De una nº 1 octubre

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STAFF Dirección: Luciano Toledo Diseño: Tony Mesa Colaboradores: Sergio Rigazio Matías Caligiuri Paula Yende Malvina Liberatore Teca María Delia Colaneri Juan Manuel Villafañe Julián Becaria Nancy Canepa Natalia Romero Matías Canzonetta

Los tiempos están cambiando, profetizó Bob Dylan cuarenta años atrás. Y hoy, que la realidad es virtual, la cultura se convierte en holograma. Desde el impulso nace DE UNA hacia la búsqueda de lo real. Y aunque todo origen es incierto, el nacimiento tiene una certeza: la muerte. Pero lo que vale es la subsistencia, el vigor, lo que queda en éste puñado de hojas abrochadas que quiere ser. Ahora...¿Cómo se dirige una revista? No lo sabemos. Pero aquí está. Nació con la obligación que nos demanda el aburrimiento. Y como hacedores de ésta necesidad buscamos que DE UNA no sea sólo una miga, sino una mancha sobre el mantel. El espacio donde convivan la cultura, la contracultura y el arte silencioso. Porque creemos todo lo que creamos y viceversa, y cómo los tiempos están cambiando, desde éste cambalache, despoetizamos : Ya no somos pequeños dioses, sino pibes con ganas de todo. Héctor Pellizzi Abelo Galdeano Juan Pablo Caiazza Fotografía: Diego Chapay Andrea Parejas Pía Ferro Verano Juan José Bueno Bárbara Blaiotta Leticia Fabrizio Ilustración: Pía Licera Bornancin Marianela Rozán Romina Paesani Facundo Marrafini Valeria Loguzzo Mauro Cara de una / 3


CULTURA URBANA

Texto: Malvina Liberatore Fotos:Diego Chapay

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on las diez de la noche de un sábado de febrero. La cita es en la esquina de 22 y 48, en La Plata, en la casa de Matías, un hombre de treinta y pico de años, de oficio carpintero, que ahora nos abre la puerta con un mate en la mano. Le pagamos veinte pesos, la entrada es un numerito de una rifa para un sorteo que se hará al final y entramos. Atravesamos el pasillo y una puerta de chapa, llegamos así al patio de la casa y buscamos un lugar para sentarnos. Nos rodean unas veinte personas, algunas sentadas en el piso, otras en banquetas, otras paradas contra la pared, todos mirando hacia la misma dirección. En esa dirección, una chica rubia de pelo largo, vestida de muchacha de la década del cincuenta, está parada y se hamaca sobre su propio eje, con un espejo en la mano y la mirada fija en las baldosas. Es Leticia Villalba, la primera de las cuatro actrices que llevarán adelante la función de esa noche. Matías me alcanza un mate, le pregunto si la casa es suya, me dice que sí, que es su casa, que hacía rato quería que ese espacio se usara para hacer teatro. Le pregunto si tuvieron que correr muchos muebles, si fue mucho lío, me responde - entre risas – que sí, pero que bueno, que no importa. Hacemos silencio y empieza la función. La apuesta de teatro íntimo nació en La Plata, a fines del 2011 y de la mano de Juan Manuel Mannarino, un teatrista de 31 años que, tras una década haciendo y dirigiendo

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obras, supo necesario hacer teatro en espacios que no fueran las salas convencionales: — Quería salir un poco de esa forma de hacer teatro que consiste en armar una obra con mucho esfuerzo, con ensayos de casi un año de trabajo, que es bastante dificultoso de sostener a nivel humano y grupal, y que encima después de estrenar, hay que laburar mucho en difusión para conseguir una continuidad de la obra en cartel. Básicamente, porque hay un circuito que se repite: cuando estamos en una sala, mal que bien, el público que nos va a ver es un público de entendidos, teatristas la mayoría. Y necesitaba buscar otro público, salir de la cerrazón grupal. El teatro íntimo en La Plata funciona con el boca en boca y a través de las redes sociales, principalmente facebook. Para ser huésped espectador hay que estar atento a la publicación del ciclo, y reservar la entrada. Al ser espacios reducidos, como casas, bares o hostels, el público nunca supera las cuarenta personas. Al momento, más de cuarenta actores fueron los protagonistas de los 16 ciclos en más de quince casas de la ciudad de La Plata. El huésped espectador de repente se encuentra en una casa desconocida, rodeado de personas que nunca antes vio y se traslada por los ambientes junto con las escenas. El director y los actores de la obra organizan la puesta a partir de los espacios


de intimidad que les son ofrecidos en cada casa: la cocina, el baño, la terraza, el comedor, un altillo, un sótano, un garaje. —En Teatro Íntimo no se hacen “obras”, en sentido tradicional, sino que se viven experiencias de puestas en escena. Si bien hemos adaptado dramaturgias o la construimos por cuenta propia; en teatro íntimo siempre es más importante el recorrido que hace el espectador-huésped cuando rompe la cuarta pared y entra al mundo de la intimidad ajena, privada, doméstica, y es interpelado por esa vivencia singular, la de entrar a una casa, y captar los sentidos múltiples, además de la historia que se cuenta frente a él, los olores, los colores, los sabores, los ruidos de la casa). Todos esos elementos son “presentados”, en la dinámica de lo im-

