Dictados tópicos de Extremadura por Antonio Rodríguez Moñino (1931)

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«No campo folklórico ha duas espe­ cies de trabalhadores: os que desente­ rraría da tradipáo os materiaes, e os que edificam con elles. E n pertenego ao primeiro grupo, e u elle me conservarei en quanto me fab taretn os conhecimentos scientificos indijspensaveis para os trabalhos de corptrucQño. B pois aos trabalhadores do según do grupo que estou eu proporcionando alguns elementos para os seus estudos comparativos; eis a que se reduce a minha missáo. E assim digo-o aqui de passagem, doume por completamente compensado néo so das tremendas massadas d’essa colheita como tam~ bem das risas brutaes de pessoas sem criterio nem conhecimento algún do assumpto que classifican de puérilidade ridicula este genero d’investigagoés.» A n t o n i o THOMAS PIRES. VillaviQOsa, Junho 1885. (Carta al Exmo. Sr. D. L. de S. Alvarez.)


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Se entienden por Dictados tópicos unos documentos folklóricos que afectando cualquier forma literaria-vulgar se refieran a nombres de pueblos, apodos colectivos de sus habitan tes, características y relaciones entre unos y otros, o simplemente sean referencias califica­ tivas de los mismos. Ha tenido esta rama del folklore distintas denominaciones, v. gr., geografía popular, canciones de lugares, toponimia folklórica y dictados tópicos. Nosotros hemos preferido esta última, siguiendo la opinión del maestro don Ramón Menéndez Pidal 1, quien la cree más acertada que las restantes. La historia de los dictados hay que buscar-

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1 «...entre los títulos que Vd. propone para su pu­ blicación, me parece el mejor el de Dictados Tópicos, porque Toponimia Folklórica parece que trataría sola­ mente de los nombres de lugar, y no es así, pues no

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la en España. Mucho ^ntes de que esta clase de estudios figurase con propia vitalidad en todos los países cultos, antes de que diese una adecuada denominación a la disciplina Ambrosio Mérton ya había un español culto e inteligente que se preocupaba de recopilar los cantares, refranes y modismos referentes a pueblos de su patria. Fué el ilustre conquense don Fermín Caba­ llero, quien en 1834 coleccionó en un tomito bastantes documentos de esta índole, y hasta esbozó el ensayo de una clasificación provi­ sional que, aunque inaceptable hoy, significa un adelanto en la curiosidad erudita por los temas populares 2. Con posterioridad a Caballero, aparecieron trata de los nombres, sino de las propiedades de los pueblos o de sus habitantes..... — R . MENÉNDEZ P i d a l .» Esto nos escribía el ilustre maestro en carta de 9 de Agosto de 1928. 1 La palabra Folklore se empleó por primera vez en un artículo de Ambrosio Mérton, publicado en la revista de Londres The Atheneum, en 1848. 2 Fermín Caballero; Nomenclatura Geográfica de España. Madrid. Imp. de Aguado, 1834, VII h. — f-240 pá­ ginas. Merecía reimprimirse este opúsculo tanto por su rareza como por su interés folklórico. Nosotros hemos logrado adquirir un ejemplar de este raro libro por la fi­ na obsequiosidad del culto erudito y biógrafo de Arias Montano doctor Luis Morales Oliver. Al fin de este es­ tudio, en los Apéndices, publicamos un estrado parcial del libro.

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dos colecciones de cantares, en las que tam­ bién se recopilaban documentos tópicos. Fué una, impresa en 1859, la de doña Cecilia Bohl de Faber y Larrea—Fernán Caballero —en su Cancionero popular \ y otra la recolectada por don Emilio Lafuente, más deficiente en cuanto al buen gusto de seleccionar, pero más útil por lo completa 2. Estas dos colecciones hay que considerar­ las sólo como meros ensayos. Cuando con mayor interés comienza a investigarse en este sentido es a partir de la creación del Folklore Society, en Londres, 1878. Los estudios sobre el carácter y la sabiduría popular se extienden con rapidez a todos los países europeos, y con la organización de los nacientes centros fran­ ceses y alemanes, concuerda el establecimien­ to del Folklore andaluz, debido a los cons­ tantes esfuerzos de don Antonio Machado y Alvarez y de un grupo de colaboradores tan competentes como Romero Espinosa, Torre Salvador y Rodríguez Marín 3. La naciente sociedad había tenido sus ante1 Fernán Caballero [ Cecilia Bóhl de Faber y La­ rrea]: Cuentos y poesías populares andaluzas. Sevi­ lla, 1859, 8.°. Con posterioridad se han hecho varias reimpresiones. 4 Emilio Lafuente y Alcántara: Cancionero Popular, colección de coplas. Madrid, Imp. Bailly-Baylliére. 1865. 3 Para la historia del folklore, puede consultarse el libro de A. Guichot, Noticia histórica de Folklore, orí-



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estuvo a pique de costarle un serio disgusto, porque el violento don Matías Ramón Martí­ nez, en desacuerdo con la clasificación de los textos que hacía Leite, escribió un artículo un poco duro en su contra, que fué respondi­ do por el portugués desde las páginas de la Revista de Estudios Libres, y refutado otra vez por el extremeño en su FolkloreFrexnense. Si este desagradable incidente pudo entibiar en algo las relaciones entre tan excelentes es­ tudiosos, reportó sin embargo positivas ven­ tajas, porque en apoyo de su tesis uno y en defensa de la suya el otro, hicieron que se die­ sen a luz ciento cinco documentos, algunos de ellos con curiosas observaciones, en la re­ vista de Fregenal de la Sierra. En el mismo año —influenciado tal vez por los colectores iberos —escribió Giuseppe Pitré sus artículos, curiosos e interesantes, sobre Dictados tópicos tridentinos 1, en las páginas del A rchivio p er lo studio delle tradizione popolari. Este favorable ambiente hizo que el eximio maestro Joaquín Costa se preocupase de la materia e imprimiera los Dictados tópi­ cos del alto A rag ó n —1883 —continuados lue­ go con el interesante artículo Una form a típi­ ca d e canción geográfica 2. 1 Archivio per lo studio delle tradizioni popolari, Palermo 1883, tomo II, fascículo I. 2 Incluidos en la revista Folklore Frexnense, 1883-4,

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Por aquel tiempo don Francisco Rodríguez Marín ultimaba su colección de Cantos po­ pulares Españoles 1, extensísimo archivo de nuestra musa popular, y allí, en el tomo IV, tuvo una sección dedicada a coplas locales, comprensiva de varios documentos hispanos, concordados algunos con sus similares cono­ cidos. Se inicia entonces una curiosa derivación del tema, tan útil para el folklore como para la historia. Nos referimos a los Mapas Topográfico-tradicionales. Machado, el gran pro­ pulsor del saber popular híspano, había dado un interrogatorio para la formación de estos estudios, y don Matías Ramón Martínez se apresuró a seguir las huellas del docto maes­ tro, recogiendo de boca del pueblo cuanto es­ cuchó referente a Burguillos del Cerro. Logró terminar e imprimir su libro en 1884 2. No sucedió lo mismo a un benemérito polklorista, don Rafael García Plata y de Osma, que comenzó a reunir materiales para formar el Mapa de la villa de Alcuéscar, en los últi­ mos años del siglo pasado, pero que desgra­ ciadamente no pudo terminar, porque la Re1 Cantos populares españoles, por Francisco Ro­ dríguez Marín, Sevilla, Establecimiento Tipográfico de F. Alvarez y C .a, 1882 y sgts., 5 vols. 2 En el tomo IV de la Biblioteca de Tradiciones Populares Españolas que dirigió don Antonio Machado y Alvarez. Sevilla, 1884.


16 r o d r í g u e z m o ñ in o vista de Extrem adura, en donde iban salien­ do a luz sus apuntes, feneció antes de con­ cluirse de insertar completo el trabajo, cuyo plan estaba trazado desde 1897. De entonces para acá, puede decirse que salvo un folklorista, el señor don Gabriel Ma­ ría Vergara y Martín, nadie más se ha ocupa­ do de esta rama del saber popular. Inició éste sus labores con una conferencia pronunciada en la Real Sociedad Geográfica de Madrid, 1906, impresa en la fenecida Revista Contení' poránea, y pasan de una docena los trabajos que con referencia al mismo asunto ha publi­ cado después \ incluyendo todos ellos en el comprensivo Diccionario Geográfico Popu­ lar 2, dado a estampa en 1923. De esa colec­ ción hemos incorporado bastante a la nuestra, aunque a veces con distinta fuente y criterio que su noticioso autor. En las notas expuestas, queda esbozada, de una manera sucinta la historia de los estu­ dios de geografía popular hechos en España. Complemento útil para precisar obras y fechas es, y a ella remitimos al lector, la bibliografía folklórica que encontrará páginas más ade­ lante. 1

V é a s e en el p re se n te lib ro la n o ta b ib lio g rá fic a de

su s p rin cip a le s p u b lica c io n e s. •* M ad rid , E d ito ria l H e rn an d o , 1 v o lú m en en 4 .°, 1923.

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Indudablemente, en una colección de casi quinientos documentos, hácese precisa una clasificación, a fin de poder encontrar en un momento dado el que nos interese. No es solo este su objeto: a menudo, al estudiar determi­ nada rama, v. gr., la hagiotopografía popular, necesitamos tener agrupados los temas a ello referentes. Un perfecto orden vendría a solu­ cionar el problema de los hallazgos inespera­ dos y de las búsquedas infructuosas. El lector a quien sólo interesen, v. gr., los documentos referentes a la manera peculiar de pronunciar determinadas palabras en distintas localidades, aquél que busque las denomina­ ciones tópicas de apodo de tal o cual lugares, en una colección bien organizada, debe ir a un casillero especial en donde se cataloguen los dictados que afecten a su estudio. 2


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Para apartar la dificultad de una total lectu­ ra, han sido propuestas y ensayadas distintas clasificaciones. Don Fermín Caballero los sepa­ raba desde el punto de vista geográfico, criterio que ha seguido modernamente el señor Vergara Martín. No nos convence esta división con­ sistente en separar los materiales por su con­ tenido geográfico intrínseco, y no nos conven­ ce, porque los dictados de esta índole, con ser muchos, no son todos. Queremos decir que, además de los que se refieren a ciudades, ca­ bos, montes, ríos, mares, etc., queda siempre una gran cantidad por clasificar o que—como Vergara—hay que incluir en una sección no geográfica, en cuyo caso tendremos que sólo se han desarrollado las tablas clasificadoras en un sentido, mientras queda un núcleo aún por catalogar. Leite de Vasconcelos, distribuye sus mate­ riales en tres secciones: a) dicterios o apodos; b) elogios, y c) referencias diversas. Tampo­ co nos satisface este ensayo de organización, porque es unilateral, es decir, que sólo apre­ cia los dictados en su carácter de amistad o enemistad, dejando también una gran sección —referencias diversas —, por demás compren­ siva y cuyo título nada indica al estudioso acerca de la índole de los documentos allí contenidos. Esta clasificación—ya lo hemos indicado —

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tué violentamente impugnada por los señores don Matías Ramón Martínez y don Luis Ro­ mero Espinosa, en sendos artículos de la re­ vista Folklore Frexnense 1. A su vez, preten­ dieron ellos establecer una basada en criterio más científico y minucioso. Vano empeño, porque tampoco logró el nuevo tanteo un va­ lor efectivo. Don Francisco Rodríguez Marín 2, soslaya este problema, dando a su colección el título general de Coplas locales. Como su intento no fué más que recoger materiales, no entró por ello en una división y se limitó a insertar los cantares que habían llegado a su noticia comentándolos y concordándolos con las co­ lecciones aparecidas hasta entonces. Acaso «•n la anunciada futura edición resuelva nues­ tras dudas. No falta tratadista que haya querido aplicar /i la clasificación de documentos folklóricos rl sistema decimal utilizado modernamente para los catálogos y trabajos bibliográficos, pero sobre ser dificilísima su aplicación, exi­ giría un trabajo y una constancia en el cata­ logados verdaderamente benedictina. Sea cual sea la clasificación que se adopte, tlempre quedarán muchos textos cuyo perfec1 Véanse estos artículos fragmentados en los Apén­ dices al presente estudio. 1 Cantos populares Españoles, tomo IV.


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to encuadre en una sección es casi o totalmente imposible. Podríamos citar en apoyo de nuestra tesis numerosos ejemplos, pero tan solo aducimos estos cuatro porque en ellos —escogidos al azar—puede apreciarse perfec­ tamente la diversidad de asuntos por los que son suceptibles de reseña: Jerez de los Caballeros. Fregenal de los señores, La Higuera de los borrachos, Cumbres Altas de ladrones. A Logrosán yo me voy a por una logrosana, que las mozas deste pueblo parecen yeguas serranas. Por San Juan diera un ochavo, por San Francisco un doblón por la morena que tengo alma, vida y corazón. Los suspiros que salen de mi pechito se van por Guadiana hasta Burguillos.

¿Cómo habría que catalogar estos cantares ateniéndose a las clasificaciones señaladas? En todos ellos hay duda que no se resolvería con la inclusión en un grupo determinado, a menos de multiplicar las referencias o inser­ tar cada uno, tres o cuatro veces. Vamos a tomar como modelo la clasificación de Leite

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de Vasconcelos, prescindiendo —claro está— tlr la sección referencias diversas, en la que (nulrían holgado espacio todos. Quedan, pues, Elogios y dicterios. fin el primero hay elogios a Jerez y Fregenal v dicterios a la Higuera y Cumbres Altas. ¿Por cuál nos inclinamos? Aun suponiendo que luese por colocarlo entre los elogios —por el orden —habría que hacer referencia en los dicterios. Y luego, encasillarlos entre los refe­ rentes a pueblos (Jerez de los Caballeros) o a condición de los habitantes. fíl mismo caso se da en el segundo: elogio a las mozas de Logrosán, pero censura a las de otra ciudad. El tercero puede considerarse como elogio de Badajoz, como pensamiento amoroso y dentro de éstos, como copla de ronda que es su verdadero papel. Con respec­ to al cuarto, el folklorista vacilará siempre en Incluirlo entre los amorosos, geográficos de rio y alabanzas de ciudad. Se ha ideado también clasificarles por el nombre de los pueblos, pero es materialmen­ te imposible una exacta catalogación de dicta­ dos como: Vivan San Pedro y Valverde, Mirandilla y Trujillanos, Don Alvaro y Valdetorres, La Zarza y Villagonzalo.

porque o, habría de escribirse ocho veces —


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una de cada apartado de los respectivos pue- j blos —o andar refiriéndose constantemente de J unos en otros, trabajo harto pesado y hasta f cierto punto inútil. j Viendo, pues, todas estas dificultades, nos- i otros hemos creído más oportuno ordenar los j dictados alfabéticamente, porque así tienen un { orden que, aunque imperfecto y rudo, es el que han tenido que seguir folkloristas de la talla de Gonzalo Korreas y Rodríguez Marín, en sus respectivas colecciones de refranes. El orden alfabético es el de la primera palabra de cada documento. Pero como hubiera sido preciso leerlos todos para encontrar el respectivo a cada localidad, hemos creído conveniente formar sendos índices de los de las provincias de Badajoz y Cáceres, al lado de los cuales van unos números correspon­ dientes a los originales de cada documento. •j Tan solo hemos hecho cuatro grandes divi­ siones, necesarias hasta para la estética de lo impreso. V an en la primera los apodos refe­ rentes a las localidades, comprende la segun­ da los que se aplican a los habitantes de ellas, la tercera incluye los dictados que no afectan estas form as ni las de cantares, y en la cuar­ ta finalmente, van las coplas. Con estas indi­ caciones ya se habrá comprendido el manejo del presente ensayo.

Hemos indicado ya que nuestra clasifica­ ción de los documentos folklóricos se basa — casi exclusivamente —en procurar la mayor armonía en la composición tipográfica y la más fácil labor del estudioso que quiera con­ sultar algún dictado. Dividimos estos, en Apodos, que pueden ser de ciudades; por ejemplo, Valverde de Burguillos es la ciudad del tomate; Zafra, Sevilla la chica; Villafranca, la tesorería extrem eña, etc., o de los hahitantes, v. gr.; los de Los Santos de Maimo­ na son agachaos; los de Feria, coritos y los de Llerena, alumbrados. Además de estos dos grupos, hay otro inte­ grado por los documentos que afectan una forma de refrán, proverbio (dicho decidero, según el habla popular extremeña), etc., como ruin con ruin que así casan en D u eñ a s; el


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tamborilero de Bodonal, que tocando, tocan' do, se le olvidó tocar; el herrero de Fuentes, que a fuerza de m achacar se le olvidó el ofi' ció, o si tienes un hijo conde y desea ser du~ que, mételo a fraile de Guadalupe. El más completo, sin duda alguna, es el cuarto grupo, en donde van incluidos los cantares y rim as populares referentes a pueblos de ambas provincias extremeñas. Comprende ca­ si doscientas cincuenta, la mayor parte inédi­ tos. Su factura varía en cuanto al número de versos, siendo en unos tres: Madrecita, quien tuviera la tierra que se divisa desde el castillo de Feria. Soledad de la cañada, la mujer es la que pierde, que el hombre no pierde nada. Yo te estoy queriendo más, que granos de trigo muele la máquina de Alcalá.

en otros, generalmente, cuatro: Ojos que te vieron ir caminito de Llerena. Ya no te verán venir para alivio de mis penas. Eres el sol de Zorita, la luna de Cañamero, de Berzocana la estrella, de Logrosán el lucero.

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Primero que t' orvide caye Pozanco, echarán los olivos melones blancos.

y varias veces de cinco: Se vió una ‘streya bajá y parase 'n'una ‘ncina..... En Bótoa morando ‘stá aqueya virgen divina qu‘ oy vamos a vcnerá..... Camino de Feria vá un hombre de mala facha; por cierto que es el miguero y nadie le ponga tacha que vá a Feria a por dinero. A la virgen de la Estreya le tengo que regalá fanega y media de trigo si me yeg-a a colocá este verano contigo.....

En cuanto a la rima, es muy desigual. La asonancia es frecuente, y la disonancia aún más. Téngase en cuenta que si el pueblo es —a su modo —un artista del sentimiento, no siem­ pre sabe expresar con fidelidad la idea que se le ocurre. El poeta popular y el improvisa­ dor buscan más que pegu e que no que rim e la composición. Recuérdense, por ejemplo, las composiciones improvisadas chilenas: —Mi don Javier de la Rosa, usté que es hombre de letras


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agora me va a decir si la pava tiene tetas. —Escucha, negro Tagüada, te lo diré en un bendito; si la pava tuviá tetas la mamaran los pavitos 1 Recitados por nuestro docto amigo profesor Heliodoro Flores, de Santiago de Chile, en una interesantísi­ ma conferencia dictada en la Universidad Central de 'Madrid, Facultad de Filosofía y Letras, en Enero de 1929, sobre folklore de su país. Pueden leerse impresos en la excelente Revista Municipal de Guayaquil (Ecuador) en el año IV, número XXVIII, Diciembre de 1928, pá­ gina 54. De intento hemos escogido este ejemplo, porque hay un punto interesantísimo en el folklore que aún no está suficientemente estudiado: es el de los improvisadores llamados también repentistas y relanceros. Para que puedan verse aquí las enormes relaciones populares en­ tre distintos países, compare el lector el trovo que a continuación publicamos, recogido en Chile por Flores, otro que lo fué en Portugal por Thomas Pires (números 466 y 467 de su colección), el número 6.911 de los Can­ tos Populares Españoles, de Rodríguez Marín (tomo IV), y otro recogido por Machado ( Cancionero, página 19) en Venezuela: a)

—Mi don Javier de la Rosa usté que es hombre de letras, agora me va a desir si la pava tiene tetas. —Escucha negro tagüada te lo diré en un bendito: Si la pava tuviá tetas la mamaran los pavitos,

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No hemos podido hallar—desgraciadamen­ te —en nuestra región, otra muestra de rela­ ción comarcana sino la Tonada d e la R am ­ bla. Esta interesantísima composición fué b)

—¿Quem me troca un vintén contra un cruzado novo? Dize-me la por cantigas: ¿cuántas penas tem un corvo? —Recada lá teu vintén que o cruzado novo e meu o corvo nao tem mais pennas qu’aquellas que Deus lhe deu. c) —Cantaor que estás cantando y presumes de cantista, dime: ¿cuántas cruces jace el sacerdote en la misa? —Te respondo, compañero, porque te sé respondé: er sacerdote en la misa jase cruses ventitré. d) —Ques muy grande tu saber por lo que me has dicho infiero; más deseo que me digas: ¿cuántos pelos tiene un cuero? —¡Ay Jesús, María y José que me has dejado confuso! Los pelos que tiene un cuero fueron los que Dios le puso. En otros países hispanoamericanos existen también los típicos memoristas, relanceros o improvisadores. Bella descripción de una escena de estas, es la trazada por el escritor pañameño Salomón Ponce Aguilera en su cuadrito La Apuesta, inserto en el volumen de pro­ sas titulado De la gleba.


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descubierta y publicada fragmentariamente —39 versos —por don Luis Romero Espinosa, en la fenecida revista Folklore F rexn en se *. Nosotros logramos una redacción más comple­ ta —1926—que cedimos al Sr. D. B. Gil García para que fuese recitada en una conferencia que pronunció dicho señor en el Ateneo de Bada­ joz, reproducida dos meses después en un teatro de la misma ciudad, e inserta en el pe­ riódico local Correo de la Mañana 2. La Tona de la Ram bla, única muestra ex­ tremeña de su género es un itinerario de la pro­ vincia de Badajoz hasta entrar en Huelva, y tal como la hemos encontrado nosotros, consta de sesenta y seis versos en los que se contienen nombres de veinticinco pueblos de Extremadura y cuatro que no pertenecen a esta región. PUEBLO S EXTREMEÑOS

Alanje. Almendralejo. Badajoz. Bodonal. Burguillos. Cabeza la Vaca. Calzadilla de los Barros. Campanario. Don Benito. Fregenal.

PUEBLOS EXTREMEÑOS

Fuentes. Fuente de Cantos. Fuente del Maestre. Jerez de los Caballeros. Mirandilla. Olivenza. Puebla de Sancho Pérez. Santa Marta, Segura de León. Los Santos de Maimona,

* 1883, página 72 a 73. * Día 24 de Octubre de 1926.

DICTADOS TÓPICOS PUEBLOS EXTREMEÑOS

Valencia. Valle de Santa Ana. Villafranca de los Barros. Zafra, Zarza.

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PUEBLOS NO EXTREMEÑOS

Cumbres Galaroza. Jabugo. Valverde del Camino.

Es de la misma índole que las que recogió el ilustre maestro Joaquín Costa—1883 —en el Alto Aragón, en la ribera de Cinca, en la Co­ marca de Hecho y en el territorio comprendi­ do desde el Cinca al Esera e Isaberna, que co­ mienzan respectivamente: En Vicien matan las cabras y la venden los cortantes... En Zaidín canta el cuculo y les dice las verdades... En Fago venden abarcas y en Anzó las abarqueras... Estriche y Santa Lencina son dos poblaciones grandes .. '

Insertas en la revista Folklore Frexnense, pági„as 186 a 188.


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Aunque no es posible determinar con exac­ titud el origen de todos los documentos tópi­ cos, es fácil y comprobable el suponer deriva­ dos a algunos de hechos ciertos y sucedidos. ICn efecto, el pueblo español, tan propicio siempre a la burla y donosura, aun en momen­ tos en que hondas crisis afectaban al terri­ torio nacional, ha sabido poner el comenta­ rio picante y jocoso a un hecho histórico ex­ presándolo simplemente,: Con las bombas que tiran los fanfarrones se hacen las gaditanas tirabuzones.

asociándole a un pensamiento amoroso: La Reina Doña Isabel puso sus tiros en Baza. Y yo los he puesto en tí porque me hacen mucha gracia.

a una maldición:


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Permita Dios y te veas, como se vió Novaliches en el puente de Alcolea.

o a otras muchísimas maneras y modos de exteriorizar sentimientos y pasiones. Si los tres transcritos tienen un gran interés como hechos históricos nacionales, hay otros que toman su idea de sucesos más concretos y locales, como por ejemplo: A la feria de Marzo van los señores y a la de Trujillo los labradores.

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o este otro que perpetúa un hilarante suceso ocurrido hace más de medio siglo en Los San­ tos de Maimona, que todavía se oye recitar de vez en cuando: E4 año cincuenta y ocho, mal año de chinarrales: se casó la chata Ortega con el ciego Romerales.

Aparte de este origen histórico y real que hemos indicado, hay otros hechos y cosas que pueden considerarse también como fuen­ tes de los documentos. Entre los más intere­ santes, sin duda alguna, están los que han pa­ sado al pueblo por transmisión, adulterada o no, de obras literarias, sobre todo poéticas. Hay un caso típico: desde el siglo xvi, figura

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entre los proverbios y refranes uno que dice: En Madrid quien m adrugare, levantarse ha de m añana, y en Segovia, la m u jer que fu e­ re novia, parirá desque em preñare. La derivación de este dictado, de la poesía erudita, no puede ser más ostensible. Es un fragmento corrupto de las Nuevas Profecías de Juan del Encina, publicadas por vez prime­ ra en 1496: ...en Madrid quien madrugare levantarse ha de mañana, y el que en Toledo morare, hallará, si bien contare, que el que pierde, poco gana... en Avila o en Segovia la mujer que fuere novia parirá desque empreñare... El que de Medina arranca, aunque lleve bulo y bula, si se le manca la muía no dejará de ser manca .. 1

Con un poco de investigación, podríamos entresacar un buen número de cantares y pro­ verbios que reconocen como fuente la lírica erudita. Recordamos ahora dos estrofas de 1 Cancionero de las obras / de juan del enzina. [Al folio CXVI:] «Deo gracias /Fué impresso en Sala­ manca. A veynte dias /del mes de Junio de mil. cccc. iXCVI. años.» Fol. letra gótica a dos columnas. Cons ta de CXVI folios. 3


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Eugenio Gerardo Lobo, que son hoy popula­ res. La primera, referente a Ubeda:

(luientes nombres de pueblos cuya identifica­ ción con los extremeños es más que proba­ ble:

Úbeda grande ciudad, amparo de forasteros cucaña de los tenderos filón de barbaridad. Ancho mar de la codicia muchos burros con malicia, criticar es su deseo y en todo asunto dar «pifia».

Villafranca fde los Barros], Fuentes... Los Santos fde Maimona], Segura de León. Acedera.

está publicada por el señor Vergara Martín en su Diccionario Geográfico Popular. La segunda, recogida en Táliga por nos­ otros, es también del bravo escritor y militar español, se refiere a pueblos de Extremadura y dice así: Un arroyo mucho antes que el diluvio universal se llevó a los habitantes de Helechosa y Bodonal.

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Utilizar muchos nombres de pueblos para determinada composición poética, ha aficio­ nado al poeta folklórico a entremezclar en sus cantares los tópicos más conocidos para él. Una muestra de esas es el papel volante que reproducimos al final 1. En él hay los si1 Este rarísimo papel suelto del que no hemos visto otro ejemplar, nos fué regalado, junto con otros volú­ menes de varios y miscelánea por nuestro pariente don Manuel Lobo y Fructuoso y proceden de la biblioteca que posee en su magnífica casa-palacio de Villalba de

Oliva [de Jerez, de Mérida], Higuera... Barcarrota. Villanueva... [Condado de] Niebla.

¿Cabe considerar como folklóricos los dic­ tados tópicos que tienen este origen? Duda­ mos. Por una parte no son creación del pue­ blo sino del poeta erudito, pero también hay «lúe tener en cuenta que el pueblo los ha he­ dió suyos. Claro está que son en vez de popu­ lares, popularizados. En todo caso, nosotros Ins consideramos como tales, desde el mo­ mento en que son tan conocidos de todos como los de neta y espontánea creación po­ pular. Todavía hay otros que, aun sin valor folklóIiih Barros, en las que tiene una regular colección de nntljfüedades y joyas. La biblioteca fué formada por |ii bisabuelo don Rafael María de Lobo, Caballero del I lilblto de Santiago y Administrador perpetuo de la casa il> San Marcos de León, de la misma Orden. I’or el formato, tipos de imprenta y tema, parece ser tli los primeros años del siglo x v i i . Nos inclinamos a t u-cr que el autor sea andaluz, tal vez sevillano, tanto pulque los pueblos son casi todos del sur de la penínsu­ la como por ciertas particularidades gramaticales que Merinos observar.


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rico, van extendiéndose mucho, y son los can­ tares formados por algunos geógrafos pedago­ gos, con carácter de simple método mnemotécnico, para que la infancia recuerde las prin­ cipales poblaciones de determinada región o territorio. Buen ejemplo de esto lo tenemos en los resúmenes de capítulos de manuales de Geografía Española, alguno de los cuales, co­ mo el del señor Zabala \ están de texto en numerosos Institutos de segunda énseñanza. Escusado está decir que en el campo folklóri­ co no tienen valor alguno. Aunque en la duda convenga recogerlos to­ dos, hay algunos documentos que carecen también de interés y que pueden considerarse fruto de la envidia, la malquerencia, el des­ pecho o las rivalidades entre unos y otros pueblos: 1 Manuel Zabala Urdaniz: Elementos de Geografía, cuarta edición. Madrid, 1923, 343 -)- 1 páginas. Los dos correspondientes a Extremadura están en las página 200 y 201, y dicen así: Badajoz, Zafra, Castuera, Almendralejo y Jerez, Mérida, Olivenza, Herrera y la Püebla de Alcocer. Cáceres, Navalmoral, Logrosán y Garrovillas, Plasencia, Coria y Hervás, Montánchez y Jarandilla.

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Cañamero maldito, ¡quien te quemara! Yo pusiera la leña que me tocara. Cuatro cosas de bueno tiene Villalba, montes sin leña ríos sin agua, mujeres sin conciencia, hombres sin alma. No quiero mujer de Herrera ni aunque me la den de balde: la que no es carabinera tiene amistad con un fraile.

¡Buenos estaríamos, si fuésemos a tomar en serio estos desahogos de la pasión! Terminamos esta nota preliminar, indican­ do que en nuestra colección hemos omitido voluntariamente hasta media docena de docu­ mentos que por la obscenidad de su lengua­ je, o por lo groseramente insultante de sus temas hemos creído exentos de valor alguno para el estudioso. Si hay quien con semejan­ tes obscenidades se recrea, el respeto a nues­ tros lectores y la propia consideración nos impiden darlos a estampa. No obstante, se encuentran en las colecciones más maneja­ bles, así es que pueden verse cuando se quiera.


BIBLIOGRAFIA

Incluimos aqui, además de las obras consultadas, al­ gunas levísimas indicaciones de obras referentes al mis­ mo tema, que a pesar de su parvedad numérica pueden ofrecer algún interés a los investigadores. Dos o tres que no hemos podido verificar, van señaladas con un asterisco. Es lástima grande que carezcamos de un buen repertorio bibliográfico-folklórico hispano.


A lvera (Andrea). Canti popolari tradiziona-

li vicentini. Vicenza, Longo, 1844, 8.° Amabile Guastella (Serafino). Canti popolari del circondario di Módica, raccolti e illustrati. Módica, Secagno, 1876. Andre (Marius). Cantares. París, ed. «Le livre libre», 1930, 8.° 75 páginas. Andreoli (Raffaele). Canti popolari toscani, scelti ed annotati. Napoli, 1857. 32.° Anónimo. Geografía física en coplas, in El folklore A ndaluz, 12 de Febrero de 1883. ------- Dictados tópicos. Ibidem. ------- Refranes glossados en los quales qualquier que con diligencia los quisiese leer ha­ llará proueruios y marauillosas sentencias. Burgos, por Fadrique Alemán, 1509.


42 RODRÍGUEZ MOÑINO ------- [Reimpresión facsimilar de Melchor García, Madrid, 1922-23.] Los Copíhues. Nuevo Cancionero popular. La Serena (Chile). Imprenta Moderna, s. a., 16.°, 98 páginas. Libro de refranes compilado por el orden del A B C en el qual se contienen Quatro mil y trezientos refranes. Zaragoza. 1549. [Reimpresión en facsímil de Melchor García. Madrid, 1917.] ------- Dichos locales españoles, in- Archivio per le traditione popolari, vol. I, pági­ na 584. — — Canzoni popolari inedite in dialetto sardo centrale. Cagliari, Tip. Commercio, 1870, 8.° ------- Canzoni popolari in dialetto sardo logudorese. Caglianí, 1863, 16.° ------- Ibidem, 2.a edición, 1866. Canzoni popolari in dialetto sardo logudorese. Parte seconda, 1864, 16.° ------- Colletjao de cantigas populares colhi-

DICTADOS TÓPICOS

43

gidas em differentes térras das provincias e ilhas adjacentes, Lisboa, 1879. ------- Le chansonnier Lillois, recueil de Chansons. Lille, A. Levy, 1856, 8.° Arbaud (Damase). Chants populaires de la Provence, Aix, 1862, 8.° Arguijo (Juan). Colección de cuentos. Mss. en la Biblioteca Nacional de Madrid, sígnatura C e.-2 1 7 . Arthaber (A.) Dizionario comparato di proverbi e modí proverbiali italiani, latíni, francesi, espagnoli, tedeschi, inglesi e greci latini, con relativi indíci sistemático alfabetici. Milano, Hoepli, 1929, 8.° XVIII -f 892 pági­ nas. Atger (Aimé). Poesías populaires en langue d’oc, Montpeller. Imp. Centrale, 1875. B a r b o s a ( B . ) Cantos populares de Évora, in - Revista Lusitana, año 1914.

Barrantes y Moreno (Vicente) Aparato bi­ bliográfico para la historia de Extremadura, Madrid, 1875-77, 3 vols. 4.° ------- Días sin sol. Madrid. 1875, 8.°


44 RODRÍGUEZ MOÑINO ------- Indice de su biblioteca extremeña. Madrid, 1881, 8.°, 400 páginas. Baseti (Atanasio) Saggio di poesie contadinesche. Parma, 1824, in - Gazzeta di Parma, números 38-41. Bastús (Joaquín) La sabiduría de las nacio­ nes; probable origen, etimología y razón his­ tórica de muchos proverbios, refranes y mo­ dismos usados en España. Barcelona, Impren­ ta Menero, 1862, 8.° Bayo (Ciro) Cantos populares americanos, in - R evue Hispanique, 1906, tomo XV, pági­ nas 796-809. ------- Poesía popular hispano-americana. Madrid, Imprenta Clásica Española, 1913, 238 páginas, 8.B

DICTADOS TÓPICOS 45 Bertrán y Bos (Pablo) Canciones popula­ res recogidas al pie de Monserrat. B arcelo­ na, 1885.

Bianchi (L.) ed Rumori (E.) Saggio di can­ ti popolari raccolti nel contado di Ancona. Ancona, Cherubini, 1858, 8.° Bohl de Faber y Larrea (Cecilia)=V . Caba­ llero (Fernán) pseud. Bologniní (N.) Proverbi Topici Tridentini in- Archivio p er la tradizioni y trovi popolari, vol. II, pág. 132. Bolza (Dr. G. B.) Canzoni popolari Comasche, raccolte e publícate colle melodie. Viena, 1867, 8.°

Beauquier (Charles) Chansons populaires recueillies en Francre-Comté. París, E. Chevalier, 1894, 388 páginas, 8.°

Boullier (Auguste) L' ile de Sardaigne. Dialecte et chants populaires. París, Dentu, 1865, 289 págs., 4.°

Belluci (Giuseppe) Breve Saggio di Canti popolari campagnuoli toscaneggiato, Galileiana, 1863, 8.°

Braga (Theophilo) Historia da poesía po­ pular portuguesa. Porto, 1867, 8.°

Bernoni (Giuseppe) Canti popolari veneziani, raccolti e publicati. Venezia, 1873.

------- Cancioneiro geral portuguez. 1867. Cantos populares do A^oriano. Porto, 1869.

Porto,

Archipiélago


46 RODRIGUEZ MOÑINO Braty (A. M ) Cantos populares españoles, in - Hispania, California, 1926, IX, 325, 334. Bujeaud (Jerome) Chants et chansons populaires des provinces de 1' Ouest, Poitou, Saíntonge, Aunís et Augoumois, avec les aíres originaux. Niort, L. Clouzot, 1895, 2vols., 4.° Bulbera Tosell (A.) Asaíg de bibliografía paremiológica catalana. Barcelona. En Babra, 1915, 8.° C a b a l l e r o (Fermín) Nomenclatura Geográ­ fica de España, Madrid, Imprenta de Aguado, 1834, 8.° VI + 240 páginas.

Caballero (Fernán) pseud. Cuentos y poe­ sías populares andaluzas. Sevilla, 1859, 8.° Cagnon (Ernest) Chansons populaires du Canadá recueillies et publies avec annotations etc.-Deuxiéme edition, Quebec, C. Darveau, 1880. XVII + 350 páginas, 8.° Campos (Agostinho) e D'Oliveira (Alberto) Mil trovas collecionadas e prefaciadas. Lis­ boa, 1903, XLVIII 251 páginas 8.° Canale (Archile) Canti popolari calabresi, scelti e recati in versi italiani da A. C ., Reggio, Siclari, 1859, 8.°

47 Capmany (Aurelio) Cancionero Popular. Barcelona, 3vols. I, 1903; II, 1907; III. 1913. DICTADOS TÓPICOS

Caselli (I.) Les chants populaires de lita lie. París, 1865, 16.° 274 páginas. Casettí (Antonio) e Imbriani (Vittorio) Canti popolari delle provincíe meridionali, Torino, Loescher, 1871. Castillo Solorc;ano (Alonso del) lomadas alegres, Madrid, por Juan González, 1626, 8 o Castro (Federico) y Machado Alvarez (An­ tonio) Cuentos, leyendas y costumbres po­ pulares. Sevilla, Imp. Gaditana, 1872. Cepeda (joachim [Romero] de) Famosíssimos romances a la entrada en Badajoz del Rey don Sebastián de Portugal, s. 1. n, a. [1577] pliego suelto gótico. Cervantes Saavedra (Miguel de) El ingenio­ so hidalgo don Quijote de la Mancha. Madrid, 1605-15. 2 vols., 4.° Correas (Gonzalo) Vocabulario de refra­ nes, frases proverbiales y otras fórmulas comunes de la lengua castellana. Madrid, 1906, 4,°


48 RODRÍGUEZ MOÑINO ------- Ibidem 2.a edición, 1924. Cortés (Narciso Alonso) Cantares popula­ res de Castilla, in - R evue Hispanique, tomo XXXII, páginas 87-304 y 305-427. Costa (Joaquín) Poesía popular española y Mitología y literatura celto-hispana, Madrid, 1881, 4.° Covarrubias y Orozco (Sebastián de) Te­ soro de la lengua castellana o española. Ma­ drid, Luis Sánchez, 1611, folio. Cresconi (Luigi) ed Righi (Ettore) Canti po­ polari veronensi, publicati da-------e d -------- , per nozze illustri di Weil W eiss Cinzano di Rodi, Verona, aprile 1870, folio. Champfleuri (N.) Chansons populaires des provinces de France. París, Bourdillat &, 1860, 224 páginas, 8.° D ’ A n c o n a (Domenico ed Alessandro) Can­ ti et Racconti del popolo italiano. Torino, 1870, 8.° Darmesteter (James) Chants populaires des Afgahans. París, Imp. Nationale. 1888-1890. C C XV III+298+150 h. en 4.° Decombe (Lucien) Chanzons populaires re.

' 49 cueillies dans le departement d’ lile et VilaineRennes, H. Cailliére, 1884. 401 -f-páginas de música, 8.° DICTADOS TÓPICOS

Delicado (Francisco) Retrato de la lozana andaluza, en lengua española clarísima. Madrid, B. Rodríguez Serra, 1900, 8.° Dineau (León) Le folklore de Poitu. París, E. Leroux, 1892, 547 págs., 8.° D ’ Oliveira (Alberto) Vide: Campos (Agostínho) ed... Dumersan et Segur (Noel) Chansons natíonales et populaires de France, acompagnes de notes historiques et litteraires. París, Garnier, 2 vols., 4.° Dumoutier (G.) Les chants et les traditions populaires des Annamites, recueillis et traduits. París, E. Leroux, 1890, 215 págs. en 16.° Durieux (A.) et Bruyelle (A.) Chants et chansons populaires du Cambresis, recueillies p ar------- , Cambray, Simón, 1864, 298 pági­ nas, 8.° E n c i n a (Juan del) Cancionero. Salamanca, 1496. 1 vol. 4.°

4


50 RODRÍGUEZ MOÑINO Enderiz (Ezequiel) Las pasiones, la histo­ ria y la política a través de la jota, in 'Estam ­ pa, Madrid, 4 de Febrero de 1930. Año III, nú­ mero 108. Ernest (Dr. A.) Cancionero Venezolano, cantos populares de Venezuela, recogidos por el D r .------- y editados en la República Argen­ tina por el Dr. Lehman Nitsche. Buenos Ai­ res, 1904, 12.°, 31 páginas. Esnola (J.) En la ^montaña alavesa. Refra­ nero, costumbres, folklore, toponimia. Vergara, 8.° 1924, 256 páginas. Esquien (L.) Cahier de Chansons popularres recueillies en lile et Vilaine. Brest, A. Haigre, 1907, 157 páginas 8.° F a u r i e l (C.) Chants populaires de la Grece moderne, recueillies et publies avec une traduction francaise, des eclaireissements et des notes. París, Didot, 1825, 2 vols. 4.°

Fernandes Thomas (P.) Can^oes populai­ res da Beira, con un prólogo por J. Leite de Vasconcellos. Figueira, 1899, 8.°, X X X III-f225 páginas. ------- Idem. Coimbra, 1923, X X X IIÍ + 254 páginas 4.°

51 Cantos populares

DICTADOS TÓPICOS

Fernández Núñez (M.) leoneses. Madrid, 1909.

Fernández Núñez (M. F.) Folklore Bañezano. Madrid, 1914, 8.° 38 páginas. Ferraro (Giuseppe) Canti popolari de Fe­ rrara, Cento e Pontelagoscuro. Ferrara, Im­ prenta Tadei, 1877, 8.° Ferrer i Ginart (A.) Folklore Balear. I. Rondaies de Menorca, recullides i anotades per..., Ciutadella, año 1914, 4.° Folklore Balear. II.-III. Artá, 1924. 2 vols. 8.‘ Foulche-Delbosc (R.) El Sastre del Canti­ llo, in'R ev u e Hispatiique, 1901, tomo VIII, páginas 332-337. Fullana Mira (Luis) Refraner Valenciá. Colecció de refrans populars. recopiláis per En E. Alberola i 1500 refrans originales de En M. Peris Fuentes. Prolech i correcció del P _____ -------. Valencia, Edit. «Arte i lletras», 1928, 8.° XIII-415 páginas. Furt. (J. M.) Cancionero popular rioplatense. Buenos Aires, Librería La Facultad, 192325, 2 vols. 8.°


52

RODRÍGUEZ MOÑINO

(H) et Sebillot (Paul) Le blasón li­ bre de la Frauce. París, 1884, 24 páginas. G

a id o z

DICTADOS TÓPICOS 53 _____Las tablas. La nochebuena en Albalá; idem , IV, 1904, 628-632.

Coplero de lilas blancas,

Blasón populaire de la France, París, 1884, XVI + 382 páginas 8.°

1918, 8.°

Gallardo y Blanco (Bartolomé José) Ensa­ yo de una biblioteca Española de libros raros y curiosos. Madrid, 1860 en 1889, 4 vols. en folio.

en 8.

