Un reflejo en la diáspora por Eladio Sanjuán Brasero

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‘Un reflejo en la diáspora”

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Eladio Sanjuán Brasero De esta edición “Asociación Cultural, Literaria y Artística Encuentro de Aromas ”

Colección “E l Búho de Minerva ”, n° 53

I.S.B.N. 84-89629-44-7 Depósito Legal: M -44331-2004 Impreso en España: Gráficas Berlín, S.L. Pol. Ind. De Parla.



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Prólogo “Un reflejo en la diáspora”, es acaso el libro más bello que haya salido de la pluma de un extremeño nato: Eladio Sanjuán Brasero, hombre bueno del que no me extiendo en adjetivos por no pintar su franciscano rostro de rubor. Yo, que tanto he cantado a Extremadura en mis libros, artículos y “pregones”, me siento empequeñecido al acabar de leer su libro en la soledad de mi viña de “Valdeflores”, frente al encinar donde la Santísima Virgen de la Luz, hizo su nido, y que el poeta inmenso que hay en Sanjuán Brasero ha cantado en su libro, asomando las lágrimas a sus ojos revenidos de emoción y fervor al casar con mujer arroyana de lindos encantos. De este deleitoso libro podríamos decir, como con certero tino dijo una pluma ilustre, que debiera leerse como los pájaros del campo beben el agua del arroyo: “Gota a gota y mirando al cielo”, al hacer la apología del Kempis. Adéntrate en sus páginas y quedarás agradecido a mi verdad sincera, porque de su pluma ha salido felizmente el arrullo de la tórtola que enciende de

emoción la paz y el silencio del encinar extremeño, calladas dehesas atravesadas por los viejos cordeles y cañadas de la sufrida “transhumancia”, hasta desembocar con sus hatajos de merinas los campos de León y ambas Castillas, para recibir la sonrisa de la majestuosa serranía de Gredos, arropada en su manto de nieve, y el beso de bienvenida de la hospitalaria Extremadura. La lira del poeta se exalta en belleza, cuando en recio “castúo” canta las virtudes del hombre extremeño, con acentos trémulos de emoción y ternura que la voz de quiebra en la garganta. Lee solamente el poema: “Atí te jablu, mi tierra”, cuando al dejar a Extremadura, dice con hondo pensar:...naide jamás en el mundo podrá desatar el ñúo d'este dogal que mestruja corazón, cuerpu y sentío”; o cuando remembra con dolor el “cachino” de tierra de sus padres arrasado sin piedad por las infernales máquinas para convertir la carretera en autovía: “Solu el cachino de güertu y la burra le queaba....”'. Arrullado por el silencio sonoro del campo extremeño, y a la sombra del viejo castillo de Belvis de Monroy, exalta en el poeta que dormía en su alma las bellas canciones de la eterna


4 Extremadura, bellas canciones de las que hicieran altos elogios los sabios doctores del folklore español: Menénez Pidal y mi caro amigo Manolo García Matos, con el que compartí los fríos de Teruel en la triste tragedia de la Guerra española. De pluma sincera y conmovida, y de grata presencia su persona va desgranando sus versos como enamorado juglar por los pueblos de España y “Casas de Extremadura”, así pude escuchar un día sus poemas en Pinto, sede de grandes poetas de mi Arroyo de la Luz natal, en el cálido acento de su voz; o en Parla, o en la Casa de Valencia de Alcantara, o en Logrosán, la cuna de Roso de Luna, orgullo de la ciencia española. Como poeta auténtico que es, Sanjuán Brasero, es hombre fundamentalmente bueno de alma generosa. Ahora, lector amado, que la alondra que anida en su corazón anuncie el amanecer de este gran poeta que es Eladio Sanjuán, en su libro “Un reflejo en la diáspora”, libro que te hará sentir la dulzura de los versos de este conspicuo extremeño, con cuya amistad me honro. Arroyo de la Luz, 7 de enero de 2.000. Juan Ramos Aparicio.

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A tí te jablu, mi tierra. A tí te palru mi tierra en el dialecto castúo pa icilte qu'eres mu güeña y que pa ti me remúo, me pongu la capa en ristre manque me parezca a un búho y m'entregu a pregonalti con mi corazón castúo pa icirle a toa la genti lo que llevu aquí metió: Es un doló de l'ausencia d'este querel tuyo y mío. Naide, naide jamás en el mundo podrá desatar el fiúo d'este dogal que m'estruja corazón cuerpu y sentio. Cuandu tuve que dejalti era pardo y timorato, era jóvin e impacienti, mu curioso y testarrúo, mu mendrugo y calabazo, mu español y mu castúo, pero siempri estuve al loro


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d'este querel tuyo y mió. Y no son solu quereles lo qu'al loro m'han tenío, que jué tamién l'autovia, el Parlamiento y el rio, los pantanus y las j esas, la corcha y el regadío, el ganao y la montenera, el pimentón y el condio.

u que tengamus por causal, algún parienti de los güenos tinajeros.

Ni tengu güertu, ni jesa, y ni baluto ó baldio, ni viña, ni un cachu e casa, ni tan siquiera un bujio, pero tengu aqui en el alma: ¡chaparreras y terruños derretios! ¡El oló de los jumeros en la ropa y l'arrañá de los araos en el sentio! Me figuro que nos jicieron con el barro remojao en la rüea con los déos, entre barreños y barriles, entre cazuelas, botijas y pucheros

Algunos de nusotros habemus nació entre jaras y madroños con caricias de pastores y cabreros. A nusotros mus jicieron con süor. No pue sel nuestra nacencia señoruca, no pue sel que nuestros padris no jueran jornaleros, no pue sel que nuestros padris no jueran campusinos, porque jueron de la estirpe labrantía de Collaos y Camberas. Hijos del descuaje con el sachu, hijos de las jocis y del liendru, cortaores de la encina en plena jesa y limpiaores de las miesis con el biendro. Sernos pardos, los poetas mus dijeron, porque juimos campusinos, descendientes de los machos qu'otros días conquistaron los tesoros, las especias y los pueblus.


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Porque llevamus asina en la piel com'un coló pardo, moreno, moradu y verdi-negru, algu asina como el barro de los llanus extremeños. Sernos juertis como toros pero dulcís como el fruto del cerezo. Me paeci qu'una encina nos nació en los ojos, mu pa drento, la ritina mos paeci que lo llaman, no sabemus cuandu, ni por dondi s'ametío, ni por qué la llevamus tan adrento. ¡Sabemus solamenti que mus ha nació sin abonu, sin agua y sin istiercu, lo mesmu que las plantas de los campos, de los ricos campos extremeños!...

Decía, D. Luis Alvarez Lencero: "Mientras exista un solo hombre en pena no me habléis de la rosa ni de la primavera

"

A la vera del chupano de mi agüelo. Que me jablen del terruño y de las eras, que me igan los sentires de mi pueblu, que me pairen del amor y de las jembras, porque quieru yo en mi alma retenerlu. Cuandu yo era un chibilindro caganíos retozandu por el campu y los barbechos, ignorante de las cencías yo soñaba, con amores, con las rosas y los cielus. Hoy mi alma tieni pena en lo más jondo, tieni inquietó, tembloris y desvelus. Ya no pueo soñar rosas ni cielus. Ya no pueo soñar mas con aquéllu. Se durmierun en mi alma las magarzas, se borraron de mis ojos los cantuesos. Se borró de mi sentío aquélla rosa que crecía engalaná por la chiringa a la vera del chupano de mi agüelo. Ya, sólu tengu la nostalgia de la tierra,


10 sólu tengu del Miajón el buen recuerdu. Ya no corre ante mis ojos aquél chalabarquino que regaba los tomates de mi agüelo. Ya no existe ni el chicorzo de las Jurdes, ni las jocis, ni las jorcas, ni los trillos,ni los biendros. Ya no existen ni las eras, ni los mulos, ni aquél burro que pacía en el linderu. Ya no existe '1 celemín pa las medías. Ya no existe ni el chameco endureció qu’en la siega requemaba tó su cuerpo, por un sueldo de miseria y mardecío. Ya no baja de los riscos la jurdana, la paupérrima mujer entelería con el mocosino cheringuín a las espaldas. Ahora, suben el turismo y la alegría para el bien de las cosinas de mi Patria.

11 Ya no tengu esas penitas por mi tierra. Son distintos los sentires que m'embargan. Sólu tengu las raigambres como velas que relumbran en lo jondo de mi alma. Solu quieru mentener de sus enseris, los recuerdus, el amor y las palabras, los palraos del castúo y sus vivencias que poetas como robles mos dejaran. Ya mi tierra es otra cosa más lozana. La cultura y el progreso la bordaron con el pleno bienestar del campusino, con productos de l'industria y del comercio, con lajuerza y ¡'igualdad de las mujeres y el reciu trajinar de los obrerus. Ya mi tierra es otra cosa más trunfante. Ya el castúo forma parti de las letras. Ya regresa, poco a poco, el emigrante añorando las cosinas de l'agüela. Del castúo, ya se tienin referencias, no es inculto quien lo jable. L'Academia y L'Universidad, no rejuyen su (querencia por el bien de la cultura y de las artes.


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Pero yo, sigo sin cantali a aquélla rosa mientris que la encina de la jesa se mos muera. Mientris haiga argún castúo en la penumbra que por argún casual me pasi penas. ¡No, no le canto a la rosa ni a la primavera, mientris qu'haiga guerras en el mundo! ¡Mientris qu'haiga un extremeño que gorver quiera y no puea al amor de su terruño!

Por dos celemines de tierra A la vera del pozón mi padri tenía un güertu. Era un cachujo de tierra que compró con su dineru. Dos celemines corríos, media cuartilla, me piensu, ganao con los suóres de su frenti y de su cuerpu. Cortandu leña en la jesa de sol a sol y ligeru. Jaciendu de cazaó, de guarda y de meseguero. Toita la vida en el campu trebajandu com'un perru pa endispué no tener ná, tan sólu, el cachujo e güertu. Vendió la jesa el Señó, un abogao qu'era'l dueño. Mi padri se jué del campu como siempri van los nuestros con la frenti levanté,


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sin ehcusah y sin dineru. Sólu el cachino de güertu y la burra le queaba... A pesar de ser pequñu, era grandi pa su espalda. Le jizu en metá un cercao, un cercao chiquenino, y el resto jué pa la burra que contenta repañaba las yerbas jasta'l camino. Dies pasus quizá tuviera la soga conque l'ataba. Drento del cercao, el pozu, la jiguera, los tomates, los pimientos y las jabas, y un poquino más alanti las cebollas, las lechugas, los navos y las patatas.

y la tierra bien mojá. ¡Qué secuencia mas hermosa de mi juventud dorá!

