Carolina Rosso
Título: Memotest Collage Digital (2011)
Carolina Rosso
Título: Memotest Collage Digital (2011)
Presidenta
Arq. Rosa Aboy
Vicepresidente 1°
Arq. Néstor Magariños
Vicepresidenta 2°
Arq. María Hojman
Secretaria
Arq. Cayetana Mercé
Pro-secretario
Arq. Eduardo Albanese
Tesorera
Arq. Graciela Novoa
Pro-tesorera
Arq. Carolina Day
Consejeros/as titulares
Arq. Griselda Balián
Arq. Andrés Borthagaray
Arq. Paloma Carignani
Arq. Roberto Frangella
Arq. María Dujovne*
Arq. Enrique García Espil
Arq. Matías Gigli
Arq. Carlos Salaberry
Arq. Marcelo Vila
Consejeros/as suplentes
Arq. Carolina Jaroslavsky
Arq. Gabriela Muzio
Arq. Marta García Falcó
Gerente General
Esteban López
Gerente Técnico
Arq. Pedro Linares
Servicios al Matriculado
D.M. Federico Carrasco
Directora de Biblioteca
Lic. Bib. Sandra González
Asesor Legal
Dr. Eduardo Padilla Fox
Asesor Contable
Ctdor. Fernando E. Tozzi
Comunicación
Lorena Obiol
*Titular por un periodo de dos años.
Propietario
Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo
Directora
Arq. Bárbara Berson
Coordinadora editorial
Arq. Vera Blitstein
Colaboradores/as permanentes
Esteban López
Lorena Obiol
Obra de tapa
Carolina Rosso – Estudio Planeador
Ilustración de secciones
Arq. María Jesús Huarte
Diseño
ZkySky
Diagramación
Carolina Rosso – Estudio Planeador
Edición Nº 53 / ISSN 2591-3484
Año XVI / Diciembre 2022
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de Solange
Un
Un libro: Habitar como un Pájaro, de Vinciane Despret
Si ya era una pregunta antes de la pandemia, hoy lo es todavía más: ¿qué hacer con el área central de la Ciudad de Buenos Aires? La situación actual de vaciamiento, si bien es evidente, no todos coinciden en que es permanente. Los factores que afectan ese vaciamiento son divergentes; y las propuestas sobre cómo reconvertir el área son muchas veces cuestionadas.
El concepto de la ciudad de 15 minutos, la residencialización, los incentivos fiscales, modificaciones al código; todos son caminos posibles. Es necesario elegir un camino a seguir para los próximos años, tomar decisiones, realizar proyecciones, aun cuando hoy más que nunca sabemos que los planes pueden caerse de un momento a otro.
Pero por sobre todo, necesitamos escuchar a todas las profesiones que confluyen en el diseño y la planificación urbana: la resiliencia solo es posible si tenemos la interdisciplina como norte. ***
Quiero dejarles mis saludos ya que este es mi último número como directora de la revista Notas CPAU, luego de un largo recorrido de casi 10 años: concluye una etapa. Agradezco enormemente los comentarios que nos hicieron llegar con cada nuevo número, fueron de gran ayuda para el crecimiento de la revista. Ha sido una experiencia inspiradora, que solo devuelve satisfacciones a quien se anime a transitarla.
¡Felices fiestas!
Arq. Bárbara BersonCada edición de notas CPAU tiene un tema diferente asociado a la disciplina de la Arquitectura y de la relación de ésta con otros campos de la cultura. Este segmento de la revista tiene como objeto profundizar en el oficio arquitectónico, desbordando sus límites para ampliar y multiplicar su dimensión disciplinar.
«Las ciudades en América Latina sufren una metropolización caótica, una gran informalidad y una especialización de los sectores económicos en lugares muy precisos de la ciudad. Son grandes centros de producción y consumo, pero a la vez están quitando todo el sentido crítico, por lo que las sociedades entran en una crisis económica, ideológica y moral. En el caso de América Latina se ha perdido la capacidad de discernir».
Carlos MorenoGABRIELA MUZIO Arquitecta UBA. Su actividad profesional se ha orientado hacia la gestión y planificación del territorio. Es Consejera en el Consejo del Plan Urbano Ambiental de la Ciudad y vicepresidenta de la Comisión de Urbanismo y Ambiente del CPAU.
NATALIA ACEVEDO Arquitecta UBA. Es asesora en Planeamiento Urbano, investigadora en el Centro de Gestión de Espacios Costeros de la FADU, y forma parte del equipo del área urbana del Centro de Estudios Metropolitanos.
La crisis del coronavirus ha puesto en evidencia las grandes debilidades de los sistemas urbanos, que tienen profundas raíces históricas y estructurales y que atraviesan las dinámicas socioeconómicas de destrucción medioambiental y de reproducción de las desigualdades. Diversos estudios y análisis de las propuestas que han proliferado en torno a las soluciones parciales (que intentaban resolver la situación particular del confinamiento) buscan recuperar un pensamiento crítico y complejo sobre las problemáticas estructurales de las formas de “hacer ciudad”.
Una de las principales preocupaciones que se plantean es la desigualdad, no solo en términos económicos y sociales, sino “más bien la disparidad entre densidad equilibrada y servicios adecuados” (ONU Habitat, 2021). La desigualdad, con una mirada que va más allá del acceso a los centros urbanos, despliega una serie de interrogantes en torno a la calidad de vida de los habitantes: la calidad del espacio público, el acceso a la vivienda asequible, el acceso a los servicios públicos, la calidad de la movilidad, las economías barriales y la productividad de las ciudades, las desigualdades de género, etc., por mencionar algunos (CAF, 2021).
Repensar la forma y la función de la ciudad implica abordar todas estas cuestiones, y el rol del Estado para llevar adelante la reconfiguración de los sistemas urbanos es indispensable. Los organismos internacionales reconocen el papel fundamental
de los gobiernos para asegurar una gobernanza cooperativa (ONU Hábitat, 2021), que promueva una mejor calidad de vida, y regular, a través de las normativas y las legislaciones, el desarrollo de marcos institucionales y financieros que se adecúen a las necesidades habitacionales locales.
En este contexto, la política pública desarrollada en la ciudad de Buenos Aires ha ido en contramarcha de lo que se viene planteando a nivel global. Con la implementación de las disposiciones sanitarias para afrontar la crisis mundial de la pandemia, las dinámicas barriales se vieron afectadas, sectorizando actividades, incorporando nuevas y degradando zonas de flujo históricas como el área central. Pero, ¿hasta qué punto la situación actual del área central es producto de una crisis mundial como la pandemia de COVID-19 y no el fruto de una sucesión de políticas orientadas por los intereses del mercado?
El centro es un ejemplo paradigmático del rol que tiene el gobierno local en la creciente turistificación1 de la ciudad. En 2021 la superficie permisada con destino a oficinas para administración, banca y finanzas fue de 386.857m2, un 231% más que en 2019. Se permisaron 79.772 m2 de nuevos comercios y las solicitudes destinadas a cultura y espectáculos fueron de 2.931m2 en 2019 a 61.099 m2.2 Parecería no tratarse de una desaparición de la demanda provocada por el home working, sino de un problema de administración en la localización de la oferta. Las políticas de promoción de radicación de oficinas y comercios en zonas descentralizadas;3 las nuevas trazas de movilidad con restricciones de circulación y de estacionamiento sin una mejora en la oferta y calidad del transporte público; la formulación de leyes que promueven la reconversión de viviendas permanentes en viviendas de alquiler temporal, para abastecer un sector que ya está saturado, elevando los precios de los alquileres a largo plazo (Granero, 2018); los cambios introducidos en el Código Urbanístico que modifican las condiciones de protección patrimonial;4 evidencian un proceso de desatomización y vaciamiento de la zona dotada con la mayor infraestructura de toda la ciudad.
En los últimos años, la implementación estratégica de políticas fragmentarias5 sostiene una visión mercantil del suelo urbano y promueve un proyecto de ciudad neoliberal financiero,6 un modelo de ciudad que ha fracasado en disminuir la brecha de la desigualdad.
Los casos de estudio han planteado la necesidad de (re)construcción de ciudades habitables y saludables, con políticas públicas que replanteen la vivienda como un bien social, para frenar la inestabilidad, la dificultad de acceso, los precios abusivos, y dar el debate acerca de los parámetros en los que se intenta construir viviendas, que inciden directamente en el precio de un suelo mercantilizado.
La tendencia global a producir espacios habitacionales cada vez más limitados, insiste en el proyecto de ciudad en proceso de turistificación, lo cual no solo expulsa a sus habitantes, sino que desconoce las necesidades de desarrollo locales y limita las posibilidades productivo-económicas de la ciudad. La incorporación de estrategias que permitan definir un modelo productivo basado en la capacidad de nuestras ciudades y territorios para fomentar el autoabastecimiento comercial, alimentario, energético e industrial, sigue siendo un tema pendiente.
La ciudad debe planificarse frente a los fenómenos urbanos. Fragmentar el campo de actuación en sectores específicos y aparentemente inconexos puede generar una ilusión de éxito frente a los desafíos que presenta la gestión urbana, soslayando problemáticas de difícil resolución. Ahora bien, ¿son estos éxitos reales de gestión? ¿Mejoran sustancialmente la vida de las y los habitantes de nuestras ciudades? •
Referencias
CAF (2021). 10 Propuestas para la Ciudad Latinoamericana Pos-COVID-19. Resultados del Concurso de ideas COVID-19: Nuevas oportunidades para ciudades sostenibles [Informe] Ver Informe
Granero, G. (2018). Alquileres Temporarios: el impacto de Airbnb en el mercado inmobiliario en Buenos Aires. Serie Ensayos CEM, 16 Nieuwenhuijsen, M. J. (2020). Ciudades post-COVID-19: nuevos modelos urbanos para que las ciudades sean más saludables. ISGLobal, Fundación Caixa. Leer
Rolnik, R. (2021) La guerra de los lugares. La colonización de la tierra y la vivienda en la era de las finanzas. CABA: El Colectivo.
ONU Habitat (2021). Cities and Pandemics: Towards a More Just, Green and Healthy Future, United Nations Human Settlements Programme. Leer
1 Raquel Rolnik describe este proceso como la reconfiguración del parque de vivienda de alquiler permanente en viviendas para alquileres con fines turísticos cuyos efectos van más allá de la restructuración de los mercados residenciales, resultando en procesos de desposesión y deslocalización de comunidades, en ciudades como Barcelona, Berlín, Nueva York, Dublín, etc.
2 Véase el Anuario Estadístico de la Ciudad de Buenos Aires, para los años 2019, 2020 y 2021.
3 En general, vinculados al sistema de vías rápidas y al automóvil particular, como General Paz y Acceso Norte. Otros son el Parque de la Innovación, el Distrito Tecnológico en Parque Patricios, el Distrito Audiovisual. A esto se suma la desconcentración de oficinas de la administración a diversos sectores de la Ciudad.
4 Un ejemplo es la habilitación de la construcción de edificios de altura sobre edificios de valor patrimonial con protección cautelar.
5 A través de diversos instrumentos de planificación urbana, como los convenios urbanísticos, las leyes de urbanización de barrios populares, rezonificaciones parcelarias, etc.
6 Según Rolnik, esto se debe en gran medida a que el poder político opera como articulador de las necesidades del poder económico, que amolda la ciudad según los deseos y las necesidades de las élites económicas, políticas y culturales, figurando una forma de gobernabilidad “consensuada”.
NÉSTOR MAGARIÑOS Arquitecto UBA. Consejero CPAU 2020-2024, y 2012-2016. Subsecretario de Desarrollo Urbano MCBA, Presidente de la Comisión Nacional Área Metropolitana Buenos Aires y Director del Programa Nacional de Infraestructura Penitenciaria entre otros cargos. Profesor Adjunto en Planificación Urbana, FADU-UBA. Premios SCA-CPAU por el estudio Conurbano Bonaerense: Relevamiento y Análisis y por el proyecto Áreas Verdes de Puerto Madero. Su estudio ha proyectado y dirigido más de 100 obras.
