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Queridos hermanos de la Familia Salesiana:

La crisis sanitaria que vivimos es también social y sistémica, y está repercutiendo de forma aguda en la salud mental de muchas personas. Afrontarlo exige un enfoque global del problema, empezando por las tendencias culturales que propician las actitudes relacionales negativas.

Está bastante claro que se ha instalado un ambiente alarmista que no favorece la salud mental, sobre todo de los más vulnerables. A menudo, las noticias tienen un sesgo muy negativo. El rector mayor nos ha invitado a vivir desde la esperanza y hacer opciones que nos ayuden a generar un bienestar personal y comunitario.

A nivel emocional es necesario reforzar la empatía como recurso imprescindible en las relaciones entre las personas. Es la fraternidad a la que el Papa Francisco nos invita en Fratelli Tutti. Debemos tratar de ponernos en el lugar del otro y saber que podemos experimentar vivencias similares a las suyas, así como fortalecer el interés por los demás, para asegurar un clima afectivo positivo y construir relaciones duraderas. No aislarnos. Esta actitud implica una disciplina que renuncia a juzgar a los demás, e invita a explorar otras posibilidades para permitir adaptarnos a un futuro contexto nuevo.

Con afecto,

A nivel cognitivo/espiritual es importante leer la realidad a la luz de la fe, discernir los signos de los tiempos y estimular nuestra atención, concentración y memoria. Posiblemente sea de ayuda intensificar los momentos de oración y de toma de autoconciencia. La meditación diaria desde la Palabra de Dios. Así como la contemplación de todo aquello que nuestro entorno natural y humano nos brinda.

A nivel de actitudes, buscar actividades que aporten bienestar (leer un libro, hacer deporte o preparar una buena comida). Conviene practicar la paciencia, saber esperar y dejar tiempo para que las sensaciones incómodas pasen, no luchar contra ellas, ni huir, sino aceptarlas y saber convivir con ellas.

En estos momentos es importante en nuestra vida cotidiana asumir varios puntos de vista en toda su amplitud y comprender el filtro mental que a menudo aplicamos para interpretar la realidad. Nuestra fe nos ayuda a interpretar la realidad desde la Pascua de Cristo, lo que juega un papel central en las actitudes y decisiones.

El mal no vence, la muerte es vencida por la resurrección y si vivimos la cruz con el Señor y nos abandonamos en los brazos del Padre, la fuerza del Espíritu nos transformará.

Que María, nuestra buena madre, nos ayude a observar la realidad y a los otros con los ojos de misericordia, para percibir la parte positiva y superar las visiones negativas que hacen de los otros solo una amenaza y un factor de riesgo.

Mucho más que las colinas del Monferrato

Era el mes de agosto de 2015. Para ser más precisos, transcurría la tarde del 15 y estábamos celebrando con 5.200 jóvenes de todo el mundo en el Encuentro Juvenil Internacional (SYM DON BOSCO), con motivo de la celebración de los 200 años de su nacimiento.

Inicialmente, con un idealismo muy alejado de la realidad, pensamos hacer una caminata con esos jóvenes desde Turín hasta las colinas de I Becchi, donde Juanito Bosco fue llamado a la vida. Serían unos 35 kilómetros. Pero pronto desistimos, porque sería muy difícil tener un buen ritmo de marcha. Al final decidimos algo muy sencillo y que está directamente conectado con muchos de los paseos otoñales de Don Bosco con sus muchachos. Iniciamos el viaje en Castelnuovo Don Bosco, población donde fue bautizado y celebró su primera misa.

Y esa gran columna de jóvenes caminó los ocho kilómetros que nos separaban, pero bajo una lluvia torrencial. Nada nos importó y mucho menos a aquellos jóvenes. Yo no dejaba de imaginarme a Don Bosco rodeado de aquellos, sus muchachos, llevando unas canastas con pan para su almuerzo o merienda, e instrumentos de música para animar por donde pasaran. ¿Y saben una cosa? Detrás de todo ello hay una preciosa mirada educativa y espiritual. Podría seguir desarrollando este pensamiento, pero en esta ocasión dejo la palabra a uno de mis hermanos salesianos, José Miguel Núñez, que con la extraordinaria pluma que tiene nos cuenta lo que sigue:

“Durante muchos años, Don Bosco acostumbró a celebrar la fiesta de Nuestra Señora del Rosario en I Becchi, acompañado de un grupo de muchachos que lo seguían con una alegría inimaginable.

