte de eso, había cambiado totalmente, me llevó a una zona baldía, y me contó entre lágrimas lo que pasó en el penal, entre lágrimas y suspiros incontenibles, me rogó que no siga con eso, que no siga con esa cadena de odio, que sólo me llevaran a lo que pasó él, a cosas sin explicación, que hasta él mismo se avergüenza de contar, cosas abominables, y lo más importante, dejar de ser quien eres y perder a tu familia. Me quedé atónito a tantas palabras que decía, no sabía qué decirle, estaba entre el amor y odio, me hizo recordar frases de nuestro padre que siempre nos decía, „‟siempre estaremos juntos‟‟, „‟una cadena de odio, sólo genera más odio, fuera y como dentro de la familia‟‟, „‟la ignorancia no se responde con más ignorancia‟‟ y muchas más, que estacaron el corazón por completo, me llenó tanto, que al recordar de nuevo esas frases que nos decía él, sentí como si
alguien me abrazase, algo sin explicación. Volvimos a casa y repitió esas palabras que me dijo, y lo dijo a toda la familia, sabía que era el momento perfecto, y fue así, agregó que llegó a conocer a Dios en la penitenciaría y que los primeros días fue tan agobiante, perturbador, humillante, y algo inhumano estar allí. Conoció a todo tipo de gente, que le deseaba la muerte, como querer salvarlo, el miedo le llevo a unirse al lado bueno, dice él que el que lo hace se olvida, pero el que la recibe nunca, cuando trataba mal y hasta a veces casi mataba a las otras pandillas, dice que aprendió más ahí, que en la calle, dónde se educaba habitualmente. A todos nos tocó profundamente sus relatos, los buenos, como los malos. Estuvimos así como casi 7 horas seguidas, sin dormir. Era un hecho, decidimos cambiar todos, mudarnos a otro lado, reconciliarnos entre nosotros, y sobre todo romper esa cadena de odio que sólo lleva a la destrucción de los valores humanos, y como decía mi padre, todos somos humanos, y debemos aceptarnos y respetarnos, que no hay razas, ni colores que nos definan como personas, sino nuestros propios actos. 84
Y así fue como nos mudamos a otra ciudad, cambiamos totalmente de vida, éramos definitivamente otras personas, mi hermana Alice con-siguió un nuevo empleo y terminó su bachillerato de inglés. Mi mamá, Rocío, conoció a un hombre, llamado Manuel, con los mismos rasgos personales que tenía mi padre, lo estábamos aceptando en la familia poco a poco, por los celosos que éramos los hermanos. Y mi hermano Patrick conoció a una bella cantante cristiana en el White Lion, una iglesia cristiana, un poco raro el nombre pero muy original para ser una iglesia, y llegaron a casarse, luego de separarse en definitiva de esas pandillas. Y llegó a terminar su carrera de sociólogo. Y Alan, mi viejo amigo, el hermano que algún día pude tener, que por cosas del destino, falleció de cáncer pulmonar a los 28 años, sin saber que pasaban los años, y él se estaba pudriendo por dentro, aunque no lo sintiera. Gracias a él y su consejo que dejará los cigarros, dejé completamente los cigarros y no terminé igual que él. Pero que vivió una vida muy agitada junto con su puta— como le gustaba que le dijeran así—, la más querida por todos pero más amada por él hasta el final de sus días.
Ya hace 4 años y algo más, desde que terminé con Clara, la vida no fue fácil para mí tuve que aprender a sobrevivir sin ella, a pesar de todos los años que estuvimos juntos. Poco después de que termináramos abruptamente por causas que mi cadena de odio hizo que la separa de mí, llegó a mudarse, fuera del país, en ese entonces, andaba muy resentido con todo, no quería saber nada de nada, ni de lo que le pasaba a Patrick en la penitenciaria, o sobre Clara que ya estaba en otro país. Ella siempre enviaba cartas, chocolates, y flores preguntando por mí, pero yo siempre quedé en silencio porque aún quedaba esa cicatriz de ella en mi corazón, ese perfume con el que siempre me perdía, lo podía oler aún en mis pensamientos. Entonces decidí saber de ella, cómo le fue, gracias al directorio de la pareja de mi mamá, que a la vez había trabajado con la madre de Clara en la empresa de electrodomésticos, logré ubicar a la madre. Cogí el teléfono y la llamé, le dije:
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—Hola señora Pholet, soy Billy, ¿se acuerda de mí? Quisiera saber que fue de su hija, hace tiempo que no sé nada de ella, y tengo muchas ganas y ansias de poder volver a verla. —Hola Billy, si me acuerdo de ti, ¿qué? ¿Cómo no sabes?, Ella murió.
Fue algo tan inesperado, sentí lo mismo cuando me dieron la noticia de que mi padre había muerto, una nueva estaca en mi corazón, de nuevo estaba completamente arrancado de mi presente, totalmente arrancado de mi realidad, mi corazón se revolvió entre las venas y arterias, sentía que explotaba, no supe de ella, no supe cómo le fue después, si siguió luchando por nuestro amor, aunque fuera en un pasado lejano, sentía que me desvanecía lentamente, la madre de Clara se dio cuenta de mi reacción aunque estuviéramos por una llamada, lo cual no me dio muchos detalles de su fallecimiento, sólo me dijo que murió amándome, y que Clara se arrepentía por haberme dejado cuando estaba en el más profundo hueco de mi vida y cortó, lo cual inferí antes que se cortara la línea, que ya no era esa persona, que también ella me ayudó a salir adelante por el amor que sentía por ella, pero que no lo pude expresar ni luchar por ello, por la cadena de odio que me tenía aferrado al pasa-do. Y que me arrastraba sin que me diera cuenta. Ahora tengo clara la noción entre el amor y el odio, aunque fuera en un lejano pasado. Esta lección de la vida ya no será para mí, debemos decir adiós y cerrar nuestra historia de amor, terminar 88
nuestro libro, romper la cadena. Clara era el amor que rompió mi cadena, el amor que rompe cadenas de odio y venganza, sólo el amor puede llegar hacer eso. El amor que reconforta, el amor que llena, el amor que salva. Y últimas líneas de mi poeta favorito, Gustavo Adolfo Bécquer, te la dedico a ti, Clara, la que me ayudó indirectamente con todo su amor mal correspondido, para salir de ese hoyo de odio. Podrá nublarse el sol eternamente; Podrá secarse en un instante el mar; Podrá romperse el eje de la tierra Como un débil cristal. ¡Todo sucederá! Podrá la muerte cubrirme con su fúnebre crespón Pero jamás, jamás, podrá apagarse en mí la llama de tu amor. 31 de diciembre, 1961 Billy W.
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* Después de varios meses de querer sobrellevar esa maleta de pena que llevaba en sus hombros, lo antagónico que pudo ser su vida, lo triste y trágico de vivencias que llevó, finalmente dos años después en el 14 de mayo de 1963, murió. La pena se lo comía por dentro, el antagonismo que llevaba tiempo atrás, no se lo perdonaba. Clara, la única que lo pudo salvar de ese odio sin límites, de esa cadena de hierro, la llegó a romper. Pero cuando se fue, también llevó el alma de él. Dicen que murió feliz, dicen que por fin vería nuevamente a Clara y a su padre, Edward W. Su alma feliz se iba, dejando todo el odio atrás. Su hermano se quiso ir con él, no se lo perdonó nunca, que gracias a su cadena de odio, su hermano se fue. Pero sin duda alguna era el que más lo amaba. Ahora sacó sus cartas, sus recuerdos profundos que nadie supo, sus efemérides del cajón, al poder recordarlo nuevamente, vuelvo a oler a cigarro dentro de su habitación. El amor que no pudo concretar, como Rocío lo hubiera querido, hasta la boda, vestido con un saco negro y su novia de blanco. Esté donde esté, será el fantasma antagónico que ama y que no lo pudo vencer el odio sino el amor. 8 de agosto, 1963
Ren Lazar (Kevin Gabriel Flores Gรณmez)
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Años (Mención Honrosa) Por favor no pienses en mí No me dejes correr por tus pensamientos Párame antes de comenzar El camino de tus recuerdos. Toma mi alma cargada Y llévala lejos de todo, Lleva mi dolor Hacia el funeral del tiempo Y no te preocupes por mí. Aquí yo llevo años sin tus ojos. Años.
Martin Paz (Pablo Andrés Balcázar Rojas)
Cada final es el comienzo de una nueva historia (Mención Honrosa)
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Despertó una mañana sintiendo que nada sería igual, se sintió ajena a todo aquello que la rodeaba, a todo aquello que conocía, en ese instante comprendió que toda historia tiene un final y que cada final es el comienzo de una nueva historia y ese era el termino de todo lo que había vivido y el comienzo de algo nuevo que solo la involucraba a ella. Lucía comprendió que en la vida existe un tiempo para dar y un tiempo para recibir, para compartir con otros y olvidarnos de nosotros mismos, pero hoy la vida le estaba dando una oportunidad de continuar su camino como realmente lo quería vivir preocupada de ella misma, sin ataduras, sin miedos y por sobre todo libre. Lucía ya había tomado la decisión más importante de su vida, cambiar, alejarse de todo y de todos, encontrar un horizonte que descubrir, un lugar donde comenzar su viaje, tomo una mochila y comenzó a colocar en ella lo necesario para esta nueva vida, ropa y zapatos, un par de fotos y libros, y un poco de dinero que había ahorrado. Se sentó en una silla a contemplar su alrededor sintiendo que esa sería la última vez que estaría ahí y que si volvía no sería lo mismo, se despidió de todo pues sabía que durante mucho tiempo no volvería a ese lugar.
Se levantó lentamente de la silla, se colocó una chaqueta, tomo la mochila y antes de salir tuvo un momento de reflexión consigo misma, se repetía una y otra vez “esto es lo correcto”, luego sin tener alguna creencia en particular le pidió al universo que la guiara esta nueva aventura iluminando sus días y sus noches, abrió la puerta miró por última vez su hogar, cerró la puerta y comenzó a caminar sin rumbo, sin tiempos, solo en la compañía de ella misma. Mientras caminaba pensaba en todo aquello que siempre quiso hacer y que ahora tenía el tiempo y la voluntad para hacerlo.
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Sin pensarlo mucho, con mochila en mano, se dirigió al aeropuerto donde con calma escogió mirando los tableros que anuncian los vuelos, su destino, siempre quiso conocer el sur, pero que lugar sería tan lejos y tan hermoso como para escogerlo, entre los gritos de la gente y los cambios que anunciaban el tablero, se le repitió tres veces la cuidad de Coihaique, esa fue la señal y tomo la decisión de comprar el pasaje para el siguiente vuelo, que salía en dos horas más. Entre la ansiedad de no saber qué haría en ese lugar y la emoción que sentía por primera vez de hacer lo que quería sin miedos y sin preguntarle el parecer a nadie, se sentó en la sala de embarque a mirar a todos los que pasaban preguntándose cuál sería el motivo de sus viajes. Por primera vez no debía cumplir con horarios, era libre de la esclavitud del tiempo.
No se dio cuenta de cómo había avanzado la hora, debía abordar el avión, ahora si era una realidad su viaje y su nueva vida. Palideció de nervios, sentía mariposas en el estómago, se le agitó el corazón y latía a mil por hora, sus manos comenzaron a transpirar, caminaba por el túnel para ingresar al avión y miles de pensamientos pasaban por su mente, los recuerdos, su familia y amigos, sus logros y decepciones, la invadió un terror agobiante, pero esta vez seguiría adelante con el plan, ni el miedo ni sus inseguridades impedirían que todo resultara como ella espera.
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El viaje fue más corto de lo que ella esperaba, abordo el transfer que la llevaría a su destino y mientras avanzaba el paisaje la cautivó, no podía entender que tanta belleza estuviese junta convivieran en un mismo lugar. Luego de los cuarenta minutos de camino, llegó a Coihaique, se bajó en la plaza de armas de la cuidad se sentó un una banca a mirar la gente pasar y a los niños jugar, todos sin apuros, sin tiempos que cumplir, sin estrés. Camino y camino dando vueltas sin parar, se acercó a un taxista y le preguntó dónde podía hospedarse, algo que no fuera muy caro, el señor le indicó un lugar perfecto para ella, una señora con una familia pequeña tenia para arrendar una pieza con todas las comodidades necesarias para una persona sola, visitó el lugar y le gustó, la vista que tenía desde su pieza era un maravilloso bosque nativo frondoso y de hermosos colores verdes. Sólo había una condición para quedarse en esa casa y era parte del trato de arrendar ahí mientras durara su estadía debía ayudar con la siembra de ruibarbo una hortaliza típica de la zona y que era mayor sustento de la familia, una tarea que no le resultó tan difícil y aceptó.
Como era de esperar al otro dĂa muy temprano se levantĂł, desayuno con la familia y se dirigieron a la zona donde tenĂan la siembra, era una maravillo ver como una familia completa se comprometĂa con esta hermosa labor y como cada uno de ellos sabia claramente cada paso y cada proceso.
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Pasadas las semanas comenzó a investigar qué cosas podía hacer con el Ruibarbo, algo que pudiera ayudar a esta bella familia a seguir adelante y darle un toque personal al trabajo de todos ellos, convenció la señora Graciela que intentaran hacer mermeladas de esta hortaliza y quizás mezclarla con algunos frutos. Algo reticente hicieron una mermelada de muestra, sólo para ver como quedaba y cuál sería el sabor, el resultado fue inesperado, era muy rica, con textura y sabor muy agradable, algo que nunca imaginaron. Lucía, la señora Graciela y los niños estaban convencidos que este sería un buen producto para ampliar el mercado, hicieron mermeladas de Ruibarbo solo y otras con nueces y pasas, el producto fue muy bien evaluado por los vecinos que compraron el producto y pedían más. Lucía desarrollo un blog donde podía comercializar la mermelada y el negocio comenzó crecer, todos estaban muy felices, por primera vez en la vida Lucía sentía que había hecho algo que realmente sentía, no por plata no por obligación muy por el contrario porque le nació, ahí entendió que de esto se trataba la vida, de ser feliz con cosas pequeñas pero que cambiaban la vida de todos los que estaban involucrados, de sentirse feliz y levantarse cada mañana con ganas de seguir
adelante, por primera vez sentía que valía la pena todo sacrificio, que detrás había una familia luchando codo a codo con ella, y que estaban dispuestos a seguir adelante ante cualquier inconveniente, entendió la entrega sin esperar nada a cambio y que todo es posible si se trabaja con el corazón.
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Después de seis meses de esfuerzo y de trabajo junto a la hermosa familia de la señora Graciela sintió que debía continuar con su viaje, el negocio de las mermeladas era un éxito, y ella había logrado ser parte de eso, había aprendido del amor y la lucha, del sacrificio y por sobre todo de la unión entre personas que no se conocían pero que forjaron un amor incondicional. La despedida fue triste, pero todos entendieron que su camino debía continuar, ahora tenía una familia que la estaría esperando con amor, había ganado amigos y había conocido lugares maravillosos. Tomo nuevamente su mochila para seguir adelante con su viaje, pero ahora en ella colocó un par de fotos que llevaría en su corazón y en su alma, fotos de una familia donde la matriarca le había enseñado a luchar, a ser dura pero siempre siendo cariñosa, un tesoro que solo fue a encontrar en un viaje que le cambió la vida al fin del mundo, recién en aquella despedida entendió que ninguna persona es casualidad en nuestras vidas, todos vienen a ser parte de nuestra propia evolución, que cada uno de ellos nos enseña algo importante y que no debemos dejar pasar ningún momento, puede que nunca más tengamos la oportunidad de repetirlo. Hoy comienza un nuevo rumbo y tiene la certeza que conocerá
gente maravillosa y que aprenderá cosas que aún no sabe y quizás hasta conozca el amor, eso solo lo dirá el tiempo, hoy solo quiere caminar y descubrir que le depara el destino.
Denisse (Natalia Arias Ossandón)
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Calama (Mención Honrosa) Había llegado el día, como siempre y como cada 15 días, la hora de partir. A estas alturas a casi ya dos años, la rutina ya era costumbre y el pequeño pueblo donde nací, crecí y me casé, ya no era razón importante para mí. Creí estar en una burbuja y me asusté, tuve miedo de dejar de sentir compasión, todo parecía lo de siempre, sólo más viejo, el vil paso del tiempo y esos 15 días se hacían ya notar en mi gente y ellos también claramente los notaban en mí. Estaba en una burbuja observándome desde afuera; sin poder reaccionar a esos ojos, aquellos ojos que abrieron los míos. Todo parecía en aquel entonces tan desolado, sin movimiento sin vida. Todo ahí parecía frío, tanto así, que su espíritu ni siquiera se parecía al de la tristeza, era algo más…
Como no recordar la primera vez que me tocó partir a trabajar en las minas, el trabajo soñado para un hombre como yo, el trabajo que muchos esperaban. Recuerdo primero, agradecí a Dios y después a ese vecino que me hizo „la paletea‟. Cuánto tiempo esperando al igual que muchos ese trabajo, esa respuesta. En mi pueblo, ya casi no hay trabajo, hay dos fábricas y de eso vive la mayoría y los que no, como yo, hacemos „pololitos‟ de diferentes cosas, haciendo uno que otro arreglo a los vecinos, como carpintero, gasfíter, electricista etc…a lo que viniera no más. Irradiaba felicidad por todos lados con la noticia, no dejaba de pensar que haría con esa plata, se me ocurría de todo pero lo que más se hacía presente en mi mente, era que mis 4 hijos y mi señora, ya no iban a pasar más pobreza, que ya no traeríamos bolsas del supermercado, nos darían cajas plataneras por tanta mercadería que compraríamos, por mucho tiempo esperé esa oportunidad. Pensé en lo que ganaría y que con ello, le compraría de todo a mis cabros, los tapizaría enteros y a Pamela, mi señora, la pondría linda. Hasta un „recauchaje‟ me gastaría en ella, así pa´ que se vea como las niñas que tanto le gusta ver en televisión… Pero seguí pensando y me 106
arrepentí de esto último, porque de seguro con tanto tiempo afuera trabajando, otro en mi lugar gozaría de mi inversión así que, opté por pensar para ella en buena ropa y peluquería, no quería me dijeran „cornuo‟, así que dejé mi imaginación hasta ahí, total ya era relinda, a pesar de ser gordita. A todo esto, mi nombre es Manuel, Manuel Huanquilao Valenzuela, vivo en un pequeño pueblo al sur llamado Licauquen, tengo 41 años, aunque debo decirles que no los represento y me han dicho que soy bien parecido. Algo robusto, de manos grandes y ásperas, maestro ayudante en construcción desde pequeño, oficio que heredé de mi padre. Tengo 4 hijos y soy casado, más bien „rejuntao‟ con Pamela desde los 17 años. A esa edad nos conocimos y nunca más nos separamos. También debo contarles que soy un escritor aficionado, con tanto tiempo libre descubrí hace un tiempo mi gusto por este género, a pesar que no conozco todas las palabras muy bien, creo soy bueno escribiendo lo que siento en un cuaderno.
