TORRECILLAS DE LA TIESA Y SU TERRITORIO
José Antonio Ramos Rubio Académico C. de la Real Academia de la Historia
Torrecillas de la Tiesa y su territorio. Autor: José Antonio Ramos Rubio. Edita: Diputación Provincial de Cáceres. Diseño y maquetación: Departamento de Imagen de la Diputación de Cáceres. Imprime: Imprenta Provincial de la Diputación de Cáceres. Depóstito Legal: CC-000133-2020
Cáceres, junio de 2020
A mis amigos Remedios Cuesta y JesĂşs Barbero
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PRÓLOGO...................................................................................................................... 7 I.- EL MEDIO NATURAL........................................................................................... 11 1.- Situación geográfica............................................................................................ 11 2.- Arquitectura vernácula........................................................................................ 25 II.- LA HISTORIA......................................................................................................... 37 III.- EL PATRIMONIO ARTÍSTICO.............................................................................. 101 1.- La iglesia parroquial de Santa Catalina............................................................... 101 2.- El rollo jurisdiccional.......................................................................................... 121 3.- Casas fuertes, cortijos y palacios......................................................................... 124 4.- Los puentes.......................................................................................................... 138 IV.- TRADICIONES POPULARES............................................................................... 159 V.- BIBLIOGRAFÍA...................................................................................................... 175 VI.- DOCUMENTOS.................................................................................................... 189 VII.- CUENTO (Florentino Escribano Ruiz).................................................................. 211
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PRÓLOGO
Empezar con estas líneas que anteceden el presente libro de José Antonio Ramos es todo un honor por un motivo esencial, porque se trata de una publicación que versa sobre la historia y el patrimonio de Torrecillas de la Tiesa. Es por ello que la presente edición, además de constituir un orgullo para nuestro municipio, se convierte en el libro obligatorio de consulta para aquellas personas que quieran indagar en nuestro pasado histórico y conocer de primera mano nuestro rico patrimonio arqueológico y cultural, gracias a esta interesante labor realizada por el Académico José Antonio Ramos, Cronista Oficial de Trujillo. Pero, mi satisfacción es todavía mayor, pues tenemos ante nosotros un auténtico legado que vamos a dejar a nuestros hijos. Porque, la historia, según lo afirmaba Cicerón antes de la era cristiana, es maestra de la vida. La transmisión del conocimiento es uno de los actos más sensibles del comportamiento humano. José Antonio profundiza en la consideración del paisaje, la realidad urbana, el estudio de nuestro patrimonio, el rollo como símbolo de villa independiente de Trujillo, la iglesia parroquial de Santa Catalina presentándonos un estudio pormenorizado de cada uno de sus elementos culturales y con un estudio más exhaustivo de nuestra Patrona la Virgen de los Remedios, que tiene como característica singular el hecho de poseer tres manos, configuradora de la identidad local. Asimismo, profundiza en nuestras tradiciones populares. Otro de los fines que persigue el autor es, el de que sirva este libro de medio educativo a las infancias poniendo a la consideración de la misma, cuánto merece y exige de ellos esta patria chica y, a la vez, satisfagan su curiosidad, sabiendo, cómo se ha formado el pueblo en que ellos nacieron y donde nacieron sus padres y abuelos. Por ese motivo incluye un cuento al final del mismo cuyo autor es Florentino Escribano. 7
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Este libro, a través de su completo y certero repaso por nuestra historia, desde la Prehistoria hasta nuestros días, es sin duda una valiosísima aportación, destinada a clarificar muchas dudas y a servir de guía y de referencia para todos aquellos que quieran conocer, el conocimiento de la realidad, nuestro pasado y nuestro presente. Este libro puede ser un buen recurso para continuar valorando y potenciando nuestro territorio, aunando esfuerzos para entender la gestión cultural y turística, pues si hay un elemento diferenciador entre cada destino es la cultura y la tradición del mismo y, nosotros desde Torrecillas de la Tiesa, hacemos gala de varios elementos diferenciadores con los que podemos gestionar este elemento en favor del enriquecimiento de la experiencia turística, consiguiendo que nuestro municipio se convierta en un destino obligatorio que potencie su cultura y que sea más competitivo de cara a poder generar producto turístico más auténtico. Tomás Sánchez Campo Alcalde de Torrecillas de la Tiesa
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AGRADECIMIENTOS
A Florentino Escribano Ruiz por permitirme incluir su cuento en esta obra. A Manuel Murillo Vaquero por cederme algunas fotografías; a Adrián, Pablo y Alberto García por las anotaciones facilitadas; a Juan José Sánchez Barquilla; a mi amigo Francisco Pérez Solís, al que agradezco la información detallada de algunos asentamientos y a Óscar de San Macario y Francisco López Muñoz por facilitarme algunas fotografías, así como a mi amigo Alejo Leal Muro. A mis amigos Miguel Castro Castro, SecretarioInterventor del Ayuntamiento de Torrecillas y a Remedios Cuesta y Jesús Barbero Mateos, por su colaboración. Y, por supuesto, a Tomás Sánchez Campo, Alcalde de Torrecillas de la Tiesa; así como a Presidencia y al Servicio de Imagen de Diputación Provincial de Cáceres por la edición de esta obra. El autor.
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I.- EL MEDIO NATURAL
1.- Situación geográfica El nombre del municipio nos confirma la presencia de elementos defensivos (torres, atalayas) en la antigua vía Emerita–Toletum por el Vado de Albalat, no olvidemos la existencia de varios castros en la ribera del Almonte, tal es el caso del castro celta de La Coraja o los restos de atalaya localizados en el camino que conduce desde Torrecillas a Deleitosa. Además, este municipio se ubica en una zona de llanuras ligeramente onduladas o “tiesa”, de donde toma definitivamente su nombre1, con una extensa campiña rodeada de tierras de secano y bosque de encinas, y un relieve alomado con altitudes en dirección noroeste-sureste que oscilan entre los 350 y 600 m, parte de la meseta trujillano-cacereña, tan solo accidentada por pequeñas colinas. El suelo es una formación litológica del Paleozoico Inferior, Cámbrico y Silúrico. El origen del nombre del municipio hemos de buscarlo en los abundantes topónimos aludidos a las torres en la zona: Torre de la Coraja cerca de la dehesa de Torrecilla, próxima al Carrascal. la Torre de Sancha Alonso, que dicen de Corajo, Torreherrera. Torre Muriel, Torre Menga o Torre Mengada, Palacio de Carmonilla, Los Casarones de Tozo, en la que hay indicios de antigua población que podía ser la Torre de Mingo Caro. También la “Torre de Gonzalo Díaz en la dehesa de Torrecilla, en el camino de Trujillo a los puentes de Don Francisco sobre el río Almonte; se advierten restos de una muralla formando cuadro, y sus esquinas fortificadas con cubos o torres redondas; y a su alrededor, indicios de población…”. 1
Interrogatorio de Tomás López, respondido en diciembre de 1785 por don Josef González Santos de San Pedro, “cura theniente de la parroquial de Santa Catalina de esta villa de Torrezillas, el único que hace referencia al nombre de la localidad, afirmando: “esta villa de Torrezillas está situada en una tiessa y zerro, que por esso los antiguos la nominan de la Tiessa”. Vid. BARBERO MATEOS, 2013, 97.
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“(...) Los castillos y fortalezas antiguas, denominados Castillejos, en las alturas del río Almonte y camino que va desde Aldea Centenera a Solana; sólo existen pequeños restos del Castillejo de la Coraja, en la dehesa del mismo nombre, en lo interior de los montes de Tozo, a la izquierda del camino de Trujillo a Jaraicejo y derecha del río Tozo; hay restos de una casa fuerte, y se conserva una torre de bastante solidez, y alguna bóveda de cantería en las habitaciones bajas. La Villeta, en la dehesa denominada Azuquén de Villavieja, en la confluencia de los ríos Tozo y Almonte; se conserva casi toda la muralla antigua; forma un cuadrilongo de este a oeste; y dentro de él, se advierten restos de casas y otros edificios; el cerco podría contener una población de 400 vecinos.” (...)”2. Posiblemente, los trashumantes que procedían con el ganado desde Castilla pusieron el nombre a la localidad, quizá fueran los procedentes de Torrecillas de Camero (Logroño), que es una zona muy montañosa. “Tiesa” debió de ocurrírseles por el palpable contraste con su región de origen. De hecho, los ganaderos trashumantes de la familia Martín procedían de Torre de Cameros y fueron los primeros vecinos de Aldea Nueva (Aldeacentenera). Tenemos otros ejemplos palpables en poblaciones cercanas, como es el caso de los estantes que se establecían en algunas aldeas o lugares para pasar la temporada de invierno y, de hecho, algunos se quedaron como los Sanz en Trujillo, Garciaz y Torrecillas3. Hay que tener en cuenta que este término está atravesado por una de las rutas importantes de la trashumancia, desde Mérida y Trujillo hacia Castilla, que partiendo de la Cañada Real Leonesa al sur de Trujillo, antes de alcanzar el río Magasca, pasaba por Torre Herrera, Torre Muriel, Torrecillas de la Tiesa y Venta del Colorao hasta el Puerto de Miravete, por donde discurre la Cañada Leonesa Occidental. Según opinión fidedigna del investigador Plaza Rodríguez, existió un lugar llamado La Tiesa, no lejos de La Coraja. Allí vivieron gentes sencillas, ganaderos en su mayoría, debido a su procedencia: Cameranos, segovianos, abulenses, hasta portugueses y gallegos4. Defiende el autor que La Tiesa, Torrecillas, Centenera y Aldeanueva eran “asientos” distintos en los libros sacramentales, y que Torrecillas de la Tiesa no se halla registrada 2 3 4
MALDONADO ESCRIBANO, 2005. I Libro de Matrimonio. Archivo parroquial de Torrecillas de la Tiesa. Según las investigaciones de PLAZA RODRÍGUEZ, 1991; PLAZA RODRÍGUEZ, 2001.
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hasta el año 1853. No obstante, hay documentos sobre la Capellanía de Torrezillas de la Tiesa desde al menos el año 1546 como así aparece en el testamento de doña Leonor Moñino del 24 de septiembre del citado año. Testamento que otorga doña Leonor Moñino de la “parte” que tiene en la “heredad y dehesa que se dice de Torrecillas de la Tiesa” al clérigo Juan Tierno “para que tenga cargo de rogar a Dios por el ánima de mi madre”. La población aparece también mencionada en un documento del año 1704, como capellanía de la dehesa de Torrecillas de la Tiesa. Torrecillas de la Tiesa es un municipio situado al noreste de Trujillo, regado por los ríos Almonte y Tozo, sobre este se encuentran dos embalses. El río Tozo atraviesa el término, por su lado suroeste, unos 10 km. En los dos ríos anteriores vierten sus aguas una serie de arroyos y arroyuelos que atraviesan las distintas fincas del término municipal. En el río Tozo desembocan: Charco de las carretas, arroyo Caballo, Cañada del Tejar, Arroyo Velasco, Arroyo de Vallespedro, Arroyo de Urguillón, Arroyuelo de los Cigüeños y Cañada de Fuente Blanca. Mientras que en el río Almonte desembocan: Arroyuelo de la Ramira, Arroyuelo de las Atalayas y Arroyuelo de Hocinillo. Existen también seis pantanos y cuatro lagunas, además de charcas aisladas en fincas particulares utilizadas como abrevaderos para el ganado. Torrecillas de la Tiesa pertenece a la comarca funcional de Trujillo, con una altitud de 480 m. Históricamente, las dehesas de encinas en sus márgenes se les ha denominado Montes de Tozo, desde la cercanía de Torrecillas y extendiéndose aguas abajo hasta el río Almonte5. De hecho el río Tozo nace de varios manaderos existentes en la Dehesa del Quinto del Roble, en el término municipal de Torrecillas de la Tiesa. También destacamos el cerro llamado Cabeza Noguera, punto geodésico dominante, situado al oeste de la Dehesa Boyal en La Solana de la finca Carmonilla, a unos 2 km de Torrecillas de la Tiesa, por el camino del Corchito, también conocido como la vereda del Cura y que junto a La Machota y La Talayuela constituyen los puntos más elevados del término municipal. Torrecillas de la Tiesa está unida a Jaraicejo y a Deleitosa por el río Almonte, al norte; a Aldeacentenera por el este; a Madroñera por el sur; a 5
Según el Mapa Geográfico del Obispado de Plasencia, elaborado por Tomás López en 1797. Fuente: Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Biblioteca Virtual del Patrimonio Bibliográfico.
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Trujillo en el Cruce y a lo largo de la Autovía A-5 hasta el Descansadero donde hay tres grandes puentes que atraviesan el río. Se une con Deleitosa y con Aldeacentenera. El clima es de tipo mediterráneo subtropical, siendo la temperatura media anual de 15ºC, presentando grandes oscilaciones con inviernos suaves (media de 5,9º y media de las mínimas absolutas de -5º) y veranos muy calurosos y secos (medias de 24,9º y media de las máximas absolutas de 44º). La precipitación media anual es de 685 mm, siendo la estación más lluviosa el invierno y la más seca el verano. La formación vegetal autóctona es del tipo durilignosa con un bosque esclerófilo mediterráneo representado por la encina y el alcornoque, junto a otras especies que forman el matorral: la jara, cantueso, aulaga, etc. La base de la economía es la agricultura de cereales, ganado ovino, bovino, porcino y caprino. En la dehesa pastan vacas y cerdos libremente, aprovechando de manera extensiva este hermoso medio natural modelado por el hombre. El pasto desarrolla un papel fundamental, ya que complementado con la abundante bellota, supone el alimento de la numerosa cabaña ganadera (cerdo ibérico, vacuno retinto, oveja merina…) que reside en estos extensos dominios. Al ser un medio natural extensivo que respeta el medio ambiente, habita en él una numerosa fauna silvestre (águila real, águila imperial, ciervo, jabalí…), que encuentra en la dehesa un refugio natural inalterado donde alimentarse y protegerse de la urbanización y contaminación creciente. Cobran especial importancia las zonas esteparias que constituyen el hábitat de diversas especies protegidas como avutardas, aguiluchos cenizos, etc. Y, frecuentemente, la observación de un gran número de aves, especialmente buitres del relativamente cercano Parque Nacional de Monfragüe. Importantes áreas para las aves ya que por Torrecillas de la Tiesa discurren varias vías pecuarias: Cañada Real del Puerto de Miravete, Vereda de la Cuerda de Berenga o el Cordel de Torrecillas de la Tiesa, destacando las Áreas Protegidas en el término municipal como son la ZEPA “Riberos del Río Almonte” y el LIC “Río Almonte”, limitando al noroeste con la ZEPA “Monfragüe y dehesas del entorno”. El gran estado de conservación de los espacios naturales como los existentes en nuestra zona, propicia la existencia de cientos de especies de aves, decenas de las cuales están casi extinguidas en el resto de Europa, como el buitre negro o la cigüeña. 14
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La superficie del término municipal es de 140 km cuadrados, de las cuales el 75% se dedican a pastos, representando las tierras de labor el 24% de las hectáreas. El total de las tierras dedicadas a cultivos están ocupadas por los herbáceos. En Torrecillas de la Tiesa predominan los latifundios sobre los minifundios, casi todos cercados con piedra, abarcan una pequeña área en los alrededores del casco urbano. Sus condiciones físicas generales condicionan los usos del suelo y las diferentes formas de ordenación del territorio, ocupando los latifundios el mayor porcentaje de todo el territorio. Las grandes dehesas del norte, las que están regadas por el río Almonte, son: El Carneril de la Zamoranita, Los Vallarinos, Carmonilla, Vallespedros, Cachiporro, Baldío de Urguillón, Baldío de Arriba, La Coraja, La Atalaya, Descansadero, Berenga, El Terzuelo de Monroy, Retuerta, La Suerte de los Mozos, El Águila, Valverde, La Pizarra, Señora, Labradillo y Pradillo, Quinto del Roble, El Ladrillar, El Boticojo. La población mantuvo un crecimiento regular hasta el año 1950 llegando a alcanzar los 2842 habitantes, a partir de los años 60 del siglo XX comenzó a descender por el despoblamiento, a causa de la emigración, provocando un fuerte envejecimiento poblacional (17 x 100 habitantes son ancianos) y un aumento de la mortalidad. La población responde a un urbanismo de desarrollo horizontal, excepto las calles cercanas a la iglesia, actuando la plaza donde se ubica el templo como centro catalizador del entramado urbano, quedando pocas viviendas de tipología popular.
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(Foto: Alejo Leal)
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JosĂŠ Antonio Ramos Rubio
Abejarucos aterrizando (Foto: Alejo Leal)
Abubilla (Foto: Alejo Leal)
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Alcaravan (Foto: Alejo Leal)
Calzada (Foto: Alejo Leal)
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Cigueñuela (Foto: Alejo Leal)
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Cuco (Foto: Alejo Leal)
Cuervo (Foto: Alejo Leal)
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Culebrera (Foto: Alejo Leal)
Zorro (Foto: Alejo Leal)
Ganado porcino (foto Lucas Cerezo)
Jabalí (Foto: Alejo Leal)
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Golondrina (Foto: Alejo Leal)
Milano (Foto: Alejo Leal)
Perdiz (Foto: Alejo Leal)
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Oropendola (Foto: Alejo Leal)
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2.- Arquitectura vernácula La arquitectura tradicional o vernácula, constituye una de las expresiones culturales más significativa de cada estructura socio-económica; es la expresión de la experiencia histórica de cada colectivo. Por eso, el principal factor que determina las diferentes formas y tipos constructivos es el sociocultural, por encima de cualquier otro factor como podrían ser las condiciones climáticas o las limitaciones materiales y técnicas. Testimonios materiales de arquitectura tradicional que definen la identidad de un territorio son los bohíos (bujíos) o chozos, los pozos de nieve y pozos de agua, los molinos, las zahúrdas, todas estas construcciones tradicionales son fieles testigos de la cultura y herencia de Torrecillas de la Tiesa y su término municipal. Un inventario para la puesta en valor de un patrimonio creado a lo largo de los siglos que debería de contar con todos los reconocimientos institucionales y las ayudas públicas para su conservación, al igual que lo reciben las construcciones monumentales (castillos, palacios, etc.), esfuerzo que desde el año 2001 viene reclamando la Asociación por la Arquitectura Rural Tradicional de Extremadura, la necesidad de proteger las construcciones populares mediante su inclusión como bienes culturales inventariados en el Inventario del Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura y su posible declaración como BIC. El concepto de vernaculismo6 en relación con la construcción surge en Inglaterra en el siglo XVII, aunque el término arquitectura vernácula ha sido explícitamente usado a partir del año 1818, en el momento en el que los edificios vernáculos en el hemisferio sur fueron vistos como objetos de curiosidad en revistas y libros europeos. Los viajeros narraban historias sobre los lugares exóticos que visitaron en África. Los arquitectos se interesaron en llevar el término vernácula a la teoría de la Alta Arquitectura 6
El término vernáculo se deriva de la latín vernaculus, que significa "doméstico, nativo, indígena", desde «verna», que significa "esclavo nativo" o "esclavo nacido en casa". El término vernáculo, en su planteamiento más general se refiere a lo propio de una determinada cultura, su utilización más frecuente está relacionado con la denominación de la lengua nativa de los individuos; sin embargo, en la actualidad el término vernáculo extiende su significado a todo aquello que converja en la base de la identidad, cotidianidad y rasgos fundamentales enraizados en la historia de cada cultura.
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en el primer cuarto del siglo XX. Adolf Loos, Frank Lloyd Wright7, y Le Corbusier elogiaron la arquitectura vernácula. Pero, el momento decisivo para la inserción del término en la Teoría de Alto Diseño fue la exposición “Architecture Without Architects” de 1964 en el Museo de Nueva York de Arte Moderno, esta exposición fue organizada por Bernard Rudofsky, y tenía como objetivo elevar las construcciones vernáculas de todo el mundo a la categoría de Bellas Artes. En 1976 el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios formó un comité especial para promover la cooperación internacional en el estudio y protección de la arquitectura vernácula. El creciente interés por este tipo de arquitectura alcanzó un hito en 1997 con la publicación The Encyclopedia of Vernacular Architecture of the World, bajo la dirección del folclorista británico Paul Oliver, convirtiéndose en una importante referencia para el debate sobre la arquitectura vernácula: identidad, pertenencia étnica, patrimonio, turismo, el objetivo, la reinvención de las tradiciones, el poder, el dominio, y la sostenibilidad. Hoy día, entendemos por Arquitectura Vernácula un tipo de arquitectura que ha sido proyectada por los habitantes de una región o periodo histórico determinado mediante el conocimiento empírico, la experiencia de generaciones anteriores y la experimentación, basadas en el desarrollo de las construcciones tanto rural como urbana, y catalogada por valores enriquecedores que permiten conocer su vasto patrimonio cultural con el desarrollo de nuevas tecnologías y materiales, y la difusión de supuestos patrones de modernidad. Estas constituyen una parte importante de la tradición constructiva en todas las épocas, es decir tiene un marcado carácter popular. Una arquitectura en la que se utiliza primordialmente la madera, asociada a otros materiales de origen vegetal y, también, junto a otros componentes naturales como la tierra y la piedra. En el transcurso de los años el paisaje rural ha experimentado grandes cambios pero aún se conservan un número considerables de construcciones tanto de vivienda como de actividades agrícolas que forman parte de la historia de la arquitectura tradicional, popular o vernácula. La arquitectura 7
F. Lloyd Wright describe la arquitectura vernácula como "edificio folclórico creciendo en respuesta a las necesidades reales, ajustado al entorno por personas que conocían mejor que nadie lo que encaja y con un sentimiento patrio" que sugiere que es una forma primitiva de diseño. Muchos arquitectos modernos han estudiado edificios vernáculos y dicen haberse inspirado en ellos, incluyendo los aspectos de la arquitectura vernácula en sus diseños.
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vernácula, se caracteriza por no seguir ningún estilo específico, ni estar proyectada por un especialista, sino que se construye directamente por los usuarios y normalmente utiliza los materiales disponibles en la región en la que se construye. Es el resultado de siglos de experimentación y por esta razón, las manifestaciones vernáculas son siempre intemporales y adecuadas al clima, a la topografía, a los materiales de construcción del sitio y a la forma de vida de sus habitantes. Debemos de estar orgullosos de conservar estas construcciones de nuestro pasado (y presente) rural, como son los chozos, zahúrdas, pozos, que tenemos que cuidar en el paisaje rural en todos sus aspectos. La arquitectura tradicional o arquitectura vernácula notamos que sus bondades con la naturaleza van más allá del clima. Se caracteriza por el uso de los materiales del entorno cercano, por la adecuación de las técnicas de ejecución de los materiales y recursos, por la utilización de mano de obra local, la optimización energética del hábitat, la reutilización de elementos así como por la minimización de residuos, además de contemplar diversas estrategias a los diferentes tipos de clima. Los ejemplos de arquitectura vernácula son el fruto de un lento proceso de ajuste que ha durado centenares o miles de años, destinado a la creación de condiciones de confort ambiental, utilizando del mejor modo los recursos locales. En algunos casos se han alcanzado resultados sorprendentes que unen un extremado refinamiento arquitectónico a un sofisticado uso de materiales y principios físicos. Debemos de revalorar estas casas, que en ocasiones podemos despreciar como sencillas, pero que encierran en su sencillez un profundo conocimiento del medio ambiente natural y claves para vivir en armonía con él. Este municipio ha estado siempre muy bien abastecido de agua,por los numerosos manantiales de agua dulce que conserva en el subsuelo. En el territorio de Torrecillas de la Tiesa podemos mencionar la Laguna Grande, la Charca del Ladrillar, Laguna de la Gironda, Charca del Carrascal y varios embalses como el del Tozo, Bustamante Carmonilla y, algo más alejados, Mascalinas o el Labradillo. Según el Interrogatorio de la Real Audiencia extremeña de finales del siglo XVIII: “Tiene, para servidumbre de los vezinos y uso del agua para beber y lavar, dentro del mismo pueblo, a los dos extremos alto y bajo, dos fuentes copiosas de un agua mui linda, clara y de poco peso, para sazonar 27
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la comida y que veban sus vezinos, algo herrumbrosa, que es verosímil viene por mina de azogue y por lo mismo es ventajosa y saludable, que nada infla. La del extremo bajo sirve para lavar la ropa de los vezinos, que haze jabonaduras y tiene para lavar quatro o zinco pilas de cantería y para dar agua a los zerdos, cavallerías, y otras servidumbres. Ytem, a una y otra zircundan dos arroyuelos, que en tiempo de primavera sirven también para lavar ropa; el de arriba y alto sale y se origina de una cañada y valle de las heras del Calvario y se nomina el arroyo de la Fuente de Arriba; y el otro tiene su origen y nazimiento de otra cañada y zerro de las heras de la yglesia y pasa por la fuente de abajo llamado el Peralillo, que sirve para lavar ropa como el otro. Ytem, a corta distanzia, en una zerca de sembrar forrage, está un pozo de agua mui fértil y abundante, con dos minerales o brazos de agua muy copiosos y al pie de él un pilón de cantería grande, que sirve para lavar trigo quando se pica de tizón, que se pueden componer fanegas de una vez, que sirve de mucho provecho a los vezinos y lo que es de la maior utilidad que, con el agua de este abundante pozo, se componen hasta quatro o seis ranchos y sugetos que se emplean en hazer teja y ladrillo, baldosas y adoves para ganar la vida desde Santa María de Agosto hasta San Miguel y venden esta mercancía a los lugares zircunvezinos, capital de Truxillo y otros pueblos y con ello se remedian y para esta fábrica tiene la cofradía de Ánimas, de esta villa, dos hornos para cozer dicha teja y ladrillo y por cada jornada la dan doszientas tejas por cuezos y hazen en la temporada treze a catorze jornadas, que es la única fábrica y manufactura que tienen los vezinos de Torrezillas” (....) “Ytem a espaldas de la parroquial yglesia, como a distanzia de medio quarto de legua, en el baldío de esta villa un arroyo grande que se nomina y llama Pizarroso el Grande y tiene su origen de una charca que llaman del Boticoso, camino de la Aldeanueba Zentenera y hasta el camino del molino Naharro, en el baldío de ella llaman Pizarroso el Chico y luego toma el nombre de Grande con otros regajos que le entran y creze en términos, algunas vezes, de no poderse vadear, por lo quál en los años de ochenta y uno o setezientos ochenta y dos los señores justicia y regimiento, asoziados con el cura párroco, que es oy día, fueron a ponerle unas pasaderas, al camino real que viene del Puerto de Miravete, de bastante altura, de modo que, aunque salga de altura, pueden los escoteros pasarle y arrimándose a ellas las cavallerías sin peligro alguno, a menos 28
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que los que vienen, si no reflexan sus crezidas, sin conozimiento se arrojen a pasarle” 8. “De la charca y abrevadero de los ganados de esta villa, a la hizquierda, sale el camino que va a la villa de Garzias, tres leguas distante de esta villa, que tiene su situazión también al mediodía en un alto de sierra de qujíos y robles, la que tiene su pozo de nieve en lo má alto, después, siguiendo esta derrota a la misma charca, sale el camino de la villa de Madroñera, de señorío incógnito para le que lo expresa, que no tiene ziencia ni conozimiento de ella, y sólo puede dezir que a la hizquierda mano del dicho camino está la fuente Blanca, así llamada, a la derecha el arroyo Tozo, que naze de los zerros de Guañispedros, Cañadas Frías y sus fuentes, y va zircundando el término de Torrezillas hasta introduzirse en los montes nombrados de Truxillo y a esta mano tiene el palazio llamado de Carmonilla, que oy posehe el Señor Conde de Cobleza, y un poco más abajo, junto al cordel, está el pozito que llaman de Carmonilla, abudante de aguas y con pilas para lavar la ropa los caseros del palazio y vezinos de Torrezillas, de agua herrumbrosa y que haze jabonaduras y siguiendo dicho arroyo, hazia abajo, está un puente, que tiene al camino de Truxillo y los palazios caídos del Marqués de San Juan, Altamiranos y Marqués de Lorenzana y un molino que suele en primavera, quando el agua es mucha, moler poco y an quedado vestigios de dos o tres zercas de pan llevar de dichos señores”9. Según hemos indicado, existió un lavadero de ropa en Torrecillas de la Tiesa, partiendo del Interrogatorio del 4 de abril de 1791: “Tiene, para servidumbre de los vezinos y uso del agua para beber y lavar, dentro del mismo pueblo, a los dos extremos alto y bajo, dos fuentes copiosas de un agua mui linda, clara y de poco peso, para sazonar la comida y que veban sus vezinos, algo herrumbrosa, que es verosímil viene por mina de azogue y por lo mismo es ventajosa y saludable, que nada infla. La del extremo bajo sirve para lavar la ropa de los vezinos, que haze jabonaduras y tiene para lavar quatro o zinco pilas de cantería y para dar agua a los zerdos, cavallerías, y otras servidumbres”. En la zona noreste se encuentra La Fuente de la Peña, a 2 km de la población, por el camino de Los Tejares, lugar que en otros tiempos fue muy 8 9
LÓPEZ, 1991, 428 y 429. Las respuestas de Torrecillas, 4 de abril de 1791. LÓPEZ, 1991, 432.
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frecuentado por las mujeres a donde acudían cargadas con los pilancones llenos de ropa sucia, para lavarla. El lavadero, de titularidad pública, era utilizado por los vecinos de Torrecillas de la Tiesa para lavar la ropa, contaba con sus pilas de granito, de las que aún se conservan algunas. La limpieza de las ropas se llevaba a cabo en los márgenes de cantería del citado lavadero o fuente. Las lavanderas, colocadas de bruces sobre las lanchas de piedras, realizaban el trabajo siempre penoso. Un avance importante supuso la construcción de especies de cobertizos o bancos sobre las corrientes de agua, en cuyo interior se colocaron una especie de bancos o cajones, donde las mujeres podían acomodarse, preservándose de la humedad, disponiendo de una piedra, que en su parte inferior entraba en el agua y sobre la que podían jabonar, restregar y golpear la ropa. En este lavadero se alineaban las mujeres para llevar a cabo su tarea. Las tareas básicas del lavado consistían en “enjabonar la ropa con pastillas de Chimbo o Lagarto”, poner a remojo, dejar reposar, quitar manchas restregando si las hubiera y aclarar con agua a mano o golpeando sobre la piedra. La siguiente operación, tras preparar en un barreño una mezcla de agua y lejía, era la inmersión en la misma de la ropa, “dejándola un buen rato”, si bien, en el caso de las sábanas de hilo, no podía utilizarse lejía, aunque sí el jabón. Tras un nuevo aclarado, se volvía a meter la ropa en una mezcla de agua y añil, para acabar retorciéndola hasta quitarle toda el agua posible. Aunque, para el secado, lo habitual era extenderla al sol sobre la hierba o las zarzas, “para que la ropa se soleara”. Tras el estirado y su doblado, se colocaba en una cesta de mimbre o castaño, procediéndose de nuevo a su recuento y entrega.
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Charco lavandero (foto Paco Murillo)
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La Fontanilla
Fuente Arriba
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Fuente Nueva
Pozo de la PenĚƒa
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Pozo de la Higuera
Fuente del Tejar.
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La Fuente Blanca
Pozo en el baldio en el charco lavandero
Pilón que había junto al pozo de la Higuera donde bebían las bestias
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II.- LA HISTORIA
La villa de Torrecillas de la Tiesa desde la Edad Media hasta la implantación del Estado Liberal del siglo XIX fue de Señorío, gozaba del fuero de realenga, pasando de ser un lugar anejo de la corona, a ser vendido a un noble y, finalmente, de jurisdicción libre10. Es extenso el término municipal de Torrecillas de la Tiesa, con una superficie de 140 km cuadrados. El norte está marcado por el recorrido del río Almonte, con tres puentes en la carretera A-5, y en el extremo nororiental está el castro de La Coraja, entre el arroyo del Moro y el río Almonte, a caballo entre las poblaciones de Torrecillas de la Tiesa y Aldeacentenera (39º 35’ 27” de latitud norte y 5º 40’ 10” de longitud oeste y a una altitud de 430 metros). El profesor Manuel Rubio Andrada ha dado a conocer unos interesantes grabados, localizados en el término de Torrecilla de la Tiesa (latitud de 39º 33´ 40´´ y 2º 01´ 45´´ de longitud oeste). Los grabados de Boticojos están situadas en la margen derecha de un pequeño arroyo, muy cerca de su nacimiento, junto con otros cursos próximos forman el del Charco de las Lavanderas, afluente del río Tozo. Los grabados –a base de trazos rectos, figuras angulares, cruciformes y grabados modo de cazoletas- se encuentra en una roca de pizarra que les sirve de soporte. No hemos de olvidar que a escasos 7 km se encuentran los poblados de Almoroquí11 y El Tercio de la Atalaya-La Coraja. El primero no ha sido excavado y tanto las cerámicas como la inscripción del suroeste halladas en superficie, nos remiten a un particular comienzo de la Edad del Hierro12. Además, la punta de alabarda 10 BARBERO MATEOS, 2013, 100. 11 Entre Madroñera y Torrecillas de la Tiesa el camino pasa al lado de una pequeña elevación donde existió el castro circular de Almoroquí, y donde se encontró una inscripción tartésica y una estela antropomórfica que se conserva en el Museo Provincial de las Veletas en Cáceres. 12 RUBIO ANDRADA, 2003, 549-550; Vid. BARBERO MATEOS, 2014. Según el proyecto “LA HUELLA ARQUEOLÓGICA. Investigamos y profundizamos”, desarrollado en el Colegio Público “María Lluch”, de Torrecillas de la Tiesa durante el año 2012, coordinado para alumnos del Colegio Público por el maestro Jesús Barbero Mateos.
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o puñalón de cobre endurecido hallada en el berrocal trujillano y un número de pulimentados no elevado encontrados en esa misma zona así como sus poblamientos Calcolíticos y de primeras fases del Bronce completan el panorama arqueológico que en general es común a todas estas series de grabados13. Grabados de tipología parecida a otros existentes en Toledillo (Aldeacentenera)14, en Garciaz (Grabado del Cándalo)15, Peña Horcada o en Robledillo de Trujillo (sierra de Los Alijares) hemos localizado cerca del puente de Los Casarones16, junto al río Tozo en latitud de 39º 33´ 48´´ y 5º 45,22´´ de longitud oeste. El conjunto de grabados se encuentran en un afloramiento de pizarras, consistentes en varias incisiones de rectas perpendiculares que en varios puntos resultan radiales a una zona central, formas radiadas, circulares, angulares y rectángulos. Algunos trazos llegan a dibujar armas como lanzas, hachas o alabardas, como utillaje bélico, como símbolo de distinción social, que nos dan una orientación para fechar los grabados en el Bronce Medio. Posiblemente, los petroglifos más monumentales, pudieron funcionar como lugares de agregación y/o para la celebración de ritos de paso17. En un cerro, entre los arroyos de Vallespedros y La Laguna, el profesor Jesús Barbero encontró y dio a conocer un túmulo funerario abovedado, entre numerosísimos restos de edificaciones con fuertes muros, de gran amplitud superficial (más de una hectárea). La longitud de la circunferencia, en la base, es de unos 40 m., con un diámetro aproximado de 12 metros y con orientación noroeste – sureste18. Pero, el mayor centro poblacional correspondiente a la Protohistoria se halla en La Coraja, donde la cultura material hallada es muy similar a la de los poblados célticos (vettón) de la Beturia y el Alentejo, como Capote o Belén (quizá con un porcentaje mayor de materiales «turdetanos», comprensible por su situación cercana a la «Vía de la Plata») y, en éstos, tampoco hay cerámicas «celtibéricas» (entendiendo por tales, las conocidas 13 RUBIO ANDRADA y CÁCERES HERRERA, 2002, 483-490; RUBIO ANDRADA y PÉREZZUBIZARRETA, 2004, 599. 14 MURILLO MARISCAL, 1987, 88-89. 15 RUBIO ANDRADA y PASTOR GONZÁLEZ, 1999, 303-318. 16 Agradecimiento a mi amigo Francisco Pérez Solís. 17 Ya lo apunta VÁZQUEZ VARELA, 1995 y 1997. 18 BARBERO MATEOS, 2014, 100.
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producciones ibéricas a torno y con decoración pintada), encontrando analogías entre los castros citados y La Coraja, donde la similitud se constata en las formas de las cerámicas de almacén y en los recipientes menores, producidos a mano y decorados o a torno, generalmente estampillados19. Es interesante comprobar que en ambos castros parece documentarse un tipo de casa de planta cuadrangular dividida, internamente, en dos por un tabique, medianil, o por un banco, en esquema coincide con el de Capote, como concuerdan sus complejos sistemas defensivos, con fosos y bastiones, que consideramos de inspiración helenística20. Los vettones fueron los pobladores prerromanos de cultura celta que habitaron un sector de la parte occidental de la Península Ibérica y que compartían un denominador más o menos común21. Su asentamiento tuvo lugar entre los ríos Duero y Tajo, principalmente en el territorio de las actuales provincias españolas de Ávila, Salamanca y Cáceres, destacando los asentamientos de Villasviejas del Tamuja y La Coraja22. La fundación en el año 34 a. C. de Norba Caesarina, actual Cáceres, se relaciona con el abandono del castro de Villasviejas y los núcleos cercanos, por estar lejos de las vías de comunicación; Norba tiene una buena posición geográfica con respecto a la Vía de la Plata23. La cultura de los vettones se caracterizó por su carácter guerrero y ganadero. Las diferentes comunidades vetonas estaban dirigidas por una «estratocracia» que controlaba los recursos, en particular el ganado. Construyeron asentamientos defensivos en zonas elevadas, tal es el caso de La Coraja. El Académico Martín Almagro Gorbea considera «evidente» que los vetones pertenecieron a un conjunto de pueblos prerromanos calificable como celta por sus características culturales24. Este yacimiento de La Coraja fue dado a conocer por la investigadora María Cleofé Rivero en el año 1974, antes de las campañas de excavaciones 19 20 21 22
ESTEBAN ORTEGA, 1993, 57; BERROCAL RANGEL, 1998, 107. BERROCAL RANGEL, 1995, 34. RUIZ ZAPATERO y ÁLVAREZ-SANCHÍS, 2008, 215. Ptolomeo también menciona Capera (Cáparra), Lacimurga (Orellana la Vieja-Navalvillar de Pela), Deobriga (Alcántara) y Augustóbriga (Talavera la Vieja), pertenecientes a la actual Extremadura. Nos ofrece a mediados del siglo II los nombres de 11 ciudades de adscripción vetona: Lancia Oppidana, Cottaeobriga, Salmantica, Augustobriga, Ocelum, Capara, Manliana, Laconimurga, Deobriga, Obila y Lama (cerca de Plasencia). 23 ÁLVAREZ-SANCHÍS, 2005, 267; SÁNCHEZ MORENO, 2009, 65. 24 ALMAGRO GORBEA, 2008, 47.
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arqueológicas que comenzara el departamento de Historia Antigua de la Universidad de Extremadura en el año 1985. Cuando se visitó este castro aún se conservaba una torre circular de grandes proporciones, formada por el engrosamiento y desdoblamiento de la muralla, que se encontraba seccionada por la mitad. La técnica constructiva utilizada es la siguiente: lajas de pizarra del lugar, irregulares, colocadas horizontalmente y tapados los huecos con tierra y piedras de menor tamaño para evitar el derrumbamiento de la pared, que ofrece perfil abombado al doblar en ángulo los dos lienzos de muralla. El espacio comprendido entre ambos lienzos fue rellenado con piedras sin desbastar, del mismo tipo que las empleadas antes, y tierra. En el interior de los muros pudieron observar huesos, cenizas y carbón al parecer de enterramientos infantiles y la puerta o entrada principal, con finalidad defensiva, por estar próxima al foso y a la muralla que corre paralela al río y ser, además, el único camino que lleva al recinto principal o acrópolis, donde se encuentran plantas de casas más o menos rectangulares o elipsoidales. Por la parte izquierda del foso, se puede continuar circunvalando el cerro y seguir la muralla que lo bordea sobre el corte que el arroyo ha excavado hasta desembocar en el Almonte. Las laderas, con los bloques de pizarra en arista, sirven a la vez de despeñadero y defensa. Junto a la muralla que mira al arroyo del Moro, el guarda de la finca había cavado y las cerámicas salían en abundancia25. La construcción de murallas en La Coraja denota un incremento de la riqueza y de los recursos de la comunidad, necesarios para hacer frente al coste económico y humano de la edificación de dichas defensas. En este incremento de la riqueza debieron jugar un gran papel los contactos con sociedades más avanzadas del sur de la Península y la influencia de los pueblos colonizadores, con quienes se realizaban intercambios a través de una ruta prehistórica que luego dará origen a la Vía de la Plata26. La aparición de posibles invasores hace que se empiecen a construir murallas, torres, fosos; estos poblados fortificados se denominan genéricamente «castros». La producción de hierro, fundición del bronce, 25 Según las investigaciones RIVERO DE LA HIGUERA, 1974, 353. El hallazgo del yacimiento fue notificado a la profesora por el geólogo don Juan Gil Montes. Ubica el castro de La Coraja en el término de Torrecillas de la Tiesa, y el resto de la finca Plaza del Tercio, en Aldeacentenera. 26 SÁNCHEZ MORENO, 2009, 69.
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fabricación de cerámica, tejidos, talla en piedra, la producción agrícola y ganadera, es más que evidente en las actividades diarias del poblamiento de La Coraja, por los restos localizados en las excavaciones arqueológicas dirigidas por el Departamento de Historia Antigua de la Universidad de Extremadura llevadas a cabo en los años 80 del siglo XX. A lo que tenemos que añadir el almacenamiento de alimentos a gran escala, además de los ajuares de los cementerios y de las relaciones comerciales e intercambio de productos que nos permiten hablar de una creciente industrialización del pueblo vettón de La Coraja. En el año 61 a. C., Julio César fue nombrado gobernador de la Hispania Ulterior y, con el pretexto de erradicar las rapiñas de vetones y lusitanos, hizo que la población abandonase los poblados fortificados y bajase al llano, mediante actuaciones militares entre el Duero y el Tajo. Además prohibió la construcción de fortalezas. Este hecho modificó notablemente la organización del territorio. Los habitantes de los castros optaron por diferentes soluciones; unos siguieron funcionando como pequeños núcleos, llegando incluso a adquirir estatutos municipales con el tiempo. Arqueológicamente, se observa que el abandono de los poblados se debió más bien a la propia iniciativa indígena, pues no se han hallado procesos belicosos, como quema de poblados, sino abandonos pacíficos. El castro de La Coraja posee en su interior un dolmen adosado a una vivienda o posible recinto sagrado. En las excavaciones realizadas entre los años 1985-88 se encontró abundante cerámica ibérica de líneas rojas y algunas falcatas ibéricas, lo que demuestra un comercio de esta zona altoextremeña con el sur de la Península durante la Edad del Hierro. El ortostato número 2 del dolmen, conserva un buen número de grabados, contemporáneos a la construcción de este dolmen, círculos concéntricos, asociando al caballo con símbolos astrales, y diseños decorativos que hemos de relacionarlos con las características pictóricas de algunas cerámicas pintadas en rojo, como la que recoge el motivo de un guerrero ibérico con su falcata y a caballo27 que se conserva en el Museo Provincial de Cáceres, procedente de La Coraja, una importación del ámbito levantino o meridional28, relacionando tipológicamente al jinete o guerrero ibérico del 27 De la misma tipología que los jinetes celtíberos de las estelas de Luzón (Guadalajara) emparentada con una antigua ciudad arévaca y Peñalba de Castro (Burgos). 28 ESTEBAN ORTEGA, 1993, 69; CABELLO, 1991-92, 113.