El centro de la ciudad ha sido un objeto relevante de debate de urbanistas, funcionarios y ciudadanos durante los últimos cincuenta años. Por un lado, estaban quienes que criticaban la excesiva centralidad porteña, la congestión y la necesidad de descentralizar. En el otro extremo, se alineaban los que avizoraban la decadencia del área central, a tono con las experiencias de otras ciudades de estas y otras latitudes.
El impacto de la pandemia tuvo su principal efecto en el área central: de un momento a otro dejaron de acudir la multitud de personas que trabajaban allí. Al principio la ausencia fue total, más adelante el home office y la persistencia de limitaciones para las concentraciones de personas en lugares cerrados mantuvo, aunque algo mitigada, la ausencia de trabajadores. Y con ello, toda la vida comercial, recreativa, cultural, hotelera y gastronómica fue muy impactada, en muchos casos con cierres definitivos.
Existe además un último proceso, aún en curso: las manifestaciones sociales y políticas, sumadas a la ocupación de calles, agregaron inconvenientes para trasladarse al centro, al que una parte importante de la población prefiere evitar trasladarse.
Hoy, aunque ya no persisten las limitaciones de la pandemia, la actividad del centro sigue muy por debajo de sus promedios históricos.
Existe un extendido consenso sobre la necesidad de hacer algo que ayude a revitalizar la zona. Así lo entendieron también las autoridades locales y han elaborado una serie de propuestas y beneficios para intentar cambiar la tendencia.
En ese sentido, es importante caracterizar el centro y sus problemas a los efectos de imaginar escenarios futuros.
En primer lugar, el problema actual es sustancialmente distinto al de tiempos pretéritos, pues son las centralidades de toda la región metropolitana las que están en juego. El desarrollo de las comunicaciones que permite el trabajo a distancia y la aspiración de sectores medios de escapar de la congestión —que ha movido no solo a las familias sino también a empresas y a instituciones de todas las actividades— son algunos de los factores que están por detrás. En ese sentido, es evidente que al menos una parte de las actividades y funciones del centro se trasladará inevitablemente. Y la vacancia del área central también significará el redimensionamiento de otras centralidades.
En segundo lugar, a pesar de que el centro es un lugar diferenciado y recortable del conjunto de la ciudad, no todo es lo mismo y no todo está sufriendo de la misma manera. El centro es, en realidad, un conjunto entrelazado de muy variadas centralidades. Está la centralidad institucional pública que, a su vez, se divide en múltiples escalones:
→ La administración central del Estado nacional a través de la sede del Ejecutivo, con sus ministerios, secretarías, entes, etc.
→ La sede de la Justicia nacional, desde la Corte Suprema a los tribunales de distintas calidades y jerarquías.
→ La sede del Legislativo nacional.
En réplica perfecta, encontramos también el mismo esquema para las autoridades locales.
También, es una centralidad educativa en sus variantes:
→ Escuelas públicas y privadas, primarias y secundarias.
→ Universidades públicas y privadas.
→ Institutos educativos de diversos tipos y prestaciones.
Una centralidad cultural:
→ Grandes cines y teatros, mayoritariamente localizados sobre la Av. Corrientes.
→ Varios museos, centros culturales, galerías de arte y librerías.
Una centralidad comercial:
→ Calles especializadas
→ Comercios de prestigio y a escala de la aglomeración.
Una centralidad turística, basada en su historia, en su patrimonio construido, en sus paisajes urbanos y en sus intensas actividades:
→ La mayor dotación hotelera del país.
→ Una importante gastronomía de gran variedad y destinada a públicos muy diversos.
Una centralidad financiera:
→ Casas matrices y sucursales de bancos públicos y privados
→ La bolsa y la CNV.
→ Pequeñas compañías financieras y de crédito.
Una centralidad de la administración privada:
→ Grandes empresas.
→ Pymes y oficinas profesionales
Una centralidad logística, alimentada por:
→ El principal y más complejo sistema de transporte multimodal.
→ La mayor red de tránsito, con sus autopistas.
→ Un aeropuerto y un puerto de pasajeros cercanos.
En cada actividad ha tenido un impacto distinto y tienen delante de sí una recuperación diferente. En efecto, esta compleja trama fue expandiéndose en el tiempo, tercerizando actividades y desalojando habitantes, de manera que el centro ya llegó a un mínimo de residencialidad y, consecuentemente, a tener una fuerte actividad en horas laborales. Pero, fuera de horario, era una ciudad desierta.
Ahora bien, a pesar de la congestión consecuente, esta intensa centralidad funcionaba con dinamismo hasta que llegó la pandemia. Aun así, por esa congestión, antes de la pandemia, muchas actividades públicas y privadas fueron relocalizadas fuera del centro y había consenso de los especialistas sobre la necesidad de aliviar la centralidad. Hoy, las condiciones han cambiado y ya no solo no es necesario desconcentrar actividades en el centro, sino que se hace imprescindible fomentarlas, incluyendo el retorno de oficinas públicas.
Enumeremos, entonces, las certezas que tenemos sobre el futuro próximo:
La presencialidad no será la misma que en el pasado, disminuirá la cantidad de gente que concurre a las oficinas y a otras tareas conexas. Además, muchos de los comercios y pequeñas oficinas que cerraron no volverán a la actividad o, al menos, a la misma que tenían. Consecuentemente, con seguridad, habrá vacancia en el stock construido, vacancia que en sí misma es una pérdida económica. El valor de las propiedades y de la renta sobre la propiedad ha caído fuertemente. •
Como vemos, el deterioro de la centralidad obedece a múltiples factores, desde esa perspectiva es imprescindible actuar con un conjunto de políticas. La recuperación de áreas urbanas es uno de los problemas de las ciudades más difíciles de encarar.
Existe consenso en restablecer la residencialidad. Y en esto el GCBA ha tomado iniciativas interesantes cuya eficiencia habrá que ir monitoreando.
→ Identificar y revisar el stock construido y el nivel de vacancia con la idea de retornar al estado residencial aquellos edificios que originalmente lo fueron o, aún, transformar en residencia edificios que nunca lo fueron pero están vacantes. Eso permitirá disponer de un catálogo edilicio.
→ Diseñar e implementar políticas de crédito para activar el proceso de reconversión, tanto para las reformas que deban realizar los/as propietarios/as para vender y/o alquilar como para los/as posibles compradores/as.
Además de lo ya legislado, deben encararse políticas activas.
Es evidente que todas estas iniciativas implican un proceso complejo que necesita una decidida implementación desde el Estado, apalancando la actividad privada.
Es, en otra escala, algo que el GCABA ya ha hecho, tanto en el DOHO (exAU3) como en el barrio Padre Carlos Mugica (ex Villa 31). En cada caso, fue necesario disponer de organismos de gestión ad hoc, cuya principal función sea activar todas las políticas de recuperación del centro, incluyendo políticas sociales (de atención de la población en situación de calle), políticas ambientales (mejorando los horarios de recolección para evitar la acumulación de última hora de residuos), culturales y deportivos (generando eventos que convoquen al uso del centro, en especial los días de fin de semana), etc.
→ Ofrecer casos piloto, mudando oficinas públicas que hoy funcionan mal (por ejemplo, juzgados), trasladándolas
edificios corporativos que han perdido ocupación. El caso de los juzgados es paradigmático. Hace años que se habla de construir una “ciudad judicial”. Esta es una oportunidad de realizarla sin tanta pompa pero con el mismo efecto de mejora funcional y mayor utilidad. Un parque edilicio disponible en el área central sería una oportunidad para aprovechar la pérdida de ocupación por parte de empresas en edificios de oficinas.
→ Promover la organización de asociaciones con propietarios/as, concientizando sobre la creciente pérdida de valor de los inmuebles. En relación, se podría diseñar un programa específico de beneficios impositivos.
→ Promover una normativa específica que permita aceptar patrones de accesibilidad y habitabilidad de acuerdo a las épocas en las que fueron construidos los edificios. Se trata de recuperar edificios existentes para usos nuevos o recuperando su uso original. Existen también modelos de vivienda que pueden marcar alternativas, como el alquiler temporario (con menos exigencias que los actuales alquileres) o las residencias para estudiantes; pero, básicamente, hay que alentar la residencia de familias.
→ Completar proyectos públicos como la Diagonal Sur, destinando a vivienda los terrenos residuales del ensanche. Ese suelo podría entregarse a cambio de m2 (unidades de vivienda) a desarrolladores privados, cuyo negocio se potencia al postergar la inversión en tierra.
Es necesario considerar la magnitud del problema y dar prioridad al centro respecto del desarrollo de otras áreas, hasta equilibrar su situación. La posibilidad cierta de tugurización, como ha ocurrido en las áreas centrales de otras ciudades, sería una catástrofe económica para toda la ciudad. No hay tierra mejor equipada que la del centro de la Ciudad de Buenos Aires. •
MAGDALENA EGGERS Arquitecta FADU, UBA. Magister en Historia y Cultura de la Arquitectura y la Ciudad (UTDT). Coordinadora de Areté-pi. Asesora de normativas para construir en la Ciudad de Buenos Aires. Docente de Legislación en UTDT. Docente de Normas para Construir en la CABA en la Sociedad Central de Arquitectos, en el Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo (CPAU), el Consejo Profesional de Ingeniería Civil (CPIC) y privados.
Los censos dicen que la población de la ciudad de Buenos Aires no cambió desde 1947. Y que la distribución de la población se ha incrementado en los barrios informales y se redujo en los barrios centrales. Los que requieren presencia física en su trabajo quieren vivir más cerca de él para poder optimizar su tiempo, y los que pueden realizar trabajos a distancia eligen irse lejos de la gran ciudad para mejorar su calidad de vida. Muchas oficinas se volvieron virtuales o se retiraron del área central, para ganar en conectividad o comodidad. El microcentro después de la pandemia se volvió fantasmal, hasta que de a poco el turismo fue llenando algunos huecos. El porcentaje de unidades vacías es escalofriante, mientras que se sigue construyendo para un nivel ABC1 que no lo necesita y que solo lo hace como reserva de valor.
Como sucede en muchas ciudades europeas, se pensó en revitalizarlo, atrayendo a vivir y reutilizar el espacio, que sobre todo en las noches se torna solitario e inseguro. La idea es buena. Es económica y ambientalmente sustentable aprovechar toda esa masa construida con un destino de oficinas reconvirtiéndola en lugares para vivir aunque sea
en forma temporal. Casi el 40% de los hogares de la ciudad son unipersonales según la Encuesta Anual de Hogares que hace el GCABA, hecho que facilitaría la flexibilidad en la distribución del espacio y en la toma de decisiones. Revivirían también muchos de los negocios que cerraron con la pandemia.
Pero yo me pregunto: ¿por qué elegiría mudarme al microcentro? Además de la proximidad a toda la movida cultural tan preciada que tiene esta ciudad, la principal razón sería económica: si existiera la posibilidad de acceder a la vivienda propia a través de créditos a largo plazo que permitan reemplazar el pago de alquiler por una cuota hipotecaria, no lo dudaría. La movilidad sería otro factor importante: gracias a su trazado radiocéntrico permite llegar en subte, tren o carriles diferenciales para transporte público (mal llamados metrobuses) en poco tiempo a cualquier lado. Pero como contrapunto tendría la falta de plazas y parques en las cercanías, el efecto de isla de calor concentrado, y la ausencia del contacto diario con los vecinos, aspectos que hoy se consiguen en los barrios suburbanos y que con los cambios de zonificación que trajo
Foto: de la autora.
el código urbanístico pretenden destruir. Las tres cosas se resolverían en parte si las terrazas de estos edificios se convirtieran en lugares amigables, con vegetación y sombras que protejan de la radiación solar implacable en el microcentro.
