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Piel seca en invierno ¿Cómo combatirla?

Una de las funciones más importantes de la piel es la de ser una barrera natural, que nos protege de las agresiones externas y nos ayuda a conservar unas condiciones adecuadas para el mantenimiento del pH y de su hidratación natural.

La piel es sensible a los cambios bruscos de temperatura, al frío, al viento y en general a los factores ambientales o condiciones externas. La sequedad cutánea se intensifica con el envejecimiento y puede agravarse por nuestro modo de vida y algunos tratamientos físicos y químicos.

Es fundamental abordar la sequedad cutánea no solo con sustancias hidratantes, sino también con emolientes naturales. Denominamos sustancias hidratantes a aquellas que aumentan el contenido en agua de la capa córnea, y emolientes a aquellas que la hacen menos áspera y más flexible.

Cómo sustancias hidratantes que actúan de forma inmediata sobre nuestra piel tenemos las aguas florales o hidrolatos aromáticos, que puedes elegir según tu tipo de piel, por ejemplo, el agua floral de rosa de Bulgaria es ideal para la piel con tendencia seca, el de lavanda para pieles mixtas-grasas y con acné y el de manzanilla romana para las pieles sensibles que enrojecen con facilidad. Vaporizar un hidrolato a diario antes de la crema de día o el sérum de noche te ayudará a restablecer su contenido en agua y a equilibrar también su pH.

Por otro lado en cosmética natural los grandes emolientes son los aceites vegetales vírgenes y las mantecas vegetales, que nos aportan ácidos grasos, vitaminas liposolubles, ceramidas y compuestos antioxidantes, fundamentales para nutrir y fortalecer la función barrera de la piel, de hecho es a través de ellos que podemos poco a poco y con su aplicación diaria, ayudar a la piel a restablecer su capacidad de mantener el agua en el interior, proporcionándole un aspecto turgente, suave y luminoso.

Es fundamental que sean vírgenes, obtenidos solo por procedimientos mecánicos, lo que nos garantiza la naturaleza no oxidada de los ácidos grasos que contienen.

Aceites vegetales vírgenes como el de aguacate, sésamo, nuez de macadamia, argán y avellana, y combinaciones de ellos, son adecuados y pueden ayudarte. Además, si después de aplicarlos, al menos una vez por día, terminas tu cuidado corporal o facial con la aplicación de manteca de Karité sola o combinada con aceite de coco y/o manteca de cacao, recuperarás en pocos días un aspecto terso, suave y perfectamente hidratado de tu piel.

Autora: Maribel Saíz Cayuela, Licenciada en Ciencias biológicas, PGD. Dietética y nutrición

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