Revista Mundo Maya

Page 1

MAYAS M AYA S M AG A Z I N E . C O M / E S PA N O L

SEPTIEMBRE 2009

La historia de un Viejo Mundo

Agricultura Maya

Estelas y calendarios Glifos, arte y escritura

El territorio, Entorno natural

El poderio de la naturaleza Guatemala 32.00 Q / El Salvador 3.50 dls. 30.63 colones / Nicaragua 55.00 SC / Costa Rica 1,550.00 colones / Honduras 67.00 L. Panama 3.50 B. / Ant. Holandesas • Aruba 9.00 Florines / Ant. Holandesas • Curacao 9.00 florines


1

EL Territorio

y el entorno

natural

CONTENIDO

Estelas y Calendarios

3

2

Período

Preclásico:

desde 500 a.C. hasta Siglo III d.C.

El

Poderío de la

4

naturaleza


glifos: y arte escritura

5 La Agricultura

6 7

La Sociedad de Castas y Linajes

CONTENIDO

Los


EL Territorio

y el entorno

natural

A

partir del año 292, conforme a las estelas o monumentos de piedra con las cuales acostumbraban a historizar su propia tradición, y hasta el siglo IX, los mayas desplegaron un período de esplendor, el cual dejó su marca sobre otras culturas mesoamericanas. Los especialistas en demografía histórica especu-

Por Leo García

lan que a mediados del siglo VIII, en pleno esplendor del Período Clásico, la población maya de las Tierras Bajas pudo haber llegado a los trece millones de habitantes. El territorio de los mayas abarcaba la casi totalidad de Guatemala, el occidente de Honduras, Belice, y los actuales actuales estados de Yucatán, Quintana Roo,

Campeche, parte Chiapas y Tabasco, en México. Se distinguen varias regiones. La meseta de la península del Yucatán, la selva de El Petén en las Tierras Bajas guatemaltecas de la región central, la costa caribeña del oriente de Yucatán, y las Tierras Altas de Guatemala y Chiapas. Durante dos mil años, los mayas lograron desarrollar una sofisticada cultura en un medio ambiente sumamente adverso como la selva tropical de

las Tierras Bajas. Ocuparon un territorio caracterizado por una diversidad ecológica enorme, la cual les proponía distintas exigencias. Las poblaciones de las planicies del norte, cuyo subsuelo está surcado por ríos subterráneos, dependían de la emergencia de cenotes o lagos naturales, y de la acumulación en cisternas, llamadas chultunes. Más al sur el territorio se puebla de ríos, aguadas y pantanos, dando lugar a la reguion montañosa de


Chiapas-Guatemala, y a las regiones costeras. Sin centralización estatal que unifique a las ciudades, los mayas desarrollaron una cultura sumamente homogénea en el tiempo y el espacio. La vida de los mayas fue de base urbana, con un entorno campesino y agrícola. Alrededor de los monumentales edificios políticos y ceremoniales, los palacios y templos, con el frente de sus casas orientadas hacia los puntos cardinales, se ubicaban los barrios de los artesanos, los comerciantes y los agricultores. A continuación se situaban las tierras labradas. El Mayab puede ser percibido como una red continua de viviendas y campos de cultivo, solamente interrumpida por los accidentes topográficos, y anudada por los grandes centros urbanos.

Estelas y Calendarios Gracias al sentido histórico con el cual pensaban el devenir de la vida, los mayas tuvieron una precupación intensa por medir el paso del tiempo. Llevaban registros minuciosos de los grandes acontecimientos políticos y sagrados, las victorias militares decisivas, la fundación de las ciudades, la coronación de los príncipes, y la emergencia de nuevas dinastías. A partir de la observación de los astros elaboraron un complejo y preciso calendario. Conservaron la memoria de los hechos significativos a través de la erección de estelas, monolitos o placas talladas en piedra, que permiten conocer su historia mediante las fechas sumamente exactas que llevan inscriptas, y la