La última modificación al Código de Edificación –que hasta ahora legislaba solo para edificios nuevos– tomó en cuenta la masa edificada pautando los requisitos necesarios para refaccionar las construcciones existentes (ver Art. 3.10), antes libradas a la opinión del funcionario de turno, permitiendo adaptaciones que los hagan accesibles y seguros. Las unidades existentes, si el destino es vivienda, permiten mayor flexibilidad, pueden no tener balcón aunque por superficie se exija, se admite además mantener la categoría de los locales si cambian los usos, y se aceptan patios con menor medida si figuran en planos anteriores. Pero falta reglamentar un aspecto muy importante, el ambiental, a través de la retroadaptación. El Art. 3.7.4.5.3 establece un conjunto de medidas destinadas a mejorar la eficiencia energética de edificios existentes, a través de una “Verificación Técnica de las Construcciones”. No
solamente reduciría en gran medida el consumo energético (recordemos que el 60% del consumo en cada edificio es para climatización), sumando confort en la habitabilidad y trabajo a los profesionales que, como sucedió en países europeos que otorgan créditos blandos para mejorar la eficiencia energética, movilizó la construcción en tiempos de baja. Sería también un incentivo a los inversores que apuestan al microcentro atraídos por sus ventajas impositivas.
La economía y el ambiente aparecen como motores imprescindibles para esta propuesta, que hasta el día de hoy no echaron a andar: ni créditos hipotecarios que permitan el acceso a la vivienda propia, ni exigencias de sustentabilidad que conviertan al microcentro en un ambiente más amigable tientan a inversores y futuros habitantes permanentes, quedando solo como oportunidad para turistas y estudiantes universitarios. El hecho de que la movilidad y la oferta cultural sean óptimas no es suficiente atractivo para mudarse hasta ahora al microcentro. •
MARÍA TERESA GUTIÉRREZ CULLEN (MORA ARÁUZ) Estudió Ciencia Política en la USAL. Practicó la participación en Asociación Conciencia. Integra la Fundación Ciudad desde 1995.
Decía Julián Marías: si deseas explicar algo, tienes que contar una historia. Una mujer se tiró a la calle desde un 9º piso. Su muerte no la explica la ley de gravedad, aunque haya sido la causa. Lo explica su depresión que se explica por… y contamos la historia.
También decía Marías en su artículo “La fuerza organizadora de las ciudades”:
Una cuestión especialmente interesante es la relación entre la arquitectura y el urbanismo, es decir, entre el arte de construir edificios y la preocupación por sus conjuntos, por las ciudades. Durante la mayor parte de la historia, la arquitectura ha dominado y el urbanismo como tal casi no ha existido. Sin embargo hay viejísimos antecedentes… Aristóteles introduce en La Política a Hipódamo de Mileto, el primero que, sin ser político, intentó hablar del régimen mejor… Hipódamo llega a ocuparse de la civitas, desde la urbs, desde la ciudad física compuesta de casas, calles, plazas. (La Nación, 10 de diciembre de 1988).
Salvando las distancias de tiempo y jerarquía, eso me ocurrió, pero a la inversa: de la polis a la urbs. Paso a contar ese viaje.
De la Kettering Foundation trajimos, con María Gowland, la metodología de los National Issues Forum, y la adoptamos y adaptamos para deliberar sobre temas urbanos. Las deliberaciones de los foros que organizamos en la Fundación Ciudad implican una democratización de
la información obtenida de expertos y de quienes sufren los problemas y aspiran a ser parte de las soluciones. Plantean alternativas con sus pros y contras, costos y beneficios.
En un seminario de la Kettering Foundation en Dayton Ohio, hace ya muchos años, un maestro de primaria de Tasmania contó que a sus alumnos, a falta de certezas, les enseñaba to be comfortable with uncertainty [sentirse cómodo en la incertidumbre].
En un escenario de falta de certezas globales, nacionales y locales mucho mayor, sin contar con un Modelo Territorial elaborado con la participación que impone la Ley 2930, el Ejecutivo de la Ciudad envió a la Legislatura proyectos que la mayoría automática le permitió transformar en leyes. Sin tener todo el plano se recortó el área central, delimitando un área quizás por demás extensa, dando por cierto que la situación post pandemia iba a prolongarse y que el vaciamiento del área central llegó para quedarse.
Prácticamente todas las semanas viajo parada en subte a Catedral y me cruzo con gente que camina apresurada, muy probablemente a sus empleos. El área central no está muerta. Incluye Áreas de Protección Histórica (APH), acervo monumental y magníficos edificios patrimoniales.
Se asume que las oficinas podrían transformarse con alguna facilidad en viviendas, especialmente para jóvenes estudiantes. Dejo el tema de la factibilidad a los arquitectos.
La Fundación Ciudad presentó en el Consejo del Plan Estratégico un Proyecto de Recomendación al Poder Ejecutivo elaborado por nuestra asesora, la arquitecta Iliana Mignaqui, que el CoPE hizo propio. Intentamos que el Instituto de la Vivienda lo tratara, pero la Ley de Vivienda Asequible de la CABA, con la que se intentaría paliar el crónico déficit habitacional de la ciudad, no prevé rehabilitación de viviendas, solo apunta a nuevas construcciones. El proyecto no fue considerado a pesar de que el Instituto había organizado un seminario en que las bondades de la rehabilitación fueron planteadas desde la experiencia de Montevideo.
¿Está el Tesoro de la endeudada CABA en condiciones de comprar propiedades y ofrecerlas en alquiler protegido a los estudiantes o a familias de ingresos medios o mediobajos como lo hacen las mejores ciudades europeas?
¿Quién podría comprar esas propiedades e invertir para su acondicionamiento, si ni el Banco Ciudad ni ningún otro tienen hoy, con una inflación desbocada e intereses impagables, cartera de créditos hipotecarios?
Quizás algunos desarrolladores podrían comprar a precio vil y esperar, como lo hacen los inversores que afrontan el “riesgo país” comprando títulos de nuestra endeudada Argentina, con lo cual el área central, lejos de mejorar, empeoraría.
Por otra parte, ¿está el Estado local en condiciones de comprar propiedades para rehabilitarlas como escuelas o centros de salud y de expropiar por ley solares no patrimoniales deteriorados, para generar pequeñas plazas y dar aire a los vecinos de un área tan densa?
La organización Basta de Demoler presentó en la Legislatura un Proyecto de Ley, que la Fundación Ciudad y organizaciones vecinales avalan, para la expropiación del predio lindante al maravilloso Convento e Iglesia de Santa Catalina de Siena. Sumemos apoyos. Si la intención del GCABA es realmente la de brindar habitabilidad y bienestar integral al área central y a sus vecinos actuales y futuros, debe hacerlo suyo, aportando un espacio verde recreativo y absorbente.
Sobre el área central se ciernen dos grandes peligros: la tugurización y la gentrificación. Para no caer en ellas es necesaria una amplia deliberación entre urbanistas.
¿Cuántos nos van quedando? Un exdecano de la FADU, con breve y no recordable trayectoria, me ilusionó con la reapertura de urbanismo como carrera de grado. La urbs es demasiado importante para dejarla solo en mano de los arquitectos. Mucho menos de desarrolladores y funcionarios de turno.
Desde una mirada interdisciplinaria es necesario pensar a mediano plazo en el futuro del trabajo. Es posible que el empleo tal como lo conocimos los que calzamos unos cuantos años, cambie pronto. Los bancos y muchas dependencias públicas, antes atestadas, están hoy casi desiertas, y no solo en el área central. ¿Qué tanto del trabajo lo realizará una inteligencia artificial, que no necesita viviendas?
¿Tomaremos por permanente la situación actual de protestas y movilizaciones en Plaza de Mayo, 9 de Julio, Corrientes y Callao, Congreso, Leandro Alem… que con sus redoblantes, cohetes, altoparlantes atentan contra el uso permanente?
¿Seguiremos apostando a la densificación en un escenario de cambio climático, en el que no parece razonable aumentar la isla de calor?
La mixtura de usos es deseable, como es deseable el planteo morfológico que nos prometió el Código Urbanístico y se incumple sacrificando, Convenios mediante, la identidad de los barrios y el asoleamiento de la viviendas de menor altura.
El sprawl que avanza sobre tierras productivas con urbanizaciones cerradas ¿puede ser detenido con alternativas como las que plantean las Leyes 6406, 6508 y 6509? ¿Quién desea la transformación del área céntrica que postula el Art. 1 de la Ley 6508 y una publicidad invasora que no cesa?
En vocabulario de mundial ¿no habrá llegado el momento de parar la pelota y plantear escenarios, deliberar, evaluar alternativas, abrirlas a una genuina participación, como lo quiso el Art. 1 de la Constitución y los instrumentos que ella crea, antes de producir cambios imprudentes y lastimar aún más a la alicaída área central?
¿No habrá llegado el momento de releer a Octavio Paz en su Hablo de la ciudad?: “hablo de la ciudad inmensa, realidad diaria hecha de dos palabras: los otros… hablo del gran rumor que viene del fondo de los tiempos… hablo de la ciudad, pastora de siglos, madre que nos engendra… nos inventa y nos olvida”. •
AGUSTINA GONZÁLEZ CID Arquitecta (UNR) y diseñadora urbana (MIT), interesada en la ciudad y el territorio. En la actualidad es la Secretaria de Planeamiento de Rosario y docente en la UNR. En su carrera académica y profesional ha ganado diversos premios y reconocimientos.
Las ciudades son entes vivos, construcciones colectivas en permanente transformación. Desde lo que se considera la primera ciudad de la historia, Catal Huyuk, hace más de 9000 años en la actual Turquía, los humanos nos reunimos para protegernos, para sociabilizar y para dividir las funciones de trabajo y así ser más eficaces. El 20 de marzo de 2020, debido al COVID-19, en Argentina y en todo el mundo nos vimos forzados, para protegernos, a aislarnos. Como consecuencia de esto, sociabilizar y trabajar, durante largos meses, fue exclusivamente a la distancia. En ese contexto, ¿qué rol cumplen las ciudades?
Durante ese tiempo, participé de muchas charlas con colegas de distintas ciudades del mundo y la pregunta era qué cambios iba a traer la pandemia en relación al ambiente construido. Hoy, a casi tres años de ese marzo del 2020, podemos decir que no cambió nada y cambió mucho. ¿Qué cuestionó la pandemia? ¿Cómo queremos vivir? ¿Para qué vale la pena desplazarse? ¿Para qué necesitamos y cómo logramos estar más cercanos?
El encierro y aislamiento absoluto nos hizo adoptar nuevas herramientas digitales y formas de relacionamos, que, si
bien existían, fueron apropiadas por necesidad en esos primeros meses. Al evitar traslados, el teletrabajo ahorra tiempo, permite disminuir la huella de carbono y reduce la necesidad de espacios dedicados exclusivamente al trabajo. A nivel urbano esto trajo como consecuencia el vaciamiento de los centros financieros de distintas ciudades del mundo.
Estos centros financieros o microcentros concentran altos porcentajes de metros cuadrados en usos de oficinas y también servicios y comercios de cercanía para atender a los trabajadores durante el horario laboral. Por otro lado, tienen una baja incidencia de metros cuadrados dedicados al uso residencial, especialmente para familias. Al modificarse la dinámica del trabajo y evitarse esos traslados, hay que buscar un nuevo destino a estos centros. Entonces, ¿qué buscamos para las ciudades? y ¿qué buscamos para sus centros?
Previo a la pandemia de COVID-19, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, comenzó a hablar de la ciudad de los 15 minutos o la ciudad del cuarto de hora. Este modelo, desarrollado por el matemático y urbanista francocolombiano Carlos Moreno, plantea que en 15 minutos a pie o en bicicleta de su casa, los habitantes de la ciudad puedan tener acceso a la mayoría de sus necesidades esenciales como alimentarse, trabajar, estudiar y recrearse. Este modelo propone un regreso a un modo de vida local y genera ciudades más resilientes y capaces de adaptarse mejor a los cambios.
Para contribuir al modelo de ciudad de cercanía, el gobierno de la ciudad de París está adquiriendo locales en plantas bajas, los cuales luego ofrece en alquileres subsidiados a comercios que fortalezcan los barrios. Así, de acuerdo a los porcentajes de los distintos usos, vuelcan al mercado metros cuadrados que se distribuyen dependiendo de aquello que hace falta a la vida de las personas que viven ahí.
