Boletin 216

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Jul - Ago 2015 No. 216 A単o 36


CONTENIDO Director: Heriberto Herrera Dirección: Parroquia María Auxiliadora, 3a Av. Norte y Pasaje Don Rua, Apartado 2324, San Salvador, El Salvador Teléfono (503) 2526-9736 Ext. 110-11-112 Fax (503) 2526-9739 Correo electrónico: boletinsalesiano.cam@gmail.com herrerah@gmail.com Consejo de administración: Alejandro Hernández, Manuel Solano, Heriberto Herrera, Mauricio Ponce. Consejo editorial: Heriberto Herrera, José Mauricio Ponce, Zaida Navarrete, Alejandra Rodríguez, Tania Cañas, Evelyn Carbajal. Impresión: Imprenta Ricaldone. Final Av. Hno. Julio Gaitán. Santa Tecla. El Salvador Sitio web: Zaida Navarrete zn.boletinsalesiano@gmail.com Distribución: Librería Salesiana 23 Calle Pte. y 5ª. Av. Nte. No. 335, San Salvador, El Salvador, C.A. Tel. 2235-3826; 2225-6221 Colaboradores en esta edición: Javier Rivas, Sergio Checchi, Gabriel Romero, Martín Calderón, Héctor Hernández, Víctor Dimas, Hugo Estrada, Coco de López. José Humberto Flores.

El Boletín Salesiano se distribuye gratuitamente a la Familia Salesiana y a los Amigos de Don Bosco. El costo de la edición y distribución del Boletín Salesiano se cubre con las contribuciones voluntarias de sus lectores.

No. 216

Presentación 1

Salve, Don Bosco santo Rector Mayor

Dios nos dio una verdadera mamá 2

Gracias Señor por Don Bosco Don Bosco educador La espiritualidad de Don Bosco Pobre para los pobres Don Bosco,un estilo sacerdotal fuera de serie

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Meditación ¿Machismo, feminismo?

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En Familia Se avanza cada día en equipo

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Misión Salesiana Corresponsabilidad con los laicos

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Salve Don Bosco santo Los Salesianos estamos de fiesta. Una fiesta a lo grande. Nada menos que un año entero para celebrar, más tres años de preparación. Nos sentimos agradecidos con Dios por haber suscitado a Don Bosco. Doscientos años de su nacimiento no es mucho, si lo comparamos con la mayoría de los grandes santos de la Iglesia.

L

a Familia Salesiana se ha extendido por el mundo entero. Y los amigos de Don Bosco son incontables. Nuestro santo tiene un magnetismo incuestionable: conquista los corazones, “cae bien”. Los jóvenes se identifican con él al primer contacto.

Líder juvenil nato, le preocupaban los muchachos de su tiempo. No era el “niño bueno” que no mata una mosca. Su Sociedad de la Alegría es exigente para los socios pobretones que acuden atraídos por sus habilidades de artista callejero. Y que terminan cultivados en la fe. Persigue el sueño de ser sacerdote, pero con un color diferente: sacerdote para los jóvenes. Es el sacerdote de la calle. Busca a los muchachos pobres vagabundos o empleados en la construcción, en condiciones de explotados. Los visita en la cárcel y se le parte el alma al constatar su triste condición.

La astucia de Don Bosco y su tenacidad le ayudan a lograr lo imposible. Pues no le faltaron oposiciones, incomprensiones, negativas, persecuciones. Por el bien de sus muchachos pobres y abandonados luchó contra lo imposible. J Bonilla

No es para menos. La terrible pobreza en que creció, los problemas familiares que le tocó vivir, su esfuerzo heroico por estudiar lo marcan como uno más de esa mayoría de la humanidad que se debate en la sobrevivencia. La diferencia en Don Bosco niño, adolescente y joven estriba en la sólida formación cristiana y humana de que estuvo dotado. La dureza de su infancia y adolescencia lo transformaron en un luchador tenaz durante toda su vida.

bleza, los mismos muchachos. Pero van y vienen. Con el tiempo se lanza a fundar una congregación religiosa con muchachos de su oratorio: una locura, pues el gobierno está eliminando las órdenes religiosas. Pero lo logra con astucia.

No soporta ver a sus amigos desarrapados sin futuro. Los reúne en cualquier espacio disponible donde juegan y son orientados a una vida cristiana. Esa figura de cura callejero rodeado de muchachos desamparados no es bien vista por muchos. La fórmula mágica funciona. Alegría, juego, piedad juvenil. Amistad y fiesta. Don Bosco quiere a sus vagabundos y estos se dejan querer. Comienzan a llegar por centenares. Don Bosco no empezó con un proyecto trazado en papel: misión, objetivos, metas… Esos muchachos estaban en alto riesgo y había que hacer algo por ellos. El proyecto iría creciendo por necesidad de las circunstancias. De reunirlos en un potrero acabaría por construirles grandes obras educativas. La afluencia de muchachos abandonados lo desborda. Necesita colaboradores. Estos no escasean: sacerdotes, personajes de la no-

Su obra fue tomando cuerpo con una expansión vigorosa. El humilde inicio en el barrio marginal de Valdocco, en Turín, se extendió a otros puntos de la ciudad. Luego, a otras ciudades del norte de Italia. Más tarde, España y Francia estarán en su mira. No dice basta. En la última etapa de su vida acomete el audaz empeño misionero: mandar a sus mejores salesianos a la Patagonia, en Argentina. Estos misioneros salesianos pronto estarían en todos los países de América. Educador y pastor de jóvenes marginados, supo entusiasmarlos por la santidad, mientras les ayudaba a adquirir habilidades que los elevarían a un nivel de vida digno. Honrados ciudadanos y buenos cristianos. Heriberto Herrera

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RECTOR MAYOR ANS

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l sueño que Don Bosco tuvo en Barcelona la noche del 9 al 10 de abril de 1886 y que luego narró con la voz rota por los sollozos es de verdad inolvidable. Lo es para la inmensa cantidad de jóvenes que, corriendo a su alrededor, le decían: «Te esperábamos, te hemos esperado por tanto tiempo, pero finalmente estás aquí: ¡Estás entre nosotros!» Lo es sobre todo para la figura de la Pastora que dice a Don Bosco: «¿Te acuerdas del sueño que tuviste a los nueve años?». María, la Madre de Jesús, es una presencia fuerte y significativa, al punto de ser ella tantas veces la Buena Pastora que lleva a sus hijos a Jesús. Nosotros, como miembros de la Familia de Don Bosco, no podemos pensarnos sin ella, porque “ella lo ha hecho todo” ¡y sigue haciéndolo! Aquí me surge la pregunta: ¿Quién es María para ustedes? ¿Quién es para ti? ¿Quién es para mí? Mis muy queridos, los invito a contemplar a María con los ojos de la inteligencia y del corazón y a contemplarla como Mujer, Mamá, Maestra y Auxilio.

Contemplar a María con los ojos de la inteligencia y del corazón.

Dios nos dio una verdadera mamá Ángel Fernández Artime

María es nuestra Madre porque al cuidar de nosotros nos enseña desde lo profundo de nuestra alma a cuidar de nosotros mismos y de los unos a los otros, a cuidar la vida, la creación, el crecimiento de nuestros hermanos y hermanas, de la vida de aquellos que están en mayor riesgo de perderla y perderse.

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Ella es primero que nada Mujer. En el cuarto evangelio Jesús mismo la llama así dos veces, en dos ocasiones “centrales”: durante el primer signo que él realiza, en las bodas de Caná, (cfr. Jn 2,1-12) signo gracias al cual «...sus discípulos creyeron en él», y en el momento de la cruz, cuando María y el discípulo amado por Jesús estaban allí (cfr. Jn 19, 25-27). «Qué quieres de mí, Mujer?» y «Mujer, ahí tienes a tu hijo.» “Mujer”: un bello título dado a la nueva Eva, madre del nuevo Adán. En ella la humanidad entera despierta y renace por la acción del Hijo. También san Pablo para hablar de la humanidad del Hijo único de Dios lo define como «nacido de mujer» (Ga 4,4).