Mis días de trabajo en las minas, eran agotadores, largos turnos, pero se recompensaba con la comida y el alojamiento gratis que nos daban. Al llegar ahí todo era nuevo para mí, todo, nunca había visto tan poco verde en mi vida, nunca había visto gente de otras razas. Acá en mi pueblo no llega nadie, a más que algún pariente que decidió ir a probar suerte a otras partes y en mi caso nadie, porque mi familia es pequeña, no tengo hermanos y mis padres ya fallecieron. Todo era nuevo e increíble, la mayor parte del tiempo creo anduve con la boca abierta de lo sorprendido del mundo que había afuera y el cual por mi crianza y educación se me había negado. Frente a mis compañeros trataba de aparentar, para que los muy cabrones no se burlaran de mí, pero no había caso, se me notaba lo sureño, se me notaba la ignorancia. Cada cosa que veía por primera vez era mi tropiezo y era tema de risas, pero después de unos meses ya no tanto. Al llegar las noches de bajada de la mina y cuando cada uno viajaba a sus tierras, nos despedíamos con sus cervecitas y un asadito, ahí es cuando se acordaban de todo, risas desenfrenadas que terminaban melancólicas mirando las estrellas ya bajando la „curaera‟. 108
Lo reconozco, de tanto viaje y distancia no me demoré mucho en pasarlo mejor en la mina, con mis compañeros que en mi casa. Sentí hasta culpa por aquella sensación, pero no pude contra eso; los cabros cada vez que nos reencontrábamos para volver a subir a trabajar después de los 15 días en nuestras casas, era motivo de celebración, siempre me recibían con sus risas, sus tallas a flor de piel. Ellos al igual que yo, venían de muy lejos del sur y otros tantos de acá, cerca de la ciudad.
Por la „chita‟ que eran buena tela los cabros, buenos pa‟ tomar también, como no recordarlos. Los mejores momentos eran el último día de pega y la fecha de pago; recibíamos nuestra platita y sacábamos lo justo y necesario para bajar a la ciudad a pasarla bien, antes de viajar a nuestros hogares. Nos tratábamos de controlar unos a los otros y no emocionarnos gastando, pues había que dejar para llevar a la familia. Es que cuando uno se ve con mucha plata, se vuelve como loco, no haya que gusto darse, todo lo que alguna vez quisiste de la pura indecisión se te quitan las ganas y tan sólo por el hecho de saber que se tiene „billullo‟, hasta hambre uno deja de sentir, es „recúatico‟ eso. Uno piensa y entiende por qué los ricos son tan flacos y flacas, no deben de comer de tanta plata que tienen, es que cuando uno tiene plata automáticamente deja de sentir antojos. Al menos eso me pasaba a mí y cuando no se tiene, buta que deseas cosas.
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Bajando ya de los yacimientos como cada tarde, todos sucios, empolvados por la fina tierra amarilla, nos íbamos a „emperifollar‟ para nadie y a sacar unas cuantas botellas y algo para fumar antes de dormirnos. Eran esos momentos los que más se extrañan, lo mucho que aprendí de aquellos cabros, unos más jóvenes y otros más viejos que yo, pero no importaba su edad, yo estaba ahí en medio, ignorante del mundo y ansioso por escuchar tantas historias y cosas que yo jamás viví, que nunca imaginé. Todos tenían algo que contar, yo sólo asentía a escuchar. Eran aquellas noches llenas de luz por aquel cielo estrellado, donde entre copas y copas, después del cansancio y silencio que dejaban las risas, que florecían los sentimientos, sus recuerdos. Los cabros más jóvenes eran aconsejados, por lo viejos del grupo, yo en cambio, incrédulo ante tanta vivencia, me sentía ignorante, fuera de lugar, me preguntaba qué había hecho con casi la mitad de mi vida. Que ahora estaba viejo y que no había aprovechado lo suficiente, por no haber salido de ese pueblo antes. Eran entretenidas sus historias, algunas hasta las lágrimas.
Lucho, uno de mis compañeros y mejor amigo ahí, tenía 14 años menos que yo, era re loco el muchacho pero de alguna forma, su personalidad me invitaba a volver a ser joven, me gustaba la junta con él, aunque presentía sería mi perdición. Él no tenía familia, recuerdo siempre decía que le gustaban todas, pero la verdad es que eso lo contaba al grupo, porque era loco, pero no „gueón‟ y sabía que había ciertas cosas que uno tenía que llevarse a la tumba, ya sea por vergüenza o porque alguna vez podía ser usado en su contra, era un cabro „reavispao‟. Pero el Lucho a mí me había contado la verdad, una noche que ambos con insomnio salimos a fumarnos un pucho y hablar de la vida, me dijo que a él le habían roto el corazón, a tal punto que creía que todas las mujeres eran unas maracas y que así había que tratarlas, como unas maracas!!!...Fuertes declaraciones para mí, que siempre fui un caballero y amante de una sola mujer hasta ese entonces, pero luego entendí.
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Su polola, la única que había tenido en su vida, hace mucho tiempo le había ocultado un embarazo, lo cual no era tan grave según yo pero prosiguió, exaltado, ¡Esa maraca me lo ocultó porque no sabía de quién „chucha‟ era la guagua, y yo acá trabajando, sacándome la „cresta‟ por ella, para lograr formar algo y lo peor de todo es que me engañó con mi hermano.
Ese día que bajé de la mina más temprano, pasó a ser el peor de mi vida y desde ese entonces para mí no hay más familia que los viejos que aquí ves, me ha tocado recibir cabros nuevos y viejos, pues yo soy quien decide quién se queda y sé va, ya hice de este lugar, mi lugar…me dijo. A sus dichos le siguió un largo silencio, la verdad yo no sabía qué decir, nunca alguna vez alguien se había sincerado así conmigo y nunca había escuchado en vivo y directo esas cosas, sólo en la Radio con el Rumpy. Pero no pensé en conocer alguien que lo haya vivido de tan cerca, lo miré un buen rato, me sorprendió su mirada de dolor que aún guardaba, su conformismo de cierta forma. Luego me miró y dijo, ¡si aún valoras lo que tienes sigue buscando algo más, no te quedes acá, uno le empieza a agarrar el gustito a esta plata y de seguro te mueres acá! Cuando me dijo eso, yo sentí ganas de decirle que ya era tarde, que ya me había hipnotizado el mundo y que quería más, pero callé. A esas alturas ya valoraba todo, me gustaba mi trabajo, más por la gente que conocí que por la plata. Pero era cierto, todo eso te aleja y no te das cuenta que ya te quedaste en ese desolado y hermoso desierto. 114
Pasado casi un año ya metido de lleno en los yacimientos, para evitar pensar en tan agreste clima, que no hacía más que traerme nostalgia y melancolía, adquirí también el gusto por leer, pero no cualquier cosa, odiaba las historias ficticias, las novelas románticas y lloronas, sentía, las escribía alguien, que no las vivió de verdad. Al leerlas me sentía como mi señora viendo telenovelas o las historias de la Rosa de Guadalupe, sin imaginar que yo escribiría una peor. Sin embargo en ese momento, adquirí mi gusto por leer cosas que me enseñaran sobre el mundo, sus culturas, me hacía preguntas de cómo se formó esto? quién lo inventó?, más que de la vida (Ya que pa‟ eso tenía a mis compañeros), quería saber todo sin límites, quería incluso ir más allá a vivirlo, viajar.
Fue en esta última frase, donde me quedé pegado por días y semanas, se hacía más potente…pensaba que en una de mis bajadas las ocuparía para conocer, ya no quería ir a mi casa, quería desviar mi rumbo y recorrer. Se lo comenté al Luchito, él con su típica e impulsiva personalidad, me dijo “guena viejo, no hay problema, yo te llevaré a mi ciudad, Antofagasta, pa‟ que empieces por ahí a recorrer, así yo tampoco me sentiré tan solo”. Me agradó la idea y no demoré mucho en aceptar su oferta. Pues nunca imaginé lo que vendría más delante… Llegó fin de mes y algo en mí cambió, estaba listo para ver, para sentir. Estaba ansioso y nervioso por lo que sentía me esperaba, como si algo advirtiera lo que estaría por venir.
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“Calama, lejos mi tierra prometida, Oh! Calama nunca estuviste desolada y abandonada como yo, tu riqueza era tal que empobrecía mi alma, fúnebres cuevas, llenas de ecos de esperanza…Fuiste la vida misma, fuiste tú mi iniciar, como te definieron algunos, “ciudad en medio del agua”, yo te bautizo como el lugar del despertar; telares complejos, cautivantes, dibujan tus formas, tu piel morena, vibrante, llena de pampa, llena de luz…” Bajamos cerca de las siete de la tarde, el sol aún fulgurante nos indicaba el camino al campamento, recogimos nuestras cosas, y bajamos a la ciudad, nos prometimos que esa noche sería nuestra. Llegando comenzamos con dos de pisco en un bar que Lucho frecuentaba en cada bajada, me dijo” te mostraré el mundo” yo sonreí, puesto que era lo que más anhelaba. Teníamos toda la noche para nosotros y los bolsillos llenos de plata.
Ya cerca de las 4 de la madrugada, Luchito conoció a una niña igual de joven y borracha que él, enseguida se gustaron. Andaba con una amiga la cual ni me miró, seguro me encontró muy viejo y asqueroso, porque aunque estaba entera „cosía‟ no me miró. Lo malo es que este „gueón‟ del Lucho se fue y me dejó tirao´, borracho, raja y caliente. Por lo mismo caminé unas cuantas cuadras sin rumbo, y acompañado de una botella de pisco, apenas me podía el cuerpo, pero sentí que lo estaba pasando bien, había tantas luces y gente disfrutando que me sentí en un carnaval. Me reía solo de tanta ansiedad, mezclada con felicidad y alcohol. La noche y los días eran míos y en ese momento recordé a Pamela. Mi negra, mi mujer, que si bien el tiempo y mi ausencia, la había puesto más esquiva, sentí unas ganas de tenerla entre mis brazos y tocarla. Lo cierto es que estaba caliente de tanto ver al Lucho con su mina, besarse y agarrarse, pero no, estaba ahí muy lejos y no pensaba volver.
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De lejos divisé una luz roja que resaltaba en los postes de la calle, me acerqué ingenuo, hipnotizado por voces y risas femeninas que de ahí provenían. Ya algo más tranquilo y cerca de dicha luz, comprendí dentro de mi borrachera, que se trataba de un conocido prostíbulo de la ciudad, que los cabros en el campamento muchas veces mencionaron y frecuentaron y yo sin darme cuenta llegué. Pensé en darme la media vuelta, pero una parte de mí decía; conoce, mundo, libertad, es mi oportunidad. Abundaban mujeres de piel oscura, inmensas, así como me gustan a mí. Eran de diferentes países, moría por saber si eran igual que las mujeres de acá, me preguntaba mil cosas por segundo ¿De qué porte serán sus vaginas? ¿Con qué intensidad apretarán esos enormes muslos? O bien, ¿Cómo sabrá que te acaricien el cuerpo con esos grandes labios? Se me ocurría cada cosa, tocar un trasero gigante, negro, debe ser lo que más escuché entre los viejos ya acostumbrados a estas mañas y yo ahí parado a unos pasos de la entrada dudando. Me acerqué finalmente, tomé un enorme sorbo más de mi botella de pisco y me envalentoné.
Celia, era la morena de grandes pechos, la mujer que la vieja de la entrada me presentó, enseguida me gustó, no había visto semejante mujer en mi vida. Ella era linda, agraciá de rostro y pa‟ que decir de su cuerpo! Una colombiana dispuesta a todo y yo dispuesto a dárselo todo. No lo voy a negar, lo primero fue calentura, pero al pasar la noche la conocí más en profundidad, pude ver su pena, pude ver lo que le alegraba en la vida, pude ver su soledad. Fue la noche más increíble de mi vida, nadie me había tocado así, me di cuenta del mundo diverso de mujeres que puede haber, de la capacidad de cada una en diferentes ámbitos y Celia si bien era prostituta, había sido la mujer más cariñosa que jamás conocí. Pamela nunca fue así. Jamás me lo chupo así, jamás después de hacerlo me contaba lo que sentía, lo que quería y lo que soñaba.
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Conforme pasó el tiempo, mis visitas a este lugar eran más frecuentes, ya no podía alejarme de ella, y sentía que ella quería lo mismo, si hasta descuento ya me hacía. A Pamela nunca más la pude volver a tocar y ella tampoco le ponía empeño en acercarse a mí, por lo que se dio todo para que yo y Celia comenzáramos una historia entre la pampa. Cada vez nuestros encuentros fueron más intensos, ya ni plata me quedaba de mi sueldo; todo se me iba en ella, todo era para ella. Con tal de verla, con tal de tenerla. Celia a estas alturas, no solo hacia lo que ninguna mujer hace en este mundo. Saber escuchar, también era sincera y me decía te amo, mientras acariciaba mis ásperas y gigantes manos; ella no colocaba cara de asco al sacarme la ropa, me besaba completo. Nunca fui tan querido, amado y comprendido en mi vida, pensé en casarme, pero ella se negaba, me decía que necesitaba la plata para enviar a sus hijos a Colombia y yo trataba de comprender.
Con el tiempo fue imposible no sentir celos, en toda la semana no la veía y me imaginaba cómo otro podía estar acariciando esos muslos que creía sólo míos. Me ardía la sangre, era capaz de dejar todo tirado, pero Lucho me aterrizaba luego, diciéndome que no valía la pena pensar en ella, que ya llegando el fin de semana podría verla, que la paciencia es lo mejor para poder trabajar tranquilo. Mientras me consolaba escribiendo para ella, inspirado en ella. “Sucumbe tu recuerdo, que trae la templada noche, me acerco, te abrazo, me estremece la noche, cuanto te extraño mi Celia, cuánto dejo de ser por ti cada día, le cuento al arenal lo muy mía que eres y a las estrellas, tu pronto venir que se acerque (…)” Guarde cada noche mis notas, mis palabras y ganas hacia ella, para hacerle entrega el día que la volviera a ver. Bajé ese día ilusionado, con ganas de llevármela lejos, lejos de este mundo, no quería que ningún otro hombre la tocara. Conmigo estaba seguro nada le faltaría y a sus hijos tampoco, los querría como a los míos. 122
Llegué tarde al prostíbulo ese día, la vieja de la entrada no me quería dejar pasar, porque debía pagar, a pesar que tenía dinero, no le quería pagar a esa vieja fea, ya que yo con la Celia éramos pareja y no correspondía esa vieja se llevara el dinero de mi negra. Exaltado me di cuenta que algo raro pasaba, y la empuje hacia el costado de la puerta para pasar al dormitorio que Celia ocupaba, ahí vi lo que nunca esperé, se detuvo el tiempo y me di cuenta cuán ciego fui, aterricé vi el tiempo que llevaba ahí y los sueños que dejé en el camino, por haberme estúpidamente enamorado. Estaba con otro, la mujer que me dio todo lo que jamás viví, estaba con otro entre sus piernas, estaba con otro gimiendo, así tal cual me gemía solo a mí. Me abalancé sobre el desgraciado, lo golpeé y Celia lo defendió, me dijo “La bondad de los hombres para mí solo es fantasía, todo quieren lo mismo, una buena cacha y se van”, yo con ojos llorosos le dije que la amaba, que si ella quería yo la perdonaría, que estaba seguro que lo hizo por sus hijos y me dijo: No! Estoy aquí porque quiero, porque esto es lo que soy y fui siempre, una puta! ¿Acaso tu pobre hombre no te diste cuenta que siempre pagaste por mí?, pues bien, por algo siempre pagaste y yo sólo di mi buen servicio. Cumplí
con mi parte de la paga. Sólo eso. No te puedo negar alguna vez sentí algo más, pero no, poco me duró ya que estoy segura tu jamás saldrías de la mano conmigo a la plaza…todos prometen y prometen, pero yo soy vieja y ya la vida bastante me ha golpeado” No pude decir palabra alguna frente aquello, sólo lloré como un viejo decrépito camino a no sé dónde, la vieja en la puerta se despidió con una burlesca sonrisa en su rostro y yo apenas sin poder respirar. Aquel día cambió algo en mí, quería mundo y lo tuve. Jamás volví a la mina después de ese día, tampoco a mi antiguo hogar, creo de algo sirvió el fuerte porrazo que me mandé, y decidí estudiar, decidí sacar de mi interior mi ignorancia, responderme todo lo que alguna vez me pregunté… aún tenía ganas de vivir.
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A Celia aún la recuerdo, su falso amor, su piel, sus fuertes muslos, su boca, hasta su olor a cacha que tanto me calentaba. Aún la amo, mujer como ella jamás volví a conocer, pero no era mía, no al menos como yo creía, aunque por ella hubiera pagado toda la vida, con tal de no perderla, pero fue su decisión y en parte la mía. De Lucho sólo sé que se enamoró ese cabro chico, de la muchacha borracha de aquella noche, tienen un hijo pequeño. Esto me lo contó un ex colega de aquella pega, que me encontré en el terminal camino al sur. Me alegro por él, es joven se merecía otra oportunidad. De la vieja del prostíbulo sé que murió atragantada por una espina de pescado en la garganta. Nadie fue a su funeral, ni las putas que le trabajaban.
