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Grano entero: garantía de buena salud y vida longeva
Los cereales acompañan a la humanidad desde sus orígenes. Está documentado su uso como alimento desde la revolución agrícola neolítica, allá por el octavo milenio antes de nuestra era. Los seres humanos pasaron de llevar una dieta basada fundamentalmente en la caza y la recolección a llevar una dieta rica y abundante en este alimento. Como curiosidad, el vocablo cereal viene de Ceres, la deidad romana de la agricultura de la que toma su nombre. Es el alimento más sembrado y cosechado en todo el planeta, capaz de crecer tanto en climas muy fríos como cálidos. Los cereales son ricos en fibra, proteínas y ácidos grasos esenciales. Nos aportan vitaminas del grupo B y E, y minerales como hierro, calcio, potasio, zinc, selenio, cobalto y magnesio.
Los cereales son fundamentales en la dieta actual. Se han convertido en una de las principales fuentes de alimentación de la población mundial. Su producción viene siendo masiva desde la segunda mitad del siglo XX como resultado de la conocida por revolución verde. Los procesos de selección llevados a cabo, cuyo objetivo prioritario era conseguir variedades de alto rendimiento de trigo y maíz, tuvieron como resultado la creación de tipos de gran productividad, pero de baja calidad nutricional. Se lograron granos muy al gusto de la industria alimentaria, con un bajo contenido en proteína y un alto contenido en hidratos de carbono. La consecuencia del consumo de estos granos de baja calidad, a los que además, se somete a un proceso de refinado, ha sido el aumento de enfermedades. Comer en exceso este tipo de grano se viene asociando al aumento de la diabetes tipo 2, de las enfermedades cardiovasculares, la hipertensión, el sobrepeso y la obesidad.
En cambio, comer cereales integrales tiene un efecto muy positivo sobre la salud. Consumir granos enteros es beneficioso para el organismo. Está vinculado a tener un menor riesgo de enfermedad cardiovascular, cardiaca coronaria y cerebrovascular, a sufrir cáncer, diabetes, enfermedades infecciosas y trastornos respiratorios. Equilibra los niveles de azúcar en sangre combatiendo la diabetes, sus ácidos grasos insaturados disminuyen el colesterol, mejora los estados de estrés, fatiga, insomnio por su alto contenido en vitaminas y minerales,
y por ser muy ricos en fibra tiene un gran poder saciante, que lo hace ideal para perder peso. En definitiva, comer grano entero reduce el riesgo de padecer enfermedades crónicas, garantiza una buena salud y una vida longeva.
Autor: Raúl Martínez, Dietista-nutricionista, biólogo