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Víctor Javier Macua Jiménez • Salesiano sacerdote de la Inspectoría María Auxiliadora (SMX), falleció el pasado 5 de enero de 2021 en Barcelona, cuando contaba con 83 años. Había cumplido los 63 años de salesiano y los 53 de sacerdote.

Concepción Morales Redondo • Hija de María Auxiliadora (FMA), falleció el 18 de diciembre de 2020 a los 94 años de edad y 67 de profesión religiosa. Pertenecía a la Casa Madre Mazzarello de Sevilla.

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Rosa Ybern Torres • Hija de María Auxiliadora de la comunidad de Zaragoza-Casablanca. Su fallecimiento tuvo lugar el 27 de diciembre de 2020, cuando contaba con 88 años de edad y 64 años como salesiana.

María del Carmen Casesnoves Soldevila • Hija de María Auxiliadora (FMA), falleció el 2 de enero de 2021 en Játiva (Valencia). Pertenecía a la casa Sor Eusebia Palomino de El Plantío (Madrid). Tenía 85 años de edad, 46 de ellos como misionera en Venezuela.

Francisca Villa Álvarez • Hija de María Auxiliadora (FMA), de la comunidad de San Vicente-Sevilla, marchó a la casa del Padre el 4 de enero de 2021 con 94 años de edad y 71 años de salesiana.

Francisca Bethencourt Perdomo • Hija de María Auxiliadora (FMA), falleció el 12 de enero de 2021, en la comunidad de Casa María Mazzarello de Sevilla, a los 88 años de edad y 44 años de profesión.

Faustí Gutiérrez Díez • Salesiano sacerdote de la Inspectoría María Auxiliadora (SMX), falleció el 18 de enero de 2021 en Sant Boi (Barcelona). Tenía 74 años de edad. Había cumplido los 53 años de salesiano y los 43 de sacerdote. Durante muchos años, ha colaborado en la sección de “Becas” de la revista.

María Auxiliadora, La Palma del Condado (Huelva).

ORACIÓN MARÍA, ESTRELLA DE LA ESPERANZA

María, la Madre, sabe bien qué significa tener fe y esperar contra toda esperanza, confiando en el nombre de Dios. Su «sí» a Dios ha despertado la esperanza para la humanidad. Ella ha experimentado la impotencia y la soledad en el nacimiento de su Hijo; ha conservado en su corazón el anuncio de un dolor que le habría atravesado el corazón (cf. Lc 2,35); ha vivido el sufrimiento de ver a su Hijo como «signo de contradicción», incomprendido, rechazado. Ha conocido la hostilidad y el rechazo frente a su Hijo, hasta cuando, a los pies de la cruz sobre el Gólgota, ha comprendido que la Esperanza no moriría. Por eso, ha permanecido con los discípulos como madre –«Mujer, ahí tienes a tu hijo»– (Jn 19,26), como Madre de la Esperanza. «Santa María, Madre de Dios, Madre nuestra, enséñanos a creer, a esperar y a amar contigo. Muéstranos el camino del Reino. Estrella del mar, brilla sobre nosotros y guíanos en nuestro camino». Amén.

Ángel Fernández Artime, sdb Rector Mayor

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