García Calderón (Ventura) Las mejores co­ plas españolas. Selección de Ventura García Calderón. París, Editorial Franco Ibero A m ericana, 1922, 16.° 176 páginas. García Plata de Osma (Rafael) Geografía popular de Extremadura, ín-Revista de E xtre­ m adura, tomo I, año 1893, páginas 320-325. ------- Otoño popular, ídem , 363-380. ------- Invierno popular, ídem , 1900, II, 112 y siguientes. -------Primavera popular, ídem , pp. 260-270. ------- Verano popular, ídem , 360-7. ------- La mi nochegüena, ídem , 643 y sigts. Geografía popular de Extremadura, ídem , V, 1903, 277-281.

Cáceres,

Demosofía extremeña, Cáceres, 1918, Garcín de Tassy (M.) Allegories, recits poetiques et chants populaires traduits de 1’ Arabe, du Persan, de l’hindonstani et du ture. París, E. Leroux, 1876, 693 páginas en 4.° ------- Chants populaire de l’Inde, traduits París, 1854, 49 páginas 4.° Gianandrea (Antonio) .Canti popolari de Ferrara, Cento e Pontelagoscuro, Torino,1875. Gil García (Bonifacio) La música popular en Extremadura. Consideraciones generales, in-Revista del Centro d e Estudios E x trem e­ ños, Badajoz, 1927, I, 350 a 359. Giner Aribau (L.) villa, 1886, 8.°

Folklore de Proaza, Se­

Gregor (W.) Place rymes, in-Notes on the folklore o f the Nort East o f Scotland, Lon­ dres, 1881 (cap. XVIII).


54

RODRÍGUEZ MOÑINO

DICTADOS TÓPICOS

55

Guadagnoli (Dr. A) Canti popolari de ’Compagnuoli toscani, aggiuntovi lo scherzo del Dottor-------intitolato Chi lo sa. P isto ial840,4.°

Hergueta (Domingo) Cantos y poesías po­ pulares de la Guerra de la Independencia, re­ copilados e ilustrados por------- , Burgos, Im­ prenta Cariñena, 1908, 46 páginas, 8.°

Guastella (Amabile) Canti popolari del cir- ] condario di Módica, raccolti e illustrati. Mó­ dica, lutri e Secagno, 1876.

------- Folklore burgalés, in-Revista Caste­ llana, 1919, tomo V. páginas 28-33 y ss.

Guerandais de 1809 (Un) Chants popularres de la Haute Bretagne, recuillis. Savenay, Allair, 1884, 64 página 8.°

Herrero García (M.) Ideas de los españoles en los siglos XVI y XVII, Madrid, 1928, 4.°

Guerrini (O) Carnascialeschi trionfi, carri e mascherate. Milano, 1883. Guichot y Sierra (A) Noticia Histórica del Folklore, orígenes etc... Sevilla, 1922, 4.° Guillón (Charles) Chanzons populaires de 1' Ain. París, Ed. Monnier &, 656 páginas 4.° (J. L.) and Molloy (J. L.) The songs of Ireland including the most favourite of Movre’s Irish Melodies and a largue collection of oíd songs an ballods, wit new symphoníes and accompaniments. Londres, Boosey and &, (s. a.) 245 páginas, 4.° H

atton

------- and Fanning (Eaton) The songs of England. A collection of 274 melodies, edited witte new symphonies and accompaniments. j (s. a.) Londres, 3 vols. 4.°

Hersat de la Ville-Marqué (Th.) Barzaz Breié. Chants populaires de la Bretagne, recueillies et publies avec traduction. París. A. Franck, 1846, 2 vols. 8.° Hurtado (Publio) Supersticiones Extreme­ ñas. Cáceres, 1902, 4.° Imp. de Jiménez, 271+19 páginas. I e p e s (Fr. Antonio de) Crónica General de la Orden de San Benito, patriarca de Religio­ sos. Tomo II, Irache, 1609, fol. 453, año 715, centuria 3.a

Imbriani (Vittorio) Canti popolari de Somma Lombarda e Várese. Firenze, 1867, ínNuova Antología, vol. III. Imbriani (Vittorio). Vide: Casetty (Antonio) e------- ,


RODRÍGUEZ MOÑINO

56

Iohel (pseud.) Cantigas populares recolhidas da tradipao na praia de Espínho..., Vide: Pires (Antonio Thomas). Iouve (Luis) Chansons en patois vosguien, avec un glossaire. Espinal, Peyron, 1876, 126 páginas en 4.° (Clara) Songs of Sastern Europa. A Collection of 100 Volkslieder of Austria, Bohemia, Hungary, Servia, Turkay and other countries wíth english words by C. K, edited by J. A. Kappey. Londres, Boosay, 390 pági­ nas (s. a.) 4.° K

a ppey

------- Songs of Scandinavia and Northon Europe. A collection of National and Popular Songs of Russia, Rolan, Lithuania, Finland, Swden, Norway, Denmar and Holland, with english words by------- , edited by J. A. Kappey. Londes, Boosay, 188 páginas (s. a.) en 4.° Kasandric (P.) Canti popolari servi e croati. Treves. (s. a.) 271 páginas 8.° Karadjitch (Vonk Stefanovicht) Chants populaires de la Serbie, recueillies p o r ------traduites por Dozon. París, 1858, 12.° Kopisch (August) Agrumi, Volkthümliche Poesien aus alien Mundarten Italien und seí-

57 ner Inseln, gesammelt und ütersetzt von------- , Berlín, verlag von Gustav Crantz, 1838, 12.° DICTADOS TÓPICOS

L a f u e n t e Alcántara (Emilio) Cancionero popular, colección de coplas. Madrid, Baylli, 1865, 8.°

Laval (Ramón A.) Paremiología Chilena. Santiago de Chile, Imprenta Universitaria, 1923. 96 páginas. -------Folklore hispano americano. Contri­ bución al folklore de Carahue (Chile). Madrid, Imprenta clásica española. 1916, 4.° 179 págs. ------- Contribución al folklore de Carahue. Santiago de Chile (s. a.), 264 páginas 4.° Léfevre (Pierre) Chansons et fetes du Laos, publies p a r ------- , Pontalis, París, E. Leroux, 1895, 62 páginas en 16.° Leger (Louis) Chants heroiques et chan­ sons populaires des Slaves de Bohéme. París, 1866, 314 páginas 8.° * Leicht (Michele) Prim a e seconda centuria di canti popolari friulani, con prelegioni di ----- - , Venezia, Naratovich, 1864, 8,° * En la página 185 trae una lista de diez y siete obras referentes al mismo tema.


58 RODRÍGUEZ MOÑINO Lenz (R.) Sobre la poesía popular impresa de Santiago de Chile. Contribución al folkore de Chile. Santiago de Chile, Sociedad Im­ prenta Universo, 1919, 4.°, 112 páginas. 4 pe­ setas. — Leite de Vasconcellos (J.) Dictados tópicos do povo portuguez recolhidos da traditjao oral. Barcellos, Est. Typ. de Aurora Cavado, 1882, 8.° 32 páginas.

59 V. Santillana (Marqués) Refranes que dicen. DICTADOS TÓPICOS

López de Ubeda (Francisco) La picara mon­ tañesa llamada Ivstina, Madrid, 1640, 8,° Luce (A.) Canciones populares, edited by ------- , Imp. Silver Burdett &. Cs. 1921, 8.° VI + 138 páginas. Luna (Juan de) Diálogos familiares. París, Imprenta Daniel, 1619, 8.°

------- Tradí^oes papulares e dialecto de Ex­ tremadura hispanhola, in -Revista de Estados Livres, Lisboa, 1883 4 0

Lespy (N.) Proverbes du Bearn, enigmes et cantes populaires. Montpellier, 1876, 8.°

------- Poesía amorosa do povo portugués, Lisboa, 1890.

L l a n o Roza de Ampudia y Valle (A.) El li­ bro de Caravia. Madrid, Imp. Gutemberg, 1919, 242 páginas. 8.°

------- Ensaios Ethnographicos, 4 vols. 8.° I: Eposende, 1902; II: Idem, 1903; III: Lisboa, 1906; IV: Idem, 1910. Lizío Bruno (L.) Canti scelti del popolo siciliano. Messina, 1867, 8.°

Llobera (I.) Cangons populars catalanes, 3 series. Barcelona, Imp. «L‘ Aveng», 1909-1014. 8.° M a c h a d o (J. E.) Cancionero popular Vene­ zolano. Cantares y corridos, galerones y glo­ sas. Caracas, 1919, 8.° 251 páginas + 1 en bl.

------- Canti popolari delle Isole Eolie e di altri luoghi di Sicilia messi ín prosa italiana ed illustrati. Messina, D'amico, 1871.

Machado Alvarez (Antonio) derico de) y------- .

López de Mendoza (Iñigo) Refranes que di­ cen las viejas tras el fuego...

Magalhaes (Celso de) A poesía popular brasileira. Recife, 1837. in-Trábalho, 4 °

V. Castro (Fe­


60 RODRÍGUEZ MOÑINO Manterola (José) *Cancionero Basco. San Sebastián 1877, 8.° ------- Cantos históricos de los Bascos, acom­ pañados de traducciones castellanas e ilustra­ dos con observaciones críticas y notas filoló­ gicas. San Sebastián. Imp. de Oses, 1878, 8.° Marcoaldi (Orestes) Canti albanensi popo­ lari inediti, Umbri, Liguri, Piceni, Piemontési, Latini, Génova, 1856, 16.° Martines (B. D.) Folklore del litoral. Bue­ nos Aires. I. Lajodne, 1924, 8.° 159 páginas. Martínez y Martínez (Matías Ramón) Mapa topográfico tradicional de la villa de Burguilíos. Sevilla, Imp. F. Alvarez &. 1884 8.° Médico (Angelo dal) Canti popolari veneziani, per la prima volta raccolti ed illustrati da------- , Venecia, Antonelli, 1857, 8.° 2.a edón. Menéndez y Pelayo (Marcelino) Historia de los Heterodoxos Españoles, Madrid, 1880, 3 vols. 4.° Mihura Alvarez (M.) Cantos populares an­ daluces y algunos originales. Madrid, 1914, 16.°, 63 páginas, - f 1 e. b.

DICTADOS TÓPICOS

61

Millas Vallicrosa (José María) Influencia de la poesía popular hispano musulmana en la poesía italiana. Madrid. Imprenta de la Rev. de Arch. Bib. y Mus. 1925, 4.° Montel y Lambert (Achile et Lonis) Chants populaires du Languedoc,- París, Imp. Maisonneuve &, 1880. Montoto y Raustenstrauch (Luis) TiquisMiquis, carta en la cual se habla de mas de doscientos personajes proberbiales, Madrid, 1890, 8.° 48 páginas. ------- Personajes, personas y personillas que corren por las tierras de ambas castillas. Se­ villa, 1911-13, 3 vols. en 8.° Moraleda y Esteban (Juan) Cantares popu­ lares de Toledo. Toledo, 1889, 16.° Morán Bardón (C.) Poesía popular sal­ mantina, Salamanca, Est. Tip. de Calatravas. 1924, 8.° ------- P or tierras de León (Historia, cos­ tumbres, monumentos, filología, leyendas y artes. Salamanca. Est. Tip. de Calatravas. 1925, 8.°, 112 páginas. Mueller (G.) Egeria, raccolta di poesie po­ polari italiana. Lipsia, 1929, 16.°


62 RODRÍGUEZ MOÑINO Muñoz (Luis) Vida y virtudes del P . Maes­ tro Fray Luis de Granada, Madrid, 1711, 8.°

DICTADOS TÓ PICO S 63 Espozende, Colleccao «Silva Vieyra», 1928, 127 páginas, 522 cantares.

N i g r a (Constantino) Canzoni popolari del Piemonte, raccolte ed illustrate. Torino, 1858, in'Rivista Contemporánea.

Palma (Ramón de la) Cantares cubanos, in-Revista de la Havana, 1856, tomo III.

Niño (Antonio de) Saggio di canti popola­ ri Sabinesi. Rieti, Impr. Trinchi, 1869, 8.° Nitsche (Dr. Lehman)

V. Ernest. Dr. A.

Núñez de Guzmán (Hernán) Refranes o proverbios en romance que nuevamente coligio y gloso el Comendador------- . En Salaman­ ca, en casa de Juan de Cánova, 1555. Folio, 142 hojas. (Dr. Athaide de) Romanceiro e cancioneiro do Algarve. Porto, 1905, 403 pá­ ginas 8.° O liv eir a

Oliver Castañer (Jaime) * Cantares popu­ lares geográficos de Cataluña. Barcelona, 1907, [?] P a c o (Tenente Alfonso do) Cancionero de Viana do Castelo, Braga, 1928, 275 páginas. (Unos 1.500 cantares).

Paixao Bastos (N.)

Cancionero lusitano.

Paredes y Guillén (Vicente) Origen del nombre de Extremadura; el de los antiguos y modernos de sus comarcas, ciudades, villas, pueblos y ríos; situación de sus antiguas po­ blaciones y caminos. Plasencia, Tip. de Hontiveros, 1886, 8.°, 97 páginas + 1 e. b. Pasqualigo (Christóforo) Canti popolari vicentini, raccolti ed illustrati. Verona, 1858, in'II Ibérico, periódico. Paz y Melia (Antonio) Sales españolas o agudezas del ingenio nacional. Madrid, 1902, 2 vols. en 8.° Peña (Antonio María) Canciones popula­ res Mallorquínas. Palma, 1896. Pérez Ballesteros (J,) Cancionero popular gallego. Sevilla, 1885-6. 3 vols., 8.° Pérez de Montalbán (Juan) como la honra. Comedia. Percival Graves (Alfred)

No hay vida

Songs of Crin.


64 RODRIGUEZ MOÑINO A, Collection of 50 irish folksongs. London, Boosey &, 1901-2, 235 páginas. 4.° Pirez (Antonio Thomas) Cantos populares do Alentejo, ín-A Sentinella da Fronteira, número 128 (22 Junho 1882) a 560 (2 noviembre de 1889. 2804 cantos. ------- Cantigas populares recolhidas da tradi9ao oral na praia d’Espinho, in-Jornal da Manha, Porto, n.° 298 (9 de Noviembre 1885) a 309 (8 Noviembre 1886) 300 cantos. ------- Cantigas da Beira alta, recolhidas da tradi^ao oral, in-O Elvense, n.° 597 (21 Octu­ bre) a 602 (Noviembre de 1886). Son 164 can­ tos. ------- Cantigas populares do Alemtexo, inJornal da Manha, de Porto, n.° 245 de 5 de Septiembre de 1887. ------- Cantos populares recolhidos na pro­ vincia do Douro, in -0 Elvense, n.° 706, de 6 de Noviembre de 1887 a 738 de 26 de Febrero de 1888. ------- Tradi^oes populares alentejana, in-Revista Lusitana, n.° 1, 1887: «Dictados tópi­ cos» .

65 ------- Cantos populares do Gerez, in-Gazeta de Portugal, números 271 y 276, 1888. DICTADOS TÓPICOS

------- Cantos populares alemtejanos, ídem, números 281 y 285. ------- Rimas populares colhigidas no concelho d'Elvas, in-Revísta do Minho, números 9 y 10, vol. III, 1888. ------- Rimas populares colhigidas na pro­ vincia do Douro, ídem, n.° 10, vol. III, 1888. ------- Cantos populares, in -Gazeta de P o r­ tugal, 1888, n.° 286 y siguientes. ------- Cantos populares alemtejanos, inO Elvense, números 804 a 824. 1888. ------- Cancioneiro popular político, Elvas, 1891. 8.° ------- *Cancioneiro popular político, in-Correio Elvense, 1891 [?]. ------- Cantos populares portugueses, recolhidos da tradiíjao oral. Elvas, 4 vols. 1902-8. ------- TradiQoes populares transtaganas. El­ vas, Typ. moderna. 1927, 8.°, 49 páginas. ------- Origen de varías locucpoes, adagios,


DICTADOS TÓPICOS

66

anexins, etc. Elvas, Típ. Progreso, 1928, un volumen 8.° de 136 -f XIV páginas. Pires de Lima (Augusto C.) Cancioneiro po­ pular de Vila-Real, Porto, 1928, 239 páginas, 1179 cantares. Pires de Lima (Fernando C.) Cancioneiro de S . Simao de Nováis (2.a serie), 1929, 53 pá­ ginas, 1153 cantos. Separata da «Revista d e Guim araés». ------- Alguns aspectos da vida portuguesa no «Cancioneiro de S . Sim ao de Nováis», in-Trabalhos da Sociedade Portuguesa de Antropología e Etimología, vol. IV., fase. III, páginas 290-300. Porto, Imprensa Portuguesa, 1930. 4.° Pittre (Giuseppe) Saggio di canti popolari siciliani, ora per prima volta publicati. Bologna, Imp. Faba, 1870, 8.°

67 Puygmaire (M. le Conste de) Chants popu­ laires recueillies dans le pays Messin. Mis en ordre et annotes p a r ____ , París, 1881, dos volúmenes 8.° DICTADOS TÓ PICO S

Puyol y Alonso (Julio) Cantos populares leoneses, in-Revue Hispanique, 1905, tomo XII, páginas 250-258. Q u e p a t (Nerce) Chants populaires messins recuillies dans le Val de Metz en 1877, par ____ , París, Hon. Champion, 1878, 84 pági­ nas 8.°

Quevedo y Villegas (Francisco de) Sueño de la Muerte, in -Obras completas de D _____ _ con más de doscientas composiciones inédi­ tas. Edición de Luis Astrana Marín, Madrid, M. Aguilar, 1932.

------- Proverbi e canti popolari siciliani, illustrati. Palermo, 1869, 8.°

R a t h e r y (E. I. B.) Les chants populaires de l'Italie. París, 1862, 4.° Extrait de la «Revue de D eux Mondes», 15 de Mars de 1862.

------- Canti popolari siciliani, raccolti ed illustrati d a ____ , Palermo, 1871, 2 vols. 8.°

-------- Les chants populaire de l’Angleterre, París, 1863, 35 páginas 4.°

Poncert (C.) Cantares locales cubanos, inArchivos del folklore cubano, 1924, I, pp. 97102 .

Riccordi (Giulio) Canti popolari lombardi, raccolti e transcriti con acompagnamento di pianoforte. Milano, 1857-58.


RODRÍGUEZ MOÑINO

68 Righi (Ettore Scipione) Saggio di canti popolari veronesi. Verona, Zanchi, s. a. [1863], 8.° Rivares (FredericJ Chansons et aires populaires du Bearn. Pau, Vignancour, (1844) 152 páginas 4.° Rodao (J.) Cantares españoles. Cantares del pueblo y cantares de los poetas. Barcelona (s. a.) 8.° 255 páginas. Rodríguez de Carvalho (N.) Cancioneiro do Norte. Fortaleza (Ceará), 1903, 8.°

DICTADOS TÓPICOS 69 ------- Discurso leído ante la Real Academia de Buenas Letras de Sevilla el día 8 de Diciem­ bre de 1895. Sevilla, 1896, 4.° 4

------- La copla, bosquejo de un estudio fol­ klórico, Madrid, 1910, 58 páginas 8.° ------- Burla burlando, menudencias de va­ ria, leve y entretenida erudición. Madrid, 1914, octavo. ------- Más de 21.000 refranes no contenidos en la copiosa colección del maestro Correas. Madrid, 1926, 4.°

Rodríguez Díaz (C.) De tierras zamoranas, refranes y coplas, in-Revista Castellana, 1919, I, pp. 91-93.

------- 12.600 refranes no contenidos en la copiosa colección del maestro Correas ni en «Más de 21.000 refranes». Madrid, Imp. Archi­ vos, 1931, 4.°

Rodríguez Marín (F.) El alma de Andalucía en sus mejores coplas amorosas. Madrid, Ti­ pografía de la Rev. de Arch. Bib. y Mus., 1929, octavo, 353 páginas.

Romero (Silvyo) Cantos populares do Bra­ sil. 1883, 2 vols, 8.°

------- Juan del Pueblo. Historia amorosa y popular. Sevilla, 1882, 8.° ------- Cantos populares españoles. Sevilla, F. Alvarez &.a, 1882 y sigts. 5 vols. 8.° ------- Quinientas comparaciones populares andaluzas. Osuna, 1884, 4.°

—.— Idem, Idem, 2.a edición, 1897, un vo­ lumen en 8.° Romero de Cepeda (Joaquín) Ver: Cepeda (Joachim [Romero] de), Famosísimos rom an­ ces... Ruiz (Juan, Arcipreste de Hita)

Libro de


70 RODRÍGUEZ MOÑINO buen amor, texte du XIVe siécle, publié pour la premiere fois avec les legons des trois manuscrits connus par Jean Ducamín. Toulouse, 1901, 4.° Rumori (E.)

Ver: Bianchi (L.) ed-------.

Literatura popular de Galicia. Colección de coplas, villancicos, diá­ logos, romances, cuentos y refranes gallegos, in-Boletín de la Comisión Provincial de Mo­ num entos de Orense, 1914 y ss.

DICTADOS TÓPICOS 71 cen las viejas tras el fuego, in-Obras del------- , Madrid, 1852. Un vol. 4.°

Sbarbi (José M .a) Monografía sobre los re­ franes, adagios y proverbios castellanos. Ma­ drid, 1891. 4.°

S aco y Arce (S . A,)

Salas (Francisco Gregorio de) Obras, inBiblioteca de escritores españoles desde la form ación del lenguaje hasta nuestros días. Madrid, 1846 y ss. Tomos LXI, LXIII y LXVII, Poetas líricos del siglo X V III. Salomone Merino (Salvatore) Canti popolari siciliani, in aggiunta aquelli del Vigo, raccolti e annotati. Palermo, Giliberti, 1867, 18.° ____ La storia nei canti popolari siciliani. Studi, 2.a edición, Palermo, Giliberti 1870, 52 páginas, 8.° Sánchez de Badajoz (Diego) Farsa del Ma­ trimonio. Es para representar en bodas. Medi­ na del Campo, 1530 (1603). 4.° pl. sto. gót. Santillana (Marqués de)

Refranes que di-

____ Diccionario de refranes, adagios, pro­ verbios, modismos, locuciones y frases pro­ verbiales de la lengua española, recogidos y glosadas por-------. Madrid. 1922-3, Hernando y compañía, un vol. 4.° Segarra (Tomás) Poesías populares [españolas]. Leipzig. F. A. Brockaus, 1862, 8.° Sevilla (Alberto) Cancionero popular mur­ ciano recogido, anotado y precedido de una introducción. Murcia, Sucesor de Nogués, 1921, X X X + 393 páginas 8.° ------- Sabiduría popular murciana, refranes comentados. Murcia, Sucesor de Nogués, 1926, 8.° 163 páginas. Silva (F. Xavier da) Cancioneíro do povo portuguez. Porto, 1871, 8.° Silva Vieira (J. da) Ramalhete de canQoes populares recolhidas no concelho de Esposende. Esposende, 1887.


72 RODRÍGUEZ MOÑINO ____ Cancioneiro Minhoto, vol. I. Esposende, 1917, 157 páginas en 8.°, 700 cantos. Soleville (Emmanuel) Chants populaires du Bas-Querey. París, Hon. Champion, 1889. 352 páginas + 112, 4.° Sonnerk (G.) Chants árabes du Mogreb. Etude sur le dialecte et la poesía populaire de l'Afrique du Nord. París, 1902, 3 vols. en 4.° Staffa (Felice) 1845, 8.°

Canti Albanesi. Napoli,

Suárez de Figueroa (Diego) Historia de la ciudad de Badajoz. Badajoz, V. Rodríguez, 1917, 8.° T am es (M.) Cantares populares de Astu­ rias, in RCHA, 1918, páginas 7-12, tomo IV.

Torner (E. M.) Cancionero musical de la lírica popular asturiana. Madrid, Nieto &.a, XLII -f- 278 páginas 4.° Tiersot (Jules) Chansons populaires recueillies dans les Alpes francjaises. Grenoble, Ducloz, XXIX + 548 páginas 4.° Tigri (Giuseppe) Canti popolari toscani, raccolti ed annotati da-------, Firenze, Barbera, B ian chi &. 1856, 16.°

DICTADOS TÓPICOS

73

Idem Idem. 2.a edición, 1860, 8.° ------- Idem Idem. 3.a edición 1869, LXXV + 378 páginas 8.° Tomaseo (N.) Canti popolari toscani, corsi, illirici, greci, racolti e ilustrati da------- , Venecia, Tasso, 1841-2, 4 vols. 8.° ------- Idem Idem. 2.a edizioni, V e n e c ia , 1848, 8.° Trombatore (Arturo) Folklore Catanense. Torino, Clausen, 1896, 1 vol. en 8,° de 125 pá­ ginas. V a s c o (E.) Treinta mil cantares populares. Tomo I. Valdepeñas, Imp. Mendoza, 8.° 396 páginas [1930?]

Vázquez Santa Ana (H) Canciones, canta­ res y corridos mejicanos, coleccionados y co­ mentados.—Prólogo de Luis González Obregón, México, edit. M. León Sánchez, 1926, 8.°, 274 páginas. Vega López (C.) La poesía popular de la América Española. Madrid, Pueyo, 1924, 46 páginas 4.° Verdú (José) Colección de cantos popula­ res de Murcia. Barcelona, 1906, 8.°


74 RODRÍGUEZ MOÑINO [Vergara Martín (Gabriel M .a)] Cantares, refranes, adagios, proverbio, modismos, locu­ ciones y frases proverbiales referentes a curas, monjas, frailes y sacristanes, por Garevar. Madrid, Imp. Pueyo, 1929. 8.° 191 páginas. La poesía popular madrileña y el pue­ blo de Madrid. Madrid, Editorial Hernando, 1925, 8.° 52 páginas. Refranes y Cantares geográficos de España, ín-Revista Contem poránea, Madrid, 15 de Mayo de 1906, tomo CXXXII, cuaderno V, pliego 33. Cantares, refranes y modismos em­ pleados en España con relación a otros pue­ blos. Madrid, 1907. ------- Carácter y cualidades de los habitan­ tes de las diferentes regiones españolas segün las faases populares empleadas acerca de ellas. Madrid. 1915. ------- Cosas notables de algunas localida­ des españolas según los cantares y frases po­ pulares. Madrid, 1918, 4.° 25 páginas. Apodos que aplican a los habitantes de algunas localidades españolas los de los pueblos próximos a ellas. Madrid, 1918.

75 ------- Algunos adagios y cantares populares referentes a localidades de la provincia de Valladolid, 1918, in 'Revista Castellana, IV, pá­ ginas 139-142. DICTADOS TÓPICOS

------- Ensayo de un vocabulario de locali­ dades o comarcas de España que se citan en cantares y frases populares, y que por no ser hoy entidades de población o por otras cau­ sas no figuran en el índice del nomenclátor de 1920. Madrid, 1920. ------- Diccionario Geográfico Popular. Ma­ drid, Editorial Hernando, 1923, 4.° Vicuña Cifuentes (J.) Poesía popular chile­ na. Discurso leído en la Academia Chilena en la recepción pública el día 16 de Julio de 1916 y contestación de D. M. Salas Lavaqui. San­ tiago de Chile, Imprenta Universitaria, 1916, cuarto, 84 páginas. Vidal (Pedro) Cancionero catalán de Rosillón y Cerdaña, 6 folletos impresos en Perpiñan, 1885-1890. Vigo (Lionardo) Canti popolari siciliani, racolttí ed illustrati da------- , Catania, Galatola, 1857. 372 páginas -|- 1 hoja, 4.° ------, Raccolta amplíssima di canti popola-


76 RODRÍGUEZ MOÑINO ri siciliani, 2.a edición, Catania, Galatola, 1870'4. Villabrille (F.) Los cien proverbios o la sa­ biduría de las naciones. Madrid, 1846, 8.° Visconti (P. E.) Saggio di canti popolari della provincia di Marittima e Compagna, Ro­ ma, Salviucci, 1830, 8.° Viuson (Julio) rís, 1883.

Folklore del país basco. P a­

W i d t e r (Georg) Volkslieder aus Venetien, gesammelt von-------, herausgegeben von Adolf Wolf. Wien, 1864, 4.° Z a n a z z o (G.) Canti popolari romani con un saggio di canti del Lazio. Torino, 1910.

REVISTA S Y COLECCIONES Entre las que más a menudo hemos consul­ tado, figuran: Archivo de Tradiciones populares, Ma­ drid, R. Caro Raggio, 1925. Archivos del Folklore Cubano. Director tem ando Ortiz. Habana (en public.)

77

d ic t a d o s t ó p ic o s

A Tradi^áo, revista m ensual d'Etnographia Portuguesa, Serpa, 1899 a 1903. 5 volú­ menes 4.° Collection de contes et chansons populaires. París, Leroux, 1881 y ss. Folklore A ndaluz, órgano de la Sociedad de este nom bre. Sevilla, 1882. Folk'Lore Argentino. Buenos Aires, Imp. Edit. Coni, 1911, 4.° Folklore catalá, Volum primer. Traditions recullidas y escritas per Apeles Mestres. Bar­ celona, 1895. Folklore frexn en se v bético extrem eño. Fregenal de la Sierra, 1882-85. La Traditión. R evue general des Contes“ legendes, chants, usages, traditions et arts populaires. París, 1887-1907. 17 vols. Á

Melusine, recueil de Mythologie, litterature populaire, traditions et usages, publié par... H. Gaidor et E. Rolland, Chartres, 1878 y ss. R evue des traditions populaires. Monte, rraio, 1886-1907, 22 vols,



I

APODOS A LOCALIDADES

1 A lm endralejo: la capital de los Barros. Es una de las ciudades más importantes de la provincia, y está considerada como la prin­ cipal de la comarca de los Barros. 2 Comarca de los B arros: Graneros de Extrem adura. Por la gran abundancia y fertilidad en las cosechas de cereales. 3 Don Benito: Don Bonito. El mismo pensamiento en el número 234 de esta colección: [A mí me gusta, me gusta] Don Benito por bonito, Guareña por las bodegas, etc. 6


82

RODRÍGUEZ MOÑINO

4 Feria: La Coscorrita. Feria está en un monte pedregoso desde donde se domina una vastísima extensión de terreno magnífico. Véase el número 325: Madrecita quién tuviera la tierra que se divisa desde el castillo de Feria. Comparándolo con el pan, llaman a la tierra el miollo, [miga], y al pueblo la coscorrita, [corteza]. 5 H iguera de Vargas: La Higuerita. Alude a su pequeñez. 6 Valdecaballeros: Valdeladrones. Por el contraste entre una ciudad de tan lustroso nombre y la pobreza de su población. 7 Valverde de Burguillos: La ciudad del tomate. Porque hay muchos y es muy chica la ciu­ dad. Sus habitantes se enfadan si se les pre­ gunta: ¿d o n d e no hoy tomates, qué com erá n ? Igual les pasa a los de Espartina (Sevilla) si se les dice en día nublado que qué hora es, porque el reloj del pueblo es de sol; a los de Tocina cuando les preguntan: ¿d o n d e no haya guitarra, con qué acom pañarán la misa m ayor los dom ingos?, porque por lo visto o no había o no hay órgano en el pueblo.

DICTADOS TÓPICOS 83 8 Villafranca de los Barros: La Tesore­ ría extremeña.

Uno de los pueblos más i m p o r t a n t e s de provincia, y riquísimo en todos sentidos.

la

9 Zafra: Sevilla la chica. «Así se le llamaba ya en el siglo xvi», dice Barrantes. El sabrá por qué.


II

APODOS A LOS HABITANTES

10 A lconera: Alcotrosos. Alcotroso vale tanto como porcachón, sudóte. Es una derivación burlesca de Alco-ñera. 11

B ienvenida: hocicones.

12 Cabeza la Vaca: cuernos. Como si a los naturales de Palomas se les llamase pichones, o a los de la Fuente cho­ rros. 13 Calera de L eó n : rabudos. Quiere decir que son astutos como zorras. Cfr. Leite de Vasconcellos, Dict. Top. do provo portugués, número 53: «Os de Nagosa, tem rabo como raposa».


DICTADOS TÓPICOS 86

RODRÍGUEZ MOÑINO

14 Calzadilla d e los B a rros: cebolleros. Críanse buenas, gordas y abundantes. Dícenles este apodo los comarcanos, y ellos les devuelven la pelota, verbigracia, en el dictado siguiente, número 19. 15

Don Benito: calabazones.

16 E xtrem eñ o s: indios d e la nación. Desde que un ilustre paisano — Francisco Gregorio de S a la s—rasgueó los consonantes de la famosa décima-. Espíritu desunido domina a los extremeños, jamás entran en empeños ni quieren tomar partido. Cada cual en sí metido y contento en su rincón, huyen de toda instrucción y aunque es mucha su viveza vienen a ser por pereza los indios de la nación, llevan los extremeños el estigma de la famosa frasecita, que no es del todo inexacta. Poco menos que como a máquinas de fuerza bruta nos consideraba Lope de Vega: Los famosos extremeños son para muchos trabajos, y en saliendo de sus patrias luego se hacen soldados.

87

17 Extremeños: ja r otes. Así llaman a los hijos de Extremadura los pastores castellano-leoneses, quizá derivando la palabra de «ja ro», puerco que tira a cárde­ no, parecido al jabalí, por la gran industria que de ellos se hace en nuestra región. 18 Feria: coritos. Dícese también de los vizcaínos y monta­ ñeses, no sabemos con qué fundamento. 19 Fuente de Caritos: pepineros. Por la misma razón por la cual dicen cebolleros a los de Calzadilla. 20 Fuente del Maestre: gosalos. No hay familia en la Fuente que no tenga algún Gonzalo, y así les llaman los Gonzalos; pero de acuerdo con la regla fonética del dic­ tado número 382 de esta colección, modifi­ cando el apodo con su singular pronuncia­ ción, dicen go[nJsalos, y por elisión de la s fi­ nal, Gosalo. 21 Fuentes de León: zorros. Cfr. el dictado número 13. —Toná de la Rambla, v. 23 a 26: ... En Fuentes el vino tinto, pero le hallo yo una falta, que lo bautizan los zorros... etc.


88

RODRÍGUEZ MOÑINO

22 Hornachos: moriscos. Siempre fué Hornachos uno de los pueblos de más moriscos de España. Por ello se hizo proverbial en el siglo xvi, la frase, ya emplea­ da por el cronista Gomara: «Moriscos en Hor­ nachos, y en donde quiera muchachos. 23 Jerez de los Caballeros: gansos. Gansos, vale tanto como presumidos y sin

89 los alumbrados de Llerena, que allá tuvo su origen y desarrollo. Tratan de ella moderna­ mente don Marcelino Menéndez en su Histo­ ria de los Heterodoxos y don Vicente Barran­ tes en el Aparato bibliográfico para la Histo­ ria de E xtrem adura. En la Biblioteca de El Escorial y en el Archivo Histórico Nacional, he manejado más de cuatro curiosísimos pa­ peles a ello referentes. DICTADOS TÓPICOS

gracia. 24 Los Santos d e Maimona: agachaos. Dos versiones tiene la tradición de este nombre: a) Los Santos de Maimona es un pueblo que está como agazapado en un sitio y no se ve hasta estar a su vera. Por ello le dicen los agachados, b) Cuenta la conseja, que un buen día iban en procesión los fieles de Los Santos, y dirigiéndolos un cura gran cazador y hombre de campo. Conforme salie­ ron, vió una magnífica liebre agazapada en el camino, y aficionado a la venatoria, en ver­ dad, debía de ser el pater, por cuanto sin darse cuenta del lugar en que estaba, gritó a sus ve­ cinos: —¡A gacharse, a ver si la cogemos!, permaneciendo estos un buen rato infructuo­ samente agachados, de donde les vino el mo­ te. S i non e vero... 25 L leren a : alumbrados. Quedóles el apodo de la famosa secta de

26 Madrigalejos: churrucheles. Quizá por corrupción de la palabra churra, lana inferior a la merina, muy abundante en aquellos territorios. 27

Monesterio: paletos.

28

Puebla de la Calzada: provincios.

29 Puebla de Sancho P érez : zorros. Cfr. el número 21 y Toná de la Rambla, v. 23-26. 30 R ibera del Fresn o : negros. Muchos esclavos de color hubo en Ribera durante los pasados siglos, y aún pueden apreciarse en algunas familias actuales, de vez en cuando, alguna atávica reminiscencia de mezcolanza de sangre.


90 RODRÍGUEZ MOÑINO 31 S egu ra d e L eó n : piñoneros. También madereros. Cfr. Toná de la R am ­ bla, v. 21'22: ... en Segura madereros... 32 Valverde de B urguillos: panzones. Tripudos. Barrigones. De grande vientre, y, por tanto, cómodos, perezosos.

III

DICTADOS QUE NO AFECTAN LA FORMA DE APODOS NI LA DE CANTARES

33 A Azuaga por aceite y a la Granja por naranjas. Los mejores productos de cada una de las localidades. 34 A Campanario vendrás y el ¡jau! no te llevarás. Emiten los de este pueblo un sonido gutu­ ral, parecido al ¡jau!, de donde viene el refrán, que expresa cómo es imposible desterrar esta mala costumbre. En Jaén (La siudá der ronquío) dicen: E r pueblo te yebarás y er ronquío quedarás. 35 Acá venimos con Porras, como decía el de Jerez. Var.: acá venimos con Porras, échese para


DICTADOS TÓPICOS

93

92 RODRÍGUEZ MOÑINO allá, com padre. Correas, dice que «el refrán salió de Jerez de los Caballeros, donde acom­ pañándose con un caballero Porras, lo decían con ambigüedad donde entraban».

de Gracy, página 43 de su colección: «... dans cette ville les fonctions publiques y sont toutes reparties a cinq personnes. Ainsi il y a cinq gouverneurs, cinq prefets de pólice» et­ cétera.

36 A la Vera, a por piojos y cagalera. Pobreza, miseria y malísimas aguas.

40 A los de la Granja, naranjas, y a los de Fuente Ovejuna, aceitunas. Granja de Torrehermosa.

37 A ldea por aldea, Fregenal d e la S ie­ rra. En Lisboa dicen: Ciudad por ciudad, Lisboa en Portugal; en Medina: Tanto por tan­ to, M edina del Cam po. Chatnpfleury recoge en su colección la siguiente (página 122): Prix pour prix, Chateau-Chinon vaut París. Maison pour maison, París vaut moins que Chateau-Chinon. 38

A ldea por aldea, Jaraíz en la Vera.

39 A lm endral, gente noble y principal, dos parroquias, tres conventos, de zorras hay m ás de ciento, y no hay más que contar. O tros dicen: Fregenal, mala villa, peor lugar, gente noble y principal, tres parro­ quias, tres conventos, tres colaciones y tres generaciones d e buenos y m ejores. El em­ pleo de numerales idénticos, se observa ya en un pad indio recogido en Dwariza por Tassin

41 A los d e Valverde, ni com prarles ni venderles. Mercachifles de muchísimo ojo y grande trastienda. 42 A nda allá, puta, no serás buena. —No seré, no, que soy de Llerena. Tráelo Francisco Delicado, en su Retrato de la lozana andaluza, Roma, 1528. En Za­ fra, sin embargo, debía de ser al revés, por­ que en aquella época ya se había establecido a costa de uno de los primeros nobles de Ex­ tremadura, Señor de varias ciudades y con diversos títulos nobiliarios, una mancebía pú­ blica, adquiriendo el privilegio de mandar ce­ rrar las demás para lucrarse él solo con tan limpio y cristiano negocio...! 43 A nd a mozo, anda de Burgos a A ra n ­ do, que de A randa a E xtrem adura, yo te llevaré en m i muía.


94 RODRÍGUEZ MOÑINO Correas: «Extremadura se llama lo que está aquende el río Duero, dicho así de los que vi­ vían allende, corrompiendo el vocablo latino E x trem u m D uriae, o del romance Extrem o del D uero. Pasa Duero por la villa de Aranda de esta parte, de suerte que en pasando la puente los que venían de Burgos, entraban en Extremadura. El amo que parte de Burgos animando a su mozo con las palabras del re­ frán, se obliga solamente a llevarle caballero la puente, y el mozo entendía más de cuaren­ ta leguas que hay...» 44

A nim a del veratano, no la quiere Dios

ni el diablo. Hay otra variante: La som bra del verataño...» 45 A ños buenos en Jerez , en Fregenal o en Burguillos, no los conozcan teus fillos. Dícenlo los de la comarca de los Barros, porque las lluvias y en general el cultivo que hay que dar a sus campos es completamente opuesto al de Jerez, Fregenal y Burguillos, te­ rritorio mucho más montuoso, así es que lo que para unos es beneficio, resulta para los otros altamente perjudicial. 46

A renicas d e la S eren a , no os olvida

quien os huella.

DICTADOS TÓPICOS

95

47 A renicas de Villanueva, no os olvida quien óé huella. 48 A sí te veas como Francia el de Calza­ dilla, con la cara comida de las ratas. Felipe Francia, que murió encerrado por dentro en su casa, y cuando al cabo de los días echaron abajo la puerta, se le encontra­ ron como dice el refrán. 49 A sí se despobló Caparra. Dícese cuando de una compañía vanse yen­ do poco a poco los que la integran y luego muere la conversación. Caparra, población importante en la época romana, es hoy un despoblado cerca de Plasencia, y de allí ha­ cen natural los falsos cronicones al gran poe­ ta latino Iuvencio. 50 A u n q u e cueste m ás que El P o rrin o . Dícenlo los de Usagre y Calzadilla de los Barros. Ambos pueblos tuvieron grandísimas contiendas durante los siglos xv y xvi por el disfrute de los aprovechamientos de la dehesa El Porrino, hasta el punto que en 1518 entra­ ron los vecinos de Calzadilla con «espadas e langas e dagas e cuchillos el que los tenía con m uy grande aluoroto» en la dehesa y llevándose los ganados los encerraron, atemo­ rizando al pueblo de Usagre. Puso fin a tan


96 RODRÍGUEZ MOÑINO secular contienda una carta de Felipe II en favor de Calzadilla de los Barros. 51 A u n q u e se hunda Calzadilla. Calzadilla, en la provincia de Cáceres. 52 A Villalba, que las dan dobles. Cuéntase que un año hubo tan grande cose­ cha de cereales, que los daban a mitad, y aun a menos, del precio, los medidores. Los que compraban, sacaron el refrán. 53 Badajoz, tierra de Dios. P or lo excelente de su clima y la bondad de su suelo. Fray Luis de Granada—según refiere Luis Muñoz en el libro de su vida—exclamaba al releer la Guía de P ecadores: «¿Pero es posible que yo escribí esta obra en Badajoz?; ¡buen cíelo y buen clima debe ser el de esa ciudad...!» 54 Badajoz, tierra d e Dios, échase uno y am anecen dos, y si tarda en am anecer, tres. Suelen añadirse a este dictado unas grose­ ras frases que por lo infundadas y sin valor alguno, no reproducimos aquí. Correas, Vergara y Herrero García, transcríbenlas. 55 B uen año en Cañaveral, tuercelo pa Fregenal. P or la razón apuntada al comentar el dic­ tado número 45.

