Experiencias Familiares Estudiantes Y9ML Profesora: Martha LucĂa Bocanegra
Ser Hijo Único Ser hijo único tiene sus ventajas y sus desventajas. Pero por lo general a mí me gusta no tener hermanos. Pero también hay unas cosas que no me gustan. Lo que me encanta es que: no tengo que compartir mis cosas, soy el consentido, nadie me molesta, tengo mi propio cuarto, entre otras. Y lo que me disgusta es que: a veces me siento solo (pero aún así tengo amigos), cuando no hay nadie en la casa, me hace falta alguien con quién hablar. No importa porque en general me gusta. También normalmente a mí me dan todo lo que pido (cosas materiales). Y puedo disfrutar lo que me dan al máximo sin tener que prestarlo o compartirlo. También últimamente desde que me aceptaron la visa he podido salir de Colombia a los Estados Unidos, sin tener que gastar tanta plata como cuando uno paga para más gente. Me encanta ser hijo único. Por otro lado, hay veces que me siento solo aunque eso no es un grave problema porque puedo jugar con mi padre, amigos del conjunto o me veo con mi familia y mis primos. A veces me falta hablar con alguien de frente, y a esta persona poder contarle mis secretos y tiene que ser alguien que no sea ni mi pa ni ma. Pero adoro ser hijo único. Entonces si yo pudiera tener un hermano la verdad lo pensaría bien. Si lo tuviera me gustaría ser el mayor por unos cuantos años. Me gusta como soy, y como es mi vida, no me puedo quejar de nada. Me gusta ser hijo único. Navidad del año pasado El año pasado en Navidad del 2012, la pasamos en Chinauta en la finca de un familiar. Todos estábamos felices. Había una perrita de unos cuatro meses llamada Madonna, ella era negra y muy chiquita. Mis primos y yo, nos metimos a la piscina muchas veces. Jugamos fútbol y descansamos. Estábamos muy ansiosos por abrir los regalos; pero antes necesitábamos comer y bailar un rato. Después de eso sí abrimos los regalos y leímos la novena. También habría una señora que nos cocinaba. La comida era deliciosa. A mí me dieron un XBOX con dos controles y tres juegos. Era lo que había pedido desde un principio. Y gracias a Dios que me lo dieron. La pasé delicioso con toda mi familia. Este año creo que también vamos a hacer lo mismo. Sólo que este año pedí un IPad mini. Me gusta estar con los perros, meterme a la piscina, jugar fútbol, dar una vuelta por la finca , ver las matas, descansar, ver televisión y hablar.
Yopal En diciembre del 2012 planeamos un viaje a Yopal para visitar a mi tía y a mis primos. Estuvimos en diferentes piscinas y ríos. También fuimos al garcero que es un sitio del llano donde la gente va a ver el atardecer y a mirar las garzas partir a sus otros destinos. También fuimos a lagos. Vimos los atardeceres del llano. Fue hermoso, tenía muchos colores, rojo, amarillo, naranja y un rojo más clarito, me encantó. Otra cosa que me gustó fue que nos lanzamos de una piedra súper alta a un río, y nos tiramos como unas cinco veces. Yo tenía miedo de tirarme de clavado entonces me tiraba parado. Pero después me llené de valentía y a la última lanzada me zampé de clavado y fue la tirada más exitosa. Fue increíble. Fue una experiencia muy bonita e interesante porque fueron mis abuelitos y mis otras tías de Bogotá. Me gustaría volver con toda mi familia. Amazonas Una experiencia inolvidable fue haber conocido el Amazonas, una parte de Colombia muy bonita y olvidada, me encantó porque tuve contacto con la naturaleza, ver el río Amazonas tan grande y poderoso que de profundidad tiene más o menos 100 metros y la selva, lo que más me gustó fue la gente tan sencilla, hermosa y muy amigable. Por ejemplo los meseros y cocineros del hotel me invitaron en la noche a pescar y ellos me hicieron una caña para ir con ellos. Pesqué un pez medio grande y mi amigo el chef pescó una piraña. En el hotel que me quedé tenía muchos amigos como el señor del bar, un científico, el chef, meseros, las personas de los tours y la de la recepción, también me gustaron los shows que presentaban en las noches, hacían bailes de Brasil y Perú, las personas con trajes muy típicos y llamativos. Fui a una parte de Brasil llamada Tabatinga y parte de Perú. También fui a una isla de los micos donde tu le das comida y de te suben como 15 en todo el cuerpo. Fui a la casa de chocolate en Brasil donde uno compra dulces finos a muy buen precio, por ejemplo hay Hersheys,M&M, Garoto y otros. Me encantó. También fuimos a tribus indígenas, y bailamos con ellos, hicieron artesanías, y nos trajeron anímales para acariciarlos. Eran como serpientes, lagartos, osos perezosos y monos tití.