Si bien se puede intervenir de manera directa en el mercado inmobiliario como en el caso de París, la mayor parte de planificar es establecer reglas de juego que después son usadas por desarrolladores privados para construir
la ciudad. En el contexto económico actual, las ciudades deben trabajar con los desarrolladores de manera de orientar los procesos de transformación de los distintos barrios en busca de la ciudad deseada. Si lo que buscamos es reactivar un barrio, las normas o los incentivos tienen que ser lo suficientemente interesantes para atraer inversiones que si no podrían ir a sectores con menos riesgo.
A diferencia de Buenos Aires, el microcentro de Rosario es más mixto. Por este motivo y por tener una escala menor, la pandemia y los cambios laborales lo afectaron menos. A pesar de esto, el centro no disfruta de la plenitud que podría. En Rosario apuntamos a transformar el
Noche de peatonales en la ciudad de Rosario. Foto: Guillermo Turin Bootello.microcentro de la ciudad a partir de incidir sobre algunos lotes privados que se encuentran baldíos o subutilizados con playas de estacionamiento. Para esto proponemos que los lotes mayores a 1000 m2 ubicados en el centro de la ciudad y que actualmente o en el pasado hayan funcionado como playas de estacionamiento, pueden aplicar a un plan especial para obtener mayor altura y edificabilidad si, a cambio, ofrecen espacios de uso público o terrazas verdes. Estos nuevos edificios van a traer nuevos habitantes al centro de la ciudad aumentando las inversiones, el consumo y la circulación de gente en distintos momentos del día.
Además, basados en las enseñanzas de Jane Jacobs en su libro La muerte y la vida de las grandes ciudades americanas y la importancia de los ojos en la calle, modificamos en el código de Rosario la altura mínima posible en las plantas bajas para que puedan aparecer en ellas distintos usos, y que permanezcan abiertas más tiempo.
Más allá de los minutos que uno emplee para desplazarse de un lugar a otro, es importante que den ganas de hacer ese recorrido caminando o en bicicleta. Ahora que entendemos que la ciudad de cercanía es la solución, tenemos que apuntar a los aspectos no solo cuantitativos sino cualitativos. Esto no es solo para el microcentro sino para toda la ciudad. Para esto trabajamos en cambios normativos para que las veredas sean accesibles para todas las personas y en los distintos momentos de la vida como así también en incorporar arbolado de alineación para reducir la isla de calor y hacer el recorrido más amable.
El microcentro de la ciudad de Buenos Aires cuenta con menos lotes vacíos pero con más construcciones en desuso
o subutilizadas, con altos porcentajes de metros cuadrados de los usos más afectados por la pandemia. Para resolver esto, el gobierno de la ciudad plantea un programa de beneficios para aquellos desarrolladores que quieran transformar estos usos en residencias familiares. Así se busca fomentar la transformación urbana del microcentro.
Con un sector priorizado para la reconversión definido por Santa Fe, Av. Leandro N. de Alem, Av. Belgrano y Bernardo de Irigoyen y Carlos Pellegrini, el proyecto plantea, a partir de beneficios impositivos, la reconversión principalmente de oficinas, hoteles y locales comerciales en viviendas. Lo interesante de esta propuesta es que pone el foco en aprovechar las construcciones existentes, lo que la hace más sustentable, y ofrece beneficios extras si son edificios catalogados de valor patrimonial, galerías comerciales, si incorporan terrazas verdes, o si liberan áreas para el uso público.
El otro punto interesante y que logra que la propuesta sea completa y abarque la complejidad que implica la transformación de metros cuadrados construidos, es la incorporación al Código de Edificación (CE) de un capítulo destinado a intervenciones en edificios existentes (solo para el microcentro) que facilita su adaptación a usos mixtos sin que se requerir grandes intervenciones edilicias y garantizando las condiciones de seguridad.
Planificar la cercanía tiene distintas aristas y, si bien París, Rosario y Ciudad de Buenos Aires son claramente distintas, desarrollaron diversos mecanismos para lograr el mismo objetivo: una ciudad amable y cercana donde se pueda volver a la vida local. •
Gustavo Sánchez en UnsplashLos microcentros financieros de las grandes ciudades del mundo están atravesando un momento muy complejo. Hoy la mayoría sufre el embate de las consecuencias pandémicas al punto que hubo momentos, en el pasado reciente, durante los cuales estos espacios urbanos quedaron virtualmente vacíos.
Sin embargo, no se trata de un fenómeno generado por la pandemia ya que hace años que las empresas y las oficinas públicas empezaron a optar por otras zonas para localizarse, en las afueras, con buena accesibilidad y en un entorno de mejor calidad.
Aunque en algunos sitios la gente empezó a regresar parcialmente a las oficinas en formatos híbridos que incluyen un mix de trabajo presencial y virtual, no está sucediendo en volumen suficiente como para generar una auténtica y sustentable reactivación de las áreas.
Es cierto que algunos microcentros, como en el caso de la Ciudad de Buenos Aires, cuentan con afluencia turística que ayuda, pero se desarrolla en sectores puntuales, mientras que la mayor parte del área sigue muy decaída.
Al igual que tantos gobiernos metropolitanos, el de Buenos Aires ha tomado cartas en el asunto y puso en marcha una potente operatoria de beneficios impositivos para emprendimientos que transformen oficinas en viviendas, sumado a la idea de hacer una ciudad de 15 minutos, donde quien viva
allí tenga todo lo necesario a pocas cuadras de su casa. El plan debería tener efectos positivos; no obstante, debido a la situación económica general de nuestro país, aún hay pocos avances concretos.
Si bien hay muchos inversores y desarrolladores activos en la actualidad, la mayoría se orienta a hacerlo en zonas más clásicas y pocos se animan a invertir en barrios nuevos. Esto es así porque la venta en pozo es débil y a precios bajos, lo cual limita y dificulta el financiamiento de los emprendimientos. Y en zonas no desarrolladas, como es el microcentro, es mucho más difícil aún.
Entiendo que los incentivos fiscales, por más potentes que sean, pueden llegar a ser insuficientes, en especial en este contexto y aún teniendo en cuenta que se trata de una zona con muy buena infraestructura.
Pareciera que, para desencadenar un proceso sustentable de desarrollos inmobiliarios residenciales en el microcentro en volumen, habría que intervenir, en lo inmediato, en la re-conceptualización de la zona para que se vuelva verdaderamente atractiva.
En mi opinión, podrían verse resultados más rápidos si el Gobierno de la Ciudad, incluso en articulación con el sector privado, hiciera obras y acciones en el espacio público con el fin de transformar el entorno en una realidad atractiva. Por ejemplo, ayudaría la realización de actividades culturales y
recreativas en el espacio público, algo que el GCABA viene anunciando. Acotar las manifestaciones y los cortes de calles también tendría naturalmente un impacto positivo. Además, promover el retail con programas gastronómicos temáticos y la reapertura de locales también sería de gran valor.
La clave es darle vitalidad al área, que recupere la seguridad y que el público la empiece a elegir para vivir. Incluso con el regreso de espacios laborales a la zona. Quizás no con las clásicas oficinas, pero sí con ámbitos por los que puedan optar las industrias creativas, del conocimiento o de la innovación.
Sería deseable que a su vez el microcentro se vuelva atractivo para que los turistas elijan alojarse allí, de modo que su posicionamiento no sea solo por poder ofrecer viviendas accesibles permanentes, sino también temporarias.
Otro tema que se debe tener en cuenta es el de la circulación vehicular. La zona es prioritariamente peatonal, lo cual para la vivienda permanente puede ser un obstáculo.
Un apartado especial merece la cuestión regulatoria. Muchos edificios que eran de viviendas pasaron a oficinas tiempo atrás, y en el mientras tanto, muchas normas cambiaron y se volvieron más exigentes. Hoy, volver esos mismos edificios a viviendas es posible, pero sería deseable que existiera flexibilidad en las normas para evitar la obligatoriedad de hacer obras mayores que vuelvan inviables a los emprendimientos desde el punto de vista económico.
Incluso han surgido nuevos usos para los cuales el microcentro revitalizado podría ser un entorno ideal donde desarrollarlos, como el coliving y el coworking. Son programas no regulados que también merecerían un tratamiento normativo flexible y moderno.
Algunos toman como ejemplo otras ciudades importantes del mundo que están abordando este mismo problema con gran inversión pública. Si bien es una excelente idea, hay que ser realistas y asumir que no son experiencias trasladables a nuestro medio, donde predomina la escasez de capital.
La puesta en valor y la recuperación del microcentro se presenta, en resumidas cuentas, como una gran oportunidad de desarrollo. Su rehabilitación ofrece el gran desafío de reconvertir una zona administrativa y financiera obsoleta de la mano de una mirada urbanística integradora que permita transformar la potencialidad en una realidad. Incluso con un criterio amplio y flexible de planeamiento urbano respecto de cuestiones tales como alturas máximas o densidad.
Desde CEDU estamos convencidos de que es posible y venimos acompañando al GCABA desde el principio en este plan, que más temprano que tarde terminará trayendo sus frutos. Quienes lo vean antes y se anticipen, sin lugar a dudas ganarán. •
Matías Wong Zey en UnsplashNATALIA NERI Geógrafa (UBA) y especialista en Gestión y Planificación del Transporte (UNSAM). Docente e investigadora en UNSAM y UNTREF y funcionaria pública con más de 10 años de experiencia en la gestión de transporte público en ámbitos nacionales y locales. Actualmente es funcionaria de la Secretaría de Transporte y Obras Públicas del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
A esta altura no es ninguna novedad decir que la pandemia causada por el virus COVID-19 cambió la forma de desplazarse de las personas, tanto dentro como entre las ciudades a nivel mundial. Asociada la movilidad de las personas a la transmisión del virus, casi la totalidad de los países y sus ciudades han adoptado medidas tendientes a reducirla como forma de prevención de contagios: vimos cerrarse puertos y aeropuertos, fronteras, ciudades enteras con accesos cerrados donde se impusieron fuertes restricciones a la movilidad cotidiana. Estas restricciones afectaron nuestros movimientos diarios y cotidianos, desde los más sencillos como abastecernos de alimentos (ir al mercado y dar cumplimiento con todos los protocolos en materia de salud por ejemplo resultaba una tarea extenuante) o bien acceder a los servicios básicos como atendernos en el sistema de salud, sin mencionar la masificación
(obligada) de teletrabajar en aquellas actividades no esenciales que así lo permitían.
La Ciudad de Buenos Aires no quedó excluida de dichas restricciones, las cuales dieron como resultado que los índices de movilidad presenten una gran y abrupta caída, que vinieron acompañados de medidas de cambios en los esquemas de horarios y frecuencias en el transporte público (menores frecuencias y servicios de colectivos, trenes y subtes por ejemplo), sumado a los controles en la vía pública que desalentaban los viajes. Las ciudades tuvieron que salir a fomentar lo que todos los urbanistas y planificadores urbanos jamás nos imaginamos: se incentivó la movilidad individual por sobre la colectiva, se solicitó que no se use el transporte público salvo movimientos esenciales, y se recomendaba hacer más viajes a pie o en bicicleta, en lo posible, en la cercanía del hogar (ver Figura 1).
Fuente: La Nación.Si se compara la movilidad de las personas respecto de la situación prepandemia, se observa que la misma cayó en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) 81 puntos porcentuales en el comienzo del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) a finales de marzo de 2020, destacándose que en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) la caída fue aún mayor que en el conjunto del área metropolitana.
