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Alimentación, juego y deporte

Al igual que en los adultos, alimentación y actividad física están directamente interconectadas durante la infancia, y no se puede entender una sin la otra. Para que estén fuertes, ágiles y tengan energía, las niñas y niños deben recibir una buena alimentación, y, además, a las horas adecuadas. Al mismo tiempo se ha visto que los niños que son más activos físicamente tienden a alimentarse mejor, comen más frutas y menos azúcar y alimentos procesados.

Aunque no hagan deporte como tal, los niños sí deben mantenerse activos y el juego es su forma natural de hacerlo. Pasarse horas sentados en un pupitre no es normal ni saludable y afortunadamente algunos colegios están empezando a darse cuenta y a cambiar la forma en que se organizan las clases. Muchas cosas se aprenden mejor de forma activa y al aire libre. El ejercicio físico, simplemente el moverse, mejora la oxigenación cerebral y la capacidad de atención y aprendizaje de forma directa. Desde luego, cuando salen del colegio, lo último que deberían hacer los niños es sentarse delante del televisor o de la consola, esto solo debería ocurrir de forma excepcional.

Para moverse, jugar y hacer deporte, los niños necesitan energía. Como ellos no tienen tantos almacenes como los adultos, necesitan comer más frecuentemente y necesitan comer antes de una actividad física. Si en el colegio hay una hora de deporte o de recreo al aire libre, es bueno que se lleven un pequeño tentempié para tomar antes, igual que a la hora de la merienda, si van a estar jugando en el parque o van a ir a clase de natación o de deporte. Cualquier fruta es adecuada, pero el plátano es ideal por su aporte de azúcar natural y potasio. También podemos prepararles unas barritas caseras de avena, plátano o manzana y frutos secos, que se toman fácilmente y aportan energía rápida.

Una buena masa muscular es imprescindible para el rendimiento deportivo, pero también para cualquier actividad física lúdica, ya que no solo interviene en la fuerza muscular sino en la postura y en el equilibrio. La alimentación de los niños y niñas debe incluir proteínas en todas las comidas, y sobre todo en las que tienen lugar después del deporte o del juego, para permitir recuperar y crear más músculo. El hummus, los cacahuetes, los pistachos, un bocadillo de tofu... son alimentos ideales para que tomen tras el ejercicio.

A algunos niños les cuesta darse cuenta de que tienen sed, y debemos recordarles que beban con frecuencia. Es buena idea que lleven consigo su propia botella de agua que puedan rellenar cuando necesiten. 

Miriam Martínez Biarge, Médico Pediatra, www.creciendoenverde.com | info@creciendoenverde.com

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