Rolando despuĂŠs de Rolando
Sevilla, del 22 de Febrero al 5 de Abril de 2008
Punkies 1, 4 1988 / Grafito, 贸leo y collage sobre metacrilato y cart贸n - 38,5 x 31,5 cm Punkies 2, 3 1988 / Grafito y collage sobre metacrilato y cart贸n - 38,5 x 31,5 cm
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ROLANDO DESPUÉS DE ROLANDO La obra última de Rolando Campos revela a un autor sumergido en una vertiginosa actividad creadora que, dominada por la sensualidad del color y la inmediatez del gesto, juega a ofrecernos la pintura como sustancia sensible antes que cualquier otra cosa. Nada parece haber ya de aquella minuciosidad dibujística, capaz de analizar las capas del espacio y el tiempo con sutiles veladuras y cuidados claroscuros que dejaban entrever una mirada posada sobre lo real y cargada de pensamiento. Sin embargo nada de ello ha desaparecido, sólo se ha transformado. Se trata ahora de simplificar lo complejo y de sintetizar lo múltiple para construir una imagen que niega la mirada empírica y reivindica la autopresentación del hecho plástico en una suerte de revancha de la materia contra la mente. Pero aún así, el pensamiento sigue presente. Es más, la forma no hace sino repensar lo ya pensado aunque, además, liberando lo sentido. Y así, la obra última de Rolando se presenta con una nueva fisonomía que, sin renunciar a los logros de investigaciones anteriores, procura no parecerse a nada y, simultáneamente, parecerse a todo. No hay pues un corte brusco pese a esa nueva apariencia de su pintura. Pero sí el comienzo de una nueva situación de encuentros y desencuentros con lo ya hecho que manifiestan el principio del fin de una crisis personal y profesional que, desde finales de los 80, lo mantenía alejado del contexto público del arte y ensimismado, por el contrario, en un autocuestionamiento de su propia actividad creadora. Desde ahí nos habla la serie de sus Punkies, cuya intensa contraposición de dibujo y color actualiza aquellos antiguos perfiles deslizantes y ambigüedades lumínicas, para reinventarse en un nuevo lenguaje cargado de connotaciones publicitarias, donde se sitúan ahora esas miradas ensimismadas y un punto desafiantes surgidas de la tensión de un furioso trazo de grafito y una mancha traslúcida de cromatismo exaltado. Una suerte de ensayo cuyos motivos y recursos reaparecerán casi diez años después en la serie de personajes que, reubicados ahora en un escenario de café, transmiten un indudable aire de melancolía instalada en el desencanto. Sumamente expresivos e inquietantes, estos personajes funcionan como el retrato colectivo de las contradicciones de una sociedad como la española de los años 90, recién llegada a la relatividad ideológica y a la pluralidad, heterogénea y fragmentada, de la condición postmoderna. La precariedad de ese equilibrio inestable en el que apenas se mantienen, combina las antiguas resonancias de un dibujo simultáneamente fotográfico y desfigurado, con la abstracción de un collage de planos de color brillante y la yuxtaposición de un trazo que tan pronto delinea como crea sombras huidizas que no disimulan su gestualidad. Una dinámica de contrastes que unifica su multiplicidad y concentra toda la energía del cuadro en esas cabezas cansadas de sujetar EL PAÍS que llevan dentro y que actúa como una particular coartada intelectual en un juego de sustituciones con la tradicional corona de verbena que, en evitación de la demencia, acompañaba a la personificación de La Melancolía. Una serie, en definitiva, que es toda una interrogación sobre la aceptación racional de una realidad que, no obstante, Rolando expresa desde el sentimiento. No es una respuesta objetiva sino un manifiesto desde lo subjetivo que responde a un discurso de lo personal, nunca abandonado y ahora revitalizado. ...