E. Bym

RECTOR MAYOR No podemos asomarnos al misterio de la Encarnación sin contemplarle como mujer. Y contemplarla como mujer significa emprender cada vez más el camino de humanización que señala la vocación salesiana de todos los miembros de nuestra Familia. Vivimos y trabajamos por una humanidad verdadera, fraterna, solidaria y en paz. Y ella es la primera que nos acompaña a realizar esto. María es para nosotros Madre también, más bien, diría ¡Mamá! Dios eligió para su Hijo una mamá verdadera. Seguramente Jesús, mientras crecía junto a María y a José, supo reconocer dentro de sí el amor cálido y acogedor que había experimentado desde toda la eternidad junto a su Padre, el Padre de todos. María ha sido una como tantas de nuestras mamás. «Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo hemos estado muy angustiados mientras te buscábamos.» (Lc 2,48). Este pasaje de Lucas nos muestra todo el corazón de una mamá. ¡Cuántas veces las mamás sienten angustia por sus hijos! ¿Y qué cosa vieron los pastores que fueron hasta Belén? No hallaron acaso una mamá y un papá cuidando de su pequeño hijo? (cfr. Lc 2, 16) He aquí la razón por la que es mamá: ¡Porque nos cuida! Entonces resplandece aún más el regalo de Jesús a su amigo: «He ahí a tu madre!» (Jn 19,27). Ella es nuestra Madre porque, al cuidar de nosotros, nos enseña desde lo profundo de nuestra alma a cuidar de nosotros mismos y de los unos a los otros, a cuidar de la vida, de la creación, del crecimiento de nuestros hermanos y hermanas, de la vida de aquellos que están en mayor riesgo de perderla y perderse... Mis muy queridos, como Familia Salesiana, como amigos de Don

María es mamá porque nos cuida. Bosco, cuidemos la vida, cuidemos los unos a los otros.

rello y las primeras y primeros de nuestra Familia Salesiana.

Tampoco podemos olvidar lo que hizo nuestro amado Don Bosco cuando perdió a mamá Margarita: fue al santuario de la Consolata y con el corazón en la mano renovó su filiación y confianza en aquella mamá que ha seguido siempre a su lado, de él y de sus muchachos. También hoy nosotros queremos decir a María: ¡Se nuestra mamá! Y ¡enséñanos a cuidar la vida!

Finalmente, María es Auxilio. La primera acción de la mujer una vez madre, después de la anunciación del Ángel fue ponerse al servicio de Isabel (cfr. Lc 1, 39ss.). Dice el Evangelio que «partió y fue sin demora» ¡Que bella expresión del servicio eclesial y particularmente del salesiano: sin demora o rápido buscamos ponernos al servicio para cuidar la vida que crece y que tantas veces se ve amenazada; rápido para responder al grito de los jóvenes, sobre todo de aquellos que están en mayor peligro; rápido pero sin prisa, es decir dedicando el tiempo suficiente y oportuno, como Ella que «permaneció con [Isabel] unos tres meses y [luego] regresó a su casa». María es aquella que se da cuenta de que faltaba el vino en Caná... que pone en acción a Jesús y de esta manera se vuelve ayuda para que no faltara la alegría en la fiesta de la vida.

María es también Maestra. La maestra que nos dice una y otra vez: «Hagan lo que él [Jesús] les diga.» (Jn 2,5); la maestra supo primero custodiar todas las cosas de Jesús en su corazón (cfr. Lc 2,51) y nos enseña a hacer lo mismo. Un cristiano es aquel que sabe custodiar las cosas de Jesús en el corazón y recurre siempre a ese tesoro. Ella, la mujer madre, fue indicada por Jesús a Don Bosco como aquella que habría de hacerle ver cómo cumplir la misión asignada, “la maestra bajo cuya disciplina puedes volverte sabio, y sin la cual toda sabiduría se vuelve necedad” (Memorias del Oratorio). Y la “disciplina” es propia de los “discípulos”. Nosotros somos buenos discípulos de María, como lo fueron Don Bosco, Madre Mazza-

Por tanto, mis queridos hermanos y hermanas, les digo una vez más: ¡no tengan miedo a nada! Porque María es nuestro Auxilio, ella es nuestra Madre y Maestra que nos enseña a ser verdaderos discípulos misioneros de Jesús y a cuidar nuestra vida para volverla más humana, según la medida de Cristo, el Verbo eterno nacido de Mujer.

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Hacer crecer a la persona en todas sus dimensiones.

Don Bosco

educador Javier Rivas

El bicentenario del nacimiento de san Juan Bosco fue preparado con un trienio temático. El 2012 se centró en su historia, el 2013 en su pedagogía y el 2014 en su espiritualidad. Retomemos aquí la temática del 2013: La pedagogía de Don Bosco.

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cercarnos a Don Bosco educador no es una simple curiosidad como la de quien se acerca a observar una pieza de museo. La experiencia educativa de Don Bosco es punto de referencia fundamental para todos: educado-

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res, padres de familia, entrenadores, catequistas, instructores de talleres, profesores, maestras, animadores y coordinadores de grupos juveniles, sacerdotes y laicos consagrados a la educación. Don Bosco nos heredó un estilo de educar que conocemos como Sistema Preventivo. Con ocasión del bicentenario del nacimiento de Don Bosco, estamos llamados a revivir esa experiencia educativa con fidelidad creativa. De hecho el P. Pascual Chávez, Rector Mayor en ese momento, nos pidió para el 2013: como Don Bosco educador, ofrezcamos a los jóvenes el evan-


J. Bonilla

Gracias Señor por Don Bosco gelio de la alegría a través de la pedagogía de la bondad.

R. Aguirre

Sin duda educar es un arte y una de las actividades más nobles que existe ya que busca hacer crecer la persona en todas sus dimensiones, procurando su desarrollo integral en vistas de su fin último, que es su salvación, pero también, simultáneamente, en vistas del bien común de la sociedad. Niños y jóvenes deben ser educados de manera que puedan desarrollar armónicamente sus dotes físicas, morales, espirituales e intelectuales, que adquieran un sentido más perfecto de la responsabilidad, que hagan un uso recto de la libertad, y se preparen a participar activamente en la vida social. Educar implica también corregir. En ese sentido conviene retomar lo que escribió el santo de la juventud acerca de los castigos en su pequeña obra sobre El sistema preventivo en la educación de la juventud. Para hacer realidad esta misión educativa son necesarios los educadores auténticos que les apasione trabajar con los jóvenes y para ellos. Que sean maestros cualificados y competentes, expertos en su disciplina científica y que vivan coherentemente los valores del Evangelio. Los jóvenes no merecen educadores mediocres. Los jóvenes requieren educadores santos, educadores con el corazón de Jesús Buen Pastor.

favor de ellos todas sus energías ¡hasta el último aliento!