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fragmento de cerámica a torno pintada de La Coraja (cerámica decorada, correspondiente a la II Edad del Hierro, siglos IV-II a. C.) con una losa grabada del El Puntal del Tío Garrillas en Ponzondón (Sierra de Albarracín, Teruel), o el tema equino representado en el castro de Yecla la Vieja (Yecla de Yeltes, Salamanca), realizados sobre piedra en paramentos de muralla. Actualmente, aún subsisten en el dolmen siete ortostatos colocados en un zócalo. El profesor González Cordero encontró puntas de sílex y otros elementos típicos de esta cultura29. El caballo es, en efecto, un agente especialmente significado en la definición de las relaciones de poder y en la progresión social y militar de las comunidades de la Edad del Hierro y el jinete se convierte en símbolo de identidad ciudadana30, habiéndose localizado en las excavaciones de La Coraja arreos de caballo y bocados31, objetos de adorno personal y otras manufacturas metálicas, de la misma época y tipología que los localizados en algunas tumbas de las necrópolis de Las Cogotas (Cardeñosa, Ávila) o La Osera (Chamartín, Ávila). En la Edad del Hierro el caballo es un elemento de idealización aristocrática perfectamente adaptado a la ética heroica de los jefes guerreros y a sus relaciones exclusivas y clientelares, a cuya horma se van modelando formas de organización política de complejidad creciente32. En una de las siete lajas de pizarra (ortostatos) se puede ver un sol, cazoleta con rayos. Las gentes que habitaban La Coraja en la Edad del Hierro decoraron las piedras pues ello les daba real reconocimiento de propiedad. En La Coraja se han localizado numerosos restos arqueológicos de los inicios del siglo IV a. C33. Este asentamiento comprende una necrópolis y el castillejo, durante las excavaciones realizadas por el departamento de Historia Antigua de la Universidad de Extremadura durante los años 1985 y 1988. Se sacaron a la luz varias viviendas del poblado y parte de su necrópolis correspondiente a la Plena Edad del Hierro, revelando un ritual de cremación e inhumación de las cenizas en urnas de barro o agujero que se 29 30 31 32 33
Cuaderns de Prehistoria i Arqueología de Castelló. Diputació de Castelló, nº 22 de 2001. QUESADA, 1997, 186; SÁNCHEZ-MORENO, 2005, 249. ESTEBAN ORTEGA, 1983, 80. SÁNCHEZ-MORENO, 2005, 246. BELTRAN LLORIS, 1973; MURILLO MARISCAL, 1987; MURILLO MARISCAL, 1975, 471-480; ESTEBAN ORTEGA, 1993, 55-112; REDONDO RODRIGUEZ, 1984, 69-79; RODRIGUEZ DIAZ, 1990, 127-162; REDONDO RODRIGUEZ, ESTEBAN ORTEGA, SALAS MARTIN, 1991; SANCHEZ MORENO, 2004; ALVAREZ-SANCHIS, 1999; MARTIN BRAVO, 1999; ALMAGRO GORBEA, 1990, 554-562; CIVANTOS MAYO, 1988, 283-297.
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cubría con un empedrado, repitiéndose las mismas costumbres funerarias en las necrópolis de Villasviejas de Tamuja (Botija) y Alcántara. En las excavaciones se recuperó un abundante material cerámico: recipientes de gran tamaño, algunos globulares, otros tipo cazuelas, de base plana y perfil curvo, cuencos de pequeño tamaño con forma acampanada, vasos, algunos presentando motivos decorativos (incisos-impresos, aplicados y estampillados); series de semicírculos y sectores de círculos concéntricos distribuidos entre líneas horizontales, en zigzag, predominando las tonalidades rojizas34. Entre las piezas más importantes destacamos el fragmento –ya citado- de borde y cuello de una vasija o urna bitroncocònica. La decoración representa a un caballero con falcata terciada sobre la cintura y escudo en la mano derecha (Museo Provincial de Cáceres). Con la izquierda sujeta las bridas del caballo sobre el que va. La cabeza está vista de perfil y el resto del cuerpo de frente. La crin se ha dibujado con líneas verticales cortas a la manera de los grabados del Cigarralejo y de algunos pintados de Liria35. Es una lástima no disponer de la parte posterior e inferior de la figura, pues nos daríamos una idea de cómo iba el jinete sobre el caballo. La representación del caballo y del jinete está realizada con una concisión de líneas y una estilización de formas que recuerda mucho la técnica y el primitivismo de la pintura esquemática y de los grabados del Suroeste Peninsular36. En la necrópolis de La Coraja se localizaron urnas, platos, cuencos y ungüentarios; y abundantes elementos de ornamentación como fíbulas anulares, con esquema de La Tène y zoomorfas; arracadas y utensilios de armamento como las falcatas, cuchillos y lanzas. Materiales que presentan una cronología que abarca los siglos IV y III a. C., encuadrándose algunas piezas en pleno siglo II a. C., como las fíbulas de timbal y algunas arracadas37. El poblado se emplaza en un lugar elevado y de difícil acceso, buscando la defensa de la altura. Ofreciendo un cerro amesetado y escarpado, ubicado en un espigón que dibuja el arroyo del Moro al desembocar en el río Almonte. Utilizándose los medios naturales, los ríos y las escarpadas laderas, para su protección, salvo en un pequeño crismón que permite acceder 34 35 36 37
ESTEBAN ORTEGA, 1993, 67 y 68. Según opinión fidedigna de la profesora Mª C. Rivero de la Higuera, 1974, 367. RIVERO DE LA HIGUERA, 1974, 368. ESTEBAN ORTEGA, 1993, 81 y 82.
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al poblado con mayor facilidad. Las defensas naturales del terreno se completan con defensas artificiales: murallas, torres, fosos y campos de piedras hincadas. Aún se conserva una muralla construida con lajas de pizarra que alcanza casi los 3 m de ancho en algunos puntos, con la cara exterior en talud, rodeada por completo encerrando una superficie de 1, 67 ha38. En las murallas se practican puertas para acceder al interior del poblado. Las puertas son relativamente homogéneas; responden a dos esquemas: en embudo y en esviaje. Las configuraciones en embudo se forman cuando los dos lienzos de la muralla se curvan hacia el interior, a veces se añaden dos bastiones en los flancos, apareciendo un callejón en embudo. En la configuración en esviaje los tramos de muralla se sobreponen; los dos lienzos adoptan una situación paralela dejando un espacio libre entre ellas para pasar. Se conservan las situadas esencialmente en el único lado que no está rodeado por los cursos de agua, siendo el flanco más desprotegido. Por este motivo, se construyó un gran bastión macizo de 19 m de anchura a cuyos lados se abren las puertas, delante de las mismas se practicaron dos fosos paralelos. Existe una tercera puerta en la muralla que se construyó para comunicar la acrópolis con el resto del poblado, sin necesidad de tener que salir y volver a entrar desde el exterior39. Es importante destacar que se han documentado dos fases de construcción en el poblado, a una etapa más antigua corresponde una cabaña de planta rectangular dividida longitudinalmente en dos estancias, con un porche delante de la puerta cubierto con un voladizo que apoyarían tres pies derechos de los que se conservan las basas de granito. En una segunda fase se adosan esta casa nuevas construcciones, orientadas en sentido inverso, que inutilizan el porche anterior. A este momento corresponderían casas unidas por muros de llaneros entre ellas y otro grupo de casas adosadas a sus espaldas; son de tamaño inferior a las más antiguas y no parecen tener porche delante de la puerta. Por lo tanto, no existe un modelo único de vivienda, aunque todas son rectangulares y suelen tener el espacio interior compartimentado en pequeñas habitaciones. Se han descubierto algunas casas el basamento de piedra del pie derecho que sostendría la cubierta. Toda la casa se levantó con muros de pizarras recrecidos con adobes y cubiertos con ramajes entrelazados. La techumbre se apoyaría en un pie 38 REDONDO RODRÍGUEZ, ESTEBAN ORTEGA, SALAS MARTÍN, 1991. 39 MARTÍN BRAVO, 1999, 181.
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derecho que descansaba en las basas de las columnas localizadas en el interior de la vivienda40. El castro está ubicado en un paraje rocoso y quebrado, con suelos muy pobres que apenas permitían el desarrollo de una agricultura incipiente. En algunas zonas reducidas se practicaban algunos cultivos como el trigo y el centeno. La ganadería era una de las actividades económicas más importantes. El ganado aportaría carne, leche, piel, cuero, huesos y asta (para instrumentos y herramientas, además de adornos)41. Se cree incluso que una parte de los recintos amurallados pudieron servir como corrales de ganado, para poder proteger su recurso más preciado. Los restos arqueológicos sugieren que se dedicaron a varias especies, como el ganado bovino y el cerdo, aunque también pudieron dedicarse a otras, como ovejas y cabras. En lo que se refiere a la necrópolis, está ubicada en una meseta central, separada unos 200 m del poblado, pero el acceso directo desde el poblado a ella resulta complicado debido al terreno accidentado. Ha sido sacados a la luz diversos enterramientos (70 aproximadamente), conservándose en ellos el ritual de enterrar la urna con los restos del cadáver incinerado dentro de un hoyo, tapándola en ocasiones con un plato y depositando junto a ella elementos de ajuar, como platos ofrendas, adornos personales, etcétera. Se han documentado esta necrópolis diversas armas como cuchillos afalcatados, puntas de lanza o fíbulas de esquema de La Tène II; así como un numeroso material cerámico -generalmente pintura roja-42, destacando algunas piezas interesantísimas para entender la confluencia de influjos que se dan cita en la Alta Extremadura: por un lado, aparece una urna de pie alto con forma similar a otra encontrada en Alcántara pero decorada con motivos a peine, similares a los que se conocen en las necrópolis vettonas; por otro lado, aparecen vasos calados similares a los de la Beturia Céltica, todo ello con una cronología de los siglos IV-III a.C43. De este castro y su necrópolis se puede ver en el Museo Arqueológico Provincial de Cáceres una interesante colección de objetos. En la finca de Los Casarones a 39º 33,4’ 78’’ de latitud norte y a los 5º 47,8’ 32’’ de longitud oeste, en un paraje formado por olivares, encinas 40 41 42 43
ESTEBAN, 1993, 71. SALINAS DE FRÍAS, 1982, 45. CIVANTOS MAYO, 1993. BERROCAL, 1994, 190.
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y algunos alcornoques, hemos localizado abundantes restos de una posible villa romana, pudiendo documentar la existencia de muros, y un lagar comunal44en pizarra con fondo rebajado, perforación de roca para la salida del mosto, semejante a otros localizados en la zona, concretamente en la finca Señora y dos en Vallespedros45, así como dos contrapesos que garantizaban el adecuado funcionamiento de la prensa olearia. En el caserío de La Cordobilla se encuentra un epígrafe romano sepulcral, en el que puede leerse: “Amana C/auni f(ilia) an(norum) LX / Camira / Ambati f(ilia) / an(norum) L h(ic) s(itae) s(unt) / Camira / sibi et matri / f(aciendum) c(uravit”. Desde el lagar de Los Casarones se divisa un bello paisaje que se pierde por una parte en el valle. En el siglo IV el Anónimo de Ravena46 cita a Trujillo como Turcalion en el Itinerario de Antonino47 de Mérida a Zaragoza por Toledo: Emérita Augusta, Lacipea, Rodacis, Turcalion, Lomundo, Augustobriga, Lebuna y Toletum. Esta vía no pasaba por Jaraicejo al puerto de Miravete (camino creado por los árabes para unir Trujillo con Albalat en el Tajo) que lo hacía por Lomundo (cerca de Torrecillas de la Tiesa), Deleitosa, Campillo, Mesas de Ibor a la sumergida Talaverilla (Augustóbriga) por donde se pasaba a la margen derecha del río Tajo para seguir al Puente del Arzobispo y Toledo. La historia de Torrecillas de la Tiesa está íntimamente ligada a la historia de Trujillo. Los orígenes del actual emplazamiento del municipio arrancan en la Alta Edad Media. La presencia visigoda en el territorio deja testimonios en la existencia de varias tumbas excavadas en pizarra, concretamente una tumba en La Mascalina, tres en el Cerro de la Peña, en Bonilleja, seis en Casarones del Tozo, una tumba con tapa en el Valle de la Lobera48, encontrando sus paralelos en la finca Ladrillar de Risel y cinco tumbas en Canalejas de Valdelahuesa49. El número de las tumbas 44 Agradecimiento a mi amigo Francisco Pérez Solís. 45 Dados a conocer por Jesús Barbero Mateos, 2014, 102-106. De hecho en El Cordel, Jesús Barbero encontró un epígrafe romano. 46 Anónimo de Rávena, nombre original: Ravennatis Anonymi Cosmographia. Es un libro con textos históricos de lugares y ciudades del siglo VII d.C. que describen itinerarios romanos, realizado por un cosmógrafo cristiano en el siglo VII. Constituye más bien un catálogo nominal de topónimos que abarca todo el mundo conocido hasta entonces. 47 Es la fuente clásica más importante para el estudio de las vías romanas. Se trata de una recopilación de caminos del Imperio Romano redactada en época de Caracalla (197-217 d.C.), aunque la versión que nos ha llegado es tardía y no puede ser anterior a Diocleciano y Maximiano (284-305 d.C.). 48 BARBERO MATEOS, 2014, 93-100. 49 Véase nuestro trabajo RAMOS RUBIO, 2018.
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excavadas como su tipología diversa no está exento de problemas. En tal sentido, es importante observar cómo la casi totalidad de ellas no han conservado restos humanos, carecen de ajuares y se hallan arqueológicamente descontextualizadas. Considerando que se trata de tumbas características del medievalismo y la consideración de incluirlas en los periodos post-romano y altomedieval con respecto a las épocas romana y feudal. Hemos de destacar que a partir del siglo IV es frecuente la alternancia de ritos que conducen a cambios estructurales, a modificar el rito de la inhumación. Hemos de destacar el atrayente sarcófago (200 x 60 cm y altura 65 cm) encontrado por el investigador Jesús Barbero Mateos en Pradoverde, con un interesante estudio del mismo, y que fecha en el siglo VII, encontrando paralelos en otras piezas sepulcrales existentes en Poza de la Sal (Burgos), en el Monasterio de San Torcuato (Bande, Orense) y en el mismo sarcófago atribuido al rey visigodo Chindasvinto, de San Román de Hornija (Zamora)50. El hecho de encontrarnos en zonas tan dispares con restos visibles de villas romanas (especialmente sillares bien escuadrados y cerámicas de construcción y comunes) y tumbas excavadas en pizarra, tal es el caso de Toledillo o Valderuela, apreciándose la existencia de ciertas estructuras soterradas que parecen corresponder a un hábitat altomedieval, lo que nos hacen suponer que dichas tumbas excavadas en la roca corresponderían a la época tardorromana, que puede definirse en términos generales como una preponderancia de las estructuras asociadas a las comunidades rurales, en una zona llana, sobre una colina de baja altura, asociado a terrenos de dedicación agrícola y esencialmente ganadera. Consideramos que el hábitat tardoantiguo y altomedieval en esta zona estaba vertebrado en torno a núcleos relativamente pequeños, compuestos de distintos focos de hábitat, aunque interconectados entre sí, con una disposición laxa y flexible. Otra cosa muy distinta es su vinculación con un proceso de abandono de las áreas centrales en época romana en beneficio de las periféricas, a causa de la crisis vilicaria. Aunque no podemos aquí profundizar sobre ese asunto, por la ausencia de datos arqueológicos, además las tumbas han aparecido vacías, posiblemente como consecuencia de algún tipo de violación o el paso del tiempo (inclemencias al estar 50 BARBERO MATEOS, 2014, 101.
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expuestas al deterioro exterior), impidiéndonos encontrar restos en el interior de las mismas. Es interesante advertir además que estamos ante uno de los ejemplos de transformación de una antigua estructura romana en un centro de culto, un cambio que reflejaría además las alteraciones en el sistema social y en la articulación del estatus. El caso de las tumbas dispersas localizadas en el término municipal de Torrecillas de la Tiesa, se encuentran asociadas a terrenos agrícolas. Podemos confirmar la idea de que las primeras fases de la utilización de las tumbas excavadas, deben situarse en los siglos tardoantiguos, la asociación de las necrópolis con tales centros de hábitat romanos es, de todos modos, compleja. Las razones estriban en que no se ha constatado de manera fehaciente que exista una conexión sincrónica entre los yacimientos, que pueden corresponder a momentos distintos de ocupación, y en el hecho de que no es segura la adscripción de los núcleos señalados. La ausencia de ajuares y la inexistencia de dataciones absolutas lastran cualquier precisión cronológica. Como hipótesis, puede plantearse que estos lugares sufrieron una remodelación en época tardoantigua, transformada en una zona de hábitat con construcciones de materiales perecederos o en espacios funerarios, produciéndose entonces la eclosión del cementerio. Aunque siempre como hipótesis, la reiteración de los datos en este sentido permite aventurar un origen tardoantiguo de las necrópolis de tumbas excavadas en la roca. De todos modos, los siglos VII al X marcaron posiblemente el apogeo de esta forma de enterramiento, pudiendo afirmar que el momento de finalización del uso de estas necrópolis debe situarse en la consolidación del poblamiento aldeano y de la parroquia como centro de culto y eje de la articulación rural. La investigación sobre las necrópolis de tumbas excavadas en la roca se ha preocupado muy poco por profundizar en las relaciones que éstas tenían con la organización del territorio y del poblamiento. En nuestro caso, vinculamos estas tumbas excavadas en pizarra con un hábitat disperso que habría surgido tras la época romana, como probaría su emplazamiento en esta zona, no descartando la posibilidad de que hubiera habido más tumbas en esa zona y que se hayan destrozado por las inclemencias del tiempo o las tareas agrícolas. Estos yacimientos encierran sus misterios y sobre todo, envuelve al visitante en un ambiente antiguo, e imprime en el ánimo de quien lo visita 48
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la firme convicción de hallarse en un lugar con profunda significación mágica. Es como trasladarse a un lugar del pasado en el que el ser humano concedió una importancia tal, que plasmó en el paisaje una impronta que refleja como en muy pocos otros lugares su más profunda e íntima personalidad, encontrándonos ante un paisaje que se eleva con respecto a la zona circundante formando una pequeña llanura, condicionado por el clima que lo circunda, por la humedad que procede de los arroyos que allí nacen. El rito de inhumación estaba relacionado con las costumbres cristianas autóctonas, se lavaba y ungía el cadáver, envolviéndolo después en una sábana de lino para luego depositarlo dentro de la fosa directamente y sobre el cadáver se echaba arena y finalmente se sellaba la tumba con lajas de piedra. Podemos interpretar, incluso, que algunas de las primeras comunidades cristianas quedaron aisladas y dispersas por la zona, en tiempos de plena dominación romana de toda la Península, y permanecieron aisladas durante épocas posteriores, al menos hasta la etapa visigoda. La extensa tierra de Trujillo, en la que se enmarca Torrecillas de la Tiesa, estuvo en manos musulmanas desde el 71451, tierra fronteriza e inestable, allí se asentaron los Beni-Feranic al frente de la tribu Nafza52. Tras la dominación musulmana y una vez llegado el siglo X, cuando toda la región fue nuevamente una cora dependiente del poder central, encontramos que la cora estaba compuesta por varias ciudades esenciales como Trujillo, Badajoz o Coria, que a su vez poseían su respectiva jurisdicción, de forma muy parecida a las épocas romana y visigoda. Realmente las fuentes árabes existentes sobre Trujillo y su territorio son abundantes. Sabemos que en el año 881 hay una incursión de Alfonso III contra los Nafza, que ocupaban la zona, y que en el 317 de la hegira/929-30 de C. se nombra gobernador militar de Trujillo a Ahmad Ibn Sakan53. Con el estudio de todas las alusiones que hay sobre Trujillo en 51 Encontramos referencias a Trujillo en los cronistas árabes, la primera referencia a Trujillo como ciudad o medina, las encontramos entre los años 889-925, en Ahmad al-Razi cita en su Crónica do mouroRasiscomo distrito a Trujillo, en el Libro de los caminos y los reinos del geógrafo oriental Al-Istajri y en la Crónica Anónima de Abd al-Rahman III (ed. y traducción de Lévi-Provençal y Emilio García Gómez. Madrid-Granada, C.S.I.C., 1950, pp. 88 y 158) ya aparece mencionado Trujillo como ciudad. RAMOS RUBIO, 1997; VIGUERA MOLIS, 2002, 185-223; VALLVÉ BERMEJO 2002, 167-184; PACHECO PANIAGUA, 1991; PEREZ ALVAREZ, 1992. 52 MARTINEZ, 1904, 74; MARTINEZ, 1900, 245-247. Se apoya en cronistas árabes como Ibn Jaldún e Ibn Hayyan. FERNÁNDEZ JIMÉNEZ, 1967, 74; RAMOS RUBIO, 2001, 77-103. 53 LEVI-PROVENÇAL y GARCÍA GOMEZ, 1950, 158.
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fuentes medievales, los datos históricos avalan una fecha de construcción del castillo de Trujillo en los años finales del siglo IX, merced también a la existencia de varias lápidas funerarias existentes en la ciudad. Estas referencias históricas sobre Trujillo unidas al esquema netamente oriental de la planta del edificio principal árabe en nuestra ciudad (típico de los castillos omeyas), a un aparejo similar al oriental y al del Conventual emeritense -la fortificación islámica más antigua fechada en España, en el año 835 d. C.-, todo ello, aunado con el esquema elemental de las puertas de acceso (de proporciones de primera época), permiten fechar este castillo a finales del siglo IX en el caso de que sea posterior al modelo emeritense. La Crónica Anónima es las más antigua crónica hispanoárabe conservada, abarca los dieciocho primeros años del gobierno de Ab-al-Rahman III, o sea desde el año 912 a 929, que corresponden a la pacificación de las coras y la restauración de al-Andalus. El manuscrito nos refiere lo siguiente sobre Trujillo: “Ahmad Ibn Sakan, gobernador de la ciudad de Taryala”54. Molina considera que laCrónica es un resumen del Muqtabis55. La obra no menciona a ningún autor, ni ofrece fecha de ejecución, aunque podíamos fecharla en el siglo X, e incluso el prof. García Gómez nos facilita la posible autoría del manuscrito en Abu Bakr AL-HASAN Ibn Muhammad Ibn Mufarrity al-Ma`afiri, conocido como al-Qubbasi56. El cordobés Ibn Hayyan (987-1076), está considerado como el mayor historiador de la Edad Media hispánica, de él nos ha llegado en fragmentos la obra citada al-Muqtabis que recoge la historia anterior a su época. En el 288/901, murió al-Mahdi Ibn al-Qitt, de la tribu de Qurays, en Nafza. Este personaje se relacionó con nuestra zona, como se observa en el relato que Ibn Hayyan toma de Ibn Ahmad57, quien dice haberlo tomado de puño y letra del califa al-Hakam al-Mustansir bi-l-Lab: “ Ibn al-Qitt envió sus emisarios y cartas que entraron en Trujillo, Mérida y Toledo y otros lugares de la frontera, en los que se aprestaron a seguir su causa y a formar un gran ejército con el que atacó Zamora...”58. Todos los años 54 Crónica Anónima, p. 65, t. árabe y 158 de la trad. 55 Vid. MOLINA, VII (1986), I (1980). 56 El texto árabe -que se encuentra en la Real Academia de Fez- fue editado y traducido por LeviProvençal y E. García Gómez, Madrid-Granada, 1950. Este autor considera que el cronista fue al-Qubbasi, que fue un autor cordobés nacido en el año 959, que nos dejó en España biografías de los reyes, cadíes y alfaquíes. 57 GARCÍA GÓMEZ, 1967. 58 Muqtabis, ed. M. Antuña, Boletín de la Real Academia de la Historia., LXXXVI (1925), p. 137.
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hay sustitución de gobernadores, “...en el año 319/931 fue gobernador de Trujillo Bara`bn Muqatil”59. Tiene un gran valor pues nos transmite una historia fiable por la buena selección que hizo de sus fuentes como son las dos al-Razi, Arib bn Sa`d, Aslam b. `Abd al-Aziz, Muhammad al-Warraq, Ibn al-Yazzar, Faray b. Sallam, etc.60. El códice arábigo que se titula Libro que contiene cosas curiosas acerca de las excelencias de la gente de Almagrib, es obra del cronista AbenZaid, que vivió en tiempos del rey Fernando III, y nos refiere una noticia curiosa pues ya cita a uno de los primeros poetas de la historia que nació en Trujillo en el siglo XI y destacó en la corte de Badajoz, reinando en ella Abu-Beer Mohamed, que sucedió a su padre el 30 de diciembre de 1045: “Trujillo es una de las ciudades notables del norte. De ella era Abu-Mohamed Abdala, hijo de Albolón, uno de los poetas de Almotafir Abenalaftás, rey de Badajoz”. Este es el rey que tomó el pomposo título de Motafir (el victorioso por Alá) y se hizo célebre por su enemistad con el rey de Sevilla Motahid, y por su mucha erudición, prudencia y fortaleza de ánimo, según escriben de él Alkabit y Aben-Kaldún, por quienes sabemos también que escribió una obra histórica de cincuenta tomos61. Encontramos referencias a Trujillo en Abu-Abd-Alla Mohamed AlEdrisi62, de la familia de los Hamuditas, que habían tenido la soberanía de Málaga hasta la muerte de su bisabuelo Idris II (año 1055), que fue un geógrafo árabe cuya obra fue famosa en todo el mundo musulmán. Entró al servicio del rey cristiano Rogerio II de Sicilia, para auxiliarle en sus investigaciones geográficas e hizo su panegírico. Murió en la segunda mitad del siglo XII63. 59 Ibídem, p. 285. 60 Descubierto en Fez por Levi-ProvenÇal, que abarca el reinado de al-Hakam y parte de `Abd al-Rahman II. Editado por el cit. prof. y por Abd al-Hamid, publicaciones de la Facultad de Letras de U. Farûq I de Alejandría. Sobre el texto existe una publicación importante LEVIPROVENÇAL y GARCÍA GÓMEZ, 1954, 295-315. VIGUERA y CORRIENTE, 1981. 61 AHMAD AL-MAQQARI, 1848, p. XLIX; GAYANGOS, 1840-43. 62 Nació en Ceuta en el año 493 (1100). Según CARISI, 1760-1770. Véase la publicación de la traducción de la zona musulmana correspondiente a España de BLÁZQUEZ, 1901; y la versión de AL-EDRISI, 1974, 187 (en relación a Trujillo). 63 El célebre orientalista italiano Miguel Amari, en su Bibliotheca Arabo-Sicula, Torino e Roma, 1880-1881, le concede el primer puesto entre los trabajos geográficos de la Edad Media al Edrisi con su Tratado Geográfico.
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Europa conoció la obra del árabe por un breve compendio que de ella se hizo y se publicó en Roma, en 1592, en la imprenta de los Médicis64. En España, Eduardo Saavedra amplió y corrigió las versiones de la obra del Edrisi en una serie de artículos insertos en el Boletín de la Sociedad Geográfica de Madrid65, publicados posteriormente en un volumen aparte, con el título de La Geografía del Edrisi66. La descripción que hace El-Edrisi de Trujillo es la siguiente: “De Medellín a Taryalah (Trujillo), dos jornadas cortas. Esta última villa es grande y parece una fortaleza. Sus muros están sólidamente construidos y hay bazares bien provistos. Sus habitantes, tanto jinetes como infantes, hacen continuas incursiones en el país de los cristianos. Ordinariamente viven del merodeo y se valen de ardides”67. Las referencias que nos ofrece de la ciudad revelan que era una de las principales de Extremadura en la época de los almohades; y la importancia estratégica de ella, dimana de que en aquel tiempo los árabes y los cristianos invadían a diario el campo enemigo para robar, talar y destruir, por lo cual los lugares pequeños estaban indefensos y sus moradores se concentraban en las poblaciones fortificadas. Esta misma manera de vivir que tenían los árabes en Trujillo, entregados al merodeo y las excursiones y adiestrados en ardides, sorpresas y asaltos, la tenían también los cristianos de la frontera leonesa. La conservación de las poblaciones conquistadas era muy difícil, por tenerse que guerrear a diario con los árabes. Los moradores estaban interesados en la defensa de la población; pero como el temor a que el enemigo atacase los campos y la necesidad de estar siempre apelando a las armas hacían imposible el cultivo agrícola, la propiedad comunal del suelo era la que preponderaba y con ella la riqueza pecuaria, que se manifestaba en las vacadas concejiles y la ganadería en común. Por tanto, el bandolerismo tenía su mejor baluarte en la frontera. 64 Se conserva en París (Sup. Arab. 894) y una copia en la Biblioteca de la Universidad de Cambridge. De este texto hicieron una versión latina los maronistas G. Sionita y J. Hesronita que lo titularon Geographia Nubiense(París, 1619), y anteriormente, Bernardino Baldi había hecho una traducción italiana que se conserva autógrafa e inédita en la Biblioteca de la Universidad de Montpellier. La Biblioteca de París adquirió dos ejemplares de la obra completa, que tradujo al francés Amadeo Jaubert, que publicó en 1836 el primer tomo y en 1840 el segundo. 65 En España trabajó sobre la traducción y el texto de DOZY y DE GOEJE, SAAVEDRA, 1881. 66 Publicada en Madrid, 1881. 67 BLÁZQUEZ, 1901, 24.
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El historiador y geógrafo del siglo XII Muhammad Ibn Ayyûb Inb Galib Al-Garnati, que vivió en Granada, donde estuvo al servicio de su gobernador, en su obra Farhat al-anfus fi ajbar al-Andalus(Alegría de las almas, acerca de la Historia de al-Andalus), nos refiere: “A la cora de Mérida pertenece Taryalah (Trujillo), que dista de Córdoba seis jornadas”68. En la Crónica anónima Dikr Bilad al-Andalus, editada y traducida por L. Molina, nos refiere también que Mérida dominaba numerosas ciudades y amplios distritos, entre los que se encontraban las ciudades de Trujillo, Zamora, León, Tudela, Tarazona y Fuente de Cantos69. El escritor árabe oriental Abu ´Abd Allah Yaqut Ibn ´Abd Allah AlHamawi, nacido en el año 1179 en Hama, fue esclavo de niño y fue llevado a Bagdad en donde ejerció el oficio de comerciante, murió en el año 1229, recoge la forma Turyila para referirse al topónimo “Trujillo”: “ Turyila es una madina en al-Andalus del `amal de Mérida, entre ella y Córdoba hay seis días a oriente y seis días entre ella y Zamora en el país de los cristianos. Conquistada en 1165”70. Se refiere a la conquista cristiana de Trujillo el 15 de abril de 1165 por Geraldo Sempavor. En el año 1169 Geraldo cae prisionero y para su rescate tiene que entregar Trujillo, Montánchez, Santa Cruz y Monfragüe a Rodríguez de Castro, autor del convenio con los árabes, a quien llaman Señor de Trujillo, y que se constituyó en un señorío venido después a manos castellanas. Por su parte, el cronista Ben-SahibisSalat contemporáneo de estos sucesos, nos refiere muy sumariamente: “En Yumada segundo de la hegira 560 fue sorprendida la ciudad de Truxillo, y en Diskada, la notable villa de Jeburak. También la población de Cazeres en Safar de 561, y el castillo de Muntajesh en Yumada y los fuertes de Severina y Felmanuyyah”71. La fecha de la toma de Trujillo es clara pues comenzando la hégira 560 el 18 de noviembre del año 1164, la luna de Yumada 1º tuvo que comenzar antes de mediar el mes de abril del año 1165, y si la ciudad fue ganada por sorpresa no hubo necesidad de emplear en ella una semana. Aunque el cronista árabe refiere tan sumariamente estas conquistas, no ha de entenderse que Évora fue ganada por el mismo rey 68 Farhat al-anfus fi ajbar al-Andalus, p. 290. Ed. de LUTFI ABD AL-BADI, Rev. del Instituto de los Mss. Arabes, El Cairo, 1955, 282/310. 69 Trad. MOLINA, 1983, 63. 70 YAQUT, 2002, 22. Véase, ABD AL-KARIM, 1974. WÜSTENFELD, 1866-72 (edición, 1955, 22). 71 Texto recogido de D. Pascual Gayangos, como uno de los Apéndices a su traducción inglesa del Almakary, tomo II, p. 522.
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que tomó a Trujillo, Cáceres y Montánchez, pues consta por el Cronicón lusitano, llamado también Crónica de los godos, que la toma de Évora fue empresa exclusiva de Gerardo72. Abd Al-Malik b. Muhammad b. Ibn Sahib al-Sala, natural de Beja, nos informa en su obra al-Mann bi-l-imama àlá-l-mustad`afin bi-an ya`alhum Allah al-a imma wa-ya`alahum al-waritin (El don del imamato para los que no merecieron que Dios los colocase como imames y los puso como como sus herederos y la aparición del iman al-Mahdi de los Almohades), de la que solo se ha conservado el segundo volumen (1159-1173)73, lo siguiente: “En el año 563/17 de octubre de 1167 a 4 de octubre de 1168, el jefe cristiano Fernando (se refiere a Fernando II), señor de Taryala (Trujillo), célebre entre los cristianos por su linaje y valor, pariente por afinidad de Alfonso, el rey pequeño, señor de Toledo, llegó a Sevilla en el mes de ramadám del citado año/10 de junio a 9 de julio 1168, él y sus hermanos, con el deseo de hacerse servidor del Amir al-Mu`minin, después de abandonar la compañía de los infieles. Los almohades de Sevilla pidieron permiso a su majestad el Amir al-Mu`minin en marrakus, y se le permitió que llegase allí con sus acompañantes y hermanos que venían con él, y permaneció en la capital excelsa cinco meses bajo las banderas del poder excelso, favores y donativos considerables y provisiones garantizadas. Se ablandó su corazón con los grandes regalos, hasta que casi se islamizó y prometió a Dios ser fiel consejero del poder con el mejor servicio, y se sometió y garantizó que no raziaría el país de los almohades y que sería para ellos un sostén y aliado de los musulmanes. Se marchó bajo estos bienes y esta reconciliación completa de él con seguridad, mandando el poder supremo darle donativos a él y a sus hermanos y compañeros unidos a los almohades, todos los meses, como se hizo”74. Este cronista también nos explica la 72 "Era MCCIIII, citivas Elbora capta, et depraedata, et noctu ingressa a Giraldo cognominato sine pavore, et latronibus sociis eius, et tradidit cam regi D. Alfonso, et pos paululum ipse rex cepit Mauram et Serpam et Alconchel, et Coluchi castrum mandavit reedificare anno regni ejus XXXIX. Chronicon lusitano, era 1204" (se observa que retrasa el año de la toma de Évora, pues según el texto del cronista árabe, contemporáneo, fue en Dilkada de la hégira 560 -julio a agosto de 1165). 73 Conservado en la biblioteca Bodleiana, núm. 433, editado en Beirut en 1964, traducción de Huici Miranda. 74 Ibídem. pp. 368-369. Vid. PÉREZ ÁLVAREZ, 1992, 145. Sobre el rey Fernando II, véase GONZÁLEZ, 1943.
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traición de Giraldo a la ciudad de Trujillo en el mes de yumada al-tani del año 560/15 de abril al 13 de mayo de 116575. El 15 de abril de 1165 tiene lugar la conquista de Trujillo por Geraldo Sempavor. Geraldo caerá prisionero en 1168 y para su rescate tiene que entregar Trujillo, Montánchez, Santa Cruz y Monfragüe a Rodríguez de Castro, autor del convenio con los árabes, a quien llaman Señor de Trujillo, y que se constituyó en un señorío venido después a manos castellanas. También encontramos referencias acerca de estos acontecimientos históricos en la obra Kitab al-ibar del gran sociólogo, filósofo e historiador de Túnez Ibn Jaldun, que fue una de las más fuertes personalidades de la cultura árabe-musulmana en su ocaso76. Abul-l-Abbas Ahmab b. Muhammad b. Idari Al-Marrakusi, historiador magrebí del que solamente conocemos que vivió en la segunda mitad del siglo XIII, nos refiere lo siguiente en su obra Bayan al-mugrib fi ijtisar ajbar muluk al-Andalus wa-l-Magrib: “En el año 178 (de la hegira)/ 794 entran en Trujillo los beréberes que huyeron de Takurunna”77. También, nos relata la traición de Geraldo para apoderarse de las ciudades, y como ayudó a Ibn al-Rink contra los musulmanes: “Traicionó Giraldo en su primera traición, la ciudad de Trujillo en el año 560/1165, luego la de Evora en du-l-qa`da de ese año y se la vendió a los cristianos; luego traicionó la de Cáceres en safar del año 561/diciembre-enero de 1166”.78 Las Órdenes Militares jugaron un papel decisivo en la reconquista. El rey Alfonso VIII encargó en 1186 a don Gómez, maestre de la Orden Militar del Pereiro79 que se asentase en Trujillo. Según el Manuscrito de Tapia, esta orden asentada en Trujillo tornó el nombre por “Freyles de la Orden Truxillense”, y tuvieron su convento junto a la Alberca80. Orden 75 Ibídem, p. 375. 76 Es una historia universal elaborada entre los años 1364-1378. Ed. parcial y traducción de SLANE, 1847-51. Ed. del texto árabe completo en bulak, 1284/1867, siete vols. "El califa Abu Yaqub había reafirmado su autoridad en África y vuelve su mirada hacia al-Andalus, cuya situación parecía exigir la guerra santa. El maldito enemigo había sorprendido las ciudades de Trujillo y Evora. El califa envió el ejército almohade bajo las órdenes de Abu-hafs y en el año 1168/9 va este qa`id a liberar Badajoz". 77 Ediciones de Dozy, Colin y Levy-Provençal, del manuscrito de la biblioteca de Leiden (número 67), que es una copia del siglo XVI del original que se encuentra en la Biblioteca de Copenhague (código 76), procedente de Marruecos. 78 Bayan, trad. HUICI MIRANDA, 1963, 402-404. 79 TORRES TAPIA, 1763, 101 (ed. Facsímil, 1999); FERNÁNDEZ-DAZA ALVEAR 1993, 96 y 97. 80 MUÑOZ DE SAN PEDRO, 1952, 209.
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militar con fuerza y efectivos suficientes como para participar posteriormente en la defensa de la villa de Ronda81. En el año 1195, en la Batalla de Alarcos destacó notablemente don Gómez. El monarca Alfonso VIII le donó tres mil áureos, Trujillo, el castillo de Santa Cruz, y los castillos y villas de Albalat y Zuferola82. Si seguimos fielmente el Bulario de la Orden de Alcántara, Citando la Crónica de la Orden de Alcántara transcribimos: “Alfonso VIII hizo una gloriosa entrada por sus tierras a la vuelta por Talavera, y pasando el Tajo entro por tierra de Trujillo e hizo grandes daños en la serena, de allí atravesó hasta cerca de Sevilla, y aunque no dice si ganó Trujillo… Mandó edificar Plasencia y se hizo dueño de todos los pueblos adyacentes, y entre estos fue el de Truxillo. Yo pienso que luego que el Rey dio la vuelta, mandó a don Gómez, maestre del Pereiro, pusiese en él algunos freyres que estuviesen de guarnición”83. La Crónica sigue diciendo… “muchos años antes del Maestre de quien aquí tratamos hubo frailes Truxillenses; por ventura su Orden fue incorporada con la de San Julián del Pereiro”. El 21 de abril y el 8 de mayo de 1186 el Rey Alfonso VIII firma documentos. Don Gómez Fernández Barrientos, Maestre del Pereiro había integrado las pequeñas órdenes, todas cistercienses como la suya, en una nueva y truxillense, así lo confirma el Bulario84. También, en un capítulo 81 Concesión del 5 de abril de 1188, en la cual el rey Alfonso VIII dona a Gómez, “magistro truxillense” y a sus freyles, la localidad toledana de Ronda con su territorio...”dono et concedo vobis domino Gomez, magistro truxillensi, et ómnibus fratribus vestris, presentibus et futurs, Rondam, cum ingressibus, et egressibus...”. TORRES Y TAPIA, 1763 (facsímil, 1999), 103. Citemos asimismo el interesante estudio realizado por RUIZ MORENO, 2002, 127-151. Los trabajos de investigación del profesor Ruiz Moreno versan sobre la Orden Militar que tuvo su sede en Trujillo: “Las fortalezas de la orden militar de Trujillo”, Actas del II Congreso de Castellología Ibérica. Alcalá de la Selva (Teruel), 2001, pp. 351-366. “Enclaves militares de los freires truxillenses en las tierras de Trujillo”. XXXIV Coloquios Históricos de Extremadura, Trujillo, 2005. 82 “donnationis , et concessionis, et stabilitatis Deo et conventuigratrum de Truxellum, presentium et futurorum, et vobisdomnoGometio, eiusdemconventusinstantimagistro–hace referencias a don Gómez y a la orden de Trujillo- vestrisquesuccessoribus perpetuo valituram, dono itaquevobis et concedo villam et castellumquodvocantTurgellum; et villam et castellumquodvocantAlbalat, situm in ripa Tagi; castellumquoquequodvocantSanctamCrucem, propeTrufellum, situm in monte Arduo; et aliaduocastella, quórum alterumvocatur cabañas, reliquum vero Zuferola, predicctassiquidem villas et castellavobis dono et concedo integre....”. TORRES Y TAPIA, op. cit., p. 108. 83 TORRES Y TAPIA, 115. FRANCISCO OLMOS, 2001. 84 DE ROBLES, 1662; DE VALENCIA: 1602; MANRIQUE: Annales cistercienses (1283), IV vols. Lyon, 1642. RADES Y ANDRADA, 1718; DE LA FUENTE, 1874; ALVAREZ DE ARAUJO Y CUELLAR, 1983. LOMAX, 1980; NOVOA PORTELA, 2000.
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general del Cister, fechado en 1190, nos encontramos con una referencia a la incorporación del Cister85. La conquista de Trujillo por los cristianos coincide con un momento de crisis y descomposición de los reinos árabes del Al-Andalus. Así, el rey de Castilla, Alfonso VIII, después de conquistar el lugar de Ambroz y fundar allí la ciudad de Plasencia, entró en Trujillo el año 1186. Intentando atraer a las Ordenes Militares para asegurarse la plaza y la frontera, concedió la mitad de los diezmos de la ciudad y su tierra a la Orden de Santiago. En el mes de abril de 1186, la ciudad de Plasencia era un enclave importante para las empresas ulteriores del rey Alfonso VIII, y se hallaba en esa fecha en Trujillo, lo que prueba que la había conquistado a los árabes, estando allí el monarca castellano otorgó privilegio a la Orden de Santiago, cuyo Maestre era entonces Fr. Fernando Díaz, por el cual “le hizo donación de la mitad de los diezmos pertenecientes a la Corona en todas las rentas de Trugello, tanto de la agricultura como de las demás materias contributivas, y de la mitad de las tercias de las iglesias de Trugello y sus términos, que se poblaron desde Tajo hasta Guadiana, y la mitad de los derechos que corresponden al Obispo”. En la data del documento se lee: “Facta carta apud Trugellum, Era MCCXXIIII et XI kalen, Madri”86. Por tanto, entre las crónicas cristianas que citan a Trujillo tenemos el Bullarium ordinis militiae de Alcántara, que la denomina como “la villa de Trugello”y de forma adjetivada “truxillensi”87, el Bullarium equestres ordinis sancti Iacobi de Spatha, la refiere como “Trugellum”88. No puede negarse en esta donación el deseo que tenía el rey Alfonso de atraer a la Orden de Santiago hacia la comarca de Trujillo, a fin de que la repoblase y defendiese de las correrías de los árabes. Pero, todavía a otra orden, la de San Julián del Pereiro, la estimuló a establecerse en Trujillo y fundar allí una casa para cuyo sostenimiento la hizo donación de la villa de Ronda, sita en la comarca de Toledo. En el documento se llama a don Gómez “Maestre Truxillense”89. En la bula de Clemente III por la cual se 85 En el capítulo resaltamos el siguiente párrafo: “Milites vero de Turgelsi cut calatravenses ordinias socientur et abatí de Morerola de ordinio bediant”. CORRAL VAL, 1999, 88. 86 "——-dono et concedo vobis Domino Gomez Magistro Truxillensi, et omnibus fratribus vestris, praesentibus et futuria, Rondam, cum ingresibus etc..". ORTEGA Y COTES, 1759, 2 y 13. 87 ORTEGA Y COTES, 1759, 2 y 13. 88 AGUADO DE CÓRDOBA, 1719, 33. 89 ORTEGA Y COTES, 1759, 2
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erigió el Obispado de Plasencia90, se dice que la nueva diócesis ha de abarcar, conforme a lo solicitado por el rey de Castilla, todos los lugares concedidos a la nueva ciudad y los que se han agregado, de Trujillo, Medellín, Santa Cruz y Montfragüe, con todos sus términos y pertenencias91. En el año 1187 don Pedro Fernández de Castro deja en su testamento: … “a Dios y a la Orden, y a la milicia y hermanos de Santiago, si la muerte me cogiese sin habla y sin hijos, les dono y concedo todos los castillos míos enumerados: Montánchez, y Santa Cruz, y Zuferola, y Cabañas, y Monfragüe, y Solana, y Peña Falcón, les dono y concedo con el mismo pacto que tengo con el Señor Rey A. y les hago donación de mis heredades, muebles e inmuebles, que en el siglo tengo… Fecha la carta en las calendas de septiembre del año 1225 de la Era”92. Poco duraron estas donaciones en posesión del maestre de la Orden de Trujillo pues en 1196 sufrieron un ataque de los almohades y se perdieron93. Esta Orden trujillana no gozó de aprobación pontificia, desapareció de esta villa, pasando los freyles al convento del Pereiro, formando parte de la Orden de Alcántara94. El 14 de junio de 1196 al-Mansur se dirigió hacia norte, desde Sevilla, avanzando en dirección al castillo de Montánchez con un gran contingente de andaluces, pues era una de las fortalezas de mayor elevación, renombrada por su situación estratégica. La rodeó e inició el ataque. El día 16 de junio los habitantes del castillo se acogieron a la sumisión, colgándose a la cuerda del Imán. Fue también evacuada la ciudad de Trujillo -tal y como nos cuenta Idari al-Marrakusi- “sin asedio, 90 Esta bula está inserta en otra de Honorio III, en la que se copió sólo la parte principal, suprimiendo el párrafo final y la data; pero sabemos que Clemente III comenzó a regir la Iglesia el 6 de enero de 1188 y murió el 25 de marzo de 1191. 91 "...authoritate Apostolica Episcopalem Cathedram constituimos, dioecesim quoque habendam iuxta dispositionem Regiam, ab eadem Ecclesia Cathedrali decernimus, ut villae, sicut praesenti scripto concluditur, quae sua sunt ei largitioni concessa, dioecesano iure ad eam perpetuo debeant pertinere; Turgellum, scilicet, et Medellinum, et Monsfragorum, et Sanctacruz cum omnibus pertinentiis suis, ..". ALONSO FERNÁNDEZ, 1952,24. 92 TORRES TAPIA, 1763, 117. 93 Crónica Latina de Castilla 4. Anales Toledanos I. Cit. GONZÁLEZ, 1944, 77. 94 Se otorgó escritura pública en Ciudad Rodrigo el 16 de julio de 1218, siendo así entregada a don Nuño Fernández Barroso, tercer maestre de San Julián del Pereiro, y haciéndose así primer Maestre de la Orden de Alcántara, ya que esta Orden quedó ligada para siempre a la historia de la Orden Militar de Alcántara.