Yo aún escribo, pero son diferentes mis motivos, los hago en parte para recordar lo que fui y porque me gusta esa nostalgia, esa sensación que me trae el recuerdo de vuelta, pero ese recuerdo, a pesar de sufrir, fue la única vez en mi vida que me sentí vivo, que me sentí diferente, que salí realmente de aquella burbuja, de aquel pueblo, de aquel cuerpo. “Seguí mi rumbo, seguí por obligación, cuánto te amé mujer, cuánto aún te extraño… hoy el cielo ya no es tan estrellado como ayer, pero me conformo con saber que eres lo que quisiste ser, que al menos a algo fuiste fiel… de otro cuerpo serás de otra muerte segura (…)”
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Pascuala V (Maciel Alejandra Vallejos Inostroza)
Chile; riqueza sólo para unos pocos (Mención Honrosa) Quienes no hemos nacido en una cuna de oro conocemos muy de cerca lo difícil y amargo que se hace el tener que combatir día a día con la pobreza. Este gran y actual problema social se explica en el bajo nivel de remuneraciones que adquieren los habitantes de nuestro país, lo cual lleva a una directa cerrada de puertas a la hora de acceder a servicios básicos como lo son la educación y salud, pero primordialmente el ser dueño de una vida digna, algo que debiéramos poseer todos y no solo algunos. Estas privaciones que trae la pobreza, son las que marcan y dejan una profunda herida, que contamina a toda su cultura y comunidad. Ahora bien, lo que contribuye en la existencia de esta terrible carencia social es, de manera fundamental, la mala distribución de los recursos del país y la forma en como se les aprovecha, además de cinco grandes factores que son esenciales para alimentar esta problemática: la ignorancia, la enfermedad, la apatía, la dependencia y la corrupción. 128
El neoliberalismo en conjunto con la repartición de los recursos ha sido y sigue siendo, por muchos, la única causa de la pobreza dado que la mala distribución de los ingresos ha dado cavidad a la fácil pero lamentable incorporación de ésta en nuestra sociedad. Nuestros recursos naturales no nos pueden dejar indiferente, puesto que diariamente se mueven millones de dólares gracias a sus elevadas ventas, las cuales son obtenidas a través de sus recursos forestales, pesqueros y mineros. Sin duda alguna, Chile posee los recursos suficientes para cubrir las necesidades de sus 17 millones de habitantes, pero como esto no se hace, los más débiles o los excluidos sociales debemos de sufrir los resultados.
Si el Estado quisiera invertir y/o cambiar esta situación de pobreza asertivamente (que ha tenido a un país pagando las consecuencias a sus más fieles y humildes trabajadores, hombres, mujeres, pensionados y miles de niños, quienes han estado desamparados, sin protección ni estabilidad alguna, sin olvidar a una sociedad clasista, discriminadora y excluyente que se les enfrenta sin escrúpulos), debiera tener en total claridad que la coparticipación de cuatro factores son la clave para abrir paso a su eliminación: el estado, el mercado, la sociedad en general y los mismos pobres. Pero no debemos dejar de mencionar que el Estado debe contribuir de manera que vaya fomentando las expresiones de las demandas de las personas y la participación política, garantizando así el espacio democrático, estimulando las asociaciones entre sectores públicos y privados, lograr una distribución de las riquezas más equitativa, garantizar responsabilidad y transparencia y finalmente brindar un buen nivel de educación y salud. Sin embargo, lo que más puede ayudar a sacar a un pueblo de la pobreza y del subdesarrollo es fomentar la libertad en todos los campos de la vida humana, es decir en el ámbito político, económico, social, 130
religioso, etc. La libertad exige responsabilidad individual, honestidad y esfuerzo personal y sólo así puede progresar un país. La actitud que debiera tener un pueblo para superar la pobreza que vive a diario es siendo perseverante, optimista, esforzarse y trabajar permanentemente, pero de ninguna forma quedarse en la nada esperando a que todo se lo brinde o llegue por parte del Gobierno. Por el contrario, si se es capaz de aportar con nuestro trabajo, entonces estaremos ayudando a salir de la pobreza, es bueno tener presente que todo esfuerzo es recompensado, ya sea tarde o temprano pero al fin y al cabo lo es y en cuanto eso ocurre no existe nada mejor ni más gratificante que el triunfo propio.
Los datos dados a conocer en el informe anual 2011 que abarca la situación social de los países pertenecientes al organismo OCDE no nos entregan mucho espacio al optimismo debido a que las cifras son elocuentes, el coeficiente de Gini que mide la concentración de la riqueza posiciona a Chile como el país de peor distribución de ingreso de los 34 países que conforman este club. Si lo observamos en una escala de O—1 donde el cero es el óptimo, Chile presente un coeficiente de 0.50 frente a un promedio de 0.31. Según información que entregó la OCDE el presente año, “Los índices de pobreza promedio en la OCDE se sitúan en torno al 11.1%, mientras tanto nuestro país exhibe una cifra que oscila en torno al 20%. Las mismas cifras acusan al Estado neoliberal chileno por su negligencia para superar esta situación escandalosa. El gasto público social promedio de la OCDE es del 19.6% del PIB, con el caso notable de Francia que asigna el 28.3% de su producto interno bruto en gasto social. Chile, por su parte, apenas asigna el 10.6% de su PIB en este ítem. Por lo que es posible realizar dos consideraciones: Primero, la actual situación de pobreza en Chile corresponde a decisiones políticas. Segundo, para señalar a los 132
responsables de la actual situación de pobreza que vive casi un quinto de la población no es necesario ir más allá de nuestras fronteras”. Chile es un país que trabaja arduamente su suelo y subsuelo para posteriormente exportar sus productos como materia prima, convirtiendo así sus recursos naturales tanto forestal, pesquero y minero como los principales ingresos del país. En cuanto a lo forestal Chile posee 16 millones de hectáreas de bosques, tanto de especies autóctonas como de pino insigne, de las cuales casi un 50% pertenece a la VIII Región del Biobío. También destacan los bosques de Lenga, Coihué mixto, Valdiviano y Chilote. Estos bosques cubren un 21% de la superficie de Chile. En 2.000 la producción de madera se elevaba a 28 millones de m³, dividida en maderas duras y blandas, destinada a la fabricación de tablas, pasta de papel y papel. Desde mediados de la dé-cada de 1970, el sector forestal representaba a finales de la década siguiente más del 10% de las exportaciones del país. La pesca, constituye uno de los sectores pesqueros más importantes de Sudamérica; en sus 4.300 km. de litoral se consiguen unas capturas anuales de aproximadamente 6,1 millones de toneladas. Entre los recursos renovables del país, hay que mencionar: el
lenguado, la raya, la merluza, el congrio, el pejegallo, algunos tiburones pequeños, peje ratas, la anchoveta, sardina, pejerrey, jurel, atún y albacora; dentro de los moluscos destacan: la cholga, el chorito, el choro zapato, la ostra, el ostión, la almeja y la almeja macha; de los crustáceos son importantes: los picorocos, los camarones, las langostas, las centollas, los cangrejos y las jaibas. La región que más recursos aporta económicamente es la I Región de Tarapacá, seguida de la VIII Región del Biobío. La industria pesquera procesa en forma de harina, aceite y conservas la mayor parte de la producción. Y finalmente está la minería, en donde Chile es propietario de uno de los mayores yacimientos de cobre conocidos y también, uno de los principales exportadores mundiales de este metal. El Teniente es la mayor mina de cobre subterránea del mundo. El cobre es el principal producto de exportación, en 1999, la exportación de minerales y metales suponía un 43% del volumen total. En 2000 la producción alcanzaba los 4,60 millones de toneladas. El petróleo y el gas natural (descubiertos en 1945) se extraen en Tierra del Fuego y en el estrecho de Magallanes, con una producción, en 1999, de 5.844.000 barriles y de 1.982 134
millones de m³ de gas natural. La producción de hierro ascendía a 5,29 millones de toneladas en 2000. Considero que la pobreza en nuestro país, evidentemente es una temática que no deja exento a nadie, pues resulta incomprensible que teniendo los recursos necesarios para satisfacer a sus habitantes no lo haga, a pesar de tener pleno conocimiento en las cientos de personas que se encuentran desempleadas, con salarios bajísimos, sin un hogar digno, robando para poder sobrevivir, y aun así prefiera continuar y hacer oídos sordos o prometer y quedarse detenido allí. La pobreza es una gran problemática social, que nos ha venido acompañando a lo largo de nuestra historia pero se nos encariñó con el sistema económico neoliberal, sin duda tiene solución, una solución social la cual debe trabajarse en conjunto para que logre su efecto y pueda ser combatida, pero ¿será que alguna vez el Gobierno logre sensibilizarse y tome cartas al respecto?
Magnolia Berries (Macarena Alejandra Molina Placencia)
Él (Mención Honrosa) Él que la amaba desde el principio antes aún de saber su nombre o que ella le dedicara una mirada. Él que se moría de deseos de ser suyo de decirle que ella era su puerto seguro. Él que imaginaba cientos de miles de veces sus manos entrelazadas, que la amaba con un dolor desgarrador que siente que es la más hermosa herida. Él que está cansado de tanto frio de tantos silencios de tantos días en soledad. Él que quiere quemarse en el calor de sus miradas, llenar el aire con el sonido de su voz. Él que la ama aun sobre sí mismo más allá de todo.
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Él que se conforma con secar una a una todas sus lágrimas, con brindarle una sonrisa cuando la de ella se apaga y no espera nada. Él que desea ser el guardián de sus penas y sus dolores y defender ante todo sus momentos de tristezas. Él espera cada oportunidad que pueda pasar junto a ella aunque en esos momentos ella no esté pensando en él, sino en otro que ella desea. Él que no está en sus sueños ni tampoco en sus recuerdos aunque para él solo exista ella. Él que contempla su hermosa sonrisa, aunque no pueda reír con ella. Él que ruega que nunca le diga adiós, porque aunque no pueda tenerla de la forma que él la desea, la necesita y seguirá esperando, porque si no es ella nadie podrá abrazar su corazón. Malia (Maria Carolina Aguilar Lobos)
El Lector (Mención Honrosa) La mañana de Abril comenzó a llenar de almizcles el enorme jardín. Lentamente el césped se atestó de coquetas y tornasoladas hojas, que se azotaban unas a otras. El delicado crach, crach, crach, se transformó en una melodiosa sinfonía. Muchas veces, se le veía sentado sobre una pequeña banca. Con la mirada perdida en el vasto horizonte gris de las primeras lluvias del año. A lo lejos, el humo de las chimeneas se encadenaba en una batalla de hollín volando sobre los techos multicolores. A menos de cien metros, una bandada de patos amarillos jugaban alegremente con la violenta cascada de un salto líquido, que ciertamente deleitaba a todos los pueblerinos de Alicante. La mesa estaba tímidamente adornada de unas pequeñas margaritas blancas.
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Gracia las había cortado de un pequeño jardín donde aquel hombre podía pasar horas enteras, días eternos con unas transparentes hojas de papel manoseado donde depositaba sus pequeños ojos negros. Pero por más embobado que estaba en sus lecturas, aquel hombre corpulento de pequeñas orejas, levantaba la mano y saludaba a todo el mundo que transitaba de un pueblo a otro. Los lugareños lo veían con respeto y admiración. Raúl era el único hombre que sabía leer en la pequeña comarca de treinta familias. Novelas de fantasías, caballeros andantes, amores siniestros, lugares de ensueño y unas pocas recetas, conformaba su pequeña biblioteca de roble y encina, en la no tan grande casa del lector. Llevaba media vida sentado bajo la misma acacia Sus cabellos cuando aún existían, eran oscuros como la noche más adversa y sin embargo, se movían agiles al galope de uno de sus caballos, cuando salía a recorrer sus pequeñas siembras de trigo.
Había decidido quedarse contemplando la enorme bastedad de aquellos campos, cuando muy joven enviudo. No tuvo hijos, pero todos lo querían. De temple firme, sereno y melancólico, Raúl, había participado de la batalla de las flores marchitas. Quizás una leyenda en la historia del país de Palo Seco, pero quien se acordaba de tal gesto, lo hacía con los ojos emocionados, y daba aspavientos con los brazos, abarcando todo el universo. Raúl había llegado de unas lejanas tierras de color rojo decía, donde enormes árboles daban una sabrosas frutas de cáscaras azules y crujientes semillas agridulces. Tierras infinitamente húmedas, donde el canto de exóticas aves, no paran de gorjear durante todo el día. Donde cada mañana, el enorme sol se posaba sobre los techos añosos de unas casas de material ligero.
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Había adquirido unos cuantos libros. Cada vez que la barcaza atracaba en lejanos y pequeños pueblos se mezclaba entre las multitudes de unos extraños pueblos. Poco a poco su baúl se llenaba de hojas amarillas, decoloradas por el paso del tiempo, y él las desteñiría aún más con el correr de sus lecturas diarias, acrecentando su cultura y su exquisito y refinado vocabulario. Muchas veces produciendo gracia entre sus oyentes, para más tarde, causar una solemne impresión por tan grande conocimiento.
Cuando llegó a Alicante, los Toledo eran los únicos habitantes de ese fantasmagórico pueblo, donde se consumía solo patatas, maíz, y unas cuantas verduras amargas. La comida era asquerosa, para un hombre conocedor de medio urbe, aquellas especies podían mejorarse, y para ello utilizó sus primeros años, hasta que una primavera, cuando las violetas mecían sus tentáculos bajo la fresca brisa de la tarde, Juan Toledo le invitaba a cenar un pastel de papas, gracejado en berros y acelgas, con maíz envuelto en láminas de remolacha de América del sur. Cuando regresó a casa, bajo un manto de silenciosas estrellas, tomo unas hojas de tabaco, y a cada bocanada de ese suave homo, casi dulce, sentíase satisfecho. Por fin empezaba a comer bueno y más saludable. Más tarde serían los Hernández, los Cofré, los González, quienes empezarían a sembrar sus tierras de arroz, papas moradas, repollos, lechugas y tomates.
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Qué está Leyendo Don Raúl?, preguntó Aparicio, el hijo más pequeño de los Buen Día. Una clásica familia, que se levantaba a tempranas horas para extraer la leche y comercializarla en el mercado de Villa Fresca, y durante el día seguían con los pies metidos en el barro. Los rayos del sol se reflejaban como un canto primaveral, en los hilos de agua que servían de respiro a las enormes matas de apio. Ah, la historia de un hombre que era esclavo, y que después de muchos años fue libre como las palomas… Y podía volar? No, es una manera de decir Aparicio. Cuando un hombre puede volar es porque es capaz de cumplir sus sueños, realizar proyectos, salir adelante haciéndole frente a todas las dificultades. Ahora entiendo, decía el muchacho mientras dirigía su paso cansino a la orilla del riachuelo.
A medida que se alejaba. Raúl se sumergía en las más bellas historias de héroes anónimos, para volver a entregarse en las más fantásticas meditaciones, que consumían su tiempo completo. Llevaba veinte años admirando aquellas familias que se esforzaban por alzar el azadón y sumergirlo en la tierra. Esperaba en su pequeña banca, hasta que los diminutos brotes prorrumpieran de la tierra oscura, para satisfacer los paladares dominicales. Todos lo saludaban y se quedaban infinitos minutos escuchando sus fantásticas historias, perdidas las miradas de Raúl y sus oyentes en los bastos sembrados de trigos acariciados por el sol de Enero, pasaban las horas, las semanas, los meses… La tarde de su cumpleaños, compartió una taza de leche junto a Rosalba y sus hijos. Corrió la cortina color cobre, y su mirada se posó en una pequeña caja que había llegado de la capital con un libro nuevo. 144
La abrió con gran impaciencia, y dejó que sus yemas acariciaran las tapas rojas escritas con grandes letras negras. El Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, de Cervantes y Saavedra… Meditó largamente en la portada. Un espinoso hombre de graciosa barba, seguido de un gordito simpático, mientras el aire, parecía mover ágilmente, unas enormes aspas de unos cansados molinos de viento.
Molino de viento (Recaredo Antonio Gonzalez Gonzalez)
El polvo es olvido (Mención Honrosa) Entonces sonó cuan temblante aquel susurro Aquel destello, aquel silencio Sonó más de lo debido Más de lo permitido en estos lugares. Ya viejos, oscuros y muertos Donde el polvo es olvido Donde los frascos se rompen Pero el piano aún suena. Sí, aún suena con sus ya duras teclas 146
De preguntas olvidadas De palabras sin respuestas. JurarĂa por todo lo cierto Que en estos lugares ya no queda nada ApostarĂa por mis pecados Que por la noche suena aquel piano Donde se encuentra la muerte De repetidas notas Como un zumbido Como un maldito sonido que te persigue Que rompe los tĂmpanos Que martilla las sienes Una y otra vez. Y otra Y otra vez.
Antonia (Patricia Rivas Clavero)
El Ser Estrafalario (Mención Honrosa) 1. La primera piedra es siempre la semilla que siembra la duda. Esta es mi historia, por fin encontré un modo de contarla. Soy persona, no importa si hombre o mujer, si mujer u hombre, tal vez soy niño o adulto, quizá viejo o quizá estoy muerto. Lo importante es que persona soy. Veo hermosas siluetas, colores y formas gracias a la luz que así lo desea y es por ella que conocí al ser más extraordinario del planeta. Y es que hay diferencia entre “persona” y “ser”, que te digan “ser” las personas es distinto a que te digan “persona” los seres, como ese “ser” que vi pasar por mi ventana.
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Y no solo pasar sino que además se asomó para acariciar una pequeña flor que yo auxiliaba de vez en cuando. Nadie más que ese “ser” se fijó en mi florcita que dejé en un frasco de mermeladas. Salí de inmediato para atraparle pero ¡zas! un golpe de “gente” me tiró al suelo. Y es que “gente” es distinto de “persona” y de “ser”. La “gente” puede ser mala, puede ser indiferente, la gente te golpea al pasar y es la que se disfraza de clones que no te permiten distinguir los rostros familiares. Las “personas” por otro lado son las que deciden si ser buenas o malas, las personas tienen trato. Pero los “seres”… ¡Ah los seres! Los seres son extraños, misteriosos, engañosos, especiales e invisibles. Yo desde que era una pequeña persona, o sea un niño, escuchaba decir a mi abuelita que cuando un “ser” se te cruzaba en la vida, entonces éste era como una piedra en el zapato. — ¿De esas que pinchan y duelen?— le pregunté con toda inocencia.
— No, un ser es una piedra… y la primera piedra es siempre la semilla que siembra la duda y los prejuicios.— ¡Y claro que tenía razón! Porque en toda mi vida ningún “ser” se me había asomado por la ventana, entonces si era éste “ser” sin género mi primera piedra ¿Debería cosechar la respuesta ante la duda y el prejuicio? Y al parecer eso hice, pero entre el mar de “gente” fue completamente difícil. Recordé que las “personas” suelen murmurar que los seres visten y calzan “estrafalariamente”. Y éste era para mí, mi “Ser Estrafalario”, porque era mío, de nadie más, invisible para el resto, visible para mí. Entonces entre los pasos de “gentes” vi unos calcetines singulares de rayas verdes y grises intercaladas así como de esas para combinar con el pijama y a mí ser le quedaban cortos los pantalones entonces le pude ver. Mi ser estrafalario se movía rápido y a saltitos iba como un sapito en su estanque.
