Boletín del
Patrimonio Natural de Chiloé ISSN: 0719-5850
Boletín del Patrimonio Natural de Chiloé Vol. 1 Núm. 2, Abril de 2015
Editado por el Centro de Estudio y Conservación del Patrimonio Natural (CECPAN) www.cecpan.org/boletin boletin@cecpan.org
Boletín del
Patrimonio Natural de Chiloé ISSN: 0719-5850 Vol. 1 Núm. 2, Abril de 2015 © Ediciones del Centro de Estudio y Conservación del Patrimonio Natural Ancud, Chile
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Línea de transmisión Puntra, Región de Los Lagos, Chile © Jorge Cárdenas (2014) i
Índice Boletín del Patrimonio Natural de Chiloé Vol. 1 Núm. 2, Abril de 2015 ISSN: 0719-5850
Editorial Vergara, G., Desarrollo local ¿sustentable? ............................................................................ 1
Artículos de revisión Kiritz, G., Durán, V. & Montaña, A., Ordenamiento Territorial Energético en Chile: legitimización social de la matriz energética nacional e impactos en el Archipiélago de Chiloé ..................................................................................................................................... 3 Notas Manríquez, O., ECMPO Caulín: autogestión comunitaria y sustentable del borde costero del Archipiélago de Chiloé ......................................................................................................... 22 Vergara, G., Investigaciones de CECPAN se presentan en el ‘Natural Capital Symposium’ en la Universidad de Stanford ................................................................................................... 23
Ciencia Escolar Colegio San Juan, El patrimonio arqueológico de las dunas de Mar Brava .......................... 24
Normas para autores ............................................................................................................. 28
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Boletín del Patrimonio Natural de Chiloé, 1(2): 1-2 (2015)
Editorial
Desarrollo local ¿sustentable? Gonzalo Vergara Editor General gvergara@cecpan.org
Como sociedad nos hemos convertido en modificadores, por excelencia, del entorno, adaptándolo a nuestras infinitas necesidades, capacidades limitadas y múltiples falencias. Estas intervenciones se encuentran en constante evaluación, siendo sometidas a juicios de valor e interrelaciones o, simplemente, a merced de la legislación vigente. Es por estos motivos que, en una época de cambios vertiginosos, se presentan atisbos de volver a un estado de mayor naturalidad que beneficie directamente a nuestro entorno y a nosotros mismos (de Pater, 2012). Bajo este contexto, nos enfrentamos a un sinnúmero de usos de la palabra “sustentabilidad” y el “desarrollo sustentable”, conceptos que han sido utilizados sin reparos y que suelen prestarse para la confusión de una sociedad desinformada. A pesar de las décadas de discusión, aún no existe una definición adecuada de ambos conceptos, siendo utilizados en sus inicios como una forma de describir aquellas prácticas que solucionaran la crisis socioambiental a escala global y con miras al futuro (Wheeler, 2013). La Comisión Brundtland (1987) presenta en su reporte la definición más utilizada de desarrollo sustentable como “la capacidad que haya desarrollado el sistema humano para satisfacer las necesidades de las generaciones actuales sin comprometer los recursos y oportunidades para el crecimiento y desarrollo de las generaciones futuras”. Al encontrarnos con diversas tecnologías o técnicas que apuntan hacia el desarrollo
sustentable, debe existir el razonamiento sobre la pertinencia de éstas en el contexto local, si fueron diseñadas, testeadas y probadas previamente, si son aceptadas y valoradas por la comunidad, si se encuentran presentes en el modelo de desarrollo de la política, si generan un impacto socioambiental y si tienen un marco temporal definido, entre varias preguntas. El presente número centra su atención en la práctica de la sustentabilidad en el territorio a distintas escalas de análisis, donde el artículo de Kiritz et al. (2015) trata sobre las implicancias de las políticas públicas a nivel nacional, específicamente del ordenamiento territorial energético y cómo su desarrollo afecta directamente al Archipiélago de Chiloé. La nota de Manríquez (2015) da cuenta de una iniciativa de ordenamiento territorial del espacio costero, ejemplo de participación comunitaria como parte de un ciclo de desarrollo sustentable a escala local, vinculando tradiciones y usos consuetudinarios al entorno natural. El artículo de Ciencia Escolar de los alumnos del Colegio San Juan (2015) releva la importancia del conocimiento del entorno ante la factibilidad de impactos, tal como la protección de sitios arqueológicos en las dunas de Mar Brava. Con estos artículos esperamos contribuir a difundir la relevancia de la participación comunitaria en la construcción del desarrollo local sustentable, cómo esta participación en políticas públicas se enmarca como un indicador de sustentabilidad, donde el empoderamiento de la comunidad
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Editorial: Desarrollo local ¿sustentable?
contribuya directamente a fortalecer el conocimiento del entorno. Este desarrollo participativo es el que puede permitir seleccionar qué elementos monitorear y a qué escala, existiendo el gran desafío de involucrar los límites socio-políticos con el ambiente. Referencias Colegio San Juan. (2015). El patrimonio arqueológico de las dunas de Mar Brava. (2015). Boletín Del Patrimonio Natural de Chiloé, 1(2), 24–27. De Pater, C. (2012). Spiritual experiences in nature, eco-friendliness and human well-being. En International People and Plants Symposium. Venlo. Kiritz, G., Durán, V., & Montaña, A. (2015). Ordenamiento Territorial Energético en Chile: legitimización social de la matriz energética nacional e impactos en el Archipiélago de Chiloé. Boletín Del Patrimonio Natural de Chiloé, 1(2), 3– 21. Manríquez, O. (2015). ECMPO Caulín: autogestión comunitaria y sustentable del borde costero del Archipiélago de Chiloé. Boletín Del Patrimonio Natural de Chiloé, 1(2), 22–23. Wheeler, S. (2013). Sustainable development. En Planning for sustainability: Creating
livable, equitable and communities (pp. 19–33).
ecological
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Artículo de revisión
Ordenamiento Territorial Energético en Chile: legitimización social de la matriz energética nacional e impactos en el Archipiélago de Chiloé Spatial Planning for Energy in Chile: social legitimization of the national energy matrix and impacts on the Chiloé Archipelago Gabriel Kiritz1,2, Vanessa Durán1 & Alvaro Montaña1 1 2
Centro de Estudio y Conservación del Patrimonio Natural (CECPAN). Ancud, Chile. National Audubon Society, International Alliances Program. Washington DC, United States.
