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Regla de tres: Desafíos de industria 3Aliarse o morir

Si los streamers van hacia menos, mejor y más relevante, el criterio para que un contenido logre luz verde como original en estos tiempos parece bastante claro: debe ser lo suficientemente poderoso como para atraer y retener suscriptores y, desde hace poco, también anunciantes.

Basta ver varias de las producciones originales iberoamericanas que después de este convulso período han conseguido seguir adelante, con superproducciones de género como ‘Cóyotl’ (Max en México), adaptaciones de best-sellers como ‘Reina roja’ (Prime Video en España) o de grandes clásicos como ‘Ciudad de Dios’ (Max en Brasil), ‘El eternauta’ o ‘Cien años de soledad’ (Netflix en Argentina y Colombia, respectivamente), e incluso big shows de entretenimiento como ‘Operación Triunfo’ (Prime Video en España).

Pero las adquisiciones son una ventana cada vez más abierta en las oficinas de las plataformas, y las productoras y estudios tienen ante sí un tercer gran desafío que se llama escala.

Porque levantar un gran presupuesto requiere de una ingeniería financiera que en la mayoría de casos encuentra como respuesta las alianzas.

“Sí hemos visto reducciones y consolidación en el mercado, pero vemos que hay un mercado de oportunidad. En Sony hemos estado siempre haciendo codesarrollos y coproducciones, pero ahora vemos que el mercado completo está abocado a colaborar, a hacer

Dávila

proyectos en conjunto”, dice Ana Bond, a cargo de la producción de Sony Pictures Television en Latinoamérica.

“El reto para los productores de contenido es cómo nos financiamos, cómo nos aliamos”, añade el productor colombiano Pedro Dávila. “Tenemos que buscar el soft money, los rebates de otros lugares, pero al mismo tiempo juntarnos con partners de distribución y buen talento para hacer contenidos de una manera eficiente, que puedan viajar y que sí puedan ver la luz en los próximos años, sin tener que esperar a pasar un proceso de original con una plataforma, que sabemos que está frenado”.

Desde enero, Dávila está al frente de Cacao & Cía, nueva joint venture entre la productora española iZen y la latinoamericana Non Stop, creada como evidente respuesta al nuevo panorama. “Es una alianza entre dos grupos para trabajar en equipo. Es el momento de hacer valer las relaciones y las amistades que tenemos entre América Latina y España para trabajar juntos y financiarnos juntos”.

Es que la cara B de esta necesidad de escalar los proyectos es que, así como los contenidos olvidables desaparecerán, también muchas productoras quedarán en el camino.

Como vaticina más adelante en esta edición (p. 59) Carla González Vargas, CEO de la productora Gato Grande de MGM, “en el siguiente año o dos se va a dar una cosa como darwiniana, donde veremos una muerte súbita muy significativa de productoras y solamente sobrevivirán las más fuertes”.

Mientras tanto, parece claro que los productores deben afinar mucho más el foco respecto a qué proyectos desarrollan.

“Se acabó la idea de tener demasiados desarrollos activos. Tienes que elegir con mucho más cuidado”, afirmó Christian Baute, director de Headline Pictures (‘The Man in the High Castle’) en el reciente Miptv.

Sentado en el mismo escenario, Diego Ramírez Schrempp, socio y productor ejecutivo de Dynamo (‘Narcos’, ‘La cabeza de Joaquín Murrieta’), coincidió: “Todos están siendo más selectivos y tú, como productor, también tienes que serlo. Debemos centrarnos en menos proyectos, los más grandes, los que tienen mejores posibilidades. Es bueno para la industria porque es un filtro para los proyectos y productores realmente buenos. Es saludable volver a las bases”.

Los 100 de Cveintiuno: Javiera Balmaceda

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