previsto (porque el espectador no sabe previamente cómo será el recorrido), y no “representados” como algo fijo y establecido. Juan Manuel Mannarino define de manera prolija lo que significa para él ser el anfitrión de una movida cultural de este estilo. — Con el teatro íntimo se crea una especie de paseo por la ciudad, entrando en casas ajenas, en contraposición al paradigma de seguridad que prevalece y que dice que hay que desconfiar del vecino y encerrarse en su casa y no dejar entrar a nadie, alentando el voyeurismo que hay en todos nosotros, recorrer distintos barrios, encontrarse con el relato de la intimidad desde otro lugar: esa

que nos interpela no desde el estallido o la invasión de multimedia o tecnológica, sino desde cuerpos que transpiran, que se agitan, que nos hablan cara a cara, a centímetros de distancia. Desde la radicalidad de la actuación, en vivo y en directo, en el puro presente más despojado de todo. Se hacen textos de los actores y directores, que van desde el humor al drama, del policial hasta el melodrama. Se adaptan clásicos de Anton Chejov, textos de la literatura argentina tales como cuentos de Hebe Uhart, Néstor Perlongher y Ana María Shua, dramaturgias de Alejandro Urdapilleta, Heiner Muller y Darío Fo, entre otros. En Teatro Íntimo, todo es posible: un fragmento de una película, un poema, un cuento, una intervención colectiva. La variación es la norma.

Ya pasamos por el patio, por el baño, por la cocina, por el cuarto de estudio y ahora todos estamos parados en el patio, mirando a la última de las cuatro actrices de la noche interactuar con el pasto, la luz de la luna, un limonero y una manguera, elementos propios de esa casa y fundamentales para la escena. La obra termina, se anuncia un nuevo ciclo de teatro móvil, itinerante, se invita a los huéspedes espectadores a ser parte, una vez más, de la cercanía y la inmediatez de la actuación como nunca antes; porque dentro de una casa, la experimentación siempre es real.

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UN CUENTO

Texto: Héctor Pellizzi Ilustración: Romina Paesani

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l Beto era un muchacho que se levantaba a las cinco de la mañana y trabajaba ocho horas corridas. Después tiraba la ropa de trabajo, se lavaba las manos y se convertía en el más genial de los actores. Podía transformarse en un mago inigualable, como aquella noche que sacó tantas estrellas de su galera que todos los niños del barrio durmieron un sueño de universos o podía convertirse en un payaso tan cómico, que nadie se daba cuenta de la tristeza de sus ojos. El Beto manejaba los títeres con tanta sabiduría que a la misma vez, era un rey, un bufón y una princesa. Era una ciudad entera, una sonrisa permanente en el corazón de los chicos.... Se vestía de gaucho, viejo y sabio, contaba historias increíbles, maravillosas, tan conmovedoras, que los terciopelos de las rosas se abrían y deshojaban su perfume de pétalos. Un gesto suyo y los bichitos de luz iluminaban un paisaje de ciruelos. Otro más y miles de muñecas y carritos bolilleros desfilaban por las veredas de las calles pobres. El Beto era tan simple, que los gorriones se le metían en el bolsillo para comerle las miguitas de pan. Un día se durmió balanceándose en una hamaca paraguaya, entonces los grillos aprovecharon y le colgaron serpentinas en el pensamiento. Fue así que se vieron infinidades de hombres azules caminando entre los árboles...

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Las campanas sonaban colores verdes y las palomas del campanario tenían poesías de amor en el mensaje de sus anillos. Las nubes formaban colchones de espumas para que las estrellas hicieran piruetas sin peligro y el arco iris era un tobogán gigante para los pichones de águilas. Un sendero de hormigas dibujaba una cicatriz en el costado de los canteros y Blanca Nieves y el Caballero navegaban racimos de naranjos. Cuando despertó, vio que el mar le había dejado tantos caracoles, que el lugar le pareció una isla encantada por Neptuno. El Beto también soñaba despierto, soñaba con el mundo mágico del último discurso de Charles Chaplin. Un mundo sin países, gobernado por niños y globos de colores... Tal vez fue por eso que un día llegaron los lagartos con sus escamas viscosas y exhalando bocanadas de fuego le incendiaron el corazón. Tal vez fue porque él quería hombres libres comiendo tortas de crema con nueces, que los demonios con sus colas de cerdos lo hicieron desaparecer para siempre. Ya no lo vamos a ver más pintándose la nariz de payaso, ni sacando conejos de su galera, ni contando bellas historias, ni manejando los títeres de trapos. Apenas, nos quedan algunos versos de un poema oculto bajo las frágiles luces de una ciudad con miedo...


A Gilberto Mesa, secuestrado el 17 de diciembre de 1976 por la dictadura militar.

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PROSA INMEDIATA

I Natalia Romero

Me conseguí un sifón color naranja. voy a llevarlo a lo de Josefina para ponerle soda oda al Cinzano con mucha gracia. en cada vaso aso un chorro de amor. la soda efervesce el momento. tengo que tener siempre un sifón fón para enamorar a mis amores. si dejo todo do librado al azar la vida se me escapa. sólo Cinzano y soda. ésa es la clave. e. el amor or está delante tuyo, sólo ólo hay que sa saber babajarlo.

Certificado de Defunción María Delia Colaneri

Estoy frente a una desordenada serie de carpetas que contienen papeles firmados por jubilados para sacar un préstamo, solo que en la portada tienen un certificado de defunción. Mi jefe afectuosamente me invitó a subir a una oficina para hacer un “trabajito”. Puso en el escritorio una larga lista de nombres y apellidos de un siglo atrás y me ordenó colocar FALLECIDO a cada lado de los que coincidan con los difuntos clientes de las carpetas.“Halagadora tarea matutina” pienso mientras ojeo las causas: Paro cardiorrespiratorio No traumático (Muerte Súbita) – debe ser la mejor que existe- en su mayoría. Con cierto temblor en mis dedos sostengo las carpetas para corroborar los datos. Me impresionan los rostros color sepia, jóvenes, esperanzados, hasta risueños. Alzo la vista y el amplio ventanal da a una calle apuradamente transitada por los múltiples y numerosos: adultos y niños.“Corre allílí la vida” me digo. Lástima ignorarlo.

