SALUDOS HIROYASU ANDO - PRESIDENTE THEJAPAN FOUNDATION
La Fundación Japón fue creada en Japón en 1972 como la única institución pública para el intercambio cultural con el fin de promover el entendimiento mutuo entre Japón y otros países. En el campo del intercambio internacional a través de la cultura y de las artes, venimos presentando ampliamente las artes escénicas, las artes plásticas, yel cine japonés a nivel global. Sobre el Bunraku, una exquisita arte escénica tradicional de Japón, también llevamos a cabo proyectos de actuaciones o demostraciones y conferencias en países de todo el mundo. En esta ocasión, con motivo del Año Dual España-Japón que conmemora el 400 aniversario del envio a Europa de la Embajada Keichó, organizamos conjuntamente con la üdawara Art Foundatíon, el Teatro Español, y la Embajada de Japón en España las actuaciones de Sugimoto Bunraku: Sonezaki Shinju. Este trabajo se estrenó en Japón en el año 2011 y reproduce de una forma novedosa el original de la célebre Sonezaki Shinju, obra representativa del Bunraku que se presentó en el siglo XVIII. Hiroshi Sugimoto, quien tiene una actividad global como artista contemporáneo, se encargó de la producción, la dirección, la supervisión artística y la creación de los visuales. Por otra parte, Seiji Tsurusawa, el principal intérprete de shamisen para bunraku, premiado como Tesoro Nacional Viviente, participó en la composición y la dirección musical de la obra. Con el trabajo de ambos se ha conseguido producir una fiel adaptación de la obra original de Chikamatsu con un toque contemporáneo. Aunque el tema de esta obra es algo tan serio como el doble suicidio, pienso que esta representación expresa perfectamente la esencia original de la historia que atrapó el corazón de los japoneses y tuvo una fuerte repercusión en el Japón de principios del siglo XVIII. Con la celebración de estas representaciones qmslera transmitir mi más sincero agradecimiento al Teatro Español, coorganizador de este espectáculo, por sus esfuerzos para poder representar esta obra en un espacio tan magnífico y lleno de historia, a la Embajada de Japón en España, a los patrocinadores, a los intérpretes, y a todos los que han colaborado con nosotros en este proyecto.
SALUDOS ATSUKO KOYANAGI - DIRECTORA DELEGADA ODAWARA ART FOUNDATION Odawara Art Foundation fue fundada en el año 2011 con el objetivo de difundir en el mundo las artes escénicas tradicionales de Japón. El arte del teatro de marionetas que llamamos hoy en día Bunraku prosperó en todo el territorio nipón desde el siglo XVII. La obra "Sonezaki Shinju Tsuketari Kannon Meguri" fue presentada por primera vez en el año I703 Yganó su popularidad como un teatro muy actual que se hacía eco de los sucesos de la época. Hoy en día, la obra se representa como un clásico. Lo que intentamos nosotros es ofrecer la afición del público nipón del siglo XVIII al públic;o del siglo XXI, combinando la historia de la obra con la tecnología de las artes escénicas modernas. Quiero reiterar mi más sincero agradecimiento a todas las personas que han colaborado con nosotros para llevar a cabo este espectáculo.
NATALlO GRUESO· DIRECTOR TEATRO ESPAÑOL
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El Teatro Español cumple 430 años de vida ininterrumpida, convertido en uno de los grandes templos de las artes escénicas mundiales. Es un gran honor colaborar con nuestros amigos de la Fundación Japón, en el marco del año dual Japón-España, acogiendo en nuestra centenaria casa este maravilloso espectáculo, Sugimoto Bunraku, con el que el artista Hiroshi Sugímoto ha revisado y revitalizado una de las artes escénicas clásicas de Japón, el bunraku. Sin duda, Sugimoto Bunraku ofrecerá al público español una oportunidad especial y única para poder disfrutar de la escena teatral más contemporánea de ese querido país.