97 56 Calzadilla, ruin concejo y poca villa. Alude a su pequeñez, resto de pretéritas grandezas. DICTADOS TÓPICOS

57 ¿C om éis cola, alcalde bu en o? —Cuidá no sea la de Cañam ero. «Dándose matraca los lugares, fingen que en Cañamero, por falta de res, el carnicero mató su burra y la pasó por carnero, y que el alcalde llevó de la cola, y dicen el otro refrán: lin Cañamero, comen burra por carnero, y el alcalde, por más honra, lleva siempre por la cola». Correas. 58 Cuenca y Plasencia, Córdoba y Sígüenza. Los mejores canonicatos. 59 Cuando B eringes tiene capa, no dejes la tuya en casa. Beringes está cerca de Plasencia, y cuando lleva sobre sí nubecillas, señal es de agua. 60 Cuando la S ierra de Mosca se toca, huía la tierra se vuelve una sopa. Cerca de Cáceres. Igual que el anterior. 61

D e Brozas, ni vaca ni yegua ni moza.

<>2 D e Castuera y con m ontera, a la puerta de un zahurdón, ladrón.


DICTADOS TÓPICOS

98 63

RODRÍGUEZ MOÑINO

73 D e Sálvaleón, contrabandista o ladrón.

D e D on Benito, ni hom bres Pedros

n i burros negros.

74

64 D e Hinojosa, cardadores; d e Belchite, zapateros; d e Cabeza del B u ey , olleros. 65

en L a Parra. Es fama que en La Parra (Badajoz) no sepa­ ran ni azuzan nunca a los reñidores, y así cuando alguno tercia para apaciguar cual­ quier contienda, exclaman: ¡Déjalos a ver en q u e para! 66 D e Jerez , ni buen viento, ni buen ca sam iento, ni m u jer que tenga asiento.

68

D e la Calera, ni burro ni barbechera.

69

D e la Fuente, n i burro ni gente, y si

1

p u ed e ser, ni m ujer. 70 D e la Fuente y con serón, lairón. 71 D e la Torre, ni buey ni hom bre, y si puede ser ni m u jer, y si m e apuras, ni sacristán ni cura. 72 D e Medina, ni m u jer ni gallina, ni casa que esté en esquina.

D e S egu ra , ni m u jer ni muía.

74 bis. ¡D e Villalba, es el amigo! Un arriero —cuyos descendientes aún vi­ ven-natural de Villalba de los Barros, hacía lrecuentes viajes a Aceuchal y a otros pueblos lnmedistos. Cada vez que cruzaba con alguien, Indefectiblemente le preguntaban: ¿ D e dónde <\s el am igo?—Y él: —D e Villalba. Pero har­ to ya un día y para excusar preguntas necias, colocó en el carro un gran cartelón: « d e v i l l a l ha us e l a m i g o » . Y quedó refrán la donosura •Icl arriero.

Déjalos a ver en que para, como dicen

67 D e Jerez , ni m uía ni m ujer.

99

75 D e Villalba y liberal, a afeitarse a Aceuchal. De todos sabido es que en las épocas de fuini caciquil, era cosa frecuente acaparar el iimo los diversos oficios y oficiales para el uso inclusivo de los de su bando. En Villalba de los Barros había uno —según cuenta la tradii ion —que trajo a su lado a los barberos del pueblo para el servicio de los conservadores, mientras los liberales tenían que irse a rapar In barba a los pueblos comarcanos o converlii mí en émulos de don Ramón del Valle In­ ri íiu. De aquí nació el dicho.


100 RODRÍGUEZ MOÑINO 76 El bobo de Coria. Inmortalizado por Veláquez en su famoso lienzo. 77 El bobo de Coria, que em preñó a su m adre y a su herm ana y preguntaba luego que si era pecado. Dícenlo de los astutos que so capa de igno­ rancia cometen los mayores desafueros. 78 E l bobo d e Plasencia. 79 El de Garrovilla, tira la piedra y no chilla. I Califícalos de avisados y nada lerdos. 80 El luchador d e Don Benito, que desa­ fiaba a todo el m undo, y luego siempre quedaba debajo. Se dice de los cobardes engallados. 81 El maestro d e Siruela, que no sabía leer y puso escuela. Dícese de los maestros que carecen de co nocimientos para enseñar. O tros cambian: _ m aestro Ciruela, que no sabía leer y po n ' escuela. Hay variantes: E l maestro d e A lg dor, que no sabía leer y daba lección; o m aestro del Campillo, que no sabía leer tomaba niños, etc.

DICTADOS TÓPICOS

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82 El puente de Guadiana, no lo hizo mano humana. Según unos se refiere este dictado al puente natural que forma la tierra cuando desapare­ ce el río para—a varias leguas de distancia — salir de nuevo a la superficie. Otros opinan que se refiere al magnífico puente, llamado de Palomas, que hay en Badajoz, sobre Guadia­ na, con veinte y tantos ojos o arcos. 83 El sastre de Campillo, que cosía de balde y ponía el hilillo. Los modernos folkloristas dicen que esta lección está equivocada, y aunque su transtormación no nos parezca tan sencilla como a nuestro admirado amigo don Francisco Ro­ dríguez Marín, sin embargo, estamos casi de «cuerdo con ellos. lil marqués de Santillana, en los Refranes «/i/e dicen las viejas tras el fuego, da la lec­ ción: El Alfayate del Cantillo, fa$ía la cos­ tura de balde e ponía el filo. Miguel de Cervantes, en el Quijote, parte i, rapítulo x l v i i i , varía el texto, diciendo canti­ llo, y Covarrubias en el Tesoro, trae indistin­ tamente Cantillo y Campillo. Quevedo, sin embargo, en el Sueño de la t'lnerte, prefiere Campillo, siguiéndole el aut o r de la Pícara Justicia en el libro m, capítu­ lo ii. Torre y Salvador, se lamentaba en El


DICTADOS TÓPICOS 102

RODRÍGUEZ MOÑINO

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85 E n A cedera, entre el am a y el cura, hacen la cera. Alude a que entre una alta señora y el cura del pueblo hacían las componendas políti­ cas.

Folklore A ndaluz ( 1 8 8 2 ) de que no se siguiera j la antigua lección Cantillo, en vez de Cam - ‘ I pillo. jf l Sobre todo esto, puede consultarse con I[ fruto a Rodríguez Marín, Más d e 21.000 re- á franes, páginas x x x i i y xxxm, nota segunda, n Cantillo en Andalucía, vale tanto como can- I I

86 En A zuaga lechones, y en Berlanga melones.

tón o esquina. H Tan mítico es este alfayate como el de Andrada y el de Piedras Albas, a los que aventajaba aún el de Ciguñuela, puesto que cosía ¡ de balde y ponía la seda.

87 E n A zuaga te gastes, como mal vino. Como en Azuaga no hay casi vides, llevan allí a vender el peor de todos los pueblos co­ marcanos. A eso se refiere.

i

84 E l tamborilero de Bodonal, que tocan­ do, tocando se le olvidó el tocar. O como el gaitero d e Bujalance, a quien i se da u n m aravedí porque toque y cien porque acabe; el del Pulgar, que se le dan cien para que toque y doscientos para que deje d e tocar, o mejor aun al h errero d e Fuentes que machacando, machacando se le olvidó el oficio. 1 De todos estos tipos es sin duda el más có* mico el sargento d e Utrera, feísimo hombre, que cuando pequeño le daban la papilla por el trasero para no verle la cara, y cuandm estaba a punto de reventar d e puro feo, le dieron el Santo Oleo con una caña para ndt arrim arse a él.

88 E n Badajoz está Dios, en Sa n Juan hacen el pan y en Sa n Francisco los repeñicos. Los noviazgos, que empiezan en invierno en el Campo de San Juan, y en estío acaban o se continúan en el de San Francisco. Ambos si­ tios son paseos de la ciudad. 89 E n Badajoz se acuesta uno y am ane­ cen dos, y en Jerez, tres. Alude a lo prolífico de los matrimonios. 90 E n Barcarrota, el que no corre, trota. Califícalos de despiertos y avisados. 91 E n Ciudad-Rodrigo, dam as; en Cáce­ res, caballeros y en Plasencia los dineros.


104 RODRÍGUEZ MOÑINO 92 E n Corte d e Peleas, pon la capa don­ de la veas, y aunque la veas, no la creas. Igual dicen en Aleas y Oreas, aumentando en el primero: que si vienen los d e Fuencemillán, te la quitarán. He oído que un hom­ bre llegó por vez primera a Corte de Peleas y mientras desocupaba el estómago ahíto de Vino, colocó sobre las bardas del corral su hermosa capa para no perderla de vista; de la parte acá la esclavina y de la parte allá el cuerpo de la capa. Acabó sus menesteres, y cuando fué a recogerla sólo encontró la escla­ vina, porque muy sutilmente habíanle recor­ tado todo el paño que caía afuera, dejando sólo el poquito de esclavina.

DICTADOS TÓPICOS 105 98 E n la Granja, m ucha torre y poco cobre.

99 E n la Granja, tejas y en Aztiaga q u edejas. 100 E n la horca de la Parra acabes tu vida. Igual dicen del rollo de Villalón, etcétera.

94 E n Fregenal, no com en pan si no se lo dan. Pobres y perezosos; dos desgracias.

101 E n Magacela se mató m i abuela, co­ gió un ovillo, se fu é al Castillo, desde allí se tiró y se despanzurró. Queremos ver a través de la tosca expresión de este dictado la tradición popular referente a su nombre, según la cual, una reina mora, señora del pueblo, terminando de cenar, se enteró de que los cristianos habían entrado en él, y en el colmo de la desesperación, su­ bió a lo alto del castillo y arrojóse desde allí, exclamando: ¡am arga cena!, de donde el pue­ blo—con notorio error quiere derivar Maga­ cela.

95 En Hornachos, todos los asnos son machos.

102 E n Montemolín, campanas de palo y gente ruin.

96 E n la cara se te nota que vienes de Barcarrota.

103 En Puebla de Obando, poca gente y m ucho mando.

97 E n la feria de Valverde, el que más pone, m ás pierde.

104 E n Santa Marta, quien quiera pan, que lo parta.

93 E n Cuacos cebollas, y en Jarandilla ollas.


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105 Entre Cuacos y Xarandilla, viste la lum bre longaniza. Que se ha asado pronto. Dícenlo refiriéndo­ se a la proximidad entre Cuacos y Jarandilla, lugares de Cáceres. 106 E n Valverde, moquillo verde, en B erlanga, lanza y albarda. Correas le da la siguiente explicación: «Lu­ gares son de Extremadura; moquillo verde es una enfermedad de que se mueren las ovejas. En Berlanga dicen que salieron a lancear una albarda, entendiendo que era ballena, lo mis­ mo se dice de otros lugares, dándoles vaya con fingido cuento». Nosotros lo hemos oido referir de otra forma: En una crecida del río, inundóse la bodega de un tabernero y como el pobre hombre viera que la riada se llevaba una pipa llena de vino generoso, no daba tre­ guas a su llanto y al gritar adolorido: ¡V a lle­ na de vino, va llena, va llena! Los compa­ dres pueblerinos, que sólo veían la ventruda panza del tonel flotando sobre el agua, enten­ dieron mal los lamentos del pobre hombre, y creyendo que decía: ¡Ballena, ballena, baile' na!, salieron a perseguirla hasta que tras mu­ cho correr por la orilla, cayeron al fin de su engaño. La misma tradición, referente al Manzana­ res, la recoge, a principios del siglo x v i i ,

107 don Alonso del Castillo Solorzano, en sus lom adas A legres /a Don Francisco de Eras' so / Conde de H um anes, señor de las Villas de M ohernando j y el Canal /Por don Alon~ so Castillo Solorzano. / Con priuilegio / E n Madrid, por Ju a n González, año 1626 / A costa de Alonso P érez, m erca d er de libros. 8.°, 8 hojas de preliminares + 224 folios. DICTADOS

t ó p ic o s

107 E n Villa nueva, serena la tierra y se­ renas ellas. 108 E res de Villanueva, y esa no cuela. Califícalos de embusteros. 109 Estar en A ljucén. Estar medio loco; dícenlo por su proximi­ dad a Mérida... 110 Estar en Mérida. ...en donde hay un excelente manicomio. 111 Estar como los coquitos y los águilas de Valencia del Ventoso. Bandos políticos. Nosotros hemos oido co­ quitos, pero don Matías Ramón Martínez trae cogutos, que creemos mejor lección. 112 Gente de Malpartida, poca y mal avenida. Enredosos y quisquilludos. El marqués de


108 RODRÍGUEZ MOÑINO Santillana, en sus R efranes que dicen las viejas tras el fuego, trae: «Los canes d e (To­ rito, pocos e mal avenidos». No debe enten­ derse Zorita de Cáceres, sino Zorita de los Canes. 113 H acer como en Fuente de Cantos cuando llueve: si es agua, dejarla caer. 114 Irse una cosa como en el puerto de arrebatacapas. Violentamente, con rapidez. Puerto de re­ cios vientos y grande frío, en la provincia de Cáceres. 115 Jerez , corto de vista, largo de pies. Lo dicen porque es pueblo extenso, pero bajo. 116 La aseada de Burguillos, que lavaba los huevos para freirlos y escupía en el acei­ te para ver si estaba caliente. 117 La aseada de Burguillos, que le corre la m ierda por los tobillos. 118. La relimpia de Horcajo, que le lavava las patas al asno. ¡Aseada sería, vive Dios!

109 119 La tierra de Cudrial, no aguanta seca ni mojá. En Burguillos. Es tierra muy templada. DICTADOS TÓPICOS

120 La tonta de Balde fuentes, que daba u n pan frío por dos calientes. Casi tan tonta como el bobo de Coria, de que hablamos en el dictado número 77. 121 Los arrieros de Talaván, hoy a p a re­ ja n y m añana se van. Casi tan perezosos como el labrador de Zahinos, que de puro perro, segaba en enero. Otros dicen: Los arrieros de Molina, se le­ vantan a media noche y salen a medio día. 122 Los cacharros a Salvatierra. Tiene justa fama Salvatierra de los Barros de producir los mejores barros —espiches, ti­ najas, barriles, cazuelas, vasos, etcétera—de España. Por eso, cuando se rompe algo, se manda idealmente allí, como sitio en donde están todos los cacharros que se necesitan. 123 Los de Hervás, judíos todos los m ás; los de Baños, judíos y tacaños; los de A ldeanueva, la judiá entera. Judíos, malos, mal intencionados, ruines de corazón.


DICTADOS TÓPICOS

111 el duque,

110 RODRÍGUEZ MOÑINO 124 Los hermanos de Trujillo, uno be­ llaco y otro ladroncillo. ... ¡fuerza del consonante, a qué me obligas, a decir que son blancas las hormigas...! Tráelo Delicado en su Lozana Andaluza.

130 Muere el papa, el rey, hasta el p rio r de Guadalupe. Cfr. los números 138 y otros, que con éste dan idea de la importancia que tuvo Guada­ lupe en tiempos pasados..., que no volverán.

125 M anjar de Burguillos, por la ma­ ñana rábanos y por la noche higos. Háilos en gran abundancia.

131 Niebla en A rdila, agua al otro día. Río cerca de Jerez de los Caballeros.

126 Montehermoso, Carcaboso y el P io r ­ nal. Dícese burlescamente, en vez de Madrid, Cáceres, Portugal, dándoles vaya con ironía por su escaso valer. Son tres pueblecillos de la provincia de Cáceres.

132 N o es ciudad ni es villa, y es más grande que Sevilla. El Valle de Santa Ana, porque tiene poquí­ simas casas, pero muy separadas unas de otras, por cuya razón ocupa una gran exten­ sión de terreno.

127 Moriscos en Hornachos, y en dondequiera muchachos. Cfr. número 22. Tráelo López de Gomara en el siglo xvi, y todavía se oye mucho.

133 Padre de Usagre, hijo del Montijo y el Espíritu Santo de Fuente de Cantos. Refiere una curiosa historieta que entraron dos hombres —padre e h ijo -e n una taberna, en donde pidieron de comer. Sacaron del vino que llevaban y preguntados por el tabernero que de donde eran los amigos, respondieron con el chiste del refrán.

128 M ujer de Alconchel y hombre de cualquier parte. Rodríguez Marín, recoge esta glosa del anó­ nimo sevillano: «porque son honestas y re ­ cogidas y tienen gran gobierno en sus casas, y así basta la m ujer, aunque el hom bre sea perdido». 129 Mundo mundillo, nacer en Granada y m orir en Trujillo.

134 Perusino en Italia y Trujillano en España, a todas las naciones engaña. Califícalos de avisados y vividores. 135

Puente de Aimaras, si te caes, no



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cabeza en u n peñasco, para ver si es del pueblo. Todavía en algunos sitios creen cierta esta broma. 149 S e r m ás malo que los judíos del Ca­ sar. Los judíos de Casar de Palomero (Cáceres), hace varios siglos apedrearon a una cruz de aquel pueblo, el cual no olvida la sacrilega fe choría. Sobre este punto puede consultarse la Historia y relación verdadera de cómo los judíos apedrearon la cruz del Puerto del Ga­ mo junto a la villa del Casar, año d e mil cuatrocientos ochenta y ocho. Mss. en 8.°, de 76 páginas, existente en el Archivo parroquial de Casar y en el Monasterio de Guadalupe. No sólo es esta la bibliografía del hecho, sino que a él se refieren también la comedia anóni­ ma La Santa C ruz del Casar y la Historia d e la Santa C ruz del Casar de Palomero, de don Romualdo Martín Santibáñez, Piasencia, imprenta de Ramos, 1870, 40 páginas en 4.° Se verá también una noticia en Fr. Fran­ cisco de Torrejoncillo: Centinela contra ju ­ díos, puesta en la Torre d e la Iglesia de Dios, Madrid, 1728. Véase cómo refiere la le­ yenda Vicente Barrantes en el A parato Biblio­ gráfico para la Historia de E xtrem adura, tomo I, páginas 458-459:

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«Sobre la cumbre del collado o Puerto del Gamo, a dos kilómetros del Casar de P alo­ mero, existía en 1488 una tosca cruz de made­ ra, allí colocada por un devoto pastor para consuelo y amparo de los viandantes; la cual fué apedreada por los judíos del Casar el Vier­ nes Santo de aquel año, en ruin venganza de otra pedrea que ellos a su vez habían sufrido el Jueves Santo anterior, por varios jóvenes de la villa, a causa de hallarlos jugando al te­ jo en la plazuela de los Barreros, mientras en la iglesia se celebraba el oficio divino. Estábale a la raza hebrea prohibido, como es notorio, por las leyes I y II de la Partida VII, andar por las calles los días de Semana Santa, y los que tal hiciesen podían ser por los cristianos, sin responsabilidad apedreados. Como esta misma hora de los oficios fuese la elegida el Viernes Santo de 1488 para el sa­ crilegio, impune hubiera quedado seguramente, a no pasar por aquel sitio, al punto que lo cometían, Hernán Bravo, alférez de los Reyes Católicos, que andaba levantando gente para la guerra de Granada. Perdido de amores por una judía del Casar le pinta la tradición, y asediado en aquel momento por los criminales con todo género de halagos y amenazas para que no los descubriese, ya brindándole con la posesión de su Raquel amada, ya con muerte segura y horrorosa; pero más devoto


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que enamorado, Hernán las resistió inquebrantable, corriendo a la Iglesia a avisar a los vecinos y a la justicia. La cruz se halló hecha pedazos y cubierta de porquería, con tanto escándalo como aflicción de los casareños. Piadosamente lavada y recompuesta por las mujeres, que con cintas y lazos de su propio adorno la restablecieron en su antigua forma, fué al día siguiente tras­ ladada al Casar en devota procesión de des­ agravio, colocándola en el altar de la parro­ quia. De allí la trasladaron cuando la expul­ sión de los judíos a la misma sinagoga de és­ tos, convertida en ermita, que por desgracia para las artes fué en el siglo xvii derribada pa­ ra construir el hermoso templo que hoy exis­ te, y que está habilitado al culto desde 1714. En la actualidad sirve de parroquia, por ha­ llarse ruinosa la del pueblo. Presos los judíos y encausados por la justi­ cia de Granada, villa en que ejercía jurisdic­ ción y mero mixto imperio el Duque de Alba, y que se llamó poco después Granadilla para no confundirse con la Sultana de Andalucía, cuando los Reyes Católicos plantaron la cruz en la Alhambra, en Tribunal presidido por el mismo Duque fueron sentenciados a la hogue­ ra el Rabí del Casar, jefe y parte principal en el apedreo, Don Yu<pe Salomón, Sicala v Rendaña, a quien llaman Regaña las populares

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tradiciones. El zaguito, o muchacho judío que les sirvió de cómplice poniéndose de atalaya en lo más alto del puerto, donde por divina permisión se quedó dormido cuando pasaba el Alférez, tuvo cortada y quemada la mano derecha, y cuéntase que vivió setenta y nueve años, sin que la herida se cicatrizase, a pesar de haber abrazado el cristianismo en los días de la expulsión de su raza por los Reyes Ca­ tólicos. Los demás fueron quemados al N. de Gra­ nadilla, en el sitio que aún lleva el nombre de pozo de los judíos. Por cierto que unas man­ chas obscuras que tienen las peñas del con­ torno, cree la tradición que provienen de la sangre de los ajusticiados; tradición sin duda herética, pues viene a considerarlos márti­ res. (La cruz)... ostenta visibles hoy las señales del apedreo, aunque sólo sirvieron para enritmecerla, que está toda engarzada en plata, y las roturas y destrozos de aquella profana­ ción, con abrazaderas del mismo metal com­ puestas. Un metro y seiscientos milímetros es la altura del tronco, y la de sus brazos, un metro.» 150 S e r m ás retardado que el labrador tic Záhínos. Que de puro perro, segaba en enero.


118 RODRÍGUEZ MOÑINO 151 S e r m ás valiente que B ernardo el d e Montijo. De Bernardo del Montijo hay un curioso romance del siglo xvn, cuya primera edición conocida es de Jerez de la Frontera, 1699, que describimos en nuestro estudio «La Im prenta en Jerez d e la Frontera durante los siglos X V I y X VII», Badajoz, 1928. Comienza: Escuchadme, jaquetones, que sois de la vida airada... Y concluye: ...del Rey hermosa bengala. 152 Si el Cañajeal viene entoldado, re c ó gete a techado. Cerca de Burguillos del Cerro (Badajoz), j 153 S i fu eres a Hervás, lleva vino y darte han pan. Por lo visto, falta lo uno y sobra lo otro. 154 S i quieres tener un hijo D uque, mete a otro en Guadalupe. ,] Cfr. los números 130 y 138 de esta colec ción. 155 Si se em peñan en Barcarrota, te hab­ rán decir: R ey, caballo y sota. Tozudos y machacones.

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156 Si vas a la Torre, pícale a la burra, verás como corre. 157 Soria pura, cabeza de Exti em adura. Lema del escudo de Soria. Se ha discutido mucho si ésta es la verdadera Extremadura o no. La opinión general es que el lema de este escudo no reza con nuestra región, porque como bien dice don Vicente Barrantes y Mo­ reno, si «...desde Soria pura, en la Edad me­ día cabeza de Extremadura, como reza el es­ cudo de sus armas, se tiran dos líneas parale­ las a M, y P, una por la orilla del Duero hasta Oporto, y otra por Segovia, que pase los puertos enfrente de Toledo, y por las madres de Guadiana vaya a perderse en la raíz de Sie­ rra Morena, ¿quién osará plantar en ese in­ menso triángulo equivalente a una quinta parte de la Península los mojones de la Extre­ madura castellana que nombran así documen­ tos de indudable fe, abarcando todas estas tierras de Segovia, Avila y Toledo, así como las de Beira, Algarbe y Extremadura portu­ guesa? ¿No se correría el peligro de aceptar por demarcación geográfica lo que fué acaso una denominación vulgar, con la guerra naci­ da y por la guerra conada?» Aparato biblio' gráfico para la Historia de E xtrem adura, (orno I, prelim inares, páginas VIII—IX. Don Vicente Paredes Guillén, en su Histo­


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ria de los Framontanos celtiberos, y antes en su folleto Origen del nom bre E xtrem a dura, soluciona así el problema: «Otra duda puede resolverse fácilmente, encontrando el verdadero origen del nombre de Extremadura, la cual se refiere a la leyenda del escudo o armas de la ciudad de Soria, que ha dado bastante que pensar, y originado en parte el que se creyera que Extremadura venía de los extremos del Duero. En dicho escudo se obstentaba una suscripción en la que se leía: «Soria pura, cabeza de Extrem adura». Soria se ti­ tulaba Cabeza de Extremadura, porque de las cuatro cuadrillas, Soria era la que presidía los concejos de las Extremaduras y los de Sie­ rras, y hacía cabeza de las cuatro por ser sucesora de Numancia que en todos los tiempos fué la principal cabeza de la Celtiberia, y por tanto de la trashumancia, como su nombre lo indica, según el Diccionario de Cortés «Nu­ mancia, nombre céltico de los Celtas nóma­ des, de aquí Nomadía, Nomandía y Nomantía y Numancia (Tomo 3.°, página 229...)» Hasta aquí don Vicente Paredes en las pági­ nas 20-21 del ya citado opúsculo. 158 Tablajero de Llerena, la m a r bravia y el río suena. Hubo un hombre en Llerena que se las echaba de muy curtido en andanzas marinas.

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Hartos ya de oírle referir sus fantásticas aven­ turas y trapisondeos, unos cuantos amigos suyos dijéronle una noche que iban a embar­ car en su compañía, con el mayor secreto, para América, en donde le prometían el oro y el moro. Engolosinado con los tesoros de que ya se veía dueño, dejóse vendar los ojos y así le hicieron andar durante toda la noche por el mismo sitio hasta que le dijeron que ya iban a entrar en el vapor. El hombre, oyendo el ruidecillo suave de una fuente cercana, sin­ tió tales bascas y mareos, creyendo que la cosa iba de veras, que se negó a embarcar di­ ciendo que él nada hacía estando la mar tan revuelta como por las apariencias sonaba. Descubierto el engaño, avergonzóse el hom­ bre y quedó el refrán. 159 Tener las barbas como la sem entera de Montánchez. A trechos y cuasi rapadas de pelambre. 160 Tener m ás mataduras que burro de Zafra. A Zafra se llevan durante la feria de gana­ dos los chalanes gitanos, todo lo que no ha podido dársele salida en otras tierras. 161 Tres casamientos traen a m i m adre. Cinco, son hija, con los dos de Usagre.


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Tráelo Francisco Delicado en La lozana andaluza. 162 ¿ V e d e s que fae sol por iste lado?— Pois aínda na Parra chove. Dícenlo los alemteixanos para comentar la diferencia de clima entre las poblaciones fron­ terizas lusohispanas. 163 Verse peor que los franceses en La Albuera. Alude a la famosa batalla de la guerra de la Independencia. 164 Ya sabes ir a Cuacos. Burlesco. Del que no sabe nada. Lo dicen en Jarandilla que está muy cerca. Sin embar­ go, Vicente Paredes Guillén, trae otra acep­ ción en su libro Origen del nombre de E x­ tremadura, página 43: «Cuéntase en esta tie­ rra que encontrándose un cuervo muy viejo y con pocas plumas para volar y buscarse la comida se fué a un nido de urracas y se ocultó entre los polluelos, y sacando la cabeza por entre ellos, abriendo la boca, recibía el ali­ mento que los padres traían a sus hijos. Estos fueron creciendo y haciéndose volanderos abandonaron el nido, dejando en él al cuervo que, en vez de criar plumas, en el transcurso del tiempo se iba quedando más desnudo. La estación avanzaba y las urracas ya no encon-

123 traban higos para alimentar a su cunero, y, lamentándose ante él de la escasez de esta fruta, les dijo: ¿N o habéis ido a Cuacos? Los ■cuales cayendo de su engaño, dijeron: Pues si sabes a Cuacos, ve tú a buscarlos.» DICTADOS TÓPICOS

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Y las mercedes en tierra de Gata.

166 Ir a la Galera. En Badajoz, ir a la Galera, significa tanto como ir a desocupar el vientre o ir a reñir. En San Fernando dícese: ir al manchón, que es una calva que hay a la vuelta de la antigua calle Escalerilla. Análogo es el dictado si­ guiente. 167

Ir a las murallas.

168 Ir con la de Guadalupe. Cariñosa y cristiana despedida, impetrando la protección de la Virgen de las Villuercas. 169 Ir de un valle a otro. De Valle de Santa Ana, al Valle de la Sere­ na. Vale tanto como correr de la Ceca a la Meca y el Val de Andorra. 170 Ir de Zafra a Zafra. Dícese cuando alguien está estorbando, alu­ diendo al caso de un hombre que estando en Zafra (población) zambulló a otro por este motivo en una zafra o recipiente de aceite.


IV

RIMAS

171 A Alcántara me llevan por m i deleite no vi allí cosa buena si no es el puente. De construcción romana. Cfr. Emilio Hübner¡ La ponte d‘Alcántara. Roma, 1863, 26 páginas, 8.° y Mss. V. 159 (fol. 96) y C. 77 de la Biblioteca Nacional de Madrid, más el ca­ pítulo del libro de Quintanadueñas citado en la nota 399. 172 Adiós calle de la plaza con tus esquinas de bronce.


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DICTADOS TÓPICOS

Adiós palomita blanca que te quedas sin am ores.

con una administración que gobiernan cuatro pillos.

Despedida de los quintos de Alcuéscar. En La Coruña dicen (Pérez Ballesteros, III, n .° ll): ¡Adiós meu campo d'a leña adiós esquinas d'o parque moitos sospiros me debes esquina do Baluarte! 173 A doro lo m oreno desde que supe que es m orena la V irgen de Guadalupe. 174 A gua Dios en los trigos de la cañada donde tiene m i am ante la su senara. También cantan en Alcuéscar, refiriéndose al mismo sitio: — Soledad de la cañada, la mujer es la que pierde, que el hombre no pierde nada. 175 Ahillones ya no es Ahillones que es una jaula de grillos

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176 A la feria de Marzo van los señores. A la de Trujillo los labradores. La segunda feria tiene un carácter más de mercado que de diversión. 177 A la Virgen de la Estrella le tengo que regalar fanega y m edia de trigo si m e llega a colocar este verano contigo. Santuario mañano en Los Santos de Maimona. 178 A la Virgen del Socorro patrona de Calzadilla piden los calzadilleros que los libre de las quintas. En Calzadilla de los Barros ha existido la ermita del Socorro, fundada por el noble seftor don Alonso del Corro, padrino de Zurba-


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rán, a quien tal vez pudieran atribuirse las tablas del retablo mayor, de irreprochable factura, sobre todo cuatro retratos, que por la incuria de los hombres más que del tiempo se han destrozado. En 1927 o 1928 se enajenó la ermita, que ha sido ocupada diversas veces para local de espectáculos, oyéndose el chu­ lesco y cateto cante flamenco «de cuarta ma­ no» en donde tantas veces resonaron las fra­ ses del psalmista: «Si iniquitates observaberis Dómine, ¿Dómine, qui sustinevit...? —¡Sic transit...! De ahora en adelante será el «SalónSocorro». 179 A l Cristo de Zalamea cuatro lámparas le alum bran y untándose con su aceite todos los males se curan. Es el Santo Cristo de la Quinta Angustia, cuya capilla se edificó en 1606. Antonio Ca­ rrasco Fernández, curioso investigador local, ha realizado interesantes estudios sobre el santuario. Don Juan Tamayo de Salazar, se­ cretario y paisano del obispo de Plasencia e Inquisidor general don Diego de Arce y Reinoso, escribió unas Antigüedades de Ilipa y Milagros del Santo Cristo de Zalamea. Tal vez el mismo Tamayo comunicó a su amigo

129 don Juan Pérez de Montalbán un gracioso ca­ so sucedido con la famosa lamparita y puesto en verso por él en su comedia No hay vida como la honra, jornada III: DICTADOS TÓPICOS

Enfermó un hombre de un ojo y tanto su mal creció que de aquel ojo cegó si no lo habéis por enojo. Con el ojo que de nones le vino a quedar, pasaba y veía lo que bastaba sin curas, aguas, ni unciones. Mas, como alguien le dijese que, si es que vista desea, contrito y devoto fuese al Cristo de Zalamea, donde por diversos modos el cojo, el ciego, el mezquino con el aceite divino de todo mal sanan todos, él al punto se partió con fin de desentuertar al soberano lugar y, apenas en él entró, cuando a la lámpara parte 9


130 RODRIGUEZ MOÑINO y tanto el aceite agota que entrambos ojos se frota por una y por otra parte.

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refinando una poca de pólvora, y oyendo re­ ferir muchos milagros que la imagen de Nues­ tra Señora de la Consolación había hecho aquel año, hizo la romería y al entrar en la capilla, se untó con el aceite de la lámpara muy devotamente ambos ojos, con lo cual sintió grande dolor en ellos y no vía con nin­ guno. Daba voces diciendo: jMadre de Dios, siquiera el que traje!»

El ojo que bueno estaba, con el contrario licor sintió tan fuerte dolor que del casco le saltaba, y en fin, sin remedio alguno hubo de venir a estado que, de allí a una hora, el cuitado ya no vía con ninguno.

180 Alcuéscar tiene conciencia porque reparte sus aguas unas van pa‘l río Tajo otras van pa'l Guadiana.

Al Cristo entonces se fué atentando como pudo, y a sus pies, muy a menudo, con más cólera que fe, a grandes voces decía: —«¡Señor a quien me consagro, ya no pido yo milagro, sino el ojo que traía...!

DICTADOS TÓPICOS

Se refiere al río, no a la ciudad.

a ]I

Esta misma anécdota, aunque refiriéndola a otra imagen, narra don Juan de Arguijo en su Colección de Cuentos, manuscrito que se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid, signatura Cc-217: «Don Diego de Tello, un caballero de Sevilla, perdió la vista de un ojo'

181 A l cura de Fuente ‘e Cantos y a su cuñada la Juana, los cogieron a los dos jugando a las tres en raya. 182 Alm oharín no es Alm oharín que es un vaso de cristal que por cabecera tiene la virgen de Sopetrán. Forma popular muy extendida. Cfr. Rodrí­ guez Marín, n.° 7.911.


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Cádis no se yama Cádis que se yama relicario porque tiene por patrona a la virgen der Rosario. 183 A lm oharín para los higos para patatas la Vera para bellotas las Casas para naranjas A lcuéscar. 184 A Logrosán yo m e voy a por una logrosana que las mozas d e este pueblo parecen yeguas serranas. En Terrinches (Ciudad Real) y en Aragón, dicen: A Terrinches he de ir a por una terrinchosa porque las albadejeñas se han vuelto muy caprichosas. A Aragón me voy mañana a por una aragonesa, que las mozas de este pueblo parecen yeguas francesas. 185 A m i A lanje lo comparo

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con el culo d e una taza todo son cuestas arriba hasta llegar a la plaza. Variante de Churriana y Segovia. Alanje está, en efecto, en las laderas de un mon­ tículo, a cuya meseta corresponde la pla­ za. Las calles son muy difíciles de subir, por lo pendientes, distinguiéndose entre todas las de Escachaculos, Baños y Almendro. Rodrí­ guez Marín, Cantos pops. Esps., n.° 7.935, trae: A San Roque lo comparo con er rebés de una tasa, todo son cuestas arriba hasta subir a la plasa. 186 A l Montijo le dijo la Puebla u n día: —¿ S i no es por Tálavera, tú qué serías ? 187 A Pela se va por peras a la villa por naranjas y a Orellana que es m i pueblo a por las buenas m uchachas. Pela es Navalvillar de Pela, y Orellana es Orellana la Vieja. En Andalucía dicen:


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A Ronda se va por peros y a Málaga por batatas y a Guarcaná de mi vida a por las güeñas muchachas. 188 A quella señora vestida d e blanco, la V irgen de Bótoa regando los campos.

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grandezas de Badajoz en un papel como el cielo no lo creería yo. La misma exageración de escribir con ma­ res en el cielo se encuentra ya en una canción (dístico) popular griego, recogido por Fauriel, tomo II, pág. 288: m z [47] Tov oüpavo'v xa¡xva> xapTi nr(v BaXaooai; MsXóvtj Ná fpát]>to ta xsta|j.atixá xai icaXtv <¡sv ¡is cfflavei.

Se refiere a la Virgen de Bótoa y se canta en su romería, que tiene lugar en el mes de abril de todos los años. 189 A Ribera m e fuera d e buena gana si hubiera un ribereño que m e llevara. Igual dicen en la Mancha. Ribera del Fresno. 190 Arroyomolinos, lino, Valdefuentes calabaza, Albálá pan de centeno que de trigo no se halla. 191 A u n q u e escribieras con m ares

192 A y Badajoz si te hundieras, pero m ás vale que no porque tengo yo allí dentro metido m i corazón. Dícenlo las novias de los quintos, odiando Badajoz porque les retiene a sus amores, pero al mismo tiempo deseando que no pase nada por la misma razón. h

193 Batalla de Medellín bien carita nos costó, pero en Arroyomolinos el francés nos lo pagó. Alude a las dos memorables acciones de la Independencia, sobre las que tan bien ha escri-


136 RODRIGUEZ MOÑINO to mi llorado maestro don Román Gómez Villafranza, en su laureada memoria Historia de E xtrem adura durante la G uerra de la Inde­ pendencia Española, premiada por la Aca­ demia de la Historia. 194 Bodonál de judíos la Fuente zorros, y en S egu ra la fam a de buenos mozos. Volvemos a topar con los judíos. Vaya el lector a buscar otras referencias a los núme­ ros de esta colección: 123, 159, etc. 195 Burguillos ya no es Burguillos que es u n ram o de oro bueno desde que tiene a su entrada a Jesús el Nazareno. Con leves variantes en Cádiz y Almoharín. Véase el número 182. 196 Cabañas está en u n risco y Roturas en un valle y la ciudad de Solana no tiene m ás que una calle.

137 Sobre las coplas de esta factura, remitimos al lector al artículo de don Joaquín Costa que se recoge en los apéndices. En Cádiz dicen, según Rodríguez Marín, Cantos populares espaftoles.n.0 7.884: DICTADOS TÓPICOS

Estepiya está en un serró Gileniya está en un vaye y la triste de Pedrera no tiene más que una caye. 197 Cabeza ‘l B u ey , señores, pueblo con suerte que hasta los aeroplanos vienen a verte. 198 Calamonte está en un monte A ljucén en u n valle y el pobre Carrascalejo no tiene m ás que una calle. 199 Calamonte está en un m onte M érida en un arenal Cordóbilla está en u n llano Carmonita en un canchal.

200 Cálzadilla, Los Santos


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y A lm endralejo de estos cuatro lugares los cinco buenos. Dícenlo en son de burla a los muchachos que van a la escuela y no aprenden, para indi­ carles sutilmente que no saben nada. 201

Calle de la Plazuela calle d e flores donde suben y bajan las procesiones. » De Alcuéscar (Cáceres). El canto a las ca­ lles del pueblo natal, es un tema muy genera­ lizado en el folklore. Dumontier, en la página 101 de su colección, publica un cantar popu­ lar recogido en la cochinchina, cuyo título es «JLes trente'Six rúes d e Hanoi», en las que se recuerdan las treinta y seis calles de ese pueblo. 202

Camino de Feria va u n hom bre de mala facha por cierto que es el m iguero y nadie le ponga tacha que va a Feria por dinero. M iguero es el hombre que prepara por la

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mañana las migas extremeñas en la majada o -si en el cortijo. 203 Camino de Trujillo los berrocales se m e perdió el librillo de los cantares. Hubo un rústico en Trujillo, grande aficio­ nado a la poesía y tan buen repentizador de décimas como vergonzudo en recitarlas. Ve­ nía del campo en cierta ocasión, y como le rogasen encarecidamente, entrando en Truji­ llo, que dijera algo de lo que había compues­ to durante el día, el hombre, para dar a en­ tender su cansancio o su desgana, improvisó la coplilla. Los berrocales son terrenos pedre­ gosísimos que hay a la entrada del pueblo, y ii los que hace referencia el cantar n.° 367 de esta colección. 204 Camino de Trujillo m e corté un dedo y una trujillanita m e ató un pañuelo, y después del pañuelo m e ató una cinta


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¡viva usted m uchos años trujillanita! Ha recogido la música de esta copla mi ex­ celente amigo el maestro Gil García. 205 C añam ero maldito, quien te quem ara, yo pusiera la leña que m e tocara. 206 Cañam ero y Logrosán tienen los pastos com unes y las mozas de estos pueblos tienen los ojos azules. Variantes: Cas aya y Guadarcaná... Cabesa rubia y er Serró... salvo los dos versos finales: ...y yo los tengo contigo Sádado, Domingo y Lunes. 207 Cañaveral d e las limas Arquillo de los limones En las Casas [d e MillánJ picarazos E n H olguera barrigones

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Y en Galisteo buenos mozos si no fu era n borrachones. 208 Carlos V tiene un hijo y lo quiere coronar y le ha puesto por corona la Sierra de Cañajeal. 209 Carmonita está en un cerro A ljucén está en un valle y la ciudad d e Solana no tiene m ás que una calle. 210 Carmonita la alegre corcha quem ada zujardón de cochinos corral de cabras. 211

Cásate en Monesterio y harás fortuna que con sesenta reales tendrás m u jer y burra. Denota pobreza. En los pueblos comarca­ nos, dicen de Fuentenovilla: E l que se casa en Fuentenovilla, lleva m u jer y borriquilla.


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En Arroyo del Puerco, véase el número 363 de esta colección. 212 Castillo d e Montánchez fortalecido donde m etieron preso a D on Rodrigo. Don Rodrigo, es don Rodrigo Calderón, marqués de Siete Iglesias. 213 Castillo de Montánchez si te cayeras, y cogieras debajo las m ontanchegas. Salvo el primero, los tres últimos versos están ya en una coplilla recogida por Rodrí­ guez Marín, número 7.251: Fábrica de Tabacos, bentanas pocas, recreo de charranes jardín de locas. ¡S i te cayeras y cogieras debajo las cigarreras! 214 Cayetana, Cayetana

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cuando fuiste a Plasencia a regalar los m elones con dos reales que llevabas trujiste los pendentones. Variante: ...a regalar las sandías con dos rales que yebabas trujiste las gargantiyas. 215 Cayó en el Garlito cerca de Orellana llévome la vieja quédote la sana. Alaba a Orellana la Vieja contra Orellana la Sierra. 216 C entenera pa centeno para trigos la triguera y para las tencas finas las de la charca ‘e La A lbuera. Dícese en Alcuéscar. 237 Como cantan las ranas e n la ribera así cantan las zorras en Talavera.


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218 Como cantan las ranas en la corriente así cantan las zorras en Sa n Vicente. San Vicente de Alcántara. 219 Cuando el S eñ o r vino al m undo tñno por Navalmoral el Cristo por P eraleda y el A ngel por Valdehuncar. Variante burlesca: ...vino repartiendo vino, y ese vino, ¿dónde está? 220 Cuando te vide iteñí por la calleja ‘el Parral m e pareciste una guarra que venía de jozal.

De Alcuéscar.

221 Cuando vayas a Bótoa en la carretera te encontrarás bailando las lavanderas. La Virgen de B ótoa a que se refiere éste y

DICTADOS TÓPICOS 145 otros dictados tópicos, es la patrona de las lavanderas de Badajoz.

