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89 104 112 120 122 123 124 129 132 132 136 141 142 143 144 144 145 147 153 154 155 I 55 156
Situado en delicio marca denom inada I form a el ángulo sur vincia, cercano al rí su nom bre, ésta es u tes del sistema ores gran cenobio,
de c¡
religioso, un día pe cional, ha reivin-.c papel
que represen!
m onum ental esparcí período en que sufrí o lvid o . Su existencia tro del siglo X IV . de acaecer el hecbc fiere la tradición
Pj
ño en el lugar de ■ de Cáceres llam ado extravió una res, y tres días llegó al s levanta
el
M o n iste
aHí muerta. A l
qu
vantóse viva, y lúe; V irge n , la cual dijo el semoviente al hat día y rogara a los ck fueran a cavar en ; donde hallarían, dei
EL MONASTERIO DE GUADALUPE tlgü. 89 104
112 120
122 123 124 129 132 132 136 141 142 143 144 144 145 147 153 154 155 155
Situado en delicioso paraje de la co
pulcro, una im agen suya, que no debía
marca denom inada L as V illu ercas, que
m udar de a llí, sino hacerle un sencillo
form a el án gu lo suroriental de la p ro
refugio que la guardase, pues tiem po
vincia, cercano al río y a la sierra de
llegaría en que sería erigido un gran
su nom bre, ésta es una de las integran
tem plo. R evelado por el pastor aquel
tes del sistema orográfico O retano, el
prod igio , fué descubierta la im agen, a
de tan alto significado
la que dieron el nom bre del río y la
religioso, un día prim er santuario n a
sierra propincuos, cundiendo p ron to su
cional', ha reivindicado el im portante
fam a, hasta
gran cenobio,
papel
que
representa
en
el
el extrem o
de atraer la
concierto
atención del prop io m onarca castellano,
m onum ental español, tras un dilatado
el ín clito A lfo n s o X I . quien n o tardó
período en que sufrió incom prensión y
en proteger la
o lv id o . Su existencia data del sexto lu s
yendo a su intercesión la gran victoria
santa erm ita. A tr ib u
tro del siglo X I V , pocos años después
lograda en el Salado, fué a verla, sin
de acaecer el hecho m ilagroso que re
duda en acción de gracias, según consta
fiere la tradición. Pastoreando su reba
en una carta del m ism o, dada en C a
ño en el lugar de A lia , a u n vaquero
dalso,
de Cáceres llam ado G il Cordero se le
Creada con su magnificencia, y
ex tra vió una res, y buscándola durante
bién m ediante el fa vo r del célebre car
tres días llegó al sitio donde h o y se
denal A lb o rn o z , la fundación religiosa,
levanta
el
M onasterio,
aHí m uerta. A l
encontrándola
querer desollarla,
le
vantóse viva, y luego se le apareció la V irg e n , la cual d ijo al vaquero llevara
fué
a
25
designado
cardenal
don
de
diciembre
de
13 4 0 . tam
com o prim er P rio r P edro Barrero,
el
asistido
por seis capellanes, que inició las obras del incipiente m onasterio, en pro del
el sem oviente al hato de donde proce
cual
día y rogara a los clérigos del lugar que
dado en el P au lar, a 25 de agosto de
se
dictó
nuevo
p rivilegio
real,
fueran a cavar en aquel m ism o sitio,
13 4 8 , por el que se concedía el señorío
donde hallarían, dentro de an tiguo se
de la naciente v illa , llam ada Puebla de
G uadalupe, a la i aquella abadía. E l T o r ib io Fernánde; im pulso, durante aquel reinado y e a la edificación, sino a la fortalez las demás dependen principalm ente la pital, así com o a 1 cesaría para el ab, potable.
El
tercei
Fernández, con:: el cuarto, don Jt obispo de Segovia. g
Juan I que G uac;
f
W
a una com unidad
S
estuvieron un año.
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los Jerónim os, pro
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instalarse aHí las }
el 22 de octubre g
ella prim er P rio r :
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a quien se le deb . . . . ciones arqmtecton:
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Dependiente del ai
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do, fue m u y favo n
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aun p o r el pueblo
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tuir u n o de los m i
5
de España, tan to r
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o
se atesoraron cuan
^
trias, principalmer.:
3
anejas al m ism o. E peí que la santa ca tir de entonces. d = líneas del ilustre m; visitado
el monas'
de C astilla, uno c-: veces los Reyes C P o rtu g a l y cuatro dores de Alem ania suntuosísim as vis:: y el rey de P ortu g sobrino, en víspera
G uadalupe, a la iglesia y al P rio r de
cazarqu ivir. C o n ellos y con m uchísi
aquella abadía. E l segundo P rio r, don
m os
T o r ib io Fernández de M ena, dió gran
tam bién el M onasterio, ofrendando sus
príncipes
y
m agnates,
visitaron
im pulso, durante los restantes años de
victorias, P edro N avarro , el G ran C a
aquel reinado y en los dos siguientes,
pitán, Cortés, de quien com o recuerdo
a la edificación,
no sólo del tem plo,
se conservaba u n escorpión o sabandija
sino a la fortaleza que lo cubre y a
de oro, esmeraldas y esmalte verde, e x
las demás dependencias que com prendían
vo to en recuerdo y conservando dentro
principalm ente la hospedería y el h o s
disecada la que en tan grave aprieto puso
p ital, así com o a la obra hidráulica ne
su vid a cuando la conquista de M éxico;
cesaria para el abastecim iento de agua
don Juan de A u stria, que dejó la farola
potable.
D iego
de la capitana turca de L ep an to; A n
Fernández, continuó las obras, y el cuarto, don Juan Serrano, después
drés D o ria, que ofrendó rica lám para de
obispo de Segovia, propuso al monarca
burquerque, el conde de Caudete, que dejó a llí las llaves de la ciudad de T e -
a una com unidad de Regulares. T r a s
m esvar, en T ra n silva n ia , y Belgrado,
instalarse a llí las M ercedarias, que sólo
h o y capital de Serbia, rendidas al tu r
estuvieron u n año, pasó a la O rden de
co, el otro don Juan de A u stria, h ijo
o ro; el duque de A lb a , A lo n so de A l-
Juan I que Guadalupe fuese entregada
los Jerónim os, procedentes de L up iana,
de Felipe I V , etc., etc.” . Y es de notar
el 22 de octubre de 13 8 9 , siendo en
que en las precedentes líneas no se con
ella prim er P rio r F r. Fernando Y á ñ e z ,
signa que C o ló n estuvo a llí con los re
El
Monasterio
de
Guadalupe.
M. Moyano.)
don
de
tercer P rio r,
(Dibujo
El
a quien se le deben las mejores crea
yes antes de su prim er viaje, y al regre
ciones arquitectónicas
del M onasterio.
so, cuando su nave se veía a pu nto de
Dependiente del arzobispado de T o le
zo zo b ra r, hicieron v o to él y sus trip u
do, fué m u y favorecido por los reyes, y
lantes de que aquel a quien le tocara en
aun por el pueblo, llegando a consti
suerte había de peregrinar a Guadalupe,
tuir u n o de los más ricos e im portantes
lo cual h izo el A lm iran te por haberle co
de España, tan to por las obras que allí
rrespondido a él, llevando a llí los p r i
se atesoraron cuanto dadas las in d u s
meros indios traídos de A m érica, y en
trias, principalm ente de índole artística,
el segundo viaje dió el nom bre de G u a
anejas al m ism o. D e l preponderante p a
dalupe a una de las islas descubiertas,
pel que la santa casa desempeñó a p a r
tod o ello com o prefiguración del alto
tir de entonces, dan idea estas sintéticas
significado que luego tendría el M o n as
líneas del ilustre maestro T o r m o : “ H an
terio, no sólo en M éxico, sino en toda
visitado el m onasterio
trece m onarcas
de C astilla, uno de A ra g ó n — hasta ocho
la H ispanidad. E l eminente histo riad o r y
arqueólogo
M élida
se expresa
así:
veces los Reyes C atólicos— , cinco de
"Respecto de lo que G uadalupe ha con
P o rtu g a l y cuatro que fueron empefa-
tribu id o a la cultura y al progreso, bas
dores de A lem an ia; a llí se tuvieron las
tará citar dos hechos: uno, que el p r i
suntuosísim as visitas de don Felipe II
mer libro impreso en E xtrem adura en
y el rey de P o rtu g a l don Sebastián, su
15 4 6
sobrino, en vísperas del desastre de A l-
R om an o, im presor valenciano, que fué
— 91 —
lo fué a llí por Francisco D ía z
¥ llam ado al M onasterio para que ense
profesor de la Sorbona— exaltaron la
ñase a los frailes la tip ografía, y que
significación de G uadalupe en el arte
los
patrio.
estudios
de M edicina
establecidos
*
por el M onasterio en su hospital fue
*
=¡=
ron de los prim eros de España, en que m ediante privilegio p o n ficio se practicó
E l M onasterio de G uadalupe es no
la disección anatóm ica de los cadáveres.
sólo, com o dice B ertaux, el lugar de las
D iscípu lo
enseñanzas
más hermosas obras de arte olvidadas
fué en el siglo X V I I I don Ju an P ab lo
en nuestro país, sino un m uestrario v a
ilustre
de
tales
Forner, inquirídor, además, de las an
liosísim o de creaciones, algunas de las
tigüedades extrem eñas” . O tro ju icio in
cuales no alcanzaron en nin gú n otro
teresante, entre tantos com o acerca de la
tan espléndida representación, y m on u
im portancia
otrora
alcanzada
por
el
m ento grandioso que constituye obra
M onasterio se han em itido, es éste debi
singular en la arquitectura m edieval, de
do al insigne L am pérez: " E l apogeo de
estilo gótico-m udéjar em inentemente es
G uadalupe se alcanza en el reinado de
pañol. C o m o su descripción algo p o r
los Reyes C atólicos, y con el rey C a r
m enorizada requeriría considerable es
los V , el M onasterio n o sólo es grande
pacio, sólo podem os intentar aquí un
en edificaciones y riquezas, sino en cen
breve resumen.
tro artístico, pues sosteníanse a llí es
Si bien la edificación, considerada en
cuelas y talleres de m etalistería, carpin
co n ju n to, responde a la traza consue
tería,
m iniaturas,
tudinaria de las grandes abadías o m o
etcétera, con n o m enor éxito que en los
bordado,
nasterios, pues tiene el tem plo orien
antiguos claustros benedictinos” .
tado, al que se adosa el gran claustro,
Com o
caligrafía,
tan tos otros grandes m on u
rodeado de las dependencias o locales
m entos españoles, G uadalupe su frió m u
conventuales (refectorio, celdas, e tc .), a
cho a partir
de la exclaustración
de
continuación el llam ado P a tio de la B o
18 3 5 ,
pues a los primeros años,
de
tica, con la enfermería y otras estan
franca
depredación,
de
cias, y ,
siguieron
los
finalm ente, los elementos se
abandono e indiferencia. P o r R eal O r
cundarios, com o son
den de 1 de m arzo de 18 7 9 fué decla
am urallada, las torres alm enadas, etcé
rado M on u m en to N acional, y poco des
tera, la estructura de sus elementos d i
pués se pensó acometer su restauración
fiere notablem ente de la de los m onas
arquitectónica; mas transcurrió el tiem
terios benedictinos o cistercienses, pues,
po sin efectuarla, hasta que en
1908
com o apunta Lam pérez, “ los materiales
quedó a llí establecida una com unidad
del país y la mano de los albañiles m u
franciscana, a la que se debe una gran
dejares que a llí actuaron dieron a todo
labor reconstructiva, que poco a poco
carácter pintoresco, en torecillas cilin
la cerca general
se ha visto asistida p o r la ayuda oficial,
dricas cubiertas con chapiteles de tejas
estim ulada, sin duda, por el fervor con
policrom adas y esmaltadas, en ventanas
que algunas eminentes figuras, propias
y chimeneas de lad rillo em plantillado
y extrañas— entre estas últim as el in
en cuyos netos b rillan
signe arqueólogo francés M . B ertau x,
yeserías poligonales y en m il detalles
— 92 —
alicatados;
en
m ás” . O cupa un área de más de 20.000
alza una linterna octogon al con venta
m etros cuadrados y el co n ju n to de edi
nales. T a n t o los pilares, con delgados
ficaciones en ella com prendidas es un
baquetones sobre pedestales octógonos,
valioso m uestrario de los estilos m ude
com o las bóvedas, de crucería, con ner
jar, gótico, renacentista y neoclásico.
vios diagonales (empleadas a llí por p ri
L a fachada principal es la del lado
mera v e z en E s p a ñ a ), denotan una eje
m eridional, donde existe am plia esca
cución m agistral, siendo p o r ello más
linata y gran atrio. E n ella se abren
de lam entar que en el siglo X V I I I re
dos puertas ojivales con dobles hojas de
vocara el interior de este tem plo L ara
bronce
Churriguera, quedando tapadas las p in
repujado,
verdadera
m aravilla
de la metalistería de los últim os tiem
turas
pos
cinco
data tam bién el balconaje corrido, del
contrafuertes, que lo dividen en cuatro
cual pendían las lám paras vo tivas ofren
com partim entos con ventanales góticos,
dadas a la V irge n . C o m o separación en
En
la
tre las naves y la capilla m ayor se halla
de la derecha, llam ada de Santa A n a o
la verja, de cinco tram os, una de las
medievales.
ella
hay
El
m uro
lam bién
tiene
dos torres,
que lo
decoraban. D e
entonces
del R elo j, alm enada, del siglo X V , y a
más grandiosas y bellas de España, de
la izquierda la de la Portería.
bida a los maestros rejeros vallisoleta
E l interior brinda com o prim era es
nos
F ra y
Francisco
de Salam anca
y
tancia la capilla de Santa A n a , antigu a
F ra y Juan de A v ila , que invirtieron en
mente
N uevos,
construirla cuatro años, de 1 5 1 0 a 1 5 1 4 .
pieza rectangular, de una sola nave con
E l presbiterio, al que se sube por tres
bóveda de crucería y capiteles que mues
gradas marmóreas, fué reform ado a co
denom inada
Portales
tran rica decoración de imágenes. T ie n e
m ienzos del siglo X V I I p o r V ergara el
un gran altar con sepulcro de los fu n
M o z o y G ó m e z de M ora, y ofrece en
dadores,
el
m atrim onio
V elasco-C u a-
paredes y
bóvedas, pinturas de dicha
dros, obra de A n eq u in Egas; una m ag
centuria, así com o el m agnífico retablo
nífica verja de separación del presbite
que su stitu yó
rio y ,
16 15
finalm ente,
la
pila
bautism al,
al p rim itivo , hecho
en
por G irald o de M erlo y Jorge
reputada com o im par en su clase, de
M anuel T h eo to co p u li, el h ijo del G re
bida a Juan Francés, que la term inó
co, que consta de cuatro cuerpos d iv i
en 140 2. E n el fo n d o , ocho grandes escalones
didos en tres com partim entos, tod o ello de gran riqueza decorativa, en la que
con descanso perm iten la entrada a la
resaltan imágenes debidas a G irald o de
iglesia bajo un arco escarzano gótico,
M erlo y pinturas de Carducci y C axés:
al subir los cuales se ve un bello ajim ez
el tabernáculo, el valioso escritorio d o
de arcos angrelados y el azu lejo in d i cador de que a llí yacen G regorio L ó
nado por Felipe II, hecho p o r G iam in, en R om a, el año 15 6 9 , que sirve de sa
pez, com entador de las alfonsinas Par
grario, y los sepulcros de E n rique IV
tidas,
A lfo n so ,
y su madre, doña M aría de A rag ó n . E n
“que h izo esta iglesia” . E sta tiene p lan
el segundo cuerpo, sobre un trono, apa
y
el
maestro
m ayor
ta de cruz latina, de tres naves, más alta
rece la imagen de la V irg e n , sedente,
la central, con crucero, sobre el cual se
im agen de madera tallada que la trad i
— 97 — 5
I
ción jerónim a afirma fué d o n ativo de
sirve para guardar las ropas litúrgicas,
San G regorio a San L eandro, la cual
y en los netos de los pedestales h a y es
tiene ennegrecido el ro stro , sin duda p o r
pejos cuadrados con m oldura plana, b i
el hu m o de los cirios que a llí han ar
selados, y baquetones de resaltes circula
dido a lo largo de los siglos. Son d ig
res. C o m pleta esta ornam entación o ri
nos tam bién de m ención el antecoro,
ginal, la pintura de la bóveda, al tem
con hermosa balaustrada y un gran a l
ple, form and o grutescos, roleos, flores,
tar;
el m agnífico
órgano, y
el coro,
ondas, festones, cuadros, etc. L a cabe
cuya gran sillería, tallada en madera de
cera, que constituye, com o ya se ha d i
nogal al estilo barroco, h izo el escul
cho, la capilla de San Jerónim o, tiene
tor salm antino A lejan d ro Carnicero.
una gran cúpula sobre cuatro arcos fo r
E n la parte correspondiente a la to
meros con sus pechinas, de la que pende
rre de Santa A n a está la antesacristía,
la farola que llevó la nave capitana tu r
de plan ta rectangular, con bóveda de
ca aprehendida en L epan to p o r el in
crucería form ando una estrella de cua
victo don Juan de A u stria. L a decora
tro puntas y ménsulas de figuras de á n
ción de esta capilla es sim ilar a la de la
geles y esfinges. Son de m encionar ta n
sacristía, y los zócalos y cercos de las
to las pinturas de la bóveda cuanto los m árm oles y jaspes que ornam entan paredes y puertas, así com o los v a lio
puertas están hechos de jaspe. D el arco
sos retratos del ú ltim o A u stria y otros
ipiagen del santo titular, obra del fa
personajes, debidos a Carreño, que f i guran en esta estancia.
cho que el valor artístico de la sacris
L a sacristía, considerada com o una
tía aum enta extraordinariam ente, h a b i
de las m ejores de nuestro país, superior
da cuenta de esa colección de lienzos del
oriental nace un tram o de bóveda de cañón, en donde se h alla el altar con la moso T o rrig ia n o . C o n razón se ha d i
en fastuosidad aun a la de E l Escorial,
insigne Zurbarán,
es una nave de plan ta rectangular con
sentido ascético español, de h o y reivin
el gran pin to r
del
bóveda de cañón de 1 7 ,5 2 X 7,7 8 m e
dicada fam a que le coloca en lugar d ig
tros, en cinco tram os separados por ar
no de ser parangonado con los cuatro
cos y con lunetos que corresponden a
o cinco más grandes cultivadores de la
cinco ventanas y a otras tantas sim u la
pictórica hispana de todos los tiempos.
das, pudiendo decirse, con M élida, que
E l milagro del Padre Salmerón, la M isa
dada su am plitud y disposición, y con
del Padre Cabañuelas, el Retrato del
el aditam ento de la capilla de San Jeró
Padre G o n za lo
de Illescas, E l Padre
nim o al fond o, el trazado de la misma
V izca ín o dando limosnas a los pobres,
es propiam ente el de una iglesia. A cada
E l Padre Juan de Carrión, Las tenta
arco corresponden dos pilastras en los
ciones del Padre D iego de O rgaz, E l
m uros y otras flanquean las puertas de
milagro del Padre Pedro de Salamanca,
la antesacristía y de la capilla de de San
Las tentaciones de San Jerónim o, San
Jerónim o en el fond o. E n los espacios
Jerónim o azotado por los ángeles, A p o
murales entre las pilastras se h allan co l
teosis de San Jerónim o y E l rey E n ri
gados los cuadros de Z u rb arán ; en la
que I I im poniendo la birreta al Padre
parte inferior la cajonería de nogal que
Y á ñ ez, constituyen una serie de obras 98
trdar las ropas litúrgicas, s de los pedestales h a y es os con m oldura plana, bi:uetones de resaltes circula; esta ornam entación oriu ra de la bóveda, al temd
grutescos, roleos, flores,
es. cuadros, etc. L a cabestituye, com o ya se ha dia de San Jerónim o, tiene ala sobre cuatro arcos for¡ pechinas, de la que pende ’. ’. evó la nave capitana turia en L ep anto por el inar. de A u stria. L a decora¿■pi.'.a es sim ilar a la de la :s zócalos y cercos de las hechos de jaspe. D el arco un tram o de bóveda de r.de se haHa el altar con la ■anto titular, obra del faiano. C o n razón se ha dialor artístico de la sacrisextraordinariam ente, habiesa colección de lienzos del irán
el gran pin to r
del
co español, de h o y reivinque le coloca en lugar digrar.gonado con los cuatro zrandes cultivadores de la ..kV-H'UV
•ina de todos los tiempos. =.' Padre Salm erón, la M isa cbañuelas, el Retrato del :.’o
de Illescas, E l Padre
'.do limosnas a los pobres, m de Carrión, Las tentaz ir e D iego de Orgaz, E t Dzzre Pedro de Salamanca, ?es de San Jerónim o, San y.ado por los ángeles, A p o -
Guadalupe.— Fachada del Monasterio. (Dibujo de M. Moyano.)