HIROSHI SUGIMOTO
Aunque ha sido el tema de obras poéticas, la evocación del eros, es decir, el retrato del amor apasionado, nunca fue un problema religioso en Japón hasta que Chikamatsu presentó por primera vez en el escenario de marionetas ningyo joruri la revolucionaria noción de que, al consumar sus pasiones por medio del doble suicidio (shinju), las almas de los dos amantes podrían reunirse en el paraíso de Amida de la Tierra Pura. En el primer acto del SOIlezaki Shinju de Chikamatsu aparece la cortesana Ohatsu en un peregrinaje por varios templos dedicados a Kannon (KallllOn meguri) diciendo "Permite que nuestro amor sea un puente al reino de Buddha'; vaticinando así su resolución final sobre la fe hacia el Bodhisattva de la compasión. Cuando la obra se estrenó por primera vez a mediados del período Edo, el mensaje de que los "amores imposibles" de este mundo pueden ser posibles en el próximo fue tan poderoso que desencadenó una serie de suicidios entre jóvenes amantes sometidos por la moralidad feudal. Como resultado, en 1723 el shogunato Tokugawa prohibió no solo todas las representaciones de Sonezaki Shinju, sino también los servicios funerarios para todos los amantes suicidas, siendo así su objetivo el negarles la promesa de salvación budista. No fue hasta 1955, unos 232 años después, cuando la obra fue finalmente retomada, a pesar de que, desde entonces, ya casi se ha perdido la percepción de cómo las frases eran entonadas o las marionetas manejadas en los tiempos de Chikamatsu. Todo lo que se conserva de Chikamatsu son los guiones del narrador y los diagramas de movimiento del maestro marionetista Tatsumatsu Hachirobei. He querido crear un nuevo espacio teatral en donde poder sublimar mi imaginación, yen donde la recuperación de las obras tradicionales pueda ser lo más contemporánea posible. Y creo que precisamente esta era que vivimos, donde todo parece estar atascado, me está pidiendo este nuevo desafío. En Occidente, Shakespeare adelantaba a Chikamatsu describiendo la tragedia del eros con su obra Romeo y ¡u/ieta, y luego Goethe le siguió con su Las cuitas del joven Werther. El eros y la muerte es un tema que ha ido evolucionando de forma transcontinental hasta el día de hoy.
SUGIMOTO BUNRAKU SONEZAKI SHINJU TSUKETARI KANNON MEGURI Escrito por: Chikamatsu Monzaemon Producción/Dirección/Dirección Artística: Hiroshi SUGIMOTO Composición y Dirección Musical: Seiji TSURUSAWA
PRIMERA PARTE Prólogo Shamisen: Seiji TSURUSAWA Escena de Kannon meguri Narración: Rosetayu TOYOTAKE Shamisen: Tozo TSURUSAWA y Seiki TSURUSAWA Actuación solista por el maestro marionetista Kanjuro KIRITAKE en su papel de Temmaya Ohatsu Escena del santuario de Ikudama Narración: Mojihisadayu TAKEMOTO Shamisen: Seishiro TSURUSAWA
SEGUNDA PARTE Escena de Temmaya Narración: Tsukomadayu TAKEMOTO Shamisen: Seiji TSURUSAWA Escena del viaje de Tokubei y Ohatsu (Michiyuki) Narración: Mojihisadayu TAKEMOTO Rosetayu TOYOTAKE Yasutayu TOYOTAKE Shamisen: Seisuke TSURUSAWA Tozo TSURUSAWA Seishiro TSURUSAWA
SUMARIO PRIMERA PARTE Escenarios de Kannon Meguri y del Santuario de Ikudama
Tokubei, mercader de salsa de soja de la casa Hiranoya de Osaka, no solo es un cliente habitual de Ohatsu, cortesana del burdel Temmaya, sino que su relación ha crecido hasta estar completamente enamorados el uno del otro. Tokubei está pensando en tomar como prometida a Ohatsu tarde o temprano, pero el tio de Tokubei, dueño de Hiranoya, aun conociendo la relación entre ambos, pretende hacerle contraer un compromiso nupcial con su sobrina, debido a la gran confianza en la manera de trabajar de Tokubei, y con la intención de ampliar su negocio con él. Con esta idea, hace que la madrastra de Tokubei acepte el dinero de la dote y que, así, la historia continúe por la fuerza. El insistente rechazo de Tokubei a aceptar el compromiso con la sobrina del dueño de Hiranoya acaba provocando su enfado, que éste le desherede y le diga "devuélveme el dinero antes del siete de abril y no regreses más a Osaka': Tokubei, tras apenas haber recuperado de manos de su madrastra el dinero para pagar a su jefe, decide prestárselo a su amígo Kuheiji de Aburaya, que necesita dinero urgentemente por ser el último día del mes de marzo, con el compromiso de devolvérselo en un plazo máximo de tres días. El día tres de abril \lega pero Kuheiji no ha devuelto el dinero. Tres días después, Tokubei se reencuentra casualmente con Kuheiji en el santuario Ikudama, pero no reconoce el préstamo que su amigo le hizo. Además, Kuheiji insiste que el documento del préstamo es una falsificación, deshonra e insulta a Tokebei, quien es además golpeado por los amigos de Kuheiji. A Tokubei ya no le queda nada de honor y no ve forma de recuperarlo solamente con suicidarse.