Autor de correspondencia: G. Kiritz [gkiritz@ucla.edu] Resumen En la cumbre de cambio climático de 2014, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, reiteró la meta de disminuir las emisiones de gases con efecto invernadero en un 20% para el año 2020 y alcanzar 45% de producción de energía proveniente de fuentes renovables al 2025. Bajo este marco, quedan algunas brechas para fortalecer la estrategia política de energía y medio ambiente en Chile para cumplir las metas de manera socialmente justa y ambientalmente sostenible. La Isla de Chiloé representa un buen ejemplo de cómo la ausencia de un sistema de ordenamiento territorial energético puede resultar en altos costos sociales, ambientales, culturales y financieros para las comunidades, el estado y los inversionistas. El presente artículo recomienda la implementación de ocho principios fundamentales en dos procesos: la elaboración de una ley vinculante nacional para guiar el desarrollo del Ordenamiento Territorial Energético Regional (OTER) y la realización de una evaluación espacial de múltiples criterios a nivel regional, durante el proceso del OTER, como metodología integradora de las diferentes perspectivas de la sostenibilidad. Estas recomendaciones fortalecerían el marco legal para ordenamiento territorial y establecerían una guía vinculante, fundada en acuerdos sociales, para la planificación y el desarrollo de energía renovable en Chile. Palabras clave: desarrollo sustentable; energía renovable no convencional; evaluación ambiental estratégica; evaluación de impacto ambiental; planificación espacial energética Abstract At the 2014 UN Climate Summit, Chilean president Michelle Bachelet reiterated Chile’s goals of reducing greenhouse gas emissions 20% by 2020 and achieving 45% renewable energy production from now until 2025. Within this context, opportunities remain to strengthen Chile’s energy and environmental policy frameworks and achieve the established goals in a socially just and environmental sustainable manner. Chiloé Island represents a prime example of how the absence of spatial planning for energy
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Kiritz et al. / Ordenamiento Territorial Energético en Chile
development can lead to high social, environmental, cultural, and financial costs for the public, the state, and investors alike. This report recommends implementing eight fundamental principles in two processes: the development of a binding, national-level law to guide the formation of the Regional Spatial Planning Regulations (OTER) and the application of spatial multi-criteria evaluation at the regional level, during the OTER process, as a methodology to integrate diverse perspectives on sustainability. Taken together, these recommendations would strengthen the legal framework for spatial planning and provide binding, consensus-based guidance for non-conventional renewable energy planning and development in Chile. Keywords: sustainable development; non-conventional renewable energy; strategic environmental assessment; environmental impact assessment; spatial planning for energy
Introducción Chile ha establecido diversas metas para el desarrollo de energía proveniente de fuentes renovables. El gobierno ha comprometido la reducción de emisiones de gases con efecto invernadero en un 20% para 2020 (bajo proyecciones de crecimiento normal basadas en emisiones de 2007) (United Nations Framework Convention on Climate Change, 2011). La ley 20.257 indica un objetivo de 20% de producción de energía renovable no convencional (ERNC) para 2025 (Ministerio de Energía, 2013). Para lograr esta meta, el gobierno pretende alcanzar el 45% de la producción de ERNC de aquí al 2025 (Ministerio de Energía, 2014). Además, se han elaborado metas cualitativas importantes, tales como el desarrollo sustentable y de energía con legitimidad social (Ministerio de Energía, 2014). Dada la presión creciente a desarrollar ERNC en Chile, es de importancia crítica que se establezca un contexto definido para el desarrollo sustentable. Las consecuencias de proyectos de ERNC mal planificados sobre flora y fauna, comunidades locales e indígenas, y patrimonio cultural han sido previamente documentadas e incluyen la
muerte de avifauna y murciélagos, la destrucción de hábitat y la disminución de valores estéticos y recreativos (Anderson & Estep, 1988; Álvarez-Farizo & Hanley, 2002; Johnson et al., 2002; Kondili & Kaldellis, 2012). Además, es complicado evaluar los beneficios y precisamente cuanta energía renovable reemplaza fuentes tradicionales de energía (U.S. National Research Council, 2007). Claramente, una política que fomenta la ERNC puede ser “verde” a nivel nacional y generar graves impactos negativos a nivel local. El desarrollo realmente sustentable de ERNC depende de políticas nacionales claras, sistemas de evaluación de impacto ambiental (EIA) eficaces y sistemas de planificación territorial (Thygesen & Agarwal, 2014). Estudios numerosos, incluso evaluaciones elaboradas por el estado de Chile, han reconocido la ausencia de una política nacional de ordenamiento territorial para la energía y la necesidad urgente de abordar este asunto (González, 2011; Leyton et al., 2011; SUBDERE, 2011; Tecklin et al., 2011). El presente informe trata los temas descritos previamente y presenta recomendaciones 4
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para abordar las brechas existentes y apoyar el estado con el cumplimiento de sus metas. En este sentido, el informe contextualiza el trabajo continuo de la comunidad de técnicos en la conservación para mejorar la ubicación de infraestructura energética en Chile en los próximos años y décadas. En primer lugar, se presenta el contexto que demuestra la necesidad de aumentar la sustentabilidad, definiendo el problema de la ausencia de ordenamiento territorial y analizando la estrategia política medio ambiental que existe hoy en Chile. Luego se presentan casos prácticos de Chiloé y la experiencia de National Audubon Society en los Estados Unidos. Después, se resumen las experiencias en el extranjero a través de los componentes claves del desarrollo realmente sustentable de energías renovables. Finalmente, se concluye con recomendaciones para adoptar dichos componentes al contexto chileno. El marco político de medio ambiente y planificación en Chile En Chile, las preocupaciones acerca de la competitividad global, comercio y crecimiento económico jugaron un rol preponderante en el diseño de políticas, incluso del medio ambiente (Tecklin et al., 2011; Hatzfeldt, 2013). Por lo tanto, la legislación funcionó para permitir la expansión de mercados de recursos naturales, en vez de regularlos (Latta & Williams, 2011; Tecklin et al., 2011; Spoerer, 2014).
Estrategia política del medio ambiente La Ley de Bases Generales del Medio Ambiente (LBGMA, Ley 19.300, 1994)
establece un marco legal general para el medio ambiente (Ministerio Secretaría General de la Presidencia, 2010a). Este marco consiste en tres componentes: a) el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA, basado en el National Environmental Policy Act de los Estados Unidos), b) el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) y c) el sistema de judicialización ambiental (Superintendencia) (Ministerio Secretaría General de la Presidencia, 2010a, 2010b). Sin embargo, a diferencia del sistema norteamericano, el sistema chileno es basado en un sistema de permisos centralizado, restringido y eficiente. Por el contrario, el diseño de políticas y la fiscalización de las cuales quedan descentralizada y sujeto a múltiples vetos (Tecklin et al., 2011).
Ordenamiento Territorial Energético (OTE) en Chile El Ministerio del Interior de Chile define Ordenamiento Territorial Energético (OTE) como “una estrategia multidisciplinaria y comprensiva con el fin de desarrollo regional equilibrado y la organización física del espacio según una estrategia superior” (Council of Europe, 1983; SUBDERE, 2011). Sin embargo, el marco actual no refleja esta definición. Dicho sistema incluye varios instrumentos e involucra muchos actores. Significativamente, Chile carece de una política formal, vinculante, comprensiva y coordinada de ordenamiento territorial a nivel nacional (Leyton et al., 2011; SUBDERE, 2011). La mayoría de los instrumentos de planificación son sectoriales, concentrándose en el desarrollo de sectores específicos en vez del desarrollo comprensivo de una región (SUBDERE, 2011). En resumen, los instrumentos de 5
Kiritz et al. / Ordenamiento Territorial Energético en Chile
ordenamiento territorial en Chile son numerosos, sectoriales, no vinculantes con respecto a la decisión de la ubicación de proyectos y más relevantes para la planificación energética en zonas urbanas que en zonas rurales (Tabla 1). Un buen ejemplo del sistema descoordinado es la ubicación de infraestructura energética. En su planificación, solo se tienen que considerar las áreas identificadas en un instrumento de ordenamiento territorial para edificaciones e instalaciones energéticas en zonas urbanas (y nunca para redes y trazados). Esta característica es de especial relevancia dado que, al año 2011, solo el 0,33% del territorio chileno fue clasificado como zona urbana (Rivera Herrera, 2013) y el 100% del desarrollo energético se concentra fuera de estas zonas (Tabla 2; Figura 1). Estos datos revelan que no existen instrumentos de ordenamiento territorial normativos efectivos que permitan regular e identificar áreas aptas y no aptas para la localización de la infraestructura energética.
vinculante), las áreas apropiadas para cada tipo de energía. Este instrumento apoyará el Plan Regional de Ordenamiento Territorial (PROT) y los otros instrumentos de OT existentes. También, se propone construir una visión de largo plazo con el apoyo de un Comité Consultivo que incluya representantes del sector público, privado, sociedad civil y academia (Ministerio de Energía, 2015). Estas propuestas presentan promesa para OTE en Chile, pero los instrumentos indicativos han tenido un impacto limitado en decisiones, ya que el incumplimiento de sus lineamientos no resulta en el rechazo de proyectos (Leyton et al., 2011; Ministerio Secretaría General de la Presidencia, 2010a, 2010b). Además, sin dirección consistente para su elaboración, permanece la posibilidad que se elabore un OTER que no cuide los recursos ambientales, ni culturales, y que sea vulnerable a la influencia de intereses privadas y no involucre la ciudadanía.