• Jerónim o y E l rey Enrir.iendo la birreta al Padre :iruyen una serie de obras — 99 —
maestras de insuperado valor, altam en
teón R eal— ésta es una estancia o ctógo
te representativa del arte del glorioso
na, con ocho arcos com o el de la en
maestro.
trada, y siete nichos que por lo parecidos
Saliendo de la antesacristía se pasa
a los existentes en el panteón de reyes
por la nave de Santa P au la para en
escurialense “ hace pensar si en G u ad a
trar en la capilla de Santa C atalin a, del
lupe se trató de ofrecer a los m onarcas
siglo X V , la cual tiene plan ta cuadrada
tal lugar para el caso” — ; tiene plan ta
y se halla adornada de ricos jaspes y
de cruz griega, con ábsides semicircu
con dos m agníficos altares, en los que
lares, y su alzad o es de cuatro pilares
h a y imágenes debidas a G irald o de M er
que sostienen arcos torales, en cada u n o
lo y sendas portadas de acceso a la ca
de cuyos chaflanes h a y hornacinas con
pilla de las reliquias, al cam arín y a la
ocho figuras de las m ujeres bíblicas. S o
llam ada alacena de oro. E n frente de los
bre la cornisa se levanta la gran cúpula
altares se h allan los sepulcros de don
dividida en cuatro partes, a m odo de
D ion is, h ijo de Pedro I de P o rtu g a l y
conchas
de doña Inés de C astro, y el de doña
ornam ental de yesería. E l tam bor tiene
Juana, su esposa, h ija de E nrique II de
ocho ventanales, y sobre ellos, la lin
T rastam ara, cuyas m agníficas estatuas
terna, de la que cuelga m agnífica araña
orantes, talladas en madera y doradas,
de cristal de roca. E n los m uros h ay
del siglo X V I , han sido atribuidas a
nueve lienzos, con m agníficos marcos
P om p eyo L eon i y a G irald o de M erlo.
de medio pu nto, debidos a Lucca G ior-
E l relicario, obra de N icolás de V er-
invertidas,
con
gran
riqueza
dano.
gara, term inado en 1 5 9 7 , es de estilo
U n a puerta en m edio del cam arín, a
grecorrom ano. D e p lan ta octógona, tie
la izquierda, da paso al jo y el, abierto
ne un zó ca lo con pretil y barandal co
en el m acizo de la torre de las cam pa
rrido de hierro, guarnecido con azulejos
nas. T ien e las paredes tapizadas de d a
talaveranos, y en las paredes seis so
masco y adornadas con cornucopias y
berbios espejos de cristal de roca con
cuadritos de pinturas en tabla. E n la
m onturas de bronce dorado. E n las b ó
gran cajonería, de madera de ciprés, se
vedas aparecen pintadas escenas b íb li
guardan m uchos y valiosísim os vestidos
cas. A l fo n d o h a y un altar y seis reta
de la V irg e n , algunos de ellos bordados
blos de traza clásica con anaquelerías,
en plata y sedas de colores con engaste
en donde pueden verse num erosos reli
de gemas y perlas. D o s vitrin as de con
carios de santos, entre los cuales des
cha y varios bargueños guardan m u
cuella la llam ada arqueta de los esm al
chas y preciadas jo y a s: un lignum -cru-
tes, de singular m érito historia.
cís gótico, lleno de pedrería y esmaltes,
El
cam arín
fué
obra
e interesante
que regaló E n rique I V ; el crucifijo de del
maestro
m arfil que rem ataba el bufete o p a p e
Francisco R o d rígu e z, que lo h izo en los
lera de Felipe II; otro C risto de m arfil
años de 1688 a 16 9 6 . Se sube a él por
atribuido a M igu el A n g e l; tres coronas
una escalera de cuarenta y dos peldaños
de la V irg e n y una custodia argéntea.
de jaspe ro jo que arranca entre la capi
Siguiendo hasta el fin al de la galería
lla de Santa C atalin a y el llam ado P a n
que, a m odo de giróla, rodea por de-
— 101 —
trás del ábside, se llega a la pequeña ca
bien no constituyen el artesonado p r i
por Antonio Egas
pilla de San G regorio M ag n o , de estilo
m itivo, que se sabe tu v o gran valor, a
rrubias. A l lado di
gótico, con bóveda de crucería. E l re
ju zg a r por algún tro zo de tabla suelta
la capiHa de San
tablo, de talla clásica, tiene dos lienzos,
que se ha
el ángulo
el sepulcro del maes
el m ayor
representa la
Noroeste está la glorieta del Lavatorium ,
Juan de Sotomay
Concepción, pintura del siglo X V I I , y
que es un templete cuadrado con b ó
cente en la que c
el otro al santo titu lar de la capilla.
veda, pavim ento y zócalo de alicatado,
óbito: 1448.
E n el m uro septentrional, entre dos m a
en m edio del cual se h alla la fuente de
A l Norte dd M
chones, se halla el sepulcro del ú ltim o
bronce, obra prim orosa del m aestro re
do el otro claustro
prior secular del M onasterio, don Juan
jero Juan Francés; en el Sudeste, el se
fermeria y Botica,
Serrano, que m urió, siendo obispo de
pulcro del que fué P rio r del M o n as
por el Prior Juan
Sigüenza, en Sevilla el año 14 0 2 ; obra
terio, F ra y G o n za lo de Illescas, obra
es de estilo gótico
de estilo o jiv a l,
adm irable de A n e q u in Egas, de alabas
de tres naves o gal
de
los
cuales
tallada en alabastro,
conservado.
En
cuya tapa, con estatua yacente, ofrece
tro,
m utilada
tos órdenes de ara
fin a ejecución, de gran realism o y arte.
por haber sufrido el furor iconoclasta
el bajo: los del se
E l claustro m udejar, con su tem ple
de las turbas en épocas de triste recor
pilares cuadrados. ,
te en el centro, com parado a una g i
dación, y en la nave occidental, el que
rezados y tímpano
gantesca custodia de lad rillo, está con
fué refectorio de los jerónim os, ed ifi
el úlrimo escarzar;
siderado com o la obra
cación debida al Padre Y á ñ e z en el si
isrepecbos macizos
arquitectónica
desgraciadamente
m uy
más origin al e im portante del M o n as
glo X V . E n el centro del patio se le
terio, la cual constituye, con la sacris
van ta
tía y el cam arín, la tríade de m ayor
verdadera m aravilla, term inada en 1405
pcs edificaciones ai q v ora Kan pasa
valor artístico del m ism o. C o m o dice
por F r. Ju an de Sevilla, en donde se
parrkalar. ora se t
M élida,
funden
acctóa destnsctrra
“ contem plar su fuerza y ele
gancia características después de tanta
el templete, com o
los estilos gótico
ya
y
dijim os,
m udejar,
com o sim bolización de las dos cu ltu
E 1 Monasterio 1
á ± i por la iacaria
obra gótica y renacentista, produce una
ras fundam entales
im presión
hace
planta cuadro-achaflanada, con estribos
ea d «gfc> X B C
creernos transportados al O riente m u
y un cuerpo con arquerías góticas, co
su lm án ” . Y Lam pérez afirma que si tu viera sólo tres alas y un piso, se creería
l ' r t E j t Sala Ca tácr. e re r r ir r s i
él de lad rillo y con frisos de azulejos
r-rj f ü ¡ ¿ n 3 i c a e
que era el patio de abluciones de una
blancos, verdes y azules.
de t r á s r i i r j i a
viva e inesperada que
m ezquita. Se h alla al costado septen
de
la raza.
Es
de
ronadas por una torre octógona, todo
E n el ángulo form ad o por la iglesia
cce
— 39 »
,
r ü a d c ea d ¿era
trional de la iglesia, y consta de cua
y la nave occidental del claustro, h ay
pío
tro naves o crujías de dos pisos, de
una m agnífica portada de estilo p late
crazas ha CEfrido
cuarenta metros de lon gitu d y tres y
resco, única obra de dicho estilo inte
ea sa iatericr
medio de anchura, con arcadas de la
resante que existe en el M onasterio, fo r
Real, q w fué na
d rillo,
guarnecidas de yeso, y
t
per haber 1 la
pilares
mada por dos arcos escarzanos; por uno
lado del pabellón
cuadrados por su arranque y term ina
de ellos se pasa a la entrada de la p o r
cionado y del ala d
ción y octógonos en su prism a central,
tería, y del otro arranca la escalera, de
niente. boy desapa
sobre los cuales voltean los arcos, de
dos tram os. Esta, de gran belleza en
mía. sircada en la
los cuales unos son túm ido-apuntados
sus elem entos— bóvedas, colum nas, fr i
templo, junto a 1
y de herradura otros, todos inscritos en
so y barandal— fué construida de 153 3
ría. edificio tambi*
a lfiz. L as cubiertas son de madera, si
a 1536, aprovechando planos trazados
ticular y desfigura
ven el artesonado pri-
por A n to n io Egas y A lo n so de C o va -
p ital para peregrinos enferm os y
ibe tu v o gran valor, a
rrubias. A l lado de la escalera se h alla
bres, donde sentaron cátedra tantas g lo
. tro zo de tabla suelta
la capilla de San M artín , donde está
rias de la M edicina y la C iru gía espa
rvado. E n
el sepulcro del maestre de A lcán tara don
ñolas
Juan
nuestra
el
ángulo
loneta del Lavatorium ,
de S otom ayor,
con
estatua y a
en
aquellos cultura,
tiem pos
po
áureos de
recordándose
a
este
-:te cuadrado con bó-
cente en la que consta el año de su
respecto que en él se practicó por p r i
v zócalo de alicatado,
ó b ito : 1448 .
mera v e z la anatom ía del cuerpo h u
1 se halla la fuente de
A l N o rte del M onasterio está situa
m ano, com o ya señalamos al com ien
r.rrosa del m aestro re-
do el otro claustro, llam ado de la E n
zo , edificación de la que sólo quedan
s: en el Sudeste, el se-
ferm ería y B otica, term inado en 1 5 2 4
ruinas; la A lh ó n d ig a, las alm azaras y
fué P rio r del M onas-
por el P rio r Juan de Siruela. T a m b ién
otras dependencias inherentes a la e x
z a ’ o de Illescas, obra
es de estilo gótíco-m udéjar, cuadrado,
p lotación
equin Egas. de alabas-
de tres naves o galerías con otros ta n
próspera, que otrora tenía el M o n a s
mente
m utilada
tos órdenes de arcos: de m edio p u nto
terio. Sólo se ha reconstruido la lla
0 el furor iconoclasta
el b a jo ; los del segundo góticos sobre
m ada Iglesia N u eva, situada al extre
ép^ras de triste recor-
pilares cuadrados, arcos apuntados aji-
m o Sudeste del m agno co n ju n to m o n u
=ave occidental, el que
m ezados y tím pan o de labor calada, y
m ental.
les
m uy
ierónimos. edifi-
el ú ltim o escarzanos sobre pilares con
agropecuaria,
tan
grande
y
N o cabe term inar esta sucinta des
P ;¿ r e Y á ñ e z en el si-
antepechos m acizos.
c ;_.:ro del patio se le-
> E l M onasterio tu v o en otros tiem
la gran riqueza que posee su M useo de
te. com o
dijim os,
pos edificaciones anejas de im portancia,
libros corales y ropas litúrgicas, amén
'.‘.2 term inada en 1405
que ora han pasado a ser propiedad
de otras obras de arte. L o s primeros
r Sevilla, en donde se
particular, ora se han arruinado por la
form an una de las colecciones más im
os gótico
m udejar,
acción destructiva del tiem po, favore
portantes de España, pues suman
ión de las dos cultu-
cida p o r la incuria de que fué víctim a
volúm enes, con un total de 2 52 m i
■ s de
ya
y
cripción de G uadalupe sin referirnos a
89
de
este grandioso m onum ento, sobre todo
niaturas, entre los que figuran los fa
baflanada. con estribos
en el siglo X I X . A sí, el pabellón de la
m osos Pasionarios del siglo X V , libros
arquerías góticas, co-
L ibrería y Sala C ap itu lar, de estilo g ó
corales llam ados así porque la primera
: :rrr? octógona, todo
tico, con m uros de m am postería y to
m ayúscula es la P , de la palabra Pas-
ccn frisos de azulejos
rres cilindricas coronadas con chapiteles
sio, y el L ib ro de Horas del Prior, t o
la raza.
Es
azules.
de tejas vidriadas, que se encuentra em
dos ellos representativos de lo más bello
: : ~ ’ do por la iglesia m tal del claustro, h ay
p lazad o en el ángulo Sudoeste del tem
que se ha hecho en m iniatura, orlas, et
plo y por haber pasado a m anos e x
cétera, por aquellos ilum inadores de f i
o tta d a de estilo píate-
trañas
nales del M edioevo y de la época rena
ha
sufrido
gran
desfiguración
1 de dicho estilo inte-
en su interior; la antigua Hospedería
centista
en el M onasterio, for-
Real, que fué un palacio suntuoso, al
A lo n so de Sevilla, Pedro de Zam ora,
(principalm ente
los
m onjes
rs escarzanos; por uno
lado del pabellón anteriorm ente m en
Ju lián de la Fuente del S a z, Juan de
> la entrada de la por-
cionado y del ala del refectorio, por P o
L eón y B artolom é de M edel-lín), m a
an an ca la escalera, de
niente, h o y desaparecido; la M ay o rd o -
nifestándose en ellos las diversas m o
2. de gran belleza en
m ía, situada en la fachada principal del
dalidades, gustos e influencias que fu e
nSvedas, colum nas, frí-
tem plo, ju n to a la torre de la P o rte
ron sucediéndose. E n cuanto a las ro
lié construida de 15 3 3
ría, edificio tam bién de propiedad p ar
pas, se sabe que los frailes jerónim os
hando planos trazados
ticular y desfigurado; el fam oso H o s
tuvieron talleres de costura y bordado
en el M onasterio, donde se crearon ver
anacoretas procedentes de Plasencia, lla
daderas m aravillas, a las que agregáron
mados Pedro Brales o B ráñ ez y D o
se luego las ropas regaladas p o r los de
m ingo Castellanos, quienes, viendo que
votos. L a colección de frontales co m
no podían habitar la ermita en la épo
prende una gran variedad de piezas cé
ca hiem al, dada la considerable altura
lebres por su belleza y valor intrínse
a que se hallaba, pensaron edificar otro
co, y en cuanto a casullas, dalm áticas y
refugio en la parte más baja, y a tal
ternos, los h a y tam bién excepcionales,
fin aceptaron el d on ativo de una p ar
hasta el extrem o de haberse dicho que
cela de terreno que con tal fin les h izo
la enumeración de toc'os ellos se haría
un piadoso vecino de Cuacos llam ado
inacabable. Respecto a esculturas, p in
Sancho M artín . N o tardaron en u n ír
turas y orfebrería, ya nos hemos refe
seles otros varones que deseaban co n
rido a las más valiosas existentes en d i
sagrarse a la vid a ascética, de los cua
versas estancias descritas del M on aste
les han quedado consignados los n o m
rio, por lo que sólo nos resta m encio
bres de Juan de R o b led illo y A ndrés
nar dos m agnas obras que estuvieron
de Plasencia, adoptando entonces aque
arrinconadas:
el tríptico de la E p ifa
lla
naciente com unidad
la denom ina
nía, regalado por los Reyes Católicos,
ción de H erm anos de la Pobre V id a .
el cual ha sido descubierto por B ertau x,
T r a s muchas vicisitudes lograron cap
quien lo atrib u yó al fam oso pin to r fla
tarse la protección del infan te don F er
menco Isem brandt, y la tabla E l B a u
nando de Antequera y de don García
tismo del Señor, hallada por T o rm o ,
A lv a re z de T o le d o , Señor de Oropesa,
que la considera obra de Juan de F lan-
y llegado el año 1 4 1 4 acudieron a G u a
des, opinión com partida por B ertaux.
dalupe, con ocasión de celebrarse allí el C a p ítu lo de la O rden de los J eró nim os,
YUSTE
donde
solicitaron
ingresar
en
ella, petición que fué aceptada al exp o ner dicho Señor de Oropesa que se o b li
Se
halla
— cuyo
este
an tiguo
m onasterio
nom bre,
tom ado
del cercano
arroyo, tan acusada resonancia h istó ri
gaba a cubrir todas las necesidades de aquella
com unidad.
Por
ello
quedó
fu n dado el convento, con posterioridad
ca ofrece— escondido en una leve o n
o rgu llo de la O rden,
dulación del terreno, en la falda m e
P rio r fué F r. Francisco de M adrid.
ridional de la sierra de T o rm a n tes o de Jaranda,
prolongación
N o sólo continuaron favoreciendo al
de
M onasterio los señores— luego Condes
Gredos, “ colum na vertebral de la tierra
de Oropesa— varios de los cuales reci
castellana” , al N o rte
del m acizo
y cu yo prim er
T ié ta r,
bieron sepultura en su iglesia, sino tam
cuyo valle constituye la comarca deno
del río
bién los monarcas Enrique III, Juan II,
m inada L a Vera, y p róxim o a los pue
Enrique I V y los Reyes Católicos. A sí,
blos de Cuacos y Jarandilla. E l ante
dentro del siglo X V se edificó el tem
cedente de
la h o y
p lo y el convento; pero después, p ró
Salvador,
xim a ya a m ediar la centuria siguien
arruinada
su
fundación
erm ita
de
San
fué
agreste retiro elegido en 14 0 2 p o r dos
te, los señores
— 104 —
de
Oropesa
costearon,
ocedentes de Plasencia, 11a■Brales o B ráñ ez y D o ’.anos. quienes, viendo que abitar la erm ita en la époada la considerable altura aba. pensaron edificar otro i parte más baja, y a tal : el d on ativo de una p ar ió que con tal fin les h izo reciño de Cuacos llam ado —
X o tardaron en unír-
arones que deseaban co n vida ascética, de los cuaa i c consignados los nom : d-: R o b led illo y Andrés adoptan do entonces aquecrr-.unidad
la denom ina-
nanos de la Pobre V id a . vicisitudes lograron capcción del infante don Fer::::::e r a y de don García ’ oledo. Señor de Oropesa, ñ o 1 4 1 4 acudieron a Guaocasión de celebrarse a llí i t 'a O rden de los Jerór solicitaron
ingresar
en
aceptada al exporr c? Oropesa que se obli• ::d as las necesidades de nidad.
Por
ello
quedó
« v en to . con posterioridad 1 O rden,
y cu yo prim er
Francisco de M adrid, ntinuaron favoreciendo al n señores— luego Condes varios de los cuales recira en su iglesia, sino tam rcas Enrique III, Juan II, los Reyes Católicos. A sí, lo X V se edificó el temento: pero después, prófdiar la centuria siguiende
Oropesa
Guadalupe.— Templete del Claustro Mudejar. (Dibujo de M. Moyano.)
costearon, — 105 —
casi en su integridad, la erección del
que, aún llam ado Palacio del Em pera
gran M onasterio, tod o él de piedra y
dor, fué m odesta residencia reducida a
en
cuatro grandes celdas, cu yo destino se
1 5 5 4 , quedando para n oviciado de la
m an tuvo al principio en secreto hasta
O rden el p rim itivo cenobio.
para los m ism os religiosos que a llí v i
de
estilo
renacentista,
term inado
M as, aunque entonces no se creyera
vían , excepción hecha del P rio r y algún
así, aun continuarían las obras en el
otro. L as obras, que duraron cerca de
M onasterio, en razón a haberlo elegido
tres
C arlos V para lugar de devoción y re
M elch or de P ie de C onch a, con la co
tiro, tras haber gastado su vid a en una
laboración de F ra y A n to n io de V ílla -
perpetua campaña, según él m ism o e x
castín, el después gran artífice escuria-
presó en su discurso al abdicar en su
lense.
h ijo los Estados de Flandes:
años,
El
“N ueve
fueron
dirigidas p o r F ra y
ilustre historiador
L afuen te
ha
veces fu i a A lem an ia la A lta , seis he
descrito porm enorizadam ente, en su fa
pasado en Esparía, siete en Italia, diez
mosa Historia, lo relativo a la ida a
he venido aquí, a Flandes, cuatro en
Y u s te
tiem po de p a z y guerra he entrado en
una tras otra, las coronas y efectuar su
Francia,
Inglaterra, otras dos
viaje de regreso desde Flandes. R eunida
fu i contra A frica , las cuales todas son
en Z u itb u rg o una flo ta de sesenta n a
cuarenta, sin otros cam inos de menos
ves, el César se despidió del ya rey, su
cuenta que para visitar mis tierras ten
h ijo Felipe, de su h ija M aría y de su
go hechos. Y
yerno M ax im ilia n o , rey de B ohem ia, y
dos
en
para esto he navegado
del E m perador, tras renunciar,
ocho veces el m ar M editerráneo, y tres
acom pañado
el O céano de España, y agora será la
L eo n o r y doña M aría, reinas viudas de
de s u s
herm anas
doña
cuarta que volveré a pasarle para se
Francia y H u n gría, respectivamente, se
pultarm e . . . ” E ra tal la fam a del M o
h izo a la vela el 1 7 de septiembre de
nasterio de Y u ste en todo el orbe cris
1 5 5 6 . E l 28 arribó al puerto de Lare-
tiano, no sólo dada la grandiosidad de
do, donde,
su fábrica y la riqueza de su C o m u n i
sus lapidarias palabras:
dad, sino por lo tran q uilo y herm oso
del vientre de m i m adre; desnudo v o l
de aquel solitario sitio, que anticipada
veré a entrar en tu seno” , extrañándole
mente había planeado el César prepa
no encontrar el recibim iento que espe
rar a llí su alojam iento para cuando se retirase del m undo. P o r ello, hallándose
raba, debido a circunstancias im previs tas, y el 6 de octubre p artió en ruta
en los Países B ajo s, encargó al p rín ci
hacía Y u ste , haciendo escalas en M e d i
pe heredero, luego Felipe II, que antes
na de P om ar, B urgos, V a lla d o lid , V a l-
de partir a celebrar su casam iento con
destillas, M edina del C am p o, H orcajo
M aría T u d o r , reina de Inglaterra, fu e
de las T o rres, A la r a z y T o rn avacas, lle
se al célebre convento y dispusiera la
gando a Jarand illa el 14 de noviem bre,
edificación de las habitaciones que h a
donde encontró m agn ífico alojam iento
al pisar tierra,
pronunció
“ D esnudo salí
bía de ocupar en su día, cosa que aquél
en el castillo-palacio de don Fernando
efectuó el 25 de m ayo de 1 5 4 4 , orde
A lv a re z de T o le d o , el ya m encionado
nando
Señor de O ropesa. E n vista de las re-
lo
necesario
para
levantar
el
— 107 —
ferencias que a llí se exteriorizaron res
luntariosa y a la par llana y sencilla,
pecto a las características clim atológicas
com o la de J u lio C ésar” . D ispuesto por
del lugar elegido p o r el Em perador, de
él, en rasgo ejem plar de hum ildad, que
frecuentes llu vias y nieblas en el in vier
fuese enterrado debajo del altar m ayor
no y abrasador sol en el verano, no
de la iglesia, a fin de que el preste, al
fa ltó quien llegara a aconsejarle desis
oficiar la misa, pusiese los pies sobre
tiera de su em peño de ir a llí y buscase
sus restos,
otro más favorable para su quebranta
que por disposición de Felipe II fueron
da salud, lo cual o b lig ó al César a per
exhum ados en 14 de enero de 1 5 7 4 y
sonarse, el 23 de noviem bre, a ver su
conducidos al panteón de Reyes de £1
futura m orada; y cuando todos los de
Escorial, recién construido.
a llí estuvieron éstos hasta
su séquito esperaban que no le sería
L o s anales n o ofrecen acontecim ien
grata la im presión que recibiera, v o lv ió
tos de im portancia en los restantes años
exteriorizando su contento, por lo que
del siglo X V I ni en las dos centurias
m anifestó que nada le haría abandonar
siguientes, X V I I
su propósito. T erm in ad o s los prepara
segundo lustro del X I X cuando se re
y
X V III.