SEGUNDA PARTE Escenarios de Temmaya y del Viaje de Tokubei y Ohatsu - (Michiyuki)
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Es día seis por la tarde. Tokubei, convencido por las palabras de confort de Ohatsu en el santuario Ikudama, descansa en la parte trasera de Temmaya. Las circunstancias que envuelven a los enamorados no paran de empeorar. Cómo afrontar esta situación, no hay tiempo ni lugar para que ambos puedan hablar el uno con el otro. Ohatsu, que por ahora oculta a Tokubei debajo de las tablas de la galería de la casa, espera la oportunidad de poder quedarse los dos a solas. En esas, Kuheiji visita la casa como diente. Ohatsu, delante de un Kuheiji que no para de difamar a Tokubei, se comunica con su amado. Tokubei, contesta también en silencio a la cuestión planteada por Ohatsu, ambos comparten una misma voluntad. Los dos escaparán de la casa en medio de la noche para dirigirse a su último destino con vida. La pareja alcanza el bosque de Sonezaki, al alba, anunciando su despedida de este mundo...
SUGIMOTO BUNRAKU Los amantes suicidas de Sonezaki CARLOS RUBIO, CES FELIPE 11, UCM Este otoño ha arrancado en Madrid con dos regalos. Dos buenos regalos para los amantes de las artes escénicas y de la cultura japonesa. Uno, la presencia entre nosotros de la prestigiosa compañía teatral Sugimoto Bunraku, un obsequio que hay que agradecer al esfuerzo de Fundación Japón, ahora en el marco de la fiesta cultural de este Año Dual que conmemora el 400 aniversario de la embajada Keichó a Europa. El segundo regalo es la feliz circunstancia de que la obra que va a representar esta compañia, Los amantes suicidas de Sonezaki, se hallara traducida al español, y desde el original japonés, un regalo de agradecer a la editorial asturiana Satori que publicó este libro hace dos años. Pero no todo en estos dos obsequios es texto y guion. Hay mucho más. Para empezar, los orígenes. El antiguo nombre del bunraku arroja bastante luz sobre la naturaleza de este singular teatro: ningyo joruri o «canto con muñecos». El arte del canto joruri hunde sus raíces en el oficio juglaresco de los ciegos del laúd o biwa, lo cuales recitaban en el siglo XV la historia de Minamoto no Yoshitsune, uno de los héroes del monumental Heike monogatari, y sus amores con la dama Jóruri. En la centuria siguiente, este arte recitativo se consolida en la interpretación de una obra llamada «El relato de Jóruri en doce episodios» (Joruri junidan zoshi). En ese siglo XVI y principios del XVII, dos hechos van a modificar notablemente la naturaleza de este arte: la sustitución del laúd o biwa por el shamisen o samisén, un instrumento de tres cuerdas y alargado mástil importado de las islas de Okinawa, y la aparición de muñecos o títeres que dotarán al espectáculo de una sustancia teatral. El arte de los títeres, sin embargo, se conocía mucho antes en Japón, donde se practicaba en templos y santuarios para divulgar las verdades de la religión. Al parecer, fue hacia el año 1660 cuando, como parte de una actuación especial ofrecida en la ciudad de Kioto, se invitó a unos titiriteros a ofrecer su espectáculo aliado de los recitadores del viejo joruri. La combinación fue un éxito rotundo. Muy pronto se organizaron programas similares en los que se interpretaban incluso piezas de teatro noh y se incorporaban repertorios con episodios históricos. A lo largo del siglo XVII el nuevo arte del joruri fue creciendo en popularidad gracias al patrocinio de las nuevas y prósperas clases urbanas, y al uso de textos cada vez más artísticos con formas declamatorias más y más perfeccionadas. El bunraku, por usar el término más moderno y común en lugar del antiguo de joruri, se compone de cinco elementos fundamentales, cuatro escénicos y uno literario. Son estos: los muñecos o títeres de aproximadamente dos tercios de un cuerpo humano adulto; la voz del declamador que hace hablar a los títeres y al «narrador», transformando las palabras del texto en representación dramática; el acompañamiento musical que proporciona el músico que toca el samisén y que hoy tenemos la suerte de que sea Seiji Tsurusawa (reconocido como Tesoro Nacional Viviente por el Gobierno japonés);
