En memoria de mi querido maestro, Fernando Embid, que me enseñó a entender el cine y en consecuencia a entender un poco mejor el mundo. Este libro es un homenaje a todo lo que aprendí con él. Y para Juancho. «Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos estos momentos se perderán como lágrimas en la lluvia…». Gema Sirvent Para Clara, Raquel y Manuela.
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Ana Pez
GEMA SIRVENT
Cinematográfico Primera edición: noviembre de 2019 © del texto: Gema Sirvent © de las ilustraciones: Ana Pez Revisión ortotipográfica: Estilográficas Corrección Diseño y maquetación: Ana Pez © 2019 Editorial Libre Albedrío www.editoriallibrealbedrio.com Depósito legal: AL 2206-2019 ISBN: 978-84-12-07462-8 Impreso en España por Índice, S. L. Todos los derechos reservados. Queda prohibida cualquier forma de reproducción o publicación de esta obra sin autorización previa y por escrito del editor.
C O
A todos los creadores de historias que me han emocionado: gracias por contarlas.
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ATOGRÁF M I E
ANA PEZ
LIBRE ALBEDRÍO
Me llamo Alice y te voy a contar una historia. Cierra los ojos. Imagínate tomando asiento en una gran sala; todo está oscuro, en silencio.
De repente, un haz de luz se proyecta transformando las tinieblas en penumbra. Una música lo envuelve todo, tus sentidos se agudizan y algo te transporta desde la butaca hasta el interior de una enorme pantalla. Se abre plano; el tiempo y el espacio se detienen. Tu mirada se llena de historias, vivencias. Tu corazón palpita con el de los personajes que allí ves. Cuando la película termina, durante un breve espacio de tiempo sigues siendo otra persona. Recuerdas otra vida y haber sentido a través de otros ojos.
Hola, ¿quién eres tú?
La primera vez que asistí a una proyección supe que mi vida cambiaría. Este es el principio de una historia inacabada: la historia del cine y de quienes participamos en sus comienzos.
Así nació el kinetoscopio. En griego, kineto significa movimiento y scopos, ver. Un enorme aparato que contenía una tira de película compuesta por una serie de imágenes secuenciales. La cinta se movía alrededor de unas bobinas instaladas dentro de una gran caja de madera, y una lámpara eléctrica iluminaba las imágenes que se podían percibir por un visor. La velocidad a la que giraban las imágenes en bucle provocaba la sensación de movimiento.
Pero ¿qué es ese trasto tan enorme? Todos los grandes inventos de la historia comienzan con una idea extraordinaria. Aunque nadie, por aquel entonces, imaginaba las enormes posibilidades que iba a ofrecer ese aparato en el futuro. ¡Me tomas el pelo!
¡Es mágico! Dentro hay un caballo pequeñito que corre.
Thomas Edison patentó la máquina en EE. UU. y en 1893 la presentó al público.
¿En serio es usted el creador de esta maravillosa máquina, Sr. Edison?
En la patente pone mi nombre, ¿no?
kinetoscopio Visor
Mecanismo para girar las bobinas. Bobinas dentro de la caja de madera.
Tira de película con imágenes secuenciales.
La velocidad al girar las bobinas provoca la sensación de movimiento.
Caja de madera
Mientras tanto… En la Francia de 1895, dos hermanos fotógrafos, los Lumière, después de darle muchas vueltas a este invento del kinetoscopio patentaron una máquina que iba más allá.
Cierto, Auguste: un título para la historia, que enganche al público; algo pegadizo. ¡Lo tengo!: ¡La salida de los obreros de la fábrica Lumière!
El cinematógrafo proyectaba la imagen en movimiento en una gran pantalla; de esta forma, mucha gente podía compartir la experiencia al mismo tiempo.
¡¡Acabamos de rodar la primera película de la historia!!
La primera película que proyectaron fue La salida de los obreros de la fábrica Lumière, el 28 de diciembre de 1895.