Era todu tan hermosu... El rocío del rosal, el agua fresca del pozu y mi padri con l'azá. Las pelras sobre las hojas

Pero, paso'l tiempu prontu y el güertu no era bastanti, p'aliviu, cuasi que ná, y pal casu era mi padri acostumbrao a regalá. Dejó'l güertu en abandonu y se puso a trebajal en la impresa de Lucinio apenas sin saber ná. Doblandu jierrus y jierrus con las manus encallás, padeciendu de los nervius, y con la espalda quebrá. El güertu quedó sembrao y una máquina infernal se lo llevó tó arrastrao. Dos celemines de tierra, ni despropiá ni pagá, s'ajuntó a la carretera


16 cerca de Navalmoral. Eran los tiempus de Franco, mi padri, no cobró ná; y ahora vienin a dicili que tieni la propiedá. Tras pagar tós los recibus d'aquella contribución por no expropiarli de golpi le permutan el pozón. El "Paso la Navarrosa" I'ha pasao por la metá, y el Alcaldi, ni se cosca. Un señoruco de ná, que ya, ni pincha ni corta. La permuta sigue'n trámite ñus mandan d'acá p'allá: que si el güertu es mu pequeñu que patatín, que patatán. Que dos celemines son: treinta y dos metros na más. Ni saben jacel la cuenta de los metros que son ya.

17 Ahora, dicin qu'el catastru es el que manda, y no más. El Ayuntamiento tieni dudosa la voluntá, por lo mesmu, van seis años y del güertu, na de ná. Las obras se terminaron. Los coches circulan yá por aquél cachino e "Paso" qu'a la Navarrosa vá. La Junta pagó lo suyo. Mi padri, n'ha cobrao ná, ni tieni güertu, ni burra, ni juerza pa pleiteal.


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Los pesimistas

de las entripiemas y de los bolindres, si es que tieni masa! Hay que dil y traelu pa Espaifía. Hay que dil y morderli la jeta y mojali la oreja, si jiciere falta. Hay que dil y dicili, que salga a la calli, que salga a la calli y al frenti, ya qu'es malu, almenus, que sea valienti.

-¡Anda Genaru, qué güenu está el mundo, güenu! Pa dirse d'excursionis por la Europa. ¡Me casu en la puñeta,cuantu líu! Giedi a trampuliña dendi media legua. Tol mundo jabla de lo mesmo: De la guerra de los cosováris, del Milóseví, de los expulsaos, de las bombas de los aliaus y sobre tó, de los muertos... ¿Es posibli, compadri, qu'haiga tanta genti mala? ¿Es posibli, q'un tío de la nievi y con es¡ caraite de coguta chomba, ñus regüelva las tripas de rabia? Esi tipu se cree qu'es el amu expulsando a la genti de casa. Mentira paeci qu'el Clinto, no le iga ¡basta! Me ponin moórro estas cosas compadri. Me ponin moorro y en ascuas. ¡Tantus comandus de tierra! ¡Tantus comandus d'agua! ¡Tantus avionis y tanta mojiganga! Hay que dil a cogelu en la nievi. ¡Hay que dil a cogelu en su casa,

-¡No sigas p'alanti, que lo mesmo yo piensu, compadri! Hay que dil a por él, y cogelu, y que no sufra naide. Que no haiga mas muertos, ni penas, ni jambri. Hay que dil a por él solamenti, qu'el pueblu no sufra, qu'el pueblu no sabe de las Conferencias, ni de los palraos de los dirigentis. -Es verdá, Genaru. Tantas religionis, tantus vericuetus y tantus saberis, pa endispués golvé a lo mesmo: a morí los de siempri.


20 No comprendía esti mundo tan bobo. No comprendu estas cosas tan raras... El pobri a la guerra, a la guerra y al bochi. El ricu a viví y a la playa, entri los manjaris y las cosas guapas. Sernos tontos compadri. ¡Siempri mus engañan! Trompicamus en la mesma piedra dendi que nacemus, jasta que ñus vamus cantandu la caña. -Acertasti, compadri Anacletu, esu es lo que pasa. Estu no l'arregla, ni el melanio que vieni, ni el euro, ni los Deputaos, ni los Senaores, ni la tía Tomasa... ¡Chacho!, ¡qu'esti mundo, no l'arregla naide! Ni... los elertrónicos, ni los artronáutas, ni los intemésis, ni los abogaos, ni si quía los verdis, ni las informáticas, ni... el Grimpisis é s i... ! ¡Estamus perdíos,compadri! ¡Bah!, ¡Vámonos pa casa! Madrid, 1999.

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El efectu dos mil Señoras y Señoris: Yo soy un poeta seriu, pero tengu que decil qu'estoy jasta los bolindris del susodicho "dos mil".

Agora me vienin diciendu que dies dígitus tenemus. ¡Vámus, dies déos pa contal! Qu'ami me paecin onci, si las cuentas sé jechal. -Miren ustedis. Veámus: uno, dos, tres, cuatru, cincu, seis, sieti, ochu, nuevi y dies. ¡Me caso en la puñeta!... ¡El dies, tieni un uno con un ceru pol detrás!


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Y... no me digan ustedis qu'el ceru no vali ná, que si el ceru no resulta caminaremus p'atrás. Andin, quiténli al nuevu añu los cerus y ya verán, qu'acabamus de nacel. Tendriamus tós, dos añus. ¡Dos añus! ¡Me caso'n la lechi! Resulta qu'ahora semus una panda de ... Chiringuines, caganíos, chibilindros, cagachines, muñequinos, muchachinos, chiquinos, mocosinos, chiqueninos, cagamistos, chirivejes y chichivaques, jugandu a la chuchalajaba, al escondite o al cachinday.

Si estu del efectu, es tó verdad, ya lo comprobaremus, aunque yo no me creo ná. Ya veremus si les estoy jablandu en seriu o digu paparruchas.

Señoras y Sefioris: m'estoy asustandu con tantu líu. Ya me veo con la regla del maestru atizándomi zurríus, y con el "sí, mi amu" en la menti y el sentíu ...

¡Hay qué vel... ! ¡Los efectus del míleniu, qué puñeta más cuadrá y qué bola más reonda! Dicin qué si los semáforos ya no van a funcionar. Dicin qu'a los funcionarios tamién van a jorobar. Les quitan las vacacionis el treinta y uno, el uno, el dos, y, algu más. Tamién que se van a dir las lucis, que patatin, que patatan ... ¡Ah,... y que tol mundo va a trebajal! ¡Ala!... ¡Qué cosa más de pardal! ¡Qué mus jagan las bolas más chiqueninas


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que no mus van a colá! ¡Me caso'n la repuñeta! ¿Agora, vamus p'atrás? Y dicin que toa la culpa es de los dígitus: ya verán, de los déos de las manos, con los que aprendimus a contal, los que dendi chiquenínos ñus decían la verdad mostrándonos los añinos. ¡Tantus añus contandu con los déos, cuasi dos mil después de Jesucristu! ¡Casi ná! ¡Me caso'n la mar! Y... agora los aparatus tienin un "dos" y na más...

Qu'habrá que jacé el apañu antis del uno d'eneru. ¡Mira que si la tarjeta solamenti ñus da cerus Jabrá qu'andal con cuidiau, qu'hay más listillos que tontus y sobran espavilaos. ¡Ah,... Y cuidiau con el frigorífico, que no s'estrope'l pescao. Mejó.... guardemos el guarro. ¡Cosinas d'Extremadura! ¡Chacina de nuestra tierra, y estaremos apañaus jasta que las cosas guelvan a la paz y la cordura! ¡Extremadura s’apaña porqu'es una tierra guena, y tieni dos grandis despensas, dos, Cáceres y Badajoz.

Me pregunto: - ¿Y el cajeru, qué mus dará? ¿Dos duros, dos euros o dos pesetas? Lo mesmu, se guelvi locu y ñus da una morterá... Sí, sí... Una morterá de "cerus"... ¡Cojórcios, anda uno to asustao aunque paezca encrédulo! Me piensu:...

Madrid, 17-11-99.-


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Porque sois pardos

como si diera un quejío... (Suena música extremeña)

A l Grupo folklórico “Porque sernos pardos ” del Centro Cultural "Carolina Coronado

Vusotros seis asina, pardos, del coló del estíu y lleváis dentru una encina con música en el vestíu.

Arde en vusotros el campu, el folklori y el sentíu y lluevi la primavera sobri vuestru coloríu... La espiga se dobla y canta airosa por el baldiu: -Sernos pardos le contesta el revuelu d'un vestíu y un estrumento se quiebra

Cantandu pa la tierra suena el tamboril y el laú, la bandurria y la vigüela, la guitarra, el almirez, y el rin-rín de la botella. El acordeón suspira melodías de la tierra, mientras el calderu canta vibrandu de gris y fiesta. Las sonajas tienin ritmus, repican las castañuelas... y las vocis de los pardos sobre los aires s'elevan: ¡Jablan por Extremadura canción de alma y de tierra! Y sus vocis de ternura enlazan amor y fiesta. Arde el fuego de la historia en zapatinos y botas,


28 en refajos y en sobreros, en medias, fajas y borlas, y un bordao de realce recuerda a las mariposas. Todu en ellus es amor, baile, canción y figura. Todu en ellus es amor, es historia y es ternura, es fuego de tierra y sol. Ellus son: ¡Extremadura! Madrid, 4 de julio de 1999.-

29 A Ntra. Sra. de los Remedios, Patrona de Valencia de Alcaníara (Cáceres) En el X ' aniversario de esta Casa Extremeña de Valencia de alcantara en Madrid, y en el día de su Patrona.

Valencia vive en tus ojos -PoemaEsta casina en Madrid. ¡Ay, Vigen de los Remedius! Ha querío dedicarti estus sencillinos versus, esti palrao d'amores, esti manoju de besus, esti mirar de la vida de los emigrantis güenos. Danus, Vigencita Santa, de Tus ojos el remediu pa recordalti por siempri, pa llevarti drentu el pechu, pa que sepa toa la genti


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lo mucho que te queremus.