los tres titiriteros visibles, pero que naturalmente no dicen nada, y cuyas manos y brazos accionan cada muñeco (uno de los que actúan en Madrid será nada menos que el maestro Kanjuro Kiritake, otro tesoro vivo en el mundo del bunraku); el guion o texto literario que frecuentemente, como en el caso de la obra que presenciaremos, posee gran belleza poética. Es importante que el espectador de Los amantes suicidas de Sfmezaki tenga presente esta composición de cinco elementos, pues en la interacción armoniosa de los cinco tal vez se puede identificar la principal fuente del gozo estético de los aficionados al bunraku que en el Japón de hoy, como en el de hace trescientos años, se cuentan por miles, especialmente en la zona de Kioto y Osaka. La magia plañidera del samisén, el interés literario del texto declamado por el cantante y la brillante visualidad de los muñecos. He ahí algunos frentes a los que dirigir la atención y que, cuando están magníficamente armonizados, como en la versión del artista Sugimoto, producen una experiencia dramática y estética íntegra y placentera. De los cinco elementos indicados, quizás convenga hacer hincapié en el de la música. No olvidemos que el dramaturgo de bunraku solía componer sus textos para realzar las cualidades musicales de la obra y que estamos, como en la ópera, ante una forma musical dramatizada. La música tradicional de Japón no suele producir el mismo efecto en la sensibilidad acústica de los occidentales. Además, la escala musical japonesa, a pesar de ser pentatónica, como en el resto del Extremo Oriente. no se parece a ninguna otra. Se basa en la alternancia de segundas menores y terceras mayores, es decir, de intervalos formados, respectivamente, por un semitono y por dos tonos, con la posible alteración de un tono entero en el quinto intervalo. A través de esta sucesión de oposiciones entre grandes y pequeños intervalos, la escala japonesa permite traducir los movimientos del corazón de un modo admirable y preciso. La melodía, a ratos quejumbrosa, a ratos nostálgica, a ratos anhelante puede despertar, incluso en oyentes menos familiarizados con la tradición musical japonesa, ese sentimiento de «reposada melancolía» (los japoneses lo han llamado mono no aware) que ha constituido una especie de eje espiritual de la literatura japonesa clásica. Podremos apreciarlo en la interpretación magistral que el maestro Seiji Tsurusawa realizará hoy para nosotros. Aunque se dice que los buenos conocedores frecuentan el bunraku principalmente para escuchar esta música, los muñecos, que son verdaderas obras de arte, suelen ser el centro de atención general. Los muñecos o títeres del bunraku, a diferencia de las marionetas usadas generalmente en países como España, no se accionan con hilos externos, sino directamente con las manos y brazos de los operarios, por lo que no es preciso llamar al bunraku «teatro de marionetas». El principal de los operarios o titiriteros con su mano y brazo izquierdos sostiene el muñeco y manipula los mecanismos que controlan los ojos, párpados, cejas y labios móviles; la mano derecha acciona el brazo derecho del muñeco. El primer ayudante del operario se ocupa solo de mover el brazo izquierdo del muñeco, cuyas piernas se encarga de accionar el segundo ayudante. Los titiriteros,