New York Mi viaje a New York fue una de mis mejores experiencias. Me encantó ir, porque yo sólo conocía muchos sitios en películas, fue un sueño total, cuando vi esa ciudad tan poderosa, los edificios tan altos y tanta gente de todas partes del mundo, también ir donde había ocurrido el desastre de las Torres gemelas. Fui al Empírea State, el edificio más alto de New York y tuve la oportunidad de subir y ver toda la ciudad desde allá arriba. También fui a Central Park y no lo pudimos recorrer en un día porque es un parque muy grande, hay árboles, zonas verdes, sillas por todos lados y mucha gente practicando deporte. Estuvimos en Time Square. Eso sí fue una cosa loca con todas esas pantallas y luces por todo lado, y yo me acosté en una barda de una fuente para admirar todo ese color. Era mi cumpleaños y mi mamá me dio un tour a Buffalo, Philadelphia y Washington. Fui a las Cataratas del Niágara, eso fue mi parte favorita, porque ha sido una de las cosas más hermosas que he visto en mi vida, bajamos a las cataratas y estuvimos en un barco que nos llevó muy cerca. Había tanta neblina de la caída de agua tan fuerte, que se nos hizo imposible tomar fotos. Fue una de mis mejores experiencias. Crucero
Una experiencia en el mar inolvidable. Fui a un crucero por Aruba, Curaçao, La Guaira y Panamá. Este crucero salía de Cartagena, el barco era gigante, tenía 14 pisos, cada uno tenía su especialidad y su tema, había muchas tiendas, bares, casinos, gimnasios, spa, biblioteca, sala de internet, canchas de basketball, mesas de ping pong, teatro, muro de escalar, un teens club donde había juegos de máquinas, salas de juego y otros. Había restaurantes para hacer reserva e ir con ropa elegante y otros para ir más informal. En el último piso estaba la piscina, jacuzzi, sitios de bebida y lo mejor, hacían shows y orquesta todo el día. Cada noche presentaban un show diferente con trajes espectaculares y había un humorista de Argentina muy gracioso. Lo que más me llamó la atención fue la vista del mar y saber que hay una ciudad en el barco porque hay todo lo que uno necesita. El lugar que más me gustó fue Aruba por la playa que hay, es la más hermosa que yo he visto en mi vida, la isla en sí es increíble por las casas que hay, llenas de colorido la parte de comercio del hotel Riu y lo demás. Todo en el crucero era hermoso. Además, hice muchos amigos de otras partes de Colombia y de Venezuela. A veces me hablo con un amigo de Cali que se llama Juan Felipe. Por: Christian Ortiz
Mis Experiencias familiares Cosas que ha hecho mi Hermano El Cereal
A las seis de la mañana, un día de la semana como cualquier otro, nos levantamos mi hermano y yo. Él quería cereal para desayunar, y se lo dijo a mi empleada. “No hay” le respondió y mi hermano se puso bravo. Me empecé a reír histéricamente porque mi hermano había empezado a llorar porque simplemente no había cereal. Me parecía muy gracioso que estuviera llorando por una bobada así de chiquita. Entonces, se puso bravísimo y me empezó a pegar puños en los hombros y patadas en las piernas porque me reía de su drama sobre el desayuno. Me dolían mucho sus puños y patadas pero yo no lloraba, yo simplemente me paré de reír y él seguía enfadado conmigo, llorando a chorros. Yo le pregunté: ´Simón, ¿Por qué lloras tanto? Ya paré de reírme´. Esto sólo lo hizo poner más bravo de lo que ya estaba, pero yo sólo le estaba haciendo una simple pregunta. Era impresionante, sus ojos ya estaban rojos y me miraba débilmente y me dijo :´Gabriela, ¿Por qué no me dejas en paz?