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Consideraciones per h itíá t
3 43
60
L a capital de la
79
e* una de las pob mas bellas e interesa nes histórico y artís roía refleja un gularm ente representa logia y cultura de la qne
otrora
asentíro
aun después de crist: nacional, de las lo d propias de varios si: histórico. A lgu ie n la ciudad más varon il d do a sus blasonados y tan m agníficos qne tentosas hazañas Lev; los h ijos de Cáceres ¡as centurias. Pese a ,
conocer que no ha si i cida
que debiera
de :
ños, hecho patente ea flu id o , sin duda, estai tada de las grandes vi
ción peninsular y, seb sabida acidia española,
vidual
com o
colectiv
rada, caracterizó toda
L A C I UDAD DE C A C E R E S
Consideraciones generales y sinopsis histórica
época
contem poránea.
A h o ra ,
cuando
el país recobra la conciencia de su ser y destino, no podem os por m enos de
L a capital de la A lta E xtrem adura es
una
de
las
poblaciones
españolas
augurar la propincua y condigna rei vindicación de Cáceres en el grado al
m ás bellas e interesantes en los órde
tam ente
nes histórico y artístico, cuya fison o m ía refleja un pasado procer, sin
el-la se escribe y se publica el presente
gularm ente representativo de la psico
testes en su devoción hacia la ciudad y
logía y cultura de las razas y pueblos
su p rovincia, la exteriorizan con el en
que
tusiasm o y
otrora
asentáronse
en
ella,
y,
merecido.
Por
co n trib uir
a
trabajo, en el que, autor y editor, con
desinterés que lo
elevado
aun después de cristalizada la unidad
del empeño requiere.
nacional,
propias de varios siglos del acontecer
C iu d a d de antiquísim o origen, los datos ciertos que acerca de él tenemos
histórico. A lg u ien la disputa com o la
son de la época rom ana. Cáceres fué
de las luchas e inquietudes
ciudad más varo n il de Iberia, aludien
considerada
do a sus blasonados palacios, tantos
com o
y tan m agníficos que denotan las p o r
P lin io y que figura en el fam oso I t i
tentosas h azañas llevadas a cabo por
nerario de A n to n in o , sobre la V ia lata,
la
durante
Castra
m ucho
Caecilia
t ie m p o
citada
por
los h ijo s de Cáceres en el decurso de
gran calzada que u nía a M érida con
las centurias. Pese a ello, ju sto es re
Salam anca, o sea, el cam pam ento fu n
conocer que no h a sido ni es lo co n o
dado
cida que debiera de prop ios y ex tra
cuando
ños, hecho patente en el cual h a in
aserto que parecía confirm ado p o r la
flu id o , sin duda, estar u n tan to apar tada de las grandes vías de com unica
inscripción de una piedra m iliaria des cubierta a com ienzos del siglo X V I I ;
ción peninsular y , sobre tod o, la con
pero a finales de la centuria siguiente
sabida acidia española, que, tanto in d i
se h a lló en la m uralla un tro zo de al-
vid u al
quitrabe
com o
colectivam ente
conside
rada, caracterizó toda una fase de la
por vin o
con
Q u in to a
C aecilio
luchar
una
con
M etello Sertorio,
inscripción
en
la
que eminentes arqueólogos posteriores
basaron su afirm ación de que Cáceres
cam paña africana, al regresar de la cual
fue la C o lo n ia N orba Caesarina, o p i
recibió los títu lo s
de Imperator, que
sigod o
m onarca,
n ió n en la que abundaron posterior
entonces no tenía otro significado que
m edallas en conn
mente
caudillo
La
asaltos realizados
figura
m edallas en las (
casi
todos
los
investigadores,
triu nfad or, de
y
Procónsul.
quienes, en cam bio, no estuvieron co n
inscripción
referencia— que
testes en fijar el em plazam iento exac
h o y en el palacio m unicipal cacereño
designada Cesárea
to de los que fueron los Castra Caeci-
com o presea denotadora de la antigua
que, sin duda, se ferentemente.
lii y Castra Servilii (nom bre, éste, de
ejecutoria de la ciudad— proclam a que
otro de los generales que acom pañaron
Cáceres fué la C o lo n ia N orbensis Cae
Se cree que en
a M e te llo ) , para unos aledaño de la
sarina, fundada por su prim er P a tro
dom inación visite
ciudad, ju n to a la Peña Redonda, al
no, L u cio
construida Cácere
lado
en
entre los años 32 y 20 antes de Jesu
mente gran
unos
cristo, fecha esta ú ltim a en que debió
ciones. cosa lógic
cuatro kilóm etros, hacia el N orte, p a
de acaecer el ó bito de B alb o.
raje al que se da el nom bre de Cáceres
em plazam iento en situada, por lo ai
el V ie jo . M as he aquí que en diciem
N orba creció en im portancia d u rante la época rom ana, hasta el extre
bre
m o de 1-legar a ser una de las cinco co
occidental
cam bio,
de
de
para
193 0
la
otros
había
m ism a,
y,
separados
de
realizarse un
C o rn elio B a lb o el M en o rr
trascendental descubrim iento que d ilu
lonias de la provincia L usitan ia.
cidaría
h abido
concluyentem ente
la
cuestión.
historiador
que
afirme
Ha
im po
ya de la cuenca r centro vía rio de cc cha cuenca j la
haber
del Guadiana, asá
C o n m o tivo de las obras entonces efec
sido ya cristianizada la ciudad en el
tuadas! para la construcción del m er
siglo II, pero de ello no h a y datos con
tar importante ea da. N o de otra
cado m unicipal, ju n to al A y u n ta m ie n
cretos. E n tiem po de los visigodos se
hecho de que. al
dem oler parte de un
distinguió, al igu al que Em érita (Mé-
los árabes la der:
lien zo de la m uralla árabe, quedando
rída^, p o r su decidida parcialidad a fa
sea alcázares,
al
vo r de H erm enegildo, que se a lzó en
alusión in d - dable
de m agníficos y regulares sillares, uno
rebeldía
ficaciones
de esta
de los cuales contenía la in scripción :
m onarca
contaba.
Despoés 1
L.
obstinación
to,
fue preciso descubierto
el
C O R N E L IO
basam ento
BALBO.
rom ano,
IM P .
C.
religiosa
contra
L eo v igild o ,
y
su padre, el fué
tanta
la
de la ciudad en defender
N O R B . C A E S A R P A T R O N O , deno-
los
tadora de haber sido Cáceres fundada por el fam oso L u cio C o rn elio B alb o
h u bo de cercarla, tom ándola al asalto, tras lo que in flig ió duras represalias a
principios
cristianos
que
el
rey
fact
luchas intestinas en res, pues consta c moro de Coria
p?
en agosto del año
el M enor, sobrino de B alb o el M ayor,
sus habitantes. Parecía ya haber que
rendirla por hambr.
este prohom bre rom ano de tan b rilla n
dado som etida, cuando al m archar L e o
en la ciudad y so q
te actuación
de entonces,
vig ild o con sus mesnadas contra E m é
eos, a comienzos d
caracterizada por las discordias civiles,
en la vid a
rita, N orba se su blevó de nuevo, de
tuiría el centro dd
cuyas figuras capitales eran César, P om -
clarándose por el partido
peyo y O ctavio. B a lb o el M enor nació el año 80 antes de Jesucristo, y
fué
católico, lo
cual h izo que aquél regresara precipi tadam ente,
tom ánd ola
otra
ve z,
por
vastadoras
v
f -~
tierras leonesas, sen crónicas
coeti~ej.i
un gran m ilite que, alistado b a jo las
la fuerza, y repitiendo su durísim o cas
actuación de la
banderas
tigo, hasta el extrem o de que se cree que la ciudad debió de quedar destrui
m ana, tan perjudici; nos, que aun 2 ; ; "
de César,
alcan zó
alta gra
duación. A d ep to , después, de O ctavio , v in o a la Península, donde acuñó m u cha m oneda, m archando luego a una
da y su cam po circundante despobla
época de los alrr.: ::
do. Fué tal la saña vin dicativa del v i
llegada la segunda ni vieran los monarcas
— 4 —
na. al regresar de la cual acuñar
cinos la conveniencia de apoderarse de
nía otro significado que
m edallas en conm em oración de los dos
ella, a fin de facilitar el avance hacia
:ador,
asaltos realizados contra la población,
el Sur. M as para esto era necesario re
figura
m edallas en las que por cierto aparece
conquistar
lacio m unicipal cacereño
designada Cesárea o Cesarina, nom bre
Transierra,
enotadora de la antigua
que, §in duda, se le daba entonces pre
estar situada más allá de la cordillera
a ciudad— proclam a que
ferentemente.
C arp etan a — - G uadarram a,
oíos de Im perator, que y
P rocónsul. L a
referencia— que
sigodo
m onarca,
que
m andó
la
extensa
entonces
comarca llam ada
de
la
así por
Gredos
y
Se cree que en el ú ltim o período de
G ata— , hasta la O retana— m ontes de
a por su prim er P atro-
dom inación visigoda debió de ser re
T o le d o y sierras de G uadalupe, Santa
rnelio B a lb o el M en or,
construida Cáceres, alcanzando nueva
C ru z,
mente gran
im portancia sus fortifica
constituyendo am plio foso de 250 k i
ciones, cosa lógica dado el estratégico
lóm etros de anchura, necesario de sal
em plazam iento
var para llegar a las plazas de M érida
C o lo n ia Norbensis Cae-
32 y 20 antes de Jesu íta últim a en que debió bito de B alb o. ió en im portancia
en
que
se encontraba
San P edro y
San M am ede— ,
du-
situada, por lo que era no sólo atala
y B a d a jo z,
rom ana, hasta el extre-
y a de la cuenca media del T a jo , sino
A n d alu cía.
1 ser una de las cinco co-
centro viario de com unicación entre d i
dor, decidió acometer la empresa, in i
provincia L usitania.
cha
ciando
iador
que
anizada
afirme
Ha
haber
la ciudad en el
de ello no h a y datos conm po de los visigodos se igual que Em érita (Médecidida parcialidad a faenegildo, que se alzó en osa contra
su padre, el
vigild o,
fué
y
tanta
la
e la ciudad en defender ;
cristianos
que
el
rey
cuenca
y
del Guadiana,
la
parte
septentrional
el
avanzadas occidentales de A lfo n s o
V II,
m ovim ien to
el Em pera
liberador,
que
así com o puesto m ili
le v a lió recobrar la p laza de C oria, h a
tar im portante en el cam ino a M éri-
ciendo h uir a los alm orávides hacia el
da. N o
de otra
hecho de que,
manera se explica
al
apoderarse
los árabes la denom inaran sea
alcázares,
fortalezas,
el
Sur, hasta refugiarse en Cáceres, a cu
de ella,
yas puertas llegó el valiente monarca
Cacires, o
castillos,
en
castellano
el
año
114 2 .
alusión indudable al con ju n to de edi
singular
ficaciones
G eraldo Sem pavor, adalid,
de
esta
clase
contaba. Después h u b o
que
entonces
disensiones y
Después,
la
región fué víctim a de las correrías del personaje
nes incon trolado,
portugués
llam ado
en ocasio
al servicio del A l
luchas intestinas entre los conquistado
fonso E n ríqu ez, que no sólo se a p o
res, pues consta
deraba de plazas en poder del alarbe,
que Z eth ,
renegado
ría, tom ándola al asalto,
m oro de C oria, puso cerco a Cáceres
sino de las ya reconquistadas por le o
aflig ió duras represalias a
en agosto del año
5 Parecía ya haber que-
rendirla por ham bre. L u ego , asentados
neses y castellanos, dándose en ellas a la degollina y al saqueo. A l ver F e r
1. cuando al m archar L eo-
en la ciudad y su comarca los berberis
nando II de L eó n que así habían caído
"J.5 mesnadas contra Em é-
cos, a com ienzos del siglo X , consti
en su poder, entre otras, T r u jillo , .C á
sublevó de nuevo, de-
tuiría el centro del que partieron de
ceres y B a d a jo z, quiso evitar aquello,
el partido católico, lo
vastadoras
por
que constituía m enoscabo de su reino,
e aquél regresara precipi-
tierras leonesas, según testim onian las
al que, según el T ra ta d o de Sahagún,
cm andola
crónicas
acordado con su herm ano Sancho III
íc
otra
vez,
por
y
863, consiguiendo
sangrientas
coetáneas.
algaras
A q u e lla
decidida
epitiendo su durísim o cas-
actuación de la entonces p laza m u su l
de C astilla, estaba reservada la recon
1 extrem o de que se cree
m ana, tan perjudicial para los cristia
quista
[ debió de quedar destruí-
nos, que aun acentuaríase más en la
aventurero
:do circundante despobla-
época de los alm orávides, h izo
cual acudió a reclamar B a d a jo z,
a saña vin dicativa del v i
llegada la segunda m itad del siglo X I I ,
consiguió hacer suya, devolviéndola a
vieran los monarcas de los reinos ve
los m usulm anes, que le juraron vasa-
que,
de las
plazas
ganadas p o r el
lusitano, en virtu d
de lo que
E l em ir alm ohade Y u s u f-b e n -Y a cu b
Maje, tras lo cual se retiró a las plazas del
em prendió una correría por la m argen
T a jo . V o lv ie ro n los portugueses a su
izquierda del T a jo , devastando la fro n
intento de apoderarse de B a d a jo z , o b li
tera
gando al rey leonés a una nueva cam
Llegadas sus tropas
paña, favorable a los designios de éste,
pusieron cerco a la p laza, heroicam en
quien,
te defendida p o r los Frates de la Spa
avanzadas defensoras de la
para
evitar
línea
nuevas
sorpresas,
desde
T o le d o
da,
teriza.
alm ohades expugn arla el 10 de m arzo
Entonces
fué Cáceres
ocupada
de
C o m o es sabido, la defensa de los territorios
reconquistados
fundación
de
las
en gu izgó
llam adas
la
Ordenes
1173,
lo
A lcántara.
h izo avanzar más al Sur la línea fr o n la prim era vez p o r los leoneses.
empero
hasta
frente a Cáceres,
cual
consiguieron
m atando a la totalidad
los de
los sitiados. D oce años después, F er nando
II
Cáceres,
se
adueñó
aprovechando
nuevam ente estar
de
desguar
M ilitares. E n el corazón de la T ran -
necida, ya que el grueso de la tropa
sierra
enem iga h abía m archado a contener el
estaba
ya
establecida,
desde
el
com ienzo del reinado del Em perador,
avance
la foránea del T em p le, dom inando un
m urcianas;
am plio territorio, que defendió de los
nían tan to interés en conservar aquella
ataques m usulm anes, pese a lo cual fué
fuerte
objeto
gran
de
rencorosas
m alquerencias;
de
A lfo n s o pero
posición, presteza,
V III
los que
por
tierras
m usulm anes vo lviero n
sorprendiendo
te con
dentro
pero las dos Ordenes genuinam ente ca-
de ella al m onarca leonés, que a llí h izo
cereñas son las de Alcántara y
briosa defensa. E l jefe m oro dejó ante
la de
Santiago. L a prim era, llam ada en un
sus m uros un destacam ento, m archan
com ienzo
do con el grueso del ejército a sitiar a
(115 6 )
de San
Julián
de
Pereiro, tu v o com o finalidad p rim o r
Santarén,
dial defender la frontera de las incur
portugueses,
siones portuguesas,
la de
de ello. Entonces fué levantado el cer
nom inación de A lcán tara al establecer
co de Cáceres, pudiendo el rey salir de
adoptan do
donde
fué
m uriendo
herido
por
los
a consecuencia
se en la v illa de dicho nom bre, el año
la fortaleza, que d ejó bien guarnecida,
12 13 .
por
La
segunda, que se llam ó
de
lo
que resistió con
éxito
varias
los Frates de Cáceres, fué puesta b ajo
acometidas posteriores, hasta caer nue
la
vam ente en poder de los árabes el año
protección
del
A p ó sto l
Santiago,
adoptando com o insignia una espada,
1196 .
por lo cual com enzó a ser designada
lucha entre la C r u z y la M edia L u n a
T r a s varios lustros en que la
con el nom bre de Hermandad de los
se m anifestó con alternante signo, rea
Frates
adelante
lizándose, por lo que a la reconquista
Orden de la Caballería del Señor San
de Cáceres se refiere, diversas tentativas
tiago,
infructuosas,
de la Spada, cuya
prim era
y
más
casa,
tem plo
y
alguna
con
carácter
de
convento estuvieron establecidos en la iglesia de Santiago, situada extram uros
verdadero desastre para los cristianos,
de la ciudad, al lado N orte, por lo que
fonso I X
quedó refundida con la que cabría de
sería definitivam ente cristiana. L o s ca
nom inar ram a de L eón .
balleros de la Spada pidieron les fue-
el 23 de abril de 12 2 9 consiguió A l entrar en la p laza, que ya
ohade Y u su f-b e n -Y a cu b correría por la m argen 'ajo , devastando la fronoledo
hasta
A lcántara.
Topas frente a Cáceres, a la p laza, heroicam enor los Frates de la Spaj
cual
consiguieron
los
u en a rla el 10 de m arzo ando
a la totalidad
de
Doce años después, Feradueñó fechando
nuevam ente estar
de
desguar-
e el grueso de la tropa m archado a contener el Ifonso íro
V III
los
por
tierras
m usulm anes
te-
terés en conservar aquella Sn, i,
que
vo lviero n
sorprendiendo
con
dentro
larca leonés, que a llí h izo . E l jefe m oro d ejó ante i destacam ento, m archaníeso del ejército a sitiar a nde
fué
m uriendo
herido
por
los
a consecuencia
nces fué levantado el cer. pndiendo el rey salir de que dejó bien guarnecida, r?sistió con
éxito
varias
osteriores. hasta caer nuer c r : r de los árabes el año v irio s lustros en que la .2 Cruz y la M edia L u n a con alternante signo, rea:r lo que a la reconquista ; refiere, diversas tentativas alguna
con
carácter
de
castre para los cristianos, ril de 12 2 9 consiguió A l-
Cáceres.-—E sta tu a de San Pedro de Alcántara, obra d el in sig n e escu lto r extrem eño E n riq u e Pérez Com endador. (D ib u jo a p lu m a de M. L erou x de Com endador.)
atrar en la p laza, que ya vam ente cristiana. L o s ca la Spada pidieron les fue— 7 —
ra concedida la ciudad, en atención a
ja r sus diferencias, lo cual exasperó a
lo m ucho que habían hecho por su de
don Pedro, que, instigado por uno de
fensa y reconquista, pero aquél no ac
sus partidarios, se apoderó del A lc á
cedió a ello, si bien dióles otros lugares
zar,
castigando en la form a
e im portante cantidad de dinero. A l
sus
guardadores.
fonso I X
tuvieron
o to rgó a sus m oradores la
para
Escasa
Cáceres
dicha a
im portancia los
siguientes
C a rta de P ob lación y el Fuero, especi
reinados, hasta el de Juan II, quien,
ficando en ellos el territorio asignado
o lvid an d o el juram ento de A lfo n s o X I
a la ciudad, la parte del m ism o que a
de conservar la v illa y su térm ino para
cada vecino correspondía y las diver
la
sas exenciones, franquicias y otras m er
mente a su prim o, el infan te don E n
cedes que disfrutarían sus habitantes. T r a s varios años en que la desme
C o ro n a,
prom etió
darla
prim era
rique de A rag ó n , a fin de aplacar su des contento por la p rivan za de don A l
dida am bición de las Ordenes M ilita
varo de L u n a, y
res, principalm ente la de los T e m p la
heredero, lo que ocasionó la protesta
rios,
p rovocó
lam entables
después al príncipe
contiendas
de sus vecinos por el incum plim iento
con la ciudad, restablecióse la concor
del Fuero, si bien accedieron a consti
dia. A lfo n s o X
confirm a el Fuero de
tuir Señorío del segundo, pues siendo
Cáceres y resuelve una cuestión de l í
el heredero del cetro, con ello se in
mites entre Cáceres y B a d a jo z . M esna
frin gía aquél.»E nrique I V confirm ó el
das
Fuero, pero el nom bram iento que h izo
cacereñas
contribuyen
a sofocar
una rebelión de los m oros andaluces y
a poco de M aestre de A lcán tara a fa
m urcianos, lo cual fué prem iado por el
v o r de don G óm ez de Solís con stitu yó
monarca concediendo exenciones a los
u n o de los hechos característicos de la
caballeros viejos y pobres, y a sus v iu
relajación
das. Entonces a u to rizó tam bién la ce
abundaron
lebración de su feria, e inició los que
M aestre se indispuso con el C lavero de
serían bienes de Propios, con disposi
la O rden, el poderoso don A lo n so de
ciones que protegían las dehesas y otras
M o n ro y , resultando de aquel a n tago
propiedades del C on cejo. T a n t o San
nism o quedar turbada la p a z de C á
cho I V
ceres, y
com o Fernando I V
concedie
y
concupiscencia en
aun
aquel
que tan to
reinado.
de E xtrem adu ra
D ich o
entera,
ron a Cáceres numerosas mercedes, y
durante una veintena de años. E l cis
A lfo n s o X I
defendió los derechos de
ma de la O rden d ividió a la nobleza
la ciudad, que pretendía conculcar el
en dos bandos, agrupándose el pueblo,
obispo de C oria. E n el reinado de P e
según sus sim patías, concom itancias o
dro I el C ru el acaeció el trágico epi
intereses, alrededor de uno o de otro
sodio de la decapitación de los caballe
contendiente.
ros
que
tida en abierta lucha, supuso una d ila
habían jurado cum plir el acuerdo del
tada serie de tropelías y depredaciones,
G il,
custodios
del
A lcá za r,
A q u ella
pugna,
conver
C on cejo de no entregar la fortaleza a
de la que se recuerdan trágicos episo
nin gu no de los herm anos, el m encio
dios, que no fueron sólo devastar cam
nado m onarca y el bastardo E nrique de
pos y asolar poblaciones, sino aun la
T rastam ara, hasta que llegaran a z a n
com isión
de
fechoíi^s
y
el sacrilegio
en lugares sagrados, com o el santuario
riv a lizó con sus padres en concederle
de Guadalupe.
mercedes.
A l m orir E n rique I V , Cáceres no se
E l siglo X V I se caracteriza por la
in clin ó por n in guna de las dos reinas.
prosperidad de Cáceres, la cual se de
T r a s la batalla de T o r o , Isabel I se
bió,
dirigió a E xtrem adura, llegando a C á
ella aflu ía procedente de A m érica, ya
en gran parte, al dinero que a
ceres el 30 de ju n io de 1 4 7 7 , donde
que fueron m uchos los h ijo s de la m is
ju r ó respetar los fueros, privilegios y
m a que m archaron a la conquista de aquel continente. C o m o ha dicho un
libertades
de la
población.
A l lí
per
m aneció durante bastantes días, dando,
historiador,
el 9 de ju lio , las Ordenanzas que h a
elevan sus palacios y se adornan sus
brían
aspectos
tem plos, trocándose, en cuanto a los
de
regular
num erosos
es
entonces
cuando
se
de la vida p o lítica y adm inistrativa del
prim eros, sus testas alm enadas p o r los
C o n cejo , tales com o el sorteo de car
prim ores
gos entre los linajes, para evitar eno
ocasión
y
sutilezas
artísticos.
de las Com unidades,
josas com petencias; el restablecimiento
perm aneció
fiel
de la arm onía, haciendo desaparecer los
sólo
algunos caballeros que se
bandos y parcialidades, y la norm ación
afiliaron al m ovim ien to de la fam ilia
para erigir palacios o casas fuertes, a
de los Golfines. C u a n d o el 9 de m ar
fin de asegurar la obediencia de los que
z o de 15 8 3 la visitó Felipe II, de re
fueron inexpugnables reductos rebeldes,
greso de P o rtu g a l, fué a llí o b je to de un
hubo
al
Con
Cáceres
gran
nadas. T o d o
b ía recibido ya, y recibiría después de
supuso
captarse
el
Este
pues
donde se fraguaban los m otines y aso ello
recibim iento.