Estaciones Julián Becaria

Ni el enfermizo frío del invierno, ni el cálido calor del verano, ni la caída de las hojas en otoño, ni el dulce aroma de las flores en primavera, son capaces de cubrir por completo la inmensidad de un mundo sin fronteras.

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CR贸NICA DE MOCHILA

Lima, Per煤

Cuando se marchita la flor de la canela Texto: Luciano Toledo Ilustracion: Facundo Marrafini

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a nariz es muy grande, pensaba mientras miraba el busto a Gardel, sentado en el único banco de la plazoleta que lleva su nombre en el barrio de Barranco, cuando apareció frente a mí un payaso. Un payaso pobre, viejo y descolorido. Barranco es un barrio de clase media alta al norte de la capital, aún rebrilla con historia y antepasado cultural. Está considerado el centro de la bohemia, el arte y la noche limeña. El poeta José María Eguren y la cantante Chabuca Granda vagaron “del puente a la alameda” entre “jazmines y rosas” por sus calles coloridas y coloniales, por donde yo años después caminé entre dealers y seguridad privada, farolitos y vendedores de emolientes, jubilados y bazuqueros, estudiantes, músicos y policías… Originariamente fue una aldea de pescadores, de la cual no quedó ni un memorial. Los dueños del reloj nocturno coparon las calles con boliches y business de cocaína a la vista ciega de cámaras “ocultas” que mandan a reprimir hasta a las hormigas. De cultural le quedó poco, algunos hipies rezagados y sólo un bar, perdido entre el neón y el reggaetón. Opaco, sucio, tímido entre el griterío sobrevive El Keko. Donde se emborracha el artesano con el metalero y baila el oficinista con la nena punk. Se habla del Ñol Solano y de Schopenhauer, de De Niro y de las minas de Berlusconi. “Esto no es un bar, es un barco” nos dijo el dueño una madrugada, después de haber tocado “y ustedes cómo buenos piratas, supieron defenderse a bordo”. Un mes contratados estuvimos dejando la vida sobre el mismo escenario que veinte años atrás había tocado Silvio Rodriguez. El Keko era nuestro refugio en una ciudad gigante. Y estaba a escasos metros de la biblioteca del barrio, otro refugio. Un edificio restaurado donde antes funcionaba la estación de tren. Pintado al día en amarillo y blanco, impoluto y elegante. Tan impoluto y elegante que me prohibieron la entrada. Había que pagar 5 soles. Pagar para leer. Tal vez fue una excusa para no herir mi apariencia. Por eso irrespetuosamente le agradecí a la bibliotecaria y me tomé el palo. - Lima es gris – me dijo la señora que vendía arroz con leche, mientras detrás suyo a pocos metros un grafitero escrachaba PROGRESO sobre un retrato de Alan García en una pared que había soportado invasiones y saqueos. - ¿Son muy nacionalistas los peruanos? Le pregunté a la doña, y me acomodé en la butaca plástica - ¿Por las banderitas lo dice? Estamos en fechas de celebración, además hemos salido terceros en la copa América, que no es poco

Detrás de ella un milico subía al grafitero a un patrullero. -¿Y que hace solo en esta ciudad, no tiene miedo? – preguntó interesándose en mi, después de unos minutos de silencio y observación - Viviría en esta ciudad, y en este barrio – dije - ¿Y su madre? Preguntó con resquemor -Mi madre no creo que quiera vivir acá -¿Pero dejaría a su madre para vivir aquí? Usté está loco, pe Me quedé en silencio y revolvía con la cuchara el arroz con leche para mezclarlo con la mazamorra e imaginaba a mi vieja en mi casa, en la cocina escuchando Chayanne, lavando los platos y pensando en mí. Me imaginaba al grafitero en una celda pasando la noche cagado de frío por eructar verdades con el aliento de un aerosol. A Silvio Rodríguez en el escenario del KeKo y a Barranco medio siglo atrás. Me dio el vuelto y me fui. Caminé largo rato por la avenida costera mirando el montón de agua escondido tras la niebla y volví a subir hacia el barrio. Agitado y aburrido me senté en la plazoleta Carlos Gardel a tomar aire y esperar que caiga el sol para arrancar hacia el bar. Esperaba y pensaba, esperaba. El hombre vive esperando: desde la caída del sol a un tranza o un cambio de semáforo... Pensaba pero no dejaba de inquietarme la nariz exageradamente grande del busto de Gardel, que en verdad hacía que poco se pareciese al viejo, al joven Zorzal. En ese video estaba cuando apareció frente a mi un payaso. Un payaso viejo, pobre y descolorido: - ¿Cómo va hermanito? – dijo extendiendo la mano envuelta en un guante de retazos deshilachados Levanté las cejas, le apreté la mano - No se asuste, soy un payaso. El Payaso Yerbaluisa. Los he observado que andan en la calle trabajando. Yo también, ahorita estoy haciéndole en los colectivos sobre todo. Porque está difícil, ya no sale nada, muy poco. No es lo que era. Al menos para mí. ¿Puedo tomar asiento? El payaso comenzó a hablar haciendo catarsis sin gestos de clown, sacándole el maquillaje a la realidad y dejando en evidencia que no tenía a nadie a quien confesarle sus miserias: - Yo fui un payaso muy rico, pero sufrí muchas tragedias, pe. Hace treinta años tuve la oportunidad de viajar a México y Estados Unidos, con un circo brillante, éramos cincuenta artistas en escena. Nos llevaron a un hotel de esos lujosos en Las Vegas. Yo era la primera vez que estaba en un hotel, no conocía nada, ¿tú te das cuenta? Y cuando entramos a la habi-