Eran los mejores chicos del oratorio. Para todos era un premio estar con Don Bosco unos días de vacaciones. Primero fueron unos cuantos, pero pronto sobrepasaron el centenar.

El primer destino fue su tierra y casa natal. José, su hermano, acogía con gusto aquella horda de muchachos y los acomodaba en graneros y establos, cuidando de proveer lo necesario. Provocarían, de seguro, algún disgusto, pero el buen José sabía hacer que las cosas transcurrieran lo mejor posible.

Después de 1858, Don Bosco planeó auténticas marchas por los pueblos del Piamonte y provincias limítrofes. Cuidaba con antelación los itinerarios y se confiaba a amigos y bienhechores que los acogían en sus casas o preparaban alguna merienda para aquel ejército. No faltaron nunca la fruta, el pan recién hecho o un pedazo de queso ofrecido con generosidad por los lugareños, entusiasmados con aquella algarabía que el sacerdote con fama de santo se empeñaba en calmar.

...lo importante que es que a nuestros adolescentes y jóvenes, inmersos en el mundo digital, los invitemos a vivir las experiencias de encuentro personal, el precioso ejercicio de escucharnos, reír juntos, hacer silencio en una oración....

Nos llegaron algunos testimonios de aquellos días de fiesta y alegría para tantos jóvenes que disfrutaron de experiencias inolvidables acompañando a Don Bosco. Uno de sus muchachos, Anfossi, dejó escrito esto:

“Siempre recuerdo aquellos viajes. Me llenaban de alegría y maravilla. Acompañé a Don Bosco por los collados del Monferrato desde 1854 hasta 1860. Éramos un centenar de jóvenes y veíamos la fama de santidad que gozaba ya Don Bosco. Su llegada a los pueblos era un triunfo. A su paso salían los párrocos de los alrededores y ordinariamente también las autoridades civiles. La gente se asomaba a las ventanas o salía a la puerta de la calle, los campesinos dejaban la labor para ver al Santo (…)”.

Toda la pedagogía de Don Bosco encerrada en estos “paseos otoñales”. La familiaridad, camaradería, alegría y fiesta. Tiempo para caminar, como se avanza por los senderos de la vida, espacio para conversar y trabar amistad. La presencia de Don Bosco es la del adulto que acompaña en el camino. Presencia amable y buena. Palabra para todos, gesto cómplice y solidario con quien tiene más dificultades en llegar a la meta.

La música y fiesta ablandaban el corazón y desencadenaban las fuerzas de aquellos jóvenes entusiastas que se sentían felices por estar junto al padre, a quien tanto admiraban y agradecían. En perfecta formación, haciendo sonar los instrumentos musicales, la entrada de los muchachos de Don Bosco en aquellos pueblos del Piamonte debía ser todo un acontecimiento.

A los muchachos les llenaba de “maravilla y alegría”. A Don Bosco, le parecía tocar el cielo disfrutar de la sonrisa de sus jóvenes y sus cantos de fiesta. No faltaban la oración y bendición con el Santísimo en la Iglesia del pueblo. El afecto del padre se hacía confianza en la familiaridad del camino vital que muchos de aquellos jóvenes recorrieron junto a él. Mucho más que las colinas del Monferrato”.

Y pensaba en lo importante que es que a nuestros adolescentes y jóvenes, inmersos en el mundo digital, los invitemos a vivir las experiencias de encuentro personal, el precioso ejercicio de escucharnos, reír juntos, hacer silencio en una oración, quedarse maravillado ante una puesta de sol, experimentar la alegría de saludar a ancianos que están descansando a la puerta de su casa, viendo pasar gente, pues la vida la han recorrido abundantemente gracias a Dios.