El P. Ángel Fernández, actual Rector Mayor, nos recuerda que la predilección por los jóvenes llevaba a Don Bosco a entregarse del todo en la búsqueda de su bien, de su crecimiento, desarrollo y bienestar humano y de su salvación eterna… Toda su persona, inteligencia, corazón, voluntad, fuerza física, todo su ser estaba orientado a hacerles el bien, a promover su crecimiento integral, a desear su salvación eterna… estaba totalmente consagrado al bien de sus jóvenes y gastaba en

Los jóvenes buscan y desean encontrarse con educadores cristianos competentes y coherentes, capaces de estar entre ellos, conociendo y amando su mundo, animándolos a ser protagonistas de sus vidas, despertando en ellos su sentido de Dios, motivándolos a vivir con metas altas. Esta presencia educativa y cotidiana entre los jóvenes, es lo que en nuestra tradición salesiana llamamos “asistencia”. Ante todo es presencia física entre los jóvenes y comunión real en su vida y en sus intereses. Es

presencia fraterna y amistosa, no autoritaria ni institucional. Es una presencia activa, portadora de propuestas, creativa y rica en iniciativas juveniles. Es presencia alentadora que tiende a despertar y favorecer la creatividad de los jóvenes y les da la responsabilidad de su propio crecimiento. Es presencia testimonial, empapada de valores que suscita interrogantes, interpela y provoca la admiración e imitación. “Los que guiaron a muchos por el buen camino resplandecerán como las estrellas por toda la eternidad”. Dan 12,3b.

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Don Bosco tuvo una gran sensibilidad, cercanía y dedicación a los jóvenes.

espiritualidad

La de Don Bosco Sergio Checchi

Don Bosco desarrolló en su vida una actividad casi increíble. Fundó dos congregaciones religiosas (Salesianos e Hijas de María Auxiliadora) que, al morir él, ya contaban con 1200 miembros y 400 novicios/as; levantó escuelas, talleres y oratorios, en diez países, para los hijos del pueblo; edificó tres bellas iglesias; organizó doce expediciones misioneras para las lejanas regiones de Sudamérica; escribió docenas de libros para la educación de los muchachos y la evangelización del pueblo; viajó por Italia, Francia y España resolviendo trámites y buscando recursos; envió una enorme cantidad de cartas a sus salesianos, a los jóvenes, a los bienhechores, a las autoridades.

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Cómo pudo hacer tantas cosas? ¿De dónde sacaba tanta energía? ¿Cuáles eran las secretas intenciones que lo movían? Ciertamente no la economía (aunque necesitó y buscó dinero), tampoco la política (aunque ayudó a resolver los conflictos entre el Gobierno y el Vaticano), ni siquiera un simple proyecto cultural (aunque fundó imprentas y editoriales). Lo suyo era algo mucho más profundo e integral: ¡la salvación! La salvación


Gracias Señor por Don Bosco

BSCAM

J. Muller

amores: amor a los jóvenes y amor a la Iglesia. Y trató de acercar esos dos polos. Vivió para devolver los jóvenes a la Iglesia, y abrir la atención de la Iglesia a los jóvenes.

de los muchachos; una salvación total y definitiva; una salvación que comienza en la vida actual, pero que debe desembocar en la vida eterna. Les escribe: “Uno solo es mi deseo: que sean felices en el tiempo y en la eternidad”. Ahora bien, la salvación está en Jesús, solo en Jesús. Jesús es la clave, el secreto de la felicidad; no hay otro. Y entonces Don Bosco se propuso acercar los jóvenes a Jesús. No soportaba verlos solos, tristes, alejados, desorientados, expues-

tos. Los buscó y les ofreció pan y hogar, afecto y protagonismo, arte y deporte, preparación académica y profesional, vida sacramental y una propuesta de santidad al alcance de ellos. En otras palabras, la fuerza profunda de Don Bosco, su “espiritualidad”, fue el amor: amor a Jesús y amor a los muchachos. Pero resulta que a Jesús, en concreto, se le encuentra en la Iglesia, más exactamente en la Iglesia católica. Así que Don Bosco vivió entre dos

Primer polo: los jóvenes. Tuvo una gran sensibilidad, cercanía y dedicación a ellos. Creó muchas cosas para hacerles el bien, un bien integral. Compartía personalmente con ellos, confiaba en ellos, los hacía protagonistas. Los rodeaba de un ambiente de familia, de alegría, de participación, de serio empeño. Creó en su favor un “sistema educativo”, un proyecto, un camino de éxito y de santidad. Los dignificó, los hizo famosos en sus libros. Extendió su mirada más allá del horizonte para llegar a todos los muchachos del mundo. Suscitó en la sociedad un movimiento de atención y simpatía hacia ellos. Segundo polo: la Iglesia. Don Bosco fue un gran servidor de la Iglesia: la amó, le fue fiel, trabajó por ella con gran celo. Un signo de ello fue su sincera adhesión al Papa, aun en tiempos muy difíciles. Escribió muchos libros para defender a la Iglesia, su historia, su doctrina, y fortalecer la fe del pueblo católico, acechada por sectas masónicas y protestantes. Trabajó para que no faltaran en la Iglesia vocaciones sacerdotales. Envió misioneros a lejanas tierras para sostener la fe de los migrantes y conquistar para la Iglesia a pueblos aún no cristianos. Difundió la devoción a la Virgen María bajo el título de Madre de la Iglesia y Auxiliadora de los cristianos. Acercó la Iglesia al mundo moderno, y el mundo moderno a la Iglesia, mostrando al mundo una forma de ser cristianos sin desdeñar la técnica, el deporte, la música, el teatro, la cultura. Esa es la espiritualidad de Don Bosco, su energía profunda: dos amores en uno.

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G. Liano

preparación cultural, su inteligencia y sus capacidades, sus medios materiales. Porque dedicarse a la misión juvenil asegura abundancia de fatigas, límites y privaciones, que en Valdocco se vivían como bienaventuranza y con profunda esperanza. «Una noche – contaba Don Bosco – mi madre, de buen humor como siempre, cantaba sonriendo: «Ay del mundo, si nos viera forasteros sin fortuna». Aquel canto resonaba en una casa donde gobernaba un sacerdote pobre que, acompañado por su madre pobre, acogía a los jóvenes más pobres. Educar a los jóvenes pobres es hoy una tarea profética urgente.

Pobre

para los pobres Gabriel Romero

«¡Eran pobres…realmente los más pobres!», exclamó el Papa Juan Pablo II en el momento en que Don Viganó, en 1988, le mostraba la pobre casita de I Becchi donde Juanito Bosco vivió los primeros años de su vida. Aquellas paredes hoy son un signo de una característica esencial en la identidad y personalidad de Don Bosco: la pobreza y su opción por los jóvenes pobres.

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on Bosco quiso morir pobre porque siempre vivió pobre, porque él, desde niño, descubrió la riqueza del corazón pobre en la figura de su madre y en su familia, en su época y en su pueblo. Y ahí, Margarita Occhiena, ejemplar y profeticamente, nutrió la confianza en Dios, que se traduce en una actitud espiritual y operativa, en medio de la experiencia de la muerte del padre, de orfandad, de limitación, de trabajo duro, de hambre, de carestía, de pobreza.

