GUARDAS
Para mi amiga Silvia y toda la familia Muñoz Rafa Ordóñez Para Sara, Diana y Carlos, con quienes pasé muchos días de lluvia aprendiendo esta profesión David Sierra Listón
Chispeanditillejo © Texto Rafael Ordóñez © Ilustraciones David Sierra Listón © De esta edición bookolia Primera edición Octubre de 2019 ISBN 978-84-120113-3-3 Depósito legal M-28401-2019 Impreso en UE Todos los derechos reservados
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Silvia, su madre, siempre tiene una gran sonrisa en los labios y quiere mucho a su hija. TambiĂŠn quiere mucho a Gonzalo
Marisol es una chica morena y muy juguetona. Tiene un perro pequeĂąo con el que sale a jugar al parque que se llama MelocotĂłn.
Gonzalo tiene poco pelo, es decir, que es calvo, y por eso no le gusta la lluvia. A pesar de tener una gorra de cuadros forrada de borreguillo, coge muchos resfriados.
—Huy, huy, huy… Me parece que hoy no hay paseo —dijo mirando por la ventana y señalando unas nubes grises, con formas muy curiosas—. ¿No ves que está lloviendo? Te vas a resfriar. —Lloviendo, lloviendo no está —dijo Marisol asomándose a otra ventana—. Además, mira...
Marisol iba a salir a la calle cuando escuchó la voz de su padre. —¿Dónde va mi hija tan rápido, con el tiempo que hace? —Pues a pasear al parque, como todos los días, para que Melocotón se dé una vuelta.
—¿Cómo que no está lloviendo? Pregúntale a tu madre.
La niña dio un berrido tan grande que su madre apareció creyendo que sucedía algo grave. —¿Qué pasa? ¿Qué pasa? —Papá dice que no puedo salir porque llueve. Que me voy a resfriar. —Bueno, pues ponte un abrigo.
El papá tosió un poco. —Creo que no puedes salir, todavía está lloviendo y te puedes resfriar.
Volvió muy satisfecha con un abrigo amarillo con siete cremalleras. Cogió la correa de Melocotón y se dirigió a la puerta del salón.
—Lloviendo, lloviendo no está —protestó Marisol. —Bueno, pues está chispeando —replicó su padre sacando la mano por la ventana. —Chispeando, chispeando, no está... Y encima en el parque...
Gonzalo tosió un poco. —¿Qué pasa? —Creo que no puedes salir, todavía está lloviendo y te puedes resfriar.
—Lloviendo, lloviendo no está. Ni siquiera chispeando. —Bueno, bueno —el papá sacó la mano por la ventana—, está chispeandito. —Ponte un gorro... —dijo la mamá. Marisol resopló. Regresó con su abrigo amarillo con siete cremalleras y un gorro azul con una bola naranja. Cogió la correa de Melocotón.
—Ni lloviendo, ni chispeando, ni chispeandito —se quejó la niña—. Y mira...