Me quedo con esas palabras del Papa dirigidas a los salesianos en nuestro Capítulo General: “Quiero pensar que seguimos siendo muy capaces de soñar y hacer soñar”.

P. Ángel Fernández Artime,

EDUCAR ES ESTAR:

LA ASISTENCIA SALESIANA

P. Luis Timossi, SDB, CSFPA

La asistencia salesiana, esa presencia entre los jóvenes más necesitados surge del corazón mismo de don Bosco y el Rector Mayor nos invita a vivirlo como un verdadero “sacramento”

Siempre escuché el testimonio de un salesiano anciano que, estando casi ciego, apenas escuchaba la campana para ir a recreo, bajaba de su oficina al patio para estar entre sus chicos. Una vez alguien le preguntó: “Padre, ¿para qué viene a asistir si prácticamente no ve a los chicos?”. Él respondió pícara y sabiamente: “Yo no los veo, pero ellos me ven a mí”.

Hermosísima y profunda definición de lo que es la “asistencia salesiana”, porque capta no la práctica exterior de esta esencial metodología educativa de Don Bosco, que es “el estar” entre los muchachos, sino su significado más hondo: la demostración del afecto que suscita en los muchachos la “reciprocidad” del amor: “Ellos me ven a mí”.

¿De dónde surge la asistencia salesiana?

Del corazón mismo de Don Bosco. Él la poseía como un verdadero don de Dios, rasgo que definía su identidad y sentido de su existencia. Era algo más fuerte que él, una necesidad, realización, felicidad. Estar entre los muchachos, especialmente los más pobres: > Aquí, entre ustedes, me encuentro bien. > Me basta que sean jóvenes para que los ame con toda mi alma. > Yo por ustedes estudio, por ustedes trabajo, por ustedes vivo, por ustedes estoy dispuesto a dar mi vida.

Sacramento salesiano

El Rector Mayor nos propone asumir la presencia entre los jóvenes como un “sacramento salesiano”. Esta acertada y luminosa definición contiene la riqueza de una exégesis de la asistencia, porque “sacramento” es un signo visible que desvela un sentido oculto y más profundo. Esa presencia amable y fraterna que el joven percibe como gesto concreto y efectivo de la caridad pastoral no es otra cosa que revelación del amor misericordioso de Dios.

El Papa Francisco lo reafirma: antes que cosas a realizar, el salesiano es recuerdo vivo de una presencia, donde la disponibilidad, escucha, alegría y dedicación son las notas esenciales para despertar procesos. (…) La primera llamada es a ser una presencia alegre y gratuita en medio de los jóvenes.

Asistencia re-creada

Los jóvenes de las nuevas generaciones nos reclaman esa presencia. No quieren que seamos espectadores de sus vidas, invasores de sus espacios o cercanía pegoteada. El Capítulo General 28 denuncia este desafío: los jóvenes nos piden tiempo y les damos espacio; nos piden vida fraterna y les ofrecemos estructuras; nos piden amistad y hacemos para ellos actividades.

Asistir no es solo garantizar nuestra presencia en los espacios educativos, sino estar presentes de forma animadora, liberadora y rebosante de amistad en la vida de los muchachos. Los jóvenes de hoy viven más el tiempo que el espacio. Asistir significa redescubrir la manera de amarlos en sus lenguajes, estéticas, música, producciones culturales. Amarlos en su concepción virtual del tiempo, ritmos, ciclos… sus tiempos sin tiempo.

Concluye el Rector Mayor: esto exige de nosotros cambios de mentalidad y ritmos de vida, apertura de mente y corazón, superación de hábitos arraigados. Que la Auxiliadora nos enseñe hoy el arte de asistir a “sus hijos”.

LE PETIT

DON BOSCO

P. Manolo Pérez, SDB, CSFPA

Don Albera llega a Marsella en 1883 y se convierte en Inspector de Francia. Allí prolonga la presencia de don Bosco y es reconocido como “Le petit”.

