Boletin 4 2017

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Misioneros Vicentinos Colombia ISSN 2216-1945 Año XXXVII N° 186 Septiembre - Diciembre 2017

40 años acompañando el llamado de Jesucristo, Evangelizador de los pobres...


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o d i n t e Con Presentación

Editor Propietario

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Congregación de la Misión Nit: 860010527-2

misterio de 4 San Vicente y el la encarnación 10 e soñamos La provincia qu ncia o” una experie “El Aspirantad da vi i m tiva para 12 bella y significa vocacional unidad, La vida en com entina una opción Vic mino Noticias del ca a Familia vicentin en camino camino Lo que viene en Aspirantado ad Misión de navid Vacaciones ciones Regreso de vaca

Director

P. Christian Avelino Cataño Corrales, CM. christiancm0214@yahoo.es

Memoria Visual

P. Jhon Alexander Páez Castillo, CM. alex8528@hotmail.com

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Corrección y redacción

P. Jhon Alexander Páez Castillo, CM. alex8528@hotmail.com

Administración y Diseño Laura La Rota

Corresponsal

Sem. Oscar Fabián Betancourt, CM.


ó n c i t a e n Pres z, CM

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La última edición del Boletín Camino para este año 2017 permite recoger la experiencia de vida de Vicente de Paúl frente al Misterio de la Encarnación, Misterio de nuestra fe que contemplamos cada año y al que todos los cristianos católicos nos preparamos a través de las cuatro semanas de Adviento, con el fin de reconocer la presencia de Señor que, desde la eternidad, viene a encarnarse en nuestras propias vidas y a quedarse en ellas para salvarnos. Todos estamos llamados a contemplar, adorar y actualizar este Misterio que nos involucra en la dinámica de amor de la vida Trinitaria y a la vez compromete con la instauración del Reino de Dios en medio de los más necesitados. Con esta perspectiva de la Encarnación, se nos permite soñar y recrear nuestra opción de vida en el Cristo encarnado en la humanidad, con la humanidad y para la humanidad, que requiere una dinámica dialéctica con el hombre, en la que éste se ponga en camino y a través de signos visibles de conversión evidencie que Reino está actuando en el aquí y el ahora de su historia. En definitiva se trata de la adhesión a la persona de Cristo y al compromiso con su misión humanizadora. En el contexto de la Encarnación y el compromiso de todo cristiano de ser anunciador de buenas noticias es deber de todos seguir construyendo desde la vida en co-

munidad, la oración, el celo apostólico y la formación permanente un estilo de vida que contagie a muchos y que lleve a integrar esfuerzos para responder a los retos que el mundo hoy nos plantea frente a realidades que siguen deshumanizando a través de estructuras como la injusticia, la corrupción, la violencia, la discriminación, la mentira y la secularización. Presentamos cuatro artículos: San Vicente de Paúl y el Misterio de la Encarnación; La Provincia que soñamos; La experiencia del Aspirantado y la vida en comunidad, una opción vicentina, cuatro reflexiones que sin duda alguna nos animarán desde la fe y la esperanza a seguir caminando como lo hizo la Virgen María en la búsqueda de la voluntad de Dios. Apreciados lectores desde ya deseamos a todos ustedes un feliz año nuevo cargado de grandes bendiciones.

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San Vicente de Paúl y el Misterio de la Encarnación

En qué consiste el Misterio de la Encarnación Teológicamente podemos decir que el Misterio de la Encarnación afirma a Jesús como la Palabra de Dios que se pronuncia en la historia. Jesús es la Palabra de Dios que se hace carne y comparte así nuestra condición humana. En la encarnación de Dios, en Cristo, el Padre revela su plan salvífico que no es otro que la promesa de plenitud por siempre y para toda la humanidad. Al encarnarse, Jesús toma la condición “mendicante” del hombre y lo eleva a la absoluta dignidad de hijo de Dios. Esta Palabra encarnada en la historia humana no sólo se oye, sino que por hacer palpable la presencia de Dios, se acepta, se sigue y se vive. Por ello el Misterio de la encarnación de Jesús es Misterio de salvación pues en él se encuentra el “camino, la verdad y la vida” que conduce a la plena experiencia y consumación del Amor.

Para San Vicente de Paúl, el Misterio de la Encarnación tuvo una importancia fundamental. No sólo reiteraba que debía ser, junto con el Misterio de la Trinidad, los dos misterios primordiales a tener en cuenta por los misioneros y por todo cristiano, sino además que de su conocimiento dependía la salvación tanto de quien evangeliza como del pobre que lo escucha. Al respecto dirá San Vicente en la repetición de oración del 23 de mayo de 1655 sobre la fiesta de la Santísima Trinidad lo siguiente: “Reconozco que nos hemos descuidado un poco en esto, y que poníamos más interés al principio que ahora con el progreso de la compañía. Sin embargo, fijaos, algunos doctores sostienen que los que no sepan este misterio (de la Trinidad) y el de la encarnación están en estado de condenación; incluso san Agustín y santo Tomás enseñan que el conocimiento de estos misterios es un medio de necesidad para la salvación. Pues bien, si es así, juzgad, padres y hermanos míos, cuánta importancia tiene que enseñemos estos misterios a quienes los ignoran” (XI/A. 104).


De allí que para San Vicente el anuncio un estado perpetuo de relación al de estos misterios de la fe (Trinidad Padre. La encarnación introduce así al y Encarnación) hacen parte de la hombre a la adoración. Además, en la finalidad de la Congregación. Así se encarnación se constata la dignidad y lo dirá a los misioneros en una de sus perfección humana, que no dependen conferencias: “¡Oh Salvador! ¡Señor de su autonomía, sino que estriba en el mío y Dios mío! Tú has suscitado una humilde reconocimiento y aceptación compañía para esto; la has enviado de la voluntad de Dios a la manera de a los pobres y quieres que ella te dé Jesucristo. a conocer a ellos como único Dios San Vicente de Paúl asume en verdadero, y a Jesucristo como enviado gran medida y con gran estima la tuyo al mundo, para que, profundidad cristológica de por este medio, alcancen la Al encarnarse, Berulle, y gracias a ella el vida eterna. Esto tiene que Jesús toma puede descubrir la grandeza hacernos preferir esta tarea la condición de la humanidad en Dios y de a todas las ocupaciones y “mendicante” del Dios mismo en Cristo. De allí cargos de la tierra y que nos hombre y lo eleva que San Vicente invitara a los consideremos los más felices a la absoluta Misioneros a tener la misma del mundo. ¡Dios mío! ¡Quién dignidad de hijo actitud religiosa de Cristo hacia pudiera comprenderlo!” de Dios. el Padre, que consiste en (XI/A. 388). procurar una estima y aprecio a Dios por su inabarcable amor, y el estar Pedro de Berulle y su influencia en actitud de humilde anonadamiento cristológica en San Vicente de Paúl para vivir siempre en unión y comunión Esta forma de resaltar el Misterio de la con la voluntad del Padre. San Vicente Encarnación, San Vicente ciertamente expresa este convencimiento, con lo aprendió de la espiritualidad una profundidad mística que a veces cristocéntrica de Pedro de Berulle, desconocemos, de la siguiente forma: uno de sus maestros espirituales. “Así pues, hermanos míos, hemos de Para Berulle la Encarnación es la obra trabajar en la estima de Dios y procurar maestra del Padre, es fruto del amor concebir un aprecio de él muy grande. de Dios. Gracias a la encarnación ¡Oh hermanos míos! Si tuviésemos una el Hijo hace que la creación vuelva vista tan sutil que penetrásemos un poco continuamente al Padre para adorarlo en lo infinito de su excelencia, ¡Oh Dios como su fuente, y al mismo tiempo mío, oh hermanos míos qué sentimientos es la encarnación la que permite que tan altos sacaríamos! Diríamos, como san el Hijo, Dios-Hombre verdadero, sea

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6 Pablo, que ni los ojos vieron, ni los oídos oyeron, ni el espíritu comprendió nada semejante. Es un abismo de dulzura, un ser soberano y eternamente glorioso, un bien infinito que abarca todos los bienes; todo es allí inabarcable. Pues bien, el conocimiento que de él tenemos, y que está por encima de todo entendimiento, debe bastarnos para apreciarlo infinitamente. Y este aprecio tiene que hacernos anonadar en su presencia y hacernos hablar de su suprema majestad: con un gran sentimiento de humildad, de reverencia y de sumisión; y a medida que lo vayamos apreciando, lo amaremos más; y ese aprecio y ese amor nos darán un deseo continuo de cumplir siempre su santa voluntad, un cuidadoso esmero por no hacer nada en contra suya y un gran alejamiento de las cosas de la tierra, despreciando todos sus bienes” (XI,412).