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Esa experiencia es la fuente de una espiritualidad salesiana que se vive como una familia que con el trabajo, la sobriedad de vida y la confianza en Dios se consagra a la educación cristiana de los jóvenes. Si leemos las Memorias del Oratorio, además de descubrir su vida y los orígenes de su obra realmente pobre, también vislumbramos muchos rasgos de su interioridad y en ella, la pobreza, especialmente la del espíritu, que se aplica a sus afectos, su salud, su libertad y su voluntad, su propia

Imaginemos aquel artículo periodístico: «Humilde sacerdote que, revestido una inmensa caridad como su única riqueza, recoge cada día festivo de cinco a seiscientos jóvenes para adiestrarlos en las virtudes cristianas y convertirlos al mismo tiempo en hijos de Dios y óptimos ciudadanos». Así lanzaba, un periódico turinés de 1849 la buena noticia que Don Bosco representaba para aquellos jóvenes y sintetizaba, para nosotros, toda su vida, opción, celo, misión y fruto. Lo que la sociedad veía era sorprendente: jóvenes miserables, abandonados, considerados un peligro para la sociedad, luego regenerados, instruidos, convertidos en laboriosos ciudadanos en muchos ramos, el éxito exterior de la obra educativa salesiana. Lo que Don Bosco veía era un desafiante campo de acción donde hacer presente a Cristo, el campo que tenía que trabajar, «con la certeza del futuro que ve ya en flor, aunque en aquel momento solo palpa sudor y fatiga». Don Bosco vive la opción por los jóvenes más pobres como realización del llamado personal al discipulado de Jesús, vivido permanentemente «como los sarmientos a la vid», amando lo que Cristo ama, porque ha venido a ser «buena Noticia de


Gracias Señor por Don Bosco los pobres». Entonces es pobre porque esa es una característica irrenunciable del misionero evangelizador. Desde esa perspectiva, Don Bosco, misionero entre los jóvenes pobres, se orienta a vivir según el modelo de Jesús pobre, a quien considera el bien más grande, porque “sólo Dios basta” y lo transforma en programa de vida «da mihi animas caetera tolle». Se trata de una pobreza vivida a nivel de convicción y de actitud interior, antes que de gestos externos y visibles que solo manifiestan pobreza en la medida en que ésta ya reina en el corazón. - ¿ Y hoy? – nos podemos preguntar. Nuestro mundo de hoy se encuentra dividido por la posesión de los bienes, en donde las sociedades avanzan a distinta velocidad hacia el desarrollo muchas veces definido según los criterios del consumismo, pero siempre por sobre la dignidad humana. Educar-evangelizar a los jóvenes pobres es hoy una tarea profética cada día más urgente, porque sus pobrezas son crecientes y variadas, y exigen una reflexión no solo sobre la razones de la opción sino sobre el modo de resolución. Optar por educar-evangelizar a los jóvenes pobres implica hoy una conversión auténtica, radical, profunda, literal, «de hacerse pobre para llegar a ser rico con Jesucristo, que nació en la pobreza, vivió en la privación de todo y murió desnudo en una cruz». El Papa Francisco lo actualiza cuando, dirigiéndose a los educadores católicos el 13 de febrero de 2014, se dirige también a quienes hoy hacemos este tipo de opciones: «¡Coherencia! – gritó – no se puede educar sin coherencia: coherencia, testimonio».

Don Bosco, compañero de camino hacia el Padre Don Bosco siempre ha estado presente en mi vida. Estoy seguro de que Dios me llevó a Don Bosco. ¿Qué sería de mi vida, de mi experiencia de Dios, si Don Bosco no hubiera estado presente en ella?

D

on Bosco ha sido mi gran amigo que, abriendo sus manos, me acogió hace muchos años y me ofreció una experiencia de Dios completamente distinta a la que había vivido. Me invitó al compromiso en medio de los jóvenes en el movimiento juvenil salesiano. Me abrió el corazón para dar acogida a Dios y a los jóvenes. Me llevó a una misión más allá de mi vida ordinaria. Me impulsó a las misiones salesianas dentro y fuera de mi país.

me ha guiado, enseñado, sostenido y fortalecido en mi vivencia salesiana como salesiano cooperador. Aquí me ha permitido entregarme más, porque me ha pedido más. En la mies de los distintos ambientes de mi vida me ha llamado a trabajar en la Asociación de Salesianos Cooperadores.

Don Bosco ha sido el compañero de camino hacia el Padre, quien

Martín Calderón Costa Rica

Gracias, Don Bosco por estar presente. Sé que sigues llamando, no solo para hacer más, sino, sobre todo, para que yo pueda ser tú mismo en la actualidad.

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M. Amores

“Si llego algún día a ser sacerdote, seré diferente.”

Don Bosco,

un estilo sacerdotal

fuera de serie Héctor Hernández

“Quizá llegues a ser sacerdote”. Estas fueron las palabras proféticas pronunciadas por Mamá Margarita en una mañana de 1825 cuando escuchó, de labios de su hijo Juanito, la narración de un sueño que había tenido la noche anterior.

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esde pequeño, la idea de ser sacerdote fue acompañando a Juan Bosco. Las condiciones religiosas del ambiente eran favorables, pero no así las económicas de su familia. Cuando iba de camino a la Iglesia, acompañado siempre de su madre, encontraba a menudo, a algún sacerdote. Juan lo saludaba, pero la respuesta era la indiferencia. –Mamá-, replicaba Juan, -¿por qué son así? –Hijo-, contestaba su prudente madre, -es que son muy

importantes, están muy ocupados. La conclusión de Juan era: “Si llego algún día a ser sacerdote, seré diferente”. Ciertamente, es muy significativa la respuesta de un niño que, sin ningún estudio, tiene una idea de sacerdote más clara que la de otros que se han devorado gruesos tratados de teología. Pero, ¿cómo conseguir una meta tan difícil? ¿Cómo lograrlo, si había quedado huérfano desde los dos años y, además con dificultades para estudiar? Por otra parte, su hermanastro Antonio no comprendía


Gracias Señor por Don Bosco cómo un campesino pudiera dedicarse a los estudios. Sin embargo, los pensamientos y los caminos de Dios son diversos de los humanos. Dios lo llamó para ser sacerdote. Contra todos los pronósticos, logra estudiar. Las dificultades que debió afrontar son incontables y capaces de desanimar a cualquiera. Juan tenía una meta clara y la convicción profunda de que Jesús y María iban guiando su camino. Los problemas fortalecían su carácter para enfrentar la misión que se le encomendaba. La preocupación y seriedad con que asumió los estudios, no le quitaron el interés por sus compañeros y, más bien, estaba siempre pendiente de ellos. Los jóvenes fueron su campo, se le había hecho ver en el sueño de los nueve años. Al cumplir 20 años ingresó al seminario. Poco a poco, llegó a ser modelo de seminaristas, excelente compañero, alegre y siempre dispuesto a prestar cualquier servicio. Como diácono, Bosco piensa ya en el sacerdocio. Su ordenación sería en Turín. ¿Qué clase de sacerdote será? En los ejercicios espirituales de preparación escribe en un cuaderno sus propósitos. Entre ellos se lee el siguiente: “La caridad y la dulzura de san Francisco de Sales me acompañarán siempre”. El 5 de junio de 1841 fue ordenado sacerdote a los 26 años. En adelante sería “Don” Bosco, como eran conocidos los sacerdotes italianos. La meta y su sueño quedaban coronados. Pero ¿será consecuente ahora que es sacerdote con lo que pensaba cuando era niño? Este es el reto que ronda en su cabeza. Es joven y dotado como pocos. Ante sí hay posibilidades y puentes de oro tentadores. Una familia acomodada lo quiere como maestro de sus hijos; los habitantes de Murialdo, cerca de I Becchi, lo piden como capellán y están dispuestos a doblarle el estipendio; en Castelnuovo lo quieren como vicepárroco. Don Bosco, en cambio, quiere ocuparse de los muchachos de la calle. ¡Qué idea más extraña! ¿Estará loco? Es el convencimiento que tienen de él sus colegas sacerdotes. Aconsejado por su confesor, José Cafasso, se prepara mejor en la Residencia sacerdotal de Turín y allí aprende “a actuar como sacerdote”. La experiencia de encontrarse con los jóvenes en las cárceles y el caminar en las calles con ellos, le dan un vuelco irreversible a su vida: su sacerdocio y toda su vida es para los jóvenes. Don Bosco es consecuente con su sueño: se hace Oratorio para los jóvenes marginados y con ellos se santifica.