que a veces trabajan desde un foso, de modo que sus piernas no son visibles para los espectadores, van vestidos sobriamente de negro y mantienen el rostro impasible durante la representación, mientras que sus ayudantes van encapuchados. Hay que alejar de la mente la asociación dominante en Occidente de teatro de títeresarte menor. Nada de eso en la tradición cultural japonesa donde el teatro bunraku es un arte mayor, investido de una dignidad y prestigio que no han hecho más que acrecentarse con el paso del tiempo. Quien lo encumbró a los altares del arte fue Chikamatsu Monzaemon (1653-1725). Él fue el responsable de transformar un joruri de entretenimiento popular en un teatro artístico; y su nombre está tan unido al teatro bunraku como, en España, el de Garcilaso de la Vega al soneto. Chikamatsu, el «Shakespeare japonés», aunque escribió también algunas obras para el teatro kabuki, es probablemente el único dramaturgo de talla del mundo que prefirió escribir para muñecos y no para actores. Él fue el primero en emplear imágenes, dicción y técnicas literarias del teatro noh, de la poesía y la prosa clásica japonesas para componer obras centradas en temas tanto antiguos como contemporáneos, de su época. Tal vez en la amalgama de un estilo refinado vistiendo una temática realista basada en las vidas cotidianas de hombres y mujeres de las clases urbanas y de los barrios de placer de su tiempo, pueda radicar la gran originalidad de unas obras que triunfarán durante todo el siglo XVIII.
La obra aquí representada, Los amantes suicidas de Sonezaki, se estrenó en 1703, en plena madurez creadora del autor Chikamatsu. El éxito fue tal que el teatro Gidayü, donde se representó y que estaba amenazado de bancarrota, se recuperó, y la obra dio lugar a imitaciones y adaptaciones sinnúmero. Es más, su éxito impulsó al autor a concentrarse en el mismo tema. Desde entonces escribió más de veinte dramas sobre el suicidio por amor. Y, causa o consecuencia, el hecho es que en la primera década del siglo XVIIl se extendió la moda que los amores imposibles del pueblo de Osaka se resolvieran en la muerte voluntaria de la pareja de enamorados quienes de esa forma esperaban reunirse para siempre en el otro mundo. Tanto fue así que, aunque sobre el suicidio en la sociedad japonesa nunca ha pesado el estigma social y religioso que tiene en Occidente, las autoridades se vieron obligadas a intervenir y establecieron la criminalidad del suicidio por amor: si alguno de los dos amantes sobrevivía, era condenado a la marginación -pena tremenda en una sociedadgrupista como la japonesa de entonces- o frecuentemente se convertía en reo de muerte y su cuerpo, igual que el del suicida, era expuesto con escarnio como si se tratara de un vulgar malhechor. Chikamatsu cultivó dos subgéneros teatrales: obras históricas y costumbristas. Los amantes suicidas de Sonezaki pertenece al segundo grupo, llamado sewamono. Se caracterizan estos dramas por ocuparse de la gente común y corriente de las ciudades, por basarse en costumbres y afanes cotidianos (como, en esta obra, el causado por la devolución de un dinero), por mantener una fuerte unidad de tiempo y lugar. Estos rasgos, así como unas caracterizaciones psicológicas de cierta complejidad y un lenguaje de gran lirismo y profundidad alusiva, constituyen la gran innovación de Chikamatsu. No solo se trataba de retratar a la sociedad de su tiempo, sino también de dramatizar los sucesos acaecidos recientemente con una rapidez casi periodística. En efecto, los sucesos representados en esta obra sucedieron solo unas semanas después de que ocurrieran realmente. El mes de abril de 1703, el dependiente de una tienda de