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CRóNICA DE MOCHILA tación, yo dormía con uno de los trapecistas que era mi pata, de chibolito ya, y tampoco nunca había salido. Y que, pe, sobre la cama había toallas con dulces, botellas de refresco... Y dije que atención, nos dejaron dulces y todo. Y estuvimos allí alojados dos semanas ofreciendo funciones todas las noches. Y siempre que volvíamos juntaban los residuos y había más dulces, nunca parábamos de comer. Pero el último día cuando dejamos las habitaciones, nos pagó el contratista y a mí y a mi compañero nos dio solamente 300 dólares a cada uno por habernos descontado lo que habíamos comido. Y yo que iba a saber, si nunca había estado en un hotel. Solo llegué a largar una onomatopeya o un monosílabo como ¡pa! o ¡no!, que siguió hablando: - Yo tenía un número. Mi número. El que me había hecho famoso y por el cual me contrataban de todos lados. De equilibrio en escalera. Solo dos personas. Yo y mi hermana. Pero cómo te he dicho, me persiguen las tragedias. El número consistía en que mantenía a mi hermana sobre mis hombros y subía y bajaba por una escalera abierta en forma de pirámide. Era cuestión de equilibrio. Pero haciendo el número en Chile por el año 92 me patiné y mi hermana se desnucó. Falleció. Desde entonces estoy en la calle, hoy he hecho unos 50 carros para juntar 100 soles. Cada tanto hago algún cumpleañito o bautizo. Pero poco sale, pe. ¿Ustedes le hacen a los carros? ¿Les anda? Yo lo escuché atentamente y asentí compadeciendo con la cabeza los gestos a todas sus palabras. Pero por momentos miraba la nariz de Gardel que no dejaba de perturbarme. No pude contestar que prosiguió diciendo: - Yo soy de Surco, nací y me crié aquí en Barranco pero hace años vivo allí. Y en toda la zona ya nada es lo que era. Si traigo veinte globos un domingo a la plaza, vuelvo con quince ¿Me habré quedado en el tiempo? ¿Usted que dice? Yerbaluisa era un payaso devaluado, que el sistema se había encargado de quitarse de encima con la tecnología y el PROGRESO. El tiempo y los fracasos le habían apedreado la vida de pies a cabeza. Y en los ojos se evidenciaba esa miseria acumulada. Y en sus ropas se veía reflejado el abandono de semanas sin bañarse. No respondí, que arremetió: - El barrio está de putas, pe. No se puede caminar por aquí de noche. Mucho polvo, mucha cocaína - ¿Será por eso que Gardel tiene la nariz así, entonces? Tiré con humor para cortar la melancolía de un payaso derrotado que rió mos-

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trando una sonrisa amarilla e incompleta. Me puso una mano en el hombro y dijo: - Yerbaluisa se marcha joven Nos dimos la mano en un fuerte apretón y se perdió entre las casas coloridas con su traje de bufón en resaca de carnaval, arrastrando los globos y las tragedias. No me había dejado responderle pero tampoco hubiera podido decirle que en muchos menos colectivos sacábamos más plata que él. Que nos iba bien en lo que hacíamos y que, por razones políticas que la risa nunca entenderá, estaba condenado a seguir transitando por la senda del perdedor cómo un payaso triste y solitario, en un mundo feliz y lleno de gente.


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PEQUEÑO VERSO ILUSTRADO Llueve Paula Yende lento de a ratos para como el latido en la sien a cientos de pixelados kilómetros reclamos entre labios un poco de amor en fotografías acá nieva dice la rusa y leo a cioran: -todas las decadencias están para sostenermeentre las gotas de hielo en mi fernet le escribo de lágrimas y de santos Tusquets 2009 plaza italia sigue lloviendo quejumbroso y la mística es una pantalla en el fondo de este vaso la humanidad no es más que un pensamiento frágil Noche Buena bajo la higuera del fondo Sergio Rigazio Mis hijas encienden las velas sobre la mesa, bajo la higuera del fondo. Hay una vela para cada uno de nosotros. Cada uno tiene su luz, cada uno tiene una particular manera de configurar una luz. Con una vela vulgar y silvestre, con una mariposa blanca, o como dice un amigo, con la trompeta de Chet Baker, con cosas así se encienden las noches y la luz es nuestra. Paisaje Nancy Cànepa Descubro la luna detrás de los árboles y se descorre la luz sobre una flor de verbena. La noche es mi pelo desbordado y un reflejo de estrella en esta medalla

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No tengo coraje para mirar las fotos Juampi Caiazza No tengo coraje para mirar las fotos Vengo rodando por los aeropuertos escondiendo flores en los controles aduaneros encarando las horcas del futuro como un toro blanco pero no puedo abrir el álbum y mirarte en las fotos Recuerdo la mañana en Helsimburgo soltabas tu pelo por la luz y yo te apunté en la lente de una kodak argentina Pero la foto se llena de fantasmas y no tengo coraje para ver un fantasma esta noche sobre el Atlántico Voy a llegar solo a Ezeiza mi vida estará esperándome en la parada del 86 subirá el colectivo dirá uno veinticinco abrirá los ojos y el niño habrá despertado

Encuentro de la noche Teca Tu mano está afuera de la sangre haciendo dibujos en la tierra yo la cubro con mi infancia, que desciende de los cables de luz escapando del frio y el ladrido de los perros. Sobre nosotros esta el motor del universo tirando humo y los engranajes de la humanidad cubriendo el techo con caballos ciegos. En el mar, un enjambre de avispas construye un barco para matar la alegría mientras los peces comen el silencio que dejan los años. Adentro de nosotros se ha metido la noche como un cuerpo cansado y en nuestros ojos pasa un rio que nos junta mientras todos se duermen.