La Ciudad de Buenos Aires no es una urbanización aislada, sino que hay que analizarla en el contexto del AMBA, en la cual residen cerca de 14,8 millones de habitantes, de los cuales aproximadamente 3 millones residen en la Ciudad.1
La forma en que nos movemos en las ciudades dice mucho sobre las necesidades de las personas: el sistema de transporte y las redes y conexiones viales dentro de las ciudades históricamente reflejaron (o intentaron dar respuesta) a las
necesidades de desplazamiento de sus habitantes: brindar opciones de movilidad para poder traspasar el límite físico que implica moverse desde un lugar de origen de los viajes al lugar de destino de estos. En Buenos Aires, el principal motivo de viaje es por trabajo (40,3%), seguido por el viaje por estudio (18,5%), representando ambos más de la mitad de los viajes que se realizan (ver Figura 2). 2
Además, para entender los desplazamientos en la Ciudad de Buenos Aires, hay que analizar los movimientos no solo dentro de estos límites geográficos, sino de todas aquellas personas que de manera diaria ingresan y salen de esta, y que provienen de cualquier parte del AMBA.
Prepandemia, es decir en el 2019, se realizaban dentro de la Ciudad de Buenos Aires 5,6 millones de viajes, a los cuales hay que sumarle 2,7 millones de viajes interjurisdiccionales, es decir, aquellos viajes que se realizan desde o hacia esta Ciudad, dando un total de 8,3 millones de viajes diarios. Durante
Fuente: elaboración propia en base a datos ENMODO 2018
1 Valores aproximados conforme diversas estimaciones para 2022.
2 Fuente: procesamiento de Encuesta de Movilidad Domiciliaria 2018 (ENMODO 2018), Observatorio de Movilidad y Seguridad Vial, Subsecretaría de Planificación de la Movilidad, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
la pandemia, estos viajes se vieron reducidos entre un 47% y 52% (2020) y durante el 2021, estos valores se ubicaron en torno al 73% y 78%.
Al analizar estos datos de manera territorial en el AMBA, se puede apreciar que la demanda de viajes (es decir, las necesidades de las personas de realizar desplazamientos) no se ha reducido de manera homogénea en el territorio, sino que la misma presenta cambios en los comportamientos según el lugar donde se originan los viajes: por ejemplo, si bien la tendencia general es a la baja de viajes en 2021 respecto de 2019, se observa que en 2021 los viajes dentro de la provincia de Buenos Aires se recuperaron mucho más que aquellos al interior de la Ciudad de Buenos Aires (los viajes internos de CABA están en torno al 73% respecto de 2019, mientras que los viajes internos de la PBA al 92%) (Ver Figura 3).
Estos valores muestran una tendencia hacia una movilidad diferencial de las personas, seguramente motivada por los cambios en los esquemas de trabajo presencial/trabajo remoto, y como resultado de las distintas estrategias de desplazamiento que utilizaron las personas durante la pandemia, que no han vuelto a las condiciones previas.
Además, es de destacar que no solo los desplazamientos y los viajes sufrieron cambios, sino que también cambió la forma en la que estos viajes se concretan. Si analizamos la partición modal de viajes diarios, con origen y/o destino en la Ciudad de Buenos Aires, vemos que mientras que en el año 2019 el 49% de estos viajes se realizaban en transporte público, para el 2021 este valor disminuyó al 39,3%, aumentando en consecuencia los viajes en otros modos. La movilidad activa fue la gran “ganadora” durante y post pandemia, observándose que las personas realizan mayores desplazamientos a pie o en bicicleta que antes (por ejemplo, los viajes en bicicleta dentro
de la ciudad pasaron de ser el 3,9% de los viajes en 2019 a ser el 6,2% en 2021), pero también se observa que los viajes motorizados individuales (como ser los viajes en auto particular) han aumentado considerablemente: pasamos del 23,6% de los viajes en 2019 al 31,1% en 2021 (ver Figura 4).
Los cambios observados en la forma de desplazarnos en la Ciudad nos dejan consecuencias territoriales: el “microcentro porteño”, núcleo de la actividad financiera y de negocios de la ciudad de Buenos Aires, ya no ejerce la misma atracción que tenía prepandemia (ver Foto 1).
Esto se ve plasmado no solo en los datos sino con tan solo con caminar sus calles y observar: los locales que antes tenían fila de personas en los horarios del mediodía para comprar alimentos en el horario de almuerzo de oficinas, hoy están cerrados; los bares y restaurantes que solían tener movimiento pos horario de oficina ya no están o bien no mueven la misma cantidad de personas; cafés y quioscos que perdieron clientela o que directamente cerraron; locales comerciales y oficinas con carteles de “disponible/en alquiler”.
Como se presentó previamente, si más del 40% de los viajes con origen y/o destino la Ciudad de Buenos Aires se hacían prepandemia por motivo trabajo, y hoy el teletrabajo quedó como una modalidad que llegó para quedarse, tiene sentido que el microcentro porteño ya no ejerza la misma atracción que tenía antes, perdiendo su centralidad financiera y de negocios.
Con este esquema, parece que la Ciudad se trasladó a la escala barrial, donde la vivienda, el trabajo y el lugar de consumo se encuentran en las inmediaciones de nuestros hogares,
Figura 3. Viajes diarios en el AMBA, en millones. Porcentaje respecto prepandemia (2019)fortalecido por la masificación del trabajo a distancia o teletrabajo, que hizo que cambiemos nuestros hábitos de consumo: antes era normal adquirir alimentos, buscar médicos, realizar compras o actividades recreativas cerca o de camino al trabajo (grandes cadenas de gimnasios del microcentro por ejemplo, solían estar colmados de oficinistas que antes de su jornada laboral o en horarios del mediodía acudían a hacer ejercicio de manera diaria), hoy dichas actividades cambiaron su locación, y se realizan cerca de los hogares, lo que se conoce con el término “ciudad de 15 minutos”.
Por otra parte, la educación terciaria por ejemplo, continúa en gran medida con un esquema mixto (presencial-virtual) y muchas carreras y especializaciones de posgrado quedaron a distancia, entendiendo que de esta manera también el público se ampliaba llegando a estudiantes que antes no podían trasladarse para poder cursar (estudiantes del interior del país e incluso de otros países son la matrícula actual de muchas carreras de posgrado).
Las ciudades son espacios vivos en constante transformación, el uso del suelo urbano que hacemos las personas, las actividades que realizamos, nuestros hábitos, costumbres, y la forma de movernos, contribuyen de modo significativo a transformar la ciudad.
Entonces, ¿qué va a pasar con el futuro del microcentro porteño? El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires tiene un plan de transformación del área central, con el objetivo de impulsar políticas públicas para favorecer la mixtura de usos del suelo en cada uno de los barrios, con más verde y fomentando el desarrollo local: llevar a la ciudad a una escala más “humana”.
Es de esperar que el micro y macrocentro porteño se re conviertan en una escala más barrial y dejen de ser el centro
financiero para transformarse en un barrio más, un lugar donde vivir con espacios públicos de calidad y comercios de cercanía: ejemplos de ellos vemos en el proyecto en ejecución sobre la calle “verde Paraguay”, una intervención que va desde la calle Carlos Pellegrini hasta la Av. Leandro N. Alem, donde se crearán 9.800 m2 de nuevo espacio público, con canteros y arbolado, iluminación a escala humana, generando nuevos espacios peatonales y recreativos, los locales gastronómicos que podrán instalar mesas y sillas, en detrimento del espacio para los autos, quienes serán los “perdedores” del espacio público, cediéndole a peatones (ver Imagen 2).
Otras acciones fueron la reubicación de las trazas de colectivos del Casco Histórico y las recientes medidas anunciadas de renovación para el mismo sector, que comprenden más de 47 cuadras alcanzando 77 mil metros cuadrados de espacio público a renovarse, incluyendo obras como la restauración de fachadas históricas, mejoras en la movilidad peatonal y ciclista, incorporación de arbolado y vegetación y luminarias con escala humana.
Todas estas acciones traen aparejados cambios en la movilidad y son una oportunidad para mejorar las condiciones del transporte público: las líneas de colectivos que transitaban por las arterias de estas intervenciones son derivadas hacia vías jerarquizadas, como avenidas y metrobuses, optimizando asimismo el sistema de transporte público, pasando a vías más rápidas y con capacidad vial, mejorando la accesibilidad de los pasajeros con paradores específicos como los de los metrobuses, y por supuesto, ayudando a pacificar las áreas más barriales, las calles internas y terciarias, favoreciendo el acceso peatonal y la caminabilidad de las mismas.
Estas acciones tienen un mismo objetivo: reconvertir el área central de la Ciudad de Buenos Aires para generar espacios
Figura 4. Partición modal de viajes diarios con origen y/o destino en CABA, comparación 2019-2020-2022 Fuente: Observatorio de Movilidad y Seguridad Vial, Subsecretaría de Planificación de la Movilidad, Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.más sostenibles, inteligentes, con usos residenciales, los cuales vienen acompañados de una política de créditos e incentivos fiscales para poner en valor estos espacios, y hacer que ahora los vecinos quieran residir en ellos, cuando antes estaban destinados a los oficinistas.
Hacer ciudades más accesibles, generar nuevos espacios destinados a la residencia permanente, cambia las políticas de uso del suelo y la forma en que las personas nos vamos a mover en el espacio: tener servicios accesibles a no más de 15 minutos del hogar hace que mejoren las condiciones de habitabilidad, que nos movamos de manera más sostenible reduciendo la huella de carbono (seguro reemplazamos viajes que antes hacíamos en modos motorizados como vehículo particular o transporte público, para ahora hacerlos a pie o en bicicleta), sin embargo esto trae aparejados desafíos con el transporte público: aún nos queda recuperar la demanda de dichos servicios.
Actualmente, la demanda del transporte público (es decir, el movimiento de pasajeros) está en torno a un 85% respecto de 2019 en todos los modos, y si hacemos foco solo en los modos
públicos de transporte que transitan en la Ciudad (como ser el subte o bien las 32 líneas de distrito federal con origen y destino solo en CABA), vemos que la recuperación de pasajeros es más lenta (68% de pasajeros del subte y 89% de las líneas de colectivos), mientras que en las líneas de colectivo que transitan solo por los municipios del AMBA sin CABA, vemos que estos valores ya casi alcanzaron los niveles prepandemia (entre un 98 y 99% de recuperación de pasajeros).
Pensar y planificar el transporte en este contexto dinámico y cambiante, es un desafío que las ciudades de hoy tienen que afrontar y que la Ciudad de Buenos Aires ya está viviendo y afrontando, lograr la sostenibilidad de dichos servicios (tanto económica, financiera, social y ambiental) es un desafío constante, y la política pública tiene que constantemente estar a la vanguardia de dichos cambios, para lograr dar respuesta a las necesidades de las personas por un lado, manteniendo servicios sostenibles y sustentables en el tiempo, y por el otro sin perder el foco: la Ciudad está más viva que nunca, y las políticas públicas tienen que lograr ser lo más flexibles para dar respuesta a las necesidades de las personas. •
1. Microcentro porteño hoy. Fuente: Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.LILÉN SERENA SANDOVAL LAHITTE Arquitecta y urbanista (UBA), cursó la Maestría en Gestión y Planificación de Ciudades (UBA). Trabaja en el GCABA desde 2016. Formó parte del Consejo del Plan Urbano Ambiental y participa en su actualización. Actualmente es Jefa de Gabinete de la Dirección General de Planeamiento Urbano.
Plantearse qué hacer con el microcentro es imposible sin respondernos algunas preguntas previas. ¿Es posible cambiar el imaginario colectivo del microcentro porteño? ¿Cómo podemos promover interés genuino en la población para vivir ahí? ¿Qué medidas pueden fomentar esta búsqueda hacia la reconversión? Y, como urbanistas, es importante que también nos preguntemos por qué la mayoría de la sociedad no elige vivir ahí.
El trabajo para transformar esta zona es absolutamente necesario que sea integral y transversal en muchos aspectos. Los esfuerzos que viene haciendo el Estado para fomentar la vivienda en el microcentro son principalmente incentivos económicos cuando no es únicamente un tema económico lo que evita que más personas vivan ahí.
La ley del Plan Urbano Ambiental de la Ciudad de Buenos Aires (2008) plantea dentro de sus objetivos la búsqueda de una ciudad policéntrica, haciendo foco en la relevancia del área central del microcentro y el impulso de los subcentros urbanos barriales con identidad propia. A su vez, y como consecuencia de la pandemia del 2020, se está trabajando en la idea de la ciudad de 15 minutos o ciudad de cercanía, que también tiene como objetivo el impulso de estos subcentros urbanos de escala barrial y una mejora en la distribución y acceso a las necesidades básicas y servicios urbanos para el desarrollo de la vida cotidiana.
