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Dos arrieros lagarteiros pág

SIERRA DE GATA ONÍRICA (HISTORIAS, LEYENDAS Y ANÉCDOTAS) SIERRA DE GATA ONÍRICA (HISTORIAS, LEYENDAS Y ANÉCDOTAS)

con sus antiguos compañeros de batallas y durante mucho tiempo siguió instruyendo a los se habían visto perturbadas. Por no hablar del descenso en sus ingresos por las misas que le soldados de su nacionalidad que se encontraban acantonados en Coria. encargaban los vecinos del pueblo y de las que hasta entonces tenía el monopolio absoluto. Hasta el final de sus días su vida transcurrió de pueblo en pueblo de esta serranía Cuando se iban acercando a la Cruz del Humilladero observó que la gente se altoextremeña; aunque siempre, al atardecer, procuraba estar de vuelta a su nuevo hogar, el arremolinaba entorno a algo. Mediante empujones se abrió paso entre sus parroquianos; quienes Convento de San Miguel en San Martín de Trevejo. observaban atónitos como Fray Mateo Iulian rezaba, frente a la citada Cruz, suspendido en el aire. Poco a poco su vida se fue agotando hasta que una noche de invierno y después de una vida intensa, ésta llegó a su fin. Sus hermanos conventuales y sus vecinos mañegos decidieron -¡Bendito sea el Señor! –exclamó el Presbítero, mientras se santiguaba a toda prisa. enterrarlo en la iglesia del Convento, más concretamente en el lado de la Epístola. Dº Remigio había leído y escuchado muchas veces hablar de la capacidad de levitar que

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Los años transcurrieron y entre aquellos que lo conocieron nunca se olvidó sus tenían aquéllos considerados como Santos; pero jamás pensó que llegaría a verlo en esta vida penitencias, apostolado, méritos y virtudes. Ya en el año del Señor de 1675 su tumba fue abierta terrenal. y se encontró su cuerpo incorrupto, siendo trasladados dichos restos en loor de santidad. Inmediatamente se arrodilló y ordenó a todos los presentes que hiciesen lo mismo que él y que le acompañasen en el rezo del Rosario; ya que sencillamente lo que estaban viendo era la prueba manifiesta de que los milagros existían. LEVITANDO18 Santiago, el joven sacristán del presbítero de la parroquia del Azevo, corrió todo cuanto pudo hasta llegar a la sacristía de la Parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles. Sin pedir SAN FRANCISCO DE ASÍS19 permiso, entró de dos zancadas; mientras Dº Remigio, el párroco, se giraba asustado, preguntándole alarmado:En el horizonte, como si de un espejismo se tratase, se veía cada vez más cerca la silueta de dos hombres; que pobremente vestidos se acercaban hacía la cueva que habitaba, ya desde -¿Se puede saber qué pasa para entrar de esta manera en la Casa del Señor?, ¿Es qué hacía varios años, Juan; el eremita de Descargamaría. alguien ha robado Xálama? -¿Qué se les ofrece a Ustedes en un día de tanto calor como el de hoy?-preguntó el Santiago creía que el corazón se le iba a salir por la boca; hasta que al fin, apoyado ermitaño. sobre la mesa de la Sacristía, pudo empezar a articular alguna palabra, entre jadeo y jadeo. -Buen día-respondió uno de ellos-; mientras el más joven se cobijaba bajo la sombra de -¡Dº Remigio……!, ¡Tiene Usted que acompañarme, tiene que ver lo que está un castaño. Venimos de muy lejos, concretamente desde Ciudad Rodrigo; aunque él sucediendo!viene desde más lejos todavía, exactamente desde la ciudad del Apóstol, de visitar las reliquias del Santo. Al internarnos por estas tierras nos hemos quedado maravillados de -Vamos tranquilízate, toma un vaso de agua y explícate de una vez, que me estás la belleza de las mismas, parecen el Jardín del Edén. asustando –le ordenó Dº Remigio a su pupilo. -Pues sí, es una tierra excepcional, abundante en agua y rica en frutos; cualquier cosa Santiago dio dos sorbos al vaso de agua y mientras se secaba el sudor de la frente, le que uno plante se multiplica por tres -respondió humildemente el eremita. dijo a su Maestro: Cerca de la cueva observaron los viajeros una pequeña cascada de agua, que convertía -Fray Mateo Iulian está rezando en el aire. los alrededores de la misma en unpequeño vergel. El más anciano de los dos preguntó: -¿Cómo que está rezando en el aire? –le espetó Dº Remigio. -¿Cómo se llama esa torrontera de agua? -Sí, Pater –contestó Santiago, sin entender muy bien todo lo que estaba sucediendo. -El Chorro del Águila –precisó el ermitaño. DºRemigio tomó la Biblia y ordenó a Santiago que le acompañase. En su cabeza sólo En ese instante el másjoven, que hasta entonces no había hablado, dijo: había un pensamiento; desde que los franciscanos habían llegado al Azevo su paz y tranquilidad

18 Relato inspiradoen el libro de Fray José de Santa Cruz: Crónica de la Provincia Franciscana de San Miguel19 Relato inspiradoen el libro de Domingo Domené: Historia de Sierra de Gata.

Abril de 2012Mayo de 2012

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