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La respiración y el trabajo con la energía vital potencian el sistema inmune

Contemplar la salud de forma integral es observarnos en todas nuestras facetas como seres humanos (como una unidad física, fisiológica, emocional y espiritual) y atender también a nuestro entorno (familiar y sociocultural) y nuestra forma de vida y medio ambiente. Hemos visto que, para fortalecer nuestro sistema inmune, es conveniente:

• Detoxificar nuestro cuerpo practicando algún ayuno o semiayuno.

• Alimentarnos adecuadamente consumiendo alimentos ecológicos con abundancia de frutas, legumbres y vegetales de temporada, semillas, grasas saludables, y fermentados.

• Hacer ejercicio regularmente.

• Cuidar nuestro descanso durmiendo las horas necesarias y siguiendo los ritmos biológicos.

• Suplementarnos con vitamina C, D3, K, E, hongos, equinácea, própolis, zinc, AAGG omega 3 y 6…

• Estar en contacto con la naturaleza mediante paseos por el bosque, el mar, la montaña, el sol, el aire…

• Fomentar las relaciones sociales positivas.

Pero hay dos aspectos fundamentales y de gran poder preventivo, a los que se atiende menos en Occidente y a los que erróneamente se les confiere un valor secundario pero que tienen mucha importancia en las medicinas de Oriente. Y son la respiración consciente (que gracias a la popularización del yoga se ha tenido más en cuenta) y el trabajo con la energía vital (el chi, el ki, el prana, el pneuma en otras culturas) que está en todo lo que conforma el universo.

El Tai Chi, el Chi Kung, el reiki o el menos conocido Jin Shin Jyutsu nos ayudan a desbloquear y armonizar la circulación de esta energía vital que discurre por nuestro cuerpo.

En el caso de Jin Shin Jyutsu (arte ancestral que viene del Japón), podemos además de recibir sesiones, practicar autoayuda y, solo sujetándonos los dedos de las manos, podemos armonizar actitudes como la preocupación, el miedo, la ira, la tristeza y el esfuerzo (que se reconocen en el campo de la psiconeuroinmunología como causas que afectan al sistema inmune) y que bloquean nuestra energía vital.

Un ejercicio muy sencillo que puede ayudarnos a calmar la ansiedad, el miedo o el estrés es sujetar cada uno de los dedos de una mano, rodeándolos con los dedos de la otra mano. Respirando, relajando los hombros y prestando atención a lo que sentimos en el contacto de los dedos, al cabo de unos minutos comenzaremos a notar una pulsación rítmica, que nos está indicando el paso de la energía vital y cómo vamos sintiéndonos mejor.

Marta Gandarillas, Periodista especializada en Salud natural, Titulada superior en Naturopatía y Terapeuta de Jin Shin Jyutsu

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