Es en el
tivos llegó a Y u ste el 3 de febrero, día
gistra el inicio de la que sería la ruina
de San B las, de 1 5 5 7 , y a llí v iv ió has
del gran m onum ento, con m o tivo de
ta su fallecim iento, ocurrido en 21 de
la invasión francesa. E l
septiembre, día de San M ateo, de 15 5 8 .
de 18 0 9, quince días después de la gran
A propósito de la vida que h izo el C é
victoria conseguida por españoles e in
sar en aquel período de poco más de
gleses contra las tropas de S o u lt cerca
año y m edio cabe indicar que no fu e
de T a la v e ra de la Reina, llegó a Y u ste
ron sino fantasías cuanto ha venido re
una colum na francesa que merodeaba
firiéndose
acerca
de
que
ordenara
12 de agosto
le
por L a V era esperando reunirse al de
fuesen hechas sus exequias en vida, que
rrotado ejército. H uidos los frailes, los
estuviese sujeto a la mism a regla de los
soldados galos se dieron a la p ro fan a
frailes, que se flagelase, que no sintiera
ción y el saqueo, robando cuanto p u
preocupación p o r las cosas trascenden
dieron, tan to en el tem plo com o en el
tes del país y del m undo y , fin alm en
cenobio. L o s daños no hubieran resul
te, que se dedicase a la construcción de
tado, empero, irreparables; pero acon
juguetes autom áticos con su relojero de
teció
cámara,
Juanelo
habiéndose cebado la soldadesca en las
“ Leed a L afuente— escribió
bien provistas despensa y bodega, h a
el insigne novelista y gran viajero don
llábase ebria al llegar la orden de eva
Pedro A n to n io de A larcó n en su d eli
cuar aquella comarca para unirse a las
el
T u rria n o .
fam oso
mecánico
una
especial
circunstancia:
que
ciosa obrita U na visita al M onasterio
tropas del m ariscal V íc to r. E n la pre
de Y u ste— y a llí veréis, auténticam en
cipitación de la retirada quedaron allí
te probado, que C arlos V fué el h o m
diez o doce gabachos durm iendo la b o
bre de siempre, con sus cualidades y sus
rrachera, en quienes se vengaron, m a
defectos y con la sabida originalidad de
tándolos
su condición, festiva y grave a un tiem
criados de la casa, que tan m altratados
po m ism o, dom inante, vehemente, v o
habían sido p o r los invasores. C o m o
a m ansalva,
los
colonos
y
qzacra que dos días esda su ausencia en ü
sospechando lo o
e z su busca una set que no h a lló a nadie pero sí grandes man il legar donde qued : r — pañeros, y a peí; las represalias, incen 'espitando destruida bosa del m ism o, o s< .rrcro S u e v o , salvár pío. el noviciado y C arlo s V . E l año
18 2 0 , en
m eatos de triu n fo d nonarias, fueron exp 'T2S lo que vendióse ^ r : r apellidado T a i ¿a tres años después. - je r a mente el partid •8 3 4 v o lv ió a teñe se -,
ya definitivam
roe los años y el 1 *er:e sacó el M onast rasca, siendo com pra 5 e M irabel, quien lo
r x ir a que lo amena cricn ces se han ven rras de protección ría les entran
ahora
p e n ó t e augurar pued c b k en p la zo no 1< «tracción del M o i
L o prim ero que c ro. a la derecha del a Y u ste. es la llam a ia d a esculpir por Fe zmíc
del lado Sudoc el M onasterio.
y a la par llana y sencilla, Ju lio C ésar” . D ispuesto por ejem plar de hum ildad, que ado debajo del altar m ayor i- a fin de que el preste, al nisa, pusiese los pies sobre allí estuvieron éstos hasta p : ¿ición de Felipe II fueron en 14 de enero de 1 5 7 4 y ai panteón de Reyes de £1 construido, es no ofrecen acontecimienTtancia en los restantes años V I ni en las dos centurias X V II
y
X V III.
Es en el
i r c del X I X cuando se re cio de la que sería la ruina icnum ento, con m o tivo de rrancesa. E l 12 de agosto lince días después de la gran seguida por españoles e in1 las tropas de S o u lt cerca ce la Reina, llegó a Y u s te rrancesa que merodeaba 1 esperando reunirse al de n te. H uidos los frailes, los tes >e dieron a la p ro fan a izz-:?
robando cuanto pu-
c en el tem plo com o en el s caf.os no hubieran resulo. irreparables; pero aconespecial
circunstancia:
que
:ebado la soldadesca en las 1 5 despensa y bodega, haal llegar la orden de eva-
quiera que dos días después fué adver
frontispicio, con fro n tó n en el que una
tida su ausencia en la colum na france
cartela o val muestra, en altorrelieve, la
sa, sospechando lo ocurrido, desplazóse
im agen sedente de San Jerónim o, y de
en su busca una sección de caballería
b ajo un recuadro alto, rectangular, con
que no h a lló a nadie en el M onasterio,
el gran
pero sí grandes m anchas de sangre en
T o is ó n de O ro , sustentado por el águ i
el lugar donde quedaron dorm idos sus
la exp loyada, de dos cabezas, entre las
compañeros, y
apelando, a su vez, a
las represalias, incendiaron el edificio,
quienes se vengaron, mam ansalva, 1
los
colonos
y
casa, que tan m altratados por los invasores. C o m o
rodeado
del
las coronas im perial y
real, y al pie, a los lados, las colu m nas sim bólicas repetidas a cada lado,
liosa del m ism o, o sea el llam ado C o n
con cintas en que está grabado el m ote
vento N u ev o, salvándose sólo el tem
P L V S V L T R A . D e b ajo de este recua
plo, el noviciado y las habitaciones dé
d ro existe otro, rectangular y apaisado,
C arlos V .
en el que está grabada en letras capi
E l año
18 20 , en u n o de los m o
tales la siguiente inscripción:
m entos de triu n fo de las ideas revo lu cionarias, fueron expulsados los frailes,
EN E ST A SA N T A
C A S A D E S.
tras lo que vendióse el M onasterio a un
H IE R O N IM O
señor apellidado T a rriu s, venta an u la
T IR O A A C A U A R SU V ID A E L Q. TODA
D E L A FE Y E N C O N S E R V A C IO N
18 3 4 v o lv ió a tener efecto la ex p u l
DE
sión, ya definitivam ente.
Q U IN T O , E M P E R A D O R R E Y
LA
GASTO
SE R E
nuevam ente el partido realista; pero en T ran scu rrie
LA
DE YU STE
da tres años después, en que se im puso
EN D EFEN SA
J U S T I C I A ,
CARLOS
ron los años y el m encionado adqui-
LAS
rente sacó el M onasterio a pública su
IN V IC T IS S IM O . M U R IO A
DE
ESPAÑ AS, C R IS T IA N IS IM O 21 D E
S E T I E M B R E D E 15 5 8 .
basta, siendo com prado por el M arqués de M irabel, quien lo salvó de la total ruina que lo am enazaba. A
partir de
Se penetra en el jard ín por la a n ti
entonces se han venido sucediendo las
gua puerta de la cerca, porticada, con
obras de protección y reedificación, las
tejado
cuales entran
fase que
lum nas. A llí, ante los añosos árboles,
permite augurar pueda ser realidad ta n
se evoca tod avía el nogal que la trad i
ahora
en
una
saliente sostenido por dos co
gible en p la zo n o lejano, la total re
ción afirma fué el que a cuya som bra
construcción del M onasterio.
se acogieron
los
anacoretas
que hace
seis siglos decidieron fun dar a llí el M o *
*
*
nasterio, y b ajo el cual tam bién repo
nariscal V ícto r. E n la pregabachos durm iendo la bo-
cuales se ven
im perial,
resultando destruida la parte más v a
:cm arca para unirse a las ? la retirada quedaron allí
escudo
saba L o prim ero que contem pla el v ia je
el
César, contem plando
durante
largas horas el agua de la fon tan a que
ro, a la derecha del cam ino, al llegar
a llí flu y e y
a Y u ste, es la llam ada M em oria m an
biente
respirando el fresco am
dada esculpir por Felipe II en un án
T a m b ié n perdura en la huerta la al-
de aquel
tan
deleitable lugar.
gulo del lado Sudoeste del m uro que
berca donde pescaba truchas el E m pe
cerca
rador,
el M onasterio.
T ie n e
form a de
siendo
ello
probablem ente
la
causa de su muerte, por el paludism o
gua form aron
una
galería cubierta
y
que a llí adquirió, term inando en pocos
que se com unica con la segunda. L a
días con su naturaleza, ya agotada por
primera de la izquierda tam bién tiene
el trabajo y el pertinaz reumatism o.
ventana a la terraza. L a segunda de la
Enfrente de la entrada se halla el que
izquierda, de 7,2 2 metros de larga y
fué palacio del Em perador, adosado al
5 ,5 2
m uro de la iglesia, opuesto al lado del
Em perador, con puerta al pasillo ju n
M onasterio,
to al ángulo Sureste, y otra en esviaje
mente
del que estaba com pleta
independiente,
de Este a Oeste.
con
T ien e
de ancha, fué el dorm itorio del
orientación
que da al presbiterio de la iglesia, por
dos plantas,
la que pudo oír la misa desde la cama
baja y alta, la prim era destinada a la
el César, cuyo sitio fué entre los m uros
dependencia y servidum bre, y la supe
m eridional
rior— para ascender a la cual no se h izo escalera,
sino
suave
ram pa
barandales— constitutiva
entre dos
realmente
de
la residencia. L a ram pa term ina en una am plia azotea cubierta, verdadero sa lón -m irador,
dividida
en
dos
naves,
con techum bre de vigas de castaño sos tenida por diez colum nas toscanas
y
barandilla corrida en la parte abierta, que es la del los lados Sur y Poniente. E n la terraza h a y una fuente pétrea, de un solo bloque, de form a octogonal por fuera y
redonda por dentro, así
com o tam bién un reloj de sol, labrado en piedra. Cerca del m achón central y próxim a a la fuente existe una piedra
y
occidental.
Esta h a b ita
ción tu v o una galería de dos pisos, co rrespondiendo el segundo al nivel de la estancia; pero se encuentra en ruinas, no conservándose más que la galería in
¿ r w . de estilo pía dos pisos de galería. El templo, de es g fe X V .
construidc
oese im afronte en el festón perlado b a jo se asienta el fro n tó ñas ventanas y o jo da es de m edio p u r bre pilastras. com isa, ciegos y
recua<
sobre la c fro n tón . S
tra íd o acertadamenti to rio em peño del m a
poco
de
adquii
consta de una sola 1 tros de lo n gitu d y
ferior, con pilastras y arcos de m edio
cubierta con bóveda
punto.
contigua,
arcos apuntados y
más pequeña, estuvo instalada la estu
dos que dividen el
fa. T o d a s las estancias aquí reseñadas
mos. y otro cuadra
En
otra
habitación
son de techo alto,
con chimeneas de
T ien e ábside de tres
piedra, techum bre de grandes vigas de
va un alto zó calo c
castaño
las paredes
res. perforado al lac
blanqueadas. L a plan ta baja de la te
puerta de dos hojas
y
tablas
lisas,
y
rraza es una construcción abovedada a
la celda del Emper.
m odo de patio cerrado, con cinco gran
son de arco p u n tead
des pilares de lad rillo con arcos escar
coro está en alto, s
seis colum nas herrerianas de
t bóveda rebajada,
piedra y arcos tam bién de lad rillo que
cu yos restos fueron
form an doce bóvedas de crucería planas
El altar hállase tan
y pequeñas, constituyendo tod o ello un
ser visible desde el o
a m odo de pórtico de las habitaciones
doce escalones de st
glo X V I , con alusiva leyenda. L a te
bajas, destinadas, com o ya se indicó, a
En una bóveda exisi
rraza tiene tres puertas, y encima h a y
la servidum bre, compuesta
side, con entrada p
un desván al que se sube p o r una esca
personas.
que, según la tradición, servía a C a r los V Y
para subir y bajar del caballo.
en la pared de la terraza cercana a la
m ansión se encuentra pintado
en
rojo ,
de
un escudo real finales
del
si
zanos y
de sesenta
la
lera de caracol. L as habitaciones son
D e l cenobio sólo quedaban m uros y
cuatro, separadas por un pasillo o g a
colum natas de los dos claustros, pero
lería de
m etros de lon gitu d y
actualm ente se procede a su reconstruc
2,58 de anchura. L a prim era de la de
ción; el más an tigu o de estilo gótico,
recha, de 5,60 de ancho, tiene ventana
construido
a la terraza, chimenea y un cubo-m ira
dos galerías, la inferior con pilares lisos
dor que con el de la habitación co n ti
y sin capiteles, y el segundo, o más mo-
1 5 ,5 8
de
piedra
granítica,
tu v o
huerta
del
con'
ataúd de C arlo s V , sobre dos p alom illa
ron una galería cubierta
y
nunica con la segunda. L a
derno, de estilo plateresco, tam bién de
cofre de madera, con tapa en form a de
dos pisos de galería.
pirám ide truncada, cuya caja, de figura
E l tem plo, de estilo gótico del si
la izquierda tam bién tiene la terraza. L a segunda de la de 7 ,2 2 metros de larga y icha, fué el dorm itorio del con puerta al pasillo ju n o Sureste, y otra en esviaje presbiterio de la iglesia, p o r o o ír la misa desde la cama y o sitio fué entre los m uros y
occidental. E sta habita-
ma galería de dos pisos, co do el segundo al n ivel de la so
se encuentra en ruinas,
ndose m ás que la galería inpilastras y arcos de m edio o tra
h abitación
contigua,
a. estuvo instalada la estulas estancias aquí reseñadas ic
alto, con chimeneas de
umbre de grandes vigas de tablas
lisas,
y
las paredes
. L a planta baja de la tez construcción abovedada a ó o cerrado, con cinco g ra n de lad rillo con arcos escar3 colum nas herrerianas de o s tam bién de lad rillo que bóvedas de crucería planas
g lo X V ,
construido
trapezoidal,
tiene
de
lo n gitu d
1,9 0
de m anipostería,
m etros y de ancho 0,53 por la cabe
tiene im afronte en el que existe sólo un
cera y 0,30 por los pies, de construc
festón perlado b ajo la cornisa en que
ción com pletam ente lisa, sencillísim a, y
se asienta el fro n tón , con tres peque
con asas de hierro, triangulares, dos a
ñas ventanas y o jo de buey. L a p o rta
cada lado y una a cada extrem o. E n
da es de m edio p u n to m oldurado, so
el m acizo de piedra en que se h a lla el
bre pilastras,
recuadrado por otras y
ataúd se ve colocado un tablero y en
tres arcos
él pintada la inscripción alusiva. C o m o
ciegos y fro n tón . Su interior, recons
es sabido, dentro de este ataúd, o rig i
cornisa,
sobre la cual h a y
tru id o acertadamente m ediante el m eri
nariam ente forrado de terciopelo, estu
torio Empeño del m arqués de M irabel,
v o colocada la caja de p lom o en la cual
a
M onasterio,
fué depositado el cadáver del E m pera
consta de una sola nave, de 3 6 ,2 8 m e
dor, hasta su traslación al Escorial, en
tros de lon gitu d y
10 ,4 0 de anchura,
la caja de p lom o , revestida de otra nue
cubierta con bóveda de crucería sobre
va que se construyó, quedando en la
arcos apuntados y
bóveda
poco
de
adquirir
el
pilares baquetona-
dos que dividen el recinto en tres tra
de Y u ste,
com o
recuerdo,
la
caja de castaño. Posteriorm ente fué co
mos, y otro cuadrado de la cabecera.
locada en el inaccesible nicho por dis
T ie n e ábside de tres lados, que conser
posición del gran benefactor del M o
va un a lto zócalo de azu lejos m udéja-
nasterio, el marqués de M irabel, a fin
res, perforado al lado derecho por una
de evitar que los visitantes hubieran
puerta de dos hojas que com unica con
dado en cortar pedazos del viejo ataúd
la celda del Em perador. L as ventanas
com o reliquias históricas de la época de
son de arco punteado, baquetonadas .E l
m áxim o
coro está en alto, sobre arco carpenal
fué contem plado el ataúd por u n o de
y bóveda rebajada, y carece de sillería,
nuestros más grandes genios contem po
cuyos restos fueron llevados a Cuacos.
ráneos, el insigne pensador U nam un o'
esplendor
hispano.
C u an d o
E l altar hállase tam bién elevado, para
escribió: “ N o podía apartar m i im agi
constituyendo tod o ello un
ser visible desde el coro, por lo que h a y #
nación de aquella caja de madera, h o y
pórtico de las habitaciones
doce escalones de subida al presbiterio.
vacía, en que el cuerpo de C arlos V de
adas
E n una bóveda existente debajo del á b
A lem an ia y I de España em pezó a h a
side, con entrada por ambos lados en
cerse p o lvo , mientras su espíritu acaso
la
el
caía com o una gota de llu via en la in
¿o sólo quedaban m uros y
ataúd de C arlo s V , colocado en lo alto
mensa laguna sin fo n d o y sin orillas de
de los dos claustros, pero
sobre dos palom illas de hierro. Es un
la eternidad de la H isto ria” .
com o ya se indicó, a
bre. com puesta
de sesenta
se procede a su reconstruc5 an tigu o de estilo gótico, de piedra
granítica,
tu v o
la inferior con pilares lisos s , y el segundo, o más m o
huerta
del
convento,
se h alla
OTROS
C A ST IL L O S
FORTIFICACIONES
ALCANTARA
DE LA
Y
PROVINCIA
pués, b a jo el em puje alm ohade, fué si tiada por A lfo n s o IX , quien la recon
E l hecho de haber sido construido
qu istó tras once meses de asedio, d án
en tiempos de T r a ja n o el fam oso pu en
dola a la O rden de C alatrava, su ta m
te sobre el T a jo , u n o de los mejores
bién gran cooperadora; pero los ca h -
del m undo, dió pie a numerosos escri
travos
tores para sentar la gratuita afirm ación
tan lejana se hallaba su casa m atriz, en
de haber existido
vista de lo cual la cedieron, en 1 2 1 8 , a
rom ana,
a llí una población
la cual quedó
desm entida.
Fué
en
la
rotundam ente época
árabe
no podían
la O rden
de San
defenderla,
Ju lián
y a que
del Pereiro
(fundada en 1 1 5 6 por don Suero F e r
cuando se estableció a llí la m isma, sin
nández, su prim er P rio r y M aestre),
duda
que en seguida se estableció allí, t it u
por
advertirse
la
necesidad
de
contar con fortificación que defendiera el paso, de capital im portancia para el
lándose la herm andad de Alcántara.