Osaka llamado Tokubei, y una profesional del sexo llamada Ohatsu cometieron suicidio por amor, lo cual fue la comidilla de la ciudad durante un tiempo. Chikamatsu, que entonces, vivía en Kioto, se enteró de la noticia en una de sus visitas a Osaka y decidió dramatizar e! suceso. A las tres semanas había terminado la obra: El argumento fue presentado de manera tan creíble que los espectadores no solo creían estar ante una recreación de los sucesos hacía poco ocurridos en su misma ciudad, sino que sentían que, en el marco de la artificiosidad del muñeco, las palabras de este podían haber sido pronunciadas y los gestos realizados por ellos mismos. ¿Acaso no es profundamente humano, y turbadoramente vigente, e! conflicto entre sentimiento -el amor que se profesan los protagonistas- ye! deber -las obligaciones que los atan a sus familiares, el compromiso social de la devolución de un préstamo? Un conflicto especialmente agudo en una sociedad tan fuertemente jerarquizada como lo era la japonesa del siglo XVIII. Llama la atención en Los amantes suicidas de Sonezaki, la última escena, que cubre el viaje que los dos enamorados emprenden hacia la muerte. Es el michiyuki, la secuencia poética tomada de la narrativa medieval religiosa. El michiyuki servía para pacificar el espíritu de los muertos, para marcar un clímax lírico y para permitir a los intérpretes -e! declamador, los titiriteros, el músico y el dramaturgo- desplegar su arte y convertir e! doble suicidio en un pasaje bellamente triste. Un pasaje transido de ese antiguo valor estético ya mencionado, la dulce melancolía ante lo inevitable (mono no aware), y donde se compara el vivir a «soñar en el sueño». Uno de los pasajes más bellos de la literatura japonesa, al decir de Donald Keene. Unidos por amor, Ohatsu y Tokubei «se regocijan en e! camino hacia la muerte» porque tienen la esperanza de reunirse en e! paraíso. Y felices se van al otro mundo mientras e! espectador, cautivado por la magia de! espectáculo, se queda conmovido ante la suerte de esta pareja con e! destino y e! mundo en su contra. El dinero puede ser todo en esta vida, pero, gracias a la fuerza de su amor, habrá felicidad en e! mundo venidero para los dos amantes. Con lo cual, llegados a este punto, el espectador puede ser asaltado legítimamente por una pregunta: ¿Triunfa el amor de una pareja que elige morir para estar siempre unida en la otra vida o, más bien, triunfa la sociedad que reprueba tal amor? Un interrogante y dos regalos para este otoño que empieza. Todo un agasajo para el público de Madrid el cual, a pesar de la extrañeza cultural y de los 300 años de distancia, podrá degustar el lenguaje universal y eterno del arte del bunraku: la magia de! deslumbrante artificio de unos muñecos que sienten, tal como nos la regala hoy Hiroshi Sugimoto con su versión de Los amantes suicidas de Sonezaki.
HIROSHI SUGIMOTO Nacido en Tokio en 1948, Sugimoto vive en Nueva York desde 1974. Ha obtenido reputación internacional como fotógrafo y sus trabajos se han expuesto en grandes museos en todo el mundo. En 2008 fundó el New Material Research Laboratory, una oficina de diseño arquitectónico, y se le encargó el diseño interior y paisajístico del Izu Photo Museum en la prefectura de Shizuoka. Entre sus escritos más recientes se incluyen Sense of Space, publicado por Magazine House, y Origin of Art, su segunda recopilación de ensayos, publicado por Shinchosha. Como experto en antigüedades japonesas e internacionales, y artes teatrales tradicionales, Sugimoto ha dirigido desde 2011 la producción sanbaso Kami Hisomi Iki. Kami Hisomi Iki se representó en el Museo Solomon R. Guggenheim de Nueva York en marzo de 2013. Sugimoto fue premiado con el21° Praemium Imperiale en 2009 y con la Medalla con Cinta Púrpura por el Gobierno japonés. En 2013 el Gobierno francés le nombró Oficial de la Orden de las Artes y las Letras.
SEIJ\ TSURUSAWA Nacido en Osaka en 1945, es un experto intérprete de shamisen para ningyó jóruribunraku. En 1953, a la edad de 8 años, comienza su aprendizaje con Tsurusawa Seiroku IV. Desde los treinta años trabajó durante más de una década junto a KoshijidayU Takemoto IV, un famoso intérprete de shamisen declarado Tesoro Nacional Viviente. En 2004 obtuvo el Premio Imperial de la Academia Japonesa de las Artes. En 2007 es declarado Portador de Bienes Culturales Intangibles Importantes (Tesoro Nacional Viviente).