Es importante reconocer varios esfuerzos y actividades que forman parte de la nueva agenda energética (Ministerio de Energía, 2014). En particular, cabe mencionar que se propone un instrumento de Ordenamiento Territorial Energético Regional (OTER) para identificar, de manera indicativa (no
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Bolet铆n del Patrimonio Natural de Chilo茅, 1(2): 3-21 (2015) Tabla 1. Normas e instrumentos de planificaci贸n vigentes.
Elaboraci贸n propia con datos de Leyton et al., 2011.
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Kiritz et al. / Ordenamiento Territorial Energético en Chile Figura 1. Parques eólicos y áreas urbanas identificadas en Chiloé. El 100% de los proyectos se localizan fuera de áreas urbanas (negro).
Elaboración propia.
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Tabla 2. Estado y ubicación de parques eólicos admitidos y evaluados (no incluso los parques con estados “desistidos,” “no admitidos,” o “no calificados”) por el SEIA en cada región donde existen proyectos. Esta tabla demuestra la necesidad de fortalecer el marco de ordenamiento territorial en áreas rurales, donde hoy en día se puede localizar un proyecto energético en cualquier sitio (excepto áreas protegidas)
Región
Num ero de Parques Eólicos
Porcentaje rechazado
Porcentaje fuera de áreas urbanas
II
17
0%
100%
III
4
0%
100%
IV
22
0%
100%
V
4
0%
100%
VI
2
0%
100%
VIII
24
0%
100%
IX
6
0%
100%
X
9
0% (1 revocado después de aprobación por la Corte Suprema)
100%
XII
1
0%
100%
Interregional
1
0%
100%
Elaboración propia con datos de Servicio de Evaluación Ambiental (2015).
Oportunidades de fortalecer la estrategia política de energía en Chile Existen varias oportunidades que, de ser abordadas adecuadamente, permitirían fortalecer la estrategia política de energía y medio ambiente en Chile para establecer un contexto político más durable para el desarrollo sustentable de ERNC: a) No existe una ley o política vinculante al nivel nacional para el OTE. b) Existe una fuerte asimetría entre la reglamentación de áreas urbanos y rurales y entre los instrumentos vinculantes e indicativos. c) Persiste una falta de transparencia en la toma de decisiones. d) Existen muchos fallos en la participación ciudadana, incluso que empieza después del ingreso de proyectos al SEIA.
e) Surge un fuerte rechazo a muchos proyectos energéticos. Casos prácticos
Isla de Chiloé La Isla de Chiloé presenta un enorme potencial para el desarrollo de energía eólica (Santana et al., 2014) y podría proveer mucha energía renovable al país. Se han propuesto, aprobado o instalado ocho parques eólicos en la isla hasta la fecha (Figura 1) (Montaña & Durán, 2014). Estos proyectos producirán 990.3 MW de energía, pero Chiloé actualmente ocupa 70 MW cada año. Por lo tanto, la gran mayoría de esta energía iría al Sistema Interconectado Central (SIC) para, posteriormente, ir al resto de Chile (Montaña & Durán, 2014). La ausencia de una política de ordenamiento territorial para 9
Kiritz et al. / Ordenamiento Territorial Energético en Chile
orientar la ubicación de proyectos ha resultado en muchos conflictos entre las comunidades chilotas y los proponentes de proyectos. El proyecto “Parque Eólico Chiloé” ha generado una fuerte división en las comunidades locales. En el año 2012, la resolución de calificación ambiental de este proyecto fue revocada por la Corte Suprema, en virtud del no cumplimiento al proceso de consulta indígena considerada en el Convenio 169 de la Organización Internacional de Trabajo (Durán & Parada, 2013). Los ocho proyectos en Chiloé también tienen impactos visuales significativos. A través del software InVEST (Stanford Woods Institute for the Environment et al., 2015), se elaboraron mapas que identifican los impactos estéticos de los proyectos eólicos en la isla (Elwell et al., datos no publicados). Las Figuras 2 y 3 demuestran que, a pesar de las EIA que indican que estos proyectos tendrían un bajo e incluso nulo impacto visual, el conjunto de aerogeneradores tienen impacto negativo significativo al paisaje y de carácter sinérgico, con áreas de impacto “muy alto” a distancias inferiores a 20 km. Por lo tanto, si se aprobaran e instalaran todos los proyectos en trámite, casi toda la isla sufriría impacto estético, que reafirma la necesidad de ubicar estos proyectos en lugares apropiados,
considerando sus impactos sinérgicos, entre ellos la afectación de la calidad visual del paisajes de áreas baja protección oficial y de sectores con vocación de uso turística (Elwell et. al., datos no publicados). Además de este impacto estético, hay que considerar otros como la afectación de zonas boscosas para la trasmisión eléctrica y la destrucción de las turberas ombrotróficas, ecosistemas esenciales en la recarga de acuíferos de las zonas bajas de la Isla de Chiloé (Ramírez et al., 2014). Estos proyectos eólicos y sus impactos son un claro ejemplo de los desafíos que se presentan por la ausencia de una planificación territorial participativa que adopte el principio precautorio, además de las otras brechas que se presentaron arriba.
National Audubon Society La National Audubon Society ha acumulado mucha experiencia organizacional con el tema del desarrollo de energía eólica. Audubon ha colaborado con el U.S. Fish and Wildlife Service (USFWS) para elaborar los lineamientos indicativos para el desarrollo de energía eólica, ayudando a mejorar la ubicación, el manejo y el diseño de proyectos eólicos en los Estados Unidos.
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Figura 2. Los ocho proyectos propuestos y/o implementados en Chiloé también tienen impactos visuales significativos. El mapa muestra la necesidad de minizar los impactos causados por proyectos con molinos de 120 m a recursos culturales y turísticos.
Elwell et al., datos no publicados.
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Kiritz et al. / Ordenamiento Territorial Energético en Chile
Figura 3. Una mirada detallada a la península de Lacuy revela el impacto visual que se presentaría si se instalaran todos los proyectos eólicos propuestos en estas áreas de alto valor ecológico, cultural y turístico.
Elwell et al., datos no publicados.