Orden
M ilitar
sistema viario de la región. Su nom bre
A partir de entonces, esta p laza ejer
p rim itivo , Cántarat-As-saif, que sign i
ció gran actuación bélica, tan to en las
fica puente de la espada (por la que se
guerras con P ortu gal, dada su situación
del
fronteriza, com o a causa de las disen
puente, tal vez constitutiva de un tro
siones y cismas de la Orden. E n 1295
encontró
sobre
el
arco
triu n fal
feo) , denota claram ente el origen sa
se apoderaron de ella los enemigos del
rraceno de la población. E l Edrisi ya se
joven rey Fernando I V el E m plazado.
refirió a ella, en el siglo X I I , pon d e
cuyos
rando la im portancia de sus defensas,
En
y poco después, en 1 14 3 , el rey A l f o n
abundaron
so V I I el Emperador la rescató, aunque
m ientos bélicos, tales com o la tom a de
leales
consiguieron
la prim era m itad en
recuperarla.
del siglo X I V
A lcán tara
los
acaeci
por poco tiem po, pues A lh á -e l G am i se
la plaza, por sorpresa, que realizó el
apoderó de ella en 1 1 6 4 . Fernando II
M aestre del T em p le, quien había m ar
de L eón la tom ó en 1 1 6 7 , donándola
chado a E xtrem adura para entregar al
a don A rm en gol, conde de U rg el, que
m onarca las posesiones de la disuelta
tanta
le había prestado en la
O rden y recibió a llí inmerecida h o sp i
empresa. V u e lta a perderse, poco des
talidad, teniendo que ser rendido por
ayuda
la fuerza,
los disturbios emanados
rra al m onarca lusitano por la ayuda
del m al carácter de los M aestres R u y
que prestaba al A rch idu qu e de A u stria.
V ázq u ez
y y
Ruy
P érez
M ald on ad o .
T r a s la batalla de N ájera (13 67) estu
E n 170 6 el M arqués de las M in as con siguió
rendirla,
aprisionando
en
ella
vo a llí Pedro el Cruel, m archando des
5.000 hom bres, con el correspondiente
pués
T rastam ara,
b o tín ; pero fué rescatada el 15 de d i
siendo de hacer notar que entonces h a
ciembre del m ism o año. E l anterior a
bía dos Maestres, u n o del bando del
la guerra de la Independencia, llegó a
m onarca legítim o y otro del rey usur
A lcán tara el gran ejército galo que, al
a
com batir
al
de
pador. E n el siglo siguiente fué tam
m ando de J u n o t, m archaba a invad ir
bién la plaza escenario de las banderías
P o rtu g a l, uniéndose a llí las tropas es
de la O rden prom ovidas p o r el C lavero
pañolas que habían de colaborar en la
M o n ro y , quien, a llí encarcelado, logró
empresa, de acuerdo con la alianza es
escapar
tablecida; pero después, ya en franca
merced
rom piendo
a su hercúlea fuerza,
cadenas
y
quebrantando
puertas, tras lo que se riñ ó en las inm e
lucha contra el invasor, el 19 de abril de
180 9, fué ocupada por el general
diaciones una batalla entre los dos b a n
francés Lapiche, quien com etió en ella
dos, ganada p o r el de M o n ro y , el cual,
desafueros,
pese a la com plicación surgida al in ter
ju n io
venir en su contra la ambiciosa duque
puente, ordenada por el m ariscal V í c
sa de A réva lo , cuyas mesnadas le com
tor. E n la primera contienda dinástica
batieron, consiguió rendir la fortaleza
del siglo X I X
y ser designado Maestre. E n
14 7 9 se
huidos de Cáceres ante la próxim a aco
reunieron a llí Isabel la Católica y su
m etida del general G óm ez, infinidad de
los
cuales
siguiente
con
culm inaron la
llegaron
volad u ra
en del
a A lcántara,
tía doña B eatriz de P ortu gal para esta
fu g itivo s, entre ellos las autoridades y
blecer la concordia entre am bos reinos.
el personal de organism os e institucio
C o n la asunción por la C o ro n a de los
nes oficiales,
portando
m aestrazgos de las Ordenes, A lcán tara
m entos,
Y
perdió im portancia. E n 15 0 5 se h a lla
caudillo legitim ista, en su ruta de re
ba m u y ruinosa la casa conventual, por
greso hacia el N orte, no habiendo p o
lo que don Fernando m andó edificar
dido salvar el T a jo por el puente del
otra nueva, que no fué term inada h as
A rzo b isp o ni p o r el de A lm a ra z, in ten
etc.
al
dinero,
saberse
docu
que dicho
ta el reinado de Felipe II. D uran te la
taría hacerlo por el de A lcántara, de
guerra de la
Independencia p o rtu gu e
cidieron im pedírselo, para lo cual in
sa fué m u y com batida A lcán tara por
cendiaron el maderamen con que varios
las tropas lusitanas, sitiándola en 1648
lustros antes se había reparado p ro v i
el
sionalm ente el arco destruido p o r los
general
don
Sancho
M anoel,
que
hubo de retirarse ante la llegada del
franceses. *
B arón de M o llin gen y el C orregidor de
*
*
Cáceres, don R o d rig o Flores, con im portantes
refuerzos.
En
la
guerra
de
E l castillo y las m urallas de A lc á n
Sucesión estuvo en esta v illa Felipe V
tara, de los que hablan las crónicas des
( 1 7 0 3 ) , declarando desde ella la gue
de el siglo X I I I , son de origen árabe, y,
— 117 — #
I
pese a su im portancia pretérita, de ellos
siglo X V , o sea cuando el M aestre de
sólo quedan restos, p o r lo que no cabe
la O rden de A lcántara, don G utierrez
discernir cuál fué la parte reconstruida
de So tom ayo r fortificó parte de la villa.
después de la reconquista de la plaza.
E l recinto am urallado se extendía en
E l castillo, en el que, además de la fo r
lo n gitu d de un kilóm etro, pero no cabe
taleza propiam ente, estuvo la iglesia y
precisarlo con exactitud, ya que se ha
convento de la O rden antes de cons
perdido la fisonom ía del recinto a cau
truir el de San B en ito, dentro de la
sa de la considerable retirada de m ate
villa, se halla situado al lado occiden
riales para ser u tilizad o s en obras m o
tal del caserío, en una eminencia del
dernas. Se sabe que en las m urallas se
terreno.
abría una puerta m usulm ana llam ada
La
torre
era de plan ta
cua
drada, y tan to ésta com o las dos corti
de Jartin, con
nas, en parte subsistentes, del interior
nom bre de A lh á , el clemente, el mise
de la fortaleza, al lado m eridional, de-
ricordioso. Esta obra m andó hacer H a
notadoras de las grandes dimensiones
cen -A m ed. ..
que las mismas tuvieron, son de m ani
m entales que antes m encionam os figu
En
la
inscripción:
En
el
las referencias docu
postería de pizarra con m ortero de are
ra que dicho M aestre edificó de sillería
na y cal. Se cree que esta parte debió
la
de ser hecha en la prim era m itad del
principal de la villa , y am plió la plaza
llam ada
Torre
Blanca,
la
puerta
con parte de lo que ocupaba la torre de Matacabras.
Esa puerta
aludida
debe
de ser la llam ada de la Piedad (por la imagen venerada en una capilla exis tente sobre el a rc o ), reconstruida en 17 0 4 , la cual se encuentra en la parte occidental del pueblo, o sea al lado del castillo, entrada p rincipal yendo a él
■oto con seis arcos,
desde el puente.
¿ e kxs dos mayores
Este, que es M on u m en to N acional, merecería consagrarle aquí un
espacio
Kgnxentes,
logrant
del que carecemos, com o la obra rom a
jes em pujes de la
na que más ha sido objeto durante si
cabeceras ap oyan ei
glos de estudios en los diversos aspec
áe las orillas. Su
tos históricos y descriptivos, p o r lo que
r n n ític a , perfectam
su b ib lio g rafía es copiosísim a. Se halla
ts. en seco: consta
situado a 400 m etros al N oroeste de
a=tes se d ijo , cinco
la población, en la que fué vía rom ana
— «
que arrancando de N orba (Cáceres)
Alcántara.— Iglesia conventual de San Be nito. (Dibujo de M. O urvantzoff.)
progresivam ente mi
se
qne la refue
tr.z n fa l que se abi
dirigía a E eja, y fué obra atrevida del
Frente, y tiene las
arquitecto
J u lio Lacer,
ses: 194 metros de
term inada en el año 10 6 antes de Je
ás 1,3 0 que sum
sucristo. D ich o artífice consiguió un puente altísim o, salvando la distancia
»)
— 118 —
rom ano C a y o
de anchura.
xx desde el fon<
i cuando el M aestre de Icántara, don G utierrez rrtificó parte de la villa, rallado se extendía en kilóm etro, pero no cabe la c titu d , ya que se ha cm ía del recinto a caurable retirada de mate:::lizados en obras m o que en las m urallas se :a m usulm ana llam ada La inscripción:
En
el
á. e l clemente, el miseobca m andó hacer Haz lis
referencias docu-
-:cs m encionam os figuU-:;:r; edificó de sillería « t
Blanca,
la
puerta
rilla. t am plió la plaza que ocupaba la torre de i
r -e r ta
la i t i
aludida
debe
'.z Piedad (por la
-ir. una capilla exis-
ir z:
reconstruida en El Puente de Alcántara. (Dibujo de M. O urvantzoíf.)
r encuentra en la parte ceb lo, o sea al lado del i principal yendo a él M on u m en to N acional,
sólo con seis arcos, desiguales, vo ltean
agua;
do los dos m ayores en m edio, y dando
principal, 4 0 ; desde el com ienzo de d i
progresivam ente m enor diám etro a los
cha
desde ésta a la clave del arco clave
al
piso,
4,
y,
finalm ente.
erarle aquí un espacio
siguientes,
contrarrestar
14 del arco de t r iu n fo ) . E l arco m a
:s. com o la obra rom a-
los empujes de la parte central, cuyas
y o r tiene 28,06 metros de luz. L o s ar
sido objeto durante si-
cabeceras ap oyan en los vivos peñascos
cos son de m edio punto, con doble do-
; en los diversos aspee-
de las orillas. Su fábrica es de sillería
velaje.
descriptivos, p o r lo que
granítica, perfectamente labrada, senta
inscripciones rom anas, tod avía conserva
es copiosísim a. Se halla
da en seco; consta de seis arcos, com o
algunas
rr.etros al N oroeste de
antes se d ijo , cinco pilares y los m ale
lado
la que fué vía rom ana
cones que la refuerzan, más un arco
m entaria del puente, existe un pequeño
se
triu n fal que se abre en el m edio del
tem plo rom ano, de planta rectangular,
t- fué obra atrevida deí
puente, y tiene las siguientes dim ensio
con escalinata, dedicado a César, el cual
no C a y o
J u lio Lacer,
nes: 19 4 metros de largo, 6,70 metros
se h alla bastante bien conservado.
año 106 antes de Je-
(más 1,30 que suma la de los antepe
artífice
chos)
de N orba (Cáceres)
consiguió
un
salvando la distancia
logran do
de anchura, y
así
71
de alto (13
metros desde el fo n d o a la superficie del
Aunque alto
izquierdo,
Tan cabría
de
extensa hacer la
desaparecieron va lo r com o
com o
varias
epigráfico. parte
su
Al
com ple
descripción
porm enorizada reseña
de las vicisitudes experimentadas por el
— 119 —
r gran m onum ento, entre las que figuran
nuestra E ra; vía llam ada en la época
r r r de Aragón
sus restauraciones; historia, com o seña
m edieval la G uinea, y
que posterior
« m ín en te, a La
la M élida, harto triste, denotadora del
mente se denom inó tam bién, p o r co
Lisie y a la du<
pobre papel que, en ocasiones, desem
rrupción fonética, C a m in o de la Plata,
peñan las grandes creaciones del inge
que desde M érida iba a N arbona, p a
ra la torre del
nio y del espíritu genitor de la belleza
sando por Salam anca, A sto rga, Z a r a
ha faltad o quie
ante las contingencias derivadas de la
g oza y T a rra go n a . D e la época rom a
S a r a del siglo
incom prensión y el afán de lucha de
na perduran los restos del castro, con
i» los sarraceno K -a s que sosti
D e lo que fi
y a fué corta
grandes trozos de m urallas de sillería
do el prim er arco, no se sabe si por los
granítica, form ando un recinto cuadra
á e s r z iio
caballeros de C alatrava, para tom ar la
do que se ha supuesto fuera cuartel ge
F 'x x ip n
p laza a los sarracenos, o por éstos con
neral de B ru to , al que en tiem pos m e
« T r ia r e m o s . E
el fin de im pedir su pérdida. L a segun
dievales se agregaron torres defensivas,
r*aes su traza r
da m utilación, aunque pequeña, sufrida
y fragm entos del puente, llam ado por
te . acaba por la
p o r el m onum ento, fué en 1 4 7 5 , d u
las gentes del país de M antible, n o ta
de e sp o ló n ), co
rante la lucha sucesoria entre C a stilla y
ble ejem plar arquitectónico del pueblo
n a n o s aprovech
P o rtu g a l, después de la cual, al ser re
del L acio, que debió de tener 250 me
u ñ o s a s a llí ex
parado,
tros de lon gitu d. E l nom bre de A lco -
en el ángulo
los hom bres. E n
quedó
12 18
un
tan to
alterada
su
a'm e por ]
nétar procede de la v o z Alconetara, o
recinto am uralla
segundo puente (el prim ero era el exis
logo a otro, ya
arco prim ero por los portugueses, que
tente sobre el A lm o n te)
dando
los árabes.
es el lado diai o p c ió n , a unos
prim itiva fisonom ía. E n Sucesión
fué
la guerra de
nuevam ente
reparado
en
cortado
tiem po
de
el
C ar
Suponen
que le dieron
los historiadores
que en la altura del cerro form aron los
ra. lo cual denot
dencia, lo fué tam bién, según y a d iji
invasores ese im portante núcleo de p o
de puente le va di
mos, y, reparado en madera, decidióse
blación
fortaleza. E n la tes se abren pee
los III. Después, en la de la Indepen
de
referencia,
defendido
por
quem arla en la guerra carlista. Q uedó
fuerte castillo, pero se ignora cuándo
restaurado a m ediados de siglo, term i
se inició la ruina del puente y poblado,
nando las obras en 18 6 0 , b ajo la d i rección del arquitecto don A lejan d ro
si bien cabe creer fuera a finales del si
coronación tiene - - a de canes, ui
glo X I I I . L o s datos que existen acerca
frente un m atac
M illán .
de las vicisitudes históricas de A lconé-
casi por completi
ALCONETAR
tar son su prim era reconquista por F er
ra de los frentes
nando II de L eón en 1 1 6 7 , y la defi
tros,
nitiva por A lfo n s o I X
en
12 2 5 , p a
y
los
coj
I3-05- A poco <
cuyas ruinas
que la O rden M ilita r del T e m p le tenía
ñ o r se ve, a la i escalera que cond
se hallan en el térm ino de G arrovillas,
en la región, llegando a ser capital de
frente, la puerta
ju n to a la confluencia de los ríos T a jo
una
donde se adviert piso que h u b o o
Fué la de este nom bre una población de
relativa
im portancia,
sando a form ar parte de las posesiones
Encom ienda
com prensiva de v a
y A lm o n te. Se cree que antes estuvo
rios pueblos lim ítrofes. E n
a llí la rom ana T u rm u lu s, que figura en
fonso X el Sabio la donó a su h ijo , el
el Itinerario de A n to n in o , al lado de
infan te don Fernando. E n el siglo X V
la fam osa V ia lata, term inada de cons
pertenecía
en
señorío
a
12 6 8 A l
la
condesa
de otra superior, la bóveda de cai M ientras
la
I
truir por m andato del P retor P u b lio
de A lburquerque, casada con el in fa n
en el pasado del
L icin io
te don Fernando de A ntequera, luego
por los tropas n;
Craso,
el
año
95
antes
de
— 120 —
llam ada en la época nea, y
que posterior-
inó tam bién, por co-
rey de A ra g ó n , pasando después, suce
guerra de la Independencia, com batien
sivam ente, a la casa condal de A lb a de
do a las cuales sucum bió frente a él el
L iste y a la ducal de Frías.
capitán
español
don
José
Berenguer,
. C a m in o de la Plata,
D e lo que fué A lcon étar sólo perdu
cuyo sepulcro se halla en el m ism o lu
i iba a N arbona, pa-
ra la torre del castillo, que aunque no
gar en que cayó gloriosam ente, la tra
■.ir.ca. A sto rga, Zara-
ha faltad o quien la conceptúe obra cris
dición m antiene la curiosa leyenda si
a
D e la época rom a-
tiana del siglo X I I , debieron de erigir
guiente, que explica el nom bre dado a
rzstos del castro, con
la los sarracenos, a ju z g a r por las m én
la T o rr e : E n los tiem pos de la A lta
e m urallas de sillería
sulas que sostienen el casi totalm ente
E d ad M edia era señor del castillo el
i : un recinto cuadra-
destruido
nesto fuera cuartel ge-
Floripes, p o r
alm enar;
torre
la leyenda
llam ada
de
que después
fam oso
Fierabrás, rey
de A lejan d ría,
que disputaba a C arlo m agn o el d o m i
1 que en tiempos me-
explicarem os. Es de plan ta pentagonal
nio del m undo. Sentía el sarraceno in
iron torres defensivas,
(pues su traza rectangular por una p a r
sanos deseos hacia su bella y anim osa
p orate, llam ado por
te, acaba por la otra en ángulo a m odo
herm ana, la princesa Floripes— m on s
is de Si antible, nota-
de e sp o ló n ), construida con sillares ro
truosidad que entonces no era rara en
■lectónico del pueblo fció de tener 250 me-
m anos aprovechados de las edificaciones ruinosas a llí existentes. Está em plaza
r.cmbre de A lco -
da en el ángulo Noroeste de lo que fué
escuchar los requerim ientos del rey, es taba ciegamente enam orada del p aladín
.2 v o z Alconetara, o
recinto am urallado, com o bastión aná
G u id o de B orgoña, prim o del m onarca
d prim ero era el exis-
logo a otro, ya desaparecido, que hubo
galo, a quien había tenido ocasión de
r r c - te
adm irar en algunos torneos. A
historiadores
en el lado diam etralm ente opuesto al espolón, a unos cuatro metros de a ltu
áel cerro form aron los
ra, lo cual denota la necesidad que hubo
con
de puente levad izo para penetrar en la
ellos prisioneros del m uslim e, que m an
fortaleza. E n la parte alta de los fren
dó encerrarlos en el castillo del pu en
tes se abren pequeñas ventanas, y por coronación tiene, sobre una fila co n ti
te de M an tible. E ra alcaide de la fo rta leza un m oro m u y adicto a Fierabrás,
nua de canes, un antepecho, y en cada
llam ado Brutam on te, que fué advertido
tos que existen acerca
frente un m atacán. E l alm enar aparece
por aquél de la im portancia que reves
h :s::r::as de A lconé-
casi por com pleto destruido. L a an ch u
tía la custodia de los cristianos;
ra de los frentes es: el m enor, 6,85 m e
he aquí que, averiguado por Floripes
que le dieron
■es los
ortante núcleo de p o tada.
defendido
por
ero se ignora cuándo del puente y poblado,
fu ta a finales del si
1 reconquista por Fer■ - en 1 1 6 7 , y la defi30 I X
en
12 2 5 , p a
sarte de las posesiones ::ar del T e m p le tenía an d o a ser capital de com prensiva de vatrofes. E n
126 8 A l
ia d on ó a su h ijo , el indo. E n el siglo X V
tre los m usulm anes— , la cual, lejos de
poco
resultó herido G u id o en un com bate, otros caballeros, quedando
todos
mas
perpendiculares,
el paradero de su am ado, acom pañada
13 ,0 5 . A poco de penetrar en su inte
por tres de sus doncellas de más con
rior se ve, a la izquierda, una estrecha
fianza, se presenta ante la torre en una
escalera que conduce a la terraza, y, en
lóbrega noche y , alum bradas por teas,
frente, la puerta de una am plia cámara
consiguen subir a ella. B ru tam on te les
donde se advierten los mechinales del
da el “ ¡quién v iv e !” , a lo que respon
tros,
y
los
costados
piso que hu bo otrora com o separación
den que son tres mujeres, tras lo cual,
de otra superior, a la que corresponde
bajada la poterna, el alcaide reconoce a
la bóveda de cañón
la herm ana de su señor, que le pide
M ientras
la
tod avía existente.
H istoria
sólo
registra,
hospitalidad.
Entonces, aquella
audaz
ñ o río a la condesa casada con el infan -
en el pasado del castillo, su utilización
m ujer saca un pu ñal que clava en el
de Antequera, luego
por los tropas napoleónicas durante la
corazón del m oro, logran do así apo-
L o s A lm a ra z eran enemigos acérri
E n esta fortale
escala que arroja al antro, salen G u ido
mos de los M o n ro y , según ya exp lica
de las M in as, C
de
m os al ocuparnos de Plasencia;
tropas aliadas d<
derarse de las llaves. V aliéndose de una B orgoñ a
y
sus
compañeros,
que
pero
eran el intrépido O liveros, el infante
aquellas enconadas diferencias existen
que de A u stria
G uarinos
tes entre las dos poderosas fam ilias des
Sucesión,
y
R icardo
de
N orm an día,
el
añc
quienes, a instigación de Floripes, te
aparecieron
casamiento
1 7 1 # , estuvo aü
merosa de la venganza de su herm ano,
de H ernán R o d ríg u e z de M o n ro y con
trataba de imped
tom an armas y caballos para defender
Isabel de A lm a ra z, am bos vástagos de
:o portugués cor
las mismas, que tan to se com batieron
dos. tras Ic que,
se. N o tardó el m oro en conocer lo a llí
en
virtu d
del
sucedido, p o r lo que, ciego de ira, puso
a partir de la alevosa muerte del jefe
ras. m archó a El
sitio a la inexpugnable torre, esperando
de la prim era, luego vengada por su
Eaviciosa, que ti
que se rindiera por ham bre. C o m o en
h ijo en la persona del autor del crimen.
para su causa.
tal grado llegaron a sufrirla los asedia
P o r ello la v illa de A lm a ra z pasó a los
dos, decidieron m archara G u ido a in
M o n ro y y , luego, al condado de O ro -
form ar a C arlo m agn o de su apurada si
pesa, refundido después en el ducado
puente sobre el T
tuación,
de Frías.