TABAIMO Nacida en Japón, en la prefectura de Hyogo, en 1975. En 1999, la video-instalación animada Japanese Kitchen (Nippon no daidokoro), que creó como proyecto de graduación de la universidad, fue premiada con el Gran Premio en el Kirin Contemporary Award. En 2001 participó en la primera edición de la Yokohama Triennale siendo la artista más joven seleccionada. Tabaimo ha formado parte de numerosas exposiciones colectivas internacionales como la Bienal de Sao Paulo (2002) y la Bienal de Sidney, y seleccionada como representante del pabellón japonés en la Bienal de Venecia en 2011. Actualmente es una de las creadoras de video-instalaciones más demandadas. Tabaimo ha tenido diversas exposiciones individuales: YOROYORON en el Hara Museum of Contemporary Art (Tokio) en 2006, "TABAIMO" en la Fondation Cartier pour l'art contemporain (París) en 2006, "TABAIMO: DANMEN" en el Yokohama Museum of Art y National Museum of Art (Osaka) en 2009-2010. Una exposición a gran escala está actualmente prevista para 2014 en el Museum of Contemporary Art de Sidney (Australia).
Producción / Dirección artística / Arte visual: Hiroshi Sugimoto Composición / Dirección musical: Seiji Tsurusawa Coreografía: Waka Yamamura Visuales: Tabaimo PRODUCCIÓN ESCÉNICA Director Escénico: Toshito Yamazoe (KANSAI BUTA!) Equipo técnico: Yasumasa Ido (KANSAI BUTA!) Hirozumi Shibao (KANSAI BUTAI) Masato Mori (KANSAI BUTAI) Yasushi Ayano (KANSAI BUTAI) Koji Ujiie (Bunraku Kyokai) Técnico: Mayumi Komeda (National Bunraku Theatre) Vestuario: Peluquería - Títeres: Akiko Takahashi (National Bunrak~ Theatre) Utilería: Misa Kojima (National Bunraku Theatre) EQUIPO TÉCNICO Director Técnico: Akihito Kumaga (SETAGAYA PUBLIC THEATRE) Jefe de Producción: Jumpei Fukuda (SETAGAYA PUBLIC THEATRE) Diseño de iluminación: Kohsuke Sugimoto (SETAGAYA PUBLIC THEATRE) Jefe de equipo - Iluminación: Atsushi Nishikura (SETAGAYA PUBLIC THEATRE) Operador de Iluminación: Minori Koike Jefe de equipo - Sonido: Yasumasa Ogasawara (SETAGAYA PUBLIC THEATRE) Operador de proyección: Akihiro Sugiyama (SETAGAYA PUBLIC THEATRE) Director de proyección: Yasushi Kishimoto Efectos de Sonido: Shinichiro Ogata Creación Marionetas (Ohatsu y Kuheiji): Kanjuro Kiritake, Yoichiro Amari, Shoji Nagoshi Escenografía: Ishimaru Katumata Meiboku Kougyou Tomoyuki Sakakida Architect and Associates co.,ltd. KANSAI BUTAI Gion Saito EQUIPO DE PRODUCCIÓN Yutaka Adachi (Odawara Art Foundation) Productor: Izumi Shibasaki (Fundación Japón Madrid) Producción: Alejandro Rodríguez (Fundación Japón Madrid) Norihisa Tsukamoto (Fundación Japón) Yoko Kitagawa (Fundación Japón) Fumiko Nishihara (Bunraku Kyokai) Takio Okamura Atsuko Koyanagi (Odawara Art Foundation) Shinichi Mita (Bunraku Kyokai) Chieko Inamasu (Odawara Art Foundation) Comunicación: Masako Taira (TM PRESS) © Hiroshi Sugimoto, courtesy of Odawara Art Foundation Imágenes:
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We believe young people possess many hidden talents. That is why we are doing our best to uncover these talents and make certain they do not go to waste. www.mitsubishicorp.com
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