´. Yo simplemente me reí un poquito y me fui a coger mi maleta del colegio. Él me persiguió y me dijo : ´Te odio tanto´. Yo me reí tan duro que mi papá preguntó qué estaba pasando, y mi hermano me echó toda la culpa a mí, aunque él fue el que estaba llorando porque no había cereal. Todo esto ocurrió simplemente porque mi hermano lloraba por la falta del cereal en la casa. Al final, mi papá me regañó por ´haber hecho llorar´ a Simón. Yo me puse muy brava porque yo simplemente me reía inofensivamente por la bobada de mi hermano, pero mi papá nunca entendió eso, y dijo que yo había hecho a mi hermano llorar por grosera, pero no fue así.
La Música Regalada Cada mes del año, mi papá me regala 10 dólares para gastar en música de iTunes. A mí me encanta comprar música por ahí porque después la puedo pasar a mi celular y a mi iPod, y la puedo oír en el bus, en la casa, o donde esté. Yo soy muy aficionada a comprar canciones que me gustan, y muchas veces son tantas las canciones que quiero, que esos 10 dólares que mi papá me regala con tanto amor, no son suficientes para mí. Normalmente, como se me acaba la plata tan rápido, me toca esperar hasta el siguiente mes para comprar otras 9 o 10 canciones. Pero un domingo por la mañana, todo cambió. A mi hermano Simón le gusta escuchar música, pero no tanto como a mí. Yo amo escuchar música en todas partes, a toda hora. Igual que a mí, a mi hermano también le regalan 10 dólares por mes, pero en otra cuenta diferente a la mía. Yo siempre me quedo sin plata como al segundo día del mes, pero mi hermano había llegado a acumular la plata de cuatro meses enteros, y ya tenía más de 40 dólares en su cuenta, eso es algo que yo nunca podría hacer. Ese domingo, amanecí con el sol en mi cara, con los pájaros cantando al lado de mi balcón. Me había levantado con buen humor, feliz, con la intención de comprar una canción que había salido el día anterior. Prendí mi Mac Book, abrí iTunes y ¿Qué paso? No tenía suficiente dinero para una canción. Entonces, decidí ir a preguntarle a mi hermano si por favor me podía regalar esa canción que tanto quería. Yo me esperaba una respuesta grosera como: ´No es mi problema si ya te gastaste tu plata´ o, ´No me voy a gastar mi plata en una de esas canciones estúpidas que te gustan a tí. Pero, fue al contrario, me dijo con una sonrisa de oreja a oreja: ´Sí, tengo como 40 dólares, no importa si me gasto 1 para una canción tuya´. Yo, completamente sorprendida por su generosidad, le dije ´¡gracias Simón!´ y fuimos hacia el computador y abrimos iTunes y compramos la canción que quería. Este tipo de cosas son las que me hacen querer a mi hermano a pesar de que sea grosero y malo conmigo muchas veces. Él se había despertado de buen humor, y si no lo hubiera hecho, estoy completamente segura de que no hubiera ni considerado comprarme esa canción. En estos momentos así es que me encanta tener un hermano que haga cosas bonitas por mí, aunque sean chiquitas.