Con la menti en blancu

¡Con qué humildad, Vigen Santa, miran Tus ojos p'al suelu, pa dali Lus al caminu de todus los extremeños! Hoy, Valencia te dedica dendi Madrid su recuerdu y Tu mirada suplica con cariño y sentimiento. ¡Valencia, vive en Tus ojos y en Tus brazos, lo más bellu: un Hijo, qu'es toíto amor, y pa nusotros, el Cielu! ¡Viva la Vigen morena! ¡Qué viva nuestra Patrona! ¡Viva la Flor de Valencia, que por amor, se corona! Madrid, 6 de noviembre de 1999.-

A la Casa de Extremadura de Carabanchel Era una tardi de fiesta d'exaltación y de luces coroná toa de belleza. Entri refajos refulgí el airi que se condensa con el ambienti agridulci de la canción extremeña. Tol mundo se j ace crucis pol muchachas también jechas y d'un j ovin tan valienti danzandu tos pol la tierra. Toitos bailan el folklori con la nuestra vestimenta en compaña de las vocis d'un Coro qu'es una perla. La música vierti sonis suspiros d'alma extremeña que van en blancu y en verdi con el negru de la pena,


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solamenti porque sientin la nostalgia de la tierra ...

El jombri, por no ser menus quiso tamién recitál un poema de los largus y no pudo terminal, su menti, se queó en blancu... Amarga flor d'azahar qu'enjielis se jué flotandu sobre aristas de cristal. Un corazón sin su dueñu qu'en verdi quiso cantal a la flor blanca d'un sueñu que flotaba sobre'l mar... ¡Un poeta enamoradu qu'un día tuvo que callal a la metá de su cantu! Pero la voz del poeta, no debi importamus tantu, mentris que jablin sus letras.

¡Grupo de carabanchel! ¡Vocis claras! ¡Mar d'estrellas!... Poesía a flor de piel qu'en el escenario sueña ... Se jace un silenciu en la Sala... Se va "Añoranza Extremeña" dejándonos en el alma jondo sabor de la tierra ... Suenan vocis de poesía jironis de tierra y casta, y al fondu, la tierra mía que me grita en las entrañas. Entri la genti, un poeta fue envitao a participal. Aquél poeta era yo, llenu de tierra y de sal. Sonó su voz de castúo, dulzona pero esgarrá.

¡El cielu d'Extremadura es tan limpiamenti ampliu, que si callan los poetas jablan las piedras del campu!


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¡Mentris qu'haiga un extremeño qu'aunque ciegu, canti: ¡tierra!... ¡No morirá Extremadura manque callen los poetas!

Resistiré el embate de las aguas y el viento... Seré yo para amarte inextinguible al fuego... Seré un musgo del río bogando aguas adentro. Seré una torre inmóvil que domine el otero. Te sentiré en el alma como ahora te siento para darte mi vida, tesoro y costurero ...

La voz de la distancia

No habrá en el mundo cosa que no te quiera dar: los soles, las estrellas, la luna, el firmamento, el agua de las charcas, las áuras, todo el mar, la sangre de mi cuerpo,la rosa, el pensamiento, las plantas de los campos, la dicha de mi hogar, los peces, los insectos, los metales y el viento... Es tanto cuanto quiero lo que te quiero dar: las palabras no dichas, las queridas, las buenas... Me quedan tantas cosas que te quiero entregar, que quiero vida mía ser todo una respuesta, vivir tras la pregunta, y amarte más y más y más... ¡Es tanto lo que quiero que me quedé sin fuerzas!

Qué será de mis ojos cuando no te contemplen... Qué será de mis labios sin tus besos de amor. Qué será de tu río cuando triste se lleve la imagen ambiciosa de mi contemplación. Qué será de mi muerte cuando sin tí me quede ¿Olvidarás mis besos? ¿Mis requiebros de amor? Serás tú de mi olvido cuando abandone todo. Será el desconocido herrumbre del podrido quien me tenga en la triste oscuridad del lodo. Tendré yo tus recuerdos cuando ya me haya ido.. Seré como la encina natural codo a codo y tendré para verte los tallos bien crecidos

¡Quisiera por amor decirte tantas cosas! Que todo se me traba, se me nubla y se me acorta. Quisiera ser castillo, convento, esclavo, rosa,


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violeta desmayada, pandero, suelo, alcoba, vivir en tu mirada entre charca y pontones. Decirte que te quiero: en vida, en muerte, en alma. Decirte que te quiero: en piedra, en lodo,en a g u a ,... en cancho, en cielo, en tierra, en siembra, en terrones y en viña. Decirte por amor tierra querida: "que soy de ti la (sombra, la dúa, la torre, la cigüeña, el prado y la montaña". Decirte por amor: ¡que no hay amor sin ti! ¡Que me duele la sangre de una herida cualquiera sino la vierto en ti! Es mi separación, la duda, la sospecha, el dardo, el clavo, la tachuela, el puñal y la daga, la quemazón, la sonda, y el dolor más agudo. Te quiero hecho de tierra, de voz y de palabra... Quiero ser arenilla del camino San Marcos, y aunque me pisen todos, incluso los caballos. Quiero ser por amor esa pizca de tierra que a ti te pertenezca... No me duelen tus garras mientras penda de ti. El atrio y todo tú, me refulge en el alma. Te quiero hecho de luz, de pan, y de esperanza.

Te quiero amor, ¡tan mío! ¡ay, pueblo de mi entraña! Te quiero amor, tan mío, que te siento en el alma y en la carne tejido. Te quiero pueblo mío desde la voz interna y el grito más agudo. Te quiero, desde el silencio tuyo. Desde la yerba intrusa que te nace en las piedras. Te quiero verde, seco, arado y florecido. Te quiero en el espejo del río y de las charcas. Porque te quiero tanto, me duelen los olvidos. Aquel que te contemple yerá verdad en mi, la verdad que te digo. ¡Eres flor de mi huerto! ... ¡Paloma de mi nido!... ¡Tesoro de mi alma! ¡La mar de mi recuerdo! Te digo ahora que puedo, lo que quiero contigo. ¡Porque te quiero, y te querré muerto igual que te quiero vivo!


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Raices

de un corazón bellotero que tiernamente suspira sin obedecer al dueño. No le hace versos mi encina a un mundo sin sentimientos, ni a una planta campesina si no es perfume por dentro. No reverencia mi encina al hombre que no sea bueno, sólo sus ramas declina para el amor dulce y tierno, de una tierra que nos mira entre el verde, blanco v negro.

A Luis y Pepita, con admiración. En el fondo de mis ojos tengo clavada una encina que se alimenta al calor de una lágrima escondida. Sus tentáculos de amor me crecen por la retina, para darle al mundo entero amor y fruto de encina, bellotas de blanco cuerpo, negro color y piel fina, con el verde de los sueños de mi infancia campesina. Un corazón extremeño que libremente camina en el cáliz de sus versos, sin hacerle reverencia, ni al rico, ni al usurero. Son mis versos una encina que nace mirando al cielo, ella lleva flor y vida


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Dicen de ti tantas cosas

En la calle Carniceros

¡Extremadura del alma! Dicen de ti tantas cosas, que me duele el corazón con un temblor de amapolas. La tarde llora rubíes y la mañana mil rosas y un color de primavera tiñe la flor de tu boca. Dicen de tí que eres pobre, que vives callada y sola; y a mi me goza la sangre de ver que la cosa es otra. Ni eres pobre ni callada, ni triste, ni poca cosa. Sólo fuiste olvidada por quien te debe más cosas, por quien pudo y nunca quiso entregarte pan y rosas, y a pesar de ello, te elevas abanderada de gloria.

A Martín Panadero Rubio ¡Ay, calle de Carniceros con sabor a piedra vieja y rumor de amores nuevos! En una de aquellas casas que tiene balcones viejos hay una abuela entregada que vive de sus recuerdos. La casa tiene ventanas que adornan rejas de negro y la anciana tiene canas que hablan del paso del tiempo. En la esquina del balcón aguarda un calentarrostro la marcha total del sol, para salir presuroso. En el zaguan de la casa, peina la anciana su pelo


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42 mientras moja en la cofáina un peine que se hace viejo. La pobre, mira hacia afuera y piensa tierna en su viejo y en el hijo que se fuera obligado por un sueño. Lágrimas tiene la abuela, que enjuga con el pañuelo sin exhalar ni una queja. Todo lo ha dado por bueno: el hijo que no regresa y el viejo, siempre más viejo.

con el amor de sus sueños...

Hoy, tiene gente la casa, hay rumor en el trastero. Niños corren por la sala, y de gritos tiembla el suelo. ¡Ojalá que se quedaran por siempre el hijo y los nietos, y que el tiempo no pasara en la calle Carniceros!

El hombre dice a la vieja: -voy a las viñas y vuelvo. Prepara la ropa nueva y seca ya tu pañuelo, que pronto llega la feria, y hemos de vivir por ellos. *** Esperemos que en las fiestas regrese el hijo de nuevo y que se alegre la abuela


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El que te canta Soy solamente un desterrado que te piensa en la distancia, un reflejo solitario de nuestra separación, un hongo en tierra de umbría que ansioso busca tu sol para sentir la energía de tu cálida sustancia. Quien por más que te ama y pretende, doblegado en resonancia, no consigue tu palabra, ni tus labios, ni tu amor. Sólo en el verso podemos mantener la relación en este parto de piedra, de arrebol y concordancia. Te sueño cada instante, como encina anclada en mi ribera para sentirte amor, raíz y mordedura en mi costado, roja-añil, cómo el atardecer de un pueblo entre zafiros.

Canta mi alma una lira en libertad de pobre primavera, que intenta florecer desde la ausencia en tu chal dorado, hurgando en este clamor de sangre y tierra que respiro.

En el campo Quisiera morir de amor en una dehesa extremeña, junto al tronco de una encina, muy cerca de las ovejas. ¡Quisiera morir de amor, pero el amor no me deja!


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Diáspora

y ellas, mueven con amor, sus ramas agradecidas, y todas juntas, cual son, trémulas y conmovidas, con la fuerza de un clamor me dicen: ¡tierra querida!

A las casas y centros extremeños Por su lucha y su tesón. Cinco encinas me hacen garra en mitad del corazón, una va al norte y trabaja toda llena de pasión. Otra en el sur vive y canta entre azules y sudor. Otra en el este suspira recordando tu color, mientras al oeste mira. Otra en el ocaso anida, allá donde muere el sol, y otra en el centro hace vida pensándote con amor. Y todas, muy verdecidas, se llevan mi corazón entre raíces y heridas. Yo, les canto una canción, con sabor a patria chica,

Hay lágrimas de dolor en el centro de mi herida. Pero, ¿qué puedo hacer yo? Ellas, todas me conocen, porque una de ellas soy yo. ¡Ellas todas la recuerdan latiendo en su corazón, y todas, volver quisieran lo mismo que quiero yo!