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y sopló el viento de la victoria por aquellos distritos y aquellas regiones... Se renovó en estos castillos la invocación al Islam”95. En el año 1195, y continuando con esta política, el monarca donó a la de San Julián de Pereiro, además de otras, la villa y castillo de Trujillo. En marzo de 1195, el mismo Alfonso VIII, continuando con su interés de atraer a las Ordenes Militares a la frontera, con objeto de defenderla contra los árabes, hizo donación “al convento de los freires de Truxello y a su Maestre Don Gómez, de la villa y castillo que llaman Turgello, la villa y castillo que llaman Albalat, situado en la rivera del Tajo, y el castillo que llaman Santa Cruz cerca de Trugello y situado en el Monte Arduo, y otros dos castillos, de los cuales el uno se llama Cabañas y el otro Zuferola”96. Para la fortificación y perpetua subsistencia de estos lugares y castillos, les concede la pensión de tres mil áureos anuales sobre la renta de la Greda de Magán, que habría de pagarles el Almojarifazgo97. Sin embargo, los almohades, habiendo vencido al rey castellano en la batalla de Alarcos -1196- se dirigieron hacia la frontera oeste, conquistando Montánchez, Santa Cruz, Trujillo y Plasencia. En el año 1196, los reyes Alfonso VIII de Castilla y Sancho I de Portugal estaban unidos contra una liga formada por Alfonso IX de León98, Sancho VII de Navarra y el emir almohade Yacub. Salió este de Sevilla por la vía de Mérida y tras tomar Santa Cruz, Trujillo y Plasencia, marchó luego hacia la comarca de Talavera99. Por tanto, volvió Trujillo de nuevo a caer en manos almohades, como también recogen los Anales, produciéndose las consecuencias del profundo repliegue cristiano y las numerosas conquistas 95 HUICI MIRANDA, 1954, 193. Aunque en Ibn Jaldun se dice que arrasaron Trujillo y Talavera, en Histoire des berbères II, p. 214. 96 "...dono itque vobis et concedo villam et castellum quod vocant Turgellum, et villam et castellum quod vocant Albalat, situm in ripa Tagi, castellum quoque quod vocant Sanctam Crucem, prope Trugellum, situm in Monte Arduo, et alia duo castella, quorum alterum vocatur Cabannas, reliquum veró Zuferola...." Bullarium Ord. Mili. de Alcántara, p. 13. 97 "... At munitionem igitur et manntenentiam perpetuam praedictorum castrorum et villarum vobis assigno, dono et concedo annuos redditus trium millium aureorum de Greda montis de Magam, per manum de Almogeriti mei singulis annis usque in finem immutabiliter percipiendos". Bullarium Ord. Mili. de Alcántara, op. cit., p. 13. 98 Para un mayor conocimiento de Alfonso IX, véase GONZÁLEZ, 1943; GONZÁLEZ, 1944. 99 "Priso el rey de Marruecos a Montanchez, é Sancta Cruz, é Truxillo, é Placencia, é vinieron por Talavera, é cortaron el olivar, é olmos, é Santa Olalla, é Escalona, é lidiaron Maqueda, é non la prisieron, é vinieron cercar Toledo, é cortaron las viñas é los árboles, é duraron y X dias en el mes de junio, era MCCXXXIV". Anales Toledanos, en FLÓREZ, 1816, 382.
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extremeñas de los árabes. Esta conquista nos la relata el cronista árabe Ibn Abi Zar Abul-l-Abbas AHMAD AL-FASI -del que se sabe que murió en Fez en el año 1310)- en su obra Kitab al-anis al-mutrib bi-rawd al-qirtas fi ajbar muluk al-magrib wa ta`rij madina Fas, conocida como Rawd al-Qirtas:”En el año 1196 se produce la toma de al-Balat y Trujillo”100. Con motivo de haber celebrado treguas el rey de Castilla con el almohade, transcurrieron quince años sin que pensasen los cristianos en proseguir la reconquista entre el Tajo y el Guadiana; pero ya en el año 1211, el rey Alfonso VIII, que deseaba romper las hostilidades y había procurado dar pretexto para ello fundando en la frontera el castillo de Mora, estando con su hijo el infante Fernando en expedición, le ordenó que hiciese una razia por Extremadura, y entonces fue cuando el infante recorrió las comarcas de Trujillo y Montánchez, regresando a Toledo en el mes de agosto101. Estando sitiado por los almohades el castillo de Salvatierra, junto al actual de Calatrava la Nueva, intentó Alfonso atacar hacia el occidente de al-Andalus desde la sierra de San Vicente, para que cesase el sitio acudiendo a socorrer las tierras extremeñas. Envió a su hijo y heredero en “fonsado” hacia Trujillo y Montánchez, pero el califa hizo caso omiso y Salvatierra siguió cercada, conquistándola al fin. Y el infante tuvo que regresar sin conquistar nada. Tres meses después, el que hubiera sido Fernando II de Castilla si hubiera vivido, fallecía en Madrid, donde ya estaban su padre y el ejército ocupando su puesto sucesorio su hermano menor Enrique I, que fallecería por accidente en 1217. Por ambos fallecimientos resultó heredera doña Berenguela y, al morir Alfonso IX de León, heredó ambos reinos el que sería apodado el Santo, Fernando III, hijo de este rey y de su segunda esposa. Cáceres fue conquistada el 23 de abril de 1229, al mes siguiente se hallaba Alfonso IX en Galisteo, donde procuró aquietar a la Orden de Santiago, que se creía con el derecho a poseer la villa de Cáceres por habérsela donado en otro tiempo Fernando II, pero deseaba don Alfonso que la población fuese de realengo, y a tal efecto la señaló un vasto término y concedió fuero de población, y en trueque de los derechos eventuales 100 Trad. HUICI MIRANDA, 1918, 254. 101 "Estando el rey don Alfonso e el infant don Ferrando con todo su regno en la sierra de Sant Vicent, fue el infant don Ferrando en fosado con otdas las gientes á Truxiello, é á Montanches, é tornos´d´aquel fonsado à su padre en el mes dagosto, era MCCIL". Anales Toledanos, en FLÓREZ, op. cit., 23, 385. Acerca de Alfonso VIII, véase GONZÁLEZ, 1960.
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que aducía la Orden de Santiago, donó a esta las villas de Castrotoral y Villafáfila, con 2000 maravedís, y así mismo le prometió que si algún día lograba conquistar a Trujillo, Santa Cruz y Montánchez, le haría donación de alguna de ellas102. Trujillo era un peligroso entrante musulmán en la zona alta de Extremadura, especialmente para la vecina Plasencia, aunque el Tajo sirviera de frontera. Ampliado ya el reino leonés con Cáceres, Montánchez y Mérida, una expedición dirigida por el Maestre de Calatrava Gonzalo Yáñez y el obispo de Plasencia don Adán, sitiaron a Trujillo, con ayuda también de los santiaguistas y del Pereiro (después Alcántara). Acudió en auxilio de los sitiados el rey de Murcia, intentando atacar por sorpresa; no lo logró y volvió hacia Sevilla. Una segunda petición de los cercados le hizo volver, pero en el camino supo de la rendición. El avance fronterizo sería esta vez definitivo. Hemos de hacer un inciso para aclarar el origen de la Orden de Alcántara, citada anteriormente. El 25 de enero de 1233 tuvo lugar la reconquista definitiva, fecha exacta dada la fuente árabe de Al Himyari103, que afirma que tuvo lugar en Rabi I del 630 H. y en el Cronicón cordubense de Fernando Salmerón104. Desde que la tierra de Trujillo fuera reconquistada del dominio musulmán por Fernando III, la historia de Torrecillas se mantuvo unida a la de Trujillo pues desde ésta ejercía el control de las aldeas y pueblos que conformaban el territorio trujillano. Una vez conquistada Trujillo, los ejércitos tomarán el resto de poblaciones que poseían plazas fuertes hasta llegar al Guadiana, tal es el caso de Santa Cruz de la Sierra y Zorita. Los lugares de Trujillo debieron estar muy despoblados, el extenso territorio perteneciente a la ciudad se repartió entre los linajes que participaron en la reconquista, 102 "Item obligo me et successores meos, quod si Deus aliquo tempore nobis dederis castrum de Turgiello, vel Sancta Cruz, aut de Montanchez, aut de Medelin, quot domus ipsum vobis et Ordini vestro iure hareditario". Bullarium Ord. Mil. S. Jacobi, p. 149. 103 AL-HIMYARI, escritor norteafricano del siglo XIII nos habla en su obra Kitab al-rawd al-mi´tar fi jabar al-aqtar de "Taryaluh (Trujillo) ciudad de al-Andalus, es un hisn inexpugnable, tiene murallas y mercados activos. Sus caballeros e infantes pasan su vida emprendiendo correrías contra el país de los cristianos, y se dedican a ejercer el bandolerismo y el fraude. En el año 630 de la hegira/ 12321233, vinieron los cristianos y la sitiaron. Salió hacia ellos Muhammad bn Yûsuf bn Hûd buscando una ocasión para atacarles por sorpresa, pero no le fue posible y partió a Sevilla. Hizo etapas hacia Taryaluh, pero le llegó la noticia de la toma de esta ciudad por los cristianos y volvió a Sevilla. Cayó Taryaluh en poder de los cristianos en rabi al-awwal de este año/diciembre 1232- enero 1233". ALHIMYARI, (1937, 63. 104 LOMAX, 1982.
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por ejemplo los Añasco se instalaron en Zorita, Alcollarín y la Zarza (después, Conquista de la Sierra). Una vez que se produce la reconquista en la tierra de Trujillo en el año 1233, el Concejo de Trujillo poseerá en nombre de la Corona el derecho y la jurisdicción de alto, bajo, mixto y mero imperio sobre un amplio territorio, incluidos lugares y poblados, ejerciendo Trujillo su dominio en este espacio, por real gracia. El territorio y los lugares que configuraban jurisdiccionalmente la tierra de Trujillo desde la Baja Edad Media la convirtieron en la segunda comunidad de Villa y Tierra más extensa de Extremadura105, con una superficie de más de 300.000 hectáreas y un número importante de aldeas y lugares, que estaban supeditados política, fiscal y económicamente a la ciudad de Trujillo106. Un amplio territorio en el que existían las siguientes aldeas y lugares en el año 1485: Herguijuela, La Zarza (Conquista), Garciaz, Berzocana, Cañamero, Logrosán, Navalvillar de Pela, Acedera, Madrigalejo, El Campo, Alcollarín, Zorita, Santa Cruz, Abertura, El Puerto, Búrdalo, Escorial, Ibahernando, Robledillo, La Cumbre, Plasenzuela, Ruanes, Aldea del Pastor (Santa Ana), y pequeños lugares llamados Huertas, Berrocal y Aguijones107. A lo largo de la Baja Edad Media, Trujillo fue concentrando bajo su poder numerosos lugares de su tierra, que frecuentemente eran visitados por los alguaciles y por señores que ocupaban importantes cargos en la Corte y llegaron a tener la posesión de la Ciudad –tal es el caso de don Pedro de Stúñiga-108. Trujillo quedó como villa sujeta a la corona castellana con todos sus términos, que fueron los que se conquistaron con dicha villa (ciudad desde 1430, privilegio de Juan II). Abarcaron éstos desde el Norte con el río Almonte en casi todo su recorrido, hasta el punto donde entra en él al Poniente el río Tamujas, cuya madre arranca en la Sierra de Robledillo, sigue por mediodía, desde esta madre hasta encontrar al río Búrdalo por 105 RODRÍGUEZ SÁNCHEZ, 1985, 434. 106 SÁNCHEZ RUBIO y SÁNCHEZ RUBIO, 2007, 20. 107 Legajo 2, sacado del repartimiento de 1485 hecho en Trujillo y su tierra para la Guerra de Granada. Archivo Municipal de Trujillo. 108 Por ejemplo en 1440 recorrió y visitó varias poblaciones pertenecientes a la tierra de Trujillo, entre las que se encontraba Zorita. Archivo Histórico Nacional, sección Osuna, legajo 314, núm. 23, doc. 12.
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Miajadas, y desde allí va a tomar la orilla derecha del Guadiana, río que sigue hasta que enfrenta con las fuentes de Gargáliga. Parte de aquí por la Sierra de Altamira en Guadalupe, hasta encontrar por saliente el origen del citado río Almonte. Todo ello tiene una extensión superficial de 14 por 16 leguas, de Este a Oeste y de Norte a Sur. Trujillo se había librado en escasas ocasiones de la señoralización pese a las promesas e incumplimientos de los reyes que aseguraron no enajenarlas de su patrimonio109. No obstante, en 1474 habrá una desmembración de la ciudad y su tierra110. En el año 1475, Logrosán, Garciaz, Cañamero, Acedera, Navalvillar y Zorita se las elevó a rango de villas y fueron entregadas con pleno señorío a don Gutierre Álvarez de Toledo que después permutaría por Coria111, siendo la ciudad entregada ese mismo año al Marqués de Villena, don Juan Pacheco112, pero al fallecer éste por un absceso a la garganta, Trujillo y su tierra cayó en manos de su hijo Diego López Pacheco113, durante el reinado de los Reyes Católicos el dominio de Trujillo y su tierra entrará en una serie de oscilaciones entre los nobles Pacheco, Zúñiga, Chaves y Monroy. A partir de la paz en Castilla, los monarcas Católicos administrarán y gobernarán sus ciudades, Trujillo será ciudad realenga de Castilla114. La ciudad de Trujillo –a la que pertenecía jurisdiccionalmente los pueblos citados115- y su tierra fueron demasiado 109 Juan II en las Cortes de Valladolid en 1442 permite que puedan rebelarse en caso de ser objeto de donación. Enrique IV confirma la ley otorgada por su padre en las Cotes de Córdoba en 1455. VAL VALDIVIESO, 1974, 62. 110 Archivo General de Simancas. Mercedes y Privilegios 90, núm. 5. 111 Archivo General de Simancas. Mercedes y Privilegios 108, núm. 14, 2º; el 2 de diciembre de 1475. 112 ZURITA, 1610, fol. 215. 113 FERNÁNDEZ DAZA, 1993, 120. Archivo Histórico Nacional, Frías, Catl. 13. núm. 24. 114 En el legajo 11 del Archivo Municipal de Trujillo queda constancia por mediación de varios documentos de la regulación por parte de los RR. Católicos de Trujillo y su tierra. 115 La tierra de Trujillo abarcaba una extensión de 10 leguas de ancho por 16 leguas de largo; es decir, lo comprendido desde el río Almonte hasta el río Guadiana de norte a sur, y desde el Ibor y Ruecas hasta el Tamuja de Oriente a Occidente, en esta amplia zona había villas, lugares, aldeas y aguijones, además de arrabales y todos permanecían a Trujillo. De principios del siglo XVI existe un padrón de alcabalas que solamente incluye a los vecinos, pero nos citan los lugares y villas que tenía la tierra de Trujillo: Huertas, Aguijones y Colgadizos, Ruanes, El Campo, Abertura, Plasenzuela, Aldea del Pastor (Santa Ana), Ybahernando, Madrigalejo, Búrdalo, Escorial (Escurial), El Yrguijuela (Herguijuela), El Puerto (Puerto de Santa Cruz), Garçias, Alcollarín, Robledillo, Santa Cruz, Acedera, La Çarça (Conquista de la Sierra), La Cumbre, Navalvillar, Cañamero, Berzocana, Corita (Zorita), que tenía 118 vecinos; Logrosán, La Torre de García Díez y Guadalperalejo, Orellana la Vieja y Orellana de la Sierra (la Nueva). Archivo General de Simancas, Contadurías Generales, leg. 768.
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castigadas en contribuciones al erario de la corona con impuestos extraordinarios, tal vez por ser territorio de realengo, donde era más difícil escurrir el bulto y más fácil el ordeno y mando. La trayectoria histórica del Trujillo medieval concluye cuando los Reyes Católicos decidieron, a petición de los trujillanos y en premio a su lealtad en defensa de los derechos de Isabel la Católica a la corona castellana, incorporarla definitivamente al señorío real (realengo) y convertirla en capital de la Provincia de Trujillo, que, junto con la Provincia de León de la Orden de Santiago, formaban el actual territorio de Extremadura. Al establecerse la división territorial del reino en Corregimientos (1480), después de las Cortes de Toledo, Trujillo pasaría a ser cabeza de uno de ellos, junto con Plasencia, Cáceres, Mérida y Badajoz, en consideración a la importancia de su población y al peso político de su nobleza local; si bien no lograron los trujillanos conseguir la deseada procuración en Cortes, que los Reyes sólo concederían a 18 ciudades castellanas, entre las que no hubo ninguna de Extremadura, pasando su representación a Salamanca. El primer documento que hace referencias a Torrecillas es una escritura de venta otorgada por Juan Serrano, vecino de Torrecillas, a favor de la ciudad de Trujillo de una casa, dos cercas y una huerta de riego en el sitio del Arroyo Caballo, en la cantidad de 2900 maravedíes116. En el Interrogatorio de la Real Audiencia realizado -con respecto a Torrecillasen abril de 1791, en el Diccionario Geográfico Universal117 de Antonio Vegas de 1795, y en el Diccionario Geográfico Estadístico118 de Sebastián de Miñano de 1826, aparece como Torrecillas. Será a partir del año 1849, en el Diccionario Geográfico Estadístico Histórico de Madoz en el que aparezca mencionado como Torrecillas de la Tiesa. Torrecillas de la Tiesa tuvo mucha hacienda a finales del siglo XV en posesión de don Juan Pizarro, pariente de los Pizarro, procedente de la rama principal de Diego Hernández Pizarro “el magnífico”. Don Juan Pizarro estuvo casado con doña Juana de Hinojosa, tuvieron once hijos, entre ellos algunos muy ilustres como el arcipreste don Juan Pizarro, fundador de la obra pía de Niños expósitos; también podemos citar a don Alonso 116 Archivo Municipal de Trujillo, legajo 10, carpeta 9, fols. 2r -5vº. Trujillo a 26 de enero de 1515, ante el escribano Francisco Martínez. 117 Diccionario Geográfico Universal, tomo VI, publicado en Madrid en el año 1795. 118 Diccionario Geográfico Estadístico, publicado en Madrid en 1826.
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Pizarro, padre del Inquisidor de Córdoba y Granada don Gabriel Pizarro de Hinojosa, fundador de la iglesia de la Sangre de Cristo en Trujillo. También podemos citar a don Sancho Pizarro, el hijo mayor, que no llevó mayorazgo ni vínculo alguno porque se casó con la hija mayor del coronel don Álvaro Pizarro, doña Juana de Aragón, pasando con ello a disfrutar el mayorazgo de esta casa. Por esta razón fue mayorazgo de don Juan Pizarro su segundo hijo, don Diego Pizarro, entrando en este mayorazgo las posesiones y el señorío de Torrecillas de la Tiesa, que empezó a ejercer las atribuciones propias de esta clase de feudos por la compra que hizo de su vecindario119. Don Diego Pizarro quiso determinar su señorío con todos los alcances legales, Torrecillas de la Tiesa se opuso y promovió pleito contra él, litigio que se llevó a la Cancillería Real costando grandes sumas de dinero su resolución, tanto que en el testamento del arcipreste se consigna una gran cantidad para ayudar a su hermano en esta causa. Se resolvió a favor de don Diego Pizarro, hasta entonces había sido villa realenga, quedando en posesión del señorío en 1559 vendido por doña Juana de Austria, Princesa de Portugal y Gobernadora de Castilla, en virtud de poder conferido al efecto por el rey Felipe II, su hermano, y con intervención del licenciado don Juan de Vargas, Oidor de la Audiencia y Chancillería de Su Majestad en Valladolid, levantando el rollo actual con sus armas120. Fue lugar hasta el año 1559, estando anejo a la corona de Su Real Majestad. Todo comenzó un tres años antes, cuando el rey Felipe II tras la abdicación de Carlos I en 1556 gobernó el imperio integrado por los reinos y territorios de Castilla, Aragón, Navarra, el Franco-Condado, los Países Bajos, Sicilia, Cerdeña, Milán, Nápoles, Orán, Túnez, toda la América descubierta y Filipinas. A estos vastos territorios se le unió Portugal y su imperio afroasiático en 1580. En el año 1558, necesitando nuevos recursos para sus empresas militares ordenó desde Flandes que se enajenasen los lugares que resultasen 119 NARANJO ALONSO, 1929, 5; MUÑOZ DE SAN PEDDRO, 1952, 295; ATIENZA, 1948. 120 Privilegio de exención de los lugares de Plasenzuela, Guijo y Avililla de la jurisdicción de Trujillo, concedido a favor del licenciado Juan de Vargas por doña Juana, en nombre de su hermano Felipe II. Despachado en Valladolid, a 17 de agosto de 1559, Traslado del escribano Juan de Escobedo. Archivo Municipal de Trujillo. Legajo 32, Carpeta 5, 9 folios. Vid. LÓPEZ ROL, catálogo I, 2007, 111.
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necesarios para obtener recursos suficientes para hacer frente a las campañas militares. Entre las cinco aldeas de la jurisdicción de Trujillo que fueron enajenadas estaba Torrecillas, con una población de “çinquenta y çinco vezinos, con su jurisdiçión çevil y criminal y con las alcavalas del dicho lugar de Torreçillas para el dicho liçençiado Juan de Vargas y para la persona en quien el lo renunçiase y traspasase, por preçio cada vasallo de diez e seys mil mrs. y cada millar de las dichas alcabalas quarenta y dos mil y quinientos mrs”121, que fue adquirida por Diego Pizarro de Hinojosa122, declarándose comovilla en señorío particular a favor del citado noble de Trujillo, a cuyo favor se estableció la venta real del señorío y vasallaje, para él y su sucesión que fue la siguiente: Don Diego Pizarro se casó con doña María de Carvajal y tuvieron por hijo y sucesor a don Juan Pizarro de Carvajal, que se casó con doña Francisca de Carvajal; éstos fueron padres de don Francisco Pizarro de Carvajal, que se casó con don Francisca Pizarro de Orellana y fueron padres de don Juan Pizarro de Carvajal. Este no se casó pero tuvo tres hijos naturales que fueron fray Diego Pizarro, fraile dominico; don Francisco Pizarro, que se casó con doña María Villarejo Calderón y don Pedro Pizarro, en quien siguió el señorío de Torrecillas. Don Pedro Pizarro se casó con doña María Pesquera de quien tuvo solo una hija llamada doña Lucía Pizarro de Carvajal, que se casó con don Lorenzo de Quiñones y Neyra, VII marqués de Lorenzana, natural de Fuente del Maestre, pasando a Trujillo esta casa, pues continuó el título y el señorío su hijo don José de Quiñones, el cual se casó con doña Francisca Xaviera de Cabrera y Cárdenas, de quienes fue hijo y sucesor don Francisco Javier de Quiñones, último marqués de Lorenzana que vivió en Trujillo123. El palacio del marqués de Lorenzana es la actual sede de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes. Don Francisco Javier de Quiñones Pizarro huyó de Trujillo con la invasión francesa, abandonando el palacio a su suerte, y se establecieron en Fuente del Maestre (Badajoz). Con el paso del tiempo y gracias a la generosidad del Marqués de Lorenzana, Don Mateo Jaraquemada Guajardo-Fajardo y su familia, 121 Juan de Vargas nombró a Diego Pizarro para que a él se hiciera la carta de venta del dicho lugar de Torrecillas. Contaduría Mayor de Hacienda, Dirección General del Tesoro, legajo 281, fol. 241, Valladolid a 8 de agosto de 1559, Vid. SÁNCHEZ RUBIO et alli, 2006, 185 y 186. 122 MAYORALGO LODO, 2006, 121. 123 NARANJO ALONSO, 1929, 6; MAYORALGO LODO, 2006, 125.
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donaron este solar palaciego de Lorenzana, mediante escritura pública otorgada en Badajoz el 27 de marzo del año 1982, para que la Real Academia de Extremadura iniciase las obras de restauración del edificio en su parte exterior, llevada a cabo con dedicación intensa. Tras varios años de inactividad en las obras, en el año1998, la Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura, hizo posible la continuación y terminación del edificio, su completa reconstrucción interior, adecuamiento y mobiliario, obras que finalizaron en el año 1999. El día 9 de octubre del año 2000 fue solemnemente inaugurada la sede por Su Majestad la Reina Doña Sofía. Tenemos constancia de que esta villa de Torrecillas en el año de 1576 “era aldea y feligresia de la Parroquial Yglesia del Señor San Clemente, situada en la ciudad de Trujillo, donde se mandó construir el Monasterio o Convento de Monjas de Santa Clara, suprimiendo dicha parroquia con aplicacion de este veneficio, sus frutos y ventas al espresado monasterio en virtud de bulas pontificias, asignandole por razon de salarios al theniente la cantidad de 700 reales vellon, pero fue un olvido impropio de lo natural no haver regulado algunos alimentos para sostener esta parroquia, de modo que en semejante estado no puede dicha parroquia adornarse con la decencia devida y concurriendo la circunstancia de haver solo una misa y que por ser aquella poco menos que una hermita se quedaban muchos en la calle, donde no pueden oirla, cuio particular pongo en la alta consideracion del Ylustrisimo. Su cura theniente es nombrado por el Señor Obispo de Plasencia por oposicion. A este articulo devo esponer a Vuestra Señoria: no ser necesario el zementerio por lograr la parroquia de situacion ventilada y hallarse situada fuera del pueblo”124. En el año 1762, en virtud de real provisión del Consejo de Hacienda, en sala de justicia, se suscitó pleito entre el Concejo, justicia y regimiento de la villa de Torrecillas y su prior en su nombre, con el poder otorgado por los vecinos el día 25 de marzo de 1758 y de la otra parte el Marqués de Lorenzana, rexidor perpetuo de la ciudad de Trujillo y dueño de la expresada villa, con su prior en su nombre, y Don Juan Antonio de Alvalá Yñigo, del consejo de Castilla y fiscal de Hacienda por el derecho de ésta sobre el tanteo de la jurisdicción y alcabalas de la villa. El pleito se resolvió a 124 Interrogatorio de la Real Audiencia de Extremadura, Vid. Partido de Trujillo, tomo II, páginas 805 a 817, realizado el día 4 de abril de 1791. Vid. RODRÍGUEZ CANCHO y BARRIENTOS ALFAGEME, 1996.
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favor de Torrecillas, pagando el día 20 de enero de 1762, por Miguel de la Rocha vecino de Torrecillas, 981.446 maravedíes de vellon al Marqués de Lorenzana, sucesor de Diego Pizarro. Por Real carta expedida en Madrid en los 20 de febrero de 1762, pasó al Concejo de Torrecillas el señorío y vasallaje, recayeron en éste todos los privilegios que antes tenía el Marqués de Lorenzana, sucesor de Diego Pizarro comprador, a excepción de las alcabalas que quedaron a favor de Su Real Majestad. Por lo tanto, el 25 de marzo de 1758 Martín Villanueva es delegado por el concejo de Torrecillas para comprar al marqués de Lorenzana, heredero de Diego Pizarro, el derecho a su propia jurisdicción por 1.981.446 maravedíes de vellón; hecho que se consigue el 27 de enero de 1762 con la toma de posesión de la jurisdicción y la entrega en Madrid de los títulos de pertenencia originales en posesión del marqués. La familia de don Juan Pizarro Hinojosa poseyó la villa hasta el año 1762, en virtud de Real Provisión del Consejo de Hacienda, constituido en Sala de Justicia. Cuando se llevó a cabo el pleito entre el Concejo, Justicia y Regimiento de la Villa de Torrecillas de la Tierra y el Marqués de Lorenzana, Señor de la Villa de Torrecillas, se resolvió a favor del Concejo y Villa de Torrecillas, a los que se reconoció tener derecho al tanteo de jurisdicción y se ordenó depositar en la Tesorería de los Cinco Gremios Mayores de la Corte, a disposición del Consejo de Hacienda, novecientos ochenta y un mil cuatrocientos cuarenta y seis maravedíes de vellón, depósito que se efectuó el 20 de enero de 1762, por don Miguel Rocha, vecino de Torrecillas y apoderado del Concejo, Justicia y Regimiento, que tomó posesión de la jurisdicción y recibió siete días después la entrega de los títulos originales de su pertenencia. Al tener el Concejo tomada posesión del señorío y vasallaje, recayeron en él todos los privilegios que tenía el Marqués de Lorenzana, sucesor de don Diego Pizarro, a excepción de las alcabalas, que quedaron a favor de la Corona. Es interesante exponer las respuestas que presentó Torrecillas con arreglo al Interrogatorio de la Real Audiencia de Extremadura125 a finales del siglo XVIII, por la cantidad de datos que nos aporta, según el cual: “Este pueblo es una villa del partido de Truxillo, distante de ella tres leguas, situada en el comedio de la provincia hacia la parte del norte, dista onze 125 Vid. Partido de Trujillo, tomo II, páginas 805 a 817, realizado el día 4 de abril de 1791.
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leguas de la villa de Cazeres. Su termino se extiende por los extremos mas apartados a un quarto de legua y en circuito a dos, todo rodeado de la jurisdicion que perteneze a la cabeza de partido. Los pueblos mas inmediatos son las villas de Jaraizejo y Deleitosa, como tambien las dos aldeas de Zentenera y del Obispo, a la distancia todos de dos leguas y compreendidas en el territorio señalado a la Real Audiencia. Esta villa goza el fuero de realenga, governandose por un solo juez ordinario del estado general, cuya eleccion se practica por establecida constumbre en la noche del dia 31 de diziembre de cada año y entrando a regentar sus empleos por la mañana del dia primero de enero, botando privatibamente para un alcalde, dos regidores y quedando los que finalizan por jurados del ayuntamiento en el año siguiente; solo tienen las comisiones que se les encarga por los tribunales superiores. Con solo un escribano numerario, que tiene de dotacion y con el que se alla bastantemente serbido, pagandose a este por su asignacion un mil y cien reales. Y el aranzel que se obserba es el despachado por Real Pragmatica de nuebe de enero de 1722. Su vecindad se compone al presente de 86 havitadores, que comunmente se aplican a el trafico de la labor, la maior parte oficios del campo y algunos a custodiar ganados, pero no forman gremios, ni tienen ordenanzas. Sus dibersiones se reduzen a los juegos de calba, barra, naypes y bayle de pandero a estilo de labradores. Sin que entre los jornaleros se advierta abuso en el trabaxo por no faltar a las horas que por constumbre tienen destinadas, su precio corriente a siete reales en tiempo de cosecha y en los demas a 5 reales. No hay mas abasto publico que el de las especies de vino y aceyte, que por hallarse la villa encabezada con la Real Hacienda se administra de inmemorial tiempo a esta parte. El de jabon blando se arrienda por falta de fabrica, con el cargo de satisfazer el real derecho de 4 maravedies en libra. El peso que husa es de 25 libras cada arroba, la libra de 16 honzas castellanas, la medida es cantara de 36 y en los pueblos inmediatos husan de las mismas, excepto en las dos aldeas citadas. Las casas de ayuntamiento fueron construidas en el año pasado de 1726, compuestas de una sala donde zelebra sus acuerdos, un archibo para custodia de los papeles correspondientes a la escribania y un calabozo para la seguridad de presos, todo bien reparado y en un estado dezente, 69
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pero no hay otros archibos publicos, ni oficio de ypotecas. No hay ni se ha conocido escribano de reynos con residencia en esta villa, ni mas que el unico numerario, cuyos papeles se allan con el resguardo y seguridad combeniente. Este pueblo no forma calles en simetria por estas las casas bastantes dispersas y por lo mismo las salidas son con desigualdad, bastantes anchas, todo llano y sin cuestas, pero poco aseadas por algunas partes. En esta villa solo hay meson, que por su ninguna disposicion solo puede suministrar el simple cubierto a los pasageros. Es un camino de trabesia para las cortes de Madrid y Lisboa, en el que se nota el paso peligroso del Rio del Monte, a la distacia de una legua, que por falta de puente an ocurrido bastantes desgracias en personas y ganados de la cabaĂąa real, siendo el remedio unico de repararlas la construcion de aquella por un repartimiento proporcionado entre los pueblos comarcanos. No se zelebran en esta villa feria o mercado alguno, ni se contempla por util su establecimiento, respecto a la ynmediacion a la ciudad de Truxillo y falta de medios en sus vezinos, que en nada comercian, ni tienen mas trafico que el de sus labores, aunque con bastante quebranto sufriendo mucha escased. Tampoco hay mas fabrica que la de texa y ladrillo, ni se discurren oportunos medios para establezer otras de mas consideracion por falta de ynteligentes y arvitrios propios a su manejo, pues aquella la exercitan solo en tiempo de verano algunos jornaleros pobres y con el quebranto de tener que conducir la leĂąa para el orno a la distancia de una o dos leguas. Esta villa tiene posito real de granos, construido en el mismo aĂąo de 1726, su fondo actual es el de 570 fanegas de trigo, bien aseguradas, corrientes y sin atrasos. Tampoco tiene ordenanzas municipales, a motibo de que quando entro el enemigo en estos dominios hizo varios estragos, derratando y quemando los papeles de archibo, segun las noticias que hay de los maiores y mas anzianos, por cuyo motibo no se enquentran instrumentos antiguos ni aun del siglo pasado, infiriendose de aqui la falta de otros documentos mas esenciales que precisamente conserbaria la villa. Este pueblo solo tiene una parroquia, o por mejor decir una casa sagrada destinada para cumplir sus preceptos los feligreses, porque a la verdad mal puede llamarse yglesia, la que careze enteramente de aquellos emonumentos nezesarios a la dezente manutencion de theniente de cura y sachristan, que unicamente sirben en ella, y a sufrir los gastos que son 70
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indispensables a el culto divino, pues no se le conoze mas rentas en propiedad que el corto producto señalado por rompimientos de sepulturas, que nunca llega a 80 reales. No hay zementerios, ni nezesidad de ellos porque aunque la parroquia es poco menos de una hermita, se alla a la orilla del pueblo donde la bentilan bien los ayres y de consiguiente es muy corto el numero de muertos que entran en ella cada año, regulado por un quinquenio a solo dos. Tampoco hay en ella veneficio alguno particular, ni mas que una capellania que fundo Don Juan Rodriguez Duro en 7 de mayo de 1723, servidera en la parroquial de esta villa, dotada con diferentes heredades en ella, que produzen de renta en cada año 400 reales vellon y otras diferentes en el lugar del Castañar de Hibor, cuyo rendimiento se ygnora y si que el capellan havita alli y su carga es de 50 misas, 14 cantadas y 36 rezadas. No hay ospitales ni otras obras pias. En dicha parroquia existen tres cofradias: la de Animas, instituida el año de 1700, tiene de fondo 1.100 reales, se compone de 80 cofrades. La de la Vera Cruz el año de 1539, tiene de fondo 900 reales y 100 cofrades. La de Nuestra Señora del Rosario el año de 1696, su caudal es de 1.000 reales, tiene 30 cofrades. Y todas se goviernan por sus respectibos alcaldes, diputados y mayordomos, con interbencion del cura y conoze de ellas el ordinario eclesiastico. Hay escuela de niños y niñas de primeras letras, dotada con 500 reales vellon que anualmente se pagan a el maestro de los efectos de propios, cuidando este de su arreglo y zelando la justicia para el mejor porte. Esta villa por sus cortos arvitrios mantiene solo un zirujano, a quien por ayuda de costa le estan asignados 300 reales vellon que se le pagan del fondo de propios. Las cosechas que produze este termino se reduzen a las semillas de trigo, zebada, zenteno, habena, que estas por no haver capacidad suficiente se regula que puede ascender por un quinquenio: de trigo 1.000 fanegas, de zebada 700, de zenteno 100 y de habena 400. Previniendose que la cosecha de las dos primeras semillas, aunque siempre es maior porcion, son producidas fuera del termino en jurisdicion de Truxillo, en dehesas de monte que dan a los labradores por crecidos terrazgos con el fin de aclararlas para interesarse en las grandes porciones que lleban a los trasumantes y asi es notoria la nezesidad que se padeze para fomentar este ramo, segun se dira en su respectibo lugar, por lo que se experimenta bastante disminucion en estas especies. El precio corriente de la fanega 71
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de trigo es el de 25 reales, la de zebada a 20, la de zenteno 18 y la de habena 15. No considerandose por dichas razones frutos sobrantes, de los quales y sus diezmos son interesados el Cabildo de Plasencia y Convento de Monjas Santa Clara de Truxillo, a quien solo se paga de cada diez uno y nada por medios. Solo hay dos huertas de poco balimento, que se riegan con el agua que produzen sus pozos, aunque con escased, y por lo mismo los dueños no tienen la maior inclinacion a su cultibo y suelen plantar algunas legumbres de berza, lechuga y zebolla para sus propias casas, y aunque se allan arboleadas con algunos perales y olibos es una clase muy basta y que fructifican poco. Las tierras laborables se cultiban solo con bueyes. No hay montes en esta jurisdicion y aunque los labradores de esta villa sacan alguna roza en jurisdicion de Truxillo, es en virtud de lizencias del caballero subdelegado baxo el reconocimiento de un guarda que comisiona. En este termino no hay mas dehesa que la de propios en calidad de boyal, pero confinando a sus limites hay algunas que en otros tiempos fueron de labor y en el dia se han reducido a puro pasto, como son la dehesa titulada Atalaya Labrada, propia segun se dize de la Marquesa de Villa Garcia, su cavida 800 fanegas en sembradura; la de Retuertas y Señora, propia de Don Juan de Soto Altamirano, vecino de la ciudad de Orense en el Reyno de Galicia, su cavida 1.000 fanegas; la del Cameril, propia del Marques de Lorenzana, vecino de Truxillo, su cavida 600 fanegas; la de la Solana y Quintos de Carmonilla, que pertenezen segun noticias a el Conde de Noblejas, vecino de Madrid, su cavida de 2.000 fanegas; y la de Valles Pedros, perteneciente a el Marques de Santa Marta, vecino de Truxillo, su cavida 1.200 fanegas, cuyos ascendientes fueron todos vezinos en este pueblo por los años de 1577 y conserban sus heredades, casas, tierras labrantias en esta jurisdicion, que con dichas dehesas trahian en huso, y con el motibo de haver enagenado y pasado sus deszendientes a mejor fortuna en otros pueblos estraños, se han reducido estas dehesas a puro pasto, arrendandolas a los transumantes para sus ganados, de modo que a los labradores solo se les franquea algunos pedazos de montes en la de esta clase para dejarlas claras, por ser unos terrenos incultos que no puede tratar el ganado, donde los pobres emplean sus fatigas con poca esperanza y de aqui resulta su decadencia y ningunos adelantamiento en este ramo tan recomendable como interesante a el estado. 72
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En la jurisdicion de esta villa no hay despoblado alguno, pero a la inmediacion de ella y como a la distancia de medio quarto de legua se allan dos titulados de la Torre de Mingo Caro y Casas de Tozo, de que hay noticias y algunos escriptos haver estado poblados aun por los años de 1577, sus moradores tenian comunidad de pastos con esta villa, por quanto se titulaba aldea de Torrezillas y hasi no se discurren otras causas para su despoblacion que la de haverse retirado aquellas familias unos a Truxillo, otros a esta como de maior vezindad y otros a pueblos estraños, de donde provienen las casas, heredades y tierras que posehen los contenidos en la pregunta 49 y otros diferentes de que no se haze mencion. Lo cierto es que disfrutan sus egidos aquellos que poseen alguna otra heredad en ellos y tienen ganado, pues el que no lo tiene aunque disfrute heredad no le dan parte, por lo qual si a estos vecinos como mas nezesitados se les permitiese el huso de estos terrenos, que por derecho recayeron en ellos en su surrogacion de aquellos ausentes, seria el unico arvitrio de hazerse mas felizes, remediar su extrema necesidad, fomentando sus industrias y mantener sus ganados con maiores ventaxas, privando de ellos a los ya referidos que no los nezesitan y se allan en distintas poblaciones, reynos y provinzias. No hay mas caza que tales quales liebres, sin que ayga quien las persiga por no haver corsarios, ni abundancia, pero siempre se ha guardado la beda, faltando el motibo como el de no haver montes, pero en obsequio de las reales ordenes se sale de comun a estinguir las fieras en montes de la jurisdicion de Truxillo, premiando por cada caveza de lobo 44 reales y de loba 88, pero regularmente suele presentarse cada año uno y algunos nada. No hay colmenares, ni mas que tales quales porciones de colmenas sentadas fuera del termino la maior parte, que se alimentan regularmente de las flores que produzen las yerbas del campo, pues los naturales no se aplican a esta industria por los continuos robos que sufren en ellas, aun de los mismos tratantes en la zera, conceptuando que el medio de adelantar este ramo seria el de dar providencia para no poder transitar la zera en pan sin la correspondiente guia de sus verdaderas compras. La cria de ganados en esta villa se reduze a el corto numero de algunos cerdos, que su numero puede ser cosa de 200 a corta diferencia y cosa de 250 corderos; el comercio que tienen en estas grangerias es la de vender esta cria a el año o antes para remediar sus necesidades, has¡ por esto como por no tener fondos para sostenerlas, ni aun terrenos suficientes a su mantenimiento. 73
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Nota. Se tendra presente para los efectos convenientes que estos labradores se hallan llenos de cobardia, aun en las rozas que sacan en algunas deesas de monte, porque han experimentando el rigor de que aun hallandose con las lizencias del subdelegado y reconozimientos de guarda, otros quejosos y resentidos de sus intereses denuncian dichas rozas, aun despues de segado el pan, de modo que se les molesta frequentemente y se ven precisados a satisfacer por temor lo que les piden, cuio particular, junto con el de no tener tierras donde exercitar y emplear sus oficios lavoriosos, es evidente su desgraciada suerte y atrasos. Con lo qual quedan absueltas en quanto es posible las preguntas del ynterrogatorio y lo firmaron los señores justicia y reximiento de esta villa de Torrecillas y abril quatro de mil setecientos noventa y uno. Juan Muñoz. Bartolome Gymenez. Juan Brabo. Franciso Lorenzo de Vega. Antonio Joseph Garcia Marquez. Como theniente economo que soy de esta Yglesia Parroquial de Santa Catalina Martir de la villa de Torrecillas, por orden del Ylustrisimo Señor Obispo de Plasencia, en cumplimiento de lo mandado por el Ylustrisimo Señor Oidor de la Real Audiencia de esta provincia de Extremadura y por lo que respecta a los articulos que por mi ministerio me compete devo exponer lo siguiente: A este devo decir: que esta villa solo tiene una parroquia o por mejor decir una casa sagrada para cumplir sus preceptos los fieles christianos, porque a la verdad no puede llamarse tal la que enteramente careze de aquellos emolumentos necesarios a la decente manutencion del theniente de cura y sacristan, que unicamente sirven en ella, y a sufragar los gastos que son indispensables a el culto divino, pues no se la conozen mas rentas en propiedad que el corto producto señalado por rompimientos de sepulturas, que nunca llega a 50 reales. Y para que se vean las causas provenientes de un tal infelix estado y el olvido con que a sido tratada, sera conducente hacer merito de todo en el presente lugar, esta villa por los años de 1576 era aldea y feligresia de la Parroquial Yglesia del Señor San Clemente, situada en la ciudad de Trujillo, donde se mandó construir el Monasterio o Convento de Monjas de Santa Clara, suprimiendo dicha parroquia con aplicacion de este veneficio, sus frutos y ventas al espresado monasterio en virtud de bulas 74
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pontificias, asignandole por razon de salarios al theniente la cantidad de 700 reales vellon, pero fue un olvido impropio de lo natural no haver regulado algunos alimentos para sostener esta parroquia, de modo que en semejante estado no puede dicha parroquia adornarse con la decencia devida y concurriendo la circunstancia de haver solo una misa y que por ser aquella poco menos que una hermita se quedaban muchos en la calle, donde no pueden oirla, cuio particular pongo en la alta consideracion del Ylustrisimo. Su cura theniente es nombrado por el Señor Obispo de Plasencia por oposicion. A este articulo devo esponer a Vuestra Señoria: no ser necesario el zementerio por lograr la parroquia de situacion ventilada y hallarse situada fuera del pueblo. Se halla fundada en esta parroquial yglesia una capellania por Don Juan Rodriguez Duro en 7 de mayo de 1723, servidera en dicha yglesia parroquial, dotada con diferentes eredades en el termino de esta villa y producen en cada un año como 400 reales, pero no ay veneficio alguno fundado. En dicha parroquia existen tres cofradias: la de la Santa Vera Cruz, que se compone de 40 hermanos y su fondo es de 900 reales, su fundacion fue por los años de 1536, con aprovacion del ordinario, su instituto es dirigido a obras de penitencia y mortificacion, como tambien a la asistencia de los moribundos, se govierna por su alcalde, mayordomo y diputados, con anuencia del cura. La de el Rosario, se compone de 30 hermanos, su fundazion a primeros de este siglo con aprovacion del Señor Obispo, su caudal 1.000 reales, sus constituciones son el culto a Maria Santisima del Rosario, se govierna por 4 hermanos junto con el cura theniente. La de Animas, que consta de 60 hermanos, tiene de fondo 1.150 reales, fue fundada el año de 1723, sus constituciones son dirigidas al oficio de las Animas Benditas por medio de los sufragios, es governada por 4 hermanos oficiales y el cura theniente. Es quanto tengo que esponer a Vuestra Señoria con arreglo a los articulos del ynterrogatorio y por los demas contenidos en el dicho no me hallo capaz de poder contestar y por verdad lo firmo en esta villa de Torrecillas, abril 4 de 1791. Besa la mano de Vuestra Señoria este humilde capellan, fray Pedro Rivera de Salorino. Esta villa, titulada Torrecillas, es una de las del partido de Truxillo, de donde dista tres leguas, situada a lo largo de oriente a poniente en terreno 75
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llano, pero peñascoso y las casas las mas con separacion y abarriadas. Dista de Caceres once leguas. Su termino tiene en circuito como dos leguas y de extension poco mas de un quarto de legua, todo rodeado de la jurisdicion de Truxillo y los pueblos mas ynmediatos las villas de Jaraizejo y Deleitosa, y las dos aldeas de Zentenera y del Obispo, todas a la distancia de dos leguas. Y as¡ esta villa como dichos pueblos son notoriamente compreendidos en el territorio de la nueba Real Audiencia de esta provincia, haviendolo sido antes de la Real Chanzilleria de Granada y son del Obispado de Plasencia. Es pueblo realengo, con solo un alcalde y dos rexidores, cuia eleccion hacen y se aprueban de unos a otros, quedando los que acaban por jurados del ayuntamiento para el año siguiente. Hay un escribano del numero y ayuntamiento, nombrado por el Monasterio de Guadalupe, como todos los demas realengos de este partido. El alcalde no tiene comisiones y el escribano tiene de dotacion de propios cien ducados, es bastante para el vecindario, que se compone de ochenta y seis vezinos, aplicados a la labor del campo y pastores; sin particular ynclinazion a bicio alguno, adbirtiendose algun abuso en los jornaleros en el cumplimiento de las horas de su trabajo. Las casas de ayuntamiento son de corta extension, como tambien la que sirbe de carcel, reducido a un calabozo, pero esta bastante reparado; no hay en la actualidad preso alguno, ni mas pleitos pendientes civiles ni criminales que un juicio de testamentaria, como lo manifiesta el ayuntamiento a la pregunta septima y se acredita del testimonio numero tercero. Ni mas archivo que el de ayuntamiento, en que se custodian los papeles de la villa. En la que no hay forma de calles, como se ha dicho, y el sitio aunque es llano es peñascoso y se halla poco curioso con muchos muladares de estiercol entre las casas, en las puertas y corrales de ellas, que sobre hacer mal aspecto son perjudicialisimos a la salud publica y debe providenciarse se quiten. No hay mas que un meson de ninguna comodidad y solo pueden hallar los pasajeros el simple cubierto, bien que no hay camino real y solo hay un atajo o trabesia para el que ba de Madrid a Lisboa, y aunque en jurisdicion de esta villa no hay pasos peligrosos, lo es el del Rio del Monte a la distancia de una legua, que por falta de puente han ocurrido algunas 76
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desgracias en pasajeros y en los ganados de la cabaña real, combendria hacer dicho puente por medio de repartimiento entre los pueblos ynteresados. No hay ferias, mercados, ni fabricas, solo se hace texa y ladrillo y esto pocas bezes. Los propios, que bienen a ser arvitrios apropiados, ascienden por un quinquenio a cinco mil reales poco mas o menos, en el sobrante de la dehesa boyal y rastrojera, se ymbierte conforme al reglamento; y las penas de camara estan encabezadas en quarenta y tres reales por ambos ramos. El posito tiene de fondo quinientas setenta fanegas reintegradas y corrientes. No tiene ordenanzas, que se asegura que quando las Guerras de Sucesion haviendo entrado el enemigo se saqueo el archibo y destruio barios documentos antiguos, por lo que no se hallan, ni aun del siglo pasado y los de la actual escrivania estan corrientes y bien custodiados. Hay una sola parroquia reducida y que no tiene mas dotacion que la de rompimientos de sepulturas, que no llega a cinquenta reales anuales, lo que parece consiste en que siendo aldea esta villa de Trujillo, heran los vecinos feligreses de la Parroquia de San Clemente, que despues se dio a las Monjas de Santa Clara, suprimiendo dicha parroquia y aplicandose los frutos de su beneficio curado, dejando setezientos reales para el theniente de este pueblo, pero sin señalar dotacion alguna a la fabrica de esta yglesia o hermita que se erijio en tal, de lo que se queja el theniente y de la estrechez de dicha parroquia a la pregunta diez y ocho, cuio punto parece de consideracion por las razones que propone dicho theniente; al que nombra por oposicion el Obispo de Plasencia. No hay zementerio, ni necesidad de él, pues aunque la parroquia es reducida se halla bien bentilada y fuera del pueblo. Hay una capellania, cuia dotacion y cargas esplica el parroco a la pregunta 20, y a la 22 que hay tres cofradias, de que conoce el eclesiastico. Hay esquela de niños, dotada de propios en quinientos reales, cuida de su arreglo la justicia. Las cosechas de granos por un quinquenio las esplica el ayuntamiento a la pregunta treinta y cinco, y los perceptores de diezmos, sin que haya sobrante de ninguna especie, ni notable aumento, y dichas cosechas la maior parte son en territorio fuera de la jurisdicion por la escasez de tierras de estos vecinos. Hay solo dos huertas regadas con agua de sus pozos, son de poca considerazion y no se aplican a esto los vecinos, ni a plantar 77
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arbolados por la escasez de aguas, cultibandose las tierras con ganado bacuno y arados comunes. En esta jurisdicion no hay montes y solo sacan los vezinos algunas rozas en las Dehesas Caballerias, propias de Truxillo, que estan confinantes. Aunque tampoco hay dehesas en esta dicha xurisdicion, las hay muy ynmediatas que han sido de pasto y labor, y hoy son de puro pasto, de que se pudiera socorrer con parte de su terreno a estos vecinos, expecialmente de las seis que explican a la pregunta 49, con sus cavidas y dueños.Tampoco hay en dicha xurisdicion despoblado alguno, pero si a las ynmediaciones como a distancia de medio quarto de legua, ynforman haver dos titulados la Torre Domingo Caro y Casas de Tozo, que hay noticias estubieron poblados por los años de mil quinientos setenta y siete, que sus moradores tenian comunidad de pastos con este pueblo y no discurren otras causas de la despoblazion que el haverse retirado aquellas familias a Truxillo, esta villa y otros pueblos, pero se quejan estos vecinos de que correspondiendoles el goze de los terminos de dichos despoblados los disfrutan otros, como lo manifiesta a la pregunta cinquenta y dos. Hay alguna caza aunque poca, se guarda la veda, se sale a extinguir las fieras y la que se mata se premia con arreglo a la ultima real orden. No hay colmenares formales y si tienen los vecinos algunas colmenas sentadas la maior parte fuera del pueblo y no se aplican a esta yndustria por los muchos robos, y proponen el medio de ebitarlos con hacer llebasen guia los conductores de zera. A la cinquenta y cinco expresa el ayuntamiento la cria de ganado en este pueblo y por final de su ynforme manifiestan los perjuicios que se les causan y molestias que sufren por las denunzias de rozas, aun quando tengan licencia de la subdelegacion de Trujillo, lo que tambien es digno de remedio. Que es quanto resulta de esta visita y sobre los particulares de la real ynstruzion e ynterrogatorio a que respondieron respectibamente el ayuntamiento y cura en sus ynformes numero 1°- y 2°, haviendose dejado ejemplares y copiado la primera en los libros capitulares como lo acredita el testimonio numero 4. Torrecillas y abril quatro de mil setecientos noventa y uno. Don Pedro Bernardo de Sanchoyerto.” Tras las abdicaciones de Bayona el 5 de mayo de 1808 la Corona Española recayó sobre el emperador. Aunque Napoleón publicó el 4 de junio el nombramiento de su hermano mayor como Rey de España, el 78
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reinado de José I, premier et dernier como le llamó en sus Mémoires el general Thiébault, comenzó oficialmente el 8 de julio de 1808 después de jurar la nueva Constitución y de recibir, acto seguido, el juramento de fidelidad de los componentes de la junta española de Bayona. Su llegada a Madrid ocurrió en plena Guerra de la Independencia, tras la sublevación del 2 de mayo contra las tropas napoleónicas en Madrid seguida de revueltas en todo el resto del país. El día 5 de Mayo se forma en Badajoz una Junta Suprema Provincial (que colabora con las doce creadas en España, en la formación de un mando único) y se hace una proclama contra los franceses. Es la primera que se publicó en España enviándola a Madrid, Lisboa, Sevilla. El 10 de junio se constituye la Junta Central de Extremadura con la intención de desplegar en este territorio la mayor actividad posible para organizar las operaciones en Extremadura. En breve tiempo se llegó a reunir la cantidad de 2.535.712 reales, el partido de Trujillo concurrió el 24 de septiembre de 1808 al llamamiento de la Junta con 81.840 reales y el 28 de noviembre siguiente con 42.021 las Depositarias de Trujillo, que hacen en junto la suma 123.861 reales. Algunos conventos de la ciudad quedaron a merced de los franceses. A fines de 1808, salieron las monjas del Monasterio de San Miguel por razones de seguridad refugiándose en algunas casas; regresaron al cenobio en 1814. Se conservan numerosas citas en Libros de Cuentas de Fábrica de la iglesia de Santa María, Libro de Escrituras y de Rentas que nos revelan las vicisitudes por las que pasó la población y los bienes muebles en aquel aciago período de la Historia de España126, fue el acontecimiento armado de mayor trascendencia en Trujillo 126 Se conservan varios documentos que nos dan explícita cuenta de los destrozos acaecidos por la entrada de tropas napoleónicas en la Ciudad. “En el año del Señor 1808 fue invadido todo el reino por ejércitos grandísimos de franceses y de otras naciones al mando de Napoleón, y habiendo salido huyendo esta comunidad que entonces era de 26 religiosos fue destrozada esta casa por los enemigos, su templo saqueado, sus altares quemados y las sagradas imágenes holladas...” (Libro de Profesiones del Convento de Dominicos. Archivo Municipal de Trujillo). Dice un Libro de Cuentas de Fábrica de Santa María de Trujillo: “En 109 los franceses saquearon la ciudad por espacio de tres meses; sus habitantes la abandonaron retirándose a los montes, y los que se quedaron sufrieron yugo penoso y cárcel, saquearon la iglesia y casa del administrador, robando el oro, plata, cera, aceite y de valor todo lo que hallaron, destruyendo multitud de casas..” . En un Libro de Rentas de la citada iglesia mayor se lee literalmente: “Quemaron los franceses la casa de Diego Pizarro, la casa del Paular que se llamaba del Toro (junto a la Alberca) los archivos y edificios de la Vera Cruz y San Andrés, el hospital y casa de Santa Lucía y otros edificios, como la ermita de los mártires, en 1809”.