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Se pueden resumir las lecciones de la experiencia de Audubon en tres puntos: a) Procesos colaborativos de planificación que involucren a la ciudadania, las agencias públicas, las empresas energéticas y las instituciones de conservación pueden producir lineamientos formados por consenso con mejor posibilidad de ser implementado, aun siendo indicativos. b) Normas vinculantes para especies específicas han tenido mejor impacto en la toma de decisiones privadas de proyecto eólicos; sin embargo, la corrupción empresarial, en que los intereses privados influencian las decisiones sobre permisos, permanece. c) La jerarquía de prevención, minimización y mitigación representa la estrategia más eficaz para la disminución de impactos locales. Componentes claves para el OTE y el desarrollo sustentable de ERNC
Principios fundamentales para el desarrollo sustentable de ERNC Estos principios se consiguieron por un análisis de los sistemas de planificación que se han elaborado e implementado en el extranjero, incluso Alemania, Dinamarca, Escocia, España, Estados Unidos, Holanda, Irlanda, Noruega y el Reino Unido. a) La ubicación apropiada de proyectos a través de una planificación y sistema de mapeo vinculante a nivel nacional juega un rol crucial en la determinación de impactos locales y el éxito del proyecto (European Wind Energy Association & Intelligent Energy Europe, 2009; Ledec et al., 2011). b) Se debe priorizar participación ciudadana de inclusión temprana, y que continúe a
través de todos los procesos de planificación y evaluación (European Wind Energy Association & Intelligent Energy Europe, 2009; Mendonça et al., 2009; U.S. Fish and Wildlife Service, 2012; Thygesen & Agarwal, 2014). c) Se tiene que aplicar la evaluación ambiental estratégica (EAE) temprano en el proceso de planificación para evaluar el territorio, implementar el principio de precaución, guiar desarrollo fuera de áreas sensibles, abordar impactos sinérgicos y evaluar alternativas factibles para el desarrollo energético, incluso la de no proyecto (Jiliberto et al., 2012; Geißler et al., 2013). d) Los actores deberían realizar trámites legítimos de planificación en un proceso justo desde el principio (Thygesen & Agarwal, 2014). e) Prioridades políticas claras e integradas desde los organismos centrales (e.g. Ministerio de Energía) y dirigidas por instituciones coordinadas representan un factor crítico en el exitoso desarrollo de ERNC (Miles & Odell, 2004; Thygesen & Agarwal, 2014). f) La estructura de la toma de decisiones debería ser iterativa para poder modificar los proyectos según nueva información (U.S. Fish and Wildlife Service, 2012). g) La evaluación eficaz de impactos es una herramienta clave para abordar los desafíos complejos que se generan en la planificación de ERNC (Thygesen & Agarwal, 2014). h) El marco para la toma de decisiones y ubicación de proyectos debería garantizar que las decisiones se basen en estudios científicos actualizados (Zehnder & Warhaft, 2011).
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Kiritz et al. / Ordenamiento Territorial Energético en Chile
Etapas técnicas energéticos
para
ubicar
proyectos
La siguiente sección presenta las etapas específicas que se debería incluir en una política de OTE, según el método de “Evitar, Minimizar, Mitigar, Monitorear.” 1) Evitar: se debería ubicar y diseñar proyectos que eviten la mayoría de impactos negativos (Flint, 2008; U.S. Fish and Wildlife Service, 2012; Geißler et al., 2013). a) Realizar una revisión preliminar de sitios potenciales a la escala de paisaje, eliminar área vulnerables o sensibles y considerar la alternativa de no proyecto (Strickland et al., 2011; U.S. Fish and Wildlife Service, 2012; CA Natural Resources Agency, 2014). Se debería incluir varios valores del paisaje a través de la implementación de la herramienta Evaluación Espacial de Múltiples Criterios (SMCE) (U.S. Fish and Wildlife Service, 2012; CA Natural Resources Agency, 2014; Effat, 2014). SMCE es una técnica para abordar la complejidad del contexto de planificación que genera impactos para diversos grupos y a distintas escalas, la inconmensurabilidad social y técnica por los numerosos valores y puntos de vista legítimas dentro de la sociedad y la necesidad de conseguir mutuo acuerdo entre los varios objetivos y factores (Munda, 2004). Se ha implementado en Chile para otros análisis, pero no para la energía (Mena, et al., 2006; Silva et al., 2011; Peña-cortés et al., 2013; Esse et al., 2014) y subyace en el programa Energía 2050 (Ministerio de Energía, 2014). b) Realizar evaluación inicial de sitios seleccionados y elaborar una descripción amplia basada en información confiable y disponible al público, estudios publicados,
informes técnicos y conocimiento local (Strickland et al., 2011; U.S. Fish and Wildlife Service, 2012). c) Realizar estudios detallados y cuantitativos en terreno para documentar los recursos existentes y predecir los impactos (U.S. Fish and Wildlife Service, 2012). 2) Minimizar: diseñar proyectos para funcionar con impactos mínimos a los recursos locales tanto biológicos como ecológicos, arqueológicos, culturales y turísticos (Flint, 2008; U.S. Fish and Wildlife Service, 2012), basados en estudios científicos recientes y considerando el principio precautorio. 3) Mitigar: los proyectos deberían compensar por los impactos que generan, a través de conservación de hábitat y restauración (Flint, 2008). a) Se debería priorizar mitigación y/o restauración en el sitio, luego fuera del sitio en la misma región ecológica y finalmente fuera y lejos del sitio en la misma región ecológica (U.S. Fish and Wildlife Service, 2012). b) Compromisos a la mitigación y/o restauración deberían ser vinculantes (U.S. Fish and Wildlife Service, 2012). 4) Monitorear: los proyectos deberían realizar monitoreo para asegurar que se logren las metas (Flint, 2008; U.S. Fish and Wildlife Service, 2012). Adaptar los componentes al contexto chileno Abajo se describen las recomendaciones para modificar el marco regulador de OTE en Chile, junto con sus justificaciones basadas en una revisión extensiva de los sistemas de OTE en el extranjero (Figura 4).
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Boletín del Patrimonio Natural de Chiloé, 1(2): 3-21 (2015) Figura 4. Problemática (rojo) y recomendaciones (gris) sobre planificación territorial energética.
Instrumentos de Planificación Territorial (numerosos, sectoriales, no vinculantes en áreas rurales, concentrados en áreas urbanas y aspecto energético escasamente considerado)
CONTEXTO Dentro de la Agenda Energética del Ministerio de Energía (Energía 2050) y los OTER
HERRAMIENTA
ESTRATEGIA
Evaluación espacial de múltiples criterios
Evitar, Minimizar, Mitigar, Monitorear
Elaboración propia.