Cosas que he Hecho Yo Las Matemáticas A las 3 de la tarde, un día lluvioso, oscuro y nublado, mi mamá nos recogió en el colegio para ir a una cita médica que teníamos los dos. Al montarnos al carro, mi mamá nos preguntó: ‘¿Cómo les fue hoy?´ y yo le contesté muy planamente ´bien´ en cambio mi hermano, le da todos los detalles de su día de colegio. Mientras esto pasa, yo saco mi horario de clase y miro qué tareas tengo para el próximo día, y quedé sorprendida porque ¡No tenía ninguna! Rara vez me pasaba esto, casi siempre tenía una tarea para entregar pero ese día no tenía ni media. Al descubrir esto, le dije feliz a mi mamá, ´mami, ¡no tengo tareas para mañana!´, ella sonrió y dijo :´qué rico, ya te merecías un descanso de todas esas tareas pero después mi hermano nos miró a las dos y con una cara de aburrimiento nos dijo ´yo sí tengo como tres y una es de Matemáticas. Como no estábamos peleados, no tenía tareas y me sentía generosa, ofrecí ayudarle con su tarea de M matemáticas, y se puso muy contento y mi mamá también se puso feliz por haberme ofrecido a hacer eso por mi hermano. Cuando llegamos al médico, le dije a Simón que bajara la tarea para que se la hiciera de una vez porque habíamos llegado temprano y nos iba a tocar esperar. Además solo eran un par de preguntas faciles de algebra. Después, nos sentamos en la sala de espera y empezamos con la tarea. Como a él lo llamaron primero, sólo le alcancé a explicar las primeras preguntas, pero mientras yo esperaba, entendí las preguntas y estaba lista para explicarle las siguientes. Cuando salió, ahí mismo me llamaron a mí entonces me tocó entrar. Al salir, vi que mi hermano ya las había hecho porque yo ya lo había ayudado a entender. Cuando nos volvimos a montar a nuestro Volvo plateado y nos sentamos en las sillas de cuero, Simón me dio las gracias por haberle ayudado con una de sus tareas aunque fuera cortica. Mi mamá también me agradeció por haberle ayudado a mi hermano y me dijo que fue muy amable de mi parte por haberle ayudado. Aunque la mayoría del tiempo peleamos mi hermano y yo, ese día yo hice algo bueno por mi hermano, y no terminamos peleando.
Cosas que he Hecho Yo Las Matemáticas A las 3 de la tarde, un día lluvioso, oscuro y nublado, mi mamá nos recogió en el colegio para ir a una cita médica que teníamos los dos. Al montarnos al carro, mi mamá nos preguntó: ‘¿Cómo les fue hoy?´ y yo le contesté muy planamente ´bien´ en cambio mi hermano, le da todos los detalles de su día de colegio. Mientras esto pasa, yo saco mi horario de clase y miro qué tareas tengo para el próximo día, y quedé sorprendida porque ¡No tenía ninguna! Rara vez me pasaba esto, casi siempre tenía una tarea para entregar pero ese día no tenía ni media. Al descubrir esto, le dije feliz a mi mamá, ´mami, ¡no tengo tareas para mañana!´, ella sonrió y dijo :´qué rico, ya te merecías un descanso de todas esas tareas pero después mi hermano nos miró a las dos y con una cara de aburrimiento nos dijo ´yo sí tengo como tres y una es de Matemáticas. Como no estábamos peleados, no tenía tareas y me sentía generosa, ofrecí ayudarle con su tarea de M matemáticas, y se puso muy contento y mi mamá también se puso feliz por haberme ofrecido a hacer eso por mi hermano. Cuando llegamos al médico, le dije a Simón que bajara la tarea para que se la hiciera de una vez porque habíamos llegado temprano y nos iba a tocar esperar. Además solo eran un par de preguntas faciles de algebra. Después, nos sentamos en la sala de espera y empezamos con la tarea. Como a él lo llamaron primero, sólo le alcancé a explicar las primeras preguntas, pero mientras yo esperaba, entendí las preguntas y estaba lista para explicarle las siguientes. Cuando salió, ahí mismo me llamaron a mí entonces me tocó entrar. Al salir, vi que mi hermano ya las había hecho porque yo ya lo había ayudado a entender. Cuando nos volvimos a montar a nuestro Volvo plateado y nos sentamos en las sillas de cuero, Simón me dio las gracias por haberle ayudado con una de sus tareas aunque fuera cortica. Mi mamá también me agradeció por haberle ayudado a mi hermano y me dijo que fue muy amable de mi parte por haberle ayudado. Aunque la mayoría del tiempo peleamos mi hermano y yo, ese día yo hice algo bueno por mi hermano, y no terminamos peleando.
