Cano milicias

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LAS

M I L I C I A S D E P A R D O S Y M U L AT O S E N E L I S T M O D E

TE H U A N T E P E C

Nayeli Cano*

LOS DRAGONES PARDOS

Durante la época colonial la Corona

poco se formaron con personas de diferentes mezclas raciales.1 Los afromestizos participaron acti-

española mantuvo vigiladas las costas

vamente en estas milicias a lo largo del

de sus virreinatos para protegerlas de

territorio colonial. En un principio se les

intrusos extranjeros que amenazaran sus

integraba en tropas de blancos, ya que

territorios por intereses expansionistas.

las autoridades temían juntar y armar a

Para ello desplegó una serie de armadas

gran número de negros, mulatos y/o par-

que además controlaban las sublevacio-

dos, debido a su “mala fama” de tener

nes indígenas y los ataques piratas.

temperamento violento y rebelde.

La mayor parte de estas tropas es-

Con el tiempo muchos españoles y crio-

taban compuestas por soldados traídos

llos no estaban dispuestos a soportar las

desde España, pero en el siglo XVII la Co-

malas condiciones del servicio, y se empleó

rona comenzó a sustituirlos por milicia-

a mulatos y pardos para cubrir los puestos

nos novohispanos, debido a que la mayor

vacíos. Los soldados negros estuvieron dis-

parte de las tropas españolas estaban en

tribuidos en compañías de pardos y morenos

Europa enfrentando situaciones de gue-

libres en los actuales estados de Veracruz,

rra. A través de varias cédulas reales se

Puebla, Campeche, la ciudad de México,

crearon las milicias cuyos cuerpos poco a

Guadalajara, Guerrero y Oaxaca.2

1 Ben Vinson III, “La dinámica social de la raza: los milicianos pardos de Puebla en el siglo XVIII”, en Adriana Naveda Chávez-Hita (comp.), Pardos, mulatos y libertos. Sexto Encuentro de Afromexicanistas, Xalapa, Universidad Veracruzana, 2001, pp. 61-78. 2 Ibid., p. 63-64.

89


Existían dos grandes divisiones en la

pos fueron dirigidos e integrados tanto por

milicia española desde el siglo XVII que se

los dueños de las haciendas, como por los

heredaron en las colonias de América: las

peones, pequeños propietarios, españo-

provinciales y las urbanas. Las milicias

les, indígenas y todo tipo de mestizos.

urbanas eran las más antiguas y fueron

Los nombres de los batallones hacían

financiadas por los gremios. Su espacio

referencia al lugar de pertenencia, se

geográfico era reducido, pues actuaban

decía que eran las milicias de tal partido

en sus propias ciudades y puertos. Los

o villa; también se les nombraba si eran

puestos militares se vendían entre la mis-

de infantería o caballería, sin otra dife-

ma población del lugar. Algunos de los

rencia que ir montados o no.5

nombres de estos cuerpos fueron: Tercio

Cualquier persona que se dedicaba

del comercio, Compañía de españoles,

a la milicia contaba con la protección del

Compañía de plateros, Compañía de no-

fuero militar, es decir, de un conjunto de

bles, Compañía de pardos, etcétera.

prerrogativas legales y judiciales que se

3

Las milicias provinciales o rurales ser-

otorgaban a los militares para asegurar

vían en territorios más amplios, contaban

un rápido alistamiento. El fuero beneficia-

con mayor número de soldados y estaban

ba sobre todo a las élites locales, ya que

apoyadas por veteranos de otras tropas

les significaba poder y cierto grado de

que se dedicaban al entrenamiento y dis-

protección oficial a sus negocios, además

ciplina militar. Este tipo de organización

de que les permitía aumentar el control

militar se extendió en la Nueva España

que ejercían sobre sus trabajadores o

hacia la década de los sesenta del siglo

arrendatarios. Algunas de estas exencio-

XVIII.

nes y privilegios eran:

4

A principios de la época colonial la

• Exención de penas por azotes o ver-

formación y mantenimiento de las mili-

güenza pública (castigo común

cias provinciales estaba a cargo de los

para negros e indígenas).

encomenderos, posteriormente los cuer-

• Exención del servicio de hospedaje.

3 Idem; Juan Marchena Fernández, Ejército y milicias en el mundo colonial americano, Madrid, Mapfre, 1992, p. 99. 4 Idem. 5 Idem.

90


• •

• •

Exención de portazgos, guías y

Para 1783 el istmo contaba con varios

carretas.

cuerpos militares que recorrían la costa

Licencia para poseer armas de-

y hacían guardias. Dicha milicia se divi-

fensivas y algunas clases de ar-

dió en tres compañías de caballería con

mas ofensivas.

alrededor de 100 hombres cada una. Es-

Exención del desempeño de ofi-

taban situadas en los pueblos de Tehuan-

cios públicos contra su voluntad.

tepec, Juchitán, Ixtaltepec, San Jerónimo

Exención del embargo o prisión

Chihuitan, la Hacienda de Espinal y San

por deudas (salvo las contraídas

Francisco del Mar; todo el cuerpo tenía la

con la real hacienda).

denominación de Dragones Pardos.8

Jubilación a los 20 años de servicio con todos los beneficios.6

También existían dos compañías en Xalapa del Marqués y Huamelula, con menor número de milicianos y más des-

Los afromestizos llegaron a ocupar pues-

organizadas que las de Tehuantepec. En

tos de autoridad en las milicias y todos

Xalapa se encontraba un cuerpo de par-

los que se alistaban debían ser libres.