Em perador,
im portantes
m onarca
entusiasta afecto de los cacereños, se
Cáceres,
gú n consta en los docum entos coetá
fueron
neos, corroborado en su nueva visita
arm ados para luchar contra los subleva
la
aportación
servicios,
ha
de
com o
contingentes
efectuada a la ciudad dos años después,
dos m oriscos de la A lp u ja rra , para la
en com pañía de su esposo. Entonces el
conquista del reino lusitano y , fin al
interés que los Reyes C atólicos m os
m ente, para em barcar en la gran arm a
traron por la m ism a se trad u jo en nue
da que envió contra Inglaterra. E n la
vos
siguiente centuria es de señalar lo m u
beneficios,
trucción m iento
de de
la las
tales com o m uralla, calles,
la recons
el
adecenta-
sum inistro
de
cho que su frió Cáceres con m otivo de la llam ada Guerra de la Independencia
agua, regulación de la cobranza de im
P ortuguesa
puestos, inspección adm inistrativa, et
principalm ente por el abandono de F e
(16 4 0 -16 6 8 ),
provocada
cétera. N o es extraño, pues, que C áce
lipe I V y la intem perancia de su fa v o
res se prestara con entusiasm o coope
rito, el C ond e-D u qu e de O livares, pues
ran do a los reales designios que en
aunque los sublevados no
llegaron a
ve
penetrar en la v illa , las m ilicias de ésta
mos cóm o en la conquista de G ranada
tuvieron que prestar socorro a varias
figuraron
reclutadas
poblaciones vecinas, asediadas p o r los
en la villa. P oco después fué dada ésta
lusitanos. E n trad o ya el siglo X V I I I , con m otivo de la Guerra de Sucesión,
trañaban
nacional nutridas
interés, m ilicias
y
así
en Señorío al príncipe don Juan, quien
— 10 —
las
tropas
nuevo tiendo
f *r ¥
X 3
'
portuguesas
en
cam paron
sorpresa
algunas
neral
G óm ez,
a
quien
acom pañaban
ba
Cabrera, Q u íle z y Serrador, pues, pese
plazas,
a que poco antes hubiera saqueado a
las tierras extremeñas,
por
de
acerca de lo cual cabe consignar que
C ó rd o b a,
tan to daño hicieron entonces com o las
ceres.
nada punible h iz o
en C á
defensoras de la causa borbónica, por lo
E n los días 7 a 10 de octubre de
que Cáceres se v ió obligada a prestar
18 8 1 tuvieron lugar en Cáceres los ac
sum isión
A u stria,
tos oficiales con que se festejó la in au
vo lvien do , tan p ron to com o pudo, a la obediencia a Felipe V . E n el año 17 9 0 ,
M ad rid a L isboa, a los que asistieron
p o r disposición de C a rlo s I V , fué esta
los m onarcas español y portugués, A l
blecida en Cáceres la Real Audiencia de
fonso X I I y L u is I, respectivamente,
Extrem adura.
con num erosos y brillantes séquitos. Y
al
A rch idu qu e
de
guración de la línea del ferrocarril de
L a guerra de la Independencia h izo
al año siguiente la hasta entonces v illa,
que en varias ocasiones penetraran en
fué declarada ciudad, por R eal Orden
la p laza las tropas napoleónicas, p o r lo
de 9 de febrero.
cual sus habitantes se alzaro n contra el invasor, existiendo acerca de ello un co pioso acervo de sucedidos, que no cabe
Cáceres m onum ental. E l circuito fo r ti
m encionar aquí, salvo las grandes exac
ficado. M urallas, torres y puertas
ciones que tu v o que soportar el vecin dario. L uego, las luchas políticas en
E l viajero que contem pla a Cáceres
tre realistas y liberales dieron tam bién
desde sus inm ediaciones, p rincipalm en
ocasión a hechos que recogen los anales
te p o r los lados occidental o m eridio
18 20 , tras la reform a
nal, no puede sino adm irar el herm oso
constitucional, se fijó en Cáceres la capi
aspecto que ofrece el caserío de la ciu
talidad de la A lta E xtrem adura, no sin
dad. U n ilustre escritor ha decantado,
que Plasencia le disputara tal prim acía,
a este respecto, su "panoram a sorpren
la cual sería convalidada en
dente por el co n ju n to desigual de sus
cacerenses. E n
establecerse tod avía
la
división
subsistente.
luctuosos,
adm inistrativa
T ras
constitucional advinieron
18 3 3 , al el
trienio
nuevos días
ocasionados por la
llegada
alm enados
palacios,
sus
altas
torres,
sus arruinadas m urallas y sus antiguas iglesias” , llegando im perial
T o le d o
a señalar no
tiene
que
“ la
el aspecto
del célebre guerrillero Juan M artín el
secular, ni A v ila la fisonom ía histórica
Em pecinado, que, al frente de sus tro
que esta ciudad, fundada en los tiem
pas, huía de las realistas, consiguiendo
pos pasados y conquistada en la E d ad
penetrar en la población, pese a la re
M edia por los nobles, que la engran
sistencia que se le h izo , el 1 7 de o ctu
decieron en el siglo X I I I . A q u el con
bre de 18 2 3 , donde h u b o numerosas
ju n to de m uros y torreones antiguos,
muertes, saqueos e incendios. E n cam
ennegrecidos por la acción destructora
bio, no su frió lo más m ínim o cuando,
del hom bre, desafían a los siglos com o
el 3 1 de octubre de 18 3 6 , llegó el ejér
quien lucha por la eternidad, de que
cito carlista, al m ando del fam oso ge
gozarán en la H istoria. Es el recuerdo 15 —
tianos fué A lhá-e/-G an?í antes de co
¿i cuesta. L
a los
m enzar el ú ltim o tercio del siglo X I I ,
k x jardines de la a
tiem pos venideros sus historias y sus
en que tod avía faltaban varios lustros
j e scebrea un irte
tradiciones para ju sto
para la victoria de A larcos, que perm i
raso áesót dicho pa
tió a dicho pueblo sarraceno su avance
JOi Palpitos. A la 1
v iv o de un pueblo que ha existido en rem otas
edades
y
quiere 'leg a r o rg u llo
de sus
preclaros h ijo s ” . Su recinto, o sea la parte alta," fué
hacia
la
línea
del T a jo .
interior de
“ Debem os,
tnpcsteríj cz
fortificado ya en la época rom ana, a lo
pues, pensar— escribe el ilustre arqueó
m enos en los lados m eridional y orien
logo— que la tal fortificación, que no
n uda por e
tal, datando de entonces la traza y los
es uniform e, la hicieron los m ahom e
re ctilín e o avaj
arranques de las m urallas. L a primera
tanos en varias veces, desde que, adver
— T *
reconstrucción
de ser visigoda;
tid os de la am enaza del poderío cris
t x r s de la poerta de
pero la segunda, más im portante, con
tiano, sintieron la necesidad de preve
esa cae a la izqme;
las torres unidas a los lienzos por otro
nir
ta ra s « n í a
destacado en sentido perpendicular, es
glo X I I , siendo aceptable que la obra,
em inentemente sarracena, luego aum en
en' tod o el tro zo N ., por ejem plo, sea
tada y com pletada con m iras defensi
debida al G a m í y que las torres o ctó
vas
gonas estén hechas en el siglo X I I I , a n tes de 1 2 2 5 .”
por
los
debió
reconquistadores.
Form a
en su planta un rectángulo irregular, cu y o
si
L a costum bre, tan española, de ad o
m urallas es de sillería rom ana en a lg u
se hallen
viéndose
reconstruidos
en
en
del
sar casas a las m urallas hace que éstas
trozos,
va
a m ediados
sentido
nos
occidental
defensiva
oblicu o hacia el Sur. L a fábrica de las
el-los
lado
la
m uchos
sillares
de
antiguos
aprovechados; pero lo que más ab u n
m edio tapadas y
de los
desfigura
das; pero, además, por algunos sitios han
sido
destruidas para abrir paso,
sin verdadera necesidad y con pésim o
da es m am postería, horm igón y tapial.
gusto: achaque corrientísim o en tantas
E l espesor de los lienzos o cortinas v a
ciudades m onum entales, que muestran
ría entre 2 ,1 5 y 2 ,73 m etros. L as to
así su lam entable m utilación. Em pero,
rres, salvo dos de ellas, octógonas, son
Cáceres
cuadradas y m acizas, más altas que el
p rístin o p atrim on io histórico-artístico,
adarve, y
y ello hace que tan inexplicable nos p a
están, com o hem os dicho,
pierde en el
conserva
m ucho
de
este
su
n o adosadas a él, sino unidas p o r un
rezca que no constitu ya
cuerpo o saliente, a m odo de baluartes
de las ciudades españolas hacia donde
tod avía una
avanzados para la defensa, dejando en
preferentemente se encauce la corriente
tre unos y otros espacios abiertos que
turística, cosa que, a no dudar, tendrá
tienen por fo n d o las cortinas, los cua
plena efectividad ’en un fu tu ro cercano,
les constituían la segunda línea contra
y para contribuir a lo cual quisiéramos
el enemigo. Se ha dicho que la reform a
tuviera alguna virtualid ad
del sistema fortificado de Cáceres fué
trabajo.
debida a los alarifes alm ohades; pero,
cer— escribe F lo rian o
com o M élida ha aducido, esto se con
perspectiva tan
tradice con la creencia generalmente te
com o la que ofrece nuestro adarve con
el presente
“ Pocas ciudades pueden o fre C u m breño— una
castizam ente
m edieval
nida de que quien puso la ciudad en
tem plado desde el pie del A rco de la
condiciones de resistir los embates cris
E strella, m irando a la derecha p o r la
30 DO SOtO
A lh á -el-G a m í antes de co
em pinada cuesta. L a vieja palm era de
ejércitos para
u ltim o tercio del siglo X I I ,
los jardines de la casa de los M ayo ra l-
territorios cristianos. E l fam oso h isto
devastar y
avía faltaban varios lustros
go som brea un arco tendido para dar
riador y prelado don Lucas el Tudense
:oria de A larcos, que perm i-
paso desde dicho palacio a la torre de
consigna en su Crónica esa excepcional
: pueblo sarraceno su avance énea del T a jo . “ Debem os,
los P ulpitos. A la derecha corre el p a
im portancia
ram ento interior de la m uralla, con su
rante los siglos de la A lta Edad M e
r— escribe el ilustre arqueó
gris m am postería en la parte inferior,
dia, al llam arla O pp id u m fortissim un
la tal fortificación, que no
sobrem ontada por el ro jizo tapial. E l
barbarorum.
e. la hicieron los m ahom e-
m uro rectilíneo avanza en la pendien
castrense
saquear los
de Cáceres
du
A lo largo de las m urallas— que fu e
:r:as veces, desde que, adver-
te y se pierde en el h o rizo n te a la a l
ron declaradas M on um en to N acio n al—
amenaza del poderío cris-
tura de la puerta de Santa A n a , m ien
se erguía una treintena de torres, exis
eron la necesidad de preve-
tras que a la izquierda se destacan las
tiendo varias ju n to a las puertas, para
ensiva
si
tintas severas de los viejos palacios. E l
asegurar
endo aceptable que la obra,
rom pim iento que en 193 0 se h izo de
por ejem plo,
tio z o N ., por ejem plo, sea
este m uro hacia su parte media, y el
contaba cuatro. Pese a las muchas ya
y que las torres octó-
em plazam iento en el m ism o del M er
desaparecidas, tod avía se conservan v a
hechas en el siglo X I I I , an-
cado, aparte otras consecuencias más o
rias, esbeltas y airosas, de alto interés
menos lam entables para el arte, tu v o
histórico y artístico, a lo largo de lo
la de
que
a m ediados
del
m bre, tan española, de ado-
im pedir
desde
aquel p u n to
la
su
defensa, con
com o
acontecía,
la de M érida, que
fué circuito m urado;
vista de dos torres de la m uralla: a la
unidas
derecha,
hoy
varios palacios o casas fuertes de la ciu
sdemás, por algunos sitios
enlucida, y a la izquierda, m irando ya
dad, constituyen un con ju n to h o y solo
destruidas para abrir paso,
por dentro del adarve, la de la H ierba,
superado en España por el que ofrece
necesidad y con pésim o
de tapial y bastante bien conservada.
A v ila .
h s m urallas hace que éstas m edio tapadas y
desfigura-
la
llam ada
del H orn o,
Entre ambas dos torres se solía reunir
a las tam bién
torres que,
subsistentes
de
L a m ayor y más fam osa de todas es
aque corrientísim o en tantas :: num entales, que m uestran
el
entable m utilación. Em pero,
otras, en Santa M aría, y a llí se elevó
contracción del nom bre
-.sirva
su
la primera Casa A y u n tam ien to , de la
(Y u s u f-a b e n -Y a c u b ), adalid sarraceno
irrim on io histórico-artístico,
que se conservan vestigios en las edifi
que
ru : tan inexplicable nos p a
caciones que respaldan el a n t i g u o
tom a de la p laza, el 10 de m arzo de
ñ o constitu ya tod avía
M ercadillo. ”
m ucho
de
este
una
C oncejo
de la
V illa
unas
veces;
la
llam ada
la
vulgarm ente
conquistó,
de
B ujaco,
de A b u -Jaco b
coronando
así
la
1 1 7 3 , tras la desesperada defensa he
udes españolas hacia donde
L o hasta aquí expuesto acerca de ese
cha de la mism a por cuarenta caballe
lente se encauce la corriente
general sistema fortificado cacereño de
ros de los Frates de Cáceres, que fu e
:s3 que, a no dudar, tendrá
nota ya la im portancia que otrora tuvo
ron pasados a cuchillo p o r el invasor.
iv id a d v n un fu tu ro cercano,
el m ism o. A b u A b d a la el Edrisi, céle
L lam ad a tam bién torre de la plaza y
tribu ir a lo cual quisiéramos
bre viajero y geógrafo árabe, dejó co n
torre del reloj, porque en ella estuvo
~~a virtualidad
signado
significación
hasta hace poco colocado el reloj de la
^ocas ciudades pueden ofre-
estratégica de la población, dado -el lu
’ F lorian o
gar de su em plazam iento, sino lo que
ciudad, trasladado después al A y u n ta m iento, constituye un gran baluarte
para los sarracenos representó su siste
de
tar.
el presente
C u m breño— una
castizam ente
m edieval
no
sólo
la
alta
plan ta
casi
cuadrada
(10 ,8 3
por
:e ofrece nuestro adarve con
ma defensivo,
tan sobremanera fuerte
10 ,2 0 m etros) y unos 25 de elevación,
desde el pie del A rco de la
y seguro que h izo de Cáceres la p laza
situado en el lien zo m eridional de la
i'rando a la derecha p o r la
donde
P la za
se reunían
y
organizaban
sus
M ay o r,
adosado a la m uralla,
com o avanzada que reforzaba sus de
ra. Hecha de sillares regulares, muestra
A n tigu am en te se abr
fensas. Su basam ento es de sillares, in
una construcción que difiere de la de
puertas en el recinto ft
dudablem ente rom anos, y el cuerpo de
las demás torres de la m uralla, lo cual
rense. L a del Este, den
la edificación de m anipostería, visible
m ueve a considerarla com o obra de la
del Socorro o de C o ria , <5
sólo en los costados, pues el frente ha
segunda m itad del siglo X V . Pese a
lim a a la torre de los 1
sido objeto de inapropiado revoco, que
estar en m edio de tantas casas com o en
del Oeste, o de M étida. )
resta carácter al m onum ento. E ntre sus
su derredor, y hasta apoyadas en ella,
do. Q uedan tres: la m
alm enas se eleva un tem plete en arco,
a llí se han edificado, resalta, fuerte y
tiempos rom anos. Dama
de lad rillo, que cobija a una estatua
airosa, com o uno de los más im p ortan
situada al S u r; la ck Si
m arm órea de la diosa Ceres o de la
tes m onum entos de su clase existentes
aunque data de la ép oc
A bu nd ancia, de tam año m ayor que el
en la ciudad.
que tu v o lugar La re c o a c i
natural, h allada cerca del río Salor, y
C o n tin u a n d o el recorrido del adarve,
que desde el siglo X V I estuvo em pla
encontram os a la derecha las restantes
tos y revoco*, y el llarsj
zada en el atrio del Corregidor, hasta
torres subsiguientes del que fué circuito
Estrella, que su stitu yó a l
ser colocada en la torre el año 1820 .
defensivo de la ciudad. A s í, la del H o r
za S u ev a , p o r la qne es
E n la parte inferior del frente de la to
no y
C ierres Isabel ¡e C*Cz¿zz
rre, hacia la izquierda, existe una tri
de llegar a la puerta de Santa A n a , o
qo
buna
fuertes
sea, la parte más elevada de la antigua
tras haber jn ra ó c c e j g
de piedra
cuadrada,
m ensulones,
con
sobre
cuatro
antepecho
la de la Hierba, situadas antes
ha sido m u y adulterada
de 1 4 * 7 . rodeada
m uralla. A continuación se h alla el co
io> fueras,
en el que aparece un escudo dentro de
ronam iento
p c ó lac ió a
guirnalda. A l fo n d o de la tribuna se
M ás allá está la torre im propiam ente
de
la
torre
del
P ostigo.
abre una hornacina, en arco rebajado.
llam ada
Todo
cuadrada, rom ana, pero pasa por m e
ello es obra
de com ienzos del
siglo X V I . A l costado oriental de la
dio
Redonda,
de taludes
pues
tiene
triangulares
planta
a cuerpo
torre h a y un m atacán de 2,85 metros
octógono,
de lon gitu d, debajo de la línea de las
ángulo, que lim ita al N oroeste la línea
alm enas. Y en este m ism o lado, al pie
de la m uralla, tiene com pleto su alm e
de la torre, se encuentra la C a p illa de
naje, con un m erlón al centro de cada
árabe,
de
tapial;
torre
de
t
« erxr ra
t rraxade ea erra.* de n n en la se das de b efeea í t a r c r exterior c u r» áe ai é . raerlón central t a a t al interior en *» de esti colocada la ef?pe
la P a z , con pórtico de tres arcos de m e
cara y o tro por cada ángulo. E sta torre
ícra de la Estrella.
dio p u n to sobre pilares, e interior de
es m aciza hasta más de la m itad de su
Salar-anca, al gusro bxrr
tres naves, decorado al gusto barroco,
altura y hueca en lo restante, y tiene
anterior puerta no estaba
donde se venera la V irg e n de dicha ad
las dim ensiones siguientes: 6 metros de
era m u y angosta resrl:
vocación. Fué hecha en 1 7 5 6 .
anchura de cada lad o ; 6 ,75 metros de
d ente para el tráfico rt
elevación del cuerpo octógon o, y
1,6 5
g lo X V I I I . y de aquí ,
sa
O tra torre m u y interesante es la lla m ada de los P ú lp itos, en alusión a las
metros
de
alm enaje.
Finalm ente,
dos garitas cilindricas o torrecillas v o
liendo a la p lazu ela de Santa C lara,
ladas sobre m ensulones anillados que
puede verse la torre Desm ochada, m uy
acordara sustituirla por fícada según proyecto don M an u el de C i u r r l
tiene en los ángulos. Se encuentra en el
parecida a la anterior, o sea, tam bién
del célebre m aestro del !
m ism o lado de la anterior, adosada a
de traza octógon a y hecha de tapial,
y a expensas del C on d
la
antigua
aunque peor conservada, con idénticos
de la E n jarad a.
Puerta Nueva, h o y A rco de la Estrella.
caracteres en cuanto a p lan ta de arran
Es de plan ta cuadrada, de 4 ,58
que, unida a la m uralla por un cuerpo
19 3 0
saliente, y tam bién de colo r berm ejo.
N acional las m urallas <
m uralla
para
defender
la
por
4 ,2 6 metros, y de 16 metros de a ltu
P o r R eal decreto de : fueron
declarad
a de sillares regulares, muestra
A n tigu am en te se abrían
numerosas
¡tracción que difiere de la de
puertas en el recinto fo rtificad o cace-
s torres de la m uralla, lo cual
rense. L a del Este, denom inada A rco
considerarla com o obra de la
del Socorro o de C oria, que estuvo p r ó
m itad del siglo X V . Pese a
xim a a la torre de los Espaderos, y la
m edio de tantas casas com o en
del Oeste, o de M érida, han desapareci
:or. y hasta apoyadas en ella,
do. Q uedan tres:
tan edificado, resalta, fuerte y
tiem pos rom anos, llam ada del C risto,
im o uno de los más im portan-
situada al Sur; la de Santa A n a , que
la más antigua, de
irr.entos de su clase existentes
aunque data de la época m edieval, en
dad.
que tu v o lugar la reconquista de la v illa ,
-.uar.do el recorrido del adarve,
ha sido m u y adulterada con aditam en
n o s a la derecha las restantes
tos y revocos, y el llam ado A rco de la
bsiguientes del que fué circuito
Estrella, que su stitu yó a la antigua P uer
■de la ciudad. A s í, la del H or-
ta N ueva, por la que es fam a en tró en
de la Hierba, situadas antes
Cáceres Isabel la Católica el 30 de j u
a la puerta de Santa A n a , o
nio de 1 4 7 7 , rodeada de su séquito,
irte más elevada de la antigua
tras haber jurado conservar y defender
A continuación se halla el co
los fueros, privilegios y libertades de la
ito
de
la
Postigo.
población, según ya d ijim os. C o n stitu
i está la torre im propiam ente
ye un am plio y espacioso arco rebajado
Redonda,
torre pues
del tiene
plan ta
rom ana, pero pasa por me: iludes árabe,
triangulares de tap ial;
a cuerpo torre
y trazad o en esviaje, de cuidadosa fac tura, en la que se atisban rem iniscen cias de la obra anterior, que muestra al
de
exterior una hilada de almenas, ornando
que lim ita al N oroeste la línea
el m erlón central el escudo de Cáceres,
:ralla, tiene com pleto su alme-
y al interior un tem plete neoclásico d o n
i un m erlón al centro de cada
de está colocada la efigie de N uestra Se
:ro por cada ángulo. Esta torre
ñora de la Estrella, tallada en piedra de
i hasta más de la m itad de su
Salam anca, al gusto barroco. A u n q u e la
hueca en lo restante, y tiene
anterior puerta no estaba ruinosa, com o
asicnes siguientes: 6 m etros de
era m u y angosta resultaba ya in su fi ciente para el tráfico rodado en el si
de cada lad o; 6 ,75 m etros de de', cuerpo octógono, y de
alm enaje.
Finalm ente,
1,6 5
glo X V I I I , y de aquí que en 1 7 2 6 se
sa
acordara sustituirla por la actual, edi
la plazuela de Santa C lara,
ficada
según
proyecto
del
arquitecto
Cáceres.— Casa d el Sol. (D ib u jo de M. Ourv a n tzo ff.)
Palacios y casas fuertes E n m ayor grado aún que A v ila y Segovia, es Cáceres la ciudad española de los
num erosos
e im ponentes
palacios
señoriales, a la v e z de recio carácter y línea airosa, de positiva belleza a rtísti ca y noble ejecutoria histórica. E n n in gún otro b u rgo hispano abundan tan to
Tse la torre Desm ochada, m uy
don M an uel de Churriguera, herm ano
estas edificaciones blasonadas, exponen
a la anterior, o sea, tam bién
del célebre m aestro del barroco español,
te fidelísim o, ora
octógona y hecha de tapial,
y a expensas del C on d e de la Q u in ta
afortunadas, ora de un señorío autén
p-ecr conservada, con idénticos
de la E njarada. P o r R eal decreto de 25 de agosto de
tico, encarnador del más acendrado es
ca a la m uralla por un cuerpo
1930
a rro jo y el h on or, la fe y la caballero
y tam bién de color berm ejo.
N acional las m urallas de Cáceres.
; en cuanto a planta de arran
fueron
declaradas
M on u m en to
p íritu
racial
de luengas empresas
que co n ju gó
siempre el
sidad, consustanciales a nuestra psico-
logia.
Buen
m arcado
núm ero
carácter
de ellos ofrecen
castrense,
Giles, descendientes del m onarca, fa m i
principal
lia a la que pertenecían los alcaides in
mente por hallarse pegados al cinturón
m olados por la intem perancia de Pedro
fortificad o de la p laza, o sea dentro de
el Cruel, según ya dijim os en la sin op
m am postería, coronac con colum nas de cer; sobre los que hubo que
m otivaron
edificio.
En
la
su
in t
lo que antiguam ente co n stitu yó su a
sis histórica. Sobre una parte de su so
m odo de acrópolis, o bien por contar
lar se constru yó un palacio para el a lo
robustas y esbeltas torres defensivas. N o
jam iento de los reyes; pero en tiem po
des dim ensiones (13,4
es extraño, pues, que h aya escrito un
de E nrique I V , con ocasión de la lucha
go, 9,90 de ancho y
cronista: “ L o m ism o que h a y que ir a
entre el M aestre de A lcántara, don G ó
trucción
Salam anca para
adm irar el esplendor
m ez de Solís, y el C lavero, el prim ero,
cinco naves con bóve
del plateresco y a A v ila para hallar las
partidario del infan te don A lfo n s o , llegó
ñón,
form as más puras del rom ánico espa
a Cáceres, venció a las mesnadas del
series de otros tanto!
ñol, es menester venir a Cáceres para
C lavero, partidario de don E nrique, y
dura que voltean
patio, existe el aljib<
notabilísim a
separadas
entn so
estudiar un tipo arquitectónico peculiar
destruyó el A lcá za r. C o m o prem io, el
granito. E n este edif
del siglo X V : la casa-fortaleza. Su evo
infante, presunto m onarca, concedió al
instalado
lución puede seguirse en la ciudad vieja,
M aestre el derruido palacio, al lado del
com prende interesante
ese inigualable barrio an tigu o de Cáce
cual se hallaba el tem plo de la M a g d a
queológicas y artística
res, intacto ante la in ju ria del tiem po,
lena; pero el M aestre lo donó, a su vez,
excavaciones y hallazg<
y que p o r sí solo constituye un m on u
al capitán don D ieg o de Cáceres O v a n
to en la capital com o
m ento nacional, por el sucesivo estudio
do, donación luego convalidada p o r E n
a más de cuadros de p
el
M useo
de ejemplares en cualquier fase, desde
rique I V , ya afirm ado en el trono, para
m odernos, objetos de 1
la áspera, im ponente y desnuda fachada
que aquél edificara su casa, que sería
t trajes típicos.
de la Casa de la Generala, hasta la no
denom inado
de la Cigüeña.
P aralela
C asa y torre de la C
menos ceñuda, pero más cortesana, ar
mente, el m onarca concedió perm iso a
mas explicado antes, a
quitectura de la Casa de Solís o la de
don D iego G óm ez de T o rres, señor de
Casa de las Veletas, el
M a y o ra lg o ” .
los M ogollon es, para que levantara la
di-a. llam ada Casa y
veintena de esas edificaciones, nuestra
suya en la parte occidental de los sola
*£eña. edificada tam bi
reseña de las mismas ha de ser u n tanto
res del A lcá za r, perm iso luego co n fir
«olar del que fué Alcá:
sumaria, a fin de poder incluir, dentro
m ado por los Reyes C atólicos en 1 4 7 6 ,
3 T t :Í 3 don D iego de <
de la extensión prefijada, los restantes
en virtu d de lo cual construyó la que
fid d m m o servidor de
m onum entos de esta capital y su p ro
desde entonces se llam ó Casa de las V e
Seos que fu n d ó a llí se
letas, tras ponerle pleito, u n o tras otro,
ría!. Es de notar que ct
Com o
se trata
de una
vincia, objeto del presente trabajo. Casa de las Veletas.— Se cree que el
dos de sus convecinos llam ados G o n zalo
la gran Isabel llegó a (
antiguo A lcá za r árabe, en parte de cuyo
Espadero y Juan de Saavedra, que se
como prim ordial fin alu
solar se a lza la llam ada Casa de las V e
creían con derecho al solar, derecho in
por el deseo de poner p.
letas, debió erigirse a com ienzos del si
existente, pues contra ellos fallaron los
bles, levantiscos y m al a
glo X I . Era un edificio am plísim o y
m onarcas. C onsta que don L o ren zo de
que m andó desm ochar 1
herm oso, que A lfo n s o I X de L eón , re
U llo a
casas solariegas y que
conquistador de la plaza, se reservó para
otro sucesor en el m ayorazgo, don J o r
sus aspilleras a fin de
sí, nom brando alcaide del m ism o a don
ge de Q uiñones, en los com ienzos del
no pudieran com batirse
Pedro Fernández de Saavedra, uno de
siglo X V I I I , lo reform ó nuevamente,
cepción con el menciona
sus capitanes predilectos, pasando des
d eján dolo com o ha llegado a nuestros
virtu d de la cual pudo <
pués la alcaidía a la ilustre fam ilia de los
días. Se trata de una construcción de
levantar su correspondí
reparó
después este edificio,
y
icntes del m onarca, fam i^rtenecían los alcaides inla intem perancia de Pedro so
les reves: pero en tiem po ccn ocasión de la lucha me de A lcántara, don G ój el C lavero, el prim ero, mfante don A lfo n s o , llegó a las mesnadas del
::d iric de don Enrique, y M cázar. C o m o prem io, el ■ lo a m u r c a , concedió al : : ri'.ario. al lado del ta d templo de la M agda!: ¿zr. 6 . a su vez.
V.