1) Elaborar una norma vinculante a nivel nacional para el desarrollo de energía que incorpore los principios fundamentales y las etapas técnicas identificadas previamente y descritas a continuación. Esta norma tiene que establecer la estrategia de “evitar, minimizar, mitigar y monitorear,” involucrar todos los ministerios relevantes y abordar tanto las zonas rurales como urbanas. La norma también tiene que ser coherente con los instrumentos vigentes de ordenamiento territorial. Dado que los PROT y OTER incluyen evaluaciones territoriales y zonificación a nivel regional, esta norma proveerá dirección obligatoria a los Gobiernos Regionales (GORE) para la estrategia de zonificación de ERNC dentro de estos planes. Así, los GORE tendrán dirección clara y constante en sus propias regiones mientras mantienen su autonomía según el nuevo proyecto de ley de descentralización (Emol, 2015). La elaboración e implementación de esta norma no tiene que ser incoherente con la meta de descentralización y autonomía regional, sino fortalecerá el fundamento para la toma de decisiones a nivel regional y asegurará que las decisiones que se tomen estén basadas en
una visión comprensiva de la región en cuestión. a) La ubicación apropiada de proyectos a través de una planificación y sistema de mapeo vinculante para cada región juega un rol crucial en la determinación de impactos locales y el éxito del proyecto. De hecho, la ubicación apropiada frecuentemente representa el factor determinante en la disminución de impactos ambientales y sociales ( European Wind Energy Association & Intelligent Energy Europe, 2009; Ledec et al., 2011). Un ordenamiento territorial insuficiente puede representar una barrera decisiva al desarrollo exitoso de ERNC, especialmente la energía eólica (Miles & Odell, 2004; ECORYS Nederland BV, 2010; González, 2011). Por lo tanto, el estado debería elaborar, mantener y ejecutar normas para la ubicación y el diseño de proyectos energéticos (Holm, 2010). Un plan de ubicación y mapas obligatorio que identifique áreas vulnerables y sitios apropiados para proyectos energéticos y aborde impactos acumulativos apoya este principio (Thygesen & Agarwal, 2014) y se tiene que elaborar y consultar antes del ingreso al SEIA para poder cambiar la 15
Kiritz et al. / Ordenamiento Territorial Energético en Chile
ubicación según la información recopilada a través del mapeo. b) El marco para la toma de decisiones y ubicación de proyectos debería garantizar que las decisiones se basen en estudios científicos actualizados (Zehnder & Warhaft, 2011). Esto significa que la ubicación de proyectos no se base solamente en la oferta energética y los costos de inversión, sino en un mutuo acuerdo entre las áreas de alto valor de conservación (tanto de diversos recursos) y alto valor energético. Además, implica un cambio en el marco regulador para la ubicación de proyectos en zonas rurales. Mientras que ahora se puede instalar infraestructura energética en cualquier sitio mientras no esté dentro de áreas urbanas o protegidas, la norma tiene que exigir que el desarrollo de ERNC evite hábitats vulnerables (humedales, dunas, corredores ribereños, entre otros), corredores de migración o donde impacte a especies vulnerables, claves o indicadoras, incluso en áreas no protegidas o bajo ningún designación ambiental. La elaboración de restricciones para la norma que guiará los GORE debería incluir expertos en el desarrollo de ERNC y la conservación. 2) Modificar el Reglamento del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental para obligar consulta anticipada antes del ingreso de un proyecto al SEIA (incluyendo la evaluación de alternativas). Hasta la fecha, la consulta pública no debe comenzar hasta que se ingrese un proyecto al SEIA, lo cual implica que la ciudadana no tiene la oportunidad de influir en la ubicación del proyecto (Ministerio Secretaría General de la Presidencia, 2010a; Servicio de Evaluación Ambiental, 2013). a) Se debe priorizar de manera consistente la participación ciudadana temprana y continúe
a través todo los procesos de planificación y evaluación (Mendonça et al., 2009; Thygesen & Agarwal, 2014). Esta participación debería incluir expertos locales, miembros de las comunidades, representantes de ONG, actores locales y más (Holm, 2010). Enfatizando estos procesos participativos y la participación local en el desarrollo, la planificación, la propiedad y los beneficios económicos de proyectos energéticos han sido críticos en el éxito que se ha experimentado con el desarrollo de energía eólica en Dinamarca, Alemania, España, Grecia, Noruega, Escocia y Suecia (European Wind Energy Association & Intelligent Energy Europe, 2009; Holm, 2010; International Renewable Energy Agency, 2012; Thygesen & Agarwal, 2014). b) Prioridades políticas claras e integradas desde los organismos centrales y dirigidas por instituciones energéticas coordinadas representan un factor crítico en el exitoso desarrollo de la energía sustentable (Miles & Odell, 2004; Thygesen & Agarwal, 2014). Un marco claro aumenta la previsibilidad para todos los actores que pueda facilitar inversiones y disminuir costos (Miles & Odell, 2004; Geißler et al., 2013). El Ministerio de Energía ya ha empezado este trabajo con su agenda energética Energía 2050; sin embargo, esto implica esfuerzos sostenidos para ganar la confianza de la ciudadanía y no solamente consultarla después de que elabore un PROT u OTER, sino también durante su desarrollo y lo de SMCE. c) La evaluación eficaz de impactos es una herramienta clave para abordar los desafíos complejos que se generan en la planificación de ERNC (Thygesen & Agarwal, 2014). Por lo tanto, una estructura fortalecida de EIA es fundamental a la implementación exitosa de 16
Boletín del Patrimonio Natural de Chiloé, 1(2): 3-21 (2015)
OTE en Chile. Además la participación ciudadana antes del ingreso de proyectos al SEIA, esto implica que se realice la evaluación de alternativas en las Evaluaciones de Impacto Ambiental y Declaraciones de Impacto Ambiental (DIA); que se obligue la supervisión de la realización de una EIA o DIA por su titular por terceros; que se expanda el tiempo de comentarios públicos de proyectos a más de los 60 días que ahora existe; y que las talleres de participación ciudadana sean participativas y no informativas. 3) Requerir que el GORE, junto con la industria de ERNC, la comunidad de conservación ecológica y la ciudadanía, realice Evaluación Espacial de Múltiples Criterios para crear mapas de los recursos energéticos renovables junto con los recursos ambientales, culturales, sociales y arqueológicos e identificar áreas verdes (apropiadas), amarillas (más investigación necesaria) y rojas (no apropiadas) para el desarrollo de ERNC, como subyace en el programa Energía 2050. Los resultados deberían ser vinculantes para tener el impacto deseado (el OTER actualmente describe planificación indicativa, o no vinculante). a) Trámites legítimos de planificación deberían involucrar los actores en un proceso justo desde el principio (Thygesen & Agarwal, 2014). Las personas afectadas a nivel local tienen que participar en la evaluación y planificación para que la toma de decisiones mantenga una característica de cooperación y apoye el aprendizaje colaborativo (Thygesen & Agarwal, 2014). Trámites que logran lo antedicho conforman el proceso de evaluación de impactos, mejoran la equidad percibida, aumentan el
conocimiento público y frecuentemente resultan en más aprobación pública de la decisión final, que pueda reducir los costos de implementación (Reed, 2008; Geißler et al., 2013). Por lo tanto, estos procesos de OTER y SMCE tienen que involucrar representantes de la sociedad civil en cada región. b) Se tiene que aplicar la Evaluación Ambiental Estratégica temprano en el proceso de planificación como parte de la toma de decisiones para evaluar el territorio, implementar el principio precautorio, guiar el desarrollo alejándose de áreas sensibles, abordar los impactos acumulativos y evaluar las alternativas factibles para el desarrollo energético, incluso la de no proyecto (Jiliberto et al., 2012; Geißler et al., 2013; Thygesen & Agarwal, 2014). Se debería incluir un “análisis estratégico general” para identificar los sitios más vulnerables y más apropiados a nivel estratégico, antes de que lleguen los proyectos al SEIA (en que se debería evaluar las alternativas específicas del proyecto, como dicho arriba). Este tipo de evaluación proactiva y sistemática resulta en un proceso de planificación más eficiente y disminuye el nivel de incertidumbre y conflicto (Miles & Odell, 2004); debido a los trámites más claros y menos incerteza, se disminuyen los costos para el público, el estado y los inversionistas (Holm, 2010; Geißler et al., 2013). Por lo tanto, se tiene que someter el instrumento de OTER y la SMCE, realizados por los GORE, a la EAE. c) La estructura de la toma de decisiones debería ser iterativa para poder modificar los proyectos según nueva información. Este proceso continuo debería recopilar información en detalle creciente y cuantificar y evaluar los riesgos del proyecto que se propone para apoyar la toma de decisiones. 17