dos formado con sólo 42 habitantes de la

Además de los beneficios arriba mencio-

villa, mientras que en la cabecera de Hua-

nados, los mulatos pudieron mejorar su

melula sólo había 38 elementos.9

posición social, y les permitió acceder a

Cerca del istmo había una compañía

mejores oportunidades de empleo; sin

con cuerpos en Huatulco, Pochutla y To-

embargo esto no mejoró su situación eco-

nameca con 145 hombres cada uno. Un

nómica. La experiencia militar también

año después se organizaron mejor los

les brindó conocimientos sobre el sistema

Dragones Pardos de Tehuantepec y se

legal de la Nueva España y, ante los ojos

dividieron formalmente en tres secciones:

de la sociedad, el uniforme les brindaba

la primera formada en la cabecera de Te-

algo de estatus.

huantepec con 100 hombres; la segunda

7

Ibid., p.100. B. Vinson, op. cit., pp. 63-64. 8 AGN, Indiferente de guerra, vol. 483-A, Milicias de Tehuantepec, carpeta segunda del estado general de las revistas que pasó el comisionado Martí a las milicias de Tehuantepec, Xalapa, Guamelula, Xicayan, Teposcolula y Nochistlan, 1783. 9 Idem. 6 7

91


en Ixtaltepec y San Francisco del Mar con

los cargos de justicias, y que los conoció

104 hombres; la tercera se encontraba en

laboríos algunos años y que habrá veinte

la Ranchería de Espinal y Juchitán con

poco más o menos que se reglaron por

102 enlistados, en total el cuerpo tenía

soldados milicianos en virtud de órdenes

306 milicianos.10

superiores, permaneciendo hasta ahora

Las milicias provinciales, también llamadas compañías sueltas, reunían a

con las formalidades de república que siempre tuvieron [...]12

sus hombres cada vez que había necesidad, pues no era el único oficio de es-

Las familias de estos soldados, así como

tas personas que se dedicaban también

de otros habitantes de Tapanatepec en

a la tierra, el ganado y otras ocupacio-

su mayoría mulatos o pardos, tenían

nes. La mayoría de los milicianos eran

aproximadamente un siglo de habitar la

originarios de los lugares donde se con-

zona y ocupaban puestos de gobierno

formaron dichas milicias; sin embargo,

dentro de su comunidad. Muchos de los

también había compañías con personas

soldados de Tapanatepec formaron parte

originarias de otros pueblos.

de los Batallones Reales de Tehuantepec

11

Tal fue el caso de soldados de Tapanatepec. Según una monografía del siglo

XVIII

citada en el trabajo de Nimcy

Arellanes:

y también se dedicaban al comercio con Guatemala.13 En San Francisco del Mar, distante entre 18 y 20 leguas de Tehuantepec, se encontraba parte de la segunda compa-

El pueblo de Tapanatepec es antiquísimo

ñía; las autoridades militares prefirieron

y ha estado siempre poblado de gente

conservar ahí a los vigías de la costa con

libre de color quebrado que ha obtenido

el fin de “embarazar los contrabandos

Ibid., 1784. Idem 12 Miguel Ramis Liljeult, Monografía del pueblo de San Pedro Tapanatepec. Estado de Oaxaca, edición del autor, México, 1987, p.2 7 citado por Nimcy Arellanes Cancino, “Dominicos. Conflictos por tierras en el istmo de Tehuantepec, siglos XVIII y XIX”, tesis de licenciatura, México, UNAM, 1998, pp.122. 13 AGN, Indiferente de guerra, vol. 483 - A, carpeta segunda del estado general de las revistas que pasó el comisionado Martí a las milicias de Tehuantepec, Xalapa, Guamelula, Xicayan, Teposcolula y Nochistlan, 1784. 10 11

92


que se pueden introducir por muchas en-

La compañía de Xalapa decía ser

senadas que abundan, capaces de fon-

“moderna”, según la documentación de

dear en ellas las embarcaciones menores

1784, y sus individuos pagaban tributo.

con perjuicios de los reales intereses tan

La compañía de Huamelula fue funda-

recomendables por repetidas ordenes de

da en 1778 y tenía en servicio a pardos

su majestad”.

tributarios. En cuanto al establecimiento

14

Diariamente hacían tres vigías, una

de las compañías de Xicayan se dice que

en el pueblo de San Francisco del Mar,

son aún más antiguas, pero no hay prue-

en la costa; otra en un paraje llamado el

ba de ello.

Morro, distante ocho leguas del pueblo

El coronel encargado de las milicias

anterior; y una más en la costa cercana a

de Tehuantepec era don José Miguel

Tehuantepec, ubicada a cuatro leguas del

Bejarano, el mismo que introdujo la in-

Morro. En tiempo de guerra se aumenta-

dustria del añil en el istmo. Entre 1782 y

ba la vigilancia de la costa a la jurisdic-

1784 mandó constantes informes sobre

ción de Huamelula, en un paraje llamado

el estado del cuerpo, así como peticio-

Sipegua, a nueve leguas del Morro.

