Enero de 2006
La contienda
La lección es clara: nada está escrito
Encuestadora
Fecha
López Obrador
Madrazo Pintado
Calderón Hinojosa
Bernardo de la Garza
Consulta
Nov-05
35%
30%
29%
5%
Demotecnia
Nov-05
39%
29%
25%
5%
El Universal
Nov-05
34%
18%
22%
5%
Reforma
Nov-05
29%
28%
21%
7%
Ipsos Bimsa
Dic-05
33%
30%
32%
5%
Nada está decidido. Seis meses faltan para la elección. Y seis meses es mucho tiempo. En los comicios del año 2000, Francisco Labastida Ochoa arrancó con 15 puntos de ventaja sobre su más cercano competidor, Vicente Fox. Pero Vicente Fox comenzó a crecer, y realizó una campaña tan inteligente que convirtió la candidatura de Cárdenas en meramente testimonial. Días antes de los comicios, la mayoría de las encuestas revelaban un empate técnico, con una ligerísima ventaja del candidato priísta. Pero éste perdió por 6 puntos. Encuestas noviembre 1999 Francisco Labastida
46.2% 43%
Vicente Fox
27%
Cuauhtémoc Cárdenas Otros
8% 3%
Ninguno
0
No sabe
0
33.8%
11.7%
El Universal
8.3%
Reforma
5% 14%
Las alianzas En un contexto tan ajustado, la participación de los partidos pequeños cobró importancia. Cada punto es valioso y, por tanto, costoso. Las alianzas registradas inyectan competitividad al PRI y al PRD. Impactan, también, al PAN, quien negoció con Convergencia y con el PVEM sin éxito. Bien o mal, el desdén hacia el partido en el poder es sintomático de su soledad. Fox ganó con una gran alianza. ¿Podrá Calderón triunfar solo? El PVEM realizó una intensa campaña mediática, que le otorgó 3 o 4 puntos por encima de su umbral (4%). Bernardo de la Garza, según monitoreos independientes, destinó, en dos meses, casi la tercera parte de los recursos que le corresponden a su partido para toda la contienda electoral. El 93.9% de esa inversión se destinó a la televisión. Esta inversión le permitió aliarse al PRI y obtener curules, escaños y un resarcimiento económico en el año 2007. El PRI obtuvo la esperanza de que los 6 u 8 puntos que conquistó el Verde en las encuestas se le transfieran. El PRI necesita oxigeno con urgencia. Está, en el mejor de los casos, atascado en su voto duro. Puede, con todo, tratarse de un espejismo: los votos no se transfieren en automático.
V
O
Encuestas Noviembre-Diciembre
XI C
Nunca antes, México había enfrentado escenarios electorales tan cerrados como los de este enero. Todas las encuestas revelan, primero, que la elección dista mucho de estar definida y, segundo, que si hoy fueran las elecciones, su resultado estaría dividido en tercios, en un riesgo, como se comentó en diciembre, para la gobernabilidad del país.
El PRD ha tenido un poderoso candidato durante los últimos cuatro años. Las embestidas en su contra, bajo el efecto judo, fueron aprovechadas con sagacidad para convertirlas en fortalezas. La última intentona, desastrosa, fue la aventura del desafuero, que concluyó en un fiasco. La maniobra no sólo no destruyó a López Obrador: generó una burbuja de simpatía en su favor. Con el tiempo, sin embargo, la burbuja reventó. López Obrador sigue siendo el puntero de la competencia, pero ya no ostenta los niveles que garantizan el triunfo. Los procesos de selección de candidatos de los otros dos grandes partidos, PAN y PRI, produjeron un reacomodo de fuerzas que recompusieron el terreno para la batalla final.
DE ME
Ya nada es lo que era
3
Enero de 2006
Lo que cuestan las alianzas Partido del Trabajo
Convergencia
Partido Verde
Curules
12
5
17
Escaños
2
2
5
gobierno. El Presidente creció. Su alianza con medios estratégicos y comunicadores de influencia le permitirá a Felipe Calderón luchar por la prolongación del mandato conservador. Evaluación Presidencial
Las izquierdas
PT
El partido del trabajo puede aportar tres puntos al PRD. Le dará competitividad en Durango -su plaza fuerte-, en algunas zonas del Estado de México y Guanajuato.