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durante el siglo XIX. Fracasado el intento de las tropas del llamado Ejército de Extremadura por contener a las fuerzas francesas en Burgos a finales de 1808, éstas no tuvieron dificultad para proceder a la ocupación de una gran parte de Castilla y Extremadura. En el Libro de Juntas Permanentes de Trujillo, ante la amenaza de la inminente llegada por Jaraicejo de las tropas francesas, se aconseja a los religiosos de los conventos que serán destinados los cenobios a los fines que fueran necesarios127. Desde que entran los franceses en Trujillo, a su paso hacia el sur de Extremadura y proceder, desde aquella zona, al apoyo de la campaña portuguesa de Massena, residieron las tropas tres meses, y las consecuencias de los atropellos que ejecutaron se darían cuenta en 1817 en una encuesta explícita128. Una vez que Madrid se rinde a las tropas francesas el 4 de diciembre de 1808, el ejército francés marchó sobre Talavera de la Reina, al mando del mariscal Lefebre y el Mariscal Víctor Dupont, compuesto de 22.000 infantes y 3.000 caballos. El general D. José Galluzo, destruye parcialmente el puente del Arzobispo, Galluzo se replegó a Jaraicejo, abandonando el puente de Almaraz a los batallones de Irlanda y Mallorca y una compañía de Zapadores. Atacado el Puente, el mariscal Víctor Dupont, avanza hacia Trujillo, al llegar a la margen del río Almonte cerca de Jaraicejo, sostiene varios combates contra el ejército español. Las tropas del general Galluzo se retiran hacia Trujillo, abandonándolo a su suerte y huyendo hacia Badajoz. Trujillo quedó sin defensa, ante el avance francés129. El propio Ayuntamiento reunido en la sala capitular, quedaron constancia en un escrito que estaban a la meted de las tropas imperiales130. 127 “Y al efecto se condiciona al Sr. D. Agustín Búrdalo, vocal de esta junta con facultades para que haga entender que los conventos que sean abandonados por los religiosos se destinarán a otros fines que convengan a las actuales circunstancias”. Archivo Municipal de Trujillo, legajo 413. Libro de Juntas Permanentes de 1809, fol. 16 vº. 128 Información de testigos para acreditar que esta ciudad había padecido mucho en la invasión francesa de 1809. Archivo Municipal de Trujillo, legajo 962, libro 3, año de 1817. 129 En algunos libros de la parroquia de Santa María la Mayor se recoge el abandono de los trujillanos ante la presencia de los franceses. Los bienes muebles parroquiales fueron expoliados, en el fol. 3 del Libro de Bautismos del año 1809 se dice literalmente: “Debe hallarse con reparación las partidas que pueden suponerse desde primeros de agosto de 1806 hasta veinte y tres de julio de 1809 por haberse perdido las partidas comprendidas en ese tiempo a causa de la invasión francesa y el total abandono de la ciudad acaecida en 19 de marzo de 1809”. Archivo parroquial de Santa María de Trujillo. 130 “En esta ora acaba de llegar el Grande Ejercito Ntro. llamado Napoleón el grande, Rey de Francia, España y sus Indias, y trayendo bastante Caballería es indispensable embarguen Vms todos los Carros y caballerías, que conducirán a esta ciudad, cuenta cebada y paja haya en ese
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Don Juan de Zaballa, Corregidor, fue el encargado de dar la bienvenida a las tropas invasoras, rogando a los mariscales Lefebvre y Víctor, del ejército francés, dieran las órdenes necesarias con el fin de que las tropas no molestaran al vecindario. Pero, los franceses se dedicaron al saqueo de bienes eclesiásticos y particulares. En enero, el general Gregorio García de la Cuesta, Jefe del Ejército de Extremadura, va desde Badajoz hasta Trujillo y los franceses se retiran hacia Almaraz (concluyendo este día de la primera invasión francesa en Trujillo). En el acta de la junta permanente local de Trujillo de fecha 28 de enero de 1809 (en resumen) se expresa lo siguiente: “Se presento Dn. Manuel de Molina a las 9 de la noche que hace de diputado en el ejercito con la noticia de estar cortando en puente de Almaraz y orden de Exmo. Sr. Capitán General y pª suplicar dicho Sr. Exmo. Se libertase este puente si bien a bien pudiese ser, se comisionó a dicho. D. Manuel y a D. Isidro Valadés que efectivamente pasaron a hacer la súplica a S.E que respondió ser preciso cortarle pª defensa de la provincia según orden de la Suprema Central”131. Al día siguiente el general don Juan de Henestrosa se apodera del puente de Almaraz. Desde Trujillo, Cuesta se traslada a Jaraicejo y Deleitosa, pero antes quiso volar el puente de Almaraz, aunque no pudo conseguir su propósito pese a todo el desbravar los sillares sucumbieron ahogados 26 hombres. El día 6 de Febrero, don José de Ampudía y Valdés, Ingeniero general del ejército solicita que a los carpinteros de Trujillo hagan 2.000 estacas para la construcción en esta ciudad de un puente volante que permita el paso de las tropas Españolas sobre el Tajo por Almaraz. La junta local encarga a D. Félix de Vargas y Vargas que se ocupe de ello, el cual, mandó que sacasen con la formalidad correspondiente, la madera de casa de Pedro lanot, por ser esta madera la más conveniente, (datos sacados de acta de la sesión del pueblo para que nada le falte haciendo a Vms . responsables con la cabeza si se advirtiese el menor retraso en un servicio de tanta importancia para lo cual me quedo con una razón del día y hora en que se le despacha, este aviso y mesera muy sensible tener que hacerlo presente al Excmo. Sr. Gral de las Águilas Imperiales. Dios guarde a Vms. Años. Trujillo 26 de Diciembre de 1808. Juan de Zaballa .= Sres. Alcaldes. y ayuntamientos. ”. 131 Acta del 28 de enero de 1809, Archivo Municipal de Trujillo.
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6 al 7 de Febrero de 1809 de la Junta Permanente Local, folio 24 y varios). El concejo acuerda que acudan los albañiles de la villa de Madroñera y del Pago de San Clemente y se envían oficios a la justicia de ambos a través de Juan Galiano y Rodrigo Galero. Los operarios se ponen manos a la obra. El 14 de marzo del 1809 se ordena cortar el puente suponiendo que lo iban a atravesar los franceses. Trujillo puso bajo las órdenes del General Hermestrosa un ejército que consiguió detener al ejército francés en las orillas del río Almonte, cerca de Jaraicejo. El día 19 es evacuado Trujillo. Muchos vecinos huyen dejando sus hogares por miedo, al recordar el saqueo y trato dado por los invasores en su primera conquista, a los pueblos, campos y alquerías más cercanos. El día 19 de marzo de 1809, entran de nuevo y por segunda vez los franceses en Trujillo. Durante su estancia en esta ciudad las tropas francesas instalan su cuartel en una casa señorial de la calle de la Merced132. A través de una declaración sabemos que el corregidor Rivas obligo a varios regidores a firmar un acuerdo según el cual la ciudad reconocía como Rey a José Napoleón133. En marzo de 1809 entran los franceses en Trujillo, desde donde debían marchar hacia el Guadiana para llevar a cabo la ocupación de la zona Sur de Extremadura y proceder, desde aquella zona, al apoyo de la campaña portuguesa de Massena. La división del ejército de Napoleón quedó en Trujillo durante tres meses y de las consecuencias de aquella ocupación se daría cuenta en 1817 a raíz de una encuesta redactada para dar fe que la ciudad había padecido mucho134. En todo el tiempo de permanencia de las tropas francesas en la ciudad, ésta y algunas poblaciones como La Cumbre, Torrecillas de la Tiesa sufrieron el robo, el saqueo, la destrucción y profanación de sus templos, como podemos ver por la instancia que en 2 de agosto de 1809 dirigió, a la Junta Central de Extremadura, don Manuel Malo de Molina, vocal de la de Gobierno de esta Ciudad. Así como los datos tomados de los libros de Profesiones, de Cuentas, y de otros parroquiales. La destrucción de que 132 Acta de la sesión celebrada por la Junta de Gobierno Local en sesión del 23 de febrero de 1813 en el folio 42 y ss, nos indica que el 19 de marzo de 1809 entraron los franceses en la ciudad. Corregidor de la ciudad don Antonio Martín Rivas. Archivo Municipal de Trujillo. 133 Según manifiesto del Sr. Flores (Secretario del Concejo), escrito de descargo dirigido a la junta gobernativa de Trujillo, de fecha 11 de julio de 1809. Archivo Municipal de Trujillo. 134 Información de testigos para acreditar que esta ciudad había padecido mucho en la invasión francesa de 1809. Leg. 962, libro 3, Archivo Municipal de Trujillo, 1817.
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fue objeto la ciudad nos ha quedado explícita en varios documentos135. Saquearon palacios, cortijos, conventos136 y casas particulares137. Tras la salida de los franceses de la ciudad, la Junta de Gobierno Local acordó, el 23 de julio de 1809, bajo la dirección de don Manuel Malo de Molina, en nombre de la junta de Gobierno del Ayuntamiento y su partido, que la Junta Provincial se sirva mandar una comisión militar con facultades para prender, juzgar y castigar a las personas que hay en la ciudad y su partido, que durante la permanencia de los franceses en ella, hayan “cometido robos, auxiliado, que trajesen víveres de los pueblos libres y que fuesen satélites del Gobierno intruso” sean de cualquier clase o condición. Hasta el mismo Corregidor de la ciudad don Antonio Martín Rivas fue acusado de haber prestado colaboración con los franceses. Los ingleses se marcharon para dirigirse a las proximidades de Badajoz, donde el día 16 de mayo de 1811 se entabló en torno al pueblo de La Albuera una de las más reñidas batallas a campo abierto de la guerra de la Independencia española, mantenida contra la invasión de los ejércitos napoleónicos138. 135 Leg. 2-7-559-16-1 y escritos de fecha 20 de julio de 1828, sabemos que aún en esta fecha quedaban en Trujillo un total de 139 casas destruidas. Archivo Municipal de Trujillo. 136 Libro de Acuerdos de 6 de agosto de 1816, leg. 418, f. 104. Archivo Municipal de Trujillo; Archivo de Protocolos de Trujillo, leg. 556, escribano don Nicolás Marqués Vicioso, 28 de febrero de 1814; Libro de Acuerdos de 29 de agosto de 1814, leg. 416, fol. 79 y ss. Archivo Municipal de Trujillo; Libro de acuerdos de 21 de enero de 1814, leg. 416, fol. 16, Archivo Municipal de Trujillo; Archivo de Protocolos de Trujillo, leg. 571, escribano don José Cecilio Bernet, 5 de enero de 1816, fols. 363 y ss; Archivo de Protocolos de Trujillo, leg. 557, escribano don Nicolás Marqués Vicioso, 28 de febrero de 1814. 137 “...los conventos de los mercedarios y descalzos fueron destrozados á excepción de las iglesias, en año de 1809 por las tropas francesas, y los de dominicos observantes padecieron también bastante daño, ..en el convento de Santa Clara, existen hoy reunidas las monjas del mismo y las de San Antonio, cuyo convento se halla ruinoso; el de San Miguel sirvió de hospital militar, está habitado por familias pobres; lo mismo sucede con el de San Pedro, cuyas religiosas fueron trasladadas con las de San Francisco el Real a los conventos de Plasencia; este último está situado en la muralla de la población antigua, por su proximidad al castillo se emplearon sus materiales en la reparación de la fortaleza en el año de 1837”. MADOZ, 1846, 169. 138 La victoria fue comunicada a la junta de gobierno local de Trujillo por el Marqués de Monsalud desde Olivenza, el 17 de mayo de 1811: “Ayer a las nueve de la mañana el ejercito combinado al mando de los generales D. Guillermo de Beresford, D. Francº Xavier Castaños y Don Joaquín Blake, ha conseguido batir completamente al exerto , enemigo que se hallaba a las ordenes de mariscal Soult en los campos de Albuera: el ataque duro por el espacio de ocho horas, ha sido obstinadísimo y sangriento: los enemigos hayan asombrados del orden y valor de las tropas combinadas. Los españoles han merecido los elogios de sus compañeros de armas: el número de muertos y heridos no se puede calcular aun: todos los que han presentado esta acción aseguran que jamás han visto una carnicería igual, ni una batalla tan empeñada y sostenida. La junta superior de esta provincia no quiere dilatar un momento a comunicar a V.S. una noticia tan agradable y de tanta
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Combatieron fuerzas aliadas compuestas por tropas españolas y anglo-portuguesas contra el ejército del Imperio francés, incluyendo un regimiento polaco del Ducado de Varsovia, al mando de mariscal Soult. Las fuerzas anglo-portuguesas quedaron al mando del mariscal Beresford; las fuerzas españolas estuvieron bajo el mando del general Blake. El encuentro acabó sin una victoria clara para ninguno de los dos bandos después de una lucha sangrienta, aunque se generalmente se acepta como una victoria táctica del ejército anglo-hispano-portugués. En 1812 la iniciativa pasó a manos aliadas, aprovechando que la campaña de Rusia forzó a Napoleón a retirar parte de las tropas en España. Tras la derrota de los Arapiles (julio de 1812), comienza el repliegue francés, resultando definitivo en nuestra región. En mayo de 1813 se iniciaba la última campaña de la guerra. La retirada francesa. Las tropas inglesas abandonaron Extremadura dirigiéndose por los puertos del Sistema Central para encontrarse con el grueso del ejército en Salamanca. Al finalizar la guerra de la Independencia, la ciudad y sus arrabales tenía 1140 habitantes y sus diez lugares139. Destacaron en la guerrilla contra los franceses los hermanos Cuesta que procedían de Torrecillas de la Tiesa (Feliciano, Francisco, Félix, y Antonio), sobre todo, en la primera acción que el año 1808 sostienen contra los franceses. Feliciano, uno de los hermanos, fue jefe de la guerrilla, a la que se unieron los otros tres hermanos que combatieron a su lado, consiguiendo importantes victorias contra los franceses entre los años 1811-1813. Torrecillas de la Tiesa fue uno de los pueblos más saqueados por los franceses. La mujer también tomó parte activa en esta guerra, y así nos lo demostraron Maria Octalina López, que figuró en una de las guerrillas que se organizaron por esta zona; destacando también otra mujer, Francisca de la consecuencia, y le previene que redoble sus esfuerzos para que las reacciones de pan o harina que están pedidas a ese partido no padezcan retraso, e igualmente que manden a este punto los efectos posibles para la asistencia de los heridos que han derramado su sangre en nuestra defensa y yacen en los hospitales sin auxilios necesarios... “. Archivo Municipal de Trujillo. 139 El 10 de Octubre de 1814 don Alfonso Astudillo López Corregidor de Trujillo escribe un documento en el que se dice, que había en la ciudad más de 300 edificios en ruinas por las correrías de los franceses y pide que se reconstruyan las casas. De no estar reedificados el 31 de Marzo de 1815 se vende o sean cedidas como solar. Archivo Municipal de Trujillo. Padrón vecindario de esta ciudad de Trujillo, ejecutado por sus señores capitulares para la Contribución General del Reino, correspondiente á el año de mil ochocientos diez y ocho. Leg. 1004; Padrón de vecinos y almas de esta Ciudad, sus arrabales Huertas de Ánimas, Belén, Magdalena y Pago de San Clemente. Leg. 1007. Archivo Municipal de Trujillo.
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Puerta; ambas en zonas tomarían parte de los distintos combates sostenidos por dicha guerrilla, haciendo alarde de un denodado valor. No obstante, no podemos culpar al ejército francés de la ruina de algunos edificios trujillanos. De hecho, con anterioridad a la llegada de los franceses a la ciudad, algunos edificios eran prueba evidente de abandono y ruina140. El 19 de Marzo de 1812, se proclama la Constitución. Tuvo Trujillo en las cortes de Cádiz su correspondiente diputado, don Francisco Muñoz y Calzas. En 1814 se había vuelto a la legitimidad y organización propios del Antiguo Régimen con la vuelta al absolutismo. Cuando llega a Trujillo el Corregidor don Alfonso Astudillo, el escribano don José Cecilio Bernet y García redacta las impresiones de la inspección realizada a la ciudad por aquél, observando y quedando constancia por escrito de los destrozos causados por los franceses en las invasiones que tuvieron lugar en Trujillo141. Las Cortes de Cádiz marcan un cambio importante al suprimir en 1811 los señoríos y los corregidores y establecer en cada Ayuntamiento alcaldes, regidores y procurador síndico, elegidos por la población y cuyo presidente sería el Jefe político, allí donde lo hubiere. A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en municipio constitucional en la región de Extremadura, conocido entonces como Torrecillas. En 1823 se publica la Instrucción para el Gobierno de las Provincias, que precisó las competencias de los Ayuntamientos y su dependencia de la Diputación. La ley de 14 de julio de 1840 establecía la elección directa de los miembros que componían la corporación, aunque el rey nombraba a los alcaldes y tenientes de alcalde de las capitales de provincia. En la actualidad, el partido judicial de Trujillo se constituyó en el año 1834 con 19 municipios: Aldeacentenera, La Aldea del Obispo, La Cumbre, Conquista de la Sierra, Deleitosa, Escurial, Garciaz, Herguijuela, Ibahernando, Jaraicejo, Madroñera, Miajadas, Plasenzuela, Puerto de Santa Cruz, Robledillo de Trujillo, Ruanes, Santa Ana, Santa Cruz de la Sierra, Santa Marta de Magasca, Torrecillas de la Tiesa, Trujillo y Villamesías. Los últimos anexionados tras el Real Decreto de 1834 fueron Conquista de la Sierra, Garciaz y Herguijuela142. 140 Leg. 409, Libro de Acuerdos de 1800, f. 65. Archivo Municipal de Trujillo y otros. 141 Archivo de Protocolos de Trujillo, leg. 571, 10 de octubre de 1814, fol. 312 y ss. 142 Subdivisión en Partidos Judiciales en la Nueva División Territorial de la Península e Islas Adyacentes, aprobada por S.M. en el Real Decreto de 21 de abril de 1834. Madrid, en la Imprenta Real, 1834, p. 51.
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El 20 de agosto de 1870 se aprobó la Ley Municipal, reformada en 1817 y vigente hasta el Estatuto Municipal de 1.924 que elimina su dependencia de las Diputaciones y Gobiernos Civiles y establece la Comisión Permanente. Dicho Estatuto restringe el sufragio y da al alcalde el carácter de delegado gubernativo, además del de representante y jefe del municipio. La ley de bases de Régimen Local de 31 de octubre de 1935 determina la elección por sufragio universal y organiza la Corporación en Alcalde, Pleno y Comisión Permanente. Con la Ley de bases de 1945, ampliada en 1950 y modificada en 1953 que a su vez se refunden en la de 24 de junio de 1955 se determina el carácter centralizador y de democracia orgánica que aminora la autonomía municipal. El mayor cambio se produce con la Ley 41/1975, de 19 de noviembre, de bases de Régimen Local, derogada por la 47/1978 y sobre todo con la Ley de bases de Régimen Local de 1985 que adapta los Ayuntamientos a las modificaciones derivadas de la Constitución y del nuevo régimen democrático. En la actualidad es Ayuntamiento de la Provincia de Cáceres, Partido de Trujillo y de la Audiencia Territorial de Cáceres, en lo eclesiástico la parroquia de Santa Catalina, del Arciprestazgo de Trujillo, Diócesis de Plasencia y Archidiócesis de Mérida-Badajoz. En Mérida, a 17 de noviembre de 1998, la Consejería de Presidencia y Trabajo, aprueba el Escudo Heráldico que presenta “campo de azur, dos torres de plata, mazonadas de sable y aclaradas de gules, puestas en faja, surmontadas de tres manos, de oro, puestas en faja. Al timbre, Corona Real cerrada”143.
143 MUÑOZ SÁNCHEZ, 2006, 341-342.
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Grabado en Los Casarones
Detalle, grabados de los Casarones
Lagar en los Casarones (foto PeĚ rez SoliĚ s)
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Lagar en los Casarones
Grabados rupestres de Boticojos (foto Rubio Andrada)
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Prensa olearia, finca SenĚƒora
(foto Rubio Andrada)
Otro conjunto de grabados, Boticojos
(foto Rubio Andrada)
Lagar en Vallespedros (foto JesuĚ s Barbero)
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Restos de la Atalaya
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Vista desde La Coraja, arroyo del Moro
Contrapeso (foto Jesús Barbero Mateos)
El Cerro de La Coraja.
Vista panorámica desde el poblado de La Coraja
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Detalle, muralla de La Coraja
Detalle, una de las entradas al poblado de La Coraja
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Defensas del poblado de La Coraja
Detalle de uno de los bastiones, La Coraja
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Casa cuadrangular, poblado de La Coraja
Vivienda con basa de piedra, La Coraja
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Detalle de varias casas, poblado de La Coraja
Grabados en un ortostato del dolmen, La Coraja
Ortostatos del dolmen de La Coraja
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Detalle de los gragados, La Coraja
Sarcofago visigodo, Pradoverde (foto JesuĚ s Barbero)
Calco de los grabados de La Coraja
Catas, campanĚƒa de excavaciones (1985-1986)
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José Antonio Ramos Rubio
Cata en una tumba, campaña 1986 (La Coraja)
Cerámica a torno, poblado de La Coraja (Museo Provincial de Cáceres)
Pendientes de oro con decoración de filigrana, poblado de La Coraja, siglo IV a. C. (Museo Prov.)
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Colgante de oro con decoración de filigrana, poblado de La Coraja, siglo IV a. C (Museo Prov.)
Fragmento con representación de jinete armado, La Coraja, siglo IV a. C (Museo Prov.)
Fíbulas, poblado de La Coraja, siglo IV-I a. C. (Museo Prov.)
Cuenco, cerámica a torno, La Coraja, siglos IV-I a. C (Museo Prov.)
Recipientes de uso funerario, La Coraja (Museo Prov.)
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Epígrafe romano, El Cordel (foto Barbero Mateos)
Tumba en Casarones del Tozo (foto Jesús Barbero)
Tumba, Casarones del Tozo (foto Jesús Barbero)
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(foto Francisco Pérez Solís)
(foto Jesús Barbero)
Tumba antropomorfa, Bonilleja
(foto Jesús Barbero)
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Tumba excavada en pizarra, La Mascalina
Tumba, en el Cordel
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III.- EL PATRIMONIO ARTÍSTICO
1.- La iglesia parroquial de Santa Catalina Los testimonios arquitectónicos más antiguos que se conservan corresponden a finales del siglo XV. En una de las jambas aparece inscrita la fecha de 1581, que fecha esta parte del edificio en el último tercio del siglo XVI. La fábrica está construida en mampostería y blanqueada tanto en el interior como en la fachada exterior. Se accede al interior del templo mediante una portada de medio punto situada en la fachada de Poniente, con impostas acanaladas. En el lado de la Epístola hay otra puerta sencilla, en medio punto. En este mismo lado se sitúa adosado el cuerpo de la torre de planta rectangular y rematado por un pequeño hastial de mampostería que aloja las campanas, con dos vanos en medio punto, obra del siglo XVIII. El templo presenta en su interior una sola nave con cinco tramos separados por arcos fajones de ladrillo en medio punto144. El interior ha sido muy modificado en el siglo XX presentando cubiertas de la nave modernas en sustitución de la techumbre originaria de madera. La capilla mayor tiene dos tramos con abovedamiento de aristas. Preside el presbiterio un Crucificado moderno. A ambos lados del altar mayor, una imagen barroca en madera policromada con la representación de la Virgen con el Niño, en el lado del Evangelio, es obra de la primera mitad del siglo XVII; y en el lado de la Epístola, una imagen popular de Santa Catalina de Alejandría de finales del siglo XIX. En el lado de la Epístola hay un óleo sobre lienzo de gran formato, con la representación de la Virgen del Carmen socorriendo a las Ánimas del Purgatorio, es obra del siglo XIX. 144 ANDRÉS ORDAX, et alli, 1989, 312.
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La pila bautismal de granito se alza sobre una basa guardada y un pedestal circular. La taza gallonada circular rematada con bolas en los bordes superiores, alternando la decoración gallonada, características de principios del siglo XVI. Existe otra pila bautismal de granito, de fuste troncocónico, de labra muy tosca y con un mínimo elemento ornamental en zig-zag en la parte alta de la copa, probablemente obra del siglo XIX. En una de las capillas del lado de la Epístola, presiden un retablo una imagen de la Soledad, de vestir, de la segunda mitad del siglo XVIII, y a ambos lados, un Amarrado a la columna, de la primera mitad del siglo XX y un Cristo de Medinaceli, de la misma época. Destacamos en la misma capilla, una Dolorosa de vestir con el Niño Jesús, de madera policromada, obra del siglo XVII. En la sacristía destacamos una imagen de San Sebastián, en madera policromada, muy popular, obra del siglo XVIII. Una talla en madera policromada de San Antonio de Padua, del siglo XVIII. Un San Roque, en atuendo de peregrino, con el perro a sus pies, obra popular en madera policromada del siglo XIX. En dicha parroquia, a finales del siglo XVIII, se registran tres cofradías: “la de Animas, instituida el año de 1700, tiene de fondo 1.100 reales, se compone de 80 cofrades. La de la Vera Cruz el año de 1539, tiene de fondo 900 reales y 100 cofrades. La de Nuestra Señora del Rosario el año de 1696, su caudal es de 1.000 reales, tiene 30 cofrades. Y todas se goviernan por sus respectibos alcaldes, diputados y mayordomos, con interbencion del cura y conoze de ellas el ordinario eclesiastico”145. La extensa comarca de Trujillo cuenta con interesantes piezas de platería: cálices, candeleros, incensarios, lámparas, navetas, copones, vinajeras, cruces procesionales y custodias, conservadas en las parroquias, ermitas y conventos, ofreciéndonos un amplio abanico de tipologías. Concretamente, en Torrecillas de la Tiesa, tenemos una artística arqueta de plata del siglo XVIII, un cáliz del siglo XVII, un cáliz de hacia 1800 y un copón de finales del siglo XVII; así como dos copones del siglo XIX. Hemos de tener en cuenta que desde la muerte de Felipe II en 1598, y más aún, durante el gobierno de su sucesor, la platería hispana sufre un 145 Interrogatorio de la Real Audiencia de Extremadura, Vid. Partido de Trujillo, tomo II, páginas 805 a 817, realizado el día 4 de abril de 1791. Vid. RODRÍGUEZ CANCHO y BARRIENTOS ALFAGEME, 1996.
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proceso de centralismo, derivado de la trascendencia que toma la práctica cortesana conocida como Estilo Purista o Estilo Felipe II. De su modo de hacer es definitoria la austeridad decorativa, que tras las primeras décadas del siglo XVII, en las que aún pervive el Manierismo geométrico, prescribe todo motivo ornamental146. En la forja de esta nueva manera tienen importancia capital los dictámenes de Juan de Herrera, cuya medida formación expresó magistralmente en los muros, volúmenes, aristas y paramentos continuos, del Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Durante parte del siglo XVII, sus presupuestos perviven a través de personalidades como las de los importantes arquitectos cortesanos Francisco de Mora y su sobrino, Juan Gómez de Mora, en cuyas obras finales, sin embargo, advertimos un juego de volúmenes a través de los que romper la normativa y el severo canon clásico. Asimismo, esta frialdad y austeridad decorativas tienen su fundamento en las leyes suntuarias dictaminadas durante los reinados de Felipe II y Felipe III147. Prescripciones que tratan de poner remedio y solución a los desmesurados desfases presupuestarios, lógicos dentro de tan vasto Imperio, cuyo resultado final es una situación de continua bancarrota. Si bien es cierto, por el contrario, que tales preceptos contra el lujo estaban dirigidos mayormente al campo civil y no tanto al religioso, cuya demanda de ornamentos religiosos no se ve mermada, sino que incluso se acrecienta. Sólo así explicamos el amplio número de vestigios que de estos años guarda la Comarca de la Serena en sus parroquias y ermitas148. Ante la carencia de amplios repertorios ornamentales que habían distinguido las etapas precedentes, los orífices centran su cuidado en la riqueza compositiva que les permite el soberbio juego al que ahora someten los 146 Vid. nuestros trabajos, RAMOS RUBIO y MÉNDEZ HERNÁN, 2007, 155-177 y 2011, 37-43. 147 Pragmáticas como la del 19 de marzo de 1593, únicamente permitían la fabricación de objetos destinados al culto religioso. Le quedaba prohibido al platero el intercambio y fabricación de todo tipo de enseres destinados al ajuar doméstico, tales como bufetes, escritorios, rejuelas, etc. Idéntico espíritu primó en la pragmática de 2 de junio de 1600, donde ya se prohíbe hacer piezas de oro, plata o algún otro metal con relieves que contengan personajes o figuras, por lo que es clara la nueva y severa directriz que desde la Corte se está imponiendo al resto de la Península. 148 Circunstancia a la que están cooperando las grandes cantidades de plata que arribaban a Sevilla, provenientes desde el siglo XVI de Potosí; si bien es cierto que gran parte de este metal estaba destinado a cubrir las deudas que el Imperio continuamente generaba con los banqueros genoveses, tampoco debemos dejar escapar el hecho de que una gran parte quedaría destinada al culto religioso; a partir de esta razón, también puede explicarse el tremendo grosor que en estos momentos adquiere la chapa de plata. Vid. HAMILTON, 1975, cap. II, 23-59.
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volúmenes. Amén de esto, implantan y manejan en muchas piezas modelos arquitectónicos, cuyos órdenes clásicos, dórico y jónico sobre todo, cobran protagonismo singular. Pensemos en los patrones utilizados para los castilletes de custodias o cruces procesionales; línea ésta de la que tenemos excelentes paradigmas en el ostensorio custodiado en la iglesia parroquial de Garciaz. Implicando los años finales del siglo XVI, la orfebrería purista extiende su dominio hasta los comedios de la centuria del seiscientos, toda vez que alarga su vigencia hasta las primeras décadas del siglo XVIII, donde ahora convive con modelos puramente barrocos. El rigorismo y la frialdad, procedentes de netas formas estructurales compuestas a partir de aristas frías y cortantes, amén de precisos elementos sometidos a medición regulativa, presiden siluetas como la del cáliz que de la primera mitad de la centuria guarda la iglesia de Aldea del Obispo, con cabujones, o el que tiene la parroquia de Belén de Trujillo, con marcas de Toledo. Una copa cuyas robustas formas contrastan con las más estilizadas de aquel otro conservado en el convento de San Miguel de Trujillo, ya de finales del siglo XVII, o el de la parroquia de Santa Marta de Magasca. Particular de este género es la peana circular, suficientemente ancha y escasamente moldurada, que contribuye a consolidar la estabilidad que de por sí se desprende de este tipo de obras. Sirve de asiento singular para un astil incluido en un conjunto, en el que se mantiene la proporción sexquiáltera de Juan de Arfe, que acaso aumenta en altura y trasciende en una mayor proporción del vástago central, que cobra realce aún en perjuicio, unas veces de la copa, y otras del pie. A tal efecto contribuye el empleo generalizado que se viene haciendo del torno desde finales del siglo XVI y primeros años de la nueva centuria. Un componente típico del estilo purista es el pequeño cilindro, o tamborcillo, desde el que el mástil de la pieza da comienzo a su recorrido y en cuyo promedio abraza un nudo periforme en apariencia, que a su vez se ve coronado de un toro circular. Desde esta moldura convexa, un vertiginoso adelgazamiento nos hace desembocar la vista en la copa que culmina la hechura, y en la que generalmente se imprimen amplias proporciones. Pero el elemento decorativo que toma carta definitiva durante el Purismo, y que en parte contribuye a su definición, es la aplicación de esmaltes. En 104
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su introducción destaca sobre todo el de tipo champlevé149, aunque tampoco se descarta el modelo cloisonné. Dispuestos en cabujones circulares, ovales, rectangulares o romboidales, habitualmente en número de cuatro (pie, astil, sol, subcopa, etc.), suelen exhibir repetidamente el color azul turquesa, que por regla general es opaco. Junto a éste , y con el propósito de introducir en las obras un juego polícromo que anime en cierto grado los perfiles, se añade una gradación de irisaciones entre las que el verde, el rojo, el blanco o el color de la miel, cuentan con importancia. Del mismo modo, adquiere cierta generalización la costumbre de engarzar en los cabujones piedras, que por lo común son falsas. Así acontece con el grial que tutela la parroquia de Aldea del Obispo, fechable en el siglo XVII. Un total de dieciséis cabujones se adjudican tanto al pie como a la base, sirviendo de marco para las piedras de color azul pálido que lo aderezan. En esta línea también cabe hacer mención del cáliz conservado en la parroquia de Belén de Trujillo. Con el tiempo, las cinco categorías antiestéticas que Henrich Wölfflin definió para el estilo barroco se van imponiendo al que se alzaba ya como un lenguaje agotado, falto de toda aquella axiomática resolución que hubiera sido necesaria para brindarnos un renovado lenguaje, a partir del cual plantear alternativas a las estructuras pensadas, medidas y frías del estilo purista. La imposición del nuevo estilo conocerá, sin embargo, una primera etapa de transición, definida por la confluencia que en una misma creación tienen los dos titanes estilísticos (Purismo y Barroco) que ahora comparten vigencia. Si bien se conserva aún la estructura generada durante la primera mitad de la centuria, es cierto, por contra, que a ella se adhiere, a modo de película decorativa, un tipo de exorno en cuyo proceso constitutivo prima el decidido protagonismo que adquirirá inmediatamente la Naturaleza. De 149 Gran tradición cuenta en este sentido nuestro país, porque fue el creador de este tipo de esmaltes durante el románico, y sobre todo de un tipo de estructuras muy concretas que luego se difundieron a los no menos importantes talleres de Limoges. Vid. HERNÁNDEZ PERERA, 1956, 297-303. A su vez, la técnica esmaltada cuenta con precisos antecedentes que bajo el influjo del arte bizantino se crean en los territorios de su imperio, hacia finales del siglo X y principios del XI. Una buena muestra de este tipo de obras las tenemos representadas en los catorce esmaltes celulares que, procedentes de la antigua colección Svenigorodskoi, se conservan en la actualidad en el Museo Lázaro Galdiano. Vid, DSHOBADZE ZIZICHWILI, 1953, 119-124. Más cercano en el tiempo tenemos el importante antecedente que para esta serie de técnicas impuso Juan de Arfe, en cuyo arte y estilo empiezan a utilizarse de forma paulatina los esmaltes verdes, azules e incluso polícromos. Tal es así, que hoy en día está considerado en cierto modo como el iniciador del estilo Purista, dada la sensación de estabilidad y sencillez de líneas que nos transmite su obra.