: ::
-7
I ;:: :o s O van-
h e g o convalidada por E n ifir a u H n en el trono, para -53.
rué seria
de !■ Cigüeña. Paralelao b u q concedió permiso a I ': - : : nx
i . T crrcs. señor de
para que levantara la
arte occidental de los sola zar. perm iso luego confir%R eyes C atólicos en 14 7 6 , i lo cual constru yó la que ?s se llam ó Casa de las V emerle pleito, u n o tras otro, '.vecinos llam ados G o n zalo Juan de Saavedra, que se erecho al solar, derecho in« contra ellos fa llaron los ¿
don L o ren zo de i-esrués este edificio,
queses del R eino y de los Condes de
sobre los que hu bo otrora las veletas
C orb os, perdió im portancia, conserván
m otivaron
edificio.
t ó un palacio para el a ló
ració
casa, que fué luego m orada de los M a r
con colum nas de cerámica y pináculos, que
m va dijim os en la sinopScbre nna parte de su
m am postería, coronada por balaustrada
y
en el m avorazgo, don Joren los com ienzos del lo reform ó nuevam ente, ha llegado a nuestros :a de una construcción de
En
la
su
denom inación
interior,
debajo
del
dose solam ente la esbelta torre, de gran
del
elevación, cuadrada, hecha de sillarejos
patio, existe el aljibe árabe, de gran
y sillería granítica en las esquinas, con
des dim ensiones (13 ,4 0 metros de lar
ventanas pequeñas y cornisa volad a so
go, 9,90 de ancho y 5 de a lto ), cons
bre canecillos. Hace varios lustros con
trucción
servaba tod avía su prístina factura, pe
notabilísim a
que
comprende
cinco naves con bóvedas de m edio ca
ro posteriorm ente fué sustituido el a l
ñón,
menaje por otro desproporcionado y re
separadas
entre
sí
por
cuatro
series de otros tantos arcos de herra
construidas
dura que voltean
ha perdido carácter, salvo en la que da
granito. E n instalado
el
sobre colum nas de
este edificio se encuentra M useo
P ro vin cial,
que
comprende interesantes colecciones ar
sus fachadas, con lo que
frente al m uro lateral de la iglesia de San M ateo, que conserva una bella ve n tana gemela con mainel de m árm ol.
queológicas y artísticas procedentes de
Casa de los Pereros.— Situada en la
excavaciones y h allazgos efectuados tan
parte alta del antiguo recinto, ésta es
to en la capital com o en la provincia,
una de las más viejas mansiones seño
a más de cuadros de pintores cacerenses
riales de Cáceres, así denom inada p o r
m odernos, objetos de cerámica regional
corrupción del nom bre de sus p rim iti
y trajes típicos.
vos poseedores, la fam ilia Pereiro, fu n
Casa y torre de la Cigüeña.— Y a h e
dadora de la O rden M ilita r de San J u
mos explicado antes, al referirnos a la
lián del Pereiro, trocada luego en la
Casa de las Veletas, el origen de su ale
O rden de C aballeros de A lcántara. L a
daña, llam ada Casa y torre de la C i
fachada prim itiva, que da a la calle que
güeña, edificada tam bién en parte del
lleva el m ism o nom bre que el palacio,
solar del que fué A lcá za r árabe por el
es de estilo gótico, con portada central
capitán don D iego de Cáceres O van d o,
de arco de m edio pu nto, ventana y tim
fidelísim o servidor de los Reyes C a tó
bres heráldicos, tod o ello b a jo artístico
licos, que fu n d ó a llí su m ansión seño
a lfiz . E l patio, cuadrado, tiene ocho ar
rial. Es de notar que cuando, en 1 4 7 7 ,
cos sobre colum nas con capiteles jó n i
la gran Isabel llegó a Cáceres, m ovida,
cos y escudos en el encuentro de cada
com o prim ordial fin alidad de su viaje,
dos arcos; pero ha perdido su prim itivo-
por el deseo de poner p a z entre sus n o
carácter por reform as posteriores. E n la
bles, levantiscos y m al avenidos, por lo
parte superior h a y una galería del m is
que m andó desmochar las torres de las
m o orden y con arcos escarzanos, b a jo
casas solariegas y que fueran tapiadas
los cuales corre una balaustrada de pie
sus aspilleras a fin de que desde ellas
dra. C on sta que en el año 1 5 6 1 con
no pudieran com batirse, h izo una e x
vin o el dueño, don Pedro de Perero,
cepción con el m encionado capitán, en
con el cantero Pedro de M arquina h a
virtud de la cual pudo Cáceres O van d o
cer las piezas principales que han llega
levantar su correspondiente
do a nuestros días, y en el siglo X V I I I
torre.
La
se com pletó la obra con varios detalles,
en docum ento de la época. E n esta casa,
entre ellos los esgrafiados del patio, que
de sum o interés h istórico-artístico, ya
posteriorm ente h an desaparecido con las
que m arca la transición de fortaleza a
obras hechas en el edificio por su ac
casa fuerte, nacieron num erosos perso
tual d u e ñ o— la D ip u tació n P ro v in
najes,
cial— para convertirlo en H ospicio de
O v a n d o Solís, m ilite insigne, a quien
niñas.
C arlo s III concedió, en 1 7 3 4 , el títu lo
entre
ellos
don
Francisco
ele
Casa del S o l.— Se le da este nom bre
de M arqués de O van d o. H o y constitu
por el escudo heráldico que aparece en
ye residencia de los Padres de la P re
cim a del arco de su portada, el cual re
ciosa Sangre.
presenta al astro rey con ocho cabezas
T o rre de los P la ta.— C o n razón se
de serpiente m ordiendo sendos rayos del
ha señalado que esta torre es la m ejor
m ism o. Perteneció al lin aje de los Solís,
de su clase existente en la ciudad, la
que llegaron a Cáceres form an d o parte
cual se yergue ju n to a la fachada N o r
de las huestes del rey reconquistador de
oeste de la parroquia de San M ateo,
la ciudad, refiriendo las antiguas cró
dentro del corral de la casa de los C o n
nicas que tal apellido procede de la fra
des de A d an ero. D e líneas mudéjares,
se "A n d a d , que con sol is” , puesta en
ancha y esbelta, bien trabajada su m ani
boca de don P ela y o al anim ar a dos
postería y con sillares esquineros, esta
caballeros herm anos para que rem ata
torre tiene una linda ventana gemela de
ran una ya m edio lograda victoria con
herradura con fin o partelu z m oldurado
tra los sarracenos, lo cual les h izo to r
y
un
gran m atacán
esquinado
sobre
nar al com bate, tras el cual adoptaron
m ensulones m u y salientes y fuertes. P o r
com o apellido las dos últim as palabras
su pared occidental únese al cuerpo de
de su rey. Situada a la espalda de la parroquia de San M ateo, es una de las
la edificación, cubierto p o r tejado que descansa sobre canes de estilo rom ánico,
mansiones cacerenses más típicas, de es
cuerpo en el que se abre otra ventana
tilo renaciente, con elementos góticos,
idéntica a la de la torre.
toda ella de piedra de sillería. L a torre
Casa m udé jar.— Este im portante m o
que está en la fachada tiene una gran
num ento, de m arcado interés histórico-
puerta de dovelas, abarcándola el a lfíz
artístico por ser el único de su tipo
p o r encima del escudo antes m enciona
existente en Cáceres, se h alla situado en
do. Su defensa consiste en u n a especie
la p ina calle de A ld a n a , p ró x im o a la
de garita o barbacana aspillerada sobre
casa de este nom bre. E stá considerado
tres ménsulas y con m atacán casi a la
com o bello ejem plar de la arquitectura
altura de las últim as ventanas. E l resto
m udejar toledana del siglo X I V , des
de la fachada debió de ser antes más
conociéndose si
elevado, no resaltando tan to com o a h o
casa particular. A u n q u e bastante dete
ra la que con stitu yó torre, sin duda de
riorado, conserva en su fachada— el in
m olida en parte p o r la consabida dis
terior no ofrece interés— los elementos
posición de Isabel la Católica. A m e
estructurales característicos de su estilo.
diados del siglo X V I sufrió una im p or
L a parte inferior de la m ism a es de
tante reform a, según aparece consignado
m am postería, actualm ente reajustada, y
— 22 —
fué
sim plem ente
una
I
dos puertas
de esta extensión fa m ilia r” . E n la m is
— ninguna de ellas es la antigua, que,
ma calle tuvieron los U llo a s otras casas
por
sería— y
im portantes, pero ésta que describimos
otras tantas ventanas que desfiguran el
es la más suntuosa. Se le dió tal deno
m onum ento. Sobre esta zon a corre una
m inación p o r haber sido su fundador,
a m od o de serie de m énsulas o caneci
en el siglo X I V , don D ieg o García de
llos form ados p o r ladrillos de canto,
U llo a , titu lar de la encom ienda de A l-
verticalm ente y escotados, que sim ulan
cuéscar, de la O rden de Santiago. D ich o
sostener la parte que hace un salien
noble extrem eño pereció, al igual que
te,
otros caballeros, en la batalla de A lju -
en ella aparecen abiertas ende,
toda
desconócese cóm o
ella
de
lad rillo
trazada
estilo m udéjar toledano. E n ja
inferior,
de
esquinillas
lim itada o
por
ladrillos
la
dos
al
fran líneas
form ando
barrota ( 1 3 8 5 ) ,
defendiendo la causa
de la reina doña B eatriz de P ortu gal, esposa de don Ju an I de C astilla.
ángulos entrantes, h a y una serie de ven-
Casas de los G o lfin es.— M u ch o se ha
tanitas pequeñas de <un solo arco, de las
escrito acerca de los orígenes de la fa
cuales, por haber sido tapiadas varias,
m ilia así denom inada, si bien casi siem
sólo restan tres, pues otra fué agran
pre ap oyado en la leyenda, cosa tan co
dada m odernam ente. A la derecha está
rriente para explicar el inicio de fa m o
la ventana de arcos gemelos, con m ai
sas genealogías cuando se carece de da
nel de m árm ol y arcos de herradura que
tos históricos. M ientras para unos era
tienen el trasdós calado. Sobre la ve n
oriunda de Francia, ostentando ascen
tana h a y un ancho a lfiz y más arriba
dencia principesca, y su nom bre, G o lfín
un festón de ladrillos en z ig za g que
u H olg u ín , constituía derivación de D e l
h o y no calan el m uro, pero que se cree
fín ,
debieron hacer el papel de celosías.
sim plem ente haber sido en u n com ienzo
para
otros tal palabra
denotaba
Casa del Com endador.— Llám ase así
bandoleros que, tras enriquecerse con
a la m agnífica m oraaa de la fam ilia
sus tropelías, dejaron aquella vid a re
U llo a , M arqueses de T o rr e O rg a z, si
probable y azarosa, estableciéndose en
tuada en el prom edio de la antigua calle
Cáceres a m ediados del siglo X I I I , d o n
A ncha, con gran fachada renacentista
de se acreditaron de cum plidos caballe
y, en el extrem o m eridional de la m is
ros, llegando a figurar entre lo más
ma, una torre cuadrada de gran eleva
ilustre de la población. E l prim ero del
ción, que es la parte más antigua del
lin aje
palacio, donde existen elementos g ó ti
nom brado en docum ento de 13 2 8 , cuyo
cos y mudéjares, así com o escudos de
h ijo , A lfo n s o P érez G o lfín , viv ía en
fina labra con los blasones de dicha es
1 3 7 7 , figurand o en la lista de caballe
fué Pedro
D o m in g o ,
según
es
tirpe y de los V alverdes y los Espade
ros cacerenses del reinado de Juan II.
ros. Estas conspicuas fam ilias cacereñas
U n o de sus vástagos fu n d ó la casa de
de los siglos X I I I y X J V se vincularon
los T o rre s -G o lfín , de la que, en el si
a los U llo as, acrecentando su p atrim o
g lo siguiente, salen los T o rres, m aris
nio hasta el extrem o de haberse escrito
cales de C astilla, y otro, P edro A lo n so
que "m u y cerca del centenar de b la so
G o lfín ,
nes estrictamente U llo a dan testim onio
diéndolo en dos ramas, de las que se-
— 25 — 2
d ivid ió su patrim on io, escin
rían cabezas sus h ijo s A lo n so y G ar
significado no se ha sabido interpretar.
»
cía G o lfín . E l prim ero continúa en el
E n la parte superior, a los lados del
a r i j os de
solar de sus m ayores, o sea la llam ada
arco de la puerta, existen sendos escu
de los correspondientes a 1
Casa de los G olfin es de Santa María,
dos. Y puerta, ventanas y escudos apa
ene habla el letrero, todos
ostentando el Señorío de T o rre-A ria s,
recen rodeados p o r artístico a lfiz esca
labor pétrea, constituyendo
y el segundo, con el títu lo de Señor de
lonado, de fina talla, que corona con
to valiosísimo para el esn
Casa Corchada, habita en palacio alte
arco trilob ulado. L a torre central, cu
gko de la familia, y qu
de San M ateo, al com ienzo de la calle
yos
parí esclarecer no pocos <
del O lm o . D e aquí que, a partir de
ofrece el cuerpo superior separado por
¿as acerca de la historia i
entonces, aquellos linajes com enzaran a
saliente cornisa, y
él form and o
I>:riro de esta estancia su rante como transido por
ser
denom inados
con
la
dos
tercios
inferiores tod o
son
lisos,
debajo, ocho agrupacu los Golfines
respectiva y
un co n ju n to arm onioso de la más bella
gráfica frasie de G o lfin es de abajo y
traza, que cuadra adm irablem ente con
u. eternidad que allí palp
G o lfin es de arriba, según la situación
el resto de la fachada: así, el gran es
Jarras las frases del disert
ocupada por sus palacios.
cudo,
H u t a ic
tim brado
con
casco
de
frente
“ ¡Cuántos epis<
L a que cabría denom inar antonom á-
crestado por una m ano que em puña una
sicamente casa-palacio de los G olfin es,
espada y cuyos lam brequines se desarro
irse en est
o de abajo, está situada en la plazuela
llan a los lados en roleos vegetales de
se extensión.’ ]
de su nom bre, ju n to a la de Santa M a
bella traza y doble espiral con cartela
ca
jo ¡c .::í
en esta ilu
ría, y constituye, artísticam ente consi
debajo que tiene la inscripción E S T A
derada, la más bella de la ciudad, por
ES L A -C A S A D E
L O S -G O L F IN E S ,
de recepdc
sus prim ores platerescos en la fachada,
y los m edallones de las esquinas con
rara tirios comer
que denota ser construcción de com ien
bustos decorativos. T o rr e y fachada ya
representado]
zo s del siglo X V I . A l lado derecho tie
descritas
ne una torre de ángulo, denotadora de
gante crestería de acabada labor com
repeddísimos aere er-nbxacnes artísticas, dn
su
aun
origin ario
carácter
de
aparecen
coronadas
por
rg a ñ cles y extr;
ele
iaccmparables,
av«
casa
puesta de calados grifos afrontados en
fuerte, y en el centro de la fachada so
tre flam eros y separados por florones,
«
bresale otra torre que no tiene más m i
la cual es m u y parecida a la del p a la
h ó : — acbo j de reseñan
sión que ofrecer u n artístico elemento
cio salm antino de M onterrey.
Bcrtal
trascendencia
ñn cnanto a la casa de
arquitectónico. E n la m itad de la fa
E l interior de este palacio tiene un
chada de la derecha está la puerta ado-
patio de reminiscencias ojivales, donde
ár la familia, adjudicada,
velada, de arco de m edio p u n to y con
se hallan las losas tum ulares proceden
«aara. a García Golfín, o
el intradós m oldurado con baquetones
tes de enterram ientos de los miembros
ie Casa Corchada, const
sem icilíndricos.
al arco
de la fam ilia en el que fué frontero
las casas fuertes de tipo
h a y una ventana, y , más arriba, otra
m onasterio de Jesús, dem olido en el si
rmada en la plazoleta de
Sobrem ontada
ae ¿rr.ba. que faé la prisa
gemela, con m ainel de m árm ol y arcos
glo X I X para edificar el P alacio P r o
Santa Ana. T u vo cuatro
trilobulados en cuya u nión y sobre el
vincial, y varias am plias estancias, en
rres. una en cada ángulc
capitel del partelu z resalta el escudo de
tre las cuales figura la antigua sala de
homenaje, al centro, que
los Reyes C atólicos, coronado y rem a
armas o de linajes. Esta es una pieza
iavía se conserva. En si
tado p o r una cruz. E ntre ambas ven
bellísim a y original, cubierta por sen
?•: rúente, o sea la parale
tanas h a y dos ángeles esculpidos que
cillo artesonado de notable policrom ía,
*
sostienen el escudo de los G o lfin es, y
con un friso circundante en el que apa
las con parteluz de má
debajo, dentro de una corona de flo
rece larga y curiosa leyenda alusiva a
tipo, un tanto abundanti
res, el emblema
los orígenes de aquella artística obra,
qpe recuerda el estilo mu
F E R -D E -F E R ,
cuyo
abren dos hermosas ve
io se ha sabido interpretar. saperior, a los lados del
y, debajo, ocho agrupaciones con los
C atólicos y palaciego del infante don
puerta, existen sendos escu-
de los correspondientes a los enlaces de
Juan, consiguió del rey don Fernando,
ta. ventanas y escudos apa-
que habla el letrero, todos ellos de fina
en
:os por artístico alfiz esca-
labor pétrea, constituyendo un co n ju n
para edificar la susodicha torre, pese a
ftn.i talla, que corona con
to valiosísim o para el estudio genealó
lo cual tu vo pleitos con sus co lin dan
L a torre central, cú
gico de la fam ilia, y que ha servido
tes, principalm ente los Saavedras, que
inferiores
lisos,
para esclarecer no pocos errores y d u
se o pon ían a ello tem iendo el daño que
¿rpc superior separado por
das acerca de la historia de la m isma.
pudiera reportarles tal fortaleza si v o l
nisa. y
D entro de esta estancia siéntese el v isi
vía n las banderías, poco antes apaci
: ¿ m a m o s o de la más bella
tante com o
guadas por la gran Isabel. P o r haber
:_ i¿ ra adm irablem ente con
de eternidad que a llí palpita, haciendo
tom ado
.¿ raehada: así, el gran es-
suyas las frases del diserto historiador
p rom o vió
H urtad o:
¿o
son
todo él form ando
con
casco
de
frente
los
Golfines
G o lfín , que fué con tin uo de los Reyes
acom pañados
rrelos
escudos de
transido
por
la em oción
15 0 6 ,
la
autorización
parte
en
la
pertinente
las discusiones
irreductible doña
que
M aría
“ ¡C u án to s episodios h istó ri
de O v a n d o con m o tivo del patronato
zn a m ano que em puña una
cos acaecidos en esta ilustre vivienda
de la iglesia del convento de San F ra n
lam brequines se desarro-
pudieran relatarse en estas páginas a
cisco, un día acom etió el nieto de la
en roleos vegetales de
perm itirlo su exten sión ! . Reyes, em ba
m ism a, D iego M aría de O van d o, den
¿cb le espiral con cartela
jadores, m agnates, hidalgos, pecheros,
tro
-..•¿re la inscripción E S T A
generales españoles y extranjeros, serias
m uerte alevosa. C o n aquel m o tivo fué
protagonistas
incoado
to s
IS A D E L O S - G O L F I N E S , i.
;as esquinas con
p a rean
coronadas
bailes
tr_» i i
—
el
dándole
correspondiente
proceso,
el célebre A lcald e R o n q u illo .
espléndidas,
s t
cruentas
a G o lfín ,
para ver el cual se personó en Cáceres
T o rre y fachada ya ele-
recepciones,
iglesia,
justicias, natalicios com entados, bodas
taraves
por
de
de la
representaciones
caba
Palacio de la Generala. — He aquí
acabada labor com-
llerescas, repetidísim os actos de caridad,
otro de los más antiguos edificios seño
¿ritos afrontados en-
exhibiciones artísticas, duelos y penas
riales cacerenses, que fué propiedad del
de
o p u len to lin aje de los M o g o lló n , es
separados por florones, 7 . - . ; . . . - a la del pala-
:_r.e de M onterrey.
incom parables,
teatrales,
m ortal
aventuras
trascendencia. . . ,
de
tod o
hubo m ucho y de resonancia.”
tablecidos en la ciudad en el siglo X¡III,
E n cuanto a la casa de los G o lfin es
al
que
luego
se
vin cu laron
los
de
iot ¿í este palacio tiene un
de arriba, que fué la p rim itiva m ansión
O va n d o y M ayo ra lgo . P o r sus grandes
sm iaceD cias ojivales, donde
de la fam ilia, adjudicada, según ya d i
proporciones y la fisonom ía de su fa
m W p< rumulares proceden-
jim os, a García G o lfín , con el Señorío
chada principal, obra del siglo X V , en
n a m ien to s de los miembros
de Casa Corchada, constituye una de
la que resaltan, a más de sus blasones
lilu en el que fué frontero
las casas fuertes de tip o más antiguo,
nobiliarios, la puerta de m edio p u n to
* de Jesús, dem olido en el si-
situada en la plazo leta de la Puerta de
con enorme dovelaje y el tam bor aspi-
rara edificar el Palacio P ro -
Santa A n a . T u v o cuatro elevadas to
llerado, constituye una de las más t í
vanas am plias estancias, en-
rres, una en cada ángulo, y otra del
picas casas fuertes
‘.es figura la antigua sala de
hom enaje, al centro, que es la que to
m uro occidental existen van os cegados
e linajes. Esta es una pieza
davía se conserva. E n su fachada de
en época anterior. L o s más ilustres p o
r origin al, cubierta por sen-
Poniente, o sea la paralela al adarbe.
seedores
nado de notable policrom ía,
se abren dos hermosas ventanas geme
Francisco de O v a n d o
las con
V ie jo ,
so circundante en el que apa-
parteluz
de
m árm ol,
de ese
de
este
herm ano
de Cáceres. E n
palacio del
fueron
el
don
M o g o lló n , el
fam oso
capitán
v curiosa leyenda alusiva a
tipo, un tan to abundante en Cáceres,
D iego O va n d o de Cáceres, prim er re
es de aquella artística obra,
que recuerda el estilo m udéjar. García
form ad or
del
m ism o;
don
Pedro
de
O va n d o y C astrejón , M arqués de C a-
o de la T o rr e de Velasco, enlazando
marena la V ie ja , quien h izo algunas
con las demás estirpes de la nobleza, o
reform as en el edificio, en el siglo X V I ,
sea los Saavedras, los O rellanas, los Pe-
y doña Josefa de O va n d o , esposa del
reros, los U llo as, los M ogollon es y los
general don A n to n io de A rce y Eraso,
O vand os. L a palabra M a y o ra lg o tiene
a finales del siglo X V I I I , circunstan
su origen en la desvirtuación de M a y o
cia p o r la cual es conocido el edificio
razgo, tal vez p o r influencia de m ayo
desde entonces con tal denom inación.
ral, quedando convertida en apellido,
Palacio de M ayoralgo. — M agnífica
subsistente hasta nuestros días.
m ansión, de procer historia, situada en
Palacio Episcopal. — Es uno de los
la p lazu ela de Santa M aría. Su herm o
edificios más antiguos de Cáceres, pues
sa fachada, de sillería granítica— des
consta que el m onarca reconquistador
truida durante la guerra civil española,
de la v illa , A lfo n s o
el día 23 de ju lio de 1 9 3 7 , a causa de
p rivilegio especial, equiparándolo así al
una
A lcá za r. Desconócese cóm o sería la p ri
bom ba
lan zada
por
la
aviación
factura
IX ,
de este
le concedió
roja, pero ya afortunadam ente recons
m itiva
gran
palacio,
tru id a— , tiene puerta de arco de m e
contiguo a la m uralla y a su puerta,
dio pu n to, con grandes dovelas, y e n
h o y denom inada A rco de la Estrella,
cima, dentro de u n recuadro o arrabáa
que desde entonces h a venido sirvien
de m oldura gótica sobre m énsulas, dos
do de m orada a los prelados de C o ria
ventanas gemelas (un tan to desfigura
cuando permanecen en Cáceres, pues a
das para convertirlas en halcones)
en
m ediados del siglo X V fué reconstrui
arcos de m edio p u n to perfilados con
do por el obispo don G arcía de C astro
fino baquetón. E ntre las ventanas, den
Ñ uño,
tro
recuadro,
obra aquella de estilo o jiv a l, de la que
h o y cortado por el alero, está tallad o
han quedado escasos restos. P osterior
el escudo nobiliario de los B lázq u ez,
mente, en
apellido de los M a y o ra lg o (media á gu i
mente o tro prelado, el célebre don P e
la adosada a m edio c a s tillo ) , con y e l
d ro G arcía de G alarza, “ m u y aficiona
m o y lam brequines. E l patio, o rigin a
do a la arquitectura com o hom bre que
riam ente gótico, tenía detalles b iza n ti
fué del R en acim ien to” , según lo acre
nos y renacentistas, agregados en suce
d itan en la región y fuera de ella n u
sivas m odificaciones. L a genealogía de
merosas edificaciones a él debidas. Está
esta fam ilia noble es la m ejor conocida
situado en la p la za de Santa M aría,
de Cáceres, merced a testim onios docu
form and o
mentales, en los que consta su prece
M ay o ra lgo , y a descrito. Su fachada es-
dencia a las demás, pues fué fundada
de m am postería, con las esquinas
p o r Blasco M u n io (convertido luego en
sillares. T ie n e portada de arco de m e
M uñoz)
del si
dio p u n to con archivolta labrada en
glo X I I I . H acia 13 2 0 fu n d ó el prim er
doble remate alm oh ad illado que com
m ayo razgo que h u b o en la ciudad, y
prende jam bas y arco, flanqueada por
sus descendientes com enzaron a titu la r
dos
se señores de la T o rr e del M ayo ralgo ,
que sostienen u n sencillo establam ento
de
otras
en
m olduras
el ú ltim o
del
tercio
según
consta
en
una
lápida,
1 5 8 7 , lo m odificó am plia
pareja
colum nas
con
sobre
el
altos
palacio
de de
pedestales
a
c * r c friso esta gral
d cc
D O N G A R C IA
CA
O B ISPO D E COI
hs «ahitas figuran dos cnrativos. En el piso b; izquierda de La pe reac ■rentanas recuadradas
1
—ohadülados t protegí cas rejas
c u to s
barrotes
copete que sostiene el de Galar12
repu;ado ei
r-ndo con una cruz. B r r r hax otras tres ve» fas m la misma forma re» la del centro e! mis rr-*rir=a r-elacia1. Pasai przr 5? tv—ítra en el pa é ti exal aparece un res) consistente en •rcr com isa ▼ pilare? a enTa tem de león, d *
t
sobre la com isa
a ri ame existe en re! *
3r.Tra ba^a. Debajo
x a r a rte s a h d r n
e
a r d í la errz rrra-rj jo s Garda de Castro. 1 » zl lado del adarre i a ú i sala r la g; =*. El patío foé tan c a r r r - ros del siglo X 1 50 Carra jal v Girón w be*pedo Felipe II 1 a 11 de marzo de i| 4 :—-— jtw rer (3e P
Cas de los Toledo a ¡a parre posterior de pal. esta casa, donde h la G i l de Ahorros ▼ ! aé r tce
ínlar mérito
en cu yo friso está grabada la inscrip
rre de V elasco, enlazando
ción:
ás estirpes de la nobleza, o tcras. los O rellanas, los PeDoas. los M ogollon es y los 2 palabra M ay o ra lgo tiene i la desvirtuación de M ayo-
DON
DE
busta torre, de im presionante aspecto,
GALAR-
en cuyos param entos aparecen los b la
C A , O B IS P O D E C O R IA , 158 7. En
sones de las estirpes C an o , T o le d o y
las enjutas figuran dos m edallones de
M octezum a.