En esta búsqueda de revitalizar y densificar de manera equilibrada el microcentro porteño, es interesante cómo este análisis lo tenemos que realizar a la inversa que para el resto de la ciudad. El foco cambia, y en vez de llevar un poco de la centralidad del microcentro a los barrios residenciales, tenemos que traer un poco de barrialidad de los subcentros al microcentro.
Entendemos que el microcentro actualmente se encuentra bien abastecido del sistema de transporte,
de equipamientos urbanos, de actividades culturales y gastronómicas y de oferta laboral, pero desde el desarrollo urbano de la ciudad tenemos que trabajar muy profundamente en la mejora de la percepción del espacio público, en la iluminación, la seguridad, el reverdecimiento y el incentivo a mejorar la oferta y diversidad de comercios de cercanía y su extensión horaria por fuera de los horarios de oficina.
Como sociedad, tenemos en nuestro imaginario que vivir en el microcentro es muy difícil. Sin embargo, actualmente hay gente que elige vivir en esta zona1 de la ciudad por sus atributos positivos, pero se encuentra invisibilizada respecto al muy predominante uso de oficinas. Es esencial que busquemos transmitir eficientemente esas virtudes para poder generar interés genuino en arraigarse en la zona.
Asimismo, existe una disparidad entre la expectativa de vivienda familiar actual con la tipología de vivienda que puede ofrecer el microcentro, ya que se encuentra consolidado, y buscamos reutilizar las estructuras existentes. Es una realidad a tener en cuenta que el nicrocentro no va a dar respuesta a todo el mundo, como por ejemplo a las familias numerosas o a quienes priorizan las expansiones como patios o grandes balcones, y es probable que tengamos que adecuar esa oferta a públicos específicos para que la propuesta funcione.
Dicho de otra manera: el microcentro no va a generar un número importante de oferta de vivienda nueva y la producción de vivienda va a estar enfocada en la refacción, la remodelación y el reciclaje de los edificios existentes. En la arquitectura del microcentro existe un potencial invaluable para el desarrollo de diversas tipologías de habitar. El gran porcentaje de edificios antiguos, históricos y con valor patrimonial pueden proponer una forma de vida de ambientes amplios que no suele darse en la vivienda nueva. Esta oportunidad de producción de vivienda desde la remodelación puede estar dirigida a las PyMEs y pequeños estudios que no tienen su modelo de negocio basado en el desarrollo de grandes emprendimientos urbanos.
Es importante que estos esfuerzos en revalorizar lo existente tengan como objetivo mejorar la calidad de
vida de los nuevos residentes con incentivos al desarrollo de los espacios comunes de esparcimiento (amenities), terrazas accesibles, apertura de los centros libres de manzana, creación de suelo absorbente y mejora en la aislación térmica y sonora de las fachadas (renovación de carpinterías), entre muchas otras posibilidades.
Sin embargo, sabemos que existen complejidades particulares a la hora de pensar estas remodelaciones que
tienen que ver con el acompañamiento de los consorcios, los cambios de usos de los edificios y locales, la adecuación al Código Urbanístico y el de Edificación, procesos donde el Gobierno puede tener un rol facilitador. En definitiva, el éxito de este ambicioso programa estará en los esfuerzos compartidos entre el Gobierno, los comercios, las empresas y las personas que viven o tienen interés en vivir ahí para aprovechar y potenciar los atributos positivos que tiene el microcentro. •
Esta sección es un espacio de comunicación del CPAU con la matrícula. Aquí encontrarás las acciones que lleva a cabo el Consejo, actualidad de la profesión, actividades, guía para realizar trámites y más.
«La intrincada mezcla de usos diversos (urbanos) en las ciudades no son una forma de caos. Por el contrario, representan una forma compleja y altamente desarrollada de orden»
Jane JacobsOrganizamos, a través de la comisión de Formación y Asuntos Universitarios, un encuentro con decanos/as de facultades de Arquitectura y Urbanismo públicas y privadas. El nuevo programa de becas de posgrado, los alcances de las actividades reservadas al título y la Convocatoria a estudiantes fueron los temas relevantes de la reunión.
Con la intención de dar continuidad a un espacio donde armar agendas en común, la nueva gestión del Consejo invitó a decanos/as y representantes institucionales de las facultades donde se dictan las carreras cuyas matrículas nos competen. La reunión fue organizada por el CPAU a través de la Comisión de Formación y Asuntos Universitarios (COFAU) y contó con la participación de todos/as sus integrantes.
“Nuestro objetivo para esta gestión es tener un vínculo más fuerte con las universidades, ampliar los beneficios a nuestra matrícula y apostar a la educación formal universitaria. Creemos que en un mundo crecientemente especializado y competitivo, la formación de posgrado es cada vez más requerida, en los diferentes ámbitos de actuación profesional”, aseveró Rosa Aboy, presidenta del CPAU y de la COFAU.
El primer tema abordado fue el nuevo programa de becas para la formación de posgrado que presentaremos en los próximos días. El anuncio fue muy bien recibido: los/as representantes de las facultades expresaron su aprobación y ahondaron en los desafíos que se les presentan en este tipo de formación.
Entre las opiniones y sugerencias recibidas, se hizo hincapié en la necesidad de una oferta
variada y en el recorrido de cada postulante. También se propuso realizar un listado de los posgrados y diplomaturas disponibles y que puedan ser elegibles para los/as becarios/as. Se acordó su realización y se sumó el pedido de los programas para conocer la oferta en profundidad.
Otro objetivo de la reunión fue acordar la presentación conjunta al Ministerio de Educación de un documento que demande la revisión de la Resolución N°1254/18 en relación a las Actividades Reservadas al Título. Como es de público conocimiento, esta resolución expresó en cuatro Actividades Reservadas, de confusa redacción y en forma parcial, las “actividades de riesgo” (según definición en los considerandos de la resolución) del desempeño profesional de los/as arquitectos/as, dejando afuera del “subconjunto” actividades esenciales del hacer profesional.
La arquitecta Graciela Runge, asesora del CPAU en la temática, expresó al respecto que es necesario “establecer un acuerdo que posibilite unificar criterios y ponerlo a disposición, con miras a que se produzca un solo documento que contenga los alcances de título comunes en todos los planes de estudio de las carreras del territorio nacional, una revisión crítica del anexo XXII
Arriba, parados: Marta García Falcó, Alejandro Borrachia, Daniel Ventura, Francisco Moskovits, Guillermo Cristofani, Raúl Lamas, Néstor Magariños, Rosa Aboy, Roberto de la Torre, Graciela Runge, Fernando Galizia, Vicenta Quallito, Paula Yacuzzi, Marita Iravedra, Marcelo de Simone, Martín Capeluto, Carmen Montes de Barani, Rodrigo Aja Espil.
Abajo, sentados: Carolina Jaroslavsky, Liliana Taramasso, Juan Amoroso, Fernando Pini, Roberto Converti, María Violeta Nuviala Antelo.
La Comisión de Formación y Asuntos Universitarios completa, de izq. a der.:Marta García Falcó, Fernando Galizia, Carolina Jaroslavsky, Rodrigo Aja Espil, Rosa Aboy, María Violeta Nuviala Antelo, Paula Yacuzzi, Soledad Mónaco (staff CPAU)
de la Resolución 1254/18 y una propuesta del subconjunto de actividades reservadas incluyendo a todas las que producen riesgo al ser ejecutadas, y que permita a las oficinas de fiscalización del ejercicio profesional y a toda la sociedad tener claridad sobre los desempeños profesionales de los arquitectos de todo el país”. Y luego agregó: “Es imprescindible que en estas reflexiones y acuerdos participen los representantes de la academia y los del ejercicio profesional, carreras de arquitectura de gestión pública y privada así como representantes de FADEA y CPAU. Este acuerdo debería realizarse en este momento en el que se están elaborando los estándares de acreditación para las carreras de arquitectura de todo el territorio nacional”.
Los/as representantes de las universidades expresaron su apoyo a mantener las 20 actividades originales.
“Tenemos que seguir buscando la adenda al Artículo XXII de la Res. 1254, como objetivo a largo plazo. Pero primero debemos sostener los alcances, acordar sobre ellos, y después buscar construir el Anexo XXII como corresponde”, señaló la arquitecta Runge. “Tenemos que decir que esta Res ME 1254 adolece de la validez y pertinencia que sostuvo desde su redacción la RES ME 133 o el anexo V de la 498/06, ya que fueron acordadas con la participación de los todos los representantes de la instituciones académicas o profesionales que representan a los arquitectos”, concluyó.
Unos de los objetivos del CPAU tiene que ver con facilitar el ingreso de los/as jóvenes a la matrícula. Para eso, quisimos establecer un canal de diálogo con estudiantes mediante dos convocatorias.
En 2021 organizamos la primera, Cuerpos en el Espacio Público, en la que alumnos/as de diversas carreras enviaron propuestas que conformaron el primer repositorio de trabajos, que luego compartimos y difundimos. En 2022, como continuidad de las reflexiones sobre el espacio público, invitamos a participar en la segunda convocatoria, La Región Metropolitana y el Río.
En la reunión, se habló también de la importancia de continuar construyendo un repositorio de pensamiento y miradas de estudiantes sobre temas urbanos. Los/as integrantes de la COFAU conversaron con los/as representantes de las facultades sobre esta última convocatoria que cierra en el mes de febrero.
Sobre el cierre de la reunión, Aboy enfatizó en sostener y acrecentar el vínculo con las universidades, dado que ellas forman a estudiantes y graduados/as. “Por eso, queremos tender puentes a partir de las convocatorias y las becas, respectivamente”, concluyó la presidenta del CPAU y la COFAU. •
Juan Enrique Amoroso
Coordinador de la carrera de arquitectura de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM)
Alejandro Borrachia
Decano de la Universidad de Morón (UM)
Martín Capeluto
Director de la Maestría de Patrimonio de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM)
Roberto Converti
Decano Universidad Argentina de la Empresa (UADE)
Guillermo Cristofani
En representación de la decana Mónica Fernández de la Universidad de Belgrano (UB)
Norberto de la Torre Decano de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Kennedy (UK)
Marcelo de Simone Director de la carrera de arquitectura de la Universidad del Salvador (USAL)
Gloria Diez Decana de la Universidad Abierta Interamericana (UAI)
Marita Iravedra
Secretaria de Posgrado de la Universidad de Buenos Aires (UBA)
Raúl Lamas
Decano de la Universidad Católica de La Plata (UCALP)
Florencia Medina
Directora Ejecutiva de la Escuela de Arquitectura y Estudios Urbanos Universidad Torcuato Di Tella (UTDT)
Francisco Moskovitz
Director de la carrera de arquitectura de la Universidad de Palermo (UP)
Carmen Montes de Barani Jefa de Departamento de Arquitectura de la Universidad Kennedy (UK)
Fernando Pini Comisión de Gestión Curricular de la Universidad Nacional de La Matanza (UNLaM)
Vicenta Quallito
Directora de la carrera de arquitectura y secretaria académica de la Universidad Abierta Interamericana (UAI)
Graciela Runge
Secretaria académica de la Escuela de Hábitat y Sostenibilidad de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y asesora de la Comisión de Formación y Asuntos Universitarios del CPAU (COFAU-CPAU)
Jaime Sorín Decano de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV)
Liliana Taramassso
Directora del Departamento de Ciencias Aplicadas y Tecnología de la Universidad Nacional de Moreno (UNM)
Daniel Ventura
Decano de la Universidad de Flores (UFLO)
CPAU
Rosa Aboy Presidenta Néstor Magariños Vicepresidente 1°
Comisión de Formación y Asuntos Universitarios (COFAU)
Rosa Aboy Presidenta
Marta García Falcó Presidenta alterna
Carolina Jaroslavsky
Presidenta alterna
Graciela Runge
Asesora
Integrantes:
Fernando Galizia
Paula Yacuzzi
Rodrigo Aja Espil
María Violeta Nuviala Antelo
La pre-inscripción comienza el 12 de diciembre. La inscripción definitiva, ya sea para el primero o segundo semestre de 2023, debe hacerse hasta el 17 de febrero. Es condición tener matrícula activa del CPAU al momento del otorgamiento. Conocé los requisitos y accedé al formulario de preinscripción.