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Mientras lo seguía pensaba, porque a veces nosotros las “personas” solemos pensar, y dudé. ¿Qué pasa si capturo a mí ser estrafalario? ¿Cuál es mi duda? ¿Cuál es mi piedra en el zapato? Y fue tarde porque una “gente” alborotada me tiró al suelo y lo perdí. ¡Lo perdí! ¡Mi ser estrafalario! ¿Dónde encontraré uno igual? ¿Y si no le vuelvo a ver? ¿Se acordará de mí? Regresé triste a casa, que no era hogar, los hogares son lindos pero eso resulta cuando tienes un hogar con personas que amas. Cuando vives solo, es nada más que la casa como una caja de cereales, si la caja no tiene cereales que hacen sonreír a los niños por la mañana entonces solo es caja, triste y aburrida. ¿Qué será ahora de mí, sin mi ser estrafalario? ¿Lo habrá encontrado alguien más? Y se me ocurrió de pronto una idea genial, ¡le mandaría una carta! Al buzón cuadrado, no al redondo porque soy persona y tengo preferencias, al buzón cuadrado una carta redonda con la estampita de la flor.
Para el Ser Estrafalario. Le escribí con mi mejor letra de “persona”. Ruego que se encuentre de mi extravío, no le conozco ni usted a mí pero me pertenece y exijo que regrese cuanto antes a las manos de su dueño, atentamente una “persona.” ¿Qué lindo verdad? De seguro volverá en seguida porque según sé lo que se regala no se quita y yo no se lo he regalado a nadie entonces no me puede ser quitado. 2. La flor atrajo al Ser Estrafalario, no por ser flor, sino que por no ser otra cosa. Cuando desperté escuché las rueditas oxidadas del cartero eso quería decir una cosa, que mi ser estrafalario había contestado. ¡Y qué rápido lo hizo! Fui corriendo como hámster en su ruedita hasta el buzón y dentro de él solo había una piedra. ¿Una piedra? ¿Será esa la respuesta? ¿Y cómo lo hago para encontrarlo con una piedra?
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Volví a casa, la florcita se marchitaba, tal vez si pasara el ser estrafalario podría reanimarla con sus caricias de misterio. Estuve mirándola toda la tarde mientras sus pétalos caían uno a uno. Imaginé cuántas vidas nacen y mueren en cada caída de un pétalo. ¿Y si fuera yo el próximo? De pronto con magia el ser estrafalario se asomó nuevamente por la ventana y dejó un saquito. ¡Oye! Salí corriendo a la calle, le vi nuevamente sus calcetines rayados ¡Qué armonía! Esta vez nada me arrojó al suelo, él corría veloz y se metió al tren subterráneo esfumándose. ¡Otra vez! ¡No! ¡Se me volvió a escapar! Volví abatido a casa, tomé el saquito que dejó en la ventana que tenía tierra, tierra buena y limpia. Tuve de nuevo que pensar, creo que de a poco lo persona se me va muy lentamente.
Miré la flor que ya estaba seca y muerta, entonces concluí: “La flor atrajo al ser estrafalario, no por ser flor si no que por no ser otra cosa”. ¿Y dónde conseguiría una flor igual? Entonces me puse brillante, recordando que la piedra es la semilla que siembra la duda, entonces tenía la semilla en mi mano y además tenía la tierra, el sustento. Decidí enterrar la piedra en la tierra quizá así nacería una nueva flor para que atraiga al ser estrafalario pero ésta vez tenía que hacer algo para que no huyera. ¿Cómo capturarlo? Pensé que golpearle en la cabeza sería buena idea ¿Y si mejor lo seguía? Al menos sé que toma el tren subterráneo, podría comprar un boleto. Y eso hice, llegué a la estación y compré un boleto así al día siguiente viajaría con él. Regresé algo más emocionado a casa, mañana el ser estrafalario sería mío.
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Al despertar miré algo nervioso el nuevo macetero con la piedra enterrada en la tierra, a ver si podía divisar algún brote de flor pero nada. Dejé el macetero en la ventana y a la hora que comúnmente pasaba el ser estrafalario no sucedió nada salvo un detalle. Un gente muy parecido a él se detuvo en mi ventana pero no para ver el macetero si no que miró su reloj de pulsera y siguió de largo. ¡Era él disfrazado de gente! ¡No podía engañarme! Y lo seguí. Subió al tren subterráneo, yo estaba equipado pues tenía mi boleto y subí. Lo miré todo el tiempo, era hermoso mi ser estrafalario, se veía único disfrazado de gente. Me acerqué a él y le dije: — Señor Estrafalario… ¿Recibió usted mi carta?— él me miró indiferente. ¡Pero cómo no! Si iba disfrazado de gente y debía ser así, quizá por eso era invisible para el resto. ¡Ah lo quiero tanto! Se bajó fugaz y lo seguí de inmediato, él lo notó y comenzó a caminar aún más rápido. ¿Estará jugando? ¡Qué entretenido! Comencé a brincar con él pero este se ale-jaba. — ¡Oye! ¿Cómo lo hago para ser un “ser”?— y él me respondió:
— ¡Tarado!— ¿O fue parado? Si fue lo primero tal vez no fue cortés o quizá es un código. Cuando uno es tarado es porque hace estupideces producto de algo. ¿Cuál sería ese producto? Si recopilo la información concluyo que me dio la piedra—semilla y la tierra—sustento para que crezca una flor ¿Quiénes se entregan flores? ¡Los amantes! Y los amantes actúan taradamente producto del amor. ¡Mi ser Estrafalario me ama.
3. La violencia, es violeta. Violeta son las flores, las flores atracción y la atracción atrajo a mí Ser Estrafalario. Cuando al fin concluí esto me sentí pleno, tal vez yo también lo amaba como cuando tienes calcetines nuevos y ellos van directo a tus pies sin preguntar, si logras sentirlos suaves los amas y si no, son simples calcetines.
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Mi ser estrafalario me ama entonces yo también debo amarle. ¿Pero cómo saberlo? ¡Tenía que averiguarlo! decidí entonces hacerme pasar por gente e invitarlo a una cena de negocios. Corrí al buzón y le dejé una carta con la invitación esperando a que respondiera pronto. Cuando regresé a casa miré el macetero y ¡Qué vi! un pequeño brote de flor violeta. Era hermosa y a cada instante que le miraba me recordaba a mí ser estrafalario, tal vez parece una obsesión pero las obsesiones nacen por el amor que uno le tiene a algo, amor incontrolado a veces destructivo pero es una destrucción que nos hace feliz. Sentía que el pequeño brote me miraba y mientras pensaba en el ser estrafalario comencé a cuestionarme: ¿Qué le diré? ¿Sabrá que ya sé que me ama? Y de pronto escuché las rueditas oxidadas del cartero, fui veloz al buzón, el cuadrado, porque el redondo no me gusta y como ya he dicho las personas tenemos preferencias. Abrí el buzón cuadrado y encontré nuevamente una piedra, algo más pequeña que la primera. ¿Qué decía mi abuelita acerca de la segunda piedra?
— ¡Ah! La segunda piedra no es más que la confirmación ante cualquier duda sembrada con la primera piedra.— ¡Y qué razón tenía! Eso quería decir que lograría ser “ser” y además que mi ser estrafalario vendría a la cena de negocios. ¿Y qué haré con esa piedra? justo en ese momento el ser estrafalario se asomó para acariciar la flor violeta. No podía permitir que huyera de nuevo, así que lancé la piedra y ¡pam!, cayó al suelo como una mosca de almuerzo. Porque las moscas también se diferencian, como está la mosca de la fruta existe también la mosca de almuerzo. Las moscas de almuerzo siempre irrumpen estrellándose en las caras de los que comen y suelen volar circularmente, se les derriba golpeándolas y éstas caen haciendo ¡pam! sobre la mesa. Y así mismo cayó mi ser estrafalario y tuve que ir a verlo, ¡pobrecito! estaba atontado en el suelo y ahí al fin pude verle el rostro. ¡Era hermoso! Y me miraba solo a mí con su cara de “ser” misterioso, engañoso y luego todo se volvió oscuridad. Cuando desperté vi una sonrisa familiar. 158
— ¿Qué te sucedió?— era la dulce voz de otra persona, una persona amiga. — ¡Conocí al fin a mi ser estrafalario!— le dije feliz. — ¿Qué cosas raras dices? ¡Lo que haya sido, fue un acto de violencia!—me reprochó. — La violencia es violeta. Violeta son las flores, las flores atracción y la atracción atrajo a mi ser Estrafalario.— sonreí — ¡Tú estás delirando, te dejaré en tu casa y dormirás!— — ¿Qué hora es?— le pregunté — Es tarde, vamos levántate.— respondió. — ¡Tarde! ¡La cena de negocios! ¡Debo irme rápido!— — ¡Qué cena de negocios ni que nada! ¡Acaban de golpearte casi te matan! ¡Debes descansar!— me gritaba — ¡Pero es mi ser estrafalario! ¡Me ama!— y fue lo último que dije antes de llegar a casa. ¿Quizá pensó que le dejé plantado? ¡Ya sé, lo esperaré en la estación de tren! Y así fue… 4. De lo Espontáneo, la Felicidad.
Allí estuve parado horas esperando ver a mí ser estrafalario, tenía que pedirle disculpas por el piedrazo que le lancé. Creo que invitarle a una nueva cena de negocios no estaría mal. Pasó el tiempo y no hubo rastro de él, sentí mucha tristeza o ¿Fue acaso que andaba disfrazado de gente y por eso no le vi? ¡Sí eso tiene que haber sido! ¿Pero y cómo lo hago para encontrarlo? — Ser estrafalario ¿dónde estás?— grité. — ¿Y tú qué haces aquí?— la persona amiga que me llevó a mi casa estaba ahí y me habló. — Estoy esperando a mí ser estrafalario.— le dije — ¿Otra vez con esa tontera? ¿Quién es ese ser estrafalario?— — Es el ser más maravilloso del planeta y quiero que sea mío.— le respondí emocionado. — ¿Estás enamorado?— preguntó dudosa. — Eso creo…porque sé que él me ama.— le dije feliz. — ¿Y le conoces?— — Solo lo he visto un par de veces y me dijo tarado.— le sonreí — ¡Cómo diablos te enamoras de un desconocido!— me reprochó. 160
— ¡No es un desconocido, es un ser, un ser estrafalario!— en ese preciso instante las puertas del tren subterráneo se cerraron y le vi. ¡Ahí estaba y me miraba como yo lo miraba! Salí corriendo tras el tren. — ¡Oiga! ¡Pare! ¡Deténgase!— grité desesperado al chofer, saqué la invitación previa de la cena de negocios que yo ya había escrito pero mi persona amiga me detuvo. — ¿Qué intentabas?, ¡Pudiste haber muerto!— me retaba mi persona amiga. — ¡Tú no entiendes nada porque tú no eres persona! ¡Eres gente igual que todos!— y me marché. Llegué a casa enfadado, de las pocas personas que yo consideraba amigas ella era una y empecé a perderla. Pero ella insistió y volvió a mi casa, le hice pasar. — ¡Creo que estás mal, no puedes seguir así!— me decía. — ¿Quién dice que lo que siento está mal?, ¡la vida no tiene ataduras, no tiene reglas, no tiene lógica!— le dije. —En la vida tenemos valores, cultura, tradiciones, educación ¡Raciocinio! ¡Despierta por dios! ¡Organiza tus ideas!— me gritó.
— ¡No quiero nada de eso, no me interesa mi cultura, ni las normas, ni la educación! ¡No quiero valores ni una vida organizada! ¡No quiero orden!— exploté. — Entonces nunca lograrás ser feliz, tu mente está desordenada, tu vida es espontánea.— cuando me dijo eso reflexioné muy a fondo. — De lo espontáneo la felicidad, ¡Yo soy feliz así junto a mi ser estrafalario!— sonreí. — ¡Tú de verdad estás perdido! ¡Has abandonado el juicio, vives encerrado y ni si quiera haz abierto las ventanas! ¡Llevan siglos cerradas, al igual que las persianas de afuera de tu casa! La flor violeta pareció sonreír con la luz que entró, nunca le había visto tan feliz.
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— ¡Ya sé qué te regalaré para tu cumpleaños!— me dijo, pero no me importó porque mi flor estaba feliz y eso quería decir que mi ser estrafalario en algún lugar también lo estaría. Mi persona amiga se fue pero tampoco me importó, me dejó pensando sobre la espontaneidad de la vida. Ahora entiendo por qué las personas son distintas de los seres. Las personas tienen una vida estructurada y no les gusta salir de eso. Las personas tienen elecciones de acuerdo a sus valores, a sus tradiciones y a su cultura en cambio las gentes no, a la gente no le importan esas cosas no tienen respeto, todo les da igual, viven solo para ellos. Pero los seres son espontáneos, eso los hace únicos y misteriosos, nunca se sabe cuál serán sus elecciones. Al parecer yo también soy una persona espontánea, empiezo a ser un “Ser”.
5. La tercera piedra es la que nos enseña el prejuicio.
Aquel día desperté muy ansioso, ya podía sentir lo que era convertirse en “Ser”. Algo así como cuando se es oruga y luego mariposa. Claro que en todo mi pensamiento de la vida había algo que aún dudaba. Si de lo espontáneo, la felicidad y yo ahora soy un ser espontáneo entonces ¿Por qué no soy feliz? Y creo que tenía la respuesta, era tal vez porque no tenía a mí ser estrafalario. Lo bueno de todo era que esa misma tarde llegaría la respuesta de la invitación de la cena de negocios. ¿Vendrá disfrazado de gente o tal vez venga como él mismo? Pensé. Sea como venga seré feliz y le amaré como él a mí, seremos felices en nuestro mundo estrafalario y ninguna gente podrá separarnos nunca más. Por la tarde admiré la bella flor violeta que de a poco se marchitaba y no sabía exactamente por qué ya que el día anterior era muy feliz con la luz del sol, tal vez le faltaba agua. Y era justamente lo que quería la florcita, es como el amor que si no se nutre se va marchitando.
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Miré el calendario, faltaba un día para mi cumpleaños y no me había dado cuenta. Nunca los celebro, tal vez invite a mí ser estrafalario y disfrutemos unos hermosos días juntos. ¡Y al fin sonaron las rueditas oxidadas del cartero! ¡Qué alegría! Fui corriendo al buzón cuadrado, eh… mmm… ya no soy persona, no debería tener elecciones pero es probable que mi ser estrafalario me haya respondido al buzón cuadrado. ¡Sorpresa! Otra piedra, mucho más grande que la primera. Tal vez éste era el modo de responder de mí ser estrafalario. ¡Curioso! pero era evidente, la primera piedra sembraba la duda y el prejuicio era para atraerlo con el brote de la flor, la segunda para retenerlo por eso lo golpeé y la tercera entonces… ¿Entonces? ¿Qué decía mi abuelita de la tercera piedra? — “La tercera piedra es la que nos enseña el prejuicio”— ¡Y qué razón tenía! Tal vez yo supongo que el ser estrafalario es feliz y quizá como yo no lo es.
¡Pobre ser estrafalario! Si supiera que yo también lo amo su tristeza se iría muy lejos. Me senté en la misma mesita de siempre mirando la flor cerca de la ventana que ahora estaba abierta. ¡Qué raro era todo! Antes no podía ver la plaza que estaba frente a mi casa ni sentir la brisa fresca del viento. Esto de ser ahora un “ser” era raro pero debía asumirlo ya que en cualquier momento tenía que aparecer mi ser estrafalario ante mi puerta para la cena de negocios. Pero eso nunca sucedió, él no vino jamás y lo esperé eternamente. ¿Por qué no habrá querido venir? Yo, que le aguardaba con besos espontáneos para ser feliz. Tal vez algo le sucedió, tendría que salir a ver si en el camino quedó tirado. Pero ya era tarde y aunque me pasara todo el día mirando por la ventana el ser estrafalario no volvería a aparecer nunca más. Nunca más… ¿¡Por qué!? ¡Justo ahora que empezaba a ser “Ser”! ¿¡Por qué justo ahora que sabía que no era feliz y que juntos lo seríamos!? ¿Por qué justo ahora que había abierto mi ventana y mi flor volvía a sonreír? ¿Por qué justo ahora que ya tenía la tercera piedra? Y entonces al día siguiente descubrí todo… 166
6. El Ser Estrafalario en el espejo se quedó. Lloré toda la noche y toda la mañana del siguiente día hasta que llegó mi persona amiga que ahora era gente para animarme. —¡Feliz cumpleaños!— dijo muy complicada intentando soportar un objeto enorme y cuadrado. Lo dejó apoyado en la pared y me dijo: — ¿No lo abrirás? ¡Es muy especial, me di cuenta que no tenías uno en casa y éste combina perfecto con el living!— sonrió. — No tengo ánimos para regalos.— le dije — Lo que tú necesitas es salir a tomar aire, podemos hacer un picnic en tu jardín ¿Te parece?—
—Está bien.— le respondí. Y armó una canasta llena de comida y aunque no tenía apetito admito que se veía fantástica. —Te he traído un pastel ¡Este es un día especial! ¿Por qué no estás contento?— me preguntó. — Porque mi ser estrafalario desapareció para siempre.— y rompí a llorar. — ¡Otra vez con eso! ¡Deberías ver a un psicólogo! ¡Estás realmente mal! ¡Ni si quiera le conoces!— me dijo irritada mientras estábamos en el jardín sentados en el pasto. — ¡Cállate! ¡Tú no sabes nada! ¡Cada vez eres más gente! ¡Mejor vete y déjame solo!— le grité, ella obviamente se sintió ofendida y se marchó. Lloré desconsoladamente y me recosté mirando el cielo con la vana esperanza de que mi ser estrafalario en una nube sentado estuviera mirándome solo a mí. Y pronto escuché las rueditas oxidadas del cartero, por primera vez lo vi, siempre imaginé que el cartero era un gente pero resultó ser una pequeña persona, o sea un niño que andaba feliz en su triciclo.
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Abrió el buzón cuadrado sacó una carta e introdujo algo en él, mientras abrió el buzón redondo y depositó la carta que sacó del cuadrado. Fui corriendo en el momento siguiente en que se fue. Abrí el buzón cuadra-do y lo que encontré fue lo que me hizo entender todo, era una piedra. De mi bolsillo saque la tercera, corrí a casa y del macetero saqué la primera. ¡La flor no crecía de la piedra! ¡La piedra no era semilla!, la flor había crecido en la tierra sola. ¿Y la segunda? Volví a salir al jardín y revisé el buzón cuadrado, luego sentí curiosidad de abrir el redondo. ¡Allí estaban todas las cartas que le había escrito a mí ser estrafalario! ¿¡Dios qué estaba sucediendo!? El niño cartero era quién ponía las piedritas y sacaba las cartas para ponerlas en el buzón redondo. ¡Dios que rabia, si tan solo hubiera revisado antes! Llegué con mucho enfado a casa y con mucha tristeza, mi ser estrafalario jamás había recibido una carta mía.