Por último, Convergencia negoció en varias bandas para encarecer su atractivo. Se acercó a Jorge Castañeda, a Víctor González Torres, a Alfonso Romo, a Cuauhtémoc Cárdenas y a Felipe Calderón. Convergencia tiene una fuerte presencia en el sureste: Veracruz, Oaxaca, Campeche y Chiapas. Sólo en Veracruz, comarca de Dante Delgado, obtuvo 784,132 votos en la elección local del 2004. Si ese efecto se repite, y si López Obrador logra penetrar en el sur petrolero de esa entidad, el tercer padrón del país puede inclinarse a su favor. Además, Dante Delgado posee una alianza con Eliseo Martínez, ex alcalde de León, que podría meter, junto con la candidatura externa de Ignacio Vázquez Torres, a la pelea al tabasqueño en la cuna del foxismo. La guerra Von Klausewitz dijo que la guerra era la continuación de la política por otros medios. Una elección es la continuación de la guerra por otros medios. Para ganarla se necesita contar con ejércitos de aire, tierra y blindados. El más importante ejército de aire lo tiene el PAN. Es una fuerza poderosa y experimentada. Pese a los escasos resultados de gobierno, los propagandistas del blanquiazul han mantenido vivo el reconocimiento popular a la labor del Presidente Fox. Articularon una audaz campaña que retaba y golpeaba en el marco del V informe de
Consulta Mitofsky
El Universal
Reforma
Pero la campaña mediática, por sí misma, no gana elecciones. Lo sabe Santiago Creel. El delfín ahogado apostó todo a un indiscriminado golpeteo al aire, en tiempo AAA, y lo perdió todo. Lo perdió, por una razón: no operó en tierra. El PRI posee un imponente ejército terrestre que se extiende por todo el país. La estructura de poder que implica contar con el control de 17 gobiernos estatales, le brinda competitividad. La efectividad de la operación a nivel local será esencial para las aspiraciones del PRI. Toda política es local, decía Bill Clinton. Clinton rehusó embestir de frente a la poderosa estructura de poder republicana de George Bush. Articuló una audaz estrategia: contrató sólo medios locales, bajo el argumento que son los que poseen circulación y contacto con las necesidades primarias de los electores. Concentró, además, su mensaje en un tema: “es la economía, estúpido”. Triunfó. Y si toda política es local, en cada localidad, el PRI tiene un batallón en pie de lucha. Los mejores blindados, sin embargo, los tiene Andrés Manuel López Obrador. El tabasqueño basa su estrategia en el peso de su personalidad y en el arrastre de su nombre. Tiene razones para hacerlo: posee un amplio conocimiento y reconocimiento de los ciudadanos. Quienes son encuestados responden que es el hombre mejor preparado para gobernar. Todo lo que se pudo haber atacado a López Obrador, se atacó. Aún disminuido, lidera la contienda. Es posible que López Obrador esté revestido ya, por lo
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Enero de 2006 Gobiernos por partido El Bajío
mismo, de un efecto teflón, similar al que protegió a Cárdenas en 1997. Los ataques personales podrían ya no afectarle. Las regiones
PRI: 3
Los mapas de poder político favorecen ampliamente al PRI y al PAN. El PRD es el partido que cuenta con menos penetración nacional. La gran batalla por la victoria final, la que conduce a la presidencia de la República se dará por regiones. La zona norte anticipa una lucha encarnizada entre PRI y PAN. Cuna del lanzamiento nacional del partido en el poder, el PRI ha logrado importantes avances: Recuperó Nuevo León y refrendó su mandato en Chihuahua, Sonora y Durango. El PRD sólo controla Baja California Sur, y en los demás estados su presencia es casi inexistente. La presencia de Acción Nacional es aún importante aunque solo controla Baja California.