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Tu nombre llevo en el alma

es una célula viva que en mi cuerpo se desmaya. No hay más que verte y olerte, para saber de tu casta, y del tesoro dormido que se ha prendido en tu entraña. ¡No despiertes por tu bien, yo te diría tierra amada! Pero una voz interior me grita: ¡no! ¡que no lo haga! ¡Que te remonte en el cóndor y en el vuelo de las águilas! Que las flores del almendro con su belleza callada te han hecho corona y manto, cual sueño de enamorada. Pues basta ya del silencio, del olvido y de la nada. Despierta ya de los sueños y de conquistas pasadas. Es hora de hablarle al mundo con la voz y la palabra. Nadie escucha a las encinas si no levantan sus ramas. Nadie la herencia engrandece si no la cuida y la ensalza.

A don José Cabrera, extremeño que también lleva en el alma ese amor a la tierra que nos vio nacer. De las diecisiete bellas comunidades de España hay una que de arreboles tiene bañada la cara, el jaspe, la seda, el oro, el ópalo y la esmeralda, la encina, el álamo, el roble, el alcornoque y la jara, el castaño junto al río, y el enebro en la hondonada, el cerezo sobre el valle, y en la dehesa la retama. El moral sobre el Paseo y el madroño en la escarpada, el nogal junto a la sierra y el cantueso en la llanada. La higuera, el fresno, el olivo, y el dulce sueño de parras me van descubriendo el nombre de mi tierra verde y parda. No cantarte pueblo a pueblo, es la pena que me embarga, no decirte mis amores en cada aliento del alma


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¡Nadie escucha los silencios, aunque los silencios hablan! ¡Despierta ya tierra mía, que en el mundo lo demandan, es hora de hablarle claro, con la voz y la palabra: Europa te lanza un reto, que no es de piedra ni espada, que son "Euros", ataduras, económicas palabras, palabras, que si no entiendes, serás novia abandonada! ¡Y dile a Maastricht, que tienes de "materia prima", el alma! ¡Despierta ya tierra mía! ¡Dale vida a tus estatuas! ¡Que sepan los Parlamentos, de tu linaje y tu casta, que tus palabras se entienden desde Méjico hasta El Plata! Que sepan que tú no vives de las conquistas pasadas; que lo llevas con orgullo, pero no cómo coraza. ¡Que tu espada ya no es Cortés, ni Pizarro, ni Orellana, que es el sudor de tu frente la despensa del mañana, que es el valor de la gente que te representa y habla,

los que ponen en Las Cortes la fuerza de la palabra para decirle a este mundo, que no eres tierra olvidada!


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Romance elegiaco Construí este romance a borbotones sin pensar en la técnica del lenguaje, sólo me movía el corazón, y todo en mí era tristeza.

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A las víctimas de la riada en Badajoz y en Melilla. Cien alazanes eléctricos le dieron luz a la noche. Se agita la aurora en truenos y negros nimbos se rompen en aguaceros de muerte y en fríos puñales sin orden. Sólo la luz del relámpago le pone voz de reproche a la tromba de agua helada que un manto de mares pone sobre el lecho del Guadiana, cauce que no puede más, ¡que no puede más y estalla

en un llanto desolado porque el agua se le escapa! ¡Porque el agua se le escapa en besos de muerte y barro sobre Badajoz que calla! Pues es noche y todo duerme bajo el arrullo del agua. Pero esta vez no es consigna de bienestar para el campo ni para la tierra parda. Ahora llueve, llueve y llueve... La tromba vomita y sangra mientras remueve y remueve escupitajos de barro que van sembrando la muerte. El Calamón se desborda y sobre el Rivillas tiende un duelo de olas y barro y entre los dos, "Cerro Reyes" donde se agitan los cuerpos y pide ayuda la gente. Van entre el agua y el cieno


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como heliotropos sufrientes.

y que España entera llora y de corazón lo siente!

¡Esta vez , el agua besa y sus besos son de muerte! También Arroyo Los Caños se ha desbordado en Valverde y amordaza bajo el agua las rosas de sangre inerte. Y también ahora en Melilla, aunque en causa diferente. i Señor! ¡Pedimos por ellos! ¡Que a todos tengas presente, que a tu lado siempre brillen en un Altar preferente! ¡Que sea el cielo su bandera y nuestros besos les lleguen llenos de amor y de entrega de flores y de presentes! ¡Y diles también, Señor, que el Guadiana es una lágrima, porque también es doliente,

Madrid. 5 de noviembre de 1997.


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Vuelve a Valencia de Alcántara

Valencia de Alcántara, sí, y el Barrio de la Estación con su Rivera de añil regando tu corazón ... -Vuelve... Te dice en suspiros, vuelve por mi con amor, si te fuiste malherido yo curaré tu dolor ...

A José Duran Gaspar. No lejos de Portugal, en el Oeste extremeño hay un jardín natural que se desprendió de un sueño. Valencia, no la del Cid, sino la del campo abierto, la de la Rivera Avid, la que nos va en el recuerdo. No lejos de Puerto Roque, entre sierras y color, un pueblo de historia noble palpita en tu corazón. Valencia, no la del Cid. La de Alcántara y amor, la que suspira por ti con la sangre y la Pasión.

Es el pueblo quien te llama, es la tierra en dulce voz quien te quiere y te reclama desde su fuero interior. Vuelve emigrante a Valencia que tu rosal sigue en flor, rompe la voz de la ausencia, pues te llama el corazón. Vuelve visitando campos, las ermitas y las fuentes, las historias, las encinas y los reflejos del puente.


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Vuelve a tu tierra extremeña. Vuelve con el corazón que tu lágrima en la tierra sigue reflejando amor.

Poema a Logrosán Palpitante corazón sobre el recuesto

Vuelve emigrante a tu tierra, vuelve al recuerdo, a la sangre ¡Vuelve al lugar de nacencia que la tierra es lo más grande!

Logrosán, palpitante corazón labrador y ganadero. En tu línea bajo el sol va Zorita, Berzocana, y Cañamero con Navalvillar de Pela que te hacen jardín de ensueño. ¡Ay Logrosán, tus mujeres de remembranzas serranas ¡ Se afanan en sus quehaceres y son madres entregadas. En sus miradas los sueños, se hacen amor, se hacen alma, y consiguen con pasión la igualdad que ya proclaman. Sin salirse del amor con respeto y esperanza nos dicen a los varones: "que hay que hacer cosas en casa” “que hay que ayudar " ¡ Son razones!


60 Los hombres de Logrosán son amigos, caballeros, extremeños de verdad. Completos en el amor, en el trabajo y los sueños. Amantes de sus mujeres, valientes, inteligentes y tiernos. Logrosán, i Sueño de amor! ¡bello sueño !, Cuatro Esencias te protegen más la que vivió en el Cerro, cuatro miradas de amor, cuatro Puntales del Cielo: San Mateo con Reliquia y Virgen del Carrascal sosteniendo a su Pequeño. El Cristo La Quinta Angustia, Santa Ana, y la Ermita del Consuelo con la Virgen Soberana que pide a Dios por nosotros con angustia en la mirada. ¡Virgencita del Consuelo !

61 ¡Madre de amor venerada ! ¡ Tú, escuchaste a las madres cuando con pena lloraban ! Logrosán, ¡ ay Logrosán¡ ¡ Logrosán de mis entrañas¡ Aunque, quieras tú, o no quieras, hay un jardín que té sueña, una fuente que te canta, una rosa que te escribe los poemas de su alma y un poeta que sin voz quiere decirte palabras, palabras que a tí te sobran porque tu gente te quiere, porque con verte ya basta. Logrosán, eres sencillo y hermoso y te sobran las hazañas, solo con verte en el valle se queda el alma colmada. El Santo, junto a la fuente del Moro,


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la dehesa boyal y el Ruecas me dicen de tus tesoros: Los montes de las Villuercas, Las Brañas de Cañamero y la Cabeza del Aguila son para la vista un sueño y para el amor campana.

para prenderse en el manto de la Virgen del Consuelo.

Desde tu antiguo Poblado, donde los dioses se inspiran, se ve tu imagen preciosa de zafiros y de nardos coronada de amatistas, y arriba, allá en el roquedo, un alcornoque suspira su soledad bajo el cielo, y de sus hojas mil perlas se desgranan por el suelo y ruedan montaña abajo para decirte: "¡ te quiero!" sorteando los jarales, las madroñeras y brezos, el cantueso y las escobas y la sombra del majuelo

Madrid, 30 de Abril de 1998.-

r

¡Ay, Logrosán de mi alma! ¡Palpitante corazón sobre el recuesto ! ¡Vine por verte la cara ¡ ¡Me voy besando tu suelo !


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Se quejan las encinas

En el iris de mis ojos

Soneto Madrid, octubre de 1999.La quietud de la dehesa me envolvía en el áureo vestido de la tarde; y el silencio sonoro del ambiente en suspiros de amor me devolvía: el llanto quejumbroso de lo inerte. -¿Acaso, no me ves? Me repetía. Y yo, miraba y miraba, y no veía, ni el dolor, ni la pena, ni la muerte. Y, sólo troncos, ramas, sólo encinas... Ignorante mi mente no entendía las voces de socorro confundidas en su podrido cuerpo y su agonía. Enfermas las encinas reclamaban esa ayuda de amor que no venía. Sí. ¡Desierto! ¡Desierto, me gritaban! Y yo, ¡ pobre de mí, no comprendía!

En el iris de mis ojos se clava de amor la encina y el blanco pico de Gredos a lo lejos mimetiza, un preludio de palomas y un requiebro de azucenas, mientras que la brisa mueve una nube que declina allá en la infinidad del cielo, que la trenza y aglutina con en el entramado azul, donde la sierra culmina.

El gran castillo de Belvís, torre de granito y fuego va contando sus amores, como se cuentan los sueños, desde allí los encinares, son una alfombra que cubre el rebaño de merinas y el cordel del arañuelo, todo a lo lejos es verde, donde destacan los pueblos, con el blanco de sus calles y el rojo vivo en los techos.


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Con el canto de las aves, y todo el vivir del campo

El bando de tordos negros bajo la encina alborota y un grupo de grullas vuela formando letra en el cielo: Letras, números y cosas, que en mí, fueron un misterio, igual que la cruz de nieve, que en la sierra yo recuerdo. El hijo del guarda viene con la yegua por la trocha, en tanto el pastor descansa sus brazos en la garrota y mira a un cielo sin nubes donde los buitres se agolpan. Andando va cómo un cristo, mientras las merinas mueven el pardo manto de lana, que sobre la piel sostienen. El hijo del guarda sigue mientras los perros se duermen.

se va grabando en el alma la tierra que quiero tanto Un concierto de cencerros al arroyo se aproxima, es la manada de vacas que va comiendo y gozando la hierba tierna y neonata, que cubre el terreno pardo, mientras el charro al galope se va en la jaca silbando. En la falda de la sierra donde termina la nieve montoncitos de zafiros los pueblos se me parecen. La dehesa vive un murmullo de zorzales y de alondras, de cucos y de abubillas, cogutas y aguzanieves, de lavanderas curiosas, y tímidas aves verdes, que como el mirlo se esconden y entre su canto se pierden. Y allá, en el claro del cielo, planean águila y milano en busca de algún polluelo que se despista en el llano.