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este modo, y conforme a la clasificación de don Diego Angulo, la primera fase de este estilo mediterraneísta estaría constituida por una etapa previa, en la que a modo de antesala, confluyen los presupuestos de ambos estilos (Clasicismo y Barroco), dando lugar a una serie de piezas en las que el elemento vanguardista se pone de manifiesto a través de la decoración que cubre sus superficies. Cronológicamente se extiende desde los comedios del siglo XVII hasta 1675-1680, siendo en sí una etapa protobarroca, que tiene su correspondencia en los derroteros por los que en estos instantes discurren las producciones arquitectónicas, escultóricas, retablísticas, etc.. Si bien conviven con las estructuras prebarrocas modelos previos de la estilística purista, también es cierto que advertimos la presencia de notas evolutivas, toda vez que los nudos o manzanas utilizan la forma semiovoide, a la que dinamiza el ensanchamiento de los platos. En estos momentos tiene su punto de origen el nuevo tipo de macolla que, poco después, se convertirá en la definitoria de la nueva expresión que se está gestando; aún compartirá durante algunos años el protagonismo impuesto por la resistencia a desaparecer que ejercen un cierto número de molduras, de entre las que destaca especialmente el imponente toro purista. En lo que respecta a la ornamentación, elementos manieristas llegados a través del purismo, comparten su vigencia con otros, como el acanto, que empieza a ser protagonista en lo que es sobre todo la manzana de la pieza. A ello se unen los rectángulos, óvalos, rombos de lados curvos. Paulatinamente van desapareciendo los cabujones, que sin embargo no llegan a abandonarse del todo. Aunque el nuevo estilo carezca aún de la unidad que lo define, desde 1680 el Barroco se muestra en todo su esplendor, perviviendo, una vez traspasada la frontera de 1750, en los caprichos, deleites y bagatelas del Rococó. Los contornos de las obras se van haciendo poco a poco mucho menos duros, proclives a sustituir las precedentes aristas afiladas y el resalte de los volúmenes arquitectónicos por la suavidad de la curva ondulante, que devendrá ulteriormente en la consideración de la obra total. Una labor en la que las molduras, las estructuras integrantes, los elementos decorativos..., quedan fusionados; de ahí se deriva el que no sea la suma de partes a la que el Clasicismo nos tenía acostumbrados, el resultado final que se desprende de la contemplación de la pieza, sino la integración de un todo dentro de un conjunto fusionado. 106
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De tal discernimiento se deriva que las peanas, que prosiguen con su hechura circular, cuenten en su parte central con una base troncocónica a través de la cual fusionar e integrar en una misma sección, el final del pie y el principio del astil. Una tendencia hacia esta evolución demuestra la distribución que presenta uno de los cálices que posee el convento trujillano de Santa Clara: aún perviven formas plenamente puristas, sobre todo en la peana y vástago central que, sin embargo, tiende a unirse imperceptiblemente al primero a través del amplio tambor inicial que sustituye al reglamentario cilindro purista, a su vez con gallones convexos. A pesar de todo, es evidente el mayor protagonismo que cobran los platos que se superponen a partir de la macolla, al igual que también lo es la incipiente decoración que cubre aún partes netamente diferenciadas. Un mayor grado de fusionismo exhibe otro de los cálices conservados en la parroquia de Belén de Trujillo, por cuyas formas voladas lo incluimos en las primeras décadas del siglo XVIII. Nos viene muy bien a la mano esta interesante pieza, pues a través de ella comprobamos la vigencia e importancia de la decoración realizada a buril, a través de la cual recrear elementos que tienen su punto de arranque original en el Manierismo: tal es el caso de la ce que, conviviendo con la ornamentación naturalista, es proclive a experimentar un abultamiento y una carnosidad naturalistas, definitorios del estilo Barroco. En otras ocasiones sin embargo, obras como uno de los cálices lisos conservados en el convento de Santa Clara, en Trujillo, constituyen un vivo ejemplo de la vigencia que durante el último cuarto de la centuria tienen las estructuras puristas; orden que rebasará en muchos puntos los límites del siglo XVII, para hacerse presente incluso en los años del setecientos. Por lo tanto, y tratando de sintetizar, digamos que los cálices del siglo XVII como el existente en Torrecillas de la Tiesa aún dependen plenamente de las estructuras puristas, si bien las peanas inician un proceso evolutivo que las hace tender hacia su unión imperceptible con el astil. Un vástago central, y según hemos comprobado en la Comarca de la Serena, que no se desprende tan fácilmente del cilindro de inicio, si bien en su hechura los platos se irán complicando en extremo gracias al uso del torneado. Es pues evidente el conservadurismo al que se inclinan las zonas más alejadas de los centros vanguardistas. Pero también es sintomático, no sólo de la pericia del orífice, o de su mayor o menor contacto con los nuevos presupuestos, sino de la disponibilidad que en ese determinado momento tuviera 107
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el caudal de la parroquia, siempre proclive a contratar y adquirir piezas parcas en ornato ante la facilidad que tal circunstancia llevaba implícita para su compra. Para estos momentos se han generalizado ya los listeles de las copas, que con mayor frecuencia se insertan en su tercio o tercer cuarto inferior. En el lado del Evangelio de la iglesia de Torrecillas de la Tiesa hay un retablo de la primera mitad del siglo XVIII, de un cuerpo con una hornacina central enmarcada por columnas salomónicas con decoración vegetal en la que figura la Virgen de los Remedios, imagen que ostenta Tres Manos, obra de vestir, con manos y cara talladas, y pelo natural. Se utiliza la tercera mano para llevarla a las personas aquejadas de alguna enfermedad. Esta imagen se incluye en el Escudo de Armas. A esta tercera mano que tiene la Virgen se la atribuye un carácter milagroso, lo que le otorga un gran valor antropológico. En el año 1775 el Arzobispado de Toledo hace pagar la restauración de la campana grande de Torrecillas a expensas de las limosnas de los devotos de los pueblos de Bohonar de Ibor, Valdecasa y Castañar, en agradecimiento de haber recibido la mano de la Virgen ante una epidemia contagiosa y por haber experimentado un total alivio, de lo cual lo certifican como hecho milagroso. Vamos a dedicar un estudio a esta imagen titular de los Remedios a la que se le atribuyen muchos prodigios, recogemos información del Interrogatorio del siglo XVIII, según el cual: “es la ymagen milagrosa de María Santísima de los Remedios con tres manos, quien es el socorro, escudo y defensa para todas las enfermedades, epidemias y trabajos, que en esta miserable vida acaezen y padezen los vezinos de esta villa y también los convezinos moradores de los pueblos de immediazión, lugares y villas del Obispado y Arzobispado de Toledo, como se acreditará con los portentos y maravillas que por su interzexión an conseguido. En la villa de Deleitosa, esta consiguió un espezialísimo alivio en una epidemia que experimentaron en el año de setezientos y setenta, en la que fallezían a cada paso sus moradores, acudieron al cura párroco, que entonzes era Don Martín Alonso de Thorres, y le pidieron la santa mano para que visitase los enfermos de dicha villa, pues esperaban con ella la mejoría de sus afheziones, dióla el señor cura, a solicitud de Ygnacio Mohedas, señores, cura y facultativos de dicha villa y experimentaron el alivio que apetezían. 108
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En la villa de Jaraicejo en otra semejante afliczión acudieron a este asilo y lograron el mismo beneficio, quando el Conde Aranda subió a la corte, que ia estaba el que escribe de cura, en la guerra de Almeida. En las villas de Madroñera y Belvis, Huertas de Ánimas, arrabal de la capital de Truxillo, Aldea del Obispo, pueblos todos del este nuestro plazentino obispado, quienes en sus confilctos, epidemias y viruelas, acudieron a la poderosa interzesión de esta reina soberana y fueron auxiliados y favorezidos como apetezían y deseaban. Y para que no se me calumnie, por algún criticón, que yo uso de la especulativa referenzia y no declaro algunos particulares prácticos de las maravillas de esta prodigiosa imagen, propondré dos para mover al culto y devozión de su poderosa interzesión: el primero es en esta forma, con el motivo de tener Don Juan Calvo, administrador de los tabacos de la villa de Jaraziejo y sus anejos, dos hijas religiosas en uno de los dos conventos de la villa de Belvis de este obispado, quienes avían visto en su capilla y adorado a esta Santa Ymagen de los Remedios, subzede que la Señora Abbadesa de su convento le acaesze un grano o carbunco en un brazo que se le inflamó, en términos de facultativos, que era preziso el usar de incisión y corte dél por evitar maiores peligros. Una de estas religiosas asistía a dicha abbadesa, y aviendo oydo al médico y zirujano la determinazión que toman para cortarla el brazo, en estos términos la dice: Señora Abbadesa no condezienda con la determinazión de los méditos de la tierra, acuda Vuestra Reverenda a los del cielo, sepa Vuestra Reverenda que yo he visto una imagen de tres manos, que se halla zerca del lugar donde mi padre havita, prodigiosa y milagrosa para todo género de trabajos: ofrézcase Vuestra Reverenda con todas veras a su proteczión, que yo confío con la mejoría, y no llegará el caso de contarla el brazo. Parose a esta propuesta la abadesa, dudando el cómo podría traher la santa reliquia para que este medio lograr su salud. La religiosa la dijo: Yo escriviré a mi padre que es conozido del señor cura de aquella villa, para que acompañado de un sazerdote pase a estar con él y pedirle la santa poderosa mano de los Remedios y trayéndola logrará Vuestra Reverenda la salud apetezida. Hízolo así, llevaron la santa reliquia con dezencia en su cofrezito y luego que la abadesa la adoró se la resolvieron todas las inflamaziones negras que en el brazo tenía, bolviéndosele de color perfecta, blanca y deshecha toda la inflamazión que tenía, la dio muchas grazias, y en gratitud se 109
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explicó con una limosna a beneficio de esta reina soberana para sus reverentes cultos. Vive Calvo a quien se pueda preguntar”150. Aún nos relata otro suceso acontecido en Torrecillas en el que intervino la milagrosa virtud de la Virgen de los Remedios, “(....) Aviendo estado el cura párroco de esta de Torrezillas, que expone en observanzia de la ecc(ca), vereda de su prelado estas razones, más de dos años padezindo una perniciosa herisipela en la vista hizquierda y rostro y después de ésto, tolerado con sufrimiento y pacienzia, unas rezias quartanas por espacio de más de ocho o nuebe meses y en fin sumamente achacoso con los continuados quebrantos que Dios le favorezía. Ultimamente le dio una enfermedad grave en el día segundo de Pascua de Resureczión, del año de setezientos ochenta y tres, en cuio día avía predicado una fiesta solemne a honrra de esta SoberanaPrinzesa, que la hizieron ciertos devotos serranos movidos de la singular belleza, prodigios y maravillas que por medio de su interzesión consiguen para sí y sus ganados romándola por interzesora, y retirándose a su casa resultó que aquella noche le entró una calentura lectal, que tomaba incremento dos a tres vezes al día, y aviéndole asistido el zurijano titular de la villa, Pedro Flores, que oy se halla en la villa de Torrejón, sin dar palotadas en punto del alivio del cura, determinó éste con su aviso llamar a Don Juan Granados, médico famoso de la villa de Jaraizejo, para buscar la salud que tanto se apereze. Vino éste y aunque conozido y amigo, al tiempo de entrar en el quarto a ver al doliente, como el enfermo le avía de llamar Juan, me llamó Manuel, hizo mala cara, se llegó a la cama, le tomó el pulso y empezó a arquear sus zejas, hazer mala cara, etc., consultó con el zirujano y dio pocas esperanzas de mi vida, mandó la disposizión christiana del viático y testamento, separazión de servilleta, cuchara, platos, etc. como enfermedad contagiosa; se hizo todo lo que dispuso en gracia y honra de esta Reina Soberana y dándome determinó cosa de ocho a quinze días y quando más hasta el otoño. Pero, válganos la misericordia de nuestro amante Dios y su Santísima madre, quán errados son los juicios de los hombres. Rezetó medizinas que adaptaron a la naturaleza, mejoró el enfermo y se le consultó y oy día escribe este prodigio y le explica, en esta forma, para honrra y gloria de esta Señora de los Remedios”151. 150 Año 1798, vid. LÓPEZ, 1991, 429-430. 151 Año 1798, vid. LÓPEZ, 1991, 430.
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Encontramos su origen más remoto en un icono popular de la iconografía del cristianismo bizantino. Virgen que con una mano sostiene al Niño y con la otra lo muestra o señala (porque Él es el Camino) mirando al espectador, conminándole a tomar una decisión, a contemplar la opción que se abre ante él o también puede estar sosteniendo al Niño por debajo con la tercera mano y que en griego se la denomina la Panagia Tricheroúsa, es decir, la Toda Santa de Tres Manos. Pero, la tercera mano está ligada a una historia sobre San Juan Damasceno (640-754), funcionario del califa de Damasco, considerado tradicionalmente en el catolicismo como el último de los Padres de la Iglesia. Juan Damasceno fue un ferviente devoto de la Virgen y de los iconosfrente a las imposiciones de los emperadores iconoclastas, que destruían iconos y prohibían su uso. En la Iglesia latina se le recuerda especialmente por sus textos sobre la Asunción de la Virgen María, en alguno de sus escritos figura el asombroso milagro mariano que dio origen al icono de las tres manos, en recuerdo a dicho milagro se realizó el icono de Monte Äthos (monasterio serbio de Chindalar, Grecia). Según la leyenda, el emperador León III Isaúrico, furioso, envió una carta al califa omeya con pruebas falsificadas de que Juan Damasceno estaba implicado en una conspiración. El califa se lo creyó y ordenó que a Juan le cortaran la mano derecha en público y que la colgaran en lugar bien visible.Al cabo de unos días, San Juan oró a la Madre de Dios, la Theotokos, ante su icono,recordando que con esa mano había defendido su veneración y que si la recuperaba podría seguir escribiendo en su honor. Milagrosamente, la Virgen le devolvió la mano cortada. Y él, a modo de exvoto, como recordatorio del milagro, colocó una mano de metal colgando del cuello del icono. Después, esta mano metálica se pintó colgando del cuello del icono. El califa, sintiéndose engañado, quiso restituir a Juan en sus funciones, pero él rehusó, porque había decidido consagrar su vida a la Madre de Dios. Dejó Damasco, llevando consigo el icono, y se hizo monje en el monasterio de San Sabas152. El icono permaneció en el monasterio hasta el siglo XIII. San Juan Damasceno, como signo de agradecimiento, había fijado sobre la parte baja del icono una mano de plata. Más tarde, en las copias, esta mano viene ya 152 EWTN, 4 diciembre, S. Jn Damasceno, Doctor de la Iglesia; SÁENZ, 1991, 42-43.
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pintada. Este icono es uno de los más célebres en la Iglesia greco-ortodoxa y atrae a numerosos peregrinos. Dice la leyenda que durante la invasión turca, los ortodoxos, temiendo la profanación por parte de los musulmanes, sacaron el icono del monasterio de San Sabas, lo cargaron a lomos de un asno y dejaron partir al animal sin guía alguna. El asno prosiguió solo su camino y llegó tras un largo periplo al Monte Athos. Allá se paró frente al monasterio de Chilandar. Los monjes recibieron el icono con alegría y lo llevaron solemnemente hacia su iglesia, donde se venera desde aquel momento. Tras la solicitud del patriarca de Rusia, Nikon, le llega una copia de este icono, Desde entonces se difunde su veneración en aquel país. Encontramos paralelos escultóricos en España en la Virgen de Altamira, en Miranda de Ebro (Burgos), que cuenta con una curiosa leyenda sobre las Tres Manos en la población donde es venerada: Miranda. Hay dos. Una cuenta que un pastor que habitualmente iba con su rebaño por los campos de Miranda y que solía frecuentar la ermita de San Martín y la de la Virgen de Altamira -que estaba en La Picota- sufre el ataque de los sarracenos. El perro va corriendo al pueblo y el muchacho trata de huir de la situación yendo al monasterio de San Miguel. Y el pastor implora a la Virgen y se pone bajo la advocación de Altamira, a la que tenía especial devoción, y dice que escuchó: ‘No temas, tu devoción a mí te salva’. Entonces, una intensa luz le cegó los ojos y en sus pupilas se le quedó grabado un rostro de mujer. Mientras, sus atacantes no lograban acabar con él. Cuando va a dar las gracias a la virgen se da cuenta de que una de las manos -una tercera- está sangrando y que tiene clavado el mismo arma blanca con el que le atacaron a él. Se da cuenta que era la mujer que vio y la villa decidió hacerla su Patrona. La otra historia, la del Conde, también se sitúa en plena invasión musulmana, en el siglo X. Se dice que los reyes cristianos de Navarra y León unieron distintas tropas, entre ellas una mirandesa liderada por su conde, para hacer frente al ejército musulmán en la localidad de Valdejunquera. Según van de camino a este paraje, como devoto de la Virgen, se para en una ermita que encuentra allí y se pone junto a los suyos bajo la protección de la virgen porque iban a librar una batalla muy dura. Tanto que el ejército cristiano la perdió. En Miranda se daba por hecho que todos habían muerto, pero el conde, en medio de la batalla, siente que una mano se interpone en una flecha dirigida a él. En su regreso a casa, todos los mirandeses sanos 112
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y a salvo pasan por la ermita y, para sorpresa del conde, observó que la virgen tenía clavada en una tercera mano esa flecha que vio que le llegaba a él. Ante este prodigio decidió coger esa imagen y la hizo patrona de sus dominios. Desde entonces, se decidió colocarla en el cerro de La Picota. Con el deterioro del paso de los años se decide hacer una nueva un siglo después que incluye ya la tercera mano. Se trata de conservar el sentido del milagro con el Conde.
Iglesia parroquial de Santa Catalina de Alejandría
Interior del templo
Torre de planta rectangular y rematada por un pequeño hastial
Nave de la iglesia
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Preside el presbiterio un Crucificado moderno
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Corona de La Virgen de Plata
Virgen con Niño, primera mitad del siglo XVII.
Santa Catalina de Alejandría, finales del siglo XIX
Cuadro de Ánimas, siglo XIX
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Pila bautismal, siglo XVI
Soledad, segunda mitad del siglo XVIII
Pila bautismal, siglo XIX
Cristo amarrado a la columna, primera mitad del siglo XX
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Cristo de Medinaceli, primera mitad del siglo XX
Dolorosa de vestir, siglo XVII
Retablo de la Virgen de las Tres Manos
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Virgen de las Tres Manos
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Arqueta, siglo XVIII
Cáliz, de hacia 1800
Copón, siglo XIX
Copón, siglo XVII
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Copón, siglo XIX
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2.- El rollo jurisdiccional Los rollos son similares a los cruceros, pero su significado es distinto. El rollo representaba la categoría administrativa del lugar, levantándose solo en los villazgos que tenían plena jurisdicción, indicando el régimen al que estaba sometido: señorío real, concejil, eclesiástico o monástico. Se convirtió en monumento conmemorativo de la concesión del villazgo. La diferencia entre el rollo y la picota radica en que el rollo es un símbolo del señorío y jurisdicción, mientras que la picota sería el instrumento en el que se exhibiría al delincuente y donde se ejecutarían los castigos menores. Mientras los rollos se erigirían a la entrada de las poblaciones y siempre junto a las vías principales, las picotas se instalarían en el lugar más público de la población, plaza mayor o lugar donde se celebrase el mercado. También es cierto que a partir del siglo XVII, a algunos rollos se les añadió la función de picota, porque salía más económico aprovechar el rollo ya existente. Los ajusticiamientos fueron suspendidos el 26 de mayo de 1813153 por las Cortes de Cádiz que emitieron su decreto número CCLVIII por el que se ordenaban retirar todos los símbolos de vasallaje que existieran en los pueblos del país. Los ayuntamientos serían los encargados de demolerlos o quitarlos independientemente del lugar en que se encontraran. En el siglo XVI nos encontramos con villas que eran de “realengo” (o sea dependiendo jurídicamente del rey directamente) o “de señorío”(cuando por un decreto real el monarca delegaba el poder jurisdiccional en un noble, que lo ejercía en su nombre). Precisamente el símbolo de ese poder delegado venía representado por el llamado Rollo de Justicia (del latín “rótulos”- “cilindro”) que hace su aparición a principios del siglo XV extendiéndose su construcción hasta bien entrado el siglo XVII. Indicaba jurisdicción propia de una localidad, independencia municipal, la creación de un villazgo o un señorío, entendido éste como “ordenación urbana y sistema de explotación agraria de carácter rural, agrupado en torno a un señor titular y bajo su autoridad”154. 153 Cortes Generales (1813) Colección de decretos y órdenes que han expedido las Cortes Generales Extraordinarias desde el 24 de febrero hasta el 14 de setiembre del mismo año. Tomo IV, Imprenta Nacional, Cádiz. 154 DE MOXÓ Y ORTIZ, 2000: 118.
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Los rollos vendrían a ser el símbolo y aviso a los visitantes de que hay en la villa una autoridad que vela por el común. También serán estos monumentos reflejo de la riqueza y poderío del noble, decorándose con adornos y añadiendo el blasón familiar del señor de la villa, como ocurre en Torrecillas de la Tiesa. A finales del siglo XVI las columnas irán teniendo un aspecto más tosco, reduciendo significativamente los ornamentos, hasta limitarse a decorar exclusivamente la coronación del monumento, a veces, con una simple bola pétrea. En el año 1558 se erigió el rollo de Torrecillas de Tiesa, una vez que Felipe II puso en venta el Señorío de este lugar, los vecinos se opusieron y, tras varios litigios, don Diego Pizarro se hizo con los derechos155, convirtiéndolo en Señorío particular. El rollo es una obra renacentista de notables dimensiones. Actualmente se encuentra ubicado en la Plaza del Ayuntamiento. Sobre los cuatro escalones de granito berroqueño que forman el graderío circular del monumento se eleva el rollo propiamente dicho, una basa con faja, toro y escocia. Al término del fuste cilíndrico o columna un capitel que forma un sillar de más altura que los que forman el fuste. El capitel ostenta los emblemas del señorío, muy deteriorados. El rollo remata en una pieza cónica que se eleva desde el capitel y culmina en una bola156. Se da la circunstancia que la provincia de Cáceres es donde se han conservado más rollos jurisdiccionales gracias a la desobediencia de sus pueblos a la orden dada por las Cortes de Cádiz, que instaba a derribarlos cuando se abolieron los señoríos jurisdiccionales157. En esta misma plaza de T:orrecillas figura un busto en bronce sobre alto podio, del acreditado médico don Ignacio Lorenzo Laguarta, realizado en el año 1956 por el escultor Fernando Mayoral.
155 GONZÁLEZ MONTERO, 2016, 422. 156 GARCÍA ROL, 2002, 122. 157 GARCÍA ROL, VALADÉS SIERRA, GONZÁLEZ NÚÑEZ, 2004.
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El rollo jurisdiccional
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3.- Casas fuertes, cortijos y palacios Ya hemos indicado que el origen del nombre de Torrecillas hemos de buscarlo en los abundantes topónimos aludidos a las torres en la zona: Torre de la Coraja cerca de la dehesa de Torrecilla, próxima al Carrascal. la Torre de Sancha Alonso, que dicen de Corajo, Torreherrera, Torremuriel, Torre Menga o Torre Mengada, Palacio de Carmonilla, Los Casarones de Tozo, en la que hay indicios de antigua población que podía ser la Torre de Mingo Caro. Además de ese conjunto de torres, palacios y casas fuertes dispersos por las dehesas, poco a poco empezaron a formarse núcleos a su alrededor formando caseríos o poblados: Casillas, Carmonilla, La Gironda, Casas del Tozo, Aldea de Torrecillas, Aldea del Obispo, el Carrascal, El Ejido de Centenera, Aldeanueva. Torrecillas era una población, principalmente agrícola-ganadera, que se extendía, no sólo en granjas y huertos (valle del río Almonte), chozos (temporales), cortijos o caseríos (El Águila, Valverde, Carmonilla...), sino en pequeñas aldeas, hoy despobladas: Torre Aguda, despoblado Torre de Mingo Caro (conocido también como despoblado de Muleto), poblado de Bañispedros, y Santa María del Carrascal (Malpartida como pueblo), del que aún quedan bastantes edificaciones. Se encuentra en la inmediación del camino de Madrid. Han desaparecido casi todos los edificios que poblaron la zona, quedando aún la llamada casa del Carrascal, que fue palacio y, posteriormente, se utilizó como casa de Postas, y la parroquia con la advocación de Santa María del carrascal, que tenía por anejos las de Torrecillas, La Aldea del Obispo y los moradores del despoblado de Torre Aguda. Varios de los bienes muebles que actualmente se conservan en el templo parroquial de Torrecillas proceden de la extinta iglesia de Santa María del Carrascal, situada a escasos kilómetros de Torrecillas de la Tiesa, en la carretera N-V, tal y como indica la cita documental del libro Noticias pertenecientes a Nuestra Señora del Carrascal y al lugar o Asiento que allí hubo llamado Malpartida: “Los despojos y madera que se quitaron de dha. yglesia se repartieron por orden de tribunal Eclesiastico entre esta yglesia de Aldea del obispo, y la de la villa de Torrecillas, como anejos a la del Carrascal, y antes que se hiciera el dho. despojo, ya se aviatraido para la yglesia de Aldea, algunas alajas y entre ellas fueron el caliz, la pila baptismal,una campana mediana con un letrero que dice: “Por vuestros debotos 124
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rogad Virgen del Carrascal, echa en el año de mill seiscientos quarenta y dos”158. Pascual Madoz en su obra Diccionario Histórico-Geográfico de Extremadura se refiere al Carrascal como población que antiguamente se llamó Malpartida y la parroquia con la vocación de Santa María, tenía por anejo a Torrecillas. En el año 1870, según Madoz se dejó de celebrar misa en dicha parroquia del Carrascal159. La casa del Carrascal, como se le conoce popularmente, es un edificio residencial o casa fuerte que poseyó don Juan de Orellana Pizarro. Se encuentra en un lateral de la autovía Madrid-Lisboa a 7 km de Trujillo160. Ocupó una de las paradas de postas más importantes del Camino Real161. Aquí estuvo la iglesia de Santa María del Carrascal, parroquia del poblado de Malpartida. Por el Catastro de Ensenada sabemos que don Juan de Orellana Pizarro fue el noble más interesado en Trujillo en poseer, como dice el documento, Dehesa del Carrascal y Carneril de Malpartida, distante de Trujillo unas dos leguas. Además de él estaban también interesados el Estado, el Marqués de la Conquista, don Álvaro de Hinojosa, el Marqués de Santa Marta, el Hospital de Guadalupe y la Memoria del inquisidor don Gabriel Pizarro162. 158 "Noticias de la parroquia de Santa María del Carrascal y todos sus anejos, y de Ntra. Sra. del Carrascal y del lugar o asiento que allá hubo llamado Malpartida". Folios 109 del Libro Becerro para la yglesia parroquial de Aldea del Obispo. Compuesto en el año de 1780. (Archivo Parroquial de Aldea de Trujillo). Vid. Nuestro trabajo RAMOS RUBIO, 1997, 385-405. 159 MADOZ, 1847 (ed. 1945), tomo IV, 207. Según Antonio Ponz, en su obra Viage de España, escrita entre 1765 y 1766, en el tomo VIII, carta VII, pág 639, dice: “ la fundación de aldea del Obispo lo atribuyen a un obispo de Plasencia. Es pueblo que no puede extenderse por cercarlo los montes y una feroz dehesa”. 160 Archivo Histórico Provincial de Cáceres. Archivos Judiciales. Real Audiencia. Caja 13, expediente 17. Visita a la ciudad de Trujillo. Respuesta nº 52, referida a los despoblados: “(…) y el lugar del Carrascal, que se halla entre Jaraicejo y esta ciudad, es quasi preciso para ebitar los ynsultos de malhechores, a que es ocasionada la situación montuosa que media entre ambos pueblos en el paso del camino real de Madrid a Lisboa”. El historiador don José Maldonado ha presentado en su trabajo de investigación testimonios sobre la Casa del Carrascal. 161 Archivo Histórico Provincial de Cáceres. Archivos Judiciales. Real Audiencia. Caja 13, expediente 17. Visita a la ciudad de Trujillo. Respuesta nº 52, referida a los despoblados: “(…) y el lugar del Carrascal, que se halla entre Jaraicejo y esta ciudad, es quasi preciso para ebitar los ynsultos de malhechores, a que es ocasionada la situación montuosa que media entre ambos pueblos en el paso del camino real de Madrid a Lisboa”. 162 “una casa de campo llamada del Carrascal situada en la Dehesa de este nombre distante de la ciudad dos leguas con dos pisos, tiene de frente veinte y nueve varas y diez y siete y media de fondo, tiene Cavalleriza y Pajar y regulada su renta vale en cada un año setecientos y setenta reales de vellon”. Legajo 333, Catastro de Ensenada (1753). Tomo II, ff. 497vº-498vº. Archivo Municipal de Trujillo.
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Son interesantes las noticias y testimonios del geógrafo Tomás López sobre las casas de campo de Trujillo, así como sus escritos y los mapas publicados en la segunda mitad del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX163. La Casa del Carrascal aparece en un mapa de finales del siglo XVIII del Partido de Trujillo conservado en el Archivo Histórico Provincial de Cáceres y realizado a raíz de la visita realizada164. Por otro lado, una de las fuentes documentales que mayor información nos aporta a cerca de las casas de campo trujillanas a mediados del siglo XIX es Pascual Madoz en su Diccionario Geográfico – histórico–estadístico de España y sus posesiones de Ultramar. En este sentido, refiriéndose a la ciudad de Trujillo nos habla de las siguientes: “(…) las casas de campo de las Infantas, los Llanos, Mohedilla, Palacio Viejo, Torreherrera, Torremuriel, Gironda, Bañis Pedro, Carmonilla, Casarones de Tozo, en la que hay indicios de antigua población, Merlinejo, Carrascal del Marqués de Campo Real, en donde se halla establecida la primera parada de postas de Trujillo a Madrid, Torreaguda, construida recientemente, Bonilleja, Burdallo, Casa de doña Catalina, Casillas, Pozuelo, Cantera, Galocha, Provisoras, Casa de Cascos, Rongil, Magasquilla, Martín-Rubio, Venta de la Matilla, Matilla, Matilla del Rollar, Matilla de los Almendros, Solanilla y Coronada, contigua a un antiguo convento de templarios (…)”165, señalándolo como un despoblado situado a dos leguas de Trujillo, en la inmediación del camino de Madrid, diciendo que habían desaparecido la mayor parte de sus edificios, utilizándose a mediados del XIX solamente para como casa de postas la llamada Casa del Carrascal. Además, apunta que dicho pueblo fue llamado en la antigüedad como Malpartida, cuya parroquia, con la advocación de Santa María, tenía como anejos a Torrecillas, La 163 Servicio Geográfico del Ejército. Cartoteca Histórica. Mapas de Extremadura, nº 151. Mapa de la provincia de Extremadura dedicado al Excmo. S. D. Pedro de Alcántara, Pimentel, Henrriquez, Luna, Osorio, Guzman, Toledo y Silva, Hurtado de Mendoza, Marqués de Tavara, Conde de Saldaña, de Villada, y Duque de Lerma & c. Grande de España de primera clase, y Gentilhombre de Camara de S. M. con exercicio. Para la formacion de este se ha tenido presente el Mapa manuscrito de D. Luis Joseph Velazquez; el de Maestre de Campo, D. Luis Venegas; y nuevamente sujeto a las memorias remitidas por los naturales, y a las Observaciones Astronomicas. Dividido en sus Obispados, y Partidos. Por D. Thomas López. 1766. 164 Archivo Histórico Provincial de Cáceres. Sección Mapas, nº 6 (Real Audiencia, Legajo 13, expediente 17). Mapa del Partido de Trujillo. 165 MADOZ, 1945, 207.
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Aldea del Obispo y los moradores del despoblado de Torre Aguda. También nos aporta que se dejó de celebrar en dicha parroquia en torno a 1780166. En el Interrogatorio de 1791167, se desprende: “Solo hay una parroquia titulada Santa Maria del Carrascal y la dotazion de su fabrica la dira el cura parroco, que es unico rector y le nombra el Rey o el señor obispo segun el mes en que vaca, precedida oposicion en Plasencia”. En el año 1780 se había dejado se celebrar misa en la iglesia de la Casa Palacio del Carrascal por encontrarse un hombre muerto en la casa vecina. Por la gran importancia que tiene el documento que hemos localizado en La Aldea del Obispo, titulado Noticias de la parroquia de Santa María del Carrascal y todos sus anejos, y de Ntra. Sra. del Carrascal y del lugar asiento que allí hubo llamado Malpartida168, transcribimos íntegro el contenido del mismo. Para obtener una serie de conclusiones: “De la yglesia parroquial de Sta. Maria del Carrascal, matriz desta Aldea del Obispo y villa de Torrecillas, se conserban todas sus paredes escepto el tejado y algun repaso que necesita, tambien conserba la sachristia que se mantiene su nueva bobeda. Se dejo de decir misa en dha. parroquia en tiempo del martes pasado, de manera que solo el cura actual que oy ay, llamado Dn. Ignacio Gomez Chamizo, es el primero que ha dejado el ir a celebrarla y ejercer otros ministerios parroquiales, porque quando vino dho. cura ya estaba despojada dha. su yglesia, que fue despojada por mandato del señor obispo de Plasencia, por motivo de haberse hallado en la casa que estaba junto a dha. yglesia un hombre muerto, tendido en el suelo, con unos cordeles a la garganta y sin mas vestido que en paños menores, se dio quenta a la capital, y con orden se le dio sepultura en la dha. yglesia del Carrascal, pues no se le podia mover por lo mucho que apestaba, se dice que lo havian robado, todo lo qual presencio el cirujano y algunos vecinos desta Aldea con assistencia del Seor Cura de ella, todo fue publico y notorio. 166 Ibídem, tomo II, p. 189: “Despoblado, en la provincia de Cáceres, partido judicial y término de Trujillo. Situado en los montes de Tozo, inmediato a Malpartida, y es hoy la parada de postas del Carrascal.” 167 Interrogatorio de la Real Audiencia de Extremadura, Partido de Trujillo, tomo I, pp. 225 a 238, realizado el día 10 de abril de 1791. 168 Folios 1-9 del Libro Becerro para la yglesia parroquial de Aldea del Obispo. Compuesto en el año de 1780 (Archivo Parroquial de Aldea de Trujillo).
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Nos percatamos de que le havian robado por encontrarle desnudo, tambien por estar la dha. yglesia entre los montes de toro de la ciudad de Trujillo sitio mui aproposito para suceder qualquiera cosa. Los despojos y madera que se quitaron de dha. yglesia se repartieron por orden de tribunal Eclesiastico entre esta yglesia de Aldea del obispo, y la de la villa de Torrecillas, como anejos a la del Carrascal, y antes que se hiciera el dho. despojo, ya se avia traido para la yglesia de Aldea, algunas alajas y entre ellas fueron el caliz, la pila baptismal, una campana mediana con un letrero que dice: “Por vuestros debotos rogad Virgen del Carrascal, echa en el año de mill seiscientos quarenta y dos”. En quanto a las causas que influien para la despoblación de aquel lugar y para haver cerrado aquella parroquia; no lo hemos oido decir ni sabemos con certeza, pero nos inclinamos aque fuese la causa los pocos arbitrios de tierra, ya que los serranos se aprovechan en todas las tierras para los ganados lanares, pues esta nra. Aldea del Obispo es preciso que en el tiempo tambien se venga a despoblar y perder, pues es un pueblo de cien vecinos, pues sus tierras son arrendadas a los ganaderos trasumantes, y las pocas aguas que vierten los canales caen en las dehesas de los señores particulares. Cerca desta Aldea hemos visto y reconocido perderse otro lugarito pequeño llamado Torre aguda, que tambien concurrian como feligreses a la dha. yglesia del Carrascal, y los ultimos sacramentos que en ella se administraron fueron vecinos o moradores de dho. Torre aguda, y tal vez se despoblaria por falta de arbitrios y de pobreza, pues esta dha. Aldea es un pueblo que no tiene mas hacienda que la casa en que cada pobre vive, que solo tiene la facultad para hacer carbon y conducirlo cada pobre a otras partes con sus caballerias de bueyes, oficio de mucho trabajo y arrastro, y mui poca utilidad, que es en lo que comunmente mas se exercitan, y si tubieramos tierras suficientes para labores y algunos ganados pudieramos mantener con alguna decencia a las familias. En quanto a las propiedades que goza y parte la dha. yglesia del Carrascal, solo sabemos que tiene junto asi una cerca pequeña y una casa todo quasi caido, por cuio motivo nada vale de arrendamiento y solo sabemos que tiene un noveno en diezmos menudos lo que percibe esta yglesia de Aldea del Obispo desde que se despojo aquella del Carrascal, pero nos inclinamos aque en lo antiguo fuese yglesia mui rica, porque consta que anualmente daba alimdentos a sus dos yglesias anejas, que es esta desta Aldea, y la 128
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de la villa de Torrecillas, y despues loque ella gastase para si. El egido en que esta fundada la dha. parroquia del Carrascal es suio propio, y acerca de esto dice Donato Chamorro, vecino desta Aldea, que hallandose el sirviendo de pequeño con Doña Isabel de Tapia, poseedora en aquel tiempo del dho. egido, que todo ha recaido oy en el marques de Campo Real, dice pues el dho. Donato que en aquella razon se hallaba dha. Doña Isabel en su palacio que tiene junto al dho. egido, que con el motivo de averse puesto malo un criado suyo y tener la dha. Señora mucha debocion a Ntra. Sra. del Carrascal169, que en aquel tiempo todavia se estaba venerando en la dha. yglesia, y yendo dha. señora con don Antonio Torres y un religioso dominico y otros diferentes que ya no se acuerda, y todos iban de paseo desde el palacio a la dha. yglesia, por un pedazo de madera de la peana de Ntra. Sra. para echarlo despues en agua y que esta despues la vebiese su criado con mucha fe y debocion, para que se aliviase de su enfermedad, por haver dha. Señora Isabel esperimentado este mismo milagro con otros enfermos, yendo alli con dhos señores el dho. Donato. El padre abuelo de la dha. Doña Isabel se avia echo sachristan maior de aquella parroquia del Carrascal por disfrutar y poseer elegido que tiene dha. yglesia, Francisco Rentero, tambien desta vecindad dice que andando el alli en el Carrascal de pequeño y guardando vacas, conocio que don Juan de Orellana poseedor de aquella, compuso y reparo la dha. yglesia a su costa y oyo decir entre otros pastores y vaqueros que componia la yglesia como por descargo de conciencia. Muy cerca desta yglesia avia un lugar llamado Malpartida, y que a cosa de quatro leguas de aqui ay un lugar llamado Aldea de Centenera, que tambien ay otra yglesia fundada como esta en un egido. La dha. yglesia del Carrascal tenia una casa con su horno en que vivia el que cuidaba de dha. yglesia, y se le pagaba su salario, tambien tenia la yglesia junto asi una cerca bastante grande que se solia sembrar garbanzos o forraje, y era propia de dha. yglesia, y en septiembre de mill setecientos setenta y siete para quando fue la Reyna de Portugal a Madrid a ver a su hermano, el rey don Carlos tercero (q D., guarde) por orden del corregidor y Alcaide maior de Trujillo, se llevaron la piedra de dha. casa y cerca con que para 169 Se trata de la imagen medieval de Ntra. Sra. con el Niño, obra de principios del siglo XIV, situada en una capilla del lado del Evangelio en la parroquia de Aldea de Trujillo, antes Aldea del Obispo. Véase RAMOS, 1997, 385-405.
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componer los caminos por donde avia de pasar la dha. Reyna, que en el camino real que ba porcima se hizo una buena calzada con esta piedra y aun hubieran desbaratado toda la yglesia y su sacristia que tiene bobedas, a no averme opuesto yo. La dha yglesia esta fundada entre el lugar de Malpartida y otro lugar llamado las Casas de D. Lucas, que todavia se conoce en el mismo camino. En las quentas que se tomaron el año de mill seiscientos quarenta y seis al mayordomo de Ntra. Sra. del Carrascal, que pasaron ante Alonso Calderon, notario de Trujillo, se le entrego la cantidad de quinientos maravedis que annualmente pagaba doña Juana de Santa Cruz, por razon de aceite para la lampara de Ntra. Sra. del Carrrascal; y creo esta cargado sobre la dehesa de la Viciosa; los herederos desta doña Juana son los señores don Franco y don Diego Zarate, vecinos actuales de Trujillo; la escriptura se halla en la escribania de don Pedro Paez, escribano de Trujillo. El Santisimo Christo de la Salud170 que se halla colocado en su altar en esta yglesia parroquial de Aldea del Obispo; al lado del Evangelio, estaba antiguamente en la yglesia matriz de Santa Maria del Carrascal; vivia en dho. Carrascal un negro llamado Antonio de la Cruz, hombre mui valiente, el qual se halla pintado en un quadrito junto al dho. altar, este tenia grande devocion con el dho. Santisimo Christo y con especialidad desde que unos serranos le tiraron un balazo, y aunque la herida fue mortal, segun la tradicion y piedad christiana sano repentinamente aviendose encomendado mui deveras al dho. Santisimo Christo, por lo que le cuido siempre en su altar asta que murio; y el producto que iba saliendo de unas cabras que compro, se invirtio en donarle el retablo que tiene; y lo que sobro se utilizo para la obra que se hizo en esta yglesia parroquial desta Aldea; y ultimamente lo que produjeron asta que se acabaron todas que fue el año de mill setecientos setenta y siete. Estas noticias estan firmadas en la Aldea del Obispo, en septiembre de 1780, por don Ignacio Gómez Chamizo”. (Literal)171. La iglesia parroquial de Santa María del Carrascal, fue matriz de la iglesia de La Aldea del Obispo y villa de Torrecillas, se dejó de celebrar 170 Es el Crucificado de madera, de discreta factura, que presenta llaga en el costado derecho y paño de pureza con amplio nudo en el izquierdo; obra del siglo XVIII, situado en el presbiterio de la parroquia de Aldea de Trujillo. 171 Libro Becerro de la yglesia parroquial de Aldea del Obispo, en donde se dan noticias de la iglesia del Carrascal, 1780, fol. 3. Archivo Parroquia de Aldea de Trujillo.