¿En serio, Louis? ¿Es lo mejor que se te ha ocurrido? Bueno…, «nadie es perfecto».
Querido Louis, «¡lo que hacemos en la vida tiene su eco en la eternidad!». «A Dios pongo por testigo»… de que debemos darle un buen título a esta filmación de los obreros saliendo de la fábrica Lumière.
Los Lumière trabajaban las imágenes en movimiento del mismo modo que la fotografía: jugando con las luces y las sombras, las perspectivas y las líneas de fuga; así, convirtieron el cine por primera vez en arte.
¡Me voy a desmayar! «Sayonara, baby».
Las películas de los hermanos Lumière no se podían considerar cine, porque imitaban la realidad. Fueron los primeros documentales de la historia, eso sí. Pero no tenían argumento ni imaginario, no existía el simbolismo ni introducían al espectador emocionalmente en la trama. Además, aunque en ocasiones se colase algún actor, carecían de intención ficcional. Y eso había que solucionarlo.
¡¡Aaah, ese tren viene hacia nosotros!! «¡No puedes… pasar!».
«¡Corre, Forrest, corre!».
Mientras tanto… En Alemania y también en 1895, otros hermanos —en este caso empresarios de circo—, los Skladanowsky, inventaban el bioscope, un aparato que proyectaba imágenes en movimiento utilizando la llamada “linterna mágica”.
¡¡Aaaaah, Scottie, tengo «vértigo»!!
Chimenea Lupa Lámpara de aceite
Pero, si en ese caso hay ficción, ¿qué falla?, ¿qué hace que nuestro modelo tampoco sea considerado cine?
Pues que no utilizáis la profundidad de campo, los artistas actúan frente a un fondo plano y las películas carecen de tercera dimensión, ¡algo imprescindible en el cine!
«¡Hasta el infinito y más allá!». «¡Utiliza la fuerza, Luke!».
Objetivo
Cámara oscura Ellos fueron los primeros en crear ficción cinematográfica, ya que sus artistas representaban los números circenses exclusivamente para ser filmados.
¡Cachis!
¿Recordáis a los Lumière? Yo los conocí en marzo de 1895. Asistí a una de sus primeras proyecciones con mi jefe, el Sr. Gaumont, dueño de un gran estudio fotográfico. Mi nombre es Alice Guy-Blanché y yo fui la primera directora de cine de la historia.
Las posibilidades de aquel invento eran fascinantes. Pero lo que más me interesaba era la gran variedad de historias que se podían relatar.
¡Es una máquina extraordinaria, Sr. Gaumont! Con ella se podrían contar historias, como en el teatro. ¡Hagamos películas de ficción!
Mi primera película se llamará El hada de los repollos.
¡Ese sí es un buen nombre! ¡Aprende, Louis!
¡Ja, ja, ja! ¡Qué cosas tienes! El cine es para ferias científicas, no para contar cuentos. Haz lo que quieras…, pero que no te distraiga de tus tareas como secretaria.
Experimenté con efectos especiales: doble exposición de negativos, pinté a mano cada fotograma para dar color a las películas en blanco y negro e incluso probé a grabar el sonido en un gramófono y sincronizarlo con las imágenes.
¡Tengo una nueva idea! Vamos a filmar actuaciones de los cantantes más famosos interpretando sus canciones en playback y después sincronizamos la proyección con el gramófono.
¿Un videoclip?
Hecho. «¡Si me necesita, solo tiene que silbar!».
¿Un qué?
¿SABÍAS QUE… Alice Guy-Blanché fue durante
Digamos que, sin darme cuenta, fui la creadora de los géneros: drama social, ciencia ficción, policíaco, fantástico, comedia, wéstern. Rodé todo tipo de historias a lo largo de mi carrera, más de mil. Creé mi propio estudio: Solax Studios.
años excluida de la historia del cine solo por ser mujer? Fue así hasta los años 90 del siglo XX, cuando se la empezó a reivindicar como la primera persona en dirigir una película.