Don Bosco

me ha dado mucho

M

i experiencia salesiana comenzó cuando ingresé al Colegio Santa Cecilia de El Salvador en el año1998. Ahí escuché hablar por primera vez de Don Bosco. Luego de unos años como estudiante salesiano y de escuchar experiencias de compañeros en los grupos juveniles, entré al grupo EJE (Encuentro de Jóvenes en el Espíritu) en el año 2008. Dentro de mi camino en EJE, he fortalecido muchas cualidades en todos los aspectos de mi vida, he cosechado amistades valiosas, pero lo más importante es que he llegado a tener un encuentro personal con Jesús muy especial, de la mano de Don Bosco y de María Auxiliadora. Don Bosco me ha dado mucho, y siento vivo el deseo de continuar con su obra. Actualmente soy formador de EPRE (Encuentro de Pre adolescentes en el Espíritu) y es ahí donde descubro el amor que Don Bosco tenía por sus muchachos. Quiero seguir dispuesto al llamado de Jesús a través del carisma salesiano y hoy más que nunca, quiero seguir como Don Bosco, con los jóvenes y para los jóvenes. Víctor Enrique Dimas, salvadoreño, 24 años

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Benjamin Earwicker

¿Machismo, feminismo? Hugo Estrada

En la novela española «El diablo cojuelo», hay un personaje que va por encima de las casas levantando los tejados y observando lo que hay adentro. Si tuviéramos el poder de este curioso personaje, quedaríamos asombrados al ver tanta amargura, tanta desilusión, tanta frustración en muchos hogares.

U

n siquiatra de Estados Unidos afirmó que el 75% de los matrimonios de ese país son «desdichados». Es algo que deja sin aliento. No cabe duda de que una epidemia maléfica está desbaratando nuestras familias. Nuestros hogares, cada vez más, se están convirtiendo en pequeños hoteles a los que los miembros de la familia casi solo llegan a comer y a dormir. Allí se ve televisión, se leen los periódicos, se escucha música; pero casi no se platica; se gritan mucho unos a otros; el diálogo casi ha desaparecido por completo. ¿Que les estará pasando a nuestras familias? Al principio, cuando Dios instituyó la familia, le fijó leyes y normas para su felicidad. Cuando esas normas y leyes se quebrantan, todo se viene abajo. Lo que antes era gozo, paz, cordialidad se convierte en amargura, desilusión. Es necesario que nuestras familias sean sometidas a un serio examen a la luz de la Biblia. En la Palabra de Dios se exponen pistas muy concretas para que las familias reencuentren el sendero que las llevará a recobrar la armonía, el gozo de vivir en familia.

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“Esposos, denles a sus esposas el honor que les corresponde.”

¿A favor del machismo? En la carta a los Efesios, se lee: «El esposo es la cabeza de su esposa como Cristo es la cabeza de su Iglesia» Ef. 9, 23. Algunos hombres creen encontrar aquí la defensa de su espíritu machista. En el contexto no se habla de una «superioridad» del hombre con respecto a la mujer. Todo lo contrario: Se hace resaltar que Cristo, como cabeza de su Iglesia, vino a servirla, a sacrificarse por ella. Por eso terminó lavándo los pies a sus apóstoles. Al hombre, por su misma psicología, se le ha escogido para llevar sobre sus hombros la tremenda responsabilidad de ser «la

cabeza de su hogar», de ir adelante abriendo camino para su esposa y para sus hijos. La mencionada frase de San Pablo no favorece el «machismo», sino más bien acentúa la responsabilidad del padre de familia de asumir el peso de ir en la vanguardia enfrentando las más duras situaciones para buscar la felicidad de su esposa y de sus hijos. En la primera carta de San Pedro, se lee: «Esposos, denles a sus esposas el honor que les corresponde» (1P 3, 7). San Pedro fue casado; conocía muy bien lo que era un hogar. Por


La misma carta a los Efesios, dice: «Esposos, amen a sus esposas como Cristo amó a su Iglesia y dio la vida por ella» (Ef. 5, 25). La manera como Cristo amó a su iglesia, como esposo, que se sacrificó por ella. Murió por ella. El verdadero amor no consiste en pensar cómo una persona me puede hacer feliz a mí, sino cómo yo puedo hacerla feliz a ella. San Pablo no favorece el «machismo»; recalca, más bien, la responsabilidad del marido como «cabeza de su hogar», como responsable de la felicidad de su esposa y de sus hijos.

Retrato de mujer En el libro de Proverbios hay frases bellísimas que enumeran las bondades de la esposa. Escojo algunos

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Dean Smith

versículos del capítulo 31: «Mujer ejemplar no es fácil de hallar. De más valor es que las perlas. Su esposo confía plenamente en ella...». «Brinda a su esposo grandes satisfacciones todos los días de su vida...». «Se reviste de fortaleza y con ánimo se dispone a trabajar...». «Habla siempre con sabiduría, y da con amor sus enseñanzas...». Sus hijos y su esposo la alaban y le dicen: «Mujeres buenas hay mu- “Dejará el hombre a su padre y a su madre, y se chas, pero tú eres unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.” la mejor de todas». Toda mujer debería esforzarse por Salomón escribió: «Es mejor vivir reflejar en su vida ese bello retrato en el desierto que con una mujer del ama de casa que muestra el rencillosa e iracunda» (Pr. 21, 19). La libro de Proverbios. Cuando eran mujer con facilidad se llega a aburrir novias, se arreglaban con pulcritud, con los monótonos quehaceres docon esmero. Pero ahora, no es raro, mésticos, y se vuelve quejumbrosa. que dejen mucho que desear en su Sin darse cuenta, puede contagiar a presentación personal. Tal vez no su esposo y a sus hijos su pesimismo meditan suficientemente que su ma- y mal humor. La Biblia señala que rido llega de la calle, de ver y tratar ella debe infundir «fortaleza» en con mujeres muy bellas; si las en- su hogar. Es muy notorio que así cuentra desarregladas, indiferentes, como el hombre con facilidad olvida no experimenta ninguna atracción pequeños detalles de cortesía, así normal hacia ellas. La Biblia dice: también la mujer «conserva» por «Maridos, amen a sus esposas como muchos años los rencores que se anidan en su corazón, que bloquean Cristo ama a su Iglesia» Ef. 5, 25. su relación íntima con su esposo y La mujer debe cooperar para que que, a la postre, matan el amor. Las su esposo se sienta emocionado al esposas, con frecuencia, deberían verla, al volverla a besar, a saludarla. meditar en el capítulo 31 del libro Es muy conveniente también que de Proverbios, y preguntarse seriala esposa reflexione acerca de sus mente si esos bellos versículos son temas de conversación con el ma- una realidad en su vida de madres rido. Es en extremo tedioso para el y esposas. Dios los creó hombre y marido, que vuelve de su trabajo, mujer para que se complementaran; cansado y, a veces frustrado, en- para que el uno al otro se ayudaran contrarse con una esposa que solo a ser a felices. Por eso el Señor dijo: sabe hablar de pañales y de pleitos “Dejará el hombre a su padre y a su de cocina. ¡Como habría que resu- madre, y se unirá a su mujer, y los citar algunos de aquellos deliciosos dos serán una sola carne”. diálogos del tiempo del noviazgo!

BSCAM

eso realza el lugar de privilegio que le corresponde a la mujer dentro del núcleo familiar. Durante el noviazgo, el novio se deshace en atenciones hacia la novia. Parece que se quiere convertir en alfombra para que ella pase encima. Pero los tiempos cambian: durante el matrimonio, una de las características de los esposos es su indiferencia, su falta de finura, de cortesía. Ahora quieren que la esposa sea una alfombra que esté continuamente bajo sus zapatos. ¡Sería bueno resucitar, de alguna manera, aquellos chispazos del noviazgo en que él aparecía con un regalo de vez en cuando! ¡Habría que desempolvar algunos piropos que no se le han dicho a la esposa desde hace mucho tiempo! ¿Cuándo fue la última vez que el esposo invitó a la esposa a salir juntos para charlar, para tomar una taza de café? Es algo muy simple, pero que tiene mucha incidencia en la armonía familiar. La esposa, en el fondo de su corazón, está reclamando a gritos esas pequeñas atenciones. Por su orgullo femenino, tal vez, no lo expresa, pero lo desea ardientemente.