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misa cuando ejercía su ministerio el párroco don Ignacio Gómez Chamizo, y que según el vulgo popular, el motivo fue haber hallado en la casa que estaba junto a la iglesia a un hombre muerto, tendido en el suelo, con unos cordeles en la garganta, indicios de haberlo ahorcado. Se dio sepultura en la iglesia del Carrascal. Los bienes muebles procedentes de esta iglesia se trasladaron a las parroquias de La Aldea del Obispo y a la de la villa de Torrecillas, tales como un cáliz, las ampollas de plata de los santos óleos, la pila bautismal, una cruz de plata de la manga, una campana mediana con una inscripción: “POR VUESTROS DEVOTOS ROGAD VIRGEN DEL CARRASCAL”, del año 1642, la imagen medieval de Nuestra Señora del Carrascal y un Crucificado, que preside actualmente el altar mayor de la iglesia de La Aldea del Obispo. El lugar del Carrascal estaba poblado. Las causas que influyeron en la despoblación de aquel lugar no se sabe con certeza, aunque nos inclinamos a que fuese la causa los pocos arbitrios de tierras para sus labores y ganados, dado que en aquel tiempo los serranos estaban apoderados de todas las tierras para aplastarlas con sus ganados lanares172. Tal y como ocurriese en otros lugares cercanos como en Torreaguda, vecinos que también concurrían como feligreses a la iglesia parroquial del Carrascal. El conjunto de edificaciones de la dehesa del Carrascal se cercó por un muro a finales del siglo XIX173. La iglesia del Carrascal estaba anexa a una casa solariega, con su horno, y una cerca destinada a la siembra, y que era propia de dicha iglesia. En el mes de septiembre del año 1777, cuando fue la reina viuda de Portugal a Madrid a ver a su hermano el rey don Carlos III por orden del corregidor y alcalde mayor de Trujillo, se llevaron la piedra de dicha casa y cerca, para componer los caminos por donde avía de pasar la reina, que en el camino real cercano, se hizo una buena calzada con dicha piedra. En el territorio de Torrecillas de la Tiesa se encuentra la casa fuerte de La Carmonilla. El Interrogatorio de 1798 nos refiere: “De la charca y abrevadero de los ganados de esta villa, a la hizquierda, sale el camino que va a la villa de Garzias, tres leguas distante de esta villa, que tiene su situazión 172 GARCÍA SÁNCHEZ, 2002, 87. 173 Sobre la concesión de murar parte de la dehesa "El Carrascal"; otro de varias obras para remediar el paro obrero; otros sobre obras en las casas números 9 y 11 de la calle García. Años 1.888, 95 y 98. Archivo Municipal de Trujillo, 7-1-948-4.
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también al mediodía en un alto de sierra de qujíos y robles, la que tiene su pozo de nieve en lo má alto, después, siguiendo esta derrota a la misma charca, sale el camino de la villa de Madroñera, de señorío incógnito para le que lo expresa, que no tiene ziencia ni conozimiento de ella, y sólo puede dezir que a la hizquierda mano del dicho camino está la fuente Blanca, así llamada, a la derecha el arroyo Tozo, que naze de los zerros de Guañispedros, Cañadas Frías y sus fuentes, y va zircundando el término de Torrezillas hasta introduzirse en los montes nombrados de Truxillo y a esta mano tiene el palazio llamado de Carmonilla, que oy posehe el Señor Conde de Cobleza, y un poco más abajo, junto al cordel, está el pozito que llaman de Carmonilla, abudante de aguas y con pilas para lavar la ropa los caseros del palazio y vezinos de Torrezillas, de agua herrumbrosa y que haze jabonaduras y siguiendo dicho arroyo, hazia abajo, está un puente, que tiene al camino de Truxillo y los palazios caídos del Marqués de San Juan, Altamiranos y Marqués de Lorenzana y un molino que suele en primavera, quando el agua es mucha, moler poco y an quedado vestigios de dos o tres zercas de pan llevar de dichos señores”174. Una de las fuentes documentales que mayor información nos aporta acerca de las casas de campo trujillanas a mediados del siglo XIX es Pascual Madoz en su Diccionario Geográfico – histórico – estadístico de España y sus posesiones de Ultramar, en el que refiriéndose a la ciudad de Trujillo nos habla de las siguientes: “(…) las casas de campo de las Infantas, los Llanos, Mohedilla, Palacio Viejo, Torreherrera, Torremuriel, Gironda, Bañis Pedro, Carmonilla, Casarones de Tozo, en la que hay indicios de antigua población, Merlinejo, Carrascal del Marqués de Campo Real, en donde se halla establecida la primera parada de postas de Trujillo a Madrid, Torreaguda, construida recientemente, Bonilleja, Burdallo, Casa de doña Catalina, Casillas, Pozuelo, Cantera, Galocha, Provisoras, Casa de Cascos, Rongil, Magasquilla, Martín-Rubio, Venta de la Matilla, Matilla, Matilla del Rollar, Matilla de los Almendros, Solanilla y Coronada, contigua a un antiguo convento de templarios (…)”175. Continúa indicándonos que ”existen buenos edificios fueron levantados también en la Labranza de Carmonilla, con una “muy cómoda habitación”176. 174 LÓPEZ, 1991, 432. 175 MADOZ, edición 1945, tomo IV, 207. Vid. MALDONADO ESCRIBANO, 2006, 410. 176 MADOZ, 1945, Tomo II, 186, Voz “Carmonilla (Labranza de)”.
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La casa fuerte de La Carmonilla está construida con mampostería y sillería en las esquinas y zonas nobles, tiene dos plantas y doblao, con dimensiones generosas en alguno de sus salones y tiene escalera principal artística de cantería. Se accede al interior mediante un arco de medio punto con dovelas, paramento de sillería que está enmarcado por un alfiz moldurado que actualmente acoge a un azulejo con la representación de la guadalupana de México, pero que en sus orígenes debió tener un escudo del linaje que habitó esta casa. La casa es de planta rectangular. Aunque su volumen parece constituir un bloque unitario, podemos advertir que la parte septentrional está añadida o reformada con posterioridad a la fábrica primitiva. La explotación dispone de otras dependencias anejas: cuadra, pajares y tinado. Conforme a la tipología extendida en las casas de la tierra trujillana es obra de la primera mitad del siglo XVI.
Casa del Carrascal
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Vista general
Iglesia
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La casa-palacio
Casa de La Carmonilla
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Entrada principal
Detalle de los vanos
Marcas de cantero y escudo
BalcoĚ n principal
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Portada interior, arco de medio punto
Escalera artiĚ stica
Ventana
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4.- Los puentes Estudio histórico-artístico de los puentes que se encuentran en el término municipal de Torrecillas de la Tiesa son interesantes obras de ingeniería y elementos de arquitectura vernácula que han servido de unión entre distintas culturas y han facilitado el paso de tropas, ganados trashumantes, a lo largo de la historia pudiendo salvar el obstáculo natural de los ríos. Es importante la puesta en valor de este tipo de obras de ingeniería en los trazados de este territorio que ha desempeñado un papel importante en la historia de Extremadura, teniendo a Trujillo como la capital del Partido de su nombre, la mayor de las entidades de la Antigua Provincia de Salamanca que se escindieron de la misma para formar en 1653 la Provincia de Extremadura, crisol de culturas que han dejado su impronta en la ciudad y su tierra; y paso obligado de las cañadas de ganado de la Mesta desde su creación el 2 de septiembre de 1273 durante el reinado de Alfonso X entre las que destacamos las llamadas “cañadas ilustradas”, recorridas por los Alcaldes Entregadores de la Mesta, detalladas por los apeos del siglo XVIII y por las descripciones de los Visitadores Extraordinarios del siglo XIX, concretamente la Cañada Real de la Plata, Mozárabe o de La Vizana que con 500 km de longitud parte del norte de la provincia de León y llega hasta Trujillo y la Cañada Real Leonesa Occidental con una longitud de 700 km nace en las montañas de León y llega hasta Segura de León (Badajoz). Algunos de los puentes más interesantes se encuentran en el territorio de Torrecillas de la Tiesa. Trujillo ejerció un férreo señorío jurisdiccional sobre sus aldeas, que eran 22 en el año 1485, año en el que ya se había separado de Trujillo las tierras del monasterio de Guadalupe y villas como Cabañas del Castillo y Orellana la Vieja. Algunos de estos puentes han sido considerados por otros autores de procedencia romana, esto ha conducido a errores en muchas ocasiones al calificar como romanas obras que fueron construidas en el Medievo, no realizándose ya construcciones con el típico almohadillado de los sillares romanos, siendo la labra más tosca y utilizándose sillarejo. La bóveda de cañón y el arco de medio punto resultaron ingeniosos por su sencillez de diseño, replanteo y construcción pues apenas con un cordel y un punto fijo era posible su trazado, sin incorporar a él más variable que el valor del radio. Su resistencia resultaba muy satisfactoria al acuñarse las dovelas entre sí favoreciéndola transmisión de las cargas verticalmente a los apoyos. 138
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El arco de medio punto se convirtió para los romanos en el elemento constructivo más utilizado, aunque también utilizaron el arco rebajado, sobre todo, durante el imperio de Trajano. Otras de las aportaciones principales fue el hormigón, capaz de fraguar bajo el agua, y materiales como piedras de granito y ladrillos. Los romanos buscaron emplazamientos correctos para construir puentes, para cimentar las pilas y los estribos. Una cimentación sólida y un diseño adecuado de las pilas, planteando apoyos y adosando tajamares en la zona inferior para evitar el impacto frontal de las aguas en los paramentos aguas arriba, desviándolas hacia los vanos. También se construyen arquillos de aligeramiento que consistían en pequeñas bóvedas que atravesarían la fábrica de los tímpanos –sobre las pilas- transversalmente y de parte a parte para aumentar la sección de desagüe. La anchura de las bóvedas de los puentes medievales es inferior a la de los romanos, y frecuentaban las bóvedas ojivales o de medio punto con la clave ligeramente apuntada. Del mismo modo que las bóvedas ojivales, características de la arquitectura de la Baja Edad Media, convivieron con las de cañón hasta el siglo XV. Los puentes romanos suelen tener un perfil horizontal, mientras que en los medievales suele ser alomado. Además, los romanos construían tajamares sin sombrerete en su parte superior y si se encuentra algún sombrerete en algún puente romano, es un añadido de épocas posteriores. Además, se optó en muchos casos por elevar los tajamares hasta el nivel de la rasante, ocasionado desahogos puntuales que se denominaron apartaderos, ya que permitían el cruce sobre el exiguo tablero del puente. Generalmente, es a partir del siglo XV cuando se lleva a cabo la mayor construcción de puentes en Extremadura bajo iniciativa de los reyes y del Cabildo, cobrando el portazgo y sufragando los costes de las obras, encontrándonos en algunos puentes medievales con marcas de cantero, además, en algunos puentes medievales existen huecos en las bóvedas, para el apoyo de la cimbra, mientras que en los puentes romanos no existían estos agujeros que se suelen encontrar en las primeras hiladas de las bóvedas. 1.- Puente del Cardenal (Puente sobre el río Almonte) En el antiguo camino real de Madrid a Badajoz, marcando el propio río Almonte el límite entre los términos de Jaraicejo y Torrecillas de la Tiesa, en una zona montuosa y elevada, regada por el río Almonte, a la altura 139
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del kilómetro 229,8 de la CN.-V, se alza un magnífico puente construido bajo el episcopado de don Juan de Carvajal, Cardenal de Sant`Angelo, Obispo de Plasencia y señor de la villa de Jaraicejo177. Se encargó de la construcción el maestro cantero Pedro González, vecino de Plasencia, en el año 1440, que actuaba como maestro mayor de las obras del obispado178; y cuyo objetivo era facilitar la circulación del ganado trashumante por la Cañada Real Leonesa Occidental. Aguas arriba de este puente se construyó en el siglo XX el puente de la N-V y en los años 90 del siglo XX, el puente de la Autovía A-5. Los tres puentes están ubicados en menos de 1 km. Es un singular puente que se tiende sobre el vasto cauce del río Almonte. Desde hace muchos años está fuera de servicio, pero su cuidada fábrica recuerda pasadas grandezas y sugiere usos y actividades fluviales en su descendedero, sus bancos y sus elementos decorativos. Aunque su construcción data del siglo XV pudo realizarse sobre los restos de un puente romano anterior, como parecen atestiguar algunos sillares situados en las bases de las pilas y de dos de los arcos extremos. En la primera fase de construcción del año 1440 se ejecutaron tres bóvedas. Según un documento manuscrito que se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid, se debió a la iniciativa del Cardenal de Sant´Angelo don Juan de Carvajal, y Obispo de Plasencia, pues la obra era considerada “bien necesaria”. Los Reyes Católicos ordenaron una reparación del puente en el año 1493 con un presupuesto de 20.000 maravedíes179, expidiendo una “Comisión al corregidor de Trujillo autorizándole a cobrar los 20.000 maravedíes que ofrece el concejo de la Mesta para ayudar a la reparación del puente de Jaraicejo sobre el río Monte, y que lo restante del importe de la obra se cobre, por reparto, de los concejos comarcanos y personas heredadas de la comarca que utilizan dicho puente”180. El recuerdo del Obispo don Juan de Carvajal quedó patente en un templete con dos hornacinas en arco carpanel y molduras góticas, con escudo episcopal de Carvajal. Precisamente, en Jaraicejo se construyó durante el episcopado del citado Cardenal la residencia temporal de los obispos en sus 177 BENAVIDES CHECA, 1907, 36. 178 “Del puente sobre el Almonte, entre Jaraicejo y Trujillo, nos habla un documento pontificio del año 1462, con fecha 30 abril de dicho año, prohíbe Pío II la imposición de tasas, tributos o pedajes a los que hagan uso del citado puente”. GÓMEZ CANEDO, 1947, IV, 42. 179 DOMÍNGUEZ GARCÍA y RIVERA RUBIO, 2008, 204. 180 Archivo General de Simancas, 1494, folios 56 63.
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visitas a esta villa. En la fachada campea un escudo con un águila de alas explayadas, es el linaje de los Sande (en recuerdo de don Bernardino de Carvajal y Sande, Obispo de Plasencia que acondicionó este edificio entre 1521- 1523) y es semejante al escudo existente en el templete del puente. Juan de Carvajal residiendo en Roma, confió la administración de sus bienes y rentas a personas de su confianza, tal fue el caso de su paisano Juan de Rodas al que envió a España con “poder absoluto de gastar toda la renta del obispado en oficios honrosos ynecesarios en este obispado y en Trujillo, tierra del dicho cardenal. El cual Juan de Rodas, con la renta del dicho obispo, hizo la puente sobre el río Tajo, que llaman del cardenal, entre Trujillo y Plasencia, y la puente en el río del Monte, entre Trujillo y Jaraicejo”181. El paso por este puente siempre estuvo exento del impuesto o tributo de portazgo, pues en este puente convergen el camino real de Madrid a Badajoz y un ramal de la Cañada Real Leonesa Occidental. En una sobrecarta expedida en Medina del Campo, en el mes de marzo del año 1494, por petición del Concejo de la Mesta, se ordenó al corregidor de Trujillo que recaudarse las cantidades repartidas “acerca de la reconstrucción de un arco del puente de Jaraicejo en el río que dicen del Monte”. Pero debido a las importantes avenidas y el mucho caudal se tuvo que ensanchar el cauce en su margen izquierda, según reza en la respuesta al interrogatorio de Tomás López que se informó que: “Atraviesa por mediodía de este pueblo, el camino real de Madrid a Lisboa tiene en el mismo, sobre el río Almonte, un puente, mitad de esta jurisdicción y mitad de Truxillo, en la que se hallan las armas de aquella ciudad, las de Su Majestad en las del Obispo de Plasencia, con las de los Cavalleros Escovares, por rematar la puente en tierra suia. Fue fundado desde el año mil seiscientos treinta y quatro, hasta el de mil seiscientos treinta y siete; fue el maestro de este puente Lucas González de la Gándara, reinando don Felipe IV”182. 181 MUÑOZ DE SAN PEDRO, 1952, 40. 182 LÓPEZ, Interrogatorio, respuesta 4ª, p. 253. El interrogatorio como instrumento de información ha sido ampliamente utilizado por los gobernantes desde los primeros tiempos de la Edad Moderna, como un medio de información y conocimiento de los distintos territorios. Hacia 1766, Tomás López, a la vista de las dificultades que encontraba para la formación de los mapas de las distintas provincias de España, se dirigió oficialmente, con autorización del ministro correspondiente, a los obispos, curas párrocos y funcionarios civiles, enviándoles un cuestionario de 15 preguntas en el que se les solicitaban datos relativos a sus diócesis o parroquias. El interrogatorio, cuya finalidad era atesorar una amplísima información de todos los lugares de España, era muy minucioso al tener que atender a una gran diversidad de aspectos. Se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid, como la mayoría de la documentación existente de Tomás López. Vid. RODRÍGUEZ CANCHO y BARRIENTOS ALFAGEME, 1996.
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En el año 1634 se completa el puente con la construcción de nuevos arcos, en total diez, fecha en la cual se realiza la construcción de un templete y una rampa de mano por parte de Lucas González de la Gándara, obras que finaliza en el año 1639. Por tanto, es un puente de planta recta y perfil horizontal, fábrica de sillería de nueve bóvedas de cañón y rasante horizontal de 10 m, tiene una longitud total de 150 m. Parte de la calzada conserva sillares de granito, también el pretil está construido con losas regulares de cantería. Podemos dividir el puente en dos partes, según las fases constructivas del mismo, en la margen derecha se encuentran tres bóvedas, dos arcos de medio punto y una de arco escarzano, correspondientes a la obra del siglo XV. En la margen izquierda hay seis bóvedas con arcos de medio punto y rebajadas, correspondientes a la obra ejecutada en el siglo XVII. Todas construidas con sillares de granito. Como particularidad se aprecian en la fábrica, pilas y tajamares en dos tramos, el primero presenta tajamares de planta triangular y sombreretes gallonados, y el segundo grupo es de planta semicircular. Por otra parte, el descendedero muestra aún una gran parte del que fuera cuidadoso empedrado regular. También son destacables el conjunto central de escudos y el de nichos, los tímpanos de las bóvedas son macizos formados por sillares de granito y los estribos, de sillares de granito, son rectangulares. El templete contaba con dos hornacinas con arcos carpaneles, con motivos decorativos y una cruz grabada en la enjuta. Destacaba otra hornacina con el escudo episcopal de Carvajal (fue robada en el año 1995). Destacamos el templete compuesto por dos cuerpos y un frontón triangular en cuyo centro hay una inscripción: “REYNAN/DO LA CATOL/ MAGESTAD DE PHEL/IPE III GRAN REI DE LAS ESPA/ÑAS. AÑO 1639”. En la parte inferior un cuerpo con águila pasmada en el escudo de Felipe IV y en la zona inferior del templete destaca el escudo de Trujillo (Virgen con Niño entre dos torres); otro escudo al lado del anterior, cuartelado en cruz: 1º, dos lobos pasantes, al palo, que es Cárdenas, cortado de ondas marinas y tres rocas, en faja, sumadas de una rama de ortiga de siete hojas, que es Fajardo; y por bordura seis ramas de encina, de los Carvajal; 2º, un águila de alas explayadas, que es Sande; 3º, quince jaqueles, en palo, los pares cargados con dos fajas, que es Ulloa; y , 4º, cuatro ondas marinas, que es Vargas; y por bordura, ocho calderos de Calderón. Frente al templete, un estribo en rampa, de argamasa y pizarra, con suelo y pretil 142
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de piedra de cantería. El puente está construido con sillares de granito y se compone de diez arcos de medio punto. Cuenta con tajamares de forma semicilíndrica hasta media altura, y prismáticos los contra tajamares. La calzada, limitada por un grueso pretil, y que aún se conserva el material original a base de cantos rodados. Lucas de Salas, en un viaje que realizó por estas tierras, envió a Campomanes copia de la inscripción del puente y se la envió a la Corte: “El puente es de piedra con 10 ojos, según pude reconocer a la ida y a la vuelta, porque en ambas ocasiones le pase por la mañana, y se dividen las jurisdicciones de Jaraicejo y Trujillo”183. También, Antonio Ponz, elogió al cardenal el puente en su Viage: “En consideración al suntuoso puente, llamado del “Cardenal”, que costeó, y mandó fabricar sobre el Tajo en el camino desde Plasencia a Truxillo, y otro en el río Almonte, desde Xaraycejo, hasta la misma ciudad de Truxillo, obras una y otra, que compiten con las del mejor tiempo de Roma”184. Según un informe del año 1764, el cruce del río Almonte, con pendientes pronunciadas, era expuesto en las bajadas hasta alcanzar el puente, y muy fatigoso en las subidas. Los carros tenían que quitar las cargas, cambiar el tiro por bueyes, atar las ruedas y mantener con cuerdas el descenso para no precipitarse, operación realizada en Jaraicejo185. El puente fue elogiado por Pascual Madoz como un excelente paso de merinas y ganado de tránsito, de buena arquitectura, todo de sillería con un magnífico estribo186. La última reparación tuvo lugar en el año 1992. Un año antes había sido declarado por la Consejería de Educación y Cultura como Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento (DOE, número 23, de 26 de marzo de 1991). 2.- Puente del arroyo Pizarrosillo El Puente del Pizarrosillo recibe su nombre del arroyo sobre el que se presenta, el arroyo del Pizarrosillo. Se encuentra a tres kilómetros al norte del 183 RODRÍGUEZ AMAYA, 1948, 222. 184 PONZ, Tomo VIII, 1784 (Vid. ed. 1983, 129). 185 Archivo General de Simancas, SS. Hacienda, leg. 921. Informe de don Juan Gregorio de Muniaín al Marqués de Esquilache, 1764. Cit. CRUZ VILLALÓN, 2014, 175. 186 MADOZ, ed. de 1945.
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municipio de Torrecillas de la Tiesa. Se trata de un puente recto con perfil alomado y dos vanos de medio punto de desigual luz. La bóveda mayor es de medio punto y la bóveda menor se muestra hoy en día como una bóveda de tres radios (radio mayor en la clave y menores en los riñones de la bóveda). Tanto las bóvedas, como las boquillas y los macizos tímpanos están construidos con mampostería de pizarra. Presenta en su cara de aguas arriba un tajamar de planta triangular con sombrerete tetraédrico, también del mismo material. Puente de plataforma estrecha realizada con fragmentos de pizarra y pretiles de mampostería de pizarra. Los estribos son rectangulares, con muros en prolongación recta de los muros de los tímpanos. Por su tipología fechamos esta obra en la segunda mitad del siglo XV. Se encuentra en muy mal estado de conservación. 3.- Puente del Labradillo Este puente se encuentra sobre el río Merlinejo en el antiguo camino de Trujillo a Torrecillas de la Tiesa, en la Dehesa de Labradillo. Fue restaurado a mediados del siglo XX. La obra original constaba de cuatro vanos apoyados sobre pilastras de mampostería granítica. En la actualidad, solo dos de las tres pilastras centrales, las que caen en el centro del cauce, tienen tajamares triangulares del lado aguas arriba187. 4.- Puente de los Casarones, sobre el río Tozo Se ubica en el camino medieval que discurría sobre su antecesor romano, trazado entre Trujillo-Torrecillas–Deleitosa, para cruzar la Sierra de las Villuercas al noreste de esta última localidad. El puente se construyó sobre el río Tozo, al suroeste de la localidad de Torrecillas de la Tiesa, próximo al Cortijo de “Los Casarones”, despoblado situado el camino que va a Trujillo, en el margen derecha del río Tozo. Estamos de acuerdo con la opinión fidedigna de Jiménez Valdós que fecha esta obra de ingeniería en el año 1565, obra del arquitecto trujillano Sancho de Cabrera188. Este puente tiene perfil longitudinal alomado, en su estado originario se componía inicialmente de cuatro arcos de medio punto, sirviendo los dos arcos extremos de aliviadero, si bien en la actualidad éstos han sido 187 JIMÉNEZ VALDÓS, 2017, capítulo 26. 188 JIMÉNEZ VALDÓS, 2017, cap. 31, 3.
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destruidos por avenidas del río, conservando solamente los dos arcos mayores, construidos en sillería de granito y mampostería con grauvacas de río, y posee un tajamar triangular. A un Pueblo: Torrecillas de la Tiesa A un pueblo: Torrecillas de la Tiesa Con extraño apellido. Donde jugué a peonzas y bailes. Hoy puedo demostrar que al lado de tu nombre vale cualquier palabra si se vive con ella. Pero nunca pronuncio tu apellido en asfaltos que ignora cómo extienden la mies solanas sin umbrías. No puedo decir Tiesa ensombras que no saben de surcos o de liebres y te confunden la llanura. Así de lejos sólo te llamo Torrecillas. No es preciso que explique tus campanas y tus cigüeñas. Tomás Gil Redondo (“Retales”, Madrid, 1995, p.23)
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Puente sobre el riĚ o Almonte (Puente del Cardenal)
Vista general
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Detalle
Tajamar cilíndrico
Tajamar prismático
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Contratajamar
Calzada
Templete
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Hornacinas, templete
Frontón con inscripción
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Escudo de Felipe IV.
Escudo de Trujillo
Pretil
Puente del Arroyo Pizarrosillo, Torrecillas de la Tiesa
Escudo cuartelado de Carvajal
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Calzada y pretiles
Detalle de una de las boĚ vedas
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El puente del labradillo
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Puente de Carmonilla
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Puente de las Casas del Tozo, siglo XVI
Puente de los Casarones
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Puente sobre el Tozo Torrecillas
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Puente sobre el Tozo de Torrecillas de la Tiesa, Sancho de Cabrera
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IV.- TRADICIONES POPULARES
1.- Fiesta del Labrador El día 22 de febrero se celebra la Fiesta del Labrador, una tradición que se remonta a los hechos milagrosos acontecidos el 22 de febrero de 1944, y que según un relato del entonces párroco don Victoriano Arnés, son los siguientes: “Era el 13 de febrero de 1944, en vista de que la pertinaz sequía amenazaba con la pérdida completa de las cosechas, siendo como es natural, la ruina de los torrecillanos. Los invité en la plática de la misa parroquial de este día a hacer una rogativa de nueve días a la Sima. Virgen de los Remedios, conocida con el nombre “de las tres manos” para que nos enviara el rocío celestial y el agua necesaria para que las cosechas no se perdieran. Con gran asistencia de devotos se celebró la rogativa de nueve días con devoción y esperanza de los torrecillanos en que sus súplicas serian escuchadas. El día 21 y último de las rogativas, a las 2.30 de la tarde da comienzo la novena y acto seguido la procesión por los campos (tres horas de recorrido) con un sol que abrasaba y polvo agobiante, marchaban en silencio, sólo interrumpido por el canto de unas coplas pidiendo el agua, termina a las seis de la tarde con el tiempo despejado y sin una nube. A las siete de la tarde, hora en que se salía de la iglesia se divisaba la barra plasenciana diciéndole los lugareños, “no tardará en llover o nevar, la Virgen no nos engaña”. El sacerdote se acostó decepcionado y desesperado, más que nada por la fe de esta pobre gente. A las seis de la mañana del 22, martes de Carnaval, llaman a la puerta de una manera alarmante, creyendo fuera para administrar alguno de los últimos sacramentos, se levantó para ver quién era. Era la encargada de la 159
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limpieza de la Parroquia, Vicenta Mateos Martín, la cual iba a comunicarle que el milagro había obrado, “Sr. Cura, levántese usted, que está todo de nieve”, y aquí comienza lo extraordinario, se tocan las campanas y todos sin excepción dirigen los pasos hacia el mismo lugar, a la iglesia, a dar las gracias a la Reina, Madre y Señora de Torrecillas. A las 10.30 de la mañana se celebra misa cantada con gran devoción, continuaba lloviendo y nevando al mismo tiempo. Los vecinos del pueblo pidieron una procesión, y el cura les contestó: “Pero si está lloviendo”. “No importa”, le contestaron. “A la Virgen se le arropa y nosotros a calarnos”, así se hizo. Gracias a la Virgen, fue una realidad consoladora’”. Hoy día la fiesta sigue manteniéndose aunque, acorde con los tiempos, celebrándose novena y Misa Mayor. Este día, antiguamente los quintos, (hombres que cumplían la edad para hacer el servicio militar obligatorio- la mili-) iban con un pañuelo al cuello bordado por sus novias; cada quinto aportaba un gallo que ataban en una cuerda para que al pasar corriendo a caballo, el quinto tirara del cuello del animal, debilitándolo poco a poco hasta que en uno de esos lances, un “afortunado” lograra arrancar la cabeza al animal. En sus inicios se hacía con el animal vivo. El vocablo quinto proviene de la contribución de sangre u obligación que Juan II de Castilla impuso en el siglo XV entre sus súbditos, según la cual uno de cada cinco varones de cada localidad debía servir en el ejército, práctica que retomó Felipe V en el XVIII por Real Orden de 7 de marzo de 1705. Así pues, era llamado quinto el joven que al cumplir la mayoría de edad debía acometer dicha obligación. Y aunque este deber u obligación ha desaparecido actualmente en España, la práctica de los gallos ha pasado a los mozos o jóvenes que igualmente cumplen esa mayoría durante el año, de ahí que tal costumbre haya sido considerada por muchos estudiosos como un rito de paso y aceptada en gran número de sociedades como un acto obligatorio de iniciación que lleva implícito determinado número de pruebas de valor, fuerza, destreza, etc. como requisito imprescindible para ser considerado una persona adulta, para pasar de un estatus inferior a otro superior. Una de estas pruebas de agilidad y pericia sería la ancestral costumbre de correr los gallos, presente en algunas localidades extremeñas189. 189 RODRÍGUEZ PLASENCIA, 2013.
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Festividad en la que participan hombres y mujeres y el gallo que pende de la cuerda se coloca ya muerto. En esta costumbre, la táctica o manera más común era y es enterrar en el suelo o colgar uno o más gallos vivos —en algunos ámbitos actualmente se les pende ya muertos— de una cuerda tendida entre dos puntos, bajo la cual pasan los mozos a caballo. La fiesta de los gallos, que actualmente es casi exclusiva de los mozos, fue también un divertimiento para escolares en Carnestolendas, que se ejecutaba, como hoy, enterrando un gallo, dejando solamente fuera la cabeza y el pescuezo para que los colegiales, vendados los ojos, tratasen de descabezarlos con una espada. Numerosas son las interpretaciones que de esta costumbre de correr los gallos se han dado. Hay autores que creen que este rito es de origen celta, como una muestra de valor donde los jóvenes ponían a prueba su destreza en el manejo del caballo de cara al combate, a la vez que el de la lanza o la espada en liza con un imaginario enemigo. Lo que parece menos probable es que los jóvenes celtas utilizaran sus habilidades para decapitar a los gallos. Bien es cierto que esta cultura empleó la figura del gallo como protagonista ornamental de un modo frecuente y repetido y que ese animal era tenido como mensajero del mundo inferior, símbolo de la seguridad y la protección, capaz de ahuyentar a los fantasmas y demonios y de transportar las almas de los soldados caídos en el combate al más allá, pero también es cierto que tanto el pollo, como el gallo o la gallina eran animales venerados por ellos y que su carne no podía comerse, tal y como hacen, por ejemplo, los mozos extremeños una vez concluido el lance de la decapitación. Otros investigadores señalan como origen de esta fiesta a la Equiria, un festival romano en honor al dios Marte que se celebraba el 27 de febrero y el 14 de marzo. Su desarrollo estaba vinculado a la preparación de las próximas campañas militares. Se celebraba en el Campo de Marte y el símbolo dominante en este ritual era el valor y la destreza física cuyo máximo exponente se reflejaba en las carreras de caballos190. Otra interpretación bastante extendida es la que relaciona la ceremonia de los gallos con un antiguo ritual destinado a procurar la fertilidad de la tierra por medio de la sangre del gallo, como sustituto del antiguo rey del territorio, que debía ser ejecutado para que no se volviera estéril y diera 190 Según estudios de RODRÍGUEZ PLASENCIA, 2013.
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sus frutos regularmente191. El gallo es un elemento simbólico, que para unos encarna la etapa del ciclo vital que el quinto o mozo debe superar para convertirse en adulto y para otros sintetiza todo lo malo y negativo de la comunidad; ciclo vital y purificación que se alcanza cuando el gallo muere… Igualmente se ha tenido al gallo como espíritu del cereal, pues fue una creencia muy generalizada en toda Europa que las plantas —y entre ellas las mieses— estaban animadas por una fuerza o espíritu que favorecía o animaba su crecimiento y su productividad. También existe la interpretación según la cual el gallo era uno de los animales que en una amplia zona de Europa simbolizaba un espíritu maligno que se refugiaba en las mieses y que era necesario combatir simbólicamente como forma de asegurar una buena cosecha, así como protegerla, lo cual puede aportar una nueva perspectiva que se añade al rito, pues aparte del claro componente de iniciación se le suma, enriqueciéndolo, este otro componente simbólico de fertilidad-productividad192. Costumbre que ha arraigado en varias localidades extremeñas como es el caso de Torrecillas de la Tiesa y que aún pervive durante el carnaval.
2.- Fiesta a San Gregorio Esta fiesta en honor al santo se celebra el 9 de mayo y es festejada en honor a una gran plaga de langostas que azotó al pueblo. Los vecinos del lugar sacaron en procesión a la Virgen para intentar un nuevo milagro que se produjo, pues a la mañana siguiente habían muerto las langostas. La cita se celebra en conmemoración a la Virgen de los Remedios, haciendo una rogativas a la Patrona, llevándola en procesión por el municipio. Se celebra la misa cantada, al término de ésta se saca la Virgen en procesión, de regreso a la iglesia, en la puerta se pujan los banzos de la Virgen por aquellas personas que han hecho una promesa. En la actualidad ha perdido vigencia. Con anterioridad se realizaba un baile en casa de “tía Plácida”, y por la tarde un ofertorio que consistía en las ofrendas que los 191 BARROSO, 1994, 53. 192 BENITO RIESEO, 2006.
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devotos hacían a la Virgen: trigo, cebada, dulces y frutas, que se subastarán entre los asistentes a la vez que si van bailando las jotas típicas. Todo lo que se recaudaba era para la Virgen. Estas fiestas duraban antes tres días, San Gregorio, San Gregorino y el más chiquinino.
3.- Fiestas de septiembre. Se celebran entre los días 7 al 12 de septiembre las fiestas patronales “Guadalupe” en honor a la Virgen de los Remedios. Se realiza una procesión, celebraciones eucarísticas, hay actividades lúdicas y culturales para todas las edades, capeas y verbena en la Plaza Mayor. El último día se organiza un almuerzo para degustar la carne de las vaquillas sacrificadas durante los festejos taurinos. Muchas de estas fiestas y tradiciones son relatadas en las letras de las canciones del “Grupo de Coros y Danzas Virgen de los Remedios” de Torrecillas de la Tiesa. Este grupo nace el 5 de enero del año 1982con el propósito de investigar y recuperar el folklore torrecillano y mostrar en conjunto la variedad y riqueza del extremeño. Tras iniciativa de doña Aurora Ávila que congregó a las personas que habían organizado ese día la cabalgata de Reyes. El día 10 febrero se celebró la primera asamblea donde se votó la primera junta directiva, quedando así: doña Nicolasa Mariscal Vaquero, don Antonio Murillo Campo, doña Gregoria Mariscal Gil, doña Guadalupe Calero Campo, doña Josefa Campo Montero y don Vicente Sánchez García. El encargado de legalizar la asociación fue don Alfonso Mariscal. El Festival folklórico Gregoria Mariscal se realiza en el mes de agosto junto a la semana cultural, en el cual actúan dos grupos internacionales y el grupo anfitrión adultos e infantiles. Desde su fundación, con un programa intenso de actividades, han intentado ahondar en las raíces tradicionales de este municipio extremeño y sacando del olvido danzas y coplas populares, que en otras épocas constituyeron la cotidianidad de nuestras gentes. Este grupo creó en el año 1998 su famosa danza “La Estampa Labriega”, para recordar los orígenes del municipio agricultor y ganadero, gracias a todo el material etnográfico que han ido recogiendo durante años. 163
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4.- Fiestas desaparecidas. Son muchas las fiestas y tradiciones que ya no se celebran en el municipio. Podemos destacar las celebraciones realizadas después de la típica cena familiar en Nochebuena. Se reunían los amigos en uno de sus casas y al calor de la lumbre tocaba la zambomba cantando las coplas típicas de esas fechas. Todos juntos terminaban bailando hasta altas horas de la madrugada. Los mozos iban pidiendo el aguinaldo y cuando no les daban nada cantaban: “El aguinaldo te pido no me lo has querido dar, ojalá se te secara la tripa del cagalar”. Y, por el contrario, cuando les daban algo de dinero, cantaban: “A los amos de esta casa Dios les dé mucho dinero, mucho trigo en la troje y salud que es lo primero”. Era tradición reunirse la familia, cantando y bailando en el zaguán hasta que se hacía de día. Los más jóvenes escribían sus nombres en unos trozos de papel, que después doblaban, se colocaban dentro de un sombrero y se procedía tomar suerte. Una vez que leían al nombre de quien les había correspondido, se acercaban a la casa de la “moza” y allí les invitaban. También podemos recordar las fiestas a San Antón. Fiesta de confraternización con los animales en honor de San Antón. Los mozos visten de gala a las caballerías y realizan “la vuelta de San Antón” en alegre y muy animada comparsa desde primeras horas de la mañana, llegando hasta la iglesia, donde esperan las mozas del municipio que se ataviaban con sus mejores galas. Los mozos ponían vestiduras (mantas tejidas con madroños) a las bestias, hechas por las mujeres que se dedicaban esas labores. Iban por el cordel y terminaban en el alto de la iglesia haciendo la “maná”, que lo hacen los caballos con las manos, como una reverencia. Como el ejido estaba muy cerca de la iglesia, en cuanto veían llegar a los mozos salían las mofas corriendo para ver qué es lo que hacían con los caballos, 164
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luego si van todos a la plaza del Rollo y allí cantaban y bailaban hasta finalizar la fiesta193. El traje festivo de la mujer consistía en una pollera tejida en varios y vivos colores, pololos y enaguas blancas con puntillas de bolillo y cintas rojas, medias blancas con zapatos negros de medio tacón. El jubón iba en tela negra con puntillas del mismo color, botones dorados en cuello y puños, mandil negro bordado. El pañuelo del cuello era llamado de tres cenefas o de cien colores, aprendido de dicho pañuelo, una cinta roja llamada “sígueme pollo”. Un pañuelo a la cabeza, peculiaridad que hace única a las mozas de esta localidad con respecto a toda Extremadura, además de pendientes y gargantillas doradas. El traje de diario de la mujer consistía en una falda amplia hasta media pierna, con mandil en distinto tono que la falta. Jubón predominando el negro azul marino, pañuelo al cuello pintado, zapatillas de cáñamo blancas sin medias. Pañuelo a la cabeza y encima un sombrero de paja, no lleva pendientes ni gargantilla. El traje festivo del hombre consiste en una camisa de lienzo blanca con jaretas en la pechera, abierta hasta la cintura, mangas amplias y pliegues en la espalda, enzimas usaba un chaleco negro con pequeños portados en la delantera, calzón negro de paño hasta por debajo de la rodilla, terminando con motores dorados y madroños rojos, medias blancas y zapatos negros, encima de las medias, polainas del mismo paño que el calzón con motores dorados, faja roja, sombrero de paño negro denominado “sombrero rocaor”. El traje de diario del hombre consistían pantalón largo de pana, zapatillas negras, camisa a rayas con tirilla, abierta hasta la cintura; chambra en negro con bastante amplitud, faja negra, pañuelo al cuello para sudor y sombrero de paja. La chambra en las actuaciones se solía recoger en la cintura con la faja. En uno de noviembre, lo más peculiar de la fiesta de los Santos que hemos podido recoger, era el hecho de que ese día por la tarde se juntasen los amigos y se fueran a asar castañas, más conocida entre nosotros con el nombre de “carbotes”, a la casa de uno de ellos. Se solía hacer bailache (azúcar quemada mezclada con almendras o cacahuetes) amasándolo 193 Datos recogidos en la revista "Aniversario del Grupo de Coros y Danzas Virgen de los Remedios", febrero de 1990, 14.
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y dándole forma de pirulí. Los monaguillos de la iglesia recorrían con un cesto grande de mimbre el pueblo, pidiendo para los Santos, y les daban castañas, zamboas, higos pasos o nueces. Con los higos y las nueces se hacían los “muertos” (trozos de nuez introducidos en el higo). Otra de las costumbres y tradiciones se realizaban durante el nombramiento a quintos. Los mozos que entraban en quintas se reunían por primera vez el domingo de octubre, fiesta del Rosario, a partir de esa fecha y todos los sábados del año cogían la pandereta recorriendo los bares del pueblo cantando canciones. El más pequeño en edad de la quinta llevaba la bota de vino. Un determinado recorrido cenaban cada sábado en un bar las típicas migas con patatera o torreznos. El día 16 enero, San Fulgencio, salían de casa con los perros, y las piezas casadas durante el día se repartían durante la cena. El sorteo o talleo se realizaba en el ayuntamiento, celebrándose dos días de fiesta. Al mozo que le tocaba fuera de la Península (Ceuta o Melilla) era recibido la familia, tanto desconsuelo y terminaba cantando la siguiente coplilla: “Porque me ha tocao a Melilla, me llaman el pobrecito como si Melilla fuera sepultura de los quintos”194. También se perdido la tradición de la romería el lunes de Pascua. Se partía desde la plaza del Rollo desde bien temprano, las familias se montaban en las bestias marchaban hacia los campos (Puente de Covaleda y la carretera de Madrid) cargadas con esos, chorizos y el típico bollo. Ya, caía la tarde, cada cual engalanaba con flores (tomillo, campanitas) a su montura, porque a la llegada había pique entre los mozos para de quien llevaba la bestia más adornada. Cuando llegaban al pueblo recorría las calles cantando. Se ponía fin a este día con un baile en casa de “tía Plácida”. Dentro de todas las tradiciones o costumbres desaparecidas, hemos de resaltar las que preceden a una boda. Cuando un mozo rondaba a una moza no estaba bien visto salir solos, lo suelen hacer en pandilla, cuando las 194 La revista "Aniversario" (febrero de 1990) del Grupo de Coros y Danzas de Torrecillas, lo describe. MARISCAL GIL, 2004.
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relaciones ya se formalizarán, el mozo tenía que ir a casa de la novia para hablar con el padre y pedir la entrada. Cuando se preparaba la boda, era todo un rito. El sábado, víspera de la primera amonestación, se organizaba un baile para todos los amigos. El domingo, los novios no iban a misa, porque tenían que esperar a los amigos en casa de la novia sentados a la camilla, degustando dulces y unas copas de anís, a que fueran a darles la enhorabuena. Las indicaciones asciende palabra, se iba casa por casa invitando a la ceremonia. La víspera de la boda, los novios invitaron a todos los amigos y familiares a la típica moraga, al que no invitaban a la moraga no iba la boda. Aparte de los padrinos, acompañaron a los novios en las tareas normales de una boda la “sotanovia”, que tenía la misión de ayudar a la novia con la ropa del ajuar y los recados que ésta le mandaba. También estaba la figura del “ciriero”, eran dos, e iban por parte de la novia y otro por parte del novio, los cuales pagaban el baile, después de todo el ritual, llegaba el día grande, la boda195. Los novios vestían el traje festivo sin las polainas y en los hombros se pone una capa y las mujeres vestían falda de color marrón oscura, larga hasta media pierna, mandil marrón, medias oscuras con zapatos negros, jubón negro con puntillas por el cuello y puños, botones en plateado. Un pañuelo al cuello oscuro purgado por la parte de atrás. En la cabeza llevaba un manto negro con pedrería llamado “mantellina” y una cadena al cuello con una cruz. La misa se celebraba por la mañana y después se iban todos a casa de la madrina, donde era el convite de los dulces, acto seguido se hacía el baile, donde no sólo iba los invitados sino también los muchachos del pueblo. La comida se realizaba en casa de la novia, los invitados de ella, en casa del novio los de él. La pareja de recién casados comían a mediodía en casa de la novia, y cenaban en casa del novio. Si los novios eran de clase media o alta, se mataban tres cabras, se preparaba la carne con patatas fritas y de postre escabeche, por la noche, con las patas y los callos se hacía un piso llamado “rebozado”. Si eran de clase baja, se comía cocido y escabeche. Por la tarde, a la puerta de la madrina, se hacía el ofertorio, se prepara una mesa en el centro una bandeja de melocotones y se entonaban las 195 Según publicación en la revista “Aniversario del Grupo de Coros y Danzas Virgen de los Remedios”, febrero de 1990. Vid. MARISCAL GIL, 2004.