Fué
edificada
en
el
si
corativos. E n el piso bajo, a derecha e
g lo X V I p o r el capitán cacereño d on
izquierda de la portada,
Juan C a n o de Saavedra, conm ilitón del
ventanas
e z p o r influencia de mayo-
G A R C IA
recuadradas
con
ábrense dos sillares
a l
glorioso H ernán Cortés en el descubri
do convertida en apellido,
m ohadillados y protegidas con a rtísti
m iento
rusta nuestros días.
cas rejas cu yos barrotes rem atan en un
quien estuvo casada una h ija del E m
Episcopal. — Es uno de los
copete que sostiene el escudo ovalad o
perador de aquel país, la cual, al ser
ü ar-tiguos de Cáceres, pues
de G alarza, repujado en bronce y tim
bautizada, recibió el nom bre de Isabel.
el monarca reconquistador
brado con una cruz. E n el piso supe
L a rica dote de ésta sirvió para costear
rior h a y otras tres ventanas recuadra
la espléndida m ansión y grandiosa t o
das en la m ism a form a, destacando so
rre. Posteriorm ente, am bas h a n sufrid o
. A lfo n s o
IX ,
le concedió
q M áal. equiparándolo así al esc r - ¿cese cóm o sería la prir=ra
de este
gran
palacio,
¡
La m uralla y a su puerta, -.Z 2 .ii A rco de la Estrella, «r.::nces ha venido sirvíenn i a a. los prelados de C o ria m i-e -ce n en Cáceres, pues a ¿el r.z'.o X V fué reconstruíDÍH$po don García de C astro rzr
consta
en una
lápida, j
t a ¿ i estilo o jiv a l, de la que td o escasos restos. Posterior: 5 5 —. lo m odificó am plia- j
modificaciones;
guán se penetra en el p atio, en el fon d o
ja sobre su elevado cuerpo cuadrado,
lum nillas a cuya term inación resaltan dos cabezas de león, de influencia ára be, y
sobre la cornisa, com o remate,
un arco apuntado form and o tím pano, en el que existe, en relieve, una especie de m itra b aja. D e b ajo está la lápida a que antes aludim os, en la que se re
t« * jd m ic n to " , según lo acre-
te al lad o del adarve y A rc o de la E s trella, una sala y la galería alta de ar
el
palacio
de
jo , va descrito. Su fachada es- I pestería, con las esquinas de Tiene portada de arco de m e to con archivolta labrada en m ate alm oh ad illado que comambas y arco, flanqueada por am nas
sobre
altos
pedestales
ienen u n sencillo establam ento
con
do p o r cornisa y pilares de haces de co-
elementos principales la torre, recayen
con
segunda,
portada, consistente en recuadro fo rm a
■ fifu tura com o hom bre que ,
pareja
pero la
del cual aparece un resto de la antigua
a ¿ í da'.arra. “ m u y aficíona-
ai la p laza de Santa M aría,
con
cubierta cupuliform e de media naran
cuerda la obra restauradora del obispo
a él debidas. Está
de M éxico,
emblema prelacial. Pasado el am p lio z a
don G arcía de C astro, de la cual fueron
la r?zión y fuera de ella nu-
conquista
bre la del centro el m ism o escudo, b ajo
el célebre don Pe-
c r r e la i:
y
cos. E l p atio fué tam bién rehecho, a com ienzos del siglo X V I I , p o r el O b is po C a rv a ja l y G iró n E n este palacio se hospedó Felipe II durante los días 9 a 11 de m arzo de 15 8 3 , a su regreso de coronarse rey de P ortu gal. Casa de los T o le d o .— Situada ju n to a la parte posterior del P alacio E p isco pal, esta casa, donde h o y está instalada la C a ja de A h o rro s y M o n te de Piedad, ofrece singular m érito p o r su alta y r o
Cáceres.— V entana esq u in ad a d e la Casa de los Trucos. (D ib u jo de M. O u rv a n tzo fí.)
— 29 —
conserva
su
m ajestuosidad,
tan
atra
sufrió u n incendio en el siglo X I X que
yente para el viajero.
la destruyó en parte, siendo reconstrui
Casa de los O v a n d o .— Este apellido
da después. Fué solar del noble linaje
es, si no el más antiguo, el que más f i
de los Carvajales, el más extenso de
guras ilustres dió a Cáceres a partir del
Cáceres, a donde llegó procedente de
siglo X IV, entre ellas el capitán
don
T r u jillo . L a fachada tiene una am plia
D iego de O va n d o de Cáceres, fiel ser
portada con dovelas de gran tam año,
v id o r de los Reyes C atólicos, com o ya
todas de una sola pieza, que dan la
dijim os,
de
vuelta al arco y continúan en las ja m
O va n d o Flores, uno de los diez jó v e
y
su h ijo ,
bas, y , encima, enmarcado p o r gótico
nes escogidos que se educaron con el
alfiz, el escudo de los C arvajales. Pero
príncipe
don
Juan,
Lares y
luego
don
N icolás
C om end ad or
de
lo más interesante de este edificio es la
M aestre de A lcántara,
gran torre, en el ángulo de la derecha;
designado G obernador de L a Española.
torre cilindrica— única de este tip o en
O tro m iem bro de la m ism a fam ilia, el
Cáceres— ,
C om endador don H ernando de O v a n
bien precisada, pues mientras unos au
do, que tu v o intensa actuación en la
tores la consideran obra m udejar de f i
vida
aquella
nales del siglo X I I , otros estim an que
época, fué dueño del palacio a que aquí
es árabe, de antes de la reconquista de
nos referimos, situada en la parte sep
la población, cabiendo decir que, entre
tentrional de la plazuela de Santa M a
las torres, es la más antigua. E stá hecha
m unicipal
cacerense
en
cuya
antigüedad
no
está
ría, co n tigu o al palacio episcopal. Su
de sillarejos y carece de alm enaje, ofre
portada, de sillería, es de estilo plateres
ciendo
co, de la prim era m itad del siglo X V I ,
ventanas
con arco de m edio pu nto, de archivol-
primeras, la que se h alla en el prim er
tas
tercio
planas,
figurando
m edallones
en
decorativos.
las
enjutas
otra,
E n c u a d ra n
com o y
tiene
huecos alguna arco
del ú ltim o
varias aspillera.
De
de herradura,
y
las
tercio, es de? m edio
tablam ento, sobre el que aparece el es
particularidad de estar abiertos en una
cudo oval de los O v a n d o , flanqueado
sola piedra.
ofreciendo
am bos
huecos
la
Casa de R o co -G o d o y .— Está situada
de hornacinas y estatuillas de remate.
fuera
E n tre los balcones h a y un escudo es-
del an tiguo circuito
grafiado del siglo X V I I I , y a la dere
al que pertenecen
hasta aquí descritos, al lado occidental
torre
de la p lazuela de Santiago. Fué edifi
sobre cuya ventana
todos
fortificado,
cha se conserva el resto de la antigua
los
edificios
puede verse una tracería gótica. E l pa
cada p o r el h idalgo don Francisco de
tio
G odoy,
m uy
El
la
pu nto,
interior, aunque
irmr
pequeñas
tod o ello dos pilastras jónicas y su en
de ángulo,
acac
reform ado,
afo rtu n ado
expedicionario
L » T*
a
denota ser obra de la m ism a época, o
las Indias, que se d istin gu ió por su de
sea el siglo X V .
nuedo en la conquista del Perú y de
Se
C h ile, hasta el extrem o de ser Regidor
't=eT 3 s * rrd er ó b í l j s a afa. r -
L a Casa Quem ada o Palacio Carva ja l.— Se halla detrás del ábside de San
de V a ld iv ia ,
ta M aría, al com ienzo de la calle de la
General del ejército de P izarro . V o lv ió
A m argura,
a E spaña con grandes riquezas, lo que
y
denomínase
así porque 30
G obernador de L im a y
* r csm as r r m V j r¡
21
—• h r r j Zarria*. :« K o i A rr r j r M
endio en el siglo X I X que
le perm itió,
m parte, siendo reconstruí-
doña
en
un
de las grandes mansiones situadas fue
Fué solar del noble lin aje
M ay o ra zg o cu yo solar fué el m agnífico
ra del an tiguo recinto m urado, en la
L eon or
unión
de
de su esposa,
U llo a ,
institu ir
Palacio de Abrantes.— He aquí otra
ajales, el más extenso de
edificio a que aquí nos referimos, que
plazuela del D u qu e, cercana a la P laza
londe llegó procedente de
consta docum entalm ente se estaba edi
M ay o r. O rigin ario solar de los Saave-
i fachada tiene una am plia
ficando en el año 15 4 9 . E l p rim itivo
dras, pasó en el ú ltim o tercio del si
dovelas de gran tam año,
nom bre de casa o palacio de G o d o y se
glo X V
la sola pieza, que dan la
trocó p o r el de R oco cuando la heredó
de los Carvajales, procedente del tro n
x> v continúan en las jam -
esta fam ilia, procedente de A lcántara.
co placentino, en la persona
r u . enmarcado p o r gótico
Desde hace algún tiem po se h alla in s
Juan de Sande C a rv a ja l, h ijo de don
id c de los C arvajales. P ero
talado en ella el C asin o de la C o n co r
Francisco de C a rv a ja l, el fam oso per
resante de este edificio es la
dia. Es un gran edificio, el más suntuoso
sonaje llam ado "el pacificador de P la -
e z el ángulo de la derecha;
de estilo R enacim iento existente en C á
sencia”
rica— única de este tip o en
ceres, construido
de m anipostería con
esta ciudad el predom inio oligárquico
está
sillares en los ángulos. D e sus dos p i
de los Zúñigas, la cual pasó así a la
rcva
antigüedad
no
a poder de una de las ramas
por
haber
logrado
de don
cesara en
.¿2. pues mientras unos au-
sos, el b a jo tiene ventanas con rejas y
obediencia del R e y Ca tólico. U n o
a d era n obra m udejar de f i
balcones el principal, recuadrados por
sus descendientes,
el ? X I I . otros estim an que
colum nas de orden com puesto y enta
diano
t a rtes de la reconquista de
blam ento y protegidos con barandales
C a rv a ja l y Sande, sobrino del C ard e
n
cabiendo decir que, entre
de hierro sobre palom illas de volutas
nal de su apellido, entre otras obras
s '.2 más antigua. Está hecha t t carece de alm enaje, ofre-
o roleos de fina labra. E n la torre es
famosas, acom etió la reform a de este
quinera h a y un balcón con su b aran
palacio en el siglo X V I , palacio donde
dal corrido,
nacieron
huecos
varias
pequeñas
más im portante
que los
de Plasencia
tantas
de
el acaudalado arce don Francisco
preeminentes
de
figuras,
anteriores, que ofrece un arco a los dos
entre ellas el gran político y d ip lo m á
_i qre se h alla en el prim er
haces,
encuadrado
tico
e arco
igualm ente
y
en tabla
José de C a rv a ja l y Lancáster, D u qu e
é l: —. r tercio, es dej m edio
mento, sobre el que se eleva un fr o n
de A brantes, títu lo éste p o r el que la
r iñ e n d o
la
tón en el que destaca un busto decora
m ansión es conocida. L a fachada, con la
ie estar abiertos en una
tivo. Encim a del fro n tón , doblado por
gran portada adovelada y escudo b ajo
la arista, aparece u n escudo jaquelado,
alfiz, com ún a tantas edificaciones cace-
r
a !ju n a
ili
aspillera.
De
de herradura, am bos
las
y
huecos
la
R oco-G od oy-— Está situada i r r lz u o circuito fortificado,
!
de
m edio por
pu nto, colum nas
del
reinado de C arlo s
III,
don
en cartela, encima de un querubín y
reñas, ofrece algunas ventanas góticas
coronado por un yelm o. A
los lados
y restos de la torre, con su m atacán. D e
descansan dos sátiros y ju n to a ellos
los dos patios que h a y en el interior,
i ¿oscrrcs. al lado occidental
sendos am orcillos,
el prim ero conserva en dos de sus la
ruela de Santiago. Fué edifi-
escudo tallos serpenteantes y
rrrer.ecer todos
los
edificios
así com o ju n to al h ojaras
dos antepechos de galería superior con
cas. L a portada del edificio, adovelada,
labor gótica, y en los otros dos, ador
a
da paso a un zaguán que conduce al
nos renacentistas y escudos nobiliarios
que se d istin gu ió por su de-
m agnífico patio, con arquerías de m e
en rizadas cartelas; el otro p atio rec
la conquista del Perú y de
dio pu nto en ambas galerías, sobre co
tangular, tam bién gótico, tiene co lu m
s a el extrem o de ser R egidor
lum nas de orden toscano en la baja y
nas
ría.
G obernador de L im a y
jón ico en la alta. E n las enjutas de los
adornan bolas y cordones. E n el jard ín
el ejército de P iza rro . V o lv ió
arcos h a y escudos jaquelados, y en los
está la capilla de la Santa C ru z, con
ángulos, bustos decorativos.
portada
h id algo don Francisco de ifrrra n a d o
expedicionario
con grandes riquezas, lo que
con
capiteles
m oldurados
que
de colum nas compuestas,
un
friso de querubines y el escudo n o b ilia
y su descendencia. P o r cierto que en el
rio, así com o, en el interior, cúpula y
expediente p rom ovid o para acreditar su
un retablo barroco, en el que se vene
nobleza, lo que supondría exención de
raba el L ig n u m Crucis traído de R om a
ciertos impuestos, el P rocurador del co
p o r el C ardenal C a rva ja l.
m ún de vecinos, apoyado en la decla
Casa de los Trucos. — Está situada
ración de testigos ancianos que asegu
en la p laza de la Concepción, fo rm a n
raron haber conocido a varios antepa
do
calle Em pedrada.
sados de la fam ilia, opuso el argum en
Perteneció a la fam ilia de los D ávilas,
to de que en ella existieron pecheros,
Señores de L orian a, de quien la adqui
conversos y bastardos, no obstante lo
esquina
con
la
cual la C hancillería de G ranada dictó
rió el prelado G alarza, por lo cual se
laudo en 1 5 6 1 declarando la h idalguía
le da tam bién la denom inación de p a
de la fam ilia, cuyos descendientes fue
lacio de dicho apellido. Después quedó
ron distinguidos en el siglo X V I con
popu larizad o el nom bre de Casa de los Trucos,
por
haber
estado
el títu lo de Marqueses de la Isla. Pese
establecido
a ello, a causa de esas aseveraciones en
allí, hace siglo y medio, un juego de
contra del concenso popular, la m an
los así denom inados. Es un edificio de
sión de referencia fué llam ada v u lg a r
grandes proporciones, cuya parte más
mente la Casa de los Judíos. L a facha
interesante es su elevada torre de án
da, de sillería granítica, acusa tres p i
gu lo saliente, obra del siglo X V I . E n
sos, con ventanas de estilo gótico; las
ella h a y una ventana de m edio punto, esquinada, partida por un
del principal, trilobuladas; las del se
m ainel de
gundo, m ayores, en arrabáa, y las del
m árm ol blanco, que encuadran co lu m
ú ltim o, sencillas y cuadradas. L a puer
nas corintias con grutescos y en tabla
ta tiene arco de m edio p u n to , con a l
m ento, sobre el cual aparece un escu
m ohadilladas dovelas de dos tam años,
do. E n el friso existe una inscripción
alternadam ente, encima de la cual, den
m u y borrosa. E n el p atio se ve el es
tro del recuadro, aparecen dos escudos
cudo del obispo G alarza.
del m ism o blasón, partido de dos osos
Casa de la Isla.— Cerram os con esta
y media águila pasm ada y un castillo.
interesante m ansión la reseña algo p o r
E n el friso que corre a lo largo de la
m enorizada de las casas fuertes o re
fachada aparece, en letras capitales ro
cias m ansiones blasonadas cacerenses. Se
manas,
encuentra situada, com o la precedente,
D U R A N S - N O B IL IT A T
en la p laza de la Concepción, y
NON
fué
la
inscripción
M ODERATA A N IM V S
A CTA - PARENTVM .
D ig n o
fundada en el siglo X V I p o r una de
de m ención es tam bién el patio, con
las ramas de los B lá zq u ez de Cáceres
un escudo esgrafiado bellísim o, encua
y Solís que en la centuria anterior h a
drado con adornos renacentistas, y un
b ía
regresando
friso, sobre grutescos y calaveras, que
después tres herm anos descendientes de
conserva esta otra inscripción; V A N I -
em igrado
de la
villa,
ella, dos de los cuales. Juan y M iguel,
TAS
eclesiásticos de alcurnia y riquezas, fu n
V A N I T A S . E n los primeros meses del
daron un m ayo razgo para el otro, L uis,
año 32
V A N IT A T V M 1954,
ET
O M N IA -
quedaron instalados en la
Casa de la Isla la Biblioteca P úb lica y el A rch ivo H istórico P rovin cial.
ria. L a referencia a los demás lugares quedará constreñida
a los castillos y
algú n otro m onum ento m ilitar. T a n excepcionalm ente copiosa y es pléndida es en Cáceres la A rquitectura española
civil y m ilitar, com o hem os visto, que
cuenta con un con ju n to tan conside
la religiosa no puede comparársele, em
rable de palacios o casonas señoriales
pero esté bien representada, prin cip al
com o la veintena de los y a descritos,
mente con seis edificaciones de esta ín
N in gu n a
antigua
ciudad
que cabría am pliar m encionando otras
dole, acerca de las que vam os a hacer
todavía subsistentes, en m ejor o peor
una sumaria exp o sició n : las iglesias p a
estado de conservación, y cuya p rísti
rroquiales de San M ateo, Santa M aría
na estructura h a sido más o menos m o
la M ay o r, Santiago y San Juan, y los
dificada en el decurso secular: las de
antiguos
tem plos - conventos
nom inadas del A gu ila , Sánchez de P a
Francisco Javier,
redes, Adanero, Espaderos, Carvajales,
Jesús y de Santo D o m in g o .
de
San
de la C om pañ ía
de
Aldana, Ul-loa, O v a n d o-M og o llón , Pa-
L a iglesia de San M ateo, situada en
redes-Saavedra, Espadero-Pizarro, V a r
la parte más alta de la vieja ciudad,
gas, Rivera, Becerra, Torres, Villegas,
debió de ser la prim itiva m ezquita aga-
del A ire, de las Culebras, de los G ue-
rena, convertida luego en tem p lo cris
varas, F l o r e s
de Vargas, Espadero-
tiano. L a noticia histórica más antigua
Saavedra, T o p ete, Carrascos, M erinos,
con ella relacionada data del año 13 4 5 ,
etcétera.
en
que
se
fu n d ó
una
cofradía que,
transcurriendo el tiem po, quedaría e x tin guid a. Su reform a general fué p la Los tem plos
neada al fin a liza r el siglo X V , acome tiéndose las obras al com ienzo de la
A u n q u e la exclusiva fin alidad perse
centuria siguiente, b a jo la dirección del
guida con estos volúm enes o ediciones
m aestro P edro E zquerra. C u an d o la ca
especiales de la Revista Geográfica E s
becera estaba levantada o reconstruida,
pañola es describir la A rquitectura cas
quedaron suspendidos loa trabajos,
trense, por lo cual les damos el nom bre
hasta las postrim erías de dicha centu
genérico de Castillos, pero incluyendo
ria no se cerraron las bóvedas. L a torre
y
en ellos tam bién las m urallas, las puer
fué levantada en 1 7 8 1 . L o más n o ta
tas, los puentes y las casas fuertes, h a
ble del exterior es la puerta principal,
cemos una excepción con éste consa
de estilo
grado a Cáceres, dada su m ayor exten
Ferrant, gran escultor sevillano de m e
sión, ocupándonos tam bién de los fa
diados del siglo X V I . D e arco rebaja
plateresco,
obra
de G u illen
mosos M onasterios de Y u s te y de G u a
do, tiene labrada la archivolta con ca
dalupe, así com o de los tem plos p rin
setones en los que resaltan figuras de
cipales de la capital de la provincia y
queiubines,
de las tres poblaciones que le siguen en
lum nas
im portancia: T r u jillo , Plasencia y C o
p lin to. Estas colum nas están anilladas 37 —
y a los lados sendas co
flanqueantes
sobre
elevado
en la parte media de su fuste, para
vales.
m arcar el nacim iento de las estrías que
glo X I I I estaba hecho tod o el cuerpo
Se
cree
que
a
finales
del
si
labran su parte superior y se coronan
inferior, de estilo gótico con rem inis
con capiteles compuestos. Encim a está
cencias rom ánicas, según L am pérez ha
en entablam ento, lim itad o por ménsu-
puesto de manifiesto, así com o con ca
les de doble espiral, m u y salientes, y
becera de tres ábsides, y que entonces
entre las dos cornisas existe un friso en
fué provisionalm ente cubierta, tal vez
el que, entre serpenteantes tal-los, h ay
con madera, hasta que, a mediados del
dos niños tenantes con un m edallón en
siglo X V , se am plió, abriéndose las ca
el que figura el busto de San M ateo.
pillas absidales, con lo que se form ó
E n las enjutas aparecen dos medallones
el testero y el ochavado de esta parte
con los bustos de San Pedro y San P a
de las
blo, rem atando el con ju n to con dos f i
trom pas, elementos todos ellos carac
guras de niños a m odo de candelabros.
terísticos
A
la derecha de esta puerta sobresale
tem plo
de p lan ta
una especie de tam bor po ligon al den
adición
sem ipoligonal
tro del cual se h alla la escalera de su
d ividida en tres naves altas, la central
bida al coro. E l interior consta de una
algo
sola nave, m u y espaciosa, con bóveda
por pilares cruciform es de bases góticas
de crucería y capillas laterales, sobre los
y capiteles consistentes en simples m o l
arcos de las cuales h a y ventanas de m e
duras,
d io pu nto. T a n t o en la nave com o en
form ando volutas, otros. L o s arcos que
las capillas existen numerosos sepulcros
separan las naves son apuntados y de
blasonados,
m edio p u n to los form eros, que las di
artística
algunos de ellos de m u y
labra,
de
ilustres
cacerenses:
naves de
laterales por m edio la época.
más que
unos,
Q uedó así
el
rectangular con
la
de
la
las laterales,
y
de
en
fajas
cabecera, separadas
ondulantes
viden en cinco tram os de bóveda
de
los de R o d rig o y D ieg o de O va n d o , los
crucería. L as ventanas de la nave cen
Saavedras, los U llo as, los Perero y la
tral están cegadas, pero no así las de
laude de Sancho de Sande.
las laterales, algunas de las cuales se
Si
San
M ateo es, según
todas las
perfilan en arco apuntado. L a últim a
probabilidades, el tem plo cristiano edi
reform a de la iglesia fué hecha a m e
ficado sobre lo que constitu yó la an ti
diados del siglo X V I , reconstruyendo
gua m ezquita, Santa María la M ayor
la escalera y el an tiguo coro y levan
representa la primera iglesia levantada
tando la torre. Esta es m u y alta, cua
después de la reconquista de la p o b la
drada y de tres cuerpos d ivididos por
ción, situada tam bién dentro del a n ti
m olduras
guo recinto fortificado, en lo que h o y
punto' y otras posteriores,
es plaza de su nom bre. D e su rango de
El
tem plo principal o iglesia m ayor, dan
ellas góticas: la principal, o del N orte,
testim onio
con
antiguos
docum entos
que
tem plo finas
y
con tiene
ventanas
de
tres portadas,
archivoltas,
medio
cuadradas.
tím pano
todas si n
la nom bran com o lugar a cuya puerta
adornos y el hueco partido por u n p i
solía reunirse el C on cejo para adoptar
lar en el que h a y una m énsula com o
acuerdos, siguiendo así una costum bre
sostén de una im agen
m u y generalizada en los siglos medie
de los pies, más sencilla, en cuerpo sa-
— 38 —
inexistente;
la
ree que
a
finales
del
si
taba hecho todo el cuerpo estilo gótico con reminisir.icas, según Lam pérez ha •.ur.rfiesto, así com o con ca•es ábsides, y que entonces T.alm cnte cubierta, tal vez hasta que, a mediados del ; : —.rlió , abriéndose las ca lle
con lo que se fo rm ó
el ochavado de esta parte :s
laterales p o r m edio
de
rm entos todos ellos caract
la época. ? !:-.:a
Q uedó así
el
rectangular con
la
—
de la
cabeccra,
trrs r.aves altas, la central las laterales,
separadas
rrmes de bases góticas : : “ r."-;r.tes en simples m ol5
v
«i
oh u t
fajas
ondulantes
otros. L o s arcos que
i *--:s son apuntados y de :
:’ ?rmeros, que las dit r i —.os de bóveda
de
u c o l a n a s de la nave cenpero no así las de i'z z r . •
fe las cuales se
-ru -ta ic
L a últim a
i iglesia fué hecha a mer.z'.T X V I . reconstruyendo v el an tiguo coro y levanrre. Esta es m u y alta, cuatres cuerpos divididos por ■ con
ventanas
tras posteriores, tiene
de
m edio
cuadradas,
tres portadas,
todas
: la principal, o del N orte, archivoltas,
tím pano
si n
rl hueco partido por un piue h a y una m énsula com o una im agen inexistente;
la
más sencilla, en cuerpo sa
liente con canecillos, y la del Sur, con
fué agregarle las dos capillas laterales y
pilastras estriadas cuyos capiteles son
abrir las puertas de los costados, tras
festones de ho jas de higuera, archivol-
cegar la prim itiva, que se cree estuvo a
tas baquetonadas y el arco dentro de
los pies, al construir la torre. Después,
un recuadro m oldurado. E n la pared
al m ediar el siglo X V I , el arcediano de
oriental existe una puerta tapiada que
Plasencia don Francisco C a rv a ja l, so- t
com unicaba
b rin o del fam oso y turbu lento Carde-
con
el
an tiguo
claustro,
.
h o y jard ín , en cuyo param ento, b ajo
n al de dicho apellido, a quien y a nos',
arcosolios,
referim os
existen
dos
enterram ientos
al
describir
el
palacio
de la fam ilia Figueroa, con lápidas en
A brantes, dejándose llevar de sus m u níficos anhelos, se h izo cargo de la ca
interior del tem plo pueden verse ta m
p illa m ayor de este tem plo con el fin
bién otras obras valiosas, com o son la
de
portada
mente,
Sacristía,
renacentista,
reform arla obra
y
dotarla
espléndida
que
co n fió
al
fam oso
hecha en 1 5 2 7 por el entallador A lo n
m aestro R o d rig o G il de H on tañ ó n , u n o
so de T o rr a lb a ; el p ú lp ito gótico; las
de los autores de las catedrales de Sa
pilas de agua bendita, m u y artísticas,
lam anca y
y,
sobre
tod o,
Segovia.