Julia Freeman

EN FAMILIA

Veo claramente cómo se traduce en beneficio para nuestro hogar mi contribución para poder pagar un lugar con cierta seguridad en el que puedan vivir Gabriel y Fernando, la educación de Gabriel, algunos de sus juguetes, sus piyamas o sandalias con sus dibujos favoritos, la calidad de la leche y de las comidas y meriendas diarias para todos, o las salidas en familia.

Las bondades de trabajar en equipo para obtener beneficio común.

Se avanza cada día, en equipo Coco de López

Eso de ser “working mom” o una mamá que trabaja fuera de casa es tan sacrificado como gratificante. Lo de sacrificado lo escribo pensando en las veces que he tenido que estar en mi trabajo y mi chiquito está enfermo en casa; o es fin de semana y yo en la oficina y la diversión de una piñata o visita a las abuelas la tienen sólo mi esposo y los niños; o simplemente una tarde cualquiera me dan unas ganas terribles de estar en casa para sentarme a jugar con él un rato y escuchar sus ocurrencias y derretirme con su sonrisa y el brillo de sus ojos.

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Pero no todo son lamentos, lo gratificante viene del lado personal y profesional. Estoy convencida de que a mi familia le es más provechosa una mamá o esposa contenta que una siempre presente pero preocupada por lo que no puede aportar.

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BS Don Bosco en Centroamérica

brainsil

xtraño mucho a mi niño a lo largo del día. Y cuando pienso en que me falta la etapa escolar y de tareas la cuestión se vuelve aún más exigente.

Mis ingresos nos dan, a mi esposo y a mí, un mayor margen de elección para todas esas cosas. Dada nuestra realidad, no podríamos echar a andar nuestro plan si faltara alguno de nuestros ingresos. Sería imposible. Pero no solo eso, al final del día, de la semana, del mes y del año es muy real mi satisfacción por poder desarrollarme profesionalmente y también me enorgullece que los niños de nuestra casa vayan aprendiendo las bondades de trabajar en equipo para obtener beneficio común y al mismo tiempo les estamos enseñando que conseguir lo que nos gusta o queremos demanda realmente mucho esfuerzo. Por supuesto que es una realidad con aspectos a favor y en contra, como todo en nuestra vida. Pero en el camino hemos ido descubriendo algunos trucos que nos ayudan a desempeñar mejor nuestros roles. Hemos hecho una agenda diaria con horarios y todo para salir con las cosas. Siempre hay un esfuerzo compartido y cada uno aporta de acuerdo a sus posibilidades, y esto hay que saber agradecerlo y cuidarlo. Transmitirlo todo de esa manera a nuestros hijos es muy importante y parte de nuestra responsabilidad como padres. Si queremos algo bien hecho, por lo general nos cuesta mucho trabajo. “No hay almuerzo


O. Bennett

EN LA CASA DEL PADRE

Don Paulino Avelar Bolaños 1923 – 2015

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l 7 de marzo del 2015 concluía su peregrinaje terrenal a los 91 años de edad don Paulino Avelar Bolaños, papá de mons. Elías Samuel Bolaños, obispo salesiano de Zacatecoluca, El Salvador.

Hemos hecho una agenda diaria con horarios y todo para salir con las cosas. gratis” dicen en Estados Unidos, y es cierto. Aprenderlo a tiempo sin duda que será de beneficio para nuestros hijos. Nuestros hijos no solo nos llenan de sentimientos gratificantes y hermosos, sino que también nos impulsan y son como pequeños motores para nuestras vidas. Gracias a ellos, al menos en mi familia, mi esposo y yo somos mejores personas y nos esforzamos cada día para tratar de convertirlos poco a poco a ellos en hombres de bien. Son nuestros talentos (de los que habla la Biblia) y queremos que al final de nuestros días se hayan multiplicado: Si recibimos unos hijos que amamos, esperamos dejar hombres justos, amorosos, padres de familia y profesionales responsables y esposos respetuosos y generosos, entre tantas otras cosas. Unas veces lo hacemos mejor que otras, pero lo importante es que seguimos enfocados y con ganas de lograrlo.

Don Paulino había nacido el 2 de diciembre de 1923 en un caserío, cerca de Texistepeque, Santa Ana, El Salvador, en una familia sencilla, campesina, pero de profunda vida cristiana. Desde joven, don Paulino vivió una vida religiosa intensa. A los 17 años se integró a la asociación de adoradores nocturnos y al grupo de Nazarenos de la Iglesia de El Carmen, en Santa Ana, parroquia animada por los padres dominicos. La pertenencia a estas agrupaciones le llevó a vivir una vida cristiana comprometida. A los 22 años, don Paulino se casó con Josefina Moreno, procreando 12 hijos, que fueron educados cristianamente. Se interesó decididamente porque sus hijos estudiaran y así tuvieran una vida más holgada que la dura vida campesina como se vivía en el cantón Camones, donde residía la familia. Providencialmente las religiosas de la Asunción le ofrecieron el trabajo de ordenanza en el Colegio La Asunción, en Santa Ana, más el cuidado de una finca de recreo a pocas cuadras del mismo. También resultó providencial que esa finca estuviera cerca del Colegio Salesiano San José, que contaba con una escuela anexa y el oratorio. De esa forma los hijos varones se educa-

ron con los Salesianos y las mujeres en la Escuela La Sagrada Familia. Don Paulino quería que sus cinco hijos varones fueran sacerdotes. Los cinco ingresaron al seminario menor, el Instituto Rinaldi. Al final, solo Elías llegó al sacerdocio, y más tarde al episcopado. Don Paulino fue uno de los impulsores de la Legión de María en Santa Ana, visitando hogares y cantones para difundir el apostolado y el rezo del rosario. Una vez establecido este apostolado, dejó la Legión, continuando con la devoción a la Santísima Virgen. Hombre de misa y comunión diarias gracias a la cercanía del templo de María Auxiliadora. Colaboró como catequista acompañando a los salesianos en la eucaristía dominical en la capilla del Lago de Coatepeque. Fue fiel a la adoración nocturna y a los nazarenos en Semana Santa. Trabajó intensamente para alimentar a la numerosa prole. Además de su oficio de ordenanza, sembraba maíz y frijoles, cultivaba naranjas, ordeñaba una o dos vacas, cuidaba cerdos y gallinas de las monjas, producía miel de abeja. Su dedicación al trabajo fue la mejor herencia dada a hijos e hijas. A los 87 años comenzaron los síntomas de la enfermedad de Alzheimer, que lo llevaría a la tumba. Mons. Elías Samuel Bolaños, SDB, obispo de Zacatecoluca.

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UDB

EN LA CASA DEL PADRE

Ing. Federico Miguel Huguet Rivera Rector de la Universidad Don Bosco, en El Salvador 1940 - 2015

José Humberto Flores M.