Entonces la primera piedra no había sembrado la duda ni la segunda confirmado algo, eso quería decir que la tercera tampoco significaba nada. ¡Todo por culpa mía, por ser solo una persona creyendo ser un “ser”! ¡No tenía nada y hasta la luz del sol me molestaba! Cerré las persianas de madera y luego las ventanas, me puse a llorar sobre la mesa, estiré las piernas y sentí en mis pies algo irregular, allí en el suelo estaba la segunda piedra. Tomé las tres y las arrojé lejos, una, la más pequeña, o sea la segunda me llegó en la frente dejándome aturdido y cuando pude enfocar lo vi, ¡Lo vi! ¡De nuevo! Mi ser estrafalario pero… ¿Era él? Abrí la ventana emocionado para verlo de cerca pero desapareció. La cerré nuevamente muy decepcionado, pero volvió a aparecer. ¡Esto es lo más triste de todo! Abría y cerraba la ventana, aparecía y desaparecía al instante mi ser estrafalario. Era yo, ¡Yo era mí ser estrafalario! Y cuando le lancé la segunda piedra en realidad se la lance a mi reflejo en la ven-tana y rebotó golpeándome como acaba de suceder. Por esto mismo vi a mí ser estrafalario cuando se cerraron las puertas del tren subterráneo pues también tenían ventanas. 170
Sentí tanta decepción y angustia de saber que todo era falso que todo el tiempo fuera yo pero qué tarado. ¡Tarado! Me merecía ese comentario al creer que ese pobre gente que perseguí era mí ser estrafalario. Me sentí estúpido, todo mi sentimiento de amor se había muerto como mosca de almuerzo así de un solo golpe al suelo. Cerré las ventanas y me quedé en la oscuridad de mi casa, quizá mi abuelita no tenía tanta razón y los seres no existen. Solo hay personas y gentes, entonces miré el regalo de mi persona amiga, lo desenvolví, era un espejo enorme. Y me vi sentado y triste por mucho tiempo, pensé al mirarme que tal vez mi ser estrafalario aún seguía ahí porque lo amé, tal vez no era yo, tal vez…tal vez se disfrazó de mí. ¡Tal vez se disfrazó de mí! ¡Tal vez el ser estrafalario en el espejo se quedó! 7. Adiós mi Ser Estrafalario.
Entonces toda pena desapareció porque entonces mi abuelita tenía razón y la tercera piedra si nos enseña el prejuicio. Me acerqué al espejo y saludé al ser estrafalario que ya no podía huir, ahora por fin era mío. — ¡Perdón por haberte lastimado con la piedra! ¡Lo siento mucho!— le dije feliz porque él me miraba feliz, ambos éramos felices. Él era hermoso y me miraba solo a mí, recogí las piedritas y las puse delante del espejo y le dije:
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—Te amo.— y de su boca salieron las mismas palabras y mi corazón se llenó de felicidad. Le mostré las cartas que nunca le llegaron y él me enseño las cartas de respuesta que nunca me llegaron. Sentía que podía danzar infinitamente, abrí las ventanas para que entrara la luz de un nuevo amanecer y cuando volví al espejo ¡Allí seguía! ¡No se iba! Solo mi reflejo en la ventana se iba, entonces este sí era mí ser estrafalario y no huía ¡Ya no más! El reflejo de la ventana era yo pero el del espejo era él. Nos quedamos mirando mucho tiempo, muchos días y muchas semanas. Su mirada algo quería decirme, al parecer él también me había estado buscando. Llamé por teléfono a mi persona amiga para disculparme por el trato que le di y ella aceptó de inmediato venir a mi casa. — ¡Mira, gracias a ti encontré a mi ser estrafalario!— le dije emocionado. — ¿De verdad? Porque si vas a seguir con eso prefiero irme, no quiero pelear, es suficiente.— me dijo — ¡No, no! Tu regalo, tú me regalaste al ser estrafalario, tú lo envolviste y me lo trajiste.—
— ¿De qué estás hablando? Yo solo te regalé un espejo porque en tu casa no hay ninguno.— me dijo extrañada. — ¡Es por eso que no podía encontrarlo! ¡Era por eso que huía siempre! ¡Pero ya no más míralo!— y la senté frente al espejo a ella sola. — No entiendo, me veo yo y solo yo.— me dijo — ¡Pero ahí está mi ser estrafalario, debe estar junto a ti!— le dije feliz. — No hay nadie…— — ¿Cómo no va a haber alguien?— y entonces recordé que los seres son misteriosos, engañosos, especiales e invisibles. Y mi persona amiga ya empezaba a ser gente entonces no le podía ver. Me senté al lado de ella y allí en el espejo estaba mi amado ser estrafalario. — ¡Ves allí está, sentado al lado tuyo!— le dije. — Solo me veo a mí y a ti sentados.— dijo ella aburrida. — No, no, mira al lado tuyo está él ¿No es hermoso?— le pregunté. —Yo te veo a ti nada más.— recalcó —Yo estoy al lado tuyo aquí pero él está ahí en el espejo al lado tuyo ¡Míralo! Lo saludaré.— hice un gesto de saludo. 174
— ¡Ves él también me saludó!— y miré a mi gente amiga quién estaba llorando. — ¿Qué te sucede? ¿Estás bien? ¿Vuelves a ser persona?— ella se levantó y se puso su cartera y comenzó a caminar llorando hacia la puerta. —¿Qué pasó?— le pregunté.
— ¡Yo te voy a ayudar, te lo prometo! ¡Encontraré a los mejores profesionales o si es necesario al mejor curandero! ¡Tú no te preocupes saldremos de esto, te lo aseguro!— y se marchó. Yo no entendí qué me había querido decir pero su tristeza me hizo entender que volvía a ser persona pero no produjo más en mí que la felicidad de tener eternamente y solo para mí a mí ser estrafalario. Era hermoso y ya no huía, no era necesario hablar porque con su mirada me expresaba que me amaba y creo que yo le trasmitía lo mismo. Así pasaron los meses y una noche lo miré de cerca, él también me miraba, un pequeño sentimiento de tristeza comenzaba a alojarse en mí porque él estaba cautivo y tal vez quería ser libre y yo estaba siendo egoísta al tenerlo encerrado en el espejo. Noté en su mirada la tristeza y el anhelo de salir, mismo anhelo que sintiera yo por cruzar el vidrio y tocarlo. Al parecer no tenía más remedio que dejarlo ir para ser feliz ambos. Conservo la fe en que así como muchas veces desapareció volverá a aparecer. —Te amaré por siempre.— le dije y él también me dijo lo mismo y con eso fui infinitamente feliz. Con la tercera piedra rompí el espejo de un solo impacto. 176
— Adiós mi ser Estrafalario…Adiós.—
C.S Marfull (Cristian Soto Marfull)
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Es más que un Triste Final es un lejano Comienzo (Mención Honrosa)
Con estas palabras quisiera invitarte a sumergirte en esta tu hermosa Historia de amor. Aferrado a tu recuerdo han nacido estas palabras que mantienen al rojo vivo, lo que me haces sentir, aunque tú ni siquiera lo sabes: Las horas han dejado de avanzar por que tus ojos detienen mi tiempo, Me pierdo en tu inmensidad, tu belleza me ha dejado al descubierto. Has hecho de mis noches oscuras un eclipse de pasión Iluminando mi soledad, me enseñaste que con ternura se calma mi peor tempestad. Y que el lugar más sencillo a tu lado es un palacio de amor, te has vuelto mi dulce inspiración la que me cambio la lógica del tiempo.
Contigo el ayer será hoy y el mañana será mi presente, aquel regalo que me da ansias de abrir y descubrir que es lo que hay en su interior. Me gustaría pasar el tiempo contigo, me gustaría saber que seremos amigos, fue una sorpresa el poder encontrarte en medio de mis miedos y una soledad constante. De un país lejano llegaste tú para unir un solo tiempo el mismo espacio y encender la misma luz, ya no quiero que te vayas aunque ni siquiera te tengo. Caminaba en las sombras de la soledad pero la luz de tu presencia me vino a encender. Pensaba estar enfocado en mis objetivos, pero en un pestañar captaste toda mi atención. Me haces pensar que estar a tu lado cada día cobrar sentido el hecho de estar vivo, de que sirve existir solamente si a tu lado podría vivir.
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Dirás que soy un loco por llegar a ti con mis palabras, pero es la única forma que me dejas para decirte todo lo que hay aquí mi alma. El amor ha tocado a mi puerta muchas veces y me resistí y no abrí, pero llegaste tú y en tus manos tenías la llave. Solo bastó que en tu bello rostro dibujaras aquella sonrisa para que me regalaras las ganas de hacerte reír cada día. Eres tú la responsable de que comenzara a fluir por mis manos el manantial de palabras que dormían en el pozo de mi corazón, Ahora exhalo tu nombre cada mañana y por la noche inhalo tu recuerdo, así que te has vuelto mí respirar y el oxígeno que enciende la llama de mi poesía. Doy por cierto que la época que nos tocó vivir es una época fría, instantánea que no te deja disfrutar de hacer el amor con las palabras.
Que te parece si la encendemos a la distancia como lo hacían los caballeros de antaño, cuando por ir a la guerra era solo una carta escrita en el fuego del amor, que mantenía viva la esperanza del reencuentro. Mi dulce princesa te invito a volar con nuestra imaginación, a dejar avanzar la ternura por el camino de nuestras manos y dejar ya escrita la ruta de nuestro encuentro físico, digo físico porque ya te llevo aquí en mi alma y de aquí nadie te sacará. Mi corazón se aferra a la esperanza de que aunque tú no has leído estas palabras, dices conmigo a una voz que lo nuestro es más que un triste Final es un lejano Comienzo.
Vallejo (Jose Hugo Ramirez Vallejos)
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Escribir (Mención Honrosa)
Después de tratar de dormir, De luchar contra un insecto gigante, De sentir un temblor y tratar de buscar lápiz y papel para plasmar lo vivido…lo estoy haciendo…
Mektoub (Natalia Javiera OyarzĂşn Bilbao)
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La Siembra Embrujada (Mención Honrosa) Mi abuela siempre me contaba historias de su pasado, sobre todo del tiempo cuando era niña y vivía en el campito de su abuelo, en los alrededores de San Francisco de Mostazal; lugar de buenas cosechas, estaciones de trenes y gente amable, de esas que ya poco se encuentran. Una de esas historias se trataba sobre un Diablo que asechaba la siembra de su abuelo, don Rómulo Santibáñez. Todos los años era lo mismo, acercándose el momento de cosechar aparecía el malo, haciendo gran estruendo y asustando a todos. Ya nadie quería trabajar en don Rómulo mientras estuviera el malo. Un día, el hijo menor, quien veía los esfuerzos que hacía su padre, decidió hacer la guardia solo. Temeroso tomó una horqueta y se fue al campo. Era una noche de luna roja, especial para el malo.
Llegó al refugio para los cuidadores, una casucha hecha de cañas de maíz en donde solo había un catre; dejó sus cosas adentro y fue a encender el fuego. Ahí estaba, sentado al lado de las brasas mirando la siembra de maíz iluminada por la luna, cuando vio una sombra acercarse, tenía ojos rojos con llamas y dientes de puma y daba un estruendo al caminar, era el mismísimo Diablo. Con terror corrió a la casucha y se escondió en el camastro, cuando de pronto sintió reventar la puerta; el diablo se acercaba. Ya lo tenía cerca, cuando recordó la oración ancestral, de esas olvidadas en el pasado. Y se la dijo gritando con todas sus fuerzas. “Amigo, dígame una. Una no es ninguna, y siempre la Virgen pura. Amigo, dígame dos. Las dos tablas de la ley entregadas a moisés Amigo, dígame tres. Las tres Marías. Amigo, dígame cuatro. Los cuatro elementos. 186
Amigo, dígame cinco. Los cincos misterios del santo rosario. Amigo, dígame seis. Las seis candelejas Amigo, dígame siete. Las siete cuadrillas del juicio. Amigo, dígame ocho. Los ocho cielos. Amigo, dígame nueve. Los nueve meses. Amigo, dígame diez. Los diez mandamientos. Amigo, dígame once. Las once mil Vírgenes Amigo, de doce pásese a trece para que se reviente ese” Dicho y hecho, tal como lo predijo, el diablo se esfumó en una nube de humo y chispas. Solo dejó un hoyo y olor a azufre. Desde entonces el campo nunca fue asechado por el diablo.
RoxennAngeley (Roxana AngĂŠlica Salazar Castro)
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La Última Visita (Mención Honrosa) Estoy en la fila esperando entrar al único lugar que nunca pensé conocer. Si me hubieran dicho que yo lo buscaría, no lo habría creído, menos después de lo vivido con él. Quisiera irme, correr, arrancar… No, no puedo irme ¡Tengo que verlo!... Preferiría no haber llegado a esto. Durante años he salido adelante con todo sin su ayuda, olvidando que existe, y ahora, cuando lo necesito, lo encuentro en este lugar, La Cárcel. Me dijeron que no es la primera vez que ha estado aquí. En fin, sea como sea tengo que enfrentar el pasado. ¡Lo que tengo que hacer para no perder lo único que dejó, La Casa…!, digo mientras para así sacarme el miedo que me produce el haber llegado hasta aquí, estar a punto de entrar a la cárcel para ver al único hombre que me enseñó lo que es amar y odiar a la vez.
Alrededor se encuentra un mundo olvidado para mí. Rostros curtidos por el dolor, la preocupación, la espera. Un mundo de mujeres que viven y esperan por ellos; que han aceptado su vida, entre la puerta de sus casas y rejas. Pese a todo, vidas… Pensar que pude ser como ellas. Aun así no puedo aceptar estar aquí. Son tantas cosas las que guardo y que había olvidado y ahora, mientras las veo, las recuerdo. Veo mi vida, lo pasado con ese hombre que estoy a punto de volver a ver. Las noches de terror, durmiendo con temor resguardada en mi cama siempre con algo para mi defensa en espera de su llegada. O las veces que hacía todo lo posible por llegar primero para poder dormir en la cama con mi hijo, porque si él llegaba antes y tomaba la cama, nos obligaba a dormir en el suelo. La fila se mueve, pasan otras tres mujeres más para que las revisen enteras. Espero poder soportar.
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En el otro lado, escucho a una de ellas hablando de su ex, de cómo la maltrataba, cómo pasaba moreteada y que carabineros no hacía nada. Hasta que llegó el hombre que la sacó de esa vida y que ahora está ahí dentro, pasándolo mal, que pese a todo es un buen hombre, que ya no se porta mal con ella como antes. Antes… antes. ¿Qué era antes para mí? Sólo un suplicio. Al igual que ellas, tenía esperanza que cambiara, que todo no era tan malo, que si yo dejaba que hiciera lo que él quería, quizás cambiaría… Tonta e ilusa, mientras esperaba un milagro soportaba estoicamente los golpes, las amenazas.
Varios recuerdos me quedaron de aquellos días, algunos en el cuerpo, otros en el alma. Sobre todo esos, los del alma, son lo que me perturban ahora. Cierro los ojos y, entre la bula del ambiente, escucho sus palabras de odio y el cuchillo en mi cuello. A veces, me tomaba a la fuerza, obligándome a tener sexo con él… Entre otras, era el verlo como se volaba con neopren en frente del niño y como le daba a beber cerveza; tan chiquito, apenas con dos años y tener que ver a su padre así y yo sufriendo por dentro sin poderlo evitar, atontada a causa de la paliza recibida por reclamar. Se sienten gritos adelante, una mujer alega y los gendarmes la detienen, al parecer trató de entrar algo entre la comida. Otras la defienden y alegan que no pueden llevarle nada, que ellos, los internos, las necesitan.
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Hacen pasar a otras tres… Una de esas mujeres se acerca y me pregunta a quién vengo a ver. Al saber, se aleja mascullando algo a las otras mujeres que conversaban con ella, les decía que la semana pasada había otra peuca visitando a su hombre y que ella la enfrentó y su hombre le pegó por maltratar a su querida; por eso quería cerciorarse con las nuevas, que si encontraba a otra de esas le arrancaría los ojos antes de entrar. ¡No entiendo cómo pueden pelear por un hombre que les pega! Menos mal que él, mi ex marido, no era así. Nunca lo encontré con otra, su costumbre era desaparecer por una semana dejándome con tan solo quinientos pesos para comer. No sé ¡cómo pude vivir así!
Pasan otras tres de la otra fila. Hay cuatro antes que yo, ya estoy nerviosa. Me pregunto ¿Cómo reaccionará al verme?, seguramente pensará en la deuda de la pensión, al final, diez años juntan mucho dinero. Espero no quiera algo a cambio de su firma. Ojalá piense que es por nuestro hijo, para que tenga algo donde estar seguro. Pasan tres más, va faltando poco y no quiero pensar. Parece que los años no han pasado, he descubierto que la rabia y el dolor no envejecen, quedan latentes, son heridas que no sanan fácilmente. Dudas, nervios, miedo, eso sobre todo eso, simple y llano miedo. Miedo a su mirada, a sus palabras, a que este encuentro no me sirva de nada… También, miedo a las cosas que yo pueda decir que arruinen lo que quiero hacer. Pasan otras tres, las veo caminar por el pasillo y detenerse frente a una puerta, las hacen pasar una a una. La mujer que esta frente a mí me dice que ahí es donde las revisan enteras, que muchas pasan cosas ocultas en lugares inimaginables. También me habla de otras cosas que no entendí; me preocupaba más pasar por la revisión. Trato de olvidarlo. 194
Veo a mi alrededor, mujeres que hablan y hablan más. Escucho un sin número de vidas, muchas han sido maltratadas como yo y lo han aceptado como parte de sus vidas. Otras han cambiado para, supuestamente mejorar, pero están ahí; no soy como ellas.