En
15 5 3
quedó
el
grandioso
retablo,
hecha la capilla; pero com o surgió des
los
escultores
G u illén
avenencia entre el O bispado y el p a
Ferrant y R o q u e de B old u qu e, sevilla
trono de la m ism a, a causa de la gran
no el prim ero y flam enco el segundo, y
elevación que se le había dado, se con
la im presionante
v in o en elevar tam bién toda la nave
obra
debida
a
efigie del
Santísim o
C risto, que se cree data del siglo X I V . L a iglesia de Santiago es otra de las
central,
obra
que H on tañ ó n
después de estas
da,
ilustre
b a jo
A p ó sto l,
la por
advocación los
del
glorioso
caballeros
llam ados
term inó
en 26 de m arzo de 1 5 5 6 . " L a iglesia,
más im portantes de la ciudad. F u n d a
profesor
reform as— escribe F lo rian o
el
Cum breño,
que, en u nión de H urtado, O rtí B el-
la
m onte y algún otro autor, tanta lu z
Spada o prim itivos santiaguistas, que
h an proyectado para enjuiciar certera
tanto contribuyeron
mente la historia y el arte cacereños—
Frates
de
Cáceres,
Caballeros a la
de
reconquista
de la m ism a, se encuentra situada ya a
quedó con una sola y am plia nave, con
extram uros de lo que fué el antiguo
capillas
recinto am urallado, en la parte N orte
sino abriéndose hacia la m itad del cuer
del casco urbano. A u n q u e se carece de
p o total del edificio. A l fo n d o del á b
testim onios que lo confirm en, se cree
side se abre la capilla m ayo r con el re
que originariam ente fué obra rom án i
tab lo principal dedicado a Santiago, y
ca, y que debió de comenzarse en el ú l
abajo, al lado del E van gelio, hállase el
tim o
quedando
altar dedicado a la Purísim a, frente a
terminada después de la definitiva re
la entrada de la sacristía. T o d o lo enu
conquista de la plaza, ya bien entrado
m erado, altar m ayor, el de la Purísim a
el X III. E n los últim os años del X I V o
y sacristía, está separado del resto del
primeros
tem plo por una reja, y por fuera de
tercio
del siglo X I I ,
del X V
transform ación,
su frió una
resultado
de
radical la
cual
laterales,
no
form ando
cruz
ella se abren las capillas de los G u z -
— 39 —
cáceres
de .
las que se consigna el siglo X I V . E n el
de la
centrad
manes, al lad o de la E pístola, y la de
losa de m árm ol, y
Osm a, en el del E van gelio. M ás hacia
otra alusión al m ism o que el ró tu lo ci
a
los pies, la nave se ensancha, abriéndo
nerario, en los m uros, sobre las ve n
* = n i c w s i i át cra crr-
se a la izquierda la capilla que p rim iti
tanas, así com o encima de la puerta de
p á c
vam ente fué de los V illa lo b o s , y en
la sacristía y en otros lugares, se p ro d i
J t r «l p r rarr m r r de ]
si bien no existe
frente, rom piendo el m uro, se constru
ga el escudo nobiliario de C a rv a ja l. E l
yó , en los com ienzos del siglo X V I I , la
coro se h alla en el ú ltim o tram o de la
capilla
nave. E l retablo m ayor, postrera obra
de Jesús N azareno.
Al
exte
rior ofrece fuertes estribos para con-
debida al genial Berruguete, es el m e
trarestar el em puje de las ojivas, resal
jo r existente en Cáceres. O tra obra de
tando en ellos el escudo de C a rva ja l.
m érito es la gran reja de la capilla m a
Estos estribos, p o r cada costado de la
y o r, debida al artífice Francisco N ú ñ ez,
nave, están perforados en su tercio in
del siglo X V I . E n
19 4 9 se p rod u jo , h u n d im ie n to
ferior p o r u n arco en sentido norm al
inopinadam ente,
al m uro, arcos que en los dos estribos
parte de la capilla de los G uzm anes;
flanqueantes
pero se acudió con presteza a remediar
de
las portadas
reposan
el
el peligro, conju rand o
nas. L as dos portadas son góticas, con
que am enazaba el edificio, el cual ha
archivoltas sobre pilastras estriadas, y
fT K Z
aa_ i OG3
¿:
r r p T 1;
quedado debidam ente fortalecido.
la ruina total
de
Situado fuera tam bién de las m ura
Santiago peregrino. Sobre ambas, den
llas, en la p laza de su nom bre, del sec
tro de un templete jó n ico de relieve, y
tor Suroeste de la población, la iglesia
entre dos cartelas, se ve esculpido el es
de San Juan data de época inm ediata
cudo de referencia. E n
mente posterior a la reconquista de la
los m uros se
ru
de
sobre gruesas y bajas colum nas tosca-
dentro de un recuadro la im agen
ssr
abren ventanas de m edio p u n to a b o
misma, o sea del siglo X I I I , lo que su
cinado. L a torre, cuadrada, fué recons
pone origen rom ánico, según p aten ti
truida en 1 7 3 8 . L o s p rim itivo s restos
za n los canecillos del ábside; pero la
rom ánicos de este tem plo se advierten
planta sem ipoligonal de éste, al m odo
no sólo en el prim er tram o de la capi
gótico, denota tratarse de un ejem plar
lla m ayo r e inm ediatos arranques del
de transición. Sus dos portadas, a los
crucero, en los que existen arcos cega
lados de la nave, son iguales, de archi-
Ks áe
*c¿2
d t esc
« 4 c ád p ñ - X V I
dos, sino tam bién en el exterior: la h i
voltas achaflanadas y apuntadas, sobre
lera de canecillos con las conchas de
pilastras, con una m oldura corrida a
peregrino que h a y sobre la portada del
m odo de capitel. L a torre, cuadrada,
M ediodía y en las dos ventanas rom á
está adosada a la derecha de la cabece
nicas de la torre. Sólo cabe dar aquí
ra. E l plan p rim itivo debió de ser de
algunos otros detalles de la m agnífica
tres naves, luego convertidas en una, de
fábrica de este tem plo. L a nave tiene
m ayor anchura que la capilla m ayor,
22,40
capilla
obra ésta, al igual que las bóvedas de
m ayor conserva su anchura prim itiva,
crucería, que arrancan de semihaces o
de 9,40 metros, y consta de dos tram os
pilares con colum nas, plenam ente o ji
áx=ai
y ábside sem ipoligonal de cinco lados.
val, del siglo X I V . E l coro está a los
a n de o n r r i w de Ixs pt
E n ella está enterrado el fundador, b ajo
pies, sobre arcada clásica. A cada lado
T tT M
m etros de anchura. L a
— 40
t
r o ¿ a f e m a r Ls p e r fla r les arco
m ol, y si bien no existe
de la capilla m ayor, ju n to a la cabece
al m ism o que el rótu lo ci-
ra, h a y una capilla, am bas cuadradas
¡os m uros, sobre las ven-
y con bóveda de crucería. A l del E v a n
n o encima de la puerta de
gelio existe otra capilla, con entrada
en otros lugares, se prodi-
por el prim er tram o de la m ayor; capi
nebiliario de C a rv a ja l. E l
lla tam bién cuadrada, grande, cubierta
en el ú ltim o tram o de la
con cúpula, la cual constituye una adi
íb lo m ayor, postrera obra
ción hecha en el siglo X V I I , llam ada
n ial Berruguete, es el m e
de los Espaderos, estirpe cacerense de
en Cáceres. O tra obra de
la que figuran en ella varios artísticos
jr^n reja de la capilla ma-
sepulcros, cobijad os por arcos de m edio
il artífice Francisco N ú ñ ez,
punto.
'•'I
En
rte
el
19 4 9 se p rod u jo, h u n d im ie n to
L a iglesia y convento de San Fran
de
cisco, situados al Suroeste, en el en
ca rilla de los G uzm anes;
sanche del casco urbano, cerca del río,
ió con presteza a remediar
fueron fundados por F r. P a b lo Ferrer,
: : r arando la ruin a total
destacado m ilitan te
iba el edificio, el cual ha
Santo de A sís, en el ú ltim o tercio del
- .ti—ente fortalecido.
siglo X V , merced a una B u la del Papa
de
la
O rden
del
r-:rx tam bién de las m úra
Sixto I V , dada en R om a en 3 de d i
la::.» ce su nom bre, del sec-
ciembre de
14 7 2 ,
y
tam bién
por
el
de la población, la iglesia
apoyo que le prestó el m agnate don
- data de época inm ediata-
D iego G arcía de U llo a . L a iglesia tie
ricr a la reconquista de la
ne su entrada, com o en el convento que
1 d d siglo X I I I , lo que su-
está a la derecha, p o r un gran atrio
rcm in ico , según patenti-
“ Pizarro” , estatua de E n riq u e Pérez C om en dador, q ue se conserva en la D ip u tación P rovin cial de Cáceres.
cuadrado a m odo de lon ja , con una ar
ed E os del ábside; pero la
quería
poligonal de éste, al m odo
principal muestra sus torres y corona
-ta tratarse de un ejem plar
miento de b o la
herreriano,
las crucerías de las bóvedas. En naves
■ Stis dos portadas, a los
todo ello del siglo X V I I , que contras
y capillas h a y valiosos sepulcros. E n el
r.ave. son iguales, de archi-
ta con la línea gótica del interior, cuya
lado
sobriedad
principal al claustro
lara d a s y apuntadas, sobre
de m edio
y
pu nto. de estilo
pureza son
La
fachada
más adecua
de
E p ísto la
la entrada
del que fué ce
nobio
L a torre, cuadrada,
fué hecho el tem plo. E l interior es de
gótica con arcos escarzanos y bóvedas
1 a la derecha de la cabece-
tres naves de dos tram os, con crucero
de crucería en los encuentros de los á n
rrim itiv o debió de ser de
y ábside de tres lados. E n la cabecera
gulos. Y en el ala oriental del claustro
r c z r convertidas en una, de
está la capilla m ayor y dos colaterales,
se h alla una puerta de acceso a una ca
aritel
convento
está
das al espíritu de la O rden para que
una m oldura corrida a
o
la
franciscano,
obra
:nra que la capilla m ayor,
cuadradas, y otras dos a los extrem os
p illa, tam bién gótica, grande y cuadra
íl igual que las bóvedas de
del crucero. E l coro se h alla en el se
da, con bóveda de crucería, que se cree
te arrancan de semihaces o
gundo tram o, en alto. Sencillas m o l
obra hecha en
1 4 9 1 , al fo n d o de la
colum nas, plenam ente o ji
duras y róeles form an las fajas que h a
cual, frente a la puerta, h a y tam bién
to X I V . E l coro está a los
cen de capiteles de las pilastras, y finos
varios notables sepulcros.
arcada clásica. A cada lado
nervios perfilan los arcos apuntados y
La
iglesia
y
ex-convento
de
San
Francisco Javier o de la Com pañía de
m ism o estilo, cubierta con bóveda de
Jesús, están situados en el centro de lo
cañón con lunetas y
de tres tram os;
que se denom ina ciudad vieja o parte
crucero
alta. T ien en su entrada p o r u n peque
pechinas. Adem ás de la capilla m ayor,
con
cúpula,
adornado
en las
ño atrio, al que dan sus fachadas, y la
existen otras laterales, que se com un i
iglesia, además, otra puerta lateral a la
can por pasadizos, sobre las cuales h ay
calle. L a fachada principal de la igle
tribunas. E sta iglesia pertenece h o y a
sia tiene a cada lado una torre cuadra
los P P . de la Preciosa Sangre. E n el
da, de m anipostería y sillería en los án
an tiguo convento se h alla establecido
gulos. L a portada es de arco de m edio
el In stitu to de Enseñanza M edia y la
pu nto,
B iblioteca P rovin cial.
entre dos
pares
de
colum nas
toscanas, con hornacina sobre el corn i
L a iglesia de Santo D o m in g o , en la
sam ento y escudo, flanqueados am bos
p lazuela de su nom bre, perteneció a la
por otras dos colum nas que sostienen
O rden
un fro n tón partido sobre el que se abre
por doña C atalin a Saavedra en 1490 ,
una ventana. L a fachada del que fué
pero se term inó de construir en 15 2 4 .
convento es m u y parecida en su estilo,
Su fachada es m u y interesante, contras
de Predicadores.
Fué
fundada
que es el neoclásico del siglo X V I I . E l
tando con el interior, que no ofrece
interior del tem plo es de una nave del
im portancia artística.
-
42 —
lo. cubierta con bóveda de i
lunetas y
de tres tram os;
cúpula,
adornado en las
Además de la capilla m ayor,
LA
as laterales, que se com uni-
PROVINCIA
sadizos. sobre las cuales h a y Esta iglesia pertenece h o y a t la Preciosa Sangre. E n el invento se h alla
TR U J I L L O
establecido
0 de E nseñanza M edia y la Provincial. ¿a ce Santo D om in go, en la e su nom bre, perteneció a la Predicadores.
Fué
fundada
O ti'.ir .a Saavedra en 1490 , nninó de construir en 15 2 4 .
Evocación de su pasado glorioso
dieron a tales razzias y correrrías por
1 e? rr.uy interesante, contras. i', interior, que no ofrece ia artística.
las tierras cristianas de C astilla y L eón , E sta población, constitu tiva de uno de los
conju ntos
y después tam bién por las andaluzas,
más
en las que el fam oso O m ar-ben -H af-
im portantes de la provincia, data de
sum tu v o en jaque al C a lifa to de C ó r
los
doba. E l prim er intento de reconquista
tiem pos
m onum entales
celtibéricos,
si
bien
no
consta el nom bre con que entonces era
de T r u jillo lo llevó a cabo A lfo n s o III
conocida. E n la época rom ana se la de
el año
8 8 1.
T r e s siglos después,
en
nom inó T urgalium , siendo infundadas,
X 143, fué tom ada por el valeroso m o
por ende, las afirmaciones durante m u
narca A lfo n s o V I I el Emperador; pero,
cho tiem po sostenidas por algunos au
no pudiendo resistir en ella, cayó nue
tores respecto a haber sido entonces la
vam ente
Castra
1165
Julia
mencionada
por
P lin io
en poder
del sarraceno.
En
tom ó la p laza Fernando II de
error análogo al de atribuir el origen
L eón , siendo perdida nuevam ente des
del nom bre m oderno a la pretendida
pués, com o consecuencia del retroceso
Torre Juliana existente en la parroquia
sufrido por la Reconquista con el em
de Santa 'M a ría , la cual n o data
de
puje alm ohade, que cu lm in ó en A la r-
época anterior al siglo X I I I . D urante
eos. L a reconquistó definitivam ente, en
la dom inación árabe co n stitu yó la T u r-
25 de enero d e 12 3 2 , p o r m andato de
gielo o
donde al com ienzo
su padre, A lfo n s o IX , el entonces p r ín
quedaron asentados— al igu al que en
Torgiela,
cipe don Fernando, luego R e y Santo,
extensa área de la región— los guerre
con la ayuda de las Ordenes de Pereiro
ros originarios de Berbería,, sin gu lar
(después de A lcán tara y de S a n tia g o ),
mente levantiscos y arriesgados en sus
así com o de don D o m in g o , obispo de
incursiones de depredación y p illaje por
Plasencia. Fernando III la incorporó a
las comarcas
tras
la C o ro n a, constituyendo después E n co
erigir allí m agníficas fortificaciones, se
m ienda de A lcántara, y su h ijo , el R e y
lim ítrofes,
quienes,
Sabio, la declaró exenta, dándole F u e
curso del tiem po. Respecto al prim ero,
ro el año 12 5 5 .
es de hacer notar lo
Ju an II de C a stilla h iz o cesión de
erudito
H urtado,
que escribió el
decantando
la
;
in
T r u jillo a su herm ana doña C atalin a,
fluencia decisiva que ejerció en el es
esposa del inquieto infante don E n ri
plendor de su ciudad natal: “ Este fac- ¡
que de A ra g ó n , prim o de am bos quien
tor fué el nunca bien ponderado F ra n
a poco inició su reiterada rebeldía que
cisco
tan to desasosegó a l país; pero al saber
para enterar al Em perador de sus con
que iba contra él don A lv a ro de L u n a,
quistas en el Perú y pedirle que lo des
m archó de la p laza , que fué tom ada
ligara del gobierno de Panam á, y ya
P izarro , que,
venido
a España
p o r el Condestable, quedando así res
nom brado A d elan tad o,
titu id a al m onarca, quien en 1 4 3 1 le
C apitán General del Perú, vin o a T r u
concedió el títu lo de ciudad. P o co des
jillo ( 1 5 2 9 ) , y con él y b a jo su p ro
pués fué donada a don P edro de Z ú -
tección
ñiga, conde de Ledesm a, trocándosela
hom bres y mujeres, jóvenes y viejos,
se
fueron
al
G obernador y
N u evo
M un do
por Plasencia, para conceder T r u jillo
¡la tercera parte de la p oblación !, a ha
al príncipe heredero, d on Enrique. Este,
cer fortuna; m uchedum bre que, abor- j
siendo ya R ey , la d ió al m arqués de
dado el lito ral peruano, se esparció por
V ille n a , y com o quiera que d icho m ag
sus pam pas y cordilleras; y a los prime- I
nate defendió los derechos de la B el-
ros em igrantes siguieron otros y otros.
traneja,
M uchos perecieron en la dem anda, pero
tan
p ron to
com o
falleció el
m onarca, fué atacada la p laza p o r el
no pocos vo lvieron ricos y
C lavero
hasta un grado fabu loso, entre los cua
de
A lcántara,
don
L u is
de
afamados,
Chaves, partidario de Isabel la C a tóli-
les se contaron
lica, quien, con ayu d a del M aestre don
menos Chaves, y O rellanas, H ínojosas,
A lo n so de M o n ro y , la ganó. L a Reina
Casas,
fué a T r u jillo en 1 4 7 6 , tom an d o p o
Sanabrias, T r e jo s , Paredes, Calderones,
sesión de la ciudad, donde dictó acer
Escobares,
tadas disposiciones para calm ar los án i
pias, Prietos, Cascos y otros muchos, I
m os y ordenar la vid a civil.
que enviaban sin cesar a sus patria sen
m uchos P izarros,
C arvajales, V argas,
Loaisas,
no
Ocam pos,
Sotom ayores,
Ta
A partir de entonces, T r u jillo pier
dos caudales; y aquí com praban pue
de im portancia com o p laza fuerte, g a
b los (manera m u y cóm oda de adquirir
nándola,
m arcada
señoríos en aquel tie m p o ), fundaban
mente com o cuna de varones em inen
tem plos y capillas, instituían m ayo raz
en
cam bio,
m uy
tes que tan alto pusieron el nom bre
gos y obras pías y construían casas y
de España en las más m eritorias em
palacios que atestiguaban sus riquezas.
presas
P o r eso la m ayoría de los antes apun
patrióticas
y
cristianas,
tales
com o la conquista y co lo n izació n del
tados y otros om itidos por m enos fas
N u evo M u n d o y las guerras de Italia.
tuosos, datan de los siglos X V I y X V I I , j
E ntre aquellas figuras insignes descue
que fueron en los que los ríos de oro
llan los esforzados capitanes Francisco
americano desaguaban en Extrem adura,
P iza rro
especialmente
y
D iego
G arcía
de
Paredes,
cuya proceridad no decae con el trans
en
T ru jillo ,
que
era
com o el principal sum idero de la áurea
corriente” . tuvo
Posteriorm ente,
determ inada
T r u jillo la s
duce al cuerpo principal del A lcázar,
si
en cuyo interior está la llam ada p laza
glos X V I I I y X I X , com o son la lla
de armas, de recios m uros, la cual se
mada de Sucesión, la de la Indepen
p rolon ga hasta el ángulo Noroeste, en
principales
actuación
contiendas
de
en
ta, defendida por una torre, que con
los
dencia y la prim era dinástica. C o n oca
dirección a la ciudad, que corresponde
sión de la prim eram ente indicada, fué
a un cuerpo saliente con dos torres d o
ocupada por el M ariscal de B erw ick.
m inantes. A l lado oriental del recinto
En la segunda llegaron a ella, sucesiva
h ay restos de la que fué una construc
mente, varios generales, franceses y es
ción de grandes dimensiones en donde
pañoles, al frente de sus tropas, siendo
existen dos aljibes de lad rillo y arga
el napoleónico Valence el prim ero,
masa, obra del siglo X I I I . A sí com o
después
M arm on t,
que
reparó
y sus
todo
lo hasta aquí descrito, es obra
obras de fortificación. E n 18 3 6 la o cu
árabe, salvo lo rehecho en tiem po de la
pó el caudillo carlista G óm ez, tras el saqueo de C órdoba.
reconquista, el recinto exterior o p ri mero de la parte oriental, con grandes lienzos y torres semicirculares, es edifi cación posterior, de la época en que la
Las
antiguas
fortificaciones.
C a stillo,
fortaleza estaba ya en poder cristiano. M enos
murallas y puertas
que
del
— M on u m en to
castillo
o
alcázar
N acional— se conserva
del cerco de m urallas que desde aquél L a fortaleza tru jilla n a es, com o ya
abrazaba a la ciudad alta por las ver
indicamos, de origen árabe, y debió de
tientes m eridional y oriental de la co
tener gran
lina. A
im portancia
a ju z g a r por
partir del siglo X V I , en que
lo que el historiador E l Edrisi dejó
a flu y ó el oro procedente de los conquis
consignado
así
tadores de U ltram ar, perm itiendo a los
que,
así enriquecidos tru jillan o s edificar sus
como
en
tam bién
su
fam osa
obra,
por la referencia
concretamente al castillo, aparece en un
m ansiones en el llano, el caserío rebasó
P rivilegio de donación hecho por A l
el
fonso V I I I a favo r de las Ordenes M i
de la m uralla, que poco a poco fué des
litares
apareciendo,
en
119 5,
año de la
rota
de
p rim itivo
circuito, ora
con
derruida,
detrim ento ora oculta
Alarcos. Está em plazada en la cumbre
entre nuevas construcciones. E l circuito
de un alcor peñascoso que por el lado
afectaba la form a p o ligon al, y su cons
oriental defendía la ciudad alta o vie
trucción fué hecha de m am postería y
ja, asentada en la falda. Su fábrica es
sillería en las puertas y parte inferior de
de
torres
lienzos y torres, figurando entre sus si
cuadradas, algunas de las cuales se des
llares algunos de la época rom ana ap ro
tacaron com o baluartes. L a puerta, que
vechados. C o m o la situación de la ciu-
se halla situada en un cuerpo del fren
dadela favorecía la defensa, la m uralla
te septentrional, pero m irando al Este,
n o es m u y ancha, pues sólo tiene un
permite la entrada a un recinto rectan
m etro de espesor en algunos trozos. E l
gular, en el que h a y una segunda puer
alm enaje es cuadrado, con coronam ien
m am postería,
con
grandes
— 47 3
to piram idal. L as torres son cuadradas
M ansiones Señoriales
y
Casas Fuertes
y de gran altura, si bien han sido en su m ayor parte desfiguradas o aprovachadas, quedando pocas completas. L o s antiguos historiadores nan
siete
puertas
com o
existentes en el recinto;
las
m encio entonces
pero se cree
que no debieron de ser tantas. T o d a vía existen tres, flanqueadas de torres, cuya estructura denota haber sido edi ficadas en el siglo X I I I o com ienzos del X I V . U n a de ellas, la llam ada A r co de T r iu n fo , por creerse fué la que fo rzaro n los reconquistadores para en trar
en
la
población,
corresponde
lado oriental; tiene arco apuntado
al y
conserva la torre flanqueante de la i z quierda, con fuerte sillería en el ángulo, viéndose en el m uro, sobre el arco, un
C om p letan la obra defensiva de T r u jillo las antiguas mansiones señoria les, m uchas
de ellas con
torres,
que
confieren a esta población su peculiar fisonom ía. V a m o s a ocuparnos de ellas, con la consabida concisión. Casa de los A ltam ira no.— C o n stitu ye una de las principales casas fuertes de T r u jillo , y fué la solariega de la fam ilia de dicho apellido, fundada por Fernán R u iz , quien co n trib u yó eficaz mente a reconquistar la ciudad del d o m inio sarraceno. D a idea de su antigua im portancia el hecho de que se la lla mara
álcazarejo,
o
segundo
alcázar.
A u n q u e indudablem ente m u y variada en el decurso secular, conserva su fachada de m anipostería, flanqueada de
escudo de los Reyes C atólicos, adita
dos torres. L a puerta, en arco peralta
m ento indudablem ente m u y posterior.
do de m edio punto, es posterior al edi
L a de San Andrés, que ha perdido las
ficio, y en el interior, donde h u bo es
torres flanqueantes, es tam bién de arco
paciosas estancias, existe un am plio p a
apuntado, con anchas y cortas dovelas,
tio y una capilla arruinada que co n
voltead o sobre m olduras que coronan
serva restos de decoración m udejar y
los pilares sustentadores, e igualm ente
renacentista. E n el salón recayente so
tiene encima, sobre la alm ena central,
bre el zaguán h ay un friso alto, esgra-
un escudo de los A ustrias, m u y poste
fiado, que debió de corresponder a una
rior a la fecha en que la puerta fué ed i
techum bre artesonada ya desaparecida.
ficada. Finalm ente, la de Santiago, en
Sobre puertas y paredes abunda el b la
el
són de diez róeles, que fué el de los
lado
oriental,
se halla
flanqueada
po r dos torres cuadradas, de las cuales la del lado izqu ierdo es m u y alta, y la del
derecho
de la iglesia
constituye
el cam panario
de Santiago;
form a un
arco de m edio pu n to , encima del cual h a y una hornacina gótica en la que es
prim itivos paladines del an tiguo linaje A ltam iran o . Casa de los O rellana-Chaves. —
Está
situada m u y cerca de la P la za M ayor, y se la llam a tam bién de la Cadena por una que figuraba en su puerta como sím bolo del derecho de asilo concedido
tu v o colocada la im agen del A p ó sto l,
a sus antiguos señores, en atención a
y a la izquierda tiene dos escudos, arri
m éritos extraordinarios. D ebió de cons
ba el de los Reyes C atólicos y debajo
titu ir una de las principales mansiones
el de los A ltam iran o s y O rellanas.
fortificadas de la ciudad, a ju z g a r por
Señoriales
y
Casas Fuertes
in la obra defensiva de T r u ntigu as mansiones señoria5 de ellas con torres,
que
esta población su peculiar Viraos a ocuparnos de ellas, abida concisión. .'oí A ltam irano.— C o n stitu ías principales casas fuertes y fué la solariega de la dicho apellido, fundada por xz. qm en co n trib u yó eficazDooquistar la ciudad del doKeno. D a idea de su antigua i
hecho de que se la 11a-
z a v io ,
o
segundo
alcázar.
: dudablemente m u y variada uso secular, conserva su fa rra repostería, flanqueada de L a puerta, en arco peralta do pan to , es posterior al ediel interior, donde hubo esr^ n n » ::-ü a „-í
existe un am plio paarruinada que con-
T ru jillo.— Un d etalle d el
recin to amurallado.
(D ib u jo de M. O u rv a n tzo fí.)
