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El jengibre, un gran aliado de la despensa para este otoño
El otoño es un excelente momento para recuperar esa costumbre de nuestras abuelas de utilizar los ingredientes de la despensa para superar o –mejor- evitar resfriados, toses y fiebres. Hoy vamos a descubrir un poquito más en profundidad al jengibre, un rizoma con propiedades muy interesantes para alejar los males de las épocas frías.
La despensa antiresfriados
Repasemos algunos de los ingredientes básicos para tener siempre a mano a partir de ahora y durante unos meses:
• El ajo, que es un gran aliado del sistema respiratorio y reforzador de las defensas.
• La cebolla, que con sus aceites volátiles nos ayuda a expulsar mocos y combatir posibles infecciones.
• El tomillo, que es una hierba con capacidad para matar gérmenes y para aliviar molestias en la garganta.
• Los alimentos de color naranja (como la zanahoria o la calabaza) que, por su contenido en provitamina A, protegen las mucosas.
• Los alimentos ricos en vitamina C (como los pimientos, los cítricos o el perejil), famosa por su capacidad para fortalecer nuestro sistema inmunitario.
• Los alimentos fermentados (como el chucrut o el kéfir), pues ya sabemos que existe una estrecha relación entre nuestro ecosistema intestinal y la salud de nuestras defensas.
Todos estos básicos, además de ser muy fáciles de incorporar en nuestros platos, son muy efectivos si los vamos tomando a diario.
El jengibre, calor que nos reconforta y nos cura
Alimento terapéutico por excelencia. Este rizoma (tallo subterráneo de la planta) se utiliza hace miles de años pues tiene un gran poder medicinal a nivel digestivo, pero también como aliado de gripes y resfriados. El jengibre es uno de los ingredientes emblemáticos de la Medicina Tradicional China y también de la Ayurveda.
Al favorecer la sudoración, el jengibre es ideal para acompañar procesos febriles (propiedades febrífugas), a la vez que limpia y desinfecta al organismo de microorganismos patógenos y toxinas. Si hay congestión nasal, también ayudará a liberar las vías respiratorias.
El jengibre es considerado asimismo un alimento modulador del sistema inmunitario. Esto quiere decir que, además de alejar síntomas, estimula nuestras defensas. Sus sesquiterpenos, ayudan a combatir algunos de los virus causantes de los resfriados.
Otra de sus propiedades estrella, es su capacidad antiinflamatoria y analgésica, que puede resultar de gran interés en esta época de catarros, si hay irritación en la zona del cuello.
Sus ventajas vienen dadas principalmente por sus aceites volátiles. Se puede utilizar el rizoma fresco o en polvo y queda bien en casi cualquier receta. En esta época del año, es ideal en forma de caldos o infusiones.
Es preferible prevenir que curar
Uno de los grandes errores que solemos cometer, cuando llegan los resfriados y compañía, es centrar todos los esfuerzos en combatirlos, en lugar de hacer un trabajo más profundo, de fortalecer nuestras propias defensas –nuestro terreno- y así minimizar las infecciones oportunistas. En un contexto como el actual, es fundamental cambiar el enfoque y dar un paso adelante.
Y por último, un apunte también significativo. Además de aprender a utilizar la despensa para curarnos y fortalecernos, es importante no olvidar la importancia que tiene para nuestras defensas el descanso, el contacto con el aire libre, con las personas que queremos y, por descontado, la vida activa. Estos aspectos son vitales y no deberíamos descuidarlos.
Autora: Pilar Rodrigáñez, Técnica Superior en Dietética