'c metros al Sur d
saliendo
al
efecto
por
una
E l castillo de A lm a ra z debió de ser
puerta secreta, no sin dejar a Floripes
A I ocuparnos < x jo s
o m itir la re
cruza la carretera
transida de d olor ante la incertidum bre
edificado
m ayo
•tura. L o costeó 1
de
razgo o por su inm ediato sucesor. D e
a I 5 3 7> que tuv tro Pedro U ría á
su destino.
M as
el
éxito
coronó
por
el fun dador
del
un
él sójp queda una torre defensiva, p ar
buen día el Em perador de la barba flo
te sin duda de obra fortificada más e x
>bras. Es parecido
rida, se presentó con sus huestes ante el castillo, venciendo a la m orism a que lo
tensa, con m urallas. Está situada sobre
u k a , ya que no ei
lugar
® de A lcántara,
sitiaba, cu yo rey quedó hecho p risio
villa, que h o y form a parte de una fin
¿os arcos el anchi
nero, tras lo cual rescató a sus caballe
ca perteneciente a la casa marquesal de
a de 1 2 7 metros
ros y a Floripes, que entregó su blanca
la R om ana. Es de plan ta rectangular,
!a anchura, de 6
m ano al apuesto G uido,
con estructura de sillería y m am poste-
L os arcos tienen
aquella
arriesgada
empresa,
pues
ALM ARAZ
dom inante,
al
Noreste
de
la
ría, y sus dimensiones son 10 ,2 5 m e
metros el m ayor
tros de largo, 7,90 de ancho y 14 de
do. E n la guerra
alto. E n la parte superior existe un m a tacán a cada lado, y en cuanto a hue
N o se tienen datos de esta población
18 0 9)
el general
rruir el arco cent
cos tiene tres: al N orte, la puerta, con
•rancés M arm on t 1
dintel sustentado por dos grandes m én
do restaurado en 1
real privilegio, le fué concedido su tér
sulas, bastante
don Joaqu ín Ibáñi
m ino al caballero Blasco G óm ez de A l-
destaca un m otivo heráldico, en relie
anteriores al siglo X I V ,
en que, por
juntas,
en
cuyo
bisel
m araz para que lo poblase, dándole su
ve;
nom bre y fu n dand o en él un m a y o ra z
p u n to casi apuntado, de seis dovelas, y
go.
al
Esta donación
la confirm ó E n ri
al Oeste, una ventana Sur
otra
ventana,
m uy
de m edio ALM 1
pequeña,
que III el 12 de m arzo de 13 9 5 , en fa
tam bién en arco apuntado form ado por
Este castillo se ana elevada cumbn
vor de don D iego G óm ez de A lm a raz,
dos piedras. E n el interior h a y un z a
com o prem io a los servicios prestados
guán con bóveda de cañón apuntado,
ridional de la Sie
por el m ism o a Juan I, padre y antece
de lad rillo, a la derecha del cual está la
kilóm etros de la ^
sor de dicho monarca.
escalera para subir a la parte alta.
y p róxim o tambié
D on
M igu el,
desde donde se dom ina
r a a enemigos acerri-
E n esta fortaleza se a lo jó el marqués
)v. según ya explica-
de las M inas, General en Jefe de las
un vasto panoram a, hasta el extrem o
¡ de Plasencia; pero
tropas aliadas defensoras del A rch id u
de
• ¿::'ír-:r.::as existen-
que de A u stria
ciudades com o
: rrad
Sucesión,
del
fam ilias descasamiento
durante la guerra de
poder
contem plarse Cáceres,
en
la
lejanía
Salam anca
y
en
C iu d ad R o d rigo, distantes las dos p ri
1 7 1 0 , estuvo a llí el rey Felipe V , que
meras a más de un centenar de k iló m e
el
año
170 6.
Después,
~£-z ce M o n ro y con
trataba de im pedir la unión del ejérci
tros. A rquetipo, de las fortalezas r o
res vástagos de
to portugués con el de los confedera
queras— de las que h a y varias en esta
se com batieron
dos, tras le que, reorganizadas sus tro
parte de la provincia— , es de origen
~ ::c — uerte del jefe
pas, m archó a librar la batalla de V i-
sarraceno,
:::
llaviciosa, que tan gran éxito supuso
construcción del siglo X I . E l rey F er
para su causa.
nando II de L eón la rescató del infiel,
v m ;a d a por su
d d autor del crimen.
datando
probablem ente
su
donándola a don A rm en gol, conde de
¡ A ln a r a z pasó a los
A l ocuparnos de A lm a ra z no pode
i' : m ia d o de O ro-
m os om itir la referencia a su fam oso
U rgel, pero a poco
en el ducado
puente sobre el T a jo , situado a dos k i
en poder de la M edia L u n a. E n 1 2 1 2
lóm etros al Sur de la villa , por el que
fué reconquistada por A lfo n s o I X
i t a a n z debió de ser
cruza la carretera general de E x trem a
L eón , cuando m archaba contra A lc á n
- z is iz r
del
m ayo-
dura. L o costeó la ciudad de Plasencia
tara, O rden a la que después pertene
, — ii: i: z
cayó nuevam ente de
sucesor. De
en 1 5 3 7 , que tuvo encargado al maes
ció. E n
cocre iefen siva, par-
tro Pedro U ría de la dirección de las
Suárez, m uerto ya en M on tiel, Pedro
~í rrrrm cada más ex-
obras. Es parecido, en cuanto a la téc
el C ruel, puso el castillo al servicio del
13 6 3
el M aestre don M elén
nica, ya que no en su belleza, al fa m o
rey Fernando
la
so de A lcántara, pues salva con sólo
fratricida T rastam a ra ; pero, triunfante
r_i rirre de una fin-
dos arcos el ancho cauce. Su lon gitu d
éste, vo lv ió , com o las demás fortalezas
¿ E íta situada sobre al
Noreste
:m
de
de P ortu gal,
contra
el
— arquesal de
es de 1 2 7 m etros; su altura, de 38, y
de la O rden y sus dignidades, al servi
rectangular,
la anchura, de 6,80, sin los pretiles.
cio del m onarca castellano.
:
■ lo ia y mam poste-
L os
2 3,93
D uran te las luchas intestinas de la
:-
metros el m ayor y 16 ,6 9 el ap u n ta do. E n la guerra de la Independencia
O rden, entre las fam ilias Solís y M o n
(18 0 9 )
prim era,
m .2 5
j i t ancho y
me-
14 de
:r*:r.:r existe un ma-
arcos tienen
de
diám etro
el general Cuesta m andó des
roy, este castillo estuvo de parte de la pasando,
cuando
m urió
el
r en cuanto a hue-
truir el arco central para im pedir al
M aestre don G óm ez, al servicio de don
4octe. la puerta, con
francés M arm on t el paso del río, sien
Juan de Z ú ñ ig a , h ijo de los duques de
c r i c s grandes m in
do restaurado en 18 4 5 p o r el arquitecto
A réva lo ,
eras.
don Joaqu ín Ibáñez.
com petidores, a quien la entregó el a l
en
cuyo
bisel
ana.
m uy
de
todos
sus
A lo n so de M o n ro y , C lavero y , después,
de m edio
io. de seis dovelas, y
ya
caide G o n zalo de la P lata. C u an d o don
heráldico, en relieventana
triu nfan te
ALM ENARA
M aestre de A lcántara, se v ió libre de su
pequeña,
prisión
en
M agacela,
reunió
en
cn ta d o form ado por
Este castillo se h alla situado sobre
M on tán ch ez una im portante hueste de hom bres de armas con la que subió a
interior h ay un z a
una elevada cumbre en la vertiente m e
de cañón apuntado,
ridional de la Sierra de G ata, a tres
la Sierra de G ata, apoderándose de A l
echa del cual está la
kilóm etros de la v illa de este nom bre
m enara, que algún tiem po después v o l
1 la parte alta.
y p róxim o tam bién a la de T o r r e de
v ió a la obediencia de Z ú ñ ig a. E n 1 4 7 4 ,
— 123 —
tras la muerte de Enrique I V , fué C o
ceres, p róxim os a la carretera de M é-
m endador de esta fortaleza, por los R e
rida. M u y cercanos entre sí, para d is
yes C atólicos, don D iego de A m ay a .
tin guirlos
T ras
aquella
castrense
im portante
al
m ayor, que se asienta en una lom a, y tuado en el pequeño valle. E l paraje
tan to
constitu yó una im portante dehesa deno
ruinosa y abandonada, a ju z g a r por la
m inada de la A rgu iju ela o A lguixuela.
porm enorizada
g lo X V I
m ediados
de
de A rriba
de A b a jo al m enor y más m oderno, si
a
decadencia
denom ina
si
que
la
se
la
fortaleza,
iniciase
actuación del
se encontraba ya un que
de
la
p o r donde cruzaba la fam osa V ía tata
visitadores
de
la
o Guinea, la calzada rom ana en su tra
O rd en en 29 de ju lio de 15 4 9 y en
m o de M érida a Cáceres, enclavada en
158 1,
encontrado
la jurisdicción que se asignó a la ú lti
en el archivo del notario que fué de
ma población nom brada tras ser recon
T o rr e
R am ón
quistada la plaza definitivam ente. L o s
M an za n o . E ra una torre pentagonal de
primeros datos históricos que acerca del
m anipostería y cantería labrada en las
m ism o se tienen son del reinado de A l
esquinas, con im portante barrera exte
fonso X el Sabio, m onarca que, defe-
rior. P o r una escalera pétrea y
riendo a petición del com ún de vecinos
mism a
descripción
hicieron curioso
los
docum ento
de D o n
M igu el,
don
luego
m ediante otra de m ano se subía a la
cacereños, exp id ió real carta a fa vo r de
puerta. E l interior tenía varios pisos,
García R o d ríg u ez, de C iu d a d R o d rigo,
en cuyos
ventanas,
y Fernán G óm ez, de Soria, para que
existiendo arriba una gran terraza, a
pudieran establecerse a llí con sus gan a
m odo de p laza de armas, con su alm e
dos. A m ediados del siglo X V , la m i
naje adecuado para la defensa. A c tu a l
tad del predio había pasado a poder de
mente sólo se conservan los cinco m u
la fam ilia B lá z q u e z de Cáceres, y
ros, que muestran en sus esquinas la so lidez de su construcción, y los huecos de
otra
ilustres estirpes de la v illa : G alín d ez.
dos ventanas, una de ellas a dos metros
G o n zález, A lfó n , U llo as, Riveras, A l-
m uros
se abrían
m itad
quedó
subdividida
la
entre
del suelo, con aspecto de ser más bien
danas, H o lgu ín , Paredes y
puerta. E l piso del interior se encuen
L a parte de los B lá zq u e z pasó a la de
tra elevado por la acum ulación de tie
los O va n d o , u no de cuyos miembros,
Saavedras.
rra y escombros de lo que fueron te
don H ernán, casado con doña L eon or
chos y demás, materiales que han ta
A lfó n de O va n d o , edificó el castillo del
pado el excelente aljibe m encionado en
alto zan o , o sea el m ayor, y su h ijo , don
el acta de los visitadores.
Francisco de O va n d o , tras perm utar o com prar todas las parcelas de la m itad que no le pertenecía, con lo que la fin
A R G U IJ U E L A S
ca quedó redondeada, acom etió la cons trucción del castillo de la llanura. P o r
Son dos los castillos conocidos con este
nom bre,
situados
en el
ello, a partir de entonces se denom ina
térm ino
ron en plural, o sea castillos de las A r
m unicipal de A ldea del C an o , a poco
güí juelas, y aunque después las fo r ta
m ás de • veinte kilóm ; * •etros al sur de\ Cá-
lezas fueron
— 124 —
dótales de dos vínculos,
considerándose d ividida la finca en sen
por
das partes, durante tres siglos radicó el
con P ortu gal, en la de Sucesión, en la
Señorío de am bas en la m ism a persona.
de la Independencia y en las civiles de
En
reinando C a r
la últim a centuria, lo cual no deja de
los III, poseía los castillos don V icen te
ser curioso, ya que, com o apunta H u r
Francisco A n to n io de O va n d o y R o l de
tado, se trata de “ construcciones de re
la Cerda, marqués de Cam arena la V ie ja
sistencia
y C a p itá n General, que gozaba de gran
m ilitares” . A m b o s
y
el siglo X V I I I ,
sus cercanías durante las guerras
com o
dedicadas
a
de traza
baluartes gótica
y
merecido ascendiente en las áulicas
bastante semejantes en su general li-
esferas; pero Como consecuencia de h a
neam iento, aunque de m ayores p rop or
berle reclam ado dicho títu lo y el m a y o
ciones el de arriba, se encuentran m u y
razgo a él vin cu lad o, otro m iem bro de
bien conservados merced a repetidas re
la fam ilia O van d o, prim o suyo, el tri
paraciones. E stán construidos de fuerte
bunal com petente estim ó le asistía a éste
m am postería y refuerzos esquineros de
m ayor derecho a poseerlos, y por ello le
sillares, con salientes torres cuadradas y
fueron adjudicados, si bien el m onarca,
circulares,
queriendo patentizar la alta estima en
festón de m odillones, y tienen ventanas
que tenía al desposeído, le concedió el
repartidas en cortinas y torres. A m b o s
m arquesado de Cam arena la R eal.
A
carecen de foso, pero el de abajo cuenta
partir de entonces aquellos unidos v ín cu
con un recinto m urado exterior que fué
los quedaron separados. E n el ú ltim o
construido en el pasado siglo.
buen
alm enaje
sobre
bello
tercio del siglo X I X , el castillo de las Arguijuelas de Arriba era propiedad de B E L V IS D E M O N R O Y
don García de Arce y A p o n te, marqués del R eino, que es fam a estableció a llí la entonces
más
im portante
A u n q u e en sus cercanías fué descu
explotación
agrícola de E xtrem adura, mientras el de
bierta una
las A rguijuelas de A b a jo seguía en la
sabe que h aya existido población ante
necrópolis rom ana,
no
se
rama del m arquesado de Cam arena la
rior en el lugar donde se h alla este pue
Real, unido p o r herencia al m arquesado
blo, m u y p ró x im o al T a jo , aguas arri
de T o rre o rg a z, cu yo títu lo poseía a la
ba de A lm a ra z. Su térm ino fué cedido
sazón doña Mercedes A p o n te y O rtega,
por Fernando III el Santo, tras recon
madre del nom brado don García y es
quistarlo, a la ciudad de Plasencia, y el
posa, en segundas nupcias, de don M i
nieto de aquél, Sancho I V el Bravo, lo
guel Jaló n
marqués de
d on ó por p rivilegio a su vasallo F er
L o s castillos de las A rgu iju elas care
con treinta vecinos, siendo éste quien
y
L arragoiti,
nán P érez del B ote para que lo poblase
Castrofuerte. bélica,
edificó v illa y castillo. Su nieto, A lo n
pues no h a y noticia de que nunca h a
so Fernández del B ote, creó el m ay o
cen, com o vem os,
de historia
yan sido objeto de asedios, asaltos o sa
razgo en 1 3 2 9 . L a h ija y heredera de
queos, por lo que únicam ente cabe pen
éste, Teresa, casó con Juan A lfo n s o de
sar que sirvieran com o lugar de breve
A lm a raz,
aposentam iento a los ejércitos al pasar
nom bre, a cuya fam ilia ya nos hem os
— 129 —
señor
del pueblo
de dicho
tendiendo el Mae
'támekKg
para su h ijo , don ría castigar una si metida con ella p< a quien tenía por te, los descendiente tuvieron el condac corporado al de < Hegaron a ser du< T o le d o , tan empei los M o n ro y en la - E l castillo de E más im portantes de hace que tan to ha' haber evitado su ru en el lado suroeste ta, tanto por su p] dado el proceso de no respondió a un ] de distintas épocas, versas construcciom todas con finalidad
Castillo de Belvis de Monroy. (Dibujo de M. O urvantzofí.)
ju n to denota la tra fortaleza
referido
repetidamente
en
precedentes
fo rzu d o s e indóm itos, hasta tal punto
a la
mo
edificado de mame
páginas. Descendiente de este m atrim o
que varios de ellos se hicieron la gue
consta de dos recii
nio fué D iego G óm ez de A lm a ra z, v in
rra, llegando a tener presa a su madre
exterior de nueve la
dicador del asesinato de su padre por
en este castillo durante dieciocho años,
cinco, y de una te
Fernán R o d ríg u ez de M o n ro y , a quien
obligada, pese a su gran temple, a h a
vada de defensa co
m ató, a su vez, cortándole la cabeza,
cer y deshacer testamentos contra su v o
rre del hom enaje y
que llevó com o trofeo a su castillo de
luntad,
coaccionada.
Occidente. E l p rin
B elvis, colgándola de una almena. N ie
Fam oso fué el asalto de la fortaleza rea
alzado de cortinas
ta de D iego fué doña Isabel de A lm a
lizad o en la noche de N avid ad de 14 5 2
lares aún más altas,
raz, que casó con Hernán R o d ríguez
p or H ernando de M o n ro y el B ezu d o ,
dificada
de M o n ro y , realizándose con ello una
enem istado con sus prim os H ernando
con la puerta de ei
unión que, además de borrar los odios
de M o n ro y ,
don
flanqueada de torre;
tan enconadamente m antenidos por am
A lo n so de M o n ro y , C lavero de A lc á n
to, de m ayor elevac:
bas fam ilias, agrupaba las grandes apor
tara. Pero su dueño no se resignó a tal
te m ejor conservad;
taciones de las mismas, form ando así
pérdida, y , m inada y com batida la fo r
que es un cuerpo ft
u n a de las casas más poderosas de E x
taleza, consiguió que
se
lar cuadrada, menos
tremadura. D e los catorce h ijo s habidos
rindieran por ham bre. V ein te años des
trional, que avanza
en aquel fecundo m atrim onio, los v a
pués v o lv ió a ser sitiada por las hues
enlazando con otro
rones se distinguieron por lo bravos,
tes de la duquesa de A révalo, que, pre
Noroeste. Este cuei
al ser para
ello
señor de B elvis,
los
y
intrusos
por
el
la
tendiendo el M aestrazgo de A lcán tara
lindricas en los ángulos y en m edio de
para su h ijo , don Juan de Z ú ñ ig a , qu e
cada lado, siendo de notar que la in
ría castigar una supuesta deslealtad co
termedia del lado occidental difiere de
m etida con ella por el señor de Belvis,
las demás por su planta triangular. E n
a quien tenía por aliado. Posteriorm en
el lado oriental, sobre la línea de la
te, los descendientes de esta fam ilia o b
m uralla, está la gran torre del h om e
tuvieron el condado de Deleitosa, in
naje, de p lan ta cuadrada y gran altura.
corporado al de O ropesa, por lo que
P o r los lienzos y torres del segundo re
llegaron a ser dueños del castillo los
cinto corre una cornisa de canecillos.
T o le d o , tan empecinados enemigos de
Y
los M o n ro y en la ciudad de Plasencia.
halla la puerta, protegida p o r un m a
• E l castillo de B elvis es uno de los
tacán.
en el lado occidental del m ism o se
más im portantes de la p rovincia, lo que
A dosada al segundo recinto, por el
hace que tan to h aya de lamentarse no
lado septentrional, se halla la casa-pa-
haber evitado su ruina. Se h alla situado
lacio, hecha en el siglo X V I , parte esta
en el lado suroeste del pueblo, y deno
del
ta, tan to por su plan ta irregular com o
que se penetra por una puerta de arco
dado el proceso de su construcción, que
de m edio p u n to , con escudos heráldi
no respondió a un plan prefijad o. O bra
cos. E n el interior aparecen los restos
de distintas épocas, reflejadas en las d i
de un patio con arcadas de m edio p u n
castillo— la
más
destruida— a
versas construcciones y estilos, si bien todas con fin alidad defensiva, su co n ju n to denota la transición de la estricta fortaleza
a
la
m orada
señorial.
edificado de m am postería y
Está
sillería y
consta de dos recintos poligonales, el exterior de nueve lados y el interior de cinco, y de una tercera línea más ele vada de defensa constituida por la to rre del hom enaje y otra destacada por Occidente. E l prim er recinto tiene un alzado de cortinas y torres semicircu lares aún más altas, obra ésta m u y m o dificada
por
el
lado
septentrional, y
con la puerta de entrada al occidental, flanqueada de torres. E l segundo recin to, de m ayor elevación, tiene com o p ar te m ejor conservada la más occidental, que es un cuerpo fuerte de form a regu lar cuadrada, menos por el lado septen trional, que avanza en sentido oblicuo, enlazando con o tro cuerpo que recae al Noroeste. Este cuerpo tiene torres ci
Castillo de Brozas. (Dibujo de M. Ourvantzoff.)
la
to
y
colum nas de orden
cuya distribución cóm o fué.
es
com puesto,
difícil
advertir
últim o— fué reponer a su tío, don G u tiérrez de R audona, C om endador M a yor, en la posesión de la p laza, de la que
BROZAS
le había
desposeído
el
M aestre.
T r a s más de dos meses de asedio con siguió M o n ro y su propósito.