Dos j贸venes 1997 / Aer贸grafo, carboncillo, grafito, ceras y collage sobre cart贸n - 120 x 80 cm
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Retrato de joven 1997 / Aer贸grafo, carboncillo, ceras, 贸leo y collage sobre cart贸n - 120 x 80 cm
Retrato de mujer 1997 / Aer贸grafo, carboncillo, grafito, ceras y collage sobre cart贸n - 120 x 80 cm
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Retrato de hombre 1997 / Aer贸grafo, carboncillo, grafito, ceras y collage sobre cart贸n - 120 x 80 cm
Caf茅 Central 1997 / Carboncillo, grafito, ceras, 贸leo y collage - 152 x 247 cm
Desnudo 1998 / Grafito, óleo y collage sobre cartón - 81 x 120 cm
... Porque efectivamente, el artista ya no volverá a mirar hacia afuera si no es para reinterpretarse a sí mismo, en una reflexión sobre la pintura como síntesis del binomio imagen-realidad equivalente al de la cuestión arte-vida. Y desde esa posición, el último Rolando, el de 1998, adoptará los rasgos de su época. Definitivamente liberado de situaciones anteriores, dominadas por la censura de toda sensualidad y subjetivismo, el collage de su cabeza se exterioriza sin prejuicios sobre nuevas superficies de papel que delatan la condición efímera y experimental de una pintura que aparece ahora como una sucesión frenética de gestos plásticos de innegables connotaciones hedonistas y plagada de aquellas autoreferencias y alusiones a la historia del arte que le acompañaron desde sus comienzos. Aparentemente desvinculada del parecido y del oficio, la nueva pintura de Rolando Campos manifiesta sin embargo una absoluta maestría en las lúdicas síntesis matissianas de esos desnudos del natural, atrapados un una linealidad multiplicada que sólo se ocupa de dibujar la esencia. O, también como Matisse, en esos sutiles collages que dejan pasar el aire entre el cúmulo de hojas recortadas sobre una sucesión de papeles de seda que, pegados sobre un cartón de manera conscientemente descuidada, juegan a desafiar los límites del marco manteniendo, sin embargo, la precisión de un contorno sinuoso y vital. Línea y color, contorno y superficie, figura y espacio, se asocian en una síntesis que permite volar a esas palomas que, liberadas de sus jaulas, aluden tanto al emblema picassiano como a esa necesidad de autorreferencia del artista, a través de una iconografía que se identifica con el placer que éstos (y otros) animales le procuran en su vida cotidiana. Imágenes del sentimiento de una realidad instalada en el transcurrir de un presente continuo que aprovecha la técnica del collage recortado para, a base de figuras y contrafiguras, roturas y discontinuidades, insertarse naturalmente en la fragmentación y simultaneidad de la sociedad actual. Pero también para explicitar la definitiva tendencia del artista a trabajar el cuadro como construcción, en paralelo a la destrucción de la mirada como fundamento de la pintura. Para Rolando el cuadro ha dejado de ser trasunto de la mirada para convertirse en un lugar donde acumular experiencias, ideas y sentimientos que, a través de la aplicación ecléctica y desprejuiciada de distintas técnicas y procedimientos, se presentan como formas cada vez más sintéticas e impactantes. La imagen es ahora un producto híbrido que ya no se ocupa de mirar la realidad sino de hacerla tangible. Pero no a través del simple recurso del collage, sino de una manera más sutil y mucho más compleja: con la impresión gestual de sus propias manos que, convertidas en sustancia plástica, depositan sobre la superficie del cuadro toda la carga energética de su capacidad creadora. Las huellas de sus palmas o el arrastre de sus dedos acompañan ahora a los brochazos, pinceladas y texturas, creando una vibración puramente orgánica, vital e inmediata, en franca competencia con la pulcritud lineal de los contornos y siluetas o del rigor geométrico de los papeles pegados. ...
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Desnudo n潞 1 1998 / Ceras sobre cart贸n - 62 x 90 cm Desnudo n潞 2 1998 / Collage y ceras sobre cart贸n - 62 x 90 cm
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Paloma con rojo 1998 / Collage y carb贸n sobre cart贸n - 66,5 x 67,5 cm Paloma con rosa y amarillo 1998 / Collage y carb贸n sobre cart贸n - 54 x 59,5 cm
15 Hoja rosa y azul 1998 / Collage - 42 x 34,5 cm
Paloma blanca y azul 1998 / Collage y carb贸n sobre cart贸n - 55,5 x 64 cm Paloma con amarillo y verde 1998 / Collage y carb贸n sobre cart贸n - 57,5 x 45 cm
17 Hoja con negro 1998 / Collage y carb贸n sobre cart贸n - 42 x 47 cm
Bodegón 1998 / Óleo sobre lienzo - 47 x 62 cm
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Esperpentos 1 1997 / Carboncillo, ceras y óleo sobre cartón - 80 x 120 cm