PRD: 1
PAN: 5
Gobiernos por pártido El Norte
PRI:7 PAN: 1 PRD: 1
Estado Baja California Baja California Sur Chihuahua
PAN
PRI
48.70%
36.70%
8.70%
36.10%
1
% del padrón nacional
2004
0.98%
2005
0.57%
6.70%
2000
4.79%
51.80%
29.50%
2005
2.26%
45.50%
43.30%
5.20%
2000
6.60%
6.00%
46.20%
42.30%
2005
0.94%
San Luis Potosí
42.80%
37.60%
15.00%
2003
2.22%
Zacatecas
14.60%
33.40%
46.40%
2004
1.40%
Querétaro
45.70%
42.00%
6.60%
2003
1.44%
PAN
PRI
PRD
Aguascalientes
55.40%
35.50%
6.70%
Colima
47.60%
51.50%
Guanajuato
56.50%
34.00%
Hidalgo
11.60%
Jalisco Nayarit
Alianza
La zona centro es la joya de la Corona de López Obrador. Su indisputable fuerza en el DF y ascendencia en el estado de México, Tlaxcala, Michoacán y Guerrero, convierten a la región en el principal bastión perredista del país. Sus preferencias superan ahí el 40% y algunas mediciones lo ubican en 50%. Esta es, además, la zona más débil de Felipe Calderón. Gobiernos por partido El Centro
Año
% del padrón nacional
4.10%
2001
2.82%
45.40%
2005
0.46%
2004
3.35%
PAN: 2 PRD: 3
PRD
56.50%
Alianza
41.40%
Coahuila
33.00%
55.80%
3.50%
2005
2.38%
Durango
31.40%
52.60%
10.00%
2004
1.48%
Nuevo León
33.80%
56.70%
1.00%
2003
4.12%
Sinaloa
45.60%
46.80%
4.20%
2004
2.43% 2.34% 3.10%
Sonora
45.40%
46.40%
6.40%
2003
Tamaulipas
31.50%
57.60%
7.30%
2004
1
Año
Estado
Alianza del PAN, PRD y Convergencia.
El bajío es el bastión del PAN y parece no existir opción de que le arrebaten la hegemonía. Además de Guanajuato, Aguascalientes, Querétaro y San Luis, el PAN parece invencible en Jalisco. Sólo Zacatecas es controlado por el PRD y algunos estados pequeños como Nayarit, Colima e Hidalgo por el PRI, aunque ahí el PRD logró avances en la reciente elección municipal, obteniendo 23 de 84 municipios.
PRI: 2
Estado
Año
% del padrón nacional
34.90%
2000
10.06%
48.00%
2005
2.97%
24.30%
2000
12.85%
36.80%
41.90%
2001
4.14%
27.40%
12.80%
2000
1.65%
36.00%
49.60%
5.60%
2004
4.81%
34.90%
33.90%
28.40%
2004
0.98%
PAN
PRI
PRD
33.90%
23.10%
0.90%
36.70%
México
24.70%
47.60%
Michoacán
18.50%
Morelos
55.10%
Puebla Tlaxcala
Distrito Federal Guerrero
Alianza
La madre de todas las batallas, posiblemente la decisiva, se dará en el sureste. La composición de poder es muy equilibrada y las preferencias revelan que existe, prácticamente un
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Enero de 2006
empate técnico entre los contendientes, particularmente entre López Obrador y Roberto Madrazo. Ahí radica el 3er padrón del país: Veracruz, Oaxaca, Tabasco, Campeche, Quintana Roo y Yucatán. La diferencia en esa región puede ser la diferencia en la elección presidencial. Gobiernos por partido El Sureste PRI: 5 PAN: 1 PRD: 0 Alianza: 1 Estado Campeche
PAN
PRI
PRD
40.70%
1.60%
Alianza
Año
% del padrón nacional
2003
0.68%
Chiapas 1
46.90%
52.70%
2000
3.62%
Oaxaca 2
47.20%
44.60%
2004
3.28%
Quintana Roo
38.80%
22.30%
40.60%
34.20%
2005
0.94%
Tabasco
2.10%
50.70%
45.90%
2001
1.88%
Veracruz
33.70%
34.60%
28.20%
2004
6.82%
2001
1.65%
3 Yucatán Yucatán
45.50%
53.50%
1
Alianza PRD, PAN, PT, PVEM, PCD, PAS,CD yPSN 2 Alianza PAN, PRD y CONVERGENCIA 3 Alianza PAN, PRD, PT y PVEM
Los otros aliados Para triunfar, los candidatos presidenciales deberán apoyarse en las campañas de los 300 diputados y de los 64 senadores. Ahí reside la oportunidad de crecer en distritos claves o incluso en Estados. Además de las alianzas partidistas, los partidos deberán convertirse en receptáculos de los migrantes de otros partidos. El PRD parece en la posición más favorable para ello: ha sido el camino natural de los desertores del PRI: Cuauhtémoc Cárdenas, Andrés Manuel López Obrador, Leonel Cota, Ricardo Monreal, Manuel Camacho, Marcelo Ebrard, Alfonso Sánchez Anaya y Socorro Díaz siguieron ese patrón. Pocos han sido los casos de fugas hacia el PAN: Juan José Rodríguez Pratts, y Miguel Ángel Yunes. La emigración hacia el PRI es, en el pasado reciente, practicamente inexistente. Los hombres fuertes pueden incluso inclinar la balanza desde la lucha al senado. Tal es el caso de Dante Delgado en Veracruz, de Gabino Cué en Oaxaca, de Layda Sansores en Campeche