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D e A lcuéscar quiero el aceite, d e Montanchez el jam ón, de Albalá quiero el centeno, d e Miajadas el turrón. Los mejores productos de estos pueblos de la provincia de Cáceres. 223 D e Cabezavellosa era la niña y el galán que la baila de la Ja r illa. Recuerda las tonadas del siglo xvi. En al­ guna parte que no recordamos lo hemos visto unido con otros al famoso: De noche lo mataron al caballero, la gala de Medina, la flor de Olmedo. 2 24 D e la Corchuela venimos d e com ernos los borregos, 10


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si no nos quieres creer aquí traemos los cuernos.

p uede ni lamber». Sacram enta vale tanto como embriaguez, borrachera, curda, jumera, túrdiga, filoxera, melopea, cándida, manopla, tablón, merluza, cúrdula, sarampión, pinto­ na, pea, pescadilla, mierda, sopladera, perra, pítima, calamocana, castaña, peba, resueyo, papalina, chaqueta, violín, chispa, mona, pelplegía, trompo, túnica, turca, toquilla, mos­ ca, mantón, zupia, zipiripando, zumbo, o co­ mo venir borracho, trúpito, arropao, alumbrao, pintón, calamocano, curda, alegre, pringao, picao, traer un vasito demás, etc., etc... Y conste que doy cincuenta y tantos nombres, pero que otro medio centenar queda en el tin­ tero...

La Corchuela, una de cuyas partes, precisa­ mente la que linda con la ermita, es hoy pro­ piedad de mi familia, es una dehesa con capi­ lla, a donde iban de romería los años pasados la gente de Badajoz. El templo se abrió en 1860, y de aquel año es un opúsculo descri­ biéndolo, que lleva por título: R eseña H istórica d e la bendición del templó del M ercadillo'Corchuela. Badajoz, Imprenta Santa­ maría, 16.° Hay una variante que dice: ... si no me quieres creer aquí te traigo los huesos. 225 D e la Corchuela venimos del Corazón d e Jesús y traigo una sacram enta que a Dios le llamo d e tú. Refiérese al mismo sitio. Los dos últimos versos se encuentran ya en una copleja popu­ lar andaluza: —Mare, apague usté la lú que traigo una sacram enta que a Dios le llamo de tú. O tros dicen: «Trae una m elopea que no se

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226 D e la Parra, m iau al agua caliente le llaman guisau la barriga vacía y el cuello estirau. Los tacha de presumidos y sucios. Medio portugueses. 227 D e los Santos buenas mozas, pero están descuadriladas de subir aquellas cuestas a llevar el pan a Zafra.


148 RODRÍGUEZ MOÑINO Son los versos 5 a 8 de la Toná d e la R a m bla, pero que se recitan sueltos en Zafra y otros puntos. 228 D e Montijo salió el ham bre y por la Puebla pasó en Talavera hizo cama y en Badajoz se acostó. Califícalos de pobres y miserables. En otros lugares dicen: De Aljézares... y por la Alberca.. en el Palm ar... y en Aljucer...

En los Baños nació... y por la Puebla... en Muela y Pliego... pero en Bulles...

229 D esde aquí en la P iñuela se ve Fuente Cantos si agachas un poquito hasta los Santos. Cfr. con los números 230, 231, 243, etcétera* En otros sitios dicen: Desde la Cruz de la Muela s’esfisan cuatro lugares, Santomera y Orihuela La Aparecida y Rojales.

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D esde aquí se ve el Villar y m ás abajito R ena y m ás abajito está Villanueva la S eren a . 231 D esde Piedra A guilera se ve Badajoz, Fuente de Lunada ¡quédate con Dios! 232 D esd e que aquí en Talavera les zurram os la badana dicen que no com pran pan los franceses en España. Recuerda la acción de Talavera durante la guerra de la Independencia. 233

D on Benito, melones la Jaba, jabas Villanueva, sandías nabos, Quintana. Rodríguez Marín: Cants. Pops. Esps., nú­ mero 8.015, trae una variante: ... Villanueva, panizos...


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234 Don Benito por bonito G uareña por las bodegas Medellín por el castillo por las tinajas, Castuera. 235 —D onde vas morenita, donde vas a laváP — Voy a la fuente nueva por bajo del pilá. 236 —D onde vas, morenita donde vas a ten d é ? —Voy a la fuente nueva por bajo del lauré. 237 El airecito que viene d e la peña de la fió pasa por aquí diciendo: —Allá abajo ya llovió. De Alcuéscar (Cáceres). 238 E l año cincuenta y ocho m al año d e chicharróles se casó la chata Ortega con el ciego R om erales.

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Personajes muy populares de Los Santos de Maimona. 239 El Cáceres ya no es Cáceres que es la reina de la España que a su cabecera tiene la Virgen de la montaña. 240 El Castillo de A lanje se está cayendo, y una pulga y un piojo lo están teniendo. Igual dicen del de Feria, con la siguiente variante: ... y una cinta encarnada... 241 El castillo de Feria se está cayendo y entre cuatro coritos lo están cogiendo. «Coritos» es nombre empleado ya en el nú­ mero 18 de esta colección. 242 El castillo de Feria y el de los Santos


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tienen una porfía: —¿C u á l es m ás alto? Burlesca. 243 El castillo de Montanchez tiene la vista bonita que se ve la Cruz del Llano, los R em edios y la Ermita. Véanse los siguientes dictados panorámi­ cos, números 229, 230, 231, etcétera. 244 El curo de Barcarrota tiene la sotana rota que se la rompió una noche corriendo tras de una moza. Lo aplican a varios pueblos con ligeras va­ riantes. Vid. el número 248. 245 El cura de Baterno y el de la H iguera y el de Fuente de Cantos poco se llevan. 246 El cura de la H iguera y el del Campillo

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se m iden las... narices con un orillo. 247 El cura de Montanchez y el de Trujillo y el de Valdemorales, ¡vaya tres pillos! 248 El cura ‘e Valdemorales tiene la sotana rota de saltar por los corrales a retozar con las mozas. 249 El día que yo m e vaya las calles viejas d ‘ A lcuéscar llorarán de sentimiento sin tener quien las divierta. De quintos. 250 E l Montijo se quem a la Puebla llora. ¡Adiós Talaverilla, te quedas sola! Variantes de otros pueblos: Benavente se queja la Puebla llora

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¡Pobre de la Bañeza se queda sola! 251 E l que haya visto Madrid y haya visto Fuente ‘e Cantos ha visto todo lo bueno y ha visto todo lo malo. 252 El que quiera ver feria bonita que vaya a ver el Cristo de Carmonita. P or la tarde en el ramo venden conejos que en la boca le nacen buenos pimientos. Una de las especialidades culinarias de este simpático pueblo fué siempre la preparación del conejo y liebre, y a eso se refiere el cantar, porque les rellenan el buche y la boca de pi­ mientos asados, con aceite y vinagre. 253 El santero de Belén de beber agua enfermó, y el santero se decía: —Bebe vino, y agua no.

DICTADOS TÓPICOS 155 Belén es una erm ita cerca de Cabeza del Buey (Badajoz),

254 El tinto de Cuacos de Jarandilla el blanco, de Pasarán el clarete, de Jaraíz de toda suerte. Los cuatro mejores vinos de la provincia de Cáceres. 255 En Alburquerque está Dios en Alcántara San Pedro, y en Talaverilla, madre, la virgen de los Remedios. Los dictados bagiotópicos son abundantísi­ mos en España y fuera de ella. Allá van unas muestras: En Osuna San Arcadlo En Campiyo San Benito Y en er Aguadurse madre San Bartolomé bendito. San Juan celebran en Concha San Antonio en Establés Santo Martín en Amaya y en Anchuela San Miguel.


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San Vicent está en Borriol y San Roe en Castelló San Cristófol en Alcora y San Miguel en Moró. En En En En

Mirabueno la Virgen Mandayona la Paz Castejón San Miguel Villaseca San Blas.

Santa Máxima a la Escala Sant Sadurní a Montiró Sant Vicent a Barbaralla Sant Miguel a Ventalló. Santo Pedro de Parbés y San Xulian de Mondego Nosa Señora de Gracia San Andrés de Carnoedo. (Pérez Ballesteros, I, pág. 126.) Casteddutonu la Matri Sant' Anna; La Cruciíissu di Muntimajuri; ‘Nta Menzaustu la Gibilimanna, A Cifalú lu Gesú Sarvatori. (Pittré, pág. 361, n.° 457.) 256 E n Alias en casa del señor Cura,

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se crian verdolagas como lechugas. 257 E n Arroyomolinos andan las cabras, en la villa d' Alcuéscar buenas m uchachas. Tacha a las de Arroyomolinos de desocupa­ das y callejeras. 255 E n Badajoz está Dios e n Alcántara Sa n Pedro y en Fregenal d e la S ierra la virgen d e los R em edios. Vid. el n.° 256. 259 E n Badajoz las damas se van al Puente a ver pasar el agua saltar los peces. En Canadá, una canción recogida por Ernest Cagnon, Chansons populair es d u Canadá, Quebec, 1880, pág. 95, dice: Sur le pont d‘ Avignon. Les dames s ‘ y promenent. Ma dondaire.


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Les dames s' y promenent. Ma dondé... 260 En Cáceres Guadalupe en Aragón el Pilar en Asturias, Covadonga, Cataluña, Monserrat. Cfr. el n.° 255. 261 En Calzadilla beben beben el vino en Cálzadillla beben como cochinos. Var.: ...e n Mirandilla beben... 262 En el cielo manda Dios en la tierra los gitanos y en el pueblo de la Parra Aniceto el boticario. 263 En el Haba venden habas en Don Benito melones en Villanueva sandías y en Campanario serones.

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264 E n el Montijo tos brutos, e n la Puebla matarratas, e n Lobón pancipelaos y en Talavera la fam a d e burros aparejaos. 265 E n el valle ‘la ja ra los naranjeros se acompañan las coplas con el caldero. 266 E n la calle del medio m as en el m edio, vive la jaquetona del pelo negro. 267 E n la calle ‘la fuente s ‘ hacen las bodas, la que no va por agua no s ‘ enam ora. 268 E n la calle de la fuente están haciendo u n pilar para que beban las bestias que están conmigo enojás.


160 RODRÍGUEZ MOÑINO Son todos de Aicuéscar, y están lo sufi­ cientemente claros para necesitar de un co­

mentario. 269

E n la casa del cura de Villlafranca hay diez mozos de muías y una burranca. Había una vez en Villafranca de los Barros un sacerdote riquísimo y muy caritativo, has­ ta el punto que en las épocas de escasez lleva­ ba muchos hombres a su casa como criados para justificar la limosna. A ello se refiere el cantar. 270

En la Granja, vino en Guadalcanal, lino nueces en Fuente del Arco y trigo en Los Santos. Granja-de Torrehermosa y Los Santos-de Maimona. 271 En la Iglesia de Albalá a mano derecha entrando está San Buenaventura con el librito en Ja mano.

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272 En la iglesia de Albalá a la mano izquierda entrando está la Virgen Marta con el rosario en la mano. 273 En la Iglesia de Aicuéscar entre cristales hay dos vírgenes chicas con ojos grandes. 274 En la Nava de Santiago se va a las cencerradas de cuatro en cuatro, y si el viudo no se cabrea siempre tendremos palos o habrá pelea.

Cencerrada es una broma que se da a los viudos cuando contraen segundas nupcias, golpeando a la puerta de su casa en la noche de bodas con cencerros, esquilones, latas, al­ mireces y hasta tambores. Más de un homi­ cidio ha causado esta bárbara costumbre. 275 En la orilla de Guadiana está Mérida sentada, y Badajoz desde arriba le pregunta si se casa. 11


DICTADOS TÓPICOS

162 RODRÍGUEZ MOÑINO Alude a la posición geográfica de ambos pueblos.

276 E n la plaza redonda d e Talavera hay una rosa blanca, ¡quién la cogiera!

Els churros en Aragón al crisol dihuen candil a la finestra, ventana y al chorivet, perejil.

Muy común a otros pueblos. 277 E n la P uebla dicen macho y en Tálarrubias m achete y en las Casas d e D on P edro, ¿d ó n de vas, com pañerete?

Véase también el número 382 de esta colec­ ción. j.

Este género de dictados filológicos, que a veces contienen interesantes particularidades lexicográficas, es un buen auxiliar para la for­ mación de los mapas fonéticos. En España no escasean, como puede verse por estas muestras: En Carrascoy dicen pata En los Arcos dicen pié En Vallaolises piecito Y en Balaspinta piedé. En Madrid con ser corte dice la gente hespital y pirroquia hespido y juente.

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Aunque sernos de Lumbier de la gente prencipal venem os de la junción de la junción del hespital.

M

ft

276 E n las procesiones de Albalá unos van delante y otros van detrás; en las procesiones d e Montánchez unos van detrás y otros van delante. Dícese con grandes aspavientos, cuando al­ guien en la conversación suelta una perogru­ llada. 279 E n los santitos de Cordobilla pesó m i niño una cuartilla. Había costumbre antigua en Cordobilla de Lácara de—en ciertas solemnidades que no recordamos—pesar a los niños pobres meno-


164 RODRÍGUEZ MOÑINO res de un año, y dar a sus madres el peso en pan. A ello alude el cantar. 280 En Pallares esta el ramo en la Calera la hoja y en Calzadillita está la flor de mozos y mozas. Tiene variantes: A Cabrera son negritas A Argentona ja no tant A Dosrius las «morenitas» Cayamas la fió del ram. A Botarell to t son guerxos A Riudoms ja no ho son tant, A Vynyols la borriqueta y a Cambrils la flor del ram. El comparar a hombres y mujeres con flo­ res, no es extraño en el folklore extranjero tampoco. Recuérdese una canción afgahana recogida por James Darmesteter, Chants populaires des Afgahans, París, 1888-90, página 232, número 63, cuya traducción comienza: Le (Jahib est la fleur des hommes, et le Sédü en etait le jarden...

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Ernest Cagnon recoge en Canadá otro buen elogio a habitantes de ciudades (pág. 104): A Bytown c'est un'joli'place ou il s'ramass'bea d'la crasse; ou y a des joli's filies et aussi des jolis garlón Dans les chantiers nous hivernons...! 281 E n P e lo c h e n o h a g a s n och e, e n H e r r e r a lo q u e q u ie r a s y e n V a ld e c a b a lle r it o s te a n o c h e z c a y n o a m a n e z c a .

Malos pueblos para reposar, por la gran falta de comodidades que hay en ellos. 282 E n T a la r r u b ia s h a y m o z o s t ir a d o r e s d e la b a r r a y e n la P u e b la d e A lc o c e r tr ip o n e s d e m a l a c a r a .

He aquí una manifestación de estúpida ri­ validad pueblerina. 263 E n V a ld e c a b a lle r o s h a y d ie z m u je r e s c in c o c o g e n la o liv a y c in c o h a c e n a c e ite .


166 RODRIGUEZ MOÑINO Tacha a los hombres de perezosos y a las mujeres de diligentes. 284 E n Villafranca 'e los Barros han descubierto una m ina d e cuchillos y navajas y mantones d e manila. Se refiere a una valiosa aprehensión de con­ trabando, hecha en Villafranca de los Barros, que estaba enterrada en las afueras. 285 E res d e la H iguera junto a Fregenal, si no la has pagado ya la pagarás. Dícenlo los de Cumbres Altas (Huelva). 286 E res el sol d e Zorita la luna de Cañam ero d e Berzocana la estrella d e Logrosán el lucero. Tiene variantes este lindísimo trovo: Eres el Sol de Torralba la luna de Carrión

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la estrella de Miguelturra lucero de Malagón. [¡N iña de m i corazón!] 287 Esta noche Farruca con el pandero, alborota la calle del tinajero. La fiesta de los pilares se celebra en Burguillos del Cerro en la noche del 23 de Junio, víspera de San Juan. Así como el que sea ca­ paz de tomar doce uvas al son de las campa­ nadas primeras de cada año, tiene asegurada una espléndida suerte, el que en la noche re­ ferida, al sonar la misma hora esté lavándose los ojos, no enfermará jamás de la vista. De una manera estrepitosa celebran en Burguillos esta creencia, puesto que reunidos to­ dos los mozos y mozas del pueblo—gente de por sí bullanguera y amiga de jolgorio—en torno a un gran pandero fabricado con una piel entera de res, se dedican a cantar y bai­ lar, marcando el compás con el enorme tam­ bor que resulta de tan informe pandero, hasta que, sonando las consabidas campanadas, co­ rren a los pilares a lavarse los ojos. A ello se refiere esta copla, a la cual suelen añadirse otras muchas, sobre todo si el pan­ dero se rompe, v. gr.


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El pandero s'ha roto por las esquinas echel'ust'un remiendo de monsolina. 255 Estilo del Montijo vengo peinada, que m e peinó mi tía la montijana. Peinado bello, dividiendo el pelo en dos bandos, con el moño recogido atrás y unas crenchecitas sobre las mejillas. Sencillo, pero de un efecto encantador. Le va bien a las mo­ zas jarifas y gallardas. 289 Fregenal de la Sierra todo ventanas, miradero de bobos, jardín de damas.

Táchalos de curiosos en exceso. 290 Fregenal está en un hoyo Cumbres Mayor en un alto Solana está en un peñón y en un llano Fuente ’e Cantos.

Vida números 196, 198, 199, etc.

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291 Gasta la tabernera pendientes de oro, ¡la fuente del castaño, lo paga todo!

La tabernera de Alcuéscar (Cáceres). 292

Hinojosita del Valle ciudad de treinta vecinos, el cura guarda las cabras y el sacristán, los cochinos. 293

¡ Gracias a Dios que ya tiene un albañil la Morera es natural de Villalba y yerno 'e la buñolera! 294

Guerra de Arroyomolinos, glorioso San Sebastián, bien sabes Peñaguilera, que supimos pelear. Recuerdos de la guerra de la Independencia. Acción de Arroyomolinos de Montánchez. Cfr. con el número 193.


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295 Jerez de los Caballeros aunque es tan sólo una villa si me lo reparas bien es más grande que Sevilla. Dícese por su extensión. 296 Jerez de los Caballeros Fregenal de los Señores la Higuera de los borrachos, Cumbres Altas de ladrones. En Extremadura se dice de Jerez de los Ca­ balleros, Fregenal de la Sierra, Higuera de la Serena y Cumbres Altas, pueblo este último de la provincia de Huelva, pero que por su proximidad figura mucho en el folklore extre­ meño. En Italia, extienden los calificativos a las naciones, v. gr., en este dictado recogido por G. Pittré, página 391, número 537 de su colección: Li meggiu donni sunnu li Rumani principi e cavaleri li Francisi su' chiacchiaruna li Napulitani e giacubina poi li Missinisí, Facciazza 'i diaulu 'i Cifalutani, sciddica-culu su'li Tirminissi, Spatie cutedda li Palermitani, E caca-rocchi li Murrialisi.

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297 La calle de la cuerna tiene tres bichos, el bizco, el d e los dientes y el cábrerillo. Es una calle de Alcuéscar (Cáceres). 295 L a Encarnación y el Socorro patronas de Calzadilla ellas solas valen más, que todas las d e Sevilla. Cfr. número 178. 299 L a gente de Calzadilla llevan al aire el zancajo y por no ensuciar u n plato com e y bebe en el dornajo. Hay variantes en otros pueblos, v. gr. Hontanilla, maravilla gente de poca razón, que por no ensuciar un plato comen en un gamellón. Dornajo es el sitio en donde se les echa de comer a los cerdos.


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300 La gente de Fuente 'e Cantos se parecen a los loros siem pre están hablando mal y luego ellos son los tontos.

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y en Don Benito la cantan los sastres y zapateros. Referente a los tiempos de la República española. Tráelo don Vicente Barrantes en su libro Días sin Sol, Madrid, 1875.

Eso dicen los de Calzadilla de los Barros. 305

301 La Manchita de borrachos Valdetorres de cochinos, Cristina corral d e cabras y en G uareña venden vino. 302 La m u jer del Alcalde de la Solana se comió cuatro panes para abrir gana. Solana de los Barros. 303 La m u jer del Alcalde d e Mirandilla lleva una ristre de ajos por gargantilla. 304 La República en Guareña la cantan los arrieros

Las ánimas benditas de Barcarrota andan por los tejados, una tras otra. Es Barcarrota un pueblo bastante medroso, que aún cree en duendes y en aparecidos. Re­ cientemente se promovió un disturbio por creer los vecinos que la sombra de un palo de teléfono era un ánima en pena. Véase a este propósito un artículo de M. González Mahugo, publicado en Junio del'año 1927 en el pe­ riódico de Badajoz Correo de la Mañana. 306 Las ánimas benditas de Barcarrota, como son pobrecitas siem pre están rotas. Var:

.comen bellotas.


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307 La sierra de Guadalupe está cubierta de azul, por eso los extrem eños, tienen la sal de Jesús.

pero en tocante a la aguja ninguna sabe coser. En Cataluña lo dicen de otra forma: Les xiques de Benifallet son poques y bailen bé tenen la panza arrugada como lo manxó del ferré.

308 La sierra de Monsalud la cercan cuatro lugares, la Torre y el A lm endral, Salvaleón y Nogales.

311 Las mozas de Cálzadilla cuando van al lavadero, lo prim ero que preparan son las flores y el som brero.

309 Las mocitas alcuesqueñas tienen m ucha fantasía to se les vuelve enguaparse y la barriga vacía. Dícenlo los de Arroyomolinos de chez. En Galicia, también se conoce nera de zaherir los de unos pueblos v. g., en este cantar que trae Pérez ros, tomo II, pág. 149. As rapaciñas d'o Burgo teñen moita fantasía ¡con panos d'a cinco duros, e co-a barriga vacía...! 310 Las mocitas d e los Santos son pocas y bailan bien,

Var : Montánesta ma­ a otros, Balleste­

Las mozas de Mirandilla... 312 Las mozas d e Mirandilla festejan la Magdalena saliendo todas en carros a com erse la m erienda.

Cantar de romería. 313 Las m ujeres de H errera y de Helechosa saben hacer de todo son buenas mozas.

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Helechosa de los Montes y Herrera del Duque. 314 Las niñas de Badajoz, son las que me gustan madre, porque siempre me han gustado los huevos con mucha carne. Decíanlo en el siglo xvm, refiriéndose a la gordura de las hijas del ordinario de Badajoz a Madrid, que se aposentaba en el Parador de los Huevos, y así parece que aludían do­ nosamente, tanto a la comida, como a la po­ sada. 315 La tierra de la Serena tiene buenos habitantes, pero en cuanto se enfurruñan tiran cuchillo adelante. 316 La virgen de la Albuera está muy coloradita y dicen los de San Pedro que no hay virgen más bonita. San Pedro de Mérida. 317 La virgen de Guadalupe es un poquito morena,

d ic t a d o s t ó p ic o s

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y l a m o z a q u e y o q u ie r o t o d a s e p a r t e e a e lla .

318 L a v irg e n d e la s N iev es p tie s ta e n a lt u r a d e s d e a l l í s e d iv is a to a E x t r e m a d u r a .

Virgen de las Nieves, de Montánchez. 319 L a z a m b o m b a v a ju y e n d o p o r la c u e s ta 'e S a lv a t ie r r a la c o g ie r o n lo s c e v ile s y la ja r t a r o n d e le ñ a .

Dícenlo en Salvaleón, no sabemos con qué fundamento. 320 L l e r e n a c o n s e r c iu d a d v a le m á s q u e B a d a jo z , L l e r e n a tie n e la o r d e n d e S a n M a rc o s d e L e ó n . 321 L o g r o s á n tie n e la f a m a d e m o c it a s g e n e r o s a s C añ am ero d e cebon as y B erz o c a n a d e h erm osas. 12


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322 Los frontones pa perdices para conejos la Cancha para liebres las P aredes, para pitorras M engancha.

i

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—M e d in a d e la s T o rres q u ié n te c o g ie r a !, p o r a llí fu é m i a m a n te d e sem en tera.

Lugares son del término de Alcuéscar (Cáceres). 323 Los pájaros del Castillo a voces bajan diciendo: —¿D ónde estará la paloma que habitaba en este templo? Del Castillo de Montánchez. Cantar circuns­ tancial referente a una translación de la Ima­ gen. 324 Los suspiros que salen de m i pechito se van por Guadiana hasta Burguillos. Cántanlo las mozas de servir de Badajoz, naturales muchas de ellas de Burguillos. 325 Madrecita quien tuviera la tierra que se divisa desde ’l castillo de Feria, Cfr. el n.° 4.

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326

327 M i m o r e n a tie n e p e n a p o r q u e s o y q u in to d e h o g a ñ o y y o d ig o a m i m o r e n a q u e s o n c o r titos lo s a ñ o s . ¡ A B a d a jo z , p o r lo s c a b a llo s p a r a lo s q u in to s n u e v o s d 'es t'a ñ o ...!

Precioso cantar, recogido por mí con su música, y cedida ésta para su C a n c io n e r o al docto musicógrafo Mtro. G il García. 325 M ira s i h e c o r r id o t ie r r a s q u e h e e s t a d o e n lo s P e ñ a s c o n e s , e n la I s la d e la s m o n a s y e n la F u e n te C u a d r e jo n e s .

Lugares son de Badajoz. Esta forma de dic­ tados es muy corriente. Véanse unas mues­ tras: G a lic ia :

Xa ves ti si corrín térras que estando en Santa Lucía


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entrei por porta d'abaixo salín por porta d'arriba. Mira si he corregut térras que so estat a Alcoraxá a Balea y a Falset Corbera y Benifasá.

Cataluña:

Mira si he corrido tierras queheestadoen Carabanchel el de arriba y el de abajo en Getafe y Leganés.

M adrid:

Granada:

Mira si he corrido tierras que he estado en la raíjana en el barranco del negro y en la ramblita del agua.

Hiendelaencina Mira si he corrido tierras que he estado en Hiende[laencina en San Andrés, en la Toba y también en Congostrina. 329 Mira si he corrido tierras que he estado en Montemolin en A ldea d e Pallares en Calzadilla y aquí. 330 Montijillo, tente firm e que la Puebla y a cayo,

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y Aljucén está temblando del golpe que recibió. Variante: Castillejo, tente firme que el Almendro ya cayó y la Puebla está temblando del golpe que recibió. 331 —Mozas de la Vera, tenéis malos dientes. —Es del agua fría y castañas calientes. De la Vera de Plasencia (Cáceres). 332 —Muchachas de Badajoz, ¿por qué estáis tan amarillas? —Porque bebemos el agua de la fuente de Rivillas. La fuente o arroyo de Rebillas o Rivillas, está en el término de Badajoz, y con este nom­ bre se le conoce de tiempos antiguos. En los Famosísimos Romances, de Joaquín de Ce­ peda (1576), se expresa hablando de la salida de Badajoz del Rey Don Sebastián de Portu ­ gal:


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...pasaron luego un arroyo que Rebillas se ha llamado... Hay tradición referente a su nombre, y es que por la pequeñez de su caudal de agua le llamaban burlescamente arría-villas, y por corrupción rivillas y rebillas. 333 N i Sevilla con regalo N i Madrid con la riqueza tienen la comparación, con Badajoz en grandeza. Sumamente irónico, parafraseando aquél de: Sevilla, para el regalo; Madrid, para la nobleza; para tropas, Barcelona; para jardines, Valencia. 334 N i en Sevilla ni en Triana ni en Jerez de la Frontera hay un puente más hermoso que el que tiene la Triguera. Burlesco. 335 Niñas de Cabeza ’l Buey podéis estar orgullosos,

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porque sois de toda España las más bonitas y hermosas. Muy repetido en otros pueblos. 336 No entres en Calzadilla si oir no quieres que de Fuente de Cantos te digan pestes. Este cantar y el siguiente, dícenlos los veci­ nos de Los Santos de Maimona, a lo que pa­ rece con razón. 337 No entres en Calzadilla si vas a Fuente de Cantos, que si oyes lo que allí dicen das media vuelta pá bajo. 338 No le pidas a Guadiana lo que no te puede dar, aunque duermas en su orilla ya no lo verás llegar. La interrogación a ríos, montes, etc., en de­ manda del ausente, está muy extendida en to­ da la literatura popular; véase, p. ej., este co­ mienzo de copla popular griega, que recoge


184 RODRÍGUEZ MOÑINO Fauriel, en el tomo II, pág. 262 de su Colec­ ción: t i xaXEve?; xi

y u Psv£<:

a

£py¡|j.y¡v

xoptoípiaaav y¡ 0upsq oov, £pyj¡xcoa' y¡ auXv¡ aou...

339 No quiero m u jer de H errera , ni aunque m e la den de valde, la que no es carabinera tiene amistad con un fraile. Decíanlo los contrabandistas, escarmenta­ dos de la poca o ninguna ayuda que les pres­ taban las herrereñas. 340 No quiero papas de H iguera ni peros de Bodonal ni naranjas de la Zarza ni uvas de Fregenal. Con harta razón, porque no son buenos productos. 341 O'Elvas, o Elvas Badajoz a vista, ya nao faz milagres S . Jo á o Baptista. Tráelo Pires, en sus Cantos populares do A lem teixo. Lo dicen los habitantes de Elvas.

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342 O forte está muito forte a estacada muito mais as balas né o tenem conto, senhora, na o posso mais!... Respuesta que dió el General Mendes de Vasconcellos a la Reina de Portugal cuando ésta le preguntaba que por qué no había to ­ mado por asalto el fuerte de San Cristóbal (Badajoz), en la guerra de 1658. Tráelo D. Die­ go Suárez de Figueroa en su Historia de la Ciudad de Badajoz, 1916, página 29. 343 Ojos que te vieron ir caminito de Llerena, ya no te verán venir para alivio de mis penas Dícenlo las novias de los quintos. 344 Orellana está en u n cerro, y Orellanita en u n valle y la pobre d e A ced era no tiene más que una calle. 345 Pan d e A lm endralejo vino de los Santos


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RODRIGUEZ m o ñ i n o

y la borricada de Fuente de Cantos. La palabra borricada, me es desconocida. ¿Acaso recua? 346 Para buenas chicas Coria para saladas Casillas para cantar y bailar las mozas de Calzadilla. Calzadilla, en la provincia de Cáceres. Pérez Ballesteros, recoge en Galicia estas dos (t. I, p. 123): Para cantar e bailar vivan os de Piadella, para rezas o rosario vivan os d'a nosa térra. Para boas mozas Sada para repolos Osedo para coles castellanas, o campo de Samoedo. 347 Para médicos, Llerena para mocitas los Santos para alegrarme las penas el tintillo de Don Alvaro.

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348 Pídele milagros a San Juan de Hornachos, que ahoga a las hembras y salva a los machos. Cuenta la tradición que un buen hombre llevaba sus tres hijos—dos varones yhembra— a dar un paseo por el río, cuando se levantó tan gran tormenta que hizo zozobrar a la barquichuela. El devoto hombre encomendóse con fervor a su patrón San Juan de Hornachos, y le pedía a voz en grito que salvase a sus hi­ jos. Tan bien cumplió el santo lo pedido, que los varones salieron ilesos, mientras la hem­ bra pereció, de cuyo suceso quedó el cantar. 349 Pilón de Berrocalejos si te volvieras de vino, las moreras de tabaco y las canchas de tocino...! Berrocalejos es pueblo de la provincia de Cáceres; tiene un magnífico pilón, al que se refiere el dictado. Las canchas son pedregales enormes. 350 P o r el pocito abajo van caminando


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RODRIGUEZ

m o ñ in o

las agüitas que corren buscando el llano. Este y el siguiente se refieren a calles de Alcuéscar. 351 P o r la calle l'lglesia van dos muñecas una lleva la lumbre y otra la yesca. 352 P o r San Juan diera un ochavo, por San Francisco un doblón por la morena que tengo alma, vida y corazón. Son los dos paseos, preferidos por la juven­ tud, a que se hace referencia en el dictado nú­ mero 88 de esta colección. 353 Prim ero que t'orvide caye Pozanco han d!echar los olivos melones blancos. Calle de Alcuéscar. Hay variantes, entre ellas el número 7871 de la colección Rodríguez Marín:

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Primero que te orbide caye Castiya echaran los olibos naranjas chinas. Caye 'r Rosario echaran los olibos limones agrios. El empleo de los imposibles en el folklore está muy extendido. Véase una canción reco­ gida en la Cochinchina por Dumoutier, y pu­ blicada en la página 109 de su colección: ...Voulez vous m'épouser, nous ferons la féte au village de Mó-Lao. Quand le bananier aura des branches quand l'arbre sung aura des fruits et l'oignon des fleurs; quand l'anguille fera son nid sur les arbres, et que la tourterelle pondrá dans l'eau Alors, je pourrai vous prendre pour m ari... 354 L u e b lo d e B e r r o c a le j o s p u e b lo d e m u c h a m o r e r a e c h a r e m o s lo s g u s a n o s e ir e m o s a T a la v e r a .

Al cultivo de la morera en Berrocalejo se refiere también el dictado 349.


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355

—¿ Quién ha dicho que en la Puebla ya no hay trigo ni cebá ni m adera pa cabañas ni leña para q u em á ...? Irónica defensa de un sitio tan pequeño co ­ mo es la Puebla del Prior.

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355

S a n Bartolom é en u n hoyo S a n Miguel en una cuesta ¡B arrio d e Santa María, cuántos sudores m e cuestas! Jerez de los Caballeros. 359

356 ¡ Quién pudiera estar ahora donde está m i pensamiento, d e A lburquerque para fuera de Badajoz para dentro! Igual idea expresa este otro dictado: Yo ya me'n giro endarrera adeussian, Conca de Tremp. ¡Qui pogues tenú la vista honc jo tinc lo pensament!... 357 —¿ Quién será aquel caballero, que viene por el egido? —Es Jesús el nazareno que con su cruz ha salido. Burguillos del Cerro.

Santa Olalla la patrona d e M érida esclarecida, el sangriento Diocleciano le m andó quitar la vida. Aún consérvase el horno de la Santa, dicional). 360

Santa Virgen del Socorro, y Santiago aparcero, ¿casa a las d e Calzadilla, que se les pasa el tem pero! Calzadilla de los Barros (Badajoz). 361 Sevilla para el regalo Madrid para la nobleza para tontos Badajoz, para tontas, Talavera.


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r o d r í g u e z m o ñ in o

362 Se vio u n a estrella ba ja r y p a ra r s e e n u n a e n cin a . En B ótoa m o ra n d o está a q u ella v irg e n divina q u e hoy v a m o s a v e n e ra r .

Hubo en Bótoa, sitio a que se referí¡este bello cantar, pueblo romano señalado en Itinerario de Antoníno Pío.

363 Si al A rro y o d e l P u e r c o te vas a ca sa r, tinajas y p u c h e ro s n o te h a n d e faltar.

Cfr , n.° 211 de esta colección. En Almadén dicen:

En Almadén me quiero casar que cuerno y candil no me han de faltar.

364 S ie m p r e E s p a ñ a p eleo p o r la V ir g e n d el P ila r, p o r la V ir g e n d e l R o sa rio , G u a d a lu p e y M o n serra t.

DICTADOS

t ó p ic o s

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365 Si estás desamparado, vete a La Parra que los desamparados allí se amparan.

Dícenlo en los pueblos comarcanos, porque un vecino de uno de ellos era tan desdichado que no le hacían caso ninguna mocita de los contornos, y sin embargo logró amores y di­ neros al casar en La Parra. 366 Si fueres a Hervás mira bien por donde vas, y aunque a Hervás fueres, nunca digas lo que vieres. 367 Si fueres a Trujillo por donde entrares, hallarás media legua de berrocales.

Berrocales, v. núm. 203 de esta colección. Vilanova y Piera en su Geología de Valen­ cia de Alcántara, publicada en el periódico El curioso averiguador de Valencia de AL cántara, números 1 y 2 (Noviembre-Diciem­ bre de 1907) página 12, dice: «El granito extre13


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meño es por su naturaleza esencialmente silí­ ceo y micáceo, de lo más antiguo que se cono­ ce; quizá por él comenzara el enfriamiento primitivo del globo. A más de esta circunstan­ cia, acredita sin el menor género de duda su remotísima antigüedad, el estado de descom­ posición que se encuentra en todas partes y muy especialmente en Extremadura, donde con frecuencia se ostenta en forma de grandes cantos redondeados mas bien que angulosos, a los que llaman los habitantes del país, cuyo lenguaje no se ha viciado aún con los galicis­ mos modernos, berruecos; citándose en confir­ mación de su abundancia, entre otros, el anti­ guo cantar de: A Trujillo, por donde entrares, pasarás una legua de berrocales.» 368 S i pasas por Abadía y pasas sin m urm urarte puedes decir que has pasado el infierno sin quem arte. ¡Puede decirse eso de tantos pueblos extre meños...! 369 S i quieres trato bueno ve a Calzadilla,

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si quieres palo y penca a Mirandilla. Otros, invierten los nombres. 370 S i rondas a una moza de Cañamero ten mucho cuidadito, que dan el pego. Táchalas de inconstantes.

S i vas a Guadalupe ve por Zorita verás campos hermosos niñas bonitas. Las vistas son desde luego excelentes. ¡Buen testigo soy de ello desde Octubre de 1 9 2 8 en que hice por vez primera ese viaje, en com­ pañía del Excmo. Sr. Conde de Villanueva, don Joaquín de Arias y Bolaños y otros ca­ balleros, al gran Santuario de nuestra raza! Aunque no se tuvieran en cuenta la grandeza de Guadalupe ni la enorme tradición histórica, merece hacerse esa excursión por las bellezas del panorama.


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372 S i vas a las Casas te vas a m i casa te haré un caldo lirete sin grano de sal ni gota de aceite. Táchalos de interesados y tacañísimos. 373 S i traes pan lo migarás y si no te lo sorberás. —¿Te lo saco, te lo saco, el chorizo de la ollaP (S i supieras que te lo comías no te lo sacaba). Continuación, según algunos, del anterior. 374 Solana, corral de cabras y la Corte de cabritos Villalbilla de panzones y Aceuchal de los negritos. Hay muy distintas redacciones. Véanse al­ gunas:

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Alcorco, corral de cabras; Congostrina, de cabritos; Hiendelaencina, de putas. ¡Vaya que tres lugarcitos! Alique, corral de cabras; Hontanilla, de cabritos; Torroneras, de borrachos. ¡Vaya que tres lugarcitos! Pérez Ballesteros, recogió en Galicia una, muy semejante a la nuestra, que publica en el tomo II, página n.° 62 de su Cancionero: Villalba, corral de vacas; Villanova, de cabritos; Mondoñedo, de embusteros; ¡que tres pueblos tan bonitos! Véase además el números 30 de esta colección. 375 Soledad de la cañada... La m ujer es la que pierde, que el hombre no pierde nada. De Alcuéscar. 376 Talarrubias y La Puebla tienen los pastos comunes,


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y yo los tengo contigo sábado, domingo y lunes. O tros dicen: Cabeza Rubia y el Cerro... 377 Tálarrubias y La Puebla y Esparragosa de Lares, Villanueva y D on Benito... ¡Los pecados capitales! ¡Con la diferencia de que son cinco! 378 Talavera está en un llano. Badajoz en una cuesta, Talaveriya del alma, ¡cuántos suspiros me cuestas! Forma de dictado muy extendida. En Jerez de los Caballeros dicen: San Bartolomé en un hoyo San Miguel en una cuesta, Barrio de Santa María ¡cuántos suspiros me cuestas! En Madrid hemos oido: [El Progreso está en un hoyo, Preciados en una cuesta,

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calle ancha de San Bernardo, ¡cuántos suspiros me cuestas!] «Suspirar por la ausencia», ya está en el cantar gallego que insertamos en el número 112, y Pérez Ballesteros en el tomo III, número 11, de su colección. 379 Tiene Guadalupe hermoso, tres cosas dignas de ver, el camarín y la virgen y el Cristo de Mirabel. 380 Tiene la torre de Alcuéscar una cachuchita blanca y un reloj que está mirando para las calles más altas. 381 Tierra de Barros tierra del diablo muchas cosechas y pocos carros. 382 Todos los de la Fuente son conosidos


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porque disen aseite sebá y tosino. Dictado lexicográfico alusivo a la pronun ciación seseante localizada hoy en Badajoz, Talavera, Fuente del Maestre y poquísimos si­ tios más. Cada vez va desapareciendo con ma yor rapidez esta simpática manera de hablar 383 Torremocha la mocha la pica piedra todos son cardaores y jilanderas. 384 Tres barrios tengo andados por verte moza, Caleñál y Pozitos y el de la Tora. Son tres barrios de Alcuéscar. 385 Tres cosas tiene Almendralejo, trigo, cebada y vino añejo. 386 Tres cosas tiene Higuerita que no las tiene Madrid,

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la calle nueva, su cura, y un vino blanco hasta ahí. 387 Tres cosas tiene Los Santos que no las tiene Madrid, Vistáhermosa, Mariaño y la fuente del Chapín. 388 Tres cosas tié Talarrubias que no las tiene Sevilla, el Alcalde, los Potriles y la fuente de la villa. 389 Tres pueblos tengo andados por verte niña, Montijillo, La Puebla y La Garrovilla. 390 Tres somos de la Raya, dos de Alburquerque, y la capitanita de Valdefuentes. Los mitógrafos extremeños, y entre ellos don Publio Hurtado, explican esta copla, po­ niéndola en boca de una de las brujas que


202 RODRÍGUEZ MOÑINO concurrían a los aquelarres de la provincia de Cáceres, pero hay variantes en otras regiones: Tres somos de la Lastra dos de la Aldea, y la capitanita de Valdemaqueda.

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—Con tal que no m e entren monja que m e entren lo que q uieran... Hay variantes en otros puntos: Una muchacha de Murcia le dijo a otra de Orihuela: —«Con tal que no me entren monja que me metan lo que quieran...»