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EL OJO BLINDADO

Junín por...

Juan José Bueno

Pía Ferro Verano 16 / de una


Bรกrbara Blaiotta

Andrea Parejas de una / 17


ENTREVISTA

La guerra en el alto cielo “La guerra se podía evitar, pero también se podía ganar”

Texto: Matías Canzonetta Ilustración: Leticia Fabrizio

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aúl Díaz, aviador militar de la Fuerza Aérea, es un ex combatiente que sobrevivió a los ataques perpetrados por los navíos Británicos en las Islas Malvinas. De voz gruesa y sin titubeos, afirma: “Volvería a la guerra si mi pueblo me necesita”.

“No soy un héroe, hice lo que tenía que hacer” 2 de Abril de 1982. La realidad lo sorprende, el desembarco Argentino en las Islas era noticia en el mundo, y su grupo se encontraba entre los más importante del país. La fuerza Aérea estaba lista para el enfrentamiento armado, los aviones M5 Mirage que utilizarían Díaz y sus compañeros eran de la década del 70 y provenían de Israel con varias horas de combates encima, ya que habían participado de la Guerra de Yom Kipur. Mientras tanto, en Argentina, la voz de Leopoldo Galtieri emborrachaba al pueblo con el incentivo de símbolos patrios, sin predicar la muerte de más de 700 soldados. “No soy un héroe, hice lo que tenía que hacer”, expresa Díaz, dejando por sentado que la derrota también fue parte de la tragedia. 1 de Mayo de 1982. Nadie esperaba el ataque de las Tropas Británicas, los soldados confiaban en que la diplomacia superaría la irracionalidad. Los soldados de dieciocho años tampoco sabían que Margaret Thatcher recibiría ayuda de la Fuerza Aérea Chilena, y que su principal aliado sería Augusto Pinochet. ¿Sabrían ellos quien era Margaret Thatcher? Fue el inicio de la tragedia, comenzaron los ataques combinados a la zona de Puerto Argentino por parte de Gran Bretaña con navíos que superaban altamente el armamento Argentino. El bautismo de fuego comenzó con el intento de desembarco, el grupo a cargo de Díaz tenía una misión, pero salió solo, porque falló uno de los aviones de compañía. Atravesó una línea de fuego desde San Julián a Malvinas para evitar que ataquen puerto Argentino pero la falta de combustible lo obligó a regresar estando a escasos seis kilómetros del objetivo. Comenzaban los ataques, el avión estaba lleno de misiles viejos (provenintes de Israel) y con los cañones listos, mientras que el enemigo atacaba con tecnología y armamento otorgado por los americanos. 9 de Mayo. La prensa Argentina comenzaba con uno de los capítulos más inescrupulosos de su historia. Los títulos de los principales diarios demostraban la crueldad y el engaño con frases como “ESTAMOS GANANDO”,

“SEGUIMOS GANANDO” “MALVINAS RECUPERADAS”. Esa mañana se desató un nuevo enfrentamiento, las condiciones climáticas mejoraron y los navíos enemigos aprovecharon para acercarse a Puerto Argentino. Díaz, Jefe de Grupo, salió acompañado por tres aviones M5 Mirage, se intentaba combatir cerca del agua y a toda velocidad, pero las consecuencias de aviones castigados en horas de guerra jugaron una mala pasada. La metodología era tan mala que en esa aproximación los radares no captaron una serie de Islas y los acompañantes del Jefe de Grupo terminaron explotando por el aire. 10: 34 Am Malvinas: Raúl Díaz preparaba nuevamente su M5, la Operación Sutton daba inicio al enfrentamiento en San Carlos. La costa occidental de la Isla Soledad se preparaba como escenario de combate, mientras la fuerza de desembarco Británica aplicaba armamento de última generación. La oleada de misiones comenzó en la zona del canal de Puerto San Carlos, Díaz atacó una de las fragatas que portaba armamento nuclear, la misma que estaba en Oriente y no había pasado por Inglaterra para depositar ese armamento. Aquellas horas de combate terminaron favoreciendo a las Tropas Argentinas logrando derribar a navíos que se encontraban en el San Carlos. “La zona del canal era la fiesta de la vendimia, eran fuegos artificiales por todos lados, fuego de misiles y fuego de artillería de los navales Británicos queriendo destruir nuestros aviones y nosotros con bombas y cañones, era una cuestión dantesca”, recuerda el ex piloto. Mientras tanto, “los escuadrones argentinos olvidados”, dentro de la misma guerra y enviados por la misma voz continuaban en el abandono político (no social). La información no llegaba, la tecnología era mala y estaban mal equipados. La comida comenzó a faltar después del 30 de abril, tenían que soportar temperaturas de hasta 20 grados bajo cero, lluvia y nieve. Durante esa semana los ataques en Malvinas no cesaron, Raúl Díaz, había sobrevivido a tres. Los pilotos argentinos sabían que del otro lado el armamento era superior, dos de los M5 se habían estrellado contra un grupo de Islas por la falta de radar, y la flota Británica avanzaba con ayuda Chilena. “Pese a estar preparados para el ataque, todo sucede tan rápido que no hay forma de pensar”. 11:00 am. Malvinas había amanecido con