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otras extremeñas al son de un clarinete y un tambor. Los novios tenían que bailar con todos los invitados y a medida que bailaban los iban dando la “manzana” (el regalo, dinero o trigo, etc.); la madrina les daba un melocotón, cuando se terminaba todo aquello lo que se recaudaban el ofertorio sólo llevaba la madrina su casa para hacer el recuento con los padres de los novios. La “tornaboda” consistía en realizar el desayuno en casa de la madrina. La “sotanovia” mandada por la novia, iba casa de las amigas a decir las que fueron a desayunar con ella seria. Los familiares más allegados comían con los novios y así terminaba la fiesta. Y, por último, no podemos pasar por alto “la Pela”. Torrecillas de la Tiesa fue un pueblo de esquiladores con tijeras. Se organizaban por cuadrillas y cargado una tenía de doce a catorce esquiladores además del capataz, la cocinera y el morenero el capataz informaba el total del ganado que había contratado, también se acordaba el precio que se cobraría por oveja, de cada 300 cabezas una oveja vieja. En esta localidad segunda ganado ovino por lo que cada año por la primavera se procede a la pela de las ovejas, se organiza una fiesta cuando se termina de esquilar el ganado. Tenemos constancia de la existencia de los telares en el municipio desde el siglo XVIII. Cubrían las necesidades mediante la confección artesanal de productos textiles, tanto para el servicio doméstico como para las faenas agrícolas. Lo que hizo posible la proliferación de telares en Torrecillas de la Tiesa. El libro constituye la materia prima del tejido. Su producción y tratamiento se sustentaba en un largo proceso cuyo coste lo haría inviable hoy en día. El lino quedaba hilado en novillos, listo para construir la urdiembre en el telar. El manejo del telar en una tarea compleja. Por ejemplo, las polleras se confeccionaban en los telares. Las matanzas que se realizaban años atrás teníamos algo singular, todos hacía mano porque no había máquinas como hoy en día. En las casas se mataban tres o cuatro cerdos y todos aprovechaba, desde los cursos hasta los jamones. La víspera empezaba con los preparativos, se cocían las patatas una vez cocida se pelaban y se ponen en una represa grande donde se iba marchando con un mortero. A mí se pelaban los ajos y se preparaba las cuerdas para tal o chorizos, patateras, mondejos, y se compraba todo lo necesario. Por la noche, los dueños de cada casa invitaban a la familia y vecinos a la matanza. Antes de salir el sol, los hombres preparaban la 168
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lumbre y tomaban copas de aguardiente, después se procedía matar a los cero y se los churrascaba con soplete y se procedía despiece, las mujeres preparaban las artesas donde iban poniendo lo magro, la gordura, los lomos, etc. después lo picaban y sabrán, para hacer tiempo a que la carne se tomara de los guisos, y se ponía mano a la obra comenzando a llenar y atar mientras los hombres jugaban a las cartas. Por la tarde, ya estaban todos embutidos preparados y colgados en el doble. La dueña de la matanza y algunas mujeres freían las mantecas, el hígado y hacia morcillas de sangre, las más jóvenes regaban y recogían las sorpresas, los calderos y todo lo que se había utilizado durante el día.
Carrera de gallos
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Detalle, carrera de gallos
Carrera de gallos, fiesta del Labrador.
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Agrupación Folklórica Virgen de los Remedios
Corriendo la vuelta de San Antón
Esquiladores (foto de Dolores Delgado, publicada en Cancionero Popular de Torrecillas)
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(foto de Victoriano Martínez)
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Carnaval
Carnaval
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Fiesta del labrador
ProcesioĚ n de la patrona (foto Manuel Murillo)
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Virgen de las tres manos
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VI.- DOCUMENTOS
1.- En el aĂąo 1775 el Arzobispado de Toledo hace pagar la restauraciĂłn de la campana grande de Torrecillas a expensas de las limosnas de los devotos de los pueblos de Bohonar de Ibor, Valdecasa y CastaĂąar, en agradecimiento de haber recibido la mano de la Virgen ante una epidemia contagiosa y por haber experimentado un total alivio, de lo cual lo certifican como hecho milagroso.
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2.- Año 1785. La historia de la liberación de Torrecillas por el párroco Juan Joséf Fernández196.
196 Un relato de la historia de Torrecillas de la Tiesa que Arturo Montero (ex-secretario del Ayuntamiento de Fuentes del Maestre, Badajoz) ha conseguido de los archivos de los marqueses de Lorenzana sitos en dicha localidad.
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En observanzión y cumplimiento de lo que se me previene en la que por vereda, del Señor Ylustrísimo Don Josef González Santos de San Pedro, Dignísimo Obispo de la ciudad de Plassencia y su diócesis, en los veinte y nuebe de nobiembre de este año de setezientos ochenta y zinco, comunicada, yo el infraescripto, cura theniente de la parroquial de Santa Catharina de esta villa de Torrezillas, Vicaría de Truxillo y Diócesis de la de Plasenzia, entendido de los particulares que incluye la carta copia, que estaba por cabeza y prinzipio de dicha eccca. vereda, para los efectos que conbengan y sean más conduzentes, con el devido arreglo a las preguntas del adjunto interrogatorio, expongo las notizias y razones que en vista de diferentes antiguos legajos, que del archivo de esta villa se me an comunicado por los señores justicia y regimiento de ella, con la devida atenzión y recado de urbanidad política que se deve obserVar en las dos jurisdicziones, en fuerza de otra igual comisión que se me dio para zierta operazión, que se hizo afecto de ylustrar la historia real de Expaña, con notizias memorables, antiguas y de los hombres notiziosos de la villa y lugares, dada, a Don Bernardo Espinalt, por el año de ochenta y uno, de cuios papeles, notizias y casos acaeszidos me quedé con copia y archivé en el de mi yglesia parroquial para este efecto y el que ocurre aora en virtud dél, con la forma y legalidad christiana, carácter sazerdotal y título de párroco que aunque indigno obtengo, manifiesto a la letra lo que se sigue. Thorrezillas. Este lugar hasta el año de mill quinietos zinquenta y ocho, y nuebe, estubo anejo a la corona de Su Real Magestad, hasta que en dicho año a causa de los grandes y exzesivos gastos que el Emperador y Rey Nuestro Señor, en muchas y diversas jornadas, hizo en conservazión de la religión christiana y defensa de sus estados, resitenzia a los enemigos de nuestra señora santa fe y en la que, asimismo, hizo en la pasada a Ynglaterra y otros estados y en la guerra que con el Rey de Franzia y los otros potentados, sus aliados, 193
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tubieron como en resistir al turco enemigo de nuestra fe santa, el real patrimonio y rentas reales estaban exaustos y consumidos, que ni para los gastos ordinarios, ni para las grandes nezesidades que se nos ofrezen, podemos en manera alguna prevalernos de ellos. Y aunque a esta razón y por el beneficio público de la christiandad y el de Nuestros reinos y estados e por más poder desembarzar para ir y residir en essos reinos, según que grandemente deseamos, havemos procurado la paz, hasta agora no se a podido conseguir y aviendo últimamente ocupado el Rey de Franzia, por trato, a Cales, plaza tan importante así al reino de Inglaterra cuia era, como a los estados de Flandes, y asimismo al comerzio y contratazión de los reinos con los dichos estados, para cuya recuperazión, por lo mucho que importa y por la obligazión grande que tenemos, avemos acordado de juntar grueso exérzito por tierra y armada por Mar, esperamos, con el ayuda de Dios, no sólo recobrar la dicha plaza, pero hazer tales efectos que el dicho Rey sea constreñido el asentir a la paz con nos y las condiziones que a nuestros estados y nuestra reputación conbenga, para lo quál, allende de la ayuda que el dicho Reino de Ynglaterra y los estados de Flandes hazen; son nezesarias grandes sumas y cantidades de dineros; y juntamente con ésto, tenemos avisos ciértos que el turco junta una gruesa armada y poderosa, la qual viene a ofender, invadir y ocupar lo que pudiere de nuestros estados y fronteras, espezialmente en las que tenemos en Africa y en estos reinos, para cuia resistenzia hazemos prevenir grande armada y se an de proveher de gente, muniziones y vituallas nuestros puertos y fronteras, en lo quál, forzosamente, an de hazer grandes costas y gastos y no se pudiendo hazer ésto, ni proveher de nuestras rentas reales estando, como dicho es, consumidas, ni bastando los otros arbitrios que se an usado y usan, no lo pudiendo escusar y por ser para cosa[s] tan importantes y nezesarias y en defensa de nuestros reynos y estado, nuestra persona y reputazión y nuestros estados con tanta obligazión y riesgo para nos poder ayudar y socorrer en tan gran nezesidad. Poder.- Havemos acordado de vender y que se vendan perpétuamente e de juro de heredad, vasallos, villas y lugares y fortalezas de nuestra corona y patrimonio real, con la jurisdiczión, señorío, pechos y derechos, terzias y alcavalas y otras cosas a nos pertenezientes 194
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y qualesquiera rentas de pan, dineros, azeite, qualesquiera dehesas, heredamientos y otras rentas que a nos y a la nuestra Corona Real de Castilla y León pertenezcan. Por ende por la presente de nuestra cienzia y poderío real abosoluto de que en esta parte queremos usar y usamos como Rey y señor natural, no reconozciente superior en lo temporal. Damos poder y comisión libre general, espezial y espezialísimo quan cumplido y bastante de hecho y de derecho se requiere a la Sereníssima Prinzesa de Portugal, nuestra mui cara y mui amada hermana governadora en nuestro lugar y theniente general en los dichos nuestros reynos y señoríos de Castilla, para que por nos y en nuestro nombre y como nos mismo pueda vender y enagenar perpetuamente y de juro de heredad, sin que quede derecho ni facultad de lo poder redimir, ni quitar o venderlo al quitar, como le pareciere qualesquiera vasallo, villas y lugares y fortalezas de nuestra Real Corona, con el señorío y jurisdiczión zivil y criminal alta y baja, mero mixto imperio y con las rentas, pechos y derechos, terzias y alcavalas y qualesquiera otras cosas a nos pertenezientes, palabras todas expresivas del poder dado a dicha Sereníssima Prinzesa a que me refiero. Venta.- En virtud de lo qual, en dicho año de mili quinientos y zinquenta y nuebe, se mandó tomar y tomó zierto asiento y conzierto con el Lizeciado Juan de Vargas, Oydor de la Audienzia y Chanzillería de Su Magestad, que reside en la villa y corte de Valladolid, sobre que yo, en nombre de Su Magestad, le ubiese de vender y vendiese, entre otras cosas, en el dicho asiento contenidaS, el lugar de Torrecillas, jurisdiczión de Truxillo, que se propuso que tenía sesenta vezinos, con su jurisdiciión zivil y criminal alta y baja, mero misto imperio, para que el dicho Lizenciado de Juan Vargas y sus herederos y subzesores y la personas en quien él lo traspasase y renunziase y la tubiese y usasen en el dicho lugar de Torrezillas y sus términos, en la misma medida y forma y según fuese deslindado por la persona que le fuese a dar la posesión de dicho lugar, como más largamente en el dicho asunto se contiene. Y conforme a él, el dicho Lizenciado Juan de Vargas, nombró a Diego Pizarro, vezino de la ziudad de Truxillo, para que a él se hiziese y otorgase la carta de venta de dicho lugar de Torrezillas, que desde aquí adelante se a de llamar villa y intitularse tal y el dicho Diego Pizarro azeptó el dicho nombramiento y renunziazión de dicho lugar, y me pidió y me suplicó 195
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le mandase otorgar carta de venta del dicho ‘lugar en forma de ella, por quanto dio pago por mi mandas. Luego de prese[nté] a Femán López del Campo, Factor Xeneral de Su Magestad, los nombres en que fue transigida la venta de dicho lugar de Torrezillas, en uso del deslinde y amojonamiento hecho por el Lizencidado Núñez Abendano, a quien por Su Magestad se dio comisión para que deslindase y amojonase el término de dicho lugar y diese la posesión de él y en lo quál no a de entrar ninguna dehesa, ni casa de ningún cavallero, ni monasterio, sino el ejido, dehesa boyal y tierras públicas conzejiles. El qual dicho deslindamiento y amojonamiento desde aora lo apruebo y confirmo y mando que sea guardado, havido y tenido por término de dicha villa de Torrezillas, en el que uséis la dicha jurisdiczión como si aquí fuese incorporado. Privilegios.- Por la qual dicha jurisdiczión podáis usar y uséis y — vuestras personas, vos y los dichos vuestros herederos y subzesores y podáis nombrar y poner a vuestra voluntad libre alcalde maior e otras justicias que en vuestro nombre conozcan en primera instanzia privative y en grado de apelazión de qualesquiera causas civiles y criminales, de qualesquier género y calidad que sean, que en la dicha villa y sus términos, según fueren deslindados y amojonado como dicho es acaesziere, podáis nombrar alguaziles y otros ofiziales que para el uso de dicha jurisdiczión fueren nezesario y, asimismo para que podáis llevar las penas de cámara y calumnias, aunque sean de graves y enormes delitos, y las otras condenaziones y penas legales y arbitriarias o multas que por leyes de estos reynos o por sentenzia se aplican a la cámara de Su Magestad o se aplicaren de Valladolid y que tratase y sondease la compra y venta con los poder havientes, que para ello estaban nombrados por Su Magestad, y la comprase y tomase la escriptura correspondiente de venta, con los seguros anejos pertenezientes a favor de dicha ziudad de Truxillo, lo que así, en los prinzipios, hizo el dicho Diego Pizarro sin ánimo de apropiársela para a sí. Pero teniendo este cavallero zierto personaje de zircunstanzias, prendas y facultades, no puedo dezir ni asegurar si era religioso, consejero o deudo suio, mui propinguo, con quien tenía y tratava sus designios y encargos. Viendo el tal que la venta y compra se efectuava 196
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y llevaba buenos fundamentos, a favor del dicho Diego Pizarro, le aconsejirbiziese para sí los buenos ofizios de la compra del dicho lugar y señorío y para sus subzesores y deszendientes, lo que no pareziéndole mui mal, aunque en los prinzipios dificultó por los maravedíes para la prompta satisfaczión de la compra, que acaso no los tendría este nominado sugeto y personaje de zircunstanzia, le abrió los ojos y él fazilitó los talentos para el dicho efecto. Y quando la ziudad de Truxillo esperava este favor a su beneplázito resultó el aver sacado y otorgado tal escriptura de venta al del dicho Diego Pizarro, quien y sus deszendientes la gozaron y poseyeron por mucho tiempo, por lo quál resentida de ésto y con justa razón, la ziudad de Truxillo, por la falta de legalidad, pureza, honrraded del cavallero, le dieron muchos sinsavores, sobresaltos e inquietudes y tubo que andar a ruego de que-cear hasta que se serenó y purificó esta tormenta con el transcurso del tiempo; cuia notizia se me a comunicado de los hombres anzianos referidos y de otros tres criados confidentes del Marqués de Lorenzana e que en su tiempo, como tales, sirvieron los empleos de alcaldes, regidores y fieles de fechos, Franzisco Yñigo, Juan Yñigo y Matheo Ximénez, que los tenía para, hazer, en todo, sus proyectos a pedir de voca. y para si tiene lugar esta zircunstanzia y puede hazer al caso, la propongo y respondo a la pregunta primera, diziendo que esta villa a sido lugar vendido al dicho Diego Pizarro por villa realenga y después tanteada por los vezinos de Torrezillas y oy sugeta no a la ziudad de Truxillo sino a su Real Magestad, Dios le guarde. Situazión de la villa al mediodía. Esta villa de Torrezillas está situada en una tiessa y zerro, que por esso los antiguos la nominan de la Tiessa, está en tierra llana y de distanzia a la capital del partido, ziudad de Truxillo, tres leguas cortas, mui llano su camino, el distrito y ámbito que coge por ancho su jurisdiczión es media legua y en zircuito o a el rededor una legua a corta diferenzia. El terreno que ocupa es de mediana calidad y bueno para sembrar trigo, espezialmente si tiene el labrador obejas con que calentarle el barbecho que haga, fecundo como tierra de Almendralejo y 197
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Don Benito, y por su temperie que es frío y en año de muchas aguas mui fértil de yerba, que ésta se come los sembrados y se siembra en él también zevada, avena y zenteno, lino y otras espezies. Fuentes. Tiene, para servidumbre de los vezinos y uso del agua para beber y lavar, dentro del mismo pueblo, a los dos extremos alto y bajo, dos fuentes copiosas de un agua mui linda, clara y de poco peso, para sazonar la comida y que veban sus vezinos, algo herrumbrosa, que es verosímil viene por mina de azogue y por lo mismo es ventajosa y saludable, que nada infla. La del extremo bajo sirve para lavar la ropa de los vezinos, que haze jabonaduras y tiene para lavar quatro o zinco pilas de cantería y para dar agua a los zerdos, cavallerías, y otras servidumbres. Ytem, a una y otra zircundan, dos arroyuelos, que en tiempo de primavera sirven también para lavar ropa; el de arriba y alto sale y se origina de una cañada y valle de las heras del Calvario y se nomina el arroyo de la Fuente de Arriba; y el otro tiene su origen y nazimiento de otra cañada y zerro de las heras de la yglesia y pasa por la fuente de abajo llamado el Peralillo, que sirve para lavar ropa como el otro. Ytem, a corta distanzia, en una zerca de sembrar forrage, está un pozo de agua mui fértil y abundante, con dos minerales o brazos de agua muy copiosos y al pie de él un pilón de cantería grande, que sirve para lavar trigo quando se pica de tizón, que se pueden componer fanegas de una vez, que sirve de mucho provecho a los vezinos y lo que es de la maior utilidad que, con el agua de este abundante pozo, se componen hasta quatro o seis ranchos y sugetos que se emplean en hazer teja y ladrillo, baldosas y adoves para ganar la vida desde Santa María de Agosto haSta San Miguel y venden esta mercancía a los lugares zircunvezinos, capital de Truxillo y otros pueblos y con ello se remedian y para esta fábrica tiene la cofradía de Animas, de esta villa, dos hornos 198
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para cozer dicha teja y ladrillo y por cada jornada la dan doszientas tejas por cuezos y hazen en la temporada treze a catorze jornadas, que es la única fábrica y manufactura que tienen los vecinos de Torrezillas. Ytem, tiene esta villa, a mano yzquierda contiguo a las zercas del forrage, una charca no muy grande para abrevadero de ganado bacuno de su boyada, zerdos, cavallerías y demás géneros, abundante de agua, las que se la introduzen de ziertas cañadas y de los surcos que hazen los labradores quando hechan la raya a la dehesa boyal, para tener la suficiente en el agosto para sus ganados y que no les falte en el otoño. Ytem, a las espaldas de la parroquial yglesia, como a distanzia de medio quarto de legua, en el baldío de esta villa un arroyo grande que se nomina y llama Pizarroso el Grande y tiene su origen de una charca que llaman del Boticoso, camino de la Aldeanueba Zentenera y hasta el camino del molino Naharro, en el baldío de ella llaman Pizarroso el Chico y luego toma el nombre de Grande con otros regajos que le entran y creze en términos, algunas vezes, de no poderse vadear, por lo quál en los años de ochenta y uno o setezientos ochenta y dos los señores justicia y regimiento, asoziados con el cura párroco, que es oy día, fueron a ponerle unas pasaderas, al camino real que viene del Puerto de Miravete, de bastante altura, de modo que, aunque salga de altura, pueden los escoteros pasarle y arrimándóse a ellos las cavallerías sin peligro alguno, a menos que los que vienen, si no reflexan sus crezidas, sin conocimiento se arrojen a pasarle. El que tiene contiguas a él dos, tres o más fuentes mui copiosas, que se dize la una del Guijo, la otra de Pizarroso y otra la Herrumbrosa, de lindas y cristalinas aguas para veber y éste corre y pierde nombre de Pizarroso a el entrar al puente -de Covaleda, en los montes de la ziudad de Trujillo y camino real de la corte de Madrid. v . . Y aunque esta villa no tiene viñas ni olivares, heredades de árboles frutales de espino, castaños, álamos que la pudieran hermosear y fecundar su terreno seco, llano y de no mucha agua para el cultivo de los plantíos que pudiera tener, tiene por cosa maravillosa y prodigiosa 199
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que nunca se an elado, apedreado viñas, olivas y fruta de espino, que alcanza la lengua de la campana de su yglesia, y sólo sí los sembrados en su jurisdiczión a experimentado este trabajo, en algunos años que, por San Juan, an acaeszido diferentes tormentas, que lo an maltratado y perdido muchos labradores. Su vezindad es de sesenta vezinos poco más o menos, sus calles abiertas y de piedra y barro sus casas y tienen éstas algunas antiguas tapias, sin que en ellas aya murallas, castillos, puertas, ni otros famosos edificios, pues toda ella es de una fábrica mui regular y ordinaria como casas de labradores, aperadores, pastores y jornaleros, los que no trafican ni comerzian en algún género otro de comerzio para acrezentar sus bienes, fabricar y hermosear sus casas, con que éstas serán a medida de los havitadores de las jaulas y pájaros que las ocupen. A tenido siempre para la buena educazión de la puerilidad maestro de primeras letras, de buenas y loables christianas costumbres, para enseñarlos a escribir, leer y contar, de que son patronos los señores de justicia y cuidan de este beneficio y de las rentas de sus proprios se le satisfaze el estipendio, y así de los sesenta vezinos que tiene la villa los quarenta saben leer y escribir, hablar como habilitados en escuela. Yten, tiene esta villa por singular divisa la casa real del pósito, por gozar de la mejor arquitectura sus paredes, y en ella está la real cárcel y Casa de Ayuntamiento, zircunstanzias todas para el buen régimen y govierno desta república, toda de bóbeda, su archivo de tres llaves, cuia construczión y artefacto se hizo por los años de mill setezientos veinte y seis, siendo alcalde ordinario Fernando de Vega y demás sus compañeros con el maiordomo de proprios, Fernando de Paredes, y sobre las dos columnas de la puerta y toza de cantería se hallan las armas de dicho Diego Pizarro y en el rollo de ella y plaza, hechas después del tanteo que hizieron al susodicho los vezinos por los años de zinquenta y nuebe a sesenta y más, y asimismo tiene la plaza antigua casa taberna para el abasto de vino y azeite para los vezinos y pasajeros, propria del conzejo, permaneziendo en la Casa de Ayuntamiento y con los vestigios dichos, por estar esculpidos en una grande piedra en medio de la pared, que se perziben y conozen sus letras. Tiene esta villa de Torrezillas solamente 200
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la parroquial yglesia y el patrono y titular es Santa Catharina Mártir, de cuia advocazión y patronato no puedo dar notizia individual, a c[a] usa de que en las guerras antiguas de Portugal y en tiempo del Rey Don Phelipe Quinto entró el enemigo por estos confines y saquearon los papeles del archivo de ella y los que dejaron con el transcurso del tiempo y estar el dicho archivo en la sacristía y averse mojado muchas vezes, por lo poco reparada que entonzes estaba, no pueden leerse, ni se puede dar razón verídica de lo perteneziente al patronato. Santa María de los Remedios.- Y sólo lo espezial y prodigiosos que contiene esta parroquial yglesia es la ymagen milagrosa de María Santísima de los Remedios con tres manos, quien es el socorro, escudo y defensa para todas enfermedades, epidemias y trabajos, que en esta miserable vida acaezen y padezen los vezinos de esta villa y también los convezinos moradores de los pueblos de la immediazión, lugares y villas del Obispado y Arzobispado de Toledo, como se acreditará con los portentos y maravillas que por su interzexión an conseguido. Villa de Deleitosa.- Esta consiguió un espezialísimo alivio en una epidemia que experimetaron en el año de setezientos y sesenta, en la que fallezían a cada paso sus moradores, acudieron al cura párroco, que entonzes era Don Martín Alonso de Thorres, y le pidieron la santa mano para que visitase los enfermos de dicha villa, pues esperaban con ella la mejoría de sus afheziones, dióla el señor cura, a solicitud de Ygnacio Mohedas, señores, cura y facultativos de dicha villa y experimentaron el alivio que apetezían. Villa de Jaraicejo.- La villa Jaraicejo en otra semejante afliczión acudieron a este asilo y lograron el mismo beneficio, quando el Conde Aranda subió a la corte, que ia estaba el que escribe de cura, en la guerra de Almeida. Villas de la Madroñera y Belvis.- La villa de la Madroñera, Huertas de las Animas, arrabal de la capital de Truxillo, Aldea del Obispo y villa de Belvis, pueblos todos del este nuestro plazentino obispado, quienes en sus conflictos, epidemias y viruelas, acudieron a 201
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la poderosa interzesión de esta reina soberana y fueron auxiliados y favorezidos como apetezían y deseaban. Y para que no se me calumnie, por algún criticón, que yo uso de la especulativa referenzia y no declaro algunos particulares prácticos de las maravillas de esta prodigiosa imagen, propondré dos para mover al culto y devozión de su poderosa interzesión: el primero es en esta forma con el motivo de tener Don Juan Calvo, administrador de los tabacos de la villa de Jaraizejo y sus anejos a sus hijas religiosas en uno de los dos conventos de la villa de Belvis de este obispado, quienes avían visto en su capilla y adorado a esta Santa Ymagen de los Remedios, subzede que la Señora Abbadesa de su convénto le acaesze un grano o carbunco en un brazo que se le inflamó, en términos de facultativos’, que era preziso el usar de incisión y corte dél por evitar maiores peligros...Una de estas religiosas asistía a dicha abbadesa, y aviendo oydo al médico y zirujano la determinazión que toman para cortarla el brazo, en estos ténitmós la dice: Señora Abbadesa no condezienda con la determinazión de los médicos de la tierra, acuda Vuestra Reverenda a los del cielo, sepa Vuestra Reverenda que yo he visto una imagen de tres manos, que se halla zerca del lugar donde mi padre havita, prodigiosa y milagrosa para todo género de trabajos; ofrézcase Vuestra Reverenda con todas veras a su proteczión, que yo confío en la mejoría, y no llegará el caso de cortarla el brazo. Parose a esta propuesta la abadesa, dudando el cómo podría traher la santa reliquia, para por este medio lograr su salud. La religiosa la dijo: Yo escriviré a mi padre que es conozido del señor cura de aquella villa, para que acompañado de un sazerdote pase a estar con él y pedirle la santa poderosa mano de los Remedios y trayéndola logrará Vuestra Reverenda la salud apetezida. Hízolo así, llevaron la santa reliquia con dezencia en su cofrezito y luego que la abadesa la adoró se la resolvieron todas las inflamaziones negras que en el brazo tenía, bolviéndosele de color perfecta, blanca y deshecha toda la inflamazión que tenía, la dio muchas grazias, y en gratitud se explicó con una limosna a beneficio de esta reina soberana para sus reverentes cultos. Vive Calvo a quien se pueda preguntar. 202
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Aviendo estado el cura párroco de esta de Torrezillas, que ex’pone en observanzia de la eccca. vereda de su prelado estas razones, más de dos años padeziendo una perniciosa herisipela en la vista hizquierda y rostro y después de ésto, tolerada con sufrimiento y pacienzia, unas rezias quartanas por espacio de más de ocho o nuebe meses y en fin sumamente achacoso con los continuados quebrantos que Dios le favorezía. Ultimamente le dio una enfermedad grave en el día segundo de Pascua de Resureczión, del año de setezientos ochenta y tres, en cuio día avía predicado una fiesta solemne a honrra de esta Soberana Prinzesa, que la hizieron ciertos devotos serranos movidos de la singular belleza, prodigios y maravillas que por medio de su interzesión consiguen para sí y sus ganados tomándola por interzesora, y retirándose a su casa resultó que aquella noche le entró una calentura lectal, que tomaba inclemento dos a tres vezes al día, y aviéndole asistido el zirujano titular de la villa, Pedro Flores, que oy se halla en la villa de Torrejón, sin dar palotada en punto del alivio del cura, determinó éste con su aviso llamar a Don Juan Granados, médico famoso de la villa de Jaraizejo, para buscar la salud que tanto se apeteze. Vine éste y aunque conozido y amigo, al tiempo de entrar en el quarto a ver al doliente, como el enfermo le avía de llamar Juan, le llamó Manuel, hizo mala cara, se llegó a la cama, me tomó el pulso y empezó a arquear sus zejas, hazer mala cara, etc., consultó con el zirujano y dio pocas esperanzas de mi vida, mandó la disposizión christiana del viático y testamento, separazión de servilleta y cuchara, platos, etc. como enfermedad contagiosa; se hizo todo lo que dispuso en gracia y honrra de esta Reina Soberana y dándome determinó cosa de ocho a quinze días y quando más hasta el otoño. Pero, válganos la misericordia de nuestro amante Dios y su Santísima Madre, quán errados son los juicios de los hombres. Rezetó medizinas que adaptaron a la naturaleza, mejoró el enfermo y se le consultó y oy día escrive este prodigio y le explica, en esta forma, para honrra y gloria de esta Señora de los Remedios. En el veinte y uno día depuso, según los médicos, entudomido con el crezimiento puse esta deprecaczión y razonamiento a la Madre de los Remedios: Señora y madre mía, ¿es posible que siendo vuestra gracia, virtud y eficazia para favorezer a los enfermos, que umildemente os 203
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imploran en sus trabajos, vuestro capellán no experimente algún alivio en tan continuado padezer?, pues aora bién señora o borrar el nombre que tenéis de Remediadora o favorezer a vuestro cappellán. Quando a poco rató me prinzipió un copioso sudor, que duró algunos días hasta la expulsión de toda calentura, observada la dieta nezesaria mandada por Granados. Que es en propios términos la realidad y verd[ad] de lo expresado, deviendo este favor a esta Reina Soberana, para servirla con humildad y gusto y aunque de todo lo expuesto puedo sacar que algún criticón, de los muchos que ay, me zensure de adulador y que a abulto estos prodigios y maravillas de esta portentosa imagen y que como su capellán apasionado, por algún interés que a hazerlo me mueba a esagerar y ponderar sus prodigios, esto no obstante y quanto sobre ello me van objeczionar, no ay duda, me precio de devoto de esta Reina Soberana y tengo a mucha dicha el ser su capellán y tener el logro de manifestar sus portentos a sugetos zircunstanziados de todas las prerrogativas, para el desempeño de la real historia y mapa que quiere hazer del Obispado de Plasenzia, quienes con la lima y crisol de su discreta y sabia conducta las pulirán, saldrán de borrones toscos maravillosas molduras, si se considerasen y fuesen de su aceptazión en la prensa sutil y delicada de su arte y geografía y últimamente, tendré el gusto de que se vean y cada uno las dé el asenso que merezcan, no por dictadas de mi pluma y corta capazidad, sino por ser casos prácticos que en discurso de veinte y dos años he observado de la Madre Santíssima de los Remedios, para sus maiores cultos y elogios. Esta villa de Torrezillas en virtud de la venta real del señorío y vasallage en favor de Diego Pizarro y sus deszendientes, la gozaron y poseyeron éstos hasta el año de mill setezientos sesenta y dos, que en virtud de real provisión del Consejo de Hazienda, en sala de justicia, se subszitó pleito entre el Conzejo, justicia y regimiento de dicha villa de Torrezillas y su prior en su nombre y de la otra parte el Marqués de Lorenzana, rexidor perpétuo de la ziudad de Trujillo y dueño de la expresada villa, con su prior en su nombre, y Don Juan Antonio de Alvalá Yñigo, del consejo nuestro de Castilla y fiscal del referido de Hazienda por el derecho de ésta sobre el tanteo de la jurisdicción y alcavalas de la enunziada villa, cuio pleito tubo prinzipio por el 204
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poder presentado por parte de dicho Conzejo, justicia y reximiento y vezinos, mediante el que en virtud de real provisión librada a este fin, por los del nuestro Consejo de Hazienda y sala de justicia, se otorgó poder por maior parte de vezinos que se hallaron en día con zitazión ante die~. y por parte de la misma villa se acudió ante los de nuestro consejo con su pedimiento y escriptura y poder para todo lo conduzente a su pretensión. En fuerza del qual acudieron a Su Magestad, Dios le guarde, pretendiendo el que pasase a ella el realengo más zercano que no fuése de Truxillo y en conzejo avierto reziviese los votos del vezindario, estando en libertad para si se avía de tantear por dicha villa el de la jurisdiczión y alcavalas, respecto que fuese todo comprado a la real corona por el dicho Diego Pizarro, predezesor y aszendente de Don — de Quiñones, Marqués de Lorenzana, por los muchos daños, perjuicios y bejaziones que an experimentao sus vezinos, así en sus personas como en sus haziendas. Y para que todo tubiese el más devido cumplimiento y efecto, otorgaron poder de mancomún y cada uno — bastante y de derecho se requiere, más puede y de ve valer cumplido amplio xm. y bastante a Franzisco Sánchez de Torres, su convezino, para que, en nuestra voz y nombre de esta villa, pueda intentar e intente el tanteo y retracto de la jurisdiczión y alcavalas de ella y de hecho lo practicó y azeptó el dicho poder; hizo y siguió el curso de esta dependenzia y obtubo real facultad para buscar y fazilitar dineros para la compra hecha por el dicho Diego Pizarro y su entera satisfaczión y pasó a la villa de Madrid y usando de todas las facultades, que en virtud de dicho poder tenía en los 25 de marzo de 1758, éste le substituyó en el referido Martín Villanueba, Prior de los Reales Consejos, dándole de todo ello traslado al Marqués de Lorenzana, y después de todo el litigio obrado resultó, a favor del conzejo y villa de Torrezillas, tener derecho al tanteo de jursidicción y se la mandó depositar en la tesorería de los zinco gremios de la corte, a disposizión del consejo, un quento, nobezientos y ochenta y un mill, quatrozientos y quarenta y seis maravedíes de vellón, que la del Marqués de Lorenzana pretende su pago del importe, que dieron sus causantes de la compra de la jurisdiczión, señorío o vasallaje, depositado que fue, se expidió la provisión correspondiente para que a la misma villa se la pusiese en posesión de la expresada jurisdiczión, según y como lo estaba mandado en el tanteo que se la conzedió. 205
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La entrega del depósito se hizo a 20 de enero de 1762 por Miguel de la Rocha, vezino de la villa de Torrezillas y apoderado de dicho conzejo, justizia y regimiento, tomó la posesión de la jurisdiczión de ella y la entrega de los originales títulos de su pertenenzia produzidos en autos por el marqués, en Madrid 27 de enero al mismo. La real carta ejecutoria se expidió en Madrid en los 20 de febrero de 1762, requerimiento del alcalde ordinario realengo, Señor Miguel Moreno de Pizarro, por Su Magestad, de la villa de Garzias y su obedezimiento en 6 de marzo y la posesión se tomó por Alonso de Vega, alcalde ordinario de ella en compañía de Alonso Cabos, Rexidor Decano, Juan Lorenzo, Rexidor y Alonso Vuzu, Prior Síndico, en 8 de marzo de 1762 ante Alonso Bazago, escrivano. En fuerza de lo quál y tener el conzejo tomada su posesión del señorío y vasallage, recayeron en éste todos los privilegios que antes tenía el Marqués de Lorenzana, subzesor del dicho Diego Pizarro comprador, a exzepción de las alcavalas que, éstas como propias y anejas a la Real Corona, quedaron a favor de Su Real Magestad. Estas son las razones que de los papeles que he registrado y notizias que de los hombres anzianos he adquirido, que según mi corta inteligenzia de ellas podrán los inteligentes, con su alta comprehensión, sacar lo que se combenga para hermosear el plan o mapa que adorne la real historia. Y siendo todos presupuestos ziertos y verídicos y que la villa de Thorrezillas logró la victoria y palma de los triunfos del tanteo, señorío y vasalle, quedando solamente sugeta a Su Real Magestad, resta dezir alguna cosa del autor que siguió esta derrota. Francisco Sánchez de Torres.- Este fue un sugeto de mediana capazidad e inteligenzia, pues para ser de media parda y polaca, sobresalía y se ponía bien en cualesquiera cosa que se le previniese y en su presenzia se dictase, a el que acompañaba una presenzia hermosa de rostro, bastante robustez y corpanchudo y su clara y buena loquazidad castellana, mui honrado y cavalleroso y expléndido en sus tratos y operaziones, a éste traté y comuniqué con él por espazio de tres años. Casó con María Portillo, vezina de esta villa y viuda de Diego Carrasco, 206
Torrecillas de la Tiesa y su territorio
por los años de 1741, la que tenía su casa muy bien pertrechada de caudales que la dejó su primero marido. Y hallándose ya casado con ésta y revestido de vezino con suficientes haveres, prinzipió a observar los proyectos y determinaziones del Marqués de Lorenzana, en las elecziones de justicia, en las bejaziones y extorsiones que a los vezinos hazía y en sus vienes y haziendas el dicho marqués, a los que nunca asintió y lo manifiestan los anteriores documentos y aora se expresa: Aviendo éste entrado en una casa llena y con luzes y talentos de muchos maravedíes de una casa presta, y la mejor que en aquellos tiempos havía entre los vezinos de Torrezillas, empezó a favorezer y atraher algunos de los prinzipales de dicho pueblo, haziéndoles empréstitos de dineros, trigo, zevada y zenteno, con lo que los tenía obligados y reconozían más alivio con éste que no el Señor Marqués de Lorenzana, pues lo más del vezindario eran pobres jornaleros, peujaleros y algunos labradores que no tenían mas que la yunta. Matheo García.- Le siguieron todos en sus proyectos y en espezial viendo que Matheo García, anziano de más de setenta años, y otros sus aliados, que avían servido los empleos de alcaldes, priores y rexidores, se le agregaban y seguían. Este Matheo, nominado hombre de una capazidad grande y que hizo muchos contrarrestas al Marqués de Lorenzana quando tenía la jurisdiczión, al amigo Sánchez le decía siguiese los designios, que siempre saldría y cantaría la -gloria y más le apuraba viendo que tenía fondos y talentos y que en Truxillo y fuera de él se llevaba las atenziones, le dezía y enhardezía: quándo águila ymperial se bajó por trepas, por lo que entonzes el amigo Francisco Sánchez siguió el tanteo del señoría y lo consiguió por los buenos arrimos y consejos del dicho Matheo García, sacristán y hombre de mucha inteligenzia y cristiandad. Y como éste avibava la voz de la almoneda y el dicho Sánchez, ya enhardezido y viendo le acompañaban para sus proyectos la mejor parte de vezinos, se introduzía en los gavinetes y casas de los letrados, juezes 207
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de Truxillo, cavalleros y al mismo tiempo expendía y regalava, se llevó con ésto las atenziones y cantó el Te Deuz Laudamus, etc. después de sus trabajos. Estando esta villa, como llevo ‘expuesto, al mediodía, se halla a distancia de legua y media de su distrito, hazia levante, Aldeanueba de Zentenera, arrabal de la ziudad de Truxillo, y desde esta villa a este arrabal sale un camino llano y tiene dos arroyos, nominados el uno del Habal y el otro arroyo Mojón, y una charca con su pozo de cantería llamada el Boticojo, que es la dehesa en donde está situada. De la charca y abrevadero de los ganados de esta villa, a la hizquierda, sale el camino que va a la villa de Garzias, tres leguas distante de esta villa, que tiene su situazión también al mediodía en un alto de sierra de quejíos y robles, la que tiene su pozo de nieve en lo más alto, después, siguiendo esta derrota a la misma charca, sale el camino de la villa de la Madroñera, de señorío incógnito para el que lo expresa, que no tiene ziencia ni conozimiento en ella, y sólo puede dezir que a la hizquierda mano del dicho camino está la fuente Blanca, así llamada, a la derecha el arroyo Tozo, que naze de los zerros de Guañispedros, Cañadas Frías y sus fuentes, y va zircundando el término de Torrezillas hasta introdtizirse en los montes nombrados de Truxillo y a esta mano tiene el palazio llamado de Carmonilla, que oy posehe el Señor Conde de Cobleza, y un poco más abajo, junto al cordel, está el pozito que llaman de Carmonilla, abundante de aguas y con pilas para lavar la ropa los caseros del palazio y vezinos de Torrezillas, de agua herrumbrosa y que haze jabonaduras, y siguiendo dicho arroyo, hazia abajo, está un puente, que tiene al camino de Truxillo y los palazios caídos del Marqués de San Juan, Altamiranos y Marqués de Lorenzana y un molino que suele en primavera, quando el agua es mucha, moler poco y an quedado vestigios de dos o tres zercas de pan llevar de dichos señores. A la derecha y situazión de esta villa, desde su tiesa y zerro, se descumbra y ve el gran castillo de Miravete, en las eminentes sierras del zerro de Valero, Malveñas y Malemiltos, contiguas al río Tajo y 208
Torrecillas de la Tiesa y su territorio
jurisdiczión de Jaraizejo, el que está a un lado, a la derecha de el dicho castillo, mirando al mediodía, y más abajo, como al poniente, está el lugar de la Aldea del Obispo; uno y otro a distanzia de dos leguas de Torrezillas y la capital de Truxillo, que dista de ésta tres, entre el poniente de la Aldea y Madroñera. Sigue el sitio de sierra y castillo de Miravete, dejando el camino de la derecha para Jaraizejo, a la hizquierda por las mesas de Deleitosa y sus sierras y a la falda de éstas está el religioso convento de agustinos descalzos, de buena fábrica, construczión y situazión para la primavera, cuio sitio llaman el Valle de la Viziosa, y más adelante, siguiendo la misma falda, está la villa de Deleitosa, del señorío de los Señores Condes de Oropesa, situados, el convento y villa, dos leguas de distanzia a esta villa, y en el distrito está el río nominado del Monte, a cosa de una legua de estas poblaziones, el que tiene su origen y naze de estas sierras nominadas Mesas de Deleitosa, puerto de los Herreros, sierras de Retamosa, Roturas y Navezuelas, Villuercas de Guadalupe, Berzocana, Solana y la gran villa de Cabañas y con los arroyos que de estos parajes le entran, toman cuerpo y se nomina río del Monte. El que en sus riberos de la jurisdicción de la ziudad de Truxillo, villa de Deleitosa y villa de Jaraizejo, del Señorío del Señor Ylustrísimo de Plasenzia, tiene un puente de hermosa arquitectura a distanzia de media legua de dicha villa, por donde pasaron los señores infantes, con dos molinos, uno al puente y otros más arriba, propios de los Claveros, nominados de Jaraizejo, otro de las religosas de Santa Clara de dicha villa y más arriba está el de la Carrera de los Pachecos de Truxillo, Naharro de Josef Sánchez y Antillanos, caído y que no muele, y de esta parte de Torrezillas está el molino Góngora, proprio de N— Martín y Ana Martín, su hermana, vezinos de esta villa y una terzera parte del dicho Josef Portillo, vezino asimismo de esta villa, y a estos nominados molinos pasan y transitan para ir a ellos y a la villa de Deleitosa y los que bienen de la capital de Trujillo por medio de la villa de Torrezillas. 209
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Ytem, para complemento y zerrar esta digresión y narrativa digo que, hermosea y adorna y sirve de mucho explendor a esta villa y sus moradores, el cordel y colada que, desde el puerto de Miravete hasta el de Santa Cruz de la Sierra, pasa por el término y baldío de esta villa, contiguo a la dehesa boyal, que tiene para el ganado de su labor a los ganados bacunos, o sierra, balle y términos de Priedaíta, con más los ganados trasumantes de las cavañas y grangeros del Real Conzejo de Mesta, que con la aplicazión de sus vezinos y los de la villa — componen y hacen un puente de piedras y madera con losas enzima y que — el río pasan los rebaños y los asisten con sus emolumentos, a menos de tener que andar dos leguas más al puente de Jaraizejo a donde también los toman su portazgo. Los sugetos que anualmente suelen morir son dos o tres vezinos en cada año, de las enfermedades regulares de terzianas, vejez y otras dolamas que pueden acaeszer y por estos dos o tres que fallezen nazen, en el año, quatro, zinco o seis pequeñuelos. Y la curativa de éstos, como es villa corta de pocos posibles y no’puede tener médico asalariado, el que no tiene los días cumplidos sale y el que no puede pasar muere. No se hazen en esta villa ferias, ni mercados, cambios ni compañías. No tiene estudios xenerales, ni fundaziones, seminarios ni hospitales para el goviemo político, casa de recoleczión, ni piedad, ni otra cosa que poder manifestar para el buén régimen y goviemo del geográfico que escrive con tanta individualidad las preguntas, que las más de ellas no podemos dar razón, como las minas, piedras, salinas y canteras de metales, oro, ni plata. Y últimamente, obedeziendo los mandatos de mi Ylustrísimo Prelado, para los efectos que combenga, doy ésta, que firmo en Thorrezillas 30 de diziembre de 1785. Don Juan Josef Fernández.
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Cuento didáctico inspirado en la historia y costumbres de
Torrecillas de la Tiesa
LOS PODERES DE LA TERCERA MANO Florentino Escribano Ruiz
Dedicado a mi amigo José Antonio Ramos Rubio, porque con sus escritos históricos eleva el espíritu cultural y solidario de los pueblos de Extremadura.