A lo lejos, se ve el humo del chozo de la cabrera ya que a la puerta en la lumbre, se calienta la puchera, un cocido de garbanzos con su añadido y su presta. Desmonta el jinete amante, cuerpo de roble y de gozo


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pues le aguarda una mozuela que sueña amor en el chozo. De lavar viene la madre, tosiendo desde el arroyo.

Partir, estar y volver

En el encinar los pájaros, cantan, vuelan y alborotan, ellos, expresan los sentires que en mi alma se desbordan. Toda la paz de los campos me cinceló en la retina todo lo bueno y lo malo que mi corazón conserva, es, como el volar de un ave, que se remonta y se quiebra herida por un disparo que muerta la lleva a tierra. Así se quejó el poeta, de aquella niñez perdida, de aquella voz de vivencia, que no es queja ni es herida. Imágenes de una tierra con sabor a patria chica, un recuerdo hecho piropo, para la dehesa extremeña que tiene vida de niño con candor de tierra y leña y no muere con el tiempo, porque el poeta la sueña.

Partir Y me duele tanto, amor, marcharme de tu vida que se me queda el alma dolida para siempre. Esto, no será una huida porque tú lo consientes, porque sabes amor, que te querré mientras viva. Sólo llevo de ti recuerdos y visiones, amores enquistados en el fondo del alma, poesía muda y sola, sin ritmo ni esperanza. Trabajo es mi palabra, henchido de ilusiones. Me queda en el recuerdo tu piel de seda verde, tu cariño de madre, tus cielos y tus nubes. "Un no te vayas hijo", y un algo que me muerde Me queda tanta tierra detrás de la ventana que se me muere el alma cuando te dejo sola. Sí, me queda tanto amor, que volveré mañana.


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Volver Estar Distantes... Estamos tan distantes vida mía Pero te quiero tanto, que no tengo distancias. Sólo la ausencia duele, las duras resonancias Es el amor, que suena, que vibra noche y día. De ti recuerdo todo. De ti todo me llena Tu nombre llevo en alto por todas las riberas. ¿Por qué te extraño tanto, mi amor? ¡Si tú supieras! Cada noche te miro. Te siento entre mis venas Tú, eres amor, la mar, el barco y las estrellas. Yo, sólo la esperanza, la duda, la quimera, el sueño penetrado que te añora y espera. ¡No! No te vayas amor... Quédate en mi ribera. Yo te estudio. Te siento. Te adoro en cuerpo y vena, y sigo en la esperanza de estar pronto a tu vera.

Volver. Para qué volver, si tu no me reclamas. Volver. Para qué vuelvo, si ya no me conoces. Perdimos con el tiempo, la mirada y el roce, y tengo el pensamiento de que tú me rechazas. Ya no me quedan fuerzas para volver a ti. Se me encorvó la espalda por el peso y la lucha. La voz de la experiencia me dice que no escuchas esas canciones tuyas que tanto repetí. Volver a ti me cuesta sentirme forastero. Se fueron ya mis padres. Sólo me quedas tú. Me sacan por la pinta o el mote de mis viejos. Se me oscurece el alma por no saber quien soy. Yo que tanto luchaba con tu nombre en la boca, ahora ya, ni vengo, ni voy, ni sé de donde soy.


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Versos a la Santísima Virgen de la Luz

La plaza estaba a oscuras. La plaza estaba sola, esperando la Luz y la Hermosura de tus Ojos de amor, mi gran Señora.

¡Bienvenida Luz Divina! ¡Bienvenida Reina y Madre! Tú eres claridad del cielo y latido sobre el aire.

¡Cuántos quisieran ser poetas de tus Ojos! ¡Cuántos quisieran ser diamantes en tu manto! ¡Cuántos quisieran ver tu cuerpo luminoso bajo la Luz Divina de tu encanto!

Se llena el atrio de aromas, la piedra refulge y viste de mujer, ternura y rosas sólo para recibirte ...

Pobre queda la luz en tu corona Ante el brillo viviente de tus ojos, Pues el aura de amor que te corona hace opacos los brillos más hermosos.

Una vez más, Tú has bajado a este pueblo que te adora. Una vez más Tú has sembrado de luz el alma y las cosas.

No hay brillante que pueda reflejarte, ni poeta que pueda hacerte versos si la fuerza expresiva sobre el arte no refleja la esencia de tus besos. No hay artista sin Ti, ni amor siquiera, ni lucero que alumbre en el ocaso, ni palabra inventada, ni planeta como el verso de amor que va en tus manos.

Desde tus ojos de amor

¡Virgen de la Luz, querida cada día más hermosa, cada vez más requerida 1 por el pueblo que te implora!


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¡Qué paciencia la tuya Madre Buena! ¡Qué humildad es la tuya gran Señora! ¡Cómo escuchas a tu pueblo con esos ojos de aurora!

A tí, Ismael

¡Sigue tu camino, Estrella! ¡Entra en la Iglesia, Paloma¡ ¡Sigue tu camino Reina, Arroyana y Luz preciosa!

(Elegía por el pintor de los colores más intensos.) Con tus suaves manos los pinceles dejaron el color tan penetrado que se hicieron amor, los trazos mas infieles llorando por tu cuerpo enamorado.

Tanto amor pincelaste en tus lienzos que tus lágrimas hicieron de pintura, entregando tus últimos alientos amasados de amor y de ternura. Quiso Dios, llevarte muy temprano al lado de los ángeles pintores; porque quiere que pintes con tus manos una gloria de amor llena de flores. Nosotros y la tierra, te queremos insertado de amor en nuestras almas,


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y Extremadura quiere que te hablemos: de pintura, de amor, y de plegarias.

Soneto A Miguel Espadero

Pondremos inteligencia en cada ojo. Pondremos Ismael en las palabras, para ver y decir de tus tesoros, para ver y decir tus pinceladas.

Y con tu boca sueña dulcemente el pétalo sublime de la rosa, esperando tu beso, ¡tierna cosa! Porque quiere sentirte eternamente.

Parla, 4-5-99.Déjame recordarte entre la gente y sentirte en mi mar como las olas. En tus verdes encinas caracolas, tu corazón de niño se presiente. En las peñas resuena tu poesía como canto de amor entre jilgueros, llevándole a la Virgen tu alegría. Arroyano sencillo, dulce y bueno. Extremeño, poeta, "Glorio" y risa, llévate mi saludo ¡compañero!. Añoramos la luna de tus ojos y la dulce palabra de tu aliento.


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Vives en mí

Rosa, rosa de amor, tema de poetas y de muertos, de lunas y de novias. El jardín se desmaya con tu sola presencia, tan allá y tan cercana, y las piedras rechazan tus lágrimas inquietas, dolientes y queridas, ellas, resbalan en sus pelados lomos prendiéndose en la hierba. El trébol las aguanta, de adorno y de cumplido, con el paciente césped en simple convivencia. ¡Lágrimas! Sólo yo las ansio porque vienen de ti. Sólo yo las contemplo penetrando en mi seno, cercado por las piedras de silencio infinito. ¡Estamos tan lejanos, pero tan cerca en alma, que te percibo en niebla para no ver más cosas!... Entre gris me resalta tu imagen purpurada, doblegada de amor y de silencio. De quién es el silencio. Sólo tuyo, porque mi amor no calla... Este amor es un grito que me surge del fondo, esculpido en la ausencia. Eres la mina veteada que me pide inconsciente, requiebros y palabras.

A mis amigos, Tita y José Antonio. Como rosa mojada bajo la niebla intrusa te perciben mis ojos. ¡Eres tan preciosa!... ¡Estás tan solitaria!... ¡Me traes tantos recuerdos!... Que se abren las nubes de mi alma para sentirte en luz, en rosa, en todo... Sé, que no debo cantarte, amor, ni sucumbir al (delirio de los sueños, mientras que el mundo cargue con heridas de (guerra y atroces terremotos. Una voz interior me dice, que no le cante a la rosa (ni a la primavera, que no me deje llevar por los impulsos inocentes (del poeta rumoroso, pero, qué puedo hacer, si me siento la pluma de su (alma, y sólo es ella, la imagen y la estrella que relumbra, en la mácula lútea de mis ojos. Qué puedo hacer, si no, que sucumbir a su dulzura tan lejana y tan bella.


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En la tensada fibra de tu bonito vientre me quiero (generar. Esa veta colmada, refulgente y promiscua de (diamantes y olores, me tiene postergado a tu recuerdo, cada segundo (más. En tus ojos anidan el alba y los crepúsculos. Ojos celestes, que guardan cielo y tierra. Pero en ti los mineros, ni excavan ni barrenan. Tu silencio, me acerca tanto al aire, que me tiemblan las hojas conmovidas. Me penetras de amor más que el dardo a la espuma. Sólo silencio tuyo, silencio y más silencio... Pero el amor, también germina sin palabras y se esconde en la bruma, en la luz y en la noche... Pero tu silencio, es el todo y la nada de mi vida...

Jardín ribeteado de luces y de sombras. Yo, me siento palabra. Soy quizá una palabra. El ruido que te nombra entre la niebla. Palabra que te siente, te pronuncia y reverbera. Palabra que presencio en cuerpo y alma: ¡Tu nombre! Vas en mí. Vives en mí. Germinada en mi tierra. Hablas en la luz diurna que contemplo y caminas en mí, sobre mí, en la ausencia... En esta ausencia rota por las gotas de agua que de ti se desprenden. Gotas, gotas transparentes que me fertilizan. Gotas que se quedan temblando sobre mí. En mi tierra olvidada. En mi espera. En la carne amasada de un suspiro. En el grito de guerra de una pluma, que se moja en la sangre de mi herida. Aunque mis musas se revelen contra el sueño, y me cueste dolor ser tu capricho. Tú, eres la rosa y la amatista, que en mi pensamiento anida. Yo, esa tierra. ¡Ay, esa tierra! ¡Esa tierra reseca que te acoge eternamente, para darte en amor, el germen de mi vida!...

Amor, de ti no espero nada, sólo imagen. Sólo escucho la voz de mi latido y te siento, y el ansia incontenida de este amor, estalla en el (recuerdo. Tu recuerdo... Eres palabra y vida, sueño y niebla.


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A Elena y Sergio

A Elena y Sergio

Soneto

Poema

Debiera ver el mundo vuestros ojos de luciente crisol, diamante y dobla, pues en ellos la luna se desdobla entre rayos de amor, llena de gozo.