... La pintura es realidad tangible, el cuadro es espacio táctil y, con sus manos, como en la escultura (disciplina en la que Rolando anda inmerso desde la década de los 80), el autor se permite construir el espacio, pintar el vacío, dibujar el aire. E incorporarse a sí mismo, a su tiempo y a su espacio, en esa realidad ilusoria que es la imagen pictórica. De tal forma que, como ocurre en sus últimos Esperpentos, el artista es ahora capaz de atrapar ese tiempo y tocar ese espacio que, de manera obsesiva y recurrente, venían siendo objeto de su investigación en una serie cuyo comienzo se remonta a los inicios de su actividad creadora. Porque es aquí, en los últimos Esperpentos, donde Rolando se libera de sí mismo, del lastre de esa su autoimpuesta mirada analítica y reflexiva, para dar rienda suelta a la experiencia sensual del proceso creador en toda su intensidad. Pero también en toda su complejidad, porque estas síntesis finales, apabullantes en cromatismo y gestualidad y aparentemente al margen de planteamientos significantes o justificaciones éticas, estéticas o sociales, insisten en la autorreferenciación. Son, de hecho, el símbolo de su identidad, el sello de su individualidad que, por encima de discursos colectivos, referencias históricas o revisiones estilísticas, aflora en determinadas claves que el propio autor nos facilita. Así, desde la dimensión de un presente absolutamente inmediato, Rolando emprende la reconstrucción de su propia memoria proyectándose a través de la gesticulación de las huellas de sí mismo, de su propia entidad material, intelectual y creativa, para encontrarse en las manchas de color traslúcido que tiñen figura y fondo sin diferenciarlos, o en el fragmento de un lienzo limpio que aflora como superficie texturada junto a la geometría del papel pegado. En el perfil silueteado del arlequín que dirige su mano hacia un niño apenas esbozado, o también en las fotografías y textos recortados que compiten, en su materialidad, con formas ilusionistas que, aunque resumidas, evocan a personajes que habitaban sus primeras obras. E igualmente se encuentra en la linealidad reiterada y múltiple, en las arbitrarias yuxtaposiciones lumínicas, o en los espejos y sus reflejos, en las ventanas y las sillas y los suelos ajedrezados que figuran como constantes desde el principio de la serie. Todas ellas cargadas de sentido y significación, de memoria y realidad, de pasado y de presente. Todas claves de interpretación ofrecidas al espectador como juegos visuales y reclamos intelectuales dispuestos a ser descifrados y disfrutados. Y aunque el asunto se ha desvanecido en la forma y ésta misma evita el parecido, las claves permanecen insistiendo en comunicarse con un espectador inevitablemente partícipe de la compleja y placentera experiencia de la creación. Mercedes Espiau Eizaguirre Febrero 2008
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Esperpentos 2 1997 / Carboncillo, grafito, ceras y 贸leo sobre cart贸n - 71 x 100 cm
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Mujeres 1998 / Ă“leo sobre lienzo - 120 x 150 cm
Azul con jazz 1998 / Collage, 贸leo y carboncillo sobre lienzo - 90 x 130 cm
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Mujeres 1 1998 / Ă“leo sobre lienzo - 90 x 130 cm
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ROLANDO CAMPOS Nace en Sevilla el 25 de mayo de 1947. Desde 1958 hasta 1962 estudia dibujo en la Escuela de Artes y Oficios de Triana (Sevilla). En 1962 ingresa en la Escuela Superior de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría (Sevilla). 1974. Toma contacto con el grupo de teatro Esperpentos (Sevilla) con el que colabora como escenógrafo. 1976. Realiza la escenografía de ”¿Qué negocio no es estafa?”, de La Comedia del Arte. 1977. Realiza la escenografía de ”Los amores de Don Perlimplín con Melisa en su jardín”, de Federico García Lorca. 1985. Realiza la escenografía de ”Don Juan Tenorio”. 1991. El Ayuntamiento de Sevilla le encarga el Monumento a Mozart.
EXPOSICIONES INDIVIDUALES 1972. Sala Damas. Sevilla. 1973. Galería Península. Madrid. 1974. Galería Juana de Aizpuru. Sevilla. 1974. Caja de Ahorros Provincial. Pamplona. 1975. Galería Península. Madrid. 1975. Galería Dach. Bilbao. 1978. Galería Ynguanzo. Madrid. 1978. Aguafuertes y grabados. Galería Juana de Aizpuru. Sevilla. 1979. Galería Etienne de Causans. París. Francia 1980. Galería Vegueta. Las Palmas de Gran Canaria. 1980. Galería Im Unteren Tor Bietigheim. Ciudad. Alemania 1981. Galería + Editon A. Munchen. Alemania. 1981. Galería Hella Nebelung. Dusseldorf. Alemania. 1981. Galería Imagen Múltiple. Sevilla. 1983. Galería Etienne de Causans. París. Francia. 1983. Galería Kandinsky. Madrid. 1983. Galería Arango. Medellín. Colombia. 1984. Kunstforum Heilbronn. 1989. Pintura, Dibujo y Escultura. El Monte de Piedad. Sevilla. 1990. Obra Pequeña. Arte Taller. Sevilla. 1991.Galería Fausto Velázquez. Escultura. Sevilla. 1994. Galería Ventana Abierta. Sevilla. 1994. Castilblanco de los Arroyos (exposición organizada por la Delegación de Cultura del Ayuntamiento) Sevilla. 1996. Galería Ventana Abierta. Sevilla. 1997. Galería Serie y Diseño. Esculturas. Madrid. 2000. Homenaje a Rolando Campos. Colegio Mayor Maese Rodrigo (Mairena del Aljarafe). Sevilla. 2000. Naturalezas Muertas (1984-1992). Palacio de la Madraza. Granada. 2003. Joyas, Grabados y Apuntes del Natural. Colegio Oficial de Arquitectos de Cádiz. Cádiz. 2004. Obra Final. Colegio Mayor Maese Rodrigo (Mairena del Aljarafe). Sevilla.