N o ha podid o esclarecerse el origen
Y a en tiem pos de los Reyes C a tó li
de este pueblo, situado en la carretera
cos, el año 14 8 7 , o b tu v o B rozas el t í
de Cáceres a A lcántara, que hace siglos
tu lo de villa , que confirm ó el E m p e
se distinguió p o r haber sido cuna de
rador C arlo s V por privilegio de 24 de
h ijo s ilustres, pues, carentes de testi
m arzo de 1 5 3 7 . E n el siglo X V I I se
m onios
edificó sobre las ruinas del castillo una
fidedignos,
de criterio
al
fa ltó
fija r
su
unanim idad fundación
en
gran casa fuerte, tod avía subsistente, en
tiem pos celtíberos, rom anos o castella
la que figura aprovechada una antigua
nos. E n el siglo X I I I era una aldea
torre de ángulo, redonda, y parte de la
perteneciente a la Encom ienda M a y o r
m uralla de la prim itiva fortaleza. Esta
de la O rden de A lcántara, con iglesia
edificación
que aparece m encionada en una concor
A rg u ello Carvajal, tiene fachada de si
señorial,
llam ada
Casa de
dia entre el obispo de C o ria y dicha
llería
Orden, celebrada en
12 4 4 . E n
cada uno de sus dos pisos, recuadrados,
contaba
castillo,
ya
con un
13 9 9
que
fué
con
granítica,
con
cinco
huecos
en
balcones sobre m ensulones corri
ocupado por el Condestable de P o r tu
dos de piedra y el escudo n obiliario en
gal don Ñ u ñ o A lv a re z Pereira, m ien
cim a del central. E n el interior existe el
tras el m onarca de dicho país, don Juan,
p atio con galerías y arcadas sobre co
sitiaba a A lcántara. E n
lum nas toscanas en el piso b a jo y j ó
14 3 1
se pre
sentó ante B ro za s el infan te don Pedro
nicas en el principal, y la gran escalera.
de A ragó n , con sus huestes y entró a
En
17 0 6 , durante la guerra de Suce
saco en el pueblo, derribando el casti
sión, estuvo en esta casa el general p o r
llo , acto éste de hostilidad a su prim o
tugués m arqués de las M in as, defensor
y cuñado Juan II, semejante a otros
de la causa del A rch idu qu e de A u stria,
m uchos llevados a cabo p o r él y por su
tras haber tom ado sus tropas el pueblo,
herm ano, el infante don Enrique, com o
defendido por las del duque de Ber-
protesta por la p rivan za del monarca
w ick .
en fa vo r de don A lv a ro de L u n a . E n 14 6 7
el
C lavero
de
A lcán tara,
G A L IS T E O
don
A lo n so de M o n ro y , atacó la población, Maestre,
H e aquí u n o de los pueblos cacereños
don G óm ez de Solís, que defendía la causa del infan te don A lfo n s o , a quien
quitectura castrense, dado que tiene no
una reunión de nobles en A v ila había
sólo un im portante alcázar o castillo,
proclam ado rey, contra su herm ano E n
sino un m agnífico cerco m urado m e
rique I V ; pero el verdadero m ó v il de
dieval. E stá situada esta v illa entre P la
M o n ro y — pues era partidario
sencia y C o ria, a orillas del río Jerte.
obedeciendo
las
órdenes
del
dej este
más interesantes en el aspecto de la a r
— 132 —
tío , don G u endador M ap laza, de la el Maestre, le asedio con ato. Reyes C a tó liB rozas el t i m ó el Em pelegio de 24 de siglo X V I I se el castillo una subsistente, en a una antigua . y parte de la fortaleza. Esta mada Casa de fachada de siic o
huecos
en
)s. recuadrados, nsulones corri5 n obiliario ennterior existe el cadas sobre copiso b ajo y j ó la gran escalera, guerra de Suce1 el general porM inas, defensor ique de A u stria, :rcpas el pueblo, duque de Ber-
EO pueblos cacereños aspecto de la ár ido que tiene no lcázar o castillo, reo m urado mea v illa entre P ia las del río Jerte.
Se cree que fué fundada en el segundo
neral. Pero
decenio del siglo X I I I . L a prim era vez
aquella casa, su cuantioso patrim on io
que aparece nom brada es en el p rivile
pasó, con el señorío, a los duques del
gio de 28 de m arzo de 1 2 1 7 , por el
A rco y de M on tellan o , que vendieron a particulares el ya ruinoso castillo.
que A lfo n s o I X de L eón dió la v illa de m onarca
firm ó en su castillo
el
a menos
E l cerco m urado de Galisteo, que se
A lcán tara a la O rden de C alatrava. D i cho
después, venida
conserva
casi íntegro,
es construcción
convenio de 12 2 9 , por el que se reser
árabe, con reparaciones posteriores a la
vaba Cáceres, com pensando con otros
época de la reconquista del pueblo. Su
lugares, a la de Santiago. E n 4 de j u
disposición y estructura difieren de los
nio de 1268 el R ey Sabio concedió a su
de algunas poblaciones de la
h ijo ,
de la
com o Plasencia y Cáceres, pues no es
C erda, entre otras villas y lugares, este
de sillería, con torres, sino que consti
el infan te don Fernando
región,
de G alisteo; pero al m orir aquél, S a n
tuye largos lienzos seguidos, de m an i
cho I V
postería menuda y argamasones de arci
del
desposeyó del señorío al h ijo
m ism o,
infan te
lla y cal con almenas cuadradas de ter
don Pedro, herm ano del m onarca. E l
m inación piram idal. T ie n e plan ta p o li
nuevo señor reunió a llí 3.000 hom bres
gonal,
de armas, con los que m archó a com ba
de 9 a 10 metros, con espesor de 2,50
tir al M aestre de A lcántara, don G a r
metros. E n el recinto se abren tres puer
cía Fernández Barrantes, partidario del
tas fortificadas, que son, indudablem en
bando contrario, o sea el que defendía
te, construcciones ya de la época en que
los derechos de los infantes de la C er
la plaza era cristiana. L a más notable es
da;
la que m ira al N orte, en un cuerpo sa
pero,
concediéndolo
reuniendo éste
al
im portantes
y
la altura de las cortinas es
mesnadas, o b lig ó al infan te a regresar a
liente, especie de baluarte cuyo ángulo
su fortaleza, que tu v o asediada durante
está labrado en sillería; tiene arco apu n
algú n tiem po. T a m b ién fué sitiada y
tado,
tom ada
de A lcántara
existe o tro lien zo, quedando entre los
cuando la poseía la h ija de don Pedro,
dos un hueco para el rastrillo, y con un
por
el M aestre
doble,
o
sea
que
más adentro
doña M argarita de N arbon a, seguidora
escudo nobiliario, ya m u y borroso, so
de los de la Cerda. Después pasó a los
bre el exterior. L a puerta oriental se
infantes doña C atalin a y don E nrique
perfila tam bién en arco apuntado, de
de A ra g ó n ; pero tras declararse éste en
lad rillo, igualm ente doble, que arranca
rebeldía, p o r lo que le fueron confisca
a siete metros del suelo, quedando en
dos sus estados, Juan II h izo merced,
tre am bos
en 4 de m arzo de 14 2 9 , del señorío de
oculta hasta que se traspasa el prim er
lienzos
una
larga
tronera
Galisteo a don García Fernández M a n
arco. L a puerta del Sur tiene rehecho
rique, conde de Castañeda y de O sorno.
el arco, que ha quedado escarzano, y
D u ran te el siglo y m edio en que los
conserva por dentro las quicialeras de
M anrique conservaron el señorío, G a
piedra para las puertas.
listeo experim entó notable engrandeci
E l castillo, situado en la línea de la
m iento, traducido en construcciones m o num entales y en obras de utilidad ge
m uralla, al Noreste, fué árabe, luego reconstruido y convertido
— 135 —
en
palacio.
L o más característico que de él queda
1 2 7 4 , otro capítulo general santiaguis-
es una torre defensiva, ancha y fuerte,
ta aprobó la agrupación del castillo de
de planta rectangular, hecha de sillería,
G ranada y del de la A ta la y a al co n
con pequeñas ventanas y aspilleras, m os
vento de Sancti-Spiritus, de Salam an
trando
des
ca. P oco después v o lv ió este pueblo a
truidos, en la parte alta de cada uno
ser de realengo, pues en 12 8 2 era dueño
cuatro
matacanes,
m edio
de los lados. E l coronam iento de esta
de él el infan te don Pedro, por dona
torre— carente de almenas— es m u y o ri
ción que le h abía hecho su padre, A l
ginal, pues sobre un cuerpo de lad rillo
fonso X
con arcos de m edio p u n to se alza un
h ijo
chapitel piram idal, octógono. A d osad o
tora, doña M argarita de N arbona, se
al lado septentrional de la torre estaba
declaró partidaria de los infantes de la
el palacio,
Cerda, contra el rey Sancho I V el Bra
del
siglo
X V I,
en
cuyas
el Sabio. Pasó el señorío al
de aquél, don Sancho, cuya tu-
ruinas puede advertirse lo que era el
vo, lo cual m o tivó que el M aestre de
gran patío, tres de cuyos lados— el otro
A lcántara, don Fernando P áez, rin die
lo constituía el lienzo de la torre— es
se la p laza en 1 2 8 7 , de la que ocu lta
taban
form ados por m agníficas gale
mente había escapado aquélla. E n 12 9 7
rías renacentistas, con arcos y colu m
v o lv ió a poder de la N arbon a, com o
nas en dos pisos, que tod avía pudo ver
consecuencia de la p az concertada entre
los en pie P o n z cuando llegó a llí en su
Fernando I V
fam oso viaje, así com o otros detalles de
narca lusitano; pero nuevam ente quedó
frisos, capiteles y la grandiosa escale
incorporada a la C o ron a, siendo de se
ra, tod o lo cual cayó en el más com
ñalar que entonces tenía ya gran im
pleto abandono al ser enajenado el m o
portancia, com o lo
num ento, parte de cuyos elementos se dispersaron.
con vo to en Cortes, habiendo asistido
el E m plazado y el m o
denota el figurar
el procurador de la m ism a, G il G óm ez, a las que se celebraron en B u rgos el año 1 3 1 5 . L u e go dió A lfo n s o X I v illa
G R A N A D IL L A
y castillo, sucesivamente, a tres de sus h ijo s habidos con doña L eo n o r de G u z-
C o m o G alisteo, este o tro pueblo de
m án; pero al subir al tron o E nrique II
la parte septentrional de la provincia,
el de las Mercedes, los restituyó al p ri
situado en un peñasco, ju n to
al río
mero de ellos, don Sancho, de quien los
A la g ó n ,
árabes,
heredó su h ija doña L eo n o r de C a sti
fué
fu n dado por
los
que lo denom inaron Granada. R econ
lla, condesa de A lbu rqu erqu e, llam ada
quistado por Fernando II en 1 1 7 0 , su
por sus grandes riquezas la rica-hembra,
h ijo y sucesor, don A lfo n s o , lo d ió a
casada con el infan te don Fernando de
la O rden de Santiago en 3 1 de agosto
A ntequera,
de 1 1 9 1 . E n 14 de febrero de 12 5 9 el
A rag ó n . E l señorío
M aestre de la O rden, don P elayo P é
luego a uno de los h ijo s de am bos, el
rez Correa, d on ó v illa y
infan te don E n rique; pero declarado en
señor
de
A lburquerque,
fortaleza al don
elegido
en
Caspe
rey
de G ranada
de
pasó
M artín
rebeldía contra Juan II, le fueron con
A lo n so G il, y tres lustros después, en
fiscados sus bienes, dando el m onarca 136
G ranada al D r. Periáñez, vocal del C o n
de barbacana sobre m odillones y a r q u í- ^ t ^ ^ X
sejo Real, quien la tu v o poco tiem po,
líos bilob ulados rodeando los semicírcu
pues p o r el m ism o m onarca se h iz o
los y los ángulos sustentando el ante
merced del señorío, en
14 4 4 , a don
pecho, que ya no conserva ninguna al-
Fernando A lv a re z de T o le d o , conde de
mena. E n cada torre sem icilíndrica h ay
A lb a .
dos ventanas, pequeñas y en arco es
E l recinto am urallado de G ran adi
carzano, correspondientes a otros tantos
lla— nom bre que se dió a esta v illa al
pisos. E l ingreso, cuya puerta conserva
ser conquistada G ranada por los Reyes
las quicialeras de hierro, se halla cu
C atólicos,
nos confun dirlas— es,
bierto con bóveda de casquete esférico.
com o el de Galisteo, obra sarracena, de
E n otra torre se h alla la escalera para
plan ta p o lig on al irregular. L o s lienzos,
subir a la parte alta. E l cuerpo central
sin torres, con alm enas cuadradas, es
tiene una cámara inferior, subterránea,
tán form ados de argamasa de cantos,
y encima la principal, con bóveda de cañón.
para
arcilla y cal, y tienen siete metros de altura y tres de espesor. E l param ento exterior muestra ligero talud. E n el re
G R IM A L D O
cinto se abren dos puertas, am bas re construidas en m uros de cantería de si
A este castillo se le considera de o ri
llares que parecen rom anos aprovecha
gen árabe y conserva el nom bre de la
dos. D e ellas la principal es la del fren
fam ilia
te m eridional, con arco de m edio p u n
yente en las Cortes de A lfo n s o X el Sa
a que perteneció,
m uy
in flu
to, situada al fo n d o de un entrante en
bio y Sancho I V e l Bravo. A uno de
sentido oblicuo que hace la m uralla, su
sus m iem bros, don Pedro Sánchez de
pliendo así la carencia de torres fla n
G rim aldo, le fué concedido el derecho
queantes.
de asilo para aquella su m ansión sola
E l castillo se h alla fuera de las m u
riega, distinción que sólo se otorgaba
rallas, pero adosado a ellas, al Noroeste
com o recompensa p o r servicios ex tra
de la población. E s una construcción
ordinarios. D e los G rim aldo, pasó el
sólida y bella, levantada a finales del
castillo a los Berm údez de T r e jo , p a
siglo X I V o com ienzos del X V , toda
laciegos de algunos de los m onarcas de
ella de sillería granítica. Com prende dos
la
recintos: el exterior, m u y destruido, que
Juan I y E nrique III— , y , transcurri
servía para aislar dentro de un círculo
dos dos siglos, p o r enlaces y sucesio
dinastía
T rastam ara— E n riqu e
II,
al principal, y con puerta a la ciudad,
nes, a don R o d rig o C alderón, conde de
m u y próxim a a una de las del recinto,
la O liv a y marqués de Siete Iglesias, el
y el interior, o fortaleza propiam ente
fam oso fa vo rito y prim er m inistro de
dicha. Esta tiene traza regular y estruc
Felipe III, decapitado en 1 6 2 1 . Se cuen
tura de las que se ha dicho acertada
ta que en la región extrem eña se le
mente que constituye un verdadero ar
daba el rem oquete de verdugo de sus
quetipo.
torre cuadrada
criados por un hecho acaecido precisa
con cuatro sem icilíndricas, iguales, una
mente en este castillo de G rim aldo. Supo
en cada frente. Encim a corre una a m odo
un día el a ltivo señor que varios de
Es
una
gran
—
141
—
“-----'
sus sirvientes habían com etido punibles
ñorearse los Z ú ñ ig a de dicha ciudad, y
fechorías— robos y hasta asesinatos—
él fué quien edificó entonces el casti
en cam inantes que pasaron por las cer
llo. E n
canías de aquél, y , sin vacilar, m andó
vertido en marquesado.
15 9 9
fué aquel señorío co n
degollar a los culpables, haciendo que
E l castillo de Jarand illa es u n o de
sus cabezas quedaran por algún tiem po
los mejores de la provincia, arquetipo
atadas a las almenas de la fortaleza para
del
ejem plarizador escarmiento.
singular em plazam iento,
E l castillo
G rim aldo
n obiliario y
una a m od o de gran torre rectangular
la v illa , lo que, unido a sus grandes
de fuertes m uros construidos de m an i
proporciones y a la buena conservación
postería
sillares en las esquinas.
en que se encuentra, hace que descuelle,
T ien e m enor altura que la originaria,
airoso, atrayendo la atención de quien
perdida en parte a causa de las diversas
a él se aproxim a. Es de p lan ta rectan
restauraciones de que fué objeto, y está
gular,
cubierto de tejaroz.
sólo se conserva reducida parte, su fi
dos recintos. D el exterior
ciente, empero, para advertir que tenía torres cilindricas en los ángulos. E l se J A R A N D IL L A
se
conserva
íntegro,
bien restaurado ya dentro del presente
h o y cabeza de partido jud icial, en el
siglo, en que quedó adaptado para re
ángulo N ordeste de la provincia, en la
sidencia particular p o r el arquitecto se
falda de una serrezuela llam ada de la
ñor L orite. Com pónese de tres crujías
V era,
y una m uralla
estribación del m acizo de Gre-
se hacían las o h sentos que habí el vecino m ona com o es sabido, de vid a le qued E l señorío de tid o en marque los II el año 15
por
el
lado
oriental,
M
E l pu eblo y la. bre, situados al S
dos gargantas,
donde se h alla la puerta, que cierran el
al
paraje en el que antiguam ente existía
rectángulo del patio. T ie n e cuatro to
fu n dados p o r A l
un poblado rom ano. F undada por A l
rres, dos cilindricas en los ángulos N o r
tim o cuarto del ¡
fo n so
reconquistar
oeste y Suroeste, y otras dos cuadradas
pocos años cayere
aquella zo n a peninsular, con el nom bre
a los otros extrem os, todas ellas, así
alm ohade, que lo
de Jarandiella, quedó adscrita a la j u
com o la m u ralla occidental, coronadas
riosa incursión p
risdicción de la naciente Plasencia hasta
con doble hilera de canecillos de can
dura, tras la bat;
que, a m ediados del siglo X I V ,
fué
tería. E l p atio, m u y espacioso, tiene al
nan do III el San
donada en señorío por E n rique II a don
lado que m ira a Occidente una galería
reedificó
García A lv a re z de T o le d o , M aestre de
de dos pisos, en el inferior con cuatro
in clu id o en la ju
la O rden de Santiago, a cam bio de su
arcos escarzanos, y en el superior car-
E n el siglo X V
renuncia al M aestrazgo
paneles, am bos sobre pilares octógonos.
gran fam ilia de lo:
V III,
co n flu yen
12 de noviem l de febrero del
si
Se encuentra situada esta población,
donde
E sta m ansió a l gran Em per
gun do cuerpo, o interior, tod o él de m am postería,
dos,
de Oropesa.
en una em i
nencia del terreno, al lado oriental de
con
gueroa, emplea bre la puerta »
señorial. Ofrece
constituye
con
de
tip o
jaqu elado azu l y las cinco h o
a
poco
de
de
la
m isma,
ferrocarril
en
\
1241
según eran los deseos del m onarca, por
Com o
lo que a partir de entonces constitu yó
procurado, en cuanto ha sido posible
D á v ila , v ió premi;
señorío de la casa condal de Oropesa.
conservar el carácter p rim itivo , existen
E m perador con el
E n el siglo siguiente, un sucesor h o m ó
en la galería varías puertas y ventanas
de M irabel, conced
nim o de aquel noble, radicado en P la
de la antigua fortaleza, así com o n u
años antes se lib ró
sencia, se fué a v iv ir a Jaran d illa al se
merosos azulejos, algunos con el escudo
encuentro entre las
— 142 —
al restaurar este castillo se ha
y o s m iem bros, doi
i ciudad, 7
jaqu elado azu l y blanco de los T o le d o
las comuneras— único que tu v o lugar
:es el casti-
y las cinco h ojas de higuera de los F i-
en la provincia— , con u n resultado fa
íñorío con-
gueroa, em pleados en los zócalos. S o
vorable a las primeras.
bre la puerta está el blasón de la casa de Oropesa.
es u n o de
E sta m ansión sirvió de alojam iento
í, arquetipo
E l castillo, llam ad o de la Peña del Acero, se eleva sobre un alcor situado
orial. Ofrece
al gran Em perador C arlos V
n una emi-
12
al lado m eridional del pueblo. A u n
desde el
que está m u y ruinoso se advierten en
de noviem bre de 1 5 5 6 hasta el 3
él influencias mudéjares, propias de la
oriental de sus grandes
de febrero del siguiente año, mientras
época en que fué reconstruido, tal v e z
se hacían las obras necesarias en los ap o
ya cuando los Z ú ñ ig a transform aron la
conservación
sentos que había m andado preparar en
fortaleza en viviend a señorial. C o n s ti
jue descuelle,
el vecino m onasterio de Y u ste, donde,
tuye una edificación de plan ta rectan
ón de quien
com o es sabido, pasó los dos años que
gular, de 55 m etros de lo n gitu d y
llanta rectan-
de vid a le quedaban.
de anchura, en la que se aprovechó la
15
D e l exterior
E l señorío de Jarand illa fué conver
estructura rocosa de su em plazam iento
parte, sufi-
tid o en m arquesado p o r el rey C a r
para la obra defensiva, p o r lo que la
los II el año 15 9 9 .
igulos. E l se-
fisonom ía interior es m u y curiosa. E s tá dividid o longitudinalm ente por un
, to d o él de
m uro
y
Tuvo
dos torres, una
rtir que tenía
a íntegro,
sí
í del presente
M IR A B E L
E l pueblo y la fortaleza de este n o m
de tres crujía» que cierran el
de ellas semi
a la que, dando cara al M ediodía, exis
arquitecto se oriental,
varios.
circular, al extrem o Sur oriental, ju n to
itado para re
lad o
transversalm ente p o r
bre, situados al Sur de Plasencia, ju n to al
ferrocarril
M ad rid -L isb oa,
fueron
ten restos de un pequeño baluarte,
y
otra semicircular p o r un lado y cuadra da por el opuesto, que debió ser la del
ene cuatro to-
fu n dados por A lfo n s o V I I I en el ú l
hom enaje, que conserva restos de la es
¡ ángulos N ordos cuadradas
tim o cuarto del siglo X I I , pero a los
calera, tam bién
pocos años cayeron en poder del E m ir
hacia el lado de Poniente. E n el lien zo
odas ellas, así
alm ohade, que los arrasó en su v icto
septentrional, que es el más alto, está
ita l, coronadas
riosa incursión por la A lta E x trem a
el hueco de lo que fué la puerta, y , a
lecillos de can-
dura, tras la batalla de A larcos. F er
regular altura, ventanas que se abren
lacioso, tiene al
nando III el Santo los reconquistó y
p o r el interior en form a de arcos es
m u y ruinosa, situada
nte una galería
reedificó
12 4 0 , quedando M irabel
carzanos sobre m achones de lad rillo, las
rior con cuatro
inclu ido en la jurisdicción placentina.
cuales no existen por el otro lado, o sea
el superior car
E n el siglo X V
era propiedad de la
el m eridional, porque las bóvedas v o l
iares octógonos.
gran fam ilia de los Z ú ñ ig a, u n o de cu
teaban sobre la roca, si bien existe en
: castillo se ha
yos m iem bros, don L u is de Z ú ñ ig a y
cim a un m uro con iguales ventanas a
ia sido posible,
D á v ila , v ió prem iados sus servicios al
las del piso segundo m eridional. P o r
im itivo , existen
E m perador con el títu lo
de marqués
b ajo de éste, h a y otro piso, según per
de M irabel, concedido en 1 5 3 5 . Pocos
m itió la depresión del terreno, sin ven
:rtas y ventanas i, así com o nuios con el escudo
en
años antes se lib ró en sus cercanías un
tanas y con bóvedas de cañón, de la
encuentro entre las tropas imperiales y
d rillo, sobre el peñasco por un lado, en
el cual h a y cámaras y galerías que se alongan hasta el extrem o oriental,
edificaciones de esta clase que continúan
abriéndose en el m uro aspilleras en fo r
explotación— el castillo de los M o g o
ma de cruz sobre un círculo de piedra,
llones destaca su airosa silueta, pese a
u nidas a im portantes fincas rústicas en
para el doble em pleo de la ballesta y
la desvirtuación de su antigua fiso n o
el arcabuz.
m ía al haberle sido adosadas edificacio nes m odernas de tip o rural.