Me toca entrar, nos hacen pasar a un pasillo frente a una puerta. Tengo miedo de lo que me puedan hacer, ya es bastante tener que enfrentar a mi ex. Entramos, la habitación es pequeña y tiene pequeñas paredes que simulan separaciones sin cortinas. Nos distribuyen de a una por cubículos y se nos acerca una gendarme.me tengo que desvestir, coloco mi ropa en un canasto y abro mis piernas; como estoy con el período me deje el calzón, el cual bajo un poco. La gendarme que me tocó fue buena conmigo, solo con mirarme supo que era primeriza en esto, me dijo “Primera vez, ¿eh?, no te preocupes, estás limpia. ¡Vístete!”. Mientras lo hago veo como a las demás le revisan la boca, les abren las piernas y le meten cosas para ver si tiene algo; después las dan vuelta y hacen lo mismo. Una se quejaba por el trato que la gendarme le daba, que se iba a quejar, a lo que la gendarme respondió “¿Qué tanto reclama la maraca? Si te comiste a todos los jefes para pasar la revisión sin problemas. Verás que tu puto hombre te comerá y no notará el uso que has tenido”…. “¡Maldita perra!”… fue lo único que escuchó como respuesta, después cayó al suelo y la sacaron de ahí. No la vi más. Parece que nosotras fuéramos las reas y no 196
ellos… Después de esa experiencia, pasé a un túnel que da al patio del recinto y de ahí a otra reja que separaba las habitaciones del patio interior y la cancha. Parecía una pequeña ciudad, tenía una capilla, sala de primeros auxilios, cancha de deportes, comedores, etc. Pase la reja y me acerqué a una cabina donde llamaban a los reos para su visita. Pedí que lo ubicaran, mientras uno de los guardias me preguntaba quién era y por qué estaba ahí. Al saberlo me dijo que posiblemente estaba con su señora, que la gente que entra no cambian mucho, más bien empeoran. “Tenga cuidado al verlo” me dijo. Estoy esperando que venga, demora mucho… Esta espera me recordó cuando el salía a portarse mal y, en una de esas salidas, lo arrestaron, tuve que llevarle dinero al retén para que pagara la fianza; pese a mi preocupación para que volviera pronto, él no lo hizo, apareció una semana después alegando que no me interesaba lo que a él le pasara... “Que era una mierda como mujer”.
Parece que se acerca, es él, un poco más viejo, trae bigotes. Me vio, una sonrisa nerviosa aparece en sus labios y la típica postura de joven rascándose la cabeza y saludando a la vez que mira para el lado. Respondo su saludo, él se excusa de no hacerme pasar, su señora lo espera por lo que debo decirle rápido lo que quiero. ¡No ha cambiado nada, sigue siendo el mismo! “Lo que me trae aquí es algo puntual”, le digo. Me mira y pregunta ¿si el niño sabe que está aquí?… le digo que no, que se molestaría. Pregunta ¿Cuántos años tiene? A lo que respondo que 15 años. Me queda mirando y me dice que él nunca lo perdonará. “No le digas que me viste aquí, ya me odia bastante”, me dice. Respondo que no sabe nada ni nunca lo Sabrá. Queda tranquilo en parte. Creo que él tiene más miedo que yo, al fin y al cabo no sabe aún a que vine. Ya ha pasado una semana de la visita y aún me tiemblan las piernas de la impresión recibida, no puedo creer que él haya firmado el documento. El notario me dijo que no hubo problemas para que firmara. Al fin, ¡algo bueno que haga! 198
En fin, esta fue la última visita.
RoxennAngeley (Roxana Angélica Salazar Castro)
Las Palabras (Mención Honrosa) Eran Hace un par de días, su nombre, su nombre Que me gusta pensar... palabras cortas... que digan, no mucho, como: Aun, y así, como flan y alelí, como era, Como bru, como tran, larala... a veces, solo a veces, me gusta pensar así, En palabras cortas que no digan mucho sobre mí, Como ir, ar, como su, y ay, como dar, como fli, como si, Me gusta decir, poco y nada de lo que sentí, Poco y nada, ay me gusta decir, Y por eso comunicar,
escojo
estas
palabras
para
Para cantar, como ar, como er, como fin, como fly y tantas más... 200
Pero, pero mi mente... siempre quiere jugar, y me quiere engatusar con palabras de gran peso, Como trĂŠmula, como asfixia, como artilugio, como maleficios, Las palabras me atrapan, son variadas las que puedan, con mi mente decir... Las palabras vienen y van, las palabras, las palabras, tienen sabor a mar Y se quieren quedar, las palabras, Las palabras vienen y van, dejan sus marcas y se van, Las palabras me devoran, me atrapan, Me comen, Me comen, Me comen, Me comen, Me comen,
Me comen, Me comen, Me comen. Me destrozan y yo quiero salir y decir, las palabras me devoran y yo quiero decir, y yo quiero decir, me llaman para sentir. Las palabras... Las quiero mรกs, las quiero mรกs...
202
Clawn Cristopher (Nicolas Espinoza Lisera)
Lo intento, de corazón, lo intento (Mención Honrosa)
Te amo Aunque mi lápiz y toda la poesía Se opongan.
Martin Paz (Pablo Andrés Balcázar Rojas)
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Los Amigos Imaginarios (Mención Honrosa) En Comencemos con Aaron, un niño de 8 años que se vino a vivir al barrio hace dos meses. Es un niño muy alegre, pero a la vez, muy reservado. Ese día estaba jugando en la plaza, sólo como de costumbre mientras hacía dibujos en la tierra. —Oye niño tonto— le dijo Ray, el abusivo de la manzana— vete, quiero jugar aquí— Aaron se puso de pie y se sacudió la tierra, miró su hombro derecho y tomándose unos segundos, asintió con la mirada. —¿Quieres jugar conmigo?— le preguntó muy tímido. —Yo voy a jugar, anda a casa con tu mami— le dijo sentándose encima del dinosaurio que había dibujado Aaron hace sólo unos minutos.
Enfureciéndose, Aaron le dio un empujón, Ray se levantó cómo pudo y tratando de aguantar, dio un grito de enojo. —¡Me la vas a pagar!— le dijo lanzándolo al lodo. Cuando todo terminó. Aaron se puso de pie y se fue cojeando mientras lloraba a su casa. Una vez en su habitación, agarró almohada y comenzó a golpear al aire.
su
—¡Todo es tu culpa!— gritó enrabiado. —Tú no te defendiste cómo practicamos— dijo Kyle, su amigo imaginario, mientras esquivaba los almohadazos. —Tú no me ayudaste— le dijo sentándose apoyado en la puerta. —Sus orejas son muy cortas— dijo frustrado Kyle mientras recordaba cómo trataba de apretárselas a Ray. —Sólo excusas— dijo enojado rompiendo en llanto. 206
Al día siguiente, la madre de Aaron fue llamada por la maestra, y mientras observaban a Aaron conversarle al aire, analizaban la situación. —Su imaginación profesora.
es
increíble—
dijo
la
—Kyle lo motiva a participar de muchas actividades— comentó preocupada la madre. —Lo que representa un problema— cerrando la persiana.
verdadero
—¿Por qué es un problema?— —Necesita ayuda profesional, él no vive en nuestro mundo, y para un niño de su edad, podría suponer un gran problema— —Entiendo— Ese mismo día, otra vez Aaron estaba jugando en el parque, divirtiéndose como siempre con Kyle. Sin decir nada, Ray lo empujó con fuerza. —¿Así está bien?— le preguntó haciendo un extraño gesto a su hombro izquierdo.
—¡Estás loca!— le gritó molesto Kyle. —¡Déjalo!— le gimió Aaron— ¿loca?— se preguntó. —Así es amigo, Ray tiene un amigo imaginario— le comentó Kyle molesto. —¿Un amigo imaginario?— se preguntó en voz alta Aaron. Ray lo observó sorprendido. —Así es, se llama Katrina— le explicó haciendo una señal y en ese momento apareció Katrina. —Es muy bonita— dijo Aaron. —Sólo hazlo— le pidió mirando con una cara demoniaca Katrina. —Lo siento— dijo Ray dándole otro empujón. —¡Ya me cansé!— gritó enojado Kyle.
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Se colocó en posición de pelea acercándose a Katrina, ésta hizo un rápido movimiento, tomando por los hombros a Kyle, puso un rostro enloquecido y le dio un gran mordisco en el hombro derecho, desprendiéndolo de su cuerpo. Un grito de dolor lanzó Kyle y su brazo cayó bruscamente al suelo, Katrina lo tomó y lo devoró de un solo mordisco. —Delicioso— dijo lamiéndose los dedos. Aaron, observó la escena horrorizado y se puso de pie para retirarse e irse a su casa. Antes de salir del parque, una pequeña niña de 6 años se apareció frente a Aaron. —¿Él es?— le preguntó izquierdo la pequeña.
a
su
hombro
Luego de unos segundos, asintió y se le acercó a Aaron. —Estuve buscándote— dulcemente. —¿A mí?—
le
dijo
sonriendo
—Ese tonto, sólo tiene 9 años y ha atacado a todo niño con un amigo imaginario— —¿También a ti? — le preguntó triste. —Así es— —¿Qué le hizo al tuyo?— —Le cortó la pierna— dijo apuntando a su derecha. En ese momento, apareció su compañera, quién en efecto, no tenía la pierna izquierda. —Lo lamento— dijo lamentándose Aaron. —No te preocupes— —Es extraño, ¿Sólo amigos imaginarios?— —¿Extraño no?— —¿Y qué quieres de mí?— —Quiero enseñarte—
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Aaron se tomó un segundo sin comprenderlo del todo. —¿A qué?— —Enfrentarte a ése tonto— —¿Para qué?— le preguntó asustado. —Venganza de todo niño abusado— —¿Con Kyle?— le preguntó más asustado. —Y con Jane— dijo sonriente. —No sé si deba— —Sé que puedes— le comentó con una expresión extraña en su rostro. —Muy bien, ¡Lo haré!, ¿Cuál es tu nombre?— —Soy Alice— —Un gusto Alice— Se tomaron toda una semana entrenando tanto a Aaron como a Kyle. El entrenamiento fue duro y muchas veces se agotaron hasta no poder más.
Cuando se completó la semana, y muy ansioso se acercó a Ray, quién estaba sentado jugando con la arena. —¿No estás algo grande para jugar con arena?— le preguntó tratando de ofender a Ray. —Vete a tu casa a llorar antes que te duela— —Hoy no, hoy no ganarás— dijo sonriendo Aaron. —Que así sea— dijo Ray llamando aparecer a Katrina. —¡Ahora!— gritó Aaron. En seguida, apareció Kyle y Jane, dirigiéndose a Katrina y tomándola prisionera por unos segundos. —¿Qué significa esto?— preguntó Ray, quién no entendía absolutamente nada de lo que ocurría, no lograba ver a Kyle o a Jane. —No importa, sólo atácalo— le gritó molesta Katrina. —Muy bien— dijo Ray tomando una pequeña roca y lanzándosela a Aaron.
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Aaron sólo permitió que la roca le golpeara en la frente y continuó caminando hacia Ray. —¡Aléjate!— le gritó Katrina a Aaron. —¿Tienes miedo?— preguntó Jane sonriendo. —¿Miedo de qué?— le preguntó inseguro Ray. Mientras que Aaron continuaba su camino sin dudar. Ray quiso retroceder, pero eso entorpecería su imagen cómo niño rudo, por lo que permaneció de pie en posición de defensa. Aaron llegó a un paso de distancia de Ray y lo observó profundamente a los ojos. —¿Qué quieres?— le preguntó nervioso. —¿Tú qué quieres?— preguntó sonriente Aaron. —¿A qué te refieres?—
En ese momento, Katrina se logró sacar a ambos amigos imaginarios y corrió hacia Ray. Por otro lado, Alice se había adelantado a todo esto, y había ido detrás de Aaron todo este tiempo. —Rápido, Katrina ha escapado— gritó Kyle preocupado. Alice escuchó el grito de Kyle e hizo su maniobra, puso su mano en la espalda de Aaron y lo empujó contra Ray. —¡No!— gritó Katrina quedando petrificada al ver a Ray abrazado de Aaron. En ese instante, Katrina recibió una pequeña ventisca que la hizo desaparecer. —Todo terminó— dijo Alice muy orgullosa. —¿Qué ocurrió?— le preguntó Ray algo asustado de no ver a Katrina. —Sólo necesitabas un amigo— le dijo Aaron sonriendo una vez que se soltaron y le dio la mano.
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Noah J. Stone (Juan Ignacio Silva ManrĂquez)
Metáfora de locura escrita en prosa (Mención Honrosa) Lágrima de zorzal sin alas Bosque florecido en blanco y negro Castillos encantados por enanos Flores convertidas en dragón Llantos de devoradas almas Gritos de desnudos desconsuelos Sueños esfumados en mis manos Por los desgarros del dolor Metáfora de locura escrita en prosa Dudas que no son interrogantes Agua con sabor desagradable Murales pintados entre ciegos Tonadas de sordos auditores Gritos de mudos habladores Viajes directo hacia el sol Azote en la espalda de los cielos Lenguas de torpes pensadores Muerto entre tantos burladores Me hayo perdido y sin voz Metáfora de locura escrita en prosa 216
Versos de lamento que no siento Espina de tormentosas rosas Vรณmito de rabia que va a cielo
Antonia (Patricia Rivas Clavero)
Mi Habilidad (Mención Honrosa) Qué posibilidad de habilidad podemos tener si la destreza no nos acompaña, qué pensamientos gratos podemos tener si la felicidad no es parte de nuestra vida, tranquilamente pensé en todo lo que debía tener mi vida para ser feliz, dinero, tal vez para mi estabilidad y subir el ego. Amor, una mujer que me ame, que me llene de felicidad, que me despierte con un beso cada mañana y que acaricie mi rostro al verme abrir los ojos.
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Que cierre los ojos cada vez que me acerque a besarla, que suspire cada vez que me alejo, que me abrace y deje recostar mi cabeza junto a su pecho, que tome mi mano cada vez que me lleve con ella, que nos recostemos bajo una misma sombra, bajo un mismo árbol, fue ahí cuando descubrí que mi habilidad de amar es infinita que alimentaré cada centímetro de su piel con mis palabras, sólo espero la posibilidad de amar a esa mujer, que tal vez, nunca llegará o tal vez llegará mañana. Ese es el principio de mi tristeza la incertidumbre o la ansiedad que me hace decaer de mis ganas de amar y sentir. Si controlara el tiempo tal vez acercaría tu llegada, en estos días solo suelo pensarte e imaginarte; con una mirada tierna que remueve mi corazón queriendo escaparse, con un cálido aroma a rosas que aflora desde tu cabello, mejillas rosadas y una voz que me estremecerá. Que me abrigará con tus caricias y que hacer el amor contigo será el evento más hermoso, tal vez mágico, estoy seguro de que reconoceré tus pasos, sabré que eres tú eres la que me sonrojará con tu mirada.
Sé que seré el hombre más loco y afortunado al tenerte, nuestro amor será infinito, discutiremos de vez en cuando como cualquier pareja, te reirás de mis malos chistes, viajaremos a reconocer nuestros sentimientos, a reconocer el aire que nos acompaña y nos dicta consejos como un suspiro en nuestros oídos. Te llevaré al mar, ya que no me pondré celoso de él al tocar tu cuerpo, caminaremos descalzos y el mar no se llevará nuestras huellas porque sabrá que nuestro amor es inmenso, que al llevárselas pecaría de envidioso. Seguiré soñándote imaginándote y deseándote aunque me quede poco tiempo, aunque cada día envejezca más, aunque mis manos no son certeras en sus movimientos, aunque no recuerde el nombre de mis padres, aunque no recuerde donde vivo, yo seguiré esperándote.
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Rebeca (Priscilla Natalia Serrano Barrera)
Porquerías (Mención Honrosa)
Todavía siento el aliento egoísta de tu boca en mi cuello Nítidas como cristal fino, Las últimas palabras que dijiste Tu lengua arrogante Diciendo nunca más Olvídame por favor. Todavía tengo el sabor de ese último beso que recogí de la basura Para guardarlo como si fuera un tesoro. Porquerías.
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Martin Paz (Pablo Andrés Balcázar Rojas)
Reflexión (Mención Honrosa) El destino es incierto, Las dudas son razonables, Las distancias se congelan, Buenos vientos se acercan, La vida enseña de diversas formas,
Quizás no somos lo que decidimos, ni lo que quisimos Pero somos, somos seres de pequeñas moléculas, Creadas de sentimientos, Si no lo supiésemos nada marcaría la diferencia, Camino a un árbol luminoso, El árbol de la gratitud, del entendimiento, Del reflejo de lo quisieron nuestros padres que fuésemos, El reflejo de nuestros instintos, de nuestras metas, De nuestros anhelos…. Hay que continuar el camino, Siempre habrá un motivo por el cual llegar, Por el cual permanecer, Por el cual seguir en movimiento Siempre alguien me espera.
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Mektoub (Natalia Javiera Oyarzún Bilbao)
Se me va la vida (Mención Honrosa) Las palabras callan Los te amo no existen El vino se añeja Las manos trabajan El niño se asombra Y a mí; A mí se me va la vida. La calle camina El náufrago espera El lápiz borra —recuerdos o recuerdos— El tiempo llega Las ocho horas por vivir Algunos no mienten
Algunos crean sus verdades ¿Y a ti? A ti se te va la vida. A quien calla el sentimiento Quien apaga el arte La lluvia no le moja El sol no le sonríe Las palabras son números —nada— Si polvo quieres ser En polvo te convertirás.
Antonia (Patricia Rivas Clavero)
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Técnicas Asertivas (Mención Honrosa) 1— 2— 3— 4— 5— 6—
DISCO RALLADO BANCO DE NIEBLA LIBRE INFORMACIÓN ASERCIÓN NEGATIVA INTERROGACIÓN NEGATIVA AUTO REVELACIÓN
Dice Wikipedia que La Asertividad es un modelo de relación interpersonal que consiste en conocer los derechos propios y defenderlos…respetando los de los demás, punto intermedio entre dejar que los demás decidan por nosotros y la agresividad de quien no le importa lo que están sintiendo los demás. Para desarrollar la asertividad, hemos aprendido ejercicios que al aplicarlos en nuestra vida cotidiana nos ayudan a construir relaciones más sanas en todos los escenarios en los que nos desenvolvemos. EJERCICIO 1— DISCO RALLADO: NOS AYUDA A DECIR NO EN PRIMERAS INSTANCIAS, CUANDO NO EXISTE UN MAYOR VÍNCULO
A/ — Flaca: ¿Querís un trago? — No gracias. — ¿Qué dijiste? — Que no, gracias. — Pero si te estoy invitando: pago yo. — Enserio, no. — Pero si no es compromiso. Te estoy invitando un traguito para que conversemos. — Te lo agradezco pero no. — ¿Pero por qué le ponís color? ¿Te creís muy especial? — No. — Pucha que erís odiosa, cualquier mina agradece un copete gratis, y vos tenís cara de que chupai más que orilla de playa. — Te lo agradezco pero si quiero un trago me lo pago yo. Así que: no, gracias — ¡Pero flaca! ¡Vuelve! ¡No te vayas! ¡Vuelve flaquita! ¡Vuelve! … B/ — Aló...