San Vicente de Paúl y el sentido profundo de la Encarnación Creo que el aporte más significativo de San Vicente al respecto de la comprensión del Misterio de la Encarnación fue el de integrale a la reflexión teológica de la época el rostro concreto al cual habían de llegar de sus conclusiones. San Vicente hace que la reflexión metafísica de la encarnación, necesaria e importante, pero tentada de abstracción y sentimentalismo, se insertara en la historia concreta del momento marcada por el sufrimiento y se manifestara como culmen y plenitud en el rostro de los pobres. El encuentro grandioso de Dios en la humanidad de Cristo no sólo ensalza a la creatura humana divinizándola, como se afirmaba con Berulle, sino que compromete para actuar contra todo aquello que en el rostro del humano concreto y herido sea ausencia de esta dignidad. Para San Vicente es claro que reconocer la excelsa trascendencia de nuestra humanidad pasa obligatoriamente por el alivio concreto de sus miserias. El sentido de la Encarnación sigue siendo para San Vicente el amor de Dios, a Dios y en Dios, pero él ha descubierto que ese amor no se cierra en sí mismo, no permanece solamente en el ámbito de lo especulativo o afectivo, sino que ese amor bien discernido conduce a una caridad creativa y eficaz, a una


caridad respetuosa y concreta, a una calenturienta, contentos con los dulces caridad afectiva y efectiva. San Vicente coloquios que tienen con Dios en la descubrió que en la práctica concreta oración; hablan casi como ángeles; a Dios se le ama, se le alaba, se le pero luego, cuando se trata de trabajar contempla, tanto en la Capilla como por Dios, de sufrir, de mortificarse, de en el hospital o en la cárcel. Pero él no instruir a los pobres, de ir a buscar a la sucumbió a la tentación de creer que se oveja descarriada, de desear que les falte debía elegir lo uno o lo otro. Dios en la alguna, de aceptar las enfermedades o Capilla, adorado y contemplado, purifica cualquier cosa desagradable, ¡ay! Todo la mirada para descubrirlo en se viene abajo y les fallan los San Vicente los pobres y reconocerlos ánimos” (XI/4, 733- 734). como los “amos y señores” de descubrió que en la práctica concreta San Vicente de Paúl gracias nuestra vida. Pero Dios en el a Dios se le ama, a lo recibido de sus maestros hospital o la cárcel, adorado espirituales, a su propia se le alaba, se le y contemplado allí, despierta contempla, tanto experiencia espiritual y a la el corazón de cualquier en la Capilla como reflexión hecha de los procesos somnífero espiritualismo. Por en el hospital o en socioculturales de la época, eso San Vicente dirá que el integró proféticamente las la cárcel. amor a Dios exige esfuerzo: raíces teológicas y espirituales “Amemos a Dios, hermanos míos, del Misterio de la Encarnación que amemos a Dios, pero que sea a costa de novedosamente se afirmaban en aquellos nuestros brazos, que sea con el sudor de momentos, con la reflexión social, nuestra frente. Pues muchas veces los histórica y antropológica que él mismo actos de amor a Dios, de complacencia, de una manera creativa y concreta supo de benevolencia, y otros semejantes descubrir. Sólo de esta manera pudo San afectos y prácticas interiores de un Vicente hacer una verdadera integración corazón amante, aunque muy buenos entre contemplación y praxis, entre y deseables, resultan sin embargo muy espiritualidad y acción pastoral. sospechosos, cuando no se llega a la Por ello, San Vicente contemplando práctica del amor efectivo. Porque hay este sentido “integrado” de la misión muchos que, preocupados de tener del Hijo en la Encarnación, animó a los un aspecto externo de compostura y el padres y hermanos de la Comunidad interior lleno de grandes sentimientos a descubrir la evangelización de los de Dios, se detienen en esto; y cuando pobres como el corazón de la misión se llega a los hechos y se presentan de Cristo, y por lo mismo la tarea por ocasiones de obrar, se quedan cortos. Se excelencia de todo misionero. muestran satisfechos de si imaginación

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“En esta vocación vivimos de modo muy conforme a nuestro Señor Jesucristo que, al parecer, cuando vino a este mundo, escogió como principal tarea la de asistir y cuidar a los pobres. Misit me evangelizare pauperibus, y si se le pregunta a nuestro Señor: “¿Qué es lo que has venido a hacer en la tierra?” “A asistir a los pobres” “¿A algo más?” “A asistir a los pobres”, etc. En su compañía no tenía más que a pobres y se detenía poco en las ciudades, conversando casi siempre con los aldeanos, e instruyéndolos. ¿No nos sentiremos felices nosotros por estar en la Misión con el mismo fin que comprometió a Dios a hacerse hombre? Y si se le preguntase a un misionero, ¿no sería para él un gran honor decir como nuestro Señor: Misit me evangelizare pauperihus?” (XI,33-34)

Vivir la Encarnación Para San Vicente el Misterio de la Encarnación no sólo expresa de forma elocuente la bondad de Dios sino que además revela la Misión de Cristo y en ella la nuestra. De allí que conocer este misterio es fundamental para nuestra salvación tanto por las sublimes ideas que contiene e inspira como por las acciones concretas que exige. Los Misioneros han sido llamados a continuar de obra de Cristo, ellos deben manifestar a la humanidad los alcances de la presencia de Dios en medio de nosotros. La primera condición fundamental del misionero es revestirse del espíritu de Cristo, de modo que tenga los mismos sentimientos y actitudes del Maestro, y pueda llevar a acabo la Voluntad del Padre que no es otra que la de evangelizar y servir a los pobres. En la carta al P. Portail le muestra con claridad el lugar central de Jesucristo en la vida del misionero: “Acuérdese, Padre, de que vivimos en Jesucristo por la muerte en Jesucristo, y que hemos de morir en Jesucristo por la vida de Jesucristo, y que nuestra vida tiene que estar oculta en Jesucristo y llena de Jesucristo, y que, para morir como Jesucristo, hay que vivir como Jesucristo” (1.5.1635) Y al joven P. Antonio Durand le dice: “No, Padre, ni la filosofía, ni la teología, ni los discursos logran nada en las almas; es preciso que Jesucristo trabaje en nosotros, o nosotros con Él; que obremos en Él y Él


en nosotros; que hablemos como Él y con su espíritu…” (XI,236) Otra condición que creo importante recalcar es la necesidad de sentir en la propia humanidad a la humanidad herida. El Misterio de la Encarnación testimonia el amor solidario de Dios en Cristo por la humanidad. Dios ha escuchado el clamor de su pueblo y por ello viene a aliviar sus dolores, a traerle la salvación. De ahí que San Vicente les recuerde a los misioneros que hay que disponer el corazón en la evangelización y hacerse solidario con el sufrimiento de los pobres: “Cuando vayamos a ver a los pobres, hemos de entrar en sus sentimientos para sufrir con ellos…Para ello es preciso que sepamos enternecer nuestros corazones y hacerlos capaces de sentir los sufrimientos y las miserias del prójimo, pidiendo a Dios que nos dé el verdadero espíritu de misericordia, que es el propio de Dios… de forma que quienes vean a un misionero puedan decir: ‘He aquí un hombre lleno de misericordia’” (Conf. 6.08.1656).

mío, dinos, por favor, qué te sacó del cielo para venir a la tierra. ¡Oh Salvador¡ Quién ha amado más que Tú? Hay amor semejante al tuyo? Sólo Tú, Señor, has tenido el valor de dejar la casa de tu Padre por la nuestra. Y para qué? Para enseñarnos el amor al prójimo. El amor por nosotros te clavó en una cruz para obrar el misterio de la redención. Hermanos míos si tenemos un poco de amor, quedaremos cruzados de brazos? Dejaremos morir a cuantos podemos socorrer? No, hermano míos, no, la caridad no puede ser ociosa. La caridad de Dios nos obliga a consolar y salvar a los hombres que Cristo redimió” (XI, 4)

Finalmente, uniéndonos a la oración de San Vicente, reafirmemos que solo el amor puede intuir la grandeza de la Encarnación de Dios y que sólo el amor puede ayudarnos a salir del encierro egoísta que a veces acompaña nuestra vida. ¡Oh, qué corazón más amante el de Jesús¡ ¡Qué llama de amor viva¡ Jesús

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s o m a ñ o s e u q a i c La Provin

r, CM o Escoba e Colombia P. Orland d rovincia P r o d a it Vis

Polonia y España, con el ingrediente de que es mucho más joven.