LOS M OGO LLO N ES M ONROY Este castillo, que se halla a once k i fué
E l pueblo y la fortaleza de este n o m
edificado p o r la fa m ilia de dicho ape
bre eran, a com ienzos del siglo X I V ,
llid o,
una de las más ilustres de la
una casa de labor propiedad del ilustre
ciudad, a cu ya reconquista del d o m i
y acaudalado clérigo don Ñ u ñ o Pérez
nio sarraceno co n trib u yó decididam en
de M o n ro y ,
te. D ata, pues, de la E d ad M edia, y
ñoríos y personaje m u y in flu yen te en
lóm etros al Sudoeste de Cáceres,
dueño de numerosos se
el hecho notable más an tiguo que re
la C orte, hasta el extrem o de haber sido
gistra su historia es el asedio realizado
C onsejero y C anciller de la reina doña
en 1 3 9 7 p o r parte de las huestes del
M aría de M olin a. A l m orir, la heredó
C ondestable lusitano don Ñ u ñ o A lv a -
su herm ano, don H ernán, tam bién ser
rez Pereira, m ientras el grueso de las
v id o r de la Casa Real, donde ocupaba el
m ismas atacaba a Cáceres, que n o pu d o
cargo de C op ero M a y o r de dicha reina,
ser tom ada.
madre
T res
siglos
después,
en
de
Fernando
IV ,
la
cual, en
16 4 8 , v o lv ió a ser asaltado por el v e
13 0 9 , le o to rgó p rivilegio para p oblar
cino país, durante la llam ada guerra de
aquel lugar, edificando en él un cas
Independencia
tillo , cuya propiedad confirm aron a sus
de P o rtu g a l,
a
conse
cuencia de lo cual quedó m u y destro
descendientes los m onarcas posteriores.
zado. T r a s haber pasado, a partir de la
C o n el transcurso del tiem po, M o n ro y adquirió gran im portancia, lo cual m o
segunda m itad del sig lo X V , p o r sub-
tiv ó que las ciudades de Plasencia y
«iguientes herencias, a ser propiedad de
T r u jillo tuvieran pleitos sobre a cuál
los O va n d o T o rres, los P orcallo y los
de las dos jurisdicciones pertenecía. E n
U llo a , al su frir esa segunda depredación
rique II exp id ió en B urgos, el 11
de los portugueses, era su dueño un des cendiente de la últim a fam ilia m encio
agosto de 1 3 7 1 , un p rivilegio por el que se concedía a la hasta entonces a l
nada, don L o ren zo de U llo a , que fué
dea, la consideración de villa, y com o
quien lo restauró, sustituyendo en la
la poseedora de aquella casa, doña C a
de
m uralla y sobre la puerta principal el
talina A lo n so de M o n ro y , con trajo m a
blasón de los fundadores por el de los
trim onio con M osén G uirao, C am are
U llo a . Bastante
ro de dicho m onarca, éste dispuso que bien
conservado— com o
acontece, por lo general, a todas las
la descendencia de su servidor co n ti nuara apellidándose M onroy.
Y a nos hem os referido varias veces a la im portancia que alcan zó dicha fa m ilia, y a su carácter dom inante y bata
dor de la p laza de C am b ray, en F lan -
llador, que la llevó a tener tantos a n
bastante buen estado de conservación,
tagonism os no sólo con com arcanos— los T o le d o ,
los señores los A lm a -
merced a las restauraciones de que ha
raz, los T r e jo , los C a rv a ja l, los Solís
grandes proporciones y la com plejidad
y los Z ú ñ ig a — , sino hasta dentro del
de su fábrica, dan ya idea de la im p or
des. E l castillo
de M o n ro y subsiste
en
sido o b jeto , y de él cabe decir que sus
prop io seno fam iliar, que en ocasiones
tancia guerrera que tu v o otrora. Es de
se tradujeron en querellas y
disputas
p lan ta cuadrangular, con dos recintos,
resueltas con la lucha arm ada, por lo
el prim ero cerrado p o r una m agnífica
ie este nom -
que el castillo de M o n ro y ju g ó im p or
barbacana, y el segundo p o r foso y m u
siglo X I V ,
tante papel, sufriendo los consiguien
ralla, am bos con sendas puertas de arco
d del ilustre
tes asedios. E l más fam oso fué el o rig i nado por la presencia ante la fortaleza,
de m edio p u n to y flanqueadas p o r to
el año 14 5 2 , del M aestre de A lcántara,
interior, tiene dos patios y
nfluyente en
don G utiérrez de S otom ayor, para fa
rres, tres grandes y dos más pequeñas,
ie haber sido
vorecer a su sobrino H ernando de M o n
de pizarra y m ortero. L a s ventanas que
a reina doña
roy, señor de B elvis, a la sazón en gue
se abren en lienzos y torres, denotan h a
ir, la heredó
rra con su prim o hom ónim o, el m a
ber sido hechas en épocas distintas. T o
jtambién ser-
y o ra zg o de M o n ro y . D uran te los seis
de ocupaba el
meses que duró el asedio al castillo, se
do el edificio muestra un bello y com pleto sistema de almenas achatadas, de
Ñ u ñ o P érez ímerosos se-
rres cilindricas. E l segundo recinto, o
form a
cual, en
aum entar la belleza que ofrece el linca
para p oblar
de la precaria situación a que h abían lle
m iento del con ju n to.
a él un cas-
gado los sitiados, carentes de recursos,
la
rm aron a sus
y de que M o n ro y estaba herido, les in
que
contribuye
a
registraron hechos heroicos por am bos bandos, pero com padecido el M aestre
■dicha reina,
prism ática,
cinco to
s posteriores,
v itó a rendirse, a condición de no ejer
ip o , M o n ro y
cer contra ellos represalia alguna, salvo
, lo cual m o-
la aprehensión de aquél, cosa que acep
Plasencia y
taron. A l año siguiente, puesto en li
poblaciones españolas han sido cono
sobre a cuál
bertad, p o r real m andato, H ernando de
cidas con más nom bres, lo cual denota
ertenecía. E n -
M o n ro y ,
la antigüedad
;os, el i i
el
B ezu d o ,
reunió
huestes,
M ONTANCH EZ C o m o dice el erudito H urtado, pocas
de la
m ism a.
Se
cree,
de
acom etiendo con ellas a la guarnición
rílegio por el
que h abía quedado en la fortaleza, lo
y que fué conquistada p o r los árabes en
a entonces al-
grando apoderarse de ella. T r e s años
el año
desde luego, que es de origen rom ano, 713;
pero las menciones más
villa, y com o
después se reanudó la lucha entre los
antiguas existentes son las de un cro
asa, doña C a-
prim os, y el de B elvis cercó el castillo
nista m ahom etano del siglo X I I que la
con trajo ma-
nuevam ente, después de saquear la v illa,
denom ina M untajes, y las de docum en
irao, Cam are-
pero n o consiguió tom arlo. E n
16 3 4
tos coetáneos de la C ám ara leonesa, en
e dispuso que
fué elevado el m ayo razgo a m arquesa
los que aparece escrito M ontanches. E l
srvidor conti-
do, en la persona de don Sancho de
prim er m onarca cristiano que la rescató
7roy.
M o n ro y y Z ú ñ ig a, a la sazón goberna
fué O rdoño II, en el año 9 1 8 , después
de su triu n fo en San Esteban de G or-
Santiago,
m a z; pero n o pu d o mantenerse en ella.
defendiéndose de ellos con su acostum
oeste de ! a vi
L uego fué tom ada por A lfo n s o V I I en
brado arrojo, hasta que, hecha la p a z
tos en form a
1 1 4 3 , recobrándola igualm ente los sa
entre C astilla y P o rtu g a l y puesto el
de form 2 p o
rracenos.
p leito del M aestrazgo de A lcán tara a
rres y almeru
resolución
com prom isarios,
dos puertas. 1 tado, que mi
T ran scu rrid o s
veinte
años,
en 1 1 6 5 , realizó igual proeza F ernan
don
de
G o n zalo
jueces
de Cárdenas,
peñascos que
do II, y tam bién la perdió en 1 1 9 6 .
éstos sentenciaron contra M o n ro y , que
P o r fin la reconquistó A lfo n s o I X en
h u b o de retirarse a P ortu g a l, con ren
m ás pequeña
12 2 9 , para quedar ya definitivam ente
tas y preeminencias. Después el castillo
cinto, de ele\
cristiana, donándola al M aestre de la
de M on tán ch ez perdió im portancia con
más se manifii
O rden de Santiago, don P edro G o n zález
la transform ación
M engo, quien h izo de ella la m ejor E n
tonces experim entada p o r el país,- que
m u y arruinad se h a lla un e<
p o lítico -m ilitar en
tiene
dos
pai
com ienda de la mism a, donde se celebra
dando convertido en prisión de E sta
ban sus C a p ítu lo s y se guardaba el te
do. A l lí fueron llevados ilustres perso
drico, m u y di
soro. E n tiem po de Ju an II el castillo
najes,
C alderón,
se dice que de
de M on tán ch ez se puso de parte de los
marqués de Siete Iglesias, al que ya nos
tu v o encarcela
infantes de A rag ó n , por lo que fué con
hem os referido; el marqués de A y a m o n -
alta de la peña
tra él don A lv a ro de L u n a , quien no
te, acusado de intentar la independiza-
taleza, puede a
consiguió tom arlo, rindiéndose después
ción de A n d a lu cía com o reino para su
d a, de 6 ,9 7 n
merced a la intim ación que personal
padre, el D u qu e de M edina Sidonia, y
de anchura y
mente h izo el m onarca. A u n q u e perte neciente a otra O rden, tam bién in tervi
el C ond e de C an tillan a, acusado de p ar
en tres naves,
ticipación en el escándalo que se p ro
dos arcos, de 1
com o
don
R o d rig o
n o en las revueltas de la de A lcántara,
m ovió una noche del año 16 3 6 durante
marmóreas y c
habiendo sido escenario de las revueltas
una fiesta palaciega a presencia de F e
m edio cañón, q
del audaz M o n ro y , quien en él se re
lipe I V .
en las postrirñ
fu g ió más de una vez, term inando por
N o se sabe si la fortaleza existía ya
sarracena en la
apoderarse de aquella fortaleza, a poco
cuando fué reconquistada la plaza, pues
7 os del siglo X
de haber sido elegido M aestre; de allí
la referencia más antigua acerca de la
partió para com batir a la indom able
m ism a es la que figura en el testamen
condesa de M edellín, y cuando lo g ró
to del M aestre de Santiago don Pedro
escaparse de M agacela, donde lo había
Fernández Fuente de Escalada, antes de
apresado el otro
M aestre electo,
don
1 1 8 7 , en que la
A u n q u e en 1
Francisco de Solís, se presentó en M o n
m enciona en prim er lugar, entre las de
tánchez,
más que entonces poseía la O rden. M é-
mente arruinado los más atraye dado lo singula
acogiéndolo
jubilosam ente.
tod o
pueblo con
lida pone de relieve el hecho de que el m uro en que se halla la puerta p rin
V su interesant*
R eina C atólica, h izo proclam ar rey de
cipal está construido con sillares de g ra
autores creen se histórica, y hasta
a
don
avenido
en
la de M edellín y enem igos am bos de la C astilla
Después,
el
retirarse a L eón
Mor
A lfo n s o de P o rtu g a l;
n ito rom anos, así com o tam bién que
mas, vencido en la b atalla de la A l-
podrían ser árabes algunos lienzos del
situado en un p
buera, el 27 de febrero de 1 4 7 9 , reti
prim er recinto, alguna torre cuadrada
resco, sobre un t
róse a M on tán chez, donde lo sitiaron
y , principalm ente, el aljibe, semejante
al T a j o y a la
el C ondestable de C astilla, don P edro
al de Cáceres. E l enorme co n ju n to fo r
las, en el térm in
G o n zá lez de V elasco, y el M aestre de
tificado está cim entado
bio.
sobre grandes
A ntiguam er
Cárdenas,
peñascos que coronan u n cerro al N o r
dea,
su acostum -
oeste de Ja villa , y consta de dos recin
conocidos, en el decurso secular, con los
lecha la paz
tos en form a escalonada. E l exterior es
nom bres .de M onsfragorum , A lm ofrag,
y puesto el
de form a p o lig on al, coronado por to
M onsfrac,
A u n q u e se supone que aquel lugar de
í
hoy
desaparecida,
M onfrang
siendo
y
ambos
A lm ofragüe.
A lcántara a
rres y alm enas en algunos trozos, con
¡promisarios,
dos puertas, la principal, de arco ap u n
bió de ser u tiliza d o ya por los p rim iti
Monroy, que
tado, que m ira al Sureste, y la otra,
vos
;al, con ren-
m ás pequeña ,al N orte. E l segundo re
im portancia estratégica para la defensa
és el castillo
cinto, de elevados m uros, en los que
del paso del
>ortancia con
más se manifiesta la influencia arábiga,
charse a llí considerablemente la corrien
>-militar en-
tiene
estancias
te— llegando algunos autores a creer en
el país, que-
m u y arruinadas. E n el lado Noroeste
la rem ota existencia de una citania, así
ión de Esta-
se h alla un estrecho torreón sem icilín-
com o en vestigios rom anos y visigodos
lustres perso-
drico, m u y deteriorado, que es donde
en los cim ientos de la fortaleza— , lo
;o
se dice que don R o d rigo C ald erón es
cierto es que el castillo debió de ser edi
tu v o encarcelado. Y
en la parte más
ficado por los árabes, tras lo cual se
alta de la peña en que se asienta la fo r
disputó m ucho su posesión. L a prim e
C alderón,
il que ya nos de A y a m o n -
dos
patios
y
algunas
pobladores peninsulares, río
dada su
aprovechando estre
independiza-
taleza, puede verse el aljibe de referen
ra reconquista del m ism o la realizó F er
reino para su
cia, de 6 ,9 7 metros de lon gitu d, 4 ,23
nando II de L eó n en 1 1 6 9 , donando
1a Sidonia, y
de anchura y 3 ,25 de altura, dividid o
la fortaleza, dos años después, a la re
usado de par-
en tres naves, con dos arquerías de a
cién fundada O rd en M ilita r de los Fra
1 que se pro-
dos arcos, de lad rillo, sobre colum nas
tes de Cáceres, luego de Santiago. E n
16 3 6 durante
marmóreas y cubierto por bóvedas de
1 1 7 3 , habiéndose perdido la v illa ca-
esencia de Fe-
m edio cañón, que se cree fué construido
cereña y estando recién fundada la O r-
en las postrim erías de la dom inación
de de Santa M aría de M o n te G audio,
eza existía ya
sarracena en la plaza, o sea a com ien
el rey A lfo n s o V I I I cedió el castillo a
la plaza, pues i acerca de la
zos del siglo X I I I .
su M aestre, don R o d rig o A lv a re z de Sarriá, quien estableció en él su co n vento y ermita, que llegaron a ser los
n el testamen-
principales de la O rden. Después, re
M ONTFRAGÜE
go don Pedro
incorporado a la C o ro n a, ésta lo dió a
ilada, antes de 57, en que la
A u n q u e en la actualidad com pleta
r, entre las de-
mente arruinado, este castillo es uno de
12 2 1 Fernando III el Santo h izo m er
la O rden. Mé-
los
provincia,
ced de él a la O rden M ilita r de C a la -
echo de que el
dado lo singular de su em plazam iento
trava. N uevam ente reintegrado al p o
a puerta prin-
y
der realengo, Sancho I V
sillares de gra-
autores creen se inicia en la época pre
d on ó a su leal servidor el caballero pla-
> tam bién que
histórica, y hasta por sus leyendas. Está
centino don Pedro Sánchez de G rim al-
ios lienzos del
situado en un paraje agreste y p in to
do, pasando luego, por herencia, a los
torre cuadrada
resco, sobre un elevado cerro, p róxim o
Berm údez
jibe, semejante
al T a j o y a la aldea de L as Corchue-
m iem bros fué don G o n za lo B erm údez
con ju n to for-
las, en el térm ino de T o r r e jó n el R u
de T r e jo , fa vo rito de E n rique II el de
sobre grandes
bio. A ntiguam ente h u bo a llí una a l
las Mercedes. Igualm ente por herencia
más
atrayentes
de
la
su interesante pasado, que algunos
la ciudad de Plasencia en
de
T r e jo ,
118 9 .
En
el Bravo lo
uno
de
cuyos
recayó la propiedad de M on tfra g ü e en
obra cristiana, de finales del siglo X I I .
los V argas, señores de O liv a de P la
A l com edio de la fortaleza está la gran
sencia, cuya últim a heredera, la acau dalada dama doña Inés de V a rg a s C a-
diosa torre del hom enaje, de p la n ta pentagonal, aunque parece cuadrada
m argo T r e jo y C a rv a ja l, condesa de la
vista p o r un lado, frente a lo que fué
O liv a , casó con don R o d rig o C alderón,
p laza de armas, y por el o tro se o fre
m arqués
desde
ce de ángulo com o un tajam ar; torre
paje del Vicecanciller de A rag ó n , llegó
de sillería del siglo X I I I o el X I V , con
a prim er m inistro y p rivad o de F e li
ángulos de lad rillo, empleados para cu
pe III, para ser después decapitado, se
brir el hueco de cuatro torrecillas c ilin
gún ya dijim os al ocuparnos del casti
dricas que de a llí desaparecieron.
de
Siete
Iglesias,
que
llo de G rim aldo. E n los com ienzos del
Son varias, y en extrem o poéticas,
siglo X V I I I su frió el castillo de M o n t
las leyendas de este castillo, ninguna de
fragüe m uchos daños, al ser u tiliza d o
las cuales cabe explicar aquí porm eno-
p o r los ejércitos beligerantes durante la
rizadam ente. U n a de ellas es la llam a
guerra de Sucesión, daños luego repeti
da E l lance de la mora, de que fué
dos, una centuria después, con ocasión
p rotagonista
de la de la Independencia. Y a en el si
agarena, h ija — o nuera, según algunos
g lo actual e1 castillo, con las propieda
historiadores— del fam oso rey m oro de
des aledañas a él anejas, que se habían
Sevilla,
fraccionado entre los herederos de los
los entonces m onarcas leonés y caste
V a rga s Z ú ñ ig a,
fué adquirido p o r el
la
bella Z aid a,
A lm a m ú n , el gran
princesa
am igo de
llan o Fernando I y A lfo n s o V I , que, según la tradición, llegó en un peque
conde de Trespalacíos. C o m o apunta M élida, resulta d ifí
ño
esquife,
por
las aguas
del T a jo ,
cil intentar la reconstrucción del casti
hasta M on tfragüe, hu yend o de los cris
llo de M on tfragü e al describirle, dado
tianos, que siempre tem ían de ella la
lo arruinado que se encuentra. O bra de
traición, seguida por su esposo A lf o n
varias épocas asaz distintas, se advierte
so,
que el peñasco en que se asienta debió
muerte en la corriente. O tra tradición
que
la salvó
al-lí de una
segura
de ser aprovechado com o defensa n atu
que se conserva es la de N óeim a, sin
ral ya
gular m uchacha, h ija del caudillo sa
en tiem pos m u y remotos. D e
form a o plan ta oblon ga, tiene dos p ar
rraceno del castillo, en cuya estirpe se
tes o recintos principales, u n o exterior
venía transm itiendo la profecía de que
y b a jo , y el otro interior y elevado. E l
se extin gu iría en una hem bra, la cual,
prim ero, de carácter ciclópeo, prop io de
durante una suntuosa fiesta celebrada
los
en
tiempos
ibéricos,
está
hecho
enormes bloques graníticos,
de
con
Tord giela ( T r u j i ll o ) , en
que fué
escasa
elegida reina de la herm osura, recibió
labra, aparejados por hiladas h o rizo n
com o hom enaje de un apuesto caballe
tales, y. en él se halla la parte más an
ro ser besada su m ano tras hacer en ella
tigua, que com prende la puerta, situ a
la señal de la C ru z. A q u e llo , visto por
da en form a norm al a la m uralla. E l
su padre, causó la desesperación de éste,
segundo recinto conserva
una cortina
aum entada después con la serie de des
con torre sem icilíndrica que se cree es ya
gracias que caían com o una p laga en el
— 148 —
castillo, por lo que co n ju ró a la que
entregó
a esta
O rden,
constituyendo
creía heterodoxa N óeim a a v iv ir aislada
im portante Encom ienda de la misma.
e intangib le en
la fortaleza hasta la
C o m o a causa de las guerras civiles y
consum ación de los siglos, refiriéndose
las que frecuentemente sostenían C a sti
que en las más tenebrosas noches in
lla y P o rtu g a l tan to había dism inuido
vernales sale, coronada por una estrella
la población de Z a rza la M a y o r, los
que ilum ina sus pasos, a sentarse en el
vecinos
cancho de la mora, lloran do al-lí am ar
gerse a la protección de la cercana fo r
gam ente su
desgracia.
