Tiempo de otoño J
Concha Pasamar
A mi familia, por los otoños.
TIEMPO DE OTOÑO
© Texto Concha Pasamar © Ilustraciones Concha Pasamar © De esta edición bookolia Digitalización Eugenio Zúñiga Primera edición Octubre de 2020 ISBN 978-84-18284-07-6 Depósito legal M-18949-2020 Impreso en Printer Portuguesa Todos los derechos reservados Reserva de derechos de libros Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 45).
El tiempo es silencioso. Casi siempre avanza de puntillas, invisible, y entonces todos los días se parecen. Pero a veces le gusta dejarse ver, y hace guiños cambiando la luz de la mañana, tiñendo levemente el aire.
Es fácil no fijarse; es fácil distraerse en mil pequeñas rutinas cotidianas: el tiempo es esquivo.
Pero yo me doy cuenta de que ha pintado las hojas y ha hecho caer las primeras castañas, que asoman brillantes de su áspero abrigo.
Al sol del mediodĂa, los abuelos
saben tambiĂŠn que el tiempo corre, que cambia los rostros y los huesos, y hasta las piedras de esta plaza vieja.
Cuando quiere, el tiempo se estira, perezoso. En las tardes en que la canela se adueña de la casa, él se empeña en remolonear; yo me impaciento.
P
¿ asarán estas tardes lluviosas? ¿Esta luz? ¿Este calor? ¿Esto?
Y ahora ya está aquí. La calle entera huele a carbón de leña.
Ya es otoño.
Siento al acurrucarme el cosquilleo de la vida que calienta por fuera, y abriga por dentro.