Elena la pastorcilla llenó de incienso su cesta pero tuvo la muy pilla un pañuelo a la cabeza, y así guardaba del frío esas lindas orejillas teñidas de rosa y lirio.

Ella misma despierta en son mimoso a una rosa temprano que se dobla admirando al natural la bella obra entre rayos de plata y sol hermoso. Nunca la rosa viera dos fulgores tan completos de risa y de belleza, tan copiosos de luces y de flores. La rosa desmayada en sus colores no pudo levantar más la cabeza y se brindó de alfombra a los pastores.

Con sonrisa de buen pillo, el pastorcillo a su vera supo darle calorcillo, pues la prestó su zamarra con piel de buen corderillo. Sergio, intrépido y bravo dijo que la cesta al suelo, que no quería tanto enjalmo y se puso firme y tieso


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con la garrota en la mano.

Sabor a padre y madre

Sergio y Elena llevaron presentes al Nacimiento, y entre nosotros dejaron el más hondo sentimiento.

A Elena y Angel, en el día de su homenaje.

¡Vivan los niños del mundo! ¡Vivan los locos bajitos! ¡Vivan reyes infantiles! ¡Y vivan los pastorcitos! Madrid, enero de 1999.-

Ellos tienen sabor a padre y madre y son el alma y la carne y el afán de esta vida de sal, de harina y sangre, de este tiempo de amor, trabajo y pan. Llegaron hasta aquí, y aún seguirán preparando la masa de un pan grande, tan grande, que no cabe sobre el mar. Es todo amor el fuego de sus carnes, y están aquí, dispuestos a entregar el todo de su vida y de su nadie, el todo de su alma, hecho de dar. Ellos tienen sabor a padre y madre, y en sus besos anida la bondad, con el más grande cariño donde arde la llama inextinguible y familiar, del calor que nos dan tan perdurable amasado en el homo fraternal, de la entrega más colmada y entrañable. Peña Horcada, 6-01-2.000.-


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A Juan Ramos, poeta

A Pepe None "Genio y figura

Eres vate de buen hacer y oficio, amado, sencillo, encina recia que llevaste a tu Arroyo en forma regia donándose en amor tu sacrificio. Tu arroyano sentir te dio el oficio y el pueblo con amor, bien que te aprecia. El pontones refleja tu presencia y en resoles te entrega el beneficio Cállate amor si sólo eres palabra, en verso le dijiste al mundo necio del que recoge fruto y nunca labra. Amor, y sólo amor era tu precio, en palabras en verso pregonadas a tu Arroyo sacaste del silencio.

Figura de planta y genio, arte extremeño y marfil. Vibra la voz de un empeño de nuestra tierra a Madrid. ¡ Sombrero! ... ¡Ay, tú sombrero! Pepe, caricia de abril, genio de hombre señero, universal y cafií. La caricia de tu voz, beso de sombrero y luna, se clava en el corazón con tu genio y tu figura. Por la copla que florece bajo tu voz de ternura, nuestra tierra ya te debe "Medalla de Extremadura"


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Extremadura es un sueño y contigo va en altura, porque tu voz es requiebro y la quieres desde cuna. Mérida te tiende alfombra de flores, teatro y grana y la aurora deliciosa con añil de Santa Eulalia. En tu baúl de viaje laten sombreros con vida y un beso que va en el aire con la canción de tu vida. ¡Qué se sientan los suspiros, qué vibren los corazones, que está cantando mi amigo, mi querido, "Pepe None"

Los Harrieros

Madrid, 23-04-99.-

Para el Grupo "El Harriero ” de Arroyo de la Luz. Por un camino de tierra caminan los harrieros, buscando la carretera para llegar a otros pueblos. En el alma llevan penas y en el corazón recuerdos. La muía lleva pereza, el burro gira el pescuezo, agobiados por la carga del pesado cargamento. El harriero les canta una canción de la tierra. Los serones van repletos de pucheros y cazuelas, de cántaros y piporros, de botijos y barreñas y no falta algún jarrito que adorne las aguaeras... La escuilla y el tostador, cantarilla y tapaderas,


90 barriles y escarfaó, cerámicas de la tierra, sin olvidar las tinajas que a los animales quiebran. Caminan los harrieros del Arroyo pa otras tierras con el corazón herido, y apenados por la ausencia de dos Madres y una novia que llevan en la cartera. ¡Pucheros del Arroyo!, repetían con sus voces de cometa y en la pana de sus trajes color de miel se detecta. De sus chalecos, en oro, cuelga un reloj de caena con garabatos romanos y un tictac que les despierta. Los harrieros caminan de pueblo a pueblo, y vocean: ¡Los pucheros del Arroyo!... Con sus voces de cometa.

91 Caminan los harrieros del Arroyo pa otras tierras y en el fondo de sus almas brilla la luz de una estrella, el recuerdo de sus casas y el de su Virgen morena, a la par que de sus bocas una canción se despierta: "Caminan los harrieros del Arroyo pa otras tierras y en el fondo de sus almas brilla la luz de una Estrella, el recuerdo de sus casas y el de la Virgen más bella. Caminan los harrieros por un camino de tierra para vender los pucheros que se hacen con el barro, con el buen barro extremeño y con las manitas diestras de los buenos alfareros


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Por un camino de tierra caminan los harrieros buscando la carretera que los llevará a otro pueblo.

Harrieros de mi pueblo, morenos de verde luna, con este cantar yo quiero desearos la fortuna y la paz de los recuerdos

Los serones van repletos de pucheros y cazuelas, de cántaros y piporros de barriles y barreñas. Caminan los harrieros por nuestra tierra extremeña, caminan los harrieros del Arroyo pa otras tierras con sus muías y sus carros, sus burros, sus aguaeras, sus serones, sus cacharros y el amor de sus morenas, de sus rubias y sus blancas y el sentir por una tierra de canchales y de encinas y el reflejo de una Estrella que luce con luz Divina.

Voz de viento y son de alma A la peña flamenca de Arroyo con toda mi admiración. Cómo suena la guitarra morena de oro y de viento por una mano besada ... Entre caricias de dedos cómo suena la guitarra recién peinada y al viento ... Cómo suena la guitarra para herirme el corazón,


94 que se hace voz y lamento ... Qué bien suena la guitarra, cómo me arranca de dentro esa voz que me desgarra... Ese lírico recuerdo que en el aire se hace alma y en la boca sentimiento ... Qué bien suena la guitarra para degranar las penas que me llueven como lágrimas Qué bien suena la guitarra cuando la besan los dedos; qué bien suena la guitarra llena de paz y sosiego.

Qué bien suena la guitarra para dar el "dos de pecho", en una noche de fiesta cantando para mi pueblo.

95 Qué bien suena la guitarra en una noche de ensueño; qué bien suena la guitarra cuando la voz se va al cielo No me arranques, por favor guitarra de oro y de viento, no me arranques más dolor que me llora el sentimiento y tras de tu voz, mi voz, a tu toque se hace eco para morir en el aire desgranándose en el viento. No me arranques, por favor, más cante de sentimiento que el alma me va en la voz y cantando te la entrego. Qué bien suena la guitarra cuando canto y en tí pienso, qué bien suena la guitarra bajo tus ojos de ensueño:


96 . No me mires más mujer con tus ojos de misterio que mi voz y tu querer me está quemando en el pecho. No me provoques guitarra que mi voz se lanza al viento por un amor de mujer... y un sueño que llevo dentro. Guitarra, mujer y vino, valentía, sangre y sueño, amor, dolor y destino, alegría y sentimiento... ¡Ay, guitarra qué bien suenas cuando le canto a mi pueblo! ¡No me arranques más amor que ya en la voz te lo entrego!

En la luz de tu mirada La luz se quebró en tus ojos cómo en un nimbo enjoyado, entre arreboles hermosos

97 herida por los topacios. Si en tus ojos faltan luces, las tiene tu corazón, que pleno de vida exhala la luz más clara de amor. Palpitante va en tus manos esa caricia interior que no sucumbe a las luces porque el alma tiene voz. Voz y ojos, vida y sol, cielo y nube, tierra y planta, reflejo, tacto y sabor. En la raya de lo oscuro comienza el amor a ser, ciego por lo que no ha visto, más ciego cuando lo ve. Traté de cerrar los ojos para verte en la distancia. Te vi más cerca que nunca, más interna, dulce y cálida,


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te vi más pura y más tierna que aquella rosa mojada que nace sobre tu tierra. Te vi, más luna y más cielo, más Galicia, más entraña, más mar, más ola y estrella, más el todo que la nada, más el centro de las cosas, más linda que una mirada.

Versos a la Virgen de la Luz Del pregón de 1997 ¡Quisiera decirte tanto! ¡Decirte tanto quisiera! Que el alma me va en la voz cuando te tengo tan cerca. Qué se callen los silencios. Qué se apaguen las luciérnagas. Que no haya más luz que Tú, ni más sol que tu presencia. Parecen llevar tus manos el Verbo que en Ti se hiciera. Un corazón palpitante que se transfigura en vela. Quisiera decirte tanto. Decirte tanto quisiera. Que sólo con verte Madre silencio se hace el poeta. ¡Porque más poesía que Tú quien imaginarse pueda! Se ha callado el alfarero,


100 duerme el barro en Tu presencia y en la tela de Tu manto en zafiros te requiebra. Quisiera volver atrás en esta tarde abrileña para recordar tu casa y cuando saliste de ella. En la higuera de tu Ermita tus ojos prendieron velas, velas que lucen al verte y te aplauden cuando llegas. Los olivos te hacen lazos de verde linaje en seda y lloran porque te vienes y rezan para que vuelvas. Un lirio trenza en la dehesa una cruz violeta y grana, y el reflejo de Tus ojos le ha puesto al sol grandes alas (y quieto queda en el monte para verte cuando pasas.) Tiene la tarde arreboles y el encinar llora lágrimas de pena porque te vienes

101 y de alegría porque pasas fijando tus ojos negros sobre el verde de sus ramas. El camino trenza un puente de pepitas de oro y grana y en la cancilla te espera esa alfombra tierna y mágica, que ha de traerte hasta aquí en trémula y dulce barca. Las velas que luce el monte cuando Tu vienes se apagan y en el musgo de los canchos líricas voces te alaban. ¡No hay flor que no resplandezca, ni aliento que no te aplauda, ni hombro que no se ofrezca por el Amor de Tu cara. Las viñas te hacen hilera de rizados y amalgama y te besan a lo lejos bajo la tarde dorada. A Tu paso por la charca el agua de amor te arrulla y se hace beso de plata


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porque se siente más tuya. Allí las olas te brindan las transparencias del agua y toman de Ti los besos rizados de sol y nácar. El pescador tiene hoy su costera bien guardada, porque prefiere Tus ojos antes que el rizo del agua.

su cariño y su plegaria! Y yo te tiendo mis manos para recoger tus lágrimas en nombre de este Tu pueblo que con tanto amor te aclama. ¡Sigue Tu camino, Amor y gracias por tu parada! Queremos darte alegría besándote con el alma por escuchar a Tu pueblo que con tanto amor te aguarda. ¡Sigue Tu camino, Reina, alcaldesa y soberana! Sigue Tu camino, ¡Amor! que la Corredera calla... Y cada paso es un beso del pueblo que te acompaña, y cada son de la música un aplauso que te manda aquel que no puede verte en esta tarde soñada. La Asunción guarda silencio anhelando tu llegada Virgen de Amor, ¡Qué alegría!