En unos meses termino mi periodo de seis años como Visitador de la Provincia de Colombia y justo ahora se me invita a escribir en este medio sobre la Provincia que soñamos. El Superior General ha dicho repetidas veces que cuando un sueño se hace junto con otros ese sueño se vuelve realidad. ¿Cómo sueño mi Provincia de Colombia? Sueño una Provincia fiel a su vocación de servicio a los pobres en las distintas obras que atiende en Colombia, Venezuela, Brasil, Ruanda y Burundi. Somos 180 miembros, entre sacerdotes y algunos hermanos coadjutores. Es la tercera Provincia en tamaño de la Congregación de la Misión, después de

Sueño con una Provincia que siga sirviendo al clero en los distintos seminarios diocesanos donde sirve (4 en Colombia y 2 en Brasil), destinando para ello Cohermanos competentes, bien preparados académicamente y, sobre todo, que amen formar a los jóvenes candidatos al sacerdocio, que los acompañen, que seamos buenos ejemplos para ellos. Sueño con una Provincia cuidadosa de la oración en comunidad, de los actos comunitarios, de las tradiciones vicentinas, que no cede al chisme ni a hablar mal de ninguno, mucho menos si está ausente. Es decir, con una Provincia madura en las relaciones con los compañeros, leal, donde seamos amigos y nos respetemos, y también donde se venere a los ancianos y se invite a soñar a los jóvenes. Sueño con una Provincia que no se deja vencer por el individualismo de la cultura moderna, que no antepone la tecnología al trato personal, que invierte en las personas y en las casas para que


sean lugares donde nos sintamos bien, acogidos y reconocidos en nuestras capacidades y dones particulares. Sueño también con una Provincia donde los Cohermanos cuidan su salud física, espiritual y sicológica; insisto, donde no se hable mal de ninguno, donde no nos critiquemos tanto, donde podamos decirnos las cosas de frente, no por la espalda; personas discretas, sencillas en el trato, cercanas a los pobres, sin clericalismo, sin arribismo, sin “roscas”, imparciales… Sueño con que seamos hombres espirituales, con los pies en la tierra, apasionados por Cristo y por la Iglesia, solidarios, misioneros caminantes, buenos predicadores, lectores asiduos,

acogedores con todos, haciendo equipo con los laicos, invitándolos a orar con nosotros, a cantar, a caminar juntos, haciendo buenos planes, evaluando los trabajos e intentando mejorar siempre. Los sueños siempre son ideales, pero no hay que dejar de soñar, de luchar por hacerlos realidad, por no dejarse robar la esperanza, como dice el Papa Francisco. Sueño con que no seamos corruptos. Con San Vicente, sueño con que seamos sencillos, pobres, humildes, mansos, mortificados y celosos por la evangelización de todos, especialmente de los más pobres. Y sueño, finalmente, con que muchos jóvenes se unan a nuestro proyecto.

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a n u ” o d a t n a “El As pir a v i t a c fi i n g i s y a ll e b i a c n e exper i l a n o i c a c o v a para mi vid spitia, CM - Est. I Filosofía ardona E

Juan David C

Después de vivir la Convivencia Nacional en Medellín, y pasar la carta de petición para el ingreso al seminario, volví a mi casa con una sensación de incertidumbre, a la expectativa de lo que podría pasar de ahí en adelante con mi vida. Me invadía un mar de sentimientos encontrados y me hacía muchas preguntas, “¿De verdad quiero ser Misionero Vicentino? ¿Será que sí me aceptarán? ¿Cómo será la vida en el Seminario?”. En el instante estas

preguntas eran confusas y no pude responderlas, pero al paso de los días las iba contestando. Un día me dice mi abuela: “llegó un paquete para usted”, ansioso me dirigí a ver el paquete y, efectivamente, era lo que imaginaba y esperaba, un sobre color café, tamaño carta, que en la parte superior tenía el logo de la pastoral vocacional y en la inferior decía: “Joven, Juan David Cardona”, ávido destapé el sobre, saqué la carta que allí venía y detenidamente la leí, indicaba que había sido aceptado para ser parte del Seminario de los Misioneros Vicentinos en Medellín. Me llené de mucha alegría, en ese momento dije: “pues…, me atreveré” y desde allí sentí que el Señor enardeció mi inquietud vocacional. A la semana siguiente, llamé a los padres de la Pastoral Vocacional para saludarlos y darles las gracias por la carta de aceptación. Ellos me comentaron que se iba a empezar una experiencia formativa, que duraba alrededor de dos meses, llamada “Aspirantado”, la


cual era para los jóvenes que iban a entrar al Seminario, en donde se podría conocer más acerca de la vida de San Vicente de Paúl y la Congregación de la Misión, llevar una vida en comunidad y una formación que fuera semejante a la del Seminario, tener un encuentro con los pobres por medio del apostolado y culminar con una experiencia misionera, ellos me exhortaron a participar en esta experiencia, sin duda todo esto era nuevo para mí, pero acepté y así fue, un 20 de noviembre de 2016 llegué a la Apostólica en Santa Rosa de Cabal, con expectativas, animado, dispuesto a vivir y disfrutar la nueva experiencia al máximo. Puedo describir el Aspirantado como una de las experiencias más bellas y significativas para mi vida vocacional, una experiencia única, que hay que aprovechar al máximo, llena de fraternidad, enseñanzas, risas, discusiones, experiencias de fe y muchas anécdotas por contar. No dejo de recordar momentos tan sencillos, pero tan profundos, que están plasmados en mi mente, como cuando aprendí junto con mis compañeros a orar con la liturgia de las horas, las clases que recibíamos de Biblia, música; formación pastoral, espiritual, cristiana y vicentina; el deporte que no podía faltar después del almuerzo, los aseos de la casa, las salidas comunitarias,

las celebraciones litúrgicas, la buena acogida de los misioneros de la casa, la preparación para la misión, la cercanía de la comunidad de Pastoral Vocacional y por último, algo que siempre recordaré con mucho cariño: el apostolado, cada sábado nos dirigíamos a la Samaria una vereda de Santa Rosa, allí visitábamos a los campesinos y celebrábamos la Eucaristía en una capillita hecha de esterilla de guadua y pedazos de tabla, se reflejaba la fe, el gozo y la alegría de los humildes feligreses que asistían a la celebración, aprendimos mucho de estas personas que nos animaron y fortalecieron en nuestra vocación misionera. Así, creo yo, se cumplía en

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nosotros las palabras de San Vicente de Paúl: “los pobres nos evangelizan”. En definitiva fue una vivencia muy gratificante para todos. Hoy me quedan cortas las palabras, para agradecer a la Comunidad de Pastoral Vocacional, por la oportunidad que nos brindó con la experiencia del Aspirantado, ya que crecimos en valores y en fraternidad. A todas las personas

que hicieron posible esa experiencia: Misioneros y Hermanas de Santa Rosa, empleados de la Apostólica, feligreses del santuario y otras personas que de una u otra manera influyeron en nuestra experiencia. Por último exhorto a los jóvenes que quieran vivir esta experiencia a lo hagan sin ningún temor, porque el ella se concreta la respuesta al llamado que el Maestro nos ha hecho.


