Leyendas inventadas

Page 1

Los lunes de septiembre Cuenta la leyenda que un hombre que luchaba en la batalla subió al campanario de la iglesia de Cáseda para avisar con las campanas que la guerra estaba llegando a la villa. Cuando subió escuchó unos ruidos muy raros. El hombre tocó las campanas y a las pocas horas muchos soldados llegaron al pueblo. Todos los días cuando el hombre se metía en la cama, se apagaban las luces de la habitación y se movían todos los muebles. Un día, el hombre no podía dormir y decidió dar un paseo hasta el Calvario. Era una noche oscura y de repente observó como varias caras de diablos le miraban desde el cielo. Cuando llegó arriba se encontró con tres monjes que estaban atados a unos árboles. El campanero huyó despavorido y nunca más volvió a aparecer por allí. La guerra terminó cuando los casedanos cenaban un lunes del mes de septiembre. Desde ese día los habitantes de Cáseda nunca suben los lunes de septiembre al Calvario. Curiosamente suele haber ruidos extraños los lunes de septiembre en Cáseda por la noche. (Leyenda inventada)


Los lobos de San Zoilo Cuenta la leyenda que por San Zoilo pastaba un rebaño de vacas por la noche cuando se encontraron con varios lobos que tenían por costumbre capturar a sus presas por la noche. Los lobos vieron que todas las vacas estaban dormidas y aprovecharon el silencio para comerse una vaca entre los cinco lobos. Al día siguiente por la noche vinieron muchos más lobos, pero se toparon con varios toros que estaban protegiendo a las vacas. Con sus cuernos mataron a todos los lobos menos a cinco. A la mañana siguiente los toros se fueron al alto de Cáseda para celebrarlo. Se dice que por las noches salen los espíritus de los lobos y desde entonces la gente de Cáseda nunca sube por la noche a San Zoilo. (Leyenda inventada)


Las monjitas Erase una vez en uno de los bosques de Cáseda vivían tres monjitas. Les gustaba mucho ir a la iglesia a cantar. Un día se cayeron por un pozo y, por fortuna, no se hicieron nada. Sin embargo, su sorpresa fue enorme cuando se encontraron con varios esqueletos. Las tres monjas que se llamaban Rosa, Rosamunda y Pepita, se dieron un susto mayúsculo. El día estaba lluvioso y nublado. Ello hizo que Rosa se asustara. Le pareció ver algo extraño: los esqueletos estaban bailando. Rosa huyó corriendo pero se metió dentro de uno de los cuadros de la iglesia. Rosamunda, fruto de un misterioso hechizo, desapareció y Pepita se convirtió en una estatua que apareció en la iglesia del pueblo sin nadie entender qué estaba pasando. Nadie entiende qué pasó pero si se sabe que de vez en cuando se oyen unos silbidos en la iglesia que hacen pensar que las monjas siguen escondidas de aquellos esqueletos. (Leyenda inventada)


Roberto “El vagabundo” Se cuenta que una vez, un vagabundo llamado Roberto venía todos los veranos a Cáseda. Solía dormir en su tienda de campaña en el río. Un domingo por la mañana decidió que por la noche iba a dormir en la puerta de la iglesia y de pasó entraría y la vería. A las dos de la mañana entró y vio esculturas, pinturas y varios retratos de Jesús. Decidió subir al segundo piso, pero subiendo se encontró con una puerta en la escalera y decidió entrar. La abrió. Había espíritus que le decían que entrara, pero no se fió. Al día siguiente hizo lo mismo pero se compró un cuchillo para espantar a los espíritus, demonios u demás. Entró con el cuchillo en la mano muerto de miedo pensando incluso que iba a morir. Sin embargo, todo fue una broma de varios chicos del pueblo. A la mañana siguiente, decidió irse a su pueblo y nunca más volvió por aquí. (Leyenda inventada)


El rey Pedro Hace mucho tiempo en Cáseda vivía el rey Pedro. Este era un rey valiente, noble y muy bueno. Estaba casado con la reina Clara que era muy envidiosa. Este rey salvó a tres personas de Cáseda de unos matones que estaban pegando a un hombre y dos mujeres. Al rey el pueblo lo consideraba como a un Dios y como una leyenda de la villa. Siempre ayudaba a los aldeanos. El pueblo lo quería mucho. Un día llegó otro pueblo con la intención de conquistar la villa de Cáseda. El rey les declaró la guerra. El enemigo tenía un potente ejército con muchos soldados. El rey Pedro no quiso quedarse con las manos cruzadas y llamó a otros pueblos de la zona para que lo ayudaran. La guerra comenzó pero en pocos meses acabó con la victoria del buen rey. (Leyenda inventada)