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— Hola Flaca soy el Roberto, nos conocimos el sábado en la disco ¿Te acordai de mí? Estuvimos conversando caleta. Ehhh. ¿Te tinca que vayamos a dar un paseo? — No gracias. — ¿Te acordai de mí? — Si, obvio. Pero no tengo ganas de salir, gracias. — Pero si me costó un mundo conseguirme tu teléfono: Vamos a dar una vuelta; a la plaza más que sea. — No gracias. — Pero si no te estoy obligando a nada: Esto es sin compromiso. — Muchas gracias, pero no. — Pero si es un paseito en la plaza nomas; Yo no hago esto con cualquiera, pero me doy cuenta que eres especial. — Ehh... ¿En serio? Pero no gracias. Hace frío y no quiero salir. — Te invito a tomar un café. — No gracias. — ¡Pucha que te gusta hacerte la difícil! ¡Por eso que estás sola! ¡No tenís ni un brillo! ¡Te estoy diciendo que es un paseo nomás! ¿Vamos a dar una vuelta a la plaza? — Ya te dije que no.
— Se me acaban los minutos por tu culpa, asopá: Le cargue 3 lucas al celular para que nos pusiéramos de acuerdo. Te espero en la esquina de Vicuña y Trinidad en una hora. — No, muchas gracias..... — Te voy a estar esperando...Aló...aló... ¿te atreviste a cortarme? …... Pero… ¿Qué sucede cuando no supimos cumplir a rajatabla con el ejercicio? ¿Cuándo nos dejamos seducir por la posibilidad de lo desconocido y decimos que sí con nuestras acciones a pesar de todos los no que dijo la voz? ¿Con qué criterio se discrimina entre invocar o desoír la asertividad?
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EJERCICIO 2— EL BANCO DE NIEBLA: ACÁ EL VÍNCULO YA ESTÁ, PERO EL EJERCICIO SE APLICA PARA CONSEGUIR PEQUEÑAS VICTORIAS EN EL REINO DE LA COTIDIANEIDAD, LA ESTRATEGIA ES CONFUNDIR PARA VENCER, MAREAR PARA DAR EL GOLPE. A/ —Pulpito, ya vamos a cumplir dos meses y como no me gustan los peluches —te quedó claro ¿no?— creo que es mejor que me regales esos botines de taco aguja que vimos el fin de semana. — Pero si son dos meses nomas ¿Qué me vas a pedir cuando cumplamos un año, entonces? — ¿Qué podría pedirte? Si llegamos al año el único regalo para mí sería el seguir juntos. Eres mi paquetito envuelto en papel de regalo dorado, eres tan generoso, ¿regalarme los botines de taco aguja? No tienes idea del regalo que estoy preparando para ti. — Pero pucha mi amor, no quiero ser apretado, pero el pololeo es una inversión muy cara, usted me está desbancando.
— Es que usted es muy generoso, por eso se endeuda por mí. Si yo me gané la lotería con usted, usted es mi premio, cada vez que nos vemos se me alegran hasta los codos, usted me dice que soy bonita, y si soy bonita es porque usted me hace serlo, mi Pulpito me hace y le gusta que me vea bonita, y con los botines de taco aguja me voy a ver hermosa, ¿regáleme los botines de taco aguja? Mi Pulpito ni se imagina el regalo, la sorpresa que le tengo para cuando celebremos nuestros primeros dos meses, ¿ya? — Pero Mariposita mía, estoy juntando para tener el autito y que vayamos a la playa, espere por último que me llegue la devolución de impuestos, ¿desde cuándo que no te gustan los peluches? — Me encantan los peluches... — ¡Pero si recién dijiste que no! — Tienes razón, tienes toda la razón, no me supe expresar. Lo que me gusta de usted es que me sabe escuchar, ¿Sabe lo extraordinario que es un hombre que te sepa escuchar? Mi mamá me dice que te cuide, y yo te cuido ¿no? Regáleme los botines de taco aguja, piense en su recompensa, piense en su regalo.
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— ¡Basta por favor! ¡Baja tu nivel de obsesión! ¿Qué tienen de especial esos zapatos? — No son zapatos, son botines de taco aguja — En la calle Victoria hay zapatos mejores y mucho más baratos, no te voy a llevar nunca más al mall, no te voy a perder por un par de zapatos, como si fueran la gran cosa. — Yo sé que no son la gran cosa, tienes razón, pero para mí son especiales: el otro día vi un video por YouTube de la Pilar Sordo y decía que los zapatos y las carteras son lo más importante para una mujer, porque no importa si estás más gorda o más flaca, te lucen bien igual, ¿Te parece que estoy más gorda? ¿Cómo me queda esta polera? Combinaría tan bien con los botines taco aguja, ¿me los puede regalar? Para su regalo tuve que encargarle una cosita muy especial a la Chiqui que siempre va al norte a matutear, ¿Se imagina lo que puede ser? — Amor, no puedo.
— Si yo sé que no puede, pero siempre se las ingenia, porque mi Pulpito es muy habiloso, yo creo que tendrías que sacar la ingeniería, ¿Me regala los botines taco aguja? Si quiere le hago un adelanto de su regalo, es un regalo picarón, pero con usted me desinhibo porque usted me respeta y me puedo liberar, usted a los tres días de pololear me llevó a que conociera a su mamá, ¿Cuándo vamos a tomar once con la suegri? ¡Botines de taco aguja! Para mí, que soy tan buena, si quiere en dos tiempos preparo el CD y bajo las luces, usted se queda ahí sentado y me deja el resto a mí... — ¿Los podré sacar en 24 cuotas sin interés? B/ — Amor, me voy a la cancha. — ¿Y me vas a dejar sola? — Te voy a dejar sola pero es sólo por un par de horitas, los muchachos me están esperando, no les puedo fallar, no me perdonan que desde hace un año no vaya a jugar con ellos, me obligaron, yo no quiero, pero me obligaron, y son mis amigos, mis hermanos. No me demoro nada y a la vuelta traigo pancito y palta. ¿Qué te pasa? — Nada 234
— ¿Cómo que nada? — Nada. Haz lo que quieras. — Lo que quiero es lo que quieres tú, y tú me quieres ver feliz, no. mi Mariposita es generosa y me quiere ver feliz, y yo contigo soy feliz, muy feliz. Usted sabe lo que es la pichanga para mí, usted me da permiso y yo vuelvo con todo para la once. Yo llego y tomamos once, usted no tiene que hacer nada, yo la preparo. Le pincho y usted prende el hervidor, si quiere yo mismo lo prendo, ¿Quiere? — Entonces anda, yo te espero como siempre, vas a llegar pasado a cerveza pero no importa, porque yo espero.
— Usted espera pero no desespera. No sabes cómo me calienta una mujer inteligente, segura de sí misma, que no confunde un pololo con un siamés. Son dos horas que voy a salir, si quiere a la vuelta me hace el alcotest para que se dé cuenta que lo único que voy a tomar es una bebida energética, porque ya no tengo 22 años, ya no corro igual que antes, yo creo que este va a ser mi último partido, y luego me retiro, pero con honores, con homenaje y fuegos artificiales. Te juro que si me das permiso no voy a tomar, usted se da cuenta; voy a llegar, la voy a besar, y se dará cuenta que en mi boca no hay alcohol, ¿Hagamos un ensayo.....? Uhh... me encantan sus besos...me ponen satánicos...usted me va a dar permiso....yo sé que sí...porque usted es buenita.... ¿Sabe qué más? No voy a llegar con pan y paltas. Voy a estacionar, te voy a tocar la bocina, usted va a estar arreglada, sale, y nos vamos a cenar a un restaurant de comida china ¿Le gusta la idea? —Bueno...sí...está bien: pero que no sea ese local picante lleno de baratas que está en el 23. …. 236
EJERCICIO 3— LA LIBRE INFORMACIÓN: ATENCIÓN CON ESTA TÉCNICA, YA QUE ESTAMOS COQUETEANDO CON LA MANIPULACIÓN DE MANERA PELIGROSA A/ — ¿Qué opinas de la Chiqui? — ¿Qué se yo? Es amiga tuya, no mía. — ¿Quiénes son tus amigas? — Es un decir, yo no tengo amigas, lo sabes. — ¿Qué opinas de la amistad entre el hombre y la mujer? — ¿Qué opino? — Sí, ¿qué opinas? ¿Crees que es posible? — A ver...déjame pensar.... Las mujeres y los hombres son distintos, o sea que no son iguales, porque nos gustan cosas distintas, no vay a llevar a una mina a carretiar con tus amigos, o sea llevay a tu mina, pero no una mina, o sea, suponiendo que fuera una amiga de verdad y no una mina que te vay a terminar agarrando igual, o sea que yo no me veo tomando mano a mano con una amiga como si estuviéramos a la par, no la haría tomar tanto a menos que me la quisiera agarrar, si fuera soltero, obvio. — La Chiqui siempre ha sido buena pal trago, ¿no encontrai?
— Sí, pero es cosa de ella. Es bueno que las mujeres sean más decididas, que ya no se preocupen tanto en lo que van a decir de ellas, es como la Chiqui, por eso está sola, yo cacho — Y se agarra puros pasteles. — Pobre flaca, tiene mala suerte. — Pero ya va a encontrar — Ojala que sí. Que la cuiden. — Y a los hombres les gusta ser protectores. — Sí. — Protectores de sus amigas. — Sí. —¿Si? — Si, para eso están los amigos. — ¿Y tú serías amigo de la Chiqui? — Supongo que sí. Es tu amiga. — Sí. Mi amiga. B/ — ¿Crees que tengo un buen trabajo? — No lo sé. Importa lo que pienses tú. — Pero tú, mirando desde afuera, ¿qué opinas? — Yo creo que no estás aprovechando todo tu potencial, que no te valoran. — ¿Y qué podría hacer?
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— Bah, no sé: hablar con tu jefe quizás; que te dé más responsabilidades, y que te arregle el sueldo. — ¿Será posible? — No lo sé, no conozco a tu jefe, no sé si es de los que dejan que se les converse de esas cosas, si es que es una persona abierta. Quizás no te convenga seguir ahí, quizás tendríamos que estar más atentos a otras posibilidades que hay afuera. — ¿Cómo buscar otra pega? — Puede ser. — Que bueno que me apoyas: el viernes en la tarde renuncié. — ¿Cómo? ¿Pero al menos tienes otra pega? ¿Por qué no me dijiste antes? — Estoy decidido a ser mi propio jefe, voy a empezar la empresa con la que tanto soñé, el primer tiempo no va a ser muy fácil, tendremos que apretarnos el cinturón, pero saber que me apoyas me llena de fuerza, ¿tú me apoyas no? — Eh, obvio, por supuesto. — Gracias mi amor. Te amo. — Yo también te amo. EJERCICIO 4— ASERCIÓN NEGATIVA: LA CLAVE ESTÁ EN ECHARSE UNO PRIMERO LAS CULPAS, ANULANDO EN EL OTRO LA CAPACIDAD DE CRÍTICA
A/ — Amor, parece que la embarré. — ¿Qué pasó? — ¿Me promete que no se va enojar? — Obvio que no. — Se me perdió el carnet de vacunas del Renato. — ¿Y es muy terrible? — Bah, no sé. Tú sabes que soy un poquito distraída, pero me parece que le queda la última vacuna que tiene que ponerse y cuando vayamos el médico me va a retar. — No seas lesa, no te hagas problemas, te ahogas en un vaso de agua. Ellos guardan registros de todo. B/ — ¿Qué te pasa pulpito? Te noto raro. — Yo sé que quizás me ataranté y no debí ser tan impulsivo, pero si no hago estas cosas ahora que todavía soy joven no voy a poder despegar jamás. — Amor ¿qué pasa?
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— Estamos con problemas con la empresa, tenemos que darle un empujoncito extra para que pueda volar. Vamos a tener que vender el auto. Tenemos que tener la plata para traer los tablets desde China. La partida ya la tenemos comprometida para venderla de una. Como nos va a ir mejor en menos de un año vamos a volver a tener auto, uno mucho mejor. ¿Estás conmigo, no? — Parece que no nos queda otra. — Tenemos que ser optimistas y apostar como apostamos por esta relación. ¿Entiendes que yo no podría hacer nada si no me apoyaras? — Pongamos un aviso en Internet para ofrecer el auto. …. Como decíamos, la asertividad nos ayuda a desarrollar relaciones más sanas, pero, ¿qué pasa cuando el torpedo es incompleto y la asertividad se queda muda cuando recurrimos a ella para lo que en verdad es importante? ¿Qué nos pasa cuando lo único que nos queda es la asertividad?
EJERCICIO 5— INTERROGACIÓN NEGATIVA:
“Cuando cometemos un error, nos podemos sentir criticados por los demás, y en muchas ocasiones somos nosotros mismos los que lo hacemos” (…) “Debemos admitir que los errores son solo eso, errores. Podemos modificar nuestros sentimientos hacia nosotros mismos, hacia nuestra propia manipulación para después asumir las críticas de los demás” Manuel Galán Vallejos. 2006. A/ — ¿Qué es lo que te jode de las vacaciones que organicé? — A ver.... ¿puede ser que no tenemos plata? — ¡Pero son nuestras vacaciones! — ¿Pero a Brasil? ¿No te parece mucho? ¿Con qué lo vamos a pagar? ¿Con los puntos DICOM? ¿Con las millas de Impuestos Internos? — ¿Crees que soy derrochadora? 242
— No mi amor, tampoco es eso: Quizás te desordenas un poco, pero nada más. Y en todo caso has aperrado caleta conmigo todo este tiempo. — ¿Pero es muy descabellado querer ir a Brasil? — No, no es descabellado. Además te lo mereces. ¿Tú crees que la tarjeta aguante? Un poquito nomás, al volver nos apretamos el cinturón. — ¿Sabías que te quiero? …. B/ — ¿Me encuentras gorda? — ¿Cómo? — ¿Crees que me he dejado estar? Pero dime la verdad. No pienses que soy como la típica mina tonta. Es verdad que no soy la misma que conociste en la disco. El cuerpo de la mujer cambia cuando tienes hijos y tú tampoco eres el mismo de esa vez. Dime honestamente lo que piensas de mí como mujer.
— A ver... a mí me gustas como eres. No sé qué te cambiaría, no te cambiaría nada, estás bien así como eres. No sé qué decirte. Debe ser que cuando pasa el tiempo las cosas ya no son las mismas. Es como si Renato fuera lo único en tu vida. Y no me gusta sentirme así, como compitiendo con mi propio hijo por tu atención, porque a veces siento que no te gusta estar conmigo. Y me hace sentir pésimo porque yo amo a mi hijo, pero tú siempre marcas la diferencia de que yo no lo parí, y me siento apartado, y no sé si es normal lo que siento. Y nunca estás realmente conmigo, cuando lo hacemos es cómo si para ti fuese un trámite. Y los hombres no somos animales. No somos perros en celo, eso es una mentira de las mujeres, que siempre tienen que marcar la diferencia de que ellas son las de los sentimientos y que nosotros somos puro instinto. Las cosas no están bien y no es porque estés más gorda, es porque ya no quieres que sea tu protector. A un hombre le gusta tener una mujer que proteger y contigo ya no se puede. Y eso me tiene mal. — Tu celular no ha dejado de vibrar. Contéstalo. No te preocupes, yo me voy al patio a fumar un cigarrito. 244
EJERCICIO 6— AUTO REVELACIÓN: “Manifestar ante los demás aspectos positivos y negativos de nosotros mismos, de cómo somos, nuestro estilo de vida, nuestras carencias. Cuando nos revelamos ante los demás como somos, estamos descubriendo facetas de nuestra personalidad, más profunda, de las que siendo conscientes son menos susceptibles de ser manipuladas” Manuel Galán Vallejo ES QUIZÁS EL MÁS DIFÍCIL DE TODOS. A/
— Tenemos un problema muy grave y no hay nada que podamos hacer: Ya no aguanto más estos golpes. Estoy llegando a los cuarenta y es tiempo de tener ciertas cosas claras. No soy un hombre exitoso. No soy un emprendedor. Le he puesto toda mi sangre a la empresa pero ya no dio. Ya no hay nada más que se pueda hacer. Meterle más plata fue la peor idea que se me pudo ocurrir. Un pozo sin fondo. Al final traer cosas de China es puro grupo. Casi como una estafa en la que caímos todos. Y yo no lo supe ver. Me voy a poner a trabajar con mi hermano. De a poco me voy a ir levantando, pero por ahora nuestra vida va a cambiar. Pregúntale a tu Mami si nos puede recibir un tiempo, hasta que nos afirmemos. Hay que cambiar al Renato a un colegio más cerca. Un colegio municipal. El tiempo pasa rápido y tenemos que empezar a ahorrar desde ya para que el Renato pueda ir a la Universidad. Llama ahora mismo a tu mamá porque tenemos que dejar la casa lo más pronto posible. Están a punto de embargarnos. Yo viví eso de niño y no quiero que lo vivas ni tú ni el Renato. Vayámonos en silencio.
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Nunca pude reponer el auto, pero quizás, si llegamos a afirmarnos un poco, en dos años podemos comprar un cacharrito. Los marutti son bonitos y súper económicos. ¿Te gustan? Ahora ya no hay mucho que hacer. ¿Vamos a dar una vuelta a la plaza? …. B/ — Siéntate Roberto tenemos que hablar: Estoy cansada de todo esto y ya no doy más. La garganta me estrangula las palabras pero tengo que ser fuerte, me prometí serlo, y prefiero que sea ahora antes de que sea demasiado tarde. Cuando ni siquiera podamos conversar. Este matrimonio está en coma y si no hacemos un cambio drástico ahora mismo es mejor separarnos para poder despedirnos en paz. Yo no quiero que Renato nos escuche gritando. No lo voy a permitir, no lo he permitido aunque más de una vez me haya mordido la mano para no hablar de más.