391 Trujillito m e da voces la M adroñera m e llama, las mocitas de la Cum bre m e dicen que no m e vaya. Cántanla los quintos en las rondas al des­ pedirse con serenata de las mozas de sus pue­ blos. En Cádiz hay esta variante: Sebiya me da boses Cádis me yama Osuniya me dise que no me baya...! 392 Una morita decía en lo alto de un cerrillo: —Me voy con los extrem eños a la feria de Trujillo. 393 Una moza del Montijo le dijo a una de la H iguera:

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En Vista Alegre dixiu babeando a Vilagarcía: —Eu mouxa non quero ser, casada... non sei que diga...! P or cierto que esta última recuerda bastan te a un episodio de la Farsa del Matrimonio del gran dramático del siglo xvi Diego Sán chez (1530) que comienza: —Respondé ya a vuestro padre pues que dél sois hoy llamada: ¿queréis ser monja o casada? E l . —¿Qué quiés hija? M e n c ía . —Como madre... F

rayle:

394 Un arroyo m ucho antes que el diluvio universal se llevó los habitantes de Helechosa y Bodonal.


204 RODRÍGUEZ MOÑINO Alude a la pobreza de sus términos. 395 Un chico de Bienvenida le dijo a un grande de Usagre que tenia que beberle cuartillo y medio de sangre. 396 Valdastillas y el Cabrero juntos con el Rebollar, a un pobre tamborilero no le pueden ni pagar. [¡ Cuidao si tendrán dinero!] 397 Valdemorales, corcho Benquerencia, lino Salvatierra, rosquillas Montánchez, vino. 398 Valencia del Ventoso, tiene tres torres, y por eso la llaman engaña-pobres. O tros dicen: Ugena del demonio tiene tres torres,

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y por eso la llaman engañapobres. 399 Ven conmigo a Talayuela a la feria de San Marcos, allí verás un torito arrodillado ante el santo. Es alusivo este cantar a la conversión de un toro bravo en manso que, según tradición, se realizaba en algunos pueblos extremeños y ovetenses. Reseñan esta fiesta con extensión Fray Francisco de Coria en su Descripción general de Extremadura; Fr. Juan de la Tri­ nidad en su Crónica de la Lrovincia de San Gabriel, y Fr. Juan de San Antonio en su li­ bro San Marcos defendido en el milagro que Dios obra todos los años en amansar un to­ ro por sus méritos, Madrid, 1690. —Dos ma­ nuscritos cita Barrantes, que no hemos podi­ do obtener: uno de Manoel de S. Cayetano: Apología acerca do Touro de S. Marcos, y otro de Fr. Jerónimo de Belén: Parecer a fa­ vor de se fectejar a S. Marcos com o touro. En el Archivo Municipal de Cala existía un cu­ rioso documento, fechado en 16 de Mayo de 1772, referente a la realización de este milagro en Alosno y Castillo de la Guardia, que fué publicado en la Revista Folk-lore Frexnense. Véase la bibliografía que a este respecto trae


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don Vicente Barrantes y Moreno, cronista de Extremadura, en su Aparato Bibliográfico pa­ ra la Historia de Extremadura, tomo prime­ ro, páginas 367 a 373. P or parecerme que no estará mal en este lugar, copio lo que acerca del caso dice Fray Juan de la Trinidad en la Crónica de la pro­ vincia de San Gabriel, libro II, capítulo XLI: «Un caso extraordinario, memorable, se ex­ perimenta en esta villa de las Brozas cada año (de que yo también fui testigo de vista), el día de la fiesta del evangelista San Marcos, desde sus primeras vísperas. Hay fuera, y cerca de las casas de esta villa, una ermita de este glo­ rioso evangelista, frecuentada de la gente de la comarca por la devoción que tienen al san­ to. La víspera de la fiesta, después de haber confesado y comulgado el Mayordomo y ofi­ ciales de la Cofradía, van de ellos tres o cua­ tro a la vacada del lugar a pie, con unas varas delgadas de cuatro o cinco cuartas de largas, con que no pudieran defenderse si algún toro les acometiese. Suele tener la Cofradía algunos, que perso­ nas devotas de San Marcos le ofrecen; pastan con el demás ganado hasta que, pasados dos o cuatro años, los matan y pesan para reparos y ornato de la ermita. En llegando el Mayor­ domo con los diputados y oficiales que le acompañan a la vacada, se acercan al toro

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que aquel año determinan de traer, y sin te­ mor alguno de la ferocidad, siendo así que en aquel tiempo, por estar en celo, suele ser m a­ yor, le dicen: —A nd a acá, Marcos, que ya es hora. Con sola esta diligencia se aparta el toro de las vacas y vacada, y se viene paso a paso, si­ guiendo a los cofrades, mas manso que un cordero muy doméstico. A la entrada de la villa le aguarda mucha gente, pero de nadie se esquiva ni nada le embravece, y entre multitud de hombres y mujeres y muchachos, va como si fuera capaz de razón y de modestia. Aquel día asiste a las vísperas, que canta en la ermita la clerecía, y dichas, le llevan los cofrades diputados por las calles sin violen­ tarle de ninguna manera, ni llevarle atado, porque siempre en estas ocasiones anda suel­ to y libre, dejándose gobernar por los que le dicen: ven acá y vuelve acá, Marcos. Entranle en las casas, donde pide limosna para el santo, sin que el aprieto de la gente, ni lo estrecho de algunos pasos, le detenga. El día siguiente, que es el de la fiesta del glo­ rioso evangelista, por la mañana le traen a nuestro convento de la Luz la clerecía en pro­ cesión, y allí entra en el claustro, sacristía e iglesia, y para poder pasar por algunas puer­ tas tuerce la cabeza, porque no pudiera de otra suerte.


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Yo le he visto subir al dormitorio y claustro alto del convento, y lo que más me admiró fué que subiese y bajase la escalera, por ser estre­ cha y agria, y esto tan paso a paso y con tanta facilidad como si anduviera por llano. Conti­ núase la procesión, y yendo en ella el toro junto a las andas donde va la imagen del san­ to, hasta que llega a su ermita. Cántase con solemnidad la misa y se predi­ ca, y siempre está el toro con tanto sosiego cerca de las gradas del altar, que provoca a suspensión y dovoción. Concluida la misa, le sacan los cofrades diputados del concurso de la gente, y dicíéndole: —Vete Marcos, se vuel­ ve corriendo a la vacada con muestras de tan­ ta fiereza, que nadie se atreve a acercarse a él. Nunca se trae un mismo toro, sino tan sola­ mente una o dos veces, o tres cuando m ás...» El documento deCala es una certificación de orden del Real Consejo, cuyo texto dice así: «En diez y seis de Mayo de mil setescientos setenta y dos se díó cuenta al Consejo de que en varios pueblos de ese Arzobispado, como son el Castillo de las Guardias y el de Alosno, se mantiene el abuso de llevar en proce­ sión al toro Marcos en el día de la festividad de este Santo, y que con él se executan dife­ rentes ceremonias supersticiosas, como son: Que antes de las Vísperas va el Mayordomo con el Estandarte a un cercado donde está el

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toro, le inclina dicho estandarte sobre el lo­ mo y le dice: Ven Marcos: efectivamente, le toca con él, obedece y viene como una oveja; pero si no se embravece o huye: Que para en­ trarle en la iglesia ha de ser precisamente so­ bre la mano derecha, porque si lo vuelven de la izquierda se embravece.—Sobre el conteni­ do y certeza de esta noticia se pidió informe a V. S ., y habiéndolo ejecutado con fecha de quince de Julio; en su vista y de lo expuesto por el Sr. Fiscal, ha resuelto este Supremo Tribunal que esa Real Audiencia comunique orden a los Justicias de las Villas del Castillo de las Guardias y el Alosno y a los demás pueblos de esa provincia donde aún continúa dicho abuso, para que baxo la multa de quatrozientos ducados, los Alcaldes y particula­ res de ellas no den permiso ni consientan en igual día u otro alguno, salga en procesión o se executen con el Toro Marcos las ceremo­ nias supersticiosas que quedan expresadas.» Tratan, además, de este milagro curioso, el Licenciado Jacinto Arias de Quintanadueñas, en sus Antigüedades y Santos de Alcántara (Madrid, 1661); el P . Eusebio Niremberg, D e miraculis naturse in Europa, capítulo 36; el Dr. D. Andrés de Laguna y Velázquez, en el Comentario a Dioscorides, cap. 119; el P. Valdemoura, tratado Incantationibus; el Dr. Torreblanca, D e luris Spiritualis, libro IX, ca­ 14


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pítulo 2.°, núm. 7; el Dr. Don Juan de Quiño­ nes, en su Discurso d e la Cam pana d e Velilla (Madrid, 1625), folios 14 y 15; Fr. Antonio de Yepes, Crónica d e S a n Benito, centuria 3, año 715; y otros varios recogidos por Arias. Los pueblos en que se celebraba este mila­ gro son, según hemos visto, Alcántara, Bro­ zas, Cala y Alosno. Todavía Fr. Juan de la Trinidad trae un caso aún más curioso, que copia de esta forma Quintanadueñas: «...refiere este vltimo cro­ nista dos casos, sucedidos en la villa de B ro­ zas, donde se haze la festiuidad de San Mar­ cos de la misma manera que en Alcantara. El vno que passo en tiempos antiguos mas ha de 150 años, según el se informó de personas fi­ dedignas, y fue, que auiendo mandado cierto Iuez Eclesiástico, con grandes penas, que para la celebración de la fiesta no se traxesse el to­ ro, y obedecido el Mayordomo, y Cofrades, estando junto el Pueblo para empegar las vís­ peras en la Hermita, vieron, que sin traerle persona alguna entró el toro en ella, y assistió mientras se cantaron; y el día siguiente de la misma manera estuuo presente a la Missa, y anduuo en la procession por las calles, si­ guiendo la Imagen del Santo en la forma que otras vezes, sin llamarle Marcos, ni hablarle ninguno a los Cofrades, ni otra persona, como antes solía, por no incurrir en las penas im

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puestas; lo qual visto, se pidió de ello testi­ monio por los Cofrades, y se puso la causa en el Tribunal del Nuncio, donde se ventiló, y hecha aueriguacion de todo, se pronunció sentencia en fauor de la Cofradía, dándole li­ cencia para que en la fiesta del Santo se tra­ xesse el toro, mandando, que ningún Iuez in­ ferior lo impidiesse». Olvidáronse los bibliógrafos de reseñar el escrito de uno de los primeros que se ocupa­ ron de esta tradicional costumbre: el ilustre extremeño D. Luis Zapata de Chaves, el cual en su Miscelánea (Madrid, 1859, Mem orial Histórico Español, tomo XI) en la página 273 nos dejó un capítulo titulado «De toros y toreros». P or ser el primer autor, que nos­ otros recordemos, que escribe acerca de la fiesta, vamos a copiar lo que dice: «Pensé atrás decir este caso que diré, y olvidóseme, como cuando del coso se escapa algún toro para correrse otra vez, y este cuento es de lo que pasa los días de San Marcos cada año, en un lugar que se llama las Brocas, tierra de Alcantara. En aquel lugar teniendo alguno algún es­ pantable y temeroso toro, y que de fiero no se pueden con él averiguar, dásele a la Iglesia. Llegando el día de San Marcos, a la víspera de él, va el Mayordomo a esos montes por él, donde no le para hombre que vea, y llegado



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ta sea más solemne, acostumbran los mayor­ domos de la cofradía de San Marcos traer vn brauo toro para regozijar el pueblo, el qual no es violentado, no con sogas (como el que dezíamos de Ingalaterra) sino con palabras dichas por los mayordomos, en nombre de San Marcos, en cuyo poder le mandan se va­ ya con ellos. Es para loar a nuestro Señor, que aquel animal tan feroz y cruel, oye, y obe­ dece a las palabras que le dizen, y se va manso como vna oueja, y al día siguiente van los mayordomos, y con las mismas palabras le mandan buelua con ellos, y el toro obedece como el día passado, y se va con la misma mansedumbre a la Yglesia, y assiste aquel dia a la Missa, y Procession, donde las mujeres y muchachos, por pasatiempo se llegan a el, y en los cuernos le ponen roscas de pan, y le coronan con guirnaldas de flores, y con esta mansedumbre acaua la Procession, la qual fenecida, se buelue a su bacada, y se queda tan brauo, intratable y fiero como antes. Vno de los primeros que me contó este milagro, fué Francisco Sánchez Brócense, bien conoci­ do en España, por su doctrina y eminencia en letras de humanidad: despues como entendí que el pueblo de Brocas, era de los Comenda­ dores de Alcántara, cuya casa principal, tiene en Salamanca vn Priorato, me quise informar de los Colegiales (que residen en el personas

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graves y escogidas para aquel puesto de sin­ gular talento y ventajas de ingenio) y todos concuerdan en lo que tengo dicho». Hablando de las palabras mágicas, el Doc­ tor Juan de Quiñones en su Discurso de la Campana de Vetilla, refiérese a Paulo Guillando, quien, según nuestro autor, «dize, q vió en Roma a un Griego Mago, y hechizero, que con palabras solas hazia que un toro bravo y feroz se rindiesse assiendole por los cuernos, le atava con una cuerda hecha con arte magica, y lo llevava adonde quería: pero atribuyelo a encanto y que era con ayuda del demonio. Tomando ocasion deste caso fray Rafael de la Torre, refiere lo que se haze en el lugar de las Brocas la Víspera de san Marcos: y es, que los oficiales que son cada año de la cofradía deste santo, procuran buscar y escoger el toro mas bravo y feroz, de que se tenga noticia, y le dan por nombre Marcos. Van a los montes, donde están las vacas, y sabiendo cual es el toro, sale de entre las vacas, y dexa los mon­ tes, y caminando hazia el pueblo en segui­ miento de los oficiales de la cofradía, entra en la Iglesia; donde assiste la víspera y el dia de la fiesta, junto al altar, quando se celebran los divinos Ofizios, con tanta sugecion y manse­ dumbre q le llegan a los cuernos las mugeres y niños, y ponen guirnaldas en ellos; y acaba­ da la fiesta, se buelve al monte, co la ferocidad


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q antes tenia, Aviendo referido este caso fray Rafael de la Torre, y dicho que en otras partes donde se funda semejante cofradia, sucede lo mismo con el toro, no se atreve a resolver si esto tenga superstición, o nó: y assi dize, que lo ignora: yo me espanto, que varón tan docto ignore, y que no hubiesse llegado a su noticia (pues escrivio 14, años despues) vna Bulla del Sumo Pontífice Clemente Octavo, en que pro­ hibió semejante ceremonia (no se si digo bien) del toro de san Marcos, a petición del Obispo de Ciudad-Rodrigo, donde da a entender, que es superstición esto, como dize Valle de Moura, que refiere la dicha Bulla. Laguna dize, que emborrachavan al toro, y que con el vino que le davan, le amansavan: yo no trato dis­ putar como se haga esto, allá se lo ayan con su toro.» Esta chabacana explicación de la borrache­ ra, la expone el Dr. Andrés de Laguna y Velázquez en su Pedacio /Dioscorides /anazarbeo, I acerca de la materia /medicinal, y de los venenos mortíferos, impreso en Valencia por Claudio Mapé, en 1651, capítulo CXIX, fo­ lio 450, en donde hablando de la Onagra, di­ ce: «... Y assi en algunas partes la víspera de San Marcos suelen tomar vn ferozissimo toro, y emborrachándolo con el mas fuerte vino que hallan no dándole a comer, ni a beuer otra cosa, de suerte que por esta vía le reduzen a

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tanta mansedumbre y blandura, q al día si­ guiente los niños, y las doncellas le lleuan asido con cordonzicos y trenqas hasta la Igle­ sia, adonde el borracho animal, mientras los Oficios se dizen, se esta todo cabeceando y cayendo a pedagos de sueño, y se dexa poner mil candelas en los cuernos, y en los hozicos: al qual dos días antes desta fiesta el diablo no se le parara delante ni se le atreuiera persona a esperarle dos horas despues, en siendo ya cozido, y digerido el vino: la qual mudanza tan súbita suele atribuir el simple pueblo a milagro.» Debe de haber una estrecha relación entre los apéndices córneos y el bueno de San Mar­ cos, porque en el folklore no deja de haber frecuentes alusiones a este punto, tales como llamar a los novios abanderados de San Marcos y decir de los reciencasados que ya ingresaron en la cofradía del mismo santo. Una copleja popular que anda en todas las colecciones dice: La primer noche de novios registrando por el cuarto me encontré por un rincón la bandera de San Marcos. Al buscar datos sobre la supervivencia de la fiesta en los pueblos extremeños y andalu­


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ces, me encontré dolorosamente burlado: ¡Na­ die recuerda ya la tradición de antaño! En Alosno me dijeron que algo se había oído de las corridas de toros de San Marcos, y en un lugar de Extremadura, me indicaron única­ mente una curiosa leyenda que viene a de­ cir en resumidas cuentas que la esposa de San Marcos le era infiel; enterado Jesucristo de ello y de que la culpa la tenía el santo por su poco cuidado de la casa, convirtió a la es­ posa en un toro para que el marido, recor­ dando los apéndices corneos, tuviera sobre aviso a todos los fieles cristianos y les hiciera presente lo que a toda costa debían evitar. A los puntos de la pluma se me vienen estas coplillas populares que hacen referencia a San Marcos y los cuernos: ¡Mi marido en el monte guardando ovejas y yo con perendengues en las orejas! ¡Viva mi Marcos, que me da lo que gana allá en el campo! Si te casas llevarás de San Marcos la bandera que es larga la cofradía y hay muchos cabos en ella.

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Bastantes hermandades aquí encontramos pero es la más completa la de San Marcos. Y con sus fondos se mantienen a veces los mayordomos. Hasta aquí la larga nota que puse a un pasa­ je en mi edición de la Miscelánea de Luis Za­ pata (Madrid, 1931). Con posterioridad a la re­ dacción de mi nota se ha publicado en la prensa de Badajoz —Correo Extremeño del 12 de Noviembre de 1930 — un artículo del Sr. D. Fernando Caston (Pero Pérez, pseud.), que dice lo siguiente: «LA VOZ DEL P A SA D O . — Cofradía de San Marcos.—Aquella noche, como otras mu­ chas anteriores, el licenciado Pedro de Aguilar Peñalosa, racionero medio de la Catedral, tras la breve y enjuta colación—no siempre Pantagruel, el orondo, ha de presidir calum­ niosamente los menguados yantares clericales, ni lo padecería tampoco la cuarta parte de la pitanza canonjil, que era la modesta masa a percibir por un medio racionero —asiendo la Biblia Sacra, seguro, sin titubeos, la abrió por el capítulo sexto del libro de los Jueces. Lee, muy paso, por vez milésima, las palabras que dijo Dios a Gedeón, cuando ansiaba éste


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vencer a los medianitas: «Toma un toro y destruyendo el ara de Baal, edificarás un altar al Señor tu Dios en la eminencia de una pie­ dra, sobre la que ofrecerás un holocausto y aquel lugar será llamado, por siempre, la Paz del Señor». Advirtamos, por nuestra cuenta, que la preinserta traducción y «composición» es debida a la ciencia latina y acomodaticia del licenciado Aguilar, sin que pueda esti­ marse como copia literal del texto. En sueños—¡oh( albos sueños de hagiogra­ fía!—parece que oyó aquel del Señor en 1703, lo que oyera en el viejo Testamento el esfor­ zado juez de Israel. Por eso, ya en clara vigi­ lia, en fecundo despertar, cree que estaba in­ dicadísima la imperiosa fundación de la co­ fradía de San Marcos. Y a fe que no podía darse mayor similitud de adjuntos. ¿En el lugar de la Paz? Pues está claro que se refiere a Badajoz. ¿No es éste la Pax Augusta de los romanos? En la eminen­ cia de una piedra? En lo sumo y excelso de una piedra se erigirá la cofradía. Esta piedra es la ermita de San Andrés, que se levantaba en lo alto del castillo, y por sabidp se calla que este santo fué la piedra segunda del apos­ tolado. Se ha de ofrecer un toro, sacrificio pacífico dedicado a la Paz de Dios «que es nuestro evangelista S. Marcos, y así le dixo Dios «Pax tibí evangelista meus». ¡Válgame el

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cielo y cuantísimo dislate y qué peregrina hemística la empleada por el bueno de Peñalosa! ¡Y pensar que en este mismo año, 24 de abril de 1703, nacía el donosísimo autor de Fray Gerundio! Pero sigamos nuestro relato. Como es evi­ dente que la eficacia de toda Asociación estri­ ba en el orden, y éste requiere la acertada pon­ deración de las cosas ordenables, mediante oportunos estatutos y acuerdos, he aquí por qué el fundador de la de SanM arcos no podía omitir redactar sus Constituciones, a las que pone de pródromos estas bien concertadas fra­ ses: «Yo, el licenciado Pedro Parrado—en la firma pone Aguilar—Peñalosa, sacerdote, aun­ que indigno, vecino y natural de esta ciudad de Badajoz, el más mínimo de todos los her­ manos que son y fueren de esta cofradía, aun­ que fundador de ella por influjos de mi buena estrella y disposición celestial sacada de unos sueños verdaderos, suplico a todos los ilus­ tres moradores de esta ciudad de la paz que desean el aprovechamiento de las almas me ayuden a la nueva formación—parece indicar­ se otra anterior fundación —de aquesta cofra­ día del Sr. S. Marcos, y confiando en tal ayu­ da y en el patrocio del Santo, en nombre de todos establezco y ordeno las siguientes Cons­ tituciones, sujetas a la Iglesia y sus Prelados y en especial al limo. Sr. D. Juan Marín de


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Rodezno, obispo al presente de esta Ciudad y Obispado, a quien pido que pasando por su censura, siendo convenientes en lo que dispu­ siesen, las apruebe.» En trece capítulos se clasifican. El 1.° es una muy sentida profesión de fe. El 2.° fija en cua­ renta el número de hermanos, que deben ser labradores naturales de esta ciudad, honrados, devotos y escogidos. El 3.° manda llevar cons­ tantemente en el pecho el librito de los Evan­ gelios y se establecen normas y ceremonias para ingresar en los casos de vacante. El 4.° señala los pechos que por una sola vez se han de abonar. Los cuarenta primeros cofrades fundadores darán dos reales de a ocho; los que entraren después, diez ducados de vellón. El 5.° trata del espíritu de caridad que ha de reinar entre todos, singularmente en caso de enfermedad y en peligro de muerte. El 6.° ha­ bla de los entierros de hermanos, asistencia y sufragios. El 7.° manda celebrar con júbilo la víspera y día de San Marcos, «confesándose y comulgándose y pidiéndose perdón unos a otros si, lo que Dios no permita, se hubiesen agraviados».Los restantes capítulos tienen tan saladísimo aderezo, tan rara y original cere­ monia—y cuenta que se hallaba bastante ex­ tendida por los pueblos de la diócesis y de los prioratos— , que no nos resignamos a omitir su literal traslado, no poniendo nosotros en

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estos zurcidos más hilo que el que devane la moderna ortografía. Dicen así: «Y para que se conozca el poder y maravillas que díó el Se­ ñor a nuestro Santo, entre otras muchas que ilustran su vida, en orden a amansar fieros animales, así como leones, no habiendo en esta región más bravura que la del toro, ha de haber uno que lo hayan ofrecido al Santo, o comprado de limosnas, y la víspera en la tar­ de cuatro de los regidores en cuerpo, con las varas del Santo en la mano, han de entrar en la Iglesia y con rendida obediencia ante nues­ tro Santo, de rodillas, han de pedir a Dios, por su intercesión, que aquel feroz animal, que van a buscar, deponga su braveza, y humil­ de y halagüeño venga a festejar la fiesta del Sr, S. Marcos para que conozcamos la virtud de nuestro Santo, pues aun los más fieros y fuertes animales se postran humildes y mansos a sus plantas. Hecha esta oración, formando coro, irán rezando el rosario hasta donde se hallase el toro, sin que vayan otras personas, sino los cuatro regidores y un mayordomo, porque el otro y demás regidores—otros cua­ tro—se han de quedar para salir en procesión con el Santo. En llegando los que fuesen a vis­ ta del toro se han de hincar de rodillas con grande devoción y han de volver a pedir a su majestad que si conviene, sea servido, medían­ te nuestro Santo, permitir que el toro, de­


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224 RODRÍGUEZ MOÑINO puesta su bravura, afable y halagüeño, se ven­ ga con los regidores y mayordomo a celebrar la fiesta del Sr. S . Marcos a la Iglesia donde se celebra, y hecha esta súplica se han de le vantar y con todo orden arrimarse a el toro, y teniéndolo como rodeado en el medio le han de decir con grande fe estas palabras: «Mar­ cos, de parte de Dios nuestro Señor y del glo­ rioso evangelista S. Marcos, te exhortamos, requerimos y mandamos que depuesta tu bra­ veza, manso y halagüeño, te vengas con nos­ otros a celebrar las vísperas y fiesta de nuestro devoto y señor S . Marcos». Y puesto el ma­ yordomo delante, le ha de decir: «Ea, anda, Marcos». Y rodeado de todos le traerán, vi­ niendo siempre con grande fe el rosario y leta­ nías a la Virgen. Y si quisiese hacer fuga castigáranlo con las varas, diciendo: «tente, Mar­ cos», y en caso necesario repetir las palabras antecedentes, hasta que obedezca.» «Luego que sepan los demás regidores, ma­ yordomo y hermanos—se nota aquí una lagu­ na—hayan de salir de la ermita en procesión, con toda fe, reverencia y compostura, con nuestro glorioso Santo, y el Cura con su capa pluvial acompañado de algunos sacerdotes, Cruz de la Parroquia con ciriales y seis cirios encendidos, a recibirle a la puerta de la Ciu­ dad, por donde entrase, en donde luego que lleguen, hecha reverencia a nuestro Santo, se

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volverán vía recta, yendo el Santo delante con su estandarte y acompañamiento, y el toro detrás con los que le traen a celebrar las vís­ peras a la Iglesia, en donde se cantarán por los capellanes de coro, y por ellas se dará cin­ cuenta reales, y lo que fuese costumbre a los ministriles.» «Luego que se acaben las vísperas salgan con el toro de la Iglesia, y con la misma fe, y sin que nadie los perturbe andarán las calles de más vecindario, entrando con Marcos en las casas de mayor consecuencia pidiendo li­ mosnas para con ellas hacer rifa en la tarde ¡ de la fiesta. Antes que anochezca se pondrá el toro en un corral, donde cómodamente se pu­ diera, se le echará de comer y beber y aquí estará seguro hasta el día siguiente.» «El día del Santo, por la mañana, se llevará a hora competente el toro a la Iglesia, donde estará, y los regidores y mayordomo con él, hasta que se celebre la fiesta con misa y ser­ món, y se dará ochenta reales a los Capella­ nes de coro, y a los ministriles lo acostum­ brado. Acabada la fiesta continuarán la limos­ na andando las demás calles: y si acaso el toro hiciese algún daño en caballo, marrano u otro animal lo ha de pagar la cofradía. Aca­ bado que sea el pedir, lo acompañarán hasta la puerta por donde entró y lo encaminarán a la boyada o vacada para que no se pierda.»


I 226 RODRIGUEZ MOÑINO Respiremos. Con el alma en un hilo asistía­ mos al discurso del cornúpeto por calles, ca­ sas e iglesias. Momento hubo que temimos angustiosamente por las espaldas y glúteos del mayordomo, que le precedía con inmediación señera. P ero vamos, por lo visto tratábase só­ lo de vaca o, a lo más, de buey. Uno de esos bueyes que alguna vez hemos visto caminar uncidos por los caminos extremeños, solem­ nes, len to s, magníficos. A probadas fueron las ordenanzas de esta Cofradía, según auto de 6 de marzo de 1703, por no oponerse en todo ni en parte a las bue­ nas costum bres y constituciones sinodales. Extraña afirmación. Las sinodales diocesanas vedaban, expresamente, lo que había de visi­ ble o m enos reverente en el copiado ceremo­ nial. P e ro de ello, otro día, si Dios fuese ser­ vido.—E l licenciado P E R O PE R E Z. En lo s Apéndices podrá ver el lector el cu­ rioso d iscu rso del P . Feijóo sobre E l Toro de

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401 Villalba corral de cabras, Villanueva de cabritos, Medinilla de embusteros y Válverde de bonitos. 402 Villalbilla la chica tiene tres cosas, el castillo, la puente y el charco A ndo zas. Andozas, corrupción de Aldonza. El publi­ cista local señor López Prudencio, inserta en su libro de Horas A nónim as una poética le­ yenda de esta Aldonza de Villalba. 403 Villanueva y D on Benito tierra de muchos rateros, ayer pasé por allí, m e robaron el sombrero.

S a n M a rco s. Pérez Ballesteros, trae (T. I. pág. 124): 400 Vendrán unos tiempos niña en que me vaya a la guerra. S i a m í me matan allí, éntrate a monja en la Higuera.

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Pol-as calles de Sada non se poede pasear porque hay moitos rateros e pódenme roubar.


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404 Vino de Navalmoral un buen hombre a darnos vino vino para darnos m ás de lo que queremos vino [vino para emborrachar]. Cantar empleado por los que desean pedir vino de una manera indirecta. 405 Virgen de Bótoa de gracia llena eres palrona de lavanderas. 406 ¡ Virgen de Bótoa virgen divina danos el agua pura y cristalina; los campos se secan los bichos se mueren, todos perecemos, virgen, si no llueve! 407 Virgen de Consolación que estáis en ese castillo, ¡quién tuviera puesta el alma donde vos teneis el niño!

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Se refiere al Castillo de Montánchez. 408 Virgen de Guadalupe la morenita, aunque tiene buen carro no hace visitas. 409 — Virgen de Guadalupe, ¿quién es tu hermana? —La virgen del Sagrario, la toledana. 410 — Virgen de Guadalupe, ¿quién te hizo el manto? —Las muchachas de Herrera y de Castilblanco, pero de noche también hicieron algo las de Peloche. 411 Virgen de la Soledad, de España hermoso farol donde tenemos amparo los hijos dé Badajoz. 412 ¡ Viva el pueblo de la Zarza y su virgen de las Nieves.

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Viva la feria bonita que se celebra en Septiembre.

415 Vivan Mérida y Llerena, Esparragosa y la Fuente, La Lapa y Alm endralejo, Ajillones ij Valverde.

Virgen de las Nieves de Zarza Capilla. 413 Vivan Llerena y Usagre Villagarcía y Hornachos, Maguillilla y Bienvenida Benquerencia y Fuente e Cantos. Forma popular muy extendida. Véanse los números de la presente colección 415-416 y 417. Los habitantes de Guadalajara dicen: Vivan Arazuenque y Armuña y también Horche y Lupiana Valdenoches, Taracena Iriépal y Guadalajara. 414 Vivan los aires morenos que vienen de Guadalupe, que pasan por Castilblanco y van a Herrera del Duque. Esta variante, recogida en Campanario, me dió mi querido amigo el gran novelista regio­ nal señor Reyes Huertas: Vivan los aires serranos que vienen de Guadalupe

231

que pasan por Campanario y van a Herrera del Duque.

x

416 Viva Puebla del P rio r Viva Puebla del Maestre Viva la Puebla de Obando y Puebla de Sancho Pérez. 417 Vivan San Pedro y Valverde Mirandilla ij Trujillanos D on Alvaro y Valdetorres La Zarza y Villagonzalo.

418 Ya se van los pastores a la Extremadura, ¡alegraros calzones del señor cura! Tráela Giner Aribau en su Cancionero, pá­ gina 299. Es una variante burlesca de la si­ guiente.


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RODRÍGUEZ MOÑINO

419 Ya se van los pastores a la Extrem adura, ya se queda la sierra triste y obscura. ¡ Ya se van los pastores ya se van m archando: m ás de cuatro zagalas quedan llorando......! 420 Yendo para Campanario pasaré por D on Benito, pasaré por Villanueva... ¡V aya que dos lugaritos! 421 —Yendo para Talarrubias le vi a una moza en la P uebla... ¡A ustedes nada le importa, señores, lo que yo viera...!

DICTADOS TÓPICOS

233

422 Peñalsordo está en un llano la Zarza en una ladera Garlitos en u n jaral Capilla bajo una peña. La Zarza es Zarza-Capilla. 423 Santa Cruz tú te verás sola y con cuatro vecinos: el cura y el sacristán, el conde y los agustinos. Alude a la decadencia de Santa Cruz de la Sierra en el siglo xvin. Tráela Mario Roso de Luna en un artículo de la Revista d e E xtre­ m adura, 1900, p. 255. 424 Cachito de cielo como el de La Lapa no lo hay en el mundo.

Un dictado parecido tienen en su folklore los vascos: Azpeitiaco nescacha camisan zulua audic aguerizayo levezomorrúa ¡ay, ay, ay...! ¡¡¡levezomorrúa...!!!

Dícese de los pueblos que no tienen nada que alabar. Véase la Revista de E xtrem a d u ­ ra, t. IV , 1903, p. 455. 425 Me llamaste morenita m e alegré desque lo supe


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RODRÍGUEZ MOÑINO

porque m orenita es la Virgen d e Guadalupe. Como la de Regla y otras varias. Cfr. los números 173, 317, 409, etc. 426 Mi am ante está en A zuaga segando con la canina... ¡quien le pudiera poner, delante del sol, cortina...! Canina es la hora de calor rabioso. 427 ¡ Válgame Dios que caló! E n la som bra estoy sudando... ¡ Cómo estará mi m oreno en A zuaga segando...! Moreno es término cariñoso. 428 Madrigalejo, lejofsj A gu a de R ueca, se crian las m uchachas patirretuertas. Patirretuertas, con las piernas curvadas hacia adentro.

DICTADOS TÓPICOS

235

429 A tus ojos los yam an E xtrem adura, porque son extrem ados en herm osura 430 —¿ Quién será aqueya señora que asoma por aquer arto? —Nuestra M adre los R em edios que biene regando ’r campo! 431 L a Virgen de los R em edios tiene un niñito dorm ío: Despiértalo m a d re mía que bea que ya ’yobío. 432 ¡ Oh Virgen de los R em edios Patrona de Fregená, que vienes regando er campo por toda la capitá...! Los tres son referentes a la Virgen de los Remedios de Fregenal de la Sierra. Véase otra referencia a la misma imagen en el dictado 265. 433 E n Fregenal no com en pan si no se lo dan.


DICTADOS TÓPICOS 236

RODRÍGUEZ MOÑINO

Estribillo con que suelen algunos acompa­ ñar la música del dictado número 289. 434 TONÁ D E L A R A M B LA

5

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20

Atención que ya comienza la tonada de la rambla, en A lm endralejo trigo, en Villafranca cebada, en los Santos buenas mozas, pero están m uy lastimadas de subir aquellas cuestas a llevar el pan a Zafra, en Zafra los m ercaderes donde está el oro y la plata, en Valencia los reondos m em brillos de buena casta, en Burguillos, campanillos para dar campanilladas, en Jerez los Caballeros, señores de casta y fam a, en Fregenal, barateros de cuchillos y navajas. E n Bodonal leñadores de a dos reales la carga, en Segu ra m adereros y aserradores de tablas, en Fuentes el vino tinto pero le hallo yo una falta,

que lo bautizan los zorros como a personilla humana. En Cabeza Vaca jarros que con tres hacen la carga, en Cumbres, revendedores de los peros y castañas en la Fuente del Maestre la condición de ¡a cabra, en Jabugo buen tabaco, en Galaroza castañas, en Valverde del Camino la mejor moza de España, en Calzadilla chorizos en la Fuente, buenas casas, de Olivenza portugueses y castillos en la Zarza, en Campanario, candelas y en Alanje buenas aguas, pa curar los moradores que son tontos como en Zafra. En D on Benito arrieros son en hechos y en palabras y en Puebla de Sancho Pérez, cárceles para cristianas, que a tos los que iban allí mataban y acuchillaban. Mérida del acueducto donde estuvo Santa Olalla, pero donde hay buenos músicos es cerca de Santa Marta,


238

RODRIGUEZ MOÑINO

55

y las m ujeres bonitas en Mirandilla, Miranda. E n Llera están los palacios que guerreros los guardaban, tórtolas y codornices 60 en el Valle de Santa A na, y aquí estoy en Badajoz el m ejor pueblo de España esperando algunos cuartos por la toná de la Ram bla 65 que em pieza en Alm endralejo 66 y acaba en esta montaña.

INDICE GEOGRÁFICO DE LA

PROVINCIA DE BADAJOZ


Acedera. —85-344. \ceuchal. —374. Ahillones. —175-415. Alange.-185-240. T. R. v.42. Albuera. -163-316. Alburquerque.— 255-356-390. Alconchel.—128. Alconera.—10. Alj ucen. —109-198-207-330. Almendral. -39-308. Almendralejo.—1-200-345-385-415. T. R. v. 3. Azuaga.—33-86-87-99-426-427. Badaj oz .-53-54-82-88-89-166-167-188-191 -192 221 -224-225-228- 231-258-259-275-314-320-327-328 332 - 333-338 - 341 - 342 - 352 - 356 - 361 - 362-378-405406-411. Barcarrota.—90-96-155-244-305-306. Baterno.—245. Benquerencia.—397-413. Berlanga.—86-106. Bienvenida.—11 -395-413. Bodonal,-84-194-340-394. T. R. v. 19. Burguillos del Cerro. — 45-116-117-125-195208-287-324-354. T. R. v. 13. 16


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RODRÍGUEZ MOÑINO

Cabeza del Bu ey.-64-197-253'335. Cabeza de la V aca.—12. T. R. v. 27. Calamonte. -198-199. Calera de León.—13-68-280. Calzadilla de los Barros.—14-48-50-56-178200-229-261-280-298'299'311-329-336'337-360'369 T. R. v. 37. Campanario.—34-263-420. T. R. v. 41. Campillo de Llerena.—83-246. Capilla.—422. Carm onita. —199-209-210-252. Carr ascalej o . —198. Casas de Don P ed ro.—277. Castilblanco.—410-414. Castuera.—62-234. Cordobilla de Lácara.—199-279. Corte de Peleas.—92-374. Cristina.—301. Don Alvaro.—347-417. Don Benito. - 3-15-63-80'233'234-263-304'377' 403-420. Esparragosa de Lares. —377. Esparragosa de la Serena.—415. Feria.-4-18-202-241 -242-325. Fregenal de la Sierra.—37-45-55-94-258-285289-290-296-340. T. R. v. 17. Fuente de Cantos.—19-113-133-181-229-245251 -290-300-336-337-345-413. Fuente del Arco.—270. T. R. v. 23. Fuente del Maestre.—20-69-70-194-382-415.

DICTADOS TÓPICOS 243 Fuentes de León.—21. Garlitos.—215- 422. Garrovilla (La).-79-145-389. Granja de Torrehermosa.—33-40-98-99-270. Guareña.—234-301-304. Haba (La). -233-263. Helechosa de los Montes.—313-394. Herrera del Duque.—281-313-339-410-414. Higuera de la Serena.—246. Higuera de Llerena.—245. Higuera de Vargas.—5-296-340. Higuera la Real. —285-386-393-400. Hinojosa del Valle.—64-292. Hornachos. - 22-95-127-141-348-413. Jerez de los Caballeros.—23-35-45-66-67-89115-295-296-358. T. R. v. 15. Lapa (La).—415-424. Lobón.—264.

Llerena. - 25-42-158-320-343-347-413-415. Magacela.—101. Maguilla. —413. Malpartida de la Serena.—112. Manchita.—301. Medellín.—143-193-234. Medina de las Torres.—72-326-401. Mérida.—110-199-275-359-415. Mirandilla. -303-312-369-417. Monesterio. —27-211. Montemolín. - 102-329.


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RODRÍGUEZ MOÑINO

Montijo. - 133-148-151 -186-228-250-264-288330-389-393. Morera (La).—293. Nava de Santiago (La).—274. Navalvillar de Pela.—187. Nogales.—308. Orellana la Sierra.—187-215-344. Orellana la V ieja.—215-344. Parra (La).-65-100-162-226-262-365. Peloche. —281-410. Peñalsordo.—146-422. Peraleda del Zaucejo.—147. Puebla de Alcocer.—277-282-376-377. Puebla de la Calzada.—28-186-228-250-264330-389. Puebla de la R eina.—421. Puebla del Maestre. —416. Puebla del P rior.—355-416. Puebla de Obando.—103-416. Puebla de Sancho Pérez.—29-416. Quintana de la Serena. —233. Rena. —230. Ribera del Fresno.—30-189. Salvaleón.—73-308. Salvatierra de los Barros.—122-319-397. San Pedro de Mérida.—316-417. Santa Marta de los Barros. —104. Santos de Maimona (Los). —24-177-200-227229-238-242-270-310-345-347-387. T. R. v. 5. San Vicente de Alcántara. —218.

DICTADOS TÓPICOS

245

Segura de León.—31-74-194. T. R. v. 21. Siruela.—81. Solana de los Barros.—209-290-302-374. Talar rubias. —277-282-376-377-388-421. Talavera la Real.—186-217-228-232-250-255' 264-276-361-378. Torre de Miguel Sesmero.—71-156-308. Trujillanos.—417. Usagre.—50-133-161-395-413. V aldecaballeros. -6 -2 8 1 -283. V aldetorres.—301 -417. Valencia del Ventoso.—111-398. T. R. v. 11. Valverde de Leganés.—41-97. Valverde de Llerena.—106. Valverde de Mérida.—401-415-417. Valverde de Burguillos.—7-32. Valle de la Serena.—132-169. Valle de Santa Ana.—169. Villafranca de los B arro s.-8-269-284. T. R. v. 4. Villagarcía de la T orre.—413. Villagonzalo. —417. Villalba de los B arros.—52-74 b is -75-293374-401-402. Villanueva de la Serena.—47-107-108-230233-263-377-403-420. Villanueva del Fresno.—401. Villar de Rena.—230. Zafra.—9-160-170-227. T. R. v. 8. Zahínos.—150.


246

RODRIGUEZ MOÑINO

Zalamea de la Serena.—179. Zarza Capilla. —340-422. Zarza de Alange.—412-417.

INDICE GEOGRÁFICO DE LA

PROVINCIA DE CÁCERES


Abadía. —368. Albalat. -190-222-271 '272-278. Alcántara.—171 -255-258. Alcuéscar.—172-174-180-183-201-216-220-222235-236-237-249-257-265-266-267-268-273-291 297- 309-322-334-350-351 -353-375-380-384. Aldeanueva del Camino.—123. Alias.—256. Almaraz.—135-136, Almoharín.—182-183. Arquillo.—207. Arroyo del Puerco.—363. Arroyomolinos de Montánchez. — 190-193257-294. Baños de Montemayor.—123. Berzocana. —286-321. Berrocalejo. -349-354. Brozas.—61.! Cabañas del Castillo.—196. Cabezavellosa.—223. Cabrero (El).—396. Cáceres.—91-239. Calzadilla. —51-346. Cañamero.-57-205-206-286-321 -370.


250

RODRÍGUEZ MOÑINO

Cañaveral.—55-207. Carcaboso.—126. Casar de Cáceres.—144. Casar de Palomero.—149. Casas de Don Antonio.—183-372-373, Casas de M illán.—207. Casillas de Coria.—346. Coria.—76-77-346. Cuacos.—93-105-164-254. G alisteo.—142-207. G ata.—165. Gordo (El).—139. Guadalupe.—130-138-154-168-173-260-307317-364'371'379-408'409'410-414. H ervás—123-153-366. Holguera.—207. H orcajo.—118. Jarandilla.—93-105-254, Jurdía. —223. Jaraiz de la Vera.—38-254. Lograsán.—184-206-286-321. Madrigalejo. —26 Madroñera. —391. Miajadas. —222. Miera. —140. Montánchez.—159-212-213-222 - 243 - 247 - 278397. Montehermoso. —126. Navalmoral de la M ata.—219-404. Pasaron.—254.

DICTADOS TÓPICOS 251 Peraleda.—219. Piornal (El).—126. Plasencia.—58-78-91-214. Rebollar.—396. Roturas.—196. Santa Cruz de la Sierra. —423. Solana.—196. Talayuela.—399. Talaván.—121. Tr ujillo .-124-129-14-176-203-204-247-367-391392. T orremocha. —383. V aldastilla.—396. V aldefuentes. —120-190-390. Valdehuncar.—219. Valdemorales. -247-248-397. Vera de Plasencia.—36-44-183-331. Zorita. —286-371.


d ic t a d o s de

TÓPICOS

EXTREMADURA APÉNDICES


APENDICE I

La revista Folk-Lore Frexnense y BéticoExtremeño, tuvo tan escasa vida como corta tirada. Puede decirse que apenas quedarán hoy media docena de ejemplares, algunos de ellos, seguramente, descabalados, porque la mala calidad del papel hace que éste se quie­ bre y rasgue en seguida. Allí hay artículos muy interesantes para el folklore extremeño, y, deseando nosotros, en lo posible, evitar una total pérdida, reimpri­ mimos en los apéndices los que más hacen a nuestro propósito, incluyendo el índice de la revista para que el lector comprenda bien el extraordinario interés que para el folklore re­ gional tiene. Los artículos son los siguien­ tes: Dictados tópicos de Portugal (reseña críti­ ca), págs. 60 a 73.


256

RODRIGUEZ MOÑINO

**

Nota sobre lo mismo, págs. 155 a 158. Una form a típica d e canción geográfica, páginas 268 a 271. Indices, págs. 367 a 369.