Los espíritus corren por el pueblo Dicen que en la iglesia, todas las noches, salen todos los espíritus y vagabundean por el pueblo. Un día los espíritus tocaron las campanas a las cuatro de la mañana. La gente se extrañó un poco al principio pero luego no le dieron mucha importancia. Una mujer llamada Estefanía pensando que había misa, se vistió y se fue a la iglesia. Se sentó y vio una sombra. La mujer pensó que era el cura pero cuando se dio la vuelta se dio cuenta que era un espíritu y salió de la iglesia corriendo despavorida. Al día siguiente la mujer se puso muy enferma. Los habitantes de Cáseda fueron a verla y ella les contó lo que había visto. Algunos valientes fueron por la noche a misa cuando volvieron a escuchar las campanas. Se sentaron y aguantaron hasta el final de la misa. Al día siguiente ya no se volvieron a oir las campanas. El espíritu solo que querían que escuchara su misa. Desde entonces los espíritus ya no volvieron a aparecer. La señora Estefanía se puso mejor cuando supo que ya no había más espíritus por el pueblo. (Leyenda inventada)


Tomás y el demonio Hace muchos años vivía un hombre muy honrado con su esposa y sus dos hijos. Se llamaba Tomás. Un día Tomás fue al monte de Bartullo y ya no se le vio nunca más. Tomás fue capturado por el demonio y fue obligado a hacer un pacto con él. Acordó que no les iba a hacer daño a su familia a cambio de poder vivir eternamente con él para ayudarle a asustar a todo el mundo. Durante muchos años la gente notaba muchas presencias y ruidos por el pueblo. Cuando pasaron dos años, una niña estaba en el bosque cogiendo moras. Esta se encontró con un hombre que llevaba una túnica negra con sangre. La niña echó a correr pero Tomás la alcanzó y la asustó. Un hombre que vivía en el campo se dio cuenta y avisó a todo el pueblo. La gente acudió con escopetas, antorchas y algunos tridentes de madera. Trajeron a un mago que consiguió con un conjuro liberar a Tomás del encantamiento y metió al demonio dentro de una botella. La cogieron y la enterraron diez metros bajo tierra. Desde entonces en el Bartullo se oyen las voces del demonio intentando convencer a alguien para que lo libere y poder volver a hechizarle. (Leyenda inventada)


Leyenda de San Zoilo En San Zoilo, un día claro y despejado, mientras los monjes del monasterio cenaban se desató tal tormenta que cayeron granizos como grandes piedras. Como era costumbre, los monjes tocaron las campanas y se postraron en oración. Pero la tormenta no cesó hasta que uno de ellos sacó las reliquias y las puso bajo la lluvia. Entonces las piedras de hielo quedaron suspendidas en el aire.

Leyenda recopilada


Leyenda de Cáseda En la visita que San Eulogio de Córdoba hizo a los monasterios pirenaicos en el año 844 prometió al obispo de Pamplona hacerle llegar una reliquia de San Zoilo al que tanta devoción tenían los habitantes de Cáseda. Siete años después, el obispo recibió de Córdoba las reliquias y se dice que entonces se levantó un templo para la feliz memoria del santo en una zona deshabitada junto al antiguo camino que unía Tudela y Sangüesa, el monasterio de Leyre y las cinco villas, camino por donde pasaban los roncaleses para hacer la trashumancia a las Bardenas Reales. . La ermita está situada en el camino que llevó Abderramán III desde la zona de SangüesaRocaforte en la famosa expedición de castigo del año 924. Leyenda recopilada


Refranes que se usan en Cáseda No comer por haber comido no hay nada perdido. A la cama que es buen prado, que si duermes estás echado. A la cama, que si no descansa el ojico, descansa el huesico. Pío, Poli y Polaire, las tres “P” del Palazón. Al pasar por Campallén comerás lo que te den. Nieblas en Peña, coge los bueyes y vete a hacer leña. Nieblas en el Chaparral, coge los bueyes y vete al corral. Gallipienzo en un alto. Cáseda en una cuesta. Si Gallipienzo se cae, a Cáseda lo revienta. Nubes en Peña, coge el macho y vete a hacer leña. Más corre el galgo que el mastín. Pero si el camino es largo, más corre el mastín que el galgo. El buen ajero siembra ajo en la mengua de enero.


Vocabulario Caceriles = magdalenas Fillesno = cría de gorrión / pájaro pequeño Cascuello = hueso de la aceituna Tajador = sacapuntas Carruchadera = tobogán de piedra que hay en las escaleras del colegio. Hogaril = lugar para guardar la leña Rillo = pájaro vendejo Zunzar = sonarse la nariz

Retahílas La perdiz le dijo al conejo. ¿Qué hace allí cara de viejo? ¿Qué hacer perdiz?, le dijo el conejo. Había un ratón pelín, pelón tripiripanzarrudo. Se casó con una ratita pelina, pelona, pelada, peluda, tripiripanzarruda. Si ese ratón pelín, pelón, pelado, peludo, tripiripanzarrudo no se hubiera casado con esa ratita pelina, pelona, pelada, peluda, tripiripanzarruda, no hubieran tenido ratones pelines, pelones, pelados, peludos tripiripanzarrudos.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.