El 9 de julio de 1867 Don Bosco visitaba Mirabello. Estando allí le preguntó a Pablo: ¿Estás dispuesto a ir donde te mande como un sencillo salesiano? En 1880, Don Bosco le propuso ser provincial en Francia, a lo que Albera le escribió para cambiar su parecer. En octubre, Pablo viajó a Turín y Don Bosco le dijo: “Cómo, ¿no estás todavía en Francia? ¡Vete enseguida!”. Besó su mano y Albera se encomendó a la Virgen, regresó a Génova por sus cosas y partió.

Los salesianos en Francia

Los salesianos nacieron en Italia y Francia en tiempos anticlericales. El 29 de marzo de 1880 se decretó la clausura de 261 conventos y expulsión de más de cinco mil religiosos. Las sociedades benéficas, como los salesianos, podían ejercer sus derechos. Don Bosco, citando a San Ignacio, el 14 de septiembre de 1877, plantea la denominación laica y sus funciones: no provincial, sino inspector.

En Francia se palpaba la veneración a Don Bosco y simpatía por la obra salesiana. Don Bologna, director en Marsella, el 11 de octubre de 1881 le escribe: “Reconocemos el sacrificio que hace enviando a Don Albera a ser nuestro padre. Su experiencia, bondad y virtud nos hacen desear tenerlo entre nosotros”. En 1882 eran 43 salesianos y 16 novicios.

Las presencias salesianas se expanden rápidamente. Desde 1878 (en Marsella) surgirán en diversas ciudades. Seis orfanatos con talleres, oratorios, atención pastoral a migrantes, una escuela agrícola en 1891. Hay varias constantes: los destinatarios eran jóvenes pobres y abandonados, apoyo efectivo de los patronatos, salesianos cooperadores y obispos.

A fines de agosto de 1883 llega Don Albera a Marsella, y el 4 de noviembre fue su nombramiento como inspector. Cada día suscitó mayor credibilidad y aprecio en el clero, cooperadores y patronatos. La fineza y mansedumbre en el trato, su sonrisa, amabilidad y profunda espiritualidad cautivaron el corazón de los jóvenes, la confianza y afecto de Salesianos e Hijas de María Auxiliadora.

Don Bosco presente

El cariño de Don Bosco por Albera era notorio, que le manifestó en cartas y varias visitas para apoyarlo en la misión, animar salesianos y jóvenes, dar conferencias y buscar ayudas económicas. En 1884, Don Bosco estaba achacoso y enfermo. El doctor le dijo: “Su organismo es como un traje gastado por el uso diario, el único remedio es el descanso”.

En enero de 1888, Don Bosco se encontraba grave y Don Albera llegó a Turín. No supo si quedarse o retornar, pero Don Bosco lo ayudó a decidirse, “cumple con tu deber yéndote. ¡Dios te acompañe! Rezaré por ti. Te bendigo de todo corazón”. A los pocos días, Albera recibió un telegrama avisando del pronto deceso de Don Bosco, pero en ese momento ya había fallecido.

Le petit Don Bosco

En Don Albera se prolongó la presencia de Don Bosco en Francia. “Le petit”, así lo llamaron. Un exalumno de San León en Marsella lo testimonia: “Su porte modesto y humilde, su constante sonrisa, su manera amable de tratarnos, daban ánimo. No había recreo que no estuviera entre nosotros; venía a visitarnos en el comedor y la capilla. Hablaba poco, pero su presencia bastaba para hacerse respetar. Sus palabras estimulaban a la piedad y a la virtud”.

CONVENCIÓN

CONSTITUYENTE

CON PROTAGONISMO JUVENIL

Por José Miguel Estay

En octubre de 2019 comenzó un período de transformaciones sociales que converge al proceso constituyente y redacción de una nueva Carta Magna. Hoy, los jóvenes son partícipes del nuevo país, tanto en las urnas como en la convención.

Hace dos años el sentir de la población movilizó cuestionamientos a nivel país que comenzaron a madurar el 2020. Según datos del Servicio Electoral (Servel), el 78% de los ciudadanos partícipes del Plebiscito Nacional del pasado 25 de octubre optaron por escribir una nueva Constitución Política de la República, la que, de ser aprobada, podría cambiar aspectos estructurales del país.