, d a d i n u m o c La vida en a n i t n e c i V n un a o pció abián Be

Est. Oscar F

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iencia Pastora

- Año exper tancourt, CM

Partiendo de esta clara distinción entre estos tres tipos de vida en comunidad se reconoce claramente que el aporte más significativo para San Vicente lo hacen los Jesuitas, quienes, optaron por un estilo nuevo de hacer comunidad, no internos en los claustros, sino a través de un ministerio activo en medio del pueblo. La vida fraterna es un constitutivo esencial del misionero que sigue a Jesucristo en la Congregación de la Misión. Durante cuatrocientos años la “Pequeña Compañía” ha caminado teniendo muy clara esta convicción. A manera de actualización, hoy la vida comunitaria se ha logrado consolidar gracias a la estructura formada por San Vicente de Paúl junto con los primeros misioneros en la Francia del siglo XVII, concretamente a partir del año 1625, cuando se fundó la Congregación de la Misión. “Vicente aprovechó la riqueza que le ofrecía la tradición, modelando un tipo de comunidad que combinaba la estabilidad de los monasterios, el ministerio profético de los mendicantes, y la contemplación activa de los Jesuitas”1.

En la actualidad, como en los tiempos de San Vicente de Paúl, los cambios estructurales y las nuevas propuestas responden a las necesidades que van surgiendo. Hoy se evidencia un cambio de una sociedad industrial a una sociedad de la información. Como concreción de esta nueva sociedad aparecen los medios de comunicación, los cuales, presentan un nuevo desafío, cuestionan y exigen una continua reinterpretación de la comunidad y la búsqueda de otras formas de cohesión. Tal exigencia de renovar la comunitaria es ineludible y necesaria. La comunidad permanece inmóvil e indiferente

vida muy que ante

MALONEY, Robert. Como amigos que se aman profundamente. Reflexiones sobre la vida de comunidad ayer y hoy. Recuperado de: http://vincentians.com/es/como-amigos-quese-aman-profundamente-reflexiones-sobre-la-vida-de-comunidad-ayer-y-hoy/ 1

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los cambios de la sociedad puede caer COMUNIÓN DESDE LA PROPUESTA en el sinsabor de una vida asumida DEL EVANGELIO más por la normatividad que por la La visión que San Vicente de Paúl nos opción. Al respecto André Dodin se ofrece de Cristo es la del Evangelizador refiere a la percepción de algunos de los pobres; por lo tanto, el fin la religiosos del tiempo de San Vicente, Congregación de la Misión es seguir que viviendo en comunidad, la a Jesucristo, “San Vicente establece criticaban y actuaban con desazón: “la comunidades, siguiendo el ejemplo vida religiosa, comunitaria, cenobítica, de Cristo “que juntó a sus apóstoles y monástica, conventual, es un consorcio discípulos” por causa de la de vida en común realizada misión apostólica”3. En este con miras a una obra común La comunidad que sentido, Cristo es el eje de la y constituida por personas permanece inmóvil comunidad para la misión. insoportables, que intentan e indiferente ante Ahora bien, no se es parte de soportarse, y que, a veces lo los cambios de la la comunidad sino por Jesús sociedad puede consiguen”2. Tal afirmación que llama. “La comunidad cuestiona el formalismo caer en el sinsabor como realidad de fe significa de una vida de la vida en comunidad, ante todo, que se constituye que puede reiterarse si la asumida más por la en respuesta a una llamada comunidad se estanca en normatividad que de Dios”4. No se hace parte por la opción. un mismo modelo o si se de esta comunidad porque conforma con el soportarse sí, ni por voluntad propia, sino porque como única alternativa para llevar a fundamentalmente está el llamado de cabo determinado fin. Cristo; lo que nos lleva a afirmar que Él, De esta manera surge la iniciativa de la quien invita, ha mostrado el camino. Él elaboración de este artículo que tiene es nuestro modelo de ser humano en como finalidad propiciar un espacio de comunidad, en otras palabras, Jesús reflexión sobre la vida en comunidad, llama y su testimonio inspira y reúne a específicamente en la Congregación de la comunidad cristiana. la Misión. Se presenta entonces como punto de partida el modelo evangélico de comunidad, luego el modelo desde el DODIN, André. La Evolución de la Vida Comunitaria y sus fin de la Congregación, que va muy de Exigencias. En: “Vicente de Paúl inspirador de la Vida Comunitaria”. Salamanca, Editorial CEME, 1975. Pg. 16. la mano con el Evangelio, concluyendo MALONEY, Robert. Espíritu Propio. En: Diccionario de Espiricon algunas propuestas que pueden tualidad Vicentina. Salamanca, Editorial CEME, 1995. Pg. 206 ayudar a dinamizar la experiencia de la SUESCÚN, Julio. Comunidad. En: Diccionario de Espiritualidad Vicentina. Salamanca, Editorial CEME, 1995. Pg. 64 vida comunitaria. 2

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invita a estar en continuo cambio. “Toda renovación comunitaria en profundidad, debe proponerse como meta esta conversión evangélica, sin la cual no hay vida comunitaria verdaderamente fraterna”6. En otras palabras, el fundamento para la vida comunitaria del misionero vicentino radica en una vida desde el Evangelio, es decir, la lectura y reflexión de la Palabra debe madurar la vida comunitaria, ella da bases cada vez más sólidas y plantea procesos abiertos a la voluntad de Dios y al devenir del ser humano. Seguir a Jesús es cooperar con la instauración del Reino, el cual, consiste en hacer comunidad para conocer el amor de los hermanos. El amor de la comunidad para el Reino pasa por la tolerancia, pero no se debe quedar ahí, no se puede vivir en el formalismo de simplemente soportar al otro, en este sentido Cristo es ejemplo, puesto que “a todos escuchaba y dirigía por la senda del amor, adoctrinando y dando ejemplo de tolerancia cuando una salida inesperada de sus elegidos descubría la rivalidad existente en el grupo de los Doce”5. Jesús enseña que en el reconocimiento, en la aceptación del otro y en la empatía se dan los primeros pasos para dinamizar la comunidad. De allí que San Vicente propone un modo de actuar en la misión y de vivir en la comunidad a partir de Jesucristo como Regla de la Misión; tal propuesta

Entonces, hay que estar en continua conversión al Evangelio, puesto que la comunidad es para el Reino y está en función de él. Por tanto, “Compartir la Fe, confesar a Jesucristo juntos, es la dinámica misma de la conversión al Evangelio”7. Esta comunión por construir, se concreta en la disposición y búsqueda de identidad con el otro, a ejemplo de la comunidad de los Hechos de los Apóstoles que “se mantenían constantes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones. [… ] Todos los creyentes estaban de acuerdo y tenían todo en común”8.

ORCAJO, Antonino. Tolerancia. En: Diccionario de Espiritualidad Vicentina. Salamanca, Editorial CEME, 1995. Pg. 585 5

GRIEGER, Paul. Vida comunitaria fraterna: condiciones para su realización. 1991. Recuperado de: http://vincentians.com/ es/vida-comunitaria-fraterna-condiciones-para-su-realizacion/ 6