¿t decoración m udéjar y E n el salón recayente so-
n in h a y un friso alto, esgra-
su aspecto. L a torre, del siglo X V , no
A ltam iran o s
debió de corresponder a una
fué edificación aislada, com o han p re
que es fam a se hospedaron los Reyes
y
los A ñascos— , en la
artesonada ya desaparecida,
tendido algunos autores, sino parte in
C atólicos. L a fachada, del siglo X V ,
ñ a s y paredes abunda el bla-
tegrante de la mism a. D e p lan ta cua
tiene arco escarzano, con dovelas apo
.zz rc-eles, que fué el "e los paladines del antigu o linaje
drada y fuerte m am postería, esta torre
yadas sobre la m oldura de los pilares,
tiene pequeñas ventanas góticas en arco
y, encima, un ancho arrabáa que recua
conopial bajo la cornisa de canecillos,
dra o tro más pequeño donde está el es
crestería calada, ya en parte desapareci
cudo n obiliario. A
• los Orellana-Chaves. — Está •;v cerca de la P la za M ayo r,
este edificio perte
da, y el escudo señorial en azulejos. L a
necieron las dos torres,
, - a tam bién de la Cadena por
llam adas del
denom inación del A lfile r que se da a
C a stillo, por estar situadas en la vertien
¿¿uraba en su puerta com o
esta torre obedece a la agu ja puesta en
te suroeste de la colina,
que aun se
leí derecho de asilo concedido
cima del chapitel construido com o adi
yerguen, bastante separadas una de la
nguos señores, en atención a
ción posterior.
otra,
xtraordinarios. D ebió de cons-
Casa de los Be jaranos.— Esta fué la
t de las principales mansiones
morada de uno de los tres linajes más
is de la ciudad, a ju z g a r por
famosos de T r u jillo — los otros eran los
ambas
cuadradas,
con
ventanas
mudéjares, y la más occidental con un ajim ez
— 49 —
de arco peraltado.
Casa de los Pizarro.— Se h alla arrui-
nada esta m ansión, de tan alto valor
poseía,
histórico,
capitán
amasados por su ascendiente don Her*
G o n za lo P izarro , padrex del conquista
nando en la cam paña del Perú, quiso
dor del Perú, y alguno de sus descen
construir el tejado de plata, por lo cual
dientes.
pidió autorización al m onarca, quien,
donde
Es
nacieron
una
el
construcción
del
si
provenientes
glo X V , que sólo conserva la puerta,
estim ando
que
de
aquello
los
caudales
constituía
un
de arco apuntado, ligeramente túm ido
gesto de inusitada vanidad, no sólo le
— dato que denota la influencia m ude
denegó lo solicitado, sino que, a m odo
jar— , con dovelaje que arranca del arco
de castigo, dispuso que en el piso bajo
de m olduras que h a y a m odo de capi
fueran instaladas las carnicerías de la
teles de los pilares. Encim a está el es
ciudad. E l palacio es tod o él de sillería,
cudo.
y
Casa de las Palom as.— Este gran edi
cuenta
cuatro
pisos,
con
ventanas
guarnecidas en las que h a y
artísticas
tal
rejas con bellos remates. Su traza ga
denom inación por el detalle que ofrece
llarda y airosa se com plem enta con la
su escudo, que ha dado nom bre ta m
riqueza de su decoración, de estilo pla-
bién a la calle en que se encuentra en
teresco-barroco, en la que abundan los
clavado,
adornos, tan to de estatuas en el coro
ficio,
conocido
fué,
vulgarm ente
sucesivamente,
con
m ansión
de los R o l, de los Zárate y de los Z ú -
nam iento com o de adornos en la p o r
ñiga, cu yo blasón aparece en la p o rta
tada, los huecos y la cornisa. E l gran
da, de arco escarzano de traza gótica,
balcón de esquina, encima del cual se
que enmarca el acostum brado arrabáa.
h alla el grandioso escudo, com pleta la
En el interior existe un m agnífico p a
arm onía del conju nto.
tio con dos escaleras, una b a jo dos ar
Casa de la Escalera.— Perteneció a la
cos sobre pilares góticos, que permite
antigua fam ilia de los Escobar, llegada
la subida a una galería con antepechos,
a E xtrem adura en la B a ja E dad M edia,
y la otra, del m ism o estilo, con baran
procedente de tierras leonesas, y es co
dal del que se alza un pilar octógon o
nocida con dicho nom bre p o r la escalera
con capitel adornado por artísticos es
que se construyó en la parte exterior de la mism a para ascender al edificio, sal
cudos. Palacio de los marqueses de la C o n
van do la desigualdad del suelo, que d i
quista.— Se halla en la P la za M a y o r y
ficultaba la entrada por la puerta p rin
fué construido por don Juan F ernan
cipal. N o tab le casa fuerte de las que
do P izarro , prim er marqués de dicho
form aban el segundo cinturón defensi
títu lo
vo, conserva tod avía una esbelta torre
(concedido
por
Felipe
IV
en
1 6 3 1 ) , de la fam ilia del conquistador
de m am postería, m aterial de que tam
del Perú, al fin alizar el prim er tercio
bién está hecho el cuerpo del edificio.
del siglo X V I I . Está considerado com o
L a fachada, de dos pisos, tiene venta
el más suntuoso entre las edificaciones
nas góticas y dos escudos.
de su época existentes en T r u jillo . Se
Palacio de O rellana-Pizarro.— P ró x i
cuenta, a propósito de su origen, la cu
m o a las m urallas, este otro gran edifi
riosa anécdota siguiente: ensoberbecido
cio-fortaleza, integrante del segundo re
P iza rro con las cuantiosas riquezas que
cinto defensivo, com o el anterior, está
— 50 —
cruentes
de
los
caudales
: su ascendiente don Hercampaña del Perú, quiso ejado de plata, por lo cual :acicn al m onarca, quien, u:
aquello
constituía
un
nuda vanidad, no sólo le hr.tado. sino que, a m odo :spu.9o que en el piso bajo íúís las carnicerías de la liado es todo él de sillería, tatio pisos, '.a
con
ventanas
que h ay
artísticas
líos r:rr.3tes. Su traza ga sa se com plem enta con la ■ decoración, de estilo pla::
en la que abundan los
ito de estatuas en el corome ue adornos en la p o r rees v la cornisa. El gran Kfsina. encima del cual se escudo, com pleta la cocju n to . : Escalera.— Perteneció a la Día de los Escobar, llegada ira tr. la B a ja E dad M edia, ir tierras leonesas, y es cobebe rrembre p o r la escalera re y ó er. la parte exterior de ira ascender al edificio, salñ gualdad del suelo, que die r .r -iia por la puerta prinble casa fuerte de las que I « c u n d o cinturón defensii t 'd a v ía una esbelta torre teria. m aterial de que tam e;ho el cuerpo del edificio. de dos pisos, tiene ven tay dos escudos. í O rellana-Pizarro.— P ró x iurallas, este otro gran edifi; integrante del segundo re vivo. com o el anterior, está
flanqueado
por
dos torres
de planta
cuadrada, rebajadas de altura. L a puer ta, adintelada con colum nas, está cobi jada por un arco escarzano sobre m én sulas renacentistas, encima del cual h a y una galería de cuatro huecos, h o y ce gados, separados por colum nas jónicas, y un balcón. E n el fro n tó n está escul pido el blasón de los P iza rro . E n otra fachada interior, sobre puerta con v o lutas, aparece el escudo de los O rellanas.
E l patio,
de estilo plateresco
y
planta cuadrangular, tiene tres pisos, de los cuales el principal
y
el segundo
cuentan galerías sostenidas p o r colu m nas jónicas y antepechos balaustrados, repitiéndose entre éstos los escudos de O rellanas y P izarros. Se cree que el p a lacio fué hecho en el siglo X V I . Palacio de los Vargas y C arvajal.—
T ru jillo. — Torre
Este es otro de los grandes edificios si
del Alfiler. (D ib u jo O u rv an tzo ff.)
de
M.
tuados en la P la za , ju n to al tem plo de San M artín , con otra fachada a la cal-le el si
salta otro bello escudo. E n el ángulo
glo X V I I , en el estilo entonces pred o
de las dos fachadas se abre o tro balcón
m inante, o sea el plateresco-barroco, por la fam ilia de dichos apellidos, una
con hueco de arco, entre dos pilastras
de las más preclaras de la ciudad, a la
donde h ay un busto varon il en relieve,
que pertenecía el condado del P uerto y
y encima un águila que sostiene el es
luego ostentó el ducado de San C arlos.
cudo partido de banda y fajas o n d u
de García.
Todo
él
F u é construido
de
piedra
en
de sillería,
jónicas
lantes,
tiene
y
entablam ento
repitiéndose el
con
fro n tó n
m ism o
m otivo
cuatro pisos y un aspecto exterior en el
con el águila debajo del balcón. L a fa
que a las grandes proporciones de su
chada lateral tiene en la planta baja
fábrica se une la belleza y arm onía del
una bella arquería tapada;
conjunto. E n la fachada principal, que
gundo piso, tres balcones, y en el ú lti
no acusa más que tres pisos, está la
mo, tam bién de galería, huecos cuadra
puerta,
dos
adintelada, con
dos colum nas
en
arcos
m oldurados.
en el se
El
patio,
jónicas a cada lado y, encima, en un re
cuadrado, tiene galerías en dos pisos,
cuadro que form a la cornisa, un escu
sobre colum nas de granito, de orden
do
toscano. L a
entre profusos
adornos.
Sobre la
escalera, arcos,
de
tres
muestra
la
in s
portada h a y un balcón con dos co lu m
tram os,
nas jónicas abalaustradas a cada lado,
cripción alusiva al año en que fué ter
coronado por fro n tón sobre el que re
m inada la obra: el 1 6 6 1 .
51
sobre
am plía,
Casa de los marqueses de Sofraga.—
to, a los lados del cual h a y dos pirám i
Esta otra bella m ansión tru jilla n a es
des herrerianas p o r acroteras. E n me
de la época en qtlé^quienes erigían esta
dio de éstas, prolongándose hacia arri
clase de edificios no se preocupaban ya
ba, aparece el gran escudo acuartelado,
de su fortaleza o capacidad defensiva,
con yelm o de frente cuyos lam brequi-
sino de la suntuosidad y elegancia. Se
nes campean a los lados.
halla situada en la plazuela de San M i
la
± S*r*s Mari,
* w ~ ^rr-dada a raíz f e *a y c ' a x T o sea r m a r r ia r a da en la a rrrsm t corres pc n teres
Casa de los Chaves.— O tra gran casa
t
:te. toda de
guel, con vuelta a la calle de Sofraga,
fuerte, situada en la p laza de Santiago,
y ofrece un m agnifícente aspecto, dada
con recia y esbelta torre defensiva, una
su sencilla traza clásica del siglo X V I I .
» 2 »em d2. de trans
de las que flanquean la puerta de dicho
L o más notable de la misma es su b a l
?ltas apa
nom bre, en la m uralla. E n su fachada,
cón
de piedra, se abre la puerta, de arco
XVTTI. hecha sin
apuntado, bordeada de ancha escocia.
tuvera a la
de ángulo,
considerado com o
el
más bello de T r u jillo , dados sus ele m entos
arquitectónicos
y
decorativos.
Sustentado sobre una cornisa con m én sulas, tiene a los lados colum nas p a readas de orden corintio, sobre pedesta les y ante pilastras, con su entablam en
iaüa
un
L as ventanas muestran artísticas rejas
izó a estar
del siglo X V I I , y en su escudo apare
fe ei ira colisonal. o
cen esculpidas cinco llaves, blasón de la
V-a por sus colu
prepotente fam ilia que edificó esta casa
f a m r t o s cilindricos
— actualm ente asilo— , en el siglo X V ,
■»ira.m ligeramente a
a la que perteneció el fam oso capitán
rsta f»
L u is de Chaves. Los
restantes
Junto a la cal Tc*rr? antieua
edificios
antiguos
de
m érito que cuenta T r u jillo son las ca
infundadame
sas llam adas de los Calderones, de los
reputándola
Calderón y Torres, de los H iño josa y
_ unto de afirm
de los Ballestero, de los siglos X V , X V I
ia is hacer por Julio 1
y X V I I , y la antigua casa del A y u n
kx - ~ebre proviene el
tam iento, h o y Ju zgad o , cuyos soporta
« r á o así que su fábri
les datan de 15 8 6. E n esta últim a exis
ja áe! templo, o sea de
te un gran salón decorado con pintura
afaata cuadrada, tiene
al fresco, toda ella notable por su v a
A
riedad e inspiración temática, la cual se
«■KTT2TI su? lienzos <
m antiene m u y bien conservada.
6 c n ' donde subsisten
lo» cuales los tres
punto con archr aumenta progresÍT a rrrr cuerpo— . baqut
Las Iglesias
a » o ¿ o de columnas e Seis
im portantes
cuenta
T ru jillo ,
que son las parroquiales Santa María la M ayor, Santiago y San M artín, y las de los conventos de San Francisco, T ru jlllo .— Un rin có n d el C astillo. M. O u rv an tzo ff.)
(D ib u jo de
la C on cepción y San M iguel y Santa Isabel. 52 —
aaeriHos en la cornisa. ----- 3 es de tres naves ~-v -os. muy alta la ce ár sardio punto v aou T-sir - de naves v en la j f o ’ t madrados con c fea. todo ello esencialm
s del cual h ay dos pirám i-
L a de Santa María la M ayor debió
is por acrotcras. E n me-
de ser fundada a raíz de la reconquista
rrclo n g án d ose h a d a arri-
de la población, o sea en el siglo X I I I .
I gran escudo acuartelado,
Está em plazada en la parte más alta de
: frente cuyos lam brequi-
la m ism a, y corresponde al estilo rom á
a los lados.
nico, con posteriores m odificaciones. E n
; C '- tjvs .— O tra gran casa
la im afronte, toda de cantería, h a y un
i en la plaza de Santiago,
rosetón form ado p o r círculos tangentes,
á x lta torre defensiva, una
y la portada, de transición, con colum
squean la puerta de dicho
nas y archivoltas apuntadas. A
1 m uralla. E n su fachada,
quierda
:rre la puerta, de arco r z ’. i i i
se
h alla
una
torre
la i z del
si
glo X V I I I , hecha sin duda con miras
de ancha escocia.
a que sustituyera a la antigua, que en
— -estran artísticas rejas
tonces com enzó a estar ruinosa. E l ábsi
II.
en su escudo apare
t
de es ya po ligon al, pero con filiación
c e r é llaves, blasón de la
rom ánica p o r sus colum nas a m odo de
~z-: edificó esta casa
baquetones cilindricos en los ángulos y
? asilo— . en el siglo X V ,
ventanas ligeramente apuntadas y abo
« necio el fam oso capitán
cinadas. Ju n to a la cabecera se h alla la
fj.
célebre torre antigua llam ada Julia o de
Juliana, a la que tantos escritores con
■ ata T r u jillo son las ca-
cedieron, infundadam ente, notable an
itts
-flñ cio s
antiguos
^ • 'r'croñes, de los
tigüedad,
reputándola
obra
rom ana,
narres, de los H inojosa y
hasta el p u n to de afirmar que fué m an
re
dt les siglos X V , X V I
dada hacer p o r Ju lio César, y que de
del A y u n -
su nom bre proviene el de la población,
cuyos soporta-
siendo así que su fábrica es coetánea de
1586. E n esta últim a exis-
la del tem plo, o sea del siglo X I I I . D e
¡1:-
f-rrrr’ d? con pintura
planta cuadrada, tiene cuatro cuerpos,
2
1 -o ta b le por su va-
de los cuales los tres superiores sólo
:
;- .S 3
r J c z g id ?
-:r :r
ática, la cual se
■bier. conservada.
conservan sus lienzos oriental y m eri dional, donde subsisten ventanales— de m edio p u n to con archivoltas cuya an chura aum enta progresivam ente de u n o a otro cuerpo— , baquetones cilindricos a m odo de colum nas en los ángulos y canecillos en la cornisa. E l interior del
rtantes
cuenta
T ru jillo ,
parroquiales Santa María :ao y San M artín, y ■ver.tos de San Francisco, n y San M iguel y Santa
tem plo es de tres naves de otros tantos tramos, m u y alta la central, con arcos de m edio p u n to y apuntados en la d i visión de naves y en las laterales, sobre filares cuadrados con colum nas adosa das. todo ello esencialmente rom ánico,
TrujiU o. — Casa de los Pizarro. M. O u rv a n tzo ff.)
(D ib u jo
de
dentro de la parte de crucería gótica, y a de los siglos X V
y X V I . E l coro,
debido al obispo V a rga s C a rv a ja l, está al fond o. L o s retablos son m u y v a lio sos, sobre tod o el principal, gótico, de m agnífica
talla
y
excelentes pinturas,
atribuidas a Fernando Gallegos. Y
en
tre los numerosos sepulcros se cuentan los de los O rellana, V argas, C a rv a ja l, L oaisa y , finalm ente, el de G arcía de Paredes, el fam oso Hércules y Sansón de España— que así ha sido llam ado— , cuyas hazañas rayan en lo legendario, nacido en T r u jillo a 20 de m arzo de 14 6 6
y
m uerto
en
B o lo n ia
el
año
15 3 0 . Este sepulcro tiene un largo y curioso epitafio
en latín ,
grabado en
letras capitales, cuya traducción es la siguiente: “ A D ieg o G arcía de Paredes, noble español, coronel de los ejércitos
/
I
del emperador C arlos V , el cual desde
triu n fal. A l lado del E van gelio está la
su primera edad se ejercitó siempre h o
entrada a otra suntuosa capilla, gótica,
nesto en la m ilicia y en los cam pam en
fundada en 1 5 5 6 — según reza la ins
tos con gran reputación e integridad;
cripción existente en el friso— por don
no
D iego A lo n so
se conoció
segundo
en fortaleza,
de T a p ia
y su m ujer,
grandeza de ánim o ni en hechos g lo
doña M aría de Loaisa, que reposan el
riosos; venció muchas veces a sus ene
sueño eterno en un sepulcro situado al
m igos en singular batalla y jam ás él lo
fondo, en form a de gran arca gótica,
fué de ninguno, no encontró igual y
bajo un arco escarzano, dentro de un
v iv ió siempre del m ism o tenor como
frontispicio de colum nas corintias so
esforzado
M u rió
bre pedestales, m u y adornadas, com o el
cristianísi
zócalo, y tod o ello coronado p o r u n es
m o, al v o lver lleno de gloria de la gue
cudo. E l retablo m ayor, de traza clási
rra contra los turcos en A lem ania, en
ca, tiene una im agen del H ijo del T r u e
B o lo n ia, el día 13 de las kalendas de
no, atribuida a G regorio Fernández.
y
excelente capitán.
este varón , religiosísim o y
febrero, a los sesenta y cuatro años de
E n un ángulo de la P la za M ay o r, o
edad. Esteban Gabriel, cardenal Baro-
sea casi donde se inicia la falda del ce
nio, puso este laude piadosam ente de
rro en que term ina la parte vieja del
dicado
caserío antiguo, se encuentra situada la
al
m eritísim o
am igo
el
año
I 5 3 3 > Y sus huesos los extrajo el P a
iglesia de San M artín, que se cree fué
dre R am írez de M esa, de orden del se
construida en el siglo X I V , si bien su
ñor Sancho de Paredes, h ijo del dicho
estilo
D iego García, en día 3 de las kalendas
antigüedad. E s un tem plo de grandes
gótico
decadente
denota
m ayor
de octubre, y los colocó fielmente en
dimensiones, con escalinatas por el lado
este lugar en el año 1 5 4 5 ” .
occidental y una lon ja en el m eridional
L a iglesia de Santiago, situada den
para salvar la pendiente, construido ,de
tro del antiguo recinto m urado, ju n to
m am postería y sillería. T ien e dos to
a la puerta de dicho nom bre, una de
rres a los pies, la de la izquierda con
cuyas torres flanqueantes sirvió, com o
las campanas, en los arcos de m edio
ya dijim os, para levantar el cam pana
p u nto de la parte alta, y la derecha con
rio del tem plo, en el siglo X I I I , torre
el reloj. L a portada de Poniente, lla
de la que arranca el ábside sem icilín-
mada de las limas por los adornos de
drico, es de estilo rom ánico, pero des
la parte superior, es de traza clásica,
virtuad o posteriorm ente, en la recons
con colum nas, hueco en arco de medio
trucción del interior llevada a cabo, en
p u nto y fro n tón . L a puerta del Sur,
el X V I I .
abierta sobre la terraza, es gótica, de
T ien e
tres naves, de otros
tantos tram os, con pilastras toscanas,
arco trilob u lad o con archivolta p o lilo -
arcos escarzanos y bóvedas de arista. L a
bulada sobre las finas colum nas y un
capilla m ayor, semicircular, fué cubier
arrabáa,
m ostrando
un
hueco
encima
ta en el siglo X V con bóveda nervada
del arco conopial. E l interior es de una
en cuyas claves destacan las conchas de
sola nave de cuatro tram os, alta y am
Santiago,
existente
plia, de estilo gótico, con finos baque
tam bién, form ando festón, en el arco
tones en los pilares y delicados nervios
m otivo
decorativo
— 54 —
en los arcos, poco apuntados. E n la ca
o jiv a l. E l claustro, situado al lado de
becera,
recho del tem plo, es grande y
la
capilla
m ayor,
con
ábside
fuerte,
de tres lados. Entre los enterramientos
de estilo herreriano, con dos pisos, el
existentes en este tem plo merecen espe
inferior de arcos de m edio pu nto, con
cial m ención el del cardenal Cervantes
pilastras toscanas y galerías con b ó ve
de Gaeta, arzobispo de M esina, de Sa-
das de arista, y el superior, de doble n ú
lerno y
mero de huecos, adintelado, con colu m
de T a rra go n a , situado en la
capilla m ayo r; el de don Francisco de
nas toscanas.
M endoza, gótico, en la capilla de las A nim as;
el del eclesiástico H ernández
R egodón, del m ism o estilo, en la capilla del Señor de la Salud, y los de los h er manos G o n zález y el m atrim onio C amargo, am bos platerescos, en la nave. D el antiguo convento de San Fran cisco,
construido
en
15 0 2 ,
debe
ser
mencionada la iglesia, de alta fachada, con puerta de arco de m edio p u n to de largas dovelas, en arrabáa que r^pre-
L a igleisa y convento de la C on cep ción fueron edificados en el siglo X V , en la m ansión de su fundadora, doña C atalin a
A lva re z
A ltam iran o ,
de
la
que se aprovechó una torre, que es la del tem plo, la cual denota su origen se ñorial,
de
m am postería,
con
bellas
ventanas gemelas, góticas. E l interior fué reconstruido, am pliándose con p ar te del solar de las vecinas casas señoria
??nta el cordón franciscano. E n el re-
les de los V a rg a s
cnadro h ay una hornacina con una es-
M endoza.
e H in ojosa
y
los
Finalm ente, la iglesia de San M iguel
rultura que representa el Santo de A sís, v a los lados sendos escudos, al iz-
y Santa Isabel pertenece al convento de
ruierdo el del Em perador, y al derecho
m onjas dom inicas que fu n d ó la Reina
d de la ciudad. E l co n ju n to aparece co-
Católica. E n el siglo X V I fué recons
-onado
por
otro
recuadro
más
alto,
truido
su interior,
quedando
de una
del
bóveda de cañón y lunetos. A l lí fueron
Padre Eterno. E l interior se com pone
enterrados varios nobles tru jillan o s de
una nave con dos capillas, crucero
las fam ilias de los H orozcos, los Botes,
ronde está esculpida una im agen
v cabecera de tres lados, tod o en estilo
los A ltam iranos y los Meneses.
— 59 —
P L A S E N C I A
que supuso para la Reconquista el em
Ojeada retrospectiva
puje alm ohade, tras la derrota de A la reos, se trad ujo en la conquista de la
Desechando afirmaciones de algunos autores que, sin fundam ento, asignan
p laza p o r
a esta ciudad un origen m u y rem oto,
Y a cu b en 1 1 9 6 . P oco después, cuando
cabe asegurar que Plasencia fué fu n d a
aun no había transcurrido un bienio de
da p o r el gran m onarca castellano A l
su pérdida, A lfo n s o V I I I la reconquis
fonso V I I I el año 1 1 7 8 , en lo que era
tó, reanudándose seguidamente la cons
una aldea llam ada A m b r o z , ganada a
trucción de su sistema defensivo, m u y
los m oros, según P rivileg io o C arta de
im portante, com o p ron to verem os, que
P ob lación
confirm ado,
después, por A lfo n s o
casi X.
un
siglo
A pen as re
ya h abía sido com enzada antes de caer
la
sino
L a historia de Plasencia es rica en
repoblarlo
y
acontecim ientos
de L eó n para
defenderlo
fro n terizo de Castil-la. A
com o
de notoriedad
pu nto
P la sen cia .— Una
en poder del alarbe.
conquistado aquel lugar, llegaron a él caballeros de B u rgos y
las huestes de Y u su f-b en -
im portantes, y
algunos
trascendencia en
las
determ inantes pretéritas de C a stilla y
los dos lus
sum ari
m encionando los tancia con los mo al ser éstos descrit E l rey Juan II
de España. C iu dad
episcopal, a petición del m onarca, por
ejerció relevante papel en el devenir p a
de T r u jillo , mere
el
su
trio, y sus anales brindan, además, una
vocar, ya que los
prim er prelado don B ricio, datando de
serie de hechos de sum o interés que,
a reconocerlo com
entonces las nuevas mercedes concedi
aunque
ello quiso compei
das a la m isma, y su escudo, con el
denom inar su historia interna, ponen
ñera, por lo que
lema Placeat D eus hom inibus. Pero el
de relieve la reciedumbre de carácter de
sencia con
gran, aunque poco duradero, retroceso
las nobles fam ilias que durante siglos
ocasionó tam bién
Clem ente
III,
siendo
(50
—
circunscritos
a la
que
fam osa,
una
Nc
tros fué erigida la naciente v illa en sede Pontífice
ínclita y
habitaron.
cabría
don Pedro de Zi
el
tít
conqu ista el emderrota de A la rconquista de la s de Y u su f-b en > después, cuando •rido un bienio de .'I II la reconquisidam ente la cons
Plasencia.— Una de las antiguas puertas de la ciudad.
(D ib u jo de M. O u rv a n tzo ff.)
ta defensivo, m u y :n to veremos, que zada antes de caer
la
habitaron .
sino
una
No
cabe brind ar
sum aria
relación
de
aquí
los principales caballeros de la ciudad,
ellos,
que la abandonaron, yéndose a v iv ir a
Lasencia es rica en
m encionando los
de m ayor concom i
otros lugares, originándose entonces la
jorrantes,
tancia con los m onum entos placentinos
inquina de la población hacia aquella
al ser éstos descritos.
fam ilia, contra la que, transcurrido a l
algunos
ascendencia en las itis
de C astilla y
ínclita y
fam osa,
E l rey Juan II de C astilla agració a don Pedro de Z ú ñ ig a con el señorío
gún tiem po, llegaron a sublevarse, se gún verem os después.
el en el devenir pa-
de T r u jillo , merced que tu v o que re
in d a n . además, una
vocar, y a que los tru jillan o s se negaron
castellano, a la muerte de Enrique I V ,
sum o interés que,
a reconocerlo com o señor, y en vista de
Plasencia ju g ó im portante papel, hasta
cabría
ello quiso com pensarle de alguna m a
el extrem o de haberse celebrado allí el
rria interna, ponen
nera, por lo que en 14 4 2 le dió P la
casam iento de doña Juana la Beltraneja
imbre de carácter de
sencia con
E sto
con su tío, el rey lusitano A lfo n s o V .
gran disgusto entre
Este penetró en España por la enco-
s a la
que
que durante siglos
el
títu lo
ocasionó tam bién
de C onde.