Dicho resultado dio paso a que los días 15 y 16 de mayo de 2021 se realizaran las elecciones nacionales para elegir a los miembros de la Convención Constituyente, encargados de componer el nuevo pacto social. Quince de los elegidos tienen 30 años de edad o menos.

¿Qué hace y quién integra la Convención Constituyente?

Está compuesta por 155 miembros electos en votación popular. El 4 de julio operó su primera sesión, fecha que coincidió con los 210 años de la instalación del primer Congreso Nacional. Tendrá nueve meses para presentar un nuevo texto constitucional, pudiendo ser ampliado el plazo a tres más, en una sola instancia.

¿Qué pueden y qué no pueden hacer los constituyentes?

Deben acordar las normas y estatuto que regirán nuestra nación, por lo que no pueden intervenir ni ejercer ninguna otra función de autoridades u organismos estatales. Además, la votación de artículos estará regida por la validación de un quórum de dos tercios de sus miembros, cuota que no podrá ser alterada.

¿Qué sucede una vez escrita la nueva Constitución?

Según consigna el Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución, una vez armado el texto, el Presidente de la República debe convocar a la ciudadanía al Plebiscito de Salida, en el que se definirá si se acepta o no lo propuesto por la convención.

¿Cómo será el plebiscito para aprobar o rechazar la nueva Constitución?

Este referéndum será con sufragio obligatorio, es decir, los habilitados para sufragar que no asistan corren riesgo de multa. La papeleta tendrá el texto: “¿Aprueba usted el texto de Nueva

Constitución propuesto por la Convención Constitucional?”, a lo que se desplegarán las opciones “Apruebo” y “Rechazo”.

¿Qué pasa una vez aprobada o rechazada la nueva Constitución?

De aprobarse, el Presidente debe convocar al Congreso Pleno para que, en acto oficial y público, se promulgue y jure respetar la nueva Constitución. Dicho texto se publicará en el Diario Oficial en un plazo de 10 días tras su decreto y entrará en vigencia inmediatamente. De rechazarse, se continuará con la Constitución actual.

Nueva tinta para el futuro

Según datos obtenidos por el Servel, el 41,3% electo para la convención es menor de 40 años, con una media de 45 años, menor a la de diputados y senadores en ejercicio.

Los representantes más jóvenes escogidos son Valentina Miranda (21), Guillermo Namor (24), Eduardo Cretton (25), Juan José Martín (25), Lisette Vergara (28) y Katerine Montealegre (29).

En las elecciones municipales, realizadas a la par de las constituyentes, también se destacó la presencia juvenil. Importantes ciudades del país eligieron como alcaldes a representantes de corta edad, como Tomás Gárate (27, Puerto Varas), Macarena Ripamonti (29, Viña del Mar), Carla Amtmann (33, Valdivia), Tomás Vodanovic (30, Maipú), Irací Hassler (30, Santiago), Karina Delfino (32, Quinta Normal) y Ali Manouchehri (34, Coquimbo). Incluso hay ejemplos como el de Matías Rubio, electo concejal en Las Cabras con 18 años.

La juventud como figura política no se refleja solo en cargos representativos, sino también en las urnas. Si bien aún no hay datos oficiales sobre la concurrencia etaria en este último proceso eleccionario, el sufragio entre la población de 18 a 25 años subió un 20% durante el Plebiscito de 2020, en comparación a las presidenciales de 2017.

Ciudadanos de diversos rangos etarios y económicos de la sociedad tienen la oportunidad y responsabilidad de transformarse en actores políticos relevantes. La configuración del país que queremos, el de la justicia, bien común y mayores oportunidades para quienes menos tienen, depende, en un grado que se ha vuelto significativo, de la visión, acción y compromiso de los jóvenes. Se levanta una nueva forma de hacer Chile.

Por Equipo Inspectorial de Pastoral JuvenilJÓVENES profetas de esperanza

La juventud se caracteriza por su voz denunciante y esperanzadora. Es nuestra tarea como Iglesia, el dejarnos evangelizar y renovar por los jóvenes, pues son ellos los verdaderos profetas de la sociedad.