Kiritz et al. / Ordenamiento Territorial Energético en Chile
En cada etapa del proceso, los proponentes y reguladores del proyecto toman la decisión de abandonar el proyecto, seguir como está, recopilar más información o hacer modificaciones (U.S. Fish and Wildlife Service, 2012). Conclusiones Implementado en conjunto, estas recomendaciones conforman una estrategia de tres componentes para dirigir el desarrollo de ERNC en Chile de manera sustentable. Estos incluyen a) la creación de un marco legal que contenga lineamientos vinculantes a nivel nacional, b) la modificación del SEIA para mejorar la participación ciudadana y evaluar alternativas, y c) un proceso técnico de mapeo que utilice múltiples criterios (SMCE) a nivel regional. El nuevo instrumento de OTER significa un avance para la planificación territorial. Sin embargo, faltan lineamientos nacionales para asegurar que los OTER protejan los recursos locales y se incorporen en la política pública, y que se garantice el proceso participativo. Para esto, también son necesarias modificaciones en instrumentos como el SEIA que proveerían el respaldo necesario. Finalmente, SMCE representa la herramienta técnica apropiada para abordar estos temas complejos. Además, es crítico que se recalque la evaluación de alternativas, como la eficiencia energética, que disminuyan la presión a buscar nuevos fuentes de energía. Para el logro del desarrollo sostenible en base al cumplimiento de metas para la ERNC, el paradigma chileno que apunta hacia los mercados liberalizados y la rentabilidad privada tiene que cambiarse a uno que incorpore de manera real el sentido
público de la planificación energética, la perspectiva comunitaria local y las consideraciones ambientales en la toma de decisiones, esto permitirá desarrollar energía con validación social, disminuyendo la probabilidad de judicialización de proyectos que se traduce en altos costos para los inversionistas y la ciudadanía. Referencias Álvarez-Farizo, B., & Hanley, N. (2002). Using conjoint analysis to quantify public preferences over the environmental impacts of wind farms. An example from Spain. Energy Policy, 30(2), 107–116. Anderson, R. L., & Estep, J. A. (1988). Wind
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Boletín del Patrimonio Natural de Chiloé, 1(2): 22-23 (2015)
Notas ECMPO Caulín: autogestión comunitaria y sustentable del borde costero del Archipiélago de Chiloé
En el extremo norte de la Isla Grande de Chiloé, a 22 km hacia el noroeste de Ancud, la bahía de Caulín se abre paso ante el Canal de Chacao. La comunidad costera que habita esta bahía inició el año 2007, un proceso de auto-ordenamiento y reconocimiento de los usos tradicionales o consuetudinarios de su localidad. Durante este periodo inicial, se realizaron proyectos ambientales donde lograron obtener, entre otros resultados positivos, una microzonificación comunitaria del borde costero que utilizan para autosustento. Paralelamente, el año 2008 se promulga la Ley Lafkenche (Ley N° 20.249), la cual decreta que los pueblos originarios que han subsistido ancestralmente en el borde costero del país, podrán solicitar legalmente la administración de un Espacio Costero Marino de Pueblos Originarios (ECMPO). El ECMPO sería por lo tanto, la figura legal que respaldaría las gestiones realizadas por la comunidad de Bahía Caulín, para conservar y manejar sustentablemente sus recursos costeros y sus usos consuetudinarios. Los cuales en las últimas décadas, se han visto sometidos a sobrexplotación, extinción local, sustracción
y competencia por externos, como también la bahía ha sufrido prácticas acuícolas deficientes en su zona intermareal (área litoral que se sitúa entre las líneas de alta y baja marea). La solicitud de la Ley Lafkenche fue presentada finalmente el año 2011 por las comunidades indígenas de Caulín, con sus correspondientes usos consuetudinarios, tales como: mariscadura de orilla y buceo comercial, pesca artesanal de orilla y desde embarcaciones, cultivo y recolección de algas, alfarería costera y festividades, entre otros. La solicitud de la ley fue generada e impulsada en conjunto con organizaciones comunitarias y productivas de toda la extensión de la bahía, desde los sectores de Caulín Alto hasta Pugueñún-Pihuio. Hoy, después de años de trabajo sistemático y coordinado de diversos actores involucrados en la protección y uso sustentable del espacio marino y costero, la solicitud ha avanzado lentamente hasta sus últimos trámites burocráticos en los servicios públicos pertinentes a su evaluación. La solicitud fue aprobada por unanimidad en el Comité Regional de Uso del Borde Costero (CRUBC), Región de Los Lagos, el 10 de enero del 2014. Sin embargo, los plazos oficiales no se han cumplido en ninguno de sus casos y la comunidad de Caulín se encuentra a la espera, pero no inactiva. A pesar de la dilatación de la tramitación del ECMPO Caulín y el desgaste que esta genera en la comunidad y sus expectativas, la comunidad sigue auto-organizándose. Existen regulaciones y acciones ya determinadas por los propios habitantes y organizaciones que viven de este trozo de mar, independientemente del retraso de la institucionalidad chilena.
22
Notas
A la fecha, la comunidad de Caulín ha formado una mesa de trabajo del ECMPO, con el asesoramiento técnico del CECPAN, para ordenar y planificar de manera comunitaria y sistemática, los pasos restantes en este largo proceso. En esta mesa se discuten y acuerdan los términos y actuaciones relacionadas al ordenamiento costero de los usos consuetudinarios de su maritorio. Es una instancia abierta a toda la comunidad, velando por que todas las organizaciones de la localidad de Caulín, a través de sus representantes o dirigentes, hagan sus planteamientos de integración respecto a la administración adecuada del ECMPO. Oriana Manríquez Centro de Estudio y Conservación del Patrimonio Natural (CECPAN) omanriquez@cecpan.org
Investigaciones de CECPAN se presentan en el ‘Natural Capital Symposium’ en la Universidad de Stanford
Desde el año 2013, CECPAN se encuentra trabajando directamente con el equipo del ‘Natural Capital Project’, en el marco de las Fases I y II del proyecto “InVEST: Comunicando y transfiriendo capacidades para la valoración del patrimonio cultural y natural del Archipiélago de Chiloé para la generación de escenarios de desarrollo”.
trabajos de investigación en el ‘Natural Capital Symposium’, instancia que se desarrolló en la Universidad de Stanford entre los días lunes 23 y miércoles 25 de marzo de 2015. En esta instancia, Tamara Elwell presentó resultados de la Fase I del proyecto, entre ellos los modelos de recreación y calidad escénica aplicados al Archipiélago de Chiloé mediante modelos InVEST sobre distintos impactos u oportunidades. Entre los temas tratados, se da énfasis en las ventajas y desventajas del desarrollo de actividades antrópicas en los ecosistemas costeros de Rilán y Lacuy, con el propósito de generar información de alta relevancia para la toma de decisiones. Respecto a la Fase II del proyecto, Laia Mallén y Gonzalo Vergara presentaron una propuesta para el manejo de tierras con el propósito de mejorar la provisión y regulación de servicios ecosistémicos relacionados con la erosión del suelo y la escasez hídrica en la Península de Rilán aplicando los modelos InVEST, SWAT y, posteriormente, RIOS. Esta fase tiene como propósito entregar una guía de priorización de actividades en cuencas costeras para los tomadores de decisión a distintas escalas. El fundamento principal se basa en la escasez del recurso hídrico en el Archipiélago de Chiloé, una situación que ocurre desde hace algunos años y sobre la cual no se ha abordado con medidas concretas a largo plazo. Además, se aborda la problemática de la erosión en un territorio reconocido por la FAO como un Sistema de Importancia para el Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM). Gonzalo Vergara Centro de Estudio y Conservación del Patrimonio Natural (CECPAN) gvergara@cecpan.org
Como parte de la colaboración conjunta, investigadores de CECPAN presentaron sus
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Boletín del Patrimonio Natural de Chiloé, 1(2): 24-27 (2015)
Ciencia Escolar
El patrimonio arqueológico de las dunas de Mar Brava1 Franchesca Barrientos2, Bryan Carrasco2, Giuliana Pastenes2, Eduardo Ruiz2, Cristofer Villarroel2, Fabián Araneda3 & Antonia Ulloa3 1
La presente investigación fue desarrollada por alumnos de 6º básico del Colegio San Juan con el apoyo del profesor Claudio Vásquez. 2 Representantes del curso en la “2ª Expociencias de Educación Básica en Ancud, Chiloé: un laboratorio insular para la ciencia” en la ciudad de Ancud, Región de Los Lagos, entre el 29 y 30 de octubre de 2014. 3 Representantes del curso en el “XI Congreso Regional Escolar de Ciencia y Tecnología CONICYT” en la ciudad de Puerto Montt, Región de Los Lagos, entre el 28 y 30 de octubre de 2014.