información que muestran las imágenes grabadas en la superficie de dichas estelas. No obstante, la tarea de los científicos se complica por la concepción circular del tiempo que tuvieron los mayas. A partir de la observación de los astros elaboraron un complejo y preciso calendario. Conservaron la memoria de los hechos significativos a través de la erección de estelas, monolitos o placas talladas en piedra, que permiten conocer su historia mediante las fechas sumamente exactas que llevan inscriptas, y la información que muestran las imágenes grabadas en la superficie de dichas estelas. No obstante, la tarea de los científicos se complica por la concepción circular del tiempo que tuvieron los mayas.


Período

Preclásico:

desde 500 a.C. hasta Siglo III d.C. El surgimiento de la civilización maya se remonta a cinco siglos antes de Cristo. En cambio, las clasificaciones tradicionales consideran que la historia maya propiamente dicha comenzó mucho después, en el 292 d.C., cuando aparecen definitivamente las estelas conmemorativas con figuras reales, y fechas que los científicos denominan de “serie inicial”. Algunos arqueólogos e historiadores recientes prefieren denominar al Período Preclásico como “Clásico Predinástico”, por detectar anticipadamente una serie de elementos que consideran característicos de la sociedad maya. Durante este período, coincidente con el esplendor de la cultura ol-

meca que influenció a los mayas, se realizaron las primeras construcciones de piedra, las terrazas, y las pirámides en Uaxactún y Yucatán. Las nuevas ciudades fueron una respuesta al crecimiento demográfico sostenido, y al flujo de migraciones permanente en toda Mesoamérica. En ese contexto se fundaron Cuello, en Belice, y Tikal, al norte del lago Petén Itzá. Simbólicamente, los edificios imponentes cumplían con los objetivos de la nobleza: fortalecían la devoción hacia los grupos dirigientes, facilitaban la integración y la obediencia de nuevas y diferentes poblaciones. Todo ello se desarrollaba en el marco de procesos de creciente concentración del poder y la riqueza. Aparecieron formas de desigualdad y división en castas y clases sociales. La nobleza de las grandes ciudades desplegó un control territorial extenso acompañado del cobro de tributos. Al igual que otras culturas meso-

Vista del Calendario en La Gran Plaza de Copán

americanas como Teotihuacán, o las pirámides de Egipto, las edificaciones gigantescas, generalmente las más antiguas, sirvieron entre los mayas para estrechar los lazos sociales entre las grandes concentraciones de población y los gobernantes, en un período signado por cambios políticos y económicos acelerados, y por la consolidación de grandes territorios. Las construcciones realzaban la importancia de las ciudades como nuevas entidades políticas, y reforzaban la aceptación del poder de los gobernantes, contribuyendo a la formación de nuevas identidades étnicas y grupales. Los hallazgos arqueológicos de piezas de cerámica y obsidiana permiten afirmar que las distintas ciudades comerciaban entre sí, desarrollaban mercados, y tenían activos intercambios. Paulatinamente, se desarrollaron los primeros conflictos por la hegemonía comercial y el control de las rutas de la región.


L

as construcciones realzaban la importancia de las ciudades como nuevas entidades políticas, y reforzaban la aceptación del poder de los gobernantes.

Período

Preclásico


La selva imprimió por completo la percepción de la realidad. Los mayas creían que una energía biocósmica atravesaba a las personas, a los animales, a las plantas y a los seres inanimados, imprimiéndoles su razón de ser. A mayor carga de energía, mayor era la categoría y la importancia de cada ser vivo, cosa, o deidad. Los mayas creían que el descomunal gasto que realizaban los dioses se reponía con la sangre humana de los sacrificios.