nes y proyectos para mejorar las condi-

15

Sobre el origen de las milicias en el

ciones y mantenimiento de las mismas.17

istmo no se ha encontrado documen-

Informaba al inspector general del rei-

tación alguna, pero en la década de los

no y al virrey sobre el deplorable estado

ochenta del siglo XVIII existía ya memoria

de su cuerpo militar debido a la falta de

de su existencia y su tradicional tarea de

instrucción castrense. Propuso el aumen-

salvaguardar la costa. La única referencia

to de otra compañía y el establecimiento

antigua de dichos cuerpos es una decla-

de una estancia de ganado, así como la

ración, firmada por el excelentísimo señor

aplicación de impuestos extras a la carga

don Antonio María de Bucareli, expedida

de sal y cacao, industrias propias de la

el 6 de mayo de 1778. En ella se les con-

región, para el sostenimiento de las mili-

cedía el fuero militar.

cias. Los inspectores que acudieron a la

16

Ibid., 1783. Idem. 16 Idem. 17 Idem. 14 15

93


zona le brindaron total apoyo, de forma

vestuario, armamento, música, cuarteles

que para 1785 se vieron aceptadas y

y demás anexos para las milicias.20

cumplidas sus peticiones.18

La propuesta de Bejarano de estable-

En estos informes hubo muchas pro-

cer un rancho en el pueblo de Juchitán

puestas extras para reorganizar y mejorar

se hizo realidad. La estancia fue fundada

el cuerpo militar, no sólo de Tehuantepec

en un lugar llamado Camotepec, el casco

sino de todo el obispado de Oaxaca. Las

lo estableció en Guamuchal, cuyas tierras

propuestas iban desde reducir a 50 hom-

eran favorables para el ganado. Bejarano

bres por compañía, debido a la escasez

aportó 100 vacas, doce toros, cuatro ca-

de oficiales a cargo, hasta formar otro es-

ballos, armas, sirvientes y todo lo necesa-

cuadrón para completar el de Huamelula

rio, argumentando que era un ahorro para

y Xalapa e incorporarlo al regimiento de

el real erario.21

Tehuantepec, para dar un servicio más completo de vigías en la costa.

19

Además solicitó aumentar un real por

Los verdaderos dueños de estas tierras eran los indígenas del pueblo de Comitán, el cual fue despoblado en

cada carga de sal, grana y cacao traído

la década de los sesenta del siglo

XVIII,

desde Tabasco y Guatemala, mientras

instalándose algunos de estos habitantes

que a los dueños de haciendas de ganado

en Ixtaltepec. Bejarano aprovechó esta

se les pidió medio real por cabeza, como

ausencia para quedarse con las tierras.

compensación por los beneficios que go-

Posteriormente se desató un conflicto por

zaban gracias a la protección y vigilancia

el reclamo de las mismas, el litigio fue ga-

de las milicias. Esta contribución corres-

nado por los de Ixtaltepec en 1790, y Be-

pondería al producto anual y se pagaría

jarano tuvo que sacar el ganado y pagar

al mismo tiempo que el diezmo. Con esto

los daños ocasionados durante los cinco

Bejarano pensaba cubrir los gastos de

años que permaneció allí.22

Idem. Idem. 20 Ibid., 1784. 21 Idem. 22 Olivia Machuca Gallegos, “Los Pueblos indios de Tehuantepec y el repartimiento de mercancías durante el siglo XVIII”, tesis de maestría, México, UNAM, p.147. 18 19

94


La mayoría de los milicianos eran

pec, se hizo un alistamiento para comple-

pardos, excepto el coronel y los sargen-

tar el número de éstas, para lo cual se

tos primeros de los tres cuerpos. Uno era

autorizaban sólo vecinos de primera y

español y los otros dos mestizos; había

hasta tercera clase.24

un ayudante general que también era es-

En el caso de los de cuarta y quinta

pañol y provenía de la ciudad de Oaxa-

clase que pertenecían a la milicia, sólo lo

ca. La calidad racial estaba ligada con el

hacían en calidad de urbanos, es decir,

estatus social, por lo que los cargos de

no podían actuar como soldados fuera de

autoridades militares estaban ocupados

sus partidos y sólo lo podían hacer en ca-

preferentemente por españoles o mesti-

sos de emergencia, por lo tanto, estaban

zos que llevaran una “vida honesta”, re-

sujetos al pago de tributo y debían adqui-

cordemos que en toda la época colonial,

rir cierta instrucción.25

23

los afromestizos eran considerados como

Todos los domingos se verificaba una

gente propensa al “vicio y los actos inmo-

asamblea doctrinal en sus mismos pue-

rales” como consecuencia de la mezcla

blos, sin perjuicio de la ocupación de la

racial.

tropa en sus ejercicios de labor para sus-

De cualquier forma se encontraban

tentarse. Pertenecer a la milicia propor-

pardos en puestos medios de autoridad,

cionaba exención del tributo, pero no era

como capitanes, tenientes, alférez, sar-

así en todos los casos, lo que fue causa

gentos segundos y terceros. En la do-

de muchos problemas en todas las mili-

cumentación se advierte esta diferencia

cias de Nueva España.26

racial y social al hablar de vecinos dividi-

Se exceptuaba del tributo a soldados

dos en varias clases, desde una primera

que estuvieran activamente cumpliendo

hasta una quinta. Por ejemplo, cuando se

con su deber, como era el caso de los

autorizó que se agregaran las milicias de

vigías en las costas o en cualquier otro

Huamelula y Xalapa a las de Tehuante-

tipo de vigilancia en pueblos y haciendas.