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Ibídem

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Hch. 2, 42-47

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El esfuerzo por unir los corazones de la COMUNIÓN DESDE EL FIN DE LA comunidad es fundamental, en tanto que CONGREGACIÓN DE LA MISIÓN “nuestro objetivo vicenciano de profunda En el numeral uno de las Constituciones comunión con el pobre se realizará de de la Congregación de la Misión se manera óptima cuando vivamos en afirma que su fin es “seguir a Cristo profunda comunión unos con otros en para Evangelizar a los pobres”; este fin el Señor”9. Es Jesucristo quien congrega es también un proyecto de vida y de y propone una comunidad formada por realización humana, en tanto que la Él y la “presenta como ejemplo cercano apuesta inicial de toda vocación para e imitable. El amor a Jesús que había la comunidad se centra en el llamado y convocado a los apóstoles les mantenía seguimiento de Jesús. El fin es a la vez a todos unidos, a pesar de las diferencias el motivo por el cual la comunidad se tan marcadas que ostentaba cada uno”10. congrega desde su origen representado Una de las cosas grandes que en la misión, la cual es un hizo Jesús antes de ir al cielo “la comunidad signo visible de la respuesta fue dejar una comunidad de vicenciana nace al seguimiento de Cristo. En hermanos para continuar su para la misión y la otros términos, “la comunidad obra y vivir el Reino desde la misión determina vicenciana nace para la misión opción por la vida comunitaria. su estilo de vida y la misión determina su estilo Esta continuidad de la obra comunitaria” de vida comunitaria”13. de Jesús lleva a construir la De allí se puede leer en la historia de amistad, que tiene raíces en el mandato San Vicente, que no hay un modelo o Evangelio: “Les doy un mandamiento estructura formal de vida en común, nuevo; que se amen los unos a los otros; ya que este modelo respondió a las que, como yo los he amado, así se amen 11 circunstancias de la misión. El medio también entre ustedes” . de seguir a Cristo en la Congregación En este mismo sentido, San Vicente de Paúl propone para fomentar la amistad: MALONEY, Robert. Como amigos que se aman profundatener estima por el otro, valorar al mente. Reflexiones sobre la vida de comunidad ayer y hoy. otro y aceptarlo sinceramente, valorar Recuperado de: http://vincentians.com/es/como-amigos-quese-aman-profundamente-reflexiones-sobre-la-vida-de-comupositivamente la diferencia, aceptar nidad-ayer-y-hoy/ pacíficamente las limitaciones, practicar ORCAJO, Antonino. Tolerancia. En: Diccionario de Espiritualidad Vicentina. Salamanca, Editorial CEME, 1995. Pg. 585 la reconciliación, hacer acuerdos y Jn. 13, 34 aceptar la voluntad del otro12. Todas Cfr. SUESCÚN, Julio. Comunidad. En: Diccionario de Espiriestas actitudes son inspiradas en el eje tualidad Vicentina. Salamanca, Editorial CEME, 1995. Pg. 75-76 Ibíd. Pg. 67 y modelo de la Comunión: Jesucristo. 9

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es el servicio, por tanto, solo desde la fe y la certeza de que Dios es el que llama, se puede hablar de la comunidad que se formó y se sigue construyendo para la asistencia del pobre. No se hace comunidad por una función. La operatividad y la movilización del misionero hacen que se tenga que pensar la comunidad constantemente. Es esto lo novedoso en San Vicente, el margen de la construcción comunitaria no es una estructura física, sino la misión de seguir a Cristo y los medios para llevarla a cabo14. Es decir, la comunidad es un medio para seguir a Jesucristo más no en fin en sí misma.

La Congregación inspirada por las primeras comunidades cristianas fue fundada en fidelidad a la misión, allí se vive el amor a los hermanos y se concreta en aspectos de la vida como el compartir de los bienes, la tolerancia, el respeto y la renovación continua, en contracorriente con un atrincherarse en un monasterio, en un horario o en un uniforme, los cuales, no definen la comunidad, ni son un elemento de juicio para evaluar el ideal de conjunto. En respuesta a tal peligro, los miembros de la comunidad deben convencerse que la vida comunitaria desarrolla mejores personas para la misión, para el servicio a los pobres. En definitiva, la vida en comunidad, es un medio para conseguir el fin de seguir a Cristo. Haciendo un paralelo con la realidad actual se evidencia que lo que se vive hoy no está lejos del carácter fundacional, puesto que, cada Comunidad local15 se proyecta de acuerdo a su misión, elabora su Proyecto Comunitario y a través de la misión se dispone para la vida en comunidad como una dimensión esencial del misionero. Se mantiene la riqueza de hacer comunidad con un margen amplio de acuerdo a las obras de la Congregación. Y se procura que Es oportuno reiterar que San Vicente toma el modelo Jesuita de vivir en Comunidad, así como otros aspectos que ayudaron a definir la Congregación de la Misión en sus orígenes. 14

La Congregación se divide en Provincias, viceprovincias y regiones a nivel general; a nivel local se conforman comunidades pequeñas mínimo de tres misioneros, en las cuales se concretan los valores de la vida 15

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los miembros de la comunidad no sean ni aislados ni indiferentes a la marcha integral de sus cohermanos, sino sujetos activos de la creación diaria de la comunidad16. En conclusión, cada Comunidad Local se esfuerza por responder al seguimiento de Cristo, que es el fin que reúne a los Misioneros de la C.M., y a través de la comunidad como medio busca concretar los valores del Reino. Todo esto se lee como un proceso de conversión y de continuación de la historia de la Salvación con Jesús, desde el Evangelio y para el Reino.

LA TRINIDAD, MODELO DE COHESIÓN La Trinidad es presentada como modelo para formar una comunidad; “Con esta imagen, San Vicente propone tres cosas

como ideal: La igualdad de los miembros de la Comunidad, su perfecta unidad y la coordinación de las diversas funciones en orden a la misión”17. Lo primero, tiene que ver con el compartir de los bienes, derechos y deberes; toda comunidad apunta a ser lo más justa posible en cuanto a la distribución del trabajo y de los bienes. Además, busca ir más allá del compartir de bienes, esencialmente está la comunión de vida en la que cada integrante de la comunidad entrega generosamente su vida. Lo segundo con respecto a la organización comunitaria apuntando a una comunión de vida y de acción, es decir, no desentenderse del trabajo ni del compartir fraterno. Y lo tercero, con la fundamentación de la misión desde el modelo de la Trinidad. La comunidad cristiana no busca desempeñar cualquier tipo de funciones, sino aquellas que estén dentro del margen de la instauración del Reino y el fin de la Congregación. La Trinidad es un modelo teológico, un claro ejemplo de la intimidad, unidad y distinción clara de las tres personas. Desde esta perspectiva San Vicente plasma en las Constituciones de la Congregación de la Misión una serie de instrucciones para la vida en común tales como: “1) las relaciones ORCAJO, Antonino. Comunicación. En: Diccionario de Espiritualidad Vicentina. Salamanca, Editorial CEME, 1995. Pg. 62. 16

SUESCÚN, Julio. Comunidad. En: Diccionario de Espiritualidad Vicentina. Salamanca, Editorial CEME, 1995. Pg. 65 17


superior súbdito; 2) la uniformidad; 3) la comunión de bienes”18. A partir del modelo que ofrecen las Reglas Comunes se presentará a continuación un análisis de cada una de las instrucciones para la vida en común y su vivencia actual. Desde San Vicente ha habido cambios y las Constituciones se han reestructurado: “Durante este tiempo se han dado también cambios significativos en la vida comunitaria. El estilo de vida menos formal, la autoridad menos impositiva, los horarios menos rígidos”19. Todos estos cambios hacen que la vida comunitaria se tenga que pensar constantemente. El encuentro como oportunidad de crear comunidad Gracias al voto de obediencia y a la estructura de la Congregación, el Superior de cada Comunidad Local juega un papel fundamental; es consultado para las inversiones de la Comunidad Local, distribuye el trabajo, es el encargado de dinamizar y convocar a los momentos de encuentro, busca el consejo para dirigir adecuadamente, debe fomentar la buena comunicación, el intercambio de ideas y la corresponsabilidad20. Esta forma de autoridad no fue así desde el origen de la C.M. Según Robert Maloney, tres cambios han influido en nuestra manera de vivir la comunidad; uno de ellos es el cambio del modelo de autoridad

monárquico a uno participativo. Desde el modelo participativo de la autoridad el Superior se muestra como el que busca el encuentro y el diálogo; no el MALONEY, Robert. Como amigos que se aman profundamente. Reflexiones sobre la vida de comunidad ayer y hoy. Recuperado de: http://vincentians.com/es/como-amigos-quese-aman-profundamente-reflexiones-sobre-la-vida-de-comunidad-ayer-y-hoy/ 18