“¿Cómo puede un joven ser un profeta de la esperanza en un mundo donde reinan la corrupción y la injusticia?” (Sínodo de los Obispos, 2018: n. 78). Más allá de un sano cuestionamiento, resulta ser una pregunta movilizadora para la Pastoral Juvenil y comunidad eclesial. Pregunta que nos lleva de una valoración o adhesión afectiva a dar un paso más efectivo en este plano.

Pareciera que algo importante ha de ocurrir en la pastoral para estar a la altura de los desafiantes mundos juveniles actuales, en los que se requieren nuevas maneras de creer y reconocer la acción de Dios en la historia.

¿Qué significa ser profeta?

La definición clásica nos dirá que profeta es una persona que predice o interpreta hechos a través de la inspiración de alguna divinidad. La palabra deriva del griego “profetes”, que significa mensajero o portavoz.

En la Biblia, el profeta es un hombre inspirado –”Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir” (Jr 20, 7)–, que habla en nombre de Dios a la comunidad, a la sociedad. Reacciona siempre ante una realidad que no corresponde al reinado de Dios.

En realidad, no poseen poderes para adivinar el futuro, sino que, simplemente, tienen ojos y mente para ver lo que otros no quieren ver ni razonar: “Tienen ojos y no ven, orejas y no oyen” (Jr 5, 21).

Ser profeta es una llamada para mirar nuestra historia y realidad actual. El mundo necesita personas que digan sí a esta vocación que está en nuestro bautismo. Ser profeta es escuchar a Dios, pero para escucharlo hay que encontrarse con Él. Un profeta nunca pronuncia palabras propias, sino la palabra que Dios pone en su boca para que la transmita a la gente de su tiempo.

El profeta es, en definitiva, una persona inspirada, que recibe una palabra de Dios para transmitirla al pueblo y a sus dirigentes respecto de la justicia social y fidelidad a Dios (ambas inseparables). Se trata de alguien con una misión concreta, sin embargo, muchas veces su mensaje tiene pretensiones de universalidad y trasciende las dimensiones del espacio-tiempo, interpelando además a las nuevas generaciones de creyentes que buscan ser fieles a la voluntad de Dios.

Dejarnos evangelizar por los jóvenes hoy

La rebeldía, descontento y esperanza son conceptos o realidades que tradicionalmente se vinculan a los jóvenes, pero ¿qué duda cabe de que la situación actual sugiere razones de sobra para estas expresiones?

¿No es acaso una crítica a la sociedad?, ¿un cuestionamiento al “mundo adulto” de haberles entregado una sociedad que atenta a su desarrollo actual y futuro?, ¿no es una búsqueda esperanzada de una nueva realidad?, ¿no es esto profecía?

Los profetas son personas apasionadas, persistentes, de esas “que luchan toda la vida”, que no están dispuestas a descansar hasta haber extendido sus valores y sueños en la sociedad. ¿Cuántos/as profetas de hoy viven incomodidad, incomprensión, soledad, amenazas, rechazos en la sociedad e Iglesia? Basta considerar lo que vive el Papa Francisco por los cambios que desea llevar a cabo.

Todos los que somos Iglesia tenemos la responsabilidad de dejarnos renovar por los jóvenes (CV, 37): «Son precisamente los jóvenes quienes pueden ayudarla [a la Iglesia] a mantenerse joven, a no caer en la corrupción, a no quedarse, a no enorgullecerse, a no convertirse en secta, a ser más pobre y testimonial, a estar cerca de los últimos y descartados, a luchar por la justicia, a dejarse interpelar con humildad».

A quienes servimos como educadores pastores se nos anima a acompañar a nuestros jóvenes a ser auténticos profetas, porque traen a la Iglesia y sociedad la Palabra de Dios, una palabra de amor incondicional y de denuncia ante el dolor de sus hijos. Rostros creíbles aquí y ahora, cara concreta de la Iglesia en sus entornos.