AGN, Indiferente de guerra, vol. 483-A, Informe del comisionado Francisco Martí sobre las milicias urbanas de las jurisdicciones de Xalapa y Nochistlan, 1784. 24 Idem. 25 Idem. 26 Idem. 23

95


Sin embargo, siempre había de por medio

gestiones de Bejarano: cada compañía

alguna ordenanza que permitía no pagar

tuvo por lo menos dos sargentos y dos

la contribución, como las que beneficia-

cabos veteranos, un teniente coronel y

ban a los padres, hijos o hermanos de

dos portaguiones milicianos, un ayudan-

los milicianos, así como a los soldados

te mayor, un tambor mayor y un oboe ve-

retirados por accidente, edad avanzada,

terano. Finalmente también se incorpo-

hijos de viudas, hijos de sexagenarios o

raron a los escuadrones de Tehuantepec,

simplemente por haber cumplido 20 años

las compañías de Xalapa y Huamelula, las

de servicio.

cuales recibieron para su manutención el

27

Un ejemplo de este último caso tuvo lugar cuando el coronel Bejarano mandó

monto del impuesto extra a la sal y el cacao que había pedido Bejarano.30

una carta al virrey para pedirle que brin-

A finales del siglo XVIII se le dio mucha

dara fuero a unos oficiales mulatos que se

importancia al establecimiento y amplia-

habían empleado en las tres compañías

ción de milicias en todo el virreinato, como

y que para esas fechas se encontraban

parte de las medidas propuestas por las

28

en periodo de retiro. Ante la escasa po-

Reformas Borbónicas. El virrey Revillagi-

sibilidad de un ataque enemigo, el cuer-

gedo y el marqués de Branciforte se encar-

po militar en Tehuantepec concentró sus

garon de convocar a la población mediante

actividades en prestar auxilio a la “Real

bandos para que se integrara a los cuer-

Justicia”. Servía para contener intentos de

pos militares. En dichos bandos se decía:

sublevación e impedía que embarcaciones

“es ya tiempo de emprender la creación de

ilícitas fondearan en aquellos puertos.

compañías sueltas de milicias en todas las

29

Estas actividades se llevaron a cabo

Provincias sujetas a este virreinato, con

con mayor eficacia, cuando la condición

arreglo a lo determinado por su majestad

de los cuerpos se benefició gracias a las

en repetidas Reales Ordenes”.31

Idem. AGN, Indiferente de guerra, vol. 483-A, carta dirigida al virrey Gálves, 1783. 29 Idem. 30 Ibid, Carpeta segunda del estado general de las revistas que pasó el comisionado Martí a las milicias de Tehuantepec, Xalapa, Guamelula, Xicayan, Teposcolula y Nochistlan, 1784. 31 AGN, Bandos, vol. 18, exp. 29, bando para el establecimiento de milicias en la costa del sur, 6 de octubre, 1795, f.129. 27 28

96


La creación de estas compañías suel-

de los primeros, cuando no alcancen a

tas era sencilla, pues sólo se reclutaban a

cubrir sus bajas las Banderas de recluta,

hombres útiles para el servicio, debiendo

y finalmente para concurrir a la formación

ser de familias honestas, no menores de

importante de tres distinguidos Cuerpos

16 años ni mayores de 40, sin imperfec-

Provinciales de Granaderos, Cazadores y

ción visible en sus personas y sin que

Dragones Voluntarios.34

padecieran “incurables accidentes habituales”.32 El sorteo para determinar a

Es importante explicar qué significa ser

quiénes se enlistaban se hacía con las

de “casta limpia”. Este concepto al pare-

formalidades marcadas por la Real Decla-

cer se refería a la “limpieza” social de los

ración sobre puntos esenciales de la Or-

aspirantes y tenía que ver con el sistema

denanza de Milicias; acudían el teniente

de castas en el que se clasificaban las

coronel comisionado y los ayudantes que

mezclas. A pesar de ser contradictorio

él escogiera, también el justicia del parti-

ese requisito porque se reclutaban mu-

do, el cura párroco, y uno de los vecinos

latos y pardos, que eran considerados

que fuera honrado e idóneo, en calidad

resultado de una mala mezcla de sangre,

de síndico procurador en los pueblos que

se puede observar cómo en la cotidiani-

no hubiera ayuntamiento. Finalmente:

dad las clasificaciones raciales y su con-

33

ceptualización no eran tan estrictas, pues […] eran admitidos todos los mozos de

tenían matices que permitían ir más allá

casta limpia y de las circunstancias indi-

de lo prohibido con justificación.

cadas, que quieran servir voluntariamente

La importancia del ejército era tal, que

en las compañías sueltas, bajo el concep-

absorbía cerca de la cuarta parte del fon-

to de que ellas se forman para aumentar

do total de las arcas del reino. A principios

las fuerzas de los cuerpos veteranos y

del siglo XIX contaba con 32,000 hombres,

provinciales de este ejército en tiempos

la mitad era de caballería y se encontra-

de guerra, sostener en el de paz de las

ba mejor armada que la del Perú. Según

Idem. Idem. 34 Idem. 32 33

97


Humboldt, este gran interés no se debe a

rante muchos años siguió habiendo una

que existiera un gran espíritu militar, “sino

distinción social entre blancos, indios y

a la vanidad de un corto número de fami-

afromestizos, estos últimos nombrados

lias cuyos jefes aspiraban a los títulos de

como pardos y mulatos, tal como lo de-

coroneles y brigadieres”, que se obtenían

muestran las fuentes documentales de la

con la milicia.

época.