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Ibídem

El numeral 39 de la “guía práctica del Superior Local de la Congregación de la Misión” se basa en el Estatuto 78 que ofrece una sucinta lista de los derechos y deberes del superior local: • dar cuenta al Visitador del estado de la casa a él confiada; • confiar a los misioneros de la casa los cargos y oficios cuya distribución no esté reservada a los Superiores mayores; • convocar y dirigir la Asamblea Doméstica; • preparar con su comunidad el proyecto comunitario de la casa y someterlo a la aprobación del Visitador; • tener el archivo y el sello de la casa; • comunicar a sus compañeros los decretos y noticias de la Congregación; • procurar que se cumplan las cargas de Misas. 20

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que establece distancias marcadas que desplazan la relación esencial de la comunidad, la relación de hermanos. En otras palabras, se podría decir que más que Superior de una Comunidad Local, es un animador de la misma. En esta línea, la función del Superior adquiere un sentido con una proyección más humana y más del Evangelio; animar como un proceso de dar vida, respiro, alma, espíritu21. El modelo de autoridad que ahora se promueve es el del Buen Pastor, quien está a cargo de las ovejas, quien da oportunidades y quien, inspirado por el profeta Ezequiel, busca, guía, y conforta. “Yo mismo apacentaré mis ovejas y yo las llevaré a reposar- oráculo del Señor Yahvé-. Buscaré la oveja perdida, haré volver a la descarriada, curaré a la herida, confortaré a la enferma; […] las pastorearé con justicia”22. Uniformidad, modo de cohesión Hasta hace algunos años la uniformidad, medio de cohesión de la comunidad, era vista como amoldamiento, se vivía de una forma muy radical, un claro ejemplo era el horario que se definía de acuerdo a lo que decidiera el Superior General. La época en la que más se evidenció este fenómeno fue durante el gobierno del P Jean Baptiste Étienne en el siglo XIX. Hoy se habla más de unidad. La uniformidad significa actualmente estar todos dispuestos para un mismo fin. En

cuanto al proceso de cambio de la visión de unidad el Padre Robert Maloney dice: “Desaparecidas las antiguas estructuras, a mi juicio, no hemos sabido ofrecer todavía los medios suficientes para crear comunidades locales que sean plenamente vivas y atractivas a los jóvenes”23. En este sentido, las Constituciones proponen el Proyecto Comunitario como el instrumento básico para estructurar la vida y la actividad de la comunidad local24. En consecuencia, es oportuno reconocer el notorio cambio de estructuras universales a unas construidas o adaptadas por las comunidades locales, las cuales, requieren del trabajo de cada misionero para concretar los valores propios y exigen disposición para elaborar el propio proyecto y revisarlo periódicamente. Ahora bien, toda proyección se justifica desde la opción personal por pensar desde las convicciones y las opciones, acuerdos que aporten a la comunidad y que sean MALONEY, Robert. La construcción de un ecosistema saludable para la comunidad. 2002. Recuperado: http://vincentians.com/es/la-construccion-de-un-ecosistema-saludablepara-la-comunidad/ 21

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Ez. 34, 15-16

MALONEY, Robert. Como amigos que se aman profundamente. Reflexiones sobre la vida de comunidad ayer y hoy. Recuperado de: http://vincentians.com/es/como-amigos-quese-aman-profundamente-reflexiones-sobre-la-vida-de-comunidad-ayer-y-hoy/ 23

Constituciones Nº 27. Cada comunidad se esforzará por elaborar su proyecto común según las Constituciones, los Estatutos y las Normas Provinciales. Este proyecto se tendrá presente en la ordenación de la vida y del trabajo, en la celebración de los consejos y en la evaluación periódica de nuestra vida y actividad. 24


más acogidos en tanto que surgen de la propiedad y no de la imposición. En efecto, se lograría más fidelidad con al acuerdo comunitario. El compartir de los bienes El último medio de cohesión que propuso San Vicente de Paúl es la Comunión de bienes, que consiste en la pertenencia a la comunidad, en darse completamente, con trabajo, con espíritu, con esfuerzo, con aportaciones. Es importante fijarse propósitos como grupo y trabajar unidos para ser eficaces en el cumplimiento de la misión. “Esta eficacia depende fundamentalmente de la cohesión interna del grupo, entendiendo por tal, un apoyarse y ayudarse mutuos en la consecución de la meta que se han fijado”25. Para alcanzar el objetivo es imperiosa la disposición de los bienes tanto materiales como inmateriales. El diálogo, por ejemplo, es uno de los bienes inmateriales más importantes para la Comunidad: “No cabe pensar en una entrega a Dios en la que falle la comunicación con los demás”26. Tal comunicación permite saber sobre el estado de cada miembro en la comunidad y facilita la justicia para distribuir los bienes materiales. Con la certeza que la administración común del dinero no es lo que define la vida en comunidad, se puede hablar de una cohesión del compartir de bienes que humanicen a cada cohermano,

donde se reconozca que esencialmente se comparte la vida y se entrega para la construcción de la comunidad. No es dinero simplemente lo que se aporta para sostener la comunidad, es esfuerzo, es trabajo, es la vida misma de cada sujeto la que hace incalculable los bienes que posee la Congregación.

MEDIOS PARA FORTALECER LA VIDA EN COMUNIDAD El P. Robert Maloney propone cinco momentos para fortalecer la vida de la comunidad, a saber: 1. La Oración como medio para el discernimiento comunitario y a la cual invitaba Jesús con insistencia, “les dijo: ¿Cómo es que están dormidos? Levántense y oren para que no caigan tentación”27. Orar como medio para discernir y pensar la vida en comunidad es una oportunidad que debe ser privilegiada dentro del proyecto de cada Comunidad Local. 2. Los momentos de compartir la mesa como oportunidad propicia para dialogar y compartir; “son momentos en los que nuestra tradición se agranda porque nuevas personas expresan nuevos puntos de vista y nuevos modos de responder a SUESCÚN, Julio. Comunidad. En: Diccionario de Espiritualidad Vicentina. Salamanca, Editorial CEME, 1995. Pg. 72 25

ORCAJO, Antonino. Comunicación. En: Diccionario de Espiritualidad Vicentina. Salamanca, Editorial CEME, 1995. Pg. 62. 26

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Lc. 22, 46

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idénticos valores en el servicio de los pobres”28, en este sentido, Jesús da fe de lo importante que es compartir la mesa en la comunidad. La mesa es apertura, es alimento y es entrega: “este es mi cuerpo que se entrega por ustedes; hagan esto en recuerdo mío. […] Esta copa es la nueva Alianza en mi sangre, que se derrama por ustedes”29. 3. La diversión, por medio de la cual se bromea y disfruta de la compañía, además de enseñarnos que la vida no hay que tomarla tan en serio; en el chiste nos podemos reír de nuestra incoherencia. Cuando se regresa del trabajo apostólico es oportuno dar espacio al compartir espontáneo de los sucesos, a ejemplo de los apóstoles que “cuando regresaron, le contaron cuanto habían hecho”30. Por medio de la diversión se ofrece otra forma de conocimiento del otro. 4. Las reuniones para revisar la marcha de la comunidad, para comunicar, para tomar decisiones; es el espacio para sentirse implicados y aportar. Durante la marcha hay que ajustar las cargas, alivianarlas y tomar medidas. En la experiencia de los apóstoles se da un encuentro después de la muerte de Jesús, en ese encuentro aparece el Maestro y les cambia el temor por alegría, “estaban comentando todo esto, cuando se presentó Jesús en medio

de ellos y les dijo: La paz con ustedes. Sobresaltados y asustados creyeron ver un espíritu. […] les mostró las manos y los pies. […] no acababan de creérselo a causa de la alegría, y estaban asombrados”31. 5. Y el apostolado que varía de acuerdo a la misión encomendada, y que de acuerdo a él se definen los medios y los espacios para fortalecer la comunidad. Siguiendo la experiencia de los apóstoles, se descubre que después de la reunión está el envío, “luego les dijo: vayan por todo el mundo y proclamen la Buena Nueva a toda la creación”32. Ya desde mi perspectiva y experiencia Pastoral considero importante la formación permanente como un medio para lograr la cohesión. Las búsquedas formativas de cada uno de los miembros de la comunidad son un medio privilegiado para establecer diálogos e introducir dentro de la agenda comunitaria el espacio para tal actividad. Además, la formación permanente ayuda al proceso de conversión personal y ayuda a afianzar al misionero al Evangelio para que MALONEY, Robert. La construcción de un ecosistema saludable para la comunidad. 2002. Recuperado: http://vincentians.com/es/la-construccion-de-un-ecosistema-saludablepara-la-comunidad/ 28

