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Pasar más hambre que un maestro de escuela pág

SIERRA DE GATA ONÍRICA (HISTORIAS, LEYENDAS Y ANÉCDOTAS) SIERRA DE GATA ONÍRICA (HISTORIAS, LEYENDAS Y ANÉCDOTAS)

con un sexo tradicional y arcaico en el que sólo disfrutaba el hombre. Ella había dado ese paso, Por fin llegó a la casa del astrólogo;eraéstaun antiguo palacio en desuso de la Orden del que era consciente,que marcaría un antes y un después en su vida y en la relación futura con de Alcántaraque el Maestre había ordenado acondicionar para su amigo y asesor. Antes de los hombres.golpear la aldaba de la puerta se paró ante ella, respiró hondo y observó el arco de medio punto y el cordón labrado en piedra que lo adornaba y que expresaba el pasado religioso de la casa.

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Tanta fogosidad,le produjo una de laserecciones más intensas jamás vividas a un Por fin se animó a cumplir el cometido que le había llevado hasta allí. Al poco rato la puerta se hombre capaz de contar sus conquistas a cientos. Esa chica era especial y él lo acababa de abrió y el rostrode una joven iluminadopor un pequeño candil de aceite le preguntó por el descubrir, por fin decidió dejarse llevar por el momento y su lengua recorriótodas las partes de motivo de su presencia en una noche tan desagradable. Alonso le entregó el mensaje del ese bello Monte de Venus; mientras con la punta de su lengua estimulaba un clítoris que Maestre y transcurrido un tiempo la figura de un hombre enjuto, con una luenga barba y una enloquecía a la mujerhasta límites desconocidos; impregnando todo su sexo de una capa que cubría una ceremonial túnica cruzó el umbral de la puerta,no sin antes besar la lubrificación que les permitió a ambos una consumación, mientras semanteníanfijamente la Mezuzá,y sin indicarle nada más a Alonso comenzó a andar bajo la lluvia torrencial; mirada.esquivando una y otra vez los riachuelos que bajaban en tromba por las empinadas calles de

Gata. Cualquier experienciaque le hubiesen contado sus amigas se quedaba corta;aquello era mejor de lo esperado,pero ella quería llegar más lejos de lo que las otras mujeres que habían Alonso se encomendó a todos los Santos conocidos, temía que el mago, astrólogo y yacido con este adonis habían llegado. Leempujó y le obligó a abandonar su cuerpo, él se astrónomo anulase su voluntad e hiciese con él lo que quisiese, por ese motivo le seguía a extrañó e incluso estuvo a punto de preguntar si es que había hecho algo quéa ella no le hubiese distancia,pero sin perderlo de vista; por fin llegaron al palacio del Maestre, la puerta estaba gustado; era ahora él el que quería continuar, lo necesitaba, ninguna mujer con las que había abierta y un sirviente lesesperaba a la entrada. Abraham se quitó la capamarcada con su roel estado le había provocado tal estado; pero ella se bajó de la mesa, se desprendió del resto de su burdeos, que denunciaba públicamente su credo hebrero;se atusó el pelo mojado y sin preguntar ropa y totalmente desnuda se puso de espaldas a él;se apoyó sobre la mesa con sus manos a la nada se encaminó a las escaleras, las cuales subió con cierta dificultad hasta llegar a la última vez que desplazabasus piernas a derecha e izquierda. El varón comprendió inmediatamente lo planta. que demandaba su amante y acercándose lentamente a ella la penetró una y otra vez, al mismo tiempo que le mordisqueaba la nuca. Ambos deseaban que ese momento no pasase, el sudor de -Buenas noches Rabí-se escuchó desde el fondo de la habitación. ambos se mezcló en sus cuerpos mientras la intensidad del acto losllevó al clímax.Fue entonces cuando lasfuerzasde sus piernaslesfallaron,y ambos cayeron al suelo acariciándose -Buenas noches Señor-contestó el Rabino. denuevo;mientras la gelidezde las baldosas del suelo les provocaba a ambosintensos escalofríos por aquellas partes del cuerpo que las rozaban y que aplacaban el calor de unos -Por fin he conseguido que terminasen el trabajo que había encargado a los pintores que cuerpos jóvenes y fogosos.traje desde Salamanca ¿Qué te parece Abraham? Transcurrido un largo silencio ambos se levantaron y comenzaron a vestirse El Maestre asió con sendas manos dos candelabros que se hallabanencendidos en una rápidamente, tenían miedo de que alguien pudiese entrar en la sacristía y los descubriesen. Él se mesa y alzándolos iluminó la inmensa bóveda recién decoradadel palacio. Abraham recorrió la puso su hábito de monje de nuevo y ella se arregló lo mejor que pudo para volver a seguir estancia con la cabeza erguida,como si estuviese leyendo el firmamento. siendo la mujer discreta y pura por la que la tenía toda la población; aunque ella tenía claro que jamás se volvería a confesar con tan magnífico amante como el de esa tarde. -¿Qué opinas?-preguntó de nuevo el Maestre a su amigo y asesor. -Es una esfera celeste perfecta, están todos los signos zodiacales y los planetas. ABRAHAM ZACUTO34 -La he ordenado pintar para que de manera confidencial me puedas instruir en la astrología y en la astronomía, ciencias en las que eres versado;pero ademáspara que la Alonso caminaba circunspecto bajo la lluvia por las calles empinadas de la villa de puedas utilizar en el trabajo que te he encomendado y que sé que ya has comenzado a Gata,se dirigía de mala gana al barrio del Torrejón;lugar en el que residíael judío Abraham escribir;eseTratado Breve en las Influencias del Cielo,y que espero puedas terminar de Zacuto,a quien su amo,el Maestre de la Orden de Alcántara, Don Johan de Zúñiga y Pimentel, escribir en estas tierras de Jálama,que serán nuestra morada definitiva amigo. le había ordenado que avisase para que se personase de manera presta en supalacio deesta villa de Sierra deGata.Abraham asintió y haciendo una pequeña reverencia se retiró dejando al Maestre solo en la habitación contemplando la magnífica esfera celeste que había ordenado pintar. El rabino no

