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Lollapalooza Argentina
Lenny Kravitz.
Lollapalooza Argentina 2019 Una voz para cada generación
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POR FEDERICO MARTINEZ PENNA
Día 1 “somos todos hermosos. ellos, nosotros. la diversidad es algo para celebrar”, decía Kamasi Washington mientras a las cuatro y media el sol azotaba a sus fans en el Main Stage 1. Su frase puede bien puede servir como testimonio de la esencia del Lollapalooza. La sexta edición argentina se anticipó como una de las más eclécticas hasta ahora, cubriendo espacios etarios y perfiles estilísticos a los que previamente casi ni se había animado, el jazz siendo un primer ejemplo.
Así, con una grilla ecléctica y el esperado debut local de Rosalía, el festival abrió las puertas de su sexta edición. Post Malone, Twenty One Pilots, Interpol, Khea y más también fueron parte del line up.
Washington supo leer a su audiencia, dejando de lado el tradicionalismo para hacer foco en el costado más funk y afro de su repertorio. En el mismo escenario, pero más temprano Escalandrum había calentado los motores jazzeros en un repaso de Studio2 y con un cierre de obligada herencia piazzolística con “Adiós Nonino”.
Rosalía se puso al festival entero en su bolsillo. No llegó a la segunda oración del inicio con “Pienso en tu mirá” cuando los gritos de la gente taparon cualquier otro sonido. La catalana se reía cómoda, pero eso no significa que diera la situación por sentado. Con un pequeño cuerpo de baile, dos dúos de cantaores y El Guincho en samples y programaciones, en una hora logró justificar su meteórico despegue.
Después de que Rosalía introdujera su cuota de trap a la ecuación, el género -que ocupó gran parte de la grilla este año- tuvo en el Main Stage 2 a un Post Malone escénicamente austero pero complaciente con su público. Antes, Khea mezcló humo con visuales espásticas mientras celebraba ante la consumación del poder de convocatoria que creció sin pausa desde 2018. Tanto así que la inesperada presencia de Duki sobre el final de su set (hicieron “She Don’t Give a F.O.”, entre otros), pareció decir tácitamente que lo que importa está acá. Y recién empieza.
Por último, Twenty One Pilots también ascendió al main stage (con un auto prendido fuego entre el cantante Tyler Joseph y la batería de Josh Dun) frente al fandom más tanqueado de la velada.
Día 2
Con el regreso de Arctic Monkeys, los hits de Fito, la corrección británica de Sam Smith, la locura Macklemore y una nueva aparición sorpresa de Duki, la segunda jornada del festival encontró diversidad y propuestas para todos los gustos. El cierre estuvo en las bandejas de Tiesto.
“No sé ustedes, pero nosotros somos los Arctic Monkeys”, decía Alex Turner en una de sus clásicas impostaciones juguetonas. Es que no hace falta mucho más cuando sos el brillante frontman de una de las últimas bandas más definitivas del rock moderno. Contrario a cualquier tipo de especulación previa a partir del sonido de Tranquility Base Hotel & Casino, Arctic Monkeys ofreció una revisión de alto octanaje rockero donde las canciones de su sexto disco sirvieron como espacios de distensión.
El iniciático “Do I Wanna know” y “Brianstorm” mostró al grupo de Sheffield -con Turner nuevamente en look greaser- haciendo algo de carácter expansivo. Puso a sonar los hits más esenciales de su carrera (“Don’t sit down ‘cause I moved your chair”, “I bet that you look good on the dancefloor”, “Teddy Picker”) y canciones laterales (“Library Pictures”, “Knee Socks” y “Cornerstone”).
Si bien el primer fixture de la sexta edición del Lollapalooza Argentina le habló a un target joven que celebró el advenimiento del trap, el resto de la segunda cita se ofreció con un espíritu diferente, aún en el mismo contexto.
Recién abiertas las puertas, Ca7riel puso a sonar su renovada fusión de trap con guiños de
Paulo Londra y Steve Aoki.
Mona Jiménez.
Lali.
Arctic Monkeys.
acid jazz y funk, propios de su capacidad mul- ti-instrumentista. Apenas terminado el set, junto con Paco Amoroso invadieron el Alternative Stage que los mendocinos Perras on the Beach ocupaban. Más temprano aún, Duki volvía a sor- prender con una nueva aparición fuera de agen- da en el set de Coral Casino.
Día 3
Pasado el mediodía, Lali desplegó toda su arti- llería para una total efervescencia adolescente. Su presencia sirvió para empujar tácitamente la idea de la necesidad de un cupo femenino, pero tam- bién para cimentar el cancionero de Brava, su último disco. “Soy” sonó con una banda a toda máquina y un cuerpo de baile que animó los éxi- tos “Besarte Mucho” y la reciente colaboración con Thalía “Lindo pero bruto”
En su edición 2019 Lollapalooza también volvió a apostar por el efecto oveja negra. Así como hace un año Damas Gratis había despertado cuestiona- mientos, la aparición de Carlos ‘La Mona’ Jimenez en el Main Stage 1 despejó las dudas y tuvo un re- sultado impecable. De ambo rojo e incrustaciones de brillantes y adornado por cadenas, pulseras y anillos de oro, fue recibido con ovaciones.
Luego, cuando Paulo Londra llegó al Main Sta- ge 1 del Lollapalooza Argentina, lo hizo corrién- dose sus largos mechones rubios de la cara, de- velando una enorme sonrisa que parece referir a varios pilares: la nutrida presencia del trap en un festival de franquicia internacional, la comunión con un público masivo y, claro, el meteórico éxi- to que el cordobés viene disfrutando desde 2018. Al punto tal que Steve Aoki subió al escenario con el cordobés para su remix de “Forever alone”.
En el plano rockero, Greta Van Fleet puso a sonar su rock zeppelinero y Lenny Kravitz apeló a la sensibilidad de un público adulto. Lo había he- cho luego de un muy poderoso arranque con los éxitos “Fly Away” y “Dig in”. Pero eso no detuvo la marcha del músico de cincuenta y cuatro años. Cargó las tintas con una seguidilla de himnos me- morables que ofrecen una lectura de su amor por la música de distintas vertientes: el soul (“It ain’t over ‘til it’s over”), el funk (“Always on the run”), la balada romántica (“Can’t get you off my mind”, “Again”) y el rock clásico (“American Woman”).
Kendrick Lamar eligió desplegar toda su ar- tillería para labrar su primera visita porteña. Lo hizo comenzando con “DNA” y particionando su show con viñetas en video donde se lo podía ver como su pseudónimo Kung Fu Kenny. Centrán- dose en DAMN (sonaron ocho canciones del disco) pero también apelando a todo su catálogo, el pequeño gigante rapero de Compton no de- fraudó. “Quiero ver cuantos verdaderos fanáticos de Kendrick Lamar hay hoy”, dijo y así puso a so- nar canciones de Good Kid, M.A.A.D City como “Swimming Pools (Drank)”, “Backseat freestyle” y “Money Trees”.