E n la lucha por la sucesión del trono
m ienda de Piedrabuena, al frente de un
acom pañaba la nobleza que le era adic
lucido ejército, en el que figuraba la
ta y un im portante ejército. T r a s cele
m ayor parte de la nobleza del vecino
brar a llí un consejo de generales, m ar
reino, llegando a Plasencia a finales de
chó en dirección a la p laza de A lc á n
m ayo de 1 4 7 5 , y el 30 se efectuaron
tara, donde se u n ió a su generalísim o,
a llí los concertados desposorios, siendo
el duque de B erw ick. E n 1 7 1 0 v o lv ió
aclam ada la ilustre pareja. A con tin u a
dicho m onarca a visitar la ciudad.
ción,
doña Juana pu blicó su fam oso
Plasencia tuvo gran actuación en la
m anifiesto, en el que, a más de argu
guerra
m entar el que creía su derecho a la co
habitantes sintieron desde el prim er m o
rona de C astilla y L eón , vertía acusa
m ento la llam ada patriótica, traducida
de la Independencia,
pues sus
ciones escandalosas acerca de su filiación
en odio al invasor. P o r ello no sólo
y sobre la conducta de sus padres.
castigaron a los ind ivid uos tildados de
F am osa se h izo la sublevación de la
sim patizantes
con
los
franceses,
sino
ciudad contra los Z ú ñígas, señores de
que organizaron cuatro batallones para
la mism a, que tan decididos partidarios
oponerse decididamente al ejército del
habían sido de la Beltraneja. O tra fam i
mariscal L eféb re en el paso del T ié ta r.
lia noble, los Carvajales, m al avenida
M as su noble empeño fué van o, pues
con
anim adver
el gran m ilite nopaleónico atravesó el
sión de los placentinos y, de acuerdo
río al frente de 25.000 hom bres y en
con el rey C a tólico, llevaron de Cáce
tró en Plasencia el 29 de diciembre de
res un im portante refuerzo de hom bres
1808, donde encontró sólo a la redu
de armas, prom ovien do la rebelión, cuyo
cida parte de la población que no h a
resultado fué expulsar a toda la fam ilia
bía p odid o abandonarla, la cual sufrió
condal, entregando al m onarca el d o
las depredaciones de aquel cau dillo y,
m inio de Plasencia. N o fué esta sola la
posteriorm ente,
asonada
durante
m ont, V íc to r y Sou lt, que a su paso
aquellos tiem pos de antagonism os y b a n
por la ciudad reprodujeron los saqueos
derías, que en ocasiones llegaron a co n
y crueldades.
aquélla,
fom entó
fam osa
habida
la
a llí
de
otros
com o
M ar-
vertirse en francas reyertas provocadas por la rivalidad de aquel-las nobles es tirpes que habitaban la ciudad,
Fortificaciones placentinas
tales
com o, a más de las dos ya mencionadas,
E l circuito m urado data de la época
las de los A lm a raz, los M o n ro y y los
a que nos
T o le d o .
ciudad, o sea finales del siglo X I I , si
referimos
fué
fundada
la
don
bien algún tiem po después debió de ser
Fernando el C atólico, con m otivo de
com pletado y reedificado. Se cree que
celebrarse a llí el casam iento de su nieta
originariam ente era
doña A n a de A rag ó n con el duque de
había
M edina Sidonia. O tro monarca que v i
denotan los restos del prim er recinto
sitó la ciudad fué Felipe V , quien l-legó
todavía existentes ju n to al castillo o a l
a Plasencia el 19 de m arzo de 17 0 4 , o
cázar. F orm a casi un rectángulo irre
sea en plena
gular que se extiende de Este a Oeste,
En
1516
estuvo en Plasencia
guerra de Sucesión.
Le 62
dos líneas
doble,
de
o sea que
m urallas,
según
con la fortaleza en el sitio más elevado,
cázar propiam ente dicho, cu yo interior
el ángulo noroeste. Repartidas a lo lar
es un inm enso p atio de 28 metros de
go del perím etro había setenta torres,
lado, con señales de haber tenido cua
y
tro crujías y
ocho exclusivam ente en el alcázar,
otras tantas galerías de
tercio
dos pisos con colum natas y arcadas. L a
más altas que las cortinas. Semejante
m uralla del lado occidental se une con
en su estructura a la de A v ila , esta mu-
la general de la ciudad en ángulo recto
todas
ellas
semicilíndricas,
un
de sillarejos
y da frente, com o la puerta fortificada,
toscamente labrados, con algunos can
a un gran espacio llam ado plaza de los
tos en los intersticios, unidos por m or
Llanos. P o r el m ism o lado existía un
ral-la es de m am postería
tero de arena y cal. L a parte recons
ancho foso, que debió de alimentarse
truida afecta a varías torres cuadradas,
del agua procedente de los aljibes m e
al lado oriental, cerca del alcázar, y a
diante unos conductos tod avía aprecia-
varias puertas. Estas eran ocho, de las
bles en el m uro. Para la entrada hubo
que desaparecieron dos, la de San A n
puente
tón y la del S o l, quedando las deno
sintetiza el pasado castrense placentino,
m inadas la B en oza n a , la de T r u jillo ,
fué habitada por el monarca fundador
levadizo.
Esta
fortaleza,
que
la de Talavera, la de Coria, el postigo
de la ciudad, A lfo n s o V I I I ; por Juan I,
de Salvador y el de Santa M aría o p u er
que de ella p artió para conquistar P o r
ta Nueva. L as más im portantes son las
tugal, siendo vencido en A lju b a rro ta ;
tres primeras, m u y m odificadas. A sí, la
por Enrique I V , a quien en los ú lti
Berrozana muestra la variación sufrida
mos años de su reinado le ofreció allí
por su dovelaje y enjutas cuando fué
hospitalidad
reconstruida en 1 5 7 1 , fecha que reza
don A lv a ro de Z ú ñ iga, conde de P la-
en una lápida; la de T r u jillo está m u y
sencia; por el lusitano A lfo n s o V , cuan
desfigurada, pues desaparecieron de ella
do vin o a España a desposarse con doña
su
incondicional
adepto
los cubos flanqueantes y se la han ad o
Juana la Beltraneja, según ya dijim os,
sado edificaciones modernas,
y a conquistar la corona de C a s tilla ; por
y
la de
Talavera, aunque conserva los cubos,
Fernando
ha perdido m ucho de su p rim itivo ca
por Felipe V .
el Católico,
y,
finalm ente,
rácter. E l alcázar, de planta cuadrada, tiene una
torre cilindrica
en
cada
Palacios y Casas Fuertes
ángulo,
excepto la del Sureste, y otra al m edio de cada lienzo, tres de ellas semicircu
Plasencia tiene, entre sus m onum en
lares, de las que aparece destruida la del
tos civiles, varios palacios señoriales o
Sur, y rectangular, saliente, la del Este.
casas fuertes de sum o interés histórico
E n el recinto exterior de referencia, al
y artístico, que vam os a describir aquí
lado de Poniente, o sea el que da a la
sumariamente.
ciudad, hállase, algo destruida, la puer
L a más antigua de tales edificaciones
ta, flanqueada por dos torres, atrave
es la llam ada Casa de M on roy o de las
sando la cual y el angosto paso, se llega
dos torres, fundada por el fam oso abad
a la entrada del segundo recinto o a l
de'Santánder don Ñ u ñ o P érez de M o n -
— 65 —
ro y , consejero y secretario de doña M a
habían
buscado
refugio,
y
allí,
tras
de la derecha, una j y en el central la
ría de M o lin a , fallecido en 13 2 6 . Sé-
buscarlos y hallarlos, asaltó su m orada,
gún M élida, aunque h o y es una sola
cortándoles las cabezas, que llevó a d i
pu nto,
casa, su fachada denota que origin aria
cha
baquetón perfilando
mente fueron dos las que a llí hubo,
agravio, sobre las tum bas de sus hijos.
cada una con una torre, construidas con
ciudad,
colocándolas,
com o
des
y
grandes
del cual aparece un
E l palacio de los A lm araz y Zúñiga,
queses de M irabel. I
poca diferencia de tiem po, en el ú ltim o
llam ado posteriorm ente de M irabel, por
se abren tres balcoi
tercio del siglo X I I I . L a fachada es de
haber pasado a ser propiedad del m ar
antiguos escudos, y
piedra, de sillares pequeños, en hiladas
qués de dicho títu lo ,
es otro de los
rior los huecos en ar<
to
grandes edificios de este tip o con que
galería. E l lado izq u
rres, huecos y otros detalles de los si
cuenta Plasencia, y , desde luego, el de
con ventanas m oden
glos X V
desiguales,
con m odificaciones
en
y X V I . L a puerta, que con
más im presionante m ole. Se h alla si
línea oblicua hasta 1
serva su p rim itivo carácter, ofrece un
tuado enfrente del anterior, o de los
iglesia y convento d
arco rom ánico con archivoltas y co lu m
M o n ro y , enemigos de los A lm a ra z y
tiendo en él el bara
nas cuyos capiteles son un festón de
Z ú ñ iga, hasta tal p u n to que la fa n ta
laustrado del llamadc
Sobre el arco, en un cuadro,
sía p o p u lar tejió la leyenda de que la
A l penetrar por la
h a y un escudo L as torres son de planta
iglesia de San N icolás, existente entre
ve un pasadizo con j
rectangular, y la de la izquierda tiene
frutos.
am bos palacios, tu vo com o origen o f i
dos, y a la salida de
en el án gu lo un escudo partido. E n el
nalidad
que se vieran
rrespondiente parame
interior, que tam bién fué renovado, p ro
ambas fam ilias desde sus palacios res
tico, h a y, sobre el are
bablem ente ya en el siglo X V I , existe
esencial evitar
pectivos, con lo que conseguiría p aliar
una ventana plateres<
una interesante escalera con pétrea b a
se el odio que m utuam ente se profesa
encima de ellas, ménsi
laustrada ; dos artesonados— uno en una
ban, desde que, en el siglo X I V , Blasco
teniendo la cornisa, q
de las torres y el otro en una sala—
y
G óm ez de A lm a ra z— a quien se a tri
de los Z ú ñ ig a. E l gra
una gran chimenea con ménsulas y es
buye la erección del palacio que descri
de elegante traza clás
cudo por coronam iento. E s fam a que
bim os— fué m uerto por un M o n ro y y
ría del siglo X V I , del
en esta casa nacieron varios m iem bros
sus parciales, quien fué inm olado a su
varez, tiene galerías
de la estirpe de su fu n dador que con
vez,
colum nas toscanas en
tribuyeron a hacerla más ilustre, com o
h ijo de aquél. N o se sabe si por com pra
nicas en el superior, ]
los
de
o p o r herencia pasó este palacio a p o
p u n to con los escudo
M o n ro y , R o d rigo de M o n ro y y H er
der de los Z ú ñ ig a, condes, y luego d u
Zú ñ iga, de fajas jal
nando el B ezu do, cuyas hazañas llenan
ques, de Plasencia. E sta fam ilia lo am
las enjutas, así •comí
brillantes páginas de los anales extre
p lió y em belleció en el siglo X V , con
laustrados en la galeri
meños, y las ricas hem bras doña E n
virtiendo
quierdo del pasadizo
gracia, doña Estefanía y
doña M aría
fuerte, que fo rm ó parte de la obra de
a un pequeño patio
de M o n ro y , estas dos últim as herm a
fensiva de la ciudad, en m orada seño
escarzanos, del que ai
nas.
la
rial. T a m b ién es este gran edificio, en
p o r la que se ascien
Brava, tu v o el rasgo de vengar la m uer
paladines
D oña
Fernán
M aría,
R o d ríg u ez
sobrenom brada
transcurridos pocos años, p o r el
la
que
fué
prim itiva
casa
el sentir de M élida, resultado de la agre
pensil, que es una es\
te alevosa de sus dos h ijo s, llevada a
gación de dos casas, pues cabe advertir
plan ta irregular con a
cabo en aquel período de los bandos
en él construcciones hasta de tres épo
de sus lados, galerías
por los caballeros M an za n o , de Sala
cas, cu yo co n ju n to tu v o una torre en
lum natas jónicas de
manca, para lo cual m archó con sus v a
cada uno de sus cuatro extrem os. L a
en el lad o oriental, un
sallos a P o rtu g a l, donde los hom icidas
fachada principal cuenta, en el cuerpo
co corrido de azulejí
66 -
¿o.
y
a llí,
tras
t&altó su inorada, i. que llevó a di-
c 'í s ,
com o
des-
. n w a z y Z ú ñ ig a ,
2 de M irabel, por repodad del mar. es otro de los este tip o con que desee luego, el de noie. Se h alla siin te ¿ o r, o de los ie los A lm a ra z y m to que la fantaieyenda de que la las, existente entre > com o origen o f i que se vieran
le sus palacios res: conseguiría paliaruamente se profesai siglo X I V , Blasco i— a quien se atril palacio que descrii por un M o n ro y y fué inm olad o a su pocos años, p o r el ¡e sabe si p o r com pra ó este palacio a pocondes, y luego duE sta fam ilia lo am en el siglo X V , confué
p rim itiva
randal de los huecos recayentes a la es
y en el central la portada, de m edio
calera y algu n o del m uro oriental se
pu n to , y
colocaron esculturas y aras con inscrip
grandes dovelas, con ligero
baquetón perfilan do el hueco, encima
ib as de sus hijos.
liar
de la derecha, una gran torre cuadrada,
casa
parte de la obra delad, en m orada señoeste gran edificio, en i, resultado de la agreas, pues cabe advertir íes hasta de tres époto tu v o una torre en cuatro extrem os. L a cuenta, en el cuerpo
del cual aparece un escudo de los m ar
ciones rom anas, procedentes de M érida/’sjsuoTE y algún otro lugar, así com o u n bust< CfKTRAi
queses de M irabel. E n el piso principal
del em perador C arlos V , esculpido en
se abren tres balcones, m odernos, con
m árm ol, obra, tal v e z de algu no de los
antiguos escudos, y en la parte supe
L eon i, que representa al César con ar
rior los huecos en arco escarzano de una
m adura, tod o lo cual, unido a las p la n
galería. E l lado izqu ierdo de la fachada,
tas de jardinería, hicieron otrora de este
con ventanas m odernas, se p rolo n ga en
recinto un lugar de apacible retiro p ro
línea oblicua hasta unirse a la frontera
picio a la elevada añoranza y al culto
iglesia y convento de D om inicos, exis
reverencioso a l A rte, debido, prob able
tiendo en él el barandal o pretil ab a
mente, a don Fadrique de Z ú ñ ig a en
laustrado del llam ado pensil de M irabel.
15 5 0 , a ju z g a r por la inscripción que
A l penetrar por la puerta principal se
se lee sobre la ventana a que nos refe
ve un pasadizo con puertas a am bos la
rim os, situada encima de la salida del
dos, y a la salida del m ism o, en el co
pasadizo, y en lo que se refiere estric
rrespondiente param ento, el más artís
tam ente al busto del Em perador, hom e
tico, h a y, sobre el arco de m edio p u n to,
naje del que fué su am igo y em baja
una ventana plateresca con colum nas y,
dor, D . L u is de A v ila , quien, casado
encim a de ellas, ménsulas con figuras sos
con la marquesa de M irabel, se retiró
teniendo la cornisa, que corona el escudo
a v iv ir en este palacio. Posteriorm ente,
de los Z ú ñ ig a. E l gran patío, cuadrado,
el pensil cayó en el abandono y hasta
de elegante traza clásica, obra de cante
en la profanación, pues fué desfigurado
ría del siglo X V I , debida al maestro A l-
al tabicarse los arcos, dejando ocultos
varez, tiene galerías de dos pisos, con
los bustos y aras rom anos. Finalm ente,
colum nas toscanas en el inferior y j ó
la parte opuesta a la fachada principal,
nicas en el superior, y arcadas de m edio
que es la que cae a la m uralla y co n
p u n to con los escudos coronados de los
fiere a este edificio verdadero carácter
Z ú ñ ig a, de fajas jaleadas y banda en
castrense, ofrece una especie de p laza de
las enjutas, así com o antepechos aba
armas ante el palacio, que tiene a llí su
laustrados en la galería alta. A l lado i z
portada
quierdo del pasadizo se h alla la entrada
con arco apuntado de dovelas lisas y
a un pequeño p atio gótico, con arcos
un festón ornam entado enmarcado por
más antigua, del siglo X I V ,
escarzanos, del que arranca una escalera
un arrabáa dentro del cual h a y dos es
por la que se asciende al m encionado
cudos. E l m uro, de sillería, está co ro
pensil, que es una especie de terraza de
nado por un m atacán corrido.
planta irregular con arquerías y , en tres
Casa gótica o del D r.
T r u jitlo .—
de sus lados, galerías cubiertas con co
Esta otra gran casa fuerte placentina,
lum natas jónicas de piedra, así com o,
perteneciente a los Carvajales, condes
en el lado oriental, u n zó calo y un b a n
de T o rre jó n , que data de finales del
co corrido de azulejería. Sobre el b a
siglo X I V o com ienzos del X V , ofre-
—
67
cacerís
VEX
i
ce com o parte más característica la torre
y luego a la de los Z ú ñ iga. C o n stitu ye
cuadrada, de sillería, situada en la es
a m odo de una torre cuadrada, de si
quina que form an dos calles, cuya cor
llería, que denota ser resto de un edi
nisa afecta la form a de u n festón per
ficio m ayor, del siglo X V I . Su puerta
lado sobre canecillos.
T ien e ventanas
es adintelada, con dos colum nas tosca
que acusan cuatro pisos, góticas, de gran
nas, y el balcón se h alla flanqueado por
diversidad de factura, pues m ientras las
dos pilastras del m ism o
del ú ltim o piso son gemelas o ajime-
cu yo entablam ento se alza, entre dos
zadas, de arcos lobulados, h ay otras en
pirám ides,
arco conopial y una con archivolta per
dos ventanas, el escudo nobiliario. E n
lada. L a fachada que arranca de la to
cim a de la cornisa del edificio h a y un
rre, sin duda posterior, a más de ve n
coronam iento de antepecho con pirám i
tanas góticas pequeñas tiene, en la p ar
des herrerianas. Casa
te alta, una galería form ada por arcos
de
orden,
sobre
que hacen de acroteras,
y
Infantes.— T ie n e de n o ta
escarzanos sobre colum nas tam bién g ó
ble su fachada de tres cuerpos, obra del
ticas.
siglo X V I , el inferior de sillería a lm o
Casa del D eán.— C o n tigu a a la a n
hadillada, incluso las largas dovelas de
terior, con vuelta a la plaza por donde
la puerta en arco de m edio p u n to ; el
da frente a la C atedral, este gran p a
segundo, con delgadas colum nas, y el
lacio de sillería es así denom inado p o r
tercero con largas dovelas, para el sos
que lo h a b ilitó un m iem bro de la n o
tén de la cornisa.
ble
fam ilia
de los
Casa A yu nta m iento. — Está situada
Paniagua— la más
antigua de la ciudad— , que tu v o tal
en la P la za M a y o r y
constituye una
dignidad catedralicia. L o levantaron en
edificación de tip o fortaleza, según de
el siglo X V I I
los condes de H orna-
notan sus dos torres cuadradas, de s i
chuelos, títu lo concedido por Felipe I V
llería, cosa explicable dado lo frecuen
a la fam ilia de referencia, a quienes en
tes que eran las asonadas prom ovidas
1691
o torgó C arlos II el m arquesado
hace siglos por los levantiscos h a b ita n
de Santa C r u z de Paniagua. C a u tiv a su
tes de la ciudad. Se reedificó de 1 5 1 7
severa traza clásica, de tres pisos, con
a 15 2 3 , y a com ienzos del siglo X V I I I
escudos heráldicos en las cartelas. L a
su frió im portante m odificación. L a fa
puerta
colum nas
chada principal tiene tres arcos de so
toscanas, y tiene entablam ento que sus
portales, y sobre ellos tantos huecos con
tenta un gran balcón. Pero éste es me
balcón corrido y fro n tón de ondulado
nos interesante que el de la esquina, en
perfil. L a torre de la izquierda alberga
arco, encuadrado por entablam ento y
el reloj, cuya cam pana se h alla dentro
un par de colum nas corintias a cada
de un templete cuadrado con cuatro co
lado,
lum nas jón icas y chapitel piram idal, y
está flanqueada
teniendo
por
por
coronam iento,
en
una gran cartela, el escudo nobiliario,
la de la derecha un pináculo floren zad o
tod o lo cual form a un co n ju n to su n
gótico p o r coronam iento. L a pétrea es
tuoso y bellísim o.
calera, que se acusa al exterior, es obra
Casa de los G rijalba.— Esta casa per
más antigua. E n el zagu án h a y un gran
teneció a la fam ilia de dicho apellido,
escudo real, esculpido en granito, con
— 68 —
lápida alusiva. E n el resto del interior
el resto de la obra vieja, que denota el
existen, com o cosas más notables, el te
estilo o jiv a l del siglo X I V . E l prim er
cho antiguo de viguería y alfarje de un
dato cierto es que en
salón, y en o tro una bella puerta de
edificación el m aestro Juan Francés. E n
13 8 9 dirigía la
piedra, coronada p o r el escudo de la
los años 1 4 1 6
ciudad, con inscripción alusiva a la fe
el C lau stro, y en 26 de m arzo de este
cha en que fué labrada, 15 6 9 .
ú ltim o año m encionado, se term inó de
Palacio Episcopal. — Es reconstruc ción del antiguo,
que databa
a 14 3 8 fué levantado
erigir el tem plo viejo , siendo obispo
del si
don G o n za lo de Santa M aría. A lgu n o s
g lo X V , hecha en el X V I I I por el pre
lustros después, pareciendo pequeña la
lado F r. Francisco L aso de la V eg a , y
C atedral, se pensó en hacer otra m ayor,
C ó rd o va . T ie n e herm osa fachada de si
destruyendo la prim itiva. L a nueva se
llería, con balcón de ángulo.
com enzó en 14 9 8 , por el obispo don
O tras edificaciones notables, de A r
Gutierre de T o le d o , quien encargó de
quitectura civil, existentes en Plasencia,
la dirección de la obra al m aestro Juan
acerca de las que no cabe aquí sino la
de A la v a , luego sucedido p o r Francis
sim ple m ención, son: la llam ada Casa
co de C o lo n ia , A lo n so de C ovarrubias,
de las A rgollas, que antiguam ente d is
D iego de Siloé y R o d rigo G il de H on -
frutaba del derecho de asilo; la Casa
tañón, que fué quien la term inó. D e la
de los Cámara; la Casa de los T o led o ;
Catedral vieja no llegó a u tilizarse para
el H ospital, fu n dado por el abad Pérez
hacer la nueva sino la cabecera y
de M o n ro y durante el reinado de F er
crucero, quedando, p o r ende, lo restan
nando I V ; la antigua Cárcel; la A lb ó n
te de la mism a, inclu ido el C lau stro, la
diga, antes denom inada P alacio del B e
Sala C a p itu la r y la torre situada aún
r ro c a l; los tres puentes sobre el río Jer-
más al Este de dicha sala, cerca de la
te, llam ados de San Lázaro, N u evo y
cabecera del tem plo nuevo, próxim a a
de T r u jillo , y, finalm ente, el antiguo Acueducto. <:A , L a Catedral y otros tem plos
1
el
la m uralla. D em os algunos detalles de estas partes. Esa m itad subsistente de la prim itiva iglesia, que h o y constituye
la p a rro
quia de Santa M aría, tiene la fachada
•
de estilo rom ánico, en la cual se halla
L a prim itiva Catedral placentina fué
la llam ada Puerta del Perdón, de m e
edificada en la parte alta de la ciudad,
dio pu n to , con archivoltas baquetona-
cerca del A lcá za r, y aunque no consta
das sobre colu m nillas de sencillos ca
en docum entos, la fecha en que com en
piteles. E ncim a h a y un nicho con dos
zaron las obras, se cree que sería a me
estatuas de la V irg e n y el A n g el, y so
diados del siglo X I I I . a ju z g a r por el
bre
estilo rom ánico de su parte más a n ti
otras dos esculturas que representan a
el
rosetón,
en
ménsulas,
existen
gua, com o son la capilla de San P a
la V irg e n con el N iñ o y a un personaje
b lo , h o y Sacristía, y la portada de P o
arrodillado,
niente. L uego se debió de hacer la t o
so V I I I . A los lados de los estribos, en
rre, ya del gótico prim ario, y después
los lienzos de las naves laterales, h a y
— 73 —
4
que
se
cree
sea
A lf o n
ventanitas de m edio p u n to y cornisas
de p lan ta cuadrada en la zon a inferior
en vertientes. E n ángulo con esta fa
y
octógona en la siguiente, separadas
cuerpos de ]
chada, a la derecha, h ay un m uro y
ambas p o r cuatro arcos apuntados so
y u n o pilas
puerta que da paso a un patio que co
bre ménsulas. Encim a del octógono se
adornadas c<
m unica con el Claustro.
eleva una bella linterna con esbeltos ar
nicos, ofrecií
E l interior consta de tres naves de
cos apuntados, que corona una p irá
lija labor y
a cuatro tram os, con pilares esquinados
mide de dieciséis lades. cubierta de es
las y doselet<
de colum nillas adosadas, cuyos capite
camas de piedra y festones florenzados
a colocarse 1
les son de im aginería y hojarasca: arcos
en las aristas, sirviendo de remate una
se la portada
apuntados y bóvedas de crucería con
bo la gallonada. Esta cubierta, com ple
tonada en el
arcos secundarios en la nave central y
m entada con cuatrc torrecillas cilin d ri
paño en el
sencillos en las laterales. L as naves de
cas adornadas de arquerías baquetona-
los lados, casi de la m ism a altura que
das y con sendos casquetes cónicos, tie
y m edallones cer cuerpo ha
la central, tienen ventanas de bella crucería, cegadas por las construccio
ne bastante sem ejanza con otras cú p u
de m edio pun
las famosas en que se m anifiesta la in
tanal igualm
nes adosadas. L as claves de las b ó ve
fluencia oriental, com o son la T o rre
colum nas figi
das muestran pasajes bíblicos y figuras
del G a llo, de la catedral vieja de S a
el m edio otro
sim bólicas, y en la plem entería h a y f i
lam anca, y las de la catedral de Z a m o
Padre Eterno, ju n to exterior
los que se
guras de relieve que representan ánge
ra y la colegiata de T o r o . Finalm ente,
les y una gran variedad de personajes.