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ENTREVISTA la nubosidad baja y quebrada y tendencia a niebla. En el continente, nubosidad alta, quebrada, estratiforme y techos altos; ligeras precipitaciones en Tierra del Fuego. Vientos regulares 20/35 nudos, apta para volar y atacar. Díaz fue Jefe de Cuadrilla, los M5-los mismos que habían participado en la guerra de Yom Kipur- estaban cargados con bombas frenadas de 125 km y 500 libras llenas de explosivos, de tal manera que si tocaba una fragata hacia un estrago en la tripulación y en la estructura. Navegaron sobre el agua a unos 15 metros de altura y a una velocidad de 2000 km/h para entrar en combate sobre la Zona Norte del Gran Malvinas. El Jefe de cuadrilla iba acompañado por un M5 a su izquierda y otro a su derecha, era la cuarta misión de Díaz, un piloto con horas de vuelo, que sobrevoló durante el conflicto del Canal de Beagle. Al día siguiente el diario La Razón titulaba “Oleada de Mirage y Skyhawk atacaron a la Flota Inglesa en el Estrecho de San Carlos”. La Fuerza Aérea Sur había comenzado con las operaciones sin interrupciones, destinadas a los buques y a la cabecera de plata en la Bahía San Carlos, durante el 24 de mayo se llevaron adelante doce órdenes fragmentadas. “Con todo lo que implica volar sobre el agua supuse que no iba a quedar con vida el 24 de mayo”. Sobrevolaron el estrecho San Carlos a 540 nudos y a diez metros del nivel del agua y sin radares para detectar al enemigo, lo que significaba estar en el blanco sin saberlo. Díaz y su cuadrilla fueron detectados por dos fragatas que estaban bien distanciadas en la zona norte del Gran Malvinas. Estuvieron en el blanco enemigo en dos oportunidades, pero la segunda fue fatal. “Logramos perder al enemigo, pensábamos que estábamos preparados para volver al ataque pero fuimos interceptados en segundos” Los Británicos enviaron un par de Harriers, avanzaron sobre la vertical de la salida del canal a unos trescientos metros de altura, primero lanzaron un misil al Teniente Castillo que sobrevolaba a la izquierda de Díaz, y luego recibió el impacto el Mayor Pua. Los Harriers tomaron dominio de la cuadrilla Argentina, se desataba el peor momento del enfrentamiento, las diferencias de armamentos demostraban superioridad terrestre, y aérea. “Sentía presiones terribles en el cuerpo, veía mucho fuego y ruidos difíciles de entender,

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es una película de segundos”. Un misil terminó con la vida de Castillo que sin eyectarse cayó al mar, mientras que el Mayor Pua con graves heridas logró eyectarse salvando su vida. En el momento de los ataques Díaz eyectó sus bombas y tanques de combustible para estar más liviano, los intentos fueron fallidos y un misil terminó de comprometer la vida del piloto. El avión quedó sin gobierno y no tenia forma de comandar, pensó en la eyección, se habían encendidos todos los paneles de instrumento, era la única alternativa. Entremedio de misiles y el cielo iluminado por los ataques británicos Díaz se eyectó.

“Pese a estar preparados para el ataque, todo sucede tan rápido que no hay forma de pensar” “No me di cuenta de lo que pasaba hasta que miré mis piernas sobre las nubes, me iba hacia una Isla y cuando quise girar no lo pude hacer porque mi brazo derecho estaba roto”. Aterrizó sobre piedras, con luxación en su hombro derecho y en las vértebras. Díaz sabía que no podía pasar la noche entre las piedras, las bajas temperaturas y sus heridas no le iban a permitir sobrevivir, estuvo horas intentando pararse, tomó dos litros de agua de origen Israelí que tenía en su equipo y comenzó a caminar por la playa. Pasado el medio día fue recuperado por aviadores navales y trasladado hasta un pueblado Kelpers, allí estuvo internado en un puesto comando. Minutos más tarde se encontró con el Mayor Pua que se había salvado después de su eyección y le cuenta que Castillo no corrió la misma suerte. La salud de Díaz empeoró, para eso se montó una operación desde el continente “búsqueda rescate”, lo trasladaron a Puerto Deseado, luego a Comodoro Rivadavia donde estaba el Hospital Reubicable de la Fuerza Aérea, y de allí a Buenos Aires. El 1 de Junio se reencontró con su familia en la ciudad de Tandil, ya recuperado de las heridas y con idea de volver a volar. Era una mañana fría, de otoño, con mucho por contar. Emoción, honor y placer. Abrazó a sus hijos y se envolvió en llantos con su esposa. Lo extrañaban, lo deseaban, lo esperaban… lo volvería a hacer. No le tiembla la voz, se escucha firme y sin rencores, sin violencia y sin ánimo de revancha: “La guerra se podía evitar, pero también se podía ganar”, insiste el ex combatiente. ¿Se podía ganar?


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MAMBO GRテ:ICO

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¿LO LEíSTE?