o de Juan Bueno y Miguel Ángel Yunes en Veracruz. López Obrador conoce esta estrategia a la perfección y la domina. La articuló siendo presidente de su partido y consiguió las primeras 4 gubernaturas para el PRD. Los aliados decisivos Pero los aliados decisivos no están dentro del sistema político: están afuera. El gran bloque de ciudadanos sin partido (40% del padrón) definirá la elección. Tres datos deben ser registrados:1) El PAN ha perdido simpatías, voto duro, y una parte de sus electores del 2000 pasaron a las filas de los sin partido. 2) Andrés Manuel López Obrador perdió simpatizantes independientes que captó el PVEM, única fuerza que creció por encima de su voto duro. Habrá que definir, sin embargo, si estos votantes permanecerán fieles al partido ecologista después del anuncio de alianza con el PRI. 3) Y es que el PRI es el único partido que no se beneficia de las preferencias del voto independiente. De no corregirse, no es un factor grave: es mortal. Los jóvenes urbanos de entre 18 y 29 años no consideran a Roberto Madrazo una opción. Entre más preparación poseen, el efecto es peor. Los jóvenes universitarios prefieren, hoy, en alrededor de 40% a López Obrador y en cerca de 37% a Felipe Calderón. Las preferencias de Madrazo en este segmento apenas rebasan el 15%. Votos duro (Millones)
PR I 8.1
9.5
5.1
El (aún) líder No hay duda: Andrés Manuel López Obrador ha venido perdiendo preferencias en los últimos meses. Esto se explica por varios factores. Primero, desapareció de los medios electrónicos. No tuvo cargo, rival ni spots. En suma: no tuvo exposición. Segundo, no hubo una renovación del discurso. Cada plaza escuchó el mismo mensaje y
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los mismos argumentos. La comunicación política de López Obrador no se regionalizó: fue incapaz de tocar los temas sensibles de las regiones. Tercero: el (aún) líder se ha rehusado a moderar su discurso, correrse al centro y disipar los temores de amplios sectores de la población. López Obrador debe conducir la elección no a una confrontación de clases sino a un contraste de proyectos de país. Su propuesta central debe ser la posibilidad de construir un proyecto de nación diferente, basado en la justicia social y la equidad, que no implica, necesariamente, la exclusión de los menos a favor de los más. López Obrador debe aterrizar su discurso y enviar mensajes tranquilizantes a sectores poderosos que le temen. Puede rodearse de economistas afines que gocen de prestigio internacional. Puede sumar a empresarios a su causa. Puede acercarse asesores de primer nivel de izquierdas moderadas, como Felipe González, José María Sanguinnetti o Patricio Aylwin. El perredista debe consensuar más y confrontar menos. Escuchar más y sentenciar menos. Tranquilizar más y exacerbar menos. Sumar más y restar menos. La estrategia actual lo está conduciendo al callejón sin salida de que, aún ganando, no le permita tener los resortes necesarios para gobernar. Deberá entender, además, que sin un ejército de aire la victoria se alejará. Francoise Mitterand se hizo asesorar en 1965 por uno de los mercadólogos más importantes de Europa. Tras su primera reunión vino la ruptura. El asesor de imagen le recomendó, sin más, arreglarse los dientes como requisito indispensable para construir una imagen triunfadora. Mitterrand se negó, lo despidió, y perdió la elección. Para los siguientes comicios se dejó asesorar y triunfó. Había entendido que la imagen y su proyección masiva importan: arroparse en el marketing no implicaba abandonar sus principios. El presidente que no logra ser candidato El candidato del PRI es quien cuenta con la más poderosa organización política del país. A diferencia de López Obrador, sin embargo, que más que duplica los puntos de su partido, Madrazo sólo lleva unos puntos porcentuales a su causa. El candidato del PRI tiene una fortaleza y una