La Caída Era una mañana hermosa, y me había levantado feliz. Abrí mi cortina y vi que estaba haciendo mucho sol, bajé a desayunar y luego me bañé. En mi escritorio había una pelotica chiquita de Android y no sabía de dónde había salido, entonces le pregunté a mi papá, y me dijo que le habían regalado dos, y que le había dado la otra a Simón. Era una pelota negra que tenía al muñequito verde de Android en la mitad. No la planeaba usar para nada, era una pelota que no rebotaba, y no servía para nada. Yo no sabía si mi hermano la iba a usar o no, y la verdad no me importaba. De repente, siento un golpe en la espalda, y ahí mismo sabía que era Simón molestando con la pelota que le había regalado el papá. No me había dolido, me había molestado que Simón no tuviera algo mejor que hacer que pegarme con esa pelota. Calmadamente le dije ´Simón, por favor vete y para de pegarme con esa pelota´, él creyó que era muy chistoso, y me volvió a pegar. Otra vez le dije: ´Simón, para.´ Como él seguía creyendo que era chiste, me la volvió a tirar y me dijo: ´Gabriela, ¿Qué vas a hacer? Jajaja eres muy boba. Yo ya estaba poniéndome brava porque mi hermano no entendía que quería que parara de tirarme esa pelota y que dejara la bobada. Él se reía y se reía, y como ya había perdido la paciencia, salí corriendo a perseguirlo. Apenas lo empecé a corretear, corrió hacia las escaleras y las bajó corriendo. Pero este jueguito no duró mucho porque cuando él ya estaba llegando al final de las escaleras, yo lo alcancé y lo empujé contra la pared suavemente, pero como ya estábamos al final, no había pared y se cayó directo al piso. Se pegó durísimo con esa caída y empezó a llorar del dolor. Mi mamá estaba en la casa, y ella sabía que alguien iba a salir llorando, y apenas oyó a Simón llorar dijo ´les dije´, y eso fue todo lo que dijo antes de bajar a ver lo que había pasado. Al final, yo salí regañada por haberlo empujado aunque no quería tirarlo al piso, y a él no le dijeron nada por haberme molestado constantemente con esa pelota que nos había regalado el papá. La mayoría de veces que peleamos los dos, alguien sale llorando y casi siempre es mi hermano Simón. Por esto, casi siempre soy yo la que sale regañada, porque mi hermano siempre es el que llora, así que mis papás asumen que yo fui la que lo herí y lo dejo llorando, pero no toman en cuenta que lo hice porque estaba siendo insoportable.