I DICTADOS T Ó P IC O S DE PO RTU G A L, COLL1GIDOS DA TRADIQAO ORAL POR J . L E IT E DE V CO N CELLO S. —

BA RCELLO S, C

avado

,

T Y P.

DE

a

d ic t a d o s t ó p ic o s

257

de la demo-psicología, se hace recomendable principalmente como tal colección, y revela el buen acuerdo de su autor al abrir con ella un capítulo aparte en el libro del Folk-Lore; ca­ pítulo tanto más interesante cuanto que de él pueden surgir enseñanzas para la ciencia antes indicada. Limitarémonos por tanto a dar idea del opúsculo, insertando algunos de sus dicta­ dos, así como los similares que han llegado a nuestra noticia.

S-

A U R O R A DO

1882.

«Con este título ha dado a la estampa el ilus­ trado mitógrafo y literato portugués Sr. Leite de Vasconcellos un opúsculo de 31 páginas en 8.°, donde ha reunido sesenta y seis mani­ festaciones de la musa popular que, afectando ya la forma de refranes, ya la de cantares, (cantigas tópicas) ya la de frases o dichos, contienen elogios, apodos y referencias diversas de gentes y poblaciones portuguesas, y forman, por decirlo así, una página de la demo-topografía lusitana. No invadiremos el terreno de la crítica al tratar de esta colección. Reducida a un sim­ ple acopio de materiales, todavía escasos para fundar en ellos teorías más o menos aventu­ radas que contribuyan a esclarecer el campo

* * * * * El Sr. Vasconcellos, como ya se ha dicho, clasifica los materiales de su colección en elo­ gios, apodos y referencias diversas y hace respecto a estos tres grupos las observaciones siguientes: « E l o g io s . Como quiera que los dictados de esta clase son repetidos por gente extraña a las localidades a que ellos se refieren, no lo son evidentemente por los naturales.—A p o ­ d o s . Por ellos se conoce la rivalidad que exis­ te entre nuestras poblaciones, especialmente entre las que se hallan situadas a cortas dis­ tancias. Muchos psicólogos quieren ver en esta rivalidad un vestigio de las tendencias hostiles de los animales inferiores al hombre, Ilos unos hacia los otros, tendencias que par­ cialmente reconocen su origen en las necesi-


■ 258

RODRÍGUEZ MOÑINO

dades de la lucha por la existencia.—R e f e ­ r e n c i a s d i v e r s a s . Este miembro de la clasifica' ción se distingue de los otros dos en que los dichos en él comprendidos no son propiamen­ te elogios ni apodos.» A nuestro juicio el autor del opúsculo que examinamos se ha colocado en el verdadero punto de vista al distribuir en las tres clases citadas los cantares y dichos locales, si bien no ha detallado la clasificación lo bastante para poder ordenarlos cómodamente, cuando sea más numerosa la colección y se trate de hacer comparaciones entre las de dos o más países. Acaso esta deficiencia nazca de la ín­ dole misma de la compilación que, por lo exi­ gua, no permita establecer subdivisiones. De cualquier modo, celebraríamos que al hacer otra tirada del opúsculo objeto de estas líneas intentase detallar la clasificación establecida, porque tenemos derecho a esperar mucho bueno del ilustrado criterio del colector. Nosotros, siguiendo sus huellas, también hemos recogido cantares y dichos locales, cuya analogía con los de la nación portuguesa nos impulsa a darles cabida en este trabajo, deseosos de ofrecer al docto folklorista del vecino reino otra coleccioncita, semejante a la suya, que ensanche el campo de sus investiga­ ciones.

d ic t a d o s t ó p ic o s

259

El examen de los materiales acumulados en este insignificante escrito nos ha sugerido la idea de clasificarlos, tarea, sin duda, superior a nuestras fuerzas, y de la cual sólo nos atre­ vemos a aventurar un leve bosquejopor lo que se refiere a los dicterios. Permítasenos dar a conocer este esbozo de clasificación provisio­ nal, siquiera con el objeto de que otros más competentes puedan reformarla y dar un or­ ganismos verdaderamente lógico a la materia.

Dicterios.

A. Indeterminados. a. CONTRA GENTES. a ‘ De u n a co m arca.

ej. Al andaluz hazle la cruz. a “ D e u n a lo c a lid a d .

ej. Del toledano, guardate de él tar­ de o temprano. b. CONTRA PO BLA CIO N ES. ej. Olvera, ni por la vera. c. CONTRA LAS C O STU M BR ES O LAS C O SA S DE UN PAIS. c‘

C

r e a c io n e s o

pro d u cto s n a tu r a les.

ej. Ni giley d e Monda, ni hombre de Ronda.


261

d ic t a d o s t ó p i c o s

260

Campanas de palo Y gente ruin. 4. Impericias profesionales. ej. Médicos de Valencia, Luengas haldas y poca ciencia. d‘" D a n d o a p o d o s . ej. Los de Segura (de León) son pi­ ñoneros.

RODRIGUEZ MOÑINO

c ‘ - P r o d u c t o s in d u s t r ia l e s .

ej. Ni hombre cordobés, Ni cuchillo pamplonés, Ni mozo burgalés, Ni zapato de Valdés. c ‘“

R e la c io n e s s o c ia le s .

ej. Si al Real de la Jara Te vas a vivir No te faltarán penas, Niña, que sentir.

B. Determinados. d. CONTRA GENTES. d' De u n a c o m a r c a . ej. Bearnés, Faus e courtés. d“ De u n a l o c a l id a d . C en su ra n d o :

1. Faltas de moralidad. ej. Granaino, ladrón fino. 2. Vicios. ej. Jerez, de los caballeros, Fregenal, de los señores, La H igu era , d e los borrachos, Cumbres Altas, de ladrones. 3. Defectos. ej. E n Montemolín,

e. CONTRA POBLACIONES. ej. Ugena del demonio, Tiene tres torres Y por eso la llaman Engaña-pobres. f. CONTRA LAS COSTUMBRES O LAS COSAS DE UN PAIS. f C r ea c io n e s o\ N o co m p re s m u ía e n T e n d illa , pro d u cto s n atu ra les,

i

N i en R rih u e g a co m p re s p añ o , t e c a se s en L u p ian a,

f " PRO DUCTOSV • N i a m is te s en M a rc h a m a lo : in d u s t r ia l e s / ^ L a m u ía te sa ld rá fa lsa , _ k E l p añ o te sa ld rá m alo , f

R

s

¿

ciales

.E S ]

/

L a m u j e r (te) s a l d r á -

livlana

Y lo s am ig o s c o n tra rio s.

Echase de ver, a la simple inspección de es­ te cuadro, que si bien encajan en él todos los cantares y dichos locales que denominamos dicterios y quedan trascritos, hay algunos, sin embargo, que, por la complegidad de su con-


262

RODRÍGUEZ MOÑINO

texto, se prestan a ocupar más de un sitio en la clasificación adoptada. Verdaderamente típicos de cada uno de los miembros que aquella comprende no se en­ contrarán sino en corto número. Esto nos ha­ ce presumir que no hemos estado muy felices al clasificarlos; pero, sea de ello lo que quiera, cúmplenos ofrecer modestamente nuestro tra­ bajo a la consideración de los lectores para que pueda ser corregido o reemplazado por otro, hecho con mejor acierto.

II N O T IC I A

Ha llegado a nuestras manos un ejemplar (incompleto) de la Revista de estudos livres que ve la luz en Portugal, y en dicho periódico hemos leído un notable artículo de nuestro distinguido consocio el Sr. D. J. Leite de Vas­ concellos, titulado «Tradicoes populares e dia­ lecto da Extremadura hispanhola» y dedicado al examen crítico del número primero de la Revista El Folk-Lore Frexnense. El trabajo del Sr. Vasconcellos, digno de estima como todos los de su ilustrado autor, especialmente bajo el punto de vista de la glotología en la

d ic t a d o s t ó p ic o s

263

cual muestra erudición y competencia nada comunes, contiene observaciones sumamente atinadas respecto al lenguaje vulgar extremeño e indicaciones que no echarán en olvido los señores M. R. M. y L. R. y E. al acumular materiales para el estudio de esta interesantí­ sima rama de la ciencia popular. Y ya que de este artículo tratamos no pasaremos en silen­ cio el juicio que al señor Vasconcellos merece la clasificación de los dictados tópicos esta­ blecida por el Sr. Romero y Espinosa en el apunte bibliográfico escrito en el número pri­ mero de El Folk-Lore Frexnense, a propósito del folleto que con este título publicara el en­ tendido folklorista portugués a quien nos ve­ nimos refiriendo. Dice el Sr. Vasconcellos. «En la Bibliografía, mi amigo el Sr. Romero y Espi­ nosa ingiere un buen número de dictados tópicos espa­ ñoles a propósito de los portugueses que yo publiqué en un opúsculo el año 1882, y ensaya una clasificación pro­ visional que realmente facilita su estudio, si bien las sec­ ciones indeterminados y determinados estarían mejor reunidas en una, porque tan determinado es el dictado

Al andaluz Hazle la cruz que el autor incluye en los indeterminados, como este otro

Médicos de Valencia, Luengas haldas Y poca ciencia


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DICTADOS TÓPICOS

RODRÍGUEZ MOÑINO

que el autor clasifica entre los determinados. ¿Acaso Andalucía y Valencia no son dos puntos bien determi­ nados? Si Valencia, por ser una localidad, es determi­ nada con relación a Andalucía, que es una provincia, también Andalucía, que el autor incluye en los indeter­ minados, se puede considerar determinada con relación a España y así sucesivamente.*

Estamos muy lejos de creer que la clasifica­ ción del Sr. Romero y Espinosa no sea sus­ ceptible de modificaciones que la depuren, mejoren y completen. Tan es así, que nos ale­ gramos de que sea tema de discusión para llegar por este medio a establecer sobre firmes bases la división de los dictados tópicos. Esto, no obstante, cúmplenos decir, en obsequio a la verdad, que el Sr. Vasconcellos no ha exa­ minado atentamente el cuadro de clasificación que impugna en el párrafo antes trascrito. No de otro modo se comprende que haya seme­ jantes afirmaciones. En efecto, el Sr. Romero y Espinosa divide el grupo de dictados tópicos, que denomina dicterios, en a) Indeterminados contra (.„■) De una comarca. gentes ................... .. De una localidad.

b) Indeterminados c o n ­ c)

y

tra poblaciones Indeterminados contra / las costumbres o las U cosas de un país i c " ’) (que pueden ser).. . \

natural», Relaciones sociales.

265

d)

Determinados contra De una comarca. gentes ................................. \^") De una localidad. (Cada uno de los cuales puede CENSURAR: 1, faltas de moralidad; 2, vicios; 3, defectos; 4, impericias profe­ sionales o bien DAR APO D O S). e) Determinados contra poblaciones. f) Determinados contra / las costumbres O las )£> Creaciones o productos naturales j ' V ) Productos industriales. Cosas de un país ff‘“) Relaciones sociales. (que pueden ser). . \

A la simple inspección de este cuadro se comprende que la división en indeterminados y determinados no hace referencia a sitio ni lugar, por la sencilla razón de que tanto los unos como los otros se subdividen en indeter­ minados y determinados contra gentes de una comarca y de una localidad. Habiendo dicte­ rios indeterminados contra gentes de una comarca y de una localidad se comprende que la determinación e indeterminación, consi­ derada como carácter general distintivo de aquellos dos grandes grupos, no se refiere ni puede referirse al lugar ni al sitio (punto del globo) donde habiten o nazcan las gentes con­ tra las cuales vayan dirigidos los dicterios, sino que, por el contrario, dichas determinación e indeterminación revelan la indistición o designación de la cualidad en cuya virtud son denostadas las gentes en ellos aludidas; bien se consideren éstas abarcando una gran


DICTADOS TÓPICOS 266

RODRÍGUEZ MOÑINO

región y formando una familia etnográfica más o menos populosa y definida, bien componien­ do el vecindario de la más pequeña aldea. Esto mismo se desprende claramente de los ejem­ plos que acompañan al cuadro antes aludido. Así el dicterio A l andaluz—Hazle la cruz debe ser incluido entre los indeterminados contra gentes de una comarca, porque vitupe­ ra a todos los naturales de Andalucía sin determinar ni designar la cualidad que los hace vitandos; «hazle la cruz»; es decir, huye de él, como del diablo; pero ¿por qué? ¿En qué consiste la perversidad de su condición? He aquí lo indeterminado de este dicterio. Lo mismo puede decirse de este otro, clasificado entre los indeterminados contra gentes de una localidad: D el toledano—Guárdate de él tar­ de o temprano. Veamos ahora un ejemplo del otro grupo. Granaíno—Ladrón fino, ¿cómo debe clasifi­ carse según el cuadro trascrito? Entre los de­ terminados contra gentes de una localidad, porque es un dicterio que especifica y señala de un modo concreto la cualidad vituperable en los naturales de Granada; la afición a to­ mar lo ajeno contra la voluntad de su dueño. O tro tanto pudiera manifestarse de los demás ejemplos consignados en las páginas 70 y 71 del número I de la Revista El Folk-Lore Frex­ nense.

267

Táchese en buen hora de incompleta y de­ fectuosa la clasificación del Sr. Romero, pero no se la censure de falta de lógica en la divi­ sión interior de sus miembros. Por lo demás, cónstanos que el Sr. Romero está siempre dispuesto a oír las observaciones del ilustrado escritor lusitano y a concederles la respetuosa consideración que, por ser de una persona tan docta, se merecen.»

III UNA FORMA TÍPÍCA DE CANCIÓN GEOGRÁFICA

«En mi ensayo sobre la Poesía papular es­ pañola sostuve que el cancionero popular —(coplas, cántigas, cantilenas, cuartetas, jo ­ tas, etc.) —no constituye un género de poesía lírica, como había supuesto el malogrado orientalista Lafuente Alcántara, sino que es una forma general con que se visten todos los géneros poéticos, abundando las canciones hímnicas, episódicas, elegiacas, didácticas, sa­ tíricas, cómicas y dialogadas. Las geográficas son frecuentísimas y nada más objetivo e im ­ personal que ellas. Repasando mi colección de poesía popular


268

RODRÍGUEZ MOÑINO

del Alto-Aragón, he advertido que las de esta última clase afectan casi todas una forma co­ mún, como si hubieran sido vaciadas en un troquel estereotípico. Sus elementos poéticos son dos: la forma musical o esterna, consis­ tente en el ritmo propio de la copla octosilá­ bica española, con asonancia o consonancia ábcb; y la forma de la belleza interna, funda­ da en una sencilla oposición, que es donde es­ triba la nota diferencial de este género de can­ ciones. No hay que buscar en ellas imágenes ni figuras atrevidas, ni colores vivos y brillan­ tes, ni invenciones peregrinas, ni valientes pinceladas descriptivas: nada de esto cabía en ellas, limitándose, como se limitan, a puras designaciones topográficas, y no deteniéndose (sino por rara excepción) a describir lugares, ni a narrar sucesos, ni a hacer estadísticas, ni a emitir juicios críticos acerca de los pueblos cuya situación relativa indican en una especie de esquema simplicísimo. Su artificio es de lo más elemental y primitivo: podríamos llamar­ lo el promorfo estético-geográfico: se reduce a contraponer estos dos términos: alto y bajo, monte y valle, cuesta y llano, un lugar eleva­ do y visible, y otro lugar hondo y escondido, y naturalmente, próximos entre si. En tan sen­ cilla antítesis ha encontrado la musa popular, de suyo poco exigente, belleza bastante para crear un ciclo riquísimo de canciones geográ-

DICTADOS TÓPICOS 269 ficas y grabarlas en la fantasía del pueblo y perpetuarlas en su memoria. Completa la canción un tercer término, de naturaleza irreductible a la de los dos anterio­ res, pues ordinariamente consiste en un lugar (próximo a ellos) caracterizado por no tener sino una sola calle. La intención del pueblo en este aditamento inconexo, parece ser mar­ cadamente cómica.

Véase aquí varios ejemplos, más o menos puros, de esa forma prototípica, pertenecien­ tes todos a la provincia de Huesca: Santa Lecina en un alto, Ballovar en una valle; Dichosos los de A lm udáfar Que viven en una calle. Chalamera está en un alto, Ballovar en una val; Dichosos los de Almudáfar que viven en arrabal. Coscujuela está en lo alto, Costéan está en la valle; Los raboseros de Guardia No tienen más que una calle. Crejenzán está en un alto, Costéan en una valle; Los Mantones de Montesa


270 RODRÍGUEZ MOÑINO Sólo rondan una calle. Volturina está en alto, Secastilla en una valle; Los desgraciados de Ubiergo Viven sólo en una calle. Volturina está en un alto, Secastilla en un rincón; Ubiergo en una planada Se lleva toda la flor. Castarlenas está en alto, Y Torres en una valle; Y la gran ciudad de Pueyo No tiene más que una calle. Sant' Esteve está en un alto, Y Roda está en una valle-, Y los chicos de La Puebla No rondan más que una calle. Perarrúa está en un llano, San Clemente en una cuesta; Adiós, Perarrúa, adiós, ¡Cuántos suspiros me cuestas! Anciles está en un llano, Y Cerlér en una cuesta; Adiós, villa de Benasque, ¡Cuántos suspiros me cuestas!

DICTADOS TÓPICOS

Gistaín está en un alto, Y San Juan en una cuesta; Adiós la villa de Plan, ¡Cuántos suspiros me cuestas! Gistaín está en un alto, Y Plan todo en una valle; Y la villa de Salinas No tiene más que una calle. San Gregorio está en un alto, Y Robres en una valle; Y Senés el desdichado Todito está en una calle. Bellestá está en un alto, Pompenillo en una valle; Molinos por su desdicha Todito está en una calle. San Salvador en un alto, Y Santa Ana en una cuesta; El río debajo el puente Capuchinos en la huerta. Castilsabás en un llano. Santa Eulalia en una cuesta; Adiós, Virgen del Viñedo, ¡Cuántos suspiros me cuestas! La Virgen de la Corona Está fundada en un alto (Almudébar),

271


d ic t a d o s t ó p i c o s

272

r o d r í g u e z m o ñ in o

Y la de Santo Domingo Está al canto de un barranco. Panticosa, villa hermosa, Lo más alto de Aragón,Escanilla está en un alto, Y el Pueyo está en un hondon. A veces, este género de coplas toma un giro utilitario, convirtiéndose en canción de sega­ dores, como la siguiente, que tiene muchas semejantes en aquella comarca: Tamarite está en un llano, Berbegal en una cuesta; ¡Traiga la bota, nuestro amo, Que buena canción es esta (o nos cuesta)! Conjeturo que esta forma de canción geo­ gráfica no es privativa de Aragón, sino común a toda España, y tal vez a otras naciones de Europa. A mis amigos los Sres. Pitré, Leite de Vasconcellos, Webster, Machado y Romero, confío esta sospecha, para que la verifiquen en Andalucía, Extremadura, Sicilia, Portugal y país vasco-francés. Por lo pronto, he aquí dos canciones de Navarra y Ciudad Real, que sin reproducir exactamente el mismo tipo altoaragonés, ostentan como único elemento esté­ tico interno la contraposición de altitudes relativas, si bien adulteradas luego con otros

273

factores inconexos que disuelven la unidad del microscópico poema geográfico: Cascante se hizo en un alto, Corella en un carasol; Cintruénigo entre olivares, Fitero en un bodegón. Malagón está en un cerro, La Fuente en una solana; Y Villarrubia al poniente De los ojos del Guadiana. Aunque con menos frecuencia, algunas otras oposiciones se descubren en el cancionero geográfico del pueblo. Así, por ejemplo, la si­ guiente copla contrapone el concepto peña, que cierra un valle, al de puerto, que rasga y abre una cordillera: Santa Elena está entre peñas, Y Santa Orosia entre puertos; El Pilar en Zaragoza, Y en Huesca está San Lorenzo. No es mi propósito ocuparme aquí de aque­ llas otras canciones geográficas cuya belleza interna se cifra únicamente en el agrupamiento de varios lugares que descubren un deno­ minador toponímico común, como en la si­ guiente, también del Alto-Aragón:


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d ic t a d o s t ó p ic o s

RODRÍGUEZ MOÑINO

Alcalá del Obispo, Alcalá de Henares, Alcalá de Gurrea, Tres A lcalares;

IV

ni de aquellas otras en que dicho elemento desaparece del todo, tocando la canción a la poesía únicamente por el ritmo exterior, con función meramente mnemotécnica, a lo que parece. Tal en las siguientes: Crejenzán y Burcéan, Castillazuelo, Salas Altas y Bajas, Pozán en medio. Sarsa, Loarre,—Aniés y Bolea, Cuatro lugares—al píe de la Sierra. San Mateo, Leciñena, Perdiguera, Peñaflor, Aajafarín y La Puebla, Pastriz y Villamayor. Santa Lencina y Estiche, Y Pom ár Selgua, Fornillos, Y Ballovar. J. Costa.

ÍNDICE PO R AUTORES

Páginas

i ijK

Alvarez E spino (D. Romualdo). Un cuento de Hadas. Fadelberto............................................... 17,89 y 239 B arrantes (D. Vicente). La patria de Vasco D ía z ...................... 9 C aro (Rodrigo). Hogueras de la noche de San Juan. Capitulo de la obra inédita «Días geniales y lúdricos»............................. 102 Costa (D. Joaquín). Dictados tópicos del A lto-Aragón... 184 Una forma típica de canción geográ­ fica........................................................... 268 Díaz y P érez (D. Nicolás). Carta de un demotopógrafo extremeño................................. ...................... 203 Dios (D. Servando A. de). Las Sanjuanadas..................................... 276 García B lanco (D. Antonio María). Denominación patronímica de los na­ turales de Fregenal............................. 192


276

RODRÍGUEZ MOÑINO

Páginas

García V era (D. Miguel). Un grano de arena para la gigantesca obra del saber popular. (P regón). .

DICTADOS TÓPICOS

277 Páginas

33

Giner Arivau (L.) Un romance tradicional........................ 194 Godomiass. (Dos amigos: Torre-Salvador y R o­ mero Espinosa). Miscelánea 1.a. .. 47 H e r n á n d e z d e S o to (D. Sergio). La Cruz de Mayo..................................... 280 Los tres claveles. Cuento popular. .. 20 Miscelánea 2.a......................................... 124 Idem 4.a...................................................... 210 La M u j e r d e l o s C u e n t o s (D.a Cipriana Alvarez Durán de Machado). Las cinco demandas. Cuento popular. 274 Lasso d e la Vega (D. Leoncio). Elementos para una Mitología popu­ lar portuguesa, por Z. Consiglieri Pedroso. Traducción.............. 121 y 223 L e i t e d e V a s c o n c e l l o s (D. José). Literatura popular gallega.................... 96 Machado y Alvarez (D. Antonio). Bases del Folk-Lore E sp añ ol............... 351 El Folk-Lore Español. (A los políticos españoles)............................................. 319 Folk-Lore de los co lo res....................... 299 I n t r o d u c c i ó n al Folk-Lore..................... 1

Una versión extremeña de la canción «Le roi Renaud»................................... 175 M artínez (D. Matías R.) Cuestionario para el acopio de mate­ riales referentes a las costumbres del pueblo extremeño en las distin­ tas esferas de su vida......................... 158 El paso de la Sta. Cruz......................... 24 Fiesta de los pilares (La)....................... 109 Fiesta de San M arcos............................. 205 Lenguaje vulgar extremeño................... 37 Refranes, coplas y dichos locales (Apuntes para la Demotopo-grafía ibérica............................................113 y 295 Miscelánea 4.a........................................... 309 M i c r ó f i l o (D. Juan Antonio de Torre y Salvador). «Mañanita, Mañanita»........................... 171 B

N

ib l io g r a f ía s .

«Cantos populares españoles» de Don Francisco Rodríguez Marín.............. 58 «TradiQóes populares de Portugal», de D. J. Leite de V asconcellos........ 138 a d i e (D. Rafael Rico). B

ib l io g r a f ía s .

«Giuseppe Pitré e le tradizioni popolari» por G. Ragusa M oleti.............. 323 «II vespro siciliano nelle tradizioni


278

d ic t a d o s t ó p i c o s

RODRIGUEZ MOÑINO P á g in a s

popolari della Sicilia», por G. Pit r é ............................................................ 141 «Spettacoli e Feste», por G. Pitré . . . id. «Una novellina popolare monferrina», por S. P ra to .......................................... 322 R

e v is t a d e

R

e v is t a s .

A rchivio italiano................................... El Folk-Lore A n d a lu z ......................... P i r e s (D. Antonio Tomás). Cantos populares portugueses. .197 y R o d r í g u e z M a :¿í n (D. Francisco). Cien refranes andaluces de Meteorologia, Agricultura y Economía ru­ ral ............................. ............................... B

218 74 271

161

ib l io g r a f ía s .

Biblioteca de las tradiciones popu­ lares españolas. Tomo I.—S e v illa .. 323 R

R

R

e v is t a d e

R

e v is t a s .

El Archivio italiano............................... L e a l (D. Bartolomé). Cantares populares............................. .... o m e r o y E s p i n o s a ( D . Luis). Caracteres prosódicos del lenguaje vulgar frexnense................................... Interrogatorio para el acopio de refra­ nes agrícolas y dictados tó p ico s... Mapa topográfico-tradicional...............

325

o m ero

M

19

34 85 107

is c e l á n e a s .

La cuarta..........................................310 a 317

279 Páginas

B

ib l io g r a f ía s .

«Dictados tópicos de Portugal», por J. Leite de Vasconcellos. R

e v is t a d e

R

e v is t a s .

El Folk-Lore A ndaluz........................... 143 N o t i c i a s ...............(En todos los cuadernos) S é q u e i r a - F e r r a z (D. A. de). B

ib l io g r a f ía s .

«O dialecto mirandez», por D. J. Lei­ te de V asconcellos............................. 216 3 o e i r o l >e B r i t o (D. Joaquín María). Os animaes encarados pelo povo. (M iscelánea).......................................... 317


APENDICE II REDONDILLAS

Qve juyzio avrรก cabal A quien esto satisfaga: Que, siendo, Virgen Real, De Medinaceli, os haga De la Mancha natural? Vna mota no se nota Virgen sacra en toda vos: Y assi es cosa muy remota. Guiando os para Alva Dios, Que os prediessen en la Mota. Es Palma, de quien no arranca Fruto otro q el Rey, vra alma, Palma villa ilustre y blanca. Venir quiso el Rey a Palma, Y hizo la Villafranca. Vuestro sacro Esposo ordena Traeros al mundo; y puebla A Lucena de luz llena. Quado pues pudo ver Niebla


RODRIGUEZ MOÑINO

Los cimientos de L u c e n a ? S i es fundador Dios de quantos Lugares ay eccelentes Raudal vivo de rios tantos. Porque no á de dar a F u e n te s Lo que no quiso a lo s S a n t o s ? Como en alguna ocasion L e ó n os sojuzgó a vos, S i con alta prevención O s avia hecho Dios Ya S e g u r a d e L e ó n ? Quien avrá de tan ossada Intención, de ingenio tal, Que assi, reparando en nada Diga, que en C iu d a d R e a l Estuvo T o r r e q u e m a d a ? Como os tocan los pesares, Que de vn hobre q crió Dios Heredan tantos millares, S i en A lt a m ir a estáis vos, Quado el peca en M a p a n a r e s ? El, que, creyendo que fuera, Comiendo sin mas escote Como vn Rey, y que pudiera Alearse con S a b io t e Quedó con sola A z e d e r a . Vuestra pureza acendrada La mejor piedra confiessa, En quien solo estays tocada Porque solo de O r o p e s a

DICTADOS TÓPICOS

Salistes a M e jo r a d a . No pasastes vez alguna Vos por el C a ñ a v e r a l: Porque, quando la importuna S i e r p e entró, vuestro R e a l Tenia el Rey sobre L u n a . Sois al fin E s p e jo . Y llena De gracia. Pan dais divino, Que se empegó en vna cena Ara sois: i, pues dais vino, También sereis A r a c e n a . Fuistes para aquel gallardo Cagador de tierra, y mares Rey del cielo en nada tardo B l a n c a A v e d e P a lo m a r e s , Y nunca fiera de e l P a r d o . No se quien diga o escriva, Que e l E s c u r ia l lies ó Abajo tan bella O liv a : Si S a n lu á n d e L u z os vio En los S o la r e s de arriba? Reyna tan casta no fuera Bien que la viera el demonio Desnuda, qual la primera Muger, de que testimonio Dan aun oy en la H ig u e r a . Vuestra N a v e a de fletar Dios para B o r r e g o . Que es, Auque humilde assi, vn lugar De tal poder, que despues

283


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RODRÍGUEZ MOÑINO

Con Cáliz fe vendrá algar. Agua hizieron dende Eva Las barcas todas; mas gota La vuestra no, q a Dios lleva: Y nunca fue Barcarrota La que el hizo Villanueva. Candida bella A<;uzena Fresca Rosa, y Clavel rojo Don de 1‘alba mas serena, Aunque salis de el Abrojo, Siempre de olor os Villena. Y aunque tan agena os halle Señora de nuestras faltas, Acordaos vos, quado el calle; Pues estáis en C um bres alias, De los vezinos de el Valle. Luz pura, los celestiales O jos bolved; que son nortes De tantos ciegos mortales. Sed; pues podeys tanto en Cortes Procurador de Cigales. Queriendo os plantar vn dia Flor divina el Rey mayor Que es peña que flores cria, Pues pudo acá en Peñaflor, No os sembró en Esclavonia. No soys corta, mas bien se, Que os criastes en Vitoria: Y que avrá tiempo en q os de Sentencia de executoria (Granada no) Santa Fe.

APENDICE III T O R O DE S . MARCOS DISCURSO OCTAVO

I Notorio es a toda España el culto (si se pue­ de llamar culto), que al glorioso Evangelista S . Marcos se da en su dia en algunos Lugares de Estremadura; aunque el modo con que se refiere es algo vario. Puede ser que la variedad no esté precisamente en la relación, sino en el hecho; esto es, que en diferentes Lugares de aquella Provincia, en orden a una, u otra cir­ cunstancia, sea la práctica diferente. Lo que comunmente se dice es, que la Vispera de S. Marcos, los Mayordomos de una Cofradia instituida en obsequio del Santo, van al mon­ te, donde está la bacada, y escogiendo con los ojos el Toro que les parece, le ponen el nom-


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RODRÍGUEZ MOÑINO

bre de Marcos; y llamándole luego en nombre del Santo Evangelista, el Toro sale de la bacada, y olvidado, no solo de su nativa feroci­ dad, mas aun al parecer de su esencial irracio­ nalidad, los va siguiendo pacifico a la Iglesia, donde con la misma mansedumbre asiste a las Visperas solemnes, y el dia siguiente a la Mi­ sa, y Procesion, hasta que se acaban los Divi­ nos Oficios; los quales fenecidos, recobrando la fiereza, parte disparado al monte, sin que nadie ose ponersele delante. Entretanto que está en la Iglesia, se dexa manejar, y hacer al' hagos de todo el mundo, y las mugeres suelen ponerle guirnaldas de flores, y roscas de pan en cabeza, y hastas. Hay quienes dicen, que acabadas las Visperas, se vuelve al monte, y el dia siguiente vuelven por él para la Misa; pero la voz mas común es, que no hace mas que dos viages, uno de ida, y otro de vuelta. A alguno, o algunos oí decir, que no el Mayor­ domo de la Cofradía, sino el Cura de la Pa­ rroquia, vestido, y acompañado en la forma misma, que quando celebra los Oficios Divi­ nos, va a buscar, y conjurar el Toro. También un testigo ocular me dixo, que en un caso en que él se halló presente, el Toro estaba recogi­ do en un corral, y de alli fue a sacarle el Cura, vestido, y acompañado, como hemos dicho; aunque por mas conjuros que hizo, el Toro no quiso obedecerle.

DICTADOS TÓ PICO S

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Para lo substancial del asunto, estas va­ riedades son de ninguna importancia. El hecho de qualquiera modo es prodigioso, y uno de los mas aptos que pueden ocurrir, para exercitar la doctrina de Theólogos, y Filósofos en el examen de la causa. Hasta ahora se miró esta qüestion como privativamente propria de la Theología; mas ya verémos, que también debe tener en ella su parte la Filosofía.

II En quanto a la mansedumbre del Toro, tres inspecciones puede tener el hecho, según tres diferentes causas, que se pueden considerar influyen en él; la primera de milagroso, la se­ gunda de supersticioso, la tercera de natural. S i Dios, en atención a los méritos del Evan­ gelista, y ruegos de sus devotos por si solo, sin interposición de alguna causa segunda, domestica la fiera, es el suceso milagroso; si lo hace el demonio en virtud de pacto implíci­ to, o explícito con los que intervienen en la obra, es supersticioso; si con algún medio, contenido en la esfera de la naturaleza, y pro­ porcionado al efecto se logra este, es na­ tural.


I

288 RODRÍGUEZ MOÑINO Los que mantienen este rito, y los que ha­ bitan los lugares donde se mantiene, lo repu­ tan, o quieren se repute milagroso. Alegan a este fin algunos prodigios, que Dios repite anualmente para gloria suya, y honor de sus Santos, como la liquacion de la Sangre de S . Januario, al ponerla presente a su Cabeza: lo que refiere S . Gregorio Turonense de una Iglesia de España, donde havia una Piscina, que el dia de Sabado Santo todos los años se llenaba milagrosamente de agua; y lo que se cuenta sucedia en la India, mientras estuvie­ ron los naturales dentro del Gremio de la Igle­ sia, que todos los años en el dia de Santo To­ más Apostol tomaba el Sacerdote, que havia de celebrar la Misa, un ramo de palma en la mano, el qual no solo al momento florecía, mas también brotaba racimos de ubas, que en un instante maduraban, y de ellas exprimidas se sacaba el vino, que servia en el Sacrificio del Altar. Alegan también, como especificos para el asunto, el caso de Daniél, conservado sin lesión en el Lago de los Leones, por haverles Dios mitigado la ferocidad: y los muchos, que la Historia Eclesiástica refiere de aman­ sarse las fieras mas crueles a la vista de los Martyres, que los Gentiles exponían a su fu­ ror, para que los despedazasen. A estos exemplos, y otros semejantes, que comunmente se citan a favor de aquel rito,

DICTADOS TÓPICOS

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añadiremos aqui otro caso sin comparación mas proprio; y tanto, que se puede decir idén­ tico con el de la qüestion. Refierelo nuestro Chronista el Maestro Yepes en la Centuria tercera de su Chronica al año de Christo 715, escribiendo la vida de S. Juan, Monge Bene­ dictino del Monasterio de Santa Hilda en In­ glaterra, y Arzobispo de Yorch. Dice, que to ­ dos los años, para celebrar la fiesta de este Santo, buscaban los naturales los Toros mas feroces que podían hallarse, los quales atados con fuertes maromas, llevaban a la Iglesia donde estaba su sepulcro. Alli les quitaban las prisiones, y todos quedaban mansos como ovejas. III No tengo noticia de otros Autores, que ha­ yan tocado esta qüestion, mas que el Maestro Fr. Juan de Santo Thoma, Tomo VI, quasst. 7, Expositiva: los P P . Salmanticenses, Tomo V, Curs. Moral, tract. 21, cap. 11, punct. 12: el P. Thomás Hurtado, Tomo I, Resolut. Mo­ ral, tract. 5, cap. 4, resolut. 26, y muy de paso el P. Carlos Casnedi de la Compañía de Jesús en el Tomo "\fcde su Crisis Theologica, disp. 13, sect. 1, 3, num. 53 (a). (a) A los Autores citados en este número, que toca­ ron la qüestion del Toro de S. Marcos, añadimos ahora 19

! i


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RODRÍGUEZ MOÑINO

El Maestro Santo Thoma, alta, y resuelta­ mente pronuncia, que aquel rito es supersti­ cioso. Efecto (dice) es de encantamiento aquella m ansedum bre del Toro: religión su al P. Leandro, citado por Gobat, tom 3, num. 953, el qual (Leandro digo) condena como supersticiosa aquella practica, aunque añade, que a los que exercen aquel rito, escusa de pecado mortal la buena fé, y la tolerancia de los Párrocos. Con todo, nos mantenemos en la opinion, que hemos estampado de que en aquella obra, ni interviene milagro, ni pacto diabolico. si que es puramente natural. Y nos confirman en esta opinion dos reglas, que entre otras da el P. Gobar, siguiendo a otros Autores, para distinguir las cosas, que son efectos de la Naturaleza: los que son de Dios obrando milagrosamente; y los que son del de­ monio. La primera regla (quarta en la serie de las que propone el P. Gobat) es, que quando hay duda si el efecto producido proviene de causa natural, o de causa demoniaca, o magica, antes se ha de adscribir a aquella, que a ésta. La segunda (quinta en la série de Gobat) que quando hay duda si algún efecto proviene de Dios, u del demonio, antes se ha de presumir que es del demonio, que de Dios; sino en caso, que la gran santidad del ope­ rante, ú otros urgentísimos indicios, persuadan lo con­ trario. De la combinación de las dos reglas resulta necesaria­ mente, que si el caso es dudoso acia todas tres partes; esto es, se puede dudar si el efecto es de Dios, ú del de­ monio, ú de causa natural, se debe atribuir antes a esta ultima, que a la primera, ni a la segunda. Este es el caso del Toro de San Marcos. No me parece importuno noticiar aqui lo que me es­ cribió el Reverendísimo P. Joseph Francisco de Isla, de

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persticiosa, que no se debe aprobar, sino improbar. No es culto d e la piedad christiana, sino abuso d e superstición execrable, que en algunos será acaso por su ignorancia redim ible; m as en aquellos, a quienes no escusa la ignorancia absolutamente intole­ rable. Pruébalo este gran Theólogo; lo primero, por el modo, y practica del rito. Elegir el To­ ro, que se ha de conducir, ponerle el nombre de Marcos, llamarle con este nombre, todo suena a superstición, y todo está muy lexos de la gravedad, y magestad propria de los prola Compañía de Jesús, siendo Predicador del Colegio de Santiago; esto es, que hallándose en conversación con el Ilustrisimo Señor D. Joseph de Yermo, Arzobispo enton­ ces de aquella Metropoli, poco despues de haver salido a luz mi séptimo tomo, y haverle leido su Ilustrisima, este Prelado aprobando mi impugnación del rito del To­ ro de S. Marcos, le añadió: Que siendo él Obispo de Avila, los habitadores de un Pueblo de aquella Diacesi havian querido introducir en él la solemnidad del Toro el dia de aquel Santo Evangelista, y su Ilustrisima se lo prohibió. La tolerancia de otros Prelados nada prueba a favor de aquel rito, pues en varios casos dicta la prudencia permitir algunas cósas absurdas, por evitar mayores in­ convenientes: y es natural se encontrasen estos en el empeño de retraher al Pueblo de la continuación de un rito, que contempla como canonizado por la antigüedad de la costumbre: y que por consiguiente acaso miraria la prohibición como un injusto atropellamiento de su derecho posesorio.