debilidad: es el reflejo mismo del PRI. Madrazo no logró administrar la crisis que generó un desastroso proceso interno que llevó a rupturas y escisiones. Pese a su indudable sagacidad política, no logró, tampoco, curar las heridas de diversos grupos. Pero el partido de la revolución institucionalizada no está muerto. Su fuerza es indudable. También su experiencia. Logró la supervivencia tras el Waterloo del 2000. Se recompuso y obtuvo 15 victorias en gobiernos estatales desde entonces. Controló la cámara baja tras las cruciales elecciones intermedias. Esta ofensiva, la más importante de sus últimos 50 años, la comandó el hombre que hoy es su candidato. Pero Madrazo tiene un problema de percepción, que desemboca en una crisis de competitividad. Está sujeto a una paradoja que lo agobia: fue el mejor presidente del PRI, pero aun no ha logrado proyectarse como su mejor candidato. Para la percepción popular, Madrazo parece hábil para ganar todas las elecciones, salvo la suya. Posee un discurso sumamente articulado, con un diagnóstico preciso de lo que el país requiere para crecer. Sucede, con todo, que para amplios sectores, particularmente los jóvenes y los independientes, él no es hoy hombre adecuado para aplicar las recetas que propone. Madrazo deberá confiar en la experiencia del partido y hacer una campaña diferente: fresca, juvenil, seria. Su propuesta debe coincidir en una segunda modernización del país. Deberá subrayar su principal activo: eficiencia. Esas dos son sus armas más poderosas: López Obrador es un justiciero, no un modernizador. Felipe Calderón podrá ser un reformador, pero incapaz de implementar las reformas. Madrazo tiene las llaves del reino: es el único candidato que puede obtener mayorías simples en el congreso, y es el candidato que sabe operar acuerdos. ¿En las elecciones para diputados federales del 2006, por qué partido votaría? PRD 24%
PRI
37%
Fuente: Consulta Mitofsky
Otros 6%
PAN 33%
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Enero de 2006
El candidato deberá cuidar su entorno. Personajes con pésima imagen pública deberán quedar en el clóset. Madrazo deberá, en lo referente a su percepción, tomar medidas audaces. Puede explicar que su imagen adversa fue construida por un poder omnipresente al que se enfrentó: el de Ernesto Zedillo. Puede anticipar que dará al PRD o al PAN el control de la Contraloría, que dará autonomía al Ministerio Público, que fortalecerá las capacidades fiscalizadoras del Congreso y deberá firmar acuerdos con ONGs para que monitoreen su campaña.
c
El heredero Calderón es el candidato que llega con mejor impulso a la contienda. Emergió de atrás: derrotó al poder presidencial, en un país que admira a quien desafía y vence al poder. Su discurso está bien articulado y posee políticas públicas claras para los problemas que aquejan al país. También importante: resucitó al PAN. Conoce su partido y conoce el país. Pero Calderón es quien menos experiencia administrativa posee. Nunca ha ganado, ni ha participado, en una elección. Es, de los 3 candidatos, el que resultados menos favorables obtuvo como dirigente de su partido. Calderón está atrapado por una poderosa fuerza que lo puede llevar al triunfo al mismo tiempo que lo puede hundir: el gobierno foxista.
Resultados como presidentes de partido. Período
Gubernaturas ganadas
Diputaciones ganadas
Roberto Madrazo Pintado *
2002-2005
16
de 209 a 224
Andrés Manuel López Obrador **
1996-1999
4
de 71 a 125
Felipe Calderón Hinojosa ***
1996-1999
3
de 119 a 121
Fuente: Institutos electorales
El panista debe bajar a nivel cancha su discurso. Debe incluir conceptos sociales. Debe acercarse a grupos que le cobijen en lo social, en lo que aparece distante. Deberá ser categórico al deslindarse del gobierno y sus yerros: operación política, impartición de justicia, corrupción, esposa, frivolidad. Calderón deberá buscar apoyos adicionales a los de los barones del dinero y de los grandes consorcios mediáticos. Sin una penetración mayor en los segmentos jóvenes que buscan y no han encontrado empleo, ingreso, en los últimos seis años, no podrá ganar la elección. Calderón deberá meterse a fondo en el sureste: ahí puede encontrar los votos que le faltan para alcanzar al (aún) líder de la contienda. Y, se sabe que, quien alcanza, gana.<
Percepción de los candidatos a la presidencia Andrés Manuel López Obrador
Roberto Madrazo Pintado
Felipe Calderón Hinojosa
Positivas
Positivas
Positivas
Negativas
Negativas
Negativas