35

Como las patentes y grados militares

Gracias a las Reformas Borbónicas,

se vendían, este furor por los títulos se

el ejército se consolidó como institución

volvió una fuente de ingresos para el fis-

en la Nueva España, pues fue considera-

co y los gobernadores. Sin embargo, se

do apoyo fundamental para la aplicación

sabe que el interés mayor por formar es-

de las nuevas leyes. El ejército creció

tas compañías era proteger a los colonos

como corporación y sus filas aumentaron

de motines y revueltas de los indios, así

de 5,000 individuos a mediados del siglo

como de agresiones a sus haciendas y

XVIII

establecimientos comerciales.36

a 30,000 en 1803.37 Adquirió más importancia como fuer-

Los indígenas y mulatos que se inte-

za coercitiva en el conflicto armado de

graron a la milicia tuvieron acceso a un

1810–1821, convirtiéndose en el origen

fugaz y relativo cambio de estatus social

del que iba a ser el ejército mexicano

con respecto al resto de sus similares y

durante todo el siglo

otros mestizos. Estuvieron exentos del tri-

que formaron parte de las filas armadas

buto durante un lapso y gozaron además

siguieron siendo de todas las “calidades

del fuero militar.

raciales”, pero sus altos mandos brinda-

A pesar de que la categorización por casta se fue diluyendo con el tiempo, du-

XIX.

Los individuos

ron estatus especial a la nueva clase dominante decimonónica.38

35 Alejandro de Humboldt, Ensayo político sobre el reino de la Nueva España, (1822), México, Porrúa, (Colección Sepan Cuantos, núm. 39), p. 558. 36 Idem. 37 Enrique Florescano y Margarita Menegus, “La época de las Reformas Borbónicas y el crecimiento económico (1750-1808)”, en Historia General de México, México, Colmex, 2000, p. 371. 38 Idem.

98


Fuentes: Joseph de Villa Señor, 1750; Laura Machuca Gallegos, 1999

Pueblos con presencia mulata hacia finales del siglo XVIII.

PARTICIPACIÓN MULATA EN LA INDEPENDENCIA

La guerra en Oaxaca comenzó con las acciones emprendidas por José María

Los batallones provinciales fueron los

Morelos en la costa, donde libró varios

primeros en confrontar a la población ar-

enfrentamientos con el capitán Francisco

mada que en todo el país comenzó a inte-

Paris, jefe del destacamento que manda-

grarse a la guerra por la Independencia.

ron las autoridades coloniales para con-

Los milicianos se vieron obligados a ata-

trolar las sublevaciones. Morelos obtuvo

car a los insurgentes por mandato de las

la mayoría de las veces resultados favo-

autoridades coloniales; pero conforme la

rables; de hecho, el destacamento realis-

guerra se fue desarrollando, algunos ba-

ta que lo combatía fue hecho prisionero,

tallones se desintegraron por deserción,

evidenciando carencia de instrucción mi-

entre otros motivos, por ejemplo, muchos

litar en los soldados realistas, ya que per-

de los mulatos que escogieron este cami-

tenecían a las milicias provinciales que se

no se unieron a los rebeldes.

crearon en el siglo

XVIII

para la vigilancia

99


Fuente: Rolf Widmer, 1990

Las costas de la Mar del Sur en la Nueva España.

y servicio personal de las autoridades y

ciendas de españoles, plantaciones de

hacendados de la costa del sur. Muchos

azúcar, algodón y añil o que sacaban oro

de estos milicianos prisioneros se unieron

de los ríos. Por esclavos se entendía a

a Morelos, otros regresaron a cultivar sus

los descendientes de africanos y también

tierras.39

a los indígenas quienes, aunque formal-

Las sublevaciones de mulatos e indí-

mente no lo eran, padecían una situación

genas en la costa chica fueron en aumen-

de explotación que los homologaba con

to, debido entre otras cosas a los triunfos

los mulatos.

del movimiento y a los decretos hechos

En el caso de estos últimos existió

de Miguel Hidalgo. Por ejemplo el publi-

una división frente al movimiento. Si bien

cado en Guadalajara el 6 de diciembre

hubo quienes lucharon con Morelos, tam-

de 1810, donde proclamó la libertad de

bién los hubo que permanecieron leales

los esclavos que trabajaban en las ha-

a la Corona. “La Costa Chica quedó pa-

39 Margarita Dalton, Oaxaca, una historia compartida, México, Gobierno del Estado de Oaxaca/ Instituto de Investigaciones Dr. José Ma. Luis Mora, 1998, t. v, p.36.

100


cificada y sujeta al gobierno de Morelos,

ción destacada de negros y mulatos. Por

aunque aquellos negros fueron siempre

ejemplo, Morelos,43 además del capitán

muy adictos a los españoles...”.40 Algu-

Francisco Paris, tuvo como enemigo de

nos de los esclavos y trabajadores libres

armas a Caldelas (del cual se descono-

de las haciendas en la Costa Chica se

ce su nombre completo), quien dirigió

vieron obligados a defender a sus amos

tropas de negros que se declararon ene-

de los ataques y saqueos de la población

migas de los indios. Como respuesta,

vecina, por su situación que los forzaba

Morelos mandó a Miguel Bravo con cua-

a mantener una obediencia incondicio-

trocientos soldados, que debían unirse a

nal a su amo, con quien habían vivido

otros dos comandantes: Ávila y Valerio

casi toda su vida.