Lanzamos un programa de becas para profesionales con matrícula CPAU activa que quieran, a partir de 2023, cursar un posgrado o una maestría universitaria para continuar su formación en temas vinculados a sus disciplinas. En un mundo crecientemente especializado y competitivo, la formación de posgrado es cada vez más requerida en los diferentes ámbitos de actuación profesional.
El Consejo decidió otorgar hasta 50 becas. Se determinó que un porcentaje de los ingresos percibidos por la activación de matrículas durante el ejercicio contable anterior al del año en curso (hasta un 5% del total y sujeto a la ejecución presupuestaria que determinen las autoridades) se destinará a este programa de becas.
El total de las becas se repartirá, en un principio del siguiente modo: 70% para capacitaciones en universidades públicas y 30% para universidades privadas, porcentajes acordes a la composición
de la matrícula y que se adecuará según se modifique la misma.
Las solicitudes y la documentación requerida deberán enviarse cada año al mail becas@cpau. org en las fechas que fije el Consejo en cada caso, y deberán cumplir con los requisitos establecidos.
Contemplamos el otorgamiento de la Beca a profesionales de las disciplinas para las cuales el CPAU otorga matrícula: Arquitectura/ Urbanismo/ Planificación y Diseño del Paisaje/ Diseño de Interiores. Los programas elegibles son todos los que integran la oferta de las universidades del AMBA, en calidad de Carreras de Posgrado, Especialización y Maestría y los temas deben ser afines a las disciplinas matriculares del CPAU.
Para considerar las postulaciones, conformamos un Comité Evaluador compuesto del siguiente modo: la presidencia del CPAU o quien ella
determine que pueda representarla para este acto, un representante de la Comisión de Formación y Asuntos Universitarios (COFAU), un representante de la Comisión de Ejercicio Profesional, un consejero/a que no participe de las comisiones mencionadas y un representante de la Gerencia General del CPAU.
Todo aquello que resulte de situaciones no contempladas, será resuelto por el Consejo a pedido del Comité Evaluador.
Las Becas se otorgaran por un año y podrán ser renovadas según se cumplan los requisitos más adelante previstos y así lo decida el Consejo.
El Comité Evaluador elevará al Consejo el detalle de quienes se hayan presentado, de las maestrías o posgrados para los hayan aplicado, el costo de cada uno de ellos y toda la información que hubieren obtenido así como su opinión al respecto y el Consejo resolverá en base de ello la adjudicación de las Becas a quienes considere deben ser beneficiarios.
El Consejo determinará la cantidad de Becas a otorgar, así como los beneficiarios y su resolución será irrecurrible, existiendo solo la posibilidad, para quienes no hayan sido beneficiarios y consideren injusta la decisión, de exponer las razones por las que se consideren merecedores/as en una audiencia ante el Consejo.
→ Realizá la pre-inscripción a partir del 12 de diciembre
→ Para completar la inscripción tenés que enviar a becas@cpau.org la siguiente documentación: un CV de hasta 3 páginas y un escrito de un máximo de 400 palabras donde expliques de qué manera el posgrado o maestría elegida se relacionan con tus intereses y/o actividades.
→ Además, tenés que presentar un certificado de pre admisión emitido por la universidad y una copia del Plan de Estudios. La pre admisión no implica desembolso económico previo por parte del profesional.
→ Debés enviar toda la documentación requerida antes del 17 de febrero de 2023 para que tu solicitud de Beca pueda ser analizada por el
Comité Evaluador.
→ En el mes de marzo el CPAU comunicará los resultados
Requisitos
Es condición tener matrícula activa del CPAU tanto al momento de realizar la preinscripción como del otorgamiento de la Beca. Como requisito para que la Beca se mantenga hasta su finalización, deberás tener tu matrícula activa durante todo el periodo de la Beca.
La matrícula CPAU es gratuita hasta los 31 años.
En el caso de las maestrías, para acceder al financiamiento del segundo año de la Beca CPAU, deberás presentar antes del mes de febrero un certificado de estudiante regular emitido por la Secretaría de Posgrado de la Universidad o por la Dirección de la Maestría. El documento debe acreditar la aprobación de los seminarios y la condición de estudiante regular.
La renovación deberá ser aprobada por el Consejo.
Una vez concluido el posgrado o maestría, deberás enviar al Comité Evaluador del CPAU una copia de la Tesis de Maestría o Tesina de Posgrado y una copia del dictamen de evaluación emitido por el tribunal examinador de Tesis o por las autoridades universitarias que acrediten los conocimientos adquiridos.
La Tesis de Maestría o Tesina será catalogada en nuestra Biblioteca y podrá ser consultada por la matrícula. • Consultas y presentación de la documentación: becas@cpau.org
Formulario de pre-inscripción
Nuestro consejero fue reconocido como Personalidad Destacada de la Ciudad de Buenos Aires en el ámbito de la Arquitectura y la Plástica por iniciativa de la diputada Claudia Neira, con el acompañamiento del Consejo.
En la sesión del martes 17 de noviembre, la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires aprobó el proyecto de declaración de Personalidad Destacada de la Cultura al arquitecto Roberto Frangella por su desempeño en el ámbito de la arquitectura y las artes plásticas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La decisión de distinguirlo no sólo destaca la producción de un arquitecto y la de un artista local y latinoamericano sino también, la de un profesional cuya trayectoria ofrece una búsqueda fuertemente emparentada con el compromiso social, la percepción de la dignidad, la solidaridad y el simple testimonio de una forma distinta de vivir y de crear.
Frangella, además de arquitecto, es escultor y pintor. Con más de 50 años de trayectoria, es uno de los referentes de la arquitectura y artes plásticas de nuestro país. Nació en el barrio de Monserrat el 6 de octubre de 1942 y pasó su infancia en San Isidro. Se graduó en la Universidad de Buenos Aires en 1968 como arquitecto. Un hito que lo marcó: el trabajo de autoconstructores con sus luchas cooperativas en Asunción, Paraguay. Desde ese momento, se reconoció como hombre social y latinoamericano, valorizando en su obra la lucha por la igualdad y la dignidad de los pueblos.
Es fundador del “Taller de Creatividad Isla Maciel”, un espacio que desde 2015 permite la capacitación para la reinserción laboral, y del movimiento de Croquiseros Urbanos de Buenos Aires, que desde 2010 organiza salidas para registrar la ciudad y dibujarla a mano alzada. Integra el grupo SCA-UNE, espacio que hace foco en la desigualdad en temas relacionados con la vivienda y el hábitat. En el CPAU, es consejero desde 2020 y hasta 2024. Creó el Programa Arquitectura para el Bien Común, que dirige actualmente. Este programa del CPAU fue pensado para propiciar un espacio de debate e intercambio respecto del trabajo profesional en el hábitat popular y en todo ámbito que permita proponer el desarrollo de una arquitectura integradora que incorpore el sentido del bien común como eje fundamental para la práctica profesional. Es Docente universitario y Jurado de Concursos de Arquitectura.
En cuanto a su quehacer arquitectónico, trabajó asociado con Félix Casiraghi y Ricardo Cassina en el estudio CCF y con Ana María Kell, Guillermo Dergarabedian, Raúl Servente, Félix Alemán, Juan B. Firpo, Alberto Barbero, Rubén Cherny, Alberto Berdichesky, Mónica Imbrogno y Clorindo Testa. Siempre lo hizo destacando el valor de trabajar en equipo. Fundó el estudio G3, con Guillermo Dergarabedian, Guillermo Parodi, Valeria del Puerto, Andrés
Ferrari, Roque Frangella y Horacio Sardin. Entre sus obras y proyectos, se destacan: la Escuela Normal Nacional John. F. Kennedy, la Iglesia Nuestra Señora de Fátima en Belgrano, el Colegio Armenio de Vicente López, el edificio de Vuelta de Obligado y Manuela Pedraza, las viviendas FONAVI de Corrientes (1°Premio- Concurso SCA), la Ciudad Judicial (1°Premio- Concurso SCA), el Hospital de la Matanza (1°PremioConcurso SCA) , el proyecto del Teatro de Salta (1°Premio- Concurso SCA), el proyecto de Ferias Francas (1°Premio- Concurso SCA), el Banco Central del Paraguay (1°Premio- Concurso SCA), el Plan Municipal de Escuelas - Una escuela (1°Premio- Concurso SCA), la Sede Social del Club de Campo Armenio (concurso privado) y una cantidad de viviendas particulares. Su trabajo con una marcada impronta de carácter social incluye las obras del Barrio Cave, del Barrio Counvico, del Barrio Añatuya (donde desarrolló prototipos de vivienda contra la vinchuca, en Santiago del Estero), las viviendas para la Fundación Isla Maciel, la Capilla Beato Romero en Isla Maciel, el programa de mejoramiento en Barrio Los Tábanos (Carupá), el programa de mejoramiento en Barrio Counvico y varios proyectos para la Asociación Mártires Palotinos.
En el ámbito de la plástica, comenzó su carrera trabajando con cerámica y estructuras de hierros en desuso. Prefería el método del ensamble para darle forma a sus trabajos. “Con mis objetos reciclados quiero decir, en forma de metáfora, que el camino es ser capaces de ver con otros ojos,
tomar algo entre las manos y por medio de una ilusión transformarlo en otra cosa. Así como los envases descartables pueden convertirse en una escultura, sin dejar de ser envases descartables, así nosotros podemos reconstruir un país con la ilusión de justicia y la igualdad…”, declaró. Aquí también hubo un hito que le marcó el rumbo: el trabajo de las personas que reciclaban cartones en la crisis de 2001. Sus obras se expusieron en el Centro Cultural Recoleta, el Centro Cultural Borges, el Museo Nacional de Bellas Artes, el Museo Sívori, el Museo de Bellas Artes de Berlín, la Fundación Joan Miró de Barcelona, el Centro Cultural Meda en Italia , Il Cancello Milano de Italia, el Centro Municipal Arrondissement de París, el Consulado Argentino en Milán y el Consulado Argentino en Nueva York.
Algunos premios que obtuvo: Trayectoria (Sociedad Central de Arquitectos), Fondo Nacional de las Artes de Arquitectura, Trayectoria (Federación Panamericana de Arquitectos), Mención como Arquitecto Solidario (Sociedad Central de Arquitectos), Premio Weber a la Sustentabilidad.
Otros roles destacados: integrante de la Asociación San Patricio para la autoconstrucción, presidente de la Cooperativa Unidos por los chicos Down, presidente de la Asociación Mártires Palotinos, integrante del Secretariado de Enlace de grupos cooperativos, colaborador de los cartoneros de Núñez, integrante en la conducción de la Revista Trama. •
La Defensoría LGBT de la Ciudad de Buenos Aires dio una charla en el CPAU sobre género y diversidad. Nos capacitó sobre conceptos de inclusión y legislación vigente en temáticas de equidad.
El martes 29 de noviembre, la abogada Flavia Massenzio, presidenta de la FALGBT (Federación Argentina LGBT), llevó adelante una capacitación cuyo objetivo fue concientizar sobre las dificultades laborales que tienen los grupos de población con identidades y géneros que pueden ser discriminados socialmente. Estuvo presente también, en del Instituto contra la Discriminación (ICD) de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Alicia Rachid.