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Lc. 22, 19-20

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Lc. 9, 10

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Lc. 24, 36-41

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Mc. 16, 15


desempeñe una mejor misión. Aprender en comunidad es provechoso y fortalece la capacidad de apertura y de respeto de las ideas del otro.

afirmar entonces que, el diálogo es una herramienta esencial para la realización de la Comunidad. Cuando se desarrolla la capacidad de

UN APORTE DESDE EL HUMANISMO CRISTIANO Una de las dimensiones del ser humano es la conciencia social, la cual se concreta en el otro, tal conciencia social establece una clara diferencia con otros seres. En la constitución de la comunidad se percibe que desde el reconocimiento del otro, sea positiva o negativamente, se tejen relaciones que conllevan a un cambio y proponen un proceso de conversión en sintonía con el Evangelio. Allí, en la comunidad, es donde se da el paso de individuo a sujeto, de soledad a encuentro y se establece un tipo de relación. “Esta exigencia de relación no se convierte automáticamente en acción. Es una capacidad que, por ser sólo capacidad, puede ser estimulada o bloqueada”33. En medio de la relación aparece el diálogo, el cual, más que un intercambio de ideas ha de apuntar a la comunión y por tanto a un ideal de comunidad; “Una comunidad que no dialoga sólo con las palabras, sino también con la vida, en un intercambio de acción”34. Es precisamente en la construcción continua de diálogo donde se reconoce al otro, donde nace la voluntad de escucha y de comprensión. Se puede

comprender más que intelectualmente, que se podría definir como la apertura del alma hacia el otro, la presencia del otro en la comunidad adquiere sentido, partiendo de un reconocimiento del otro no como un individuo aislado, sino como un sujeto de la comunidad. En palabras del Paul Grieger: “El sentido del otro empieza verdaderamente, con la aceptación no de otro “yo mismo“, sino de otro diferente. Esa aceptación es el acto de una persona, constituida, FORCANO, Benjamín. Comunidad y Autoridad Religiosa en la Sociedad Tecnocrática. En: “Vicente de Paúl inspirador de la Vida Comunitaria”. Salamanca, Editorial CEME, 1975. Pg. 122 33

SUESCÚN, Julio. Comunidad. En: Diccionario de Espiritualidad Vicentina. Salamanca, Editorial CEME, 1995. 64Pg. 74 34

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como nosotros lo estamos, en una multiplicidad generosa, y ese acto es tan fundamental por parte de ella como la conciencia que tiene de sí”35.

de la riqueza del otro.

Ahora bien, el encuentro permite el diálogo, no sólo de palabras, como ya se mencionó, sino de un rico lenguaje con una cantidad de significados y signos, lo que nos lleva a resaltar la importancia del encuentro para construir la comunidad. En este sentido, Antonino Orcajo afirma: “El humanismo vicenciano se caracteriza por lo que hoy llamamos “civilización del amor”. Su originalidad consiste en el cultivo de la fe y de la caridad, virtudes que parten y se dirigen a Dios, pero que tienen al hombre como escenario de operaciones”36. Es decir, a la manera de Jesús, no dialéctico, sino práctico; “el humanismo cristiano ve al hombre como “imagen de Dios” y agente principal de su realización”37.

Inspirados en el Evangelio

Jesucristo aparece como eje y modelo de este humanismo, es quien invita al amor, el cual, es el constitutivo interno de toda comunidad (Jn. 15,9) y al mismo tiempo distintivo externo (Jn. 13, 35). Finalmente se establece la diferenciación entre “experimentar” la comunidad y “vivir” en comunidad, dos acciones muy distintas; una pasiva y otra activa. Cabe aclarar que la invitación es a vivir siendo sujetos activos dentro de la comunidad, buscando vivir en comunidad y no vivir de la comunidad, es decir, la vida de comunidad se hace aportado y recibiendo

PROPUESTAS PRÁCTICAS PARA LA VIDA COMUNITARIA Aunque Jesús haya elegido a doce para formar comunidad, y con quienes tenía cierta intimidad, hace el llamado a todos. “Todos sin embargo han sido llamados a una comunión que hace referencia continua al Padre a quien Jesús enseña a llamar Abbá, que se expresa en una relación fraterna, donde las relaciones de dominio quedan sustituidas por relaciones de servicio”38. En Jesús la vida comunitaria busca vivir los valores del Reino desde el amor. La fe en Jesucristo congrega Lo que reúne a la Comunidad Cristiana es la Fe Pascual en Cristo (vida, muerte y resurrección) y esta fe vivida, compartida y celebrada es la que hace de la Iglesia una comunidad dinámica. Por tanto, la fe puesta en Jesús, el Maestro, quien se hace presente a través de toda manifestación de amor en la comunidad congrega a todos. En otras palabras, “La Fe es la que reúne. El GRIEGER, Paul. Vida comunitaria fraterna: condiciones para su realización. 1991. Recuperado de: http://vincentians.com/ es/vida-comunitaria-fraterna-condiciones-para-su-realizacion/ 35

ORCAJO, Antonino. Humanismo. En: Diccionario de Espiritualidad Vicentina. Salamanca, Editorial CEME, 1995. Pg. 289 36

37

Ibíd. Pg. 291

SUESCÚN, Julio. Comunidad. En: Diccionario de Espiritualidad Vicentina. Salamanca, Editorial CEME, 1995. Pg. 66 38


“nosotros” comunitario no se interpreta verdaderamente si no es en la Fe”39. La comunidad en la entrega La comunidad en la Congregación de la Misión se vive teniendo a Jesús como fin y el servicio como medio para lograrlo; se puede entonces afirmar que: “El hombre no puede encontrar su propia plenitud si no es en la entrega sincera de sí a los demás”40. De allí que se deduzca que el apostolado de la Comunidad es el motivo por el cual se vive con otros y un medio eficaz para seguir a Jesucristo. La autoridad para servir Por otra parte, hay que reconocer que en la estructura de toda comunidad está la autoridad, la cual tiene una connotación de servicio. “La autoridad tiene un ámbito objetivo de la realidad que la delimita: la persona, y un objetivo que la especifica: el bien común, que no es sino la prosecución [progresión] y la resultante del bien de las personas en comunidad”41. El ejercicio de una buena autoridad favorece el ambiente de la Comunidad, del cual no sólo es parte el Superior, sino todos los miembros. La comunicación de vida El mejor aporte de cada integrante de la comunidad es la comunicación de vida, más que la comunicación de bienes. A partir de tal entrega se advierte la necesidad del esfuerzo por lograr una buena comunicación a través del

diálogo, que responda a las exigencias de los cohermanos. Ahora bien, hay que leer todo intento de comunicación desde un espíritu evangélico, el cual es el mejor ambientador del diálogo e identifica a la Comunidad Cristiana, cuyo fin es más trascendente que el de cualquier comunidad. “A nivel de la comunicación espiritual, el otro no es únicamente para mí una presencia social. Esa presencia puede llegar a ser íntima, personalizada, pero a condición de que yo sepa hacerme disponible. Sólo esta comunicación “inter-personal” parece ser capaz, a la vez, de “realizar” íntegramente a cada uno de los miembros, y producir un “nosotros” auténtico, ese nosotros en el que los sujetos no enajenan para nada su personalidad, aunque se dan sin reservas. Sólo ese “nosotros” espiritual merece el nombre de comunión”42. Se deduce entonces, que el proceso de construcción de comunidad es inacabado, porque necesita de una continua inversión de sí mismos para lograr consolidar una Comunidad a ejemplo de Cristo. La indeterminación GRIEGER, Paul. Vida comunitaria fraterna: condiciones para su realización. 1991. Recuperado de: http://vincentians.com/ es/vida-comunitaria-fraterna-condiciones-para-su-realizacion/ 39

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Gaudium et Spes. 24

FORCANO, Benjamín. Comunidad y Autoridad Religiosa en la Sociedad Tecnocrática. En: “Vicente de Paúl inspirador de la Vida Comunitaria”. Salamanca, Editorial CEME, 1975. Pg. 127 41

GRIEGER, Paul. Vida comunitaria fraterna: condiciones para su realización. 1991. Recuperado de: http://vincentians.com/ es/vida-comunitaria-fraterna-condiciones-para-su-realizacion/ 42

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de la dimensión comunitaria hace que los miembros no estén al margen de ella. Todos deben aportar al cambio para mejorar la comunidad, y todo aporte debe pasar por los filtros de los derechos humanos y de la dignidad humana. Se reconoce al otro como diferente partiendo de su dignidad como persona. “El principio fundamental de toda convivencia humana y de todo orden económico-social-político es la dignidad de la persona”43. Reconocer la persona humana en la comunidad acaba con

todo intento de egoísmo, legalismo y autoritarismo; se relaciona con el Evangelio de Jesucristo ya que cambió con la forma de pensar y concebir al ser humano y la comunidad. Un seguidor de Jesús ha de ser un hombre defensor de la dignidad humana y de la vida comunitaria. Una madurez vocacional es entonces, el reconocimiento y defensa del otro.