Leer los signos de los tiempos

Frente a lo que acontece en la realidad presente, los que reaccionan con mayor rapidez son, precisamente, los jóvenes, que miran con ojos de profeta y responden de manera más rápida. Reconocemos las semillas del Verbo presente en los movimientos sociales juveniles que buscan la construcción de un país más justo y equitativo, por este motivo, podemos gritar proféticamente que hoy es una buena oportunidad para agradecer al mundo joven por empujar la historia, por lo que han hecho y siguen haciendo en Chile, porque en su propia situación adolescencial y juvenil se reconocen las semillas proféticas de la Iglesia, particularmente cuando se vive la amistad con Jesucristo.

¡Yo soy muy joven y no sé hablar! (Jer 1,6)

Los jóvenes denuncian y anuncian con gestos y palabras. Su presencia es una oportunidad en la que Dios se muestra al mundo, hace oír su voz y manifiesta su amor.

Jeremías no recibe la palabra de Dios para sí mismo. El encuentro con Dios y su Palabra nos abre irremediablemente a los otros. El profeta nunca es elegido para disfrutar del privilegio de saberse elegido y cerca de Dios. Es elegido para entregarse a los demás. Como Familia Salesiana recordamos cómo y cuánto creía Don Bosco en sus muchachos, en sus capacidades, potencial y bondad de su corazón, porque la propia vida del joven trae las posibilidades del profeta. Necesitamos habitar la vida de los jóvenes y asumir una mirada como profetas de la esperanza para ofrecer la frescura de un carisma que tratamos de encarnar con el deseo de ser Don Bosco hoy. Por eso, vale la pena entrar en una dinámica de permanente y profundo discernimiento personal y pastoral, para mirar la realidad. Para los salesianos, los profetas hoy tienen un rostro, una mentalidad, un corazón, un nombre: los jóvenes, y nos desafían a preguntarnos:

¿Qué actitudes y mentalidades necesitamos convertir a la luz de la fuerza profética que habita en la vida de los jóvenes? ¿Qué procesos y cambios necesitamos realizar en los niveles de servicio, animación y corresponsabilidad social o eclesial? ¿Qué pasos necesitamos dar para cambiar las condiciones estructurales que no permiten “escuchar” o “reconocer” a los profetas de esperanza de hoy?

Allí, donde estemos, en nuestras familias, barrios y comunidades, hagamos vida la promesa de Dios a Jeremías: «No tengas miedo de nadie, pues yo estaré contigo para protegerte. Yo, el Señor, doy mi palabra» (Jr 1,8).

No acallemos esa palabra fresca, turbadora, molesta, que denuncia, advierte y anuncia esperanza. Como el Papa Francisco, digamos a todos ellos -sin miedo y reproche: “Hagan lío”, queridos profetas de esperanza.

STREAMERS

LOS DUEÑOS DEL PÚBLICO EN PANDEMIA

Por Paulo Inostroza, periodista

Las transmisiones en vivo a través de las plataformas de internet han proliferado en este tiempo de pandemia como una forma de desahogo y contacto entre las personas.

Para los más antiguos puede sonar inentendible. Ibai Llanos, un chico de 26 años y nacido en Bilbao, batió hace poco el récord de gente mirando una transmisión en vivo por streaming personal. Fue a través de Twitch y el evento consistía en una velada de boxeo sin ningún boxeador conocido. ¿Suena raro? Los contendores también eran streamers, todos muy populares entre los jóvenes. A las 21.49 horas, más de un millón y medio de personas estaban viendo el show que no costó casi un peso. Las agencias de publicidad, lápiz en mano, toman nota.

La pandemia cerró algunas puertas y a la vez abrió otras que no todo el mundo ha logrado ver. Los usuarios con mayor audiencia a nivel de streaming siempre son los que transmiten eventos relacionados con videojuegos. Como la sesión de

“Ninja” jugando Fortnite contra el músico Drake. Pero el encierro motivó a que mucha gente hiciera sus propios “en vivo” a través de Facebook o Instagram, lo que disparó la compra de cámaras y micrófonos. Entre julio y agosto del año pasado, en Chile hubo marcas que se quedaron sin stock.

