William Rey Ashfield

RAFAEL BARRADAS

| Montevideo, 1890 – 1929 |

Nació en Montevideo, el 4 de enero de 1890, hijo de padre y madre españoles.

La actividad pictórica de su progenitor lo familiarizó desde la infancia con el lenguaje plástico. No se le conoce un aprendizaje sistemático. Participó en las tertulias montevideanas con intelectuales como Emilio Frugoni, Florencio Sánchez y Alberto Lasplaces, entre otros, costumbre que continuaría en España.

Desde muy joven colaboró como ilustrador en periódicos y revistas de Montevideo y Buenos Aires.

En 1912 realizó una muestra de acuarelas junto con Guillermo Laborde y hacia fin de año expuso caricaturas.

En 1913 fundó El Monigote, publicación satírica sobre el ambiente cultural.

Ese mismo año viajó a Europa y se radicó en España. Durante su estancia en Barcelona se vinculó con Joaquín Torres García y juntos expusieron en la Galería Dalmau. Frecuentó tertulias artísticas y conoció a poetas, críticos y artistas españoles de la vanguardia.

En 1918 llevó a cabo su primera muestra individual, en la que propuso su concepción estética: el vibracionismo. Fue uno de los más importantes representantes del ultraísmo y colaboró en numerosas revistas del movimiento.

Hacia 1920, mientras vivía en Madrid, fue contratado como dibujante por la Biblioteca Estrella, para la que ilustró numerosas ediciones de clásicos. Desplegó una gran actividad como escenógrafo, figurinista y afichista para el Teatro del Arte.

Organizó su propia tertulia en el Café Oriente, lugar frecuentado por grandes exponentes culturales como Dalí, Buñuel y García Lorca. Colaboró con Borges en la revista Tableros y fue director artístico de la revista Alfar.

En 1923 se trasladó a Luco de Jiloca. Sus trabajos de esta época revelan una búsqueda más realista. Inició su serie “Los magníficos”, en la que se representan personajes populares.

Nuevamente en Madrid, en 1924, trabajó para la editorial Espasa Calpe y para la Revista de Occidente. Un año más tarde, una serie de marinas y acuarelas son el testimonio de su pasaje por San Juan de Luz.

Recibió el grand prix de la Exposición Internacional de Artes Decorativas e Industriales de París en la categoría Teatro.

Luego se mudó a Hospitalet de Llobregat, en Barcelona, donde pintó una serie de paisajes de la localidad y frecuentó a intelectuales y artistas.

Ya enfermo retornó a Montevideo, donde fue homenajeado en el Teatro Solís.

Murió el 12 de febrero de 1929.