EXPOSICIONES COLECTIVAS 1968. Galería La Pasarela. Sevilla. 1971. Sobre Marcel Duchamp. Galería Juana de Aizpuru. Sevilla. 1972. Sobre el Barroco. Galería Juana de Aizpuru. Sevilla. 1974. Grabadores Sevillanos. Casa Damas. Sevilla. 1974. El Realismo hoy. Galería Vali 30. Valencia. 1974. Grabadores Sevillanos. Casa Damas. Sevilla. 1974. A los 50 años del Surrealismo. Galería Juana de Aizpuru. Sevilla. 1975. X Bienal de Alejandría. 1975. Centro M-11. Sevilla. 1976. VII Exposición de Arte Actual. Pintores de Sevilla. Torre del Merino, Santillana del Mar. Santander. 1976. FIAC 76. París. Galería Etienne de Causans. París. 1977. Feria Internacional de Bolonia. Italia. 1979. FIAC 79. París. Galería Etienne de Causans. París. 1980. Premiado en la Trienal de Obra Gráfica ”Intergrafic 80”. Berlín. 1981. Grabadores Sevillanos. Galiarte 96. Madrid. 1982. Bienal de Arte Joven. Obra Cultural El Monte. Sevilla. 1982. Arco 82. Madrid. Galería Etienne de Causans. París. 1982. Para el Premio Diputación Provincial de Sevilla. 1983. Dibujos de pintores Sevillanos. Obra Cultural El Monte. Sevilla. 1984. Cita en Sevilla. Primavera Cultural. Pintores Sevillanos. Ayuntamiento de Sevilla. 1984. Grabados. Galería Zurbarán. Cartagena. 1985. Once pintores en la Torre de los Guzmanes. 1990. Pintores de Sevilla. Homenaje a Paco Molina. El Monte. Sevilla. 1991. Primer premio Hotel Solúcar. Sanlúcar la Mayor. Sevilla. 1992. Pintores de Sevilla. 1952-92. Monasterio de San Clemente. Sevilla. 1993. Primera muestra Ciudad de Dos Hermanas. Obra Adquirida. 1995. Arco. Galería Félix Gómez. 1996. Arco. Galería Félix Gómez. 1996. Galería Ventana Abierta. Sevilla. 1997. Galería Serie-Diseño. Madrid. 1998. Galería Ventana Abierta. Sevilla. 1998. Galería El 7. Sevilla. 1998. Escultores de Sevilla. Sala San Hermenegildo. Sevilla. 1999. Cuatro escultores. Tributo a Rolando Campos. Muelle de las Carabelas. Foro Iberoamericano de La Rábida. Huelva. 1999. Espacio íntimo desde la escultura. Galería Fernando Serrano. Moguer. Huelva. 2000. Galería Birimbao. Dibujo en Sevilla. Sevilla. 2001. Galería Birimbao. Fiesta fin de curso. Sevilla. 2002. Galería Birimbao. Fiesta fin de curso. Sevilla. 2003. Galería Birimbao. Guiones para un discurso. Sevilla. 2005. Galería Birimbao. Mirada, Plano y Volumen. Sevilla.
Exposición: “Rolando después de Rolando” Texto: Mercedes Espiau Eizaguirre Fotografías: Claudio del Campo Diseño: Maripi Rodríguez Coordinación: Liberto Romero Edita: Galería Birimbao Depósito Legal: SE-6.641-2007 Imprime: El Adalid Seráfico, S.L.L.
arte contemporáneo C/. Alcázares, 5. 41003 Sevilla. Telf. 954 56 10 84 galeriabirimbao@telefonica.net Horario:
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