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El escritor rabioso Texto: Matías Caligiuri Ilustración: Valeria Loguzzo

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l juguete rabioso es la primera novela que escribió Roberto Arlt (previamente llamada “La vida puerca”, título que no prosperó por cuestiones editoriales). El personaje central de la obra es un adolescente llamado Silvio Astier. Un muchacho del barrio de Flores y a su vez un retrato de la Buenos Aires “barrial y popular” (y del propio Arlt). Paradigma típico de los que se hacían llamar El grupo de Boedo. Grupo que ponía el acento en la necesidad de producir una literatura atenta a las inquietudes sociales y revolucionarias de la época. En contraposición con El grupo de Florida que representaba fundamentalmente las aspiraciones de renovación del instrumental expresivo y se vincula en gran medida con algunas de las escuelas europeas de vanguardia. La obra nos habla de algún modo de la propia historia de Arlt. No siendo exactamente autobiográfica, la vida de Silvio Astier, el protagonista, posee ciertos referentes imposibles de evadir si de la historia de su autor se trata; una marca concreta es el empleo de Astier como vendedor en una librería. La novela refleja el caos de comienzos del siglo XX en Buenos Aires. Silvio Astier es un adolescente expulsado del colegio que vive como una humillación su pobreza e intenta vanamente escapar de ella a toda costa, sumiéndose cada vez más en un oscuro pesimismo a medida que fracasa en sus intentos. En un ambiente saturado de personajes siniestros y ruines, así como de situaciones absurdas y desesperadas, el joven es objeto del desprecio y la intolerancia a su alrededor, sin lograr emerger de una sociedad agobiante. Arlt nació en medio de la pobreza, fue hijo de inmigrantes y a los ocho años fue expulsado de la escuela (él mismo diría en cierta ocasión que lo echaron por inútil). Aprendió lo que pudo sobre literatura y la vida en las calles. Trabajó de manera casi ininterrumpida en diferentes oficios, algunos de los cuales son relatados a través de Silvio Astier, su alter ego. Arlt, en cierto modo, se presenta reflejando por medio del personaje su notoria situación de desventaja, su difícil iniciación en la adoles-

cencia. Astier es un soñador humilde cuyos fracasos le impulsan a una afirmación por la rebeldía y la delincuencia. La novela trata con toda naturalidad los temas que realmente le preocupan al autor y que han formado parte de su vida sumergiéndose en el mundo marginal donde vivió su adolescencia. Uno de esos temas es la figura del padre. Es importante resaltar, para una mejor comprensión de la obra del escritor, el carácter de su padre y de las relaciones familiares establecidas en el hogar. El áspero genio y la inclinación autoritaria del padre hicieron difícil la relación con el hijo varón desde la infancia de éste. Se ha observado que en la novela, el padre, cuando existe desempeña un papel negativo y destructivo para los hijos. Por ejemplo, en el capítulo “El juguete rabioso” la discusión entre Rebeca Naidath y su marido, Josías Naidath. O en el mismo capítulo cuando el capitán le pregunta: “-¿Y qué opina su padre de todo esto? -Mi padre se mató cuando yo era muy chico.” Otro de los temas es el de la inmigración. El juguete rabioso denuncia los aspectos más viles a los que fue sometida la inmigración y la sociedad argentina de la época pero descripto a la manera de Arlt, con carácter realista, que tal vez por analogías existentes de la obra con su vida misma, lo elabora con gran audacia literaria. Es indudable que lo que se intenta retratar es una sociedad despareja, contradictoria, que promete pero que no cumple. Los personajes de El juguete rabioso ponen de manifiesto su dificultad para la integridad social debido a la injusticia del barrio, del país. En ese contexto, “Silvio Arlt”, vivió su adolescencia. El barrio de Flores, el trabajo en la librería, las lecturas bandolerescas, el sueño de la escritura consumado por Astier/Arlt; Lila, su hermana, que murió de tuberculosis y Lila, la hermana de Silvio, que para no gastar en libros tenía que ir todos los días a la biblioteca. Los libros alquilados son una imagen perfecta del carácter incierto del acceso a la cultura con respecto a Roberto Arlt. Entra en contacto con la literatura a través de lecturas desordenadas en bibliotecas de barrio, de contactos febriles con la literatura de folletín. Siempre tuvo un

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¿LO LEíSTE? propósito principal “Sobre todas las cosas deseaba ser escritor”. También era un fantasioso inventor, se sabe que, como varios de sus personajes, soñaba con llegar a hacer dinero con sus muchas y a veces insólitas creaciones. Los protagonistas de sus novelas son hombres pertenecientes a la clase media-baja porteña de las tres primeras décadas del siglo XX. Estos personajes generalmente están sumergidos en la pobreza y son marginados por la sociedad. En El juguete rabioso, Arlt incluye el lenguaje vivo de los porteños con las características particulares adoptadas por el aluvión inmigratorio. Cuando en una oportunidad un periodista lo interrogó sobre el

origen y la naturaleza de sus personajes, Arlt respondió: “Lo único que sé es que un personaje se forma en el subconsciente de uno, como el niño en el vientre de una mujer. Que estos personajes tienen a veces intereses contrarios a los planes de la novela que realizan actos tan estrafalarios que uno como hombre se asombra de