Introducción Las dunas son escasas en las costas chilenas, por lo que no son muy conocidas ni estudiadas. Albergan un patrimonio natural y cultural singular y valioso. En la actualidad son ecosistemas clasificados como amenazados (IEB, 2013). En paralelo, y en comparación con otras categorías de profesionales, son pocos los arqueólogos en Chile. Asimismo, faltan investigaciones sobre el patrimonio arqueológico de manera general y es insuficiente la información disponible sobre el existente en las dunas de Mar Brava. Además, los primeros asentamientos humanos registrados en Chiloé tienen más de 6000 años y se ubican en el sitio de Puente Quilo, a pocos kilómetros al noreste de Mar Brava. Es sin duda una zona muy relevante para la historia local. Por último, existen muchas presiones que ponen en peligro la conservación de las dunas, y junto con ellas su patrimonio arqueológico, tales como la extracción de
arena, la construcción de caminos o el paso de vehículos. Pregunta de investigación ¿Qué tipo de patrimonio arqueológico podemos encontrar en las dunas de Mar Brava? Metodología Esta investigación se realizó a través del ciclo de indagación como método científico. La información base de esta investigación ha sido recopilada de dos formas: mediante la realización de una entrevista a una científica (antropóloga) y luego de una revisión bibliográfica (Figura 1).
Entrevista a una antropóloga: 1) Elaboración de una batería de preguntas 2) Entrevista a la científica y grabación de ésta 3) Transcripción de la entrevista
Revisión bibliográfica: 1) Búsqueda de las escasas fuentes de información sobre patrimonio arqueológico en las dunas de Mar Brava. Selección de extractos de las publicaciones
24
Colegio San Juan / Patrimonio arqueológico, dunas de Mar Brava
2) Estudio de dichos extractos por los estudiantes del equipo de investigación 3) Análisis de los datos a través de tablas y gráficos, y redacción de los resultados y conclusiones Figura 1. Registros investigación.
fotográficos
del
proceso
de
Para realizar esta investigación científica, hemos utilizado los siguientes materiales: Cuaderno Lápiz Batería de preguntas para la entrevista Grabadora Computadoras Audífonos Procesador de texto (Word) Publicaciones (Línea de base arqueológica y de patrimonio cultural Estudio de Impacto Ambiental Parque Eólico Chiloé) Resultados Son 13 los sitios arqueológicos encontrados en Mar Brava. El 69% de estos, o sea la mayoría, son conchales (Tabla 1 y Figura 2). Tabla 1. Listado de sitios arqueológicos en Mar Brava.
Sitio Mar Brava 1 Mar Brava 2 Mar Brava 3 Mar Brava 4 Mar Brava 5 Mar Brava 6 Mar Brava 14 Mar Brava 15 Mar Brava 16 Mar Brava 17 Animita Mar Brava Cruz Mar Brava Gruta Mar Brava
Tipo de sitio Conchal Conchal Conchal Conchal Conchal Conchal Conchal Conchal Hallazgo aislado (lasca) Conchal Conmemorativo Conmemorativo Religioso
Elaborado a partir de Donoso & Gallegos (2012).
Colección fotográfica del Colegio San Juan.
Materiales
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Boletín del Patrimonio Natural de Chiloé, 1(2): 24-27 (2015)
Figura 2. Tipos de sitios arqueológicos de Mar Brava.
8%
Existe un sitio de entierro (un individuo con ofrendas) no ubicado precisamente. El proyecto Parque Eólico Chiloé se sitúa en el mismo espacio que los sitios arqueológicos.
15%
Conclusiones
8%
69%
Conchales Hallazgo aislado Sitios conmemorativos Sitio religioso
Las dunas de Mar Brava albergan un patrimonio arqueológico diversificado, destacándose: conchales, restos de cerámica, restos líticos, cenizas y carbón y un entierro (osamentas humanas con ofrendas). La mayor parte de estos vestigios están compuestos por conchas de machas, por lo que se deduce que hacía parte de su base alimenticia. Las razones que lo justifican son la facilidad para extraerlas en la playa sin herramientas y/o la mayor abundancia de éstas.
Elaborado a partir de Donoso & Gallegos (2012).
Los conchales de Mar Brava albergan varios tipos de conchas que son de machas, almejas, lapas y chitones. Las machas están presentes en la totalidad de los conchales y las almejas se encuentran en casi la mitad (44%) de ellos. Además se encontraron restos cerámicos y líticos, restos de carbón y cenizas junto con las conchas. Figura 3. Composición de los conchales de Mar Brava. Re st os de c onc ha s Conc ha l e s M a c ha s Al me j a s L a pa s Chi t one s Mar Brava 1 x Mar Brava 2 x x x Mar Brava 3 x x Mar Brava 4 x Mar Brava 5 x x x Mar Brava 6 x x Mar Brava 14 x x Mar Brava 15 x Mar Brava 17 x Elaborado a partir de Donoso & Gallegos (2012).
La presencia de estos restos arqueológicos demuestran que civilizaciones pasadas ocuparon las dunas de Mar Brava. El tipo de restos nos indica que ocupaban las dunas de Mar Brava como campamento temporal. Estos restos valiosos se encuentran actualmente sin medidas de protección, amenazados por distintos factores entre los cuales el proyecto Parque Eólico Chiloé. Sin embargo la mayor amenaza es la falta de conocimiento de la población local que lleva a una falta de valoración y en consecuencia de conservación. Esta investigación genera nuevas inquietudes que se podrían indagar a futuro como: la antigüedad de los restos arqueológicos de las dunas de Mar Brava.
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Colegio San Juan / Patrimonio arqueológico, dunas de Mar Brava
el significado de las condiciones de entierro de los pueblos originarios en Mar Brava (posición, ofrendas). la manera de conservar el patrimonio arqueológico de Mar Brava.