Finalm ente,
que
quedaban
pensaron
aco
la
taleza de Peñafiel, fu n dan d o a llí otro
otra conseja se refiere al m ilagro opera
pueblo, para lo cual pidieron perm iso
do por la Santísim a V irg e n cuando, en
al
don
Suero
el siglo X I V ,
Pérez, que accedió a ello. E n
13 6 9 ,
el noble Berm údez de
M aestre
de
A lcán tara,
T r e jo quiso construir en L a s Corchue-
tras la muerte de Pedro el C ruel, el
las una suntuosa capilla para alo jar en
M aestre don M elén Suárez se p ro n u n
ella la im agen de N uestra Señora, exis
ció p o r el m onarca portugués, que as
tente en el castillo, y sucedió que el
piraba al trono castellano, dándose el
prim er día en que se acom etió la obra,
caso de qae algunas fortalezas de la O r
dejaron los operarios sus herram ientas,
den le obedecieron, trem olando bande
no h allánd olas a llí al llegar la siguiente
ras p o r el lusitano— com o ya dijim os
jornada,
al ocuparnos de A lm enara— ; pero la
apareciendo
todas
ju n tas
al
pie del altar de la V irg e n , hecho repeti
de P eñafiel no siguió aquel ejem plo,
do al día siguiente, lo cual m ostraba de
por lo cual se refugiaron en ella m u
form a paladina que la Santa
chos caballeros que reconocían p o r m o
Im agen
m anifestaba su deseo de permanecer en
narca a don E nrique de T rastam ara.
su sencilla
desde
P o r ello la sitió y tom ó dicho M aestre.
donde tan to había protegido a los v a
Después pueblo y fortaleza intervi
erm ita
del
castillo,
lientes soldados de la C ru z, siendo a llí
nieron
respetada hasta p o r los muslimes.
que perturbaron a la O rden con m otivo
activam ente en
las rivalidades
de la elección de quién h abía de suce der al M aestre don G óm ez de Cáceres y Solís. D e los tres aspirantes que se
P E Ñ A F IE L
disputaban
la
elevada
dignidad— don
C a stillo edificado p o r los árabes en
Francisco de Solís, sobrino del d ifu n
el siglo IX , al que dieron el nom bre de
to ; el niño don Juan de Z ú ñ ig a , h ijo
Racha-Rachel, en alusión a la roca so
de los condes de Plasencia, y don A lo n
bre la cual fué cim entado. Se h alla a
so de M o n ro y — Peñafiel se in clin ó por
orillas del río E lja s, arcifinio afluente
el ú ltim o, y ello fué causa de que el
del T a jo , o sea que sirve de lím ite en
Papa, que protegía a Z ú ñ ig a, exco m u l
tre España y P ortu gal, al Oeste de Z a r
gara
za
cinos.
la
M a y o r.
D efinitivam ente
recon
a C om endador,
soldados
y
ve
quistado p o r A lfo n s o I X el año 1 2 1 2 ,
L a s incursiones portuguesas por la
en las operaciones que precedieron a la
comarca, tan depredatorias para num e
tom a de A lcántara, dicho m onarca lo
rosos pueblos cacereños, y la rivalid ad
existente entre los habitantes de Peña-
m ohade Y u s u f-A b u -J a cu b ,
fiel y los del cercano C eclavín , ocasio
definitivam ente rescatado hasta el año
no siendo
naron decadencia de pueblo y fortale
12 13
p o r A lfo n s o IX . Este m onarca,
Se atrib i
za. Esta fué o b jeto de reparaciones to
en ve z de restituirlo a los T em p lario s,
de esta foi
d avía en el siglo X V I I ; pero las peri
lo cedió a la O rden de A lcán tara, des
h alla situac
pecias históricas y el abandono poste
oyen do
las reclamaciones que le fo r
m o nom bre
riores han ocasionado su ruina. T a n t o
m ulaban sus anteriores poseedores. R e
la sierra de
el recinto alm enado, de m am postería,
construido
las de E ljx
com o el antem ural de cortina con vanos
im portante E ncom ienda de la m isma.
valeón y M
A l lí se celebró C a p ítu lo , presidido por
líos
el ú ltim o M aestre, don Juan de Z ú ñ i
contener el ¡
góticos y escudos de la O rden, se hallan derruidos a trechos. D e las torres, la central o del hom enaje se yergue a fa l ta del que fué su coronam iento, con servando
el
matacán
sobre ménsulas
para la defensa de la puerta.
por
la
O rden,
constitu yó
ga, el 1 7 de enero de 14 8 6 , lo cual de nota que el castillo se hallaba en ton ces en buen estado de conservación. N o se registra noticia posterior referente al mismo. Su planta es p o ligon al,
PORTEZU ELO
o b lo n ga e
irregular, dado lo quebrado del suelo en que se asienta, que tiene d ifícil ac
erigido
ñas hacia el leonés Ferna llera en 1 1 6 y algunos ot los que h iz o tar del T e m pués cayeron los m uslim es je dado hacia
Esta fortaleza, considerada com o una
ceso, y consta de dos recintos defensi
de las m ayores de la región, se halla
vos. D e l exterior sólo quedan restos de
cuando A lf o i
próxim a al pueblo de dicho nom bre,
las cortinas septentrional y m eridional,
nesas, b a jó a
en
en las que se advierte la carencia de to
apoderarse
ria, que es por donde pasaba antigu a
rres defensivas, y
fu é u n o de 1<
mente la vía Dalmacia, de gran im p or
apuntado, pasado el cual, b a jo un m a
tancia
tacán disim ulado, h ay otro arco m ayor,
Com o
de la m ism a form a e igualm ente de la
p laza al Maes
d rillo. E l interior, cuyas dim ensiones
Ju lián del P er
la
carretera
de
A lco n étar
estratégica,
pues
a
constituía
Co
el
cam ino de reserva en caso de perderse la G uinea o V ia lata, para u n ir los p a sos de la T ran sierra con las tierras de C iu d a d R o d rig o y Salam anca. Su p o sición dom inante, sobre elevado cerro, le confería
incalculable
va lo r
en
los
la puerta, de arco
m uy
destruido,
no
conservándose la puerta; pero de él res
a llí im portante puesto defensivo. Pero
— que debió ser la del hom enaje— y
debieron
quienes
otra en el ángulo N oroeste. E xiste una
castillo, tal
especie de p laza de armas y , a los lados
ve z com o p u n to avan zad o de la gran
oriental y occidental de la m isma, res
p laza de C oria. E n
tos de construcciones. E n el ángulo del
construyeron el p rim itivo
1 1 6 7 se apoderó que lo
Suroeste perdura un arco de lad rillo ,
d on ó a la O rden del T e m p le ; mas a
apuntado, que term ina en casquete de
los pocos años lo recuperó el E m ir al-
bóveda.
de él Fernando
II
de L eón ,
h abía
se h a lla tam bién
dondas, situadas una al lado oriental
árabes
portantes que
en prem io a
poner que aun antes de ellos ya h u b o los
di
prestada deram
tan lienzos sin almenas y dos torres re
ser
C am bial
son 40 metros de largo y 25 de ancho,
tiem pos medievales, p o r lo que cabe su
de
des.
quistada A lcá n el cam bio de < den— , el Maes de Santibáñez comiendas, cor blos, la cual ct tiem po el cuarl Ileros de A lcán sus expedicionej 12 2 0 la O rden seedora de este to a la de A lcá r
__
S A N T IB A Ñ E Z
no siendo
pero el m onarca, queriendo que preva leciera su donación, d ió a los tem pla
ita el año Se atribuye a los árabes la fundación
monarca,
de esta fortaleza, en el siglo I X .
’em plarios, ntara, desue le forídores. R e constituyó la misma, ísidido por a de Z ú ñ i-
rios la v illa de A lb a de L iste. S an tibá
Se
ñez fué otra de las fortalezas que el
h alla situada ju n to a la v illa del m is
M estre don M elén Suárez puso al ser
m o nom bre, en una elevada cumbre de
vicio del m onarca portugués al m orir
la sierra de G ata, y fo rm ó parte— con
Pedro el C ru el, si bien no tardó en ser
las de E ljas, T re v e jo , A lm enara, Sal-
retrotraída
valeón y M ilan a— de la línea de casti
que II. D u ran te tres siglos esta E n co
llos
erigidos p o r los
sarracenos
a
la
obediencia
de
E n ri
para
mienda servía al M aestre con cuatro
contener el avance de las tropas cristia
lanzas en tiem po de guerra. L a últim a
nas hacia el Sur. E l valeroso m onarca
lo cual de
noticia que de Santibáñez se tiene es
leonés F ernando II, atravesó la cord i
que en 1 de agosto de 17 9 0 el rey co n
aba enton-
llera en 1 1 6 7 y conquistó este castillo
cedió la E ncom ienda al C o legio im pe
va ció n . N o
y algunos otros de los m encionados, de
rial de la O rden de A lcántara, en Sala
referente al
los que h iz o donación a la O rden M ili
manca.
tar del T e m p le ; pero pocos años des o b lo n ga e
pués cayeron nuevam ente en poder de
0 del suelo
los m uslim es en virtu d del gran em pu
e d ifícil ac
je dado hacia el N o rte por los alm oh a
tos defensi-
des.
lucha
E stá situado sobre un elevado cerro,
an restos de
cuando A lfo n s o I X , desde tierras leo
a tres kilóm etros al Sur del pueblo lla
m eridional,
nesas, b a jó a E xtrem adura, llegando a
m ado
apoderarse
Santibáñez
de H oyos. Fué u n o de los más im p or
fué u n o de los prim eros reductos im
tantes castillos de la provincia, edifica
portantes
12 12 .
do p o r los T em p lario s, a quienes F er
esta
nando II concedió la posesión de aque
encia de t o ta ,
de arco
ja jo un maarco m ayor,
C am biad o
Com o
de que
había
el signo
de la
A lcántara, rescató, ofrecido,
el
año
concedió
TR E VEJO
V illa m ie l,
del
p artido
judicial
p laza al M aestre de la O rden de San
llos parajes, com o prem io
Ju lián del Pereyro, don B en ito Suárez,
ayuda recibida de la O rden en su p ri
en prem io a la gran ayuda p o r éste
mera
prestada durante aquella campaña. C o n
T ran sierra, o sea el territorio cacereño
quistada A lcán tara— hecho que m otivó
situado al Sur de la cordillera C arpeto-
»ro de él res-
el cam bio de denom inación de la O r
vetónica y a Occidente de la antigua
Jos torres re
den— , el M aestre fo rm ó con el castillo
V ia lata. Pero en 1 1 8 6 revocó el m o
lado oriental
de Santibáñez una de sus mejores E n
narca tal donación, concediendo la fo r
homenaje— y
comiendas,
de diez pue
taleza a la O rden de Santiago, para lo
e. E xiste una
blos, la cual con stitu yó durante algún
grar lo cual tan to le había instigado su
f, a los lados
tiem po el cuartel general de los caba
M aestre, don Fernando D ía z , y a lo
1 m ism a, res
lleros de A lcán tara, de donde partían
que sin duda se inclinó el m onarca por
el ángulo del
sus expediciones contra los m oros. E n
creer que los santiaguistas estaban en
1 de lad rillo,
12 2 0 la O rden del T em p le , inicial p o
mejores condiciones de defenderla.
a casquete de
seedora de este castillo, p rom o vió p lei
E n el siglo X I I se le daba el nom bre
to a la de A lcán tara para reivindicarlo;
de TreueUio, según aparece consignado
mente de ladimensiones 25 de ancho, estruído,
no
com prensiva
— 155 —
cam paña
a la gran
reconquistadora
de
la
en las bulas pontificias. P o r entonces
V A L E N C IA
DE
ALCANTARA
— probablem ente en el tercer decenio de dicha centuria— pernoctó en T r e v e jo el
Esclarecido que la población de o ri
rey A lfo n s o I X , que iba cam ino de C á -
gen ibérico o rom ano en quien algunos autores quisieron ver el origen de ésta,
ceres.
fué la situada en el cerro denom inado
N o existen noticias de hechos poste
V illa V ie ja , varios kilóm etros al Sur,
riores de im portancia concom itantes con
queda ya fuera de dudas que V alencia
este castillo hasta el período de bande
de A lcán tara la
rías y luchas intestinas del siglo X V .
probablem ente en el siglo X I I . L a re
fu n daron
los árabes,
E n 14 6 5 , E n riqu e I V de C astilla vió
conquistó el M aestre de A lcántara, don
cóm o le h iz o traición don G ó m ez de
G arcía
S olís, segundón de una noble fam ilia
con ella una de las principales E n co
cacereña
había
m iendas de la O rden. N o tardó en ser
nom brado M aestre de A lcántara, y que,
escenario de las luchas intestinas de la
en vez de serle fiel, se pasó al bando
m ism a,
enem igo, o sea al que en A v ila había
R u y V á z q u e z fué depuesto y sustitui
proclam ado rey al infan te d on A lfo n so .
do p o r don Suero Pérez, en 1 3 1 8 , re
a
quien
el
m onarca
P ara castigar aquella deslealtad, escri b ió a su incondicional el C lavero don A lo n so de M o n ro y , ordenándole com batiera a So lís y a sus secuaces, entre
Sánchez,
en
pues cuando
12 2 0 ,
form and o
el M aestre
don
tiróse a V alen cia de A lcántara, hacién dose fuerte en su castillo, donde su su cesor lo sitió, logran do una noche es capar de la fortaleza. En
13 5 0
el
m onarca
portugués,
ellos el C om end ad or de T re v e jo , don
a la sazón en guerra con el de C a sti
D ieg o Bernal, cosa que h izo M o n ro y
lla, sitió esta p laza, consiguiendo to
decididamente, m áxim e cuando tan re
m arla, y aunque acudió el M aestre de
ciente estaba su salida de la prisión en
A lcán tara con sus huestes para recupe
que lo había tenido reducido el M aes
rarla, no lo consiguió, permaneciendo
tre. R eunió gente de armas y una n o
en poder lusitano, hasta que al año si
che asaltó la fortaleza.
guiente, m ediante negociaciones, fué de
N ueve años después se apoderó
de
ella el tem ido jefe de bandoleros F er nán C en teno; pero transcurridos cinco meses, fué recuperada por un capitán llam ado don R am iro, que m andaba las tropas del arzobispo de T o le d o .
vuelta.
T ras
la muerte
de
Pedro
el
C ruel, V alencia— al igu al que A lcá n ta ra— se negó a reconocer a E nrique II, pasándose
al
bando
portugués;
pero
dom inada por el m onarca castellano la cabeza de la O rden, aquélla se som etió al m ism o. C u an d o, en 1 3 9 4 , se reanu
C onsta que hasta hace poco más de
dó la querella con el vecino reino, el
un siglo se encontraba este castillo en
M aestre Fernando R o d ríg u ez de V i l la
buen estado de conservación, pues en
lobos se adentró por el territorio lu si
los postreros años del reinado de F er
tano, pero tu v o que regresar, persegui
nando V I I , tenía guarnición. A partir
do p o r las tropas enemigas, encerrán
de entonces se acentuó su ruina.
dose en V alen cia, donde aquéllas le cer— 156 —
UR.A le orilgunos ;e ésta, lin a d o il Sur, alencia árabes, L a re■a, don m ando E ncoen ser s de la re don ustituí18, re-
V
¡%
hacíén: su su iche esrtugués, : C astiído toestre de recupeíeciendo año si fué de’edro el \lcán taique II, is; pero :llano la som etió e reanureino, el le V i l la n o lusipersegui:ncerránas le cer-
# ^
/ b ib u o t e c H
1 CEMTRAL 1 CACERES
carón durante seis días, tras lo que se
dieron el paso. E n 1 6 5 1 cayeron nue-
retiraron. E n 1408 atravesó la frontera
vam ente
un
hom bres, obteniendo el m ism o resulta
cuerpo
de ejército portugués,
lle
sobre
V alencia,
con
4.000
gando hasta cerca de las defensas de la
do negativo. E l intento siguiente fué
villa, donde fué derrotado por los h a
en
bitantes de la m isma, al m ando del ca
retirado
pitán don García A lv a re z de V illa g u -
conde de San L o ren zo (12 .0 0 0 h o m
tiérrez. E n 14 3 2 intentaron los in fa n
bres y nueve piezas de a rtille ría ), que
tes de A rag ó n apoderarse de esta p laza;
causó grandes destrozos en la población,
pero se opuso a ello el C om endador
si bien
M ayo r, don G utiérrez de Sotom ayor,
ella, por lo que a los nueve días desis
quien consiguió prender a don Pedro,
tió del asedio. E l ú ltim o y más fo rm i
obligand o a los sediciosos a retirarse,
dable ataque de aquella guerra fué rea
1657,
acum ulando a llí el ejército de
O liven za ,
tam poco
al
pudo
m ando
apoderarse
del
de
hecho por el que el m onarca concedió
liza d o en el mes de ju n io de 16 6 4 , en
a la v illa grandes mercedes. D u ran te la
que se presentó ante la p laza — guarne
pugna entre el M aestre Solís y el C la
cida por dos tercios de infantería y el
vero M o n ro y , perm aneció fiel al p ri
paisanaje,
mero. E n octubre de 14 9 7 se celebró
don Juan de A y a la y M ejía — el ejér
en el castillo de esta v illa el m atrim onio
cito m andado p o r el m arqués de M a-
de don M an u el de P o rtu g a l con la in fanta doña Isabel, h ija de los Reyes
rialva, com puesto de 17.0 0 0 hom bres
Católicos.
cesante cañoneo, los portugueses consi
T o d a v ía es pródiga la actuación his
al m ando
del G obernador,
y doce cañones. T r a s tres días de in guieron abrir una gran brecha en la
tórica de V alen cia de A lcántara. D u
m uralla, que las mujeres y los m ucha
rante la llam ada guerra de la Indepen
chos tapaban denodadam ente con sacos
dencia portuguesa, sufrió las consecuen
de arena y hasta con colchones y b a ú
cias de su situación avanzada. E n p ri
les, m ientras la guarnición y todos los
mero de diciembre de 16 4 0 dieron los
hom bres útiles contestaban con fusiles
lusitanos su prim era embestida, siendo
y arcabuces al fuego de los sitiadores.
rechazados por las com pañías que o r
Tan
g an izó el vecindario, tras lo que causa
fuerzas
grande era
la
desproporción
de
que los sitiados n o pudieron
ron los sitiadores grandes daños en el
continuar la resistencia, por lo que acep
cam po lim ítrofe. E l 26 de agosto del
taron una rendición en extrem o h o n
año
rosa,
siguiente atacaron
pudiendo
tam poco
de nuevo,
apoderarse
de
no
según
reconocieron
los
propios
la
enemigos. L a plaza torn ó a la sobera
plaza. Seis años después, en 16 4 6 , la
nía española, por virtu d del tratado de
sitiaron 4.000 infantes y
p a z de 13 de febrero de 16 6 8 .
1.5 0 0 jin e
tes, costándoles el inten to más de 500
E n 17 0 6 v o lv ió V alen cia de A lc á n
bajas. E l 28 de octubre de 1468 reali
tara a estar b a jo el d om inio lusitano,
zaron un nuevo intento de conquista,
con m o tivo de la guerra de Sucesión.
con m ayores contingentes arm ados, y
C o n ta b a una guarnición de sólo 400
aunque lograron abrir brecha en la m u
hom bres cuando fué cercada p o r 3.000
ralla, sus heroicos defensores les im pi-
soldados
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portugueses
al
m ando
del