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digios Divinos, o verdaderos milagros. Lo se­ gundo, por la inconducencia para los fines que Dios se propone en la execucion de los mila­ gros verdaderos, que son la confirmación de la Fé, o la recomendación de la santidad de alguna persona. Nada de esto interviene en el caso de la qüestion. La Fé está altísimamente radicada en aquellos Pueblos donde hay esta práctica; y por otra parte nunca se dice, que por los méritos, o suplicas de alguna persona de señalada virtud amánse Dios la fiera, sino que de parte de los hombres precisamente precede el ceremonial establecido. Lo tercero, por el inconveniente de la resulta. Dios no ha­ ce, y mucho menos continúa los prodigios, que bien lexos de promover su gloria, sirven al estorvo, y profanación del culto divino. Es­ to resulta de la introducción del Toro en el Templo, y asistencia en él mientras duran los Divinos Oficios. La gente mira mas al Toro, que al Sacerdote, y Altar: o por mejor decir, en el Toro pone toda la atención: muchachos, y muchachas están en continuados juguetes con él: con esta ocasion, todo el Templo in­ cesantemente resuena con risadas; y no pocas veces el Sagrado pavimento se ensucia con las inmundicias del bruto. Ultimamente (y es la prueba mas fuerte) alego un Rescripto del Papa Clemente VIII. al Obispo Civitatense, que le havia consultado

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sobre este rito, con el motivo de estár comprehendidos en su Diócesi algunos de los Lu­ gares donde se celebraba la fiesta de S. Mar­ cos en el modo dicho. El tenor del Recripto es como se sigue: Venerabilis Frater, exponi nobis nuper fecisti, apud nonnallos istius Dicecesis Civitatensis Populos inolevisse abusum quemdam in festo Sancti Marci Evangelistse, quo die Taurus quídam ferocissimus publice ad Missam, et Processionem á vicinis perducitur, Marci nomine, candelam, et pa nem in cornu gestans, magno sané cum divini honoris, etanim arum periculo, cum ipsemet belluee á fceminis presertim, ac reliqua Vulgi multitudine, quasi é Cáelo á Deo, vel á Sancto Marco ad Processionem Misse veneratio, ac Divinus Cultus tribuatur. A d quod periculum, quoniam hsec scandala atque incommoda accedunt, primum Gentílica illa superstitio affinis, ac simillima Jdololatriae, deinde etiam mortis discrimen túm divinae virtutis, ac miraculi cujusdam efflagitatio in mansuefaciendo animali natura sua feroci, praeter foedissimas Templorum conspurcationes, turbarumque inter Divina Officia excitationes, et risus per omnia Ecclesiarum loca dissolutos. Tu properea pro tua in D eum pietate, ac Pastorali vigilantia abusum praedictum, tanquam á Religione Christiana


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alienum, tollere, atque aboliere desideras. Sed cum homines illi plus nimio, et contra quam Christianos decet, nefandae supers' titioni suae indulgentes, appellationibus, et inhibitionibus violenter se tueantur, ac defendant; nobis humiliter supplicari fecisti, ut in praemissis providere de benignitate Apostólica dignaremur. Nos igitur Fraternú tatis tuae solertiam, et Religionem summoperé in Domino commendantes, de Venerábilium Fratrum nostrorun sanctae Romanae Ecclesiae Cardinalium Congregationis Sacrarum Rituum sententia, supradictum ábusum, tanquam Ecclesiasticae pietati, necnon etiam Sacro Ritui adversantem, et detestábilem iis in Locis, in quae hucusque irrepsit, funditus tollendum atque abolendum esse statuimus, et ordinamus, ac Fraternitati tuae per praesentes committimus, ae mandamus, plenam, et amplam super hoc tibi facultatem concedentes, ut ábusum praedictum ex ómnibus, et quibuscumque Locis tuae Civitatensis Dicecesis, appositis juris, et facti remediis, aliisque Eclesiasticis Censuris, et poenis tollere, ac funditus abolere, omni, et quacumque oppositione, recursu, et inhibitione postpositis, et rejectis auctoritate nostra cures, et cum effectu. El Papa condena aquella práctica por los tres capitulos de Supersticiosa, de Es­

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candalosa, y de Indecente. ¿Qué mas se ha menester? Causa finita est, utinam finiatur

error. l\' IV A los exemplares propuestos a favor de la opinion benigna, es fácil la respuesta, dicien­ do, que aun permitido, que la semejanza ma­ terial de aquellos casos al nuestro sea mucho mayor de lo que es, como el demonio es mono de la Deidad, y procura siempre para engañar a los hombres contrahacer los prodigios divi­ nos, no es mucho que en sus obras se encuen­ tre la semejanza dicha con los verdaderos milagros; pero quedando siempre por otra parte bastante distintivo para nuestro desengaño, yá en el modo, yá en el fin, yá en las resultas. Si el modo es indecoroso, o ridículo; si no apa­ rece fin competente; si de la execucion resulta indecencia, profanación de lo sagrado, o per­ juicio al Culto Divino, resueltamente dirémos, que la obra no es milagrosa, por mas que mi­ rada a vulto se parezca a otras que lo son. To­ dos estos caracteres hallamos en la fiesta del Toro S. de Marcos. Luego, &c. Solo de parte del fin se nos podrá replicar con el símil de la sangre de S. Januario. Ni


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allí interviene la recomendación de santidad excelente de alguna persona, ni la necesidad,' de confirmar la Fé en los ánimos de los expec/ tadores, pues la Fé no menos radicada está en la Ciudad, o Reyno de Ñapóles, que en Pue­ blos de Estremadura, donde se hace la fiesta del Toro. Luego por dicho capitulo no se debe condenar esta práctica como supersticiosa. Respondo lo primero, que acaso en el Reyno de Ñapóles hay alguna necesidad de aquel mi­ lagro. No se duda de que aquel Reyno sea muy Catholico; mas si en lo interior de sus individuos es tan general la verdadera creen­ cia, como en los de nuestra Estremadura, se puede dudar muy racionalmente. Sabido es el caso del Atheista Lucilio (o como él se llama­ ba, Julio Cesar Vannini) quemado como tal en Tolosa el año de 1619. Este impio era na­ tural del Reyno de Ñapóles, y havia estudiado en la misma Ciudad de Ñapóles. No hacemos asunto de que haya un Atheista en un Reyno, para inferir la necesidad de confirmar en él la Fé con milagros; ni tomamos por ese lado la Historia del miserable Vannini, sino por la circunstancia de que, estando proximo al su­ plicio, confesó, que al mismo tiempo havian salido doce sugetos de Ñapóles (el uno de ellos) a predicar furtiva, o cautelosamente el Atheismo por toda Europa. En verdad, que si Ñapóles dió de un golpe un Apostolado como

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éste, no parece que es ocioso en aquella Ciu­ dad el milagro de la liquacion de la sangre de S. Januario. Respondo lo segundo, que la Ciudad de Ña­ póles, por su grandeza, por su opulencia, por ser una de los mas nobles miembros del florentisimo Reyno de Italia; y en fin, por el gran concurso de Estrangeros, que la freqüentan, está muy a la vista de todas las Provincias hereticas de Europa. Asi el milagro, que todos los años se repite en ella, aun quando respecto de los Naturales sea inconducente, se debe re­ putar absolutamente importantísimo, porque se extiende su noticia autenticada con la ma­ yor certeza a toda Europa. Esta utilidad no podria resultar, ni esperarse de un milagro executado en unos Lugares obscuros de Estre­ madura, donde solo por un accidente arribará algún Herege, en ocasion que sea testigo del prodigio. Respondo lo tercero, que el hecho de la transitoria mansedumbre del Toro en qualquier Lugar (aun dentro de Londres, u de Amsterdam) sería inútil para confirmar la Fé; pues teniendo esa obra tantos visos de supers­ ticiosa, hallarían los Hereges muy a mano la solucion, para evadirse del argumento que con ese prodigio se les hiciese, diciendo, que no era prodigio Divino, sino diabolico. Cier­ tamente Dios nunca ha confirmado la Fé con


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milagros equívocos, que no tienen mas apa­ riencia de ser efectos de su absoluto poder, que de serlo de la astucia diabólica, u de la industria humana. Ultimamente respondo concediendo, que ocultársenos el fin, que Dios puede tener en la pacificación del Toro, no es por sí solo argu­ mento suficiente para negar que sea milagrosa. ¿Quántas veces, aun dentro de la esfera de la naturaleza, \emos los efectos, ignorándolos fines? ¿Por qué no sucederá lo mismo en las obras milagrosas?Es sacrilega osadía del hom­ bre presumir, que puede apurar todas las mi­ ras de la Providencia. Asi este argumento se ha de tomar unido con las demás circunstan­ cias. Las que intervienen en la pacificación del Toro, son de tal carácter, que aun quando se pudiese discurrir un fin importantísimo en ella, nunca se debería tener por milagrosa. Poner a un bruto el nombre del Santo, es un abuso irreligioso sobre ridiculo; la indecencia que resulta en el Templo, y turbación del Di­ vino culto, es una profanación detestable. Así, aunque nos quieran decir los que mantienen ese rito, que de él resulta encenderse mas la devocion del Santo, y que ese es el fin, que Dios mira en la execucion del prodigio, es en vano; porque Dios no quiere, ni puede querer, que la devocion de un Santo se promueva por un medio en que interviene la profanación

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de su nombre, de su Templo, y de su culto. Acaso los defensores de la opinion benigna, ahora que les dimos noticia de lo que sucedía en el sepulcro de San Juan Arzobispo de Yorch, harán mas pies sobre este hecho, que sobre todos los demás, que hasta ahora se alegaban. En efecto, parece idéntico con el del Toro de San Marcos: y casi todo lo que se opone a éste, para reputarle supersticioso, se puede revolver contra aquel. Yo, hablando con fran­ queza, no hallaría inconveniente en decir lo mismo de uno, que de otro. ¿Qué aprobación Pontificia tiene a su favor el hecho de Ingla­ terra? Qué consentimiento de la Iglesia Uni­ versal le patrocina? Pero la verdad es, que como solo sabemos el suceso muy por mayor ignorando las circunstancias, no se puede for­ mar juicio seguro. Acaso las imprecaciones, que precedían, eran en todo conforme a la pu­ reza y decoro de la Religión, Acaso se toma­ ban todas las precauciones necesarias, para que no se siguiese indecencia alguna en el Templo. Acaso importaría testificar con ese prodigio la santidad de aquel insigne Varón, no bastantemente conocida aun de aquellos Pueblos; P or consiguiente faltando en aquel caso todas las señas de supersticioso, se debe repurar milagroso: esto en caso de no ser pu­ ramente natural, sobre lo qual discurrirémos abaxo.


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Los P P . Salmanticenses siguen la sentencia del Maestro Santo Thoma, con no menos fir­ meza que él. Los fundamentos que alegan, son los mismos. Solo añaden la noticia de dos circunstancias del hecho, que también exhalan un pestifero olor de superstición. La primera es, que a veces el Toro no obedece al llama­ miento del Mayordomo de la Cofradia, en cu­ yo caso, los del Pueblo dán por sentado, que el Mayordomo es de prosapia Judaica. La se­ gunda, que acabadas las Visperas, conducen los Cofrades al Toro por las calles, y le hacen entrar en las casas del Lugar. Sucede, que el Toro resiste entrar en ésta, o aquella casa, o porque vé algún objeto, que le espanta, o por capricho, originado de alguna, entre innume­ rables causas incógnitas, que pueden influir en ello: porque ¿quién averiguará la impre­ sión, que el encuentro de varios objetos puede hacer en su imaginativa? Pronuncian luego, como si lo huviesen oído a un Oráculo, que a aquella casa, o habitadores de ella, amenaza alguna próxima calamidad. ¿Cómo puede esto dexar de ser comprehendido en aquella espe­ cie de superstición, que llaman Observación vana los Theólogos?

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A testigo ocular oí cosa semejante a lo que dicen los P P . Salmanticenses, del caso en que el Toro no obedece al Mayordomo de la Co­ fradía. En un lugar poco distante de Zamora, estaba el Toro en un corral, de donde fue a sacarle el Cura revestido, y con todo el apara­ to de Iglesia (ya arriba advertí, que la práctica en diferentes Lugares es algo diferente); pero aunque le llamó repetidas veces con el nombre de Marcos, el Toro no respondio sino con bu­ fidos, y ademanes de acometer. En fin, no siendo posible reducir el Toro a que fuese a gozar la fiesta, se levantó en el Pueblo el ru­ mor, de que su resistencia provenia de que el Cura estaba en pecado mortal. Diráseme acaso, que estas necias, y supers­ ticiosas máximas del Vulgo son accidentales, y extrínsecas al hecho principal, y assi puede éste ser milagroso, aunque el Vulgo peque, o delire en aquellas vanas observaciones. ¿Pero qué hombre prudente se acomodará a creer, que Dios todos los años, y en varios lugares, repite un milagro, de que el Vulgo tan torpe­ mente abusa?

VI El P. Thomás Hurtado se esfuerza a justifi­ car aquella práctica. Su fundamento único es,


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que la costumbre immemorial de ella motiva una presunción legitima de que no es supers­ ticiosa. Porque cómo es creíble, dice, que una práctica supersticiosa se conserváse tanto tiempo en Pueblos Cathólicos, viéndolo los Prelados Eclesiásticos, tolerándolo los Seño­ res Inquisidores? Hacese cargo del Breve de Clemente VIII, y procura quebrantar su fuer­ za, diciendo, que no fue expedido e x certa scientia, et motu proprio, sino en virtud de súplica, e informe del Obispo Civitatense, en cuya Diócesi acaso se practicaban los abusos, que expresa el Breve; y en fin, que solo obli­ gará éste en los Obispados donde está reci­ bido. Pero todo esto es floxisimo. Las presuncio­ nes fundadas en la tolerancia no han lugar, quando las razones, que prueban ser la obra ilícita, son tan eficaces, como las propuestas. Los Superiores, y Jueces tienen a veces moti­ vos muy poderosos para tolerar, y de hecho toleran prácticas, y usos de su naturaleza damnables, como verémos abaxo, refiriendo el sentir del P . Casnedi. La fuerza del Breve Pontificio por ninguna via se puede eludir, por hauer sido expedido por informe, y con­ sulta del Obispo Civitatense; pues de ese mo­ do no tendrían fuerza quantos Rescriptos de Papas hay en el cuerpo del Derecho Canónico, los quales no son otra cosa, que respuestas a

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consultas de varios Prelados, suponiendo el hecho en nada discrepante del informe de es­ tos. No porque solo en la Diócesi Civitatense huviese los abusos, que expresa el Breve, pues es notorio, que los mismos hay en todos los Lugares donde está introducida la Fiesta del Toro de San Marcos. No, en fin, porque el Breve no esté admitido; porque la no admi­ sión solo despoja de su valor a los Decretos de mera Disciplina; mas en ningún modo a los Breves Doctrinales, y Dogmáticos, que decla­ ran si tal acción es licita, o ilícita, y asi lo entienden todos los Theólogos, y Canonistas. Es claro, que si el Papa difine, que una prác­ tica es supersticiosa, el que sea la difinicion verdadera, no depende de que el Breve se ad­ mita, o no se admita; siendo verdadera, la práctica realmente será supersticiosa; y lo se­ ría del mismo modo; aunque el Papa nunca lo difiniese. Acaso tuvo todo esto presente el P. Thomás Hurtado, al acabar de escribir sobre el punto; pues concluye diciendo, que en todo caso se ha de estár a la Decisión Pontificia; y que lo que él ha alegado a favor de aquella costum­ bre, solo lo dixo con ánimo de disputar, no porque esta sea sentencia: Cui (a) standum est sine tergiversalione: ea enim quae addux i in confirmationem, et defensionem con(a) Brev. Clem.


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suetudinis, disputandi gratia intelligantur. Asi no se lisonjeen los que mantienen aquella práctica, de que tienen este Theólogo a su favor.

VII Finalmente el P . Casnedi, tratando el im­ portante asunto de que la Iglesia, y sus P as­ tores licita, y prudentemente toleran varios abusos, introducidos en algunos Pueblos, en­ tre los abusos tolerados señala el del Toro de San Marcos, diciendo, que aunque en España se permite, en otras Regiones se tiene por su­ persticioso. Esto es lo mismo que decir, que el dictamen común le juzga tal, y el Autor, sin la menor perplexidad, se agrega a él. En efecto la tolerancia (único escudo con que se protege la costumbre del Toro de San Marcos) es una defensa tan débil, que al mas leve impulso se hace pedazos. Son inumerables los exemplares de abusos tolerados. El citado P . Casnedi refiere uno, cuya permisión debe admirar mucho mas, que la del Toro de S . Marcos. En la Ciudad de Lisboa hay mucha devocion a S . Cornelio; pero en esta devocion se ha mezclado un culto irrisorio, supersticio­ so, sacrilego, y detestable. Este es la ofrenda

305 de unos cuernecillos (supongo serán, yá de cera, yá de plata, &c. según la voluntad, y me­ dios de cada uno, pues el Autor no expresa la materia), que le presentan al Santo Martyr los que en alguna necesidad imploran su auxilio. A que se añade la circunstancia agravante de estar el Pueblo en la persuasión, de que los que no ofrecen los cuernecillos, nada logran; pero los que hacen esta ofrenda, consiguen quanto pretenden. Esto pasa, esto se tolera en Lisboa, un Pueblo tan numeroso de extrema­ da policía, a la vista de un Arzobispo, de un Tribunal de Inquisición, de gran multitud de hombres doctos; en fin, como dice el P . Cas­ nedi, a los ojos de todos: Jn oculis om nium . Habla el Autor de que lo sabía con toda certe­ za; porque aunque Milanés por nacimiento, vivió en Lisboa mucho tiempo: alli fue Califi­ cador de la Suprema, y allí imprimió su Crisis Theologica el año de 1719. ¿Qué dirémos a esto? Que la prudencia política no menos res­ plandece en lo que tolera, que ea lo que corri­ ge: y que no solo la Providencia divina, mas también la humana tiene sus permisiones mysteriosas, cuyos motivos son justos, pero ar­ canos. DICTADOS TÓPICOS

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VIH Hemos propuesto lo que dicen sobre el asunto los quatro Theólogos citados, y confir­ mado, o impugnado lo que nos pareció digno de confirmar, o impugnar en ellos. Pero des­ pues de visto, y considerado todo, hallamos, que los que hasta ahora controvirtieron esta materia, casi enteramente dexaron fuera de la qüestion una parte principalisima de ella, u omitido en el examen un punto dignísimo de examinarse. Yá arriba, num. 2, advertimos, que hasta ahora se miró esta qüestion como privativamente propia de la Theología. En esto está el defecto de los que hasta ahora la tra­ taron ; porque, como también notamos en el mismo lugar, debe tener en ella su parte la

Filosofía. Explicóme. La admirada mansedumbre del Toro de San Marcos solo se ha mirado a dos luces. Unos la contemplan milagrosa, u obra immediata del Altísimo, sin intervención de alguna causa segunda. O tros supersticiosa, u obra del demonio, mediante pacto implícito, o explícito. Uno, y otro pertenece a la Theo­ logía: falta mirar si puede ser natural, y esto ~s lo que to ca a la Filosofía.

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El Maestro Santo Thoma asomó a examinar este punto: asomó, digo, porque sobre tratar­ lo coinpendiariamente, solo le tocó por la par­ te que a mi parecer menos importa, o que menos hace al caso. Sobre eso tiene el defecto de suponer el hecho con todas las circunstan­ cias, que le adjudican los Naturales del País, que quieren que sea milagroso. Lo que este Autor inquiere es, si con la aplicación de al­ guna cosa natural, como piedra, o hierba, o licor, &c. se puede inducir aquella transitoria mansedumbre en el Toro: y resuelve, que no; no porque niegue, que haya tal virtud en algu­ nas cosas naturales, sino porque en las cir­ cunstancias del hecho se hace manifiesto, di­ ce, que no obra tal virtud natural. ¿Qué cir­ cunstancias son estas? Dos.- la una, que solo en el día, o fiesta de San Marcos se puede amansar el Toro; y si fuese por causa natural, en otro qualquiera dia haría efecto. La otra que los naturales no usan de otro medio para amansarle, que de la invocación del nombre de San Marcos. Pero ambas circunstancias justisimamente se deben revocar en duda; pues no nos cons­ tan, sino por la deposición de los que se inte­ resan en publicar, que el efecto de amansarse el Toro es milagroso. Yá se vé, que estos refe­ rirán el hecho circunstanciado de modo, que no pueda atribuirse a causa natural. ¿Qué ne-


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308 RODRÍGUEZ MOÑINO cesidad hay de creerlos sobre su palabra? Mayormente haviendo fuertes razones de dudar en contrario, como veremos mas abaxo. IX Si hay, pues, algún medio natural para amansar el Toro por aquel espacio de tiempo, que es menester para completar la fiesta, de modo, que acabada, recobre su natural fero­ cidad, ese medio se podrá practicar oculta­ mente por ministerio del Baquero, y en lo ex­ terior usar la zalagarda de que la invocación de S . Marcos, y llamamiento del Mayordomo hacen todo el negocio. Eliano dice, que los Toros se amansan atán­ doles la rodilla diestra con una faxa. Pierio Valeriano refiere, que en tiempo de Clemente VII un Griego, delante de todo el Pueblo Ro­ mano, reduxo a la mansedumbre de oveja a un ferocísimo Toro, atandole por la rodilla con una pequeña cuerda, y conduciéndole des­ pues a su arbitrio por toda la Ciudad. Grillando refiere lo mismo de otro Griego (acaso seria el mismo) también en Roma en tiempo de Adriano VI. Es verdad, que Grillando, hombre propenso a atribuir a Magia los efec­ tos, cuyas causas naturales ignoraba, dice, que la cuerda con que ató al Toro, estaba fa-

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bricada con Arte Magica. No me acomodo a creer, que huviese Mago tan tonto, que osáse darse a conocer, o sospechar tal a toda Roma; mas tampoco salgo por fiador de este secreto de naturaleza. Puede ser que su execucion pi­ da algunas circunstancias, y precauciones, que Eliano no explica, ni el Griego querria propa­ lar, por no vulgarizar el secreto. Dioscorides, tratando de la planta llamada O n a g ra , dice, que el agua en que ha estado en infusión la raíz de esta planta, bebida de bestias fieras, las mitiga, y amansa. Puede discurrirse, que en aquellos Pueblos donde se festeja a S. Marcos con el Toro, se sepa algún secreto de estos, y se use de él. Mas si creemos al famoso Doctor Laguna, el secreto de que usan, ya está averiguado; a lo menos él lo refiere como hecho constante, en que no pone alguna duda. Comentando a Dioscorides en el lugar citado, despues de confirmar con autoridad de Theophrasto la propiedad, que Dioscorides atribuye a la Onagra, y advertir, que esta planta tiene un olor fuerte vinoso, prosigue asi: T ie n e tan to v ig o r e l v in o , y ta n to p a r tic ip a d e v in o s a n a ­ tu ra , q u e a lo s m a n s o s , y m u y fle m á t ic o s a n im a le s , e n c ie n d e , y h a c e f u r io s o s ; a lo s b r a v o s , y fu r ib u n d o s , r e s fr ia , y d o m e ñ a , t e m p lá n d o lo s c o n u n d u lc e s u e ñ o . Y a s i e n a lg u n a s p a r t e s la v ís p e r a d e S a n M a rc o s


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suelen tomar un ferocísimo Toro, y em bo­ rracharle con el mas fuerte vino que hallan, no dándole a com er, ni beber otra cosa; de suerte, que por esta vía le reducen a tanta m ansedum bre, y blandura, que el dia si­ guiente los niños, y las doncellas le llevan asido con cordoncicos, y trenzas hasta la Iglesia, adonde el borracho animal, m ientras los Oficios se dicen, se está todo cabeceando, y cayendo a pedazos de sueño, y se d exa poner mil candelas en los cuernos, y en los hocicos, al qual dos dias antes de aquella fiesta, el diablo no se le parará d e­ lante, ni se atreverá persona a esperarle dos horas despues, en siendo yá cocido, y diges­ to el vino: la qual m udanza tan súbita suele atribuir el simple Pueblo a milagro. En la gravedad, y juicio del Doctor Laguna no se hace creíble, que diese esta noticia retono de cierta, sin haverla adquirido de bue­ nos originales. Estudió algún tiempo en Sala, manca, lugar oportuno para informarse, por la vecindad a los Lugares de Estremadura, donde se hace aquella fiesta. No por eso disimularé dos objeciones, que pueden proponerse contra esta noticia. La pri­ mera, que si se embriagáse el Toro en el gra­ do, que dice el Doctor Laguna, no podría ca­ minar del monte, donde está la Bacada, al Lu­ gar, y pasearse por las calles: pues necesaria­

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mente caería a cada paso, o por mejor decir, no podría moverse. La segunda, que, según se dice comunmente, el Toro recobra la fiereza al punto mismo de acabarse la Misa; y es m o­ ralmente imposible, por no decir algo mas, que ese sea siempre el punto, o momento cri­ tico, en que se termina la borrachera del Toro. Respondo, no obstante, que todo se puede componer, rebaxando por una parte algunos grados a la embriaguéz del Toro, como la pro­ pone Laguna; y por otra a la noticia común la momentánea determinación de tiempo, en que el Toro recobra la fiereza. Es posible, que el vino amanse al Toro, sin ministrársele en tan­ ta cantidad, que le haga perder el tino, y los que andan en este manejo, tendrán tanteada la dosis. Acaso también lo que se dice de la súbita alteración del bruto al acabarse la Misa, se deberá entender con la extensión de una, dos, o tres horas. Los que refieren como pro­ digiosa alguna cosa, que no lo es, siempre po­ nen las circunstancias de modo que lo parez' ca. Posible es, que sean de este numero, y añadidas a la realidad del hecho, la repentina mitigación del Toro al sacarle de la Bacada, y su repentina irritación al concluirse la Misa. Yo estoy enteramente persuadido a que todo lo que sucede con el Toro de S. Marcos, es efecto de la industria de los hombres, y no



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mas verisímil es lo verdadero (multa falsa sunt probabiliora veris), determiné informar­ me de si en el hecho correspondía a la verisi­ militud la realidad. Para este efecto escribi a un Maestro Salmantino de mi Religión, no menos conocido de todos por su doctrina, que celebrado por su exquisito juicio, y per­ fecta sinceridad, el qual mas há de veinte años habita en aquella Ciudad; pareciendome, que en tanto tiempo de vecindad a algunos de los Pueblos donde hay la celebridad del Toro, no dexaria de oír una, u otra vez hablar de ella a testigos fidedignos. Escribíle, digo, preguntan­ do, ¿qué sabía de la materia? Su respuesta (dexan[do] otras cosas, que contenía la Carta, y no son del intento) fue literalmente como se sigue: Quatito al toro de S. Marcos, en dos ocasiones oí hablar a dos testigos oculares. Uno de ellos, que era Prior de Zarzosillo (este es un Priorato de la Casa de San Benito de Valladolid, vecino a Ciudad Rodrigo) dixo havia visto un Toro, que era un B uey m a n ­ so, y que lo llevaban con tanto cuidado, y prevención, que era imposible hiciese m al a nadie. El otro, que era un Colegial Mayor m uy intimo mió, y que havia ido a vér el prodigio, preguntándole lo que le havia pa­ recido, m e dixo lo juzgaba patarata, y que creía lo criaban manso desde becerrillo, con que m e confirm é en m i dictamen, etc.

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Siendo este el medio de que se usa, se en­ tiende bien como pudieron acaecer en aquella fiesta las irregularidades, que algunas veces se han notado de no obedecer el Toro al llama­ miento, o enfurecerse inopinadamente, yá en el Templo, yá en la Procesion. De lo primero arriba referimos un exemplar. De lo segundo, tenemos noticia de dos. Uno, arribado pocos años há en la Villa de Almendralejo, sita entre Mérida, y Xeréz, donde yendo yá en la Proce­ sion, se alteró súbitamente el Toro, acometió a las andas en que iba la Imagen de S. Mar­ cos, las echó a tierra; y rompiendo por medio de la gente, aunque sin hacer daño a nadie, se escapó. Otro refieren los Padres Salmanticen­ ses, sin señalar el Lugar: este fue mas funes­ to, porque el Toro mató, o hirió gravemente a muchos de los asistentes. Estas desigualdades penden sin duda, yá de estar mas, o menos bien disciplinado el Toro, yá de mayor, o menor destreza, y precaución de los que corren con esta maniobra. En el Lugar de Almendralejo sucedió aquel desmán la primera vez, que por imitar a otros Luga­ res, se animaron a hacer la fiesta del Toro. Es de creer, que como novicios, no estaban bien instruidos, en el manejo, ni el Toro, o Buey lo estaría. Aun estando el Toro bien doctrinado, pue­ de tal vez suceder una desgracia, por la fuerte


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impresión que puede hacer en su imaginativa algún objeto, o inusitado, o desapacible, que le irrite. Tal color, tal movimiento, tal figura, presentados a los ojos del Toro, súbitamente le pueden conturbar de modo, que rompa con quanto tiene delante. Con el Toro, de quien se dixo arriba, que acudia como una oveja a to ­ mar la sal en la falda del coleto del Baquero, usaba éste la precaución de quitarse antes la capa, porque si teniéndola puesta qualquiera ondada de ayre la moviese poco, o mucho, se alteraba el Toro extraordinariamente. A unos conmueve un objeto, a otros, según el vario mecanismo de su celebro; y apenas havrá To­ ro, por muy disciplinado que haya sido, que a todas las especies de objetos insolitos se esté inmobil. El que la práctica del rito, en quanto a esta, o aquella circunstancia, en distintos Lugares sea algo diferente, proviene sin duda del dis­ tinto habito en que imponen al Toro. En una parte llamándole le sacan de enmedio de la bacada, porque a esto le han habituado. En otra le trahen antes con el modo ordinario a un corral del lugar, y de alli le llaman, porque le han habituado a estotro. Que acabados los Oficios parta el Toro pa­ ra el monte, puede provenir de una de dos cosas: u de alguna seña, que le hagan, y que él aprenda como aviso de que ván a herirle, lo

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qual es naturalisimo, si antes le dispusieron para esto, hiriéndole siempre que le hacian aquella seña; o que efectivamente le hieran con algún rejoncillo, sin que los circunstantes lo entiendan. Mas se debe advertir, que aunque sentamos, que la mansedumbre del Toro de San Marcos es obra puramente natural, y en que no se mezcla el demonio; no por eso eximimos aquel rito, y fiesta de supersticiosa. En esto convenimos con los Theologos citados. El pe­ cado de superstición, tomado genéricamente, en dos diferentes especies. La una consiste en dár culto religioso a quien no se debe; la otra en darle a quien se debe, pero con el modo que no se debe. La primera se comete, dando culto a qualquiera criatura, como si fuese Dei­ dad; la segunda, dando a Dios, o a sus San­ tos un culto vicioso, prohibido, desordenado, o indecente. A esta segunda especie de supers­ tición se reduce la fiesta del Toro de San Mar­ cos, como queda probado arriba, y consta del Rescripto Clementino. Para esto no quita, ni pone, que la mansedumbre del Toro sea puro efecto natural. La torpeza, indecencia, y diso­ nancia del culto subsiste siempre, y asi se debe reputar éste supersticioso. Inclinóme asimismo a que la mansedumbre de los Toros conducidos al sepulcro de San Juan, Arzobispo de Yorch, también era natu-


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ral. El Chronista Yepes dice, que los llevaban atados con maromas. Es verisimil que los ci­ ñesen, y apretasen de modo, que la tortura les hiciese perder la fiereza. Y si los ceñían por muslos, y piernas, es posible, que llegasen tan 1 istimados al Templo, que aun quitadas las ligaduras, se moviesen con mucho trabajo, y la ineptitud para el movimiento se interpretáse extinción de la ferocidad.

PO ST S C R 1PTUM

No muchos, afortunadam ente, pero sí algunos años, van transcurridos desde que en tregué los d i c t a d o s t ó p i c o s d e E x t r e m a d u r a en manos del im presor. E n el transcm so de 1930 a 1933, el original ha sufrido m uchas modificaciones: han desaparecido algunas páginas, se han aumentado bastantes, han variado otras de contenido. Todo ello, naturaím ente, en perjuicio de esa depuración tipográfica que yo querría para m i libro. Pido perdón a los lectores por esta deform i­ dad estética en lo impreso, de la cual no he tenido culpa. Hoy, en 1933, yo no hubiera entregado el presente texto a las prensas: necesitaría refundirlo íntegram ente. Con harta razón decía el Maestro M enéndez P e layo que el que com ienza un libro es discí­ pulo del que lo termina. E n 1933 m e reco­


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nozco, no maestro, pero sí herm ano m ayor intelectualmente, de aquel m uchacho de quince años que en 1926 em pezó a reu n ir los materiales aquí utilizados..... —A n t o n i o R. R

o d r íg u e z

M

o ñ in o

.


SUMARIO

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1 C/l O)

Anteportada...................................................... Portada............................................................... Introducción (f. p.)......................................... Extracto de una carta de Antonio Tilo­ mas Pirez sobre el folklore...................... I . —Noticia de los dictados tópicos.— Distintas denominaciones.—Criterio de Menéndez P id al.— Primeros trabajos sobre los dictados tópicos. — Fermín Caballero.— Otras colecciones.— Fun­ dación de la F o lk lo r e S o c ie t y . —Esta­ blecimiento del folklore en España.— Las revistas F o lk lo r e A n d a lu z y F o lk lo ­ r e F r e x n e n s e .-L a B ib lio t e c a d e la s T ra ­ d ic io n e s P o p u la r e s E s p a ñ o la s ." Traba­ jos en Portugal: Leite de Vasconcellos. Su polémica con Matías R. Martínez. —Artículos de Giuseppe P ittré.—Los C a n to s p o p u la r e s , de Rodríguez Marín.

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324 RODRÍGUEZ MOÑINO — Mapas topográfico-tradicionales. — Labor de D. Rafael García P la ta .—La­ 9 bor de D. Gabriel María Vergara.......... II.—Necesidad de una clasificación.—En­ sayos de D. Fermín Caballero.—Clasifi­ cación de Leite de Vasconcellos.—Su impugnación. —Don Francisco Rodrí­ guez Marín.—Ensayo del sistema deci­ mal.—Demostración de la casi imposi­ bilidad de una perfecta catalogación de los documentos.—Nuestra división.— Grupos............................................................ 17 III.—Apodos a las ciudades —Apodos a los habitantes.—Refranes, proverbios, etcétera.—Cantares y coplas.—Número de versos.—Notas sobre la rima: conso­ nancia, asonancia y disonancia. —Rela­ ciones com arcanas. — La Toná d e la R am bla.-Pueblos que comprende.—Su comparación con los recogidos por Joa­ quín Costa en el Alto Aragón.................. 2 V. —Dificultad de precisar el origen de los dictados.—Carácter del pueblo es­ pañol. — Origen histórico-nacional. — Idem histórico-local. —Origen real no histórico.—Derivaciones de la poesía erudita. —Casos típicos de Juan del En­ cina y Gerardo Lobo.—Papel del siglo xvii—Nombres de pueblos extremeños que lo integran. — Valoración de los

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dictados que tienen este origen.—Can­ tares pedagógicos.—Ejem plo.— Canta­ res producto de la pasión.—Omisiones voluntarias en esta colección.................. 31 Bibliografía........................................................ 41 D ocum entos..................................................... 81 Indice Geográfico de la provincia de B a­ dajoz................................................................. 239 Indice Geográfico de la provincia de Cá­ ceres ................................................................ 247 Apéndices:.......................... .............................. 255 1 ............................................................................. 256 I I 281 II I 285 P o st Scrip tu m ................................................. 319 Sum ario.............................................................. 323 índice onomástico........................................... 327 índice geográfico............................................. 339 Colofón.


INDICE ONOMÁSTICO Estos índices han sido formados por la señorita María Brey Mariño, del Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos; por ello le manifestamos aquí nuestra cordial gratitud.

Adriano VI, Papa.—Pág. 308. Aguilar Peftalosa, Pedro de. —Págs. 219, 220, 221. Alberola, E .—Pág. 51. Aldonza de Villalba.—Pág. 227. Alvarez Durán de Machado, Cipriana.—Pági­ na 276. Alvarez Espino, Romualdo. - Pág. 275. Alvera, Andrea.—Pág. 41. Amabile Guastella, Serafmo.—Pág. 41. Andre, Marius.—Pág. 41. Andreoli, Raffaele.—Pág. 41. Antonino, P ío .—Pág. 192. Artaud, Damase.—Pág. 43. Arce Reinoso, Diego de, Obispo de Plasen­ cia.—Pág. 128.


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Arguijo, Juan de.—Págs. 43,130. Arias Bolaños, Joaquín.—Pág. 195. Arias Montano, Benito.—Pág. 10. Arias de Quintanadueñas, Jacinto.—Págs. 125, 209, 210. Astrana Marín, Luis.—Pág. 67. Atger, Aimé.—Pág. 43. Arthaber, A .—Pág. 43. Avila, Obispo de. —Pág. 291. B aal.—Pág. 220. Badajoz, Juan Marín de Rodezno, Obispo de. V. Marín de Rodezno, Juan. Barbosa, B . —Pág. 43. Barrantes Moreno, V icente.—Págs. 43, 44, 83, 89, 114, 119, 173, 205, 206, 275. Baseti, Atanasio. —Pág. 44. Bastús, Joaquín.—Pág. 44. Bayo, C iro.—Pág. 44. Beauquier, Charles.—Pág. 44. Belen, Fr. Jerónimo d e.—V. Jerónimo de Belen, Fr. Belluci, Giuseppe.—Pág. 44. Bernoni. —Pág. 44. Bertrán Bos, Pablo.—Pág. 45. Bianchi, L.—Pág. 45. Bohl de Faber Larrea, Cecilia.—Págs. 11, 45. Bolognini, N.—Pág. 45. Bolza, Dr. G. B .—Pág. 45. Boullier, Auguste. —Pág. 45. Braga, Theophilo.—Pág. 45. Braty, A. M .—Pág. 46. Bravo, Hernán.—Págs. 115, 116, 117. Bruyelle, A .—Pág. 49. Bujeaud, Jerome.—Pág. 46. Bulbera Tosell, A.—Pág. 46. Caballero, Fermín.—Págs. 10, 18, 46.

DICTADOS TÓPICOS

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Caballero, Fernán (p seu d .J.—V. Bohl de Fa­ ber Larrea, Cecilia. Cagnon, Ernest.—Págs. 46, 157, 165. Calderón, Rodrigo, Marqués de Siete Iglesias. Página 142. Campos, Agostinho. —Pág. 46. Canale, Archile. —Pag. 46. Cantillo, El Sastre del. —Pág. 51. Capmany, Aurelio.—Pág. 47. Carlos V .—Pág. 141. Caro, Rodrigo.—Pág. 275. Carrasco Fernández, Antonio. —Pág. 128. Casellí, I.—Pág. 47. Casetti, Antonio.—Pág. 47. Casnedi, Carlos.—Págs. 289, 302, 304, 305. Castillo Solórzano, Alonso del.—Págs. 47, 107. Castillo Solórzano —V. Castillo Solórzano. Castón, Fernando.—Págs. 219, 226. Castro, Federico. —Págs. 47, 59. Cejador. —Pág. 12. Cepeda, Joaquín Romero de.—V. Romero de Cepeda, Joaquín. Cervantes Saavedra, Miguel de.—Págs. 47, 101 . Ciruela, El Maestro. —Pág. 100. Ciudad-Rodrigo, Obispo de.—Pág. 216. Clemente VII, Papa. —Pág. 308. Clemente VIII, Papa.—Págs. 216, 292, 302. Consiglieri Pedroso, Z.—Pág. 12, 276. Coria, Dr. Francisco de.—Pág. 205. Correas, Gonzalo.—Págs. 22, 47, 48, 69, 94, 96, 97, 106. Corro, Alonso del.—Pág. 127. Cortés [López, Miguel?].—Pág. 120. Cortés, Narciso Alonso.—Pág. 48.


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Costa, Jo a q u ín .-P á g s. 14, 29, 48, 137, 275. Covarrubias Orozco, Sebastián de.—Páginas 48, 101. Cresconi, Luigi.—Pág. 48. Champfleuri, N.—Págs. 48, 92. D'Ancona, Alessandro.—Pág. 48. D’Ancona, Domenico.—Pág. 48. Darmesteter, Jam es.—Pág. 48, 164. Decombe, Lucien.—Pág. 48. Delicado, Francisco.—Págs. 49, 93, 110, 112, 122.

Díaz y Pérez, N icolás.—Pág. 275. Díaz Tanco, V asco.—Pág. 275. Dineau, León.—Pág. 49. Dioclecíano, Emperador.—Pág. 191. Dios, Servando A. de.—Pág. 275. Dioscórides. —Págs. 209, 309. D’Oliveira, Alberto.—Pág, 46. Dozon.—Pág. 56. Ducamin, Jean.—Pág. 70. Dumersan et Segur, Noel.—Pág. 49. Dumontier, G .—Págs. 49, 138, 189. Durieux, A .—Pág. 49. Eliano.—Págs. 308, 309, 312. Encina, Juan del.—Pág 33, 49. Enderiz, Ezequiel.—Pág. 50 Erasso, Francisco de, Conde de Humanes.— Pág. 107. Ernest, Dr. A.—Pág. 50. Esnola, J .—Pág. 50. Esquíen, L.—Pág. 50. Estrella, Virgen de la.—Pág. 127. Fanning, Eaton.—Pág. 54. Fauriel, C .—Pág. 50, 135, 184. Feijóo Montenegro, Fr. Benito Jerónim o.—P á ­ gina 226.

DICTADOS TÓPICOS

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Felipe II.—Pág. 96. Fernandes Thomas, P .—Pág. 50. Fernández Marqués, Eduardo.—Pág. 12. Fernández Núñez, M .—Pág. 51. Fernández Núñez, M. F.—Pág. 51. Ferraro, Giuseppe.—Pág. 51. Ferrer i Ginart, A.—Pág. 51. Flores, Heliodoro.—Pág. 26. Foulché-Delbosc, R .—Pág. 51. Francia, Felipe.—Pág. 95. Fullana Mira, Luis.—Pág. 51. Furt, J. M.—Pág. 51. Gaidoz, H .—Pág. 52, 77. Gallardo y Blanco, Bartolomé José.—Pág. 52. García Blanco, Antonio María.—Pág. 275. García Calderón, V entura,—Pág. 52. García Plata de Osma, Rafael.—Página 15, 52, 53. García Vera, Miguel.—Pág, 276. Garcín de Tassy, M.—Pág. 53. Garevar (p seu d .).—V. Vergara Martín, Ga­ briel María. Gedeón. —Pág. 219. Gianandrea, Antonio.—Pág 53. Gil García. Bonifacio.—Págs. 28, 53,140, 179. Giner Aribau, L.—Pág. 53, 231, 276. Gobat, N. —Pág. 290. Godomiass (pseud.). —Pág. 276. Gómez Villafranca, Román.—Pág. 136. González Obregón, Luis.—Pág. 73. González Mahugo, M.—Pág. 173. Granada, Fr. Luis de.—Pág. 62, 96. Gregor, W .—Pág. 53. Guadagnoli, Dr. A.—Pág. 54. Guastella, Amabile.—Pág, 54. Guerandais de 1809, Un (p seu d .).—Pág. 54.


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Guerrini, O .—Pág. 54. Guichot y Sierra, A.—Págs. 11, 54. Guillando, Paulo.—Págs. 215, 308. Guillón, Charles.—Pág. 54. Hatton, J. L.—Pág. 54. Hergueta, Domingo.—Pág. 55. Herrero García, M.—Págs. 55, 96. Hersat de la Ville-Marqué, Th.—Pág. 55. Hita, Arcipreste de.—V. Ruiz, Juan, Arcipres­ te de Hita. Hübner, Em ilio.—Pág. 125. Humanes, Conde de.—V. Erasso, Francisco de, Conde de Humanes. Hurtado, Publio.—Págs. 55, 201. Hurtado, Tom ás.—Págs. 289, 301, 303. lepes, Fr. Antonio de.—V. Yepes Imbriani, V ictorio.—Págs. 47, 55. Iohel, (pseud.).—Pág. 56. Iouve, Louis.—Pág. 56. Isabel, Reina doña.—Pág. 31. Isla, José Francisco de.—Pág. 290. Iuvencio.—Pág. 95. Jerónimo de Belen, F r.—Pág. 205. Juan de San Antonio, Fr.—Pág. 205. Juan de Santo Tom ás.—Págs. 289, 300. Juan de la Trinidad, F r.—Págs. 205, 206, 210. Kappey, Clara.—Pág. 56. Kappey, J. A.—Pág. 56. Kasandric, P .—Pág. 56. Karadjitch, Vonk Stefanovicht.—Pág. 56 Kopisch, August.—Pág. 56. Korreas, Gonzalo.—V. Correas, Gonzalo. Lafuente Alcántara, Em ilio.—Págs. 11, 57, 267. Laguna Velázquez, Andrés de.— Págs. 209, 216, 309. 310, 312. Lasso de la Vega, Leoncio.—Pág. 276.

DICTADOS TÓPICOS

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Laval, Ramón A.—Pág. 57. Léfevre, Pierre.—Pág. 57. Leger, Louis. —Pág. 57. Leicht, Míchele. —Pág. 57. Leite de Vasconcelos, Jo sé.—Págs. 12, 13, 14, 18, 20, 21, 50, 58, 85, 256, 257, 262, 263, 264, 272, 276, 277, 279. Lenz, R .—Pág. 58. Lizio Bruno, L. —Pág. 58. Lobo, Eugenio Gerardo.—Pág. 34. Lobo, Rafael María.—Pág. 35. Lobo Fructuoso, Manuel.—Pág. 34. López de Gomara.—Págs. 88, 110. López de Mendoza, Iñigo.—Págs. 58, 59, 70, 71, 101,108. López Prudencio, José.—Pág. 227. López de Ubeda, Francisco.—Pág. 59. Luce, A.—Pág. 59. Lucilio.—V. Vannini, Julio César. Luna, Juan de. -P á g . 59. Llano Roza de Ampudia y Valle, A.—Pág. 59. Llovera, I.—Pág. 59. Machado, J. E .—Pág. 59. Machado Alvarez, Antonio.—Págs. 11, 13, 15, 26, 47, 59, 272, 276. Magalhaes, Celso de.—Pág. 59. Manoel de San Cayetano.—Pág. 205. Manterola, José.—Pág. 60. Marcoaldi, Orestes. —Pág 60. Marín de Rodezno, Juan, Obispo de Badajoz. Págs. 221, 222. Martín Santibañez, Romualdo.—V. Santibañez, Romualdo Martín, Martines, B. D.—Pag. 60. Martínez Martínez, Matías Ram ón.—Págs. 14, 15, 19, 60, 107, 263, 277.


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Médico, Angelo dal. —Pág. 60. Mendes de Vasconcellos, General.— Página 185. Menéndez Pelayo, M arcelino.—Pág. 60, 89. Menéndez Pidal, Ramón.—Págs. 9, 10, 78. Mérton, Ambrosio. Pág. 10. Mestres, Apeles.—Pág. 77. Micróíilo (pseud.).—Pág. 277. Mihura Alvarez, M.—Pág 60. Millas Vallicrosa, José María.—Pág. 61. Molloy, J. L.—Pág. 54. Montel Lambert, Achile et Lonis.—Pág. 61. Montijo, Bernardo el de.—Pág. 118. Montoto y Raustenstrauch, Lu is.—Pág. 61. Moraleda y Esteban, Juan.—Pág. 61. Morales Oliver, Luis.—Pág. 10. Morán Bardón, C. —Pág. 61. Mueller, G .—Pág. 61. Mujer de los cuentos, La (pseud.). —Pág. 276. Muñoz, Luis.—Pág. 62, 96. Nadie (p seu d .).—Pág. 277. Nigra, Constantino.—Pág. 62. Niño, Antonio d e —Pág. 62. Niremberg, P. Eusebio. —Pág. 209. Nítsche, Dr. Lehman.—Págs. 50, 62. Novaliches.—Pág. 32. Núñez de Guzmán, H ernán.—Pág. 62. Obispo Civitatense. —Págs. 292, 302. Oliveira, Athaide de.—Pág. 62. Oliver Castañer, Jaime. —Pág. 62. Ortega, La chata. —Págs. 32, 150. Ortiz, Fernando.—Pág. 76. Pa<;o, Tenente Alfonso d o .—Pág. 62. Paixao Bastos, N. —Págs. 62, 63. Palma, Ramón de la .—Pág. 63. Pantagruel. —Pág. 219.