Mientras tanto… Mi colega Georges Méliès se convertía en el gran mago del cine; y nunca mejor dicho, porque a eso precisamente se dedicaba antes de ser cineasta: ¡al ilusionismo! Era mago prestidigitador, incluso tenía su propio teatro, el Robert Houdin. Allí fue donde desarrolló su enorme destreza creando mecanismos para hacer trucos y diseñar escenarios imposibles.
En 1902 filmó su obra más conocida, Viaje a la Luna, basada en la novela de Julio Verne. Aquello fue un gran avance no solo para la narrativa cinematográfica, también para los efectos especiales y el género de ciencia ficción. Su cine se aleja de lo meramente realista, ya que creaba escenarios fantásticos, desde fondos marinos hasta la Luna. Sus historias están repletas de aventuras y personajes asombrosos.
¡Vamos a mandar a un hombre a la Luna!
Las películas de Méliès son pura magia. Su pasión por el mundo del arte y su desbordante imaginación le llevaron a ser pionero del cine fantástico creando universos en movimiento jamás vistos por el ser humano.
«¡Houston, Houston, tenemos un problema!»
Emmm…, ¿eso no es de otra película?
Damas y caballeros, niños y niñas…, están a punto de presenciar una historia fabulosa, un viaje jamás soñado… Abran bien los ojos. ¿Han visto alguna vez una sirena? Hoy nos trasladaremos al reino de Neptuno. Se le considera el gran creador del cine fantástico, de la magia del séptimo arte. Uno de los padres del cine. Si tú eres el padre del cine, Georges, entonces yo debo de ser su madre.
Bien visto, Alice. «¡Yo soy tu padre!». Mmmm… qué frase más pegadiza.
¿Qué hizo que Georges Méliès sea tan importante? Sobre todo, introdujo uno de los elementos fundamentales en el cine: el deseo del espectador. La intención de Méliès era implicar emocionalmente al público con los personajes y hacerle partícipe de la aventura. Para reforzar esta complicidad apareció la figura del explicador: un narrador que iba contando la historia en directo durante la proyección, con música de fondo. Esto hacía que cada representación se convirtiera en una experiencia única.
¿SABÍAS QUE… Méliès intentó distribuir Viaje a la Luna en EE. UU., pero el equipo de Edison logró
hacer copias que se distribuyeron sin el permiso de su autor? Fue un éxito del que Méliès jamás se benefició.
Entonces, ¿qué fallo tenían esas primeras películas?, ¿qué se nos pasó por alto a los directores? Lo que ocurrió es que nuestra forma de hacer cine se aproximaba al modelo teatral por su puesta en escena, con la cámara fija en plano estático frente al escenario. De esa forma no se podía saber qué había fuera del encuadre
Así, si los Lumière eran fotógrafos y Méliès tenía formación teatral, digamos que nuestro siguiente pionero, David W. Griffith, tomó prestada su forma de narrar historias de la literatura.
Rodó más de 500 películas y uno de sus títulos más reconocidos es El nacimiento de una nación, de 1915. Fue en esa época cuando se construyeron grandes salas y el cine pasó a ser un fenómeno social.
En sus películas existe relación entre un plano y el siguiente, y también con el que lo precede. De esta manera conseguía que el espectador tuviera una visión mental muy clara de lo que no aparecía en la pantalla, es decir, de lo que quedaba fuera de campo. Surgió así el relato cinematográfico.
Con Griffith el cine, al igual que la literatura, se convirtió en un texto analizable. Él creó la continuidad cinematográfica y con ello se empezaron a establecer las reglas de lo que conocemos como lenguaje fílmico.
¡Qué cola! ¡Está aquí todo el mundo! «Ah, ¡la familia!».
¿A dónde han ido los personajes? Han salido del encuadre. ¡Oh, cielo santo! ¿Qué hay más allá? ¡La nada!