Alonso había escuchado todo tipo de relatos sobre este judío llegado a Gata desde quiso contradecir a su Señor,pero sabía por las estrellas y el zodiaco que ni su Señor ni él Salamanca de la mano de su amo. Le tenía pánico,pues eran muchos los que le calificaban de finalizarían sus días en estas tierras; ya que los signos le habían anunciado en la carta astral del mago nigromante capaz de subvertir la voluntad de las gentes a su antojo. Maestre que éste acabaríasus días en Sevilla y que él yacería finalmente fuera de Sefarad, obligado por la intolerancia y el desconocimientode una sociedad envidiosa e idólatra.

34 Relato inspiradoen el libro de Marciano Martín Manuel: Abraham Zacuto, Astrólogo de Don Juan de Zúñiga..

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UN AMOR PÉTREO35 que sea capaz de recitar, en una noche de eclipse lunar,el verso que he dejado labrado en uno de los sillares de piedra que he ocultadoen la fachada de una de las casas de esta Las tropas cristianasdel Rey Don Alonsoretornabandesde Alcántara de una de sus aldea. múltiples razzias por tierras ismaelitas;cuando descubrieron en un monte rocoso, del territorio dela Vetonia, una inmensa fortaleza que era una de las joyas abaluartadasque los moros En ese instante el sol se apagó y una inmensa neblina,mezclada con humo,lo invadió poseíanen estas tierrasyque con el tiempo pasaría a ser laEstremaduraLeonesa. El Rey se todo de nuevo y a continuación la viejadejó de estar presente, había desaparecido sin dejar decidió a tomarla con el empuje brioso de sus soldados,que estaban deseosos de mostrarlesu rastro. Todos miraron a uno y otro lado;pero allí sólo permanecían inmóviles las dos figuras valor.pétreas del moro y la mora como las había denominadola vieja hechicera. Los moros la defendieron todo lo bien que pudieron;pero al fin la fortaleza cayó en El regio Alonso ordenó a sus tropas que desmontaran pieza a pieza aquellas dos figuras manos de las huestes cristianas,quienes permitieron a los supervivientes abandonarla con vida. humanas de piedra, a las que consideraba un engendro del mal y que sus restos fuesen esparcidos por los edificios de la villa;para que jamássepudiesen unir yelfin delhechizo de la

El olor a sangre y a madera calcinada recorría todo el recinto amurallado y los viejafuese llevado a cabo yasíel moro a la mora retornasen a su estado humano. cadáveres se amontonaban por las calles y en el interior de las viviendas; era un espectáculo dantesco que se incrustaba en la retina del Rey y de sus generales mientrasestosrecorrían el Desde entonces el sexo de ambos se encuentra a uno y otro lado de la puerta principal trayecto que les conducía hasta la torre del homenaje. de acceso a la fortaleza de Santibáñez el Alto, también conocida por SanJuan de Máscoras.