Porque no todos pretenden llegar a cifras siderales. Algunos usan las transmisiones solamente como una forma de desahogo, de romper el tedio o mostrar algo interesante, quizás solo divertido. Lo que también desató el fenómeno de los que están del otro lado. Mucha gente valora la cercanía que da el “en vivo”, el encontrarse con personas reales.

Sobre todo, en tiempos que desconfían de medios oficiales y canales tradicionales de información.

El streaming se caracteriza por leer lo que dicen los conectados, nombrarlos, interactuar con ellos, fidelizarlos como seguidores.

Los tipos de transmisiones que más proliferaron son las entrevistas y también los relatos en primera persona acerca de un tema cualquiera. Y esas entrevistas que partieron como una talla entre amigos, muchas veces se transformaron en programas con periodicidad de una o dos veces a la semana e, incluso, con pequeños auspicios de negocios que ofrecían canjes, como premios para los espectadores. Sí, la persona común y corriente se mostraba como cualquier presentador de la televisión. Sin sus grandes ingresos, pero también sin sus grandes costos.

¿Cuántos amigos vio usted en sus redes sociales haciendo eso? Unos no duraron más que un par de veces, otros siguen en eso, algunos llegaron más allá de lo que creíamos.

El futuro a la mano

También ocurrió un fenómeno interesante con los medios tradicionales. Algunos cerraron (La Hora, Qué Pasa) y otros tuvieron que abandonar el papel (La Tercera). Los auspicios en las versiones digitales de los medios pasaron en solo tres años de un 28 a un 50 por ciento del total de lo que les entra. Los medios escritos también recurrieron al streaming como tabla salvadora y los nombres y apellidos que antes solo firmaban notas se transformaron en rostros. El periodista hoy no trabaja en “un área”, debe estar capacitado para estar en radio, televisión y escrito. El medio actual tiene las tres cosas en una.

Una encuesta de la Universidad de Oxford, en 2020, reveló que en Chile el 73 por ciento de las personas asegura que su principal vía de información son las redes sociales. Los menores de 25 años recurren casi únicamente a lo que les ofrece internet y los “en vivo” de personas normales haciendo cosas normales les parecen atractivas. La sensación de que ellos también pueden hacerlo solo con animarse les da la posibilidad de igualar oportunidades.

¿Y qué es esto del streaming? ¿Cómo nace? Básicamente es poner una cámara delante de ti o tu cámara grabando algo más y entregarlo en vivo a través de alguna de las plataformas de internet, como Facebook, Instagram, YouTube o Twitch. Estas quedan grabadas, lo que permite que otros usuarios puedan volver a verlas las veces que quieran. Por eso, su impacto se mide a través de los conectados en vivo, pero también a través de las reproducciones totales con el correr de los días. Eso y el número de interacciones, como comentarios, son las principales cifras que interesan a un potencial auspiciador.

La primera transmisión de un evento importante por streaming la realizaron los Rolling Stones a mediados de los 90, transmitiendo en directo y sin costo 20 minutos de su espectáculo para promocionar la cadena Showtime. Harta agua ha pasado bajo el puente y muchos chicos sueñan con convertirse en streamers y dedicarse a eso. Algo así como jugar, pasarlo bien y a la vez ganarse la vida. No suena nada mal. En España, un streamer popular gana más que muchos futbolistas de Primera División y por eso los niños y jóvenes los ven como modelo a seguir.

Para muchos, aquí está el futuro. Uno donde cualquier persona, solo con una buena banda ancha, puede generar un contenido que a la vez produzca ingresos. O, simplemente, un medio que sirva para perder el miedo y compartir. Es la evolución del youtuber, que grababa sus contenidos, editaba en detalle y que generaron todo un código propio de lenguaje. El mundo avanza a pasos cada vez más veloces y no hay nada peor que quedarse abajo. Este no es el escenario donde se moverán nuestros hijos, es lo que nos está pasando a nosotros, a un clic de distancia, aunque a veces hacemos vista gorda porque nos parece tan extraño.

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