Las Garras Un sábado por la mañana, después de nuestra clase de tenis, mi hermano y yo nos encontramos con nuestros papás en el comedor del club Guaymaral para almorzar. Cuando nos sentamos, pedimos algo de tomar y de comer, y esperamos. Mientras esperábamos, mi hermano Simón estaba diciendo que yo estaba molestándolo durante clase de tenis y que lo hice caer y por eso tenía la rodilla pelada, pero la verdad era que él se había caído solo porque se había tropezado por tener el zapato desamarrado. Me puse brava porque mi hermano les iba a mentir a los papás sobre lo que había pasado solo para meterme en problemas. Como mis papás no nos estaban poniendo cuidado, como siempre, entonces decidí clavarle las uñas en el brazo a Simón para que no mintiera. Él empezó a gritar y a reírse a la misma vez , y en ese momento se dieron cuenta mis papás de lo que estaba pasando. Mis papás, tratando de disimular su ira porque estábamos en público, me miraron con ojos abiertos y me dijeron casi calmadamente ´suéltalo Gabriela´, entonces lo solté y todos quedamos aterrados a lo que había quedado en el brazo de Simón, con mis propias uñas le dejé la marca de cada una de ellas y se veía perfectamente donde se las había enterrado. Para defenderme, dije: ´ni siquiera están tan largas, no se cómo pasó eso pero todos me miraban feo. De repente, mi hermano se empezó a reír y yo quedé muy confundida porque no sabía que lo había hecho reír. Simón ,entre carcajadas, dijo ´me enterró las uñas y me dejó la marca,´ como si fuera lo más chistoso que le hubiera pasado en la vida. Mis papás también lo miraron con cara de confusión. Cuando se paró de reír, le pregunté que por qué se reía y simplemente encogió los hombros. Finalmente, mis papás me hicieron pedirle perdón a mi hermano aunque a él le había parecido chistoso, y no le había dolido mucho. Yo me disculpé y él simplemente se río aceptó mi disculpa. Yo pensé que él se iba a poner muy bravo porque le había enterrado mis uñas en su brazo, pero en fin nunca estuvo bravo conmigo aunque le hice una maldad como enterrarle mis uñas. Por: Gabriela Rodríguez
Mis Experiencias familiares Jonathan (Johnny) es mi hermano menor .Tiene 7 años y está en el tercer grado. Yo me llamo Karina y tengo 13 y soy la hermana mayor de la familia. Mi padre se había casado antes de que se casara con mi madre. Tuvo 3 hijas antes de casarse con mi mamá. Mi papá siempre había deseado tener un hijo ya que tuvo 4 hijas. Cuando tuvo a Jonathan, no me sorprendí de que toda su atención hubiera sido hacia él. Mi padre seguía hablando sobre lo que le iba a enseñar, especialmente el béisbol. Siempre fue el tema principal (por lo que fue su deporte favorito desde la infancia).Siempre ha sido una batalla difícil desde que Jonathan llegó.
Las maldades de mi Hermano El Tenedor Fue mi primer año viviendo en Miami, estaba viendo una película, Shrek, mientras disfrutaba unas deliciosas salchichas bañadas en salsa de tomate. Al terminar coloqué mi plato con cautela encima de la mesa de noche, ya que mi madre estaba tomando su siesta diaria. Mi hermano acababa de entrar en la habitación oscura. En la mañana le había arrebatado un juguete por lo que me lo arrojó. Jonathan estaba a punto de tomar su venganza por su juguete “extraviado”. Se dirigió hacia la mesa de noche donde dejé el plato de comida. Hizo mucho silencio para no darme cuenta de su presencia. Cogió el tenedor de una forma agresiva. De repente mi madre se despertó, y ahí fue cuando me di cuenta de mi hermano. Mi madre decidió salir de la habitación y servirse un vaso de agua. Jonathan aprovechó ese momento. Jonathan llamó mi atención. Arrojó el tenedor a mi cabeza sin que yo me diera cuenta. Después de varios minutos algo se estaba derramando por mi cara. Pensé que era sudor y pasé mi mano por mis ojos. Después me di cuenta de que algo seguía corriendo por mi cara. Caminé rápidamente hacia al baño y prendí la luz con desesperación. No era sudor, ni agua. Era SANGRE.