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contener tales fantasmas. En síntesis, uno trabaja de componer novelas, soñar y andar a las cavilaciones con monigotes interiores”. A Roberto Arlt le fascinó la idea de ser un Dostoievski o un Baudelaire. Por medio de Silvio en una parte de la novela expresa: “-Si, señor, y tengo los mejores autores: Baudelaire, Dostoievski…”. O cuando creía cumplirse su grandioso destino saliendo del Casino de Oficiales: “…Yo podría ser un ingeniero como Edison, un general como Napoleón, un poeta como Baudelaire, un demonio como Rocambole.” Sabemos que gran parte de sus aspiraciones se cumplieron. En los círculos literarios del momento lo llamaban el “Pequeño Dostoievski” y otros hacían alusión diciendo que era “nuestro” Dostoievski. Como es imposible no ver en Silvio Astier a Roberto Arlt, es imposible no ver a Fiódor Dostoievski en Arcadio Makarovitch Dolgoruki en la novela El Adolescente. Roberto Arlt supo captar el poder mágico de la escritura y esto le permitió tener en el lenguaje todo lo que la vida no le podía dar. Así es como, a través de sus novelas, supo denunciar, aspirar, soñar con un cambio, con un destino apenas teñido de felicidad. En esto se parece mucho a Dostoievski. Arlt recibió una poderosa influencia del novelista ruso. Influencia que a veces pasa desapercibida debido a las diferencias que enmarcan las historias de ambos escritores: el bajo mundo de Buenos Aires y la Rusia zarista. En sus 42 años de vida, creó una narrativa hecha de violencia urbana, crítica social y personajes extremos. Su novela El juguete rabioso refleja entre tantas otras cosas, las aspiraciones del propio autor. Con una imaginación envidiable supo retratar parte de su adolescencia, su incansable búsqueda de la felicidad. Basta nombrar un pasaje de la novela: “Y así es la vida, quejarse siempre de lo que fue”. Arlt se quejó pero siempre siguió adelante para evaporar ese mal sueño que Silvio dijo con tanta pesadumbre: “Ser olvidado cuando muera, esto sí que es horrible” Arlt vivió en la desgracia más ruin, atravesó una vida llena de deudas, fue un fantasioso inventor, supo enfrentar y reconocer su “vida puerca” y sin embargo sobrevivió, se convirtió en un escritor rabioso, en el padre de la narrativa urbana.


LOS INVISIBLES

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VILLA ´N ROLL ¿Lo escuchaste?

BLONDE ON BLONDE

BOB DYLAN Por Juan Manuel Villafañe

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o todos los discos que nos gustan dependen únicamente de la música y de sus letras. Para quienes escuchamos de manera desaforada a nuestros artistas favoritos, siempre estamos deseosos de saber un poco mas, queremos interpretar y saber el porque de la mayoría de las cosas que pasan en cada disco, mas allá del valor personal que le podamos dar. Creo que este es un álbum de esos que nadie debería pasar por alto a la hora de conocer y descubrir músicas y artistas. Lanzado en 1966 y con la particularidad de haber sido el primer disco doble en la historia de la música, hoy quiero acercar a ustedes a Bob Dylan y su grandisima obra “Blonde On Blonde” . “No pienso tocar eso con un puñado de gente sobria. Haremos que nos traigan algo”. Estas palabras de Bob se escucharon en el estudio. Si prestan atención a la primer canción del disco, “Rainy Day Women # 12 & 35” podrán notar que han obedecido la orden y que ya nadie se encuentra en estado de sobriedad, los músicos arengan al compás y hasta en las primeras líneas de la canción se lo escucha a bob tentarse vaya a saber viendo que... La canción repite “Todo el mundo tiene que colocarse”, al menos en el estudio, la gran mayoría hizo sus honores al estribillo. Cabe aclarar que la grabación que se escucha, es la única toma que se hizo. Las influencias de Blues en lo musical y en lo lírico se hacen presentes a lo largo de “Blonde On Blonde”, incluso en “Pledging My Time” copia la introducción instrumental de “Odds and Ends” de Jimmy Reed. Así como al lunfardo de la música Country, hay varias citas a escritores, a la Biblia y alguna discutible referencia a lucifer, pero quienes mas sobresalen son las baladas Country, como “Just Like A Woman” escrita para una

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actriz adicta, que formaba parte del elenco de Andy Warhol, “Visions of Johanna”, la romántica “I Want You” o “Sad-Eyed Lady Of The Lowlands” dedicada a su esposa Sara y con una duración de mas de once minutos que dejo a todos sorprendidos, teniendo en cuenta, el pequeño detalle, que nadie en el estudio sabia cuando terminaba. En “Leopard-Skin Pill-Box Hat” se puede escuchar una introducción un tanto insegura por parte de la guitarra, que logra ir remontando con arreglos a lo largo de la canción, esto se debe, en parte, a las formas de grabación de Dylan, siempre han sido discutibles, pero siempre se han hecho a su manera. Llegar al estudio, empezar a rasgar su guitarra acompañado por su armónica, y para los músicos el duro trabajo de seguirlo y en no más de dos tomas tener la canción grabada. Nunca acostumbró a ensayar previamente con ninguno de sus grupos. Tipo especial si los hay. Con todas estas características se han grabado la mayoría de los discos de Bob, pero sus letras y su voz siempre lograron dar lo suficiente para que quienes escuchamos frecuentemente sus discos, poco nos importe. En una escena de la película “Alta Fidelidad” se lo puede ver a Jack Black, empleado de una disquería, protagonizando la situación de tener que aconsejar a un cliente sobre que discos comprar, y al mostrarle el vinilo de “Blonde On Blonde” y notar que no le era conocido, le suelta “ ¿Cómo que no tienes Blonde On Blonde? Todo esta bien, aquí lo tienes”. Tal vez, estas líneas que escribí sobre este álbum comparten cierto entusiasmo con aquella escena, por querer desde un humilde rincón acercar un artista, un disco, una canción.


MAMBO DIDテ,TICO

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Mari Ma rian ri anel an ela el a Ro Rozá zán zá n / El Elet eté et é


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