Ya has llegado, ¡Virgen Buena! Ya estás aquí, ¡Virgen Guapa¡ En el Santo las cigüeñas con el pico te hacen palmas. ¡Todo es silencio, y la luna, tímida en Tus ojos habla un desmayo de azucenas porque Tu luz es más blanca! ¡El pueblo que te suspira y te adora con el alma, un año más pone en Ti, su vida, sus esperanzas, su música y su sentir,


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¡Tenerte otra vez en casa¡

El ser humano

¡Viva la Virgen de la Luz! ¡Viva Nuestra Patrona!

Arroyo de la Luz, a tres de Abril de 1997.

¿Qué es el ser humano cuando está en el olvido? ¿Qué ocurre si sólo piensa en él? ¿Se hace animal sin lucha y esqueleto sin freno? ¿Es culpable de nacer para ser explotado y malherido? ¿Es acaso culpable de ser explotador? ¿Tiene el hombre la llave de habitaciones cálidas? ¿Es culpable de no hallar soluciones para una vida digna? ¿Es feroz y egoísta hasta el extremo máximo? ¿Es capaz de olvidar a su semejante en estado agónico y verlo morir de hambre, de idea y de palabra sin mover una mano? ¿Es posible tanto pasotismo, tanta indiferencia y tanto desamor?... ¿Es el hombre capaz de transformar el mundo y hacerlo explosionar? ¿Se guarda comodines en su propia defensa o tiene como meta su propia destrucción?


106 ¿En su vertiginosa carrera, reflexiona y escucha la voz de los demás? ¿Es el hombre como ser humano, la mentira más grande de la naturaleza cuando se olvida de sus semejantes y del entorno natural? ¿Es a veces tan ciego, que buscando placeres se destruye asimismo? ¿Es tan extremado en el amor como en el desamor? ¿Este "Ser Humano", inteligente y racional, nace bueno o nace malo? Todo es verdad y mentira y nada es como parece pues el hombre crece y crece y de si mismo se olvida. A veces tiene en la vida más amor que se merece y otras de olvido perece porque le niegan la vida. No es la verdad de la vida lo que vulgarmente vemos, ni es el fondo de la herida, ni es el amor, ni el desprecio.

107 Si no pensamos no hay nada. Si no creamos no hay hechos. Si no estudiamos no vemos ese amor que tanto falta. No todo es bueno ni malo, es el mundo y su mirada, con sus penas y desprecios, sus olvidos y sus nadas. Hemos de ver en el niño a ese hombre del mañana y cuidarle con amor, porque es amor la esperanza. Ni todos nacemos buenos, ni todos nacemos malos. Es el amor el remedio entre buenos y entre malos.


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La mártir Se equivocó el gavilán Diocleciano y en sus garras mantuvo a una paloma, una tierna chiquilla que se asoma a un ventanal de amor dulce y cristiano. Ella, lucha en la zarpa del pagano, y en corazón y en boca, de Dios toma la fuerza del amor, y aún se desploma llevando el corazón entre las manos. Eulalia, caminó toda la noche ganándole al indigno las distancias para decir al Juez, sin un reproche: Que Dios la mantenía, día y noche, ¡que sería el martirio la esperanza! Los garfios y el dolor, ¡ brillante broche!... Desgarraron las llamas ya su carne. ¡Escritura de amor, dijo la Santa! ¡Oh, Señor! ¡Quiero acercarme! ¡Tú me hablas! La Mártir, expiró: ¡Dios la aguardaba!.

109 Llora de amor el Guadiana y una paloma en la orilla con las alas hace palmas. La luna en el agua gime con pena de enamorada. Nadie su dolor redime, nadie secaba sus lágrimas. Sólo la lluvia y el viento le arrancan voz a las aguas... Llora penas el Guadiana y el Albarregas suspira la ausencia de una zagala. En el espejo del río la Aurora se reflejaba... ¡Era una Luz entre lirios que para el Cielo marchaba y aquí dejaba el amor convertido en Santa Eulalia!


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Como pañuelos blancos Como pañuelos blancos de adiós viajan las nubes, el viento las sacude con sus viajeras manos. "Pablo Neruda "

A ella: Como pañuelos blancos de adiós y de ternura viajan las estrellas en tus lucientes ojos, ojos de amor y luna, de negro y de diamante. En ellos, esa luz sempiterna se hace farol y alumbra, y refulge por siempre cuando miras el mundo, y vives, y nos miras con ese amor eterno que de ti se desdobla.

A él Tus manos de jacinto se atesoran de luna, y un lucero lejano se muere con el alba. Todo duerme... Tú, duermes. Está quieta la cuna. Un ligero sonido se escapa de tu boca. Un leve suspiro Mis ojos te contemplan mensajeros del alma, y temen que despiertes y salgas de la cuna retozando y llorando, creciendo en la mañana. Tu mejilla rosada propicia para el beso me ha dejado en los labios el calor de la entraña. ¡Cuánto amor en el hijo que luego se nos marcha apenas sin notarlo en busca de otro amor! Novísima alborada... Pero, no importa. -¡Qué importa que te marches! ¡Mi corazón te guarda! ¡Mi corazón te espera! ¡Mi corazón no cansa! Mi corazón conserva todo el amor intacto desde que presintiera que bullías en mí.


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Antes de tu primer latido yo te entregué mi alma, mi amor y mi sentido. ¡Hijo mío! ¡Fulgor de mis entrañas! ¡Hijo mío! ¡Tacto mío! ¡Hijo en mi amor crecido! Por lejos que te vayas. Por mucho que te quieran. Te sentiré conmigo. ¡Hablando y en silencio! ¡ Callando y en espera! Te sentiré conmigo, besando y sonriendo, y aunque me des castigo por lejos que estuvieras te sentiría conmigo.

Los niños de la jungla Oh Señor, escucha esa voz que te pide, esa voz que te aclama, esa ternura tuya, esas luces del alma que tanto se hacen tuyas ¡Señor, antes que huyan escucha su mirada! Pues en ella se juntan el hambre de los cuerpos y la voz de las almas ¡Señor, antes que huyan escucha su llamada! Son niños que en la Jungla, sin Tí no serán nada Rebotan los inciensos en tesoros callados ... Señor, me nubla la mirada el oro de los templos y las arcas del mundo en sótanos blindados, mientras la mosca verde recorre la tapioca, y el niño ya sin fuerzas, ausente la contempla... Ya no le queda ni hambre, su flaqueza le agobia... En sus manitas leves, una muñeca rota se muere de ternura Señor, escucha la llamada de niños que se mueren hacinados de angustia. El hambre de sus cuerpos y la sed de sus almas


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les tiene encarcelados, en tanto que, en la basura de opulentos países se pudren alimentos sin rumbo ni destino.

El niño Saharaui

Señor, si Tú eres la conciencia remueve el entresijo de las tripas del mundo. ¡Le sobran tantas grasas que se muere de abulia! Mientras que un niño pobre, resignado contempla cómo la mosca intrusa le recorre sus carnes violándole injuriosa la piel de puro jaspe en busca de una herida. ¡Señor, escucha, escucha!... Los países del hambre se mueren sin tu ayuda, y es mucha la conciencia que Tú puedes sembrar en aquellos que olvidan ... ¡Es tan frágil un niño y tan débil su llanto que apenas ni se escucha! ¡Señor, perdona mi avaricia, mi petición, mi llanto! ¡Me siento tan culpable!.

Entre dunas de arena y sol ardiente un niño saharaui mira al mar. Al otro lado, España sonriente entre sol de arreboles y guitarras tras las sombras oscuras de poniente se agazapa indecisa tras el mar... A la espalda del niño va Marruecos entre Jeques de nieblas y de nubes, opulentos Sultanes ambiciosos que reposan al sol entre querubes. El niño mira al mar, algo se aleja. El niño mira al mar... Y la patera se balancea crujiendo entre las olas buscando no sé qué mantón de tierra que al oscuro poniente se recorta ... El niño mira al mar...Y de sus ojos, se rompen diluviando las estrellas. Es la fuente del alma que se queja herida por amor en lo más hondo. El sabor de la lágrima en su boca


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le dice de su estar oscuro y solo... Es la visión de España que atesora lo que devuelve al niño paz y gozo... El niño saharaui mira al mar, la mar salobre, la mar que lo separa del padre que se aleja entre la ardiente espuma de la noche... Una lágrima cae de la tersa canela de su rostro y temblando en la arena se disuelve y se quiebra invisible en la nada de la duna y los fondos... No la recoge el mar, ni Marruecos, ni España...

impresos en las auras de brillantes perfiles. Todos de lirio y verde, en ramas de granado.

El niño saharaui, piensa en el español que juega, en ese niño inquieto tras un balón de cuero, niño que ríe, que se entrega, que goza, que alardea de pases, de regates, de goles, de lucha en el encuentro, mientras las lágrimas que vierte no son de los ojos ni del alma, es simplemente sal que le sobra en el cuerpo. El niño saharaui mira al mar. Un mar de sombras... Al mar que cree culpable del olvido en que vive, a ese mar que devuelve marineros ahogados

El niño mira al mar, y a su balón de goma que rasgado se llena de arena de la playa. Es un balón ajado, oscuro... balón que ya no bota. ¡El niño mira al mar, pero la mar se calla!... ¡A lo lejos el viento, susurra entre las olas una canción de amor, de quejas y de nada!


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Pescadores de azul

Un mar enloquecido por causa de los vientos, el rayo y la tormenta.

-ProsopoemaA los tripulantes del "Marero", barco de pescadores, desaparecido el día 20-12-98, y a todas las victimas del mar. Trepidante y convulso, el mar embravecido se despertó en la noche... Aguaceros y mar. Sólo agua ... Ventisca. Aire y agua, mordiendo mar. Huracán. Olas. Tremendas olas. El mar... Ellos y la marejada... Se paran los motores. El barco inclina proa girando sobre si. Ronca el mar... Sólo ellos. Viento ... Sólo ellos y el mar ... La oscuridad sonora. La sombra figurada Aire y agua, se atacan bravamente. Combate enfurecido entre dos inmortales, con la sola presencia del temor de unos hombres, marineros, pescadores, centauros de la noche, que contemplan amorosos: ¡un mar sin compasión!