La Patada Acabábamos de llegar de la escuela nos sentamos a almorzar mientras veíamos tele. El que coja el control de primeras es el que elige los canales, dijimos. Subí a mi habitación, me cambié y bajé lo más rápido posible para poder coger el control. Me asomé a la sala de televisión y Jonathan seguía en su habitación. Al instante que agarré el control remoto mi hermano salió. Se puso rojo y empezó patalear. Mi mamá llegó se dio cuenta de que Jonathan estaba llorando. Me comió de un solo grito. ” ¿POR QUÉ LE PATEASTE A TU HERMANO , KARINA?!”. Ese día me arrebataron el control y me quedé viendo Las tortugas Ninjas por el resto del día, por la supuesta patada. El escupitajo Estábamos pasando un lindo día en nuestra casa de verano celebrando las navidades. Todos bañándonos en la piscina. Eran unas vacaciones en familia. Todos seguíamos un horario. Desayunar, disfrutar de la piscina, esperar el almuerzo, y finalmente dormir. Era algo habitual. Mi abuela llamó a todo el mundo a almorzar. Excepto a mis primos, a mí, y a mi hermano. Mi abuela nos estaba preparando un almuerzo extra especial. Me Salí de la piscina a tomarme un vaso de gaseosa, y como siempre Jonathan también quiere. Los dos queríamos Coca-Cola pero solo había un vaso. Todos los otros tenían Sprite. Como yo me había salido de la piscina mucho antes que mi hermano agarré el vaso de coca cola de primeras. Jonathan se enojó mucho. Tomó el vaso de sprite con fuerza, se tomó un sorbo y en menos de unos segundos el sorbo que tomó estaba en mi cara. Había escupido toda la sprite en su boca. El Empujón Siempre guardamos los dulces y el pan en la alacena, que viene con candado y una llave porque a mi mamá no le gusta que nos llenemos antes de comer. Yo soy la encargada de cuidar la llave, tengo que asegurarme que nadie se coma mis dulces y otras cosas. Acabábamos de llegar de la escuela. Mi madre mandó a Jonathan a hacer tareas antes de irse a hacer sus “vueltas”. Jonathan se acercó a mí y me dijo “quiero nutella (chocolate), y yo le respondí que hasta que no hiciera tareas no le daría la llave para comer chocolate. Jonathan se enfadó y empezó a patalear. Hubo un momento que me cansé de su lloradera y me paré, le dije que hiciera las tareas. Jonathan se enfadó aún más. De repente (fuera de la nada) me empujó contra la puerta de su habitación, me gritó y cerró su puerta con fuerza.
Mi Tarea Jonathan tenía unos dos años y yo siete. Me habían puesto una tarea larga y complicada. .Era un reporte. Mientras hacía la tarea Jonathan trataba de llamar mi atención para que jugara con él. Desde mi punto de vista en ese momento Jonathan sólo era un estorbo. Mi hermano no logró llamar mi atención, y para poder lograrlo me arrebató mi tarea y se encerró en el baño. Cuando salió traté de coger mi tarea y al tratar el papel se rasgó por la mitad. Terminé llorando como loca “VOY A PERDER EL AÑO!!!!!”.
Mis Maldades El Zapato Era un feliz viernes y casi siempre acostumbro a realizar mis tareas para tener libre mi fin de semana. Después de haber terminado las tareas me acosté en la sala a ver televisión. Me encanta ver Max & Ruby (show para niños), el cual trata de los sucesos que ocurren en la infancia y en proceso de crecimiento y vivencias de dos hermanos conejos, una conejita llamada Rubí quien es la mayor y su hermanito travieso Max. Jonathan odiaba este show porque casi siempre refiere que el hermano mayor debe seguir los consejos y ejemplos de su hermana menor, pero no ha evidenciado que también la hermana mayor aprende muchas cosas positivas de su hermano menor recibiendo ejemplos constructivos para el diario vivir. Mi hermano llegó a la sala y me dio su opinión de Max & Ruby.” Lo odio Nina (Karina) cámbialo ahora! le respondí con un No rotundo. Entonces Jonathan tomó la calma y esperó hasta que se acabó el show para poner lo que él quería. Pero a él le parecía que Max & Ruby nunca iba a acabar. Mi hermano se paró y me quitó el control, salió corriendo, y se fue detrás del comedor como si fuera su protección. Reaccioné rápidamente y lo perseguí. Hubo un momento en que me cansé y decidí tirarle mi zapato. Fue un tiro tan perfecto que le pegó en la cabeza. Jonathan cayó al suelo y empezó a llorar. Sé Responsable! Para Mi hermano Jonathan ha sido un hábito hacer la tarea a última hora. Cuando llega tarde a la casa “no ha hecho tareas”. Cuando salimos de viaje “No ha hecho tareas”, cuando llega de entrenamiento” no ha hecho tareas”. Mi hermano después se queja que está muy cansado para hacer tareas. Y como siempre dice mi mamá “quien Lo manda a dejar todo para lo último!!!”. Un día Jonathan dejó 7 tareas para el domingo que debía entregar el lunes. Le dije “sé responsable, vas a perder el año. Apenas dije eso Jonathan se encerró en su cuarto a llorar. Llegaron mis padres y me regañaron diciéndome ” ¡NO DIGA ESO QUE ÉL SI VA PASAR EL AÑO!”