la torre antigua, de planta cuadrada y
m eridional, la
U n m uro separa esta iglesia de la C a te
toda ella edificada de sillería, está com
las balaustrad
dral nueva, edificada, com o ya se d ijo,
puesta de cuatro cuerpos separados por
ronan. P o r
sobre lo que es la m itad que en la vieja
m olduras, abriéndose en sus lados ven
misma nave s.
falta. E l C lau stro, de estilo gótico con
tanas de arco apuntado con archivoltas
del enlosado, ]
reminiscencias rom ánicas, tiene planta
sobre colum nas que term inan en capi
existente sobre
cuadrada algo
sus ángulos aparecen ligeramente o b tu
teles de hojas. L a Catedral nueva, adosada o y u x t a
dos cuerpos: <
sos y desiguales los lados y tram os, en
puesta, com o se ha dicho, a la vieja,
la puerta, en <
cuyas bóvedas tam bién se advierte d i
algunas de cuyas dependencias la com
ferenciación, com o consecuencia de h a
plem entan, consta de cabecera, crucero
bre ménsulas, dro y San Pab
ber
a cada lado, i
irregular, pues dos de
el
bién de estilo
mismos
y arranque de tres naves con un solo
años, o bien por haber sufrido refor
tram o de bóveda, por donde la central
estriados, ron <
m a algunas de ellas. L o s arcos, con co
queda cortada por el m uro que estable
entablam ento o flam eros p o r a;
sido
construidas
en
los
lum nas adosadas, tienen capiteles his
ce la separación con el tem plo viejo. L a
toriados, de una gran variedad y belleza
fachada principal, que es la que corres
períor, consiste
ornam ental.
del
ponde al hastial del crucero del lado de
abalaustradas, c
C lau stro se h alla una bella fuente gó
la E pístola, tiene una fastuosa labor,
friso historiado,
tica con el escudo del obispo don G u
atribuida a G il de H on tañ ón , pero que
arcada ciega co
tierre de C a rv a ja l. L a Sala C ap itu lar,
no faltan
les, y en medie
después C a p illa de San P ab lo , aneja al
com o obra de A la v a . D e estilo p late
C lau stro, p o r donde tiene su entrada
resco decadente, cubre con cuatro cuer
blam ento con si
— m ediante portada de tres arcos apu n
pos su gran elevación, y se desarrolla
en los intercolu
tados, el central con archivoltas— , es
entre dos robustos estribos cuadrados, a
rior h a y ménsu
En
m edio díel patio
críticos
que
la
conceptúen
drada asim ism o
i zo n a inferior
los que se extiende la ornam entación;
estatuas, y encima los escudos de C a r
mte, separadas
cuerpos de los que tres llevan colum nas
los I y de C a rv a ja l. E l interior, de tr i
apuntados so-
y u n o pilastras colocadas en ángulo y
ple ábside a la cabecera, es de gran a m
el octógono se
adornadas con grutescos y capiteles j ó
p litu d y notable por la gallardía de los
:on esbeltos ar-
nicos, ofreciendo los entablam entos p ro
elevadísím os pilares. E stos, que se abren
ona una pirá-
lija labor y los intercolum nios m énsu
arriba form ando las bóvedas, m u y com
cubierta de es-
las y doseletes sobre los que no llegaron
plicadas, tienen in fin id ad de m olduras
nes floren zad os
a colocarse las figuras. E n m edio ábre
y carecen de capiteles, A la altura del
de remate una
se la portada, con arco y bóveda, case-
arranque de los arcos corre un ándito,
bierta, comple-
tonada en el segundo cuerpo, con tím
a m od o de trifo rio , de labor plateresca,
recillas cilíndri-
pano en el entablam ento del prim ero
bajo el cual h a y un friso con bustos en
rías baquetona -
y m edallones en las enjutas. E n el ter
m edallones. E n la nave del E van gelio
tes cónicos, rie
cer cuerpo h a y otro hueco ciego, un arco
existe una puerta que com unica con el
ron otras cúpu-
de m edio pu n to, y en el ú ltim o u n ven
C lau stro, y en la de la E p ísto la dos,
lan ifiesta la in-
tanal igualm ente perfilado.
- son la T o rre
colum nas figuran dos frontones, y en
cristía y a la salida del enlosado exte
al vieja de Sa-
el m edio otro m ayor con la im agen del
rior, a que antes nos referimos. N o cabe
:cdral de Z am o-
Padre Eterno. C om p letan el vistoso con
describir aquí las obras de arte que ate
:ro. Finalm ente,
ju n to exterior del edificio, por el lado
sora esta basílica: el retablo m ayor, de
m ta cuadrada y
m eridional, las ventanas, los escudos y
b id o a G regorio Fernández; la gran si
lleria, está com -
las balaustradas y cresterías que lo co
llería del C o ro , tallada p o r el maestro
>s separados por
ronan. P o r
de la
R o d rig o A lem án ; la reja, labrada por
sus lados veni con archivoltas
m ism a nave se abre la llam ada Puerta
C elm a; los sepulcros, imágenes, p in tu
del enlosado, porque
ras, alhajas, ropas, etc.
rminan en capi-
existente sobre la antigua m uralla, tam
L o s demás tem plos que, con la C a
bién de estilo plateresco, compuesta de
tedral, integran la arquitectura cristia
el lado
Sobre
m eridional da
a la
las
m agníficas, correspondientes
terraza
a la S a
idosada o y u x ta -
dos cuerpos: el inferior, form ado por
na placentina, son: San N icolás, de es
cbo, a la vieja,
la puerta, en cuyas jam bas se ven, so
tilo gótico con restos del rom ánico, cuya
idencias la com-
bre ménsulas, las estatuas de San P e
ancha nave tiene techum bre de madera
cabecera, crucero
dro y San P ab lo , y sobre doble zócalo,
artesonada, y en la que figura la capi
ves con un solo
a cada lado, dos colum nas de fustes
lla de don P edro de C a rv a ja l, obispo
donde la central
estriados, con capiteles jónicos, mas el
de C oria, a llí enterrado en espléndido
lu ro que estable -
entablam ento con círculos en el friso y
m ausoleo; la de San Pedro, la más an
tem plo viejo. L a
flam eros por acroteras, y el cuerpo su
tigua, rom ánica, con ábside semicircu
es la que corres-
perior, consistente
lar y nave de m ayo r anchura que la
en
dos
colum nas
acero del lado de
abalaustradas, con su entablam ento de
capilla m ayor,
i fastuosa labor,
friso historiado, encuadrando toda una
de madera artesonada; la de San M ar
ntañón, pero que
arcada ciega con pilastras ornam enta
tín, gótica con reminiscencias rom áni
e
conceptúen
les, y en m edio una ventanita, encua
cas, cuya plan ta, cuadrada, consta de
D e estilo plate-
drada asim ism o por colum nitas y enta
tres naves, siendo de m encionar en ella
con cuatro cuer-
blam ento con su ático. A
el gran retablo
, y se desarrolla
en los intercolum nios del cuerpo in fe
con
ibos cuadrados, a
rior h a y ménsulas y doseletes, sin las
del Salvador, originariam ente rom ánica,
la
los lados y
75
pinturas
tam bién de techum bre
de la capilla
del
m ayor,
d ivin o M orales;
la
m u y desfigurada en algunas de sus par tes esenciales;
la de Santa A n a , que
tem plo es una gran construcción o jiv a l, con m agnífica portada,
y
el cenobio
perteneció al convento de Jesuítas, de
tiene un herm oso claustro y una esplén
grandes
dida escalera, existiendo en él un bello
proporciones
y
con
notable
portada, y , finalm ente, la de Nuestra
friso de azu lejos de T a la v era . F in a l
Señora de la Salud. O tro s edificios re
mente, la iglesia del convento de Fran
ligiosos notables son la iglesia de San
ciscanas de San Ild efonso, fun dado por
V icente, del antiguo convento de D o
el fam oso m ilite coronel V illa lb a a f i
m inicos, fun dado en 14 6 4 por los co n
nales del siglo X V I , el cual está a llí
des
enterrado en suntuoso túm ulo.
de
Plasencia,
a llí
enterrados;
el
— 76 —
icción o jiv a l, r el cenobio f una esplén1 él un bello avera. F inalu t o de Fcanfu n dado por V illa lb a a ficual está a llí n u lo .
Plasencia.— P alacio d el M arqués de M irabel.
— 77 —
(D ib u jo de M. O u rv an tzo ff.)
C O R I A
Síntesis de su pasado
W eid el F a tim i com o los prim eros d i sidentes que se apoderaron de la ciu
P ob lación m u y antigua del O cciden
dad, en los años 75 8 a 78 6 , resistien
te peninsular, asentada en una colina,
do a llí contra el prim er A bderram án.
a la m argen derecha del río A la g ó n ,
E n el siglo siguiente (año 8 5 4 ) el cau
constituía
d illo
ya
en
tiempos
celtibéricos
Z eid -b en -C asim
se
apoderó
de
una típica citania de los vettones lla
C o ria, m anteniéndose a llí com o reye
mada Cauda. E n sus cercanías acampó
zu elo de un pequeño estado, hasta que
V iria to , cuando se opuso a la invasión
el m onarca asturiano O rd o ñ o I, en el
rom ana,
y,
conquistado
el
país
año 860, penetró en ella, si bien al año
por
R om a, fig u ró com o una de las ciuda
siguiente
des estipendiarías de la L usitan ia, n o m
h ijo de Zeid. O tra vez v o lv ió a poder
la
reconquistó
A l-M o n d h ir,
brada Caurium , a la cual se refirieron
de los cristianos, quienes de nuevo la
P lin io y T o lo m e o . D e su im portancia
perdieron, tras el asedio de veinte días
entonces alcanzada dan idea no sólo el
de las tropas de A lm a n zo r, cuando éste
origen
de sus fortificaciones,
m archaba hacia Galicia. V a n o s fueron
sino los num erosos restos de la época
los intentos de apoderarse de ella lle
hoy
vados a cabo p o r A lfo n s o III, pese a
rom ano
conservados:
acueducto,
inscrip
ciones, relieves, lápidas, cipos, etc. B a jo
que
la dom inación visigoda fué erigida en
m agníficas defensas; pero A lfo n s o V I
sede
prela
la rescató en 1 0 7 7 , aunque tam bién la
dos figura nom brado en las actas de
perdió cuatro años después. T r a s la b a
los prim eros concilios toledanos. P o r
talla
entonces— segunda m itad del siglo V I —
retroceso en la reconquista de la región,
episcopal,
uno
de
cuyos
llegara
a
incendiarla,
dadas
sus
de Zalaca, que supuso un gran
se enseñoreó de ella el caudillo suevo
adueñáronse de C o ria
M iro o M iró n , rival del rey L eo v ig il-
nos el 1 1 0 5 , conservándola hasta 1 1 2 3 ,
do. E n la época m usulm ana m antuvo
en que fué ocupada p o r A lfo n s o V I I ,
su im portancia, y p ron to fig u ró com o
quien nuevam ente la perdió en
uno de los centros de rebeldía contra
E n 1 1 3 7 fué la p laza cercada por d i
los califas cordobeses. V a rio s autores
cho m onarca; pero entre las bajas que
citan a C h a k y a y a S o fian -b en -A b d u l
entonces le hicieron los sitiados figuró 79
los m ahom eta
112 9 .
la del conde R o d rig o M artín ez Osso-
A lju b a rro ta , Juan I de P ortu gal sitió la
rio, y ello le m ovió a levantar el ase
p laza con un gran ejército, pero no lo
dio en 1 1 3 8 . N uevam ente se decide a
gró apoderarse de ella, dado el valor
atacarla
que em
de sus defensores y la fortaleza de sus
plear torres de madera para com batir
baluartes. C o ria sufrió nuevos y g ra n
a los sitiados, quienes, después de dos
des asedios en el siglo siguiente, con
en
114 2,
teniendo
meses, se rindieron por ham bre.
m otivo
de las disensiones habidas en
A lfo n s o V I I cuidó de reconstruirla
la O rden de A lcántara, según ya refe
con presteza y reinstalar en ella la sede
rim os al ocuparnos de Cáceres, siendo
episcopal, cuyos prelados durante tanto
m em orable la defensa que de la p laza
tiem po habían tenido que v iv ir en tie
h izo el C lavero de aquélla, don A lo n
rras asturianas y
so de M o n ro y , que h abía conseguido
con
caballeros
leonesas. Repoblada
cristianos,
el
m onarca
apoderarse de la misma. D urante aque
les d ió u n Fuero sim ilar al de L eón,
llas banderías, el infan te don A lfo n s o ,
y en lo tocante a los obispos, les au
que quería subir al trono de C astilla
to rizó para cobrar m on tazgos por los
ocupado p o r su herm ano E nrique I V ,
ganados, a fin de arbitrar recursos con
creó el condado de C o ria a favo r de
que edificar la Catedral. E n 1 2 1 3 pasó
don Gutierre de Solís. herm ano de don
p o r C oria A lfo n s o IX , en ruta para la
G óm ez,
conquista de A lcántara. A l fallecer este
que pasó luego a don García A lv a re z
m onarca, en 12 3 0 , el M aestre de A l
de T o le d o , conde de A lb a de T o rm es,
cántara logró que C o ria se pron u ncia
a quien el rey trocó este ú ltim o por el
ra por las infantas doña Sancha y doña
de duque. C o n ocasión de las C o m u n i
M aestre de A lcántara,
títu lo
D u lce; pero Fernando III, en u n ió n de
dades
su madre, doña Berenguela, supo de
parte de los rebeldes. E n el siglo si
fender el derecho que asistía al joven
guiente, al encenderse la guerra de la
m onarca, reduciendo a los discordantes,
independencia
con lo que aquél m an tuvo la unidad
p o r el ejército lusitano, que no consi
de C astilla,
C o ria
portuguesa,
se puso
fué
de
sitiada
del R eino. E n la época de Sancho I V el
guió tom arla. Ehirante la guerra de S u
Bravo, C o ria
cesión
su frió
las consecuencias
la ocupó
el general portugués
de las discordias entonces prom ovidas
M arqués de las M inas, de ju n io a agos
por
to de 170 6 . Y
los
infantes
don
Pedro
y
don
en la de la Indepen
Ju an , tíos del m onarca. A l m orir éste,
dencia estuvo en ella M ortier, general
el segundo de dichos infantes, que con
de N apoleón.
su traidora conducta ocasionó el sitio de T a r ifa , donde se in m o rtalizó G u zm án el B u en o, consiguió
arrastrar
a
C o ria al partido que se oponía al le
L as Fortificaciones, M urallas, Puertas y C astillo
gítim o derecho del rey niñ o, F ernan do I V , a ceñir la corona, llegando a
Es perfectam ente conocido lo que fué
ofrecer la p laza al m onarca lusitano si
el recinto m urado cauriense, ejem plar n otabilísim o en su clase, pese no sólo
le ayudaba en su rebeldía. E n 13 8 6 , tras la funesta jornada de — 80
a las reconstrucciones de que fué o b
y
torres flanqueantes desaparecieron, tie
aun en el X V I , sino a las posteriores
ne una anchura de 3 ,50 metros y sus
obras pegadizas que p o r dentro y por
arcos enfilados en una lo n gitu d de 3 ,9 5 .
jeto
durante los
siglos
medievales,
fuera del recinto ocultan y desfiguran
E l p rim itivo castillo de C oria, aquel
la m uralla, originariam ente rom ana. Su
"de m ucha fortaleza, tal, que excede a
traza constituye un exágono irregular,
los más fuertes castillos” a que se re
con robustas torres salientes, cuadradas,
fería el ú ltim o rey m oro de B a d a jo z,
cuya anchura varía entre 4 ,7 0 y 5,80
Ornar A l-M o ta w a k k ild , en carta al em
m etros, salientes de 2 ,3 5
a 2,90 m e
perador alm oravide Y u s u f-b e n -T a x fin ,
tros, situadas a trechos de cortina que
lam entándose de su pérdida, al ser t o
miden de 8,60 a 12 metros, teniendo
m ado por A lfo n s o V I de C astilla en
el perím etro un desarrollo de más de
1 0 7 7 ; aquella antigua y célebre fo r ta
4 50
leza, decimos, que era com o centro de
metros. E l espesor del m uro es,
por térm ino m edio, de 3,80 metros, y,
la población, debió de ser dem olida, tal
según se advierte en los trozos no re
vez antes de fin alizar la Edad M edia,
construidos,
aparejo
pues de ella no quedan señales ni otros
regular, bien hecho y con un zócalo
datos concretos. E l castillo que ha lle
visible en algunas zonas. H abía cinco
gado a nuestros días es el que se cree
puertas, de las que se conservan cuatro,
edificó el conde de C oria, don Gutierre
pues la otra, orientada al N orte, debió
de Solís, en la segunda m itad del si
de desaparecer, sustituida por un p o s
g lo X V , según denota su típica fisono
tigo. L a más notable es la de San P e
m ía, propia de las fortalezas cristianas
la
sillería
es de
dro, orientada al Sur, que flanquean
de aquella época. E stá situado al S u r
dos torres, la cual tiene 3 ,70
este
metros
de
la
población,
com o
baluarte
de lu z, con dos arcos distanciados por
avanzad o del recinto de las m urallas.
un
el
D e plan ta pentagonal, que puede re
sobre
ducirse a un cuadrado con la adición
eHa se haya construido un habitáculo,
p o r u no de sus lados de un triá n g u lo
tram o
paso,
de bóveda
siendo
de
que
lam entar
enfilan que
así com o que los param entos de las to
cuyo vértice sobresale del recinto de las
rres
m urallas, tiene uno de ellos ach aflan a
estén
perforados
con
puertas
y al
do para dar cabida a la escalera in te
denom inada así p o r la advoca
rior, ju n to a la que existe una puerta
ción de una V irg e n cuya im agen se h a
antigua, cegada. E n m edio de cada uno
ventanas. Este,
La
puerta
de
la G uía,
lla colocada en una hornacina sobre la
de los cinco lienzos, en la parte alta,
parte exterior de la puerta, es de disp o
h a y una garita o torrecilla semicilín-
sición idéntica a la anterior, con cuatro
drica
sobre repisa en
espiral, por
la
m etros de separación entre las torres y
cual, y prolongada por los lienzos, co
una distancia entre los dos arcos enfi
rre una cornisa de arquillos sobre canes
lados de 5 ,50 metros. L a del R o llo , al
con bolas en ellos. T o d o él está edifi
Sureste, tam bién flanqueada de torres
cado de sillería y tiene restaurado el a l
y con el arco desfigurado y adornado
menaje. Su puerta de entrada da a una
con blasones en el siglo X V I I . Y , f i
cámara baja, desde la que se pasa a
nalm ente, la del S o l, al Oeste, cuyas
otra deteriorada. P o r la escalera se as
to de qta ciende al espacioso salón principal, cu
guos que del m onum ento tenemos son
bierto por fuerte bóveda gótica de cru
del siguiente, el X I V , a finales del cual
cería, que conserva una gran chimenea
debía de estar hecha la cabecera, pues
y
en una de las sil-las del coro consta la
mechinales para la
galería corrida,
fecha de
desde la que se sube a la terraza.
13 8 9 . E n
14 5 3
viese subí do e n vi acaso seb del siglo
tod avía no
de Barro!
estaba term inada, a ju z g a r por un p er
m ó en u n
miso concedido para recoger lim osnas
iglesia coi
con destino a las obras. C u a tro lustros Edificios C iviles y Religiosos
después se hallaba dependencia
cuya
hecho
una cabez
el claustro,
edificación
era
único en
cos
que
tum bre llevar a cabo en las catedrales
M as he
cuenta C o ria son el an tigu o palacio del duque de A lb a y la Catedral.
después del cuerpo principal, pero que
la insegur
en este caso con stitu yó excepción, ya
años desp
E l prim ero fué una m ansión fo r ti
que la nave tod avía estaba inconclusa.
lo que ftu
ficada, carácter que, aunque m u y alte
M as entonces sucedió que el C a b ild o ,
la varios
rado por
las posteriores obras en él
advirtiendo lo insuficiente que resulta
so Rodrig
hechas, tod avía denotan algunos de sus m uros exteriores, de extraordinario
ba el tem plo, se propuso levantar de
de Ibarra,
nuevo la capilla m ayor y otras dos co
tables. Ej
grosor, y otros detalles. C o n stitu ía un
laterales, encargando de la dirección de
arquitecto
a m odo de alcázar contiguo a la cate
las obras, en
ram os” , <
dral, sobre la m uralla,
Los
dos
de verdadero
m érito
14 9 6 , a M a rtín de So-
en el ángulo
lórzan o , quien se com prom etió a efec
com o
suroccidental del recinto, con defensas
tuarlas tom ando com o m odelo el tem
claro que
al exterior. E n el centro tenía un gran
p lo abulense de Santo T o m á s. N o se
m ir la tr
p atio form ad o p o r colum natas y gale
llevó a efecto aquello, sino o tro p ro
bóveda, q
rías, de las que tod avía perduran las
yecto presentado por B artolom é de Pe-
la iglesia
exteriores de dos pisos, sobre una te
layos en 15 0 2 , fecha en que se h izo la
bien la a
portada
y Pedro 1
rraza
con
balaustrada,
que
da
vista
plateresca
del
Oeste,
con
lo
al río. L o s soportes son colum nas gra
que cabe suponer que el tem plo queda
níticas de fustes cilindricos con bases
ba
concluido.
“ Merece
vedas y
discutirse— es
octógonas y capiteles góticos, y la b a
cribe Lam pérez— cuál ha sido la form a
laustrada renacentista, de orden jón ico.
prim era de la catedral y en qué consis
Se cree que el edificio debió de ser he
tió la reform a de 15 0 2 . Subsisten en
ap
L o cierto en su fac
t
ño p o r rv los m edio
del si
, las fábricas antiguas, algunos indicios
g lo X V , por el m aestro M a rtín C a b a
que apoyan la sospecha de que el tem
llero,
de
p lo fué de tres naves, a saber: unas sa
A lb a , a quien pasó el señorío de la
lidas de aguas pluviales en los m uros
el lado se]
v illa , que antes fué del conde don G u
exteriores a mediada altura sobre el sue
los más a
tierre de Solís. A finales del siglo X I X
lo, precisamente a la probable de una
vado a e
fué vendido este palacio al doctor don
nave lateral; unos anillos m oldurados
cuencias 1
Laureano A rias C am isón, médico de la R eal Casa.
en los pilares interiores, que podrían
ocasionó 1
ser los arranques de las bóvedas bajas;
tim os cue
L a Catedral com enzó a edificarse en
la estrechez del tram o central, in com
pillas y la
■el siglo X I I I , pero los datos más anti
prensible h o y y explicable en el supues
y varias c
cho,
en
los
últim os
arquitecto
de la
lustros casa
ducal
el enorn* la galería
to de que, por haber tres naves, estu
gió, para ser reparado, cuatro años de
m os son
viese su bdividido este tram o, fo rm a n
trabajo.
del cual
do un verdadero crucero. L a cabecera
L a origin alidad de este gran tem plo
:ra, pues
acaso subsistía en la form a triabsidal
gótico está en su sencilla fisonom ía, ya
consta la
del siglo X I I I , cuando la m odificación
que tiene planta rectangular, sin ábsi
ia v ía no
de B artolom é de P elayos la tran sfor
de ni crucero, con la adición al lado
■un per-
m ó en una sola capilla, quedando así la
lim osnas
iglesia con un cuerpo de tres naves y
o lustros
una cabeza de una; caso raro, pero no
claustro,
único en la época.”
era eos-
M as he aquí que en 15 0 6 se advierte
catedrales
la inseguridad de la fábrica, que treinta
pero que x ió n ,
años después am enazaba arruinarse, por
ya
iconclusa.
lo que fueron llam ados para reconocer
\
septentrional
de
dos
cuerpos
cuadra
dos; ju n to a la cabecera, la torre, y al lado de la nave, el claustro. L a torre es cuadrada, de tres cuerpos, los dos in feriores góticos, decorados con escudos, y el superior, más m oderno, con arca das y pilastras toscanas. E l lien zo sep tentrion al de la torre tiene, a su vez, un cuerpo adicional, sem ipoligonal, que
C ab ild o ,
la varios maestros, entre ellos el fa m o
encierra la escalera helicoidal y al exte
e resulta-
so R o d rig o G il de H on tañ ó n y Pedro
rior ofrece sus lados cóncavos, llenos
yantar de
de Ibarra, autor tam bién de obras n o
de labor plateresca. E ntre la torre y el
is dos co-
tables. Este ú ltim o fué
"el verdadero
saliente del claustro h a y una lo n ja o
rección de
arquitecto de la iglesia que h o y adm i
atrio, donde está la puerta llam ada del
in de So-
ram os” , dice el deán Escobar, si bien,
Evangelio, que es la más usual para
ió a efec-
com o
aparece
entrar al tem plo, de puro estilo gótico
0 el tem
claro que se atreviera Ibarra a su p ri
flo rid o del siglo X V , con rica decora
as. N o se
m ir la triple nave, haciendo una sola
ción de archivoltas, fajas que hacen de
otro pro-
bóveda, que unificaba así al cuerpo de
capiteles, m edallones con bustos en las
mé de P e
la iglesia con la cabecera de P elayos, o
enjutas
se h izo la
bien la catedral era de una nave única
agujas
apunta
Lam pérez,
no
y
a los
lados pináculos con
florenzadas,
así
com o
con
la
y Pedro de Ibarra sólo rehizo las b ó
adición, hecha en el siglo siguiente, de
pío queda-
vedas y
suplem ento los contrafuertes.
marco y tím pano en plateresco lin d an
utirse— es-
L o cierto es que el m onum ento denota
te con el barroco. A l lado del claustro
3 la form a
en su factura aquel p rolon gad o empe
e,
con
lo
jué consisibsisten en ds
indicios
ue el temr: unas salos muros jbre el sue-
r\ Y *
ño por evitar su ruina, resaltando entre los medios entonces puestos en práctica el enorme contrafuerte
que,
cortando
la galería del claustro, sube a afianzar el lado septentrional de la nave, uno de
recayente al atrio, sobre u n arco escar za n o h a y una tribuna con arco de igual traza, friso y antepecho de profusa de coración plateresca. A los pies del tem plo, abierta a un p atio que la incom u nica, el cual servía en tiem pos de paso desde el palacio de A lb a , se h alla la
los más alterados. A u n le estaba reser
portada principal, de estilo plateresco,
vado a esta basílica sufrir las conse
compuesta de tres cuerpos. E l prim ero,
ble de una noldurados
cuencias del terrem oto
ue podrían
ocasionó el h u ndim ien to de los dos ú l
cos
edas bajas;
tim os cuerpos de la torre, algunas ca
ricamente decoradas, así com o el estra
ral, incom -
pillas y las bóvedas de la capilla m ayor
dos y el intradós de los arcos, apare
1 el supues-
y varias del claustro, tod o lo cual e x i
ciendo encuadrados los rectángulos de
de
1755,
que
que com prende la doble puerta, de ar rebajados,
con
pilastras
toscanas