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ederico Miguel Huguet Rivera nació el 24 de mayo de 1940. En la Universidad de El Salvador estudió ingeniería química. De 1966 a 1976 colaboró en la facultad de ingeniería y arquitectura de la Universidad de El Salvador. En 1972 tuvo un papel importante en la reorganización de la facultad de ingeniería, después de la ocupación militar de la Universidad. Desde 1975 a 1992 se desempeñó como consultor técnico de diseño de plantas industriales y de procesos de producción en campos industriales. Cursó estudios de posgrado en ingeniería y administración de proyectos, en tecnología de alimentos y en ciencia y tecnología, en Río Janeiro. Del 1981 al 1993 fue asesor en temas de ciencia y tecnología para la CEPAL y el PNUD. Se desempeñó como presidente de la junta directiva del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología del 1993 al 1998. Fue uno de los referentes más importantes de la ciencia y la tecnología en el país. Del 2010 al 2013 fue miembro titular del Consejo Económico y Social. Desde el año 2009 fue miembro de la Comisión UNESCO El Salvador.

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El ingeniero Huguet fue uno de los fundadores del Consejo Centroamericano de Acreditación de la Educación Superior. En el 2006 fue firmante del Acta de Constitución de la Agencia Centroamericana de Acreditación de Posgrado junto a otras universidades públicas y privadas seleccionadas, las academias de ciencias, los colegios profesionales y los organismos nacionales de ciencia y tecnología de la región centroamericana. En 1993 aceptó la invitación de ser rector de la Universidad Don Bosco como ‘el mayor desafío de su vida’. El ingeniero Huguet, junto a los salesianos y empresarios que apoyaron la iniciativa, fue construyendo la impresionante infraestructura universitaria que existe hoy. Del 1993 al 2004 ocupó el cargo de director ejecutivo de la Fundación para la Educación Integral Salvadoreña, organización apoyada por los salesianos de El Salvador que tiene como finalidad apoyar la educación en los distintos niveles en el país. En la década de los años noventa estuvo preocupado por consolidar fuertemente la institucionalidad de la Universidad, y por dejar media-

ciones que aseguraran su calidad. Decía: “Nosotros no podemos decir que tenemos calidad, esto lo tienen que decir los otros”. Desde el año 2001 la universidad comenzó intensos procesos de autoevaluación que le permitieron ser la primera universidad acreditada en el país. En los años siguientes comenzó la intensa experiencia de acreditación de programas: en este momento son diez los programas acreditados. El ing. Huguet también fue el creador de proyectos audaces como los programas de órtesis y prótesis y su lanzamiento en el plano internacional, o los programas de aeronáutica. Otro de sus sueños fue la creación de estudios de posgrado: estuvo en la primera línea de trabajo en la conformación del campus de posgrado en Antiguo Cuscatlán, y estuvo también cuando la universidad impulsó la creación de las primeras maestrías co-tituladas con universidades extranjeras. Hace tres años la Universidad inauguró el doctorado en teología, y el año pasado, en alianza con la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, el doctorado en ciencias sociales.


BSCAM

Misión Salesiana

Corresponsabilidad con los laicos Giampiero De Nardi

La corresponsabilidad es un estilo de vida. Es dar lo que he recibido de Dios. Es reconocer que todo me viene de Dios y que estoy llamado a ser agradecido por ese don y a donarlo generosamente. Es transformar mi día en una eucaristía. Una persona es avara porque no es agradecida; o mejor dicho, no se ha dado cuenta de cuánto le ha dado Dios.

A

veces nos preguntamos por qué hay tanta pobreza en el mundo, por qué la permite Dios. La pobreza en el mundo no es un fracaso de Dios, sino el fracaso de su Iglesia que no ha sabido enseñar al mundo a ser corresponsable. El capitalismo vive de la explotación de los pobres. Como Iglesia, ¿qué hacemos? ¿Aceptamos a ciegas su lógica? ¿O anunciamos proféticamente un mundo nuevo donde la solidaridad es la respuesta a la carencia de mi hermano? ¿Siento el sufrimiento de mi hermano como si fuera mío? ¿Siento la necesidad

de agradecer a Dios por lo que me ha dado y, por tanto, ser generoso? Dios me llama a ser su colaborador. Y dado que él es amor y gratuidad, me llama a hacer lo mismo. Por esto la corresponsabilidad es parte del anuncio evangélico. Es ser solidarios con los más pobres y necesitados porque me nace del corazón. Como dice el evangelio: donde está tu corazón, allí está tu tesoro. Estamos invitados a encender en el corazón de la gente la pasión por el Reino de Dios. Debemos educarnos a ser corresponsables. Crear una cultura en la

que cada uno sea feliz porque da y no triste porque está obligado a dar. Un sacerdote decía en la homilía: “Les tengo dos noticias, una buena y la otra no tanto. La primera es que por fin tenemos todo el dinero necesario para realizar todas las actividades parroquiales. La segunda es que ese dinero está en sus bolsillos. La corresponsabilidad no es ayudar ocasionalmente, como sucede a veces cuando la gente da su limosna más por obligación o por miedo. Corresponsabilidad es mi manera de responder positivamente al amor de Dios con mi tiempo, mis dones y mi dinero. Decía un laico: ¿Saben qué es lo que me hace feliz en la vida? Mi vocación a servir. Es una persona que ha hecho de la corresponsabilidad su propio estilo de vida. A veces somos corresponsables económicamente en la actividad social de la Iglesia, pero mucho menos en la actividad de evangelización. En la narración de la multiplicación de los panes los apóstoles le dicen a Jesús que es tarde, que la gente debe comer, que los despida. Es la lógica humana: que cada quien que se las arregle. Jesús les responde: denles ustedes de comer. La lógica evangélica enseña que no podemos dejar de preocuparnos de las necesidades de nuestra gente. Debemos hacernos cargo de las necesidades humanas. El sufrimiento de los demás es nuestro sufrimiento. En ese momento los apóstoles desconcertados le dicen que no hay medios suficientes para responder a las necesidades humanas. Jesús los invita a revisar qué tienen. Encuentran cinco panes y dos peces. A veces la lógica humana nos hace pensar que lo poco que tenemos es nuestro y que, si lo entregamos, quedamos sin nada. Por eso nos cuesta entrar en la lógica de Dios que dice: Tienes algo, compártelo y producirá cien veces más.

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O. Bennett

Graves carencias de educación y de moral en la juventud de hoy.

Jóvenes y norma moral Luis Corral

Muchos datos atestiguan hoy graves carencias de educación y de moral en la juventud, causadas por un retroceso de la sociedad y la falta de coraje de los políticos.

S

e ha descuidado la educación completa del niño, la cual incluye no solo ‘saber’, sino también saber comportarse debidamente. Hay que enseñar al joven el autodominio. Para ello hay que ser capaces de decir ‘no’ cuando sea necesario. Es con la educación familiar y con el ejemplo de sus educadores como logra el joven integrar en sí la moral y los comportamientos respetuosos. Hoy día las agresiones, los insultos hacia los adultos, la falta de disci-

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plina en el comportamiento escolar y social, la ausencia de respeto por los reglamentos, el robo y la mentira son comunes. Todas estas conductas atestiguan una grave carencia de educación. Estos comportamientos, de los que la gente se queja cada vez más con un sentimiento de impotencia y de hartazgo, no nos están cayendo encima de manera accidental. La sociedad está recogiendo lo que ha sembrado. En moral hay un retroceso. Falta coraje a los políticos que solicitan el voto de los electores prometiéndoles satisfacer todos sus gustos, aunque ello implique aflojar en moral. La relación educativa ha sido sustituida por una relación exclu-

sivamente afectiva con el niño. Entonces cuesta mucho establecer límites y algunos renuncian a ello. Se cuestiona todo tipo de autoridad, basados en la teoría sicológica de la no directividad. Algunos se preguntan si no será este el origen de la violencia juvenil y de la falta de control de sí mismo en muchos adolescentes. La formación moral se ha convertido en la gran ausente de la educación. Hoy la tendencia es puramente individualista. Así, el hombre contemporáneo, encerrado en sí mismo, se evalúa en función de sus deseos inmediatos y de sus intereses sentimentales y afectivos. Se interpreta la libertad como la posibilidad de actuar únicamente a partir de sus gustos y de sus deseos, sin que haga falta tener en cuenta otros aspectos. El lema que justifica esta actitud se resume en la siguiente afirmación: “Hago lo que quiero, es mi problema”. Pero en realidad es un problema para todos. Todos