En la presentación de la charla, Rosa Aboy, presidenta del CPAU, hizo hincapié en que la institución quiere mejorar las condiciones laborales de nuestra matrícula, en sus distintas facetas, y ampliar derechos. En anteriores gestiones se avanzó en lograr una mayor participación de mujeres, en favorecer la inclusión de los jóvenes en el mercado laboral otorgando el beneficio de gratuidad de la matrícula hasta los 31 años, en el reconocimiento de las tareas de cuidado, otorgando matrícula gratuita a madres durante el primer año del nacimiento. Asimismo, se avanzó en el trabajo con las necesidades habitacionales de los sectores vulnerables de la sociedad a través del Programa Arquitectura del Bien Común.
A partir de la solicitud de cambio de nombre y género por parte de una persona matriculada en el CPAU, tomamos contacto con las necesidades de conocer y aplicar la legislación argentina en la materia y ese hecho nos llevó a dar un paso más en el camino de generar las mejores condiciones para el desempeño de nuestra profesión.
Massenzio refirió que la visibilización de una orientación de género que no se corresponde con la expectativa social asignada culturalmente a ese género afecta a las personas profesional y laboralmente de muy diversas maneras y que el ámbito laboral, y las entrevistas laborales son ámbitos
donde se hace visible la discriminación con preguntas que exceden lo laboral, comentarios negativos o un trato desigual. Entre las 200 denuncias que recibe por día la Defensoría, muchas se relacionan con situaciones de este tipo.
Argentina tiene uno de los estándares más elevados en materia de normativa hacia la diversidad sexual (la ley de Matrimonio Igualitario, de 2010, fue la décima en el mundo en su tipo y la primera de América Latina, y la ley de Identidad de Género, que fue aprobada de forma unánime hace más de 10 años). Gracias a esto, hoy podemos enfocarnos en políticas de no discriminación en el ámbito laboral.
Finalmente, Massenzio dejó algunas indicaciones sobre buenas prácticas en el ámbito laboral:
▷ No presuponer heterosexualidad.
▷ Llamar a la persona de acuerdo al género expresado.
▷ Promover espacios de trabajo libres de discriminación.
▷ Generar espacios de trabajo inclusivos.
▷ Habilitar espacios conforme al género autopercibido.
▷ Realizar talleres de capacitación y sensibilización, dar capacitación obligatoria a los sectores de recursos humanos y a quienes tengan personal a cargo. •
Correspondiente al ejercicio finalizado el 31 de diciembre de 2021 Comparativo con el ejercicio anterior. (En pesos)
Correspondiente al ejercicio finalizado el 31 de diciembre de 2021. Comparativo con el ejercicio anterior. (En pesos)
A los señores miembros del Consejo Directivo del CONSEJO PROFESIONAL DE ARQUITECTURA Y URBANISMO
Domicilio Legal: 25 de Mayo 486
Ciudad Autónoma de Buenos Aires
CUIT: 30-52772883-1
Hemos auditado los estados contables adjuntos de CONSEJO PROFESIONAL DE ARQUITECTURA Y URBANISMO que comprenden: (a) el estado de situación patrimonial al 31 de diciembre de 2021, (b) los estados de recursos y gastos, de evolución del patrimonio neto y de flujo de efectivo por el ejercicio finalizado en esa fecha, y (c) un resumen de las políticas contables significativas y otra información explicativa incluidas notas 1 a 5 y anexos A a G como información complementaria.
Las cifras y otra información correspondientes al ejercicio económico terminado el 31 de diciembre de 2020 son parte integrante de los estados contables mencionados precedentemente y se las presenta con el propósito de que se interpreten exclusivamente en relación con las cifras y con la información del ejercicio económico actual.
El Consejo Directivo es responsable de la preparación y presentación razonable de los estados contables adjuntos de conformidad con las normas contables profesionales argentinas, y del control interno que se considere necesario para permitir la preparación de estados contables libres de incorrecciones significativas.
Nuestra responsabilidad consiste en expresar una opinión sobre los estados contables adjuntos basada en nuestra auditoría. Hemos llevado a cabo nuestro examen de conformidad con las normas de auditoría establecidas en la Resolución Técnica N° 37 de la Federación Argentina de Consejos Profesionales de Ciencias Económicas. Dichas normas exigen que cumplamos los requerimientos de ética, así como que planifiquemos y ejecutemos la auditoría con el fin de obtener una seguridad razonable de que los estados contables están libres de incorrecciones significativas.
Una auditoría conlleva la aplicación de procedimientos para obtener elementos de juicio sobre las cifras y la información presentadas en los estados contables. Los procedimientos seleccionados dependen del juicio del auditor, incluida la valoración de los riesgos de incorrecciones significativas en los estados contables. Al efectuar dichas valoraciones del riesgo, el auditor tiene en cuenta el control interno pertinente para la preparación y presentación razonable por parte de la entidad de los estados contables, con el fin de diseñar los procedimientos de auditoría que sean adecuados en función de las circunstancias y no con la finalidad de expresar una opinión sobre la eficacia del control interno de la entidad. Una auditoría también incluye la evaluación de la adecuación de las políticas contables aplicadas y de la razonabilidad de las estimaciones contables realizadas por la entidad, así como la evaluación de la presentación de los estados contables en su conjunto.
Consideramos que los elementos de juicio que hemos obtenido proporcionan una base suficiente y adecuada para nuestra opinión de auditoría.
EEn nuestra opinión los estados contables mencionados presentan razonablemente, en todos sus aspectos significativos, la situación patrimonial del CONSEJO PROFESIONAL DE ARQUITECTURA Y URBANISMO al 31 de diciembre de 2021, el resultado de sus operaciones, el flujo de efectivo y la evolución del patrimonio neto por el ejercicio finalizado en esa fecha, de conformidad con las normas contables profesionales argentinas.
A. Al 31 de diciembre de 2021 la deuda devengada a favor del Sistema Integrado Previsional Argentino que surge de los registros contables asciende a $3.854.682.-, no siendo exigibles a esa fecha.
B. Hemos aplicado los procedimientos sobre prevención de lavado de activos de origen delictivo y financiación del terrorismo, previstos por normas legales y profesionales..
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2 de agosto de 2022.
LA VISTA CASAL S.A.
C.P.C.E.C.A.B.A. Tº 1 Fº 78
Juan Enrique Casal (socio) Contador Público (U.B.A.)
C.P.C.E.C.A.B.A. T° 322 F° 24
Esta sección está dedicada a recomendaciones de colega a colega sobre obras de Arquitectura, libros, música, muestras y ciudades del mundo. Además, reflexiones, notas de opinión y correo. ¡Animate y participá! Escribinos a revistanotas@cpau.org
«Las experiencias de activismo urbano permiten mejorar las condiciones físicas del espacio público en las ciudades latinoamericanas, pero su fuerza va mucho más allá. No se trata solo de infraestructura sino del poder de transformación de un segmento de la ciudadanía que, aunque aún con timidez, se hace cada vez más grande y más fuerte, y que está dispuesto a pelear por hacer ciudad con sus propias manos, no solo porque no le queda otra sino también por la convicción real y sincera de que podrá –que podremos– vivir mejor.».
Mariana AlegreCPAU
Abierta todo el año de L a V de 10 a 17 hs
biblio@cpau.org
Aquí la Biblioteca del Consejo presenta libros y revistas relacionados con el tema de tapa.
Ya está disponible la Biblioteca CPAU Digital. Hace click acá para descubrir todo el material.
San Telmo y Monserrat: casco histórico de la Ciudad de Buenos Aires
Pedroza, G.; Shmidt, C. (2003). Buenos Aires: GCABA
Relevamiento patrimonial del casco histórico de la ciudad de Buenos Aires, que incluye textos y fotografías.
Formación y acción
Universidad de Morón; Dirección General Casco Histórico. (2009). Buenos Aires: GCABA
Se analizan circuitos históricos: Av. De Mayo, circuito Balcarce-Chile, San Telmo, Parque Lezama, sector entre San Telmo y Puerto Madero.
Plan de manejo del Casco Histórico de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Ministerio de Cultura y Educación. Dirección General de Casco Histórico. (2015).
Buenos Aires: GCABA
Diagnóstico, identificación, lineamientos y definiciones de acciones para el cuidado y puesta en valor del Casco Histórico de Buenos Aires.
Medidas contra la identidad del Casco Histórico
Koutsovitis, M. E. & Baldiviezo, J. E. (16 de agosto 2022).
ARQ: diario de arquitectura, 1043.
El Centro porteño debe apuntar a profesiones del futuro
Converti, R. (31 de agosto 2021).
ARQ: diario de arquitectura, 993, p. 10.
Viviendas, comercios y espacios públicos para hacer del Centro un barrio
Jurado, M. (18 de mayo 2021).
ARQ: diario de arquitectura, 978, pp. 12-15.
Solange Piaget
Knowles
Año 2016
Sello
Saint - Columbia
Género
Neo Soul, Funk, R&B
Título traducido
Un asiento en la mesa
Solange Piaget
Knowles
Cantante, compositora, artista de performance y actriz estadounidense.
Expresando interés en la música desde una edad temprana, Knowles tuvo varios períodos temporales como bailarina de apoyo para Destiny's Child, que contó con su hermana mayor, Beyoncé Knowles, entre sus miembros, antes de firmar con el sello Music World
Entertainment de su padre Mathew
Knowles. A los 16 años, Knowles lanzó su primer álbum de estudio Solo Star (2002). También apareció en las películas Johnson Family Vacation (2004) y Bring It
On: All or Nothing (2006).
A Seat at the Table es el tercer disco de estudio de Solange Knowles, también conocida como “la hermana de Beyoncé”. Un disco de soul-R&B, del palo de D’ Angelo o Lauryn Hill, con un sonido actual pero sin adornos. Es un disco al que vuelvo seguido, y siempre me conmueve, siempre le encuentro detalles… Es eso, una obra llena de detalles y pequeñas hermosuras vocales y musicales.
Es un disco político, atravesado por el racismo y la cultura negra, y a la vez totalmente femenino, sutil, personal.
El disco aborda varios géneros, por momentos más melódicos, otros más electrónicos pero mantiene un clima que hace que sea un placer escuchar el disco entero.
Un discazo para ponerlo completo, adentrarse, relajar y dibujar.
Título original Habiter en oiseau
Edición original 2019
Autora
Vinciane Despret
Año 2022
Editorial Cactus
Idioma Castellano
Género Ensayo
Vinciane Despret
Nació en Bélgica en 1959, donde reside y enseña filosofía de las ciencias.
Sus principales estudios revisan la relación entre seres humanos y animales, las afecciones y conexiones intersubjetivas que esta produce, y los modos en que la ciencia humana y el pensamiento filosófico trazan vínculo con el mundo animal.
“Iluminar una situación a través de las luces que ofrece otro, es un gesto que debe incumbir a la estética y a la creación”, dice Despret en Habitar como un pájaro. Modos de hacer y de pensar los territorios.
Mediante una profunda reflexión y una particular forma de interiorizarnos en el mundo territorial de las aves y sus modos de habitar, Vinciane abre la posibilidad de expandir nuestra mirada y posibilitar caminos a otros modos posibles de vivir el espacio y su apropiación.
Una lectura sensible sobre los modos de acercamiento y uso del espacio de los pájaros
que confronta con una mirada más endurecida de la ciencia, permitiendo una apertura poética respecto al vínculo con el hábitat, generando matices que posibilitan una analogía frente al espacio que habitamos como humanos desde una perspectiva sociocultural.
Una analogía que podría ofrecer preguntas y búsquedas nuevas frente al espacio que habitamos, destacando lo íntimo del concepto que lleva a “sentirse en casa”. Abriendo camino para repensar nuestra relación con el entorno cercano como seres que habitamos y vivimos en comunidad, activando el imaginario y las posibilidades creativas de quien lo lea.
Si ya era una pregunta antes de la pandemia, hoy lo es todavía más: ¿qué hacer con el área central de la Ciudad de Buenos Aires? Los factores que la afectan son divergentes; y las propuestas sobre cómo reconvertirla son muchas veces cuestionadas.
Es necesario elegir un camino a seguir para los próximos años, tomar decisiones, realizar proyecciones. Pero por sobre todo, necesitamos escuchar a todas las profesiones que confluyen en el diseño y la planificación urbana: la resiliencia solo es posible si tenemos la interdisciplina como norte.