FORCANO, Benjamín. Comunidad y Autoridad Religiosa en la Sociedad Tecnocrática. En: “Vicente de Paúl inspirador de la Vida Comunitaria”. Salamanca, Editorial CEME, 1975. Pg. 124 43


Noti cias del Ca mino

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Sept.

6-11

Sept.

3-9

Con la alegría de Iglesia, por la visita pastoral del Papa Francisco, algunos miembros de la Comunidad Pastoral Vocacional, estuvieron presente en al siguientes celebraciones: el P. Jhon Alexander participó en la Eucaristía del Parque Simón Bolívar; el Est. Oscar Fabián participó junto con los estudiantes de la teología de la Eucaristía en Villavicencio.

Los PP. Christian Cataño y Jhon Mario García, estuvieron en la Apostólica – Santa Rosa de Cabal, reemplazando los padres de la comunidad local que se encontraban haciendo los ejercicios espirituales anuales.


Sept.

17

Sept.

21-25

Sept.

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Comprometidos con el acompañamiento espiritual de los miembros del Plan Padrino de la Pastoral Vocacional, en las instalaciones del Seminario Mayor Villa Paúl – Funza, se llevó el retiro bimestral que tuvo como temática principal fue volver sobre los contenidos temáticos de la visita pastoral del Papa Francisco a Colombia.

El P. Christian Cataño, atendiendo al llamado que hizo el superior de la comunidad local de Nátaga-Huila, con motivo de las fiestas en honor Nuestra Señora de las Mercedes prestó su servicio ministerial en este lugar durante las diversas actividades pastorales propuestas.

Como Comunidad Local nos desplazamos al Seminario Mayor Villa Paúl – Funza para acompañar a los jóvenes Juan Carlos Peñaranda y Diego Mauricio Rodríguez, quienes fueron incorporados a la Congregación de la Misión a través de la emisión de los votos. También, con gozo celebramos la fiesta de nuestro fundador, San Vicente de Paúl.

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32 ct

Sep - O

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Oct.

1-7

Oct.

6-7

Durante estos días los PP. Jhon Mario García, Jhon Alexander Páez y el Est. Oscar Fabián Betancourt, estuvieron animado la convivencia de la Costa Pacífica en la ciudad de Santa Martha. Participaron entre 8 jóvenes. Se agradece a la Comunidad Local por su trabajo de animación a estos jóvenes. El día sábado se participó de la misión programada en Guachaca en las diferentes veredas de la Parroquia.

Durante estos días el P. Christian estuvo acompañando el Retiro anual a las Hermanitas de la Anunciación en Fusagasugá.

El P. Jhon Alexander estuvo acompañando el retiro espiritual mensual del Seminario Conciliar San Carlos de la Diócesis de San Gil y Socorro Santander.


Oct.

10-16

Oct.

25

Con alegría la comunidad local de PV-FV se desplazó a la ciudad de Medellín con el fin de realizar la Convivencia Vocacional Nacional. Participaron aproximadamente 28 jóvenes.

La Comunidad Local se reunió para reflexionar sobre el mensaje del Papa Francisco a los religiosos de Colombia. También se estuvo organizando la experiencia del Aspirantado 2017, que tendrá lugar en la Apostólica – Santa Rosa de Cabal a partir del día 19 de octubre.

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Oct.

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Como se ha acostumbrado cada año celebramos con los miembros de Plan Padrino la navidad. Fue un momento agradable donde se compartieron diferentes puntos: Presentación de los nuevos candidatos aceptados para el 2018, informe económico sobre los aportes dados durante el año, informe sobre las actividades de la PV-FV durante el año. También celebramos la Novena de Navidad.


Nov.

1-4

Dic.

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Visita miembros del Plan Padrino al Sem. Mayor La Milagrosa (SEPAVI). El P. Jhon Mario García y el Est. Oscar Fabián Betancourt acompañaron y animaron los 22 padrinos y madrinas al encuentro con los estudiantes de la primera etapa de formación de la Congregación de la Misión. Fue un tiempo de gracia en el que el compartir, el conocer, la gratitud, la oración y el festejar permitieron reconocer la presencia de Dios en cada una de las actividades realizadas.

Inicio del Aspirantado. Con el deseo de seguir confirmando el sí generoso al llamado que Dios ha hecho a jóvenes de diferentes partes del país, se dio apertura al Aspirantado 2017. La experiencia inicia con doce jóvenes.

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a n i t n e c i V a l i F ami en camino


Oct.

1-7

Oct.

9

Nov.

3-7

Durante estos días el P. Christian estuvo acompañando el Retiro anual a las Hermanitas de la Anunciación en Fusagasugá.

Con motivo de la Semana Bíblica realizada en el Seminario Mayor Villa Paúl, el P. Christian presentó como apertura a dicha semana una charla titulada “La Palabra de Dios una historia de reconciliación”. Los Padres del equipo de formación, así como los Estudiantes de teología y Seminaristas participaron de esta charla. Es de rescatar la buena participación de Laicos de Funza quienes hacen Camino con la Palabra.

Bajo el lema DISCÍPULOS VOLJUVISTAS, HEREDEROS DE UN CARISMA se realizó en Santa Rosa de Cabal el Congreso Nacional Voljuvista. En él se profundizó en la identidad del Voljuvista como Discípulo de Jesús, se celebró el cuarto centenario del Carisma Vicentino y se eligieron las respectivas juntas Provinciales.

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Nov.

10-13

UN CARISMA QUE FLORECE A LA LUZ DE MARIA fue el lema que orientó el Primer Congreso de Asociaciones Marianas Vicentinas que se realizó en Santa Rosa de Cabal. La formación, la celebración de la mano de María y la Lúdica hicieron parte de este Congreso.


Lo que vie ne en camino

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tado n a r i p s A Desde el 18 de noviembre de 2017 se está realizando en Santa Rosa de Cabal- Risaralda; la experiencia de formación del Aspirantado con algunos jóvenes que fueron aceptados para iniciar el proceso de formación con la Congregación. Esta experiencia terminará con la misión de Navidad.


ad Mis ión de navid La Comunidad de la Pastoral Vocacional- Familia Vicentina realizará la Misión de Navidad, junto con los jóvenes del Aspirantado, en ZarzalValle del Cauca; del 15 a 25 de diciembre de 2017 se acompañará esta Comunidad parroquial y para los jóvenes aspirantes, la misión será otra experiencia de formación. Nos ponemos en oración para que Cristo se haga presente en esta actividad evangelizadora.

Vacac iones El 27 de diciembre de 2017 la Comunidad de PV-FV saldrá a vacaciones. La gratitud para el Señor y para todas las personas que aportan con la misión de la Comunidad; se termina otro año de servicio con la satisfacción de haber respondido con generosidad a la llamada del Maestro.

ciones a c a v e d o s e r g e R En enero del 2017 la Comunidad de Pastoral Vocacional- Familia Vicentina se reunirá para recibir a los nuevos integrantes e iniciar la misión

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