Mientraslos rostroshieráticosde ambosdecoran la fachada de una vivienda de la localidad,

Justo cuando se disponían a flanquear el umbral de la entrada que permitía el acceso al permaneciendoéstosatentos alos moradores de la villa y alosvisitantes de la mismacon la patio de armas el Soberano ordenó a sus acompañantes que se detuvieran. Él y los aristócratas esperanza de quese apiadende su desdichay algunode ellosse digne a recitar el verso escrito que le acompañaban desmontaron de sus caballos y entre el humo que salía de los edificios de en piedra oculto en algunade las paredesdeuna delascasas de esta población serragatina. los alrededores se acercaron a la figura humana que habían divisado a lo lejos.La anciana se encontraba sentada sobre una inmensa roca y de vez en cuando soltaba una carcajada Son unos cuantos hasta la fecha los que han localizado la piedra con el versículo y que espeluznante que atemorizó a esos aguerridos soldados curtidos en mil batallas. han intentado romper, en una noche de eclipse lunar de Sierra de Gata, con el maleficio; afrontando el reto deleer los versos grabados en la piedraque dejó allí grabados la hechicera; -¿Por qué no te has ido con los demás?-preguntó el Rey. pero la erosión y el desconocimiento de la lengua islámica se lo ha impedido a todosellos. Y mientras tanto el moro y la mora observan impasibles el paso del tiempo y como su amor -¡Jaaa, jaaaa, jajaaa!-fue la única respuesta que obtuvoel magno soberano a su continúa siendo imposible. inquisitorial interés. El Rey y sus acompañantes observaron detenidamente a la anciana y cuando levantaron la vista y el humo desapareció se descubrió ante ellos dos inmensas esculturas de piedra,a uno y UN DESAHUCIO otro lado del pórtico. -Anciana, ¿Qué son esas dos figuras de piedra que hay a tu derecha e izquierda? Tenía entendido que el Islam prohibía la representación de las figuras humanas. -Mamá, mamá; la señora que está aquí todas las tardes y que no nos deja jugar en el huerto viene la calle arriba con un señor muy bien vestido. -Schusss, ¡Silencio desdichado,que os observan y os escuchan! Son el moro y la mora. La hija pequeña de Angélica anunciaba un desastre familiar mayúsculo que ella estaba -¿El moro y la mora? previendo desde hacía ya bastante tiempo. Una de las usureras más poderosas del pueblo, a quien llevaba pidiendo dinero prestado desde hacía casi un año, venía acompañada del notario -Ella es unaprincesade estirpe imperial,descendiente de la realeza siria,y su amadoen público de Sierra de Gata. cambio posee la sangre impura bereberdel norte de Ifriqiyya. Ambos habitaban en esta fortalezay su amor lo mantuvieron oculto hasta que el envidioso y advenedizo contador Angélica intentó guardar serenidad,pero sabía lo que se le venía encima.Por la mala del reino,quienaspiraba al trono,lo descubrió y lo denunció al padre de la princesa.A cabeza de su marido, uno de los hombres de las familias más ilustres de Sierra de Gata, era quien,como comendador de los creyentes,no le quedó más remedio que castigar esa probable que todos sus temores se hiciesen realidad. relación prohibida entreesasdos razas del islam. El Emirse puso en contacto conmigo y yo me encargué de crear elmaleficio que los convirtióen piedra e impedirádicha Su marido era un jugador empedernido que había desatendido la gestión de todos los relación por los siglos de los siglos. El hechizo sólo se romperá cuandolleguealguien bienes heredados de su familia;ya quepara él no existía más obligación que pasar el día en el casino del pueblo apostando y fanfarroneando de su pasado ilustre y de sus amistades de

Salamanca y Cáceres;mientras su patrimonioibamenguando ysiendo malvendido para hacer frente a los gastos domésticos y a su vicio obsesivo de los naipes. Durante todo ese tiempo

Angélica había luchado por salvaguardar todo lo posible los bienes de la familia; pero como solían decir por estas tierras: De donde se quita y no se pon, pronto se le ve el hondón.

35 Relato inspiradoen el libro de Torres Tapias: Crónica de la Orden de Alcántara. Yen la tradición oral de Santibáñez el Alto

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