Yo no critico tu mediocridad. Nunca lo hice. Me lo guardé. Si los negocios no funcionaron no importa. Cuando empezamos a convivir te viniste a la casa de mis papás y estuvimos allí hasta que nos salió la casa. Nunca me queje, nunca dije nada, siempre me hice la distraída. Años después cuando las cosas se pusieron peor tuvimos que volver de allegados donde mi Mami. Y tampoco dije nada. Ahora no estamos mal de plata pero estamos mal entre los dos: Quiero decirte que te dejé de amar. Ya no siento nada por ti. Ni ternura, ni simpatía. Aguanté todo, soporté todo, pero ya no más. Estoy cansada de acompañarte porque no tiene sentido. Te me acercas cuando lloras pero cuando ríes te vas con ella. Y lo supe desde siempre. ¿Cómo no? Si es mi mejor amiga. A la Chiqui nunca le has pedido compresión, ni sacrificios, a la Chiqui nunca le dijiste que había que apretarse el cinturón. Esas cosas me las regalabas sólo a mí. Yo intenté todo para reconquistarte. ¿Te acuerdas de ese viaje a Brasil que siempre odiaste? Ese viaje que lo terminé pagando yo con la ayuda de mi papi que me prestó la tarjeta. Un hotel hermoso, un país de paraíso y tu llamándola a cada rato con el disimulo que te caracteriza. Yo en la playa tomando el sol y 248
ocultando mis lágrimas con los lentes de sol. Ni siquiera para esas cosas tuviste compasión. Fuiste torpe incluso en tu infidelidad. Te estoy mirando y no veo nada en ti del hombre del que me enamoré. Te voy a decir algo más, muy calmada como lo he dicho todo: si quieres salvar esto vas a tener que luchar por mí como nunca lo has hecho. Y desde ahora ya. Espero haber sido lo más clara posible, lo más asertiva posible.
Alumno (Cristián Núñez Cristino)
Uno más en el tiempo (Mención Honrosa) Hace tiempo, ayer, Hace un momento Hoy, mañana Tal vez, El lamento bizarro impregnado De ojeras de sueños bañadas, De gritos, de tardía reacción. Huelo y siento aquel insano pegamento, De mañana, de ayer, de tal vez hoy, El tiempo gira lento, Todo parece repentino, Todo se va fugazmente, Agita las fuentes de imaginación incrédula Como tesoros ocultos, Enajenados del diálogo universal De ayer y hoy De un sonambulismo, Imanes de sueños Que conectan lo complejo, De tal vez hoy De hace tiempo, ayer Mañana Tal vez. 250
Certezas… escupen Lamen Regañando los sentidos, Pretenden ofrecer la certidumbre Que no aclara, solo empaña. El ciclo camina sin pausa Sí, Sin pausa Con solo una armonía que le es propia Y tan ajena, sin tiempo necesario Fuerza a dar vuelta al repertorio. Hoja tras hoja, contemplando perpetuamente Desde afuera, extraña, convexa, hastiada del Devenir en el que no se es núcleo, ni sujeto Tan solo un predicado de la masa, del resto. Eso es, Una frase incompleta, incongruente Un predicado sin verbo, sin sujeto Un artículo, Adjetivo sin calificativo Una frase sin estructurar.
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Clawn Cristopher (Nicolas Espinoza Lisera)
Vuelo Blanco (Mención Honrosa) Cuando abrió la puerta contigua a su dormitorio, el olor a rozas frescas llenó sus pulmones, fue una delicada esencia, como una alocada bandada de gaviotas surcando el cielo, planeando entre rocas y golpes secos de embates. Miró sobre la cama y allí estaba aquel cuerpo seco, un poco hinchado, con la mirada perdida seguramente en las pocas nubes que surcaban el infinito.
La noche anterior había llovido, pero en las últimas horas el sol había empezado a abrazar cariñosamente cada recodo de la pequeña ciudad. Una especie de vapor cálido y temeroso, subía por los tejados de múltiples colores mientras las mujeres cargaban sus bolsas llenas de verduras y frutas frescas, que traían de la feria donde trabajaba Alfonso y Matilde.
Una jauría de perros hambrientos corrían por todos lados, casi atropellan a Doña Carmen, una mujer regordeta que se sentaba a la entrada de la iglesia, pedía dinero simulando una sordera, que olvidaba después de cada garabato que los hijos de la Pancha le vociferaban mientras corrían de lado a lado por la sucia calle Manzanares. Ya los voy a pillar guachos de porquería… Seguro, la vieja con ruedas en las patas…Unas risotadas se perdían entre los gritos de los feriantes, que ofrecían a tempranas horas del día, unas rojas y enormes manzanas, algunas naranjas un poco más pequeñas. Alfonso parecía un perrito perdiguero con el carrito tras los vuelos del vestido de su amada.
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Matilde vestía lozana aquella mañana, fresca como las hojas recién mojadas por la lluvia de agosto. Su vestido remendado por la Chela, su loca vecina como todos le decían, había hecho magia con aquellos jirones de tela desteñida, pero Matilde se sentía la reina, caminando siempre con la mirada en alto, como sintiéndose superior al resto de las muchachas. Alfonso era de tez blanca como la cal. Por algo le decían, el care pantruca. Tenía unos enormes ojos verdes, el pelo casi albo, unas delicadas manos y unos hombros sobresalientes. A decir verdad todas se morían por él, desde niñas solteras, hasta las comadronas casadas con esos rudos y hediondos hombres de campo, que no tenían ningún sentido de la atención, a lo más, una patada en las nalgas y diarios quebraderos de cabeza por alguna que otra maldad que hacían los críos .
Se habían conocido en la fiesta de la primavera, donde por primera vez la población parecía un pueblo de cuentos de fantasía, adornada de graciosas flores de papel, pétalos de rosas colgando en las ventanas de aquellos pequeños habitáculos donde vivían hasta cinco y más familias. El olor nauseabundo a carnes tiradas en enormes parrillas llenaba de humo los corredores, dejando las pilchas fétidas a grasa de cerdo y vacuno. ¡Deja de echar humo guatón sin dientes…! vociferaba doña Lupe a un emborrachado Toribio, el hombre de la pata de palo…! que si no la cortai, te voy a meter la pata al fuego! Otros adornaban sus puertas con hojas de palmas que el veterano Luis les regalaba con mucha alegría. Realmente daba gusto sentarse aunque fuese por un día en la mesa limpia, con los platos más lavados que de costumbre. Los críos bien peinados y perfumados con agua inglesa. Don Ramón se jactaba que sus zapatos habían llegado en barco de la lejana y romántica Italia. 256
Aquella noche, Matilde se refrescaba en la fuente de la plaza, jugando con sus negros cabellos, no se cansaba de mirarse en el espejo de agua que realzaba sus pómulos rosados y su boca fresa. Sus piernas torneadas y morenas eran un manjar para los ávidos ojos de los más jóvenes, pero todos sabían que nadie tendría el gusto de llevarla al altar, pues la Matilde era de armas tomar. Un día encontró detrás del puesto de chupallas, al Beto, con las manos metidas en el pantalón mientras le miraba los pechos. Desde ese día, al Beto le decían el cuatro dientes.
La fiesta comenzaba con los cantos y tonadas en la plaza, todos con sus mejores prendas, planchados otros, bien peinados y bien perfumados, se reunían en torno a los juegos típicos, tomaban litros de chicha hasta quedar tirados en el piso. Las mujeres dedicaban horas para hacerse unos peinados dignos de alguna reina europea, aunque les faltaran varios dientes reían a carcajadas limpias y grotescas, todo aquel día era diferente y aunque duraba una sola jornada, antes de ocultarse el sol ya todos comenzaban a organizar la próxima fiesta para el cercano año, fiesta en que se olvidaban de sus miserias, de su piojos y harapos, de sus barrigas hinchadas muchas veces por el hambre, de sus ojos negros producto de la incomprensión machista.
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Todos se llenaban de ricas frutas y ensaladas que las mujeres preparaban en sus casas tomándose unos mates amargos. Las más mozas preparaban las mesas con multicolores manteles, aunque a decir verdad, cuando ya estaba entrada la noche, estaban todos manchados de vino, jugos, comida y vómitos. Los hombres eran los más felices parece, algunos perdidos en la borrachera y la estupidez se hacían los cariñosos con las chiquillas de la Isa, la mujer de Facundo, dueño del único y clandestino prostíbulo. Alguna vez pensaste en ser puta? Pregunto Alfonso a Matilde que cortaba unas hojas para llevarle a la virgen. La mujer lo miró con desprecio y le dio un fuerte golpe de puños en la espalda. Estás loco o te haces?, Cómo se te ocurre, hubiese mendigado antes…
La Matilde no tenía hermanos, había sido criada por la Marta, hermana mayor de su madre cuando esta última murió por razones que nunca se dieron a conocer... Desde pequeña se le veía surcar la orilla del canal jugando con sus hermanastros con unos débiles barquitos de papel. Otras veces la Maruja le pasaba unas revistas de amor y modas y pasaba largas horas soñando con ir a Francia, Italia, besar algún hombre de tez blanca, alto y caballero. Había soñado con llenarse de pulseras y collares, no importaba que fueran de fantasía, pero quería sentirse bella y amada. Habrías sido una puta linda…arremetió nuevamente Alfonso. O te callas o te quiebro los dientes como al Beto, te acordai? Le dijo con tono seco y firme.
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Ya todos habían empezado a irse a sus casas, sudados, algunos habían rodado por la tierra, producto del mareo que produce la chica, el vino en caja barato, y otras mezclas que de solo olerlas daba asco. Al otro día, la rutina seria la misma, aquella noche guardaría para sí, los juegos eróticos entre el Seba y el Pancho escondidos bajo el puente. Al otro día todo sería llanto, sudor y esfuerzo, madrugadas para comprar las papas y lechugas, sacrificios para alimentar muchas bocas hambrientas, la larga espera en el consultorio para recibir la leche y el arroz. Único alimento que calmaba el hambre de tantas otras familias, las más miserables. Después de muchas fiestas, la gente tenía ese deseo de olvidarse de sus muertos, de sus fantasmas, de sus deseos más pecaminosos no satisfechos. Salvo Matilde que mantenía la ilusión de caminar por hermosas alamedas vestidas de almendros y grandes abetos. Comer un dulce trozo de pastel, sentir la mano suave de algún galán que oliera a frutas y cítricos. Se veía en una barcaza surcando el Rin, acariciada su cabellera por una lluvia de azucenas y claveles rojos, blancos, blancos y rojos.
Alfonso se vistió algo cansado aquella tarde. El sol de enero le pegaba directo en las sienes y caían sobre su cara unas gruesas gotas de sudor. Se hecho el morral sobre el hombro y encamino directo a la huerta donde cosecharía los primeros tomates. En el camino se le sumaria el Beto ¿…Esta rica la Matilde que o no…? Preguntó, mostrando con sus cariados y separados dientes. Sí…le respondió Alfonso sin mayor interés. A decir verdad, Alfonso solo tenía ojos para su Matilde. Aquella mujer tan singular, viviendo a la vera de un rio inmundo y pestilente y así y todo se sentía la más bella princesa, paseando por los campos Elíseos, disfrutando de alguna obra de teatro en el Palacio de las Artes en Madrid y…
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Así pasaban los meses, entre las risas, los llantos, las mentiras de los gobiernos prometiendo el cielo y la tierra. Ellos, una tropa de pelafustanes muertos de hambre, llegaban sobre todo en las tardes, con sus bebidas tibias y unas empanadas sin carne ni nada, solo viento, viento y más viento, a engañar a esas famélicas miradas que de esperanza ya no les quedaba nada. Cada invierno era una sinfonía de goteras cayendo sobre las camas y las mesas. El viento entrando como un ladrón sin vergüenza alguna por las rendijas de las paredes. Los platos vacíos de tanto cucharear los porotos, y luego, nada. Solamente mirar las nubes que amenazaban con quedarse por largas jornadas, donde la única compañía de aquellas miserables familias, sería mirarse las manos vacías. Era solo cuestión de esperar. Los primeros capullos de los Aromos se alzaron a la vida, perfumando de suaves esencias, las polvorientas calles que se entrelazaban como las trenzas de la Pepa.
Matilde había aceptado contraer matrimonio con Alfonso. Le costó hacerse la idea pero tampoco quería quedarse para vestir santos. Lo dudó y lo pensó, hasta que se decidió a entregarse por entero a ese hombre, que sin ser gringo ni europeo, al menos no era un negro hediondo a axila, pensaba. Sus cabellos estaban lozanos y se movían con la brisa de abril. Sus brazos estaban suavemente ceñidos con unas largos guantes color marfil. Gracias a la Pamela, la hija del panadero, que con mucha voluntad, le presto su vestido Matilde parecía una princesa del medio evo. Se veía radiante de la mano de su padre camino al altar de la capilla. El Padre Félix, un carismático curita panzón y bigotudo, oficiaría la celebración
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Estaban todos invitados a la celebración, aunque sabían desde ya que no comerían deliciosos manjares, ni sofisticados tragos. No por el contrario, lo mismo de siempre. Una taza de arroz adornado con algunas verduras frescas y algunas presas de pollo. De postre una uvas deliciosamente guardadas en vino de la Nene. Pero, eso no interesaba, aquellas bestias engominadas iban solamente por ver a la Matilde más radiante y lozana que una luna llena. Alfonso estaba nervioso. Escuchaba un sermón largo y tedioso, donde al menos el Padre Félix, no pediría plata, seria innecesario, pues aquellos hombres y mujeres vivían a duras penas de su trabajo diario. Ambos conjugaron sus sueños e ilusiones en un beso líquido, largo y romántico.
La mañana siguiente se les vio perderse entre los juncos enormes del rio. No tendrán luna de miel, solo una jornada caminando por la orilla del rio, contemplando las casas más lejanas de los vecinos menos conocidos. Allí en medio de la nada, Alfonso, graciosamente desprendía de sus atuendos a la radiante esposa, para quedar ambos desnudos, desprotegidos de la realidad y amarse locamente hasta entrada la tarde, la noche, la mañana… La vida seguía su diario y lejano compás, algunos ya se habían muerto y yacían sus cuerpos inertes en las laderas del cementerio. Unos cuantos meses pues aquellas almas en vilo no tenían para pagar una tumba, al cabo de unas cuantas lunas nuevas, se ordenaba sacarlos de sus abates y dejarlos olvidados en la huesera común.
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Aquel invierno como nunca estaba descargando su furia sobre unos triturados techos. A veces parecía llover más adentro que a la intemperie, solo una bandada de pequeños gorriones, daba la bienvenida a la vida de aquel pequeño, rosado botón de vida. Esperanza se llamaría, la primera hija de Matilde y Alfonso. Ambos, pero más ella, querían perpetuar en aquella pequeña criatura, lo que no querían perder por nada del mundo. Aunque vivieran en una ruca a la orilla del rio, Matilde seguía sonando con sus cabellos mecidos por la fresca marea de Grecia. A medida que la pequeña Esperanza creció, también prosperaban los dolores de la Matilde a quien todo le parecía extraño. Ya los besos de Alfonso sabían a caries mal cuidadas, y más de alguna vez sus ojos permanecieron cerrados por los golpes que su esposo le daba. Tú sabes que no me gusta así la comida…!
Y que mierda quieres si no estás trabajando y no aportas en nada. Al menos cuando estaba soltera nadie me quitaba mi derecho a soñar? Cada vez que decía esto, el corazón de Matilde se rompía en mil pedazos que se desperdigaban en un infinito saturado de pétalos oscuros. Algunas mañanas, la llovizna refrescaba la soledad de las familias y daba un respiro a tanta penuria acumulada en los bandegones de la población. Como si la desdicha misma se cansara de verter sus manos sobre aquellas cabezas llenas muchas veces, de piojos y liendres. Esperanza seguía creciendo, llenando el desolado corazón de Matilde, que cada mañana, deseaba despertar tendida bajo una mata de nueces. Siempre le fascino aquel árbol, y podía pasarse horas, mirando sus frutos color café. Era un respiro a su cansado ánimo. Alfonso había cambiado, y su corazón se tornaba cada día más déspota.
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Cómo se había podido olvidar de tanta suavidad y sutileza en sus primeros días de casado. Pero el tiempo fue letal para estos dos seres tan distintos. Por una parte, Matilde deseaba volar y escapar del polvo que se pegaba a sus agrietados pies. Por otra. Alfonso, seguía abrazado a su infancia llena de lágrimas secas por el hambre. Esperanza era una mujer hermosa, como le fue su madre de mozuela, pero también algún día escaparía de aquella realidad. Ya se lo había advertido a su madre una tarde de verano cuando ambas miraban sus dedos llenos de harina. La noche se venía dura, oscura como los más perversos pensamientos que puedan envolver una mente humana. Matilde no quería ni nunca había dejado de soñar con un cielo más puro. Pero aquel día las nubes se avecinaban cabalgando en caballos de enormes nubes grises. Se tendió sobre el destartalado sillón… Una patada en las piernas la despertó.
Cuando abrió la puerta contigua a su dormitorio, el olor a rozas frescas llenó sus pulmones, fue una delicada esencia, como una alocada bandada de gaviotas surcando el cielo, planeando entre rocas y golpes secos de embates. Miro sobre la cama y allí estaba aquel cuerpo seco, un poco hinchado, con la mirada perdida seguramente en las pocas nubes que surcaban el infinito. La lluvia había cesado, y algunos hilos de luz de ese tímido sol, se reflejaron, ahogándose en el apagado respiro de Alonso que yacía tendido en la cama, con un cuchillo atravesándole el pecho.
Molino de viento (Recaredo Antonio Gonzalez Gonzalez) 270
Contenido La Dama Invisible (Primer Lugar) 2 Némesis (Segundo Lugar) 31 ¿Qué pasaría? (Tercer Lugar) 46 Al Menos Lo Intento (Mención Honrosa) 49 Amapolas y besos (Mención Honrosa) 50 Antagonía de un Fantasma de Amor (Mención Honrosa) 55 272
Años (Mención Honrosa) 93 Cada final es el comienzo de una nueva historia (Mención Honrosa) 94 Calama (Mención Honrosa) 105 Chile; riqueza sólo para unos pocos (Mención Honrosa) 128 Él (Mención Honrosa) 136 El Lector (Mención Honrosa) 138 El polvo es olvido (Mención Honrosa) 146
El Ser Estrafalario (Mención Honrosa) 148 Es más que un Triste Final es un lejano Comienzo (Mención Honrosa) 179 Escribir (Mención Honrosa) 183 La Siembra Embrujada (Mención Honrosa) 185 La Última Visita (Mención Honrosa) 189 Las Palabras (Mención Honrosa) 200 Lo intento, de corazón, lo intento (Mención Honrosa) 203 274
Los Amigos Imaginarios (Mención Honrosa) 205 Metáfora de locura escrita en prosa (Mención Honrosa) 216 Mi Habilidad (Mención Honrosa) 218 Porquerías (Mención Honrosa) 222 Reflexión (Mención Honrosa) 223 Se me va la vida (Mención Honrosa) 225 Técnicas Asertivas (Mención Honrosa) 227
Uno mรกs en el tiempo (Menciรณn Honrosa) 250 Vuelo Blanco (Menciรณn Honrosa) 253
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