O. Bennett

Se interpreta la libertad como la posibilidad de actuar solo a partir de los propios gustos y deseos. somos responsables en relación con las reglas sociales para regular nuestras conductas y en relación con las normas morales, tanto en nuestra vida personal como en la vida social. La auténtica responsabilidad consiste en ejercer la razón y el juicio de la conciencia a favor del bien, dentro del respeto de la ley moral, y con la voluntad de asumir plenamente las consecuencias de los propios actos. Es absolutamente necesario enseñar a las personas a dominar sus deseos. Causa desconcierto constatar la pasividad con la que la sociedad acepta que los jóvenes se envenenen con productos estimulantes. Las leyes son estrictas para hacer que se respete el código de la circulación y evitar muchas muertes en carretera. Pero, ¿aplica la misma vigilancia frente a las drogas en los colegios, en los lugares públicos e incluso en las familias? También el licor y las drogas arruinan muchas vidas y producen muchas muertes. Uno de los primeros elementos de la educación de los hijos, consiste en saber decirles ‘no’; en marcar un límite cuando traspasan la línea de lo que les puede perjudicar. El siquiatra francés Tony Anatrella1 1 En Lexicón, Consejo Pontificio para la Familia, Ed. Palabra, Madrid 2004, pp.661ss

dice que más bien el niño se siente tranquilizado al saber que hay prohibiciones que no deben saltarse. De ese modo percibe el espacio en el que se puede mover y descubre mejor la libertad que le corresponde. No se trata, desde luego, de adoptar actitudes rígidas y arbitrarias, sino de saber acompañarle para hacerle tomar conciencia de las normas morales y despertarle el sentido justo y verdadero de la libertad humana. No hay que tener miedo a establecer límites. El niño, privado de las orientaciones morales y religiosas, no posee en sí mismo los recursos que le permitan orientarse en la vida. Muchos creen que la felicidad consiste en el bienestar físico, en el ‘sentir rico’ o ‘pasarlo bien’, olvidando que la verdadera felicidad se obtiene con el cumplimiento del propio deber y asumiendo de forma responsable las consecuencias de los propios actos y comportamientos. La felicidad es algo que solo Dios puede proporcionar. El papel educativo de los adultos y su testimonio, es importante para guiar a los niños en su existencia y darles modelos a imitar. El amor de sus padres, la iniciación en los com-

portamientos moralmente buenos y la transmisión de la fe cristiana permiten que los niños puedan desarrollarse adecuadamente. Si los adultos viven de verdad lo que enseñan, ayudarán a los hijos a sentir el deseo de vivir lo que ven vivir a su alrededor, y que es fuente de una profunda felicidad. Todo esto se dificulta en una sociedad que convierte en objeto de burla la mayoría de estos valores. Cuando los adultos tienen el sentido de la educación, saben ejercer su responsabilidad poniendo reglas que hacen posible la convivencia social. Del mismo modo, los jóvenes tienen que saber que todas las transgresiones serán sancionadas, con el fin de tomar conciencia de los valores y de las reglas que deben ser interiorizadas por cada uno. Así lo afirma Tony Anatrella, pues a muchos les cuesta aceptar las faltas que han cometido, dando a entender que las únicas reglas que admiten son las que ellos se ponen a sí mismos. Y sienten la tentación de dejarse llevar por una forma de vida sin obligaciones. Las leyes nos civilizan y nos humanizan. Un mundo sin fe y sin leyes rápidamente experimenta un retroceso hacia la violencia.

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EDUCAR COMO DON BOSCO

Estoy aquí en medio de ustedes José Miguel Núñez

A principios del año 1872, Don Bosco se recuperaba en la ciudad de Varazze de la penosa enfermedad que lo había tenido postrado durante más de tres meses alejado de su querido oratorio de San Francisco de Sales. A pesar de haber estado a las puertas de la muerte, su pensamiento estaba siempre en Turín; su corazón, en medio de sus muchachos. En febrero escribía a Don Rua expresándole su deseo de estar pronto en casa:

El jueves próximo, si Dios quiere, estaré en Turín. Siento una gran necesidad de llegar. Yo vivo aquí con el cuerpo, pero mi corazón, mis pensamientos y hasta mis palabras están siempre en el Oratorio, en medio de ustedes”. Este es Don Bosco. Siempre “en medio de los jóvenes” aunque esté lejos por mil razones. Es verdad que, a medida que la obra salesiana se extendía y asumía nuevos frentes de acción, Don Bosco se veía obligado a estar cada vez más tiempo fuera de Turín. Sin embargo, siempre anhelaba volver, siempre tenía un recuerdo afectuoso para todos, siempre avivaba el deseo de recuperar el pulso de la vida cotidiana en medio de las tareas de la casa madre.

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Cuando las ocupaciones se lo permitían, Don Bosco volvía al oratorio. Y si estaba en casa, a lo largo de la jornada se empleaba a fondo para estar con sus salesianos y sus muchachos: confesaba, estaba en el patio, tenía una palabra para todos, daba las “buenas noches”, se hacía presente en el ejercicio mensual de la buena muerte (retiro), daba conferencias a los salesianos y a los jóvenes… ¡No paraba! En unas “buenas noches” del 31 de marzo de 1876, Don Bosco insistió a sus muchachos: “Tengan esto en su cabeza. Aunque les parezca que estoy ocupado, me siento siempre muy contento cuando vienen a buscarme en la Iglesia o fuera de ella…” No me cabe duda de que Don Bosco sigue “aquí, en medio de nosotros”, en cada una de nuestras casas. Y que su experiencia en Valdocco sigue siendo criterio carismático de fidelidad a los orígenes. Volver a Don Bosco es volver a los jóvenes.

También físicamente: presentes en el patio, implicados en la vida de la casa, con la palabra y el gesto oportuno para el que se acerca, con la sonrisa acogedora y la mirada bondadosa para con todos. “Cerca o lejos, siempre pienso en ustedes”, dirá Don Bosco en la carta de Roma de 1884. Fue la expresión de toda su vida. Como acentuó Don Rua, su más inmediato colaborador y uno de sus primeros jóvenes en el Oratorio: “No dio paso, no pronunció una palabra, no se comprometió con ninguna empresa que no tuviera como objeto la salvación de los jóvenes(…). Lo único que realmente le interesó fueron las almas” Los salesianos siempre estamos de vuelta a Valdocco. Como Don Bosco, continuamente en medio de los jóvenes. Con la mente, con el corazón, con la palabra. ¡Valdocco es nuestra patria!


www.boletinsalesiano.info/patiosalesiano 7344-9015

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1. ¿Cómo se llama la primera casa que consigue Don Bosco?i)

4. ¿Quién era el sacerdote que lo aconsejó?

2. Nombre de la Mamá de Don Bosco 3. ¿Quién fue su amigo íntimo en el seminario? 5. ¿Cómo se llama el sistema educativo de Don Bosco? 8. ¿Quién era el personaje vestido de blanco que habla con Don Bosco en el sueño de los 9 años? 9. Juan tocaba un instrumento de cuerda

5. Don Bosco envía sus primeros salesianos misioneros 6. ¿Cómo se llamaba la cárcel-correccional donde Don Bosco confesaba y asistía a los presos? 7. Apellido del secretario y sucesor de Don Bosco 10. ¿Dónde nació Juan Bosco? 11. ¿Cómo se llama el perro que defendió a Don Bosco en algunos peligros?


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