Los mayas representaban la superficie de la tierra como la espalda del caimán, o como una tortuga marina, que sostenía a la ceiba, un árbol gigante sobre el cual se apoyaba el cielo. Al resguardo de su sombra descansaban los sacerdotes, los guerreros muertos en combate, y las mujeres fallecidas en el parto. El cielo se asociaba con la imagen de la serpiente de dos cabezas, imagen de la dualidad de la vida y la muerte.

Más allá de la tierra y el cielo, los mayas otorgaron la mayor atención al subsuelo o inframundo. Además de ser la morada de los muertos y los dioses, era la fuente de la vida, y del maíz, el componente fundamental de su dieta. El Xibalbá, o País de los Muertos, era un reflejo del mundo terrenal. Construían las pirámides como representación del interior de la tierra.

La creencia en el poder combustible de la sangre muestra dioses vulnerables. Por el contrario, destacaba el papel de los hombres para mantener el universo.

Por Ju li Fotog o Moreno rafía A lejand ro Fi

erro

El Xibalbá, o País de los Muertos, era un reflejo del mundo terrenal. Construían las pirámides como representación del interior de la tierra.

El

Poderío de la

naturaleza


De las tres grandes civilizaciones amerindias del momento de la conquista, los mayas desarrollaron el sistema de comunicación por signos más sofisticado. Los incas no tuvieron escritura, practicando un sistema contable y de memorización por nudos denominado quipus. Los aztecas dibujaban pictogramas de menor abstracción que los mayas. En cambio estos últimos practicaron los rudimentos de una escritura fonética. La escritura maya tiene afinidad con el sistema desarrollado por los zapotecas. Los glifos componían un complejo sistema de escritura y lenguaje gráfico, integrado por más de setecientos signos, especiales para representar cualquier clase de pensamiento.

Seguían un diseño altamente elaborado, y debian ser realizados con exactitud, a partir del dibujo de un recuadro con los bordes redondeados, con elementos enclavados en el interior, acompañados por una serie de signos ubicados en el exterior. Atribuían poderes mágicos a sus dibujos y pictografías. Realizarlos era un modo de comprender el cosmos y la esencia de los seres vivos, inanimados, e imaginarios. Escribieron sobre distintos soportes: piedra para los relatos dinásticos, papel para las profecías, la astronomía y el calendario. Usaron conchas marinas, cerámica para los relatos mitológicos, jade y madera, metal y hueso. Cada soporte cumplía una función diferente. En los “libros de corteza” intentaban inscribir el sentido del tiempo.

Las estelas y los monumentos servían para que los reyes afirmasen sus relaciones con los ancestros, explicitando la organización social y legitimando su poder a través de la narración de grandes batallas y conquistas. Las “escalinatas jeroglíficas” –como las del templo de Copán– vinculaban el ascenso y la pisada de cada peldaño con el lugar social de determinados difuntos, y con el tratamiento ceremonial que los mortales estaban obligados a otorgarle. A diferencia de otras civilizaciones, no se han encontrado entre los mayas escritos estrictamente administrativos, ni registros contables. Los escribas tampoco se dedicaron cuestiones mundanas.Todas las frases que se han logrado traducir refieren a asuntos dinásticos y sagrados. En su Relación de las cosas de Yucatán Diego de Landa anotó el nombre de los días y los meses. Como no existía un “alfabeto maya”, dicho cronista pidió a sus informantes una serie de equivalencias con el alfabeto español, pensando que le dirían las “letras”. En cambio, los indígenas proporcionaron la transcripción de palabras de sonido parecido a los nombres de las letras españolas. Por ejemplo, ac o “tortuga” para la letra “a”, o be, “camino, viaje”, para la letra “b”.

Los

glifos: arte y escritura


La Agricultura Obligados a enfrentar un entorno hostil, y la gran variabilidad climática que los sometía a frecuentes sequías, los mayas desarrollaron estrategias muy sofisticadas, y grandes obras de ingeniería para acumular agua, distribuyéndola a través de canales que aprovechaban las diferencias de la topografía. Para disminuir los efectos de la sequía que se prolongaba durante ocho meses, los mayas elegían la proximidad de lagos naturales o

La Sociedad de Castas y Linajes

cenotes para instalarse, como en Chichén Itzá.

