Es el espacio por excelencia del nuevo Bilbao. Representa la exaltación de la arquitectura y el urbanismo, una zona de 348.000 metros cuadrados que durante años estuvo destinada a la actividad portuaria. La ampliación del Superpuerto y el traslado de los contenedores hacia el exterior de la Ría permitieron liberar ese suelo para los nuevos iconos.