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Boletín del
Patrimonio Natural de Chiloé Normas para autores Es importante ajustarse a las normas explicadas para poder publicar cualquier tipo de contribución al Boletín del Patrimonio Natural de Chiloé. Los manuscritos que no se ajusten a las normas de publicación serán devueltos directamente a los autores. El Equipo Editorial se reserva el derecho de no publicar aquellos artículos que no se ajusten a los objetivos o alcances del boletín. Los tipos de contribuciones corresponden a las siguientes categorías: 1. Artículos de investigación. Artículos de investigación inéditos que aborden temas relevantes sobre el Archipiélago de Chiloé o sectores relacionados. El texto no debe exceder las 5.000 palabras, incluyendo el resumen y las referencias, pero excluyendo tablas y pies de figuras. 2. Artículos de revisión. Artículos de revisión que presenten temas de actualidad del Archipiélago de Chiloé o sectores relacionados. El texto debe tener una extensión máxima de 6.000 palabras, incluyendo el resumen y las referencias, pero excluyendo tablas y pies de figuras. 3. Comunicaciones breves. Artículos breves de investigación y comentarios que contengan los primeros resultados de investigaciones, lanzamiento de ideas novedosas, aplicaciones de investigaciones ya realizadas a la gestión y conservación del medio natural, descripción de nuevos métodos. Su extensión no debe exceder las 2.000 palabras, incluyendo el resumen y las referencias, pero excluyendo tablas y pies de figuras. 4. Notas. Breves descripciones de eventos o proyectos próximos o ya acaecidos relacionados con el patrimonio natural de Chiloé. El texto no debe exceder las 1.000 palabras. 5. Ciencia Escolar. Se presentarán casos seleccionados por el Comité Editorial de trabajos escolares desarrollados por escuelas de Chiloé. La extensión y publicación se revisará caso a caso. Cada número del boletín contará sólo con un artículo de Ciencia Escolar. Los manuscritos deberán ser enviados vía correo electrónico a boletin@cecpan.org. En este mensaje se deberá indicar expresamente el consentimiento de todos los autores para la publicación del trabajo, la originalidad del trabajo y que no ha sido enviado a revisión, ni se encuentra publicado en otra revista. Las contribuciones enviadas al Boletín del Patrimonio Natural de Chiloé no tienen costo alguno para los autores.
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Preparación de manuscritos Los manuscritos se enviarán únicamente en formato .doc o .docx. Las tablas y figuras deberán ser colocadas después de las referencias bibliográficas en orden consecutivo y en páginas separadas con su respectivo pie de figura. Todo el texto del manuscrito debe escribirse en letra “Calibri” tamaño 11 a espaciado simple, en página tamaño Carta y con todos los márgenes de 2,5 cm. Se recibirán únicamente trabajos en español. Los manuscritos que no se ajusten a las normas de publicación serán devueltos directamente a los autores. Estructura de las contribuciones Título El título será únicamente en negrita. Debe precisar el contenido y propósito del manuscrito. Autores Para cada autor debe indicarse primero el nombre y después el apellido. Cada autor irá separado del siguiente por una coma. Después del nombre del autor se indicará un número como superíndice para indicar la filiación correspondiente. Ejemplo: Carolina Parra1, Gustavo Vargas1,2 Filiación de autores Debe indicarse la o las instituciones pertinentes de cada autor, seguido de la ciudad y el país. Se utilizará una línea distinta para cada filiación. El número asociado a la filiación del autor se indicará, nuevamente, como superíndice. Ejemplo: 1 Centro de Estudio y Conservación del Patrimonio Natural. Ancud, Chile. 2 Instituto de Historia, Geografía y Ciencia Política, Pontificia Universidad Católica de Chile. Santiago, Chile. Autor de correspondencia Debe indicarse el nombre y correo electrónico del autor de correspondencia responsable de la comunicación con el boletín y la posterior comunicación con los lectores. Ejemplo: Autor de correspondencia: C. Parra [cparra@cecpan.org] Título corto El título corto no debe ser mayor a 50 caracteres (incluyendo espacios). Resumen El resumen debe tener una extensión máxima de 200 palabras. Los aportes de científicos y notas están exentos de aportar el resumen. Luego, se agregará una versión del resumen en inglés (abstract).
Palabras clave 29
Deben incluirse entre 3 y 5 palabras que reflejen el contenido del manuscrito, sin repetir aquellas que se encuentren en el título. Las palabras clave se dispondrán en orden alfabético y estarán separadas entre sí por punto y coma (;). Los aportes de científicos y notas están exentos de aportar palabras clave. Luego, se agregarán las palabras claves en inglés (keywords). Cuerpo del texto Los reportes contendrán típicamente las secciones: Introducción, Área de Estudio, Materiales y métodos, Resultados, Discusión, Conclusiones. Dependiendo de la temática, la estructura puede variar. Los aportes de científicos y notas pueden presentar sus propias secciones según sea pertinente. Los títulos primarios serán únicamente en negrita, mientras que los títulos secundarios serán únicamente en cursiva. Los títulos deben estar en línea aparte del texto y no deben estar numerados. El grueso del texto debe estar separado con una línea en blanco entre párrafos y comienzo de párrafo no tabulado. Las referencias a figuras y tablas deben ser resaltadas en negrita e iniciadas con mayúscula. Los símbolos, abreviaturas y acrónimos deben definirse la primera vez que sean empleados. Se debe incorporar el nombre científico de una especie, en cursiva, la primera vez que sea nombrada. No se admite el uso de notas al pie. Citas En el texto, las referencias a trabajos se citarán de acuerdo al apellido del o los autores, y año de la publicación entre paréntesis. En el caso de que la obra tenga dos o más autores, se citará el apellido del primer autor y se utilizará “et al.” (en cursiva) para referirse al resto de los autores. Cuando haya varias citas seguidas se ordenarán por orden cronológico primero, y alfabético después. Para trabajos aceptados, pero aún no publicados, se empleará “En prensa” para reemplazar la fecha de publicación. Todos los trabajos citados en el texto deben incluir su correspondiente referencia bibliográfica. Referencias bibliográficas Las referencias se incorporarán al final del manuscrito y antes de las figuras o tablas. No se incluirán trabajos que no hayan sido citados en el manuscrito. El orden será alfabético y, para cada autor, en orden cronológico, de más antiguo a más reciente. Ejemplos de referencias bibliográficas pueden abreviarse en:
Libros y Monografías Jaksic, F., & Castro, S. (2014). Invasiones biológicas en Chile. Causas globales e impactos locales. Santiago: Ediciones Universidad Católica de Chile.
Capítulos de libros Estades, C. (2008). Investigación para la conservación de la biodiversidad. En J. Rovira, J. Ugalde, & M. Stutzin (Eds.), Biodiversidad de Chile. Patrimonio y Desafíos (pp. 609–611). Santiago: CONAMA.
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Artículos de revistas Torres-Gómez, M., Delgado, L., Marín, V., & Bustamante, R. (2009). Estructura del paisaje a lo largo de gradientes urbano-rurales en la cuenca del río Aisén (Región de Aisén, Chile). Revista Chilena de Historia Natural, 82, 73–82.
Memorias, Seminarios de Grado, Tesis Vergara, G. (2013). Análisis estructural y funcional de la comuna de Pucón, Región de La Araucanía, Chile. Seminario de Grado: Instituto de Geografía, Pontificia Universidad Católica de Chile. Tablas y figuras Se entienden por figuras las fotografías, mapas y gráficos. Figuras y tablas deben ir ubicadas al final del manuscrito, posterior a las referencias bibliográficas. Deben ser autoexplicativas y deben estar referenciadas en el texto (e.g. Figura 1). Evite repetir información en el texto. Las figuras y tablas deben ser diseñadas en su tamaño final en el programa de origen, con un tamaño de letra entre 8 y 12 puntos, utilizando la fuente “Arial”. El ancho máximo es de 150 mm. Incluya figuras y tablas en páginas separadas, cada una con referencia, pie de figura y fuente; si la figura fue elaborada por el o los autores, se indicará Elaboración propia, mientras que en caso de fotografías, se indicará Colección propia del autor (de los autores, según corresponda). Ejemplos: Figura 3. Área de estudio. Elaboración propia. Tabla 2. Variables asociadas a la selección de hábitat del visón americano. Fuente: CECPAN, 2013.
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