Sin motivo aparente, la lucha continúa, pero no muere el mar, ni el viento, ni la noche, ni tan siquiera el pez... En este desafío de olas y rugidos, desnudos como sombras, solo mueren los hombres, los intrépidos, los hombres y mujeres del mar, los valientes, los necesitados... Pescadores del frío, del miedo y de la niebla, del beso en la distancia, del corazón herido, del amor en los pulsos, del premio en la llegada... Ellos, pescadores del mar, abrasados de viento, exhaustos y entregados, por la inicua cantidad de un sueldo insuficiente, mientras que el mundo brinda con champán y pescado... La mar... El mar... El agua... Un ente poderoso, donde el pescador teje la urdimbre de su vida.


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¡Cuanto dolor la muerte! ¡La muerte sobre el mar! ¡En la mar!... Pescadores perdidos entre azules y sombras. ¡Héroes de las aguas, de la noche y el viento! Una cresta de ola, empujó vuestras almas hacia una luz latente, hacia un reflejo púrpura y renovado...

Hay una brisa ecuestre, suave y melodiosa que llora en la distancia. Se avergüenza dolida de su desdoblamiento, de ese amante paranoico y desatado. Y aún más lejos, la luna, en un preludio trágico de luto, se acicala. El sol, anda tan lejos, más que nadie, la curva de la tierra lo tiene sepultado... Los lamentos se vierten de las almas del puerto. La arena busca el agua. Vuestra forzada ausencia nos tiene intolerantes, tristes y desolados, y un iceberg gigante se quiebra allá en el polo, con sonido de escarcha. En la Casa real, pesadumbre y teléfonos, y una vela palpita sobre un arcón dorado. Presidencia desglosa alámbricas palabras. Salvamento remueve, la mar inacabada. Todo el parnaso tiembla con lírico dolor. Los pintores entregan el corazón a trazos. Los músicos enlazan poesía y vibraciones en cantos y sonidos, con luto de alborada. El viento en tierra fírme, desorientado aúlla y silba en los tejados.

Una aurora celeste os mide la mortaja de cosmo y purpurina, de ruidos naturales, de aromas emblemáticos de tierra y de jardín. Unas algas florecen en vuestras limpias ropas de jaspe y tulipán. Un barco va en el cielo entre rosas y nubes, en él, los tripulantes alados y en azul, saludan con amor. Sus manos son jazmines, pancartas que interrogan las causas de la muerte, pero el mar se las lleva con enigma de plancton. ¡Pescadores! ¡Marinos! ¡Centauros de la noche! Vuestros ojos de amor, reflejo de alabastro y ocarina, nos muerden el costado


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¡Pescadores! ¡Marinos! ¡Centauros de la noche al brillo de la lágrima! Nuestros ojos requieren vuestra imagen, y trémulo el oído, se afana en lo lejano. Lloramos. Rezamos. Vivimos un mundo de esperanza. Pero la mar es muda. El mar anda sobrado de lágrimas y rezos. Parece no escuchar ni la voz del arcano. No bastan nuestros rezos. El mar, no perdona descuidos ni abandonos. No bastan las palabras, ni los recuerdos, ni las tristezas, ni tampoco las rosas. Es amor la clave. Es previsión la forma. Es la conciencia lo mas bueno y cercano que el hombre tiene para paliar la muerte, para evitar pobrezas, para borrar las sombras del mundo de lo oscuro, y el egoísmo humano. Los hombres, primates ilustrados, disconformes y ambiciosos, añoran las riquezas. Mientras que algunos mueren, los otros degustamos marisco y vino blanco. Nos gusta ver la sangre, los hechos luctuosos y un cúmulo de cosas.

¡Mar!... Un grito en la distancia te pide los marinos. ¡Devuelve los pescadores! Pero el mar no contesta. No escucha las palabras. No quiere ser humano. El mar es inconsciente, no sabe los tesoros que oculta y el pensar de los hombres. Sólo responde a Dios, a la ley de las fuerzas, y, a un misterio lejano. No se siente culpable. Solo quiere lo suyo. No quiere más riquezas Un día, puede que el mar se canse, y nos escupa agua, y nos limpie de barro.


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A una flor candorosa

Citada para morir

Es para ti mujer, mi verso claro, y en las ardientes venas de mi cuerpo, navega aquel barquito que tiramos desde el puente a las aguas, y era nuestro.

Maltratada por un hombre que no supo respetarla. Un Caín de fuego y cobre, una criatura sin alma. Un asesino sin nombre que agazapado la engaña.

Se fue corriente abajo, raudo y trémulo, llevándose palabras que no hablamos y miradas de amor de aquel encuentro que siempre serán besos sin besamos. Ahora llevo en el alma ese barquito, pues me vino en amor, corriente arriba. El procede de mares infinitos, y es la flor candoroso y siempreviva, el velero de amor, que va conmigo, yo le llamo, mujer, cariño y vida. Y le abro el corazón cómo un amigo, para que anclado quede en mi rivera, y en este puerto azul, en el que vivo.

La pide cita; y la pobre, acude sola, y la mata. Era solo una mujer, una tierna ama de casa, un ser igual a otro ser, un aliento de esperanza, que no quiso obedecer al hombre que la ultrajaba. -¡Si no es mía, no es de nadie, dijo el "macho" por las bravas! La cita. La ofrece miel, y la cose a puñaladas...


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Ni un primate de la selva hace cosas tan malvadas. Ni el león mata a su hembra, ni la cobra, ni la hiena, ni siquiera la piraña ...

el crimen fu e en Granada, ¡en su Granada! A.Machado.-

Cuando querrá la justicia proteger a la mujer de los que dicen ser hombres y son "monos de papel" Madrid, octubre 99.-

La luna vino a la fragua A Federico García Lorca. Se le vio caminar... Labrad amigos, de piedra y sueño en el Alhambra, un túmulo al poeta, sobre una fuente donde llore el agua, y eternamente diga:

Se mezclaba el color de los añiles con el ceniza gris de la mañana........ La luna vino a la fragua a coronarle de mirtos, de nardos y rosas blancas. La luna vino a la fragua en ausencia de los niños que ya no quieren mirarla... Tiene la luna tristeza, tristeza de madrugada. Baja el árbol la cabeza y llora la fuente clara un cromatismo de perlas por una muerte anunciada. Un gitano va llorando y presagios le señalan luces de plata y estaño mientras que el poeta calla ..


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-¡Muerte!. Le dicen sus pasos... ¡Muerte por la calle larga! ...

La campana de la vela, tiembla llorando apenada... El agua, transcurre lenta y se hace sangre en la Alhambra. Es el dolor que penetra por las calles y las plazas... ¡Le mataron!... ¡Alguien reza!

¡Muerte es el verde de luna! ¡Muerte el crepúsculo nácar! ¡Y muerte son los fusiles que al barranco le acompañan! Las espigas del camino se doblan avergonzadas cuando pasa Federico, triste de luna y de plata. Lleva el pecho bien erguido y una duda en la garganta: ¿Por qué me lleváis, amigos? ¿Qué agravios le causé a España? Nadie osa responderle... Caminan... Todos se callan... El viento furioso muerde el tejado de las casas, mientras Marianita teje una pañoleta blanca, ignorante de la muerte del poeta de Granada.

¡España tiene una deuda, una herida que le sangra coronada de tristeza! Un clamor que va en el aire y en el aura de las letras: ¡Es la voz de Federico, que sigue viviendo en ellas!


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La rosa encamada

A María José

A Pepi. De aquella unión amorosa vino el candor de la rosa, y el fruto de un gran amor. Es el premio del valor para esta mujer hermosa que puso en su corazón el alma de una amapola.

A Juan José Él aguantó todo el viento que deshojaba la rosa, y fue su valor, cimiento, y fue su fuerza, la esposa. Todo en él fue sentimiento, y firme voz cariñosa cada segundo del tiempo.

Brilló en la rosa el rubí. Se fue nostálgico el sol y en el ocaso quedó su melena carmesí. No pudo quedarse aquí, le cegaba el resplandor de aquella carne de amor que al mundo quiso venir. Era un bebé, ¡dulce flor!, que en recamado dosel, vino en un sueño de amor. Se llama María José, esta perfumada flor que diciembre vio nacer. Tiene el más bello color que pueda tener un ser. Sonríe.... y en su boquina de miel, va latiendo el corazón ¡de un ángel que niña es!


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Un reflejo en la diáspora r

Indice Primera parte Dedicatoria........................................... ..1 Prólogo....................................................2 A ti tejablu, mi tierra........................... ..5 A la vera del chupano de mi agüelo... 9 Por dos celemines de tierra................ ..13 Los pesimistas........................................18 El efectu dos m il................................. ..21 Porque sois pardos............................... 26 Valencia vive en tus ojos.....................29 Con la menti en blancu......................... 31

Segunda parte La voz de la distancia........................... 34 Raíces......................................................38 Dicen de ti tantas cosas.........................40 En la calle Carniceros........................... 41


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El que te canta.......................................44 En el campo........................................ ...45 Diáspora.............................................. .. 46 Tu nombre llevo en el alma.............. .. 48 Romance elegiaco.............................. ..52 Vuelve a Valencia de Alcántara...... ...56 Poema a Logrosán............................. ...59 Se quejan las encinas............................64 En el iris de mis ojos............................65 Partir, Estar y Volver........................... 69

En la luz de tu mirada.......................... 96 Versos a la Virgen de la Luz............... 99 El ser humano....................................... 105 La Mártir................................................108 Como pañuelos blancos.......................110 Los niños de la Jungla.........................113 El niño saharaui....................................115 Pescadores de azul............................... 118 A una flor candorosa........................... 124 Citada para morir................................. 125 La luna vino a la fragua...................... 126 La rosa encamada............................... 130

Tercera parte Desde tus ojos de amor........................72 A ti, Ismael......................................... ... 75 Soneto a Miguel Espadero................ ..77 Vives en mi......................................... ...78 A Elena y Sergio. (Soneto)................ 82 A Elena y Sergio. (P oem a)............... ..83 Sabor a padre y madre..........................85 A Juan Ramos, poeta.......................... ..86 A Pepe None....................................... ...87 Los Arrieros........................................ ...89 Voz de viento y son de alma...............93


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Fin del libro

“Un reflejo en la Diáspora” de Eladio Sanjuán Brasero

Se terminó de imprimir en Pinto Enero del año 2001

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