DICTADOS TÓPICOS

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Paredes y Guillén, Vicente.—Págs. 63, 119, 120, 122.

Parrado Peñalosa, Pedro.—V. Aguilar Peñalosa, Pedro de. Pasqualigo, Christoforo.—Pág. 63. Paz y Melia, Antonio.—Pág. 63. Peña, Antonio María.—Pág. 63. Percival Graves, Alfred,—Pág. 63. Pérez, Pero (pseud.) —V. Castón, Fernando. Pérez Ballesteros, J . —Págs. 63, 126, 156, 174, 186, 197, 199, 227. Pérez de Montalbán, Juan. —Págs. 63, 129. Peris Fuentes, M .—Pág. 51. Pierio Valeriano. —Pág. 308. Pires, Antonio Thomas. —Págs. 12, 13, 26, 64, 65, 184, 278. Pires de Lima, Augusto C .—Pág. 66. Pires de Lima, Fernando C. —Pág. 66. Pirez, Antonio Thom as.—V. Pires, Antonio Thomas. Pitré, Giuseppe. —Págs. 14, 66, 170, 272, 277, 278. Plasencia, Diego de Arce y Reinoso, Obispo de.—V. Arce Reinoso, Diego de, Obispo de Plasencia Ponce Aguilera, Salom ón.—Pág. 27. Poncert, C .—Pág. 66. P o rra s.—Págs. 91, 92. Portugal, Reina de. —V. [Saboya, María Fran­ cisca Isabel de] Reina de Portugal. Prato, S .—Pág. 278. Prior de Zarzosillo. —Pág. 314. Pueblo, Juan del.—Pág. 68. Puygmaire, M. le Com te.—Pág. 66. Puyol Alonso, Julio.—Pág. 67. Quepat, Nerce.—Pág. 67.


DICTADOS TÓPICOS 336

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Quevedo Villegas, Francisco d e.—Pág. 67. Quiñones, Juan de. —Págs. 210, 215. Ragusa Moleti, G .—Pág. 277. Raquel, ludia del Casar de Palomeros.—P á ­ gina, 115. Rathery, E. I. B .—Pág. 67. Rendaña.—V. Sicala y Rendaña, Don Yuce Salomón. Reyes C atólicos.—Págs. 115, 116, 117. Reyes Huertas, Antonio.—Pág. 230. Rico, Rafael.—Pág. 277. Ricordi, Giulio.—Pág. 67. Righi, Ettore Scipione.—Pág. 68. Rivares, Frederic. —Pág 68. Rodao, J. —Pág. 68. Rodríguez de Carvalho, N.—Pág. 68. Rodríguez Díaz, C .—Pág. 68. Rodríguez Marín, Francisco. —Págs. 11, 12, 15, 19, 22. 26, 68, 69, 101, 102, 110, 131, 133, 137, 142, 149, 188, 277, 278. Rolland, E .—Pág. 77. Romerales, El ciego. —Pág. 32, 150. Romero, S ilv y o .-P á g . 69. Romero de Cepeda, Joaquín.—Págs. 47,69,181. Romero Espinosa, Luis.—Págs. 11,19, 28, 263, 264, 267, 272, 27Ó, 278. Romero Leal, Bartolom é.—Pág. 278. Rosa, Javier de la. —Págs. 25, 26. Roso de Luna, Mario. —Pág. 233. Ruiz, Juan, Arcipreste de Hita.—Págs. 69, 70. Rumori, E .—Pág. 70. [Saboya, María Francisca Isabel de] Reina de Portugal.—Pág. 185. Saco Arce, S. A.—Pág. 70. Salas, Francisco Gregorio de.—Págs. 70, 86. Salas Lavaqui, D. M .—Pág. 75.

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Salomone Merino, Salvatore. —Pág. 70. San Antonio, Fr. Juan de. —V. Juan de San Antonio, Fr. San Cayetano, Manoei de. —V. Manoel de San Cayetano. San Cornelio. —Pág. 304. Sánchez de las Brozas, Francisco. —Págs. 213, 214. Sánchez de Badajoz, Diego.—Págs. 70, 203. San Gregorio Turonense.—Pág. 288. San Juan, Monje del Monasterio de Hilda, Obispo de Yorcn.—Págs. 213, 299. San Marcos, Toro de.—205, 206, 207, 208, 209, 210, 211, 212, 214, 215, 216, 218, 223, 224, 225, 226.=Véanse págs. 285 y sigs. (Ap. III.) Santiago de Compostela, Obispo de. — Pági­ na 291. Santibáñez, Romualdo Martín. —Pág. 114. Santillana, Marqués de.—V. López de Men­ doza, Iñigo. Sbarbi, José M.a—Pag. 71. Sebastián, Rey de Portugal. -Págs. 47, 181. Sebillot, Paul. —Pág. 52. Segarra, Tomás. —Pág. 71. Sequeira Ferraz, A. —Pág. 279. Sevilla, A lberto.—Pág. 71. Sicala Rendaña, Don Yu<;e Salom ón.—Pági­ na 116. Siete Iglesias, Marqués de. —V. Calderón, Ro­ drigo, Marqués de Siete Iglesias. Silva, F. Xavier da.—Pág. 71. Silva Vieira, J. d a .—Págs. 71, 72. Siruela, El Maestro. —V. Ciruela, El Maestro. Socorro, Virgen del.—Pág. 120. Soeiro de Brito, Joaquín María.—Pág. 279. Soleville, Enmanuel. —Pág. 72. 22


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Sonnerk, G. —Pág. 72. Staffa, Felipe.—Pág. 27. Suárez de Figueroa, Diego. —Págs 72, 185. Tagüada, Negro.—Pág. 26. Tamayo de Salazar, Juan —Pág. 128. Tames, M .—Pág. 72. Tassin de Gracy.—Págs. 92, 93. Tello, Diego de.—Pág. 130. Teofrasto.—Pág. 309. Tiersot, Jules.—Pág. 72. Tigri, Giuseppe. —Págs. 72, 73. Tomaseo. N. —Pág. 73. Torner, E. M.—Pág. 72. Toro de San Marcos. (V. San Marcos, Toro de). Torre, Fr. Rafael de la.—Págs. 215, 216. Torreblanca, D r.—Pág. 209. Torre, Salvador. - Págs. 11, 101, 276, 277. Torrejoncillo, Fr. Francisco de.—Pág. 114. Trinidad, Fr. Juan de la (V. Juan de la Trini­ dad). Trombatore, Arturo.—Pág. 73. Valdemoura, P. —Pág. 209. Valle Inclán, Ramón del.—Pág. 99. Valle de Moura.—Pág. 216. Vannini, Julio César.—Pág. 296. Vargas-Zúñiga y Vargas-Zúñiga, Juan de Dios. V. Villanueva, Conde de. Vasco, E .—Pág. 73. Vázquez Santa Ana, H .—Pág. 73. Vega, Lope de—Pág. 86. Vega López, C .—Pág. 73. Velázquez, Diego.—Pág. 100. Verdú, José.—Pág. 73. Vergara Martín, Gabriel María. — Pág. 16, 18, 34, 74, 75, 96.

DICTADOS TÓPICOS

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Vicuña Cifuentes, J .—Pág. 75. Vidal, Pedro.—Pág. 75. Vigo, Lionardo. —Pág. 70, 75, 76. Vilanova Piera.—Pág 193. Villabrille, F. —Pág. 76. Villanueva, Conde de. —Pág. 195. Visconti, P. E. —Pág. 76. Vinson, Julio. —Pág. 76. Webster, N. —Pág. 272. West, Mateo.—Pág. 212. Widter, Georg.—Pág. 76. Wolf, A d olf.-P ág. 76. Yepes, Fr. Antonio de.—Págs. 55, 210, 212, 289, 318. Yermo, Joseph.—Pág. 291. York, Obispo de.—Pág. 289. Zabala Urdaniz, Manuel.—Pág. 36. Zanazzo, G .- Pág. 76. Zapata de Chaves, Luis.—Pág. 211, 219. Zurbarán, Francisco de.—Págs. 127, 128.


ÍNDICE GEOGRÁFICO

Aajafarín. —Pág. 274. Abadía.—Pág. 194. A brojo.—Pág. 284. Acedera.—Págs. 35, 103, 185, 282. Aceuchal—Págs. 99, 196. Aqoriano, Archipiélago. —V. Azores, Islas. Africa.—Pág. 72. Afrique.—V. Africa. Aguadulce, E l.—Pág. 155. Ahillones. —Págs. 126, 231. Ain, 1‘—Pág. 54. Albalá.—Págs. 53, 134, 145, 160, 161, 163. Alberca, L a.—Pág. 148. Albuera, La.—Págs. 122, 143, 176. Alanje.—Págs. 28, 132, 133, 151, 237. Alburquerque. —Págs. 155, 190, 201. Alcalá.—Pág. 24. Alcalá de Gurrea. —Pág. 274. Alcalá de Henares. —Pág. 274. Alcalá del Obispo.—Pág. 274. Alcántara.—Págs. 125, 155, 157, 209, 210, 211, 213, 214. Alcarria.—Pág. 312.


342

RODRÍGUEZ MOÑINO

Alcolea.—Pág. 32. Alconchel.—Pág. 110. Alconera.—Pág. 85. Alcora.—Pág. 156. Alcoraxá.—Pág. 180. Alcorco. —Pág. 197. Alcuéscar. —Págs. 15, 126, 132,138, 143,144, 145, 150, 153, 157, 160, 161, 169, 171, 178, 188, 197, 199, 200. Aldea, La.—Pág, 202. Aldea de Pallares.—Pág. 180. Aldeanueva. —Pág. 109. Aleas. —Pág. 104. Alemtexo.—V. Alentejo. Alentejo.—Pags. 64, 184. Algarbe.—Págs. 62, 119. [Algarrovillas, Las].—Pág. 113. Algodor.—Pág. 100. Alias. —Pág. 156. Alique.—Pág. 197. Aljézares.—Pág. 148. Aljucén.—Págs. 107, 137, 141, 181. Aljucer.—Pág. 148. Almadén.—Pág. 192. A lm araz.- Págs. 111, 112. Almendral.—Págs. 92, 174. Almendralejo.—Págs. 28, 36, 81,138, 185, 200, 231, 236, 238, 315. Almendro.—Pág. 181. Almendro, Calle del (Alanje).—Pág. 133. Almoharín.—Págs. 131, 132, 136. Almudáfar.—Pág. 269. Almudebar.—Pág. 271. Alosno. —Págs. 205, 208, 209, 210, 218. Alpes, Los.—Pág. 72. Altamira.—Pág. 282.

DICTADOS TÓPICOS

343

Alva Dios.—Pág. 281. Amaya. —Pág. 155. América.—Págs. 73, 121. Amsterdam. —Pág. 297. Anchuela. —Pág. 155. Anciles.—Pág. 270. Ancona, Condado de. —Pág. 45. Andalucía.—Págs. 68, 102, 116, 133, 264, 266, 272. Andorra, Valle de.—Pág. 123. Andoza, Charco de. —Pág. 227. Andrada. —Pág. 102. Angleterre.—V. Inglaterra. Aniés. —Pág. 274. Ansó.—Pág. 29. Anzó. —V. 4nsó. Aparecida, La.—Pág. 148. Aragón.—Págs. 14, 29, 132, 158, 163, 268, 272, 273, 275. Aranda. —Págs. 93, 94. Arazuenque. —Pág. 230. Arcos, Los.—Pág. 162. Ardila, Río. —Pág. 111. Argentona. —Pág. 164. Armuña.—Pág. 230. Arquillo.—Pág. 140. Arroyomolinos.—Págs. 134, 135, 157. Arroyomolinos de Montánchez.—Págs. 169, 174. Arroyo del Puerco.—Págs. 142, 192. Asturias.—Págs. 72, 158. Augoumois.—Pág. 46. Aunis.—Pág. 46. Auñon.—Pág. 311. Austria.—Pág. 56. Avignon.—Pág. 157.


344

RODRIGUEZ MOÑINO

Avila.—Págs. 33, 119. Azores, Islas.—Pág. 45. Azpeitia.—Pág. 232. Azuaga. —Pág. 91, 103, 105, 234. B a d a jo z .-P á íis. 12, 21, 22, 28, 36, 47, 72, 96, 98, 101, 103, 113, J18, 123, 135,145,146,148, 149, 157, 161, 173, 176, 177, 178, 179, 181, 182, 184, 185, 190, 191, 198, 200, 219, 221, 229, 238. Balaspinta.—Pág. 162. Baldefuentes.—V. Valdefuentes. Balea.—Pág. 180. Ballovar.—Págs. 269, 274. Bañeza, La. —Pág. 154. Baños, L o s.—Págs. 109, 112, 148. Baños, Calle de los (Alanje).—Pág. 133. Barbaralla.—Pág. 156. Barcarrota.—Págs. 35, 103, 104, 118, 152, 173, 284. Barcelona.—Pág. 182. Barranco del Negro (Granada).—Pág. 180. Barreros, Plazuela de los (Casar de Palome­ ro).—Pág. 115. Barros, Comarca de los.—Págs. 81, 199. Basco.—V. Vasco. Bas-Querey.—Pág. 72. Baterno.—Pág. 152. Baza, —Pág. 31. Bearn.—V Bearne. Bearne. —Págs. 59, 68. Beira.—Págs. 50, 64, 119. B éjar.—Pág. 112. Belchite.—Pág. 98. Belén, Ermita de.—Pág. 154, 155. Bellestá.—Pág. 271. Benasque.—Pág. 270.

DICTADOS TÓPICOS

345'

Benavente.—Pág. 153. Benifasá.—Pág. 180. Benifallet. —Pág. 175. Benquerencia. —Págs. 204, 230. Berbegal.—Pág. 272. Berínges.—Pág. 97. Berlanga. —Págs. 103, 106. Berrocalejos.—Págs. 187, 189. Berzocana. —Págs. 24. 166, 177. Bienvenida,—Págs. 85, 204, 230. Bodonal.—Págs. 24, 28, 34, 102, 136, 184, 203, 236. Bohéme.—V. Bohemia. Bohemia.—Págs. 56, 57. Bolea.—Pág. 274. Borrego.—Pág. 283. Borriol.—Pág. 156. Botarell.—Pág. 164. B ó to a .-P á g s . 25, 134, 144, 190, 228. Brasil. —Pág. 69. Bretaña. - Págs. 54, 55. Brihuega. —Pág. 261. Brogas.—V. Brozas. Brozas.—Págs. 97, 206, 210, 211, 212. 213, 214, 215.—Véanse, pág. 285 y sigs. (Ap. III) Bujalance.—Pág. 102. Bulles —Pág 148. B u rcean —Pág. 274. Burgo, El—Pág. 174. Burgos.—Págs. 93, 94. Burguillos del Cerro.—Págs. 15, 20, 28, 60, 94, 108, 109, 110, 118, 136, 167, 178, 190, 236. Bytown.—Pág. 165. Cabañas.—Pág. 136. Cabeza del Buey.—Págs. 98, 137, 155, 182. Cabeza la Vaca.—Págs. 28, 85, 237.


346

RODRIGUEZ MOÑINO

Cabeza Rubia.—Págs. 140, 198. Cabezavellosa.—Pág. 145. Cabezuela, Valle de.—Pág. 112. Cabrera.—Pág. 164. Cabrero, El.—Pág. 204. C á ceres.-P ág s. 22, 36, 96, 97, 103, 106, 108, 110,114,138, 145, 150, 151, 155, 158, 169, 171, 178, 181, 186, 187, 202. Cádiz.—Pags. 132, 136, 137, 202. £ah ib .—Pág. 164. Cala.—Pags. 205, 208, 210. Calamonte,—Pag. 137. Caleñal, Barrio de (Alcuescar).—Pág. 200. Calera de León,—Págs. 85, 98, 164. Calzadilla (de Cáceres).—Págs. 96, 175, 186. Calzadilla de los Barros.—Págs. 28, 86, 87, 95, 96, 97, 127, 137, 158, 164, 171, 172, 180, 183, 191, 194, 237. Cambresis.—Pág. 49. Cambrils.—Pág. 164. Campanario.—Págs. 28, 91, 158, 230, 231, 232, 237. Campillo de Llerena.— Págs. 100, 101, 102, 112

152

155

Canadá.—Págs. 46, 157, 165. Cancha, La.—Pág. 178. Cantillo, E l.—Págs. 101, 102. Cañajeal.—Págs. 118. Cañamero. — Págs. 24, 37, 97, 140, 166, 177, 195. Cañaveral.—Págs. 96, 140. Caparra.—Págs. 95. Capilla.—Pág. Carabanchel.—Pág. 180. Carahue.—Pág. 57. Caravia.—Pág. 59.

DICTADOS TÓPICOS

347

Carcaboso.—Pág. n o . Carmonita,—Págs. 137, 141 154 Carnoedo.—Pág. 156 . Carras calejo.—Pág. 137 Carrascoy.—Págs. 162 Carrión.—Pág. 166 . Casar de Palomero. - P ágs. n 3 ¡ n 4 Casas d e Don A n tonio—Pags 1 3 2 Casas de M illá n .-P ag. 140 Casas de Don P e d ro .-P á g 162 Cascante.—Pátí 273 C a silla s.-P á g . 186 ^astarlenas—Pág. 270. Casteddutonu. —Pág. 156 Castejón.—Pág. 156.' Castelló.—Pág. 156. ^astilblanco. —Págs. 229, 230 Castilsabás.—Pág 271. C astilla.-P ág s. 48, 61 . Castilla, Calle de—Pág. 189 Castillazuelo.—Pág. 274 . ' C astillejo.—Pág. i 8 i # Castillo, El—Pág. 105. Castillo de Alosno.—V. Alosno

1 & «S 4 Ifs

Ca^d C astuera.- Págs.

36, 97 , 151 ' Cataluña.- P á g s . 62 , 158, 175 , 180 C ayam as.-Pág. 164. ’ Cazalla. —Pág. 140. Celtiberia.—Pág 1 2 0 Cento. —Págs. I , y 5°3. L-erdaña.—Pag. 7 5 Cerdeña, Isla d e .-P á g . 45 . Cerler.—Pág. 270. ‘

229'' 209'


348

r o d r íg u e z m o ñ in o

DICTADOS TÓPICOS

C e rro , E l . - P á g s . 1 4 0 , 198. C ifa lú . —P á g . 156. C i g a l e s . - P á ^ 284. C ig u ñ u e la .— P ag - ^ 2 . C in c a , R í o .— P á g . 29. C in tru é n ig o - P a g - 273. C iu d ad -R eal. ’1f)o ’2i 6 314 C iu d ad -R o d rig o - P a g s . 103, 216, C o c h in c h in a . — P á g .1 8 9 . C o n c a de T re m p .— P a g . 190. C on cha. C o n g o s t r i n a .- P á g s 18 0 , l í • C o ra z ó n de Je s ú s , E l.— Hag. C o rb e ra .— P á g . 180. C o r ch u ela, L a .— P a g s . 1 45, 14 . C ord ovÜ la de L á c a r a .— P á g s . 1 37, 163.

S S S - p S S ' s S^IOO, 109. 186. C orita.—V. Zorita.

C o rte de P e l e a s . - P a g s . 1 0 4 , 196. C o ru fta , L a . - P a g . 1 2 6 . C o s c u ju e la .— P á g . 269. C o ste á n . —P á g . 269. C o v a d o n g a .- P a g . 158 Crejenzan. —P a g s . 26V, • C r in .— P á g . 63.

g r„acosa-p P/|s 104, 105. 122, 123, 155. C u e n c a .- P á g . 97. C u d r ia l.—P á g . 109. C u m b re, L a . - P a g . 202.

8SSES-AÍS-PV »• »• C um bre8M a y o r .- P á g . 168.

W6’ 170,

349

Chalamera.—Pág. 269. Chapín, Fuente del (Los Santos de Maimo­ na).—Pág. 201 . Chateau Chinon.—Pág. 92. Chile.—Págs. 26, 57, 58. C hurriana—Pág. 133. Denmark.—V. Dinamarca. Dinam arca.—Pág. 56. Diwariza.—Págs. 92, 93. Don Alvaro.—Págs. 21 , 186, 231. Don B en ito.—Págs. 28, 81, 86 , 98, 100 , 149 150, 158, 173, 198, 227, 232, 237. Dosrius.—Pág. 164. Douro, R ío.—V. Duero. Dueñas.—Pág. 23. Duero, R ío.—Págs. 64, 65, 94, 119, 120 . Ecuador. Pág. 26. Elvas.—Págs. 65, 184. England.—V. Inglaterra. Eolia.—Pág. 58. Eolie.—V. Eolia. Escachaculos, Calle de. (Alange).—Pág. 133 . Escala, La.—Pág. 156. Escanilla.— Pág. 272. Esclavonia.—Pág. 284. Escandinavia.—Pág. 56. Escocia.—Pág. 53. Escorial, E l.—Pág. 89. Escurial. —Pág. 283. Esera, R ío.— Pág. 29. España.—Págs. 10 . 16, 44, 46, 74, 75, 88 , 109, 149, 151, 155, 183, 192, 213, 214, 229, 272. Esparragosa de Lares.—Págs. 198, 231. Espartina —Pág. 82. Espejo.—Pág. 283. Espinho.— Págs. 56, 64.


350

RODRÍGUEZ MOÑINO

Esposende, Concelho de.—Pág. 71. Establés.—Pág. 155. Estepilla.—Pág. 137. Estiche.—Pág. 274. Estriche.—Pág. 29. Europa.—Págs. 56, 209, 272, 296, 297. Evora.—Pág. 43 Extremadura.—Págs. 16, 28, 34, 36, 43, 52, 53, 58, 59, 63, 87, 88, 93, 94, 106, 114, 119, 120, 122, 136, 170, 177, 194, 205, 206, 213, 218, 231, 232, 233, 235, 262, 272.—Véanse páginas 285 y siguientes. (Ap. III). Fago.—Pág. 29 Falset.—Pág. 180. F eria .-P á g s. 23, 24, 25, 82, 87, 138, 151, 178. Ferrara.—Págs. 51, 53. Finland.—V. Finlandia. Finlandia.—Pág. 56. Fitero.—Pág. 273. Fornillos.—Pág. 274. France.—V. Francia. Francia.—Págs. 48, 49, 52. Franco-Condado.—Pág. 44. Franche-Comté. —V. Franco-Condado. Fregenal de la Sierra.—Págs. 14, 20, 21, 28, 92. 94, 96, 104, 157, 166, 168, 170, 184, 235, 236, 260, 275. Frontones, Los. —Pág. 178. Fuente, L a .-P á g s . 85, 98, 231, 237, 273. Fuente del Arco.—Pág. 160. Fuente de C antos.—Págs. 28, 87, 111, 131, 148, 152, 154, 168, 172, 183, 186, 230. Fuente Cuadrejones.—Pág. 179. Fuente de Lunada.—Pág. 149. Fuente del M aestre.—Págs. 28, 87, 199, 200, 237.

DICTADOS TÓPICOS 351 Fuentenovilla. Pág. 141. F u en tes.-P ág s. 24, 28, 35, 102, 236, 282. Fuentes de León. —Pág. 87. Galaroza. —Págs. 29, 237. G alicia.—Págs. 70, 174, 179, 186, 197. Galisteo. —Págs. 113, 141 Garlitos. —Pág. 233. Garrovilla, L a.—Pág. 113, 201. Garrovillas. —Págs. 36, 100. G ata.—Pág. 123. Gerez.—Pág. 65. G etafe.—Pág. 180. Gilenilla.—Pág. 137. G istaín.—Pág. 271. Gordo, E l.—Pág. 112. Gracia, Ntra. Sra. de.—Pág. 156. G ran ad a.-P ág s. 110, 115, 116, 180, 266, 284. Granadilla.—Págs. 116, 117. Granja de Torrehermosa.—Págs. 91, 93, 105, 160. Grece.—V. Grecia. G recia.—Pág 50. Guadalajara.—Pág. 230. Guadalcanal. - Págs. 134, 140,160. G uadalupe.-Págs. 24, 111, 112, 114, 118, 123, 126, 158, 174, 176, 192, 195, 199, 229, 230, 234. Guadiana, R ío .— Págs. 20, 101, 119, 131, 161, 178, 183, 273. Guareña. —Págs. 81, 150, 172. Guardia. —Pag. 269. Guayaquil.—Pág. 26. Haba La.— Pág. 158. Hanoi. —Pág. 138. Hecho, Comarca de.—Pág. 29. Helechosa.—Pág. 203.


352

RODRÍGUEZ MOÑINO

Helechosa de los M ontes.—Págs. 34, 175. Herrera. —Págs. 36, 37, 165, 184, 229. Herrera del Duque.— Págs. 175, 176, 230, H erv ás.-P ág s. 36, 109, 118 193. Hiendelaencina. —Págs. 180, 197. Higuera, La —Págs. 20, 21, 35, 152, 166, 202, 226, 260. Higuera de la Serena.—Pág. 170. Higuera de Vargas.—Pág. 82. Higuerita. —Pág. 200. Hilda, Monesterio de Santa. —Pogs. 213, Hinojosa. —Pág. 98. Hinojosita del Valle.—Pág. 169 Holland.—V. Holanda. Holanda.—Pág. 56. Holguera. —P«g. 140. Hontanilla. Págs. 171,197. Horcajo. Pág. 108. Horche. -Pág. 230 Hornachos.—Págs. 88, 104, 110, 113, 187, Huelva.—Págs. 28, 170. Huesca.—Págs. 269, 273. Hungary—V. Hungría. Hungría.—Pág. 56. Iglesia, Calle de la (Alcuescar).—Pág 188. lile, Departement d’. —Pág. 49, 50. Inde.—V. India. India. —Pág. 53. Inglaterra.—Pág. 54, 67, 212, 214, 289. Ireland.—V. Irlanda. Iriépal.—Pág. 230. Irlanda. —Pág. 54. Isábena, Río. ~ Pág. 29. Isla de las Monas.—Pág. 179. Israel. Pág. 220. Italia. Págs. 47, 67, 111, 170, 297.

231. 184,

289.

230.

DICTADOS TÓPICOS 353 Italie.—V. Italia. Jaba, La. —Pág. 149. Jabugo.—Págs. 29, 237. Jaén.—Pág. 91. Jara, Valle de la.—Pág. 159. Jaraíz.—Págs. 92, 155. Jarandilla.—Págs. 36, 104, 105, 122, 155. Jarilla, La.—Pág. 145. Jerez de la Frontera.—Págs. 118, 182. Jerez de los Caballeros.—Págs. 20, 21, 28, 36, 88, 91, 92, 94, 98, 103, 108, 111, 170, 191, 198, 236, 260, 312, 315. Lacio, E l.—Pág. 76. Languedon. —Pág. 61. Laos.—Pág. 57. Lapa, La.—Págs. 231, 233. Lastra, La.—Pág. 202. Lazio, E l.—V. Lacio, El. Leciñena.—Pág. 274. Leganés.—Pág. 180. León.—Págs. 61, 282. Lisboa.—Págs. 92, 304, 305. Lithuania. —Pág. 56. Loarre.—Pág. 274. Lobón.—Pág. 159. Logrosán. —Págs. 20, 21, 24, 36, 132, 140,166, 177. Londres.- Págs. 10, 11, 297. Lucena.—Pág. 281. Lumbier. —Pág. 163. Lupiana.—Págs. 230, 261. Luz, Convento de la. Llera.—Pág. 238. L leren a.-P ág s. 23, 24, 88, 89, 93, 120,177. 185, 186, 230, 231. Madrid.—Págs. 16, 26, 33, 74, 110, 125, 130,

23


354

RODRÍGUEZ MOÑINO

154, 162, 176, 180, 182, 191, 198, 200, 201. Madrigalejo.—Pág. 234. Madrígalejos.—Pág. 89. Madroñera, La.—Pág. 202. Magacela.—Pág. 105. Maguillilla.—Pág. 230. Málaga.—Pág. 134. Malagón.—Págs. 167, 273. Malpartida.—Pág. 107. Mancha, L a —Págs. 134, 281. Manchita, La.—Pág. 172. Mandayona.—Pág. 156. Manzanares.—Pág. 282. Manzanares, R ío .—Pág. 106. Marchamalo.—Pág. 261. Mariaño (Los Santos de Maimona).—Pág. 201. Medellín. - Págs. 113, 135, 151. Medina.—Págs. 33, 98, 145. Medinaceli.—Pag. 281. Medina del Campo.—Pág. 92. Medina de las Torres.—Pág. 179. Medinilla.—Pág. 227. Mejorada.—Pág. 283. Mengancha. —Pág. 178. Menorca, Isla de.—Pág. 51. Menzaustu.—Pág. 156. MercadiHo'Corchuela, E l.—Pág. 146. Mérida.—Págs. 36, 107, 113, 137, 161,191, 231, 237, 315. Metz, Val de.—V. Val de Metz. Miajadas.—Pág. 145. Mieras. —Pág. 112. Miguelturra.—Pág. 167. Mirabel.—Pág. 199. Mirabueno. —Pág. 156. Miranda. —Pág. 238.

DICTADOS TÓPICOS

355

Mirandilla. —Págs. 21, 28, 158, 172, 175, 195, 231, 238. Módica. —Págs. 41, 54. Mogreb, E l.—Pág. 72. Mo-Lao.—Pág. 189. Molina. —Pág. 109. M olinos.—Pág. 271. Monda. - Pág. 259. Mondego.—Pág. 156. Mondoñedo. —Pág. 197. Monesterio —Págs. 89, 141. Monsalud.—Pág. 174. Monserrat. —Págs. 45, 158, 192. M o ta .- Pág. 281. Montánchez.— Págs. 36, 121, 142, 145, 152, 153, 163, 177, 204. Montehermoso.—Pág. 110. Montemolín.—Págs. 105, 180, 260. Montesa.—Pág. 269. Montijillo.—Págs. 180, 201. Montijo, E l.—Págs. 111, 113, 133, 148, 153, 159, 168, 202. Montiró. —Pág. 156. Morera, La.—Pág. 169. Moró.—Pág. 156. Muela.—Pág. 148. Muntimajuri.—Pág. 156. Murcia.—Págs. 73, 203. Nagosa.—Pág. 85. Nápoles.—Pág. 296. Nava de Santiago, La.—Pág. 161. Navalmoral. —Págs. 36, 144, 228. Navalvillar de Pela.—Pág. 133. Navarra.—Pág. 272. Nave.—Pág. 283. Niebla. —Pág. 281.


DICTADOS TÓPICOS 356

RODRÍGUEZ MOÑINO

Niebla, Condado de.—Pág. 35. Nogales.—Pág. 174. Noruega.—Pág. 56. Norway —V. Noruega. Numancia. —Pág. 120. O liv a —Pág. 283. Oliva de Jerez. —Pág. 35. Olivenza.—Págs. 28, 36, 237. Olm edo.—Pág. 145. Olvera.—Pág. 259. Oporto. —Pág. 119. O reas.—Pág. 104. Orellana. —Pág. 185. Orellana la Sierra.—Pag. 143. Orellana la V ieja.—Págs. 133, 143. Orellanita.—Pág. 185. Orense.—Pág. 70. Orihuela. —Págs. 148, 203. Oropesa.—Pág. 282. O sedo.—Pág. 186. O su na.—Pág. 155. Osunilla. —Pág. 202. Palm a.—Pág. 281. Palmar, El. —Pág. 148. Palom as.—Pág. 85. Palomas, Puente de. —Pág. 101. Pallares. —Pág. 164. Panticosa. —Pág. 272. P arbés.—Pág. 156. Pardo (El). —Pág. 283. Paredes, L as.—Pág. 178. París. —Pág. 92. Parra, La.—Págs. 98, 105, 122, 147, 158, 193. Parral, El. Pág. 144. Pasarón.—Pág. 155. Pastriz. —Pág. 274.

357

Pax Augusta.—Pág. 220. Pedrera.—Pág. 137. Peloche.—Págs. 165, 229. Peñaflor.—Pág. 274, 284. Peftaguilera. —Pág. 169. Peñalsordo.—Págs. 113, 233. Peñascones, Los.—Pág. 179. Peraleda.—Pág. 144. Peraleda del Zaucejo.—Pág. 113. Perarrúa.—Pág. 270. Perdiguera.—Pág. 274. Piadella.—Pág. 186. Piamonte.—Pág. 62 Piedra Aguilera. —Pág. 149. Piedras A lbas.—Pág. 102. Pilar, E l.—Págs. 158, 192, 273. Piñuela, La.—Pág. 148. Piornal, E L —Pág. 110. P la n .-P á g . 271. P lasen cia.-P ág s. 36, 95, 97,100, 103, 112,128, 143. Plazuela, Calle de la.—Pág. 138. Pliego.—Pág. 148. P o ito u —Pags. 46, 49. P om ar.—Pág. 274. Pompenillo.—Pág. 271. Pontelagoscuro.—Págs. 51, 53. Porrino, E l.—Pág. 95. Portugal. — Págs. 26, 92, 110, 255, 256, 262, 272. Potriles, Los (Talarrubias).—Pág. 201. Pozán.— Pág. 274. Pozanco, Calle de (Alcuéscar).—Págs. 25,188. Pozitos, Barrio de (Alcuéscar).—Pág. 200. Preciados (Madrid).—Pág. 198. Proaza.—Pág. 53.


358

RODRÍGUEZ MOÑINO

Progreso, El (Madrid).—Pág. 198. Provence.—V. Provenza. Provenza.—Pág. 43. Puebla, La.—Págs. 133,148, 153, 159, 162,180, 181, 197, 198, 201, 232, 270, 274. Puebla de Alcocer.—Págs. 36, 165. Puebla de la Calzada.—Pág. 89. Puebla del Maestre. —Pág. 231. Puebla de Obando.—Págs. 105, 231. Puebla del P rio r.—Págs. 190, 231. Puebla de Sancho Pérez. — Págs. 28, 89, 231, 237. Puerto de Arrebatacapas.—Pág. 108. Puerto del Gamo.—Págs. 114, 115. Puerto de Honduras. —Pág. 112. P u e y o .-P á g s. 270, 272. Pulgar, E l.—Pág. 102. Quintana.—Pág. 149. Raijana, La (Granada).—Pág. 180. Ramblita del Agua (Granada).—Pág. 180. Raya, L a .—Pág. 201. Real de la Ja ra .—Pág. 260. Rebollar, EL —Pág. 204. Rena. —Pág. 149. Rebillas (Arroyo o Fuente de). —V. Rivillas. Regla.—Pág. 234. Ribera del Fresno. -P á g s. 89, 134. Riudom s.—Pág. 164. Rivillas (Arroyo o Fuente de).—Págs. 181,182. R obres.—Pág. 271. Roda.—Pág. 270, Rojales. —Pág. 148. Roían.—Pág. 56. R o m a .-P á g s. 215, 309, 312. Ronda.—Págs. 134, 259. Rosario, Calle del. —Pág. 189.

DICTADOS TÓPICOS 359 Rosellón.—Pág. 75. Rosillon. —V. Rosellón. Roturas.—Pág. 136. Sabiote. - Pág. 282. Sada.—Págs. 186, 227. Saintonge. —Pág. 46. Salamanca. —Págs. 214, 310. Salas Altas.—Pag. 274. Salas B a ja s.- Pág. 274. Salinas. —Pág. 271. Salvaleón.--- Págs. 99, 174, 177. Salvatierra.— Págs. 177, 204. Salvatierra de los B arros.—Pág. 109. Sam oedo.—Pág. 186. San Andrés. —Pág. 180. San Andrés, Ermita d e.—Pág. 220. San Bartolom é.—Págs. 191, 198. San Bernardo, Calle Ancha de (Madrid).—P á ­ gina 199. San Clemente.—Pág. 270. San Cristóbal, Fuerte d e .-P á g . 185. San Fernando.—Pág. 122. San Francisco.—Pág. 20. San Francisco, Campo de.—Pág. 103. San Francisco, Paseo de.—Pág. 188. San Gabriel, Provincia de.—Págs. 205, 206. San Gregorio.—Pág. 271. San Ju an .—Págs. 20, 270. San Juan, Campo de.—Págs. 103, 188. San Juan de Luz. —Pág. 283. San Mateo.—Pág, 274. San Miguel.—Págs. 191, 198. San P ed ro.—Págs. 21, 231. San Pedro de Mérida.—Pág. 176. San Roque. —Pág. 133. San Salvador.—Pág. 271.


360

RODRÍGUEZ MOÑINO

San Sebastián.—Pág. 169. San Sim ao de Nováis.—Pág. 66. Santa Ana.—Pág. 271. Santa Ana, Valle de.—Págs. 29, 111, 123, 238. Santa Cruz de Sierra.—Pág. 233. Santa Eulalia.—Pág. 271. Santa Fe.—Pág. 284. Santa Lencina.—Págs. 29, 269, 274. Santa Lucía.—Pág. 179. Santa María, Barrio de.—Págs. 191, 198. Santa Marta.—Págs. 28, 105, 237. Sant' Esteve. Pág. 270. Santiago de Chile.—Págs. 26, 58. Santomera. —Pág. 148. Santos (Los). —Pág. 282 Santos de Maimona, Los.—Pags. 23, 28, 32, 35, 88, 127, 137, 147, 148, 151, 160,174, 183, 185, 186, 201, 237. San Vicente de Alcántara. —Pág. 144. Sardaigne, L'ile de.—V. Cerdeña, Isla de. S a rsa .—Pág. 274. Scandinavia. —V. Escandinavia. Scotland.—V. Escocia. Secastilla.—Pág. 270. Sédu.—Pág. 164. Segovia.—Págs. 33, 119, 133. Segura.—Págs. 99, 136, 236. Segura de L e ó n .-P á g s. 28, 35, 90, 261, 282. Selgua.—Pág. 274. Senés.—Pág. 271. Serbie.—V. Servia. Serena, Valle de la.—Pág. 123. Serena, La.—Págs. 94, 179. Servia.—Pág. 56. S e v illa .-P á g s. 82, 111, 130, 170,171, 182,191, 201.

DICTADOS TÓPICOS

361

Sicilia.—Págs. 58, 272, 278. ' Sierra de Cañajeal. —Pág. 141. Sierra Morena.—Pág. 119. Sierra de M osca.—Pág. 97. Sierras.—Pág. 120. Sigüenza.—Pág. 97. Socorro, Ermita del.—Pág. 127. Solana. —Pág. 196. Solana de los Barros.—Págs. 136, 141, 168, 172. Solares de Arriba.—Pág. 283. Somma Lombardo.—Pág. 55. Sopetrán.—Pág. 131. Soria.—Pág. 119, 120. Suecia.—Pág. 56. Sweden.—V. Suecia. Tajo, Río.—Pág. 131. Talarrubias. — Págs. 162, 165, 197, 198, 201, 232. Talaván.—Pág. 109. Talavera.—Págs. 133, 143, 148, 149, 153, 155, 159, 162, 189, 191, 198, 200. Talayuela.- Pág. 205. Táliga.—Pág. 34. Tamarite.—Pág. 272. Taracena.—Pág. 230. Tendilla.—Pág. 261. Terrinches.—Pag. 132. Toba, La.—Pág. 180. Tocina. —Pág. 82. T oled o .- Págs. 33. 61, 119. T olosa.—Pág. 296. Tora, Barrio de la (Alcuéscar).—Pág. 200. Torralba.—Pág. 166. Torre, La.—Págs. 98, 119, 174. Torremocha. —Pág. 200.


DICTADOS TÓPICOS

362

r o d r íg u e z m o ñ in o

T o r r e q u e m a d a .—P á g . 282. Torres.—P á g . 270. T o r r o n e r a s . P á g . 197. T r i a n a . - P á g . 182. T rig u e ra , L a . - P a g . 182

ísSBr-

194, 202. T r u jillit o .— P á g . 202.

i » . mi53’193,

T u rk a y .-V . Turquía. T u r q u ía .— P á g . 56.

U b ed a .-P á g . 34. U b ie r g o .— P á g . 270u f a g ? e ^ P á g s 295! 111, 121, 204, 230.

U tre ra .-P á g . 102. V aldastillas.-Pág. 204. V a ld e ca b a lle ro s .— P a g s . V a ld e c a b a lle rito s - P a g . .1 6 5 . V al defuentes. —P a g s . 109, 1 34, 2U .

Valdehuncar. —P á g -144. V a ld e m a q u e d a .— P a g . 202. V a l de M e t z . - P á g - 67 V a ld e m o r a le s .— P a g s . 1 53, 204. V a l d e n o c h e s .- P a g . 230.

V a le n c ia de A lc á n ta ra . - P á g - 193. V a ,e n c ia d el V e n t o s o . - P ^

231

V alverd e. —P a g s . 21, g2 90 V alverd e de B u r g u i l l o s .- P á g s _23 »A V alverd e del C a m in o .- P a g s . 29, 23 .

Valle d e ]C a b íu e la 4- V . Cabezuela, Valle de. V a lle de la J a r a - V . V a lle de S a n t a A n a .— V . b a n ta A n a,

de.

363

Valladolid.—Págs. 75, 314. Valladolises.—Pág. 162. Vallaolises.—V. Valladolises. Várese.—Pág. 55. Vasco-francés (País).—Pág: 272. Velilla.—Págs. 210, 215. Venezuela. —Págs. 26, 50. Ventalló.—Pág. 156. Vera, La.—Págs. 92, 132. Vera de Plasencia (La).—Pág. 181. Viana do Castelho.—Pág. 62. Vicien.—Pág. 29. Vilagarcía.—V. Villagarcía. Vílaine-Renues, Departament de. — Págs. 49, 50. Vila-Real.—Pág. 66. Villafranca. —Pág. 281. Villafranca de los Barros. — Págs. 23, 29, 35, 83, 160, 166. 237. Villagarcía.—Págs. 203, 230. Villagonzolo.—Págs. 21, 231. Villalba.— Págs. 37, 96, 99, 169, 197, 227. Villalba de los Barros.—Págs. 34, 35, 99. Villalbilla.—Págs. 196, 227. Víllalón.—Pág. 105. Víllamayor.—Pág. 274. Villanova. —Pág. 197. V illanueva.-Págs. 35, 95, 107, 149, 158. 198, 227, 232, 284. Villanueva de la Serena.—Pág. 149. Villar, El. —Pág. 149. Villarrubia. —Pág. 273. Villaseca.—Pág. 156. Villena.—Pág. 284. Villuercas, Las.—Pág. 123. Vista Alegre.—Pág. 203.



COLOFÓN ESTE LIBRO SE COMENZÓ A ESCRIBIR EN 1925. EL AUTOR A B A N D O N Ó LA T A R E A P O R OTRAS MAS URGENTES Y POR FIN LO HA ACABADO EN 1933. SE HAN IM­ PRESO QUINIENTOS EJEMPLA­ RES EN PAPEL CORRIENTE Y DOS EN PAPEL DELGA­ DO DE COLOR NA­ RANJA.


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