Trujano, para dar pelea a Caldelas. Tru-

41

El movimiento armado de la Indepen-

jano también se enfrentó a Manuel Guen-

dencia en Oaxaca más intenso se llevó

dulain, dueño de una hacienda y a su divi-

a cabo en la zona productiva de la costa

sión formada con negros de su trapiche.

chica; a ella acudieron tropas de toda la

Para desgracia de Guendulain, Trujano

costa del sur, tales como las milicias de

salió a su encuentro en un desfiladero, de-

pardos de Tehuantepec y las de morenos

jando muertos a muchos de “sus negros”.

de Guatemala. “Los realistas se conduje-

Trujano seguiría enfrentándose a más

ron con entereza y dieron vigorosos ata-

batallones de negros dirigidos por Calde-

ques, militando en sus filas no solo “cos-

las, el segundo de ellos integrado con

teños”, sino tehuantepeques y mixtecos

doscientos negros de la costa, así como

de Tamasulapan y Hujuapan”.

con batallones mestizos, entre ellos el ba-

42

En las descripciones de la guerra de

tallón de la “mermelada” formado por el

Independencia puede verse la participa-

señor Bergosa y comandado por el doctor

40 José Antonio Gay, Historia de Oaxaca, México, Porrúa, (Colección Sepan Cuantos núm. 373) p. 464, (1881) 41 M. Dalton, op. cit., p..36. 42 Ibid., pp.446-447. 43 “Las fuerza de Morelos se dividieron en seis: Dos fueron destinadas a cortar la retirada por el camino que va a Tehuantepec, otra a la custodia de los bagajes; una a las órdenes de Don Ramón Sesma, que recibió la orden de atacar el fortín de la Soledad; otra, al mando de Mariano Matamoros y Galeana, debía entrar en la ciudad por el camino del Marquesado; Morelos quedó al último, con las reservas, para acudir a donde fuese más necesario, M. Dalton, op. cit, p. 42.

101


D. José de San Martín, canónigo lectoral

capitán general de aquella república D.

de Oaxaca; el batallón de artesanos; los

José de Bustamante y Guerra, informado

cuerpos levantados por Esperón y los sol-

de la muerte de algunos europeos, y en

dados que antes habían estado a las ór-

especial de González Saravia, con quien

denes inmediatas de otro realista llamado

al parecer tenía una especial cercanía,

José María Regules, que formaban parte

mandó a la batalla a Manuel Dambrini con

de los batallones de infantería de Oaxaca

setecientos hombres que al parecer eran

y de Campeche.

afrodescendientes.47

44

El comandante realista Reguera,

Dambrini era inexperto y las recomen-

junto con un mulato llamado Armengol,

daciones que le hicieron no sirvieron de

secundaban los ataques contra los in-

nada. El 25 de febrero de 1813 atacó Nil-

surgentes. Al parecer representaban un

tepec, hizo prisioneros y fusiló a veinticin-

importante enemigo para Morelos, pues

co insurgentes. Como respuesta acudió

éste mandó que fueran destruidos por

Mariano Matamoros desde Yanhuitlán.

completo. Finalmente, después de una

Primero se movió en dirección a Tehuan-

batalla bien planeada, la costa quedó

tepec con el regimiento del Carmen y los

una vez más pacificada y sujeta al go-

dragones de San Luis, San Pedro y San

bierno de Morelos.

Ignacio.48

45

El coronel Paris murió después de

El 19 de abril avistó las fuerzas de

ser encarcelado el 15 de abril de 1813.

Dambrini, que había tomado posición

Sin llegar a ser una amenaza para el

cerca de Tonalá. Gracias a una buena

control que tenía Morelos en la zona, se

estrategia de Matamoros, los negros de

presentó otro enfrentamiento con tropas

Omoa, como les llamaban a los hombres

de guatemaltecos, quienes respondían

de Dambrini, se vieron rodeados por los in-

al deseo de vengar la muerte de algunos

surgentes: “los negros de Omoa, vestidos

españoles a manos de insurgentes. El

con chaquetas coloradas, volvieron sobre

46

J. A. Gay, op. cit., pp. 448-454. Ibid., pp. 464-469. 46 Idem. 47 Idem. 48 Gay, op.cit., pp.466 y 467. 44 45

102


contra los insurgentes, en defensa de la costa del sur.50 En febrero de 1814, este colectivo dividió sus tropas en tres secciones: la primera en Azoyú, la segunda en Juchitán y la tercera en puntos dispersos para apoyar Correspondencia de virreyes, vol. 18, f. 129

a las otras dos en caso de ser necesario. Después de perder algunas batallas, Reguera regresó con sus tropas a Ometepec el 1 de marzo de 1814. Por esas mismas fechas Dambrini se presentó nuevamente en Tehuantepec fusilando a los que lo despreciaron en su primera visita, llevan-

AGN,

do con él a cien negros de Omoa vigilados Uniforme de caballería del Regimiento Provincial de Dragones de San Carlos.

por el comandante Álvarez.51

sí, se encontraron rodeados de los insur-

fue informado que en el Barrio de la So-

gentes; se pusieron luego en desordenada

ledad había simpatizante de insurgentes.

fuga, dejando abandonadas sus armas,

Los barreños se estaban armando para

municiones porción de efectos de comer-

esperar la llegada de Ignacio Allende y

cio que conducían para Oaxaca [...]”.49

lanzarse a la lucha.

