SIETE VACAS GORDAS
Pedro, Ana y Javier eran tres amigos desde que eran niños. Iban al mismo colegio y se querían mucho. A Javier, si, le gustaba Ana. Pero Pedro estaba locamente enamorado de ella. Fingía en todo momento que era su mejor amiga, y ya está. Todo iba bien entre los tres hasta el fatídico día de una noche de San Juan. Ana y Javier habían bebido demasiado y desde un beso en la boca, terminaron haciendo el amor en una playa. Pedro presenció todo a escondidas...y ya nadie desde aquella noche sabe de él. Antes de desaparecer, dejó una carta en el buzón de la casa de Ana, que decía: siete vacas gordas. Ya está, solo eso. Cuando pasó esto tenían los tres amigos 16 años. Ana estudió la carrera de psicología y a los 21 años tuvo mellizas con su pareja, que no era Javier, era un chico que conoció en la universidad. En verdad, lo que pasó aquella noche de San Juan con Javier fue cosa de una noche y ya está, aunque no rompieron su amistad. Cuando se veían hablaban de Pedro, que fué de aquel chico aparentemente normal. Siete años después del suceso, Ana salió a celebrar la verbena
de San Juan. Estaba en un bar musical en la playa y de repente alguien le puso un trapo con formol en la boca, y ella se desvaneció. Este hombre se la llevó hasta una furgoneta y se la llevó. En el camino hasta un pueblo costero, este hombre le inyectó una medicación para que no despertara. Cuando Ana se despertó y no sabía dónde estaba, grito: •
¡Socorro! ¡Socorro!
Bajó aquel hombre y le dijo •
Buenos días, como te encuentras.
Ella, aturdida por la inyección, le dijo: •
¿Qué hago aquí? Tú te pareces mucho a un amigo mío que se llamaba Pedro.
•
Yo soy Pedro.
Quiso moverse y se dio cuenta que estaba atada de manos a la cama. •
¿Porque me has atado?
•
¿Sabes cuánto hace que no nos vemos? No, no, te lo diré yo. Hace siete años justos. Ana, ¿Te acuerdas de la carta que decía siete vacas gordas?
Ella le dijo que sí pero que no le encontró nada especial. •
Pues bien, yo te lo contaré, esas vacas gordas representan en tu caso felicidad, y para mi, sufrimiento. Por eso estás aquí hoy en este sótano. Mira a tu alrededor, espera, que te subo un poco la cama ¿Que ves? - Preguntó Pedro.
•
Pues veo una televisión grande de plasma, y un sillón y una silla y una mesa.
Pedro le dijo: •
Antes
de
contarte
más
cosas,
vamos
a
desayunar. •
yo no tengo ganas de comer ahora
•
Bueno - dijo Pedro - ¿Quieres un café o un zumo?
•
Solo quiero un vaso de agua, por favor.
•
Ahora vengo, yo voy a desayunar y te traeré el agua.
Ana no tenía miedo, pero no podía explicarse que iba a hacer Pedro con ella. Bajó Pedro, le dió de beber agua. Él se había preparado un buen desayuno. Ana le preguntó:
•
Pedro,
¿Has
pensado
qué
vas
a
hacer
conmigo? •
Mira- contestó Pedro- hay cosas que no te van a gustar nada, como por ejemplo, nunca te levantarás de la cama. Yo te pondré pañales y te lavaré. Te daré de comer lo que tu quieras, tengo más de 1000 películas en DVD y más de 500 discos de música. No te inquietes, no te voy a violar ni a maltratar.
•
¿Durante
cuánto
tiempo
tienes
pensado
retenerme aquí? •
Eso es lo peor para ti, van a ser siete años cabales
•
¡No puedes hacer eso!- Chilló Ana - Tengo dos hijas que me necesitan
•
Aunque sea raro Ana, durante estos años, mis vacas serán gordas, pues estaré contigo todos, digo bien, todos los días del año.
•
y cuando acaben estos siete años ¿Que harás?
•
Eso te lo diré otro día, Ana
•
Pedro, ¿Que has hecho durante estos siete años?
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Intentar olvidarte, estudié medicina y me hice farmacéutico, trabajo que ejerzo. Trabajo en la farmacia de este pueblo de 8 a 15. Durante estas siete horas te vas a quedar sola pero estaremos juntos todas las tardes y los fines de semana. Como ves, también tienes un reloj en la pared. A parte, si algún día te pones enferma o coges la gripe, te traeré yo la medicación de la farmacia.
•
¿Y tú que me harás cuando pasen los siete años?
•
Llamaré a la policía y les diré dónde estás, lo peor para ti sentimentalmente será no poder ver a tus hijas, y lo peor físicamente es que después de siete años en cama te causaran trastornos musculares. La cama donde estas és reclinable, solo tienes que decirme cómo quieres que te la ponga. Ana, cambió de tema y le preguntó:
•
¿Qué te he hecho yo, Pedro? Si nunca fuimos novios, teníamos una amistad admirable y ya.
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Para ti era eso, pero para mí no, todas las canciones de amor me recuerdan a ti y ahora las escucharé contigo, podremos ver películas y seremos buenos amigos.
•
Pero Pedro… ¿tú crees que hace falta hacer todo esto para ser buenos amigos? ¿Tú eres consciente de tus actos? … CONTINUARÁ