Sin ser esclavos, los campesinos eran considerados “gente inferior” Además del maíz cultivaban algodón, y rendían vasallaje a los señores de frijoles, calabazas, tubérculos y una la nobleza. Al igual que cada casta especie de pita, apta para destilar contaban con sus propias deidades pulque y extraer fibras textiles. El familiares, relacionadas con la activcacao es un producto originario de idad que desarrollaban. En su caso la región maya de Tabasco. rendían culto a un dios de la agricultura. Desbrozaban los terrenos a través de la quema de las plantas silvestres, y luego sembraban con la ayuda de un palo puntiagudo que hacía las veces de azada o instrumento de arado. Este sistema produce agotamiento del suelo, de no utilizar fertilizantes. La parcela desmalezada y quemada necesita de seis a diez años para su recuperación.

La sociedad maya se organizaba en clanes familiares cerrados. Cada clan estaba integrado por linajes de distinta jerarquía, según la distancia que los separaba del ancestro fundador, muchas veces impuesto a través de la violencia de ciertos grupos sobre otros. El término ninja, o “casa grande”, designaba a los patrilinajes agrupados en torno a un gran señor. Servía

para denominar al edificio principal donde residían los líderes de los clanes. Los parientes directos del primogénito del fundador del clan ocupaban el lugar más alto en la pirámide social.

y los campesinos. Al finalizar el Período Clásico, la sociedad se hizo cada vez más estratificada, y a diferencia del norte mexicano, las relaciones de parentesco se limitaron al interior de cada casta.

Los reyes divinos ocupaban la cúspide de la sociedad de castas, seguidos por los sacerdotes emparentados con ellos, los guerreros, los artesanos, los comerciantes,

En 1566, el obispo de Mérida Fray Diego de Landa, describió la organización social maya en su Relación de las cosas de Yucatán.


Los almehenoobs se ubicaban en la cúspide. Su casta era integrada por la nobleza hereditaria que controlaba los principales cargos administrativos y militares. De cualquier forma, para acceder a los puestos tenían que ganárselos, mostrando méritos y aptitudes a través de un examen consistente en descifrar enigmas e interpretar expresiones figuradas denominadas “lenguaje de Zuyúa”. Los candidatos que fracasaban tenían que estar dispuestos a morir. Para

aspirar al poder había que saber interpretar palabras y escrituras. Como reza el libro del Chilam Balam, “Los jefes de aldea son apresados por la noche porque no han sabido comprender. ...Por eso son ahorcados y por eso les cortan las puntas de las lenguas y por eso les arrancan los ojos”. Si el aspirante era elegido, era tatuado con pictogramas en la garganta, el pie, y la mano. Al interior de los almehenoobs surgía el Halach uinic, “el verdadero hombre”,

un intermediario entre los parientes superiores –considerados divinos–, y los parientes de los linajes inferiores. El Halach uinic gobernaba con la ayuda de sus parientes directos, y su cargo era hereditario para asegurar la continuidad y la hegemonía de los linajes principales. Los miembros de la nobleza, y parientes de segunda línea de los reyes, cumplían distintas funciones. Los bataboob se dedicaban a la percepción de tributos, la administración de justi-

cia, el oficio de escribas, y oficiaban como sacerdotes. Peldaños más abajo, siempre al interior de las clases superiores, una diversidad de funcionarios cumplía con distintas funciones. Los ah cuch caboob controlaban el trabajo de los campesinos y las castas inferiores. Los ah holpop eran delegados políticoreligiosos responsables de organizar las ceremonias y la custodia de los instrumentos musicales.


Conoce la historia de un Viejo Mundo

M AYA S M AG A Z I N E . C O M / E S PA N O L

SEPTIEMBRE 2009


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.