En abril de ese mismo año Dambrini

Poco después, el 5 de noviembre de 1813, cerca de Cuajinicuilapa en la costa

Ayer llegó la lista de las armas que tienen

chica de Guerrero, un grupo de negros

los barreños que son 29, entre escopetas

de Ometepec apoyados por el mismo Re-

y fusiles pues cuando se hallaban en esta

guera con trescientos hombres, ochenta

villa eran los que tenían el mejor arma-

armas, dinero y municiones, se levantó

mento y este parte de la lista de armas lo

Idem. Ibid., pp. 469, 477, 481-482. 51 Idem. 49 50

103


dio un dicho Cecilio Palomec avecindado

A principios de 1815 Vicente Guerrero co-

en Santa María Petapa y no más por de-

misionó a Juan del Carmen, negro coste-

seándole a vuestra señoría mande cuanto

ño, para que levantara en armas a la cos-

guste a este su atento servidor que su

ta. La gestión de éste tuvo mucho éxito

mano besa. Miguel Petris.52

al recoger armas a realistas y aprehender a algunos jefes que habían peleado con

El Barrio de la Soledad, fundado por

Reguera. Acciones parecidas se reali-

mulatos, también fue un lugar de con-

zaron en otros lugares de Oaxaca como

centración de insurgentes con los que

Acatlán, Terán y Cuicatlan.54

simpatizaban los mulatos, no se sabe

A pesar de que en 1821 Iturbide con-

exactamente que pasó con Dambrini res-

cretó una alianza con Guerrero y se firmó

pecto al Barrio, pero es interesante ob-

el Plan de Iguala, los movimientos arma-

servar cómo en la documentación sigue

dos siguieron proliferando en todas las

apareciendo la categoría “negro” para

provincias del país. A partir de esta fecha

definir a los barreños:

los conflictos estarían más enfocados, a escala regional, a solucionar sus proble-

Incluyo a vuestra señoría esa adjunta lista

mas y reorganizarse.55

del armamento que los negros del Barrio

En 1822 un mulato de Jamiltepec

de la Soledad mantienen en su poder y con

apellidado Alamán convenció a 70 sol-

tal altanería que vuestra señoría se impon-

dados negros y mulatos de la costa para

drá por la adjunta esquela de Don Cecilio

sublevarse contra Iturbide. Tomaron Sola

Palomec [..] a quien se comisionó para que

de Vega y se proclamaron seguidores y

recogiese las armas, que ha valido al man-

súbditos de Fernando VII. Carlos María

darles los bandos haberles presentado el

Bustamante dijo al respecto: “La negrada

resultado que pueda tener [...]

de dicha costa siempre se ha mostrado

53

52 Rosalba Montiel e Irene Huesca, (comp.), “Documentos de la guerra de Independencia en Oaxaca”, Gobierno del Estado de Oaxaca, Oaxaca/INAH/SEP/INI/ DGCP/UABJO, 1986, pp.164-168. Seguramente está equivocado el nombre de Ignacio Allende en el documento y se refiere a otro personaje, porque Allende fue fusilado en 1811 y el documento citado es de 1814. 53 Idem. 54 Ibid., pp. 492-493. 55 M. Dalton, op. cit., pp. 72-73 y 76.

104


inquieta y turbulenta. Dio mucho que ha-

flictos que hicieron explotar rebeliones y

cer al señor Morelos el año de 1813. Son

movimientos armados indígenas.58

negros tan feroces y voltarios, que en un

En el istmo de Tehuantepec esto fue

día dicen viva y muera al héroe a quien

evidente, ya que desde la época colonial

proclaman”. Antonio de León fue enviado

existieron revueltas y movimientos arma-

a reprimir esta rebelión.

dos mediante los cuales los grupos indí-

56

Es importante destacar que en medio

genas de la región protestaron por abu-

del contexto militar el rechazo hacia los

sos. El siglo XIX fue particularmente activo

negros todavía estaba presente a princi-

en este ámbito.59

pios del siglo

a pesar del mestizaje.

Con la abolición de la esclavitud y las

Tal fue el caso de Vicente Guerrero, a

castas, las categorías de mulato y pardo

quien se le despreciaba por ser mitad in-

desaparecieron de la mayoría de los do-

dio y mitad negro. Se le consideraba una

cumentos oficiales. Además, con el correr

persona indigna para gobernar a gente de

de los años, el mestizaje entre diferentes

piel blanca. En diversas publicaciones se

sectores sociales terminó por asimilar al

le tachaba de “incultísimo patán”. Cuando

grupo de los afromestizos.

XIX

iba a ser asesinado en 1831 se buscó un

Y aunque parecen no estar presentes

lugar lejano de la costa, para evitar la re-

en los movimientos sociales, puede supo-

acción de negros e indios.

nerse que en conflictos de tierras y luchas

57

Con el triunfo insurgente los criollos

por recursos naturales que siguieron a la

se convirtieron en caciques de las loca-

guerra de Independencia, como los le-

lidades. En el siglo

la inestabilidad

vantamientos de Gregorio Melendre, pu-

política y el abuso de funcionarios y ricos

dieron haber participado como cualquier

poderosos provocaron una serie de con-

otro habitante afectado.60 A mediados

XIX

Ibid., p. 75. Ibid., p.103. 58 Leticia Reina, “De las Reformas Borbónicas a las Leyes de Reforma”, en Leticia Reina (coord.), Historia de la Cuestión Agraria Mexicana, Estado de Oaxaca, t. I, México, Juan Pablos Editor/Gobierno del Estado de Oaxaca/UABJO/Centro de Estudios Históricos del Agrarismo en México, 1988, p. 218. 59 Idem. 60 Teresa E. Cueva Luna, “Condiciones de Vida y Rebelión Política en el istmo de Tehuantepec 1800-1853: Che Gorio Melendre y los pueblos indios del istmo”, tesis de licenciatura, México, ENAH, 1994, p. 73. 56 57

105


del siglo XIX no existían ya los batallones

abundantes recursos fueron llevados es-

creados durante el siglo XVIII, pero es pro-

clavos negros, cuyos descendientes proli-

bable que por una especie de tradición

feraron con el transcurso del tiempo.

los mulatos continuaran presentes en los espacios castrenses.