Los poderes de la tercera mano
Capítulo I
É
LA TIERRA DE LAS TORRES
rase una vez un gran territorio repleto de torres repartidas por los alrededores del gran poblado histórico de Trujillo. Cada una tenía su propio nombre: Torre de la Coraja, Torre de Sancha Alonso, Torreherrera, Torremuriel, Torre Mengada, Torre de Gonzalo Díaz y otra más pequeña llamada Torrecilla.
Dehesa Torre
Hace ya muchos, muchísimos años, vivieron por allí diferentes pobladores que dejaron su huella con sus estilos peculiares. En la actualidad, en algunas fincas de los alrededores se han encontrado restos de murallas con torres redondas, ruinas de castillos, piedras pertenecientes a fortalezas antiguas, restos de una casa fuerte y cimientos de torres; todo estaba construido con bastante solidez para defenderse. Cuenta una leyenda, escrita en un libro mágico del que surge un vapor de agua que se transforma en nube, que en esos campos, en ciertas fechas y en 213
Florentino Escribano Ruiz
acontecimientos precisos, aparece una mano misteriosa. Es muy difícil que pueda ser localizada, sin embargo todos los habitantes podían darse cuenta de ese fenómeno cuando se daban las circunstancias precisas para que la mano apareciera como una silueta en forma de nube, viajando sobre el cielo azul. En el libro de la leyenda se dice que cuando aparece la nube significa que dentro de pocos días acontecerá algo tan extraordinario que todos los habitantes de las torres se quedarán boquiabiertos, bien sea por la emoción de ver un gran signo en el cielo, o bien porque les provocará un terrible temor si aquella mano dibujada en la nube es un presagio de que se avecinaban ocultas catástrofes con epidemias y crueles guerras. La leyenda termina diciendo que así ocurrió en épocas pasadas, y así pudiera ocurrir, también, en el presente y en el futuro. En Torrecilla de la Tiesa transcurrían los días con normalidad. En ese paisaje de la torres viven actualmente personas que supieron resistir al nomadismo itinerante de la trashumancia. Ellos son conocedores de que sus antepasados tuvieron que hacer frente al ajetreo de la lucha, al pillaje, a las guerras por las invasiones de moros y cristianos, y a las batallas frecuentes de unos contra otros para defenderse de los robos, de talar las arboledas y destruir las edificaciones. Los poderes de la misteriosa mano siempre los tuvieron presentes como una mano de ayuda, pues era muy difícil en esas épocas encontrar un lugar seguro para vivir. Por eso, los lugareños más indefensos buscaban la protección albergándose en las torres y castillos, en los palacios y en las casas, viviendo todos estos acontecimientos con inquietud, pero con la mayor naturalidad de quien lo tiene asumido. La tercera mano, así está escrito en la leyenda, sigue operativamente vigente en el pueblo. Prueba de ello es que actualmente son tres manos las que
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Los poderes de la tercera mano
figuran en el escudo del pueblo, y también porque a lo largo del año forma parte de celebraciones importantes ¿Por qué será? Todas estas informaciones llegaron a oídos de un joven e intrépido arqueólogo, que yo conocí desde su más tierna infancia: Aimar es su nombre. Ya, por entonces, demostraba inquietudes por esta profesión, pues desde niño le apasionaba leer libros de civilizaciones antiguas que, más tarde, estudió con profundidad científica en la universidad hasta conseguir su titulación profesional como historiador y como arqueólogo.
Cuando terminó sus estudios vio que había llegado el momento deseado para acercarse a este territorio a investigar lo que tanto le entusiasmaba. Notaba que alguna energía le empujaba para ver las ruinas y dar respuestas a los interrogantes que anidaban en su mente; sobre todo quería conocer por qué misteriosa presencia, en la nube que surgía de libro de leyendas, aparecía la tercera mano, y se preguntaba: —¿Qué pasará cuando aparezca en la nube la silueta de la mano? ¿Traerá al pueblo alegrías inmensas o, por el contrario, será un presagio de amenazas que no podrán solventar?
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Florentino Escribano Ruiz
El joven arqueólogo, sabía que en la tierra de las torres se vivieron muchas aventuras en el pasado; él estaba ya preparado para descubrir los poderes de la tercera mano, y se sentía animado. No tenía ningún miedo, y hacía planes para vivirlas y contarlas.
U
Capítulo II EL ARQUEÓLOGO INTRÉPIDO
n día, Aimar, el joven y experto arqueólogo, preparó su automóvil y emprendió el viaje con rumbo a Torrecillas de la Tiesa. Procedía del norte, de un pueblo lejano, y estaba dispuesto a investigar en las ruinas antiguas de la zona de la que tanto había oído hablar en sus estudios. Se hospedó en una casa del pueblo y, como había conseguido los permisos pertinentes del ayuntamiento de Torrecillas de la Tiesa, se sentía más seguro para afrontar aquella aventura. La leyenda de la tercera mano le despertó mucha inquietud, y ahora quería comprobar con sus propios ojos en qué momentos las apariciones de la mano iban acompañadas de bendiciones o de maldiciones. Vestido con sus atuendos de arqueólogo, con su cuaderno de campo bajo el brazo, y cargado de herramientas, tras unas horas caminando sin descanso, llegó aquella tarde al castro Celta, situado desde hace miles de años en la finca la Coraja, entre el arroyo del Moro y el río Almonte. Antes de que se ocultara el sol, dio un paseo por el campo tratando de encontrar alguna señal que le pudiera sugerir un pequeño detalle para iniciar su investigación arqueológica. No muy lejos de allí vio un pequeño montículo, y se acercó a él. Tenía una pequeña oquedad en forma de cueva, pero muy cerrada. Todo aquello daba la impresión de que el acceso era muy peligroso. Se paró ante la pequeña entrada y se 216
Los poderes de la tercera mano
quedó muy pensativo tratando de decidir si era conveniente introducirse en ella antes de que anocheciera, o dejarlo para el día siguiente, al amanecer. Decidió que era mejor abandonar el intento. El arqueólogo, en aquel campo, solamente tenía como único refugio una tienda de campaña al lado de una casa abandonada. Allí, con las debidas licencias de las autoridades, montó su campamento de investigación. Aquella noche esperaba descansar para estar más lúcido al día siguiente. Se introdujo en su saco de dormir tratando de conciliar el sueño. Sin embargo, la curiosidad y el misterio que le producía conocer lo que pudiera haber dentro de aquello, le recomía por dentro. El arqueólogo se quedó dormido y, mientras tanto, soñó que estaba en el interior de la cueva. El sueño era tan profundo que no conseguía diferenciar entre el sueño y la realidad. Al día siguiente, nada más despertar, cogió su cuaderno de campo y se puso a escribir, con todo detalle, todo lo que recordaba de su apasionante sueño. Y recordaba que se introdujo en la cueva con las protecciones necesarias y las debidas medidas de seguridad. Agarrado a las paredes avanzaba más y más por los túneles de la cueva, evitando los peligros. De pronto, la linterna que llevaba sujeta a la frente, iluminó una pared en la que pudo ver, perfectamente dibujada, la silueta de una mano. Miró alrededor y, al momento, aparecieron otras manos y más manos. Las miró detenidamente y comenzó a descifrar algunos de los signos, según sus conocimientos, en otras épocas utilizaban para comunicarse. 217
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El arqueólogo intrépido no podía dar crédito a lo que veían sus ojos: —¡Manos pintadas en la pared. ¡Esto es genial! —Gritó, dando un salto de alegría. —Unas manos — dijo— esta es la señal que me condujo hasta aquí siguiendo a la nube con silueta de mano que vi aquel día en el firmamento del cielo azul —exclamó con mucha preocupación, pues, según la leyenda, nadie podía saber con certeza si aquel acontecimiento sería para bien o para mal. El sueño del arqueólogo seguía siendo tan intenso que no se despertó ni siquiera con aquella posible duda, más bien se vio trasportado a un museo en el que tenía el cargo de intérprete. Allí, en su sueño aún más profundo, se hallaba explicando a un grupo de estudiantes el significado de las manos que estaban pintadas en las paredes de las cuevas. El arqueólogo se sentía plenamente feliz explicado a unos jóvenes lo que tanto le apasionaba, y les dijo: —Esta mano que veis aquí la pintó una mujer —afirmó—. Es una mano de mujer, y aquella más pequeña parece la de un niño. Representa que este sitio era un lugar sagrado para los pobladores de hace miles de años. Puede ser que la mano advierta de un posible peligro mortal, un pozo o un precipicio —indicó invitando a tener precaución; y siguió la explicación diciendo: —Pudiera ser que aquella mujer con aquel niño entraran aquí y pintaran sus manos en la pared solo para decir que ellos estuvieron en este lugar. Aimar, el arqueólogo, repasaba en su mente las diferentes teorías que había estudiado sobre el significado de las manos prehistóricas, y disfrutaba en su sueño dando las explicaciones al grupo de visitantes, como si estuviera en la realidad. De nuevo, en su sueño, se puso a caminar por la cueva y llegó a otra sala en la que apareció un chamán. Era el intermediario de las divinidades, que estaba ejecutando uno de los ritos para contactar con los espíritus que habitaban detrás de las paredes. 218
Los poderes de la tercera mano
Aquellos habitantes prehistóricos estaban convencidos de que los poderes divinos residían en las cuevas y, por eso, acudían a su encuentro para recibirlo y utilizarlos para resolver los problemas de cada día: conservar la salud, conseguir abundante caza y mantener el amor de la familia. Las manos que pintaban en las paredes representaban su firma, y a la vez era un nexo para comunicarse con los poderes divinos de la cueva, o con la eternidad después de la muerte. Alguien del grupo de estudiantes que visitaba el museo, preguntó: —¿Por qué algunas manos están mutiladas o les falta algún dedo? El arqueólogo, recordando sus estudios e investigaciones, contestó: —No se sabe a ciencia cierta, pero pudiera ser una forma de expresar la ofrenda a los dioses por los favores recibidos, o una manera de reconocer la fidelidad al grupo de pertenencia, o una señal de luto por algún fallecido de la familia. Al llegar a este punto, el sueño se interrumpió, y también el relato que escribió en su cuaderno de campo. Llegó la madrugada del nuevo día. Los primeros rayos del sol iluminaban la extensa superficie del territorio de las torres. El arqueólogo intrépido se despertó dispuesto a realizar el plan que ideó la tarde anterior para introducirse, de verdad, en la cueva prehistórica que le sugirió aquel montículo. Y así lo hizo. Salió de la tienda de campaña y se puso en camino con su traje especial y sus herramientas al hombro, dirigiendo sus pasos hacia el 219
Florentino Escribano Ruiz
lugar elegido la tarde anterior. Tras varios intentos, no consiguió entrar en la cueva y tuvo que desistir por la dificultad y el peligro que encerraba la aventura de entrar a ver lo que había soñado. En el camino de regreso, iba pensativo y decepcionado. En ese momento alzó los ojos al cielo azul y vio que una nube tenía la forma de mano y que estaba por encima de su cabeza. Un escalofrío de admiración y de temor recorrió todo su cuerpo ante la constante duda de que, según la leyenda, aquella señal pudiera ser de bendición o de maldición. —Será una imaginación mía —pensó recordando que en el arte religioso de los primeros cristianos representaban a Dios como una mano gigante que emergía del cielo-; pero el arqueólogo no le dio mayor importancia, y tampoco era favorable a esas creencias. Sin embargo, en esta ocasión interpretó que era agradable pensar que la tercera mano fue una mano protectora, y que estuvo allí cuidándole en todo el recorrido, incluso hasta tomar la decisión de no entrar a la cueva. Entonces, pensó que aquello fue una de las señales mágicas que tiene la naturaleza con las personas que la respetan. Aimar, el arqueólogo intrépido, llegó a la tienda de campaña, convencido de que tenía que seguir allí investigando las ruinas del territorio de las torres.
A
Capítulo III UN PASEO POR LA HISTORIA
quella noche, Aimar, el arqueólogo tan científico, tan profesional y tan experto durmió serenamente y se despertó muy descansado. Había visto con sus propios ojos la silueta de la tercera mano, pero incluso así no estaba dispuesto a dar fiabilidad a aquello que no pudiera ser comprobado por la razón científica; sin embargo, a medida que sus dudas aumentaban, también iban creciendo sus interrogantes, sus búsquedas y sus respuestas. 220
Los poderes de la tercera mano
Recordaba que el día anterior todo había ido mal con el asunto de la cueva porque no alcanzó lo deseado. Todo se había quedado en un bonito sueño para contar a sus amigos o escribirlo como anecdótica narración en su cuaderno de campo. A pesar de todo, valoraba que su mente se iba preparando para empezar a admitir que detrás de la materia y del conocimiento científico pudiera existir alguna pizca de misterio que se oculta detrás. Ese había sido el reto que le había traído a este lugar y estaba dispuesto a descubrirlo. . Una mañana, mientras realizaba sus paseos de investigación por aquella zona, se fijó especialmente en algunas peñas que le llamaron la atención, pues en ellas había unas pequeñas señales que pudieran estar relacionaban unas con otras, como queriendo contar alguna historia que ocurrió en aquellos lugares. Observó que en algunas piedras había trazos rectos, figuras angulares, cruciformes y cazoletas. Dedujo que aquellos signos pertenecían a poblados anteriores a los romanos que dejaron por allí su cultura. Aunque el acceso a las peñas era muy complicado, llegó hasta un lugar donde hay una necrópolis con enterramientos mezclados de diferentes civilizaciones con alternancia de ritos y sin seguir un orden, ni hallar restos que pudieran ofrecer informaciones. Sin embargo, para el experto arqueólogo no le fue difícil diferenciarlas, pues recordaba lo que estudió en los diferentes estilos de enterramientos; por eso, según las iba viendo acudían a su mente la información que aún recordaba. Algunas tumbas pertenecían a la cultura de los vettones y su ritual 221
Florentino Escribano Ruiz
consistía en enterrar dentro de un hoyo, la urna con los restos del cadáver incinerado. Después depositaban elementos de ajuar como: platos decorados con pintura roja, ofrendas, adornos personales, armas, puntas de lanza o fíbulas. Algo parecido hacían también los rituales funerarios de los romanos, cuando llegaron a este territorio. Ellos también ofrecían culto a los muertos y les daban sepultura colocando, como homenaje al difunto, una estela funeraria al lado de su tumba. Sobre todo si había sido guerrero o de alguna familia importante lo destacan escribiendo su nombre y grabando un escudo con sus armas. En otros restos, no muy definidos y estropeados por las inclemencias del tiempo, el arqueólogo vio tumbas excavadas en pizarra y supuso que eran de pertenecía a pueblos visigodos que llegaron tras la época de los romanos. El ritual que hacían en aquella época consistía en lavar el cuerpo del muerto y ungirlo con aceites y aromas. Se envolvía en una sábana de lino y se sepultaba en la fosa directamente. Después se echaba arena sobre el cadáver hasta llenar la tumba, y se cerraba poniendo lajas de piedra. El joven arqueólogo, mientras disfrutaba al ver aquellos restos tan antiguos que le evocaban tantos datos de su sabiduría, pensó: –Sin duda alguna que esos yacimientos encierran misterios de profunda significación mágica, o de otra índole, que esos pobladores tenían sobre el sentido de la vida y de la muerte. De vez en cuando, se sentaba en alguna piedra y anotaba sus reflexiones en el cuaderno de campo. Al volver hacia su casa, elevó los ojos 222
Los poderes de la tercera mano
al cielo azul y vio que la leyenda seguía haciéndose realidad, pues, por encima de su cabeza le acompañaba, otra vez, la misma nube con la forma de la silueta de la tercera mano. –¡Uf! exclamó, frotándose los ojos para asegurar que no era una imaginación. Y siguió su camino hacia la tienda de campaña. La confianza crecía en Aimar, el joven arqueólogo, pero en esta ocasión también se llenó de temor e inquietud al recordar que la leyenda hablaba de la aparición de la mano como señal que pudiera atraer tanto bendiciones como maldiciones. Sin embargo, Aimar se alegró porque los signos que le acompañaron estaban tan llenos de satisfacciones que le demostraban que la aparición de aquella tercera mano seguía siendo una señal muy grata que comunicaba grandes dosis de protección. Eso le animó a continuar su recorrido por aquellos lugares.
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Capítulo IV LA TERCERA TORRE
l arqueólogo estaba viviendo unos días llenos de hermosas novedades y de emociones apasionantes, no tanto por la importancia de los hallazgos, sino porque nunca había realizado investigaciones de cosas tan terrenas que tuvieran la grandeza de estar envueltas en atmósferas tan celestiales. Al día siguiente, amaneció una mañana espléndida de luz y con una temperatura agradable para viajar. El arqueólogo se puso de viaje hacia el cercano poblado de Trujillo, pues por las investigaciones previas que había realizado, sabía que la zona de Torrecillas de la Tiesa, como otras poblaciones de los alrededores pertenecieron a un amplio territorio de terrenos que eran propiedad de la villa de Trujillo, distante del poblado a muy pocos Kilómetros. 223
Florentino Escribano Ruiz
Abrió su cuaderno de notas y releyó detenidamente los apuntes que llevaba para esa ocasión y que preparó tras leer algunos documentos que daban cuenta de lo que aconteció en estos lugares durante épocas medievales. En sus anotaciones destacaba que la historia de Torrecillas de la Tiesa está íntimamente ligada a la historia de Trujillo. Torrecilla puede ser un nombre diminutivo de alquería dado que estas torres comparadas con las torres de los castillos eran de menor tamaño, pero realizaban igualmente su función de ser lugares de defensa en la época de la reconquista. En las luchas de moros y cristianos, los caballeros se refugiaban en estas torres. Allí preparan el asalto y conseguían librarse del dominio musulmán que por entonces dominada Trujillo y aquellos territorios. Por el número de páginas que Aimar dedicó a esos episodios, daba a entender que los datos sobre la conquista de Trujillo le resultaron muy atractivos. En su cuaderno de notas lo recogió de esta manera: —Los musulmanes habitaron estas tierras durante muchos siglos, hasta que el rey Fernando III con las tropas cristianas conquistaron la villa de Trujillo en el año 1233. Desde ese momento la historia de Torrecillas de la Tiesa se mantuvo unida a la de Trujillo, pues era la ciudad desde donde se ejercía el control de las aldeas y pueblos que conformaban el territorio trujillano. 224
Los poderes de la tercera mano
Pero antes de que este triunfo sucediera, el arqueólogo se centró en unos personajes que le despertaron gran curiosidad, y lo describe así: —He descubierto una hermandad armada, llamados “Freyres trujillenses”: Son unos caballeros de una orden religiosa, mitad monjes, mitad soldados que tenía la misión de defender a la población de los ataques que realizaban las tropas almohades. Más adelante, encontré un párrafo que me llenó de emoción al descubrir que uno de los principales personajes procedía de la tierra de mis orígenes. De esas páginas destaco lo siguiente: Los caballeros de la Orden de Freyres trujillenses tuvieron su sede en Trujillo y se fundó en el año 1180. Se cuenta que las primeras huestes ya estaban en tiempos de Fernando Rodríguez de Castro, noble castellano que tenía su casa solariega en Burgos, ubicada en Castrojeriz, al lado de Pedrosa del Príncipe, pueblo de donde desciende el arqueólogo y el narrador de esta historia. De ese noble se cuenta que recibió la plaza de Trujillo como premio por la defensa de Trujillo para devolverla a la corona de Castilla. Más adelante, el cuaderno de notas tiene unas páginas en blanco. Probablemente las dejara para añadir posteriormente otros datos, pero le resultó más atractivo continuar con lo que hicieron los caballeros. El escrito de los apuntes del arqueólogo anota estas curiosidades: 225
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–Los caballeros de la Orden de Freyres trujillenses vestían con hábito blanco y una cruz como signo distintivo de todas las órdenes militares que la llevaban bordada en su capa y en la parte izquierda de su túnica, al lado del corazón. La cruz de la orden de caballeros de los Freyres trujillenses es de color verde, pues es el color con el que en esa época se asocia al triunfo de Cristo. Así lo expresaban para destacar que la cruz de Cristo es como un árbol verde lleno de vida, de donde salen los mejores frutos. Aquellos caballeros guerreros estaban convencidos de que pintando las cruces de color verde representan el color de la victoria de la Cruz gloriosa, con la que Cristo vence, y los caballeros que la llevan serán también victoriosos. Tras esos párrafos, Aimar, el arqueólogo escribió cómo se quedó de impresionado por el acontecimiento tan misterioso que sucedió en la tercera torre; y lo escribió de la siguiente manera:
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Los poderes de la tercera mano
—La lucha para reconquistar Trujillo fue muy larga y complicada. En aquella lucha tan feroz, los caballeros de la Orden de Freyres de Trujillo, lucharon hasta la extenuación, pero incluso así no conseguían la retirada de los sarracenos. Viendo que los ataques no daban resultado tomaron la decisión de evacuar a las poblaciones llevándolas a las fortalezas para protegerse de los peligrosos ejércitos de las tropas sarracenas. La decisión era muy arriesgada y peligrosa, pues todo daba a entender que la batalla estaba perdida y habría muchas muertes y, peor todavía, cuando alguien disparó una flecha envenenada que iba dirigida, con precisión de muerte, hacia el capitán de los caballeros de la Orden de los Freyres de Trujillo. En las páginas del cuaderno de campo de Aimar, el escrito prosigue destacando algo que, sin duda, le llamó mucho la atención, y dice así: —Sin embargo, ocurrió lo más sorprendente e inesperado: apareció una luz muy intensa y en medio de ella una figura etérea con rostro de mujer mostrando una mano, procedente de no se sabe dónde, que interceptó y paró el recorrido de la mortífera arma de guerra. La flecha se incrustó en la mano misteriosa e impidió que la muerte se introdujera en el corazón del jefe de los caballeros de la orden de los “Freyres Trujillenses”. Gracias a aquel misterioso acontecimiento, el capitán salvó su vida, y los enemigos huyeron despavoridos ante aquel asombroso acontecimiento. Cuentan que todos vieron la misma mano que, desde el cielo azul repleto de luz, les indicaba que se encaminaran hacia la tercera torre, llamada Torrecilla. Ayudados por el ejército de los caballeros de “Freyres trujillenses,” consiguieron llegar a la tercera torre y, gracias a aquellos acontecimientos, pusieron a salvo la vida de toda la población. Algunos caballeros perdieron la vida por defender a los demás, pero quedaron otros para entorpecer los avances sarracenos. Gracias a eso defendieron el territorio de Trujillo asignándolo al reino de Castilla, al que perteneció también el poblado de Torrecillas de la Tiesa. 227
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Ahí termina el escrito del arqueólogo. El episodio de la mano que atrapa la flecha, le llamó tanto la atención que acudió al documento de la leyenda para descubrir si en algún lugar estaba recogido algo semejante, pero no halló nada. Y sucedió que un día, mientras iba de viaje a una ciudad, pasó por delante de la casa del capitán. En el trayecto observó que en el escudo heráldico de la fachada de la casa del capitán que fue salvado figuraban tres manos: las dos suyas, y la añadida como tercera mano en recuerdo y agradecimiento a las fuerzas de la naturaleza o a las del cielo, por haberle salvado de la flecha que le destinaba a una muerte segura. Tras conocer estas anécdotas, el arqueólogo empezó a dudar de sus plenas certezas, pero también 228
Los poderes de la tercera mano
empezaba a diferenciar por una parte los hechos históricamente científicos; y por otra los hechos que pertenecían al mundo de los cuentos y de las leyendas, pero que ofrecían otro tipo de conocimientos. Mientras llevaba esos pensamientos en su cabeza, al regresar desde Trujillo a su casa, miró hacia el cielo azul y vio que encima de su cabeza se hallaba la nube con la silueta de la mano misteriosa; era la tercera mano que le acompañaba siempre por aquellos lugares. De nuevo, la sombra de la leyenda con las bendiciones y maldiciones le creó asombro e inquietud. Sin embargo, la aparición de aquella tercera mano fue como una señal del cielo que puso a salvo protegiéndolos en la tercera torre a los habitantes de aquellos poblados. Cada vez tenía más datos para descubrir los poderes de la tercera mano. Eso le animó a continuar su investigación por aquellos lugares.
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Capítulo V MANOS PARA LA JUSTICIA
imar, el arqueólogo intrépido, tras unos días residiendo en Trujillo, volvió a la casa donde se hospedaba en el pueblo de Torrecillas de la Tiesa. Al llegar guardó cuidadosamente sus documentos, los escritos y sus herramientas para seguir investigando. Por la mañana temprano se acercó a la plaza del pueblo donde está ubicado el rollo de justicia. Mientras caminaba pensó: –¿Me acompañará la mano misteriosa, que vi en el campo de las ruinas? Con esa duda siguió su camino. 229
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Cuando llegó ante el rollo, se quedó contemplando el monumento y se quedó asombrado al verlo tan esplendoro. Hizo algunas fotos y se acercó al ayuntamiento para concretar los últimos detalles sobre la charla de historia que tenía que impartir al pueblo con motivo de la semana cultural. Llegado el día de la charla, el salón estaba abarrotado de gente deseosa de conocer la historia de aquel monumento que conocían de toda la vida. El arqueólogo, tras saludar a la gente, abrió la charla y dijo: —Tenemos en este pueblo el Rollo de justicia porque en el siglo XVI el rey Felipe II dio la orden de vender el patrimonio de los pueblos pertenecientes a Trujillo, que se componía de 7 lugares; entre ellos estaba el lugar de Torrecillas que dependía en lo jurídico directamente de la corona de su Real Majestad. El conferenciante dejó un momento la explicación, pues, todavía seguía llegando gente. Tras esa pequeña pausa siguió el discurso diciendo: —Todo comenzó cuando el rey Felipe II en el año 1558, necesitaba dinero para financiar las guerras de Flandes. Entonces ordenó que se vendieran posesiones de la jurisdicción de Trujillo. Tras fijar el precio convenido, Torrecillas de la Tiesa lo adquirió don Diego Pizarro de Hinojosa. La gente escuchaba con mucho interés. Tomó un sorbo de agua y se dispuso a terminar la exposición diciendo: —Como era costumbre, el rey Felipe II, concedió al nuevo propietario el privilegio de levantar el rollo actual, colocando el escudo con sus armas, en 230
Los poderes de la tercera mano
sitio vivible. Esa era la señal de que a partir de ese día, el rollo de justicia significaba la posibilidad de impartir justicia como pueblo independiente de Trujillo. El nuevo dueño tenía capacidad para dictar normas, para defender al pobre, defender pleitos y recibir los impuestos de sus habitantes. Así hablaba el arqueólogo, Aimar, cuando sucedió que, por un instante, se quedó con el rostro muy pensativo. La gente no se percató de ello, pues estaba entusiasmada con lo que estaba oyendo, pero en ese momento acudió a su mente el recuerdo del rollo de justicia de su querido pueblo de origen. —No puede ser, no puede ser, —decía para sus adentros. —Tantas coincidencias con mi pueblo, me resultan muy extrañas, -repetía una y otra vez en sus pensamientos. Entonces, de manera espontanea, se dirigió a la gente diciendo: —Perdonad esta pausa, pero es que acabo de darme cuenta de que lo mismo le sucedió a mi pueblo por contribuir con dinero a las campañas de Flandes. Por eso Felipe II también le concedió el rollo de justicia como privilegio jurídico para tener ayuntamiento propio y emanciparse de Castrojeriz, el pueblo del noble castellano al que le fue dado en premio el señorío de Trujillo por participar en su defensa, incorporándolo al reino de Castilla. El arqueólogo se emocionó ante esas curiosidades que, quizá estaban descubriendo la fuerza oculta que le empujó a poner tanto interés para viajar desde su pueblo del norte, Pedrosa del Príncipe, hasta Torrecillas de la Tiesa. 231
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Antes de continuar con la charla se preguntó: ¿Será todo una casualidad, o se despierta un nuevo enigma relacionando la leyenda de la tercera mano con mi propia vida? -Y dio un suspiro lleno de suspense. En ese momento, el arqueólogo invitó a los participantes a que plantearan alguna pregunta. Entonces, uno del pueblo preguntó: —¿Es cierto que los rollos de justicia servían también como picotas para castigar a los delincuentes exhibiéndolos para vergüenza pública? Aimar, se quedó pensativo, y contestó: —Bueno, en un primero momento los rollos representaban la emancipación de un pueblo para impartir justicia; por eso los rollos se erigirían a la entrada de las poblaciones. La Picota era una columna en la que se ejecutaban los castigos menores para escarmiento de la gente. No eran lo mismo, aunque en alguna época el rollo lo hayan utilizado paras las dos cosas. –Entonces, ¿en este rollo no se dio muerte públicamente a nadie? – insistió el vecino preguntando nuevamente con interés. Aimar, entonces, añadió: —No se sabe. Pero hay una leyenda que dice que en este pueblo no había ladrones porque a todos los que intentaban robar se les pegaba la mano al objeto que estaban robando. Ante los gritos de dolor acudían a auxiliarlo, y de esa manera descubrían siempre a los ladrones. Posteriormente eran ajusticiados y, según cuenta la leyenda de las tres manos, eran atados a este rollo para ser expuestos a la vergüenza y escarmiento público. 232
Los poderes de la tercera mano
La gente se movía se movía entre los sientos con algún gesto de sorpresa y temor; el arqueólogo conferenciante continuó diciendo: —Todo esto, no es más que una leyenda –insistió de nuevo–, y las leyendas no son verdades científicas, aunque yo soy testigo de que en los días que llevo por esta zona, he visto la presencia de una mano que aparece y desaparece en el cielo azul –terminó diciendo con firmeza. La gente siguió con atención la explicación del arqueólogo y, quedó sobrecogida y extrañada, especialmente los niños, que, a partir de entonces, se lo pensaban dos veces antes de robar cualquier cosa por miedo a que se les quedara la mano pegada. La sombra de la leyenda con las bendiciones y maldiciones salió a relucir, incluso en una charla de hechos históricos. El arqueólogo tenía claro que en estas ocasiones era evidente que la mano de la maldición caía sobre los ladrones. Pero quería saber si en la actualidad la tercera mano ejecutaba la venganza o la justicia. Esa inquietud le animó a esclarecer la verdad y a continuar su investigación por aquellos lugares.
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Capítulo VI LA MANO LIMPIADORA
imar, el joven arqueólogo, permaneció en el pueblo durante unos días más, pues todavía tenía que acercarse a un lugar denominado “El Charco Lavandero”. Era este un pequeño arroyo donde antiguamente las señoras se reunían para lavar la ropa de la familia y, también, la de los señores pudientes que podían pagar por el trabajo realizado. En esos lugares, mientras lavaban, se hacían comentarios y cotilleos de las cosas que sucedían entre el vecindario. Uno de ellos llegó a oídos del arqueólogo. Se trataba de un episodio protagonizado por las mujeres lavanderas, y le interesó tanto que lo anotó en su cuaderno de campo de la siguiente manera: 233
Florentino Escribano Ruiz
Allá por la década de 1900, al morir el dueño de la finca que daba acceso al manantial del “Charco Lavandero”, los herederos, que no vivían en Torrecillas, se dieron cuenta de que las aguas del arroyo donde bebían sus vacas se volvieron perjudiciales, debido a la suciedad y a los jabones que arrastraba a su paso por la finca. Entonces se les ocurrió impedir el paso al “Charco Lavandero” para que allí no se lavara la ropa, pero las mujeres no hicieron caso y se organizaron para evitarlo. Los nuevos herederos contrataron un guarda, pero las mujeres consiguieron burlarlo un día tras otro. Y tan desesperado estaba que no tuvo más remedio que abandonar su trabajo. Entonces, los nuevos dueños, viendo que aquella medida no dio resultado, mandaron a un albañil que construyera una tapia de piedra, bordeando toda la finca para impedir el paso; pero lo que el albañil construía de día, las mujeres se lo derribaban de noche. Ante este hecho el albañil y el nuevo guarda abandonaron el trabajo. Los nuevos herederos acudieron a la justicia encargando a un abogado de Madrid que les llevara este caso. Las mujeres de Torrecillas, al enterarse de que estaba para llegar al pueblo, formaron una muralla cogidas del brazo y, haciendo filas bien ordenadas cantaban coplillas relatando ironías, chanzas y cotilleos contra los dueños para impedirles el paso. El abogado desistió del encargo abandonando el lugar y el pleito. Eso hizo que los nuevos dueños, después de mucho tiempo y de muchos disgustos, hicieran lo mismo que el guarda, el albañil y el abogado, es decir: dejar el acceso a ese lugar, como siempre había estado. 234
Los poderes de la tercera mano
Aimar llevaba en su mente ese singular episodio lleno de significado. Y sucedió algo que jamás olvidará, pues al momento de llegar a ver el “Charco Lavandero” empezó a ver manos por todas las partes.
Ocurrió todo en un instante como en una ráfaga de luz azulada que cegó sus ojos, pero llena de sensaciones indescriptibles, de tal manera que no sabía si estaba viviendo una alucinación o que estaba viendo realmente las manos que reproducían todo el proceso del lavado de ropa hasta su finalización. 235
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Respiró hondo y se frotó los ojos para ver con mayor precisión, pues le pareció que había perdido la percepción del color, o que tenía que despertar del sueño en el que pensaba que estaba metido. Pero no consiguió quitar de su horizonte la visión que tenía ante sus ojos mostrándole todo el proceso del antiguo lavado de la ropa: Las lavanderas se arrodillaban inclinándose sobre lanchas de piedra, o de madera y vio que una tercera mano ayudaba a otras dos manos para enjabonar la ropa, ponerla a rem ojo y dejarla reposar. Vio manos restregando las manchas, aclararlas con agua y golpeando la prenda a una piedra para ablandar la suciedad. Vio manos que introducían la ropa en agua y lejía, durante un buen rato, para adquirir la blancura deseada. Vio manos que aclaraban en agua de añil y retorcerla para escurrirla. Manos para tender la ropa en la hierba o en las zarzas para que se soleara. Manos para estirar la ropa, plancharla y doblarla. Manos para colocarla en una cesta de mimbre o de castaño. Manos para entregar la ropa a los dueños y recibir el dinero por el trabajo realizado, para mantener a la familia. 236
Los poderes de la tercera mano
En todas las operaciones se hacía presente esa tercera mano que ayudaba a las lavanderas a realizar tan limpio trabajo. Cuando Aimar, el joven arqueólogo intrépido, volvió en sí, no vio más que las ruinas del lavadero con la grata sensación de que efectivamente, la tercera mano se hizo presente de una manera sorprendente e inexplicable. Miró hacia el cielo azul y la silueta de la mano en forma de nube estaba por encima de su cabeza. Ese signo le dio la plena seguridad de que lo vivido allí no fue un sueño, sino una fuerza misteriosa de la naturaleza que no es solo materia, pues hay misterios que se esconden detrás de las cosas materiales. El arqueólogo se alegro de ser inmensamente afortunado porque aquella experiencia vivida en Torrecillas de la Tiesa le dio todas las oportunidades para descubrir la verdad que se esconde detrás de la misteriosa tercera mano.
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EPÍLOGO
l arqueólogo intrépido terminó su recorrido por las ruinas, calles y monumentos del pueblo de Torrecillas de la Tiesa. Llegó el día en el que tenía previsto regresar a su pueblo de origen. Aimar estaba preparando su equipaje y notó que algo le decía que llevaba sus maletas llenas de los datos históricos que recopiló visitando las ruinas pero que, sobre todo, llevaba la certeza de haber vivido unas experiencias apasionantes. Sin embargo, todavía le faltaba algo por ver: es una visita que dejó para el último día. Sucedió que, al entrar en la iglesia del pueblo, dedicada a Santa Catalina, sintió una fuerza magnética que le guiaba hacia una lugar concreto. Se dejó llevar por aquella desconocida fuerza y, cuando levantó la mirada, se encontró ante la imagen de una estatua muy sugerente: era una figura de mujer de un cuerpo entero, con manos y cara talladas, y pelo natural. 237
Florentino Escribano Ruiz
Es una mujer que en el pueblo es conocida con el nombre de “Virgen de los Remedios”, y es muy querida y venerada por todos los habitantes; tanto que la tienen como patrona y en su honor se organizan grandes festejos. El arqueólogo no había visto nunca aquella imagen. La observó detenidamente y ¡cuál fue su sorpresa! que se estremeció dando un salto de emoción al ver que aquella imagen tenía tres manos. —Tres manos, tres manos, tres manos… —repetía una y otra vez con asombro y temor ante el torbellino de ideas que confusamente asomaron a su mente. El recuerdo de la leyenda de las tres manos, con sus maldiciones y bendiciones, se repetían como un eco: —Tres manos, tres manos, tres manos… -repetía pensativo el arqueólogo sin saber cómo afrontar, ni qué responder ante aquella situación tan nueva y tan fuera de su alcance. Pero al poco rato, recordando sus experiencias, cayó en la cuenta y dijo: —Esta es la tercera mano que me ha acompañado durante mi trayectoria en este pueblo. -No tenía ya la menor duda. El arqueólogo salió de la iglesia y preguntó a los vecinos por qué esa imagen tenía la característica tan singular de poseer tres manos, lo mismo que en algunos iconos de la iglesia ortodoxa, pero nadie supo responderle. 238
Los poderes de la tercera mano
Entonces investigó en algunos libros y encontró un documento donde estaba escrito que unas personas daban gracias al pueblo de Torrecillas porque recibieron la tercera mano de la Virgen. Dice el documento que unas veces se trasladaba la mano para curar enfermedades infecciosas que obligaban a amputar piernas y manos; otras para erradicar pestes que mataban a personas y animales. En uno de esos escritos se dice que el Arzobispado de Toledo financió la restauración de la campana grande de Torrecillas a expensas de las limosnas de los devotos de los pueblos, en agradecimiento por un hecho milagroso al haber recibido la tercera mano de la Virgen para erradicar una epidemia contagiosa. El arqueólogo lo anotó en su cuaderno de campo y agregó estas conclusiones: —Ahora sé que la tercera mano pertenece a esa mujer de la iglesia, tan admirada en este lugar porque se le atribuyen hechos extraordinariamente milagrosos. Ahora sé que hay fuerzas en la naturaleza que pueden parar la peste, e impedir que se corte un brazo por infección. Esa tercera mano de la mujer es la mano que paró aquella flecha que salvó la vida al capitán de las tropas cristianas en la conquista de estas tierras. Esa tercera mano es la mano de las lavanderas, su mano limpia que se entrelaza junto a otras manos para impedir que se tome la justicia a su antojo. Ahora ya se le disiparon todas las dudas. El joven arqueólogo entendió toda la simbología de la leyenda de la tercera mano, y descartó el componente de maldición para quedarse solo con el de las bendiciones. 239
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Son las bendiciones que el pueblo de Torrecillas de la Tiesa realiza con sus manos en las asociaciones humanitarias que hay en la actualidad: Es la tercera mano que promueve sabiduría, educación y dignidad humana en las asociaciones de cultura, de mujeres, de matrimonios, de padres, de madres, de jóvenes, de la tercera edad. Esas terceras manos son las que desarrollan convivencia en las actividades educativas de ocio y tiempo libre, a través de la caza, el fútbol, las fiestas, y de todas las personas que tienen una capacidad emprendedora en beneficio del pueblo. Es la mano que protege, la mano que hace música, la del niño que pinta, la de médico que cura, la del maestro que escribe y enseña, la del pintor y el albañil. Es la mano que defienden los nuevos rollos de justicia promoviendo los derechos humanos y defendiendo la dignidad de las personas.
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Los poderes de la tercera mano
Es la mano de los acuerdos internacionales de solidaridad y de paz… Es la tercera mano que la medicina utiliza para sanar a las personas aquejadas de alguna enfermedad. Es la tercera mano que se incluye en el Escudo de Armas del pueblo. Es la tercera mano, para honrar y dar gloria a esta Señora de los Remedios que es la mujer que tiene tres manos. Es la tercera mano del pueblo de Torrecillas de la Tiesa que siempre lleva bendiciones cuando le acompaña el altruismo y la generosidad, que son como puentes que unen las orillas con sus manos abiertas para acoger, proteger, promover e integrar a las personas de hoy para hacer un mundo de paz y más solidario. Y colorín colorado este cuento no se ha acabado, pues si tú miras hacia el azul del cielo encontrarás, también, tu tercera mano que te guiará para dar el mejor consuelo y a trabajar para hacer un mundo más humano. Florentino Escribano Ruiz
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Florentino Escribano Ruiz ACTIVIDADES PARA TRABAJAR EL CUENTO:
LOS PODERES DE LA TERCERA MANO de Torrecillas de la Tiesa (Cáceres) 1.- ÁREA DE COMUNICACIÓN Y LENGUAJE. 1A.- Haz un resumen de cada capítulo. Inventa tus propios títulos y léelo en voz alta. 1B.- Haz una recopilación de leyendas, refranes, dichos, palabras “típicas” o anécdotas del pueblo. Con ellas configura una breve narración siguiendo un guión que las reúna. 1C.- Haz una redacción destacando los elementos esenciales de la leyenda de las tres manos, como se narra en el cuento. 1D.- Hazte con la letra de las coplas que cantaban las lavanderas y haz una serie de apartados colocando en cada uno de ellos los asuntos relacionados respectivamente. 1E.- Analiza el argumento principal de las coplas y haz una narración sobre el origen que dio lugar a ellas.
2.- ÁREA DE CONOCIMIENTO DEL MEDIO. 2A.- Haz una excursión al campo y anota las características del paisaje, de las aves y otros animales. 2B.- Organiza los aspectos geográficos de la zona: la fauna, la flora, construcciones antiguas… Añade lo que te falta.
3.- ÁREA DE CIENCIAS SOCIALES 3A.- Haz un estudio de la fauna y la flora del pueblo y alrededores. Organiza una ruta animando a que conozcan esos lugares y cuanto hay en ellos. 3B.- Describe las principales civilizaciones que han tenido contacto con el pueblo de Torrecillas de la Tiesa. Indica los aspectos históricos y sociales más relevantes de cada una de ellas. 3C.- Describe algunas de las ruinas que investiga el arqueólogo del cuento. Consulta este libro de la historia del pueblo y amplia información basándote en las fuentes históricas. 242
Los poderes de la tercera mano 3D.- Cuando el arqueólogo sueña con la cueva y las manos tiene mucho de veracidad. Indica los aspectos científicamente demostrados. Haz una investigación sobre las pinturas rupestres y sobre todo de las manos. 3E.- Amplia información sobre la “Orden de los Caballeros de Trujillo”. Busca información sobre otras órdenes de caballería: qué organización tenían y qué objetivos pretendían. 3F.- Consulta el libro de la historia de Torrecillas y elabora un breve trabajo sobre las características y funciones del “Rollo de justicia”.
4.- ÁREA DE EXPRESIÓN PLÁSTICA 4A.- Haced una exposición de manos hechas al estilo de las pinturas rupestres. 4B.- Haced una exposición artística de cruces, con variedad de formas, pero siempre pintadas de color verde, cono las de la Orden de los Caballeros de Trujillo (“Freyres de Truxillo” de 1188) 4C.- Atrévete a hacer un reportaje fotográfico y artístico, destacando detalles del Rollo de Justicia, desde varios enfoques y perspectivas. 4D.- Haced una exposición con maquetas, cuadros, fotos, etc. dedicada a resaltar el monumento del rollo del pueblo. Haced una recopilación de fotos con los rollos de justicia de otros pueblos.
5.- ÁREA DE HIGIENE Y SALUD. 5A.- Escribid cómo están cuidados los árboles, las charcas, los arroyos… Haced un debate denunciando la contaminación de las aguas para promover la salud de animales y plantas. 5B.- Haced un escrito al ayuntamiento presentando medidas para mejorar la salud ambiental y la salud e higiene de lugares y personas.
6.- ÁREA DE CULTURA DE LAS RELIGIONES 6A.- Haz una investigación sobre las fiestas religiosas del pueblo, destacando su origen y su contenido. 6B.- En la iglesia del pueblo hay una imagen de una mujer con tres manos. Haz un estudio histórico sobre el nombre de la imagen, su historia, los documentos que hablan de ella… Describe lo que dice el evangelio sobre esa mujer y compáralo con lo que se cuenta por tener tres manos. Razona los resultados aportando tu opinión crítica. 243
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7.-ÁREA DE EDUCACIÓN EN VALORES 7A.- Haz una lista de los valores cívicos, sociales, personales… que se desprenden del arqueólogo del cuento. 7B.- El arqueólogo del cuento vive en un dilema entre la ciencia, la leyenda y lo misterioso. Describe el proceso mental que realiza y las conclusiones a las que llega. 7C.- En la leyenda de las manos, indica los valores humanos que se destacan en el cuento. 7D.- El pueblo actual de Torrecillas de la Tiesa tiene sus valores sociales. Recoge en una lista todas las asociaciones que se nombran en el cuento y escribe a un lado los valores que se promueven en las actividades que hacen. 7E.- Presentad al ayuntamiento un proyecto cultural para valorar y dar a conocer la historia Torrecilla de la Tiesa.
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