Los libros de La Escuela Era un domingo, una tarde lluviosa y aburrida en la bella ciudad de Bogotá, por lo tanto no podíamos salir al parque ni a la ciclo vía, no había cable para ver TV, pues el transformador del sector donde vivíamos sufrió un corto y los empleados de condesa lo estaban arreglando, entonces Jonathan y yo decidimos jugar con uno pista de carros. Estábamos a punto de terminar la carrera cuando a mi hermano le dieron ganas de ir al baño a hacer pipí. Salió de la habitación, y directo al baño. Un recuerdo pasó por mi cabeza. Jonathan me había quitado una tarea urgente que necesitaba, entonces decidi que era el momento perfecto para tomar venganza. Tomé los libros de la escuela de mi hermano y los escondí debajo de mi cama. Al día siguiente al despertar para ir a la escuela, encontré a Jonathan Llorando por sus libros que no los encontraba. Me dio mucho pesar con mi hermano entonces en la buseta le devolví los libros, me agradeció con un empujón. Salsa de Tomate: Era un miércoles, los miércoles mí madre acostumbra a cocinarnos su delicioso arroz hermano y a mí, cuando comemos arroz con pollo, usualmente ponemos un poco de salsa de tomate en el pote de salsa de tomate y mi hermanito me lo arrebató. Entonces yo le quité el pote de salsa de grosero. Mi mamá se puso furiosa por el desorden que formamos en la mesa, pero aún más porque yo menor.
con pollo, plato que nos encanta a mi el arroz, entonces mi hermanito tenía tomate y se lo eché en la cabeza por no fui más tolerante con mi hermano
Centro Comercial En Miami FL: Era un 23 de diciembre del 2012 en vísperas de navidad acabábamos de almorzar y mis padres decidieron ir a una tienda de juguetes a terminar de comprar los regalos de navidad para nuestros familiares, pero nosotros estábamos cansados de hacer compras desde la mañana y queríamos irnos a casa entonces decidió mi padre quedarse con nosotros en la cafetería de la entrada de la tienda, mientras mami realizaba las compras. Fue allí cuando papi nos preguntó a Jonathan y a mí: ¿ Quieren tomar algo? yo quise una gaseosa como mi hermano, mi padre dijo yo quería un café. Entonces mi padre nos ubicó en una mesa cercana a la registradora de la cafetería de la tienda y me dijo Karina cuida de tu hermano un momento que iré aquí mismo a comprar las bebidas, y yo le respondí Ok papi de aquí no nos moveremos. Los dos nos pusimos a ver tele. Cuando de repente vi la oportunidad de asustar a mi hermanito. Me hice detrás del contador, mientras él estaba concentrado en el monitor. Me acerqué con cautela a él y lo asusté. ”AHHHH!”, me morí de la risa caí al piso. Cuando llegó mi padre con las bebidas. Me vio riendo y a Jonathan llorando.
Por: Karina Medina