El sector afromestizo, además de ser elemento principal de diversificación racial, también lo fue en la esfera econó-

CONCLUSIÓN

mica, pues al crecer demográficamente, se abrieron nuevos espacios laborales

El ideal ibérico de mantener una sociedad

en los cuales fue requerido. El incipiente

dualista donde sólo hubiera españoles e

sector mestizo buscó otras ocupaciones

indígenas pronto se vino abajo debido al

diferentes a la agricultura y comenzó por

intenso mestizaje, primero con indígenas

responder a las convocatorias de trabajo

y después con un tercer sector: el negro.

de hacendados o autoridades virreinales,

Las autoridades novohispanas trataron

incluso más allá de las famosas hacien-

de controlar dicho fenómeno por medio

das marquesanas, que pertenecían a la

de un sistema de castas que nunca fue

orden de los dominicos y que habían sido

eficiente. El arribo constante de indivi-

el principal destino de los esclavos negros

duos de diferentes mezclas raciales a

y sus descendientes en Oaxaca.

puestos de autoridad bien remunerados

En el istmo observamos este fenóme-

se convirtió en una amenaza para la élite

no a partir del análisis de dos actividades

española, la cual trató de reprimirlos me-

introducidas por los españoles: la produc-

diante diversas disposiciones legales cuyo

ción ganadera y el beneficio del añil en las

fundamento era una restricción racial.

cuales, a pesar de haber participado mano

La historia del istmo de Tehuantepec muestra la importancia del afrodescen-

de obra indígena, se consolidaron como un espacio propiamente de mestizos.

diente en la conformación social novohis-

La milicia fue otra actividad en la

pana. Esta región provocó el interés de

que los mulatos participaron. El ejér-

conquistadores y colonizadores por sus

cito constituyó un espacio importante

características geográficas y ecológicas.

donde esta población experimentó una

Para la explotación económica de los

transformación positiva de su imagen

106


devaluada por causa del estigma de la

pec fueron asimilados completamente

esclavitud. La participación mulata en

por la población de esa zona durante el

las batallas de la Independencia se dio

siglo XIX. Los constantes cambios econó-

tanto en los batallones reales como en

micos y sociales de esos tiempos lleva-

las filas de los insurgentes. Esto depen-

ron a muchos mestizos negros e indíge-

día del lugar en el que cada individuo se

nas a buscar mejores oportunidades en

encontrara, si era libre o esclavo, y en

la incipiente ciudad de Juchitán, donde la

qué actividad se desempeñaba.

diversificación de oficios y servicios ofre-

Los mestizos negros no poseían una cohesión como grupo; por lo tanto, no se

cía opciones de empleo (zapateros, albañiles, panaderos, curtidores, etcétera).

puede hablar de una identidad afromes-

Conforme avanzó ese siglo los pro-

tiza en el istmo. Debido a las circuns-

yectos de colonización atrajeron a extran-

tancias históricas en las que nacieron y

jeros que solicitaron trabajadores para sus

crecieron como sector social, lo único que

empresas particulares, además de que

los diferenció durante todo el periodo co-

fueron un factor más en el mestizaje de la

lonial fueron ciertos rasgos de su fenotipo

población del istmo. Es interesante obser-

que los identificaba como descendientes

var cómo a finales del siglo

de africanos negros.

se podría pensar que la población afro-

XIX

–cuando

La diversidad que había entre los mu-

descendiente ya fue completamente asi-

latos se puede explicar a partir de la pro-

milada– en los censos continuaron apare-

pia variedad étnica de los esclavos negros

ciendo las clasificaciones raciales con las

que llegaron al Nuevo Mundo; también se

categorías “negro”,“mulato” y “pardo”. El

deben considerar las circunstancias irre-

uso de tales categorías, a pesar del afán

gulares en las que vivieron sus descen-

de algunos pensadores y autoridades por

dientes, que se integraron gradualmente

eliminarlas, continuó vigente a lo largo del

al cada vez más creciente grupo de los

siglo XIX. De ese modo la sociedad le dio

mestizos.

a la clasificación racial un arraigo que se

Los mulatos del istmo de Tehuante-

hizo costumbre.

107


BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA Villaseñor y Sánchez, Joseph de, Teatro Americano, descripción general de reinos y provincias de la Nueva España y sus jurisdicciones (1750), México, Trillas, 1992. Widmer, Sennhauser Rolf, Conquista y despertar de las Costas de la Mar del Sur (1521-

AGN,

Operaciones de guerra, vol. 661, fc. 82

1648), México, Conaculta, 1990.

Uniformes de los regimientos de infantería y caballería de Puebla (detalle). *Licenciada en etnohistoria por la UAM

108


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