¿SABÍAS QUE… durante la Gran Depresión, en ¡Qué pesadez! ¿Cuándo inventarán una forma de comprar las entradas por anticipado?
EE. UU. el cine era el único espectáculo asequible y el maíz era muy barato por su abundante producción? Por eso se vendían palomitas en las proyecciones, para saciar los estómagos vacíos.
Otro nombre importante de los comienzos del cine es: Serguéi Eisenstein. Fue el primero en utilizar el montaje de planos para provocar una reacción emocional en el espectador. Se dio cuenta de que cortando una escena en un momento determinado y cambiando la situación de la cámara en el siguiente conseguía conectar, a un nivel psicológico más profundo, con las emociones de la audiencia. Desarrolló una completa teoría al respecto, expuesta en el ensayo Montaje de atracciones, y sus estudios fueron la base para las nuevas formas de hacer cine que aparecieron en años posteriores.
Y esto fue solo el comienzo. A lo largo de la historia del cine han ido surgiendo nuevas formas de narración de la mano de grandes visionarios como Fritz Lang, Charles Chaplin, Orson Welles, Alfred Hitchcock, Agnès Varda, François Truffaut, Lotte Reiniger, Leni Riefenstahl, John Ford, Billy Wilder, Douglas Sirk, Vittorio De Sica, Federico Fellini, Luis Buñuel, Vincente Minnelli, Lina Wertmüller, Ingmar Bergman, Stanley Kubrick, Steven Spielberg, Martin Scorsese, Francis Ford Coppola, Woody Allen, Spike Lee, Lars von Trier, David Lynch, Pedro Almodóvar, Akira Kurosawa, Hayao Miyazaki, los hermanos Coen, Quentin Tarantino, Guillermo del Toro, Kathryn Bigelow, Ridley Scott, Tim Burton, Sofia Coppola, James Cameron y muchos, muchísimos más.
«¡Rosebud!». «Le haré una oferta que no rechazará».
Alice, ¿qué es ese aparato? ¡Es un artefacto pequeño y fascinante!
«Lo siento, pero no quiero ser emperador. ¡Ese no es mi oficio!».
Estreno de Viaje a la Luna, de Georges Méliès.
Alice Guy estrena El hada de los repollos, su primera película.
Los Skladanowsky presentan el bioscope.
Georges Méliès estrena Partida de naipes, su primera película.
«Yo soy el monte, y el bosque y la tierra».
«Cuando van a cortarte la cabeza, ¿de qué te sirve preocuparte de la barba?». «Mi casa, teléfono».
«Señor Halloran, ¿qué hay en la 237?».
Presentación del cinematógrafo: La salida de los obreros de la fábrica Lumière.
«¡Soy el rey del mundo!».
¡Quizás, incluso, se puedan hacer películas con él en el futuro!
El acorazado Potemkin, de 1925, es su película más representativa.
Edison patenta el kinetoscopio.
«A veces digo la verdad y no me creen, así que prefiero mentir».
Se estrena El acorazado Potemkin, de Serguéi Eisenstein.
Estreno de El nacimiento de una nación, de David W. Griffith.
«El crimen es, o debería ser, un arte».
«Soy el Señor Lobo. Soluciono problemas».
¿SABÍAS QUE… la primera vez que se utilizó una orquesta en una película fue para la versión de King Kong de 1933? Es la primera banda sonora de la historia, ya que posee una intención narrativa.
¿Queréis saber más? Estas son pistas que podéis seguir para investigar más sobre el cine ahora que ya conocéis sus comienzos:
Cine expresionista:
Cine mudo:
Metrópolis
La quimera del oro Charles Chaplin fue uno de los cineastas más importantes que ha dado el séptimo arte. Sus personajes siguen conquistando al público generación tras generación.
En el cine expresionista las emociones de los personajes se ven reflejadas en la realidad del entorno.
(1925)
(1927)
Charles Chaplin
Fritz Lang