Los lunes de septiembre Cuenta la leyenda que un hombre que luchaba en la batalla subió al campanario de la iglesia de Cáseda para avisar con las campanas que la guerra estaba llegando a la villa. Cuando subió escuchó unos ruidos muy raros. El hombre tocó las campanas y a las pocas horas muchos soldados llegaron al pueblo. Todos los días cuando el hombre se metía en la cama, se apagaban las luces de la habitación y se movían todos los muebles. Un día, el hombre no podía dormir y decidió dar un paseo hasta el Calvario. Era una noche oscura y de repente observó como varias caras de diablos le miraban desde el cielo. Cuando llegó arriba se encontró con tres monjes que estaban atados a unos árboles. El campanero huyó despavorido y nunca más volvió a aparecer por allí. La guerra terminó cuando los casedanos cenaban un lunes del mes de septiembre. Desde ese día los habitantes de Cáseda nunca suben los lunes de septiembre al Calvario. Curiosamente suele haber ruidos extraños los lunes de septiembre en Cáseda por la noche. (Leyenda inventada)